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Exploración psicológica 1895

SECCIÓN 22. TRASTORNOS PSICOLÓGICOS

aislado de su entorno, sino que ha de comprenderse la organización afec-


22.1 Exploración psicológica tiva de la familia, el lugar que ocupa dentro de ella, las vicisitudes a lo
largo del tiempo y las que marcan el camino a una progresiva autonomía.
D. Cruz-Martínez, M. Ibáñez-Fanés
DISTINCIÓN DE LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO

Habitualmente, la familia o la escuela son las que, dentro de unas


expectativas dadas, juzgan una conducta incorrecta y desean su elimi-
nación. Al profesional corresponde situar el carácter anormal del síntoma,
así como su lugar en la organización de la personalidad, en los procesos
El examen del estado psicológico del niño y del adolescente está deter- madurativos y en la dinámica familiar. La normalidad no siempre puede
minado por las particularidades de su desarrollo psíquico y afectivo, con- valorarse estadísticamente, en cuanto así se puede llegar a la confusión
tinuamente cambiante. Interesa recordar sucesivamente: 1) la diferencia de lo excepcional con la anomalía. No es normal ser superdotado y, sin
entre el modelo biomédico y el modelo psicológico; 2) la importancia de embargo, no puede considerarse algo patológico. La aceptación de las
la maduración y del ambiente; 3) el delicado problema de lo normal y normas establecidas es, asimismo, un criterio ambiguo, ya que la rebel-
lo patológico. día es una reacción sana cuando se produce dentro de una familia o grupo
con una interacción patológica. Por otro lado, hay que admitir diferen-
Diferencia entre el modelo biomédico y el modelo cias individuales marcadas en las adquisiciones (véase cap. 13.4). En ellas
psicológico influyen factores poco conocidos y otros bien establecidos, como el sexo
El modelo biomédico implicaría para algunos equiparar la alteración y el nivel de desarrollo puberal.
mental a una enfermedad orgánica, que se caracterizaría por: 1) la exis- El punto de vista más aceptado como definición de normalidad es el
tencia de una etiología orgánica del trastorno mental; 2) ésta da lugar a de la “adaptabilidad frente a eventuales situaciones nuevas”. En clínica es
los síntomas; 3) el tratamiento ideal reside en suprimir la causa de la enfer- frecuente ver cómo un niño modélico, perfectamente “adaptado” y que
medad. Desde un punto de vista histórico, esta concepción resultó bene- nunca dio problemas, presenta en la adolescencia trastornos tan graves como
ficiosa al pasar a considerar a los pacientes como enfermos que necesi- una anorexia o un brote psicótico. La exploración psicodiagnóstica pediá-
tan un tratamiento. Sin embargo, no ha podido demostrarse una causa trica debe valorar tanto los factores de riesgo evolutivo y el potencial de
orgánica lesional en la mayoría de los trastornos psicopatológicos, en los salud, como el mismo motivo de consulta. Existen determinadas angustias
que no hay una única causa etiopatogénica conocida, ni ningún trata- o “síntomas” que son normales en un momento dado del crecimiento, de
miento que funcione como tecnología pura al margen de los aspectos rela- modo que se considera patológica no su presencia, sino su ausencia. Es el
cionales. Sí se ha encontrado una cierta alteración bioquímica que, caso, por ejemplo, de la angustia frente al extraño en el lactante alrededor
mediante los medicamentos psicotropos, ofrece una inestimable ayuda de los 8 meses, o bien las pequeñas fobias o rituales obsesivos al irse a dor-
en la terapéutica. Pero los condicionamientos sociológicos, familiares y mir en torno a los 3 años. Estos hechos garantizan que los procesos de des-
personales, ejercen una influencia decisiva durante todo el proceso de arrollo avanzan correctamente y se alcanzan situaciones conflictivas pro-
la enfermedad, lo que complica extraordinariamente el conocimiento de pias del crecimiento. Lo preocupante sería su persistencia más allá de algunas
su etiología y de su tratamiento. edades o una intensidad tal que bloquease el crecimiento. En general, todo
El modelo psicológico, al explorar los aspectos subjetivos del enfermo, lo que obstaculice el desarrollo puede considerarse patológico, mientras
muestra un sistema explicativo de causalidad circular más que lineal, los que todo aquello que lo permita, a pesar de su carácter “sintomático”, corres-
factores etiológicos son múltiples y están interrelacionados entre sí. El pondería a una variación de la normalidad.
medio de aproximación es a través de una serie de síntomas, su evolu-
ción y su articulación mutua. No cabe limitarse a remitir un síntoma a una INDICACIONES DE LA EXPLORACIÓN PSICOLÓGICA
clasificación, sino que es menester comprender su psicogénesis y valo-
rar la dimensión afectiva existente, así como valorar su inmersión en la Criterios orientativos para formular una exploración psicológica son:
organización de la personalidad, en cuanto un mismo trastorno puede res- 1) existencia de un sufrimiento infantil importante, sea por angustia o por
ponder a procesos psicopatológicos distintos en casos diferentes, o bien depresión; 2) restricción de las actividades, sobre todo de las nuevas y
factores etiológicos similares pueden expresarse sintomatológicamente del juego; 3) disminución de sus intereses; 4) situaciones irreversibles,
por vías distintas. bien sean familiares o psíquicas (p. ej., el síntoma que perdura pasada
la situación que lo provocó); 5) la ausencia de tolerancia frente a las frus-
Importancia de la maduración y del ambiente traciones, y 6) mala adaptación del niño o adolescente en el entorno fami-
Dos hechos fundamentales trazan las peculiaridades de la psicología liar, escolar o social.
y psiquiatría en la edad pediátrica: el niño es un ser en vías de madura- Las particularidades del desarrollo psicoafectivo mencionadas carac-
ción, que depende estrechamente de sus padres y de aquellos en quie- terizan las peculiaridades de su exploración. El profesional que se hace
nes se confían sus aprendizajes y socialización. La inmadurez fisiológica cargo de ella debe estar familiarizado con los procesos de maduración del
del RN comporta que la primera forma de expresión de conflictos sea niño, con las vicisitudes de la dinámica familiar y con la necesidad en
somática, dada la ausencia de un aparato psíquico suficientemente evo- ocasiones de pedir información de otras fuentes e interconsulta a otros
lucionado como para poder elaborar estados de angustia. La interacción profesionales, lo que es igualmente útil para evitar el riesgo contrario:
de unas cualidades innatas con el medio ambiente va a determinar un la “psicologización” de manifestaciones que no implican necesariamente
peculiar desarrollo propio. Ante cualquier trastorno que se presente, es la existencia de un trastorno y los posibles tratamientos yatrogénicos.
obligado sopesar su impacto sobre el desarrollo, qué áreas de éste abarca Conviene diferenciar los distintos pasos del proceso psicodiagnóstico,
y sus repercusiones futuras, si bien la complejidad de los procesos de con las entrevistas en primer lugar y, a continuación, el examen de los
maduración hace difícil valorar, a priori, cómo pueden afectarlos deter- factores intelectuales, instrumentales y afectivos. Estos tres factores
minados sucesos. Un bebé no podría sobrevivir sin los cuidados físicos, son los que movilizan todo examen psicológico: la comprensión y coor-
pero también afectivos, que proporciona la madre o su figura sustitutiva. dinación mental frente a unas consignas, la intervención del cuerpo para
La gran dependencia del medio familiar hace inviable el estudio del niño articular una respuesta y la inevitable implicación afectiva. Serán revisa-
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dos los exámenes complementarios más frecuentes y, por último, unas En los tests de la primera infancia, los resultados se expresan en forma
reflexiones acerca de la naturaleza del informe psicológico. de cociente de desarrollo (CD). Conocido el desarrollo psicomotor, se
espera la aparición de ciertas adquisiciones a unas edades. Aquellas que
ENTREVISTAS consigue el niño en la actualidad dan su edad de desarrollo, que, puesta
en relación con su edad cronológica, permite obtener el cociente de de-
La consulta psicológica se realiza, por definición, a tres bandas: el sarrollo. La fiabilidad con el CI posterior es débil, ya que no mide tanto
profesional, los padres y el niño. En ella se plantea inicialmente el motivo la potencialidad existente como la velocidad de desarrollo. Es válido para
de la consulta, pero cabe la posibilidad de que, en su transcurso, aparez- determinar el nivel actual y orientar un tratamiento de estimulación pre-
can otros síntomas que relate la familia o advierta el profesional y que coz, si es preciso. En estas pruebas, el examen del lactante o el párvulo
pueden tener tanta o más importancia que el inicial. Se tomará toda la ofrece los principales datos. Deben ser valorados de acuerdo con la pro-
información pertinente sobre estos síntomas: su momento de aparición y pia experiencia clínica y contrastados con estudios relacionados en un
las circunstancias que lo rodearon, su evolución y su incidencia en la vida ambiente sociocultural lo más próximo al área geográfica del paciente
del pequeño y en su entorno. A la inversa, se analizará también si es el teniendo en cuenta las amplias variaciones de la normalidad.
ambiente el que está influyendo sobre la conducta sintomática. Las difi- Existen dos tipos de cocientes de inteligencia (Cl). Unos miden el
cultades emocionales de los padres, sobre todo las que surjan en relación desarrollo intelectual. No se estudia una función intelectual, sino que se
directa con su hijo son, a menudo, la causa principal de algunos trastor- trata de tareas que, a determinada edad, superan la mayoría de los niños,
nos. Se verá si su naturaleza es reactiva frente a un acontecimiento dado p. ej., las edades en que sucesivamente puede realizarse una circunferen-
(por ejemplo, nacimiento de un hermano, separación de los padres) o bien cia, un cuadrado y, por último, un rombo. Se obtiene la edad mental del
si se ha interiorizado psíquicamente y su mantenimiento llega a ser inde- niño según las pruebas que haya superado y el equivalente en edad al que
pendiente de las circunstancias externas. corresponden. El CI se obtiene con la fórmula:
CI = (edad mental/edad cronológica) x 100
Anamnesis
Ocupa un lugar importante en estas entrevistas debido a la luz que arroja Este CI es un cociente (por tanto, no se trata de un coeficiente) de
sobre el desarrollo evolutivo, sus vicisitudes y cómo se resolvieron las difi- edades, pues mide el grado de adelanto o retraso respecto a la edad real.
cultades anteriores. Esta historia clínica no puede rellenarse al modo de un En cambio, el CI, tal y como aparece en las escalas de Wechsler, valora
cuestionario. Cuanta mayor sea la naturaleza emocional del conflicto, más la eficacia del rendimiento intelectual. Se trata de un índice de disper-
importante será la actitud de escucha de la angustia que presenta el niño o sión respecto a la media obtenida por un grupo de niños de su misma
sus padres. Por citar un ejemplo, interesa saber si el embarazo transcurrió edad. Para calcular el CI, las puntuaciones originales obtenidas se trans-
con normalidad, pero también conocer el estado de ánimo y las fantasías forman en puntuaciones típicas, las cuales tienen la misma media y des-
que lo acompañaron, que pudieran ser determinantes en el lugar que ocu- viaciones típicas en cada franja de edad; así, el CI de 100 corresponde a
paría el bebé. Baste con pensar en un embarazo que no haya sido deseado la media de las puntuaciones típicas conseguidas en su edad, con una
ni aceptado, en una madre deprimida o desbordada por su maternidad, o en desviación típica determinada. Permite conocer la ubicación del rendi-
una relación conyugal con fuertes desavenencias. Toda esta labor nece- miento del sujeto respecto a su grupo de edad (de ahí la equivalencia con
sita tiempo, no menos de tres o cuatro sesiones a lo largo del proceso psi- centiles) y ofrece mayor consistencia en la comparación con aplicacio-
codiagnóstico. No sólo es necesario recabar una información, sino también nes posteriores. Los resultados excesivamente heterogéneos entre las
conocer su significado en la vida de los protagonistas. El facultativo va a diferentes subescalas del test deben ser objeto de interpretación clí-
identificarse con la situación del paciente y de sus padres para poder com- nica, pudiendo llegar a invalidar el CI total obtenido si la discordancia
prenderlos y así entender cómo ha llegado a constituirse el trastorno. De entre las puntuaciones es estadísticamente significativa. En la explora-
otra forma, no podría formular la orientación terapéutica que crea conve- ción paidopsicológica es preciso avanzar más: conocer en qué aptitudes
niente. Por ejemplo la enuresis, como motivo de consulta, puede respon- se encuentran las principales dificultades en el rendimiento y en qué apti-
der a distintas etiologías, entre otras: un incorrecto aprendizaje del con- tudes se mejora, tomando en consideración los diversos factores que
trol de esfínteres, posible reacción frente a una situación de estrés, una componen los subtests: organizaciones representativas de la noción del
relación infantilizada con la madre, o bien inscribirse dentro de todo un tiempo y el espacio, capacidad lógica, bagaje de conocimientos adqui-
conjunto sintomático que haga pensar en un trastorno neurótico (véase cap. ridos, nivel de desarrollo del lenguaje, capacidad de atención, de memo-
22.8). La información llegará a través de lo que se dice, pero también de ria inmediata y de aprendizaje. Asimismo, no debe entenderse el CI como
cómo se dice y con qué tonalidad afectiva, quién acude a la consulta, quién una medida exacta o inmutable, sino que es orientativo del funciona-
toma la palabra, en qué temas aparecen inhibiciones, o las interacciones miento actual dentro de un cierto margen, pudiendo producirse variacio-
que se producen entre sí y en relación con el profesional. Algunos datos nes según la evolución de cada niño. En este sentido, puede afirmarse
relevantes de la anamnesis pueden requerir todo un periodo de tiempo hasta que es erróneo separar el estado afectivo del rendimiento de las fun-
que la familia sea consciente de su transcendencia y nos los puedan reve- ciones cognitivas o, dicho de otro modo, el “querer saber del poder saber”.
lar. Todo ello acerca a las características del funcionamiento familiar. Por otra parte, se deduce de lo expuesto que toda medida del CI debe
estar referida a la prueba aplicada, el baremo empleado, las condiciones
TESTS PSICOLÓGICOS de aplicación y la valoración clínica hecha por el explorador. Por ejem-
plo, si el paciente no ha colaborado o estaba bajo los efectos de una fuerte
Su petición no es imprescindible en todos los casos. Esta frecuente angustia, el resultado no puede considerarse fiable.
demanda responde a la necesidad de obtener una información que aclare
algunas incertidumbres diagnósticas. Si bien es fácil entender qué quiere PRUEBAS DE INTELIGENCIA
decir inteligencia, llegar a una definición exacta es más problemático. El
gran número de pruebas de inteligencia existentes atestigua la variedad Las más frecuentemente utilizadas son las citadas a continuación. En
de aproximaciones posibles. En la práctica clínica, los aspectos intelec- el capítulo 22.13 de Retraso mental, se pueden encontrar más considera-
tuales son remitidos a las pruebas en que han sido obtenidos. Un test psi- ciones.
cológico es, básicamente, una medida objetiva y tipificada de una con-
ducta. Se caracteriza, pues, por la estandarización (material, consignas y Brunet-Lézine. Se trata de una escala de desarrollo superada actual-
forma de realización idénticos) y por la referencia a un baremo. Sus limi- mente por otras más modernas. Su eficacia es óptima entre los 6 y los 24
taciones vendrán dadas por: 1) sensibilidad: capacidad de medir diferen- meses de edad. Los ítems se agrupan en cuatro sectores de desarrollo,
cias mínimas entre distintos niños, de discriminar un grupo de población lo que facilita el diagnóstico y la orientación: 1) desarrollo postural: tono
de otro (p. ej., de edad o respecto a determinada aptitud); 2) fiabilidad: muscular, estática, motricidad; 2) coordinación oculomotriz: adaptación
estabilidad de los resultados obtenidos en edades diferentes; 3) validez: y comportamiento con los objetos; 3) lenguaje; 4) socialización: compor-
la certeza de que el test mide realmente aquello que se propone. tamientos relacionales.
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Escalas Bayley de desarrollo infantil (BSI). Hasta ahora ha sido las deficiencias mentales. Ayuda a la evaluación de las capacidades lógi-
considerada como el “patrón oro” de estas pruebas. Estudian el nivel de cas con una baja saturación del factor lenguaje.
desarrollo del niño hasta los 30 meses de edad. Tienen muy en cuenta la
capacidad del niño para entrar en relación con el examinador y realizar Tests no verbales. Entre ellos cabe citar: dibujo de la figura humana
los ejercicios propuestos. La actitud durante la práctica de la prueba se de Goodenough, matrices de Raven, Columbia, Toni-2 y vocabulario en
recoge en el apartado “Registro del Comportamiento del niño”. Se com- imágenes de Peabody. Son pruebas de elección, como complemento de
pleta después con la Escala Mental y Psicomotora. Ayuda a evaluar las la exploración o bien en casos donde la falta o retraso del lenguaje inva-
características sociales del niño expresadas en actitudes, intereses, emo- lidan la aplicación de tests más saturados en este factor, siempre que alcan-
ciones, interés, actividad y tendencia de aproximación o evitación de los cen un nivel mínimo de comprensión.
estímulos. Aporta, además, la observación de cómo el niño se relaciona
con las figuras significativas (padres que le acompañan) y con un extraño TESTS ESPECÍFICOS DE FUNCIONES COGNITIVAS
(examinador). La Escala Mental: evalúa la agudeza sensorio-perceptiva,
la discriminación y la capacidad de respuesta a estímulos; la adquisición Exploran funciones cognitivas determinadas y, por este motivo, ocu-
temprana de la “constancia del objeto”, la memoria, el aprendizaje y la pan un apartado diferente al de las pruebas de inteligencia en general. Bási-
capacidad de resolución de problemas, las competencias de lenguaje y de camente, se trata del estudio de la atención, memoria, función ejecutiva y
pensamiento abstracto. Escala de psicomotricidad: evalúa la destreza y capacidades de representación espacio temporal y grafo perceptiva, que
coordinación psicomotora, independientemente de las funciones cogni- inciden en el desarrollo de los aprendizajes más específicos, como la
tivas. Las puntuaciones se presentan como índices de desarrollo que per- lectoescritura y las matemáticas, en las que intervienen junto con los pro-
miten situar al niño en un rango de desarrollo, por lo que ayuda a la detec- cesos lógicos del pensamiento. Puesto que son los medios a través de los
ción de las desviaciones de lo esperado por edad y aplicar entonces cuales el niño conoce y domina el mundo que le rodea, la interrelación con
tratamientos de estimulación que permitan una mejor valoración de los los aspectos afectivos estará siempre presente. Además de saber si existe
parámetros propios de la edad del niño. Sin embargo, no permiten prede- un déficit o una inmadurez de alguno de estos aspectos, se anotará su
cir con seguridad el nivel de desarrollo posterior. impacto dentro del funcionamiento psíquico global. Por ejemplo un niño
que, debido a una sordera no diagnosticada, presenta una ausencia de len-
Terman. La eficacia es mayor entre los 3 y los 7 años de edad. Expresa guaje verbal, no podrá comunicarse plenamente con su entorno y ten-
los resultados en CI con dispersión dinámica, en relación con la edad de derá a un retraimiento en sus relaciones con éste. Pero también puede ocu-
desarrollo. Muy influido por los factores verbal y cultural, permite hacer rrir a la inversa: que el paciente afecto de un trastorno grave de personalidad
un análisis cualitativo de los éxitos y fracasos, pero no es tan fino en este se encierre en sí mismo sin apenas comunicarse con los demás, siendo pro-
sentido como las escalas Wechsler. bable que presente secundariamente un retraso del desarrollo del lenguaje.

Escalas Wechsler. Están baremadas con población española. WIPPSI Valoración del lenguaje y la lectoescritura. Debe ser solicitado
es la escala para preescolar y primaria (de los 4 a los 6 años y medio), un examen cuando se dé alguna de las siguientes circunstancias: 1) Si a
WISC (probablemente, la prueba de inteligencia más adecuada entre los los 2 años no han aparecido las primeras palabras. 2) Si a los 3 años no
6 y los 16 años de edad) y WAIS (desde los 15 años en adelante). Como construye aún frases. En estos dos primeros casos, debe descartarse la
se ha comentado, el CI compara los resultados del sujeto con los de la posibilidad de hipoacusia. Puede ocurrir que comprenda el lenguaje
media relativa en su grupo de edad, pudiendo establecerse la compara- hablado, pero que aún no se exprese por sí mismo, no siendo necesario
ción, tanto en el resultado global como en el de cada subtest en parti- entonces ningún tratamiento logopédico. Los problemas de comprensión
cular, ya que implican diferentes aptitudes específicas. El WISC-IV (que verbal siempre son más preocupantes que los que aluden exclusivamente
substituye al WISC-R en nuestro país) abandona la distinción tradicio- a la expresión verbal, donde son más complejos los márgenes normales
nal entre un CI verbal y un CI manipulativo y, junto a una medida del CI del desarrollo. 3) Entre 3 y 5 años, las dificultades graves para hablar o
global da cuatro índices principales: comprensión verbal (valora aptitu- comprender el lenguaje. 4) En la edad escolar, la incapacidad para el
des verbales, como el razonamiento, la comprensión del entorno o la for- aprendizaje de la lectoescritura o trastornos significativos que puede pre-
mación de conceptos), razonamiento perceptivo (mide razonamiento per- sentar ésta (confusión de letras, mal grafismo). Una vez realizado el exa-
ceptivo y procesamiento espacial), memoria de trabajo (implica la men psiquiátrico-psicológico previo, a petición del pediatra, cuando se
capacidad de atención y concentración) y velocidad de procesamiento aprecie un déficit específico del área del lenguaje será el logopeda el pro-
(procesamiento de información visual y coordinación grafomotora). Los fesional encargado de profundizar en esta exploración y en su tratamiento.
índices se expresan con intervalos de confianza que recogen la fiabili-
dad de las puntuaciones. Dichos índices recogen los campos cogniti- Pruebas de lectura y escritura. Tale, test de análisis de lectura y
vos en los que se agrupan las aptitudes específicas evaluadas por los dife- escritura de Toro y Cervera, ofrece análisis de resultados por grupos de
rentes subtests, reflejando así las concepciones actuales sobre el edad (exactitud, comprensión y velocidad de lectura; escritura espontá-
funcionamiento por estructuras jerárquicas de la inteligencia. El fin último nea, al dictado y copia). RA: permite profundizar en el razonamiento ver-
de la escala no es tanto buscar una medida única de inteligencia como bal (consta de cuatro partes: excluir la palabra que no forma parte del con-
conocer la capacidad del sujeto para comprender el mundo que lo rodea junto, analogías, deducción y comprensión lectora). PLON-R, prueba de
y el conjunto de recursos con que cuenta para afrontar los retos que se lenguaje oral Navarra (desarrollo del lenguaje oral en niños de 3 a 6 años),
le presentan. PROLEC (capacidad lectora y comprensión lectora, existe una versión
para niños de primaria y otra para los de secundaria). ITPA, test Illinois
K-BIT. Test breve de inteligencia de Kaufman. Ofrece una rápida de aptitudes psicolingüísticas.
valoración del funcionamiento intelectual a modo de screening. Dispone
de dos subtests verbal y no verbal. Ofrece el resultado en CI con interva- Pruebas de organización grafoperceptiva. Cabe destacar el test de
los de confianza y en percentiles. En caso de apreciar anomalías, con- Bender, el Frostig, la figura compleja de Rey y el test de retención visual
viene pasar una prueba más completa. de Benton. Los principales factores puestos en juego son la capacidad
perceptiva, coordinación visomotora y la organización espacial. Las
K-ABC. Una prueba alternativa al WIPPSI en niños pequeños, con dos últimas pruebas también se emplean en la valoración de la memoria.
escalas para valorar el procesamiento de la información por vías secuen-
cial y simultánea. Pruebas de ritmo. Estudian la organización temporal, siendo difun-
dida la prueba de Mira-Stamback.
Escala diferencial del rendimiento intelectual (EDEI). Está basada
en los trabajos de Piaget y ofrece un análisis más cualitativo que cuanti- Examen de la lateralidad. Se indaga la existencia de lateralidad cru-
tativo de los procesos intelectuales. Resulta útil en la discriminación de zada o de ambidextrismo. Puede formar parte de un examen psicomotor
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global en el que se incluya el equilibrio, la coordinación global y la coor- atención y asistencia del niño y sus padres de 0 a 3 años (Servicios de
dinación manual. Es conocido el test de Harris. Protección a la Infancia, Pediatría Social y Servicios de Salud Mental).
Las competencias emocionales y relacionales del bebé, lactante y
Test de esquema corporal. Test de imitación de gestos de Berges- niño pequeño, se inauguran con el nacimiento, preparándose sus recur-
Lézine. Explora la representación del cuerpo que se forma a partir de los sos sensoriales y sus esquemas de percepción desde el estadio fetal del
datos sensoriales y su integración encefálica. Está relacionado con la desarrollo. Los estudios actuales sobre las competencias del feto permi-
estructuración espacial. ten concebir el desarrollo como un continuo que incluye el periodo de
gestación en el claustro materno. El entorno de cuidados físicos, emocio-
Valoración del TDAH. Dado el considerable incremento de diag- nales y psicológicos, asegurado principalmente por los padres, es primor-
nósticos de TDAH que se observa últimamente, conviene recordar que dial para el desarrollo de estas competencias.
no existe ninguna prueba diagnóstica en sí, debe ser el juicio clínico el La noción de parentalidad se refiere al proceso que se desencadena
que valore su existencia. Algunas pruebas relacionadas con su valoración: en el adulto que llega a ser padre. Se inicia en el embarazo y culmina a
WISC-IV (análisis intrafactorial de resultados), test de colores y palabras los 24 meses de edad del hijo. Comporta, por un lado, la emergencia del
de STROOP (interferencia de estímulos), test de percepción de diferen- modelo interno de relación padres-hijo, creado a partir de las propias expe-
cias CARAS, MMF-20 (valora el estilo cognitivo impulsivo o reflexivo), riencias biográficas y como se ha procesado psicológicamente; en segundo
D2 (atención selectiva, capacidad de concentración y velocidad de pro- lugar, un cambio de posición en las relaciones, pasando de ser cuidado
cesamiento). Entre los cuestionarios usados más habitualmente: Conners a convertirse en cuidador; en tercer lugar, supone una reorganización de
(para padres y maestros), es un screening de trastornos de conducta en la las identificaciones establecidas en la infancia y adolescencia, inaugu-
infancia, Achenbach (screening de psicopatología general), Edah (da pun- rando una dimensión de la edad adulta.
tuaciones diferenciadas según la presencia de hiperactividad, déficit de La evaluación de este periodo de los 0-3 años comporta siempre: a)
atención, impulsividad y trastornos de conducta), ADHD-Rating Scale- la valoración de las características relacionales, emocionales y comuni-
IV (también específico, más completo que el anterior, con cuestionarios cativas del niño; b) estudio de la parentalidad; c) la relación entre ambos.
para padres y para profesores).
Métodos para la evaluación de las competencias
Otras pruebas. Por su difusión, deben ser mencionadas. Como test del lactante y niño pequeño
de screening sigue teniendo difusión el de Denver en su versión actual Recién nacido. La Neonatal Behavioral Assessment Scale (NBAS),
(Denver II), si bien es poco sensible para pequeños defectos y su valor de Brazelton, evalúa la capacidad del bebé para hacer frente al estrés
predictivo es insuficiente. Se puede utilizar entre 0 y 6 años de edad, nece- del nacimiento y ajustarse al ambiente extra-uterino en los primeros días
sitando un mínimo de 30 minutos para su práctica. Más rápidos son el de vida. Está diseñada para aplicarse a neonatos de 37 a 44 semanas de
CAT (Clinical Adaptative Test) y el CLAMS (Clinical Linguistic and edad gestacional, es decir, para bebés a término, si bien es muy usada
Auditory Milestone Scale). Su práctica conjunta, durante 10-20 minutos, en clínica neonatal para evaluar la evolución del bebé prematuro para
correlaciona bien con el Bayley. Si se quiere conocer de manera rápida orientar la estimulación y cuidados neonatales. No ofrece un elevado nivel
la situación del lenguaje visual, expresivo y receptivo, en sólo 5-10 minu- predictivo del desarrollo más allá del primer año de vida, pero es un
tos se puede aplicar una prueba similar a ELM (Early Language Miles- instrumento útil para favorecer el vínculo de la madre con su bebé en
tone Scale) para niños de 0 a 3 años. Incluso los padres pueden tener situaciones de riesgo médico o dificultades psicopatológicas maternas.
sus guías, de manera que en 5 minutos puedan establecer si hay una ano-
malía en el desarrollo psicológico. En inglés se utiliza el PEDS (Paren- Primeros meses de vida. En las competencias relacionales y comu-
t’s evaluation of Developmental Status). Válido hasta los 8 años de edad. nicativas del bebé interviene, en primer lugar, un componente innato, el
temperamento. Se distinguen tres tipos principales: irritable: propio de
EXPLORACIÓN DE LAS COMPETENCIAS un bebé activado, excitado, difícil de calmar, con mayor tendencia a la
EMOCIONALES Y RELACIONALES vigilia que al sueño, con dificultades de autorregulación de la excitabi-
lidad; calmado: bebé poco activo, fácil de calmar, con mayor tendencia
Es un apartado fundamental en la exploración paidopsicológica. Inte- al sueño que a la vigilia, fácil de autorregular sus estados de excitabili-
resa conocer la afectividad, su desarrollo y los posibles conflictos actua- dad; difícil de poner en marcha: bebé tranquilo pero que se irrita con
les pero, a la vez, su interacción constante con otras áreas del desarro- los cambios, como ocurre en los momentos de pasar del estado de vigi-
llo, como la intelectual. Se estudian las emociones, los sentimientos, las lia al sueño y viceversa, o del estado de saciedad al de hambre. Junto a
experiencias, es decir, todo lo referente a la vivencia subjetiva. Buena lo anterior, existe un componente de estimulación ambiental que tiene
parte de esta información surgirá durante las entrevistas con el paciente lugar a través de la interacción del bebé con sus padres en las situaciones
y su familia, así como de la anamnesis y del conocimiento de las inevi- del cuidado diario. Tanto el temperamento como el estilo interactivo
tables dificultades aparecidas en el desarrollo y su resolución. Cuanto padres-bebé influye en el desarrollo de las competencias emocionales,
menor sea la edad, mayor será la importancia concedida a las interaccio- relacionales y comunicativas del niño. En estos encuentros interactivos,
nes con los padres. A diferencia del adulto, para el niño no es fácil utili- que acontecen normalmente en los momentos de cuidados y permiten las
zar únicamente el lenguaje verbal como medio de comunicación. Sobre interacciones cara a cara facilitando el intercambio emocional, el bebé
todo por debajo de los 10 años, el juego y el dibujo son vías privilegia- desarrolla la capacidad de regulación emocional, descrita como la capa-
das de expresión. Los problemas principales para la evaluación se pre- cidad de sentir una gama amplia de emociones y de modular la intensi-
sentan en la edad de lactante y párvulo, como se especifica a continua- dad y la duración de cada una de las emociones experimentadas.
ción. La regulación emocional está considerada como el núcleo central del
desarrollo emocional antes de la aparición del lenguaje. Se relaciona con
Exploración de las competencias emocionales el desarrollo y la regulación del sentido del sí mismo. Tiene un papel cru-
y sociales de 0 a 3 años cial en los procesos de autonomía psicoemocional del niño, que se sos-
Las investigaciones actuales en el campo de la psicología del desarro- tienen a través de la capacidad de pasar de un estado de co-regulación a
llo han permitido avanzar en el conocimiento de los aspectos precoces de uno de auto-regulación (Damasio, 1999, Fonagy, 2002).
los trastornos mentales. El avance en la delimitación de los factores de Por ello, la evaluación de las interacciones madre-padre-bebé, a tra-
riesgo psicosocial para el desarrollo saludable del bebé, lactante y niño vés de guías de observación es un útil diagnóstico para los trastornos
pequeño, unido con los avances de conocimiento de la psicología del de- psico-emocionales precoces. Normalmente, los clínicos especializados
sarrollo que incluyen al bebé, a los padres en su función de cuidadores en el tema realizan estas valoraciones a través de la observación directa,
y en su identidad de padres y la relación que se establece entre ambos, ha sea en el despacho, en el domicilio, en una sala de hospitalización. Sin
permitido que los cuidados del desarrollo y de sus trastornos precoces se embargo, existen guías de observación que facilitan la unidad de criterio
organicen en las unidades neonatales y en los servicios dedicados a la y la posibilidad de unir la clínica con la investigación. En ellas se eva-
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lúan al niño, al adulto que está con él y a la interacción mutua. La fiabi- ción lúdica del entorno. Main ha descrito un cuarto estilo de apego que
lidad de estos instrumentos, que utilizan codificaciones cualitativas, se complementa los otros tres, el desorganizado: el niño, aparentemente, no
consigue a través de un entrenamiento especializado para acreditar la manifiesta malestar ante la ausencia de la madre, pero queda bloqueado
capacidad de utilizar estos instrumentos para la evaluación. en su actividad; a la vuelta de la madre no se dirige a ella para buscar con-
Es bastante usado el Care-Index Infants Toddlers de P.M. Crittenden. suelo, y presenta conductas muy contradictorias de acercamiento y huida
Parte de una situación de observación estándar en la que se propone a la a la vez, su conducta es muy desorganizada. Se asocia a situaciones de
madre compartir una actividad de juego con su hijo durante 3-5 minu- cuidados negligentes o perturbados. A través de la creación de una entre-
tos grabada en vídeo. Se aplica del nacimiento a los 30 meses. vista autobiográfica semiestructurada que evalúa las representaciones de
• A los 2-3 primeros meses se anota la sincronía fisiológica y la habi- apego, utilizando aspectos de análisis psicolingüístico del narrativo auto-
lidad del adulto para reconfortar al bebé. biográfico obtenido a través de la entrevista (M. Main), se pasó de la eva-
• A los 3-9 meses se evalúa la capacidad de darse turno en la interac- luación de las conductas de apego a la evaluación de las representacio-
ción y la de confluir en un placer compartido. nes de apego. Esta entrevista, llamada Adult Attachment Interview (AAI),
• A los 9-15 meses se valora la capacidad de compartir un juego con- se utiliza tanto para la clínica como para la investigación. La fiabilidad
junto con secuencias copiadas. del instrumento se asegura también a través de una formación específica
• A los 15-24 meses interesa la capacidad de establecer un juego basado para su aplicación y codificación. Se ha utilizado para evaluar el modelo
en un objeto y la capacidad de negociar, no-verbalmente, las diferen- operativo interno de apego de los padres que influye en sus competencias
cias de interés entre los dos jugadores. para los cuidados y la interacción con sus hijos pequeños. En los adultos
• A los 24-30 meses, la capacidad de mediación lingüística en el juego, también se han hallado cuatro estilos de apego: seguro, inseguro evita-
la comunicación recíproca y la negociación tanto de los planes como tivo, preocupado y no resuelto.
de los deseos diferentes de los dos. Estudios posteriores han mostrado la transmisión transgeneracional
Se estudian siete aspectos de la interacción, tanto en el adulto como de los modelos de apego (Steele H, Steele M, Fonagy P 1996), lo que
en el niño: 1) expresión facial; 2) expresión verbal; 3) posición y contacto ha aumentado el interés de estudiar el apego parental en los trastornos
corporal; 4) afecto; 5) contingencia del turno en el diálogo relacional; precoces emocionales, de relación y comunicación. A partir de la AAI, se
6) control; 7) elección de actividad. han desarrollado otros instrumentos para evaluar las representaciones de
Se puntúan 3 escalas para los adultos: 1) sensitivo; 2) controlador; apego en el niño de 3 a 6 años, basados en una tarea de cumplimiento
3) de poca respuesta. de historias propuestas a los niños, lo que permite recoger sus narracio-
Se puntúan 4 escalas para el niño: 1) cooperante; 2) difícil; 3) com- nes y analizarlas bajo la misma perspectiva que la AAI. Uno de los más
pulsivo: complaciente, atento; 4) pasivo. usados es el Attachment Story Completion Task (Bretherton, 1991), pro-
Esta prueba estudia el estilo interactivo de los 30 primeros meses porcionando también los cuatro tipos de apego descritos antes. Explorar
de vida y permite detectar las situaciones anómalas y plantear tratamien- las representaciones de apego de padres y niños aporta mayor informa-
tos que orienten a los padres sobre las dificultades del niño o las pro- ción sobre las competencias relacionales, de regulación emocional y de
pias para recuperar la calidad relacional. mentalización de los conflictos de cada uno de los compañeros de las
interacciones y de la relación en los tres primeros años de vida, orien-
Línea evolutiva del apego. Bowlby describió, en 1967, influido por tando mejor los diagnósticos y las indicaciones terapéuticas. Tanto la IDC-
los descubrimientos del etólogo Konrad Lorenz, la capacidad del niño 10, el DSM-IV como la clasificación diagnóstica de 0 a 3 años, incluyen
pequeño para vincularse de forma específica con su cuidador principal la categoría trastorno del vínculo (véase cap. 22.2).
(normalmente, la madre), descubriendo que el niño muy pequeño des- La psicopatología precoz, reconocida como tal desde 1980, año de la
arrolla actitudes de relación y comunicación para atraer su atención y pro- creación de la World Association Infant Mental Health, está actualmente
curar su cercanía. A partir del año en que empieza a caminar, esta vin- recogida en la clasificación diagnóstica de 0 a 3 años (Zero to Three,
culación específica le permite explorar su entorno sin perder de vista a National Center for Infants Toddlers and Families, Washington, USA).
su cuidador, al que recurre en momentos de peligro y estrés para prote- Sigue el proceso de consenso entre los diferentes especialistas y ha sido
gerse. Bowlby desarrolló varias hipótesis sobre la importancia de este recientemente aceptada como complemento de la DSM. Se organiza en
vínculo afectivo para el desarrollo saludable del niño. A partir de sus estu- 5 ejes: Eje I: diagnóstico primario. Eje II: clasificación del trastorno de
dios se dio una explicación científica a la constatación clínica realizada relación. Eje III: trastornos médicos y trastornos del desarrollo. Eje IV:
por otros especialistas, entre ellos R. Spitz, sobre el mal desarrollo psi- factores de estrés psicosocial. Eje V: nivel funcional del desarrollo emo-
cológico y somático de los niños criados en residencias de huérfanos por cional.
varios cuidadores que no llegaban nunca a vincularse de forma afectiva Sobre las bases del conocimiento psicoemocional y psicosocial de los
al niño. La falta de lazos afectivos con un cuidador principal puede lle- 3 primeros años de vida, se fundamenta la detección precoz de trastor-
var a la muerte del niño, cuadro descrito por R. Spitz como depresión ana- nos mentales graves de inicio temprano, como los incluidos bajo el nom-
clítica, presente en cuadros de “hospitalismo” (véase cap. 22.2). bre de Espectro Autista o Trastorno Invasivo del Desarrollo (Pervasive
M. Aynsworth desarrolló una prueba de observación en un laborato- Developmental Disorder) del DSM-IV o su equivalente en la IDC-10
rio de conducta, la situación extraña, consistente en estudiar las reaccio- Trastorno Generalizado del Desarrollo, o el Trastorno Multisistémico del
nes de niños de 12 meses a los que se les hace afrontar una separación Desarrollo de la CD 0-3. Estos trastornos comportan una alteración en
breve de sus madres, permaneciendo en compañía de un adulto extraño las competencias sociales y comunicativas del niño pequeño, una dificul-
para ellos. Así se demuestran 3 estilos de apego, que son universales: el tad específica para la relación entre personas, de modo que el interlocu-
seguro, el inseguro desactivado y el inseguro hiperactivado. tor que intenta establecer comunicación se siente no considerado como
En el prototipo comportamental de vínculo seguro, el niño afronta la tal. El diagnóstico se realiza, tanto a nivel de la observación de las con-
separación de la madre con alguna queja y reclamación, pero se deja con- ductas que acompañan normalmente la interacción social (inicio espon-
solar por el extraño; cuando vuelve la madre busca su consuelo, consi- táneo de comunicación preverbal o verbal, mirada directa a los ojos del
gue consolarse y puede volver a la exploración lúdica del entrono. El pro- interlocutor, capacidad de compartir interés con otro sobre un objeto),
totipo de vínculo inseguro desactivado consiste en que el niño afronta como de la observación del nivel de interrelación, que permite estable-
la separación de la madre aparentemente sin manifestaciones de males- cer la calidad de interlocutor. De hecho, los padres (interlocutores prin-
tar, no busca el consuelo del extraño y, cuando vuelve, la madre no mani- cipales del niño desde el nacimiento) refieren los primeros síntomas sobre
fiesta necesidad de ser consolado, pero no se separa de la madre ni retoma los 15-18 meses de vida. Sin embargo, la constatación del trastorno es a
la exploración lúdica del entorno. menudo difícil antes de los 24 meses y la definición clara y estabilización
El prototipo del vínculo inseguro hiperactivado consiste en que el de los síntomas en el área de la comunicación y la relación no tiene lugar
niño afronta la separación de la madre con gran angustia y desconsuelo, hasta los 4-5 años de edad. Por ello es importante evaluar los trastornos
no se deja consolar por el extraño, cuando vuelve la madre se apega a ella en sus primeras manifestaciones para conseguir unas intervenciones pre-
con gran desconsuelo, no se calma fácilmente y no vuelve a la explora- coces, clasificándolos en los apartados amplios de Trastorno multisisté-
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1900 Trastornos psicológicos

mico del desarrollo (0-3) o Trastorno Invasivo del desarrollo (DSM-IV) la adaptación a lo real y el diagnóstico estructural de personalidad. En
o Trastorno generalizado del desarrollo (IDC-10). éste, como en los demás tests de personalidad se requiere un profesio-
Los instrumentos actualmente reconocidos para la evaluación de estos nal con experiencia. Las conclusiones diagnósticas no pueden dedu-
trastornos son: como screening, el CHAT. En el área diagnóstica, la ADI- cirse de una sola prueba, sino que deben buscar la convergencia de indi-
R y ADOS-G. La Autism Diagnostic Interview-R actúa a partir de una cios apuntados a través de las distintas pruebas y de su relación con los
entrevista semiestructurada a los padres sobre las características del niño, otros elementos del proceso psicodiagnóstico.
pidiendo ejemplos que sostengan sus descripciones. Aporta una puntua-
ción de base que permite valorar si existen los síntomas principales que Escalas y cuestionarios
configuran el trastorno en el DSM-IV: a) incapacidad cualitativa de la En los últimos tiempos ha proliferado el número de escalas y cues-
interacción social recíproca; b) incapacidad cualitativa en la comunica- tionarios disponibles sobre diferentes aspectos clínicos (depresión, défi-
ción, no verbal y verbal; c) patrones del comportamiento restringido, repe- cit de atención, trastornos de conducta). Tienen la ventaja de proporcio-
titivo y estereotipado; d) anomalías o desviaciones del desarrollo eviden- nar, de forma rápida, una información clínica expresada cuantitativamente,
tes antes de los 36 meses. No tener alterados los cuatro apartados que puede servir como screening, dado que no se trata de pruebas diag-
sintomáticos permite hacer el diagnóstico diferencial: estado de estrés nósticas como tales. Algunos permiten contar con diferentes informa-
post-traumático (cierta fase del trastorno cursa con repliegue relacional, dores (niño, padres, profesores), que es una necesidad dentro de la psi-
desinterés y pérdida de habilidades), trastorno del humor por duelo pro- quiatría infantil. Sin embargo, conviene insistir en que en ningún caso
longado; trastorno del humor por depresión de la primera infancia; tras- sustituyen al juicio clínico en la formulación del diagnóstico y consi-
torno del vínculo reactivo a situaciones de carencia y maltrato; tras- guiente orientación terapéutica. Algunos de los más usados son: Conners
torno de la regulación: sub-reactivo; trastorno de la comunicación y la (trastornos de conducta), Achenbach (psicopatología general), Chat (tras-
relación (cubre los trastornos autísticos que posiblemente se estabiliza- tornos del espectro autista), CDI (depresión infantil). Para la valoración
rán, pero no todos). en profundidad de rasgos de personalidad son conocidos el Maci (inven-
tario clínico de Millon para adolescentes) y el 16PF (cuestionario facto-
PRUEBAS DE PERSONALIDAD rial de la personalidad).

Poseen características propias que las distinguen de las de inteligen- VALORACIONES PSICOPEDAGÓGICAS
cia. Si bien se trata de situaciones estandarizadas (material y consignas de Y DE ORIENTACIÓN PROFESIONAL
administración idénticos), los resultados no pueden ser expresados cuan-
titativamente. Si en un test de inteligencia una respuesta puede ser correcta Los centros docentes y algunos gabinetes disponen de equipos psi-
o incorrecta, en los de personalidad todas son válidas y significativas. Los copedagógicos que pueden valorar la existencia de dificultades en los
tests proyectivos son denominados así por estar basados en el concepto de aprendizajes y de adaptación, dando una orientación psicopedagógica.
proyección. La percepción de la realidad no es neutra, sino que está con- Cuando se aprecia que las dificultades son de origen psíquico se deri-
dicionada por la propia interpretación. Las técnicas proyectivas usan estí- van a los especialistas de salud mental para su valoración y tratamiento.
mulos ambiguos a fin de que sea la persona quien los perciba, estructurán- En ocasiones los centros psicopedagógicos también realizan infor-
dolos ella misma según sus motivaciones, angustias o estados de ánimo. mes de orientación profesional que incluyen valoraciones de la capaci-
Dentro de ellos hay tests gráficos, temáticos y estructurales. dad intelectual y de personalidad. Se debe tener presente que se trata en
algunos de pruebas de screening, administradas en ocasiones de forma
Tests gráficos colectiva por lo que, en caso de observarse anomalías, deben ser eva-
Se trata de realizar un dibujo y elaborar una historia inventada por el luadas en profundidad por el especialista.
niño sobre sí mismo. Los más conocidos son el dibujo libre, el dibujo
(estático o bien dinámico) de una familia, el dibujo de una casa, un árbol OTRAS EXPLORACIONES
y una persona, el dibujo de una pareja y el dibujo de un animal. Serán
analizados tanto en un nivel formal (actitud frente a la tarea, tamaño, pre- Ante dudas orgánicas o neurológicas de algún tipo que se presenten
sión de lápiz, tipo de trazo, emplazamiento del dibujo, presencia de deta- en el estudio de un paciente, el pediatra evaluará médicamente estas sos-
lles inadecuados, impresión “gestáltica”, de partes) como en la interpre- pechas y solicitará las pruebas pertinentes o la intervención del especia-
tación de contenido: básicamente es ver qué conflictos aparecen y qué lista. Los más habituales son: EEG, diagnóstico por la imagen, analítica,
medios usa el niño para defenderse de la angustia creada, así como el exploración ocular y audiometría. En ocasiones habrá que volver al exa-
grado de efectividad de estas defensas. men somático para descartar una etiología orgánica, por ejemplo, en los
diagnósticos diferenciales de los trastornos somatomorfos. Puede solici-
Tests temáticos tarlo también para intentar establecer la causa precisa de una deficiencia
En ellos una serie de láminas presentan unos dibujos en los que se mental o un retraso de la maduración. Si la consulta psicológica la realiza
reproducen situaciones que suscitan posibles conflictos, como son los un paidopsiquiatra, es deseable que el examen somático lo practique otro
celos fraternales, la relación con los adultos y la autoridad, la satisfacción profesional de su confianza debido al diferente plano de exploración que
de necesidades o la expresión de la agresividad. Se invitará a narrar his- supone respecto a indagar los significados subjetivos de una conducta.
torias a partir de las láminas. Algunas de estas pruebas utilizan como
personajes las figuras de animales que, por su familiaridad con el mundo INFORME PSICOLÓGICO
del niño, permiten con mayor facilidad la expresión de impulsos que,
en cambio, censuraría en sí mismo. Algunos de los más conocidos son el Cuando se ha realizado una completa exploración psicológica, ésta
test de Pata Negra de L. Corman, el TAT (Thematic Aperception test de debe concluir con una exposición oral de los resultados al niño y su fami-
H.A. Murray), el CAT (Children Aperception test de Bellok) y el test de lia, debido a la posible movilización de aspectos afectivos. De esta forma
relaciones objetales de H. Phillipson. puede establecerse un diálogo respecto a todas las dudas o angustias sus-
citadas, mientras que recibir únicamente un informe escrito privaría de
Tests estructurales la presencia de un interlocutor y, tal vez, de una mejor comprensión de
Su prototipo es el test de Rorschach. Las láminas presentan manchas los trastornos psicopatológicos. El informe psicológico escrito se redacta
de tinta simétricas en blanco y negro y en color. Se pide al explorado que en función de a quién se dirige. No es lo mismo informar a los padres, a
explique lo que le sugiere cada una. La interpretación de la prueba puede la escuela, al médico solicitante o a otro profesional de la salud mental.
realizarse de forma rigurosamente codificada, existiendo en la actualidad El lenguaje empleado debe ser comprensible para el destinatario, al igual
programas informáticos para llevarla a cabo. Entre los resultados se busca que las explicaciones y los razonamientos. Algunos de los puntos que hay
encontrar el nivel psicogenético de la problemática existente y de las que incluir en el informe psicológico son: Datos de referencia del paciente.
defensas utilizadas, el equilibrio establecido entre la vida imaginativa y Actitud observada durante la exploración, que proporciona información
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Terreno de la paidopsiquiatría 1901

sobre el paciente y sobre la validez de los resultados obtenidos. Resul- - Bayley N. Bayley scales of infant and toddler development. 3ª ed. San Antonio, Texas:
tados cuantitativos y cualitativos: toda puntuación debe acompañarse del Pro-Ed, 2006.
significado correspondiente, comentando también aspectos que pueden - Cruz-Martínez D, Ibáñez-Fanés M. Exploración psicológica. En: Cruz M. Tratado de Pedia-
no reflejarse en puntuaciones numéricas, como los relativos a organiza- tría. 9ª ed. Madrid: Ergon, 2006. p. 1725-30 (con más citas bibliográficas de años previos).
ción de la personalidad o sentido de los síntomas. Impresión diagnóstica: - Del Barrio V. Evaluación psicológica en la infancia y adolescencia. Madrid: Universi-
se procede a la articulación de los diferentes momentos del proceso diag- dad de Educación a Distancia, 2002.
nóstico, que comenzó por el motivo de la consulta. El diagnóstico, refe- - Glascoe EP. Early detection of developmental and behavioral problems. Pediatr Rev
rido a los aspectos subjetivos de la personalidad, se realiza a partir de una 2000; 21: 272-9.
convergencia de indicios, nunca a partir de una única medida aislada. - Jellinek M, Patel B, Froehle M. Bright futures in practice mental health. Arlington VA. 2002.
Orientación terapéutica como consecuencia directa de la hipótesis diag- - Lilienfeld SO. Scientifically unsupported and supported intervetion for childhood psycho-
nóstica: se toman en cuenta los hallazgos de la exploración y los factores pathology. Pediatrics 2005; 115: 761-4.
pronósticos o de riesgo, así como los recursos terapéuticos, familiares e - Osterling JA, Dawson G, Munson JA. Early reconigtion of 1 year old infants with autism
individuales. Cuando el caso ha sido remitido por un pediatra, éste debe spectrum disorder versus mental retardation. Dev Psycopathol 2002; 14: 239-51.
dar su asentimiento al posible tratamiento propuesto. - Pediatría Integral. Compendio de Formación Continuada en Psiquiatría Infantil. Madrid:
Ergon, 2008.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - Rincón Víctor P. Desarrollo cognitivo en el niño. Barcelona: Ed. Mayo, 2010.
- AAP. Committee on children with Disabilities: Developmental surveillance and scree- - Sabria Pay J. Historia clínica y detección precoz de loa problemas emocionales y de con-
ning. Pediatrics 2006; 118: 405-20. ducta en la infancia. Pediatr Integral 2008; 12: 847-54.

cap. 22.3). Así, un lactante a los 2 meses de vida todavía no sigue con
22.2 Terreno la mirada los movimientos de la cara de la persona que está junto a él y
falta la respuesta de sonreír (“primer organizador”, de René Spitz), o bien
de la paidopsiquiatría a los 4-5 meses aún no intenta jugar con el observador, ni establece reci-
procidad verbal (intercambio de balbuceos entre niño y observador), ni
tiende las manos cuando va a ser cogido (“maniobra de anticipación”),
P. Castells ni tampoco vuelve la cabeza hacia la voz del observador. Por otro lado,
el niño muestra frecuentemente conductas de apatía, mirada fija (sin obje-
tivo, perdida), llanto débil, hipotonía, prensión débil, escasa motilidad
espontánea, sueño excesivo y falta de interés por el entorno. Su escaso
desarrollo ponderal es llamativo, presentando enfermedades somáticas
frecuentes (infecciones) o trastornos de alimentación (p. ej., rumiación).
Para llegar a laa nueva psiquiatría del desarrollo, la medicina psiquiá- Es patognomónico de este trastorno la reversibilidad del cuadro clínico
trica infanto-juvenil ha tenido que desprenderse de las clasificaciones tra- con los cuidados adecuados, excepto en los casos de abandono extremo.
dicionales de las enfermedades mentales y aceptar, aunque no de forma La sintomatología asociada principal es la propia de la malnutrición. La
universal, unas directrices consensuadas por la Asociación Americana de edad de comienzo es antes de los 5 años. Más allá de esta edad, el niño
Psiquiatría, representadas por el actual DSM-IV-TR (texto revisado), no desarrollará este cuadro clínico en respuesta a unos cuidados inade-
manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. El presente cuados o patógenos. El diagnóstico del trastorno de la vinculación puede
capítulo revisa, siguiendo la citada orientación, las entidades que con hacerse muy precozmente, en el primer mes de vida.
mayor frecuencia pueden encontrar el pediatra y el paidopsiquiatra. Se Con un tratamiento de estimulación apropiado y reestablecido el cui-
mantienen algunos trastornos infanto-juveniles con la denominación que dado afectuoso, las complicaciones psicológicas se limitarán a los efectos
tenían en el manual DSM-III-R por considerarla aún vigente y apropiada. derivados de una estancia prolongada en una institución (hospital, orfa-
Esta visión general del terreno de la paidopsiquiatría parece conveniente nato), que puede afectar al desarrollo de la personalidad del niño. Son de
y práctica para el pediatra y, en general, el profesional que asiste a niños gran importancia los factores predisponentes, la mayoría sociopatías, que
y adolescentes, si bien en otros capítulos se describen con más detalle interfieren en el establecimiento armónico del vínculo materno-filial. Con
algunos cuadros clínicos destacados. Una correcta actuación permite, no respecto al cuidador (madre o sustituto materno), pueden influir enferme-
sólo curar o aliviar al niño o adolescente, sino prevenir la frecuente pato- dades como la depresión grave, el aislamiento de la persona cuidadora, las
logía psiquiátrica del adulto. obsesiones de la infancia, deprivación afectiva de la madre durante su
infancia y falta de oportunidades para aprender la conducta materna básica.
TRASTORNOS DE LA INFANCIA, LA NIÑEZ Por parte del niño, a veces es “difícil”, muy nervioso e irritable o, por el
O LA ADOLESCENCIA contrario, excesivamente tranquilo”, pudiendo frustrar al cuidador y fomen-
tar el desarrollo del trastorno, ya que es bien conocido que la mayoría de
En el DSM-IV-TR se antepone al título la palabra Otros (otros tras- acciones maternales en relación con el niño son, en realidad, iniciadas por
tornos de la infancia, la niñez y la adolescencia), porque es una especie el niño. Otras veces es la falta de contacto físico, cuerpo a cuerpo, durante
de cajón de sastre, en donde se han depositado entidades etiológicamente los primeros días de vida, bien por separaciones precoces del niño de su
distintas. Se contemplan: el trastorno reactivo de la vinculación de la cuidador adulto o por necesidades médicas (incubadora, UCI). Destacan
infancia o la niñez, el mutismo selectivo, el trastorno de ansiedad por dos cuadros clásicos que, por su interés clínico, son expuestos a continua-
separación y el trastorno de movimientos estereotipados. ción: el hospitalismo y la depresión anaclítica.

