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1. El Comercio es de doble vía.- La esencia misma del comercio internacional supone que para
poder vender hay también que comprar. Existe una natural tendencia de los países a
exportar más de lo que importan para lograr un superávit en su balanza comercial e incluso
en América Latina se han aplicado, durante varias décadas, estrategias de desarrollo
fundamentadas en la denominada "sustitución de importaciones" con el objetivo de
incentivar a la industria local a producir los bienes que antes se importaba.
2. La Creciente importancia de los servicios.- En la actualidad, el comercio internacional no
sólo se refiere al intercambio de bienes o mercancías sino también al de servicios. Esto
resulta muy pertinente si se tiene en cuenta que cada vez es más importante el valor de las
transacciones internacionales de servicios de distinta índole, como por ejemplo, fletes,
seguros, software, turismo, comunicaciones, servicios financieros, de consultoría e
ingeniería, etc.
El comercio de servicios plantea nuevos retos y tecnologías. Así por ejemplo, a los medios de
transporte tradicionalmente utilizados para el Comercio Internacional, como son el
terrestre, aéreo o marítimo debemos añadir ahora nuevos medios como el correo
electrónico.
3. El criterio de residencia.- El tercer aspecto que se propone en cuanto a la definición del
comercio internacional se relaciona al concepto de residencia de los agentes económicos
que participan. Cuando se menciona el término residentes de diferentes países se incluye
tanto a las personas naturales como a las empresas.
2.- Se requiere un intercambio comercial amplio con todos los países del mundo,
a fin de disponer de mercados suficientes para la expansión de las exportaciones.
6.- Si las divisas que proporcionan las exportaciones no alcanzan para satisfacer
las necesidades del país en materia de importaciones, el progreso y el bienestar de la Nación
sufrirán un impacto, que a la postre, sentirá toda la población.
MÉTODOS DE EXPANSION:
c) Tratados de comercio: Son convenios que suscriben dos naciones entre sí para
someter su intercambio comercial a determinadas condiciones en busca de un beneficio
recíproco.
El Comercio Internacional es parte del sistema económico mundial y está basado en tres
aspectos básicos:
c) Equilibrio de las Balanzas de Pago: El afán explicable de todos los países del
mundo en establecer un fluido intercambio que mantenga el equilibrio de sus
balanzas de pago.
-Reservas.- Son los activos (como ser créditos del FMI u otras entidades
financieras internacionales) que están disponibles para ser utilizados en
cualquier momento por el gobierno. También se consideran dentro de este
rubro las reservas en oro, las divisas.
Dentro de la importancia que tiene el comercio internacional en las economías de los países
latinoamericanos, podemos referir las siguientes:
b) El empleo más eficiente de las fuerzas productivas del mundo. Así por ejemplo, si dos
países que comercian entre sí resuelven producir lo que compran, la mano de obra y el capital de los
dos no serían tan productivos; ninguno de los dos obtendría de sus industrias cantidad suficiente de
mercancías como ocurriría si cada uno decidiese producir aquello para lo que realmente está más
apto.
Todo ello nos lleva a afirmar, que si no se desarrolla el comercio exterior o si éste no existiera,
cada país sería una autarquía, una isla.
Para establecer en términos cuantitativos la importancia que tiene el sector externo en cada una de
nuestras economías nacionales, debemos partir de la generación del PBI (Producto Bruto Interno).
El PBI, es el valor total a precios de mercado, del flujo de bienes y servicios disponibles durante un
año, destinados al consumo del país.
Todo este panorama surgió después de una profunda crisis, con la caída de los precios de las
materias primas a comienzos de los años 50, que era el único ingreso sostenido de nuestras
economías. Así surge, primero, el esquema de "sustitución de importaciones" de productos
industrializados; y posteriormente la política de promoción de exportaciones.
Las resultas y saldos comerciales acumulados durante la II Guerra Mundial permitieron a nuestros
países encarar en forma seria y sostenida un proceso de industrialización que se inicio a fines de los
años 50 con la estrategia de sustitución de importaciones, que dejo algunos elementos provechosos,
como ser: infraestructura industrial, tecnificación de mano de obra, especialidad manufacturera en
textiles, confecciones y agroindustria. Sin embargo, luego de ese período inicial de crecimiento
comenzaron a aparecer los síntomas de agotamiento, que se traducieron en ineficiencias en el
proceso productivo y en una paralización en el nivel de actividad económica.
- Política monetaria y crediticia expansiva que, al reducir la tasa real de interés, que
llegó incluso a niveles negativos, promovió la compra de equipos extranjeros.