Trastorno reactivo de la vinculación de la infancia Hospitalismo. Término acuñado por Pfaundler, en 1915, para defi-
o la niñez nir las etapas que acontecen en el lactante separado de su madre o cuida-
El cuadro clínico de esta entidad se manifiesta por signos de pobreza dor antes de cumplir 6 meses de edad (corresponde a la etapa de los 6-8
en el desarrollo emocional y somático, que aparecen antes de los 5 años meses, cuando se establece la correcta “relación objetal”: del bebé con el
y son debidos a una falta de cuidados imprescindibles. Estos niños pre- cuidador, a quien considera “objeto” de su amor). Las etapas, detalladas
sentan, por una parte, un déficit de respuestas apropiadas a la edad (véase por Spitz, son las siguientes. Primer mes: el niño está llorón, exigente y
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1902 Trastornos psicológicos

caprichoso. Segundo mes: emite chillidos, rechaza la comida, pierde peso, del niño (terapia familiar) y, a veces, también estará indicada la medica-
tiene insomnio, estancamiento del CD (cociente de desarrollo): y sufre ción antidepresiva (véase cap. 22.12).
repetidas afecciones respiratorias. Tercer mes: rechaza el contacto, no
llora, se coloca preferentemente en decúbito prono, sigue la pérdida de Trastorno de ansiedad por separación
peso y retraso del CD, la facies es inexpresiva. Cuarto mes en adelante: El síntoma esencial de este trastorno es un estado elevado de ansie-
gemidos, rigidez facial, letargo, largos periodos de inmovilidad alternando dad (véase cap. 22.4), que manifiesta el niño al separarse de las personas
con movimientos oscilatorios de la cabeza (spasmus nutans), terminando del hogar o del círculo familiar. El niño rechaza pasar la noche en casa
incluso con marasmo y exitus. Si el cuadro de hospitalismo sobrepasa los de amigos, ir a colonias o acudir a la escuela: es la mal llamada fobia a
5 meses, el pronóstico es de extrema gravedad pero, cuando la situación la escuela o fobia escolar ya que, en realidad, desea ir a la escuela y tiene
materno-filial mejora a los 3 meses de separación, los trastornos desapa- ganas de aprender, pero es más fuerte su deseo de no dejar a la familia
recen (estas situaciones clínicas fueron reproducidas con casi idénticos (véase cap. 22.9). No puede permanecer solo en una habitación, está siem-
resultados por Harlow en la década de los 1970, con sus famosos expe- pre pegado “a las faldas” de la madre, teme que algo dañe a sus padres
rimentos con crías de macacos rhesus y madres artificiales “de alambre”). y habla frecuentemente de enfermedades y muertes. Se asocian los mie-
Aunque hoy día este tremendo cuadro clínico es difícilmente observable dos: a los animales, a la oscuridad, a la noche (les cuesta conciliar el sueño,
en las instituciones infantiles, existen otros equivalentes, como son los tienen pesadillas y se refugian en la cama de sus padres o hermanos). En
niños con hospitalizaciones repetidas (a veces sin causa justificada o por cuanto a la edad de comienzo, parecen existir dos puntos de máxima inci-
síndrome de Münchausen) y el denominado hospitalismo intrafamiliar dencia: al empezar la escolaridad y en el comienzo de la adolescencia. La
por abandono afectivo, sin separación física del cuidador. forma extrema parece iniciarse en torno a los 11-12 años, manifestada en
forma de rechazo escolar. Existen periodos de exacerbación y de remi-
Depresión anaclítica. Descrita por Spitz, afecta al niño que pierde sión, según influya el ambiente. Entre las complicaciones están las exce-
el “apoyo” de su madre (del griego anaclino: apoyo), separándose de ella sivas exploraciones médicas debido a sus somatizaciones, las dificulta-
o del cuidador después de los 6 meses de vida, es decir, habiendo esta- des de tipo académico en los casos con rechazo escolar y la evitación
blecido ya la “relación objetal”. No presenta la extrema gravedad del hos- de las situaciones sociales. Como factores desencadenantes de la apari-
pitalismo, aunque puede convertirse en él si la separación sobrepasa los ción del trastorno destaca el estrés debido a una pérdida real o simbólica:
4-5 meses. Existen también tres etapas correlativas: 1º) protesta con llanto la enfermedad o muerte de un familiar, discusiones familiares, separación
enérgico, agitación y ansiedad; 2º) desesperación: menor agitación, llanto matrimonial y cambios de escuela o de domicilio. Se trata casi siempre
monótono e intermitente; 3º) negación (desvinculación o distanciamiento): de familias que conceden gran importancia al vínculo entre sus miem-
mayor interés por el ambiente y actitud tranquila; etapa paradójica, ya bros y al cuidado de la descendencia (familias fusionadas). El diagnós-
que la aparente mejoría emocional esconde un rechazo de la madre o cui- tico diferencial deberá hacerse con: cierto grado de “ansiedad por sepa-
dadora, ante la cual el niño actúa con indiferencia. ración” en la primera infancia, normal en los niños pequeños (en la entrada
a la guardería o parvulario, etc.); los miedos normales según edad del
Diagnóstico diferencial de los trastornos reactivos de la vincula- niño: entre los 2 y 3 años aparecen los miedos a los animales (primero a
ción. Debe hacerse con: la deficiencia o discapacidad psíquica (véase cap. los grandes animales y, más adelante, a los pequeños); de los 3 a los 5
22.13), donde los niños se desarrollan lentamente, pero no muestran tras- años es frecuente el miedo a la oscuridad y hacia los 4 años son habi-
tornos en la vinculación (aunque en algunos pueda asociarse); los tras- tuales las pesadillas nocturnas, mientras que a los 7 hay miedo a las som-
tornos generalizados del desarrollo (en el cual se incluyen el trastorno bras y a los ladrones, y a los 8 años está en auge el miedo a la muerte tam-
autístico, el síndrome de Rett, trastorno desintegrativo infantil y la enfer- bién denominado “ansiedad de los ocho años”, ante la posibilidad de
medad de Asperger; el déficit neurosensorial grave, como sordera o pérdida de la madre; el rechazo escolar o fobia escolar verdadera; el tras-
ceguera, y trastornos mayores del SNC; la enfermedad somática cró- torno por ansiedad excesiva y el trastorno por evitación son dos manifes-
nica grave (véase cap. 25.4); el hipocrecimiento psicosocial y el síndrome taciones en que la ansiedad no se centra en el hecho de la separación; el
de falta de medro (véase cap. 25.12). trastorno profundo del desarrollo y la esquizofrenia; la depresión mayor
de la infancia (véase cap. 22.5); el trastorno de conducta no se manifiesta
Mutismo selectivo con angustia de separación y el niño no presenta ansiedad mientras vaga-
También conocido como mutismo electivo, se caracteriza por la inca- bundea durante todo el día fuera de casa.
pacidad persistente de hablar en situaciones sociales específicas (p. ej., El tratamiento está encaminado a cambiar la dinámica familiar, si se
en la escuela, con compañeros de juegos, con determinados adultos), pose- trata de una madre sobreprotectora o una familia fusionada, mediante tera-
yendo el niño la capacidad de hablar y comprender el lenguaje hablado pia familiar y técnicas conductuales de reforzamiento de conductas desea-
y utilizar la capacidad de comunicación verbal con soltura en otras situa- bles y extinción de las indeseables La farmacología ayuda mediante tran-
ciones. Estos niños habitualmente se hacen entender mediante gestos y quilizantes o ansiolíticos y también puede precisarse el apoyo de algún
signos de afirmación y negación o utilizando monosílabos y expresiones antidepresivo.
muy cortas, con voz monótona o alterada. La sintomatología asociada es
de timidez excesiva, aislamiento social y retraimiento persistente (p. Trastorno de movimientos estereotipados
ej., está siempre “pegado” a la madre, incluso llegando a un trastorno Consiste en conductas impulsivas y repetitivas que no tienen una base
de ansiedad, tipo fobia social), rasgos compulsivos, pataletas o compor- funcional, ni finalidad constructiva ni un propósito socialmente acepta-
tamiento controlador o negativista, especialmente en casa. Puede existir ble. El cuadro clínico es muy diverso y presenta distintas manifestacio-
un grave deterioro de las actividades social y escolar. La edad de comienzo nes: balanceo corporal (body rocking), rotaciones de la cabeza (head
habitualmente es antes de los 5 años, siendo la incidencia mayor en niños rolling), cabezazos (head banging), golpear o morder partes del propio
que en niñas, pudiendo tratarse de un proceso de breve duración, sema- cuerpo (como, por ejemplo, la onicofagia: morderse las uñas), rascarse y
nas o meses, o perdurar durante varios años. Son factores predisponen- hacerse heridas en la piel, rechinar los dientes (bruxismo), manipula-
tes la sobreprotección materna, las emigraciones y hospitalizaciones (espe- ciones corporales (p. ej., hurgarse la nariz constantemente o succión del
cialmente antes de los 3 años). El diagnóstico diferencial deberá hacerse pulgar), hiperventilación y tragarse el aire (aerofagia), provocarse eruc-
con los trastornos de la comunicación (fonológico, del lenguaje expre- tos, etc. El carácter repetitivo de estos actos los asemeja a los tics e incluso
sivo, mixto receptivo-expresivo o tartamudeo); con la falta de conoci- han sido denominados “tics de hábito”. Se diferencian por aparecer más
miento del idioma (en el caso de niños inmigrantes); con los trastornos precozmente, carácter menos brusco, requerir cierta preparación y situa-
generalizados del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, o ción; la complacencia del niño es evidente, siendo movimientos volun-
retraso mental grave, cuyo cuadro clínico se manifiesta en todas las acti- tarios no espasmódicos. Son variantes clínicas: balanceamiento de todo
vidades de su vida cotidiana. El tratamiento será, fundamentalmente, pre- el cuerpo, el más precoz, hacia los 6 meses y el que tarda más en desapa-
ventivo, procurando no incurrir en errores educativos y actuando cuando recer; golpes con la cabeza (offensa capiti en la medicina clásica), comien-
el cuadro clínico se manifieste plenamente con modificaciones del entorno zan a los 9 meses y terminan antes de los 4 años; rotaciones de cabeza,
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Terreno de la paidopsiquiatría 1903

se inician hacia los 7 meses (también se llaman espasmus nutans y se lógicas), patología psiquiátrica (aproximadamente el 80% de los niños
acompañan de nistagmo en un 60 por ciento de los casos). Estos movi- y adolescentes que intentan suicidarse y el 90% de los que lo consuman
mientos estereotipados son frecuentes en niños completamente norma- sufren un trastorno psiquiátrico), características de la interacción fami-
les, con antecedentes familiares de las mismas estereotipias, y que son liar, patrones sociales y culturales (p. ej., la alta tasa de suicidios juve-
simples hábitos inconscientes u actos autoestimuladores. Deben distin- niles que acontecen en Japón).
guirse del retraso mental, trastornos generalizados del desarrollo y niños Los factores de riesgo en el medio familiar son los condicionantes
que padecen inadecuada estimulación social o carencia afectiva. El tra- más próximos y sobre los cuales el pediatra puede tener alguna ascenden-
tamiento en muchos casos no precisa más que tranquilizar a los padres cia. La conflictividad en la familia es una de las circunstancias biográfi-
sobre la benignidad del proceso. A veces puede ser a base de ligeros ansio- cas más frecuentes en los adolescentes que intentan suicidarse, de tal
líticos. Impregnar con sustancias repelentes las uñas para evitar que se forma que la desestructuración y desorganización de la familia, junto con
muerdan puede dar buenos resultados. Los artilugios mecánicos (mediante las alteraciones de la interacción de sus miembros, constituyen uno de los
técnicas de ortodoncia) utilizados para evitar la succión del pulgar no son factores de riesgo fundamentales. Aproximadamente el 50% de los niños
del todo eficaces. En casos extremos de movimientos estereotipados con que cometen un intento de suicidio refieren una situación conflictiva en
evidentes características obsesivo-compulsivas estarían indicados los fár- su familia, de la cual el niño se siente muchas veces responsable. En la
macos antidepresivos. mitad de los casos se señala como motivo desencadenante del intento una
discusión con los padres; le sigue en frecuencia el temor al castigo y el
TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO miedo a la separación de los padres después de una disputa entre ellos.
Las relaciones conflictivas con los progenitores, la falta de comunicación
La sintomatología esencial de este grupo consiste en una alteración de éstos con el hijo, la falta de atención y el desinterés por los problemas
del humor o estado de ánimo (distimia) que se acompaña de un síndrome del adolescente, las críticas persistentes por su comportamiento, la frial-
depresivo o maníaco. El estado de ánimo corresponde a una situación dad afectiva, la falta de amor, los castigos como método educativo pre-
emocional permanente que colorea por completo la vida psíquica, tanto ferente y el aislamiento social de la familia, son características altamente
en el sentido de la depresión como de la euforia (maníaca). Interesa aquí significativas en los intentos de suicidio. De hecho, la falta de apoyo emo-
únicamente el trastorno depresivo, que puede presentarse en cualquier cional y personal por parte de la familia es claramente manifiesta en la
edad, incluido el lactante, aunque se manifiesta en toda su amplitud en la gran mayoría de los niños que intentan suicidarse. Asimismo, la falta de
etapa adolescente. De entrada, no obstante, hay que tener en cuenta que la figura del padre es fundamental en el desarrollo de las conductas sui-
el afecto depresivo de base es muy común en el adolescente. El aisla- cidas del adolescente. La ausencia del padre es un factor perturbador
miento, el encerrarse en sí mismo, las actividades reducidas al mínimo y del desarrollo normal del niño desde los primeros años y es un antece-
los accesos de pesimismo son frecuentes en el adolescente (véase cap. dente en la historia de sujetos adultos que sufren depresión y han tenido
13.9). Hay que considerar tres situaciones que podrían evocar en la ado- conductas suicidas (la pérdida del padre es especialmente lesiva cuando
lescencia este afecto depresivo de base: a) humor depresivo, que es el acontece durante los primeros 11 años de vida). La depresión mayor es
componente desvalorizador llevado sobre sí mismo y puede representar uno de los trastornos afectivos más frecuentemente asociados al suicidio.
una señal de alarma; b) aburrimiento, que se acompaña habitualmente de Si, además, se suma un trastorno de déficit de atención con hiperactivi-
inhibición afectiva, motriz e intelectual, y puede interpretarse como una dad, consumo de drogas u otros trastornos de conducta, el riesgo de con-
defensa frente a la depresión: c) morosidad, que implica lentitud y demora sumar el suicidio aumenta. Todo lo dicho no significa que se deba enfren-
en las actividades, sin aparente energía para realizarlas. Estas manifesta- tar la problemática del suicidio con actitud derrotista, ni se deba culpar
ciones afectivas, que configuran el denominado “estado depresivo del inexorablemente a la familia, dado que muchas veces la intervención más
adolescente” y que están prácticamente presentes en todos los jóvenes, eficaz es detectar el sufrimiento de uno o ambos padres (enfermedad
en menor o mayor grado, deben ser consideradas más como un signo de depresiva, alcoholismo) y brindarles el apoyo que necesitan.
alarma o de defensa frente a la depresión que, como estados depresivos
propiamente dichos. En el término “depresión” (del latín deprimere: hun- Trastornos de ansiedad
dirse) implica al menos tres significados: a) puede referirse a un estado El niño acostumbra a ser una persona ansiosa por naturaleza, aunque
de ánimo disfórico (comúnmente expresado como: “estoy depre”); b) un esta actitud expectante puede constituir un auténtico trastorno cuando
síntoma, que puede aparecer aislado en respuesta a una pérdida (reacción la angustia es el síntoma predominante y repercute en su ajuste psicoso-
de duelo) o desengaño, o bien formar parte de una determinada enferme- cial. En síntesis, la ansiedad (etimológicamente: incomodidad) se rela-
dad física o mental; c) la depresión como síndrome, que correspondería ciona con el componente psíquico, mientras que la angustia (etimológi-
a este episodio depresivo mayor. En la práctica pediátrica, el mayor por- camente: estrechez), con el componente orgánico del estado emocional
centaje de estados depresivos son reactivos al ambiente: depresiones por (véase cap. 22.4).
exigencias excesivas, por ejemplo, escolares; depresiones de descarga,
después de una sobrecarga o pérdida de un ser querido. Sólo merece ser TRASTORNOS ADAPTATIVOS
llamada depresión la que tiene cierta duración y cierta importancia. Es
una de las respuestas posibles ante el sufrimiento, pero no hay que con- La sintomatología esencial consiste en una reacción desmesurada o des-
fundirla con éste, ni es la única respuesta posible del niño. Otras pue- adaptativa ante un estrés psicosocial identificable y que se presenta den-
den ser evitación, rechazo, cólera o rabia. De modo que la reacción depre- tro de los tres meses siguientes a la aparición del estrés. Estos trastornos de
siva es la última a fin de evitar la impotencia ante el sufrimiento físico adaptación se caracterizan porque pueden ocasionar dificultades en el fun-
y el psíquico, equivaliendo a una agresividad no descargada. En el núcleo cionamiento social o escolar del niño y porque los síntomas son excesi-
de toda depresión existe un sentimiento de pérdida interna, experiencia vos respecto a la reacción normal o esperable frente al estrés. Los síntomas
real o simbólica de haber perdido un objeto querido. Para “episodio depre- no representan, por ejemplo, la habitual reacción de duelo ante la muerte
sivo mayor” y otros datos, véase el capítulo 22.5. de un ser querido. Las causas de estrés pueden ser únicas, como, por ejem-
plo, la terminación brusca de un “noviazgo” entre adolescentes, o múlti-
Indicadores de riesgo de suicidio ples, como ocurre, por ejemplo, en las dificultades de integración escolar
En la actualidad, en los países desarrollados el suicidio es la segunda del niño y en los problemas de relación paterno-filial. En el diagnóstico
causa de muerte en la adolescencia. Las chicas son más precoces en sus hay que tener en cuenta que los trastornos adaptativos pueden presentarse
intentos de suicidio y los inician entre los 8 y 14 años, consumándose en con un cuadro predominantemente depresivo, con actitudes de tristeza,
muy pocos casos. Por el contrario, los varones los inician más tarde, hacia llanto y desesperanza, o bien con unas características fundamentalmente
los 15 años, pero la mayoría se consuman. Están implicados complejos ansiosas, con el consiguiente nerviosismo, inquietud y ánimo preocupado,
factores, como la genética (se ha visto que los niños adoptados desde RN, o tratarse de una mezcla de ambos estados: depresión y ansiedad. También
en familias estables, pueden presentar con mayor frecuencia intentos de pueden manifestarse por alteraciones intensas de la conducta, tales como
suicidio si éstos estaban presentes en los antecedentes de sus familias bio- delincuencia, vandalismo, conducción irresponsable, peleas e incumpli-
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1904 Trastornos psicológicos

miento de las reglas legales y sociales propias de la edad. Asimismo, hay coadyuvante encaminada a controlar en lo posible los accesos agresivos
que contar con los trastornos de adaptación de los niños en que predomi- a base de fármacos antidistímicos, o contando con los neurolépticos o,
nan las reacciones emocionales tempestuosas, como brotes de mal genio en los afectos colaterales de agresividad, algún antipsicótico atípico.
(rabietas) y repentinas fugas del hogar. Quedando, por último, los casos con
síntomas físicos predominantes: cansancio, cefaleas, lumbalgias u otras Trastorno límite (borderline). Esta otra entidad dentro de los tras-
molestias o dolores, y los casos que únicamente se manifiestan por una inhi- tornos de personalidad se diagnostica en la actualidad con mayor frecuen-
bición o retraimiento social. El diagnóstico se hace frecuentemente en la cia que en épocas pasadas. Anteriormente, además, en la clínica psiquiá-
adolescencia. Al poder intervenir en los factores desencadenantes, se con- trica infanto-juvenil se confundía con formas que recordaban la
sigue limitar la escalada sintomática en la cual entran algunos jóvenes. Sin esquizofrenia (pseudoneuróticas). En realidad, estudios de seguimiento
embargo, existen casos en los que coexisten un trastorno de adaptación con prospectivo han demostrado que estos pacientes jóvenes muy raramente
otros cuadros psiquiátricos. Aunque la mayoría de los casos evolucionan presentaban cuadros psicóticos prolongados y muy raramente tenían una
favorablemente, algunos se dirigen a otras patologías, como son los tras- evolución crónica. Entre las características clínicas, descuella una persis-
tornos de personalidad, los trastornos del estado de ánimo y la esquizo- tente alteración de la identidad con incertidumbre respecto a la autoi-
frenia. El tratamiento se hace con sesiones de terapia familiar y/o psico- magen, la orientación sexual, los objetivos a largo plazo, la elección de
terapia individual, con el apoyo puntual de medicación según la carrera, el tipo de amigos o los valores a adoptar. A menudo presentan
sintomatología que presente el niño (véase cap. 22.12). sentimientos de vacío o aburrimiento. Por lo general, las relaciones inter-
personales son inestables, intensas y, al mismo tiempo, cambiantes. Hay
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD dificultad para tolerar la soledad. Los adolescentes cambian rápidamente
de estado de ánimo, pasando de la euforia a la depresión y a la ansie-
Se trata de rasgos y conductas inflexibles y desadaptativas que cau- dad, durante pocas horas o pocos días. Tienden a la irritabilidad y a la
san una incapacidad funcional significativa o una perturbación subjetiva agresividad. El abuso de sustancias, la promiscuidad sexual y las conduc-
en la vida del niño o adolescente. Son, pues, otros escalones patológi- tas de riesgo o claramente suicidas, son bastante habituales. Este trastorno
cos superiores a los trastornos de adaptación citados anteriormente. El de personalidad tiene mayor frecuencia en las chicas. Hay que conside-
diagnóstico debe hacerse solamente cuando los rasgos característicos son rar que muchas de sus características son comunes en algunas etapas
típicos de la actividad cotidiana de la persona a lo largo del tiempo y no del desarrollo normal del adolescente. Sin embargo, esta sintomatología
se limitan a episodios concretos de alguna enfermedad. Asimismo, cuando tiende a decrecer con el paso del tiempo en el adolescente no problemá-
el joven tiene menos de 18 años, hay que ser cautos al efectuar el diag- tico, y a aumentar en aquellos que están consolidando un trastorno límite
nóstico de algunos de los subtipos de los trastornos de la personalidad de personalidad. El tratamiento es similar al del trastorno antisocial.
propios de la edad adulta, siendo mejor en estos casos buscar el diagnós-
tico equivalente en los trastornos de inicio en la infancia, niñez y adoles- TRASTORNO DE LA IDENTIDAD SEXUAL
cencia, ya que puede ser procedente, por ejemplo, efectuar el diagnóstico
de trastorno de conducta en lugar de trastorno antisocial de la personali- Sucede aquí un persistente malestar e inadecuación en un niño/a res-
dad, puesto que recientes estudios muestran que muchos niños con evi- pecto a su sexo anatómico y el deseo de ser, o afirmar ser, del otro sexo.
dente conducta antisocial tienden a normalizarse al llegar a la edad adulta. Tiene un rechazo a los atributos anatómicos propios y una alteración pro-
Sin embargo, algunos de los trastornos más serios de la personalidad funda del sentido normal de masculinidad. La niña con este trastorno tiene
comienzan en las proximidades de la adolescencia, y el poder detectar- amistades preferentemente masculinas, interés por los deportes y los jue-
los en forma incipiente o en el momento en que aún no tienen consecuen- gos violentos, rechazo por los “juegos domésticos” (muñecas, cocinitas)
cias irreversibles (de deterioro) puede ser muy importante. Se describen e incluso llega a manifestar que cuando crezca se transformará en un hom-
a continuación dos de los subtipos más habituales de estos trastornos: la bre, que no quedará embarazada, no tendrá senos y le crecerá un pene. El
personalidad antisocial y la límite (borderline). varón puede mostrar una preferencia a vestirse con ropas de niña o de
mujer y participar en juegos con niñas y muñecas; si juegan a “papás y
Trastorno antisocial. Se trata de una sociopatía que comienza gene- mamás” adopta el papel de mujer, evitando los deportes y juegos violen-
ralmente en la niñez y en la adolescencia temprana (de los 10 a los 13 años tos, mientras que, por sus gestos feminoides, es objeto de bromas y rechazo
de edad), y en sus primeras manifestaciones a menudo se confunden con de los compañeros. La edad de comienzo en las 3/4 partes de los niños
el déficit de atención con hiperactividad (véase más adelante). El diagnós- varones que se trasvisten es antes de los 4 años; el juego con las muñe-
tico se basa en la observancia de sus peculiares comportamientos. Estos cas empieza en el mismo periodo. El curso viene determinado por el ostra-
niños tienden a ser intranquilos, pelean con frecuencia y a veces incu- cismo y el conflicto social, evidente a los 7-8 años en los niños; mientras
rren en conductas delictivas. Están predispuestos al abuso de sustancias y que las niñas renuncian antes a sus manifestaciones masculinoides; la
padecen con frecuencia un alcoholismo precoz. Muestran antecedentes de mayoría de los niños son conscientes de su orientación homosexual durante
problemas escolares, con abundantes castigos disciplinarios y son frecuen- la adolescencia. Los factores predisponentes son de índole familiar, ya
tes los cambios repetidos de una institución escolar a otra. Son típicos los que en gran número de casos la homosexualidad es fruto del medio
problemas de conducta en el aula, discusiones habituales con el profesor ambiente en que vive el niño: no hace falta que uno de los padres sea
o con los compañeros, ausentismo injustificado (novillos, fugas, vagabun- homosexual, sino que el problema reside en que el niño o niña no pueda
deo), bajo rendimiento académico y proclividad a ser expulsados de clase identificarse plenamente con el padre de su propio sexo; el complejo de
o de la escuela. Asimismo, también es común una historia de escapadas Edipo no puede resolverse, quedando el niño fijado al progenitor del sexo
del hogar, durmiendo en casa de amigos o en la calle durante una o más contrario (Edipo invertido). Una relación excesivamente estrecha, intensa
noches. Son vistos, en general, al llegar a la etapa adolescente, como y prolongada entre el niño varón y la madre, y la ausencia relativa del
personas poco fiables, que acostumbran a faltar o abandonar sus activida- padre durante los primeros años de la vida, pueden contribuir a la adop-
des en cualquier momento, y tienen dificultades en aceptar las críticas o ción de una identidad femenina. Al contrario, las niñas que no tienen a
los consejos de los demás. Es habitual que no terminen sus estudios. Tien- sus madres disponibles psicológica o físicamente en las primeras edades,
den a comenzar su actividad sexual de manera precoz y promiscua y no pueden efectuar una identificación compensatoria con el padre, adoptando
tardan en incurrir en conductas ilegales. La incidencia es más frecuente una identidad masculina. Hay investigaciones genéticas que apuntan la
en varones. El tratamiento es difícil y debe hacerse a cargo de profesio- posibilidad de un gen que puede predisponer a la homosexualidad. Asi-
nales especializados en estos problemas que cuentan con el respaldo de mismo, hay que considerar aspectos antropológicos, ya que el desarrollo
instituciones con experiencia. Pueden terminar estos chicos en estableci- de la homosexualidad depende de que los factores socioculturales de
mientos correccionales, donde a veces pueden establecer alianzas terapéu- determinada época histórica sean permisivos o represivos. Ciertamente,
ticas útiles, que les permiten superar total o parcialmente sus problemas. la cuestión de la homosexualidad es un tema de candente actualidad, con
El pronóstico es reservado y la mejoría requiere tratamientos largos, a base numerosos aspectos de dominio público, que no es posible detallar. El
de sesiones de psicoterapia (familiar, grupal o individual) y medicación diagnóstico diferencial debe considerar a los niños cuya conducta sim-
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plemente no encaja dentro del estereotipo cultural de masculinidad o femi- TRASTORNOS POR DÉFICIT DE ATENCIÓN
neidad, es decir, no debe valorarse el simple amaneramiento: niñas mari- Y COMPORTAMIENTO PERTURBADOR
machos o niños afeminados. Las anormalidades físicas de los órganos
sexuales casi nunca están asociadas con trastornos de la identidad sexual. En este mismo apartado, en el DSM-IV-TR se juntan entidades clí-
El eventual tratamiento requiere psicoterapia, fundamentalmente conduc- nicas aparentemente distintas pero que, en la práctica paidopsiquiátrica,
tual. Es muy importante que el niño tenga un modelo padre-madre válido. pueden concluir en las mismas anómalas consecuencias. Por un lado, está
el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), en la actua-
TRASTORNOS DEL CONTROL DE LOS IMPULSOS lidad profusamente diagnosticado y del que se habla mucho en los medios
de comunicación y en la prensa especializada (la literatura médica anglo-
Hay unos rasgos básicos en estos trastornos: fracaso en resistir un sajona ha popularizado las siglas ADHD, iniciales de attention-deficit/hipe-
impulso (compulsión); tentación a llevar a cabo algún acto que es peli- ractivity disorder) y, por otro lado, se incluyen otras dos entidades: el tras-
groso para el niño o para los demás; puede existir, o no, resistencia cons- torno de conducta o disocial y el trastorno negativista desafiante.
ciente al impulso; el acto puede, o no, ser premeditado y planificado; sen-
sación creciente de tensión antes de cometer el acto; experiencia de placer, Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Se expone
gratificación o de alivio en el momento de llevar a cabo el acto. Las enti- en el capítulo 22.10.
dades más representativas de compulsividad son: juego patológico, clep-
tomanía, piromanía y tricotilomanía. Trastorno de conducta. Aunque en el DSM-IV-TR se permuta el tér-
mino llamándolo trastorno disocial, es preferible conservar la traducción
Juego patológico. Tiene muchas posibilidades de desarrollarse en la más literal de conduct disorder: trastorno de conducta. Definido como tal
actual sociedad (bingos, loterías, ruletas, partidas de cartas, juegos de rol, cuando existe un patrón persistente de conducta (que dura seis meses,
máquinas tragaperras), y cuyos fenómenos adictivos se engloban bajo como mínimo), en el que se violan los derechos básicos de los demás y
el término general de ludopatía; comienza, por lo general, en la adoles- las normas sociales apropiadas a la edad. Este patrón de conducta se da
cencia y, oscilando en mayor o menor intensidad, tiende a hacerse cró- en casa, la escuela, con los compañeros o en la comunidad. Son trastor-
nico. Entre los antecedentes familiares destacan el juego patológico y el nos de conducta más serios que las típicas picardías o travesuras de los
alcoholismo en los padres. El tratamiento está fundamentado en la psi- niños y adolescentes. El DSM-IV-TR, en función de la edad de inicio del
coterapia con terapia familiar (reestructuración del funcionamiento fami- trastorno, establece dos subtipos: tipo de inicio infantil, cuando el tras-
liar y social) y cognitivo-conductual (detección de los factores de riesgo torno de conducta aparece antes de los 10 años de edad y, cuando aparece
y precipitación, estrategias de autocontrol). pasada esta edad, se conoce como tipo de inicio adolescente. También se
especifica según la gravedad del trastorno y los daños que cause en: leve,
Cleptomanía. El rasgo esencial es el fracaso a resistir los impulsos moderado y grave. El cuadro es llamativo y fácil de identificar. La agre-
que llevan a robar objetos, los cuales no son robados por su valor mone- sión física es bastante frecuente en estos niños, ya que acostumbran a ser
tario ni para su uso inmediato; luego, a menudo, son regalados a los com- ellos los que inician la agresión y pueden ser físicamente crueles con otra
pañeros, devueltos clandestinamente o guardados en escondites. El diag- gente o con los animales, y con frecuencia destruyen de forma deliberada
nóstico diferencial tendrá presente el robo ordinario, planificado la propiedad de los demás (esto incluye prender fuego). Pueden impli-
previamente y en el cual los objetos son robados para su uso inmediato carse en robos o atracos en los que hay confrontación con la víctima, vio-
o por la ganancia monetaria que suponen (sin embargo, no hay que per- lación y, en algunos casos, homicidio. El robo encubierto es frecuente.
der de vista que el 60 por ciento de los adolescentes delincuentes come- Éste puede ir desde “tomar prestadas” las posesiones de los demás hasta
tieron el primer delito –quizá no detectado en aquel momento– antes de el robo en tiendas, falsificaciones y forzar las viviendas, edificios o coches
los 10 años de edad). Asimismo, deberán diferenciarse los hurtos infan- para entrar a robar. Las mentiras y las trampas en los juegos y en las acti-
tiles (del monedero de mamá, del vestuario de la escuela), cuyas “ganan- vidades académicas son una constante. Es frecuente que hagan novillos
cias” son invertidas habitualmente en golosinas (chucherías) que se repar- y se escapen de casa.
ten entre los compañeros (a menudo es una manera que tiene el niño de Como sintomatología asociada se puede observar un uso habitual
“comprar” las amistades). El tratamiento de la cleptomanía, y de otras de tabaco, bebidas alcohólicas u otras drogas, y una conducta sexual de
formas de hurto, también será psicoterápico y, a veces, farmacológico. comienzo muy temprano en relación con el grupo de niños de su medio.
El niño que presenta este trastorno de conducta parece no preocuparse
Piromanía. Es el fracaso en resistir los impulsos para incendiar y la de los sentimientos, deseos y bienestar de los demás, como lo demuestra
intensa fascinación que produce el fuego. Los pirómanos recalcitrantes acos- su comportamiento desaprensivo, sin sentimientos apropiados de culpa
tumbran a tener por encima de los 12 años. En un 90 por ciento de los casos o de remordimiento. También puede delatar a sus compañeros, acusándo-
son varones, con un cociente intelectual inferior al promedio. Debe distin- les de fechorías que no han hecho. Asimismo, tiene una baja autoestima,
guirse de: la fascinación infantil por el fuego (cerillas, encendedores), que aunque pueda dar una imagen de “dureza”. Son rasgos frecuentes, la baja
forma parte de la normal investigación del ambiente; el trastorno antiso- tolerancia a la frustración, la irritabilidad, el temperamento irascible y la
cial de la personalidad, que incendia deliberadamente sin fracaso en el con- temeridad. Son frecuentes los síntomas de ansiedad y depresión, que pue-
trol de impulsos; la esquizofrenia, donde el incendio es una respuesta a ideas den justificar diagnósticos adicionales. El rendimiento escolar, particular-
delirantes o alucinaciones; el retraso mental orgánico, que no valora las con- mente en la lectura y en otras actividades verbales, a menudo está por
secuencias del acto. El tratamiento es psicoterápico y farmacológico. debajo del nivel esperado en función de su inteligencia. El diagnóstico
diferencial deberá hacerse fundamentalmente con el trastorno antisocial
Tricotilomanía. Es el hábito manipulativo, compulsivo, de arran- de la personalidad, con el trastorno de negativismo desafiante y con el tras-
carse el pelo. Fundamentalmente el del cuero cabelludo, aunque también torno por déficit de atención con hiperactividad. Se consideran factores
puede ser el de las cejas, pestañas, axilas, tronco o zonas púbicas. Es predisponentes los antecedentes por trastorno por déficit de atención con
corriente que los niños jueguen con su pelo y lo manipulen tirando de él hiperactividad, o trastorno de negativismo desafiante, el rechazo de los
(en un 5 por ciento de los que inician la escolaridad) pero, si lo arran- padres, la educación inconsistente con disciplina excesivamente rigurosa,
can reiteradamente, dejando placas de alopecia, ya entra dentro del campo la vida en una institución de acogida desde la más temprana edad, los cam-
patológico, pudiendo continuarse el hábito con tricofagia (ingestión del bios frecuentes de las figuras parentales (padres adoptivos, parientes o
pelo). Es más frecuente en niñas y es sorprendente que en todas ellas se padres ocasionales), la ausencia del padre o su dependencia alcohólica,
encuentre una satisfacción especial a tocar todo lo que sea peludo y sedoso, padres que sufren trastorno antisocial de la personalidad y la asociación a
placer que ya es evidente cuando tienen 7 u 8 meses de edad. Acostum- grupos marginales y delincuentes. El tratamiento tiene una fundamental
bran a ser niños ansiosos e inseguros, con trastornos en la relación materno- vertiente preventiva en la que han de emplazarse todas las instituciones
filial. El diagnóstico diferencial se hará básicamente con la alopecia area- sociales (gobernativas, educativas, sanitarias), ejerciendo una auténtica
ta. El tratamiento será psicoterápico y, en ocasiones, farmacológico. labor de justicia social con igualdad de oportunidades asistenciales al colec-
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1906 Trastornos psicológicos

tivo infanto-juvenil, con la defensa y apoyo de la familia, potenciando sus “n” sea indistinta a la “u”, la “p” con la “q”, la “d” con la “p”, y lo mismo
vínculos de unión y sus valores como estructura estable de convivencia. sucede con las cifras, por ejemplo, el “9” y el “6”. En consecuencia, exis-
Cuando el trastorno de conducta se está consolidando, la red de apoyo ten abundantes omisiones, adiciones y distorsiones de las palabras al leer:
de la asistencia social tiene un importante papel a desempeñar incidiendo el disléxico invertirá palabras cortas y similares, como “sol” por “los”, “es”
directamente en el hábitat familiar, complementándose con sesiones de por “se” (estrefosimbolia o “lectura en espejo”); efectuará omisiones de
terapia familiar, conductual o humanística. Meritoria es la labor que rea- letras (“bar” - “ba”, “plato” - “pato”), etc., y el resultado será una pobre
lizan algunos colectivos pedagógicos y laborales (granjas, talleres), en comprensión de lo leído, llegando a leer de manera mecánica y lentamente.
régimen abierto o internado, y hogares sustitutivos. El tratamiento farma- En general, no existe una incapacidad para copiar los textos escritos o impre-
cológico intenta controlar los accesos de agresividad. sos. El diagnóstico se establecerá mediante la práctica de pruebas de inte-
ligencia con subtests verbales. Como sintomatología asociada, aparecen
Trastorno negativista desafiante. Está configurado por un compor- dificultades en el lenguaje, en la secuencia o ritmo adecuado de las pala-
tamiento de desobediencia, conducta negativista y oposición provoca- bras, dificultad en la discriminación de sonidos (p. ej., en el dictado), des-
tiva a las figuras que representen autoridad (padres, monitores, educado- orientación temporal espacial, el niño no tiene asimilada la noción de dere-
res). Estos niños o adolescentes utilizan el negativismo, la obstinación, cha-izquierda y es frecuentemente ambidiestro o zurdo, pudiendo presentar
la pérdida de tiempo, la dilación y la resistencia pasiva como instrumen- signos neurológicos menores, como mala coordinación de movimientos o
tos contra la autoridad externa. El trastorno suele provocar más angustia agnosia digital, especialmente los niños más pequeños. La edad de apari-
en los que rodean al negativista que en el propio interesado. Secundaria- ción coincide con la etapa escolar del aprendizaje de la lecto-escritura, pero
mente existen dificultades familiares y escolares, junto con el uso de sus- se precisa una persistencia del trastorno para efectuar el diagnóstico. La
tancias (tabaco, alcohol, marihuana u otras drogas). La edad de comienzo incidencia es elevada en la población infantil, afectando a un 10% de los
acostumbra a ser antes de los 8 años y no es habitual pasada la adoles- niños, siendo casi el doble de frecuente en los varones. Los antecedentes
cencia temprana (de 10 a 13 años). Los primeros síntomas emergen en familiares son habituales, en el sentido de dificultades en lectura, lenguaje
el hogar pero, con el tiempo, se hacen evidentes en otros lugares. El curso y habla. En realidad, la dislexia es hereditaria, particularmente en lo que
es crónico por lo general y persiste durante años, incluso en la edad adulta. concierne a la línea materna, incluso se cree que el gen responsable se halla
En una significativa proporción de casos, esta entidad se manifiesta como en una determinada sección del cromosoma 6. Las complicaciones deriva-
un antecedente en el desarrollo de un trastorno de conducta. En los ante- das son las relacionadas con el fracaso escolar. El diagnóstico diferencial
cedentes familiares se encuentra con frecuencia que, al menos uno de los distinguirá la deficiencia mental (véase cap. 22.13); la enseñanza inade-
padres, tiene una historia de trastornos del estado de ánimo, trastorno cuada, comprobando que en la misma escuela hay otros niños con difi-
negativista desafiante, trastorno de conducta, trastorno por déficit de aten- cultades similares; y las anomalías visuales o auditivas.
ción con hiperactividad, trastorno de la personalidad antisocial o histo- El tratamiento pasa por adecuados programas psicopedagógicos de
ria de uso de sustancias. Algunos estudios sugieren que las madres con reeducación en el campo de la pedagogía terapéutica, con cuadernos de
trastorno depresivo tienen mayor probabilidad de tener hijos con nega- ejercicios de diferentes niveles de dificultad en la lecto-escritura, com-
tivismo desafiante, y también se ha visto que este trastorno es más común pletados con ejercicios para mejorar las habilidades manuales, coordina-
en familias con serias desavenencias maritales. El diagnóstico diferen- ción de movimientos, esquema corporal y orientación espacial. Ha sido
cial tendrá en cuenta que es habitual y normal en los niños en edad pre- preconizado el uso de ordenadores para superar estos trastornos. A nivel
escolar que presenten transitorios comportamientos negativistas y opo- farmacológico puede ensayarse el piracetam.
sicionistas (hay que tener en cuenta que, para hacer el diagnóstico de
trastorno de negativismo desafiante, ha de estar presente al menos durante Trastorno de la expresión escrita o disgrafía. El diagnóstico se hace
6 meses); el hecho de que todas las características de este trastorno nega- solamente si este déficit en la escritura interfiere de forma significativa en
tivista desafiante están habitualmente presentes en el trastorno de con- el rendimiento académico o en las actividades de la vida cotidiana que requie-
ducta, se hará este diagnóstico cuando proceda, es decir: en los casos ren habilidades en la escritura. En casos marcados, el trastorno aparece hacia
en que se presente una evidente transgresión de las reglas sociales (vaga- los siete años, y en los menos graves no se hace evidente hasta los diez años
bundeo, robo, agresión física), que típicamente no ocurre en el negati- e incluso más tarde. Como sintomatología asociada, es frecuente el trastorno
vismo desafiante; con el déficit de atención con hiperactividad; con los en la lectura (incluso, en algunos casos en que se presente sola la disorto-
trastornos de los estados de ánimo; con el retraso mental y las psicosis. grafía, suele ser resultante de una dislexia que ya ha sido compensada y supe-
El tratamiento, poniendo énfasis en la acción preventiva a que se hacía rada por el niño) o con el trastorno en el cálculo aritmético (véase a conti-
referencia en los trastornos de conducta, se basará fundamentalmente en nuación). También hay evidencia de que los trastornos del lenguaje y los
la psicoterapia. déficit perceptivo-motores pueden acompañar a este trastorno. El tratamiento
es similar al indicado para el trastorno en la lectura.
TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE
Trastorno del cálculo o discalculia. El síntoma esencial es una defi-
También conocidos bajo la denominación de trastornos de las habi- ciencia significativa en el desarrollo de las habilidades aritméticas o de cál-
lidades académicas –que engloba los trastornos de lectura, escritura y culo matemático. Al igual que la dislexia, tiene su origen en el desconoci-
cálculo aritmético–, su inclusión en la clasificación de trastornos men- miento por el niño de la noción de orientación espacial, ya que las cifras,
tales es motivo de controversia, puesto que algunos niños con estos tras- como las letras, tienen una orientación direccional en el espacio, variando
tornos no presentan otros signos psicopatológicos y la detección y trata- el valor de una misma cifra según su posición. Así, los niños discalcúli-
miento de la categoría más común –el trastorno de la lectura, por ejemplo– cos son incapaces de colocar las cifras siguiendo un orden dentro del número,
podría tener lugar, principalmente, en la escuela. No obstante, estos tras- equivocándose en las operaciones matemáticas con números escritos; por
tornos, si bien en rigor podrían ser competencia más propia de la activi- el contrario, el cálculo mental puede ser correcto. Otros tardan en compren-
dad pedagógica, no lo son sus consecuencias, como es el caso del fracaso der el símbolo abstracto que representa el número. El rendimiento escolar
escolar (véase cap. 22.9). es inferior a su capacidad intelectual. El diagnóstico se hace con pruebas
de inteligencia que contengan “subtests” de aritmética. La sintomatología
Trastorno de la lectura o dislexia. El cuadro clínico está constituido muestra que, además de no diferenciar la derecha de la izquierda, en algu-
por la dificultad para reconocer las palabras y comprender el texto que se nos niños existe una incapacidad para reconocer los dedos de su mano (agno-
intenta leer. El niño acostumbra a tener una capacidad intelectual normal, sia digital), alteraciones en la escritura (disgrafías) y en la copia de dibujo,
pero su habilidad para la lectura está por debajo de ella. El espacio bidi- ejecución de rompecabezas y otras habilidades (apraxia constructiva), con-
mensional que alberga el mundo artificial de los símbolos gráficos, las letras, junto de síntomas conocido como síndrome de Gerstmann. Se cree que
se hace incomprensible y no acierta en la orientación hacia arriba o hacia existe un sustrato orgánico localizado en el hemisferio cerebral derecho,
abajo, hacia la derecha o hacia la izquierda, de determinada letra o palabra. a diferencia de la dislexia, donde estaría involucrado el izquierdo. Se inclui-
Así, la orientación en el espacio de la hoja de papel impreso hace que la ría en el síndrome de disfunción precoz del hemisferio derecho: niños intro-
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Terreno de la paidopsiquiatría 1907

vertidos y tímidos, que no miran a los ojos al ser interrogados; con dificul- bal del lenguaje. Estos niños presentan dificultades en la percepción sen-
tades emocionales y de relación social, incapaces de mostrar afecto; tras- sorial o reconocimiento de los símbolos auditivos (sonidos), o de los sím-
tornos en la representación viso-espacial, ignorando la parte izquierda del bolos visuales (dibujos); en la integración de símbolos, o sea, la habilidad
espacio, por ejemplo, al escribir; dificultades en las habilidades manuales para relacionar los símbolos auditivos o visuales, como, por ejemplo, reco-
y en aritmética, aunque cuentan con un CI verbal alto. La edad de apari- nocer que un zapato y un calcetín están relacionados en algún sentido;
ción del trastorno en el cálculo aritmético puede ser ya en el parvulario: tar- en el almacenamiento de recuerdos o habilidad para reproducir una serie
dan en aprender las primeras cifras, cuentan más adelante con la ayuda de de estímulos visuales algún tiempo después de haber sido presentados y
dedos, fichas o palitos y algunos presentan precozmente dificultades en el capacidad para reconocer o reproducir series de símbolos. Asociados pue-
manejo de los dedos. La discalculia asociada a trastornos de la organiza- den existir hipoacusia parcial para los tonos puros, resistencia a la activa-
ción espacial suele ser de aparición más tardía. Los factores predisponen- ción auditiva e incapacidad para localizar las fuentes de sonido; a menudo,
tes pueden ser de orden afectivo, en niños con problemas emocionales y retraso moderado en el desarrollo de las actividades motoras y, casi siem-
dificultades de comunicación. El diagnóstico diferencial es similar al indi- pre, dificultades para leer y deletrear. En algunos casos han sido eviden-
cado en la dislexia como, asimismo, el tratamiento. ciadas alteraciones del EEG, habitualmente bilaterales. La incidencia de
este trastorno parece ser de 1 entre 2.000 niños. Conviene establecer el
TRASTORNO DE LAS HABILIDADES MOTORAS diagnóstico diferencial con las mismas entidades citadas en el trastorno
previo. El tratamiento también cae en el campo logopédico-ortofónico.
Hay niños que presentan una “pereza” en el desarrollo cronológico
esperable por la edad en la aparición de sus habilidades motrices. Son Trastorno fonológico. Esta alteración consiste en dificultad para de-
niños que, ya de bebés, son lentos, torpes y patosos en sus movimien- sarrollar articulaciones de los sonidos que se adquieren tardíamente, como:
tos, al mismo tiempo que se muestran rápidos, vivaces y expresivos en ñ, l, r, ch, y manifiesta omisiones o sustituciones de estos sonidos, dando
su interrelación con el entorno. A medida que crecen y empiezan a andar, la impresión de “una conversación de bebé”. El proceso abarca desde la
tropiezan con frecuencia, se les caen las cosas y rompen todo lo que tocan articulación incorrecta de un sonido o balbuceo a la pronunciación inco-
(son los maldresés de la literatura francesa), siendo la entidad más cono- rrecta de varios sonidos, por ejemplo, s, z, sh, ch, en el “ceceo”. Por el
cida la que afecta a la maduración de la capacidad de coordinación. contrario, el vocabulario y la gramática están dentro de la normalidad
adecuada para la edad. Pueden existir dificultades moderadas en la lec-
Trastorno del desarrollo de la coordinación. Consiste en un nota- tura. La incidencia es doble en los niños varones: 6% de niños y 3% de
ble déficit en el desarrollo de la coordinación motora que no puede ser niñas en edad escolar. Los antecedentes familiares son más frecuentes.
explicado por causa de un retraso mental y que no se debe a ningún tras- Cabe la confusión con otras alteraciones de la comunicación. El trata-
torno físico conocido. En los niños pequeños se puede observar torpeza miento es a base de programas de estimulación del lenguaje, a cargo de
motora en los hábitos motrices básicos: atarse los zapatos, abotonarse personal experimentado en técnicas logopédicas y ortofónicas.
la camisa o abrocharse los pantalones. Mientras que los niños mayores
presentan dificultades en diversas actividades motrices: manipulación de Tartamudeo. Es un trastorno de la comunicación que también se
rompecabezas, construcciones, juegos de pelota, dibujo y escritura. Como conoce por disfemia o espasmofemia, que se manifiesta por repeticiones
sintomatología asociada, pueden aparecer trastornos en el área de la comu- frecuentes de palabras, prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras, fre-
nicación (véase a continuación), como es el caso del trastorno fonológico cuentes pausas o titubeos que interrumpen la fluidez del lenguaje. La inten-
(trastorno del desarrollo en la articulación de los sonidos) y los trastor- sidad varía según las circunstancias ambientales (entrevistas, exámenes
nos del lenguaje de tipo expresivo y receptivo-expresivo. El tratamiento orales), Curiosamente, en los casos marcados no hay tartamudez durante
se fundamenta en las técnicas de psicomotricidad (ejercicios de relaja- la lectura, el canto o en la conversación del niño con objetos inanimados
ción, coordinación de movimientos), con el apoyo logopédico si hay pro- o con animales domésticos. La sintomatología asociada es bien conocida:
blemas asociados en la comunicación. el temor anticipatorio del tartamudo, con evitación de sonidos particula-
res, como determinadas palabras de difícil pronunciación o situaciones
TRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN donde el tartamudeo se prevé, así como parpadeo, tics, temblores de los
labios o de la mandíbula, o sacudidas de la cabeza. La edad de comienzo
En este apartado se incluyen cuatro situaciones que perturban la es, habitualmente, antes de los 12 años, con picos de máxima incidencia
correcta comunicación del niño a través del lenguaje hablado y que pue- de comienzo entre los 2 y 3 años (en esta franja de edad se conoce como
den interferir en su aprendizaje escolar y en su proceso de sociabiliza- “tartamudeo fisiológico”) y entre los 5 y 7. Hasta un 80% de los casos se
ción: 1) trastorno del lenguaje expresivo; 2) trastorno mixto del lenguaje recuperan espontáneamente, en especial si son leves, mientras que otros
receptivo-expresivo; 3) trastorno fonológico y 4) tartamudeo. tienden a la cronicidad, con periodos de remisión y de exacerbaciones. Los
antecedentes familiares no son raros. Los trastornos de lateralización (zur-
Trastorno del lenguaje expresivo. Estos niños parecen comprender dos y dominancia cruzada) son frecuentes en estos niños: la incidencia
el lenguaje, pero no pueden expresarse en palabras. La articulación de las es del 1% en niños cuyo tartamudeo persiste hasta la adolescencia. Son
pocas palabras que dicen es inmadura en los sonidos más difíciles: t, r, s, complicaciones la inhibición en las relaciones entre compañeros y dificul-
z, y, l, que son omitidos o sustituidos por otros. Las palabras más antiguas tades en el rendimiento escolar, pudiendo llegar algunos niños al total
parecen olvidarse cuando son aprendidas otras nuevas; el niño utiliza estruc- mutismo. No son posibles los errores diagnósticos, pero se tendrá en cuenta
turas gramaticales por debajo del nivel correspondiente a su edad (vocabu- la disfonía espástica, el lenguaje desordenado farfullero, con una anómala
lario restringido, frases muy cortas, incluso a los 4 años). Hay asociados fluidez de las palabras por excesiva rapidez, de la cual no es consciente el
a veces otros retrasos del desarrollo y del aprendizaje, especialmente en las propio niño, mientras que el tartamudo es dolorosamente consciente de su
tareas que afectan a las habilidades perceptivas o de reconocimiento y repro- alteración. El tratamiento se basará en la logopedia, técnicas de relajación,
ducción de secuencias de símbolos o ritmos. La incidencia es de 1 cada control de movimientos respiratorios y la utilización de algún fármaco
1.000 niños. Los antecedentes familiares de trastornos en la articulación ansiolítico (tipo diazepam), aunque en las formas leves es suficiente con
del lenguaje y otros específicos del desarrollo son comunes. El diagnóstico tranquilizar al niño y familia, dando consejos para no reforzar el trastorno.
diferencial deberá hacerse con: el trastorno mixto del lenguaje receptivo-
expresivo; el trastorno fonológico; el retraso mental; el déficit auditivo; los Inadaptación a la escuela y fracaso escolar. Se revisa en el capí-
trastornos generalizados del desarrollo (trastorno autístico y otros) y la afa- tulo 22.9.
sia adquirida. El tratamiento consistirá en programas de estimulación del
lenguaje, a base de sesiones de logopedia y ortofonía. TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN
Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo. Su cuadro está Son motivo habitual de preocupación de los padres. Se dice que la
representado por una deficiencia en la comprensión y en la expresión ver- patología de la alimentación tiene raíces arcaicas, tan primitivas como la
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1908 Trastornos psicológicos

formación embriológica del aparato digestivo, una de las primeras estruc- a los tics “caricaturas de actos naturales”). El origen de la palabra tic es
turas formadas en la vida fetal. Es, pues, razonable pensar que el ser oscuro; lo más probable es que se trate de una simple onomatopeya que
humano, desde los primeros meses de la vida, recurre a manifestarse a imita un ruido seco y repetido como el tic-tac de un reloj.
través de su aparato digestivo, elaborando progresivamente sus hábitos
alimentarios, que utiliza como medio privilegiado para actuar sobre el TRASTORNOS DE LA ELIMINACIÓN
ambiente.
En el capítulo 22.6 se exponen los trastornos de la conducta alimen- Se incluyen en este grupo dos entidades básicamente pediátricas,
taria, incluidos bulimia y pica. como son la enuresis y la encopresis. En el caso de la enuresis –habitual-
mente, emisión involuntaria de orina preferentemente de carácter noc-
Vómito psicógeno. Denominado así al presuponer que ya se han des- turno–, se cuestiona en la actualidad su inclusión en el contexto de tras-
cartado todas las etiologías orgánicas, quedando, pues, el síntoma vómito tornos mentales, debido a la alta frecuencia de la misma en la población
como un mecanismo defensivo del niño ante situaciones adversas, como infantil que sigue los patrones de total normalidad psicológica (véase cap.
es el caso, por ejemplo, del lactante vomitador que aprende a provocarse 22.7: Encopresis, y cap. 22.8: Enuresis).
el vómito como muestra de rechazo o manipulación del ambiente. Una
variante, con posible fundamento psicógeno, son los llamados vómitos TRASTORNOS DEL SUEÑO
cíclicos. El cuadro clínico consiste en crisis de vómitos incoercibles, que
se suceden tres o cuatro veces por año, o bien cada mes, durando varias Son los que más preocupan y producen mayores trastornos familia-
horas o varios días seguidos, y van asociados con extrema sed, cefaleas, res, ya que ponen en marcha una dinámica en espiral creciente de ansie-
estreñimiento y, a menudo, algo de fiebre, con una facies demacrada y dades, tanto en los padres como en los hijos, a medida que se acerca la
expresión ansiosa. La edad de comienzo es alrededor de los dos años, per- noche, y que se traducen por claudicaciones educativas y alteraciones en
sistiendo hasta la pubertad, en que acostumbra a cesar. La vida del niño la consolidación del hábito de dormir, como son: acostarse tarde el niño,
es normal cuando está libre de estos episodios. La acetona (cuerpos cetó- porque no quiere ir a la cama; excesivos rituales de adormecimiento, con
nicos), que se encuentra en la orina de estos niños durante las crisis de exigencia de acompañamiento de los padres; dormir en la cama matrimo-
vómitos y a la que antaño se daba gran importancia como causa respon- nial, con los consiguientes trastornos en la relación de la pareja, etc. (véase
sable (incluso se les llamaba “vómitos acetonémicos”) es el resultado del cap. 22.11).
forzoso ayuno a que obligan los vómitos. Estos niños muestran a veces
un patrón común: impresionables, nerviosos, delicados de constitución, TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO
que se marean en los viajes y con miedo a la pérdida de la madre. Los
vómitos cíclicos pueden aparecer en momentos críticos (enfermedad, acci- Se caracterizan por una perturbación grave y generalizada de varias
dente, disgusto). Las características familiares coinciden con un clima de áreas del desarrollo madurativo del niño, como las habilidades para la
ansiedad de los padres y una “historia de pérdidas” (abortos, enfermeda- interacción social, las habilidades para la comunicación o la presencia de
des, muertes o desapariciones). El diagnóstico diferencial se hará con los comportamientos, intereses o actividades estereotipadas. Este apartado
numerosos procesos orgánicos que cursen con vómitos recurrentes. Se ha incluye el trastorno autista, el trastorno de Rett, el trastorno desintegra-
descrito relación con la epilepsia y la migraña, aparte los trastornos pri- tivo infantil y el trastorno de Asperger. Cada uno de estos trastornos suele
marios de la motilidad del tubo digestivo. En ocasiones se comprueba ponerse de manifiesto durante los primeros años de la vida y acostum-
la existencia de un fondo alérgico. El tratamiento será sintomático, con bran a asociarse a algún grado de deficiencia mental. A veces, los trastor-
fármacos antieméticos (metoclopramida, domperidona), sin olvidar el nos generalizados del desarrollo se observan en otras enfermedades, como
adecuado soporte psicoterápico (terapia familiar) y otras medidas (véase anormalidades cromosómicas, infecciones congénitas y anormalidades
cap. 15.8). estructurales del SNC.

Obesidad. Aunque es revisada a fondo en el capítulo 14.7, interesa Trastorno autista. A menudo el trastorno autista es denominado
subrayar algunos aspectos psicológicos. Es posible apreciar una tipolo- autismo infantil precoz, autismo infantil o autismo de Kanner. La intro-
gía determinada de estos niños centrada en la contraposición entre “ano- ducción del término “autismo” se debe al psiquiatra alemán Eugen Bleu-
rexia-delgadez-hiperactividad” y “polifagia-obesidad-pasividad”: acos- ler, en 1911, que lo tomó del vocablo griego autos, cuyo significado lite-
tumbran a ser callados, apáticos, tímidos, inestables emocionalmente (con ral es “limitación al sí propio” o a sí mismo. En 1943, el pionero de la
reacciones súbitas de cólera), enuréticos y con el esquema corporal per- psiquiatría infantil mundial, el pediatra norteamericano Leo Kanner,
turbado. A veces hay mal rendimiento escolar, básicamente determinado publica los primeros 11 casos, que habían presentado “tendencia al retrai-
por una falta de integración escolar, ya que son niños objetos de burla por miento antes de cumplir el año de edad”, proponiendo denominar a este
parte de sus compañeros (es más frecuente el bullying, sobre todo en proceso: autismo infantil precoz. Según Kanner, el denominador común
los chicos), no participan en los juegos ni deportes escolares. Entre otros de estos niños es su imposibilidad de establecer, desde el mismo comienzo
existen problemas de identidad, por ejemplo, en el área sexual, ya que los de la vida, conexiones ordinarias con las personas y las situaciones.
“neumáticos” o “michelines” de grasa no permiten visualizar los geni- Las características diagnósticas se pueden resumir en 14 puntos que
tales. Entre las etiologías de las obesidades psicógenas, una de las más elaboraron Clancy y cols. Si el niño presenta 7 puede efectuarse con segu-
importantes es la actitud sobreprotectora –y sobrealimentadora– de la ridad el diagnóstico de autismo: 1) gran dificultad en mezclarse y jugar
madre, que impide al niño buscar otras necesidades y satisfacciones. El con otros niños; 2) se comporta como si fuera sordo (por ejemplo, no pes-
tratamiento psicológico se centrará en combatir la hiperfagia mantenida tañea ante ruidos fuertes y repentinos, pero, por el contrario, muestra un
por el clima familiar (terapia familiar) y el empleo de técnicas de modi- fino oído a sonidos muy tenues que puedan interesarle: crujido de un
ficación de la conducta (terapia conductual). papel, cascar nueces, etc.); 3) gran resistencia a cualquier aprendizaje; 4)
ningún miedo a peligros reales; 5) se resiste a los cambios de rutina (con
TRASTORNOS DE TICS reacciones muy explosivas a cualquier cambio ambiental o de su mobi-
liario habitual); 6) prefiere indicar sus necesidades a través de gestos (pero
Se incluyen en el interesante capítulo de la neuropediatría de los tras- “no apunta” al objeto que pretende, sino que “toma la mano” del adulto,
tornos del movimiento y se revisan con detalle en el capítulo 23.13, inte- de una manera mecánica, como si fuera una prolongación de la suya);
resando aquí su cita porque también son una parte de la paidopsiquia- 7) ríe fuera de lugar y sin motivos aparentes (también llantos sin causa
tría y a veces tienen un importante componente psicológico. El fenómeno evidente); 8) no realiza los abrazos afectuosos propios de un niño (falta
más representativo de este apartado son los movimientos rápidos, repe- la “actitud de anticipación”, propia del niño pequeño cuando se le mues-
titivos e involuntarios de un grupo de músculos esqueléticos relaciona- tra el deseo de cogerlo en brazos); 9) derrocha una actividad física exa-
dos funcionalmente, carentes de finalidad como acto motor, o bien una gerada (sin noción del peligro real); 10) falta de contacto con la mirada
producción involuntaria de ruidos y palabras (ya Charcot había llamado (eye contact) (no establecen a los 3 meses el “primer organizador” de
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Terreno de la paidopsiquiatría 1909

Spitz: la sonrisa de reconocimiento ante un rostro familiar); 11) apego Trastorno de Asperger. Presenta una alteración grave y persistente
inadecuado a un objeto determinado o a varios objetos; 12) atracción por de la interacción social con un inicio en el niño algo posterior al del tras-
los juguetes que tienen piezas giratorias (como, por ejemplo, ruedas o torno autista o, por lo menos, es reconocido algo después. En contraste
peonzas); 13) juegos excéntricos prolongados y repetitivos, y 14) com- con el trastorno autista, no existen retrasos en el desarrollo del lenguaje
portamiento siempre distante y reservado. En el diagnóstico de trastorno clínicamente significativos. Aunque la presencia de rasgos de retraso
autista, el DSM-IV-TR define con precisión que la alteración debe mani- motor o torpeza motora puede ser observada durante el periodo preesco-
festarse antes de los 3 años de edad. En una minoría de casos, los padres lar, las deficiencias en la interacción social suelen manifestarse en el con-
relatan una regresión del desarrollo del lenguaje, generalmente mani- texto de la vida escolar, como serán la falta de empatía, no exterioriza-
festada por el cese del habla después de que el niño ha adquirido 5 a 10 ción de la afectividad, intereses peculiares y extravagantes (p. ej.,
palabras. Por definición, si existe un periodo de desarrollo normal, éste fascinación por los horarios de trenes, preocupación persistente por deter-
no puede extenderse más allá de los 3 años. minadas partes de objetos), movimientos estereotipados y repetitivos (p.
En la mayor parte de los casos, existe una deficiencia mental (con un ej., sacudir o girar manos o dedos, o movimientos complejos de todo el
CI que va de 35 a 50). Son frecuentes las alteraciones del EEG, incluso cuerpo). La incidencia de este trastorno es sumamente rara.
en ausencia de trastornos convulsivos. Últimamente se comunican hallaz-
gos anormales en la neuroimagen cerebral (TC, RM), pero aún sin poder ESQUIZOFRENIA
identificar alteraciones específicas. A veces el trastorno se presenta aso-
ciado a una enfermedad neurológica o de causa infecciosa, como, por Esta psicosis comienza frecuentemente en la edad juvenil, de tal manera
ejemplo: encefalitis, fenilcetonuria, esclerosis tuberosa, síndrome del X que una de sus cuatro variantes, la hebefrenia, significa etimológicamente:
frágil, deleción 22q13.3, trastornos mitocondriales, anoxia connatal o locura de los jóvenes. Ciertamente, la enfermedad es muy rara antes de
rubéola materna. Alrededor del 25 por ciento de los casos experimenta los 15 años y después de los 40-50. Es importante que el pediatra conozca
crisis convulsivas, particularmente al llegar a la pubertad. Los estudios que hay formas de comienzo súbito y florido, en las cuales un joven que
epidemiológicos sugieren una incidencia de 2-5 casos por cada 10.000 hasta el día anterior aparentaba absoluta normalidad, amanece con aluci-
personas, con una frecuencia tres veces mayor en los niños que en las naciones y delirios. Paradójicamente, estas formas de comienzo brusco
niñas. Respecto a los antecedentes familiares, se evidencia que el tras- son las de mejor pronóstico, presentándose en muchos casos una sola vez
torno autista es 50 veces más frecuente en los familiares de los niños afec- en la vida. Por lo tanto, en estas situaciones hay que ser muy cautos en
tados que en la población general. El diagnóstico diferencial se hará bási- poner la etiqueta de “esquizofrenia”, porque puede tratarse de una bouf-
camente con los otros trastornos generalizados del desarrollo (véase a fée delirante aguda, de inicio súbito y evolución bastante rápida (desde un
continuación). Fuera de ellos hay que considerar la esquizofrenia de par de semanas hasta 2 ó 3 meses como máximo), con desaparición total
inicio infantil. En el mutismo selectivo, el niño muestra unas habilidades del delirio y retorno al estado anterior. Habitualmente se trata de un ado-
de comunicación adecuadas. En los trastornos del lenguaje expresivo y lescente ya de por sí reservado, que progresivamente se va aislando del
receptivo-expresivo sólo hay afectación de la comunicación. Con el retraso entorno familiar y de sus amistades, volviéndose indiferente a las penas y
mental puede haber dificultades diferenciales con el trastorno autista, alegrías, desinteresándose de las distracciones que antes le apetecían, redu-
ya que a veces se trata de un diagnóstico adicional. Las estereotipias moto- ciendo su actividad cotidiana. Se vuelve demasiado serio para su edad, y
ras del cuadro autista deben diferenciarse del trastorno de movimientos se sumerge en actividades sumamente absorbentes y solitarias (filosofía,
estereotipados. El tratamiento es arduo, basado en las técnicas psicope- política, etc.) o por actividades excéntricas y que desconciertan a su fami-
dagógicas, con ejercicios cognitivo-conductuales de “encadenamientos” lia, por la cual siente una marcada hostilidad.
de secuencias de conductas deseables y extinción de las anómalas, con- El diagnóstico se realiza por la presencia de unos síntomas caracte-
juntamente con el apoyo de las sesiones de terapia familiar, y la ayuda de rísticos (aunque no siempre están presentes), que afectan a las siguientes
fármacos (risperidona) que favorezcan la interacción social de estos niños áreas: 1) contenido del pensamiento, con ideas delirantes, a menudo de
y mejoren sus habilidades. tipo persecutorio; 2) curso del pensamiento, con pérdida de la capaci-
dad asociativa (las ideas cambian de un tema para otro sin relación); 3)
Trastorno de Rett. La característica esencial es la presentación de percepción, con la presencia de alucinaciones, siendo las más frecuentes
múltiples déficit específicos tras un periodo de funcionamiento normal de tipo auditivo (voces que le insultan o le inducen a hacer algo); 4) afec-
después del nacimiento. Estos niños muestran un periodo prenatal y otro tividad que acostumbra a estar embotada, con notable reducción en la
perinatal aparentemente normal, lo mismo que el desarrollo psicomotor manifestación de los afectos, con voz monótona y facies inexpresiva, y
durante los primeros 5 meses de vida. En el nacimiento el perímetro cra- 5) sentido del yo, con perplejidad acerca de la propia identidad y signifi-
neal también se sitúa dentro de los límites normales pero, entre los 5 y cado de la propia existencia. Por definición, el diagnóstico de esquizo-
los 48 meses de edad, el crecimiento craneal se desacelera. Entre los 5 frenia el cuadro clínico debe tener una duración mínima de 6 meses. El
y 30 meses de edad se produce una pérdida de habilidades manuales inten- tratamiento consistirá, además de en ell imprescindible apoyo psicotera-
cionales previamente adquiridas, con la eclosión de unos característicos péutico (terapia familiar y personalizada), en el manejo adecuado de fár-
movimientos manuales estereotipados, que semejan escribir, golpeteo de macos neurolépticos o antipsicóticos atípicos (véase cap. 22.12).
los dedos sobre la mesa o lavarse las manos. Progresivamente, aparecen
alteraciones de la coordinación de la marcha y de los movimientos del TRASTORNOS RELACIONADOS CON SUSTANCIAS
tronco, conjuntamente con una grave alteración del desarrollo del len-
guaje expresivo y receptivo. Sólo ha sido diagnosticado en mujeres (véase Este amplio apartado contempla la utilización de determinadas sus-
cap. 22.13). El tratamiento es, fundamentalmente, rehabilitador, basado tancias que alteran el estado de ánimo o la conducta, cuyo uso y abuso
en programas de psicomotricidad adecuados, con la ayuda de medicación conducen a menudo a la dependencia. Los niveles de contacto de la pobla-
de apoyo sintomático, similar a la indicada en el trastorno autista. ción con la droga son, sucesivamente: uso, abuso y, por último, depen-
dencia de las drogas. Estos grados permiten establecer unos criterios para
Trastorno desintegrativo infantil. En esta entidad psicopatológica el diagnóstico del abuso y de la dependencia a determinadas sustancias
se aprecia en múltiples áreas de actividad del niño una marcada regresión específicas: alcohol, barbitúricos, sedantes o hipnóticos, opiáceos, co-
tras un periodo de por lo menos 2 años de desarrollo aparentemente nor- caína, anfetaminas o simpaticomiméticos de acción similar, fencicli-
mal. Así, tras los primeros 2 años de vida, pero siempre antes de los 10 dina (PCP) o arilciclohexilaminas, alucinógenos, cannabis, tabaco, pasando
años de edad, el niño experimenta una pérdida clínicamente significativa por las modernas variedades químicas, como: el crack, el basuco, el éxta-
de habilidades adquiridas anteriormente, por lo menos en dos de las siguien- sis, el ice, etc., de tremendo poder destructivo. Para más datos, véase el
tes áreas: lenguaje expresivo o receptivo; habilidades sociales o compor- capítulo 13.12. El tratamiento tiene una evidente vertiente profiláctica
tamiento adaptativo; control intestinal o vesical; juego y habilidades moto- que se apuntala en la armonía del ámbito familiar y en la ética de la socie-
ras. Una vez instaurado plenamente el cuadro clínico, éste se asemeja al dad. Como posibles soluciones para la erradicación de la drogadicción se
trastorno autista. El tratamiento es, básicamente, rehabilitador. proponen: voluntad política de los gobiernos para eliminar el tráfico de
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1910 Trastornos psicológicos

drogas; información objetiva a los niños y jóvenes; eliminar los estímu- mayor disciplina, la cual, a su vez, provoca actitudes de rechazo por parte
los sociales, como publicidad en los medios de comunicación que inci- del hijo. Estas situaciones encuentran su máximo exponente en la etapa
ten a la drogadicción [retrasar en el posible el inicio del niño con las mal de adolescente, en donde los enfrentamientos paterno-filiales pueden lle-
llamadas “drogas blandas” (alcohol, tabaco): que no sea nunca antes de gar a crear actitudes de gran violencia emocional e incluso física. La infor-
los 15 años]; predicar con el ejemplo a nivel familiar y escolar, evitando mación médico-psicológica adecuada para cada familia problemática
mensajes contradictorios; ofrecer alternativas válidas para el tiempo libre puede desactivar los trastornos de relación y mejorar la convivencia entre
de los niños y adolescentes (cultura del ocio); y adecuada asistencia en padres e hijos.
centros abiertos flexibles para la desintoxicación de los adolescentes y
jóvenes que ya estén “enganchados” en la droga (véanse caps. de Ado- Problemas conyugales. La “plaga del divorcio”, como ha sido deno-
lescencia) procurándoles una auténtica inserción social, y que sepan valo- minada la creciente actitud de las parejas que deciden terminar su vida
rarse como personas, recuperando su dignidad perdida. Así hace, por ejem- en común, conlleva unas reacciones de los hijos, que no están impasibles
plo, el Proyecto Hombre, que es uno de los sistemas de rehabilitación que ante este importante acontecimiento en su desarrollo vital. La actuación
consigue mejores resultados. Todavía merece añadir los siguientes pun- del profesional del ámbito médico o psicológico debe intentar, en lo posi-
tos de reflexión: 1) se ha puesto demasiado énfasis en las drogas: el fenó- ble, rehacer la maltrecha alianza, aportando ayudas para que resurja el
meno de la drogadicción, más que la acción farmacológica de una sus- vínculo de amor entre sus miembros y éstos perseveren en su vida matri-
tancia que interactúa con un organismo vivo, es una respuesta del ser monial estable. A menudo, la separación deja amargas secuelas en los
humano: no es un problema de drogas, es un problema de personas; 2) el miembros de la pareja (al menos, para uno de ellos) y en los hijos. No
adolescente coloca la droga en el lugar que él desea y su acción no depende hay que olvidar que las dos funciones primordiales del marco familiar
tan sólo de las características de la sustancia química, sino de todo lo que son: la estabilización de la personalidad de los adultos y la sociabiliza-
de ella se espera, de lo que busca quien la consume y del vacío que tiene ción de los hijos y ambas funciones pueden declinar en el divorcio. En
que llenar; 3) creer que las drogas van a desaparecer es una ingenuidad: los niños produce: sensación de vulnerabilidad y ansiedad, como res-
las drogas han venido para quedarse; 4) es necesario un plan educativo- puesta central; aparición de miedos, tristeza y lástima (enorme sentimiento
social que prepare a los niños a vivir en un mundo con drogas y que sepan de pérdida); síntomas agudos de depresión; fantasías de reconciliación
decir NO. También aquí interviene la resiliencia. Gracias a ella, puede de los padres; preocupación por la suerte de los padres; sentimiento de
explicarse por qué algunos niños, en circunstancias muy adversas, con rechazo y abandono; conflicto de lealtades, de modo que el niño evita dar
deterioro familiar y social, entorno de drogadicción y delincuencia, con- pasos hacia uno u otro progenitor y termina en la soledad; cólera con
siguen sobreponerse a estas negativas condiciones de vida y salirse de aumento evidente de la agresividad y sentimientos de culpa, especial-
ellas. Antaño se les llamaba “invulnerables” y hoy se les conoce por “el mente en niños pequeños por debajo de los 8 años. La asistencia de estos
orgullo de sobrevivir”. niños debe hacerse mediante sesiones de terapia familiar, con la partici-
pación activa de ambos padres (bien sea en sesiones conjuntas o por sepa-
PROBLEMAS DE RELACIÓN rado), concienciando a ambos progenitores en la idea de que ambos pue-
den haber fracasado en su relación como cónyuges, pero que esto no quiere
En la actualidad es frecuente la lógica necesidad de ampliar el ámbito decir que hayan fracasado en su ejercicio como padres y que deben seguir
asistencial a todo el marco familiar del niño, incluyendo la orientación funcionando como tales. En las sesiones psicoterapéuticas hay que: evi-
de la problemática personal de los padres, actividad profesional que se tar que el niño se convierta en el centro de los conflictos parentales; que
puede denominar como psiquiatría de la familia. Es conocido que, den- no se establezcan alianzas de un padre con el hijo en contra del otro; que
tro del sistema familiar, inciden fuerzas centrípetas (tendentes a cohesio- el régimen de visitas del padre ausente se consolide bien, advirtiendo a
nar a los miembros de la familia y a fusionar sus estructuras) confronta- los padres de que, cuanto más dure el odio entre ellos, más durarán los
das a fuerzas centrífugas, que actúan favoreciendo la independencia y conflictos del niño, animando a que los padres no renuncien a sus funcio-
salida de sus miembros de la estructura familiar. La familia, como un sis- nes y que, por encima de sus desavenencias, el hijo sienta que sus padres
tema vivo en crecimiento continuo, tiene que adaptarse a las necesidades le siguen queriendo (véase cap. 25.3).
que van planteando sus propios subsistemas, parental, matrimonial, fra-
terno, etc., que van evolucionando, como es el paso, por ejemplo, de la REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
pareja sin hijos a tener descendencia; el niño que se transforma en ado-
- American Psychiatric Association. Barcelona, 2002.
lescente; la emancipación de los hijos (aunque cada vez sea más tardía);
la desaparición o fallecimiento de uno de los padres; la situación de paro - Ballesteros MC. Práctica clínica paidopsiquiátrica. Madrid: Adalia, 2006.
laboral, etc. La estructura familiar pasa por etapas de estabilidad y por - Castells P. El terreno de la psiquiatría infantil. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. 9ª ed.
otras de cambio, para irse adaptando a las circunstancias que se le plan- Madrid: Ergon, 2006. p. 1731-40 (con más citas bibliográficas de años previos).
tean: de no hacerlo a tiempo, pueden surgir patologías familiares que pre- - Castells P. En pareja. Los secretos del amor y el desamor. 2ª ed. Barcelona: Planeta/Boo-
cisarán de un nuevo reajuste de su estructura. ket, 2006.
- Castells P. Los padres no se divorcian de sus hijos. Madrid: Aguilar, 2009.
Problemas paterno-filiales. En ninguna otra época ha habido tal - Castells P. Nunca quieto, siempre distraído. Barcelona: Ceac, 2009.
capacidad de interrelación entre padres e hijos como en la actual. La dis- - Castells P. Psicología de la familia. Barcelona; Ceac, 2008.
tancia entre las generaciones se ha acortado. La comunicación puede
- Castells P. Víctimas y matones. Barcelona: Ceac, 2007.
ser muy fluida en ambas direcciones. No obstante, hay problemas de rela-
ción paterno-filiales, tanto en la etapa infantil como en la adolescencia. - Castro-Gago M, Blanco-Barca O, Gómez-Lado C et al. Asociación del espectro autista
Cuando el niño es pequeño, puede ser sobreprotegido y entronizado y con patología mitocondrial. Rev Neurol 2008; 47: 52-3.
entonces tiene grandes posibilidades de convertirse en tirano, acaparando - Gómez-Lado C, Eirís-Puñal J, Ansede A et al. Aspectos clínicos y genéticos del síndrome
excesivo poder e intentando dominar y manipular el entorno familiar, con de deleción 22q13.3. Rev Neurol 2007; 45: 379-81.
los consiguientes problemas de relación interfamiliar, siguiendo un modelo - Morrow EM, Yoo S-Y, Flavell SW et al. Identifying autism loci and genes by tracing
circular que afecta a todos sus miembros, como en el siguiente ejemplo: recent shared ancestry. Science 2008; 321: 218-23.
el niño tiene una rabieta, ambos padres discrepan de cómo tienen que - Sánchez-Santos L, Blanco MP. Trastornos del aspecto autistia. Pediatr Integral 2008;
actuar, discuten entre ellos y el niño consigue lo que pretende. A medida 12: 975-86.
que el niño crece, algunos padres ven sus intentos por ganar autonomía, - Wiener JM, Duncan MK. Tratado de psiquiatría de la infancia y la adolescencia. Barce-
como una “rebeldía” hacia su autoridad parental e imponen, entonces, lona: Masson, 2006.
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Trastorno del desarrollo psicomotor 1911

VALORACIÓN DEL DESARROLLO PSICOMOTOR


22.3 Trastorno del desarrollo
El pediatra puede ser el primero o el único profesional que esta-
psicomotor blece contacto con niños de corta edad y sus familias, por lo que debe
adquirir habilidades para valorar y detectar si el niño se desvía de la nor-
malidad y remitir para valoración adicional a los centros especializa-
P. Póo dos. Por muchas razones, la valoración del desarrollo es importante: la
mayoría de los padres quieren saber si su hijo se está desarrollando nor-
malmente, sobre todo si existen antecedentes de otro hijo con algún défi-
cit o si ha habido alguna anomalía durante el embarazo o parto. Otras
veces, unas características físicas peculiares o conducta inusual hacen
necesaria la valoración del desarrollo, para detectar si existe alteración
El trastorno del desarrollo psicomotor (TD), considerado como una del mismo (véase cap. 22.13).
desviación significativa del “curso” normal del desarrollo, es un problema La actitud observadora del pediatra sobre la evolución psicomotriz del
frecuente en pediatría. Existen diferentes concepciones de los TD así como niño, debe estar siempre presente, desde la primera consulta, para descu-
formas de clasificarlos. Un concepto restringido de los TD incluiría sólo brir si presenta TD o si está en situación de riesgo de presentarlo. Se deben
los trastornos graves o permanentes, como el retardo mental, la parálisis tener en cuenta diferentes procedimientos y fuentes de información res-
cerebral y las deficiencias sensoriales, como la ceguera o sordera profunda pecto a la evolución del niño: la valoración cuidadosa de las preocupacio-
y el autismo. Éstos afectan aproximadamente a un 2% de los niños meno- nes de los padres, la observación reiterada del niño y la aplicación sistemá-
res de 4 años; habitualmente dan manifestaciones en los primeros meses tica de algún instrumento de cribado. La AAP recomienda la utilización de
o años de vida y permiten realizar un diagnóstico e iniciar una intervención pruebas estandarizadas para detectar problemas de desarrollo, como parte
terapéutica temprana. Una interpretación más amplia de TD incluye el sistemática de las visitas preventivas de salud. La identificación de los TD
retraso del lenguaje, el retraso evolutivo, los trastornos de conducta y las basándose solamente en la impresión clínica o subjetiva del médico es insu-
dificultades de comunicación, todos ellos menos graves. En el concepto ficiente. Así se detectarían, antes de la edad escolar, menos del 50% de
más amplio, se incluyen trastornos más leves o transitorios, tales como los niños con TD. Por tanto, son útiles en este sentido pruebas de cribado
niños con dificultades de comunicación, trastornos de la coordinación motriz o de screening, es decir, instrumentos de examen destinados a detectar,
o desviaciones leves de la normalidad. En estos casos leves la evolución es de una manera rápida y sencilla, una gran parte de los niños que presen-
variable, incluso algunos evolucionan favorablemente de forma espontá- tan desviaciones de la normalidad. No son instrumentos de medida del des-
nea. Según los diferentes estudios y considerando este sentido amplio de arrollo, sólo instrumentos de detección. La prueba de cribado de desarro-
TD, entre un 7 y un 15% de los niños menores de 4 años pueden presentar, llo más difundida y adaptada a muchos países es el DDST (Denver
de forma permanente o transitoria, algún TD y precisar atención precoz. Developmental Screening Test). En nuestro medio, las tablas de desarrollo
Llevant y Haizea-Llevant se están utilizando cada vez más en los protoco-
CLASIFICACIÓN los de medicina preventiva en la edad pediátrica (véase cap. 22.1). El obje-
tivo principal es la detección temprana de los trastornos psicomotores.
Una clasificación de los TD que puede ser de utilidad para la orien- Cuanto antes se actúa sobre un problema de desarrollo o un daño cere-
tación terapéutica es la utilizada en el ámbito de la atención temprana, bral, mayores serán las posibilidades terapéuticas y de prevención secun-
que incluye una serie de situaciones en parte ya analizadas al mostrar el daria de los defectos añadidos. Los niños con sospecha de TD deben some-
terreno de la paidopsiquiatría y, más adelante, a propósito de la discapa- terse a una valoración médica y del desarrollo más específica y, si se confirma
cidad psíquica y parálisis cerebral: el trastorno, iniciar una intervención terapéutica. El diagnóstico debe hacerse
• Trastorno en el desarrollo motor (se incluyen distintas formas y gra- a partir de la valoración de los antecedentes familiares y personales, de una
dos de parálisis cerebral, miopatías, espina bífida) y también diferen- exploración clínica y de una valoración del desarrollo:
tes disfunciones motrices menores (retardo motor, torpeza en la motri- • Anamnesis: dirigida sobre los aspectos evolutivos, médicos y socia-
cidad amplia o fina). les, proporciona información importante para el desarrollo. Es nece-
• Déficit o trastorno en el desarrollo cognitivo (diferentes grados de sario identificar los factores de riesgo que aumentan las probabilida-
retraso mental o trastornos específicos en el procesamiento cognitivo). des de que el niño presente TD.
• Déficit sensorial (deficiencias visuales o auditivas graves). • Examen clínico: las exploraciones general y neurológica son parte de
• Trastorno en el desarrollo del lenguaje (dificultades en el desarrollo la valoración global del niño con TD.
de las capacidades comunicativas y verbales, tanto a nivel de com- • Exámenes complementarios: no son necesarios en todos los niños con
prensión como de expresión o de articulación). TD. Se ha de valorar en cada caso si es necesario realizar estudios de
• Trastorno generalizado del desarrollo (espectro autista). neuroimagen cerebral (ecografía transfontanelar, TC, RM), estudio
• Trastorno de conducta (se incluyen niños que presentan formas de genético o pruebas de cribado metabólico.
conducta inadecuadas y a veces perturbadoras, irritabilidad, trastorno
oposicionista, trastorno compulsivo). SIGNOS DE ALERTA
• Trastorno emocional (angustia, inhibición, síntomas y trastornos
del humor). El examen del desarrollo, basado fundamentalmente en la observa-
• Trastorno en el desarrollo de la expresión somática (alteraciones ción y la aplicación de escalas de desarrollo, permite detectar los llama-
del sueño, de la alimentación). dos “signos de alerta”. Un signo de alerta es la expresión clínica de una
• Retardo evolutivo o niños con retraso psicomotor y que no se sitúan desviación del patrón normal del desarrollo. Éste no supone, necesaria-
en ninguno de los apartados anteriores. Con frecuencia constituye un mente, la presencia de patología neurológica, pero su detección obliga a
diagnóstico provisional, que evoluciona hacia la normalidad o, en realizar un seguimiento riguroso del niño que lo presenta y, si persiste,
otros casos, a trastornos en el ámbito cognitivo. iniciar una intervención terapéutica. Una agresión cerebral, un trastorno
Ante un posible desarrollo anormal o atípico en la primera infancia, de la maduración del SN, pueden alterar su funcionamiento y manifestar
siempre surgen diversos interrogantes: ¿cuál es la causa de la desviación?, sintomatología difusa o en cualquier aspecto del desarrollo: un retraso
¿es una variante del desarrollo, un retraso evolutivo?, ¿qué tipo de trastorno significativo en las adquisiciones esperadas para una edad determinada;
presenta?, ¿cuál es la perspectiva evolutiva?, ¿existe algún tratamiento cura- la persistencia después de los primeros meses de patrones de conducta
tivo o paliativo?, ¿qué se debe hacer? Como se dice a propósito del des- que deberían haber desaparecido, por ejemplo, el reflejo de la marcha
arrollo psicomotor (véase cap. 13.4), no existe una línea clara que delimite automática o el reflejo de Moro; el estancamiento o pérdida de habili-
lo normal de lo patológico pero, “cuanto más lejos del promedio se encuen- dades adquiridas; presencia de signos anormales a cualquier edad: alte-
tre un niño, en cualquier aspecto, es menos probable que sea normal”. raciones en el tono muscular o del movimiento, asimetrías, movimientos
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1912 Trastornos psicológicos

Cuadro 22.3.1. Signos de alerta en general Cuadro 22.3.4. Signos de alerta motores

• Retardo en las adquisiciones • No control cefálico a los 4 meses


• Estancamiento o regresión en las habilidades adquiridas • No sedestación a los 9 meses
• Persistencia de conductas propias de etapas previas • Ausencia de desplazamiento autónomo a los 10 meses
• Presencia de signos físicos anormales • Ausencia de marcha autónoma a los 16-18 meses
• Asimetrías posturales o de la función motriz • Trastornos del tono muscular (hipotonía, hipertonía)
• Calidad no adecuada de las respuestas • Pulgar en aducción (más si es unilateral) después de los 2 meses
• Formas atípicas del desarrollo • Asimetrías en la postura o en la actividad
• No agarra un objeto a partir de los 5 meses
• Movimientos anormales (temblor, distonía, dismetría)
• Desarrollo motor atípico: shuffling, marcha de puntillas
Cuadro 22.3.2. Signos de alerta morfológicos

• Fenotipo peculiar (hipertelorismo, pabellones auriculares displásicos...)


• Estigmas cutáneos (manchas acrómicas, café con leche, anomalías de la pigmentación) Cuadro 22.3.5. Signos de alerta del lenguaje
• Crecimiento anormal del perímetro craneal:
– Microcefalia (percentil 3). Macrocefalia (percentil 97) • Ausencia de vocalizaciones recíprocas en los primeros meses
• Fontanela tensa, anomalías de suturas • Escasa reacción a la voz materna
• Ojos en sol poniente, cataratas, opacidad corneal, hipertelorismo, etc. • No gira la cabeza al sonido
• Pabellones auriculares displásicos • Falta de balbuceo en el segundo trimestre
• Anomalías nasales • Ausencia de bisílabos a los 18 meses
• Pelo peculiar • No comprende órdenes sencillas a los 18 meses
• Anomalías de extremidades • No señala partes de la cara a los 2 años
• Organomegalias. Hipogonadismo. Otros • Ausencia de lenguaje propositivo a los 2 años
• Estereotipias verbales o ecolalias desde los 2 años
• No dice ninguna frase a los 30 meses

Cuadro 22.3.3. Signos de alerta sensoriales (visión/audición)

• Movimientos oculares anormales otras áreas del desarrollo y con exploración normal, o tener un trastorno
• Ausencia de seguimiento visual de la calidad del movimiento (p. ej., por hipertonía o hipotonía). En oca-
• Escaso interés por las personas u objetos siones, el retraso motor es la manifestación de una patología central (pará-
• Escasa o nula reacción a la voz o sonidos lisis cerebral), de enfermedades neuromusculares (miopatía, neuropatía),
• Falta de orientación hacia la fuente de sonido a los 6 meses puede ser manifestación de un retraso mental o tener otras causas (como
• Retraso del lenguaje factores ambientales y factores genéticos, hiperlaxitud ligamentosa, défi-
cit sensorial, factores emocionales, enfermedad sistémica crónica). En el
Cuadro 22.3.4 se resumen algunos signos de alerta en el desarrollo motor,
oculares anómalos; alteraciones de conducta: irritabilidad excesiva, patro- tanto los relacionados con el retraso de adquisiciones como los relacio-
nes de conducta repetitivos, pueden ser diferentes manifestaciones de una nados con alteraciones del tono, asimetrías o movimientos anormales.
alteración del funcionamiento del SNC. Con finalidad didáctica, se des-
criben algunos signos de alerta, agrupándolos por signos de alerta en gene- Trastornos del desarrollo del lenguaje. Se incluyen en este grupo
ral (Cuadro 22.3.1), signos de morfológicos y signos de alerta por áreas las dificultades en el desarrollo de las capacidades comunicativas y ver-
del desarrollo. bales, tanto a nivel de la comprensión del lenguaje como de las capaci-
dades expresivas o de articulación. La comunicación infantil es el resul-
Signos de alerta morfológicos. En el examen general se pueden tado de un proceso interactivo en el que, tanto el niño como su entorno,
detectar distintas anomalías congénitas mayores o menores, alteraciones contribuyen a su desarrollo. La mayoría de los niños dicen sus primeras
cutáneas, anomalías del crecimiento, etc., que pueden ayudar para esta- palabras entre los 12 y 18 meses. En el Cuadro 22.3.5 se exponen algu-
blecer la causa de su trastorno. Los trastornos evidentes en la explora- nos signos de alerta relacionados con el lenguaje. Un retraso en la apa-
ción, como rasgos dismórficos, alteración cutánea, organomegalias, se rición de las primeras palabras puede ser indicativo de un problema audi-
agrupan como signos morfológicos en el Cuadro 22.3.2. tivo. Si este retraso se acompaña de una falta de interés comunicativo,
puede indicar discapacidad intelectual o ser un signo de alerta de un tras-
Trastornos en el desarrollo sensorial. La visión y la audición son torno dentro del espectro del autismo.
imprescindibles para el desarrollo adecuado, tanto de la función motriz
como de la adquisición de lenguaje y sociabilidad. La consecuencia de Trastorno en el desarrollo cognitivo. Se incluyen en este grupo los
estos déficit sobre el resto del desarrollo va a depender en gran medida trastornos referidos a alteraciones específicas en el proceso cognitivo. En
de la edad de su detección y de la instauración de un tratamiento pre- ocasiones se consulta por un retraso del lenguaje y se observa que existe
coz. Los niños con mayor riesgo de deficiencia visual son los prematu- un retraso psicomotor: no sólo está retrasada la expresión sino la capaci-
ros, niños con síndromes malformativos en los que pueden estar asocia- dad de simbolización y la comprensión. En el Cuadro 22.3.6 se resu-
das anomalías oculares y niños con sospecha de infección congénita. men algunos signos de alerta en el desarrollo cognitivo.
La audición debe ser vigilada de manera especial si hay antecedentes de
infección congénita, especialmente el CMV, hiperbilirrubinemia neona- Trastornos de la conducta. En general son más fáciles de detectar
tal, microcefalia o tratamiento con aminoglucósidos. En el Cuadro 22.3.3 las alteraciones físicas que las psicológicas, incluyendo en éstas los tras-
se resumen algunos signos de alerta de las funciones visual y auditiva. tornos de la conducta, temperamento o relación. Diferentes estudios en
niños de edad preescolar han destacado la importancia del pediatra en
Trastorno del desarrollo motor. La motricidad es uno de los aspec- la evaluación y tratamiento de niños con trastornos de conducta y emo-
tos del desarrollo que más preocupa a los padres, siendo el retraso de la cionales. Los trastornos de conducta son frecuentes en la edad infantil.
marcha motivo de consulta frecuente. El desarrollo motor transcurre en Entre un 5-15% de niños de 1-4 años presentan trastornos de conducta
general según unas leyes determinadas, pero existe una amplia dispersión que serían subsidiarios de atención psicológica. Algunos signos de alerta
en la adquisición de las habilidades motrices, así como una gran varia- pueden detectarse desde los primeros meses, incluso desde el periodo
ción en el modelo y en el ritmo de desarrollo. El niño puede tener un neonatal, mediante una observación adecuada y la ayuda de algunas esca-
desarrollo motor normal, retrasado, presentar una forma “atípica”, pre- las como, por ejemplo, la de Brazelton en el periodo neonatal o la escala
sentar un “retraso motor disociado”, es decir, retraso motor sin retraso en de Achenbach, a partir de los 18 meses de edad (Cuadro 22.3.7).
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Trastorno del desarrollo psicomotor 1913

Cuadro 22.3.6. Signos de alerta cognitivos Cuadro 22.3.7. Signos de alerta de conducta

• Ausencia de viveza en la mirada • Irritabilidad. Apatía, desinterés, pasividad


• Sin sonrisa social • Ausencia de sonrisa social a los 3 meses
• Escaso interés por personas u objetos • Rechazo del contacto físico
• Escasa reacción ante caras o voces familiares • Falta de interés por el entorno o las personas que lo cuidan
• No extraña (12 meses)
• Autoestimulación/autoagresión
• No imita gestos (12 meses)
• Juego estereotipado, ausencia de juego imitativo
• No comprende prohibiciones (12 meses)
• No señala con el índice (12 meses) • Aislamiento, timidez extrema
• No comprende ordenes sencillas (15 meses) • Crisis de ansiedad, baja tolerancia a la frustración
• No realiza juego imitativo (18 meses) • Cambio continuo de actividad
• Conducta o juego estereotipados • Conducta desorganizada, oposicionista

En los primeros meses puede resultar difícil diferenciar si determi- temente, los problemas biológicos precoces hacen al niño más vulnera-
nados signos de alerta, por ejemplo, en la sociabilidad, se deben a un défi- ble al ambiente adverso. La mayoría de los niños de riesgo van a tener un
cit cognitivo, sensorial o a un trastorno psicopatológico o comportamen- desarrollo normal, por lo cual el seguimiento se adaptará al programa
tal. Algo parecido ocurre con el retardo en la aparición del lenguaje: ¿se de control del niño sano y se pueden ir distanciando en el tiempo las eva-
debe a un déficit auditivo, a un retraso simple de lenguaje, a un retraso luaciones, cuando se constate que el niño evoluciona satisfactoriamente.
mental, a un trastorno de la comunicación? En ocasiones el signo ini- Hay aportaciones recientes sobre el papel de los factores nutricionales
cial o el más evidente es sólo la punta del iceberg de un retraso global o añadidos a las modernas fórmulas para la alimentación del lactante, pero por
de un trastorno generalizado del desarrollo. encima de ello, está la interacción positiva con la madre y toda la familia.
Los objetivos de AT son: reducir los efectos de un déficit sobre el de-
Trastorno generalizado del desarrollo (TGD), también llamado sarrollo global. Optimizar en lo posible el curso del desarrollo. Evitar o
trastorno dentro del espectro autista (TEA). La mayoría de padres de reducir la aparición de defectos secundarios o asociados producidos por
niños con TEA expresan alguna inquietud entre los 18-24 meses; sin un trastorno específico o por una situación de riesgo.
embargo, con mucha frecuencia, permanecen sin diagnosticar hasta eda- A modo de conclusión, se insiste en los siguientes puntos: la preva-
des preescolares tardías (Cabanyes-Truffino, 2004). El TEA se caracteriza lencia de TD es muy elevada y corresponde al pediatra su detección y
por la presencia de alteraciones cualitativas de la interacción social y de orientación terapéutica. El conocimiento del desarrollo psicomotor nor-
la comunicación y por una importante restricción de los intereses, activi- mal y de sus variaciones es fundamental para el diagnóstico de la anorma-
dades y conductas. Las manifestaciones clínicas de los TEA sufren algu- lidad. La valoración sistemática del desarrollo psicomotor debe formar
nos cambios con la edad. Existen numerosas entidades con síntomas pare- parte de los controles de salud del niño sano y la utilización de instrumen-
cidos a los descritos en el TEA, por lo que el diagnóstico temprano tiene tos estandarizados de cribado del desarrollo a unas edades establecidas
importantes limitaciones. En cualquier caso, el reconocimiento de una serie facilita la detección temprana de los TD y la intervención precoz, que ha
de conductas en un niño de 18 meses, como el no señalar un objeto con la demostrado su eficacia para favorecer el desarrollo del niño, disminuyendo
finalidad de que el adulto lo mire, la ausencia de atención compartida, o el impacto del trastorno en su funcionamiento y en el de su familia.
de juego de imitación, debe alertar sobre la posibilidad de un TEA y debe
dirigirse al niño a un equipo multidisciplinario especializado para com-
pletar el diagnóstico. Véanse más datos en el capítulo 22.2.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Álvarez-Gómez MJ, Giner-Muñoz A. Desarrollo psicomotor. Rev Pediatr Aten Prima-
ria 2007; 9: 59-66.
ATENCIÓN PRECOZ O TEMPRANA
- Artigas-Pallarés J. Atención precoz de los trastornos del neurodesarrollo. A favor de la inter-
La detección precoz de un TD permitirá instaurar un programa de vención precoz de los trastornos del neurodesarrollo. Rev Neurol 2007; 44 (Supl 3): S31-4.
atención temprana (AT), definida como “conjunto de intervenciones, diri- - Cabanyes-Truffino J, García-Villamisar D. Identificación y diagnóstico precoz de los
gidas a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y al entorno, que trastornos del espectro autista. Rev Neurol 2004; 39: 81-90.
tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades - Council on Children With Disabilities. Section on Developmental Behavioral Pediatrics
transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su Bright Futures Steering Commitee. Identifying Infants and Young Children with Deve-
desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos”. Estas intervenciones, que lopmental Disorders in the Medical Home: An Algorithm for Developmental Survei-
deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un llance and Screening. Pediatrics 2006; 118: 405-20.
equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar” - Federación Estatal de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana. Definición
(Libro Blanco de la Atención Temprana). de Atención Temprana. Libro Blanco de la Atención Temprana. Madrid: Real Patronato
Son actuaciones de carácter preventivo, de detección, diagnóstico e sobre Discapacidad. Documentos 55/2005: 12-4.
intervención terapéutica que pueda mejorar la sintomatología y, en oca- - Fernández-Álvarez E, Póo-Argüelles P. Desarrollo psicomotor. En: Fejerman Fernán-
siones, evitar que una patología se instaure como definitiva. La evolu- dez-Álvarez. Neurología Pediátrica. 3ª ed. Madrid: Panamérica, 2007. p. 25-31.
ción del niño con TD depende en gran medida del momento de la detec- - Gale CR, Marriott LD, Martyn CN et al. Breastfeeding, the use of docosahexaenoic acid-
ción y del inicio temprano del tratamiento: cuanto más breve sea el tiempo fortified formulas in infancy and neuropsichological function in childhood. Arch Dis
de privación de estímulos, mejor será el rendimiento de la atención tem- Child 2010; 95: 174-9.
prana. Se ha de diferenciar del concepto de “riesgo”, que es un con- - Iriondo M, Póo P, Ibáñez M. Seguimiento del recién nacido de riesgo. An Pediatr Con-
cepto estadístico (el niño “de riesgo neurológico” es aquel que, por sus tin 2006; 4: 344-53.
antecedentes, tiene mayor probabilidad de presentar déficit neurológico: - Póo P. Trastorno del desarrollo psicomotor. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. 9ª ed.
motor, sensorial, cognitivo, o conductual), del niño que presenta signos Madrid: Ergon, 2006. p. 1741-4 (con más citas bibliográficas de años previos).
de alerta o que tiene un trastorno del desarrollo. Se consideran en situa- - Rydz D, Shevell M, Majnemer A et al. Developmental screening. J Child Neurol 2005;
ción de riesgo biológico aquellos niños que durante el periodo prenatal, 20: 4-21.
perinatal o postnatal, han estado sometidos a condiciones que pueden alte- - Sand N, Silverstein M, Glascoe FP et al. Pediatricians’ Reported Practices Regarding Deve-
rar el proceso de maduración del SN (p. ej., la prematuridad, la asfixia). lopmental Screening: Do Guidelines work? Do They Hielp? Pediatrics 2005; 116: 174-9.
Son niños en situación de riesgo ambiental, los que viven en situaciones - Sices L, Feudtner C, McLaughlin J et al. How Do Primary Care Physicians Identify
poco favorables, circunstancias adversas del entorno (negligencias, abu- Young Children with Developmental Delays? A National Survey. J Dev Behav Pediatr
sos, malos tratos), que pueden alterar el proceso de maduración. Eviden- 2003; 24: 409-17.
Seccion 22 19/11/10 17:48 Página 1914

1914 Trastornos psicológicos

22.4 Trastornos por ansiedad acusada ansiedad por el mero hecho de que sus padres estén al otro lado
de la puerta del despacho o, simplemente, por pensar, aun estando junto
a aquéllos, que puedan marcharse. Estos niños tienden a convertirse en
J. Toro la sombra de la persona objeto de su vinculación, precisando incluso de
su contacto físico persistente y manifestando una intensísima sobrede-
pendencia. Suele haber diferencias en la sintomatología en función de las
distintas etapas evolutivas. Los niños de 5 a 8 años tienden a temer que
sucedan desgracias a las personas vinculadas y a presentar “fobia” esco-
lar; los de 9 a 12 años propenden a experimentar ansiedad en situaciones
Tras su nacimiento, el bebé ya es capaz de experimentar miedos, de de separación; y los adolescentes suelen quejarse de síntomas somáticos,
asustarse ante determinados estímulos. A partir de los 6 meses de edad mostrándose reacios a ir a la escuela. Los niños con ansiedad por separa-
puede empezar a inquietarse, llorar, desasosegarse ante la desaparición ción, comparados con los afectados por otros trastornos de ansiedad, sue-
de la madre de su campo de visión. Es una manifestación primera de la len iniciar su trastorno antes, alrededor de los 7,5 años, y tienen menos
vinculación que se está estableciendo y de las consecuencias de la apa- años en el momento de la consulta, alrededor de 10,3.
rente ruptura del vínculo. Es la ansiedad por separación normal. Muy poco
después, su desasosiego puede ser evidente ante personas extrañas. Se Fobia social. Consiste en un miedo persistente a una o varias situa-
trata de un progreso en su desarrollo perceptivo, con respuestas emo- ciones sociales en las que el menor debe tener contacto con personas no
cionales diferenciadoras entre lo habitual y lo desconocido. La exacerba- familiares o enfrentarse al enjuiciamiento de otras personas. Estos enfren-
ción patológica, disfuncional, interferente, de miedos, ansiedad por sepa- tamientos o su anticipación provocan ansiedad, miedo al fracaso, desor-
ración y ansiedad ante el extraño describe bastante bien los diferentes ganización conductual e incluso crisis de angustia. Los niños no siempre
cuadros de ansiedad patológica que experimentan niños y adolescentes reconocen lo desproporcionado o injustificado de estos miedos. La fobia
(y adultos). Son varios los trastornos de ansiedad que puede sufrir un niño social propiamente dicha con frecuencia se describe, reduciendo su tras-
o un adolescente. cendencia psicopatológica como timidez extrema. El fóbico social suele
contar con una autoimagen general negativa y una autoestima baja, y acos-
SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO tumbra a carecer de habilidades sociales suficientes. El mutismo electivo,
es decir, la incapacidad de hablar en determinadas situaciones o ante deter-
Fobias específicas (fobias simples). Son miedos intensos y persis- minadas personas, habitualmente todas las no familiares está considerado
tentes, excesivos o irracionales, provocados por la presencia o anticipa- como una variante de fobia social.
ción de un objeto o situación específicos. El niño fóbico puede mani-
festar su ansiedad llorando, temblando, aferrándose al adulto, con rabietas. Crisis de angustia (ataques de pánico). Hasta la década de los 1990
Las más frecuentes están provocadas por animales, tormentas y oscuri- no se reconoció abiertamente la aparición de crisis de angustia en niños,
dad. Pero pueden ser mucho más sofisticadas y disfuncionales, p. ej., aunque sí en adolescentes. Las crisis de angustia se definen por la expe-
fobias a la deglución, a los ascensores, a los médicos. rimentación crítica de algunos síntomas fisiológicos (taquicardia, ahogo,
mareo, sudoración, náuseas, escalofríos) y cognitivos (miedo de morir,
Ansiedad generalizada. Se caracteriza por una preocupación teme- de volverse loco, de perder el control). En los niños estos síntomas cog-
rosa, excesiva e incontrolable, persistente y carente de realismo, que se nitivos pueden concretarse exclusivamente en la experimentación de
extiende a situaciones pasadas, presentes y futuras. La preocupación es miedo indefinido. Como en los adultos, las crisis de angustia pueden dar
desproporcionada en relación con el hecho objetivo que preocupa y, lugar a agorafobia, siendo más frecuentes en adolescentes que en niños.
una vez establecida, el menor no puede detenerla o suprimirla. Esa pre-
ocupación ansiógena puede referirse a su capacidad, al acierto de su con- Comorbilidad
ducta o rendimiento, a situaciones desconocidas o poco familiares. Los Son muy frecuentes las asociaciones entre los distintos trastornos por
afectados suelen ser niños perfeccionistas, rígidos, que a menudo buscan ansiedad. Aproximadamente en el 60% de los casos cabe diagnosticar
seguridad a través de la confirmación de los adultos. Su ansiedad casi simultáneamente fobia social, ansiedad generalizada y ansiedad por sepa-
constante les lleva a frecuentes muestras de irritabilidad. Los síntomas ración. Casi todos los casos de ansiedad generalizada presentan otro tras-
somáticos son frecuentes: inquietud motora, dolor de estómago, rubor, torno de ansiedad. Al margen de la coexistencia de diversos trastornos
palpitaciones, temblores/sacudidas, etc., correlacionando con la grave- por ansiedad y, al igual que en adultos, la depresión es el trastorno más
dad del trastorno (Ginsburg y cols., 2006). frecuentemente asociado a los trastornos por ansiedad en niños y adoles-
centes, especialmente ansiedad generalizada. También se asocian estre-
Ansiedad por separación. Es el único trastorno por ansiedad, junto chamente a depresión, actual o posterior, los trastornos por ansiedad social
con el mutismo electivo, cuya existencia o inicio no se reconoce en (Beesdo y cols., 2007).
adultos. Incluye como fenómeno nuclear la experimentación de angus-
tia excesiva ante la separación real, prevista o supuesta, del menor res- Epidemiología
pecto de las personas con las que ha establecido vinculación afectiva, Los trastornos por ansiedad son los más frecuentes en niños y ado-
habitualmente sus familiares y, en general, su madre. En situaciones lescentes. Sin embargo, los distintos procedimientos diagnósticos y los
de separación física, el niño teme que a esas personas les sucedan des- cambios de prevalencia en función de la etapa evolutiva determinan no
gracias irreparables o que no regresen. También piensa que a él pue- contar con datos epidemiológicos rigurosos. En general se acepta que tal
den acaecerle todo tipo de males: secuestros, accidentes, asesinato. Se prevalencia se sitúa entre el 5 y el 10% de la población infantil y ado-
niega a ir a la escuela por temor a todas estas desgracias. Puede resis- lescente. En prepúberes, la ansiedad por separación es más frecuente que
tirse a ir solo a la cama o a quedarse solo en casa, o incluso a estar solo la ansiedad generalizada. La fobia social parece aumentar al hacerlo la
en una habitación. Suele sufrir pesadillas con semejante temática. Expe- edad. En todas las edades, pero especialmente a partir de los 6 años de
rimenta síntomas somáticos múltiples (cefalalgias, gastralgias, vómi- edad, la prevalencia en niñas dobla la observada en niños.
tos) antes de ir a la escuela, etc. Las manifestaciones de angustia son
patentes, tanto durante la separación, como antes de la misma (ansie- Etiología
dad anticipatoria). Cuando está separado de las personas vinculadas, La investigación ha puesto de manifiesto la agregación familiar
se muestra retraído, apático y triste o no se concentra en sus tareas o de los trastornos por ansiedad, con una significativa incidencia de los
juegos. mismos, tanto en hijos de pacientes ansiosos, como en familiares de
Para el diagnóstico de ansiedad por separación el DSM-IV sólo exige menores que presentan esos trastornos. Son más de 20 los estudios que
la presencia de tres de esas manifestaciones. En la consulta, estos niños han verificado la asociación existente entre trastornos de ansiedad en
ya suelen resistirse a quedarse solos con el clínico, experimentando una menores y diversos tipos de trastornos en sus padres, no sólo de ansie-
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Trastornos por ansiedad 1915

dad. Aunque la mayor parte de tales estudios se interpretan en sentido Pronóstico. Durante la infancia y adolescencia, los trastornos por
genético, no es posible descartar la influencia de los factores ambien- ansiedad muestran una notable estabilidad. Pero son muchos los niños
tales e interpersonales implicados. El estudio de factores de riesgo de afectados por esos trastornos que no los padecen en su vida adulta, a pesar
los trastornos de ansiedad en adultos ha permitido delimitar la influen- de que la mayoría de adultos con trastornos por ansiedad reconocen ante-
cia de dos factores genéticos, uno de ellos pesando más en ansiedad cedentes en la infancia. Sin embargo, la fobia social y las fobias especí-
generalizada, crisis de angustia y agorafobia; el otro en fobias especí- ficas suelen mantenerse. Los trastornos por ansiedad infantiles incremen-
ficas. La fobia social sería un caso intermedio. El ambiente compartido tan significativamente el riesgo ulterior de trastornos depresivos.
explicaría más del 12% de la varianza (Hettema y cols., 2005). La here-
dabilidad de los distintos trastornos de ansiedad en niños y adolescen- TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
tes parece situarse en alrededor del 40-50%, siendo, pues, relativamente
baja. En consecuencia, las influencias ambientales explican una gran Aunque se clasifica entre los trastornos por ansiedad, el trastorno
parte del riesgo restante, aunque tales influencias fundamentalmente obsesivo compulsivo (TOC) merece una descripción aparte por tratarse
corresponden al ambiente no compartido (por la pareja de gemelos). de una patología sui generis, un reconocido trastorno del neurodesarro-
Aunque se ha constatado que los distintos trastornos por ansiedad de llo (Toro, 2001). Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos
los padres tienden a asociarse indistintamente con diferentes trastornos recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusos o inadecua-
por ansiedad de los hijos, se han podido demostrar ciertas especificida- dos, causando un importante malestar. Las compulsiones son conductas
des. Así, el trastorno por crisis de angustia en los padres tiende a aso- repetitivas (lavado de manos, ordenado de objetos, comprobaciones, etc.)
ciarse a ansiedad por separación en los hijos, mientras la fobia social o actos mentales (contar, rezar, repetir palabras, etc.) que se realizan en
propende a darse por igual en unos y otros (Merikangas y cols., 1998). respuesta a una obsesión o cumpliendo normas que el paciente debe seguir
Se ha verificado que el trastorno por crisis de angustia en los padres, estrictamente.
sean depresivos o no, se asocia significativamente a crisis de angustia
y agorafobia en los hijos, mientras que el riesgo de ansiedad por sepa- Síntomas y diagnóstico
ración en éstos se asocia tanto a crisis de angustia como a depresión en El TOC pediátrico es muy semejante al TOC adulto, pero es preciso
los padres (Biederman, 2001). no confundir los rituales obsesivos con ciertas conductas repetitivas,
Posiblemente, la influencia de los factores genéticos que intervienen sean lúdicas o mágicas, propias de la infancia. En la infancia los sín-
en los trastornos por ansiedad en general y en la ansiedad por separación tomas del trastorno pueden resultar egosintónicos. Los familiares sue-
en particular se manifieste –y quizás en parte esté mediada– por la inhi- len estar implicados en las compulsiones del menor con TOC. El tras-
bición conductual, es decir, un rasgo temperamental que implica respon- torno parece presentarse en un 0,3-0,4% de la población infantil y
der con retraimiento y cierta ansiedad ante personas o situaciones no fami- adolescente. Siendo un trastorno semejante al iniciado en adultos, el
liares. El seguimiento de niños con esta característica temperamental ha TOC pediátrico muestra ciertas características que lo diferencian: se
puesto de manifiesto que tienden significativamente a la ansiedad por inicia mayoritariamente alrededor de los 10 años de edad, y el TOC
separación, la evitación social, la agorafobia y a padecer más de un tras- adulto a partir de los 18; lo padecen más niños que niñas; es frecuente
torno por ansiedad. También se ha documentado una relación más espe- su asociación a trastornos exteriorizados; suele presentar irregularida-
cífica entre inhibición conductual infantil y fobia social adolescente des neuropsicológicas; cuenta con más antecedentes familiares de TOC
(Schwartz y cols., 1999). En definitiva, la persistencia de una timidez y tics y, muy a menudo, se acompaña de tics. Todo ello ha llevado a
intensa en la infancia es un factor de riesgo para la ansiedad adolescente. sugerir que el TOC pediátrico constituye un subtipo específico de TOC,
Desde el punto de vista neurofisiológico, parece verificada la existencia posiblemente de mayor carga genética (Geller y cols., 1998). Análisis
de un hiperfuncionalismo noradrenérgico asociado a la ansiedad por sepa- factoriales han definido 4 dimensiones o subtipos distintos de TOC tanto
ración. Se ha comprobado que los niños con ansiedad por separación tien- en niños como en adultos: simetría, pensamientos prohibidos, limpieza
den a experimentar crisis de angustia inducidas por CO2, lo que permite y almacenamiento (Bloch y cols., 2008). Su etiopatogenia incluye una
fundamentar la estrecha relación entre ambos trastornos (Pine y cols., clara disposición genética y una demostrada disfunción de los circuitos
2000). La visión psicopatológica tradicional ha hecho hincapié en el papel nerviosos que conectan el córtex orbitofrontal con los núcleos basales
causal de las relaciones interpersonales tempranas, pero nunca ha que- y el tálamo. La disfunción serotoninérgica subyacente es evidente, como
dado bien establecido. En general, las circunstancias estresantes pueden lo es la implicación del glutamato (MacMaster y cols., 2008). Sin
desempeñar un papel precipitante, predisponente o mantenedor de estos embargo, los trastornos obsesivos y por tics causados por infecciones
trastornos. La circunstancia más analizada es la existencia de una vin- estreptocócicas (PANDAS) y otras han venido a añadir complejidad a
culación insegura e inestable entre madre y niño como factor causal de esta patología, al tiempo que subrayan la afectación de los núcleos basa-
la ansiedad patológica. Sin embargo, la asociación entre ansiedad de padres les. Los factores ambientales juegan, al parecer, un escaso papel. El pro-
e hijos, genética aparte, puede deberse a la transmisión de aquéllos a éstos nóstico no es muy alentador. En un seguimiento de 11 años, el 71% de
a través de distintos procedimientos: suscitando ansiedad y modelando los pacientes presentaban algún trastorno psicopatológico y el 36% toda-
conductas de evitación mediante un estilo educativo sobreprotector, pro- vía padecían un TOC.
vocando ansiedad mediante un estilo educativo punitivo, o no reduciendo
la ansiedad del hijo por falta de habilidad (este extremo se relaciona Terapéutica. Un tricíclico, la clorimipramina, y todos los ISRS han
con la vinculación insegura). demostrado su eficacia en el tratamiento del TOC pediátrico, prescribién-
dose a dosis triples que las utilizadas cuando esos fármacos actúan como
Tratamiento antidepresivos. La terapia cognitivo-conductual es, sin duda, el trata-
Ha de ser multimodal. No sólo puede requerir prescripción farmaco- miento de elección en la mayoría de casos, aunque cada vez más se reco-
lógica e intervención psicoterápica sino que, dependiendo del tipo de tras- miendan los tratamientos mixtos (Toro, 2001).
torno y de su gravedad, puede ser preciso actuar en la familia, la escuela
e, incluso, otras instituciones. En lo que concierne a la psicoterapia, los
procedimientos cognitivos conductuales tienen documentada su eficacia. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
En estudios controlados, se ha demostrado su eficacia tras 16 semanas de - Beesdo K, Bittner A, Pine DS et al. Incidence of social anxiety disorders and the con-
tratamiento, así como transcurridos 1 y 2-5 años (Kendall, 1997). Cuando tent risk for secondary depression in the first three decades of life. Arch Gen Psychiatry
se ha comparado la eficacia de tratamientos predominantemente cogniti- 2007; 64: 903-12.
vos, conductuales y de intervención familiar, no se han hallado diferen- - Biederman J, Mick E, Faraone SV et al. Patterns of remission and symptom decline in
cias entre ellos. Los ISRS son los psicofármacos de elección. En todos conduct disorder: a four-year prospective study of an ADHD sample. J Am Acad Child
los trastornos por ansiedad la proporción beneficio/riesgo es muy favo- Adolesc Psychiatry 2001; 40: 290-8.
rable a los ISRS, cuya eficacia es superior a la obtenida en los trastornos - Bloch MH, Landeros A, Rosario MC et al. Meta-analysis of the symptom structure of
depresivos de menores (Seidel y Walkup, 2006). obsessive-compulsive disorder. Am J Psychiatry 2008; 165: 1532-42.
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1916 Trastornos psicológicos

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Durante este tiempo, el paciente no está asintomático más de dos meses.


22.5 Trastornos depresivos Para el diagnóstico de distimia, junto al humor alterado, han de estar pre-
sentes por lo menos 2 de estos síntomas: cambios en el apetito; cambios
J. Toro en el sueño; disminución de energía; autoestima baja; dificultad para con-
centrarse y tomar decisiones; sentimientos de desesperanza. Un estudio
realizado en niños y adolescentes con trastornos afectivos ha subrayado
algunas diferencias significativas en la fenomenología de sus distintas
variantes: depresión mayor, trastorno distímico y “depresión doble” (depre-
sión mayor más distimia) (Goodman, 2000). Quienes sufren depresión
mayor o depresión doble, comparados con los distímicos, experimentan
Hasta el último tercio del siglo XX, no se empezó a aceptar, definir mucha más anhedonia, han solido incurrir en más conductas suicidas y
y sistematizar, el concepto de depresión infantil. Antes predominaba la tienen más sentimientos de culpa junto con una autoestima más baja. Los
idea de que la depresión en el niño ni existía ni era posible su existencia. niños y adolescentes con depresión doble presentan peores relaciones con
Concepciones psicoanalíticas eran las responsables de ese prejuicio. La sus compañeros y practican menos actividades de ocio. Los distímicos
ruptura se produjo oficialmente en Estocolmo, en 1970, cuando la Unión acostumbran a padecer más trastornos exteriorizados (de conducta) aso-
Europea de Paidopsiquiatras dedicó su IV Congreso a los “Estados depre- ciados, pero menos trastornos por ansiedad que los otros dos grupos.
sivos en la infancia y la adolescencia”. Una vez aceptados hechos y con- Algunas características diferencian la depresión mayor pediátrica de la
ceptos, predominó durante algún tiempo la noción de “depresión enmas- adulta. En menores, el inicio del trastorno suele ser insidioso y el curso cró-
carada”: suponía que, en el niño, la depresión debía manifestarse de modo nico (en adultos predomina un inicio agudo y un curso episódico). En pre-
diferente que en el adulto, es decir, de forma “enmascarada”, por ejem- púberes, la prevalencia entre sexos es prácticamente la misma o con pre-
plo, a través de encopresis, hipercinesia o trastornos de conducta. Esta dominio de varones. En menores depresivos, el humor predominante
concepción del trastorno depresivo se mantuvo durante una década. Nadie acostumbra a ser más disforia e irritabilidad que tristeza, al tiempo que el
duda hoy de que la depresión infantil existe, que su manifestación clínica trastorno suele ser predominantemente “reactivo”. Comparadas con las
sigue pautas semejantes a las de la depresión adulta y que, en defini- familias de adultos depresivos, las familias de menores depresivos inclu-
tiva, se trata del mismo trastorno. yen más miembros con trastorno bipolar, trastorno antisocial y trastorno
por consumo de sustancias (drogas). Comparadas con depresiones inicia-
DIAGNÓSTICO Y SÍNTOMAS das en la etapa adulta, las iniciadas en la infancia y adolescencia tienen
mayor riesgo de desarrollar trastornos bipolares (Biederman, Spencer, 1999).
La depresión mayor puede hacer su aparición en cualquier momento Las manifestaciones depresivas de niños y adolescentes entrañan cier-
del desarrollo infantil y adolescente. Sus síntomas característicos fun- tas diferencias. En los niños (prepúberes) depresivos es más frecuente
damentales son el humor depresivo persistente (tristeza) y la anhedonia la presencia de quejas somáticas, aspecto depresivo, agitación psicomo-
generalizada, la incapacidad de disfrutar. Alrededor de estos dos fenó- tora, ansiedad por separación y fobias. En adolescentes depresivos es más
menos psicopatológicos se organiza todo el cuadro depresivo, cuyos prin- frecuente la anhedonia, hipersomnia, desesperanza, cambios de peso y
cipales síntomas forman parte de los criterios diagnósticos. El DSM-IV abuso de drogas y alcohol, es decir, un cuadro que tiende a parecerse más
define un episodio depresivo mayor como un síndrome que incluye los al de la depresión adulta. La desesperanza y la sensación de que las cosas
siguientes síntomas: humor depresivo (en menores también irritabilidad); no van a cambiar facilitan la aparición de ideación autolítica. Las moles-
disminución de interés o pérdida de placer en casi todas las actividades; tias somáticas que a menudo acompañan a los cuadros infantiles suelen
alteraciones del sueño; cambios en el peso o alteraciones en el apetito (en ser dolores abdominales, cefaleas y náuseas. Las alucinaciones no son
menores puede no aumentar el peso esperado y, en los mayores, tender infrecuentes, especialmente en los niños pequeños. Los delirios se pre-
al sobrepeso); dificultades para concentrarse o tomar decisiones; idea- sentan sobre todo en adolescentes (depresiones psicóticas). Las ideas de
ción suicida o pensamientos relacionados con la muerte; agitación o len- suicidio se dan casi con la misma frecuencia en niños que en adolescen-
titud psicomotora; fatiga o pérdida de energía; sentimientos de inutilidad tes, aunque los intentos autolíticos son más propios de éstos. El suicidio
o de culpa injustificados. Para el diagnóstico de depresión el menor debe consumado se produce en alrededor del 3% de los casos, lo que supone
presentar por lo menos 5 de esos síntomas y, obligatoriamente, uno de seis veces más que en la población general (Fombonne, 2001). En un estu-
ellos debe ser el humor depresivo/irritabilidad o la pérdida de interés/pla- dio longitudinal se verificó que la edad media de inicio del trastorno es
cer. Además, estos síntomas deben prolongarse durante dos semanas como menor en distímicos (8,7 años) que en depresivos (10,9 años). A lo largo
mínimo, y causar malestar e interferir palpablemente en el funcionamiento de 3-12 años de seguimiento se observa que el 76% de los niños inicial-
social, académico, familiar, etc. mente distímicos desarrollan una depresión mayor y el 13%, un trastorno
El trastorno distímico, también llamado depresión menor, supone bipolar, concluyendo que el trastorno distímico infantil puede ser consi-
la presencia de un humor depresivo o irritable durante 1 año como mínimo. derado como un marcador precoz de la enfermedad afectiva recurrente.
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Trastornos depresivos 1917

Comorbilidad blemente se deba a una disregulación del sistema serotoninérgico. Asi-


Es muy frecuente que la depresión infanto-juvenil se manifieste aso- mismo, los niveles de cortisol elevados predicen la persistencia del tras-
ciada a otros trastornos, principalmente trastornos por ansiedad, presen- torno depresivo. La hipoactividad de los sistemas monoaminérgicos de
tes en uno de cada tres casos, y trastorno de conducta, comórbido en alre- gratificación está considerada hipotéticamente como el fundamento bio-
dedor del 40% de menores depresivos. Estas asociaciones pueden dificultar químico de la depresión. Se aduce a favor de esta hipótesis la eficacia
el diagnóstico correcto y completo de la patología depresiva (y de las –relativa– de los ISRS en la depresión de niños y adolescentes y la menor
comórbidas). En la adolescencia, se observa un fenómeno ya detectado tasa de proteína transportadora de 5-HT plaquetaria observada en esa
en la clínica de adultos: la depresión tiende a coexistir con el consumo de población. Existen distintos modelos psicológicos que intentan explicar
alcohol y otras sustancias tóxicas. el origen del trastorno depresivo. Junto a las teorías psicodinámicas, se
alinean los planteamientos cognitivo-conductuales, la indefensión apren-
Epidemiología dida, el estilo atributivo, un autocontrol insuficiente, el déficit de habi-
Cuando se valora la prevalencia de todos los trastornos afectivos jun- lidades sociales, etc. Todo ello se aplica también a los trastornos depre-
tos, incluyendo los no especificados, su prevalencia se sitúa en alrede- sivos de los adultos. Se trata de fenómenos que, probablemente, apuntan
dor del 10%. Este porcentaje es menor en los años prepuberales y mayor a factores que, en parte y no en todos los casos, intervienen en estos tras-
en la fase final de la adolescencia. Comparados con niños de 5-10 años, tornos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que todos estos fenóme-
los de 11-15 años tienen una probabilidad de desarrollar una depresión nos y características depresógenos pueden ser también secundarios al
8,5 veces mayor (Meltzer, 2000). Además, en fase prepuberal no exis- propio trastorno depresivo y, por tanto, constituir manifestaciones del
ten diferencias significativas entre niños y niñas en cuanto a prevalen- mismo que, en tal caso, funcionarían como factores de perpetuación del
cia, pero, a partir de la adolescencia, especialmente entre 15 y 18 años, cuadro.
la prevalencia de depresión en las muchachas dobla a la de varones, hecho
este que se mantiene a lo largo de la vida adulta. Una serie de factores TRATAMIENTO
sociales, culturales, históricos y biológicos-evolutivos, parecen ser res-
ponsables de un aparente incremento de la prevalencia de la depresión En la bibliografía se dispone de cierto número de ensayos controla-
en adolescentes a partir de las últimas décadas del siglo veinte. Por otro dos destinados a verificar la eficacia terapéutica de los fármacos antide-
lado, parece existir una relación inversa entre prevalencia de depresión presivos en los trastornos afectivos de menores. El análisis de los estu-
y nivel socioeconómico. Este hecho, y el también aparente incremento dios controlados realizados con tricíclicos ha puesto de manifiesto su
del trastorno en situaciones de acomodación a una nueva cultura, obli- relativa ineficacia, puesto que las mejoras conseguidas no han logrado
gan a atender muy especialmente el mayor riesgo de niños y adolescen- superar las obtenidas mediante placebo. Se han dado múltiples explica-
tes inmigrados. ciones hipotéticas al respecto, desde las de carácter neurobiológico evo-
lutivo hasta metodológicas (criterios diagnósticos erróneos, muestras
ETIOLOGÍA reducidas, comorbilidad no detectada). En 1997 vio la luz pública un
ensayo controlado en el que, por vez primera, utilizando fluoxetina, se
Los estudios de genética familiar sugieren la influencia de factores consiguió una respuesta terapéutica superior con el fármaco que con pla-
genéticos. En gemelos monocigotos se presenta una concordancia en tras- cebo. Hasta la fecha se han publicado varios ensayos controlados más que
tornos afectivos del 76% frente al 19% en dicigotos. La agregación fami- han conseguido resultados semejantes utilizando distintos inhibidores
liar de trastornos afectivos es muy relevante. Los hijos de padres depre- selectivos de la recaptación de serotonina (aminas), ISRS: fluoxetina,
sivos cuentan con un elevado riesgo de padecer trastornos depresivos paroxetina, sertralina y citalopram. Un importante estudio multicéntrico
especialmente durante infancia, adolescencia y juventud. Las madres, ha reunido a 439 pacientes de 12 a 17 años (TADS Team, 2004). La res-
más que los padres, de menores depresivos suelen presentar una alta pre- puesta terapéutica a fluoxetina se produjo en 60,6% de los casos y al pla-
valencia de trastornos afectivos. En adolescentes depresivos es muy clara cebo en 34,8%, siendo estos porcentajes similares a los obtenidos en los
la prevalencia vital familiar del trastorno, habiendo quedado bien esta- restantes estudios. La ausencia de respuesta terapéutica significativa ante
blecida la especificidad del patrón de transmisión familiar (Klein, 2001). los tricíclicos y sus efectos secundarios, incluyendo la cardiotoxicidad,
La influencia genética puede manifestarse a través de distintos meca- hacen de elección los ISRS en el tratamiento de la depresión infantil y
nismos, incluyendo, entre otros, una mayor susceptibilidad al estrés o una adolescente. Fluoxetina y paroxetina se administran a dosis de 10-20
mayor tendencia a experimentar circunstancias estresantes propiciadas mg/día. Sertralina y fluvoxamina se inician con 50 mg/día, pudiendo lle-
por determinadas características de personalidad/conducta. gar a los 200 y 300 mg/día, respectivamente (véase cap. 22.12). La res-
Es obvio que el estrés puede y suele desempeñar un papel relevante puesta terapéutica a los ISRS es tanto mejor cuanto menor es la gravedad
en la precipitación de muchos cuadros depresivos. La presencia de una del trastorno, menos conflictiva es la familia y en ausencia de autole-
madre depresiva puede resultar estresante para un niño y facilitar la depre- siones (Asarnow y cols., 2009).
sión de éste (pero la depresión del niño también puede resultar estresante Durante los años 2004-2005, se ha desatado una amplia polémica
para la madre). Se ha observado que la madre depresiva que interactúa relacionada con el aparente incremento de autolesiones y conductas y
con un niño depresivo da lugar a cambios negativos en el vínculo madre- pensamientos relacionados con suicidio en menores depresivos tratados
hijo y a disfunción familiar general, disfunción que en sí misma consti- con ISRS y con la relativamente escasa eficacia demostrada a causa de
tuye un factor de riesgo. Cuando la disfunción familiar se suma a la migra- la elevada respuesta terapéutica que obtiene el placebo. En la actuali-
ción y sus consecuencias, se multiplica la probabilidad de psicopatología dad está establecido que los ISRS suelen ser útiles en la depresión infan-
en los niños y adolescentes (Patino, 2005). El estrés parece ser más deci- til que, dada la activación emocional que un menor depresivo puede expe-
sivo en la depresión de muchachas adolescentes que en varones. En aqué- rimentar, los pacientes deben ser controlados muy de cerca para registrar
llas también parece darse una mayor heredabilidad de la depresión. Como de inmediato cualquier posible efecto secundario, y que, en todos los
ya se ha apuntado, esa susceptibilidad a la depresión y al estrés quizás casos, se precisa de intervención psicoterápica y psicosocial desde el ini-
esté asociada a un conjunto de genes común a ambos factores. Una his- cio del tratamiento.
toria de abuso sexual o físico (y psicológico) en la infancia se asocia a Las intervenciones de orientación cognitiva-conductual han demos-
depresión mayor ulterior, con síntomas vegetativos “invertidos” (más ape- trado su eficacia en depresiones no psicóticas, no bipolares y no melan-
tito, aumento de peso, hipersomnia), mientras que la manía tiende a cólicas. Un meta-análisis de estudios controlados realizado con menores
asociarse, especialmente al abuso físico infantil. depresivos tratados con terapia cognitiva-conductual ha hallado una pro-
En lo que concierne a los factores biológicos, es evidente que, en babilidad de respuesta terapéutica 2,2 veces superior a lista de espera,
la depresión de niños y adolescentes, se producen ciertas disfunciones. entrenamiento en relajación, etc. Sin embargo, el estudio del TADS Team
En el sistema neuroendocrino se ha observado una menor respuesta de (2004) constató que la eficacia de la fluoxetina sola es superior a la tera-
la hormona del crecimiento a la estimulación por hipoglucemia inducida pia cognitivo-conductual sola, aunque los mejores resultados se obtenían
por insulina y hormona liberadora (Birmaher, 2000). Este hecho posi- mediante la acción simultánea del fármaco y la terapia psicológica. A los
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1918 Trastornos psicológicos

9 meses de tratamiento, la mayoría de adolescentes habían experimen- - Birmaher B, Dahl RE, Williamson DE et al. Growth hormone secretion in children and
tado la remisión del trastorno con cualquiera de las tres modalidades tera- adolescents at high risk for major depressive disorder. Arch Gen Psychiatry 2000; 57:
867-72.
péuticas (Kennard y cols., 2009). La terapia cognitiva-conductual aso-
ciada a un ISRS reduce la probabilidad de recurrencias (Kennard y cols., - Cornellá J. Patología psiquiátrica prevalente en la adolescencia. Pediatr Integral 2009;
2008). En adolescentes, también ha podido verificarse la eficacia de la 13: 241-51.
psicoterapia interpersonal, basada en el presupuesto de que la depresión - Fombonne G, Wostear G, Coorper W et al. The Maudsley long-term follow-up of child
está cimentada en alteraciones y desajustes de las relaciones interperso- and adolescent depression: II. Suicidality, criminality and social dysfunction in adul-
thood. Brit J Psychiatry 2001; 179: 218-3.
nales.
- Goodman SH, Schwab-Stone M, Lahey BB et al. Major depression and dysthimia in
Pronóstico children and adolescents: discriminant validity and differential consequences in a com-
munity sample. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 2000; 39: 761-70.
La depresión pediátrica debe ser considerada como un trastorno recu-
rrente. La revisión del tema permite señalar que, en la infancia y primera - Kennard BD, Emslie GJ, Mayes TL et al. Cognitive-behavioral therapy to prevent relapse
adolescencia, la duración media de un episodio depresivo es de unas in pediatric responders to pharmacotherapy for major depressive disorders. J Am Acad
Child Adolesc Psychiatry 2008; 47: 1395-404.
30-35 semanas y la de un episodio distímico de 65-70 semanas. El inicio
temprano de un trastorno depresivo hace prever una mayor duración del - Kennard BD, Silva SG, Toner S et al. Remission and recovery in the Treatment for Ado-
episodio. Sufrir un episodio depresivo conlleva un 70% de probabilida- lescents with Depression Study (TADS): acute and long-term outcomes. J Am Acad Child
Adolesc Psychiatry 2009; 48: 186-95.
des de sufrir otro episodio durante los 5 años posteriores al inicio del pri-
mero. Alrededor de un tercio de los depresivos prepúberes desarrollan - Klein DN, Lewinsohn PM, Seeley JR et al. A family study of major depressive disorder
posteriormente un trastorno bipolar. Un estudio longitudinal de 274 depre- in a community sample of adolescents. Arch Gen Psychiatry 2001; 58: 13-20.
sivos adolescentes evaluados a los 24 años de edad señala los siguientes - Lewinsohn PM, Rohde P, Seeley JR et al. Natural course of adolescent major depressive
predictores de recurrencia: sexo femenino, episodios múltiples de depre- disorder in a community sample: predictors of recurrence in young adults. Am J Psychiatry
sión mayor en la adolescencia, alta proporción de familiares con depre- 2000; 157: 1584-91.
sión recurrente, muchos síntomas de trastorno límite de la personalidad - Mojarro MD. Depresión y suicidio. Pediatr Integral 2008; 12:937-46
y existencia de conflictos con los padres, pero sólo en las chicas (Lewin- - Patino LR, Selten JP, Van Engeland H et al. Migration, family dysfunction and psycho-
sohn, 2000). tic symptoms in children and adolescents. Brit J Psychiatry 2005; 189: 442-3.
- Toro J. Trastornos depresivos. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. 9ª ed. Madrid: Ergon,
2006: 1746-8 (con más citas bibliográficas de años previos).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - TADS Team. Fluoxetine, cognitive-behavioral therapy, and their combination for ado-
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bitor-resistant depression in adolescents: predictors and moderators of treatment res- - Weisz J, McCarty CA, Valeri M. Effects of psichotherapy for depression in children and
ponse. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 2009; 48: 330-9. adolescents: a metaanalysis. Psychol Bull 2006; 132: 132-49.