Sin embargo, todo este esquema fracasó, con la caída de los precios de las materias primas los países
se encontraron sin las divisas suficientes para su crecimiento, para pagar las inversiones propiciadas
por el propio esquema y adquirir nuevas tecnologías.
Por todo ello, podemos definir a la política de promoción de exportaciones, como el conjunto
de políticas fiscales, financieras, monetarias e industriales que establece un Estado
tendente a incentivar el aparato productivo para penetrar en nuevos mercados a
provechando sus ventajas en mano de obra, disponibilidad de materias primas o habilidad
y conocimiento tecnológico en las cuales deben participar las empresas para adquirir
nuevas técnicas de comercialización, a fin de que encaren el negocio exportador como una
actividad principal y no subsidiaria.
Cuando las empresas productivas deciden salir hacia otros mercados y buscan su
internacionalización, se pueden encontrar con circunstancias totalmente desconocidas, como la
competencia externa, las barreras arancelarias, el tema de las marcas y su protección, el transporte,
los canales de distribución, los regímenes legales, el manejo de monedas; por lo que la experiencia
que se ha adquirido en el mercado nacional resulta inaplicable e insuficiente en el mercado
extranjero.
Cada país tiene un régimen jurídico determinado, incluso aquellos países que se agrupan
dentro de un mismo proceso de integración, tienen sus reglas particulares y su ámbito de
vigencia delimitado por las fronteras. Así por ejemplo: el retiro de Chile del Grupo andino fue
exclusivamente por causa de tener un régimen jurídico distinto a aquel que pretendían
armonizar los otros cinco países miembros, para tratar el capital extranjero y la
transferencia de tecnologías.
Por esta argumentación y aún cuando muchos países y foros internacionales proclamen la
libertad de comercio, la circulación de mercancías se encuentra con ciertas limitaciones
legales debido a que se moviliza dentro de regímenes y sistemas jurídicos diversos. Sin
embargo, existen otras restricciones legales que actúan sin el consentimiento de una nación
y que por encima de ellas establecen condiciones al movimiento internacional de bienes y
servicios.
-Limitación de los sistemas jurídicos distintos: Todo estado soberano posee autoridad suprema
sobre las personas y actos que vivan y actúen dentro de su territorio. Impone reglas de todo tipo
y para todas las actividades, todo ello en mérito a su soberanía, que es en definitiva, la
capacidad, tanto jurídica como real, de decidir de manera definitiva y eficaz en todo el acontecer
económico-social del territorio.
Como consecuencia de su Supremacía territorial, el Estado puede promulgar leyes que regulen
las transacciones comerciales que se celebren o ejecuten en su territorio y adoptar la política de
comercio exterior que desee, de tal manera que las mercancías y servicios que cruzan sus
fronteras se someten inmediatamente a dicha supremacía.
Así podemos establecer, que cada mercado tiene un régimen jurídico, pudiendo agruparse en
dos grandes sistemas: el common law y el civil law. EL COMMON LAW se desarrollo en
Inglaterra, después de la conquista de los normandos en 1066 y abarca a casi todos los países
angloparlantes como Estados Unidos de América, Canadá, Nueva Zelandia. EL CIVIL LAW, o
sistema de la ley escrita o del jus civile abarca a todos los países latinos de américa y a los
Europeos que fueron dominados en su tiempo por el Imperio Romano.
Es de verse entonces, que los bienes y servicios circulan no muy fácilmente entre sistemas
jurídicos distintos y complejos, de difícil entendimiento para los operadores que salen de un
sistema conocido a otro que no lo es.
Lo que quiere decir, entonces, que la exportación y el agente comercial actúan desde un medio
ambiente nacional hacia un medio ambiente social y económico extranjero.
- Limitaciones impuestas por la comunidad jurídica internacional.- Hace muchos años, la Corte
Internacional de Justicia de la Haya declara que las únicas restricciones legales al ejercicio de la
supremacía estatal eran las reglas que emanan de la libre voluntad de los estados expresada en
convenios y aceptados generalmente como expresión de principios legales.
Dichas restricciones son normas externas consensuales que limitan la acción de un Estado.
Entonces, las empresas se enfrentan no sólo a regímenes jurídicos diferentes sino a disposiciones
de ciertos organismos internacionales. Son resoluciones emanadas de una vasta gama de
instituciones internacionales, que atañen a las relaciones comerciales afectando así la acción de
las unidades productivas. Las principales entidades son:
EL FMI (Fondo Monetario Internacional), cuyo fin es fomentar un sistema mundial de tasas
de cambio estables y la libre convertibilidad de las monedas, tiene que ser considerado por
los operadores que actúan en el comercio mundial, ya que la moneda es un tema
fundamental al momento de estipular el medio de pago.