22.6 Trastornos de la conducta Recuerdo fisiológico


Los mecanismos por los que se regula la ingestión de alimentos son
complejos. Depende de dos sensaciones opuestas: el hambre y la sacie-
alimentaria dad y, en relación con ambas, está la mayor o menor apetencia (apetito)
o rechazo por determinados alimentos. El hambre estimula la ingestión
de alimentos y la saciedad, el rechazo de los mismos. Ambas presentan
J.J. Cardesa-García, E. Galán aspectos cuantitativos, con grados de intensidad variable –pasando de una
a otra de forma progresiva–, y aspectos cualitativos, en relación con la
apetencia o rechazo de determinados alimentos. El ciclo hambre-sacie-
dad comprende mecanismos pre y postabsortivos de tipos humoral y neu-
ronal. Provocan hambre factores de tipo ambiental, social y psicológico,
nutrientes, procesos metabólicos y contracciones gástricas. El comer, a
La anorexia se caracteriza por una disminución o limitación del ins- su vez, estimula señales inhibidoras para producir saciedad; debido a que
tinto que impulsa a alimentarse. La forma aguda suele ser de evolución hay un retraso entre la ingestión de alimentos y la digestión de los mis-
transitoria y cursa concomitantemente con una enfermedad orgánica aguda, mos, los mecanismos de la saciedad requieren una señal a corto plazo o
si bien a veces es indicativa de un trasfondo psicológico anómalo. La de respuesta rápida que evite la sobrealimentación. Esta señal rápida
forma evolutiva crónica corresponde, o bien a una enfermedad crónica, de saciedad o saciedad a corto plazo es activada por factores psicológi-
claramente diagnosticable, o a una enfermedad psiquiátrica verdadera, cos (como la saciedad mediada por el recuerdo y la vista, fundamental-
englobándose en una gran mayoría de casos en el cuadro correspondiente mente), sentidos químicos (como el olor y el gusto), factores mecánicos
a la anorexia nerviosa. La limitación del instinto a alimentarse puede relacionados con la deglución y la distensión gástrica –transmitidos por
ser global a todos los alimentos, motivado más frecuentemente por un vía nerviosa–, los niveles de glucemia y de algunos aminoácidos y el
trastorno orgánico que funcional mientras que, cuando es parcial con mar- efecto de neuropéptidos intestinales de liberación rápida. La saciedad a
cada diferencia de unos alimentos a otros, suele deberse a un trastorno largo plazo o tardía se activa a continuación y el control se realiza de
reactivo, a menudo por errores pedagógicos. La anorexia, como sín- manera coordinada a través de estímulos o señales de tipo bioquímico,
toma importante, se encuentra entre el veinte y el treinta por ciento de los endocrino, o neurológico, que emanan del tejido adiposo y de los siste-
motivos de consulta de los niños. A menudo es un síntoma acompañante mas endocrino, nervioso y gastrointestinal, y que son integrados en el
o destacado de otro proceso, y con una frecuencia menor, pero no des- SNC mediante quimiorreceptores de nutrientes y péptidos, que tienen
preciable, constituye el único síntoma; en este caso, es casi seguro que lugar fundamentalmente a nivel del hipotálamo: en el núcleo paraventri-
su etiología es funcional mientras que, como síntoma asociado, casi siem- cular y en el arcuato y en el área lateral, y a nivel del tronco cerebral:
pre es de base orgánica. En el extremo opuesto están los síndromes de complejo vagal dorsal y otros.
polifagia, bulimia nerviosa, atracones y otros, casi siempre con un tras- El comportamiento alimentario a través de estos mecanismos debe
fondo psicológico alterado. asegurar un equilibrio energético adecuado. La regulación del apetito a
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Trastornos de la conducta alimentaria 1919

Cuadro 22.6.1. Señales bioquímicas de entrada y salida al hipotálamo, que modifican el apetito y el gasto energético

Origen de la señal Disminuyen el apetito Estimulan el apetito


Tubo digestivo Péptido YY 3-36 Ghrelina
Colecistocinina (CCK) Opioides
Polipéptido pancreático (PP) Neurotensina
Glucagón. Glucagón-like péptidos GHRH
Bombesinas: gastrin releasing peptide (GRP), oxintomodulina y neuromedina B y C Somatostatina
Enterostatinas: VPDPR, APGPR, VPGPR
Glucosa
Apolipoproteína A-IV
Superfamilia de péptidos: CGRP (calcitonin gene related peptide), amilina, adrenomedulina
OEA (oleoiletanolamida)
Sistema endocrino Adrenalina (efecto β-adrenérgico) Adrenalina (efecto α-adrenérgico)
Estrógenos Andrógenos. Progesterona
Insulina Glucocorticoides
GH. Prolactina
Inflamación, infección, traumatismo, estrés Citocinas:
IL-1-ββ sería la más potente
IL-2, IL-6, IL-8
Cilliary neurotrophic factor (CNTF)
LIF: leukemia inhibitory factor
γ-interferón, e IP-10 (interferon inducible protein)
PF-4 (factor plaquetario)
MCP-1 (monocyte chemotactic protein-1)
RANTES (regulated upon activation normal T-cell expressed and presumably secreted)
Tejido adiposo Leptina
Adiponectona
SN periférico Noradrenalina (efecto β-adrenérgico) Noradrenalina (efecto α-adrenérgico)
SNC Dopamina Galanina
GABA MCH (melanin concentrating hormone)
Serotonina Opioides: anandamida
CCK Orexinas A y B
GHRH. Somatostatina
VGF polipéptido neuronal
Todos los anteriores actúan sobre estructuras del SNC fundamentalmente hipotalámicas, y también corticales, produciendo distintos mediadores que aumentan o disminuyen la ingestión
alimentaria y el gasto energético.
Mediadores con efecto anorexígeno Mediadores con efecto orexígeno
CART (tránscrito endógeno relacionado con cocaína y anfetamina) Neuropéptido Y (NPY)
POMC (proopiomelanocortina) AgRP (agouti related protein)
α-MSH-melanocortina CCK MCH (hormona concentradora de melanina)
GLP-1 Neuromedina B y C Orexinas A y B
CRH Urocortina Galanina
Noradrenalina Serotonina
CGRP-1 Adrenomedulina
Señales eferentes a través de: sistemas nerviosos simpático y parasimpático, hormonas tiroideas y eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal

corto plazo depende, no sólo del gasto energético y de las reservas ener- puesta endocrina asociada, provocan un aumento de la reserva energé-
géticas y de otros factores, como el glucógeno hepático, oxidación de los tica del organismo; 2) en respuesta a ello, se libera leptina en el tejido
ácidos grasos y glucemia, sino de múltiples mecanismos y factores que adiposo blanco; 3) vehiculada por la sangre, la leptina llega al núcleo
también guardan relación con la regulación del apetito a largo plazo y arcuato del hipotálamo donde estimula neuronas POMC/CART; 4) inhibe
la formación de depósitos energéticos (masa grasa). Todo esto precisa de neuronas NPY/AgRP; 5) se produce aaa·-MSH y CART que provocan,
una actividad coordinada de un sistema complejo con componentes que en distintas estructuras del hipotálamo y del tronco cerebral, la produc-
van desde los centros corticales superiores hasta los adipocitos, pasando ción y liberación de neuropéptidos y neurotransmisores (NE, TRH, CCK,
por el tubo digestivo y otras estructuras (Cuadros 22.6.1 y 22.6.2). La GLP-1, ACh, 5-HT); 6) éstos producen una disminución de la ingesta,
regulación del apetito y del balance energético es muy compleja y pre- aumento del gasto energético y modificación de la respuesta endocrina,
senta un elevado grado de integración de los mecanismos implicados. De lo que provoca; 7) una disminución relativa de la reserva energética, que
manera global cabe hablar de: a) un sistema integrado que favorece un induce; 8) liberación de ghrelina en el tubo digestivo; 9) la ghrelina por
balance energético positivo a través de un estímulo del apetito –cuyo vía sanguínea llega al núcleo arcuato, donde activa neuronas NPY/AgRP
componente fundamental inicial es la ghrelina–, con incremento de la e inhibe neuronas POMC/CART; 10) se libera NPY y AgRP en estructu-
ingesta que se acompaña de una disminución del gasto energético, y tam- ras específicas relacionadas con la regulación del comportamiento, y del
bién un mejor rendimiento de la inmunidad y de la fertilidad, y de b) un sistema nervioso autónomo y el funcionamiento neuroendocrino; 11) en
sistema integrado de balance energético negativo que disminuye el ape- estas estructuras, NPY, AgRP y ghrelina provocan la liberación de varios
tito –cuyo componente fundamental inicial es la leptina–, que disminuye neuropéptidos y neurotransmisores (orexinas A y B, MCH, etc.), que
la ingesta y aumenta el gasto energético. modifican la respuesta neuroendocrinológica, con aumento del apetito
Los dos componentes básicos, la leptina, producida en los adipocitos y de la ingesta con disminución del gasto energético; esto conduce de
del tejido graso blanco, y la ghrelina, producida en células específicas nuevo al punto 1 de la secuencia.
localizadas en la mucosa gástrica, actuarían en el balance energético de Muchos de los péptidos implicados en la regulación del apetito tie-
acuerdo con la siguiente secuencia: 1) el aumento de la ingestión de ali- nen una expresión dual: en el tubo digestivo y en el SNC, con acciones
mentos, la disminución del gasto energético, y la modificación de la res- específicas a cada nivel. Además, existe una interacción y coordinación
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1920 Trastornos psicológicos

Cuadro 22.6.2. Cuadro elemental de la regulación del apetito-saciedad

Ayuno-hambre-apetito Postprandial-saciedad
A nivel periférico Digestivo: estómago ↑Ghrelina A nivel periférico Digestivo: intestino grueso y final del delgado ↑Polipéptido YY
Endocrino ↓Insulina Endocrino ↑Insulina
Tejido adiposo ↓Leptina Tejido adiposo ↑Leptina
Efectos en SNC Núcleo arcuato ↑NPY Efectos en SNC Núcleo arcuato ↑POMC
↑AgRP α-MSH
↑GABA ↑CART
↓POMC ↓NPY
α-MSH ↓AgRP
↓CART ↓GABA
Núcleo paraventricular hipotalámico Orexinas A y B Núcleo paraventricular hipotalámico CCK
Área lateral hipotalámica MCH Área lateral hipotalámica GLP-1
Núcleo ventromedial hipotalámico Otros Núcleo ventromedial hipotalámico ACh
Tronco cerebral Tronco cerebral Serotonina
Noradrenalina
TRH
Efectos generales Aumento de la ingestión de alimentos Efectos generales Disminución de la ingestión de alimentos
Disminución del gasto energético Aumento del gasto energético
Modificación del rendimiento neuroendocrino Modificación del rendimiento neuroendocrino

AgRP: agouti related protein; CART: tránscrito relacionado con anfetaminas y cocaína; CCK: colecistocinina; GLP-1: glucagón-like péptido 1; ACh: acetilcolina; GABA: gamma amino
butírico; MCH: hormona concentradora de melanina; α-MSH: fracción alfa de la hormona estimulante melanocitaria; NPY: neuropéptido Y; POMC: proopiomelanocortina; SNC: sistema
nervioso central; TRH: hormona liberadora de tirotropina.

entre los producidos a nivel central y a nivel periférico, vehiculados por rexia puede llevar a un estado de malnutrición que, a su vez, asociado o
la sangre o por vía axonal, mediada por receptores, más o menos espe- no a infecciones y carencias alimenticias, condiciona la anorexia, pudiendo
cíficos, y por mecanismos de conducción nerviosa aferentes y eferen- establecerse un círculo vicioso de intensidad progresiva, a veces difícil
tes. Varios grupos de péptidos relacionados (p. ej., enterostatinas, bom- de romper. También la anorexia de causa psicógena o funcional, como
besinas, la superfamilia CGRP-amilina-adrenomedulina, el grupo expresión de un trastorno reactivo del comportamiento del niño, puede
CRH-urocortina, el grupo NPY-PP-PPY-AgRP, etc.) presentan afinidad reforzar las situaciones conflictivas que lo ocasionaron, con consecuen-
por los mismos receptores con efectos diversos. La casi totalidad de estos cias negativas progresivas para el estado nutritivo del niño pero, sobre
péptidos se producen en otras estructuras orgánicas, dentro y fuera del todo, para el desarrollo de su carácter y de su personalidad.
SNC, con acciones muy variadas, como puede ser la regulación de la
absorción y excreción de agua y electrolitos o el flujo sanguíneo. ESTUDIO CLÍNICO
Etiología y patogenia En el periodo neonatal, el sufrimiento cerebral por anoxia o hemo-
Las causas que pueden producir en el niño una ingestión de alimen- rragia, la infección generalizada, la insuficiencia respiratoria por distrés
tos por debajo de las necesidades son muchas y variadas, pero pueden respiratorio idiopático o por aspiración y las malformaciones gastrointes-
dividirse en dos grupos fundamentales: las de base orgánica y las de- tinales, constituyen causas importantes de anorexia. Sin embargo, rini-
sencadenadas por mecanismos funcionales o psicógenos (Cuadro 22.6.3). tis banales, por la dificultad respiratoria importante que surge en el curso
La distribución de cada una de estas causas varía ampliamente según los de la tetada, pueden condicionar dificultades a la alimentación, con llanto
grupos de edad (Cuadro 22.6.4). Durante el periodo neonatal, la anore- por hambre, inquietud del niño, estacionamiento de la curva de peso y
xia tiene siempre una base orgánica. En el lactante, las causas orgánicas ansiedad materna.
son tanto más frecuentes cuanto más pequeño es el niño y lo contrario Durante la edad del lactante, entre las causas orgánicas predominan
ocurre con las causas funcionales; no es raro que existan errores dietéti- las infecciones. La pérdida del apetito suele ser con frecuencia el pri-
cos que durante los primeros meses de la vida conducen a una anorexia mer signo que anuncia el comienzo de una infección y, a menudo, pre-
pertinaz; menos frecuentemente, el niño presenta una constitución neu- cede varios días a las otras manifestaciones de la enfermedad. En las dia-
ropática y la madre no sabe dirigir adecuadamente su alimentación. En rreas agudas, la negativa a la ingestión de alimentos suele manifestarse
la edad del párvulo, las causas funcionales o psicógenas son las predo- ya al comienzo de la enfermedad, incluso antes de aparecer síntomas
minantes mientras que, en el escolar, las enfermedades crónicas y las cau- digestivos. La inapetencia suele acompañar a las enfermedades febriles
sas funcionales muestran una frecuencia aproximadamente similar. En durante toda su evolución, y es más marcada en las infecciones que, como
cualquier edad pero, sobre todo, en el lactante y párvulo hay que tener en el muguet y la rinofaringitis, se desarrollan en la cavidad bucal o el espa-
cuenta que, si el niño tiene un crecimiento y desarrollo adecuados, su cio nasofaríngeo. Algunos niños admiten los alimentos líquidos, mien-
estado nutritivo es bueno, no presenta infecciones recurrentes y su com- tras que otros rechazan todo tipo de alimentos. Estas dificultades para
portamiento y humor son normales, no hay que preocuparse si la madre la alimentación se ven agravadas por la sequedad de la mucosa bucal, que
refiere una anorexia más o menos intensa y de larga duración: no cabe es consecuencia de la fiebre, y por la disminución de la secreción salival.
pensar que obedezca a una causa orgánica y, probablemente, traduce un Así, la inapetencia durante las enfermedades febriles de larga duración
conflicto menor entre madre e hijo, por creer erróneamente la madre que puede constituir un serio problema si bien, cuando desciende la tempe-
las necesidades del niño son mayores de lo que ingiere. ratura, el niño suele aceptar algún alimento.
Los mecanismos de producción de la anorexia no están bien precisa- La inapetencia que sigue a una infección parenteral puede ser muy
dos. La producción de citocinas y el predominio noradrenérgico en el marcada y perdurar durante mucho tiempo. Varios son los factores que
curso de procesos infecciosos febriles favorecen la producción de leptina pueden concurrir: antibióticos, anemia, hipoproteinemia, deficiencias
y los niveles de leptina libre, aumentando la producción de péptidos ano- vitamínicas latentes secundarias. Otras veces se trata de recuerdos de-
rexigénicos en el hipotálamo. En otros casos, se trata de componentes psi- sagradables, como el dolor al tragar o los intentos de alimentación for-
cógenos corticales, más o menos conscientes, que asocian olores, sabo- zada en el curso de la enfermedad o en el periodo inicial de la convale-
res, sensaciones o experiencias agradables y desagradables en relación cencia, realizados por una madre angustiada e inquieta de que su hijo
con la alimentación, y que pueden llegar a desarrollar reflejos condicio- interrumpa su ganancia ponderal, los que desempeñan el papel princi-
nados. Estos estímulos corticales actuarían sobre el hipotálamo. La ano- pal en esta inapetencia. Éste sería el mecanismo más frecuente de la ano-
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Trastornos de la conducta alimentaria 1921

Cuadro 22.6.3. Clasificación etiológica de la anorexia en la infancia Cuadro 22.6.4. Causas más frecuentes de anorexia, según la edad

“Esencial” psicógena o funcional Orgánicas Funcionales


• Niños nerviosos, con hipermotilidad, juego excesivo
• Falsa inapetencia por deseo de sobrealimentación Recién nacido
• Neurosis y psicosis Anoxia. Hemorragia intracraneal Ansiedad materna
• Privación afectiva, hijo no deseado Aspiración. Distrés respiratorio Neuropatía
• Angustia y ansiedad maternas Infección (rinitis). Sepsis Errores dietéticos
• La comida como expresión de afecto, rechazo o castigo Metabolopatías. Hipoglucemia. Ictericia
• Conflictividad familiar Malformaciones: gastrointestinales, cardiacas, renales
• Exigencias paternas excesivas (educación, aptitudes) Lactante
• Hijo único. Celos Infecciones agudas: ORL, bronquitis, neumonías Sobrealimentación
• Fobias y problemas escolares Intolerancias digestivas Privación afectiva
• Anorexia nerviosa del adolescente Obstrucción crónica del tránsito gastrointestinal Angustia y ansiedad materna
Enfermedades infecciosas y febriles Metabolopatías congénitas “Neuropatía” del lactante
• Sepsis. Meningoencefalitis. Rinofaringitis. Angina. Otitis Encefalopatías connatales
• Infección urinaria Intoxicación por vitamina D
• Tuberculosis. Tifoidea. Kala-azar. Paludismo Párvulo
• Tos ferina. Gripe. Infecciones crónicas Infecciones agudas y crónicas. Hepatitis Hiperalimentación. Alimentación
• Convalecencia de infecciones Intolerancia digestiva. Anemia ferropénica errónea
De causa alimentaria Deficiencias vitamínicas latentes Falta de reglamentación dietética
• Errores en la técnica de alimentación Reacción de obstinación (rechazo,
• Errores en la composición de la dieta castigo). Hijo único. Celos.
• Falta de reglamentación dietética Conflictividad familiar
• Alimentación monótona. Sobrealimentación láctea Escolar
• Estados avanzados de malnutrición Enfermedades infecciosas crónicas Exigencias paternas excesivas
Afecciones digestivas Enfermedades gastrointestinales crónicas Conflictos psicoafectivos
• Gingivitis. Estomatitis. Caries dentaria. Malformaciones de la boca Caries Fobias y problemas escolares
• Hiperplasia con infección de amígdalas Estreñimiento crónico Anorexia nerviosa del adolescente
• Compresiones esofágicas. Megaesófago. Esofagitis Enfermedades crónicas en general Alimentación monótona
• Aerofagia. Gastritis y gastroenteritis. Ulcus
• Obstáculos crónicos al tránsito gastrointestinal. Estreñimiento
• Celiaquía. Alergia gastrointestinal
• Hepatopatías (hepatitis, cirrosis) Cuadro 22.6.5. Causas no orgánicas de anorexia en el niño pequeño
(P. Castells)
Causas endocrino-metabólicas
• Endocrinopatías (hipotiroidismo, insuficiencia suprarrenal) Por parte del niño
• Errores innatos del metabolismo • Atraer la atención del ambiente
• Hipercalcemia idiopática • Imitación de los hermanos
• Déficit vitamínicos (complejo B, vitamina C y vitamina D) • Interés por otras cosas
Otras afecciones • Simple negativismo o tozudez
• Procesos hematológicos (ferropenias, leucemias) • Inquietud general (niño hipercinético)
• Nefropatías. Cardiopatías • Actitud ensoñadora o excesivamente fantasiosa
• Procesos respiratorios agudos y crónicos • Estado de ánimo excitado o deprimido
• Encefalopatías. Hipertensión endocraneal. Miopatías • Comer entre horas
• Cromosomopatías • Actitud caprichosa con simpatías y antipatías por las comidas
• Neoplasias Por parte de los padres o cuidadores
Anorexia “ex medicatione” • Incoherencia en la enseñanza del hábito de comer
• Antiepilépticos. Salicilatos • Alimentación forzada
• Medicamentos oleosos. Jarabes en general • Regaños como medio de incitar a comer
• Antibióticos. Sulfamidas. Nitrofurantoína • Exceso de solicitud con motivo de la comida
• Hipervitaminosis A y D • Demasiados juegos y explicaciones de cuentos durante la comida
• Inmunodepresores. Radioterapia • Encender la TV mientras el niño come
• Excitación antes de las comidas o en su transcurso
Anorexia por tóxicos • Ambiente desagradable
• Plomo y metales pesados • Mala presentación de los alimentos
• Alcohol. Tabaco • Excesiva disciplina (especialmente acerca de los modelos)
• Drogas (anfetaminas, opiáceos, alucinógenos, marihuana) • Tolerancia para prolongar la duración de la comida

rexia persistente que se presenta tras una enfermedad febril benigna, acom- llo se aprecia el mechón de Freund. Presentan también frecuentes y pro-
pañada de un rechazo alimentario ocasional. La intolerancia alimentaria longados estados de desasosiego y malestar, de predominio vespertino,
en la lactancia artificial o en la alimentación complementaria puede ini- desencadenados por estímulos acústicos u ópticos mínimos que, en los
ciar su expresión o acompañarse de anorexia. La hipercalcemia condicio- lactantes normales, provocan nulas o escasas reacciones pasajeras. El
nada por la hipervitaminosis D aumenta la anorexia. momento del destete y la modificación de la consistencia y sabor de los
Ya en el periodo de RN pueden apreciarse las manifestaciones de la alimentos, como la introducción de frutas, verduras o papillas, son motivo
llamada neuropatía del lactante. Aparecen dificultades al amamanta- de nuevas dificultades, renovándose la resistencia del niño a la alimenta-
miento y en el reflejo de succión, no desarrollándose con la tranquili- ción (Cuadro 22.6.5). Muchas veces se trata de manifestaciones pasaje-
dad del niño normal. La tetada se ve interrumpida por episodios de llanto ras, que rápidamente son superadas pero, a veces, cada comida consti-
sin motivo aparente, eructos y regurgitaciones frecuentes, y reflejo gas- tuye una prueba de fuerza entre madre y niño. Caso de persistir el
trocólico exaltado. La mirada de estos niños es vivaz e inquieta y con el enfrentamiento, los mecanismos de rechazo pueden reforzarse por ambas
llanto suelen llevar la cabeza hacia atrás, en hiperextensión y en el cabe- partes y, lo que inicialmente era un rechazo de un tipo determinado de
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1922 Trastornos psicológicos

alimento, puede convertirse en un rechazo de todo tipo de alimento. La taciones de su libertad de movimiento. Otras veces el niño rechaza la
observación clínica de estos niños permite distinguir dos tipos: un rechazo comida porque no quiere “sentarse en el banquillo de los acusados”, ya
activo, con llanto, desvío de la boca al intentar aproximar el biberón o que la madre aprovecha ese momento para recriminar sus faltas y omi-
la cuchara, escupen el alimento de la boca y, finalmente, lo regurgitan o siones a lo largo del día y, al mismo tiempo, trata de convertir la hora
vomitan cuando se les obliga a tragarlo; en el rechazo pasivo, los niños de la comida en una especie de tabla de ejercicios de urbanidad y buenas
permanecen quietos, se dejan introducir el alimento en la boca, sin tra- costumbres. Cuando el niño está enfadado con sus padres, generalmente
garlo y, una vez llena la boca, entreabren los labios dejando fluir los ali- por un capricho no consentido, se niega a comer. Cuando hay un conflicto
mentos, sin apenas poner la lengua en movimiento. Este rechazo pasivo familiar, con discusiones de los padres, se siente triste y pierde el apetito
generalmente corresponde a un trastorno reactivo más marcado. Otras y a veces esto se refuerza por las críticas y regañinas de que es objeto por
veces, además de la predisposición neuropática, es necesario un estímulo parte de los malhumorados padres, y no es raro que la madre se desen-
ambiental desagradable, a menudo insignificante, para que el rechazo tienda del problema y renuncie a la alimentación del niño. También puede
se produzca: una postura incómoda, una comida o un sabor desagrada- producirse aversión hacia la comida cuando, de forma habitual y por negli-
ble, un dolor al introducir la cuchara en la boca, el hecho de tocar una gencia, ésta se le ofrece al niño excesivamente caliente o fría, deficien-
encía sensible sobre un diente a punto de brotar, pueden quitar el ape- temente cocinada, mal condimentada o deficientemente presentada. De
tito durante un periodo de semanas o meses. La influencia de las enfer- forma transitoria, es frecuente que algunos niños reaccionen con anore-
medades febriles sobre los lactantes neuropáticos siempre es más pronun- xia cuando se ven privados de un objeto con el que se hallan encariña-
ciada que sobre los niños normales. Todas estas dificultades para la dos, o se ven apartados de los padres en un ambiente extraño, como puede
alimentación desaparecen un buen día, por lo que lo más acertado es reco- ser una guardería o un hospital, en los que no se dan los adecuados cui-
mendar a los padres que no le concedan demasiada importancia, para dados afectivos. También en esta edad es cuando, con mayor frecuencia,
no fijar el trastorno reactivo, lo cual puede ser fuente de nuevos conflic- los trastornos del comportamiento del hijo único, o los celos por el naci-
tos. No es raro que estas dificultades, iniciadas en el periodo de lac- miento de un nuevo hermano que pasa a ocupar parte de la parcela afec-
tante, se prolonguen en la edad preescolar. Algunos niños siguen inape- tiva que el niño cree que es exclusivamente suya, conducen a una reac-
tentes, incluso hasta los tres y cuatro años, edad a partir de la cual se ción negativa frente a la comida.
convierten en buenos e incluso excelentes comedores. El lactante es muy Muchos niños con anorexia psicógena se quejan de molestias subje-
sensible a la carencia afectiva, a la privación emocional y al abandono tivas, fundamentalmente, dolor abdominal, para justificar el rechazo del
físico, tres situaciones no raras y a menudo reunidas, cuyas manifestacio- alimento y escapar al posible castigo, preocupando más todavía a la angus-
nes clínicas son parecidas, paradójicamente, a las de la neuropatía cons- tiada madre. Si se intenta forzar la toma de alimento, frecuentemente se
titucional y sobreprotección, dando apatía, comportamiento retraído y presentan vómitos, que cada vez se desencadenan con mayor facilidad
anorexia, vómitos, regurgitaciones y retraso en el desarrollo y crecimiento. por la instauración de reflejos condicionados patológicos. Durante la edad
Durante la edad de párvulo, el apetito también es influido por las escolar pueden encontrarse una serie de causas, ya mencionadas pero,
infecciones febriles agudas, durante su curso y durante el periodo de con- además, en los trastornos del apetito de este grupo de edad incide una
valecencia. La anorexia puede ocupar el primer plano del cuadro clí- especial labilidad vegetativa, con trastornos ortostáticos en la regulación
nico en la hepatitis anictérica y en la fase preictérica de la hepatitis, en circulatoria. La anorexia mental o nerviosa se presenta de forma casi
esta edad. En las infecciones prolongadas, como la tuberculosis, la fiebre exclusiva en muchachas en edad puberal y constituye un trastorno psico-
tifoidea y las infecciones urinarias, suele observarse una anorexia muy social grave que se manifiesta por una anorexia muy intensa que lleva a
persistente. Lo mismo puede ocurrir en las infecciones crónicas de vías una pérdida de peso voluntaria, terminando a veces en una malnutrición
respiratorias superiores: adenoiditis y amigdalitis hipertróficas y síndrome grave e incluso en la muerte. Secundariamente se produce detención
sinubronquial. Los trastornos del apetito son especialmente pronuncia- del crecimiento con hormona del crecimiento plasmática alta y ameno-
dos si, además, se administran medicamentos que pueden tener efecto rrea, con cifras bajas de gonadotrofinas, y tendencia a la hipotermia. La
anorexígeno: sulfamidas, nitrofurantoína, jarabes o algunos antibióticos. personalidad de estos niños suele estar marcada por rasgos compulsivos
En este periodo es bastante frecuente que el niño se alimente, inadverti- obsesivos y por una restricción afectiva. Previamente, su comportamiento
damente o por capricho, fuera de las comidas regulares, con leche, dul- suele ser bueno, así como el rendimiento escolar, con una tendencia exi-
ces, golosinas, bebidas gaseosas y azucaradas y otros alimentos, de tal gente hacia el perfeccionamiento para sí mismos y para los demás. Se
manera que, al sentarse a la mesa, se encuentra saciado. Esta inapetencia cree que la causa radica en la negativa (consciente o inconsciente) a acep-
al sentarse a comer puede ser ocasional, en cuyo caso carece de impor- tar el papel sexual femenino, con la diferenciación corporal y fisiológica
tancia y realmente no suele ser motivo de consulta. Sin embargo, más a que conlleva. Ello provoca un impulso instintivo que puede llevar a la
menudo, es persistente y obedece a que el niño que, por trastornos reac- autodestrucción, es decir, a la muerte por consunción.
tivos se niega a comer en la mesa, al levantarse de ella –y cesar el fac-
tor que desencadena su rechazo del alimento–, siente el hambre natural Diagnóstico
que trata de saciar con alimentos que le resultan agradables, especial- Debe tratar de ser etiológico, con objeto de aplicar una terapéutica
mente chucherías, alimentos dulces y azucarados –que, frecuentemente, causal adecuada. Una anamnesis elemental permitirá conocer las carac-
llevan a la caries dental– y suele obtenerlos a hurtadillas y, con frecuen- terísticas de la anorexia (aguda-crónica, global-parcial, continua-intermi-
cia, de la madre, que se los da para acallar su ansiedad por el estado nutri- tente, aislada-asociada a otras manifestaciones) y esto, a su vez, orientará
tivo de su hijo. También a esta edad, si al niño no se le ha acostumbrado a buscar una causa orgánica o funcional de acuerdo con los procesos más
durante el segundo semestre del primer año de vida a la sensación en la frecuentes para la edad del niño. Cuando subyace una causa funcional, el
boca de los alimentos triturados, sino que éstos le han sido administra- interrogatorio puede resultar difícil en presencia del niño o de otro fami-
dos tras su homogenización en la batidora, puede ocurrir que, a pesar liar, por lo que suele ser necesario preguntar a solas al niño, al padre, a la
de tener una dentición adecuada, se niegue a ingerir sólidos. Acerca del madre, a la abuela y a la cuidadora del niño, con objeto de poder descu-
concepto de “neofobia” y formación del gusto alimentario, véase el capí- brir todos los componentes del conflicto que ha dado origen a la reacción
tulo 11.1. anoréxica del niño y que, por miedo o vergüenza, no confesarían en pre-
Existen una serie de causas ambientales que pueden transformar el sencia de las otras personas. Una actitud acusadora, espontánea y posi-
normal acto placentero de ingerir la ración alimenticia y saciar el apetito, tiva, por parte de uno de los familiares contra otro, suele evidenciar la
en una actividad desagradable y molesta, que el niño soporta de mala gana existencia de un conflicto familiar (matrimonial, suegra-yerno, etc.)
y realiza con cierta repugnancia y que trata de evadir, mostrándose remiso que repercute en el comportamiento del niño.
a sentarse a la mesa. Así ocurre cuando el niño, sobre todo a partir de los
dos años, quiere escapar de una sobreprotección materna, rechazando la TRATAMIENTO
ración nutritiva normal; en el momento de la comida, estalla el rencor
acumulado por el niño a causa de las frecuentes reprimendas sobre su Debe procurarse también que sea etiológico, es decir, suprimir los
comportamiento y manera de vestir y las numerosas advertencias y limi- procesos o las circunstancias que han dado origen a la anorexia en el niño.
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Trastornos de la conducta alimentaria 1923

Nunca deben prescribirse orexígenos sin un adecuado diagnóstico cau- Estado del niño. El niño estará sosegado y tranquilo antes de iniciar la
sal. Esto es importante, tanto en las anorexias orgánicas, como en las fun- comida, sin ningún motivo de llanto, enfado o disputa, de manera que las
cionales. En las orgánicas, la recuperación del apetito es un síntoma indi- actividades que interrumpa en ese momento, para ir a comer, no provo-
cativo de la evolución de la enfermedad principal. Sin embargo, como a quen su enfado. No obstante, a veces hay que ser firme para cortar esa
partir de una base orgánica puede establecerse un círculo vicioso con base actividad y disponerlo para que coma a su hora. 4) En la mesa. Hay que
funcional, la prescripción de orexígenos tendrá por objeto el complemen- evitar las disputas y enfrentamientos directos. Al principio no se exigirá
tar el tratamiento etiológico, ayudando a romper el frecuente círculo demasiado en cuanto a modos y maneras: cómo coger los cubiertos, cómo
vicioso anorexia orgánica-ansiedad materna funcional. En las anorexias masticar la comida, etc., pero sin permitir malos hábitos. 5) Evitar las
de la convalecencia de procesos infecciosos, la administración de vita- discusiones familiares. Contribuyen a que el tiempo de la comida resulte
mina C (100 mg/día) facilita el proceso de recuperación, no sólo del ape- desagradable para el niño y coma peor. 6) No forzar a comer. Si el niño
tito, sino también de la astenia postinfecciosa. Tras algunos procesos infec- está enfermo o con fiebre, es normal que disminuya el apetito; en estas
ciosos, pueden aparecer estados carenciales larvados de hierro, vitaminas fases, en general, es conveniente ofrecerles comidas sencillas, líquidas o
del complejo B, C y D, que podrán administrarse en forma de suplemen- blandas preferentemente, ricas en hidratos de carbono, sin exceso de gra-
tos por vía oral, a dosis doble o triple de las necesidades diarias recomen- sas, lo cual facilita su digestión. 7) Llamar la atención. Hay niños que
dadas por un periodo no superior a 15 días. Están contraindicados los cho- desean ser objeto central de atención y, rápidamente, se dan cuenta de
ques de vitamina D por el riesgo de hipercalcemia y su dudoso efecto que, si se niegan a comer, reciben bastantes más atenciones. Si, cuando
orexígeno. Aunque tienen un indudable efecto orexígeno, los corticoides el niño se niega a comer, la familia le dedica especial atención y satisface
y anabolizantes hormonales no deben prescribirse con este fin por sus sus caprichos, está reforzando el comportamiento rebelde e inadecuado
efectos colaterales indeseables. Igual cabe decir de la isoniazida, en la del niño. Debe hacerse todo lo contrario: prestarle atención y recom-
que se suma la posible producción de resistencias bacilares. Las inyec- pensarle cuando come bien. No se le ofrecerá otra comida a cambio. El
ciones de insulina excepcionalmente se usan hoy en día: una dosis pequeña niño tiene que comer lo que se ha preparado. 8) No ofrecer nada entre
(1-5 U) de insulina cristalina por vía subcutánea antes de las principales comidas. Si, transcurrido un tiempo prudencial, el niño sigue sin comer,
comidas tiene un efecto orexígeno indiscutible. Ciertos aminoácidos tie- se retira el plato y se ofrece el segundo plato o el postre. Si continúa en
nen un efecto orexígeno débil: la carnitina estimula la oxidación de los su negativa a comer, se retira la comida. Si la madre es capaz de cum-
ácidos grasos y la lisina y la arginina, por diversos mecanismos, incre- plir este consejo “¿no quieres comer?, pues te quito el plato”, sin más
mentan la síntesis proteica; administradas conjuntamente tienen un efecto explicaciones y sin enfadarse, tendrá éxito. Hay que estar atentos, no obs-
aditivo. A la vitamina B12 se atribuye un efecto orexígeno que no ha tante, al primer intento del niño de comer un poco, siempre en la mesa
sido suficientemente comprobado. Las quinas, como amargos, poseen y a la hora de las comidas, para recompensar con comida, inmediatamente,
efecto orexígeno consagrado por una larga experiencia: puede utilizarse esa actitud positiva del niño. 9) Paz y cariño. Cuando se ponga en prác-
tintura de quina, 5 mL, o bien la poción de quina compuesta, 30 mL, un tica todo lo anterior, se evitará que la hora de la comida se convierta en
cuarto de hora antes de las comidas. Ciertos orexígenos de síntesis: cipro- una batalla campal. 10) Consejos finales. Mejorar su comportamiento
heptadina, pizotifeno y buclicina tienen un efecto no bien conocido; la durante la comida, mediante ofertas de “recompensas de actividad”, que
ciproheptadina y el pizotifeno podrían actuar como antiserotonínicos, le gustan al niño (“en cuanto comas, podrás montar en la bicicleta”).
pues la serotonina, experimentalmente, tiene efecto anorexígeno; los tres No se darán bebidas gaseosas ni aperitivos antes de las comidas: favo-
preparados podrían actuar a través del efecto hipoglucemiante descrito recen la inapetencia y los caprichos del niño. Es un error creer que el ejer-
para todos ellos; se ha demostrado que su administración se acompaña cicio y la actividad excesiva del niño, con el consecuente cansancio, favo-
de incremento en la ingestión de alimentos y en el peso, y el efecto ore- recen su apetito. El niño no debe llegar a la mesa excitado, cansado o falto
xígeno desaparece al suspender el tratamiento. de sueño. Estas normas básicas, para que tengan éxito, deben aplicarlas
En las anorexias funcionales es muy importante conocer la causa del todas las personas que tienen relación con el niño: padres, abuelos, tías,
trastorno reactivo y las características psicológicas. Con objeto de rom- familiares y cuidadores.
per el círculo vicioso será necesario que, por parte de los padres del niño, En algunos lactantes se establece una anorexia postinfecciosa rebelde,
se eliminen tensiones. Las actitudes drásticas y negativas, generalmente, con un evidente componente funcional reactivo, en donde hay que recu-
son poco eficaces. A veces es beneficiosa una separación transitoria entre rrir, como último remedio, a la alimentación por sonda, renunciando
el niño y los padres. Se debe recomendar un lenguaje y una actitud firme durante dos o tres semanas a todo intento de alimentarle según la forma
pero amable. Con objeto de ganarse al niño y que éste pierda su aversión habitual. La alimentación por sonda puede estar dificultada por los vómi-
a sentarse a la mesa, al comienzo será conveniente mejorar los aspectos tos, contra los que se puede actuar mediante antieméticos como clor-
culinarios y la presentación de la comida, así como suspender los alimen- promazina, alimemazina y metopimazina a dosis bajas, con efecto sedante;
tos que no le gustan por un periodo de un mes o más, hasta que el niño también resultan útiles medidas posturales, como la alimentación en posi-
haya olvidado el recuerdo desagradable de la comida. Poco a poco se ción de sentado y la postura de semisentado después de las comidas.
irá pasando a un régimen de comidas normal y variado. Cuando se consigue un aporte nutritivo adecuado e incrementos de peso,
se comienzan ensayos cautelosos para volver al modo habitual de alimen-
Normas básicas tación. El tratamiento de la anorexia nerviosa no es fácil. Comprende,
Hay que cumplir los siguientes objetivos: según P. Castells, normas de psicoterapia conductual y terapia familiar,
1) Horario de comida. Debe ser la habitual a la que el niño tiene ham- conjuntamente con fármacos antidepresivos (fluoxetina), orexígenos
bre. Han debido transcurrir tres horas, por lo menos, respecto a la comida (ciproheptadina), preparados polivitamínicos y minerales (cinc), a veces
anterior. Si el niño tiene hambre antes de la hora habitual, se puede ade- hormonales (estrógenos-progestágenos, reguladores del ciclo menstrual)
lantar la hora, siempre que el apetito no sea la consecuencia de haberse y pautas dietéticas, encaminadas a restaurar patrones adecuados de ali-
negado a tomar la comida anterior. Si, por el contrario, la comida ante- mentación. Aunque en casos graves está indicada de entrada la hospita-
rior la ha hecho bien o ha sido pesada, retrasar un poco la hora de la comida lización, en bastantes pacientes se consiguen buenos resultados con la
y prepararle una comida más ligera. 2) Lugar de la comida. El niño debe asistencia ambulatoria, siempre y cuando se realice precozmente.
comer en un lugar habitual, en la mesa de la cocina, en la mesa del come-
dor con los padres, en su silla especial, etc., debiéndose procurar que el POLIFAGIA, BULIMIA, ATRACONES Y OTROS
acto de la comida resulte agradable. El hecho de comer debe estar per- TRASTORNOS DEL APETITO
fectamente diferenciado del resto de las actividades del niño: juegos, entre-
tenimientos, TV, vídeo, música, etc. La única actividad que el niño debe Cuando un niño come bien, se interpreta este hecho como una mani-
tener en ese momento es la de comer y conversar con los padres o con festación más de un buen estado de salud. Sin embargo, el apetito exce-
la persona que le esté dando de comer, procurando reducir al mínimo estí- sivo, tanto por sus causas como por sus consecuencias, constituye una
mulos externos motivo de distracción. El niño debe estarse quieto, sin manifestación patológica. El exceso en el ingreso de energía, en relación
moverse de su sitio y no se debe ir detrás de él con el plato de comida. 3) con el gasto energético, puede ser debido a un impulso aberrante para
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1924 Trastornos psicológicos

obtener energía –debido a un fallo en el mecanismo de regulación lipos- Cuadro 22.6.6. Criterios diagnósticos de los trastornos del apetito
tática–, o a una respuesta permisiva a estímulos externos, bien por la debi-
Para el diagnóstico deben cumplirse todos los criterios indicados a continuación
lidad de las señales inhibitorias (niño delante del televisor comiendo chu-
cherías), bien por la potencia del estímulo, como puede ser el sabor, la Anorexia nerviosa
palatabilidad y la preferencia de un alimento. El sabor, la palatabilidad y • Peso corporal < 85% del esperado (o IMC ≤ 17,5)
la textura de los alimentos dan lugar a una respuesta de tipo hedonístico • Temor intenso a ganar peso
mediada por sistemas opioidérgicos y aminérgicos. Las respuestas inhibi- • Alteración intensa de la imagen corporal: tamaño, peso y forma
torias a la ingestión de macronutrientes incluyen el ajuste al volumen del • Amenorrea (tras la menarquia)
estómago, velocidad de vaciamiento gástrico, liberación de colecistoci- Bulimia nerviosa
nina y enterostatinas y cambios en la concentración plasmática de los pro- • Episodios recurrentes de atracones al menos dos veces por semana, durante tres meses
ductos de la digestión; estas respuestas periféricas dan lugar a una serie de • Utilización de purgantes, ejercicio excesivo y periodos de ayuno, al menos dos veces
cambios en la concentración de neuropéptidos y otros neurotransmisores. por semana durante tres meses
Hay enfermedades en las que casi habitualmente va asociada la poli- • Preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal
• Ausencia de anorexia nerviosa
fagia, como es la diabetes mellitus, en las que la síntesis hipotalámica del
neuropéptido Y está aumentada y están disminuidas las concentraciones Atracón (binge eating)
de leptina. En otras, como en las secuelas de meningitis tuberculosa y de • Episodios recurrentes de voracidad, al menos dos veces por semana, durante seis
encefalitis, en las malformaciones congénitas del SNC y tras algunos trau- meses. Claramente agobiados con, al menos, tres de las siguientes manifestaciones:
matismos craneoencefálicos, la afectación secundaria de las estructuras – Comer muy deprisa
hipotalámicas implicadas en la regulación del apetito y el complejo equi- – Comer hasta encontrarse harto y con molestias
– Comer sin tener hambre
librio entre distintos neurotransmisores y vías nerviosas motivarán la – Comer solo
hiperfagia. Enfermedades con retraso psicomotor y obesidad también la – Encontrarse a disgusto y con sentimientos de culpabilidad tras el atracón de comida
motivan, como ocurre en los síndromes de Prader-Willi, Laurence-Moon- • No-utilización de purgantes, ni realización de ejercicio excesivo, ni de periodos de ayuno
Bardet-Biedl, Cohen, Alstrom y otros. El exceso de glucocorticoides –de • Ausencia de anorexia nerviosa
origen exógeno o en el síndrome de Cushing, por ejemplo–, estimula el
Otros trastornos (atípicos) del apetito
neuropéptido Y y provoca resistencia a la leptina, con aumento del ape-
• Se incluyen todas las alteraciones significativas del comportamiento del apetito, importantes
tito. A la inversa ocurre en la anorexia que acompaña a la enfermedad de desde el punto de vista clínico, así como el control desmesurado del peso, preocupación
Addison. excesiva por el peso y/o la imagen corporal, que no cumplen todos los criterios de la
A menudo, en el lactante y niño pequeño es consecuencia de hábitos anorexia nerviosa, de la bulimia nerviosa o de los atracones
familiares inadecuados; sobre todo en los primeros meses de vida, el
Un episodio de voracidad se caracteriza por el consumo de una cantidad exagerada de
llanto es interpretado como signo de hambre y rápidamente se le ofrece
alimento en un periodo de tiempo muy breve, con falta de control sobre el comer
comida, generalmente rica en proteínas y harinas finas, que favorecen un
mayor crecimiento y la obesidad, con sus consecuencias posteriores; no Adaptado de Becker et al.
es raro en estos casos encontrar que los padres y abuelos sean obesos.
Ciertas familias tienen unos hábitos alimentarios excesivos, en los que se
educa el apetito del niño. En el niño mayor, especialmente en el adoles-
cente, el apetito excesivo es expresión de problemas psicológicos: pobre estómago, aumento del tamaño de las glándulas salivales, sobre todo, la
adaptación social, inmadurez emocional o maduración defectuosa. A esta parótida, y a veces se ha descrito incluso la rotura gástrica; b) vómitos
edad aparece la bulimia nerviosa y los atracones como entidades clíni- autoprovocados: alteraciones metabólicas, principalmente hipocalcemia,
cas. Ambas se acompañan de alteración del apetito caracterizado por una deshidratación, reflujo gastroesofágico, ronquera crónica; y c) abuso de
ingesta excesiva de alimento, diferenciándose porque en la bulimia ner- laxantes: esteatorrea y colon irritable.
viosa se realizan acciones para compensar la ingesta excesiva de alimento En casos de anorexia y bulimia nerviosa se han encontrado alteracio-
y en la otra entidad no (Cuadro 22.6.6). nes en las concentraciones de leptina, NPY, y PYY en LCR y de leptina en
El menor, cuyas necesidades o apetencias están reprimidas en otros suero; estas alteraciones parecen ser secundarias al trastorno del apetito y
terrenos, reacciona con una mayor demanda alimentaria, en la que obtiene no a rasgos patológicos, que contribuyen de manera causal al trastorno ali-
satisfacción; el alimento tiene un valor de compensación y de alivio (no mentario. El PYY se ha encontrado elevado en bulímicos en fase de res-
cualquier tipo de comida, sino la que a él le gusta). Tras una experien- tricción dietética, y en LCR en mujeres en fase bulímica; se sospecha que
cia emocional traumática, busca en la hiperfagia y obesidad una forma existe alteración en la actividad serotonínica y noradrenérgica; el com-
de protegerse de la angustia y la depresión. Otras veces, ante la imposi- portamiento de atracones es compatible con una hiperactividad del sistema
bilidad de soportar las frustraciones o por un retraso en la gratificación, α-noradrenérgico del hipotálamo, una hipoactividad de los sistemas sero-
busca su compensación en la comida. El cuadro clínico de la bulimia ner- toninérgicos hipotalámicos, o una combinación de ambos efectos.
viosa, como adelanta su definición, está representado por episodios recu- En el diagnóstico diferencial se incluirá también la esquizofrenia que,
rrentes de voracidad, con conciencia del niño de que su conducta es anor- aunque presenta alteraciones de la conducta alimentaria, no tiene el cua-
mal, miedo a no ser capaz de parar la ingesta voluntaria, estado de ánimo dro completo descrito (a veces hay que hacer ambos diagnósticos); en
depresivo y pensamientos autodespreciativos después de cada episodio. algunas enfermedades neurológicas, síndrome de Klüver-Bucy y el sín-
En estos casos de diagnóstico de bulimia, los episodios no son debidos a drome de Klein-Levin (véase cap. 23.26), aparecen patrones de ingesta
anorexia nerviosa ni a ningún trastorno somático conocido. La comida se anormales, pero el diagnóstico de polifagia pocas veces está claro (cuando
ingiere de manera disimulada o secreta y termina con dolor abdominal, lo está hay que hacer ambos diagnósticos).
somnolencia o con provocación del vómito. La sintomatología asociada El tratamiento se basa fundamentalmente en la psicoterapia utilizando
manifiesta en estos pacientes una gran preocupación por el peso e inten- técnicas cognitivas, conductuales y de terapia familiar. El tratamiento far-
tos de controlarlo (ayuno, vómitos, laxantes, diuréticos). La mayoría tie- macológico puede completar el anterior; se ha demostrado eficaz la car-
nen un peso normal, aunque pueden estar ligeramente por debajo o tener bamazepina, la maprotilina, la desimipramina y la fluvoxamina.
un peso excesivo. Son características las oscilaciones del estado nutri- El comedor impulsivo se pone a comer en cuanto ve la comida y es
tivo, y suele asociarse en la niña a trastornos menstruales. Acostumbran distinto del atracón: es más un trastorno educativo del apetito que un tras-
a abusar de sustancias tóxicas (alcohol, anfetaminas) y están preocupa- torno con base psicopatológica.
dos por su imagen corporal y de cómo serán vistos por los demás. La inci-
dencia es mayor en el sexo femenino. El curso es habitualmente crónico, Pica
alternando fases de comilonas con otras de ingesta normal y ayunos inter- El término proviene del nombre latino de la urraca, conocida ave de
calados (Cuadro 22.6.6). Las complicaciones más frecuentes en la buli- voracidad omnívora. El cuadro clínico de este “apetito pervertido” o
mia son debidas a: a) ingesta excesiva de alimento: dilatación aguda de “deseo vehemente de comer cosas anómalas” (como también ha sido lla-
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Trastornos de la conducta alimentaria 1925

mado) se manifiesta por la ingesta persistente de sustancias carentes de Cuadro 22.6.7. Test de Bratman para la ortorexia
valor nutritivo: pintura, yeso, cuerdas, cabello, ropa. Los niños mayores
• ¿Pasa más de tres horas al día pensando en su dieta?
pueden comer excrementos animales, arena, bichos, hojas, piedras. Para
• ¿Planea sus comidas con varios días de antelación?
sentar el diagnóstico de pica esta alimentación aberrante debe repetirse • ¿Considera que el valor nutritivo de una comida es más importante que el placer que le
durante al menos un mes. No acostumbra haber sintomatología asociada. aporta?
La edad de comienzo se sitúa entre los 12 y 24 meses, aunque el trastorno • ¿Ha disminuido la calidad de su vida a medida que aumentaba la calidad de su dieta?
puede aparecer antes. El curso termina habitualmente pronto en la infan- • ¿Se ha vuelto usted más estricto consigo mismo en este tiempo?
cia, aunque en ocasiones puede persistir hasta la adolescencia. La inci- • ¿Ha mejorado su autoestima alimentándose de forma sana?
dencia es muy escasa. Como factores predisponentes se puede encon- • ¿Ha renunciado a comer alimentos que le gustaban para comer alimentos “buenos”?
trar el retraso mental, el déficit de minerales (p. ej., cinc o hierro), la • ¿Supone un problema su dieta a la hora de comer fuera, distanciándolo de su familia y
negligencia y la falta de control de los adultos. Las complicaciones pue- sus amigos?
den ser de envenenamiento o intoxicación (p. ej., plomo de las pinturas), • ¿Se siente culpable cuando se salta su régimen?
• ¿Se siente en paz consigo mismo y cree que todo está bajo control cuando come de
y las masas de cabello pueden causar una obstrucción intestinal por tri- forma sana?
cobezoar, resultado de la tricofagia, que es el último acto de la tricotilo-
manía, manía de arrancarse el pelo (véase cap. 22.2). Si responde afirmativamente a 4 ó 5 preguntas, significa que es necesario que se relaje
más en lo que respecta a la alimentación
Si responde afirmativamente a todas las preguntas, significa que tiene una obsesión
Síndrome del comedor selectivo importante por la alimentación sana
Son niños que comen siempre lo mismo (pasta para desayunar, pasta
para comer y pasta para cenar). El menú se reduce a menos de diez ali-
mentos y es incapaz de comer otros menús u otros alimentos. Es algo más
frecuente en varones que en mujeres. Los niños padecen de ansiedad y vegetal, sin conservantes, sin grasas, sin carnes, o sólo frutas, o sólo ali-
presentan síntomas obsesivos-compulsivos relacionados con los alimen- mentos crudos, con rechazo a los alimentos tratados con fitoquímicos o
tos y con otras circunstancias. La hora de la comida crea una gran ansie- cultivados con abonos artificiales. Son consumidores habituales de ali-
dad en el niño y en la familia; son frecuentes las “batallas” a la hora de mentos ecológicos. La forma de preparación –verduras cortadas de deter-
comer en los niños más pequeños, mientras que en los mayores los padres, minada manera– y los materiales utilizados –sólo cerámica o sólo madera,
frecuentemente, han renunciado a intentar modificar los hábitos de comida etc.– también son parte del ritual obsesivo. Las víctimas de esta enferme-
de sus hijos. Tienen problemas para relacionarse con otros niños; son dad sufren una preocupación excesiva por la comida sana, convirtiéndose
impulsivos, mostrándose ansiosos e irritables y se refugian en comer lo en el principal objetivo de su vida. Podría decirse que es un comporta-
mismo cuando tienen dificultades de adaptación. Rehúyen los viajes por- miento obsesivo-compulsivo caracterizado por la preocupación de qué
que hace más difícil su comida. El rendimiento escolar suele ser bajo. No comer y la transferencia de los principales valores de la vida hacia el acto
es raro que se acompañen de escasa ganancia de peso y talla y deficien- de comer, lo cual hace que los afectados tengan “un menú en vez de una
cias nutricionales carenciales. vida”. A través de este tipo de comida esperan obtener todo tipo de bene-
ficios físicos, psíquicos y morales, lo cual les puede llevar a una depen-
Comedor nocturno dencia similar a la de cualquier adicto a las drogas.
El síndrome del comedor nocturno, en inglés night eating syndrome La práctica de esta obsesión puede llegar a transformarse en enfer-
(NES) es más frecuente en varones. Presentan anorexia durante el día, no medad orgánica si no se ingieren carnes, pescado u otros alimentos nece-
tienen apetito en el desayuno y tardan varias horas en tomar la primera sarios y se producen carencias nutricionales. La diferencia entre anore-
comida tras levantarse, no están hambrientos y pueden estar disgusta- xia y ortorexia es que la primera está relacionada con la cantidad de comida
dos con su comportamiento de la noche anterior. Más del 50% de las calo- ingerida y la segunda hace referencia a la calidad de los alimentos que se
rías son consumidas entre la cena y especialmente después de la cena; se toman. Las personas ortoréxicas recorren kilómetros para adquirir los ali-
puede despertar por la noche y ponerse a comer, no siendo conscientes mentos que desean pagando por ellos hasta diez veces más que por los
de ello. Este patrón de comportamiento ha persistido durante más de dos habituales, y si no los encuentran o dudan de su origen, prefieren ayunar.
meses. Los pacientes se encuentran tensos, ansiosos, disgustados o con Huyen de los restaurantes y rehúsan invitaciones para comer fuera de casa
remordimiento mientras comen. El síndrome se relaciona con el estrés por no saber qué les van a ofrecer. Cuando incumplen sus propósitos, les
y frecuentemente se acompaña de depresión. Tardan en conciliar el sueño embarga un sentimiento de culpa que desemboca en estrictas dietas o ayu-
y se despiertan con frecuencia y, entonces, se ponen a comer. Los alimen- nos. La supresión de grasas puede comprometer la ingesta de vitaminas
tos consumidos preferentemente son hidratos de carbono, particularmente liposolubles y ácidos grasos esenciales, la falta de reservas energéticas;
azúcares; comen de manera regular durante este periodo de tiempo y, sin carne, los niveles de hierro son muy bajos, con anemia, y, aunque los
en este sentido, el comportamiento es distinto de los atracones, en los que vegetales también aportan proteínas, son de inferior calidad. Aunque toda-
se come mucho en poco tiempo. vía no están lo suficientemente contrastados, ya existen algunos criterios
diagnósticos para la ortorexia: a) dedicar más de 3 horas al día a pensar
Vigorexia en su dieta sana; b) preocuparse más por la calidad de los alimentos que
Es un trastorno emocional de características opuestas, en cierto modo, del placer de consumirlos; c) disminución de su calidad de vida conforme
a la anorexia mental. La distorsión de la imagen corporal consiste en apre- aumenta la pseudocalidad de su alimentación; d) sentimientos de culpa-
ciar unas características de escasa musculación y vigor. Esto le lleva a bilidad cuando no cumple con sus convicciones dietéticas; e) planifica-
realizar ejercicios de musculación de manera compulsiva –casi pasan más ción excesiva de lo que comerá al día siguiente; f) aislamiento social pro-
horas en el gimnasio que en cualquier otra actividad–, hasta adquirir pro- vocado por su tipo de alimentación (Cuadro 22.6.7).
porciones exageradas; su vida gira en torno al aspecto del cuerpo. Con
frecuencia se asocia una dieta pobre en grasas y rica en proteínas. No es Potomanía
raro que en algunos casos se asocie el consumo de esteroides y anaboli- Es el consumo excesivo de agua y puede ser síntoma de un desequi-
zantes con el fin de conseguir “mejores resultados”. librio psiquiátrico, ya que tiene aspectos en común con otros trastornos
del control de los impulsos. Se trata de un trastorno relativamente poco
Ortorexia frecuente, que consiste en un deseo frecuente de beber gran cantidad de
Este término proviene del griego, significando “apetito correcto”. Fue líquido, de manera compulsiva y sin sentir en especial sed, y acompañado
definido por primera vez por Bratman en un libro publicado en el año de una sensación placentera. Debe ser distinguido de la polidipsia, o nece-
2000 en EE.UU. y que lleva por título Health Food Junkies o, lo que es sidad de beber grandes cantidades de agua para compensar pérdidas impor-
lo mismo, Yonkies de comida sana. Se entiende por ortorexia la obsesión tantes (por ejemplo, en la descompensación diabética u otras enfermeda-
patológica por la comida biológicamente pura. La ortorexia se define des orgánicas); en este caso no se trata de un trastorno psiquiátrico sino
como la obsesión patológica por consumir sólo comida sana: orgánica, de la necesidad de compensar grandes pérdidas acuosas.
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1926 Trastornos psicológicos

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las heces cuyo origen puede ser por un aprendizaje forzado en el control
22.7 Encopresis de esfínteres, paso de heces de gran tamaño que causan dolor, fisuras ana-
les, trastornos del comportamiento, falta de tiempo para ir al lavabo o
S. García-Tornel repugnancia para usar un váter diferente al habitual. En estos casos, cuando
el niño tiene ganas de defecar, se pone en posición vertical juntando las
piernas y contrae la musculatura del suelo pélvico y los glúteos. Así con-
sigue acomodar las heces en el recto y se inhibe el reflejo de la defecación.
Progresivamente se va produciendo un círculo vicioso de retención de
heces cada vez más compactas y difíciles de eliminar junto con una dis-
tensión rectal y pérdida de la sensación de defecar. Ello conlleva la salida
El término encopresis, derivado del griego (kopros-heces), engloba de heces por rebosamiento sin que el niño lo perciba y un megacolon fun-
diversos trastornos cuyo síntoma principal es ensuciar con heces la ropa cional con emisión intermitente de un bolo fecal de gran diámetro. Este
interior o defecar en lugares socialmente inaceptables. Este concepto se comportamiento lleva a la contracción inconsciente del esfínter externo
describe en la literatura médica bajo dos términos intercambiables, dando durante la defecación (disinergia rectoesfinteriana). La salida involunta-
lugar a cierta confusión: encopresis y ensuciamiento (soiling). En la actua- ria de heces puede ser aislada o varias veces durante el día o la noche aun-
lidad se acepta que la encopresis es la expulsión repetida de un movi- que, en la mayoría de ocasiones, ocurre mientras el niño está despierto y
miento intestinal normal, involuntario o intencionado, en lugares inapro- activo. La asociación con incontinencia urinaria es frecuente debido a la
piados (por ejemplo: en la ropa, en el suelo) en un niño de edad igual o compresión ejercida por la masa fecal sobre la vejiga urinaria.
superior a los 4 años (o edad mental equivalente). Ensuciar o “ensucia-
miento” se define como la pérdida involuntaria de cantidades pequeñas Defecación fecal funcional no retentiva (DFFNR). El 20% de los
de heces que manchan la ropa interior. Ambas entidades también se des- encopréticos no tienen estreñimiento, aunque pueden tener anteceden-
criben como incontinencia fecal, si bien este término alude ante todo al tes muy lejanos de defecación dolorosa. Es la emisión de heces, volunta-
trastorno de origen orgánico. Para más datos, consultar el capítulo 15.32 ria o involuntaria, en la ropa interior. Según los criterios de Roma-II, se
sobre Estreñimiento. incluye al niño que presenta este síntoma al menos una vez a la semana.
Durante años, esta entidad ha sido clasificada bajo una perspectiva Su ritmo deposicional suele ser normal, pudiendo ir al lavabo con nor-
psiquiátrica. Sin embargo, con los nuevos conocimientos fisiopatológi- malidad. No se les encuentra ninguna anormalidad en la exploración y su
cos, los expertos en gastroenterología han clasificado los trastornos gas- tránsito intestinal es normal. Se asocia en un 40% con enuresis noc-
trointestinales funcionales del niño basándose en criterios de diagnóstico turna o incontinencia urinaria diurna. Aunque no se ha podido demostrar
clínico o “criterios de Roma-III”, que dividen los trastornos de la defe- claramente, la DFFNR se ha considerado secundaria a una alteración psi-
cación en niños en cuatro apartados: disquecia infantil, estreñimiento fun- cológica-emocional del niño. Se pueden distinguir cuatro subgrupos: a)
cional, retención funcional y defecación fecal funcional no retentiva los que no han conseguido un control de esfínteres; b) los que tienen una
(DFFNR). La encopresis tiene una prevalencia entre el 1,5-2,8% de niños “fobia” a sentarse en el váter; c) los que ensucian para “manipular” el
mayores de 4 años de edad aparentemente normales. En el 30% de ellos entorno y d) los que tienen un intestino irritable.
no es secundaria a estreñimiento sino una manifestación del DFFNR. La
proporción de niños afectados es 9 veces superior al de las niñas. Incontinencia fecal verdadera. Debe distinguirse de la retención
funcional fecal con ensuciamiento por rebosamiento que algunos ciru-
ETIOPATOGENIA Y CLASIFICACIÓN janos la denominan pseudo incontinencia (encopresis). La mayoría de
niños (75%) con malformaciones anorrectales intervenidos adecuada-
Se distinguen las siguientes categorías: mente suelen adquirir el control de esfínteres más allá de los tres años. El
25% de los pacientes intervenidos de malformaciones anorrectales com-
Retención funcional fecal con ensuciamiento por rebosamiento. plejas, aun siendo intervenidos por expertos con un gran nivel técnico,
En un 80% de los casos, debido a una acumulación de heces por miedo a requieren un programa multidisciplinar para el mantenimiento del trán-
una defecación dolorosa. Representa un 3% de las visitas del pediatra de sito intestinal (véase cap. 15.34). Se trata de incontinencia orgánica de
cabecera y, a veces, un 25% de las consultas al gastroenterólogo pediá- causa anatómica, fundamentalmente.
trico. Generalmente suele iniciarse hacia los dos años de edad, etapa de la
vida en que se inicia el control de esfínteres voluntario, y al principio de Problemas medulares. La espina bífida (véase cap. 23.21), por la
la escolarización. La causa de este acúmulo es una retención voluntaria de parálisis y ausencia de sensaciones por debajo de la lesión es el paradigma
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Encopresis 1927

Cuadro 22.7.1. Miscelánea de otras causas de encopresis o incontinencia fecal EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO
• Malformaciones anorrectales
En la retención fecal funcional, un tratamiento durante meses resuelve
• Problemas medulares (espina bífida) el problema en un 70% de los casos. El fracaso es debido a que el niño
• Enfermedad de Hirschsprung ha llegado a un grado de dilatación en el que ya no es posible su recu-
• Lesiones esfinterianas traumáticas peración funcional. En los casos de ensuciamiento no retentivo, la evo-
• Abuso sexual lución suele ser peor a pesar del tratamiento; a los 2 años el 30% es con-
• Enfermedad inflamatoria intestinal tinente, el 70% a los 4 años y en un 22% persiste hasta la edad adulta. La
asociación de un estreñimiento importante, en niños menores de 1 año de
edad, con una encopresis temprana predice un mal pronóstico.
de la causa de encopresis por incontinencia orgánica neurológica y, muy
especialmente, el mielomeningocele lumbosacro. En el Cuadro 22.7.1 se TRATAMIENTO
describen diversas causas tratadas en otros capítulos, así como las mal-
formaciones anorrectales y los problemas medulares, antes citados. Retención funcional fecal con ensuciamiento
por rebosamiento
CLÍNICA La estrategia del tratamiento se basa en los mismos principios que en
el estreñimiento crónico (véase cap. 15.32). El objetivo es disminuir el tras-
La historia clínica detallada, como en el estreñimiento (véase cap. torno físico y emocional del niño relacionados con la defecación y reedu-
15.32), junto con una exploración minuciosa, en muchas ocasiones orienta car los hábitos intestinales con una actitud positiva, que preserve su auto-
claramente el diagnóstico. Una entrevista semiestructurada con pregun- estima estimulando a la familia a participar activamente en el tratamiento:
tas respecto a la primera deposición de RN, hábito intestinal del lac- 1) La comprensión por parte los padres y del paciente del funcionamiento
tante para diferenciar el estreñimiento funcional del Hirschsprung, difi- intestinal y la causa de la encopresis es esencial para iniciar el tratamiento
cultades en el aprendizaje del control de los esfínteres, la consistencia y y evitar una conducta represiva o vergonzante en casa o en la escuela. Enten-
tamaño de las heces, el uso del lavabo y las maniobras (posturas o sub- der que a esta situación se llega, no por voluntad del niño, sino por diver-
terfugios) para evitar su uso, tanto en la escuela como en casa. La infor- sas circunstancias que deben revertirse, es muy importante así como que el
mación específica sobre la encopresis debe incluir la frecuencia, hora- tratamiento es largo, con avances y retrocesos, con una duración aproxi-
rio (día/noche) y el lugar donde ocurre (escuela, casa, juego). Se debe mada de un año o más. La participación de la escuela es fundamental en
valorar, asimismo, la presencia de dolor abdominal, pérdida de apetito, los casos de marcada encopresis. Una medida general esencial es estable-
vómitos, náuseas, pérdida o escasa ganancia ponderal, desarrollo psico- cer una pauta razonable de eliminación de heces de forma regular, después
motor y trastornos psicológicos asociados, sin olvidar el entorno familiar de las comidas, con tiempo suficiente (al menos 5 minutos) y con la posi-
o situaciones estresantes (pérdida de un familiar, nacimiento de un her- ción de sentado hacia delante para mejorar el ángulo anorrectal y facilitar
mano, incorporación a la escuela, bajo rendimiento escolar o abuso sexual). la salida de las heces. Cuando asista a la escuela debe llevar ropa interior
Saber los hábitos dietéticos y los tratamientos efectuados permite orien- de recambio para evitar el mal olor y la burla o desprecio de sus compañe-
tar desde la primera visita un cambio en el estilo de vida y si hay alguna ros. La modificación del comportamiento, así como la evitación de la fobia
terapia previa que haya sido eficaz. Como en la enuresis nocturna, es útil a ir al váter, puede requerir técnicas de refuerzo positivo premiando los pro-
recomendar a los padres realizar una agenda, los días que estén todo el gresos o la participación de un psicólogo en los casos evolucionados. La
día con el niño, para hacer un registro de las deposiciones y del “ensucia- participación de este especialista se recomienda desde el inicio del trata-
miento”, o que soliciten la colaboración de la escuela para obtenerlo. miento para terapia familiar, especialmente en familias poco estructuradas,
o si el niño tiene una marcada conducta oposicionista. 2) Las medidas clá-
Examen clínico sicas recomendadas, aumento de la ingesta de líquidos, de la cantidad de
Suele ser normal excepto en el abdomen y recto. La inspección pro- fibra y reducción de los azúcares, no están claramente demostradas aunque
porciona información sobre lesiones cutáneas de la piel y la zona lumbar, sin duda favorecen el interés de la familia. El glucomanano muestra efec-
la posición del ano, enrojecimiento, fisuras, dermatitis o hemorroides. El tos beneficiosos. 3) El proceso de desimpactación para el vaciado de las
ano está frecuentemente manchado de heces o sale líquido fecal al com- heces acumuladas por vía oral, rectal o una combinación de ambas es abso-
primir el abdomen o pedirle al paciente que haga una maniobra de Val- lutamente esencial y frecuentemente es poco enérgico utilizando enemas
salva. En la mayoría de los pacientes se pueden palpar las heces o los tres veces al día, según la edad del paciente, hasta lograr la limpieza (véase
fecalomas en el hemiabdomen izquierdo. Para más datos véase el capí- cap. 15.33). La administración por vía oral de polietilenglicol osmótica-
tulo 15.33. mente equilibrado (PEG), como la solución evacuante Bohm®, durante unos
3-5 días, se ha mostrado útil y seguro en el tratamiento de la encopresis
Exploraciones complementarias retentiva. La mayoría de autores prefieren la administración de enemas
En la mayoría de los pacientes, el diagnóstico se puede establecer con disolventes (sorbitol, fosfato) durante tres días consecutivos. 4) Manteni-
la historia clínica y el examen clínico completo, siendo innecesarios para miento de un ritmo normal en las deposiciones. Evita el estreñimiento y las
catalogar el tipo de encopresis. recaídas. Por ello, el tratamiento debe ser prolongado con los laxantes osmó-
ticos habituales empleados en el estreñimiento crónico (véase cap. 15.32).
Radiología. La radiografía de abdomen puede ser de utilidad en caso En casos complejos se recomienda un enfoque pluridisciplinario que
de un paciente obeso, cuando hay dudas sobre la impactación o en casos combina la participación del psicólogo, del gastroenterólogo y del pedia-
en que, por motivos de afectación psicológica, como en el abuso sexual, tra con el fin de evitar una baja autoestima, restablecer hábitos deposi-
el tacto rectal puede ser traumático o estresante. El tránsito intestinal y cionales regulares y estimular al niño y a sus padres a lo largo del pro-
del colon con marcadores radioopacos es utilizado para evaluar los tras- ceso terapéutico. En centros especializados, se emplea la técnica del
tornos motores en anomalías de la defecación, especialmente cuando la biofeedback basada en una teoría del aprendizaje. Requiere una instru-
historia clínica no muestra ninguna información patológica. Es útil para mentación adecuada para enseñar al niño a recuperar de una forma cons-
diferenciar a los pacientes con estreñimiento de los que tienen una enco- ciente el control y la coordinación de los esfínteres tanto en la contrac-
presis no retentiva. La defecografía consiste en introducir contraste en el ción como en la relajación. Su efectividad ha sido limitada.
recto y ver el proceso de expulsión. La RM está indicada en trastornos en
la defecación persistentes sin otros hallazgos, ya que el 10% tienen ano- Defecación fecal funcional no retentiva
malía en la médula espinal y responden a la neurocirugía. Afecta al 5-20% de los niños encopréticos y no es debida a un tras-
torno digestivo. Su tratamiento requiere considerar el grado de desarro-
Manometría. Puede ser anorrectal o colónica (véase cap. 15.33). En llo del niño, su evolución en la adquisición de hábitos de control de esfín-
pacientes con estreñimiento funcional, la motilidad del colon es normal. teres y su temperamento. Como en cualquier tipo de encopresis, la
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1928 Trastornos psicológicos

colaboración de los padres es esencial. Si no hay una concordancia de los REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
padres en la educación del niño o su autoridad está mermada, es nece- - Blesa M, Núñez R, Blesa E et al. Utility of anorectal manometry in the diagnosis and
saria la intervención de un experto en pediatría del comportamiento para treatment of encopresis. An Pediatr (Barc) 2004; 60: 310-5.
iniciar el tratamiento conductual. Los puntos básicos del tratamiento se - Borowitz SM, Cox DJ, Tam A et al. Precipitants of constipation during early childhood.
basan en: a) evitar el rechazo del lavabo, ya que con frecuencia el apren- J Am Board Fam Pract 2003; 16: 213-8.
dizaje del control de esfínteres ha sido inadecuado o estresante. Es la lla- - Culbert TP, Banez GA. Integrative approaches to childhood constipation and encopre-
mada “fobia al váter” o conducta de rechazo al lavabo. La estimulación sis. Pediatr Clin North Am 2007; 54: 927-47.
a usar el váter con tranquilidad y con horarios regulares y sin agresividad - Di Lorenzo C, Benninga MA. Pathophysiology of pediatric fecal incontinence. Gas-
permite conducir al niño hacia hábitos de defecación correctos. El esta- troenterology 2004; 126: S33-40.
blecimiento de un refuerzo positivo con estímulos o privilegios es de gran - Drossman DA, Dumitrascu DL. Rome III: New standard for functional gastrointestinal
ayuda, recomendándose la estrategia conductista de sentarse periodos disorders. J Gastrointestin Liver Dis 2006; 15: 237-41.
cortos de tiempo (30 segundos) unas cinco veces al día e ir aumentando - García-Tornel S. Encopresis. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. 9ª ed. Madrid: Ergon,
el tiempo progresivamente. b) Evitar el estreñimiento o dificultades al 2006; 1756-9 (con más citas bibliográficas de años previos).
defecar regulando los hábitos dietéticos. c) Regularizar el horario de las
- Levitt M, Peña A. Update on paediatric faecal incontinence. Eur Pediatr Surg 2009;
deposiciones en cuanto el niño ha superado la fase de resistencia de 19: 1-9.
sentarse en el orinal, o en el váter, con un refuerzo positivo más activo.
El esquema de sentarse recomendado es después de las comidas o cuando - Loening-Baucke V. Functional faecal retention with encopresis in childhood. J Pediatr
Gastroenterol Nutr 2004; 38: 79-84.
el niño lo solicite si tiene necesidad de defecar. d) Realizar una pauta de
incentivos para promover la eliminación de heces. En una primera fase - Loening-Baucke V, Miele E, Staiano A. Fiber (glucomannan) is beneficial in the treat-
ment of childhood constipation. Pediatrics 2004; 113: e259-64.
debe ir dirigida hacia que el niño pierda el miedo y, la segunda, a que el
niño defeque en el lugar apropiado. e) Si a pesar del tratamiento no hay - Loening-Baucke V. Prevalence rates for constipation and faecal and urinary incontinence.
una mejora evidente, puede ser necesaria la participación de un gastro- Arch Dis Child 2007; 92: 486-9.
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Incontinencia fecal verdadera y problemas medulares - Nijman RJ. Diagnosis and management of urinary incontinence and functional fecal
Se tratan en los capítulos correspondientes (véanse caps. 15.32 a 15.34 incontinence (encopresis) in children. Gastroenterol Clin North Am 2008; 37: 731-48.
y 23.21). El éxito del tratamiento de las malformaciones dependerá del - Pashankar DS, Uc A, Bishop WP. Polyethylene glycol 3350 without electrolytes: a new
grado de afectación de los esfínteres, de la sensación de llenado rectal y safe, effective, and palatable bowel preparation for colonoscopy in children. J Pediatr
de la motilidad rectosigmoidea. Los pacientes con espina bífida se bene- 2004; 144: 358-62.
fician de técnicas de contracción voluntaria de la musculatura abdomi- - Pensabene L, Youssef NN, Griffiths JM et al. Colonic manometry in children with defe-
nal, entrenamiento con biofeedback y enemas retrógrados seriados de catory disorders: Role in diagnosis and management. Am J Gastroenterol 2003; 98:
defectos mínimos que sólo precisan conducta expectante o cirugía menor. 1052-7.
En los casos en que el tratamiento médico es ineficaz, se realiza una osto- - Van der Wal MF, Benninga MA, Hirasing RA. The prevalence of encopresis in a mul-
mía colónica para poder administrar enemas anterógrados. La apendicos- ticultural population. J Pediatr Gastroenterol Nutr 2005; 40: 345-8.
tomía, según la técnica de Malone, en la que se conecta el apéndice con - Voskuijl WP, Heijmans J, Heijmans HS et al. Use of Rome II criteria in childhood defeca-
el ombligo, proporciona un nuevo orificio con la misma finalidad, per- tion disorders: applicability in clinical and research practice. J Pediatr 2004; 145: 213-7.
mitiendo una mayor privacidad y calidad de vida a los jóvenes al poder - Wagener S, Shankar KR, Turnock RR et al. Colonic transit time: what is normal? J Pediatr
administrarse ellos mismos los enemas. Surg 2004; 39: 166-9.

22.8 Enuresis indicar que su pañal está mojado. A los 2 años controla la micción diurna.
Hacia los 3 años adquiere el control nocturno, aunque lo más frecuente
es que sigan algunas micciones más o menos frecuentes hasta los 5 años
S. García-Tornel (Cuadro 22.8.1). El aprendizaje del control de los esfínteres es el resul-
tado de la interacción de múltiples factores que se superponen a lo largo
del desarrollo del niño y varían según el sexo, el nivel cultural, raza e
incluso país. La historia natural de la EN es, con el tiempo, hacia la reso-
lución espontánea y la intervención médica sólo está justificada por los
trastornos emocionales y sociales que puede provocar, así como los incon-
El término enuresis proviene del término griego enourein, que signi- venientes y tensiones en las relaciones familiares.
fica vaciar la orina. Avances recientes han ofrecido nuevos aspectos fisio-
patológicos, considerándola como una entidad heterogénea por diversos DEFINICIÓN
mecanismos subyacentes que causan un desequilibrio entre la capacidad
de la vejiga y la producción de orina, asociado a un fallo en el despertar El DSM-IV define la EN como la emisión involuntaria (o voluntaria)
cuando la vejiga está llena, además de otras posibilidades. El resultado y repetida pasados los cinco años de edad cronológica y mental, como
habitual es la micción durante el sueño o enuresis nocturna (EN). Es más mínimo dos o tres veces por semana, durante un periodo de tres meses
apropiado, como se hace aquí, incluirla en la sección de trastornos psico-
lógicos de los tratados de pediatría, separándola del terreno de la urolo-
Cuadro 22.8.1. Edades en que el niño alcanza la continencia durante el día y la
gía o de la misma paidopsiquiatría, concretamente en su apartado de “tras- noche
tornos de la eliminación” (véase cap. 22.2).
Como en parte se ha visto a propósito del niño normal (véase cap. Edad/años Seco/día % Seco/noche %
1.6), la evolución del control de esfínteres sigue diferentes estadios según
la maduración del SN: en el RN la micción es un acto reflejo. Entre 1-2 2,0 25 10
años hay un aumento gradual de la capacidad vesical (un 400% durante 2,5 85 48
los primeros 4-5 años), al tiempo que entre los 15 meses y 2 años, la mic- 3,0 98 78
ción diurna se regulariza progresivamente. A los 18 meses el niño ya puede
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Enuresis 1929

consecutivos. Similares son los criterios del CIE-10 sobre la enuresis Cuadro 22.8.2. Causas de enuresis primaria y secundaria
no orgánica, insistiendo en el diagnóstico diferencial con otros procesos
Causas de enuresis nocturna primaria Causas de enuresis nocturna secundaria
causantes de incontinencia urinaria. Para evitar confusiones y unificar
criterios, la Internal Continence Children Society ha definido la enuresis Idiopática Idiopática
(EN) como la pérdida involuntaria de orina que ocurre sólo por la noche. Trastorno del despertar Trastorno del despertar
En el presente libro, este capítulo se refiere fundamentalmente a la EN Poliuria nocturna Poliuria nocturna
primaria infantil, también denominada monosintomática (ENMP) o no Capacidad disminuida de la vejiga Capacidad disminuida de la vejiga
complicada, que reúne estos requisitos: es una micción funcionalmente Urgencia miccional y vaciado disfuncional Urgencia miccional y vaciado disfuncional
normal que ocurre involuntariamente durante el sueño al menos cuatro Cistitis Cistitis. Constipación
veces al mes en niños que han cumplido 5 años de edad, sin otros sínto- Constipación Psicológica
mas acompañantes del tracto digestivo o urinario. Vejiga neurógena Vejiga neurógena secundaria
Obstrucción uretral Convulsiones
CLASIFICACIÓN Psicológica Apnea nocturna obstructiva
Uréter ectópico Diabetes mellitus
Se distingue EN primaria cuando el niño nunca ha sido continente y Diabetes insípida Diabetes insípida secundaria
secundaria cuando ha controlado la micción nocturna durante seis meses Obstrucción uretral secundaria
y deja de hacerlo. Si un niño presenta una enuresis diurna y otra noc- Bloqueo cardiaco. Hipertiroidismo
turna de forma secundaria, frecuentemente se asocia a diversa patología,
que requiere atención médica o psicológica. Se considera diferente de la
ENMP la enuresis nocturna polisintomática (ENP), también denominada Factores genéticos, madurativos y familiares. Algunos niños madu-
síndrome enurético o EN complicada. En este caso, la EN es un síntoma ran más lentamente y alcanzan el control de esfínteres más tarde. Entre
más, acompañándose de otros signos y síntomas que evidencian una pato- los elementos que parecen justificar este retraso están: peso bajo al nacer,
logía subyacente, orgánica o funcional, que requiere un estudio diagnós- talla baja, retraso del desarrollo, cómo sentarse, andar, lenguaje, orienta-
tico más complejo y un tratamiento orientado por su etiología. Estos pacien- ción visual y témporo-espacial o dificultades en la motricidad fina. Hay
tes pueden presentar síntomas urinarios diurnos, estreñimiento o encopresis. una predisposición genética aunque el genotipo [dos marcadores locali-
zados en el 13q (ENUR1) y en 8q y 12q (ENUR2)] y fenotipo no están
Incontinencia. Cualquier forma de mojar o pérdida involuntaria de ligados claramente. Diferentes genes pueden producir el mismo tipo de
orina, que no sea enuresis, se debe denominar incontinencia. Por ejem- enuresis (poliúrica/no poliúrica, monosintomática/polisintomática. Si un
plo, pequeños escapes de orina o hacer vaciados completos de la vejiga, padre ha sido enurético, el 40% de sus hijos lo serán. Este porcentaje
además de numerosos procesos urológicos y neurológicos, como se verá asciende al 70% si ambos padres lo han sido. Los gemelos monocigóti-
más adelante. Esta aclaración tiene importancia por razones científicas y cos tienen la mayor tasa de concordancia que los dicigóticos.
prácticas. El empleo del término de incontinencia debe alertar sobre otros
factores específicos desencadenantes de la pérdida urinaria. Aspectos psicológicos. Se afirmó que la EN primaria era debida a
ansiedad o estrés, pero existen evidencias de que la ”causa psicológica”
EPIDEMIOLOGÍA no es el desencadenante de la ENMP, sino que la EN provoca en el niño
alteraciones psicológicas: baja autoestima, depresión, malestar familiar
La EN es un problema común que afecta al 15% de los niños con y aislamiento social, lo que resulta especialmente acusado en niños mayo-
cinco años de edad. En los países civilizados, los porcentajes de conti- res de 10 años. La mayoría de los padres se muestran tolerantes frente a
nencia según la edad suelen ser: 66% a los tres años, 75% a los cuatro la EN de sus hijos, pero hasta un tercio de ellos no la aceptan, some-
años, 90% a los ocho años y el 98% entre los doce y catorce años. Entre tiéndolos a vejaciones por mojar la cama.
los 18 años y la edad adulta, alrededor de un 0,5-2% permanecen enu-
réticos. Por tanto, hay una tasa aproximada de resolución espontánea de Alteraciones funcionales de la vejiga. La capacidad funcional vesi-
un 15% anual. En los que mojan la cama la mayoría de la noches la tasa cal (CFV) se define como el volumen de vejiga con el cual hay necesi-
de resolución es mucho menor que en aquellos que lo hacen esporádi- dad de vaciarla (véase cap. 20.1). Ésta es una de las grandes dificulta-
camente; este hecho tiene implicaciones para decidir el inicio del trata- des para valorarla en el niño, ya que éste vacía la vejiga “cuando le parece”.
miento. En los varones hay una tasa superior respecto a las niñas de 3:2. Incluso, en los adultos, cabría distinguir entre la CFV y máxima capaci-
Entre los 5 y 9 años, la tasa de curación anual es del 14 y del 16% entre dad vesical (MCV), que sería el máximo volumen de orina que una per-
los 10-19 años. En un estudio de 1997 (Hirasing) se demuestra que la pre- sona puede retener voluntariamente. Debido a esta dificultad de la medi-
valencia de EN en adultos sanos entre 18 y 64 años de edad es el 0,5% ción, se ha tomado como referencia la fórmula: CFV = [30 x (edad en
sin diferencias entre ambos sexos. El 50% tenía una enuresis primaria. años + 1)]. La capacidad vesical se correlaciona con la edad del niño
Se puede deducir que un niño enurético tiene un riesgo de un 3% de ser de forma lineal hasta los 11 años. El RN tiene una capacidad de unos 30
enurético de adulto si no recibe un tratamiento adecuado. Bastantes padres mL y va aumentando unos 30 mL por año hasta los 15 años de edad. Apro-
creen que su hijo debe permanecer seco por las noches hacia los 3 años ximadamente corresponde a unos 10 mL/kg. El volumen normal de alma-
de edad y no son raras las guarderías que prefieren que los niños sean cenamiento de la vejiga en los adultos es de 420 a 500 mL. En el niño no
continentes hacia los dos años para no tener que cambiarles los pañales, enurético esta capacidad mientras duerme incluso puede ser superior.
cuando es sabido que la maduración para el control de los esfínteres suele Se considera una capacidad vesical “pequeña” si en las micciones no es
ser más lenta y varía de un niño a otro. Los padres se suelen interesar por capaz de alcanzar el 65% del volumen teórico. Hay estudios contradic-
la enuresis de su hijo cuando tiene unos 5-6 años, pero a los “pacientes” torios para demostrar que en la EN hay una alteración vesical. Muchos
les suele “preocupar” hacia los 7-8 años de edad porque es cuando “empie- niños muestran una hiperactividad del detrusor que se evidencia clínica-
zan a salir de casa” para actividades lúdicas o dormir en casa de amigos mente al tener síntomas diurnos. Estos casos, por definición, no entran
o colonias. dentro de los criterios de ENMP. Sin embargo, casi un tercio de los enu-
réticos tienen una vejiga hiperactiva durante el sueño sin síntomas diur-
ETIOLOGÍA nos. Por ello, en los niños “monosintomáticos” que no responden a la des-
mopresina debe sospecharse que pueda haber un factor vesical. Además,
¿Por qué el niño no se despierta por el estímulo de la vejiga llena o se ha demostrado que en la EN la capacidad funcional de la vejiga es
no es capaz de permanecer continente durante la noche? Se acepta que la menor durante la noche que durante el día. En cambio, en los no enuré-
EN es multifactorial, sin un desencadenante único. Sin embargo, hay una ticos sucede al revés. Se ha observado que los enuréticos en los que la
serie de factores conocidos que pueden incidir en su etiología. En el Cua- ecografía vesical muestra una pared delgada se correlaciona con hiperac-
dro 22.8.2 se describen las causas de enuresis primaria y secundaria. tividad del detrusor y resistencia al tratamiento.
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1930 Trastornos psicológicos

Poliuria nocturna. Los adultos normales tienen una marcada dife- ya citados previamente, esenciales que pueden actuar aisladamente o en
rencia circadiana en la eliminación de orina. Se reduce durante la noche combinación que favorezcan el llenado de la vejiga. Uno, es la poliuria
y permite el sueño. En los niños es debida a un aumento de la hormona nocturna por no disminuir de producción de orina como ocurre normal-
antidiurética pero, en los adolescentes y adultos, se atribuye a una dismi- mente. El otro es una capacidad de la vejiga reducida. Si se llena la vejiga
nución de la excreción de sodio. Se ha considerado que en la EN existi- y el niño se despierta, va al lavabo y orina. Realiza un acto socialmente
ría una poliuria relativa con una cantidad de orina día/noche superior a 1 aceptable, la nicturia. Si no se despierta, “realiza un acto anormal” y moja
y este hallazgo se ha descrito hasta en dos tercios de los niños con ENMP. la cama: la EN. La diferencia entre los dos es la capacidad de desper-
En suma, hay un consenso general de que una poliuria relativa es otro tarse, por ello los psicólogos incluyen la EN entre los trastornos del sueño
factor patogenético en la EN. En la actualidad, se están investigando otros (véase cap. 22.11).
factores que influyen en la eliminación de agua y solutos, como la hiper-
calciuria, disfunción de las aquaporinas o el péptido atrial natriurético. DIAGNÓSTICO

Sueño y despertar. Ninguno de los factores descritos explica por qué Historia clínica. Debe ser completa, con precisión en los datos de
un niño no se despierta cuando tiene la vejiga llena o se contrae, convir- EN familiar, forma de enseñanza del control de los esfínteres y control
tiendo la EN en una aceptable nicturia. Tanto el sueño como el desper- diurno, conducta de los padres frente al problema, presencia de poliu-
tar persisten como factores mal conocidos en la fisiopatología de la EN. ria, polidipsia, enuresis diurna, encopresis, tratamientos previos, respira-
A pesar de que los padres describen a sus hijos enuréticos como “dor- ción nocturna ruidosa y apneas por hipertrofia amigdalar y adenoidea.
milones profundos”, también es cierto que los padres de los niños con- Valorar el impacto del problema en el niño, preguntando directamente al
tinentes no los despiertan por la noche y se desconoce la profundidad del paciente, es muy útil. Para el tratamiento de la EN, lo más importante
sueño del niño normal, ya que las investigaciones dirigidas a dilucidar es diferenciar si se trata de una ENMP o de un síndrome enurético (EN
esta afirmación son dificultosas (EEG, potenciales evocados auditivos). polisintomática) mediante esta historia clínica completa para descartar
Parece confirmarse que en la EN hay una inhibición inadecuada del reflejo causas orgánicas. Curiosamente, los padres tienen dificultades en recor-
miccional debido a un trastorno en el procesamiento de las señales inhi- dar su pasado enurético y suelen ser incapaces de describir los hábitos de
bitorias procedentes del SNC o bien un trastorno en los mecanismos eliminación del niño. Por este motivo, son útiles los esquemas y cuestio-
del despertar, aunque las estructuras neurológicas del sueño son nor- narios para afinar en el diagnóstico clínico. En el Cuadro 22.8.3 se des-
males. cribe un esquema de anamnesis y exploración clínica rápido y breve, que
permite discernir si se está ante un paciente con una ENMP o un síndrome
Otras causas de enuresis. Si un paciente no tiene una ENMP, hay enurético. Para detallar más las preguntas, se pueden entregar a los padres,
otras causas de enuresis que dan lugar a diferentes clasificaciones. Por antes de la primera visita o para que lo traigan en la segunda, una batería
razones didácticas y de manejo clínico, se incluyen en el síndrome enu- de preguntas en forma de cuestionario con una gran diversidad de cues-
rético o en la enuresis nocturna polisintomática o complicada. También tiones más refinadas. Dos elementos son esenciales y fáciles para la eva-
sería mejor hablar de incontinencia urinaria. luación de la EN. Uno es el registro durante un par de fines de semana,
La obstrucción crónica de las vías aéreas, por un mecanismo fisio- cuando los padres pueden estar todo el día con el niño, anotando la fre-
patológico todavía no aclarado, puede influir: los enuréticos sometidos a cuencia de las micciones y la capacidad vesical, mediante una hoja de
extirpación de adenoides o amígdalas hipertróficas, causantes de obstruc- frecuencia/volumen como se observa en el Cuadro 22.8.4, en la que se
ción de la vía aérea, curan la EN probablemente debido a la mejora del registra el número de micciones realizadas durante el día y el volumen
sueño. El estreñimiento es causa de enuresis secundaria o de persistencia de las mismas. El otro dato, también imprescindible, es realizar un calen-
de la primaria. Ello podría ser debido a que la retención fecal en el colon dario con las noches secas y mojadas al menos durante un mes.
comprime la vejiga y estimula su vaciamiento. Antes de tratar una EN,
es preciso corregir siempre el estreñimiento. Como es lógico, la diabetes Exploración clínica. Aunque en la ENMP siempre es normal, es obli-
mellitus y la insípida, al cursar con poliuria, aumentan el riesgo de EN. gada una exploración detallada incluyendo el abdomen (palpación de
Los niños hiperactivos y con déficit de atención (TDAH) tienen casi masas, impactación fecal o vejiga distendida), la zona lumbar para des-
2,7 más probabilidades de ser enuréticos que la población normal. Asi- cartar signos de defectos congénitos de la columna o afectación medular
mismo, es más frecuente en niños con trastornos psiquiátricos menores (alteraciones del color de la piel, fístula, lipomas, hirsutismo local). En
y clase social baja. El abuso sexual debe investigarse ante la presencia de los chicos, el examen del meato debe descartar la existencia de epi o hipos-
una enuresis secundaria o un síndrome enurético. padias y estenosis y, en las niñas, otras anomalías como ureterocele, uré-
ter ectópico, sinequias labiales, vulvovaginitis o lesiones sospechosas de
Trastorno orgánico. Sólo es causa de un 2-3% de enuresis. La his- abuso sexual. La valoración del sistema nervioso descarta signos de neu-
toria clínica y exploración detalladas descubren sus causas: infecciones ropatía (deformidad vertebral, marcha anormal, reflejos alterados, pie
del tracto urinario, vejiga neurógena, uréter ectópico, cálculos en la cavo, antecedentes de traumatismo o punción lumbar). El tacto rectal
vejiga, hipercalciuria (dudosa), válvulas de uretra posterior, obstrucción puede estar indicado para evaluar la retención de heces, así como el tono
uretral o del meato. En estos casos se debería hablar mejor de inconti- y la respuesta a la estimulación del esfínter anal.
nencia, como se advirtió. Lo mismo cabe decir de los casos de enuresis
secundaria a convulsiones nocturnas que pasan desapercibidas, bloqueo Exámenes complementarios. Cuando se sospecha una ENMP, un
cardiaco e hipertiroidismo. análisis de orina con una tira reactiva (o un sedimento con cultivo si pro-
cede), es suficiente para descartar alteraciones en la densidad urinaria,
Resumen fisipatológico. Si se tiene en cuenta que durante la noche glucosuria, infección urinaria o hematuria. Si la historia clínica, la explo-
la mayoría de los niños y los adultos son capaces de dormir 8-9 horas sin ración y el análisis de orina son normales, no están justificadas otras
tener que ir al lavabo y durante el día orina cada 2-4 horas, eso significa exploraciones. Entre ellas, se sigue solicitando, de forma injustificada,
que, para controlar la orina nocturna, durante el sueño el organismo dis- un examen radiológico de la columna lumbar. Si el diagnóstico es de sín-
pone de mecanismos diferentes a los del día. En la actualidad y, de acuerdo drome enurético se deberá considerar la realización de otros exámenes
con lo que se ha ido exponiendo, se admite que hay tres factores princi- complementarios más complejos en función de la orientación médica y
pales para dormir de una forma continua o poder levantarse para orinar de la accesibilidad a ellos como las técnicas de diagnóstico por la ima-
sin mojar la cama: a) reducción de la cantidad de orina para que no exceda gen o estudios urodinámicos (véase cap. 20.1). Se recomiendan tam-
a la capacidad de la vejiga, b) inhibición de las contracciones del detru- bién en pacientes con ENMP tras un año de fracaso de la terapia conven-
sor, permaneciendo relajado y c) el niño es capaz de despertarse si la cional. La ecografía es útil para evaluar el tracto urinario y el volumen
vejiga está llena o de inhibir el reflejo de micción para poder aguantar y residual de orina postmiccional. Normalmente es inferior a 10 mL. Valo-
llegar hasta el lavabo. Teóricamente, la fisiopatología básica de la EN res superiores pueden indicar un fallo en el vaciado de la vejiga por infec-
es simple. La vejiga debe vaciarse cuando está llena. Hay dos factores, ción urinaria, disfunción vesical, vejiga neurógena y obstrucción uretral.
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Enuresis 1931

Cuadro 22.8.3. Esquema de la anamnesis y la exploración clínica para diagnosticar Cuadro 22.8.4. Cuestionario para entregar a la familia o al paciente, según su edad,
la enuresis nocturna monosintomática primaria* que facilita la anamnesis. Se puede entregar antes de la primera visita o tras ella para
evaluarlo en la segunda
Datos generales
• Edad: Cuestionario para el estudio de la enuresis nocturna
• Sexo: Por favor, conteste este cuestionario lo más cuidadosamente posible. Esto es de gran
• Nº de noches mojadas cada mes: ayuda para escoger el mejor tratamiento para el niño
• Nº de veces que moja cada noche: Antecedentes familiares
• Primaria: No Sí ¿El padre tuvo enuresis nocturna?
• Secundaria: No Sí ¿Hasta qué edad?
• Edad 1ª continencia nocturna: ¿En los familiares paternos próximos hay personas con enuresis nocturna?
• Edad reinicio enuresis: ¿La madre tuvo enuresis nocturna?
• Estudios previos: No Sí ¿Hasta qué edad?
– ¿Cuáles?: ¿En los familiares maternos próximos hay personas con enuresis nocturna?
– Resultados: ¿Los hermanos han tenido enuresis nocturna?
• Tratamientos previos: No Sí ¿En casa hay mucha tensión o violencia?
– ¿Cuáles?: ¿Los padres están divorciados?
– Resultados: ¿Alguno de los padres ha fallecido?
• Valoración básica psicosocial: normal: No Sí; sospechosa: No Sí ¿Hay antecedentes de litiasis renal u otras enfermedades renales o diabetes?
• Antecedentes familiares de enuresis: padre: No Sí; madre: No Sí; Antecedentes personales
hermanos: No Sí; tíos: maternos: No Sí, paternos: No Sí ¿Ha tenido alguna enfermedad grave?
Valoración clínica ¿Ha tenido que hospitalizarse por algún motivo?
• Nº de micciones/día: Menos de 3 No Sí ¿Va mal en la escuela?
Más de 7 No Sí ¿Tiene antecedentes de malformaciones del tracto urinario?
• Urgencia miccional No Sí ¿Ha tenido infecciones de orina?
• Escapes diurnos No Sí ¿Tiene estreñimiento?
• Dificultad o retraso en iniciar la micción No Sí ¿Tiene “escape” de heces durante el día sin darse cuenta?
• Micción con esfuerzo No Sí ¿Tiene alguna anomalía neurológica?
• Micción entrecortada No Sí ¿Tiene alguna anomalía en la columna?
• Varias micciones No Sí ¿Tiene alguna anomalía en los miembros inferiores?
• Patología tracto urinario inferior No Sí ¿Tiene problemas para andar?
• Infecciones de orina No Sí ¿Tiene alguna anomalía en el ano?
¿Tiene alguna anomalía en los genitales?
Exploración Describa el perfil de su hijo
Examen clínico sistemático, con especial atención en: ¿Cree que el comportamiento de su hijo es normal comparado con otros niños?
• Estenosis de meato No Sí ¿Le preocupa algo sobre el desarrollo, aprendizaje o comportamiento de su hijo?
• Globo vesical No Sí ¿Cree que a él le preocupa su problema?
• Riñones palpables No Sí ¿Cree que él tiene interés en curarse?
• Anomalía de esfínter anal No Sí ¿Cree que mojar la cama afecta al comportamiento de su hijo?
• Anomalía de raquis y espalda No Sí ¿Qué limitaciones sociales le provoca? (campamentos, excursiones, dormir fuera de casa, etc.)
• Anomalía de piernas y pies No Sí ¿Tiene problemas de rendimiento escolar?
• Anomalía de la marcha No Sí
Preguntas sobre lo que ocurre durante el día
• Anomalía neurológica básica No Sí
Número de micciones que hace al día: menos de 3 más de 7
Clasificación clínica inicial ¿Ha tenido o tiene alguno de estos síntomas?
Enuresis monosintomática: cuando todo en la valoración es no – Mucha sed
Síndrome enurético: cuando algo en la valoración es sí – Dolor al orinar
– Dificultad o retraso en iniciar la micción
*Es recomendable completar el cuestionario antes o después de la visita para determinar con – Necesidad urgente de orinar
mayor precisión pequeños detalles que los padres pueden no recordar en la visita. – Se le escapa la orina antes de llegar al baño
– Se le escapa la orina después de ir al baño
– Se le escapa la orina sin tener ganas de ir al baño
– Agacharse para orinar
Criterios de respuesta al tratamiento y curación. Las dos propues- – Encoger las piernas para evitar que se le escape
tas actuales de respuesta al tratamiento son: a) gradación con respuesta – Hacer esfuerzos para orinar
completa cuando el número de noches secas supera el 90%; entre el 50- – El chorro miccional es anormal, escaso o gotea
90% es una respuesta parcial y con menos de un 50% no hay respuesta – Chorro miccional entrecortado
(Djurhuus). b) Escala de noches secas (Houts): 0 = 0%, 1 = 1-24%, 2 = – Mojar la ropa cuando está despierto
25-49%, 3 = 50-89% y 4 = igual o superior al 90%. Actualmente puede – Mojar durante la siesta
considerarse una respuesta inicial adecuada si hay 14 noches consecuti- – No darse cuenta de que se le escapa la orina
vas en un periodo de 16 semanas de tratamiento. Las recaídas se defi- – No querer orinar excepto en casa y/o en la escuela
– No tener ganas de orinar al levantarse por la mañana
nen como más de 2 noches mojadas en 2 semanas. Casi todas las recaí-
das ocurren en los primeros 6 meses de tratamiento. Se considera curación Preguntas sobre lo que ocurre por la noche
¿Moja desde siempre por la noche?
definitiva cuando no hay ninguna recaída 2 años después de la respuesta ¿Cuántas noches moja al mes de promedio?
inicial. ¿Cuántas veces suele mojar la cama en una misma noche?
¿Emplea todavía pañales por la noche?
TRATAMIENTO ¿Ha pasado algún periodo de más de seis meses sin mojar la cama?
¿En qué intervalo de tiempo estuvo solo?
Se han desarrollado diferentes estrategias de tratamiento. ¿Le cuesta mucho despertarse por la noche?
¿Es capaz de despertarse con un despertador?
Normas básicas ¿Se ha utilizado la burla o el castigo, etc., por mojar la cama?
¿Ha sido estudiado por este problema anteriormente?
La información a la familia de que se trata de un proceso madurativo
En caso afirmativo, ¿cuáles y con qué resultado?
no controlable por el niño es fundamental para evitar conductas agresi- ¿Ha probado algún tratamiento?
vas o pasivas. Igualmente, se debe desmitificar el problema al niño para ¿Alguno de los tratamientos le hizo efecto?
mejorar su propia imagen y las relaciones interpersonales. La iniciación
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1932 Trastornos psicológicos

del tratamiento dependerá de dos factores: uno, si el niño está motivado usarla correctamente o porque las familias poco estables y ansiosas, al
para hacerlo y el otro, si los padres están dispuestos a colaborar con él. usarla, creen que se trata de un tratamiento muy agresivo para un “pro-
Cuanto menor sea la edad del niño, menor es su motivación respecto a la blema leve”. Otra razón para el abandono es que uno de los padres tuviera
enuresis. En las visitas se deben aclarar las causas conocidas hasta ahora EN en la infancia y fuera tratado con una alarma, recordando ese periodo
de la EN, que se requiere un tratamiento largo de uno a más años y que, de su vida como muy duro. Su modo de mejorar la EN no está del todo
tanto el niño como los padres, comprenden la magnitud del problema. aclarado. Parece que modifica el mecanismo de despertar cuando la
Algunas situaciones adelantan el fracaso en el tratamiento, como fami- vejiga está llena y que aumenta la capacidad de la vejiga cuando los
lias desestructuradas, padres intolerantes y niños con problemas de com- niños llegan a estar secos. El niño inicialmente responde despertándose
portamiento. inmediatamente después de iniciar la micción y la acaba en el lavabo
Es importante dar unas instrucciones sencillas, tanto al niño como (en el 35% de los casos). Después de cierto tiempo, el niño aprende a
a los padres, para que se animen y cumplan las indicaciones respecto a evitar el estímulo sonoro no mojando y, por consiguiente, evitando des-
la motivación y los hábitos. Un seguimiento cercano es muy importante pertarse (en el 65% restante).
para valorar los resultados y seguir animando al niño para conseguir su
objetivo. Todo ello entraría en el capítulo de la “uroterapia” o entrena- Tratamiento farmacológico
miento de la vejiga. Este término implica un entrenamiento cognitivo en Desmopresina. Es un análogo sintético de la arginina vasopresina.
el que a la vejiga normal se logra controlar de forma voluntaria por el Tiene un efecto reductor en la producción de orina durante la noche y dis-
cerebro de una persona normal. Incluye información del funcionamiento minuye la presión intravesical. Se expende en spray nasal o comprimi-
del tracto urinario inferior, instrucción respecto a la regulación de los dos. En general, es una medicación bien tolerada. La oral tiene ventajas
hábitos en la ingesta de líquidos durante el día, eliminación de orina y respecto a la intranasal, ya que ésta tiene efectos secundarios locales, irri-
heces y dormir en periodos regulares. Con este enfoque se pretende que tación de la mucosa nasal, epistaxis y su absorción puede afectarse si el
el niño “sea el jefe de su vejiga y ésta responda cuando él lo ordena” y paciente está resfriado o es alérgico, y cefaleas. Complicaciones raras,
es especialmente adecuado para aquellos que orinan pocas veces (“vejiga pero graves, son convulsiones e hiponatremia por intoxicación hídrica, si
perezosa”). no se reduce la ingesta de agua unas horas antes de su administración.
Clásicamente se han recomendado otras estrategias como: a) entre- Los signos precoces de intoxicación hídrica son cefaleas, náuseas y vómi-
namiento vesical: recordar al niño que haga periodos de 3 a 5 contraccio- tos. Si se presentan, la medicación debe ser retirada inmediatamente y se
nes de los músculos pélvicos durante 5-10 segundos seguidos de 5 segun- debe administrar con especial cuidado a los niños con déficit de atención
dos de descanso unas 10 veces al día coincidiendo o no con las micciones. e hiperactividad. Está contraindicada en casos de polidipsia, enfermedad
b) Refuerzo positivo: en forma de llenado de un calendario con dibujos cardiaca o hipertensión.
(lluvia/sol o pegatinas) y, por medio de un sistema de premios o privile- Aumenta las noches secas en niños mayores de 9 años que tienen
gios, permite una mejor atención a su problema nocturno. No se puede pocas noches mojadas. La reducción de las noches mojadas desciende
considerar un tratamiento en sí pero actúa como buen coadyuvante y con- entre un 10 y un 91%, pero sólo un 24,5% de los niños consiguen todas
trol de la evolución. c) Auto-despertar: es una forma de autosugestión las noches secas. Predicen una buena respuesta: niños con una capaci-
promovida por los padres previa al acostarse (ejercicio mental de que dad vesical normal o grande, con edades superiores a los 8 años, con
puede dominar su vejiga). d) Despertar nocturno por los padres: es una pocas noches mojadas (< 3 por semana) antes de iniciar la terapia, tie-
técnica intensiva y que requiere constancia. Los padres reciben las siguien- nen un episodio de mojar la cama durante la noche y responden con dosis
tes instrucciones de despertar al niño: la primera noche despertarlo cada pequeñas de desmopresina (estudio SWEET). Paradójicamente, la osmo-
hora hasta las 12 p.m. o 1 a.m. empleando el mínimo estímulo necesa- lalidad urinaria de la mañana no tiene valor predictivo. Tras su suspen-
rio (encender la luz, llamarle). Si está seco, preguntarle si necesita ir al sión, la tasa de recaídas varía desde el 80% al 100%, por ello, se reco-
lavabo o puede esperar otra hora. Según su criterio irá a vaciar la vejiga. mienda un tratamiento de tres a seis meses e iniciar una disminución
Si se ha mojado deben estimularle a cambiarse de pijama. A la 1 a.m. debe de las dosis de forma progresiva. Está descrito que la desmopresina ten-
ir al lavabo. En las siguientes noches se le despierta sólo una vez. La pri- dría un efecto en el despertar y sobre el sistema nervioso, por lo que sus
mera noche, tres horas después de acostarse, la siguiente, dos horas y propiedades antienuréticas no sólo son debidas a la reducción de la pro-
media, la tercera, hora y media y, finalmente, una hora después de acos- ducción de orina.
tarse. En la sexta noche decirle que él debe despertarse solo. Si recae tres
veces en esa semana, repetir el ciclo. Relajantes del detrusor. Los medicamentos anticolinérgicos actúan
reduciendo o anulando las contracciones de la vejiga y aumentando su
Alarma nocturna capacidad. Son útiles en niños que muestran signos diurnos de vejiga
Emite un sonido cuando el niño hace una micción durante la noche hiperactiva o tienen una capacidad vesical pequeña. Teóricamente no ten-
para despertarlo. La tecnología moderna ha permitido su miniaturiza- drían utilidad en un niño con una ENMP pero, como el diagnóstico de
ción y, además del sonido, se pueden escoger otras variedades de estí- ésta a veces no es fácil porque los síntomas diurnos son difíciles de valo-
mulo, como luz o vibración. Es conveniente su conocimiento por el rar o porque la vejiga puede ser hiperactiva durante el sueño, puede ser
pediatra, a fin de que pueda dar bien las instrucciones. La alarma noc- útil asociado a otros tratamientos, como la desmopresina (por un lado, se
turna es un método efectivo de tratamiento de la ENMP aunque quizás reduce la cantidad de orina y, por el otro, se estabiliza la vejiga). La
en la actualidad no parece tan eficaz como se describe en las publica- oxibutinina, el más empleado, tiene pocos efectos secundarios, como
ciones iniciales. Las tasas de curación obtenidas son: 25% están secos sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento y mareo. La dosis ini-
a los 2 meses de su utilización, el 50% a los 3 meses y el 90% a los 6 cial recomendada es de 5-10 mg/día (o 0,1 mg/kg) antes de acostarse. La
meses. El efecto terapéutico es lento y debe esperarse un periodo no tolterodina parece tener un perfil terapéutico más efectivo y con menos
inferior a 6-15 semanas para considerarlo ineficaz. Presenta, además, efectos secundarios. El empleo en niños menores de 12 años no está apro-
una serie de inconvenientes que limitan su uso: los padres deben par- bado en muchos países.
ticipar activamente al inicio del tratamiento para ayudar a despertar al
niño y supervisar el tratamiento, trastornos psiquiátricos y del compor- Antidepresivos tricíclicos (imipramina). Fue un medicamento bas-
tamiento, condiciones de la vivienda inadecuada (ruido nocturno), fallos tante usado hace años con una tasa de noches secas de entre el 10-50%.
técnicos del aparato, uso indebido o incorrecto de la alarma y, el más A pesar de que es un antidepresivo (véase cap. 22.12), no parece que la
frecuente, que el niño no se llega a despertar con el zumbido. Cabe espe- mejoría sea por este motivo. Se especula que sus efectos son debidos a
rar una buena respuesta en: familias participativas, ausencia de comor- cambiar los patrones de sueño y despertar, reducir la cantidad de orina
bilidad emocional o del tratamiento, vejiga pequeña (< 65% del volu- producida y favorecer la distensión de la vejiga durante la noche. Al sus-
men de la capacidad vesical esperado para la edad), enuresis frecuente pender la medicación, la tasa de recaída es alta. Debido a sus efectos
(> 4 noches mojadas por semana). Tiene una tasa alta de abandonos secundarios y su cardiotoxicidad, ha pasado a ser una medicación de
(10-30%) por la lentitud de la respuesta, por el esfuerzo familiar para segunda línea e incluso no recomendada.
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Enuresis 1933

Otros medicamentos. Están en vías de investigación los inhibidores sos, animarle en periodos de “descontrol” y comprobar que el trata-
de la síntesis de las prostaglandinas por disminuir la excreción de solu- miento se está haciendo de forma correcta. En las visitas sucesivas,
tos, especialmente el sodio, uno de los mecanismos propuestos en la aparte de indagar los resultados del tratamiento, vale la pena insistir
EN de los adolescentes y adultos. en la historia clínica si la mejoría es parcial. Hay que hacer especial
hincapié en la presencia de síntomas diurnos de inestabilidad vesical.
Otros tratamientos. La acupuntura ha mostrado efectos positivos Se pueden añadir anticolinérgicos a la desmopresina o alarma.
en el tratamiento de la ENMP. Sería una terapia para tener en conside- • En caso de fracaso, cansancio de la familia o incumplimiento del tra-
ración por su buena relación coste-beneficio. Sin embargo, requiere tamiento, se recomienda retirarlo y dejar pasar un tiempo de descanso
personal experto y colaboración del niño. Probablemente, por la modi- de unos meses antes de volver a empezar de nuevo, después de un
ficación y mejoría en la respiración nocturna, la separación ortodóntica estudio clínico completo, con posible colaboración de especialistas
del paladar ha reducido la tasa de enuresis después de iniciado el trata- (nefrourólogo, neurólogo, psicólogo).
miento y podría ser una terapia coadyuvante a los casos de enuresis rebelde
al tratamiento.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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A continuación se describe un esquema terapéutico basado en los tratamiento de la enuresis nocturna monosintomática en Atención Primaria. Rev Esp
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Si todo es favorable, explicar que la enuresis no está provocada por
un trastorno psicológico, de las causas conocidas en la actualidad y - Graham KM, Levy JB. Enuresis. Pediatr Rev 2009; 30: 165-72.
que “no es él sólo el que tiene este problema”. Al niño hay que ani- - Hjalmas K, Arnold T, Bower W et al. Noctural enuresis: an international evidence based
marle y hacerle entender que hay muchos recursos para mejorar ese management strategy. J Urol 2004; 171: 2545-56.
problema que le puede avergonzar y que lo conseguirá más pronto - Hoban TF. Sleep disorders in children. Ann N Y Acad Sc 2010; 1184: 1-14.
o más tarde. Hay que ser sincero, dejando claro que puede tardar un - Honjo H, Kawauchi A, Ukimura O et al. Treatment of monosymptomatic nocturnal enu-
tiempo en dominar su vejiga. resis by acupuncture. A preliminary study. Int J Urol 2002; 9: 672-6.
• Se tratará el estreñimiento y los posibles problemas respiratorios noc-
- Kristensen G, Jensen IN. Meta-analyses of results of alarm treatment for nocturnal enu-
turnos. Si la vida diaria no es ordenada en la ingesta y en la elimi- resis--reporting practice, criteria and frequency of bedwetting. Scand J Urol Nephrol
nación, es recomendable un periodo de 4 semanas para regularizar- 2003; 37: 232-8.
las con instrucciones claras.
- Mammen AA, Ferrer FA. Nocturnal enuresis: medical management. Urol Clin North Am
• En el tratamiento se ofrecerán dos técnicas principales: la alarma y
2004: 31; 491-8.
la desmopresina. Hay que informar claramente a la familia de las dos
alternativas. El médico, en función de los factores de buena respuesta - Marrero CL, García V, Luis MI. Estudio de la morfología y la función renal en niños
que se han citado, puede recomendar iniciar el tratamiento con uno diagnosticados de enuresis nocturna. Su relación con la sensibilidad o la resistencia a la
desmopresina. An Pediatr (Barc) 2005; 63: 475-9.
de los dos.
• Si se empieza por la alarma se debe instruir al paciente y a sus padres - Monge M, Méndez M, García V. Eficacia del tratamiento conductual en la enuresis noc-
en su forma de funcionamiento. Los niños son muy receptivos a los turna. An Pediatr (Barc) 2005; 63: 444-7.
aparatos electrónicos y entienden fácilmente cómo se usa. Es útil - Nevéus T. Diagnosis and management of nocturnal enuresis. Curr Opin Pediatr 2009;
entregar unas instrucciones por escrito a los padres de cuál es su papel 21: 199-202.
en los inicios de esta terapia. Si la alarma es efectiva, se debe seguir - Raes A, Dossche L, Hertegonne N et al. Hypercalciuria is related to osmolar excretion
poniendo diariamente hasta que el niño esté seco como mínimo 2 in children with nocturnal enuresis. J Urol 2010; 183: 297-301.
semanas seguidas. En el caso de que este tratamiento no sea efectivo - Robson WM. Evaluation and management of enuresis. N Engl J Med 2009; 360: 1429-36.
después de unos 2 meses, se recomienda cambiar a desmopresina.
• Si se empieza por la desmopresina, a dosis de 0,2-0,4 mg por la noche, - Schaumburg HL, Kapilin U, Blásvaer C et al. Hereditary phenotipes in nocturnal enu-
resis. BJU Int 2008; 102: 816-21.
se empleará durante un periodo de tiempo similar. Con una reducción
significativa de las noches mojadas (> 50%), puede continuarse durante - Schutz-Franson U, Kurol j. Rapid maxilary expansion effects on nocturnal enuresis in
6-12 meses. Debe retirarse a los tres meses en caso de fracaso tera- children. Angle Orthod 2008;78: 201-8.
péutico y pasar a la alarma. - Shreeram S, He JP, Kalaydjian A et al. Prevalence of enuresis and its association with
• Si la respuesta a la monoterapia no es satisfactoria, se intentará un attention-deficit/hyperactivity disorder among U.S. children: results from a nationally
tercer periodo con una combinación de desmopresina y alarma. representative study. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 2009; 48: 35-41.
• A pesar de que con los tratamientos haya mejoría, es recomendable - Touchette E, Petit D, Paquet J et al. Bed-wetting and its association with developmen-
visitar al niño y a sus padres regularmente para verificar sus progre- tal milestones in early childhood. Arch Pediatr Adolesc Med 2005; 159: 1182-3.
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1934 Trastornos psicológicos

22.9 Fracaso escolar que cree saber de dónde procede la inadaptación y las complejas medi-
das que son necesarias para su readaptación”. Tildar a la “escuela como
inadaptada al niño” también tiene sus postulantes, que se basan, funda-
P. Castells mentalmente: en el excesivo número de alumnos por clase; insuficiente
formación y motivación del profesorado; planes de estudio inadecuados
y carentes de información práctica; progresión del niño únicamente en
función de la edad, sin tener en cuenta las reales posibilidades de apren-
dizaje de cada niño, etc. En este enfrentamiento de posturas se ha ido hil-
vanando el estudio del fracaso escolar. Así, desde el inicio de los plan-
Las dificultades que plantea el alumno en la escuela acostumbran a teamientos etiológicos del fracaso escolar hasta la actualidad, se ha ido
generar diversas patologías que se manifiestan primariamente en el ámbito pasando por diferentes perspectivas: a) Perspectiva puramente moral: el
docente, pero que terminan en las consultas paidopsiquiátricas, como son, fracaso era el resultado de la pereza del niño y él era, pues, el único res-
entre otras: las fobias escolares, los “novillos” o rabona”, la violencia en ponsable. b) Perspectiva médico-psicológica: el fracaso es consecuencia
las aulas, los cuadros de ansiedad, la inhibición en las relaciones con de la pobre maduración neuropsicológica del niño. c) Perspectiva socio-
los compañeros o la depresión ante las exigencias escolares. Esta com- pedagógica: el problema es debido a la inadaptación de la escuela ante
pleja problemática obliga ante todo a un enfoque etiológico lo más pre- una considerable proporción de la población estudiantil. d) Perspectiva
ciso posible, ya que “la mayor injusticia que puede hacerle un maestro sistémica: el fracaso como expresión del desequilibrio de las estructu-
a un niño es el decirle que podría adelantar más si quisiera” –según acer- ras (sistemas) familiares, escolares y sociales en general. Esta última pers-
tado comentario de Kanner, en cuanto tiene que haber algo que impida pectiva es la imperante en la actualidad, que no ve permisible encarar el
que el niño quiera estudiar más–. La causa existe en algún nivel, bien sea fracaso escolar sin una visión global, en que una serie de estructuras inter-
personal, familiar o escolar (Cuadro 22.9.1). También en la actualidad actúan erróneamente, produciendo entre todas el hundimiento del niño
hay que añadir la violencia entre iguales y el acoso en el aula de “mato- ante el aprendizaje escolar.
nes” que victimizan a ciertos compañeros (bullying).
CRONOPATOLOGÍA DEL APRENDIZAJE
DIFERENTES PERSPECTIVAS SOBRE EL FRACASO
ESCOLAR El cuadro clínico que presente el niño-alumno estará en relación con
el tiempo que viene ocurriendo el retraso en el aprendizaje aunque, en
Por un lado, hay quienes piensan que el niño con dificultades en la realidad, el retraso escolar siempre precede al fracaso y termina en él si
escuela es un niño anormal y, por consiguiente, patológico o enfermo; no se pone remedio oportuno: en rigor, el término fracaso escolar se
mientras que en el lado opuesto se sitúan aquellos para quienes la escuela reserva para los retrasos en el aprendizaje que superen los dos años, en
es la inadaptada al niño y la única responsable del fracaso escolar. La relación al nivel de estudios que correspondería al alumno por su edad.
primera posición, la del “niño enfermo”, fue defendida durante años (espe- Otra situación escolar a tener en cuenta es la desgana o desinterés esco-
cialmente durante las décadas de los 1950 y 1960) por numerosos cien- lar (o “desinvestimiento” escolar), que se caracteriza por apatía, pasivi-
tíficos, entre ellos por Heuyer, que censuraba la actitud antimédica de dad, indiferencia y desmotivación por las enseñanzas que imparte la
algunos maestros “cuando el pedagogo reivindica al niño inadaptado por- escuela. Es la causa más frecuente de fracaso escolar y la más descora-
zonadora, ya que se trata de alumnos con un aceptable nivel intelectual,
Cuadro 22.9.1. Causas más frecuentes de inadaptación y fracaso escolar
pero desinteresados (aunque en algunos casos de mejor pronóstico mues-
tran entusiasmo por otras actividades no escolares). Un nuevo bajón del
Por parte del niño rendimiento puede ser la inflexión escolar que, cuando aparece, es siem-
• Enfermedades habituales o crónicas (falta de asistencia escolar) pre después de un periodo de escolaridad satisfactoria. Casi se puede ase-
• Falta de sueño (niños que se acuestan tarde y se levantan pronto) gurar que la inflexión surgirá en algún momento de la escolarización de
• Alimentación inadecuada en el desayuno (hipoglucemia matinal) todo adolescente (aunque sea difícil precisar qué curso escolar es el más
• Defectos visuales o auditivos, que dificultan la percepción predispuesto; en el plan de estudios español vigente hasta hace poco tiempo
• Tartamudez e inhibición verbal (dificultades de expresión) era en los cursos 8º de EGB y 2º de BUP). Esta “sorprendente” inflexión
• Trastornos específicos de la lectoescritura y cálculo (dislexias, disgrafías, discalculias)
aparece como consecuencia de vicisitudes normales en el desarrollo del
• Alteraciones de la psicomotricidad (niños débiles motrices)
• Déficit de atención (con o sin hiperactividad)
niño: transformación corporal de la pubertad, aparición de la menarquia,
• Síndrome tensión-fatiga (¿alergia alimentaria?) conflictos de identificación, primeras relaciones amorosas, etc. O bien la
• Niños mal lateralizados (zurdos débiles) inflexión aparece como reacción a dificultades externas: enfermedad,
• Crisis epilépticas del tipo “ausencias” separación de los padres, muerte de un familiar, etc. La evolución es espon-
• Trastornos emocionales por pérdida o carencia (depresión, abandono) tánea y favorable en la mayoría de los casos, aunque en algunos se puede
• Niños superdotados complicar con un cuadro depresivo y la inflexión corre el riesgo de con-
• Retrasos intelectuales en general vertirse en duradera (especialmente cuando el niño “focaliza” en este
Por parte de la familia bajón de su rendimiento la imagen negativa que tiene de sí mismo y entra
• Frecuentes cambios de residencia y escuela en una neurosis de fracaso).
• Excesiva permisividad televisiva y lúdica Una angustiosa situación es cuando acontece en el alumno la inhi-
• Actitud de los padres en constante oposición con la escuela bición intelectual, que se manifiesta con las expresiones corrientes: “¡No
• Problemas conyugales o del sistema familiar en general me entran las cosas!” o “¡Se me queda la mente en blanco!”. Se trata de
• Padres sobreprotectores o madre “hipermaterna”, productores de “fobia escolar” niños inteligentes y perfeccionistas, cuya elevada autoexigencia les con-
• Desinterés de los padres en la supervisión de las adquisiciones y de la marcha escolar duce a sentimientos de baja autoestima e inseguridad respecto a los demás,
• Expectativas paternas exageradas
a los cuales sobrevaloran y envidian. Quieren hacer las cosas tan bien que
Por parte de la escuela se quedan “bloqueados”. También se puede llegar a la inhibición intelec-
• Abuso de castigos y pocos premios tual a través de otra entidad psicopatológica: el hiperinvestimiento esco-
• Personalidad inestable del maestro lar, que es una situación de auténtico fanatismo por el estudio, con un
• Clase superior a las posibilidades del alumno interés exclusivo por las actividades escolares. Son alumnos muy brillan-
• Poca estabilidad del cuadro de profesores tes, que trabajan al máximo, presentando una inhibición emocional y en
• Infraestructura de escuela en malas condiciones
• No utilización de recursos motivadores ni adecuados medios audio-visuales
sus relaciones sociales, limitadas al mínimo, con un comportamiento
(diapositivas, películas, vídeo, ordenador) infantilizado, “fríos” y temperamentalmente cerebrales. Pueden presen-
• Mala calidad de la enseñanza en general tar un cambio brusco en su ritmo escolar, llegando a manifestar una inhi-
bición intelectual.
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Fracaso escolar 1935

Cuadro 22.9.2. Indicadores de vulnerabilidad o riesgo de fracaso escolar del Repercusiones en los padres. Se muestran en las reacciones cog-
adolescente nitivas o vivenciales que manifiestan los padres. Ellos han visto romperse
las expectativas que tenían puestas en el hijo, aflorando una visión pesi-
• Antecedentes personales de dificultad escolar
mista de su futuro, acompañado de un sentimiento de impotencia y de
• Habitual poco interés para el estudio o fuerte ansiedad respecto al mismo
fracaso educacional, junto con un resentimiento por el dinero y el tiempo
• Conflictos frecuentes con profesores y compañeros “malgastado”, conduciendo todo lo cual a una autoculpabilización sobre
• Tendencia a esconder o falsear las notas escolares la actuación de cada progenitor, y así proyectan en el hijo fracasado su
• Incorrecta autoevaluación de sus exámenes, con infravaloración o sobrevalorándose impotencia y su hostilidad emocional. Las reacciones conductuales más
• Conflicto intrafamiliar: padres separados, maltrato llamativas de estos padres es la toma de distintas posiciones, de tal manera
• Absentismo escolar sin justificar que el padre varón acostumbra a adoptar una actitud, abierta o encubierta,
• Abuso de drogas o drogadicción de rechazo y hostilidad hacia el hijo fracasado, utilizando castigos o agre-
• Marginación social o agrupación con compañeros conflictivos sividad verbal o física; mientras que la madre habitualmente opta por la
• Conducta claramente delictiva sobreprotección de este hijo. En conjunto, se altera la dinámica familiar
de los padres y los hermanos, produciéndose una anulación del hijo “fra-
casado” y una sobrevaloración de los hermanos.