EL BANCO MUNDIAL, fue creado para facilitar el flujo de recursos entre las naciones y
proporcionar capital destinado al crecimiento de los países en vias de desarrollo. Sus dos
unidades operativas son: la Corporación Financiera Internacional y la Asociación
Internacional de Fomento, que facilitan el fomento de la inversión y de los mercados
privados de capital.
LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL COMERCIO, EL GATT (Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio), tiene como función la liberalización del comercio mundial, así como
árbitro en caso de violación de acuerdos comerciales. Este organismo ha ido
institucionalizándose cada vez mas hasta llegar a la actual Organización Mundial del
Comercio, esta organización actúa desde el 1 de Enero de 1995 y tiene a su cargo la
administración de las nuevas normas del comercio mundial, así mismo regula y administra
los casos de reclamación por competencia desleal, venta a precios de dumping, etc. La OMC
tiene una composición mas universal que el GATT, tiene un alcance mas amplio, ya que por
primera vez, incluye en el sistema multilateral de comercio actividades como el comercio de
servicios.
Cuando las relaciones comerciales van mas allá del traslado de mercancías y
buscan radicarse o asociarse con el capital de otro país, utilizando zonas francas o
contratos de Joint ventures, la estrategia jurídica se hace mas compleja, suscitando una
serie de problemas que pueden resumirse en tres cuestiones:
El contrato es internacional no porque los sujetos pertenezcan a distintos países sino porque
su ejecución significa la tradición de bienes y servicios de un país a otro. La transposición de
las fronteras le da esa naturaleza. No son los sujetos, pues podría ser un contrato celebrado
en el Perú, entre peruanos, pero ejecutable en el extranjero y con un objeto hecho en otro
país.
3.- Conexión con el Derecho de los Contratos.- La dificultad de encuadrar los contratos
en el ámbito del Derecho Internacional Privado o en el nuevo Derecho del Comercio
Internacional, nos lleva a colocarlo dentro del campo del Derecho de los Contratos.
En primer lugar debemos hacer un deslinde teórico fundamental: el tema de los contratos
internacionales de comercio es una sustancia especulativa, es un acto de intermediación,
que se realiza superando la esfera jurisdiccional de un estado.
Así mismo, respecto del objeto del contrato, es decir, considerarlo internacional cuando
comporte la entrega de una mercancía en país distinto a aquel en que se encuentra en el
momento de la conclusión del contrato, es incompleto, pues una gran variedad de contratos
internacionales se concluyen sin que haya una salida efectiva del país del exportador y una
entrada directa al país del comprador. Así la triangulación es un conjunto de operaciones
contractuales en el que una de las partes (el comprador) no recibe la mercancía, aunque
compra, sino que ésta va a otro mercado; Así por ejemplo: países que se han visto afectados
por algún bloqueo comercial han logrado superarlo, a través de contratos internacionales
de triangulación, en los que el comprador adquiría del país coaccionador para venderlos
luego al bloqueado. Por otro lado, las compraventas que se efectúan en una zona franca
hacia el mercado hospedero, no se entienden como una salida efectiva de un país y la
entrada en otro; sin embargo serían contratos internacionales por el pago de aranceles e
impuestos de importación.
Para explicar la conexión del contrato internacional dentro de la teoría general del
contrato, debemos hacer alusión a tres cuestiones básicas:
1.- Con relación a la estructura, la doctrina concibe los contratos como el acuerdo de
voluntades destinado a producir efectos prácticos tutelados por el derecho. Hay dos
expresiones: la voluntad y la declaración; la primera es la esencia misma del negocio, y la
segunda es la forma de manifestarse. En efecto los contratos internacionales y en particular
la compraventa tienen estas dos situaciones; la propia voluntad, el ánimo de comprar y
vender entre espacios y soberanías distintas y luego la manera en que se expresa esa
intencionalidad. Entonces son dos situaciones fácilmente diferenciables, el animus que lleva
a contratar y la expresión escrita o verbal en que se patentiza.
Entonces, existe dificultad en determinar cual es la norma jurídica competente para regir
una relación contractual, pues no hay una norma jurídica superior de la cual derive la
aplicable, así como no existe un tribunal supranacional.
Por todo ello, no hay razón para sustraer un contrato internacional que al fin y al cabo es un
acuerdo de voluntades que establece obligaciones recíprocas, de su medio natural: el
Derecho de los Contratos.
LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD:
Por la voluntad de las partes se inicia una negociación y luego se establecen obligaciones y
derechos en un contrato. Sin embargo, la tendencia territorialista de nuestras leyes se resiste
a admitir éste principio, por lo que su contenido merece ser revisado, toda vez que los
contratos internacionales tienden a sustraerse de la ley y afincarse más en la voluntad de
las partes.