La fobia escolar puede presentarse a cualquier edad de la vida esco- Repercusión en el hijo. Como reacción cognitiva se produce una
lar, más frecuente en el niño que en la niña, pero es más habitual a la degradación de su autoimagen, junto con un cuadro de ansiedad o depre-
entrada de la enseñanza primaria, hacia los 6 ó 7 años, y en la adoles- sión, acompañado de un sentimiento de culpabilidad y distorsión de su
cencia temprana, entre los 10 y los 13 años. Lo más característico del identificación con el progenitor de su sexo (ahora no quiere ser como él
niño “fóbico” es que no quiere romper con la enseñanza que imparte la o ella). Todas estas dinámicas vivenciales hacen que el niño se encuen-
escuela, pero es incapaz de superar la angustia que siente cuando tiene tre cada vez más solo, se margine, perdiendo su arraigo familiar (evita
que ir a la escuela (incluso la mera imagen mental anticipatoria, de pen- estar en casa), y pueda presentar trastornos de personalidad que, en algu-
sar en ello, le produce angustia), pudiendo llegar con facilidad a una cri- nos casos, le conduzcan al suicidio. Con todo, en la mayoría de los casos
sis de ansiedad o ataque de pánico. Acostumbran a ser niños inteligen- la reacción conductual del niño en estas condiciones de solicitud es la
tes, pero emocionalmente inseguros, con una familia sobreprotectora, actitud de rechazo y hostilidad hacia los padres, con un deterioro de la
con padres blandos y muy permisibles. El niño se siente feliz cuando se comunicación con los mismos y con los hermanos (a los que habitual-
queda en casa, estudiando y haciendo los deberes que le manda la escuela, mente se le compara, de manera despectiva para él), se ve empujado a
pudiendo llegar esta situación de “impedimento” de ir a la escuela a cro- buscar otros grupos de gente de su edad para asegurarse una superviven-
nificarse. cia afectiva. Estos grupos no acostumbran a estar constituidos por com-
Cuando el niño percibe la escuela como un enemigo, se genera inexo- pañeros de la escuela (hacia la cual se ha ido creando un rechazo glo-
rablemente el rechazo escolar, que puede tratarse de rechazos parcia- bal, incluyendo a sus compañeros con una marcha escolar normal), aunque
les: sólo al estudio, a profesores o a compañeros. También hay formas de tampoco son necesariamente otros jóvenes inadaptados o con fracaso
rechazo “enmascaradas”, como, por ejemplo, reacciones de tipo pasivo: escolar. Obviamente, el absentismo escolar en que incurre el alumno fra-
autobloqueando las propias facultades cognitivas, mostrando total desin- casado, vagando por las calles, es idóneo para juntarse con otros jóvenes
terés por el aprendizaje. Una de las fórmulas más socorridas de escapismo, que tampoco van a la escuela: la rotura de los esquemas sociofamiliares
de rechazo escolar sin moverse del pupitre es, simplemente, olvidar cuanto tradicionales con todas sus consecuencias (delincuencia, tribus urbanas,
se ha tenido que aprender (es el dicho popular de que “entra por una oreja drogadicción) está servida.
y sale por la otra”). Mientras que las reacciones de tipo activo del rechazo
escolar son: negativismo, actitud provocadora, desafiante y despreciativa Repercusión en la escuela y en los maestros. Se manifiesta en tér-
de las figuras autoritarias, discusiones y peleas frecuentes, mentiras, minos de reacciones cognitivas como una tremenda vivencia de denun-
desobediencias, ocultación o falsificación de notas, novillos, fugas, etc. cia de la estructura escolar global, personalizándose en una disminu-
(Cuadro 22.9.2). ción de la autovaloración que tiene el maestro de su capacitación
La ruptura escolar se produce cuando el niño, habitualmente joven profesional, lo cual le conlleva una sensación de impotencia y fracaso
adolescente, decide bruscamente interrumpir sus estudios, dando una serie que, a su vez, aboca, en la mayoría de los casos, en un cuadro depresivo
de razones personales que a veces son difíciles de rebatir (puede acom- o, como mínimo, un síndrome amotivacional (hay que tener presente que
pañarse de un cuadro depresivo); o bien, la ruptura es el resultado de una los maestros, en la actualidad, son el colectivo profesional que muestra
prolongada inflexión escolar acompañada de largo absentismo. Los pro- más bajas laborales por depresión). Esta situación de desasosiego per-
cesos de deterioro mental (psicosis, enfermedad cerebral degenerativa), sonal que puede manifestar el maestro que tiene a su cargo el alumno fra-
aunque son raros, hay que tenerlos en cuenta como causa de ruptura esco- casado, de no mediar una urgente reflexión crítica de las causas que han
lar. Queda, por último, el telón final de esta secuencia de descalabros en conducido al fracaso de su pupilo (estudio pormenorizado del caso por
el aprendizaje: el fracaso escolar. Aunque luego haya que considerar las el claustro de profesores, cualificado asesoramiento médico-psicológico,
graves repercusiones con las graves consecuencias del fracaso escolar, etc.) y actuar en consecuencia para remediar o paliar la problemática que
en que todas las estructuras se ven salpicadas: personales, familiares, esco- se ha creado, lleva inexorablemente al maestro a unas reacciones conduc-
lares y sociales en general. tuales del tipo de hostilidad y agresividad, que se vuelcan en la descali-
ficación del alumno fracasado y, asimismo, de sus padres, con los cuales
REPERCUSIONES DEL FRACASO ESCOLAR se enfrentará el docente (o el propio director de la escuela), manifestando
menosprecio de la actividad educativa parental, desentendiéndose de la
Se trata de una auténtica reacción circular, en términos sistémicos, problemática del alumno fracasado, exigiendo (la directiva escolar) que
que afecta a todos los estamentos sociofamiliares del ámbito del alumno se le realicen determinadas exploraciones médico-psicológicas y lanzando
fracasado. De tal manera que la respuesta de cada uno de ellos (personal, un contundente ultimátum de expulsión. Todo lo cual acontece enzarzán-
familiar, escolar y social en general) repercute en los demás y hace que, dose el personal docente en una pugna con los padres a base de entrevis-
a su vez, éstos respondan, creándose así una espiral de conductas psico- tas cada vez más violentas.
patológicas, a menudo de imprevisibles consecuencias. También hay que
tener en cuenta que las repercusiones del fracaso escolar son más gran- Repercusión en el alumno. Toda esta situación de virulencia escolar
des en los hijos varones que en las hijas, por aquello de que aun las expec- generada hacia el alumno fracasado y su entorno familiar incide otra vez
tativas laborales, discriminando los sexos, son mayores en los varones en el niño: esta vez en su condición de alumno. Se manifiesta por unas
que en las mujeres, y por estas razones se sienten más afectados los pro- determinadas reacciones cognitivas, como son: la distorsión de la ima-
genitores cuando es el hijo, y no la hija, quien fracasa en la escuela. gen que tenía del maestro (que en su día pudo haber sido un modelo de
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1936 Trastornos psicológicos

Cuadro 22.9.3. Prevención del fracaso escolar Cuadro 22.9.4. Tratamiento del retraso y del fracaso escolar

• Estímulo de la curiosidad del niño desde la infancia • Estrecho contacto médico-psicológico con la escuela
• Valorar y desvelar las dotes de cada niño: su singularidad • Ayuda docente supletoria intraescolar (clases de refuerzo) o extraescolar (profesor
• Impulso de las tareas creativas y el interés por la lectura particular, sesiones psicopedagógicas)
• Evitar agravios intelectuales y escolares comparativos • Programas de adaptación curricular para los alumnos con deficiencia intelectual
• Respeto en el ámbito familiar por la cultura • Reeducación de dificultades específicas o instrumentales: dislexias, trastornos psicomotrices,
alteraciones sensoriales con la colaboración de los especialistas necesarios
• Potenciar en el niño el espíritu de crítica constructiva
• Psicoterapia familiar o personalizada del alumno con retraso o fracaso escolar
• Animar al niño a valorar sus propias ideas
• Enseñanza para que el alumno sepa resistir o zafarse de influencias negativas de los
• Estrecha colaboración de los padres con la escuela
compañeros: consumo de drogas, acoso en el aula o bullying
• No criticar a los profesores delante de los hijos
• Programas de motivación: autocontrol de la ansiedad, estrategias de resolución de
• Supervisión de su marcha escolar sin agobiarles problemas, técnicas de relajación
• Los padres no han de involucrarse demasiado en solucionar las tareas escolares de los • Enseñanza asistida por ordenador y otras tecnologías informáticas cuando sea preciso
hijos
• Eventual medicación psicoestimulante, ansiolítica o antidepresiva
• Los niños han de disponer de un tiempo libre enriquecedor
• Mantenimiento de un ritmo de vida ordenado del escolar: alimentación, sueño,
actividades extraescolares
• Procurar que el niño disponga en casa de su espacio propio y de adecuado material (Cuadro 22.9.3), evitando caer en los errores expuestos en los anterio-
para el estudio res apartados de este capítulo; abogando, asimismo, por una enseñanza
• Justas expectativas de padres y maestros respecto al ritmo de aprendizaje de los niños lo más personalizada posible, accesible para cada alumno según sea su
• Siempre ha de haber “parentalidad” en activo y disponibilidad de los padres para los hijos
nivel de habilidades intelectuales (clases de recuperación, programas de
adaptación curricular); procediendo a una detección precoz de las difi-
cultades específicas del aprendizaje (dislexias, déficit de atención con
hiperactividad, dificultades visuales o auditivas); detectando los casos de
identificación y que ahora ha caído del pedestal), sentimiento de infrava- acoso en el aula y victimización de alumnos; impulsando a un profeso-
loración personal (y sobrevaloración de los otros) y degradación de su rado cualificado y un nivel de enseñanza para todos de calidad; contando
autoimagen, con aumento de su sentimiento de culpabilidad y una sensa- con instalaciones educativas adecuadas, etc. Cuando surjan los bajones
ción de impotencia y fracaso. Estas reacciones cognitivas o vivenciales que de rendimiento, habrán de buscarse las causas y ponerles el remedio opor-
presenta el alumno se traducen también por un aumento de ansiedad y sin- tuno con la mayor precocidad posible, para evitar el temible descalabro
tomatología depresiva que puede acarrear ideología suicida. Entre las reac- que conduce al fracaso escolar.
ciones conductuales se observa una alteración de la conducta en el aula, Una específica medicación para controlar la ansiedad (clorazepato
un deterioro de la comunicación con los compañeros con el consiguiente dipotásico, diazepam) o el cuadro depresivo (sertralina, fluoxetina), una
empobrecimiento de las relaciones sociales, presencia de conductas de evi- oportuna medicación psicoestimulante (piracetam, metilfenidato) (véase
tación de la ansiedad (mentiras, falsificaciones, fobias diversas), aumen- cap. 22.12 sobre Psicofarmacología pediátrica), una relajación de las exce-
tando el absentismo escolar (novillos, fugas, vagabundeo), junto con con- sivas expectativas personales y una adecuada disminución de la “presión”
ductas de marginación social (drogadicción, delincuencia, promiscuidad del entorno escolar o familiar, pueden hacer que el alumno vuelva a de-
sexual, prostitución, movimientos transgresores o contraculturales) y una sarrollar una actividad escolar normal (Cuadro 22.9.4).
mayor actitud hostil hacia la institución escolar (que está en la génesis de A menudo hay que esperar unos años para que el alumno fracasado
actos vandálicos de asalto a escuelas, destrucción de mobiliario), al mismo se recupere de su “aversión” hacia todo lo relacionado con el aprendizaje
tiempo que hay una necesidad de búsqueda de grupos de supervivencia y vuelva a reemprender sus estudios y este cambio acostumbra a suceder
afectiva, ya que la sensación de soledad puede empujarle a conductas sui- cuando encuentra una motivación gratificante que le impulsa ahora a coger
cidas. Aunque también, en algunos casos, acontece la deseable reinserción los libros en una nueva perspectiva totalmente desvinculada de la que
escolar del alumno fracasado, pero hay que tener presente que esta rein- propició el fracaso escolar.
serción se puede producir sin resentimiento o con resentimiento. Y el cír-
culo de reacciones termina cerrándose otra vez con las repercusiones en
los padres, los cuales continúan con su hostilidad hacia el hijo y agresivi- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
dad hacia la escuela y el profesorado (a los que culpabilizan de todos los - Castells P. Fracaso escolar. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. 9ª ed. Madrid: Ergon, 2006.
males acontecidos al hijo), barajando la posibilidad de entablar denun- p. 1764-7 (con más citas bibliográficas de años previos).
cias judiciales y la búsqueda urgente de una nueva escuela para el hijo. - Castells P. Víctimas y matones. Barcelona: Ceac, 2007.
- Castells P. Nunca quieto, siempre distraído. Barcelona: Ceac, 2009.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DEL FRACASO
ESCOLAR - Howell P, Davis S, Williams R. The effects of bilingualism on suttering during late child-
hood. Arch Dis Child 2009; 94: 42-6.
El tratamiento de los diversos niveles de inadaptación a la escuela y - Redondo Romero AM. Trastornos del lenguaje. Pediatr Integral 2008; 12: 859-72.
del fracaso escolar pasa por una vertiente fundamentalmente preventiva - Rodríguez N. Guerra en las aulas. Madrid: Temas de Hoy, 2004.
Seccion 22 19/11/10 17:48 Página 1937

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad 1937

22.10 Trastorno por déficit de 6% (Cardo, 2008; Benjumea, 1993). El trastorno habitualmente persiste
durante la adolescencia, y muchas veces continua en edad adulta, acep-
tándose una prevalencia del 3 al 4% en este periodo de la vida. Según el
atención con hiperactividad sexo, la proporción es superior en el masculino sobre todo los tipos con
predominio hiperactivo-impulsivo y el combinado, hallándose una rela-
ción que oscila entre 3:1 y 9:1 según se trata de población general o de
L.S. Eddy una población clínica. Esta diferencia se cree que es debido a que las niñas
manifiestan más problemas atencionales mientras los chicos de conducta
disruptiva, y por tanto, ocasionando una mayor demanda asistencial.

ETIOLOGÍA Y PATOGENIA

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) ha Se considera multifactorial con base neurobiológica, predisposición
recibido a lo largo de la historia diferentes terminologías, lo que hace genética, y con influencia de factores psicosociales. La transmisión here-
entrever las dificultades que ha habido para su definición, valoración etio- ditaria está respaldada por los estudios de familias, de adopción y de
patogénica y evaluación diagnóstica. Hace más de un siglo, en 1902, el gemelos. Se ha visto que más del 70% de los casos tendrán algún pro-
pediatra G. Still describió a unos niños con problemas de atención, hiper- genitor afecto o algún familiar de segunda generación. Es bien cono-
actividad, dificultades de aprendizaje, labilidad emocional y problemas cido el papel de los neurotransmisores dopaminérgicos en la fisiopatolo-
de conducta, a los que denominó niños con defectos en el control moral. gía del TDAH, evidenciable por la mejoría clínica con fármacos como el
En 1914, Tredgold argumentó que la conducta de estos niños estaría cau- metilfenidato o las anfetaminas, que actúan a nivel de dichos neurotrans-
sada por una disfunción cerebral mínima a raíz de un daño cerebral por misores. Los estudios de genética molecular han mostrado alteraciones
anoxia. Bradley, en 1937, descubre los efectos terapéuticos de las anfe- en siete cromosomas (4, 5, 6, 8, 11, 16 y 17), siendo los genes de mayor
taminas en estos niños. Lauferr y Denholl, en 1957, realizan la primera implicación el gen transportador de dopamina DAT1, y los genes recep-
denominación de síndrome hipercinético. En 1962, Clements y Peters tores de dopamina DRD4 y DRD5. A través de los estudios de neuroima-
hacen hincapié en el concepto de la disfunción cerebral mínima, refor- gen (PET, SPECT, RM, y RM funcional) se ha evidenciado una disminu-
zando la base neurológica del trastorno. Douglas, en 1972, apunta que el ción del volumen estructural del córtex prefrontal, el núcleo estriado, el
problema central no es conductual, sino una dificultad atencional, acom- cuerpo calloso y el cerebelo, y un menor flujo sanguíneo con alteración
pañado o no de hiperactividad. Finalmente, en 1997, Barkley postula que en la disponibilidad de dopamina y noradrenalina.
la base del trastorno es una disfunción en las funciones ejecutivas del Entre los factores biológicos no genéticos estarían las complicacio-
cerebro. Actualmente, a la espera del DSM-V, se utilizan dos terminolo- nes prenatales y perinatales: consumo de alcohol, tabaco y otras drogas
gías: trastorno por déficit de atención con hiperactividad, del DSM-IV- (cocaína, heroína) durante el embarazo; estrés emocional moderado o
TR de la Academia Americana de Psiquiatría; y trastorno hipercinético, grave durante el embarazo; peso por debajo de 1.500 g al nacer y, sobre
de la décima revisión de la Clasificación Internacional de las Enferme- todo, por debajo de 1.000 g; lesiones cerebrales a raíz de una infección
dades (CIE-10), editada por la OMS. (encefalitis) o de un traumatismo. Ciertos síndromes han sido asociados
con mayor frecuencia al TDAH, como son el síndrome alcohólico fetal,
Concepto. El TDAH es un trastorno crónico que interfiere en el de- el cromosoma X frágil, síndrome de Williams y síndrome de Angel-
sarrollo normal del niño ocasionando alteraciones a nivel médico, cogni- man. Cuando el factor biológico es muy evidente hay autores que utili-
tivo, emocional y conductual. Consiste en un patrón persistente de inaten- zan el término de TDAH secundario. No se pueden obviar las interaccio-
ción, junto con un exceso de actividad para la edad madurativa del niño, nes entre los factores biológicos y factores ambientales o del entorno que
y un escaso control de la impulsividad. Aparecerá antes de los 7 años, podrían contribuir a la gravedad y duración del trastorno. Entre ellos esta-
probablemente antes de los 4 y, como mínimo, llevará 6 meses de evolu- ría el inadecuado ejercicio de la paternidad (estilo educativo negligente
ción. Estará presente en dos o más ambientes: casa, escuela o trabajo, u e indulgente, maltrato y abuso sexual), relación negativa entre madre e
otras situaciones sociales. Ocasionará una afectación social, académica hijo, psicopatología en los padres, estrés psicosocial de la familia (ines-
o laboral, del niño o adolescente, dato importante a destacar pues si no tabilidad laboral, hacinamiento, familia disfuncional). Destaca una mayor
no se podría hablar de trastorno. La sintomatología no aparecerá en el incidencia en niños adoptados. Los grandes cambios sociales últimos
transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo (autismo), esqui- podrían influir negativamente sobre el TDAH. Entre ellos el trabajo seden-
zofrenia u otros procesos psicóticos, ni se explicaría mejor por otro pro- tario, que exige una concentración mental prolongada; la gratificación
ceso mental como, por ejemplo, los trastornos del humor, de ansiedad, instantánea, que proporciona la tecnología electrónica; las altas tasas de
trastorno disociativo o de la personalidad. El DSM-IV-TR distingue 3 familias no convencionales, separaciones, divorcios, familias monopa-
subtipos: rentales, etc., y el estrés que puede representar una elevada dedicación
a) TDAH con predominio del déficit de atención. Es cuando hay al menos profesional por parte de ambos padres. Se ha publicitado la influencia de
6 de los 9 síntomas de inatención, pero no se cumplen un mínimo ciertos alimentos y el ver durante muchas horas la televisión pero no ha
de 6 síntomas del apartado hiperactividad-impulsividad. El déficit habido estudios basados en la evidencia que hayan podido demostrar su
principal es la lentitud en el procesamiento de la información. En causa-efecto.
cuanto a la conducta social, son más pasivos y no suelen evidenciar Las teorías más actuales de qué es lo que ocurre en un niño con un
problemas de comportamiento. Este subtipo es más frecuente en niñas. trastorno atencional que ayuda a entender su comportamiento y sus difi-
b) TDAH con predominio hiperactivo-impulsivo. Es cuando se cumple cultades es que hay una disfunción o alteración en las funciones ejecuti-
un mínimo de seis síntomas de hiperactividad-impulsividad, pero no vas del cerebro, que son los responsables de gestionar las funciones cog-
de inatención. Es más común en niños preescolares, siendo, posible- nitivas del mismo. Estas funciones ejecutivas son capacidades básicas de
mente, el precursor evolutivo del subtipo combinado. todo ser humano, las cuales van desarrollándose a lo largo de la infan-
c) TDAH tipo combinado. En este caso se cumplirán al menos seis cri- cia y adolescencia hasta el inicio de la edad adulta. En el caso del niño
terios de inatención y otros tantos de hiperactividad-impulsividad, con TDAH habría un retraso en el desarrollo de las mismas en relación
por lo que habrá problemas tanto de comportamiento como de apren- con su edad, lo que explicaría la conducta infantil habitualmente presente
dizaje. Este subtipo es el más prevalente. en estos niños. A través de las técnicas de neuroimagen funcional ha sido
posible profundizar más en su estudio. Estas funciones ejecutivas descri-
Epidemiología. El TDAH es la entidad psiquiátrica más frecuente de tas por Barkley (1997) y Brown (2006), y evaluables a través de pruebas
la infancia. Es un problema de salud pública al ser un trastorno crónico neuropsicológicas, son: a) organización y planificación, establecimiento
de elevada prevalencia. En el niño escolar la prevalencia se sitúa entre un de prioridades y activación para trabajar; b) atención, mantenimiento y
3 y 7% según el DSM-IV-TR y, según estudios nacionales, entre un 4 y desplazamiento de la atención hacia las tareas (en el niño con TDAH el
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deterioro de esta función ejecutiva se manifiesta por una dificultad cró- trando una conducta discutidora, irascible y resentida. Esto puede evolu-
nica para filtrar estímulos que le distraen); c) interiorización del habla y cionar en la adolescencia hacia un trastorno disocial o trastorno de con-
flexibilidad cognitiva, o habilidad para pensar en diferentes soluciones ducta. El riesgo de desarrollar un abuso en el consumo de drogas es más
para una determinada situación o problema; d) control de la frustración elevado que en la población general y está relacionado con el hecho de
y modulación de las emociones; e) utilización de la memoria de trabajo presentar un trastorno de conducta comórbido, siendo este riesgo menor
o capacidad para mantener activa u on-line la información necesaria para en los niños tratados farmacológicamente. Estos trastornos son más fre-
resolver un problema, y acceso a los recuerdos; f) observación y autorre- cuentes en el TDAH tipo combinado.
gulación o capacidad para inhibir una determinada acción.
Problemas de aprendizaje. Debido a la disfunción en las funciones
MANIFESTACIONES CLÍNICAS ejecutivas, el niño con TDAH manifestará dificultades de aprendizaje,
pero además de forma comórbida un 20-25% presentarán un trastorno
El niño en casa cambia frecuentemente de una actividad incompleta específico del aprendizaje (dislexia, disortografía, disgrafía, discalculia).
a otra, desempeña actividades excesivamente ruidosas, se sube a todas
partes, siempre está en movimiento y no es capaz de permanecer sentado Otros. Con mayor frecuencia que en la población general, los niños
cuando la situación lo requiere, por ejemplo, durante el estudio o en las con TDAH presenten alteraciones del sueño (dificultad para dormirse,
comidas. Este exceso de actividad carece de una finalidad concreta. Le sonambulismo, cansancio al despertar), tics, trastornos de la comunica-
cuesta seguir las peticiones o instrucciones, no por negativismo ni por- ción (lenguaje expresivo, tartamudeo), trastorno de las habilidades moto-
que no lo haya entendido, sino porque se distrae. No escucha cuando se ras, signos neurológicos menores, problemas en el control de los esfínte-
le habla, habla excesivamente y de forma precipitada, se distrae fácil- res (enuresis, encopresis).
mente por estímulos insignificantes, interrumpe constantemente y, ade-
más, sufre propensión a los accidentes y a ocasionarlos. En la escuela no DIAGNÓSTICO
presta atención, no acaba las tareas escolares por falta de atención. Es
desorganizado y descuidado, pierde u olvida en casa los deberes y lápi- Es importante realizar una detección precoz. Por tanto, en los contro-
ces o, al revés, se deja en la escuela lo que necesita para trabajar en casa. les de salud de todo niño escolarizado se recomienda hacer las siguien-
Suele interrumpir a menudo al maestro y a los compañeros, responde pre- tes preguntas de screening para el TDAH: ¿cómo es el rendimiento esco-
cipitadamente antes de que acaben de formularle las preguntas y no espera lar de su hijo?, ¿tiene problemas de aprendizaje que su profesor haya
su turno en una tarea de grupo. Le cuesta permanecer sentado en el pupi- detectado?, ¿es feliz en la escuela, le gusta acudir a la misma?, ¿tiene pro-
tre, se retuerce y manipula constantemente objetos. Intenta evitar las acti- blemas para completar sus tareas escolares, tiene que insistir o sentarse
vidades que requieran un trabajo continuado o un esfuerzo mental de con- a su lado para que los realice?, ¿tiene algún problema de conducta en la
centración. En su relación con los compañeros le cuesta seguir las reglas escuela, en casa, o cuando juega con otros niños?, ¿le cuesta que le obe-
de un juego estructurado, no sabe esperar su turno y suele interrumpir dezca?, ¿sufre accidentes frecuentemente?
el juego de los demás. No es raro verle implicado en actividades poten- El diagnóstico es clínico y se basará en la entrevista con los padres,
cialmente peligrosas, no por una actitud desafiante, sino por actuar impul- la observación clínica y valoración médica del niño, más la obtención
sivamente. No escucha a los demás niños y cambia constantemente de de información de los profesores. Si es un adolescente, también será pre-
conversación, por lo que suele ser impopular pero, en ocasiones, es muy ciso realizar una entrevista directamente con el paciente. La entrevista
querido, ya que habitualmente tiene una gran expresividad afectiva; suele con los padres permitirá obtener la versión particular de cada padre y
ser sensible, sincero, incluso ingenuo, y también muy creativo. detectará la integridad psíquica de cada uno de los progenitores, el grado
La sintomatología no es anormal en sí, sino por su frecuencia e inten- de estrés familiar que ocasiona el comportamiento del hijo y la calidad
sidad con repercusión tanto en el niño como en el adulto. Aparte de los de la relación existente entre los padres y el hijo. Se tomará nota de los
síntomas nucleares del TDAH, muchas veces aparecen desobediencia, antecedentes obstétricos y perinatales, desarrollo psicomotor, dificul-
labilidad emocional o inmadurez afectiva. Es muy variable e imprevisi- tades en la crianza, y antecedentes médicos y de salud mental. En la
ble, tiene dificultad para motivarse, insaciabilidad, escasa competencia observación clínica, el niño no siempre manifestará su comportamiento
social y mala coordinación motora. Cuando se trata de un adolescente, la habitual, sobre todo en una primera entrevista al ser una situación nove-
clínica de hiperactividad habrá disminuido quedando una cierta sensa- dosa y, si es un niño mayor, tendrá conciencia de que se le está evaluando.
ción interna de inquietud. Los conflictos en casa irán en aumento y sue- Además, en la consulta médica recibirá una atención directa, de persona
len ser más graves que en otros adolescentes. También irán agraván- a persona, y los niños con TDAH muestran su comportamiento sobre
dose los problemas en la escuela pues le costará finalizar los trabajos todo en situaciones no estructuradas. La exploración médica tendrá como
escolares, su caligrafía será mala, la presentación de los trabajos desor- objetivo evaluar otras condiciones médicas que pudieran ser la causa de
ganizada, sus hábitos de estudio no serán los más adecuados, y sus notas la clínica o contribuir a la misma, por lo que interesa descartar rasgos
estarán por debajo de lo esperado. Serán frecuentes las discusiones con dismórficos (síndrome alcohólico fetal, X frágil), un déficit auditivo o
los profesores y peleas con los compañeros y el riesgo de absentismo ele- visual, signos de maltrato o abuso sexual. Para la obtención de informa-
vado. Debido a la impulsividad serán más frecuentes las conductas de ción de los educadores existen diversos cuestionarios, siendo uno de los
riesgo: abuso en el consumo de tóxicos, actividad sexual precoz con emba- más utilizados la escala de evaluación para maestros de Conners. Vali-
razos no deseados, y accidentes de tráfico. dado en población española está el cuestionario EDAH (Escala de Défi-
cit de Atención con Hiperactividad) basado en el Conners, y el ADHD
Clínica asociada o comorbilidad RS-IV (Attention Deficit Hyperactivity Disorder Rating Scales IV) de
La comorbilidad será la norma, pues alrededor del 85% presentarán DuPaul et al., basado en los ítems diagnósticos del DSM IV. Como guía
un proceso comórbido, y un 60% de los casos, dos comorbilidades. Los diagnóstica están los manuales diagnósticos DSM-IV-TR y el CIE-10,
trastornos comórbidos más frecuentes son el trastorno negativista des- y diversas guías de práctica clínica como son la de la Academia Ame-
afiante y el trastorno de conducta. Cabe mencionar: ricana de Pediatría (AAP, 2001), Academia Americana de Psiquiatría
Infanto-Juvenil (AACAP, 2007), National Institute Clinical Excellence
Problemas emocionales. La baja autoestima casi siempre estará pre- (NICE, 2008) y de reciente aparición en España, la GCP en el Sistema
sente debido a las constantes reprimendas, castigos y mensajes negativos Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Política Social. En ambos
por parte de los padres y profesores, con escasos mensajes positivos. Ade- manuales diagnósticos se describen 9 ítems de desatención y otros 9 que
más, será frecuente que desarrollen cuadros de ansiedad, depresión y tras- valoran hiperactividad e impulsividad (Cuadro 22.10.1), siendo requi-
torno bipolar, sobre todo en la adolescencia. sito necesario la presencia de un mínimo de 6 ítems de cada grupo en
el caso del TDAH combinado, que lleve un mínimo de 6 meses de evo-
Problemas de conducta. Destaca la desobediencia. Hacia la edad de lución, que la clínica haya aparecido antes de los 7 años, que esté pre-
los ocho años puede desarrollar un trastorno negativista desafiante, mos- sente en más de un ambiente (casa, escuela, u otras situaciones socia-
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Cuadro 22.10.1. Sintomatología del TDAH según DSM-IV-TR mental, resistencia generalizada a la hormona tiroidea, intoxicación por
plomo, ferropenia, déficit sensoriales, sobre todo la hipoacusia, medi-
Ítems de desatención
cación crónica que ocasione irritabilidad (fenobarbital, salbutamol), tras-
• No presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las
tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades
tornos del sueño. 2) Problemas emocionales o psiquiátricos: variaciones
• Tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas dentro de la normalidad del desarrollo psicomotor, espectro autista (sín-
• Parece no escuchar cuando se le habla directamente drome de Asperger), ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo,
• No sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones en el trastorno negativista desafiante, trastorno de conducta, abuso en el con-
centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para sumo de sustancias, psicosis. 3) Problemas familiares o psicosociales:
comprender instrucciones) familia disfuncional, estilo educativo incorrecto, abuso sexual, expecta-
• Tiene dificultades para organizar tareas y actividades tivas parentales inadecuadas por la edad o para el CI del niño, psicopato-
• Evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un logía en los padres. 4) Alteraciones del lenguaje: trastorno del lenguaje,
esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos) trastorno fonológico, trastorno en el procesamiento auditivo. 5) Proble-
• Extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej., juguetes, ejercicios
escolares, lápices, libros o herramientas)
mas académicos o de aprendizaje: déficit cognitivo, superdotación cog-
• Se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes nitiva estando el niño en una clase académicamente poco estimulante,
• Es descuidado en las actividades diarias trastorno específico del aprendizaje.
Ítems de hiperactividad Evolución
• Mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento
Es posible la remisión clínica antes de llegar a la adolescencia, pero
• Abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que
permanezca sentado
alrededor de un 80% seguirán con problemas de concentración y de com-
• Corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en portamiento que ocasionarán una disfunción en las relaciones interfa-
adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud) miliares y en la escuela, afectando a la larga a la autoestima y al desarro-
• Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio llo académico del adolescente lo que, a su vez, aumentará su sensación
• “Está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor de fracaso. El adolescente con TDAH tiene mayor probabilidad de aban-
• Habla en exceso donar sus estudios, está más frecuentemente involucrado en accidentes
Ítems de impulsividad de tráfico y tendrá mayor riesgo de abuso de drogas, sobre todo si no ha
• Precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas recibido tratamiento. Un 40-60% de los casos al llegar a la edad adulta,
• Tiene dificultades para guardar turno seguirán padeciendo el trastorno que se manifestará como una sensación
• Interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej., se entromete en de malestar e impaciencia más que de hiperactividad motora, aparte de
conversaciones o juegos) la falta de atención y de organización. Tendrán mayor riesgo de presen-
tar problemas de temperamento y de impulsividad, baja tolerancia al estrés,
inestabilidad afectiva, disfunción familiar y divorcio, menor nivel socioe-
conómico del previsto por su potencial y patologías psiquiátricas diver-
les), que sea frecuente y ocasione una alteración en su funcionamiento sas que van a enmascarar el TDAH como son el abuso en el consumo
social y académico, o laboral si trabaja, y que no se explique mejor por de alcohol y drogas, trastorno antisocial de la personalidad con riesgo de
otro proceso mental. Es obligado descartar las patologías psiquiátricas actividades delictivas, trastornos de ansiedad, depresión mayor y tras-
comórbidas anteriormente citadas ya que condicionan el pronóstico y el torno bipolar. Los indicadores positivos de una evolución favorable son:
plan terapéutico. Para ello serán útiles los cuestionarios de psicopatolo- padecer el subtipo inatento, ausencia de comorbilidad, sobre todo del tras-
gía general (Child Behavior Checklist de Achenbach) y las entrevistas torno de conducta, elevado cociente intelectual, estabilidad familiar con
estructuradas y semiestructuradas. buena salud psíquica de los padres y buena relación paterno-filial, buen
No está indicada la realización de análisis, estudios neurofisiológi- nivel socioeconómico y cultural, buena adaptación escolar y social, y la
cos ni de neuroimagen para el diagnóstico de TDAH, sólo si la clínica intervención temprana. Se considera que las profesiones más indicadas,
o exploración física lo justifique para descartar otras patologías como, o donde mejor suele adaptarse el adolescente o adulto con TDAH, son
por ejemplo, la realización de un EEG para descartar una epilepsia o las de tipo creativo: escritor, artista (actor, escultor, pintor), científico
evidenciar alteraciones mínimas que podrían agravar la sintomatología (investigador, inventor); trabajos que implica un cierto riesgo físico; tra-
o entorpecer el tratamiento farmacológico. La RM funcional, PET, bajos al aire libre (deportista profesional o de élite); y actividad por cuenta
SPECT y los estudios genéticos son utilizadas básicamente en la inves- propia o empresario.
tigación científica. Las pruebas neuropsicológicas y cognitivas (véase
cap. 22.1) no son imprescindibles para el diagnóstico pero son útiles TRATAMIENTO
para conocer el perfil del funcionamiento cognitivo y la comorbilidad
con trastornos específicos del aprendizaje. Las pruebas más utilizadas El tratamiento de mayor eficacia es el farmacológico, el cual debe
son: test de inteligencia de Weschler para niños (WISC-R y WISC-IV), completarse con un tratamiento no farmacológico que incluye psicoedu-
que evalúa el cociente intelectual y la memoria de trabajo; test de colo- cación, entrenamiento a padres, intervención psicológica en el niño, e
res y palabras (Stroop) que mide la habilidad para ignorar distraccio- intervención psicopedagógica en la escuela. No hay que olvidar las impli-
nes; test de atención-D2; test de emparejamiento de figuras familiares caciones éticas y legales.
que evalúa la impulsividad ante una tarea; figura compleja de Rey que
explora la memoria visual y las capacidades perceptivas organizativas; Tratamiento farmacológico
test de ejecución continua de Conners (CCPT-C) que permite conocer El objetivo es disminuir la frecuencia e intensidad de los síntomas
los errores tanto por omisión (falta de respuesta) como por comisión nucleares, y facilitar las estrategias para su control, evitando así la apari-
(responder sin estar presente el estímulo), evaluando así la capacidad ción de comorbilidad. En España existen únicamente 2 fármacos autori-
atencional versus impulsividad; y batería de pruebas psicopedagógicas zados y comercializados para el tratamiento del TDAH en niños a partir
para valorar el nivel adquirido en áreas básicas como lectura y mate- de los 6 años, que son: metilfenidato en comprimidos de liberación inme-
máticas, y comprobar si está en consonancia con la edad, escolaridad y diata (MLI) (Rubifen® 5, 10, 20 mg), en cápsulas de acción prolongada
capacidades del niño. (Medikinet® 10, 20, 30, 40 mg) y en cápsulas de liberación sostenida con
tecnología osmótica (Concerta® 18, 27, 36 y 54 mg); y la atomoxetina
Diagnóstico diferencial (Strattera® 10, 18, 25, 40, 60, 80 mg). El primero es un inhibidor de la
Son muchos los trastornos que pueden hacer pensar en un TDAH, por recaptación presináptica del neurotransmisor dopamina y el segundo,
lo que conviene descartarlos o valorar si están presentes de forma conco- de la noradrenalina y adrenalina. La duración de la acción farmacológica
mitante: 1) Problemas biomédicos: complicaciones perinatales, Gilles de de los distintos preparados de metilfenidato difiere en función del tipo de
la Tourette, epilepsia, síndrome X frágil, síndrome alcohólico fetal, retraso mecanismo de liberación, que para el MLI es de 4 horas, para el de acción
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prolongada de 8 horas y, para el de acción sostenida de 12 horas. Se admi- rito, coluria, ictericia, dolor en hipocondrio derecho, aumento de bilirru-
nistra a la hora del desayuno pero, en el caso del MLI son necesarias al bina y enzimas hepáticas); y mayor riesgo de ideación suicida que el pla-
menos 2 tomas (desayuno y comida), pudiendo precisar una tercera a la cebo, recomendando especial observación durante los primeros meses de
tarde (antes de las 17 horas). La duración del efecto de la atomoxetina es tratamiento y ante cambios (aumento o disminución) de dosis. Por tanto,
de 24 horas y se administra en el desayuno. debe emplearse con precaución en pacientes con hipertensión, taquicar-
El fármaco de primera elección es el metilfenidato. El objetivo es dia, enfermedad cardiovascular, hipotensión ortostática, antecedentes per-
conseguir la remisión de los síntomas, no sólo la mejoría, sin la apari- sonales o familiares de prolongación del espacio QT, síntomas psicóticos
ción de efectos adversos no tolerables. Se comienza con 0,3-0,5 mg/kg/día o maníacos, agresividad, hostilidad, inestabilidad emocional, ideación
para ir subiendo cada 1-3 semanas hasta un máximo de 2 mg/kg/día suicida, y convulsiones.
(dosis máxima diaria de 60 mg para Rubifen® y Medikinet®, y de 72 mg Si hay una pobre respuesta al tratamiento después de haber realizado
para Concerta®). Se monitorizarán los posibles efectos secundarios de programas de entrenamiento de padres o tratamiento psicológico y trata-
anorexia, retraso para conciliar el sueño, cefalea, dolor abdominal, miento con metilfenidato o atomoxetina, conviene reevaluar el diagnós-
mareos, irritabilidad, tendencia al llanto, tics, aumento leve de la fre- tico, las condiciones comórbidas y la adherencia al tratamiento. Cuando
cuencia cardiaca y tensión arterial, pérdida de peso y deceleración del aparecen efectos secundarios indeseables a pesar del ajuste de las dosis,
crecimiento y, excepcionalmente, alucinaciones. Estos efectos suelen o cuando se asocia comorbilidad que no cede, deben ser considerados
manejarse bien con ajuste de dosis y a atenuarse con el tiempo. Rara- otros fármacos solos o asociados al metilfenidato, e interconsulta o deri-
mente conllevan la supresión del tratamiento. Antes de iniciar el trata- vación a atención especializada.
miento es preciso revisar el peso, estatura, frecuencia cardiaca y tensión Existe poca evidencia de los efectos beneficiosos para el TDAH de
arterial del niño, y valorar los antecedentes familiares de enfermedad tratamientos con suplementos vitamínicos, hierro, cinc, ácidos grasos
cardiovascular e historia de síncope relacionado con el ejercicio pues, esenciales, dietas hipoalergénicas o la eliminación de la dieta de azúca-
si es positiva, se recomienda la realización previa de un ECG. A todo res refinados, salicilatos y aditivos (dieta Feingold), así como tampoco
niño en tratamiento se efectuará control de la frecuencia cardiaca, ten- con la estimulación vestibular o visual, la hipnoterapia, ni las interven-
sión arterial, peso y estatura como mínimo cada 3-6 meses. Si el paciente ciones quiroprácticas.
desciende dos líneas en sus percentiles de peso o estatura se deberá plan-
tear unas vacaciones terapéuticas para conseguir un catch-up o mínima Psicoeducación
recuperación. El metilfenidato se considera seguro y efectivo para la Se realizará con los padres, con el niño o adolescente, y también en
mayoría de los niños con tics, aunque se recomienda monitorizar su fre- la escuela. Se hará dentro del contexto del control de la medicación por
cuencia e intensidad y actuar en consecuencia. También se considera el pediatra o por el profesional de salud mental y, si los padres rechazan
seguro y efectivo en los niños con epilepsia, con un control previo de el tratamiento farmacológico igualmente se llevará a cabo. La informa-
las crisis con anticonvulsivantes. Esta contraindicado en caso de psico- ción se realizará de forma verbal, a través de libros, DVD o páginas web,
sis, depresión severa, marcada ansiedad, enfermedad cardiovascular sin- siendo conveniente remitir a una fundación o asociación de familiares
tomática, glaucoma, hipertiroidismo, hipertensión moderada o grave y para que puedan adquirir conocimientos y compartir experiencias. La
embarazo. Las ventajas de la presentación de liberación prolongada son finalidad de la psicoeducación es que entiendan el trastorno y que com-
su comodidad y, por tanto, mayor adherencia al tratamiento, la confi- prendan a su hijo o alumno. Por tanto, habrá que explicar de una forma
dencialidad, su perfil farmacocinético que evita los picos y caídas de la clara y sencilla el concepto del TDAH, su etiología, cronicidad, pronós-
formulación de liberación inmediata, y el menor riesgo de un uso inade- tico y opciones de tratamiento. Se les explicará la importancia del trata-
cuado. En pacientes que precisen de dosis muy bajas (niños con peso miento temprano, se les desculpabilizará si se consideran los únicos
inferior a 16 kg), el metilfenidato de acción inmediata puede ser prefe- responsables del problema, y se hará hincapié en la relevancia de su impli-
rido para titular la dosis inicial. Cuando el niño no sabe deglutir tam- cación en la intervención terapéutica.
bién se recomienda Rubifen® pues permite ser triturado, o Medikinet®
que permite abrir la cápsula y esparcir los pellets en una pequeña por- Entrenamiento a padres
ción de alimento (compota, yogurt). En la mayoría de los casos la medi- Se basa en unos consejos generales, consejos para la realización de
cación debe darse todos los días para obtener el máximo beneficio en el deberes, trabajar la autoestima y técnicas para mejorar la conducta. Los
control de los síntomas en todos los ámbitos y durante largo tiempo, si consejos generales son: establecer rutinas y horarios; organizar y estruc-
bien se acepta realizar “vacaciones terapéuticas” una vez al año durante turar el entorno a través de una agenda o calendario con recordatorios en
un corto periodo de tiempo que no corresponda a un momento crítico lugares estratégicos; utilizar normas y castigos coherentes y consisten-
en la vida del niño, obteniendo información de padres y profesores para tes, con consecuencias predecibles; no amenazar, sino actuar; planificar
evaluar la necesidad de mantenerlo. Se planteará la suspensión de la con antelación posibles situaciones conflictivas comunicando al niño que
medicación cuando el paciente ya no presente sintomatología que inter- se espera de él/ella de una forma clara, no ambigua, y cuál será el incen-
fiera en su vida diaria, habiendo adquirido habilidades para manejar las tivo o castigo; establecer obligaciones o responsabilidades; expresar sen-
demandas personales, familiares, escolares o laborales. En caso nece- timientos para que el hijo sepa que tiene el apoyo y amor incondicional
sario se continuará hasta la vida adulta. de sus padres, que no disfrutan castigando; no rechazar o criticar al niño,
La atomoxetina se considera un fármaco de segunda elección y con sino su conducta; observar activamente al hijo para “pillarle” siendo bueno,
menor. Se utiliza cuando el metilfenidato a dosis máxima tolerada haya o sea, deben prestar atención a las conductas positivas para elogiarlas y
sido ineficaz, cuando los padres no quieren utilizar un psicoestimulante, así reforzarlas; fomentar contactos con iguales que tengan un compor-
o porque se prefiera no utilizarlo debido a las características clínicas del tamiento positivo para que actúen de modelo, sin olvidar que ellos son el
paciente, como puede ocurrir en caso de comorbilidad con Gilles de la modelo más importante para su hijo. Los consejos para la realización
Tourette, trastorno por ansiedad, trastorno del sueño y abuso de substan- de deberes son: establecer una rutina y horario en un lugar de trabajo tran-
cias tóxicas. Tiene un comienzo de acción lento, por lo que puede no apre- quilo, sin distracciones; fraccionar los deberes calculando descansos fre-
ciarse efectos beneficiosos hasta pasadas 2 a 6 semanas de tratamiento. cuentes; entrenarle para que aprenda a estudiar solo, ofreciéndole incen-
La dosis de inicio es de 0,5 mg/kg/día, aumentando semanalmente hasta tivos; supervisar, no corregir todo error; elogiar logros y evitar los
un máximo de 1,8 mg/kg/día (dosis máxima diaria, 100 mg), aunque no comentarios sarcásticos; supervisar la agenda y mochila; disponer del
parece observarse gran mejoría en los síntomas a dosis mayores de 1,2 teléfono de algún compañero para poder consultar; ayudar al hijo a estu-
mg/kg/día. Los efectos secundarios más frecuentes son somnolencia, náu- diar para controles, planificar y organizar proyectos, pudiendo ser acon-
seas, anorexia, cefalea, ligero aumento de la tensión arterial y frecuencia sejable una ayuda externa. Las recomendaciones para trabajar la auto-
cardiaca, hipotensión ortostática, síncope, pérdida de peso y retraso del estima son: redactar una lista de conductas y/o cualidades positivas; hablar
crecimiento. La FDA advierte sobre dos posibles efectos secundarios de forma positiva del hijo, no ridiculizar; no sobreprotegerle, no resol-
infrecuentes: potencial alteración hepática severa indicando suspender el verle los problemas, ni disculparle por sus errores; reconocer su esfuerzo
tratamiento ante el primer síntoma o signo de disfunción hepática (pru- y su capacidad para pensar; aceptarle tal como es, aceptar sus dificulta-
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des y aceptar sus intereses; hacerle saber que se confía en él; dedicarle REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
un “tiempo especial” prestando atención a las conductas positivas e igno- - Brown TE. Seis aspectos de un síndrome complejo. En: Trastorno por déficit de aten-
rando las conductas moderadamente inapropiadas. Son múltiples los con- ción. Una mente desenfocada en niños y adultos. Barcelona: Elsevier Masson, 2006:
sejos para mejorar la conducta y dependerán de las dificultades que ten- 19-56.
gan los padres con su hijo, siendo necesario adaptarlos a cada caso. A la - Brown RT, Amler RW, Freeman WS et al. Treatment of Attention-Deficit/Hyperactivity
hora de dar una orden, el consejo para obtener un mayor cumplimiento Disorder: Overview of the Evidence. Pediatrics 2005. 115: e749-57.
será hacer la demanda con contacto visual; de forma imperativa, no en - Castells Cuixart P. Nunca quieto, siempre distraído. Madrid: Espasa práctico, 2006.
forma de pregunta; con tono de voz agradable, pero firme; sin perder el - Correas Lauffer J, Ibáñez Cuadrado A, Sáiz Ruiz J. Trastorno por déficit de atención con
control gritando; no dando más de una orden a la vez; y el niño deberá hiperactividad en el contexto de la psiquiatría. Rev Esp Pediatr 2005; 61: 481-6.
repetir la orden para que los padres puedan comprobar que les ha oído y - Eddy LS. Déficit de atención con hiperactividad. En: Cruz M. Tratado de Pediatria, 9ª
para que él tome conciencia de lo que tiene que hacer. Cuando el niño ed. Madrid: Ergon, 2006: 1767-70 (con más citas bibliográficas de años previos).
hace una conducta deseada los padres aplicarán un refuerzo positivo e
- Eddy LS. Intervenciones no farmacológicas en el entorno familiar de niños con trastorno
inmediato a base de elogios o muestras de afecto (abrazo, beso, palma- por déficit de atención con/sin hiperactividad. Rev Pediatr Aten Primaria 2006; VII (Supl
dita). 4): 57-67.
Para una conducta negativa poco relevante se aconseja ignorarla (téc- - Elia J, Capasso M, Zaheer Z et al. Candidate gene analysis in an on-going genome-wide
nica de extinción), pues si no acaban reforzándola al prestarle atención, association study of attention-deficit hyperactivity disorder: suggestive association
y se deberá buscar una conducta positiva que la pueda sustituir. Para las signais in ADRA1A. Psychiatr Genet 2009; 19: 134-41.
conductas negativas importantes se recomienda aplicar “tiempo fuera”, - Fernández Pérez M, Eddy LS, Rodríguez Molinero L et al El trastorno por déficit de
que consiste en aislarlo sin estímulos durante unos minutos (un minuto atención e hiperactividad y la atención primaria: pasado y perspectivas. Rev Pediatr Aten
por año de edad). El niño estará informado ante qué situaciones se utili- Primaria 2007; 9 (Supl 2): S101-12.
zará dicha técnica. Cuando se le hace la demanda y no colabora se le avisa - Foreman DM. Attention deficit and hyperactivity disorder: legal and ethical aspects. Arch
que se aplicará “tiempo fuera” y, si no cumple, se aplica. Transcurrido el Dis Child 2006; 91: 192-4.
tiempo, se hace la demanda de nuevo y, si sigue sin cumplirla, se vuelve
- Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Aten-
a poner en marcha la técnica hasta que se logra el cumplimiento. Enton- ción con Hiperactividad (TDAH) en niños y adolescentes. Guía de Práctica Clínica
ces se le da las gracias y poco después se buscará alguna razón para elo- sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en niños y ado-
giarle. Finalmente, está la técnica de modificación de conducta. Consiste lescentes. Madrid: Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio
en escoger 2 ó 3 conductas a modificar y establecer un programa de incen- de Sanidad y Política Social. Agència d’Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdi-
tivos con puntos o fichas a canjear si cumple (economía de fichas y con- ques; 2010.
trato de contingencias). Se le darán premios a corto plazo (elogios, mues- - Kollins SH. Genética, neurobiología y neurofarmacología del trastorno por déficit de
tras de cariño, dibujar una cara sonriente, un pequeño obsequio que podría atención e hiperactividad. RET Revista de Toxicomanías 2009; 55: 19-27.
ser un globo o un paquete de cromos), a medio plazo (explicar un cuento - Moore K, Donald WB, Reaney JB et al. Health Care Guidelines: Diagnosis and Mana-
o jugar con el videojuego después de hacer los deberes), y a largo plazo gement of Attention Deficit Hyperactivity Disorder in Primary Care for School Age Chil-
(ir al cine, parque de atracciones). Según la gravedad de la conducta, se dren and Adolescents. Institute for Clinical Systems Improvement (ICSI). 6ª ed. 2005:
retirará un privilegio, teniendo en cuenta que interesa que reciba más pre- www.icsi.org.
mios que castigos. - Mosholder AD, Gelperin K, Hammand TA et al. Hallucinations and other psychotic
symptoms associated with the use of attention-deficit/hyperactivity disorder drugs in
Intervención psicológica en el niño children. Pediatrics 2009; 123: 611-6.
Habitualmente se lleva a cabo por los equipos de salud mental. Depen- - National Clinical Practice Guideline. National Collaborating Centre for Mental Health
diendo de las dificultades del niño comprenderá terapia cognitiva con- Commissioned by the National Institute for Health and Clinical Excellence. (NICE)
ductal para el control de la impulsividad con la técnica de “para y piensa”, Attention Deficit Hyperactivity disorder. Diagnosis and management of ADHD in chil-
entrenamiento en habilidades de estudio, entrenamiento en asertividad dren, young people and adults. September 2008. http://www.nice.org.uk/nicemedia/pdf/
y habilidades sociales, trabajando el autocontrol y empatía. CG72NiceGuidelinev3.pdf.
- Pliszka S, AACAP Work Group on Quality Issues. Practice parameter for the assessment
Intervención en la escuela and treatment of children and adolescents with attention-deficit/hyperactivity disorder.
Es necesario proporcionar psicoeducación y entrenamiento al profe- J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 2007; 46: 894-921.
sorado, y conviene que haya una buena comunicación y colaboración - Rappley MD. Attention Deficit-Hyperactivity Disorder. N Engl J Med 2005; 352:
mantenida a través del tiempo entre la escuela, el pediatra y la familia. 165-73.
Es básico que la comunicación entre la familia y los profesores sea fluida - Richardson AJ, Montgomery P. The Oxford-Durhan study: a randomized, controlled trial
y frecuente, pudiendo ser a través de la agenda escolar. Según sean las of dietary supplementation with fatty acids in children with developmental coordination
dificultades del niño podrá ser de interés realizar un programa de incen- disorder. Pediatrics 2005; 115: 1360-6.
tivos para trabajar logros académicos y comportamiento en la escuela uti- - Rostain AL. Attention-deficit/hyperactivity disorder in adults: evidence-based recom-
lizando tarjetas informativas puntuadas por los profesores y premiadas mendations for management. Postgrad Med 2008; 120: 27-38.
por los padres (contrato de contingencias). La mayoría de las técnicas - Setlik J, Bond GR, Ho M. El abuso de los medicamentes de prescripción para el TDAH
cognitivo conductuales anteriormente mencionadas para los padres tam- por los adolescentes. Pediatrics (ed. esp) 2009; 68: 123-7.
bién son aplicables en el entorno escolar. Habrá niños que precisarán de - Taylor N, Fausset A, Harpin V. Young adults with ADHD: an analysis of their service
una adaptación curricular. needs on transfer to adult services. Arch Dis Child 2010; 95: 513-7.
Seccion 22 19/11/10 17:48 Página 1942

1942 Trastornos psicológicos

22.11 Trastornos del sueño tienen un amplio abanico de variaciones en función de aspectos cultura-
les, sociales y del entorno en general y, además, varían a lo largo del
desarrollo y maduración. La patología del sueño comprende trastornos
F. Botet en el inicio o mantenimiento del sueño, trastornos del comportamiento o
presencia de fenómenos anormales en las diferentes fases del sueño. Se
suele denominar disomnias y parasomnias. La clasificación más reciente
es la de la American Academy of Sleep Medicine (2005) (Cuadro 22.11.1).