Así, se dan dos posiciones: la primera, que reserva a la voluntad de las partes la plena y
absoluta decisión de formular un contrato internacional con vida aislada de cualquier norma
o ley de una soberanía determinada o bien eligiendo la ley que mas les convenga, excluyendo
así, a los contratos internacionales del conflicto de leyes; la segunda posición reconoce que
todo contrato tiene una ley y una norma de las que parte, no pudendo existir una obligación
internacional que no esté ligada a un determinado sistema jurídico.
Sin duda esta argumentación es la más sólida para referirse a la soberanía de la autonomía de
la voluntad en una teoría de contratación internacional, pues está basada en un hecho real y
práctico, y es que las leyes nacionales, los códigos domésticos, justamente por ser nacionales,
no contemplan las situaciones externas, por lo que no es el instrumento jurídico mas adecuado
para regir un contrato internacional.
El principio de la autonomía de la voluntad se basa en la libre elección que tienen los individuos
para elegir independientemente de cualquier norma, incluso por encima de cualquier
prohibición. De tal manera que las partes pueden optar sin límites, por la legislación que mas les
convenga. Es más, si se lleva a extremos subjetivos, las partes pueden adoptar parcialmente una
legislación, desestimar otra, combinar varias dispocisiones o descartar la aplicación de todas las
legislaciones.
Esta concepción podría admitir un contrato internacional sin ninguna ley específica, enmarcado
dentro de un acuerdo de voluntades que estipulan sus propias leyes para una ocasión típica y
que pueden bien no ser válidas para otro contrato similar. Sin embargo, los sujetos actúan por
que hay una norma que les confiere tal derecho. El inc. 14 del art. 2 de la Constitución Política
del Perú reconoce el derecho "A contratar con fines lícitos", concibiendo una libertad tan amplia
que es posible pactar contra la ley; pero acto seguido el numeral indica “Siempre que no se
contravengan leyes de orden público", poniendo así un límite y una condición a esa libertad.
Las partes entonces gozan de autonomía para contratar por que hay una norma que así lo
reconoce y permite. La autonomía soberana de la voluntad para crear un contrato depende,
entonces, de la ley que lo posibilite, no de la libre voluntad de los sujetos.
LA LIBERTAD DE CONTRATACION:
Las partes gozan de libertad de contratación por que así lo faculta la ley. Los contratos
internacionales no tienen una ley supranacional.
El principio de la libertad de contratación posibilita que las partes hagan uso de un derecho que
la propia sociedad, que la propia comunidad se lo ha otorgado. Esa libertad, como cualquier
otra, está limitada. La facultad de consentir o no, tiene márgenes en el régimen jurídico nacional;
incluso el contenido y los efectos del contrato, ya que los sujetos no pueden derogar en sus
cláusulas las leyes obligatorias en razón del orden público y las buenas costumbres. Con mayor
razón los contratos internacionales han de estar limitados por reglas de conducta pues no sólo
se mueven dentro de un régimen jurídico nacional si no dentro de varios ordenamientos.
La iniciativa de los particulares o privada es autónoma, y como tal merece ser reconocida por el
derecho, para que mediante la autoregulación de intereses, en la medida que las normas de
cultura y el ordenamiento jurídico lo permitan, los particulares puedan, sin detrimento propio ni
de la convivencia humana, conseguir fines legítimos. Si las partes pudieran generar de por sí su
libre derecho a contratar generarían un conflicto en cadena que atentaria a los propios interese
del comercio internacional.
Todo ello se sustenta en que en el contrato internacional convergen intereses particulares, pero
intereses también del propio estado, que busca llegar hacia mercados externos a fin de obtener
divisas para el desarrollo y bienestar económico de su pueblo.
Semejanzas:
Diferencias:
Un ejemplo de subsidios a las exportaciones son los que han venido aplicando los países
europeos para sus productos agrícolas; otros, países como Nueva Zelandia para la exportación
de sus productos lácteos; y en el caso del Perú, el subsidio a las exportaciones denominadas "no
tradicionales" con el otorgamiento de los llamados certificados de reintegro tributario a la
exportación no tradicional (CERTEX), que estuvieron presentes hasta principios de los años
noventa. Un tema relacionado con las subvenciones a las exportaciones es el dumping.
Modalidades:
DUMPING:
Debemos mencionar que el origen del dumping es similar al que justifica la aplicación de un
subsidio. Así cuando una industria ve reducir su demanda y no puede incrementarla en el
mercado local, puede ocurrir que decida proyectarse a mercados extranjeros y lo hace a
precios inferiores a los precios de venta en el mercado local.