Disomnias
Se estima que el 43% de los niños tendrán problemas con el sueño en Insomnio. El insomnio en los dos primeros años de vida es un tras-
algún momento de su desarrollo. La reducción de la calidad del sueño torno funcional muy frecuente. Aproximadamente un tercio de los niños
puede tener importantes implicaciones en el niño en desarrollo y alterar de esta edad tienen problemas cada día a la hora de conciliar el sueño o
su crecimiento y maduración. El niño falto de sueño puede tener menor tienen despertares nocturnos y un 10% de los niños presentan el mismo
tolerancia a la frustración, peor humor con alteraciones de conducta y trastorno con una incidencia de noches alternas. En muchos casos, existe
emocionales y menor rendimiento escolar. Es importante que los profe-
sionales de la salud conozcan la importancia del sueño en la salud y los
mecanismos para solucionar el problema cuando se presenta, educando Cuadro 22.11.1. Clasificación de los trastornos del sueño
a los padres cómo con buenas noches se consiguen niños más felices, Disomnias: desórdenes propios de la etapa sueño-vigilia
sanos y capaces. Tienen un gran peso los valores culturales y tradicio- • Trastornos intrínsecos del sueño:
nales acerca del sueño, que pueden ser muy variables de una cultura a – Insomnio idiopático
otra. Existe una gran interacción entre biología y cultura, ya que es una – Hipersomnia recurrente o idiopática
función fisiológica con una gran repercusión en el entorno familiar que, – Síndrome de apnea del sueño
a su vez, a través de hábitos y normas, intentará regular la función fisio- – Trastorno de los movimientos periódicos de las piernas
lógica. Costumbres como la cohabitación de padres e hijos, muy arrai- – Síndrome de las piernas inquietas
gada en países orientales (China, Japón) , por el contrario, el culto a la – Narcolepsia
independencia (Centro de Europa) o los horarios de los países mediterrá- • Trastornos extrínsecos del sueño
– Higiene del sueño inadecuada
neos, tendrán una gran repercusión en el sueño de los niños y de sus padres. – Trastorno ambiental del sueño
En una población infantil media española la hora habitual de levantarse – Insomnio de altitud
es a las 7:45 y la hora media de acostarse a las 22:13, con una duración – Trastorno del sueño por falta de adaptación
media de sueño de 9 horas y 30 minutos. El pediatra debe conocer el – Trastorno de asociación en la instauración del sueño
entorno cultural en el que vive el niño y los valores y las expectativas – Insomnio por alergia alimentaria
de cada familia con relación al sueño. Es muy recomendable que tenga – Síndrome de la ingestión nocturna de comida o bebida
unos conocimientos de la fisiología y de la patología del sueño en niños – Trastornos del sueño secundarios a la ingestión de alcohol, fármacos o drogas
y adolescentes de forma que pueda proporcionar una educación preven- • Trastornos del ritmo circadiano del sueño
tiva como parte de los cuidados habituales del niño. – Síndrome del cambio rápido de zona horaria (síndrome transoceánico o jet lag)
– Síndrome del retraso de la fase del sueño
– Síndrome del adelanto de la fase del sueño
Fisiología del sueño. La fisiología del sueño en el niño se inicia con – Trastorno por ciclo sueño-vigilia diferente de 24 horas
el desarrollo del ciclo sueño/vigilia y el inicio de las fases de sueño activo
y tranquilo. El ritmo circadiano de sueño puede establecerse entre 3 y 6 Parasomnias: alteraciones no relacionadas con anomalías de los estados de sueño y vigilia.
meses. La infancia es la edad dorada del sueño con una alta eficiencia de Se atribuyen a trastornos del despertar, de los estados de transición del sueño y, en su
sueño y un fácil despertar. Los trastornos del sueño durante la infancia mayoría, son consideradas manifestaciones de activación del sistema nervioso central
• Trastornos del despertar
en general son leves o moderados, autolimitados, como el despertar tem- – Despertar confusional
prano o la demanda de alimento por la noche, que requieren medidas de – Sonambulismo
educación de la conducta para evitar hábitos más nocivos y prolongados. – Terrores nocturnos
El sueño fisiológico se organiza en cuatro fases no-REM (nREM) (1, 2, • Trastornos de la transición sueño-vigilia
3, 4) y en una fase REM. En el RN el 50% de su sueño es REM y, a lo – Trastornos de los movimientos rítmicos
largo del primer año de vida y de forma progresiva, va aumentando el – Somniloquias
tiempo de sueño nREM. Al llegar a la edad adulta, el tiempo de sueño se – Calambres nocturnos en las piernas
reparte en un 75-80% nREM y un 20-25% REM. En la fase 1 el EEG • Parasomnias asociadas habitualmente con el sueño REM
muestra un trazado predominante de ondas theta de baja amplitud. El – Pesadillas
– Parálisis del sueño
registro de actividad muscular con el EMG muestra actividad tónica.
– Erecciones relacionadas con trastornos del sueño
En la fase 2 aparecen en el EEG las típicas agujas del sueño de 12-14 – Arritmias cardiacas relacionadas con el sueño REM
complejos por segundo (cps) con complejos K. En las fases 3 y 4 el EEG – Trastornos de la conducta del sueño REM
se convierte en un trazado lento y de gran amplitud, el EMG es tónico y • Otras parasomnias
activo. Estas dos son las fases de sueño más profundo. En ninguna fase – Bruxismo nocturno
nREM existen movimientos oculares. En la fase REM el EEG es tónico, – Enuresis nocturna
con ondas de alto voltaje. Aparecen movimientos musculares, mioclonías – Distonía paroxística nocturna
y erecciones. Aparecen los típicos movimientos oculares rápidos que defi- Trastornos del sueño asociados con procesos médicos o psiquiátricos
nen esta fase. A lo largo de la noche se alternan y repiten varios ciclos de • Asociados con trastornos mentales
sueño no-REM y sueño REM. – Depresión, ansiedad
– Consumo de drogas
TRASTORNOS DEL SUEÑO • Asociados con trastornos neurológicos
– Trastornos degenerativos cerebrales
Algunos estudios indican que los trastornos del sueño en el niño y – Epilepsia relacionada con el sueño
adolescente afectan a entre el 25 y el 40% de la población infantil en algún – Cefaleas relacionadas con el sueño
• Asociados con otros procesos médicos
momento de su vida y son mucho más frecuentes en la población con
– Enfermedad del sueño (tripanosomiasis africana)
patología crónica, trastornos de conducta y del desarrollo y patología psi- – Asma relacionada con el sueño
quiátrica. Es importante señalar que las definiciones de patrones nor- – Reflujo gastroesofágico
males de sueño, necesidades de sueño e incluso de trastornos del sueño
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Trastornos del sueño 1943

una sobreprotección de los padres que les lleva a un exceso de regulación Parasomnias
de todas o muchas de las funciones fisiológicas del niño. Para que el niño Sonambulismo. Se trata de un automatismo hipnoico deambulato-
reanude el sueño utilizan múltiples estrategias, como darle el chupete, rio. En la fase 3-4 del sueño el niño puede efectuar movimientos automá-
acariciar, mecer, dar el biberón o el pecho, o llevarlo a la cama de los ticos que realiza normalmente durante el día. El cuadro puede aparecer a
padres. En casos más patológicos, la madre llega a instalarse toda la noche partir de los 3 años, pero es más frecuente desde los 7-8 años hasta la
junto a la cama del niño o el niño duerme en la cama con la madre des- pubertad, época en la que suele desaparecer. En muchos casos (hasta 60%)
plazando al padre a la habitación del niño. A partir del segundo año, el existen antecedentes familiares. Los episodios suelen ocurrir en las pri-
trastorno es menos frecuente y aparecen los temores o miedos a la hora meras horas de la noche y tienen una duración variable. El niño realiza
de acostarse o en el despertar nocturno. También a partir de esa edad puede algunos automatismos simples o comportamientos complejos. Puede
haber un grado de rebeldía a la hora de acostarse que lleva al niño a la deambular por la habitación o por toda la casa con la mirada fija y las
negativa de ir a dormir, retrasando con diversas excusas y negociaciones pupilas dilatadas, aunque tropezando con algunos objetos y evitando otros.
la hora de acostarse. Como tratamiento o prevención hay que dar a la No responde a la intervención de los padres pero, en algún caso, puede
familia unas pautas de conducta, evitando estímulos durante una hora reaccionar de forma más o menos agresiva. En general, suele volver pronto
antes del momento de ir a la cuna (“ley del silencio”) y favoreciendo una a la cama y sigue durmiendo de forma tranquila, sin recordar nada al
situación relajada. Puede ayudar un peluche o cualquier otro objeto que día siguiente. Si se le despierta, muestra una intensa desorientación tém-
proporcione tranquilidad al niño. poro-espacial. Puede coincidir a veces con migraña. Como conducta tera-
péutica es necesario aumentar las medidas de seguridad para evitar que
Insomnio aprendido del adolescente. Algunos adolescentes refie- pueda producirse lesiones en sus paseos nocturnos. El niño es capaz de
ren problemas a la hora de acostarse desde “siempre”. Muchos de estos reproducir movimientos habituales y rutinarios, aprendidos mientras está
niños tuvieron alteraciones de insomnio en los primeros años de su vida despierto, pero no de realizar nuevas maniobras o aprendizajes, por lo
y reaparecen en los años de adolescencia. El tratamiento incluye medi- que basta con añadir un pestillo que sólo se utilizará cuando el niño duerme
das de conducta y, en último caso, la administración de un fármaco: de o cerrar una puerta que habitualmente está abierta. No es prudente des-
primera elección son los agonistas selectivos del complejo receptor de pertarlo en plena crisis de sonambulismo y al día siguiente no se le debe
GABA-A, en general de forma intermitente. angustiar recordando el trastorno. Es aconsejable establecer un despertar
programado aproximadamente a la hora en que el niño suele iniciar el
Síndrome de Kleine-Levin. Se da en adolescentes varones que sufren cuadro, a la misma hora cada día. En algunos casos rebeldes la admi-
frecuente despertar desde la fase 2 del sueño. Se acompaña de hipersom- nistración de diazepam antes de acostarse puede ser útil.
nia con trastornos conductuales importantes que alteran las relaciones
sociales, con irritabilidad y cambios de humor con fases de euforia alter- Terrores nocturnos. Es un fenómeno típico de los 3-4 años, aunque
nando con depresión. Hay que descartar otras alteraciones neurológicas puede prolongarse hasta los 6 y puede llegar a afectar a un 5% de los
y psiquiátricas. El pronóstico es bueno, si no hay una causa neurológica niños. La frecuencia es mayor en culturas en las que la cohabitación es
importante (véase cap. 23.26). habitual y puede llegar al 50% de los niños. En los preescolares que duer-
men 9 ó 10 horas, son menos frecuentes. Se asocian a veces con bruxismo,
Hipersomnia. La hipersomnia diurna se caracteriza por una exce- eccema y, sobre todo, la asistencia inicial a la guardería, por lo que la
siva somnolencia en el niño, durante el día y en periodos en los que habi- ansiedad parece un factor favorecedor. En el primer ciclo del sueño el
tualmente debería estar alerta y despierto. Afecta a la vida diaria con niño despierta de forma dramática, se agita, se sienta o levanta en la cama,
repercusión sobre el rendimiento escolar e incluso sobre las actividades grita, aterrorizado, desorientado y no reconoce a las personas que le rodean.
extraescolares. Puede ir ligado a falta de sueño con relación al insomnio Si se le despierta se muestra confuso e incapaz de explicar qué le pasa.
referido antes o a problemas de horarios a la hora de acostarse. Es obli- Se pueden comprobar manifestaciones vegetativas como taquicardia,
gado el diagnóstico diferencial con los síndromes de Kleine-Levin, de taquipnea, sudoración, rubor facial y midriasis. Una vez superada la
Pickwick, de tensión-fatiga o con trastornos de respiración durante el crisis vuelve a dormir tranquilamente y, a la mañana siguiente, no recuerda
sueño. nada de lo acontecido. Si los despertares son frecuentes, pueden llegar a
alterar la cantidad y calidad del sueño con repercusión en la vigilia del
Apnea o hipopnea obstructiva del sueño. Se trata en el capítulo día siguiente. Tratamiento: diazepam para modificar el sueño en casos
16.7. rebeldes.

Calambres de miembros inferiores, movimientos rítmicos de extre- Movimientos rítmicos. Es una situación parafisiológica muy fre-
midades y síndrome de las piernas inquietas. Es un trastorno senso- cuente, más en niños que en niñas, desde los 9 meses hasta los 16-24
riomotor que puede tener un importante impacto sobre el sueño. Las meses. En las fases de transición de vigilia a sueño o el despertar en cual-
manifestaciones clínicas pueden ser muy variadas, al igual que la fre- quier fase del sueño, el niño realiza movimientos estereotipados, auto-
cuencia, que puede ser ocasional o estar presente cada noche con una máticos de mecimiento, a veces acompañados de sonidos guturales o de
completa alteración del sueño. Los criterios básicos para el diagnóstico un especial canturreo. Suelen ser balanceos de la cabeza en sentido ante-
son: 1) Necesidad de mover las piernas, habitualmente acompañada de roposterior y, con menor frecuencia, movimientos de rotación de la cabeza
molestias y sensación desagradable. 2) La necesidad de mover las pier- o de inclinación de todo el cuerpo. Puede considerarse una forma de auto-
nas o la sensación desagradable puede aparecer fuera del sueño en perio- tranquilizarse para conciliar el sueño o la reproducción aprendida de los
dos de inactividad, tumbado o sentado. 3) La necesidad o la sensación movimientos de mecer que a menudo realizan los padres. El tratamiento
desagradable desaparece al caminar. 4) Esta sensación es más intensa se debe enfocar teniendo en cuenta que en estos niños suele ser más fre-
por la tarde y por la noche. La presencia de tres de estos criterios per- cuente la ansiedad, especialmente cuanto más complejos o elaborados
mite afirmar el diagnóstico. De forma aislada se detecta en 1% de la son los movimientos. Debe hacerse el diagnóstico diferencial con etapas
población, pero llega hasta el 5% asociada a otros trastornos el sueño iniciales de autismo, espasmus nutans, hipsarritmia u otras formas de epi-
(apnea obstructiva del sueño). También puede asociarse a déficit de aten- lepsia nocturna (véase cap. 23.4).
ción con hiperactividad. En cuanto al tratamiento, el déficit de hierro
puede exacerbar los síntomas y debe explorarse y corregirse en todos Somniloquias. Es otro fenómeno parafisiológico que puede darse en
los casos. Puede considerarse la administración de agonistas de la dopa- cualquier momento de la vida y afecta a un 15% de los niños. Son más
mina. Los parches de rotigotine de aplicación diaria durante 6 meses frecuentes al inicio de la etapa escolar y en otras situaciones de crisis. En
pueden ser útiles en el tratamiento de las formas graves, aún con efec- cualquier fase del sueño el niño puede hablar, en general, palabras suel-
tos no deseados frecuentes. También se utilizan en adultos el pramipe- tas o frases cortas y, en algún caso, gritos o llanto. Los adolescentes pue-
xol, ropinirol, agonistas dopaminérgicos, sin dosis establecidas para den realizar peroratas más largas. Aunque pueden despertar a los padres
niños o adolescentes. o a los hermanos, raramente ellos se despiertan y, a la mañana siguiente,
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1944 Trastornos psicológicos

no recuerdan nada de lo sucedido. No requiere investigación diagnóstica ría progresiva de los trastornos, establecimiento de rutinas positivas y
ni tratamiento. educación de los padres. Muchos niños responden favorablemente a las
terapias conductuales, con resultado de una mejor calidad de sueño y
Pesadillas. Afectan hasta al 50% de los niños entre tres y cinco años mejoría de todo el funcionamiento familiar durante el día. En general se
y pueden prolongarse hasta los 8-9 años e incluso la adolescencia, con prefiere el tratamiento no farmacológico en los niños. Se debe mejorar
mayor frecuencia en niñas. Predomina en la última parte de la noche, en general la higiene del sueño, estableciendo horarios regulares y evitar
cuando las fases REM son más frecuentes y en las que existe una mayor la carencia de sueño. Si es necesario, se puede establecer una breve siesta
actividad onírica. Pueden confundirse con los terrores nocturnos pero, después de comer. Se evitará la ingesta de líquidos abundantes a partir de
además del diferente momento de aparición, aquí el niño suele desper- media tarde, lo mismo que estímulos excesivos antes de acostarse, espe-
tarse y relatar, de formas más o menos estructurada, el contenido del sueño cialmente televisión. En los casos leves o moderados en que los episo-
que le genera miedos o angustia. No se acompaña de respuesta vegeta- dios se producen una vez a la semana o menos, con estas medidas gene-
tiva. No requiere tratamiento, salvo en adolescentes en los que se aso- rales suele ser suficiente.
cie un cuadro de ansiedad. En las formas graves de insomnio y de algunas parasomnias, con epi-
sodios diarios e incluso varias veces por noche, se puede añadir alguna
Otros trastornos benzodiacepina (clonazepam, lorazepam o diazepam) u otros hipnóticos,
Bruxismo. Es un fenómeno parafisiológico muy frecuente y que lleva como midazopiridina, pirazolopirimidina o ciclopirrolona. Se indica tra-
a los padres a consultar con frecuencia. Durante la noche el niño realiza tamiento farmacológico en formas graves, en situaciones puntuales (dolor,
movimientos de rozar los dientes de la arcada inferior con la superior con viajes), y en los niños con patología asociada como retraso mental, autismo
el típico ruido de “rechinar de dientes”. Popularmente se asocia a la o déficit de atención con hiperactividad. La melatonina y algunos prepa-
presencia de parasitación intestinal por oxiuros (no demostrado), pero rados de parafarmacia (infusiones de tila o similares) se utilizan con
puede darse en cualquier otra situación de ansiedad o mayor nerviosismo frecuencia, por iniciativa de la familia o por indicación del pediatra.
del niño (escolarización, hermanos). Tratamiento: si acontece en niños
mayorcitos y es muy persistente, es aconsejable consultar al ortodoncista
pediátrico para colocar un protector dental. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Botet F. Trastornos del sueño. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. 9ª ed. Madrid: Ergon,
Enuresis nocturna. Se trata en el capítulo 22.8. 2006. p. 1770-3 (con más citas bibliográficas de años previos).
- Canet-Sanz T, Oltra C. Estudio de las parasomnias en la edad prepuberal. Rev Neurol
Mioclonías benignas. Véase el capítulo 23.5. 2007; 45: 12-7.
- Fauroux B, Aubertin G, Clement A. What’s new in paediatric sleep in 2007? Paediatr
DIAGNÓSTICO GENERAL Respir Rev 2008; 9: 139-43.
- Ivanenko A, Johnson K. Sleep disturbances in children with psychiatric disorders. Semin
La anamnesis detallada es el elemento más importante para el diag- Pediatr Neurol 2008; 15: 70-8.
nóstico de los trastornos del sueño. Es necesario anotar los hábitos de ali-
- Kothare SV, Kaleyias J. The clinical and laboratory assessment of the sleepy child. Semin
mentación y de sueño del niño (horario, cohabitación con los padres). En
Pediatr Neurol 2008; 15: 61-9.
cuanto a los trastornos del sueño propiamente dichos, es necesario cono-
cer la hora habitual en que se presenta y la actividad que realiza el niño - Lomeli HA, Pérez-Olmos I, Talero-Gutiérrez C et al. Escalas y cuestionarios de evalua-
ción del sueño. Revisión. Actas Esp Psiquiatr 2008; 36: 50-9.
durante el episodio (movimientos estereotipados, conductas, hablar, aban-
dona la cama), amnesia al día siguiente o, por el contrario, capacidad de - Merino-Andréu M, Martínez-Bermejo A. Narcolepsia con o sin cataplejía: una enferme-
recordar lo sucedido, repercusión diurna del trastorno del sueño con hiper- dad rara, limitante e infradiagnosticada. An Pediatr (Barc) 2009; 71: 524-34.
somnia, irritabilidad, otros trastornos de conducta. Una completa explo- - Moore M, Meltzer LJ. The sleepy adolescent: causes and consequences of sleepiness in
ración del niño permite establecer el desarrollo psicomotor hasta ese teens. Paediatr Respir Rev 2008; 9: 114-20.
momento, descartar alteraciones neurológicas u otra patología psiquiá- - Moore M, Meltzer LJ, Mindell JA. Bedtime problems and night wakings in children.
trica. En adolescentes hay que excluir el uso de drogas. Las imágenes de Prim Care 2008; 35: 569-81.
vídeo grabadas por los padres pueden ser útiles en la descripción de movi- - Owens J. Classification and epidemiology of childhood sleep disorders. Prim Care 2008;
mientos o conductas. La polisomnografía se reserva para casos con un 35: 533-46.
diagnóstico diferencial difícil. - Pelayo R, Dubik M. Pediatric sleep pharmacology. Semin Pediatr Neurol 2008; 15:
Los cuestionarios realizados por los propios padres o por el profesio- 79-90.
nal son útiles tanto para investigación epidemiológica como para el diag- - Picchietti MA, Picchietti DL. Restless legs syndrome and periodic limb movement disor-
nóstico de pacientes. En la clínica se puede utilizar el cuestionario de der in children and adolescents. Semin Pediatr Neurol 2008; 15: 91-9.
hábitos del sueño infantil de Owen (Owens Children’s Sleep Habits Ques- - Pin Arboledas G, Cubell Alarco M, Lluch Roselló A. Trastornos del sueño en el niño.
tionnaire) autoadministrado por los padres. El cuestionario de sueño pediá- Algunas ideas. Pediatr Integral 2008; 12: 877-84.
trico (The Pediatric Sleep Questionnaire; PSQ) tiene dos versiones, una
- Shibley HL, Malcolm RJ, Veatch LM. Adolescents with insomnia and substance abuse:
corta validada para los trastornos respiratorios relacionados con el sueño consequences and comorbidities. J Psychiatr Pract 2008; 14: 146-53.
y una versión larga para una visión más amplia de los trastornos del sueño.
Existe una versión en español utilizada en algunos trabajos epidemioló- - Stores G. Aspects of parasomnias in childhood and adolescence. Arch Dis Child 2009;
94: 63-9.
gicos. Existe una escala para la evaluación de la intensidad del síndrome
de piernas inquietas del Grupo de Estudio del Síndrome de las Piernas - Tomás Vila M, Beseler Soto B, Benac Prefasi M et al. Trastornos del sueño en niños y
Inquietas (International Restless Legs Syndrome Study Group severity adolescentes con incapacidad psíquica. An Pediatr (Barc) 2008; 69: 335-41.
rating scale; IRLS). Mediante el Munich ChronoType Questionnaire - Tomás Vila M, Miralles Torres A, Beseler Soto B. Versión española del Pediatric Sleep
(MCTQ) se pueden establecer los diferentes ritmos de sueño y vigila, con Questionnaire (PSQ). Un instrumento útil en la investigación de los trastornos del sueño
sus variaciones según sexo y edad. en niños. Análisis de fiabilidad. An Pediatr (Barc) 2007; 66: 121-8.
- Trenkwalder C, Benes H, Poewe W et al. Efficacy of rotigotine for treatment of mode-
TRATAMIENTO GENERAL DE LOS TRASTORNOS rate-to-severe restless legs syndrome: a randomised, double-blind, placebo-controlled
DEL SUEÑO trial. Lancet Neurol 2008; 7: 595-604.
- Wiggs L. Behavioral aspects of children’s sleep. Arch Dis Child 2009; 94: 59-62.
Los problemas a la hora de acostarse en niños son muy frecuentes, - Wildhaber JH, Moeller A. Sleep and respiration in children: time to wake up! Swiss Med
las normas de conducta y soporte demuestran empíricamente una mejo- Wkly 2007; 137: 689-94.
Seccion 22 19/11/10 17:48 Página 1945

Psicofarmacología pediátrica 1945

22.12 Psicofarmacología tienen una concentración más baja en un niño que en un adulto, puesto que
su volumen de distribución es mayor. Una vez realizada la absorción en
el tracto gastrointestinal, pasan al hígado a través de la circulación porta,
pediátrica es lo que se denomina fenómeno de “primer paso”. En el hígado son meta-
bolizados, experimentando una intensa transformación que da lugar a
numerosos metabolitos inactivos, de tal forma, que sólo una parte de la
M.J. Mardomingo dosis administrada oralmente va a permanecer activa desde el punto de
vista terapéutico y va a estar disponible en la sangre (biodisponibilidad).
Desde el hígado, el psicofármaco pasa a la circulación sistémica donde
una porción se liga a las proteínas mientras que otra queda libre. Es pre-
cisamente la porción libre la que va a ejercer el efecto farmacológico.
Las interacciones que tienen un mayor interés en el caso de los psi-
Los psicofármacos forman parte habitualmente de un programa glo- cofármacos son las relacionadas con el sistema de citocromos y, de modo
bal de intervención que también incluye la psicoterapia, la terapia cogni- particular, las relacionadas con el citocromo P450, ya que las isoenzimas
tivo-conductual, el asesoramiento a la familia, el apoyo escolar y la adap- hepáticas de este sistema metabolizan la mayor parte de estos medica-
tación social. Su empleo requiere que se cumplan dos requisitos: que esté mentos. Los fármacos interactúan con los citocromos actuando como
bien hecho el diagnóstico y que el fármaco elegido sea eficaz en el tras- inductores, inhibidores o sustratos. La inhibición del sistema de cito-
torno concreto. cromos se traduce por una menor metabolización del fármaco y, en con-
secuencia, en el paso de una mayor cantidad de fármaco a la circulación.
Peculiaridades de farmacocinética y farmacodinámica Es lo que sucede en los sujetos que son metabolizadores lentos que repre-
La farmacocinética y otros aspectos de la farmacoterapia pediátrica sentan un 5-10% de la población. En el caso contrario, es decir, cuando
han sido expuestos en el capítulo 1.5. Interesan aquí algunos aspectos espe- el fármaco activa al citocromo, entonces se metaboliza una mayor can-
cíficos. No se sabe en qué medida la absorción de los psicofármacos en tidad de fármaco, aumentando así los niveles plasmáticos. Así sucede en
los niños es diferente a la de los adultos. Los niños tienen una menor los sujetos que son metabolizadores rápidos. Si un citocromo metaboliza
acidez del estómago que podría contribuir a una absorción más lenta; una más de un fármaco, entonces se pueden producir interacciones. Las inter-
microflora intestinal menos variada y un tránsito intestinal más rápido. La acciones más graves se producen, por ejemplo, cuando un fármaco induc-
menor acidez afectaría a la absorción de los anticonvulsivantes, anfetami- tor del citocromo se administra junto con otro que actúa como sustrato.
nas y antidepresivos; la flora intestinal afectaría a las fenotiazinas y la La farmacodinamia (véase cap. 1.5) tiene por objeto el mecanismo
menor duración del transito intestinal sería relevante para aquellos prepa- de acción de los fármacos en el organismo y estudia la relación entre la
rados de liberación prolongada o lenta. Una vez realizada la absorción del concentración de un fármaco en su lugar de acción y los efectos resultan-
fármaco, tiene lugar su distribución por los espacios extra e intravascular. tes. La relación entre dosis de fármaco, concentración plasmática y efecto
Este proceso depende de diversos factores que a su vez varían con la edad terapéutico se representa en las Figuras 22.12.1 y 22.12.2. Los psicofár-
del sujeto, el tamaño de los compartimentos hídricos y de los depósitos macos actúan sobre el cerebro a través de los circuitos neuronales, los
grasos, el flujo sanguíneo regional, el equilibrio ácido-básico, la perme- mecanismos de neurotransmisión y el procesamiento de la información
abilidad de las membranas celulares y la fijación a las proteínas plasmá- intracelular. Los fármacos intervienen modificando el proceso de sínte-
ticas y tisulares. Las variaciones en la distribución obviamente se tradu- sis de los neurotransmisores, su almacenamiento, liberación, acción en el
cen por variaciones en la acción del fármaco y tal vez los dos factores más receptor, recaptación y catabolismo (Fig. 22.12.3). Los neurotransmiso-
relevantes son los depósitos grasos y la proporción relativa entre la can- res modulan la actividad de las neuronas y los fármacos pueden facilitar
tidad total de agua del organismo y la cantidad de agua extracelular. La o inhibir esa acción moduladora.
relación entre la cantidad de fármaco absorbida (D), la concentración plas- La comunicación y la transmisión de la información a lo largo del sis-
mática (Cp) y el volumen de distribución (Vd) se obtiene con un sencillo tema nervioso tiene lugar mediante fenómenos electrofisiológicos y bio-
cálculo: Cp = D/Vd. Cuanto mayor es Vd menor es Cp. Es decir, la con- químicos que consisten básicamente en la liberación de una sustancia quí-
centración plasmática es inversamente proporcional al volumen de distri- mica (neurotransmisor) por parte de la membrana presináptica, que se
bución. Los depósitos grasos afectan al volumen de distribución de los fár- vierte en la sinapsis y modifica el funcionamiento de la membrana post-
macos lipofílicos, especialmente a los antipsicóticos y antidepresivos. Los sináptica, excitándola, inhibiéndola o modulándola. El estado final de
niños y adolescentes tienen una proporción de grasa corporal inferior a la membrana expresa el balance entre los miles de estímulos que afectan
la de los adultos. No obstante, probablemente porque también influyen a la neurona. Desde el punto de vista bioquímico, la neurona cumple fun-
otros factores, las concentraciones plasmáticas de los fármacos lipofílicos ciones tan importantes como regular la expresión de los genes y la fun-
son menores. En cuanto al volumen de agua total, éste es más alto en los ción de las proteínas y sintetizar los receptores específicos y las enzimas
niños que en los adultos y disminuye con la edad. Así, en el niño prema-
turo representa el 85% del peso corporal, en el RN a término, el 70% y, en
el niño de un año, ya ha alcanzado el 60%, propio del adulto. El agua extra-
celular también disminuye con la edad desde un 40-50% en el recién nacido Dosis
a un 15-20% en la adolescencia. De acuerdo con estos datos, los fárma-
cos que se distribuyen en primer lugar en el agua corporal, a igual dosis, Absorción

Concentración plasmática Parámetros


farmacocinéticos
Farmacocinética Farmacodinamia
Fijación a receptores

Modulación bioquímica
Concentración Lugar
Dosis plasmática Efectos
de acción Respuesta fisiológica

Efecto terapéutico

Figura 22.12.1. Relación dosis, niveles plasmáticos y efecto terapéutico. Figura 22.12.2. Relación de la dosis con los efectos terapéuticos.
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1946 Trastornos psicológicos

Cuadro 22.12.1. Fases generales del tratamiento con psicofármacos


Neurona presináptica
1. Establecimiento del diagnóstico, cuando es posible
Proceso de
2. Formulación razonada de hipótesis diagnósticas, cuando no lo es
síntesis
3. Descripción del cuadro clínico
4. Definición de síntomas diana
Proceso de 5. Elección del tratamiento
degradación 6. Información al paciente y a los padres
Hendidura 7. Consentimiento
sináptica 8. Establecimiento de la dosis óptima
Canal regulado
Proceso de 9. Tiempo de administración
por transmisor
recaptación 10. Evaluación de efectos adversos
11. Criterios y modos de suspensión

Neurona postsináptica
ducen dependencia, cambian la personalidad del niño o, sencillamente,
Figura 22.12.3. Representación de una sinapsis. significa que el hijo está loco. Los mitos, prejuicios y falsas creencias
acerca de los psicofármacos están muy extendidos y sólo pueden reme-
diarse mediante la educación sanitaria de la población. A los padres hay
necesarias para la neurotransmisión. Los sistemas de neurotransmisión que explicarles por qué está indica la medicación, qué ventajas e incon-
se dividen en dos grandes grupos según sus vías de distribución. Por un venientes tiene darla o no darla, qué mejoría cabe esperar, qué riesgos se
lado, están los sistemas colinérgico, serotoninérgico, dopaminérgico y corre si no se prescribe y en qué medida existen otras alternativas tera-
noradrenérgico (véase cap. 23.26) y, por otro lado, los sistemas gabaér- péuticas. En algunos casos es aconsejable que padres y paciente den su
gico y glutamaérgico. Los psicofármacos actúan modificando las dis- consentimiento por escrito. También hay que recalcar que la medicación
tintas fases de la neurotransmisión y uno de los mecanismos fundamen- no se debe suspender de forma arbitraria y, por supuesto, que sin cumpli-
tales es la unión a los receptores. El fármaco agonista del neurotransmisor miento del tratamiento no hay acción terapéutica. Como se dice al prin-
potencia su acción, mientras que el antagonista la bloquea. Otro modo de cipio de esta obra, los niños y adolescentes tiene derecho a que sus enfer-
acción consiste en inhibir la recaptación del neurotransmisor desde la hen- medades se traten de la manera más correcta y eficaz y eso sólo es posible
didura sináptica hacia la neurona presináptica. si se investiga. Por tanto, hay que hacer investigación farmacológica pediá-
trica, cumpliendo todos los requisitos éticos y legales.
Principios generales del tratamiento
El médico debe tener en cuenta las características personales del Grupos de fármacos
paciente, el proceso patológico que sufre, los fármacos disponibles, las A continuación se exponen, de forma resumida, las características far-
medidas complementarias y el curso clínico previsible. Antes de prescri- macocinéticas, mecanismos de acción, indicaciones, pautas de tratamiento
bir una medicación es fundamental hacer un diagnóstico correcto y, si y reacciones adversas de los principales grupos de psicofármacos. En el
esto no es posible, deben formularse las hipótesis diagnósticas más pro- Cuadro 22.12.2 se resumen las dosis, pautas de administración y prepa-
bables y especificar los síntomas diana que se pretenden tratar en ese rados de algunos psicofármacos. Para otros datos, véase el capítulo 27.14.
momento. En segundo lugar, hay que tener en cuenta las interacciones
medicamentosas del fármaco, ya que pueden aumentar la toxicidad del Estimulantes
fármaco, disminuir su eficacia o dar lugar a síntomas psiquiátricos. Son aminas simpático-miméticas de potencia variable que produ-
La elección del tratamiento se hace en función del diagnóstico, de los cen una activación de la atención y concentración y una disminución de
síntomas más graves que suponen un mayor sufrimiento para el paciente la actividad motora y de la impulsividad. Están especialmente indica-
(síntomas diana), y de aquellos que más interfieren en el desarrollo emo- dos en el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH, véase
cional, cognoscitivo y social del niño. Un aspecto muy importante es cap. 22.10). Comprenden el metilfenidato, la d-anfetamina, la l-anfeta-
explicar al paciente y a los padres lo que se espera del tratamiento para mina y la pemolina de magnesio, entre otros. El más utilizado por su efi-
que sus expectativas sean realistas. También hay que explicar las posi- cacia terapéutica y los escasos efectos adversos, es el metilfenidato de
bles reacciones adversas y las medidas que se deben tomar en caso de que acción inmediata, al que se ha incorporado en los últimos años el metil-
aparezcan. Las reacciones adversas pueden ser transitorias (somnolen- fenidato de liberación prolongada. Investigaciones recientes muestran
cia), requerir un tratamiento específico (síntomas extrapiramidales) o exi- que la atomoxetina, cuya acción es noradrenérgica, es otro fármaco efi-
gir que se suspenda medicación (cardiotoxicidad). caz en el tratamiento del TDAH.
Una vez elegido el fármaco hay que establecer la dosis y el tiempo de En el Cuadro 22.12.3 se resumen las características farmacocinéti-
administración. Muchos tratamientos son ineficaces porque la dosis es cas de la anfetamina, del metilfenidato y de la pemolina. El metilfenidato
insuficiente o no se da el tiempo necesario. Debe comenzarse por una dosis de acción inmediata (Rubifen®) se absorbe rápidamente por VO y sus
baja que se aumenta de forma paulatina hasta lograr la total remisión del efectos sobre la conducta del niño se manifiestan al cabo de 30-60 minu-
cuadro clínico o la clara mejoría del paciente. El principio por excelen- tos, y se mantienen durante 3-5 horas. La máxima concentración se
cia es dar la dosis que sea más eficaz y que tenga los menores efectos adver- adquiere a los 90-150 minutos. El metilfenidato de acción prolongada
sos. La aparición de efectos adversos y la falta de mejoría clínica reco- (Concerta®) se caracteriza por un mecanismo de liberación osmótica
mendarán suspender el tratamiento. Tanto la dosis de fármaco como el del fármaco que permite que, con una única dosis al día tomada por la
tiempo de mantenimiento deben evaluarse periódicamente. mañana, los niveles plasmáticos se mantengan estables y que el efecto
La primera razón para suspender un fármaco –aparte de los efectos terapéutico se prolongue durante 12 horas. Las anfetaminas de acción
adversos– es que no sea eficaz y, la segunda, que se haya logrado el obje- inmediata alcanzan la máxima concentración plasmática entre 1 y 3 horas
tivo terapéutico, es decir, el paciente está curado. El modo de suspensión después de la administración y su efecto se prolonga durante 5-7 horas.
depende de las características farmacocinéticas y farmacodinámicas del Los estimulantes son agonistas indirectos de los receptores dopami-
medicamento. En líneas generales, los estimulantes pueden suspenderse nérgicos y noradrenérgicos. Actúan: 1) favoreciendo la liberación de cate-
en unos días, los ansiolíticos y antidepresivos en unas semanas, y los colaminas de las vesículas presinápticas, 2) bloqueando la recaptación
antipsicóticos a lo largo de meses. En el Cuadro 22.12.1 se resumen las y 3) disminuyendo la degradación al inhibir parcialmente las enzimas
fases y pautas generales del tratamiento. MAO. Como consecuencia de estos tres efectos, se produce un aumento
Algunos padres se resisten o se oponen frontalmente al tratamiento del neurotransmisor en la sinapsis. El aumento de la liberación y de la
psicofarmacológico de los hijos pues creen que los psicofármacos pro- recaptación de la dopamina potencia la función dopaminérgica en el
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Psicofarmacología pediátrica 1947

Cuadro 22.12.2. Dosis, preparados y vías de administración

Fármaco Dosis total mg/día Pauta* Nombre comercial y preparados


Estimulantes
• Metilfenidato de acción inmediata 15-60 2,3 Rubifen® comp. 5; 10; 20 mg
• Metilfenidato de liberación prolongada 18-54 1 Concerta® caps. 18; 36; 54 mg
Antipsicóticos atípicos
• Risperidona 0,25-4 1, 2 Risperdal® comp. 1; 2; 3 mg; solución, 1 mg/mL
• Olanzapina 2,5-10 1, 2 Zyprexa® comp. 2,5; 5; 7,5; 10 mg
• Quetipina 100-600 1, 2 Seroquel® comp. 25; 10; 200 mg
• Ziprasidona 40-160 1, 2 Zeldox® comp. 20; 40; 60 mg
• Clozapina 50-400 2, 3 Leponex® comp. 25; 100 mg
Antipsicóticos típicos
• Clorpromacina 25-400 1, 2, 3 Largactil® comp. 10; 25; 100; 200 mg; gotas, 40/mL; ampollas 25/mL
• Haloperidol 0,5-10 1, 2, 3 Haloperidol® comp. 0,5 , 10 mg; gotas 2/mL
• Pimocida 1-4 1, 2, 3 Orap® comp. 1; 2 mg
Antidepresivos
• ISRS
• Fluoxetina 2,5-40 1 Prozac® comp. 20 mg; solución 20 mg/5 mL
• Sertralina 25-200 1 Besitran® comp. 50; 100 mg; solución
• Paroxetina 10-30 1 Seroxat® comp. 20 mg
• Fluvoxamina 12,5-200 2 Dumirox® comp. 50; 100 mg
• Citalopram 10-40 1 Prisdal®: comp. 20 mg
Seropram®: comp. 20 mg
Antidepresivos tricíclicos
• Imipramina 2,5-5 mg/kg/día 1, 2 Tofranil® grageas 10; 25; 50 mg; caps. 75; 150 mg
• Nortriptilina 2-3 mg/kg/día 1, 2 Martimil® comp. 10; 25 mg
• Clomipramina 2-3 mg/kg/día 1, 2 Anafranil® comp. 75 mg; grageas 10; 25 mg; ampollas 25/2 mL

*Reparto de la dosis en número de veces al día.

Cuadro 22.12.3. Características farmacocinéticas de los estimulantes en niños y Cuadro 22.12.4. Principales antipsicóticos
adolescentes
Típicos Atípicos
Anfetamina Metilfenidato Pemolina (mg)
Clorpromacina Clozapina
Absorción oral Rápida Rápida Moderada Haloperidol Risperidona
Pico plasmático 2-4 horas 1-4,4 horas 1-5 horas Flufenacina Olanzapina
Vida media 4-6 horas 2-4 horas 6-12 horas Tiotixeno Ziprasidona
Pimocida Quetiapina
Unión a proteínas 16% 15%
Metabolito activo No No No conocido
Metabolización Diversa Esterificación Conjugación tes son la ansiedad, disforia y agitación. En la mayoría de los casos los
Excreción renal 35-40%* 75%** 40-50% (4) efectos adversos son transitorios y leves. Los efectos a largo plazo sobre
Volumen distribución 3-5 L/kg 11-33 L/kg
el peso y la talla no son suficientemente significativos como para que no
se prescriba la medicación excepto en aquellos niños en los que se dé
*Sin metabolizar. **Metabolizado. alguna circunstancia particular. La existencia de tics tampoco contrain-
dica el tratamiento con estimulantes aunque, si el niño empeora, se deberá
suspender. Las interacciones medicamentosas de los estimulantes son,
estriado y, de forma indirecta, en la corteza cerebral. La eficacia terapéu- en general, leves. Los antihistamínicos pueden disminuir su efecto, mien-
tica de los estimulantes se debe, no sólo a su acción sobre los receptores tras que la efedrina y los antiasmáticos lo aumentan. La asociación con
noradrenérgicos y dopaminérgicos, sino también a su acción indirecta a inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) está totalmente contrain-
través de otros sistemas de neurotransmisión mediante fenómenos de esti- dicada.
mulación e inhibición catecolaminérgica y de otros mecanismos media-
dos por la adrenalina. No hay que olvidar que los sistemas de neurotrans- Antipsicóticos
misión no son independientes, sino que se relacionan y modulan entre sí. De acuerdo con su estructura química los antipsicóticos se clasifican
en fenotiacinas y butirofenonas y todos ellos –excepto la clozapina– actúan
Indicaciones. Los fármacos de elección en el trastorno de déficit de como potentes antagonistas de los receptores dopaminérgicos D2. Desde
atención e hiperactividad (TDAH) y su utilización en los años 1930 puede el punto de vista clínico se dividen en sedantes e incisivos según predo-
considerarse el punto de partida de la psicofarmacología pediátrica (véase mine una u otra acción. Son sedantes las fenotiacinas alifáticas y piperi-
cap. 22.10). La eficacia del metilfenidato en el TDAH está ampliamente dínicas, e incisivos las fenotiacinas piperizínicas y las butirofenonas.
demostrada. Se recomienda no superar la dosis de 1,5 mg/kg/día. Con En líneas generales los antipsicóticos sedantes están indicados en pacien-
el metilfenidato de acción prolongada basta con una dosis por la mañana. tes agitados y los efectos adversos son de tipo vegetativo. Los incisivos
se recomiendan en pacientes inhibidos y predominan los efectos extrapi-
Efectos adversos. Los más frecuentes son: insomnio de conciliación, ramidales. También hay antipsicóticos de acción polivalente. A partir de
disminución del apetito, irritabilidad, aumento discreto de la frecuencia la introducción de nuevos compuestos en los últimos años, los antipsicó-
cardiaca en reposo y muy leve de la tensión arterial diastólica, efecto ticos se clasifican en típicos y atípicos. En el Cuadro 22.12.4 se enume-
rebote, cefaleas, mareos y molestias gastrointestinales. Menos frecuen- ran los principales antipsicóticos.
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1948 Trastornos psicológicos

La mayoría de los antipsicóticos se administran por VO o parenteral. Cuadro 22.12.5. Reacciones adversas de los antipsicóticos
Las fenotiazinas se absorben rápidamente, atraviesan la barrera hema-
Bloqueo de receptores Efecto clínico probable
toencefálica y alcanzan en el cerebro concentraciones superiores a las
plasmáticas dado su carácter lipofílico. La biotransformación ocurre fun- Muscarínicos Visión borrosa
damentalmente en el hígado, se eliminan en parte por la bilis y se excre- Sequedad de boca
tan por la orina. El máximo efecto tras la administración oral se pro- Taquicardia sinusal
duce a las 2-4 horas. La administración intramuscular de los derivados Estreñimiento
fenotiazínicos se sigue de un efecto rápido a los 15-20 minutos que es Retención urinaria
Trastornos de la memoria
máximo a los 30-60 minutos. Tienen una elevada afinidad por las prote- Sedación
ínas plasmáticas a las cuales se unen en un 85-90%. La vida media de eli-
minación oscila entre 18 y 40 horas dependiendo de factores genéticos, Histamínicos H Sedación
de la edad del paciente y de la administración conjunta con otros fárma- Somnolencia
cos que también se metabolicen en el hígado. Uno de los problemas que Aumento del apetito
Aumento de peso
plantea el tratamiento con antipsicóticos en la práctica clínica es la falta
Hipotensión
de correspondencia entre los niveles plasmáticos y el efecto antipsicó-
tico, lo que impide alcanzar la dosis eficaz de fármaco teniendo como Adrenérgicos α1 Hipotensión postural, mareo
punto de referencia un dato objetivo de laboratorio. Esto se debe a la gran Taquicardia refleja
cantidad de metabolitos activos que tienen muchos de estos fármacos. Sedación
Por tanto, el ajuste de dosis tiene que basarse en la respuesta clínica del Adrenérgicos α2 Bloqueo del efecto hipotensor de la clonidina y
paciente. α-metildopa
Los antipsicóticos son antagonistas de los receptores dopaminérgi-
D2 del sistema nigroestriado Síntomas extrapiramidales
cos D2, de tal forma que el grado de afinidad in vitro que tienen por estos
receptores se corresponde con su potencia terapéutica in vivo. Esta corres- D2 del sistema túbero-infundibular Hipersecreción de prolactina
pondencia entre afinidad y potencia clínica no se observa con otros tipos
de receptores. Además de ser antagonistas D2, la acción antipsicótica tam-
bién se ejerce por otros mecanismos, lo que explicaría que la clozapina
sea un potente antipsicótico teniendo una acción antagonista D2 muy débil. tura química similar. Los otros antidepresivos tienen diferentes mecanis-
Es muy probable que otros receptores dopaminérgicos, D1, D3, D4, así mos de acción e incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de
como receptores serotoninérgicos, también participen en el mecanismo serotonina (ISRS) y los inhibidores selectivos de la recaptación de nor-
de acción antipsicótica. adrenalina, entre otros. Por último, los IMAO actúan inhibiendo la mono-
aminooxidasa de forma reversible o irreversible; su empleo en los niños
Indicaciones. Las fundamentales en pediatría son la esquizofrenia, y adolescentes es muy limitado por el tipo de efectos adversos. En este
el autismo, el trastorno de tics o síndrome de Gilles de la Tourette, el tras- capítulo se abordan los tricíclicos y, brevemente, los ISRS.
torno bipolar y los trastornos de conducta. Los antipsicóticos mejoran los
síntomas positivos y negativos de la esquizofrenia, disminuyen la inquie- Antidepresivos tricíclicos. Se administran por VO, se absorben rápi-
tud y agitación, mejoran el insomnio y los tics y aminoran los trastor- damente en el tracto gastrointestinal y se metabolizan en el hígado bien
nos del comportamiento, especialmente la agresividad e impulsividad. por demitilación que da lugar a metabolitos activos (desipramina, nor-
En el autismo infantil reducen la inquietud, la ansiedad, las estereoti- triptilina), por hidroxilación dando lugar a compuestos parcialmente acti-
pias y los trastornos del sueño, con una mejor calidad de vida para el vos, o por conjugación con el ácido glucurónico dando lugar a compues-
paciente y para la familia. El haloperidol y la pimozida están especial- tos inactivos. Los tricíclicos son altamente lipofílicos y tienen gran afinidad
mente indicados en los trastornos de tics. por las proteínas plasmáticas. Su metabolismo depende en gran medida
Respecto a los antipsicóticos atípicos, aún hay pocos estudios en los de factores individuales de tipo genético y dependientes de la edad. Se
niños. La clozapina está indicada en la esquizofrenia resistente y se debe calcula que aproximadamente el 5% de la población son metabolizado-
prestar especial atención al efecto adverso de la agranulocitosis mediante res lentos. Actúan inhibiendo la recaptación de noradrenalina y de sero-
controles sanguíneos. Se han descrito tasas de mejoría del 56% de este tonina desde la sinapsis hacia la neurona presináptica. Un potente inhi-
grupo de pacientes. La risperidona es eficaz en el tratamiento de los bidor de la noradrenalina es, por ejemplo, la desipramina, metabolito de
síntomas psicóticos, el autismo, los tics y los trastornos del comporta- la imipramina, y un potente inhibidor de la serotonina es la clomipramina.
miento. Los efectos adversos más destacados son el aumento de peso y
de la prolactina. La olanzapina es eficaz en el tratamiento de los sínto- Indicaciones. Los antidepresivos tricíclicos están indicados en el tra-
mas psicóticos, los trastornos de conducta y el trastorno bipolar, y se carac- tamiento de la depresión, la ansiedad de separación, el trastorno de estrés
teriza por el aumento de peso como efecto adverso. En cuanto a la zipra- postraumáticos, la enuresis, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), y
sidona, los estudios en niños indican que es eficaz en el tratamiento de el TDAH cuando no responde a los estimulantes o hay tics asociados que
los tics cuando se compara con placebo. empeoran con los estimulantes. La eficacia de los antidepresivos tricícli-
Para dosis de antipsicóticos, véase el capítulo 27.14. cos en la depresión de los niños y adolescentes no tiene la consistencia
Los efectos adversos más frecuentes de los antipsicóticos típicos son observada en los adultos (véase cap. 22.5). La eficacia terapéutica oscila
los síntomas extrapiramidales: reacciones distónicas, rigidez y acatisia entre el 50 y el 80%, siendo muy importante ajustar la dosis y el tiempo
(sobre todo con los antipsicóticos de alta potencia) y los síntomas anti- de administración. La clomipramina es eficaz en el TOC. Una vez esta-
colinérgicos, como sequedad de boca, visión borrosa y estreñimiento. La blecido el diagnóstico y antes de comenzar el tratamiento, debe hacerse
tioridazina ha sido retirada del mercado por prolongar el tiempo de con- la exploración física del paciente y determinar el pulso, tensión arterial,
ducción cardiaca, lo que también sucede con la pimocida y otros antipsi- peso, talla, sistemática de sangre, función hepática y ECG. La elección
cóticos, recomendándose realizar controles del ECG antes y durante el del fármaco se hace en función de las características del paciente, res-
tratamiento. En el Cuadro 22.12.5 se resumen los efectos adversos y su puesta a tratamientos previos, eficacia en otros familiares y experiencia
probable mecanismo. del médico.
La dosis de antidepresivos tricíclicos es de 2,5 mg/kg/día a 5
Antidepresivos mg/kg/día, comenzando por una inferior de 0,5-1 mg/kg/día, que se va
Comprenden un grupo heterogéneo de fármacos eficaces en el tra- aumentando de forma paulatina en función de la respuesta terapéutica y
tamiento de la depresión y de otros trastornos psiquiátricos. Se clasifican de los efectos adversos. Si, transcurridas 4-6 semanas, no hay mejoría,
en antidepresivos tricíclicos, otros antidepresivos e inhibidores de la mono- quiere decir que el fármaco no es eficaz. La dosis total se reparte en dos
aminooxidasa (IMAO). Los tricíclicos se caracterizan por tener una estruc- tomas al día. Como pauta general, el tratamiento con imipramina se
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Retraso mental 1949

comienza con una dosis de 10-25 mg/día, que se aumenta cada 5 días REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
hasta los 100-150 mg/día. Con la nortriptilina se empieza con 10 mg/día - Davanzo PA, McCracken JT. Mood stabilizers in the treatment of juvenile bipolar disor-
y se aumenta cada 5 días hasta los 50-75 mg/día, y la clomipramina se der. Advances and controversies. Child Adolesc Psychiatr Clin North Am 2000; 9: 159-82.
comienza con 25 mg/día y se aumenta hasta 100 mg/día en los niños - Faraone SV, Biederman J, Spencer T et al. Attention-deficit/hyperactivity disorder in
pequeños y 150 mg/día en los mayores, pudiendo llegar a los 200 mg/día adults: An overview. Biol Psychiatry 2000; 48: 9-20.
en el trastorno obsesivo en los adolescentes. - Fejerman N, Grañana N. Esquemas para el manejo neuropsicofarmacológico. En: Fejer-
Los efectos adversos más frecuentes son sedación, sequedad de boca, man N, Fernández Álvarez E, eds. Neurología pediátrica. 3ª ed. Buenos Aires: Editorial
mareo, sudoración, temblor y agitación, pero los más importantes son los Médica Panamericana, 2007. p. 809-20.
efectos cariovasculares: taquicardia, arritmias, prolongación de los inter- - Findling RL, McNamara NK, Branicky LA et al. A double-blind pilot study of risperi-
valos PR, QRS y QT, y bloqueos y, el más grave de todos, la muerte súbita. done in the treatment of conduct disorder. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 2000;
Están contraindicados en casos de hipersensibilidad, alteraciones de la 39: 509-16.
conducción cardiaca y embarazo. - Frazier JA, Biederman J, Tohen M et al. A prospective open-label treatment trial of olan-
zapine monotherapy in children and adolescents with bipolar disorder. J Child Adolesc
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Los Psychopharmacol 2001; 11: 239-50.
ISRS comprenden la fluoxetina, paroxetina, sertralina, fluvoxamina y - Greenhill LI, Vitiello B, Fisher P et al. Comparison of increasingly detailed elicitation
citalopram. En los niños empezaron a utilizarse en la década de los 1980 methods for the assessment of adverse events in pediatric psychopharmacology. J Child
y, en España, la sertralina está específicamente aprobada para el trata- Adolesc Psychopharmacol 2004; 12: 1488-96.
miento del TOC en niños y adolescentes. La gran ventaja de este grupo - Lee M, Walkup JT. Neuropsychopharmacology. En: Swaiman KF, Ashwal S, Ferriero
de fármacos es la facilidad de administración mediante una dosis al día DM, eds. Pediatric Neurology. Principles & Practice. 4ª ed. Filadelfia: Mosby Else-
y la ausencia de efectos cardiotóxicos. No obstante, ha surgido la polé- vier, 2006. p. 937-78.
mica del posible aumento de las ideas de suicidio en las primeras fases - Mardomingo MJ. Psicofarmacología pediátrica. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. 9ª ed.
del tratamiento de la depresión en niños y adolescentes. Los ISRS tienen Madrid: Ergon, 2006. p. 1773-7 (con más citas bibliográficas de años previos).
una vida media larga que permite su administración en una única dosis - Mardomingo MJ. Tratamientos con psicofármacos. Lo visible y lo invisible. En: Mar-
excepto en el caso de la fluvoxamina, que la tiene más corta y se reco- domingo MJ. Psiquiatría para padres y educadores. Ciencia y arte. 2ª ed. ampliada.
mienda repartirla en dos dosis. El mecanismo de acción consiste en inhi- Madrid: Editorial Narcea, 2003. p. 195-212.
bir de forma selectiva la recaptación de la serotonina con aumento de la - Martin A, Scahill L, Charney DS, Leckman JF, eds. Pediatric Psychopharmacology.
cantidad de serotonina en la hendidura sináptica. Oxford: Oxford University Press, 2003.
- Michelson D, Allen AJ, Busner J et al. Once-daily atomoxetine treatment for children
Otros psicofármacos. Hay que mencionar todavía los agentes alfa- and adolescents with attention deficit hyperactivity disorder: a randomized, placebo-con-
adrenérgicos, como la clonidina y la guanfazina, y los estabilizadores del trolled study: Am J Psychiatry 2002; 159: 1896-901.
ánimo. Estos últimos mejoran las oscilaciones del humor del paciente, - Salazar M, Peralta C, Pastor J. Tratado de psicofarmacología. Bases y aplicación clínica.
estando indicados en el trastorno bipolar, que se caracteriza precisamente Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana, 2005.
por la alternancia de fases de depresión con otras de manía o exalta- - Wilens T, Pelham W, Stein M et al. ADHD treatment with once-daily OROS methylphe-
ción. Los principales estabilizadores son: el litio, valproato, carbamace- nidate: interim 12-months results from a long term open-label study J Am Acad Child
pina, lamotrigina, gabapentina y topiramato. Adolesc Psychiatry 2003; 42: 424-33.

ciente en sus capacidades, lo que suele significar, aparte cierto eufemismo,


22.13 Retraso mental un trastorno menos grave. No obstante, el RM debe incluir tanto una inte-
ligencia deficiente como una incapacidad para aprender. El conjunto de
M. Cruz-Hernández, D. Cruz-Martínez procesos cognitivos comprende la incorporación de nueva información
(aprendizaje), el almacenamiento de los mismos (memoria) y, finalmente,
su aplicación para resolver problemas. La inteligencia es la habilidad para
aprender y comprender las experiencias y resolver los problemas de forma
eficiente y adecuada. Desarrollo cognitivo es el proceso de adquisición
y utilización de nuevos conceptos para ir ampliando la información del
mundo circundante. En síntesis, existe un retraso, evidente y mesura-
El término de oligofrenia fue desplazado en los últimos años por ble, que aparece en la edad pediátrica (antes de los 18 años de edad) y
los de retraso mental (RM), subnormalidad mental, deficiencia mental que trastorna la conducta adaptativa.
y discapacidad psíquica. El más apropiado sería el de déficit o retraso El RM, según el DSM-IV, se sujeta a los siguientes criterios diagnós-
intelectual, posible de objetivar mediante pruebas adecuadas. Aquí se ticos: A) Disminución significativa de las funciones intelectuales. CI de
adopta el término de RM por ser el más difundido internacionalmente 70 o menos, según una prueba correctamente valorada y apropiada a la
(mental retardation). El interés actual para el pediatra general está cen- edad. B) Deficiencias o dificultades asociadas en las funciones adapta-
trado en primer lugar en la detección de los grupos de riesgo; en segundo tivas, considerando la edad y el medio sociocultural, al menos en dos
lugar, en el diagnóstico precoz individual de los retrasos de este tipo, que áreas, comunicación, convivencia en el hogar, autocuidado, relaciones
es una de las finalidades de la moderna pediatría, que ofrece orientacio- sociales e interpersonales, utilización de los recursos comunitarios, pro-
nes para un tratamiento precoz de las posibles anomalías; en tercer lugar, greso adecuado en la escuela, trabajo, diversión, salud y seguridad. C)
en el estudio de las causas biológicas u orgánicas del RM, con la impor- Aparición antes de los 18 años. En muchos estudios es situado el prome-
tancia de los factores perinatales, genéticos y metabólicos. dio estadístico del cociente intelectual (CI) entre 90 y 110. Por encima
están los “mejores que el promedio” (110-119), “superiores” (120-129)
DEFINICIÓN y muy superiores, superdotados o genios (más de 130 o más de 140 para
algunos). Por debajo del 90 están los “inferiores al promedio” (80-89),
Puede sintetizarse como “una pérdida de potencial cognitivo con evi- los “límites o borderline” (70-79) y, finalmente, los “deficientes” (menos
dente incapacidad para adoptar soluciones eficientes a los problemas”. de 70). Por tanto, se considera que existe un RM cuando la puntuación
En realidad RM alude a que el problema ocurre en el periodo de desarro- alcanzada en los tests (véase diagnóstico) está al menos dos desviaciones
llo, de modo que el niño está más retrasado en las adquisiciones que defi- estándar por debajo de la media. Es decir, un CI inferior a 70.
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1950 Trastornos psicológicos

CLASIFICACIÓN de beta-lipoproteína y alfa-lipoproteína. Son conocidos los efectos de la


patología de los carbohidratos sobre el SNC. Ejemplos son la galacto-
Las clasificaciones de mayor interés son: A) la etiológica, útil para semia, glucogenosis, todos los trastornos acompañados de hipoglucemia
prevenir y tratar precozmente algunos casos concretos, pero insuficiente y, junto con ellos, las mucopolisacaridosis. Algunas endocrinopatías gené-
para el pronóstico e indicación psicopedagógica, porque la misma causa ticas pueden conllevar deficiencia mental, como ocurre con algunos tras-
puede dar lugar a cuadros diferentes; y B) la psicométrica y la psicope- tornos de la hormonogénesis tiroidea y de las paratiroides. En los síndro-
dagógica, basada en los niveles de inteligencia, valorados con pruebas mes polimalformativos ha sido puesta de manifiesto la determinación
psicométricas y en lo que cabe conseguir de estos niños con los métodos genética (véase cap. 3.8) y en algunos una cromosomopatía. Es suficiente
psicopedagógicos disponibles. Además del nivel intelectual, hay que valo- mencionar los síndromes de Prader-Willi, Cornelia De Lange, Rubistein-
rar las habilidades y deficiencias de las persona en las diversas áreas adap- Taybi, Cockayne, Silver-Russell, Smith-Lemli-Opitz o anemia aplástica
tativas. Permite agruparlos, según las aptitudes, con un posible mejor de Fanconi. Igual carácter hereditario puede ser detectado en las facoma-
aprovechamiento de las enseñanzas escolares y profesionales. El Mental tosis y en algunas malformaciones aisladas del SNC. Deben destacarse
Health Act aconsejó suprimir los términos de idiocia, imbecilidad y debi- las cromosomopatías. Han perdido importancia relativa los síndromes
lidad mental (correspondientes a oligofrenias de tercero, segundo y pri- autosómicos específicos, aunque la trisomía 21 (síndrome de Down) es
mer grado, respectivamente), considerando suficientes en la práctica dos todavía la causa más frecuente de deficiencia mental grave. De las tri-
clases: a) subnormalidad grave con CI inferior a 40, donde el paciente somías 13 y 18 se conocen actualmente formas atenuadas o parciales,
será incapaz de conseguir independencia social, y b) subnormalidad siendo el fenotipo menos característico. Igual se puede decir del síndrome
con CI superior a 40, en la cual el niño es susceptible de tratamiento. La de Lejeune o deleción del brazo corto del par 5. Entre los síndromes gono-
Asociación Americana para la Deficiencia Mental (Grossman, 1983) pro- sómicos con fenotipo femenino hay que destacar el cuadro triple X y algu-
puso 5 grupos: limítrofes o borderline (CI 70-85), leves (CI 55-70), mode- nos casos, pero rara vez, de síndrome de Turner. Con fenotipo masculino
rados (CI 40-55), graves (CI 25-40) y profundos o gravísimos (CI menor destacan el síndrome de Klinefelter, síndrome XXXY y cromosoma X
de 20-25). frágil.
La clasificación más aceptada según el DSM-IV revisado es: RM leve: Las embriopatías y fetopatías conservan su interés como causa de
CI 50-55 a 70; moderado CI 35-40 a 50-55; grave CI 20-25 a 35-40; pro- lesión del SNC y, por tanto, de deficiencia mental. El lugar dejado por la
fundo CI menor de 20-25. Los leves corresponden a los “educables” de rubéola congénita y la sífilis puede ser ocupado por nuevas infecciones,
otras clasificaciones. Educable significa la posibilidad de adquirir cono- como el sida pediátrico de transmisión vertical, aunque la afectación
cimientos escolares con una enseñanza o educación especial. Algunos del SNC no parece congénita sino posterior. Infecciones prenatales por
factores pueden modificar a veces este esquema general: por una parte la citomegalia, herpes, listeriosis y toxoplasmosis no deben ser olvidadas.
inestabilidad del CI, mala aplicación de la prueba y errores; y, por otra, En algunas ocasiones, las embriofetopatías pueden ser de origen tóxico
los trastornos o deficiencias sobreañadidos (motores, sensoriales), así por plomo, mercurio, alcohol, drogas. También por trastornos endocrino-
como el ambiente familiar desfavorable, inadecuada actuación psicope- metabólicos, en especial la diabetes materna, las afecciones del tiroides,
dagógica y ausencia de tratamiento. Por ello, en cada caso debe hacerse la carencia de hierro y trastornos nutricionales diversos.
una descripción detallada, agregando al CI, el perfil psicométrico, rasgos Las causas perinatales y neonatales han perdido alguna importancia,
de personalidad y conducta, funciones motoras y psicomotrices y posi- como ocurre con el síndrome de sufrimiento cerebral neonatal o la ence-
bles factores biológicos, socioculturales o familiares. falopatía hipóxico-isquémica, hiperbilirrubinemia, hemorragia intracra-
neal, traumatismos obstétricos o enfriamiento. Los progresos en este grupo
ETIOLOGÍA han sido evidentes pero no pueden ser olvidadas estas causas, ya que el
lugar dejado por las citadas ha sido ocupado por el RN pretérmino y de
Se constata un predominio de varones de 2:1 en el retraso mental leve, bajo peso.
acentuándose la diferencia hasta 5: 1 en el grupo grave, debido ante todo Factores post-natales precoces conducen a RM, como las encefalo-
al RM relacionado con el cromosoma X, en especial el síndrome de cro- patías epilépticas (síndrome de West), acidosis y otros trastornos meta-
mosoma X frágil. Se ha estimado que hasta un 3% de la población puede bólicos, endocrinopatías mal tratadas como el hipotiroidismo e infeccio-
tener RM pero, posiblemente la cifra es más alta de la real, al tener dis- nes diversas; síndromes de hipoxia consecutivos a neumopatías,
tintos supuestos diagnósticos. Para el pediatra es útil una primera dis- aspiraciones o cardiopatías; intoxicaciones por mercurio, plomo o monó-
tinción, según se trate de un RM con etiología orgánica o no. Igualmente xido de carbono; traumatismos craneoencefálicos y el síndrome de caren-
dado que son muchos los factores etiológicos, interesa recordar los más cia afectiva. A nivel epidemiológico puede tener trascendencia la malnu-
frecuentes. Dejando aparte el retraso de causa desconocida, que viene a trición energético-proteica.
ocurrir en un quinta parte de los casos, destacan las cromosomopatías Acerca de la influencia de los factores psicológicos ambientales (socio-
alrededor del 20% y las enfermedades genéticas, que representan otro culturales y familiares), parece bien establecido que existe una correla-
20%. Le siguen las malformaciones cerebrales, enfermedades degenera- ción positiva entre las categorías socioprofesionales y los CI medios de
tivas y metabolopatías, que serían otro 20%. El resto se reparte casi a par- los niños procedentes de ellas, encontrándose más RM en las clases más
tes iguales entre infecciones congénitas, patología perinatal, trastornos inferiores. El CI medio es menor en el ambiente rural que en el urbano
postnatales y retraso mental familiar. y está más dudosamente en razón inversa del número de hermanos, con
Un análisis detallado del párrafo anterior encuentra que existen varios incidencia algo mayor de deficientes mentales en las familias numerosas,
centenares de formas etiológicas. Sin embargo, en muchas ocasiones es aunque en la experiencia personal predominan más en hijos únicos, ya
difícil llegar a conocer la etiología específica, sobre todo en los niños que algunas causas prenatales van ligadas a la hipofertilidad voluntaria o
menos afectados. Pero la mayoría de las veces se puede relacionar con involuntaria. Se añade como aportación reciente la mayor afectación en
factores prenatales, perinatales y postnatales. Este enfoque etiológico con- niños nacidos de fertilización asistida, en la que se tiene muy en cuenta
lleva la doble ventaja de una actuación profiláctica y terapéutica pre- el factor genético pero se olvida la participación epigenética. La inteli-
coz, que sería la solución ideal del problema planteado por la subnorma- gencia está determinada por factores genéticos y ambientales, es decir,
lidad. Entre las causas de deficiencia mental orgánica hay que evocar que es multifactorial y es difícil valorar hasta qué punto influye el ambiente
en primer lugar las genopatías. En unos casos se tratará de anomalías en esa determinación y cuál es la responsabilidad de los factores genéti-
congénitas del metabolismo. A su vez dentro de éstas hay que pensar en cos. De hecho, todavía no se ha identificado el gen responsable del “genio”,
aminoacidopatías, como fenilcetonuria, homocistinuria, leucinosis, his- ni el gen responsable de la “locura”, y las objeciones que surgen a ese
tidinemia, hiperglicinemia, hipermetioninemia, triptofanuria, o síndrome mecanismo posiblemente deriven en parte de las distintas propiedades
de Lowe. Junto a las anteriores deben destacarse las lipidopatías conna- y funciones que componen la inteligencia y que no pueden ser valoradas
tales y a la cabeza de ellas las variantes nerviosas de las enfermedades de por una simple prueba que mida el CI. El principal núcleo del problema
Gaucher y Niemann-Pick. Pueden ser también leucodistrofias metacro- radica en las implicaciones sociales: la eficacia profiláctica y terapéutica,
máticas, gangliosidosis, lipoidosis o trastornos debidos a las deficiencias dependerá del grado en que el RM esté sujeto a factores genéticos poco
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Retraso mental 1951

modificables o a los ambientales, sobre los que cabe más posibilidad de Datos generales en la anamnesis. Dejando aparte los familiares y
influir. Para este grupo es preferible hablar de RM poligénico, equiva- ambientales, son importantes las anomalías durante la gestación, el parto
lente en la práctica a RM socio-cultural. y el nacimiento. Después los problemas de alimentación, datos de cre-
cimiento y desarrollo o tolerancia a las vacunas. Se puede destacar la apa-
CLÍNICA rición de convulsiones. Estado convulsivo en el periodo perinatal puede
orientar hacia una deficiencia mental por síndrome hipóxico-isquémico,
Deben considerarse los aspectos que dependen del déficit intelectual, hipoglucemia, hiperamoniemia, enfermedad de orina de jarabe de arce o
los signos físicos y morfológicos asociados y las manifestaciones deriva- acidosis (arginosuccínica, isovalérica, láctica, metilmalónica, propiónica).
das de la personalidad, conducta y trastornos psicopatológicos. Las convulsiones de aparición más tardía pueden ser propias de otras
metabolopatías como glucogenosis, fenilcetonuria, citrulinemia, hiper-
Síntomas de déficit intelectual. En el RN lo que más llama la aten- betaalaminemia, hiperlisinemia, hiperornitinemia, lipoidosis o enferme-
ción es un posible síndrome dismórfico; en los 4 primeros meses de vida dad de Menkes. Puede tratarse además de encefalopatías epilépticas, en-
una posible alteración de la visión y oído y, sobre todo, la falta de inter- cefalomiopatía mitocondrial, la distrofia neuroaxonal y las secuelas de
acción con la madre y familiares; entre los 6-18 meses resalta el retraso los trastornos perinatales. En ocasiones llama la atención un síndrome
psicomotor; entre 2 y 3 años, la pobreza o inexistencia del lenguaje; emetizante: los vómitos repetidos son propios de los síndromes de hiper-
entre 3-5 años, las dificultades en la motricidad fina (dibujo), retraso tensión intracraneal y algunas metabolopatías: leucinosis intermitente,
del lenguaje y problemas de conducta; a partir de los 6 años, o sea en hiperglicinemia, hiperlisinemia, hipervalinemia, todos los tipos de hipe-
la edad escolar, destacan el retraso en las tareas propias de la escuela, ramoniemia e hiperacidosis láctica.
déficit de atención, cambios de humor y signos de ansiedad. El cua-
dro es muy variable: desde un estado de vida vegetativa con la persis- Inspección general. En raras ocasiones se apreciará en ese momento
tencia de reflejos primarios y otras alteraciones neurológicas, en los el olor típico que desprende el enfermo, por ejemplo, el olor a ratones de
casos más graves, hasta los niños afectos de retraso escolar, sin que la fenilcetonuria, el olor de pies sudados de la acidemia isovalérica, el
hayan llamado la atención en ningún otro aspecto. En casi todos los olor a jarabe de arce o miel de caña en leucinosis y el olor a malta o cer-
casos hay un retraso psicomotor o de las adquisiciones del niño en la veza en el síndrome de malabsorción de la metionina. Más frecuente es
primera infancia (mantener la cabeza, quedarse sentado, deambulación el hallazgo de trastornos del crecimiento. Predomina la talla baja, como
y locución). También suele existir retraso en el control de esfínteres y ocurre en el síndrome de Prader-Willi, en el hipotiroidismo, en el hipo-
realizaciones prácticas, tales como autoalimentarse, vestirse y ase- crecimiento psicosocial, en el leprechaunismo, en las mucolipidosis y
arse. Otros datos hacen referencia a dificultades en los juegos: en el uso mucopolisacaridosis, lo mismo que en los de Cockayne, Cornelia de Lange,
de los juguetes, no saben jugar solos, mayor o menor torpeza en la coor- Rubistein-Taybi y Seckel. El hipercrecimiento es propio del síndrome de
dinación dinámica general (grandes movimientos) y en la manipulación Klinefelter, lo mismo que en la homocistinuria algunos cuadros malfor-
fina; no entienden las reglas de los juegos más elementales y no com- mativos como aranodactilia y el gigantismo cerebral. Se prestará aten-
prenden bien las órdenes. En definitiva, el comportamiento general es ción a posibles alteraciones cutáneas: las facomatosis pueden ir acompa-
como el de un niño de menor edad. En todos los casos existe una mayor ñadas de deficiencia mental. Por ello, las conocidas manchas color café
o menor dificultad para la adquisición del lenguaje. Aparte las dificul- con leche pondrán en la pista de una neurofibromatosis o de otros tras-
tades práxicas o articulatorias, el niño tarda en percibir el significado tornos, sin olvidar los nevus acrómicos de la esclerosis tuberosa y las
diferencial de la voz humana, con la consiguiente falta de interés por telangiectasias de la ataxia-telangiectasia y de la enfermedad de Bloom.
estos sonidos y de la necesaria motivación para repetirlos por imitación. La hipertricosis puede alertar sobre el hipotiroidismo, el enrojecimiento
A veces el grado de afectación del lenguaje no se corresponde con el CI malar de la homocistinuria, el eccema puede aparecer en la fenilcetonu-
por la interferencia de factores genéticos, ambientales o por la natura- ria, la fotosensibilidad en la mala absorción del triptófano, la sinofridia
leza de la lesión cerebral. En términos generales, en el retraso profundo en el síndrome de Cornelia de Lange, el xeroderma pigmentoso en el sín-
no se llega a adquirir el lenguaje. En los graves es rudimentario. En los drome de Sanctis y la hiperqueratosis palmar y plantar en los síndromes
moderados, es simple y defectuoso. En los leves a veces es aparente- de Werner y Shäfer.
mente normal y pasa inadvertido el retraso, lo mismo que los grados La inspección puede poner de manifiesto conducta motora anormal
mínimos de alteración motora. propia de la parálisis cerebral espástica o discinética. Ejemplo de ence-
falopatía con coreoatetosis es la hiperuricemia (Lesch-Nyhan). La ataxia,
Ojeada previa. En muchos casos, sólo con ver la cara, la forma de además del cuadro de ataxia-telangiectasia, puede verse en el síndrome
moverse, manipular y hablar, se puede sospechar la anormalidad. En otros, de Cockayne, enfermedad de Hartnup, hiperamoniemia, leucodistrofia,
el aspecto del niño es normal, incluso puede confundir a primera vista, si Marinesco-Sjögren y triptofanuria.
se trata de un niño parlanchín y “vivaracho”, o bien posee una conside-
rable cantidad de conocimientos memorísticos. En general, cuanto menor Anomalías de la cara y cráneo. Serán anotadas con especial interés
es el CI más llamativo es su aspecto. Muchas enfermedades con déficit ante la sospecha de RM. En ocasiones puede encontrarse una facies pecu-
intelectual presentan signos, que facilitan el diagnóstico etiológico o sin- liar, como ocurre en cromosomopatías (Down, Lejeune, Turner y cromo-
drómico. Cuando hay malformaciones, que no pueden incluirse en nin- soma X frágil) y síndromes diversos (Albright, Apert, Cornelia de Lange,
gún cuadro conocido, al menos orientan sobre el origen prenatal de la Gilford, Laurence-Moon, Prader-Willi, Robinow, Rubistein-Taybi, Sec-
subnormalidad. Estos síntomas son variados y numerosos y deben estu- kel, Sotos, Williams). La presencia de macrocefalia debe obligar a des-
diarse en los capítulos correspondientes. Destacan los trastornos neuro- cartar un hematoma subdural (el origen puede estar en el maltrato), hidro-
lógicos. Interesan no sólo los síntomas mayores o evidentes como todos cefalia, megaencefalia (a veces familiar) y mucopolisacaridosis entre otros
los de la parálisis cerebral infantil, sino también los signos neurológi- procesos. A veces hay alteraciones del cabello. Un cabello rubio puede
cos mínimos o blandos (soft signs). Se observará, por ejemplo: dificultad formar parte del síndrome de fenilcetonuria; mechones blancos pueden
para discriminar el lado derecho del izquierdo (“toca con la mano izquierda existir en la esclerosis tuberosa; aspecto canoso precoz en la ataxia telan-
el oído derecho”); incapacidad de realizar movimientos de supinación y giectasia; friable y nudoso en la enfermedad de Menkes; fino y escaso en
pronación en la muñeca, con las manos juntas por las palmas; imposibi- la homocistinuria y, finalmente, una alopecia marcada puede poner en la
lidad en el niño mayor de 6 años de recordar cuatro números; o de copiar pista de acidosis congénita.
sencillos dibujos (un redondel para los tres años de edad, una cruz a los
tres y medio años, un triángulo a los cinco o seis y un rombo a los siete); Examen clínico. A nivel del tórax puede descubrirse un soplo carac-
aparición de movimientos coreiformes cuando permanece con las manos terístico de cardiopatía frente a varios síndromes con retraso mental. La
extendidas; en un niño de seis años o más, dificultad para saltar o andar exploración abdominal puede mostrar hepatoesplenomegalia (acidurias
a “pata coja”; problemas para conseguir golpear rápidamente un dedo (el congénitas, galactosemia, glucogenosis, lipoidosis, mucopolisacaridosis).
dedo medio de la mano derecha) sobre la otra mano. En la exploración del aparato locomotor destaca la semiología de la mano:
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1952 Trastornos psicológicos

pulgar grueso del síndrome de Rubistein-Taybi, surco de los cuatro dedos segunda fase se produce un deterioro neuropsíquico rápido durante un
y clinodactilia (Down), hipoplasia (síndrome de Fanconi), mano en garra periodo de uno a cuatro años con grave afectación del estado mental, sín-
(mucopolisacaridosis), mano corta (hipotiroidismo, pseudohipoparatiroi- drome regresivo evidente, hasta llegar al RM grave; aparición de este-
dismo), acromicria (Prader-Willi), polidactilia (Ellis-Van-Creveld). Se reotipias y manifestaciones autísticas; pérdida de la habilidad y uso fino
prestará atención igualmente al examen de los genitales. Ejemplo de RM de las manos, conservando la motilidad más gruesa; apraxia, temblor y
con hipogenitalismo son los síndromes de Aarskog, Klinefelter, Laurence- ataxia; afectación del estado general; microcefalia, posibles síntomas res-
Moon, Meckel-Gruber, Noonan, Prader-Willi, Rothmund-Thomson, Rubis- piratorios (hiperventilación, apneas, cianosis, respiración irregular) y car-
tein-Taybi, Sanctis, Seckel y Opitz. También puede aparecer hipergeni- diacos con disritmia y posible muerte súbita. La tercera fase es de tipo
talismo, como la macrorquia en el síndrome del cromosoma X frágil y estacionario y comprende por término medio de los cuatro a los seis años
las encefalopatías acompañadas de pubertad precoz. de edad, con relativa estabilidad de la sintomatología citada, agregando
convulsiones y trastornos motores groseros. Hay un último periodo de
PERSONALIDAD, CONDUCTA Y TRASTORNOS deterioro motor tardío, pasados los 7 años, donde se aprecia: facies fija,
PSICOPATOLÓGICOS inexpresiva, invalidez, paresias de extremidades, escoliosis, caquexia y
retraso del crecimiento con pubertad normal. El diagnóstico, aparte todo
Intervienen diversas circunstancias en la organización y estructura- lo mencionado, cuenta con la normalidad del desarrollo psicomotor en
ción de la personalidad del niño deficiente, en las características de su los primeros meses, ausencia de atrofia óptica y de retinopatía precoz y,
afectividad, en la conciencia que va adquiriendo de sí mismo, su forma sobre todo, los movimientos estereotipados en manos (frotar, palmadas,
de comportarse y el carácter de sus relaciones interpersonales. Estas lavarse). En LCR hay aumento de endorfinas. Para el tratamiento han
circunstancias dependen del propio niño (heterocronía, tolerancia a las sido ensayados los fármacos bloqueantes de los receptores opiáceos, pero
frustraciones y, por supuesto, la etiología del RM) o bien del ambiente únicamente parecen aliviar los trastornos respiratorios y algo la conducta.
familiar, escolar y social. Heterocronía significa velocidad de crecimiento,
diferente en los distintos sectores del desarrollo psicofísico. En este caso DIAGNÓSTICO DEL RETRASO MENTAL
quiere decir, por ejemplo, que un niño afecto de 8 años de edad mental
no es superponible o asimilable a un niño normal o término medio de 8 Se debe detectar el RM lo más pronto posible, estableciendo además
años, porque la distancia entre la edad mental y la edad cronológica si es un trastorno aislado o bien forma parte de un síndrome congénito o
crea una estructura y un sistema de equilibrio particulares. En el niño defi- adquirido. El punto de partida para el diagnóstico precoz puede ser: a)
ciente también existe un retraso en el nivel de tolerancia ante las frustra- observación de los padres; b) niño en un grupo de riesgo; c) controles de
ciones. De la misma forma que un niño más pequeño, tratará de satisfa- salud periódicos. El diagnóstico lo orienta el pediatra y se basa en las carac-
cer sus impulsos de manera inmediata y total, ante la dificultad de captar terísticas clínicas anteriormente descritas y en los datos obtenidos mediante
la conveniencia de satisfacciones sustitutivas o diferidas. Sus inadecua- una historia clínica detallada. Sospechado el RM, la confirmación se obten-
das respuestas son fuente de nuevas frustraciones, que dificultan adqui- drá mediante una correcta exploración psicológica. La apreciación del défi-
rir respuestas adecuadas y progresar, formándose en su lugar pautas de cit de habilidades psicomotrices y de adaptación puede realizarse desde el
conductas perseverantes (balanceo, movimientos cefalogiros y autoagre- nacimiento. La escala de Brazelton (Neonatal Behavioral Assessment
sivos, manipulaciones de diversas partes del cuerpo, pica). Scale) es aplicable desde el tercer día de vida. Más adelante, la capacidad
Según la respuesta, ante la ansiedad generada por las constantes frus- intelectual se expresa por un cociente intelectual (CI) o en cociente de des-
traciones, aparecerán diversos trastornos de conducta: agresividad, vio- arrollo (CD). Se obtiene, en una exploración individualizada mediante
lencia, negativismo; o bien lo opuesto: pasividad, sumisión o retraimiento. pruebas estandarizadas de desarrollo, en los primeros años de vida. Las
Estas manifestaciones del comportamiento son aún más frecuentes que escalas de Gesell y Brunet-Lezine miden diversos aspectos de la conducta:
las perturbaciones afectivas, que es otra reacción posible. Estos cuadros motricidad, lenguaje, coordinación visomanual y sociabilidad. Sus resul-
reactivos pueden agravarse si las dificultades cognitivas también afectan tados se expresan en forma de edad de desarrollo (ED) y cociente de des-
a su capacidad de comprensión de sus propias vivencias y a su capacidad arrollo (CD). Éste (CD) representa la relación existente entre la ED divi-
de comunicarlas. Especial atención requerirá la etapa adolescente, en la dida por la EC (edad cronológica) y multiplicado por cien. Un CI o CD de
que los cambios físicos y psicológicos modifican los puntos de referen- 70 o inferior define la capacidad intelectual significativamente por debajo
cia de la persona, pudiendo sentirse desbordado en sus capacidades de del promedio. Dado que las pruebas utilizadas se mueven dentro de un
adaptación al no poder enfrentar adecuadamente este proceso de cambio. error probable de más o menos 5 puntos aproximadamente, el intervalo de
65-75 expresaría el límite inferior a la media en capacidad intelectual.
SÍNDROMES ESPECÍFICOS CON DÉFICIT INTELECTUAL La capacidad adaptativa está influenciada por las características de la per-
sonalidad, grado de motivación y oportunidades vocacionales y sociales.
Entre ellos cabe destacar el síndrome de Down, el síndrome de falta Existen escalas para cuantificar la capacidad de adaptación: Escala de
de atención con hipercinesia, el síndrome de Rett y el síndrome del cro- Adaptación de Vineland, Escala de la Sociedad Americana del Retraso
mosoma X frágil. Todos son expuestos en otras partes de esta obra, por Mental, y la de Medida del Desarrollo Psicosocial de Hurting y Zazzó.
lo que sólo insiste en el síndrome de Rett. Son especialmente útiles para la valoración de los 30 primeros meses de
edad las “Escalas Bayley de Desarrollo Infantil” (BSID). Los resultados
Síndrome de Rett. Es causa frecuente de deficiencia mental en niñas. se expresan en desviación típica o índices de desarrollo (ID). Las “Esca-
La incidencia se calcula en 1 por 150.000 nacidas vivas. Se trata de la las McCarthy de Aptitudes y Psicomotricidad” miden diferentes conduc-
mutación del gen que codifica el factor de transcripción MeCP2, que se tas cognitivas y motoras entre 30 meses y 8 años de edad. Consta de 6
puede comprobar en el 95% de los casos. Mujeres normales pueden pre- escalas que se sintetizan en una evaluación cognitiva (habilidades verba-
sentar esta mutación, que también se observa en varios síndromes dis- les, perceptivo-manipulativas y numéricas) que proporciona un índice
mórficos. Puede ser interesante el papel de la epigenética como en otros general cognitivo (IGC), una escala de motricidad y otra de memoria.
procesos. La patogenia estribaría en un defecto de los neurotransmisores, En edades ulteriores se aplican las llamadas pruebas de inteligencia y de
con actividad disminuida de los sistemas noradrenalinérgicos, serotoni- madurez mental (Terman-Merrill-LM, WISC-R). Se expresan con térmi-
nérgicos y dopaminérgicos. Otras hipótesis han postulado un defecto múl- nos equivalentes de edad mental (EM) y cociente intelectual (CI). Aunque
tiple de carboxilasas biotino-dependientes, similar al déficit de biotini- el desarrollo y trastornos del lenguaje se van apreciando con las pruebas
dasa, pero la vitamina B8 no mejora el proceso. Otros trastornos psicométricas de evaluación global, existen técnicas específicas: test de
metabólicos con hiperamoniemia o defecto de los hidrocarbonados no vocabulario de Peabody, aptitudes psicolingüísticas de Illinois, listas foné-
han sido confirmados. ticas de Quillis, test del lenguaje de Borell-Maisonny. Para más datos véase
El cuadro clínico presenta una fase inicial evidente entre 6 y 18 meses el capítulo 22.1 de Exploración psicológica.
con detención del desarrollo psíquico, limitación del interés por el juego Es esencial tener en cuenta que el CD o CI se deben interpretar en el
y pérdida de comunicabilidad, lenguaje y del contacto ocular. En una contexto de una exploración pediátrica amplia y complementarse con prue-
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Retraso mental 1953

bas de evaluación neuropsicológica: gnosias visuales (percepción y memo- microftalmia, microcefalia o calcificaciones intracraneales. El cariotipo
ria visual), gnosias auditivas (percepción y memoria auditivas), somatog- se solicita a menudo pero su interés es mayor ante la asociación de RM
nosia (esquema corporal), praxias constructivas, praxias grafomotrices, con anomalías de genitales, malformaciones múltiples o signos de sos-
lectura, escritura y cálculo. Cuando sea posible se distinguirá si existe RM pecha de cromosomopatía. El aminograma plasmático y urinario se acon-
disarmónico o armónico. En las deficiencias disarmónicas existe un grado sejarán ante síntomas asociados evocadores de aminoacidopatía, como
no paralelo de alteraciones, sea de la insuficiencia intelectual, sea de tras- retraso de crecimiento, convulsiones, olor especial, crisis de acidosis, pre-
tornos instrumentales (predominio de problemas de lenguaje, dispraxias), sentación en otros hermanos. Interesa el estudio de los mucopolisacári-
otras veces por asociación de trastornos psicóticos (ansiedad, por ejem- dos o enzimas correspondientes cuando el paciente muestre rasgos dis-
plo) o bien deficiencias disarmónicas por alteración neurótica, por ejem- mórficos faciales o generales propios de las mucopolisacaridosis. Otros
plo, fobias, obsesiones e incluso histeria. Por el contrario, en las deficien- análisis son: sustancias reductoras en orina ante la sospecha de galacto-
cias armónicas parecen afectarse todas las áreas de una forma paralela. semia, determinación de plomo, cinc o cobre en síndromes que hacen
pensar en su intoxicación o trastorno metabólico, ácido vanilmandélico
Comorbilidad psiquiátrica. El RM en sí mismo considerado no es en la disautonomía, uricemia ante sospecha de enfermedad de Lesh-Nyhan;
un trastorno psiquiátrico, pero su existencia incrementa significativamente lactato y piruvato en sangre en RM acompañado de mioclonías y crisis
el riesgo de presentarlo. En el estudio epidemiológico de la Isla Wigth se de acidosis, enzimas lisosomiales en determinados casos de RM trastor-
determinó que el 30% de los niños con CI inferior a 70 padecían algún nos neurológicos, oculares y morfológicos. El estudio genético, tan ten-
trastorno psiquiátrico estudiado a través de los padres; el porcentaje se tador ahora, debe ocupar el último lugar en las peticiones de pruebas com-
eleva al 42% cuando los niños se evaluaban mediante la información plementarias, a menos que la historia clínica lo aconseje de entrada.
suministrada por sus maestros. En cualquier caso, la prevalencia de tras-
tornos psiquiátricos comórbidos es superior a la de la población gene- FALSA DEFICIENCIA MENTAL
ral. Tradicionalmente se han confundido los síntomas propios de deter-
minados trastornos comórbidos con manifestaciones propias del RM o Una causa son las anomalías sensoriales, sobre todo cuando no son
de algunos tipos de retraso, como es el caso del autismo en que aproxi- detectadas precozmente y no se aplican los posibles recursos de trata-
madamente el 75% de los casos cursa con RM. Cualquier trastorno psi- miento. Pueden pasar desapercibidas las anomalías de audición, unas veces
quiátrico puede darse en un niño o un adolescente con RM. La depresión por hipoacusia de conducción, según sucede en las enfermedades de Hun-
mayor se ha detectado en un 15% de niños y adolescentes con RM. Care- ter, otras veces por sordera de percepción, cuyo ejemplo clásico es la CMV
ciendo de lenguaje suficiente, el diagnóstico debe establecerse en fun- y la rubéola congénita, pero igualmente puede asociarse a otros síndromes
ción de las manifestaciones observables: tristeza o irritabilidad, reduc- como los de Cockayne, Klippel-Feil, Waardenburg y Goldenhar. En todos
ción de intereses, fatiga, pérdida o aumento de peso, insomnio o estos casos la hipoacusia agrava la deficiencia mental o la simula. No hay
somnolencia, agitación o lentitud locomotora. Dado su carácter más mani- que olvidar que algunas enfermedades congénitas causantes de RM van
fiesto y perturbador, un trastorno maníaco es mucho más fácil de obser- acompañadas, por el contrario, de hiperacusia. Tal sucede en gangliosido-
var, siempre y cuando la expansividad y excitabilidad propias del cuadro sis GM1, Krabbe, sulfito-oxidasa deficiencia y Tay-Sachs. De ahí el inte-
no se confundan con una agitación “propia de RM”. Alrededor de un 13% rés de aplicar los métodos de cribado o screening sobre posibles deficien-
de los niños con RM desarrollan algún trastorno psicótico, incluyendo el cias auditivas, practicando en el lactante y párvulo las pruebas confirmatorias
autismo y la esquizofrenia. En el retraso grave y profundo, especialmente pertinentes como otoemisiones y potenciales evocados.
de niños de muy corta edad, se hace con frecuencia difícil el diagnós- Con los trastornos de la visión sucede algo parecido en cuanto a la
tico diferencial con el autismo. Sin embargo, el trastorno con déficit de agravación y simulación del retraso mental. Pueden ser puramente funcio-
atención e hiperactividad y el trastorno obsesivo compulsivo suelen diag- nales, pero en otras ocasiones se acompañan de trastornos morfológicos
nosticarse con la misma frecuencia que en la población sin RM. descubiertos por la simple inspección clínica o por un examen oftalmoló-
gico completo, incluido el fondo de ojo. Disminución de la agudeza visual
Diagnóstico etiológico. Debe establecerse lo más tempranamente con opacidad corneal puede darse en la disautonomía familiar (úlceras cor-
posible de cara a una posible actuación terapéutica. De aquí la puesta neales), mucopolisacaridosis de Hurler y Hunter y síndrome oculocere-
en marcha de diversos métodos de cribado o screening para errores con- brorrenal de Lowe. Más frecuente es la asociación con cataratas, es decir,
génitos del metabolismo en RN (véase cap. 2.4). El cultivo de células opacidad del cristalino, que puede apreciarse en pacientes con deficiencia
fetales obtenidas por amniocentesis o por biopsia corial permite conocer mental y diversos trastornos generales: enfermedad de Cockayne (enve-
el sexo, detectar alteraciones cromosómicas y descartar diversas metabo- jecimiento), enfermedad de Conradi (displasia ósea), síndrome de Down,
lopatías (galactosemia, enfermedad de Hurler, enfermedad de Pompe). galactosemia, incontinentia pigmenti, síndrome de Lowe, enfermedad
La ecografía sistemática durante la gestación permite el diagnóstico pre- de Marinesco-Sjögren (ataxia), pseudohipoparatoidismo, enfermedad de
natal de defectos anatómicos importantes como hidrocefalias, microce- Rothmund-Thomson, rubéola congénita, enfermedad de Steinert (distro-
falias, espina bífida, trastornos metabólicos que cursan con alteraciones fia miotónica) y enfermedad de Werner (trastornos cutáneos). El examen
óseas y síndrome de Down. También puede poner de manifiesto calcifi- oftalmoscópico puede encontrar coriorretinitis en encefalopatías con
caciones intracraneales en la citomegalia, toxoplasmosis, esclerosis tube- RM debidas, por ejemplo, a CMV, sífilis congénita o toxoplasmosis. Otras
rosa, neuroangiomatosis y otras. Igualmente el laboratorio es indispen- veces el hallazgo será la llamada retinitis pigmentaria, no excepcional en
sable para el diagnóstico etiológico de endocrinopatías, tales como el el síndrome de Laurence-Moon y Biedl-Bardet (véase cap. 3.8), enferme-
hipotiroidismo y el hipoparatiroidismo. dad de Cockayne y algunas mucopolisacaridosis. El oftalmólogo puede
Son muy numerosos los análisis y exámenes complementarios que encontrar la mancha roja macular en los graves cuadros denominados anti-
teóricamente pueden ser solicitados para un mejor estudio de un paciente guamente “idiocia amaurótica” por enfermedades congénitas del metabo-
afecto de RM. Dada su complejidad deben ser seleccionados de acuerdo lismo de los lípidos, gangliosidosis generalizada GM1, leucodistrofia meta-
con la sintomatología clínica asociada. El EEG será obligado cuando exis- cromática, mucolipidosis, enfermedad de Niemann-Pick y enfermedad de
tan antecedentes o sospecha del trastorno paroxístico o claramente comi- Tay-Sachs. Otras posibles alteraciones oculares acompañantes son el colo-
cial o bien del lenguaje. En general, un 8% de los niños con RM pre- boma (síndrome de Fraccaro-Schmid o del ojo del gato); glaucoma (sín-
sentan alteración del EEG. Será completado con los potenciales evocados drome de Lowe, Sturge-Weber, neurofibromatosis) y ectopia del crista-
(visuales y auditivos). TC o la resonancia magnética están indicados ante lino (homocistinuria). La actuación precoz del pediatra para detectar estas
signos de esclerosis tuberosa, macrocefalia, convulsiones focales, hiper- anomalías sensoriales puede ser de enorme trascendencia. También aquí
tensión intracraneal o sospecha de malformación del SNC. Hasta un 20% los potenciales evocados visuales son de gran ayuda diagnóstica.
de niños con RM no presentan ninguna alteración, ni siquiera en el estu- Otras causas de falsa deficiencia mental son: la hipotonía muscular
dio anatomopatológico. Los análisis serológicos permiten el diagnóstico (véanse caps. 24.5 y 24.6) y la hiperlaxitud articular y ligamentosa; la
de infecciones prenatales, siendo obligados si se comprueba en el lactante insuficiente estimulación o carencia afectiva durante la primera infancia,
o RN hepatoesplenomegalia, exantema petequial, coriorretinitis, sordera, que si es prolongada puede dejar retraso permanente; trastornos motores,
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1954 Trastornos psicológicos

en especial parálisis cerebral, que no siempre cursa con RM; dificultades derechos del anormal de ser atendido y educado. La ONU señaló en 1959
específicas para aprendizajes escolares que, debidamente exploradas, en la Declaración de los Derechos del Niño que “El niño, física, mental
muestran problemas muy diversos: dislexia, disgrafía, discalculia, defi- o socialmente en situación de inferioridad debe recibir el tratamiento, la
ciencias perceptivas con trastornos de la organización y estructura tem- educación y los especiales cuidados que necesite su estado”. Por encima
poroespacial y alteraciones de la lateralidad. La exploración psicoló- de cualquier consideración de carácter legal, se encuentran elementales
gica suele ser muy aleccionadora. Afasia y disfasias también requieren normas de ética y moral profesional que obligan a su cuidado. En el tra-
exploraciones psicológicas adecuadas. Se deben citar como ejemplos tamiento deberán intervenir el pediatra y todo un equipo de colaborado-
de trastornos relacionables graves: las psicosis infantiles, que incluyen el res médicos y no médicos, como pedagogos, reeducadores especializa-
autismo infantil que, a su vez, puede tratarse, como se vio, de comorbi- dos, foniatras, logopedas, psicólogos, asistentes sociales, etc. Debe abarcar
lidad. La inhibición intelectual grave puede, en algunos casos, provocar la ayuda a la familia, la orientación psicopedagógica, eventual medica-
bloqueos cognitivos que se confundan con la debilidad mental ligera por ción y terapéutica etiológica.
el pobre rendimiento a nivel escolar y en las pruebas psicométricas.
Una exploración psicológica en profundidad se hace indispensable, así Ayuda familiar. Al pediatra corresponde a menudo la difícil misión
como en los casos de CI límite, cuyo fracaso escolar puede confundirse de anunciar a los padres que su hijo es subnormal. Pero no acaba aquí su
con una manifestación de un RM franco, cuando disponen de unas capa- labor, sino que debe orientar e informarles adecuadamente, teniendo en
cidades de adaptación compensatorias notables. cuenta las características particulares de cada familia, sus actitudes,
Extremo opuesto de la falsa deficiencia mental es la situación pecu- personalidad, nivel sociocultural y socioeconómico, exigencias y nivel
liar de algunos procesos que habitualmente tienen RM, pero no siempre de aspiraciones. Además ha de continuar resolviendo los diversos proble-
ocurre así, como algunas cromosomopatías, metabolopatías y síndromes mas que plantean el niño y su familia en las distintas edades: lactancia,
malformativos múltiples. edad preescolar, edad escolar, pubertad y adolescencia, con la ayuda del
equipo colaborador. El primer paso en la reeducación del niño deficiente
PREVENCIÓN Y EDUCACIÓN SANITARIA es ofrecer una buena información a la familia. Dados los múltiples aspec-
tos que deben ser abarcados, el profesional más capacitado para ello es
Dada la dificultad en el tratamiento siempre es preferible la profila- el pediatra, si bien debe tener adecuada preparación y seguir normas
xis. En el periodo prenatal deben combatirse las infecciones maternas, correctas, para no caer en frecuentes errores, como dar una visión dema-
los trastornos endocrinos, el empleo de drogas o de radiaciones y los erro- siado pesimista o, por el contrario, engañar con un pronóstico evolutivo
res nutritivos. En el momento del parto una correcta asistencia obstétrica excesivamente bueno.
evita tanto el trauma químico de la anoxia como el trauma mecánico. Lo inesperado del diagnóstico conlleva una intensa reacción emocio-
En el periodo neonatal se debe prestar especial atención a los grupos de nal por parte de los padres. En los retrasos ligeros y moderados el diag-
riesgo como prematuros extremos, RN de muy bajo peso, los proceden- nóstico suele esperar, a veces hasta iniciarse la preescolaridad, o incluso
tes de partos distócicos, los que sufrieron asfixia o neumopatía neonatal la escolaridad (lo que no debiera ocurrir nunca). Los padres pueden haber
o un cuadro de hemorragia intracraneal. Igualmente a todo RN cuyo her- estado sospechando y temiendo el retraso con anterioridad. La escuela
mano u otro miembro de la familia presente un trastorno del desarrollo, quizás haya contribuido a tales sospechas. Esto puede facilitar la futura
si es procedente de parto múltiple, y cuando hay una historia de amenaza adaptación de los padres al diagnóstico. La forma de hacerlo suele ser
de aborto. En todos estos casos se pondrá en marcha un seguimiento del trascendental. Debe tomarse un tiempo suficientemente para hablar del
desarrollo. Lo mismo se hará ante alguno de los síndromes dismórficos tema con los padres, ha de informarles tranquila y completamente, debe
reconocibles al nacer. Debe prestarse atención a diversos signos distin- responder a todas sus preguntas y asumir empáticamente sus ansiedades.
tos del retraso en sí mismo. Por ejemplo, las convulsiones infantiles pue- No hay que evitar los aspectos negativos del pronóstico, pero tampoco
den ser el primer signo de una gran variedad de patología cerebral, mien- decirlos todos a la vez ni inducir un catastrofismo inmotivado. Los padres
tras la asimetría del tono muscular puede ser indicativa de parálisis cerebral. nunca deben sacar la impresión de que no hay nada que hacer. Saber la
En el periodo postnatal la profilaxis se dirige hacia el diagnóstico precoz etiología precisa del RM puede ayudar a responder algunas preguntas de
y tratamiento específico de diversas causas. El lactante para su normal los padres y conocer mejor los aspectos pronósticos.
desarrollo psicofísico requiere una alimentación y estimulación adecua- Ante el diagnóstico los padres suelen deprimirse. Lo habitual es que
das. En la alimentación materna se unen ambos factores benéficos. exista una reacción de tristeza, como un trastorno adaptativo, pero no una
depresión mayor propiamente dicha. También puede darse una negación
Consejo genético. Existen formas de RM con “riesgo pequeño de de esta reacción depresiva y, en su lugar, encontrar sentimientos de hos-
recurrencia”. Son aquellos casos debidos a factores ambientales como tilidad y reivindicación que pueden ser proyectados sobre el personal sani-
rubéola, toxoplasmosis, CMV o un trauma obstétrico, o a factores gené- tario, o bien, actitudes de indiferencia y dejadez. Se ha observado que no
ticos o cromosómicos nuevos, como son la mutación reciente de un gen hay diferencias significativas en la psicopatología de padres de niños con
o la aparición de alteraciones cromosómicas no debidas a anomalías pre- retraso y sin retraso. Necesitan tiempo de adaptación, en el que debie-
vias (translocación). Cuadros de RM con “mayor riesgo de recurrencia” ran ser supervisados y apoyados por el pediatra o, en su caso, el psicó-
son los debidos a mutaciones genéticas no recientes o a determinadas alte- logo. La adaptación es más lenta cuando los padres, conscientes de que
raciones cromosómicas, que producen un elevado riesgo de recurren- “algo le pasa” al niño, solicitan una consulta psiquiátrica en busca de posi-
cia, especialmente la translocación. Muchas gestantes solicitan actual- bles problemas emocionales del pequeño. Estas situaciones pueden ser
mente en nuestro medio la amniocentesis. El obstetra y el pediatra deben yatrogénicas si alargan el periodo ansiógeno y retrasan el abordaje espe-
facilitarla, pero también advertir sobre la morbilidad del procedimiento cífico del auténtico problema del niño. En ciertos casos ésta es una manera
(véase cap. 2.7). Se considera imprescindible, entre otras indicaciones, de mitigar la ansiedad, negándose a sí mismos la existencia del RM. Una
cuando existe algún tipo de riesgo de anormalidad fetal, si la gestante vez establecido y aceptado el diagnóstico, la ansiedad parental puede con-
ha tenido previamente un hijo con una anomalía capaz de ser diagnosti- cretarse en sentimientos de culpa (genética o educativa), sentimientos que
cada prenatalmente, ante una madre posible portadora de una anomalía es preciso combatir a través de las explicaciones del profesional. Poste-
ligada al cromosoma X, si uno de los progenitores tiene un defecto cro- riormente la ansiedad se suscitará por la necesidad imperiosa de “hacer
mosómico balanceado, como una translocación, si la edad materna está el máximo posible” para solucionar el problema del niño y, progresiva-
por encima de los 40 años y en los casos en los que la alfafetoproteína mente por el temor y la incertidumbre ante lo que será su futuro. En suma,
sérica está elevada. la aceptación del diagnóstico supone un proceso que se desarrolla a lo
largo del tiempo y que, en buena medida, depende de los profesionales
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA asistenciales.
El sistema asistencial pediátrico, pedagógico y psiquiátrico va a deter-
El derecho del niño con retraso mental a ser tratado es reconocido por minar el enfoque correcto de esta situación. Pero otras circunstancias tam-
leyes internacionales. La Sociedad de Naciones declaró en Ginebra los bién son influyentes: como los factores de riesgo psicosocial. Será más
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fácil el tratamiento en las familias de nivel socioeconómico medio y alto Para suprimir o atenuar los trastornos de comportamiento, a menudo
que a las de recursos bajos. En especial el apoyo social que la madre recibe la mayor preocupación de los padres y motivo de la consulta, se les debe
de su círculo próximo también cuenta positivamente. Existe un modelo instruir en los siguientes puntos: evitar las situaciones que los provocan
teórico de funcionamiento familiar, el “ABCX Doble”. Este modelo indi- (frustración, aburrimiento, falta de comunicación); aprender a detectar
cará que la reacción crítica inicial (X) es una función de ciertas caracte- los inicios de tales conductas para suavizarlas o desviar la atención del
rísticas específicas del niño (A), mediadas por los recursos internos y niño sobre algo que le resulte interesante; proporcionar objetos adecua-
externos de la familia (B) y por la percepción del niño que tiene la fami- dos para sustituir la conducta problema por una actividad lúdica cons-
lia (C). Todas estas características, además, pueden evolucionar a medida tructiva (tocar el tambor, dar patadas a una pelota); establecer unos lími-
que el niño se hace mayor. Otra situación posible es cuando el RM se tes amplios, pero definidos, para las restricciones o castigos, es decir,
da en una familia inmigrante, en cuyo caso existe el riesgo de que se reprimir o castigar únicamente lo más inaceptable, pero de forma cons-
sumen varias vulnerabilidades, siendo entonces precisa una perspectiva tante, con serenidad y firmeza; ignorar el resto de conductas inadecuadas
transcultural en su abordaje. En cualquier caso, la familia del niño con con las que habitualmente obtiene la atención de los familiares; elogiarlo
RM precisa de diversos apoyos, que el clínico debe suministrar o bien y acariciarlo cuando se comporta aceptablemente. Hay que insistir en la
aconsejar los mecanismos para conseguirlos. Algunos están relacionados posibilidad de que los padres y, especialmente, las madres, reciban ayuda
con el mantenimiento físico del niño: alimentación, medicación, equipos psicológica cuando la deficiencia mental del hijo no ha podido ser asimi-
especiales. Otros conciernen al apoyo psicológico y emocional que se lada y las relaciones quedan perturbadas a pesar de los consejos recibi-
infiere de todo cuanto ya se ha expuesto: orientación en la crianza y edu- dos o bien despierta un trastorno psicopatológico propio.
cación del niño, adiestramiento para su autonomía y socialización. Es pre-
ciso asegurar su acceso a la enseñanza o educación especial y a activida- Estimuloterapia e intervención temprana
des sociales y de ocio adecuadas. Y aún más: la familia debe tener Consisten en proporcionarle al niño deficiente, lo antes posible, la
asegurado el apoyo en la transición a la etapa adulta del niño. estimulación cualitativa y cuantitativamente necesaria para favorecer la
maduración de su SNC y desarrollo psicomotor, evitando al mismo tiempo
MÉTODOS PSICOPEDAGÓGICOS las deformaciones físicas, posturas y hábitos inadecuados que obstacu-
lizan su progreso. Los fundamentos son los siguientes: Las influencias
Tienen como objetivo estimular y obtener el máximo rendimiento ambientales producen modificaciones de los parámetros electrofisiológi-
posible de las aptitudes del niño, actuando en el plano familiar o institu- cos, bioquímicos e histológicos de la maduración del SNC. Los estímu-
cional. Es común en todos ellos empezar con la estimulación precoz o los producen cambios de la excitabilidad de la corteza cerebral y descar-
estimuloterapia. gas de las áreas motoras. Esta reacción a los estímulos constituye el
substrato de la actividad sensitivo-motriz. De ahí que la estimulación sea
Psicopedagogía familiar esencial para la maduración de los sistemas neuronales. La llegada suce-
El punto de partida es orientar a los padres para que tengan una idea siva y simultánea de aferencias a los distintos analizadores corticales,
real del problema de su hijo y un conocimiento de los cuidados especia- junto a las reacciones que producen, determinan la maduración sensorial
les que requiere. Como se adelantó, nunca se debe adoptar una actitud y la formación de sistemas de integración especializados. Esta actividad
pesimista que conduzca al nihilismo terapéutico. Sin falsas promesas, madurativa se ve interferida cuando hay una alteración cerebral o aferen-
el pediatra ha de procurar que los padres acepten a su hijo tal y como es cial. Con la estimulación precoz se pretende paliar o compensar dicha
y se sientan serenamente interesados y dispuestos a llevar a la práctica interferencia.
las normas educacionales que favorezcan al máximo los aprendizajes y Los etólogos han llegado a la conclusión de que las estimulaciones
eviten las conductas inadecuadas, destacando: a) Tener siempre presen- son “necesidades primarias” para los animales superiores. Asimismo, la
tes las dificultades del niño en la comprensión y en la realización de las observación directa de la carencia afectiva precoz y los estudios retros-
cosas más elementales. Así no se cansarán de las necesarias repeticio- pectivos y catamnésicos, ponen de manifiesto que los niños necesitan para
nes y valorarán los pequeños progresos, que deben ser sistemáticamente su normal desarrollo, además de los imprescindibles cuidados y aporte
elogiados. b) Se enseñarán los puntos que al niño interesen en cada nutritivo suficiente, las estimulaciones adecuadas que constituyen ese
momento, procurando hacerlo siempre en el mismo orden, para crear hábi- complejo fenómeno llamado “afecto” o, más concretamente, “amor
tos que faciliten la repetición correcta. c) Evitar situaciones, personas o materno”. Cuando, como ocurre en el síndrome de Down, la deficiencia
cosas que puedan ejercer efectos desfavorables (excitación, pérdida de mental se detecta en el RN y se acompaña de cierto grado de hipotonía,
atención). d) Ser siempre amables y cariñosos, pero sin caer en la sobre- se comprueba un retraso madurativo caracterizado por una especial debi-
protección. e) Demostrar confianza en la capacidad de progreso del hijo lidad o pobreza y excesiva prolongación de los reflejos arcaicos (orales,
y solicitar su cooperación en las tareas sencillas. f) Resaltar positivamente posturales, de prensión), que no dejan la huella suficiente y retrasan la
otros recursos o aspectos de la personalidad, que se consideren adecua- aparición de las siguientes pautas de conducta (control cefálico, manipu-
dos. g) Recordar que el afecto debe recibirlo por sí mismo y no por la lación), las cuales pueden verse, además, interferidas por la instaura-
imagen del hijo ideal, si no padeciese el trastorno; en caso contrario se ción de conductas inadecuadas, como la succión de la lengua, manipula-
generarán sentimientos ambivalentes (véase cap. 25.4). ción de sus propias manos y rituales motores, que dificultan la conexión
El niño progresivamente estará más seguro de sí mismo, lo que faci- con el entorno y el conocimiento de su propio cuerpo. La conducta anó-
litará el aprendizaje de actividades elementales (control de esfínteres, ves- mala del niño provoca otra conducta, también anómala, de sus familia-
tirse, desnudarse, asearse, alimentarse). Más adelante irán enseñando las res (poca o inadecuada estimulación), que dificulta todavía más el pro-
tareas domésticas (arreglo de la casa, cocina, costura, bordado, compras), greso del niño, con lo que se cierra el círculo vicioso. En estos casos, la
el significado de las señales de tráfico, el uso de los medios de locomo- estimulación precoz debe actuar sobre el RN y su familia, para favorecer
ción y, en general, todas las cosas y sucesos de la ciudad, el campo y la la maduración del primero y evitar las conductas anómalas de ambos.
playa. Se le debe hablar despacio, pronunciando bien y asociando la pala- Cada escuela tiene su propia metodología, pero en todas se comienza con
bra a la cosa concreta cuando la mira, la toca, la huele, se la lleva a la la evaluación del nivel madurativo y de desarrollo, análisis y descripción
boca y la ingiere, para favorecer la adquisición y desarrollo del lenguaje. detallada de la naturaleza de las deficiencias y sus consecuencias y esta-
Se recordará la importancia del juego en la vida del niño y sus dificulta- blecimiento de unos objetivos concretos. A continuación se propone un
des en el deficiente intelectual. Por ello se le deben proporcionar y ense- programa de estimulación para alcanzar dichos objetivos: aplicar al niño
ñar los juguetes adecuados a sus intereses, edad y nivel mental, fomen- y enseñar a los familiares los procedimientos que proporcionen las nece-
tando en lo posible el juego cooperativo con otros niños. Al llegar a la sarias experiencias de movimientos, posturas y estimulaciones táctiles,
etapa adolescente los padres necesitarán orientación adecuada, destacando auditivas y visuales, repetir los ejercicios varias veces al día en sesiones
dos grandes preocupaciones: la sexualidad y el grado de autonomía y de corta duración, control periódico y frecuente de los progresos y de la
dependencia conseguido. Las incapacidades funcionales y las desventa- actitud y eficiencia de la familia, insistiendo, modificando o agregando
jas sociales de la enfermedad tendrán un papel relevante en esta edad. nuevos ejercicios y establecer otros objetivos cuando se han conseguido
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todos o la mayoría de los anteriores. El CI medio alcanzado por los niños liza administrando la sustancia defectuosamente formada, como, por ejem-
estimulados es superior al de los no estimulados. Asimismo, mejora la plo, la tiroxina en los trastornos de la hormonosíntesis tiroidea. Datos más
estructuración de su personalidad y la conducta de los padres. específicos se pueden ver en los capítulos 3.8 y 12.4.

Psicopedagogía institucional Tratamiento inespecífico. La alimentación ha de ser variada, com-


Consiste en la asistencia del niño a escuelas especiales para subnor- pleta y suficiente, pues en los niños con RM son frecuentes los errores
males y escuelas-talleres, sea en régimen de internado o en forma ambu- groseros en la dietética e incluso ha sido propuesta la hipernutrición glo-
latoria, evitándole las exigencias y competiciones a las que está sometido bal o parcial (suplementos continuos de vitaminas y oligoelementos) como
en clases normales, con el consiguiente fracaso y escaso aprovechamiento. recurso útil en el RM, procurando evitar la obesidad. Deben tratarse ade-
En estos centros especiales, con personal especializado y entrenado, no cuadamente los trastornos digestivos y nutritivos agudos y crónicos (ano-
se le exige al niño más de lo que puede rendir, si bien se le estimula rexia, bulimia, polidipsia, diarrea, deshidratación, subnutrición), así como
para su desarrollo y superación, mediante felicitaciones y recompensas extremarse las medidas de higiene. No se olvidarán las vacunaciones pre-
por pequeños logros. Posteriormente pasan a clases preparatorias en donde ventivas y la profilaxis de los frecuentes accidentes. Deben tratarse ade-
practican trabajos normales previos para el aprendizaje de una determi- cuadamente los procesos respiratorios agudos, de elevada incidencia en
nada actividad o profesión. Pero existen indudables desventajas: los niños estos pacientes. Estos cuidados médicos mejoran el estado general y la
menos afectados están rodeados de otros, inferiores a ellos, de los que a seguridad en sí mismo del niño, con lo que indirectamente favorecen el
veces aprenden gestos y maneras más inadecuadas. Además el niño y las aprendizaje y el desarrollo de la personalidad.
personas conocidas se dan cuenta del lugar en donde está, es decir, el de
los disminuidos, con las consiguientes repercusiones sobre la imagen que Tratamiento de los trastornos neurológicos y psicológicos. En las
se va formando de él mismo. Se perturba la necesaria reinserción social formas graves, la presencia de síndromes neurológicos (convulsiones,
de estos niños, que han permanecido hasta la edad adulta en un ambiente parálisis, espasticidad, temblor) es casi constante y su tratamiento nece-
protegido, controlado y comprensivo. La dificultad es doble: su inserción sario (véase cap. 23.12). También son frecuentes los trastornos emocio-
laboral y el trato que reciban en un ambiente menos preparado humana- nales y de conducta, que hacen buscar un posible acceso a una institu-
mente para la comprensión de estos muchachos. El RM implica la nece- ción cerrada, aspecto no fácil en la actualidad. En estos casos, la moderna
sidad de organizar programas educativos que contribuyan a su rehabili- psicofarmacología ofrece algunas posibilidades terapéuticas, si bien las
tación o mejoría. Estos programas se han de basar en un previo análisis dosis inadecuadas pueden exacerbar los síntomas conductuales y hacer
funcional de la conducta del niño en su ambiente natural. Se basa en plan- al niño más irritable o bien producir hipersedación, empeoramiento del
teamientos neoconductistas. Se hacen registros de conducta y de las con- aprendizaje y efectos extrapiramidales (temblor, rigidez y discinesia).
secuencias derivadas de ellas, lo que permite organizar reforzadores de Los tranquilizantes menores están indicados en la ansiedad, para dismi-
conductas adaptativas e inhibidores de las incorrectas. El análisis del nuir la irritabilidad o agresividad, cuando hay contracturas, convulsio-
potencial de aprendizaje y de la manera de aprender (simultánea o suce- nes, discinesias y atetosis por su acción miorrelajante. Los pacientes con
siva) en una situación programada, es fundamental. Así es posible orga- síntomas depresivos, inhibición psicomotriz, psicastenia, apatía e indi-
nizar estrategias educativas encaminadas a conseguir no sólo el aprendi- ferencia afectiva pueden mejorar con antidepresivos, con las precaucio-
zaje de diversas materias, sino las habilidades de anticipación y para nes habituales (véase cap. 22.12). El trabajo sobre las alteraciones de
planificar y cuestionar sus acciones. la dinámica familiar puede ocupar un lugar fundamental cuando existan
En el momento actual se considera que la educación del RM mode- trastornos de conducta.
rado o leve debe realizarse en un sistema de integración con niños nor-
males, en las mismas aulas, aunque con programas especiales y recibiendo Papel del paidopsiquiatra. Según la American Academy of Child
las ayudas psicopedagógicas necesarias, si bien no siempre es posible. El and Psychiatry, las funciones para el paidopsiquiatra en el RM, salvo
concepto de formación profesional ocupacional puede aplicarse no sólo orientaciones personales, se limitaría a la asistencia especializada en los
a chicos normales con déficits de escolarización, sino también al defi- casos que lo requieran, como es la prevención de trastornos mentales
ciente mental leve. Los talleres de formación profesional especial son mediante su diagnóstico precoz y proporcionar un conveniente apoyo
adecuados para los deficientes moderados. Un aspecto a cuidar en todo emocional al niño y a su familia. Le correspondería también tareas de
caso es el de la vinculación de la familia con el medio escolar. Por todo enseñanza e investigación, así como aprendizaje de habilidades que pue-
ello puede ser beneficiosa la coordinación del pediatra con el entorno ins- den ser útiles tanto para la asistencia del RM, como para la práctica de la
titucional. psiquiatría infantil en general.

Tratamiento farmacológico Intentos de incremento del rendimiento intelectual. Poco se puede


En la mayoría de los casos es innecesario. Resulta útil en las formas esperar con el aporte farmacológico, aunque se han propuesto gran can-
endocrinas y metabólico-genéticas. Es teóricamente posible a nivel gené- tidad de recursos y fármacos. Unos son activadores de la circulación cere-
tico, a nivel enzimático y a nivel metabólico. El tratamiento a nivel gené- bral por su acción vasodilatadora y otros estimulantes biológicos de la
tico constituye el ideal terapéutico, sin resultados evidentes por ahora. Si función cerebral por formar parte de la composición o ciclo metabólico
se pudiese modificar el código genético del ADN nuclear se consegui- de la neurona. Los más conocidos son: vitaminas, en especial del grupo
ría corregir la base misma donde radica la alteración de las enfermeda- B, coenzimas y derivados de la B6 y B12 y E en grandes dosis. Oligoele-
des metabólicas genéticas. La mayoría de los tratamientos enzimáticos mentos: el más utilizado es el cinc. Aminoácidos, tales como el triptó-
se encuentran en fase de estudio con algunos progresos evidentes, que fano, la arginina y citrulina, la serina, glutamina y asparragina. Ácido
serán expuestos en la Sección de Metabolismo. Los trasplantes de órga- gammaaminobutírico o GABA, presente en grandes cantidades en el SNC,
nos y de células troncales, como medio de aportar al organismo los sis- donde se forma a partir del ácido glutámico, dando origen por oxida-
temas enzimáticos de que carece, también han sido realizados en algunas ción al ácido gamma-beta-hidroxibutírico GABOB. Precursores de ami-
metabolopatías. La terapéutica a nivel metabólico es prácticamente la nas biógenas: el 5-hidroxitriptófano da lugar por decarboxilación a la 5-
única posible en el momento actual. En los trastornos del metabolismo hidroxitriptamina o serotonina, de la que se han encontrado niveles bajos
con acumulación de diversos productos nocivos, el tratamiento se orienta en sangre de niños trisómicos y fenilcetonúricos. Administrando deri-
principalmente hacia dos direcciones: una, evitar o reducir el substrato vados de 5-hidroxitriptófano a estos pacientes se comprobó una mejoría
que se metaboliza deficientemente como, por ejemplo, suprimir la galac- de la hipotonía muscular (véase cap. 3.5).
tosa en la galactosemia o reducir la fenilalanina en la fenilcetonuria y,
la otra, eliminar los compuestos tóxicos mediante fármacos que aceleran Integración. Un peligro que acecha al niño con RM es su margina-
su excreción, como, por ejemplo, la penicilamina en la enfermedad de ción. Por ello una consideración básica es hacer todo lo posible para
Wilson. En los diversos procesos del metabolismo en los que el defecto que alcance una integración, primero en el núcleo familiar, luego en la
de síntesis es el responsable de los efectos nocivos, el tratamiento se rea- escuela y, más adelante, en la comunidad. Se deben preparar de forma
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adecuada a los padres, a otros familiares, a los maestros y a todos los res- borderline, finalmente, sobrepasarán en potencial académico el sexto
ponsables de sus cuidados recibiendo, no sólo instrucción, sino las ayu- grado de primaria y más, si superan algunas deficiencias concretas; la
das necesarias, con la finalidad de que en su día el niño retrasado pueda actividad individual es plenamente independiente y pueden tener toda
ser un adulto con un trabajo apropiado a sus competencias. El segundo clase de amistades y relaciones; para las actividades habituales, lo mismo
principio básico es que la asistencia tiene que ser llevada a cabo por un que para viajar pueden ser prácticamente normales y, por último, en su
equipo multidisciplinario. De esta manera el niño, su familia y el pedia- nivel de trabajo llegarán a elegir entre un amplio abanico de posibilida-
tra que le atiende reciben el apoyo especializado de psicólogo, paidop- des, si bien aquí la selección psicotécnica y la ayuda de psicoterapia, para
siquiatra, neurólogo, logopeda, fisioterapeuta o asistente social, pedagogo vencer frustraciones, son especialmente necesarias.
e incluso cirujano. En la actualidad la esperanza de vida media tiende a ser próxima a
la habitual, pero siempre algo inferior, si bien no tanto como antigua-
EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO mente. Existe una mayor morbilidad derivada de trastornos de la alimen-
tación, de la deglución, de la nutrición o respiración, lo mismo que
Los niños más próximos al CI de 70 pueden adquirir unos conoci- más infecciones, pero la pediatría actual tiene recursos curativos y pre-
mientos equivalentes a la enseñanza primaria. Los más cercanos al CI de ventivos. Lo mismo se puede decir para algunas malformaciones y defec-
50 conseguirán un mínimo de lectoescritura. Muchos pueden llegar a tos ortopédicos.
comunicarse verbalmente de forma adecuada en las situaciones corrien-
tes de la vida y a realizar trabajos que le permitan una cierta independen-
cia económica. Los moderados y graves, comprenden los “no educables”, REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
es decir, incapaces de adquirir conocimientos escolares, pero, en cambio, - American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental dissor-
pueden conseguir una cierta independencia personal en el aseo y nece- ders. 4ª ed. Revisada. Washington. 2000.
sidades primarias, aprender a protegerse de los peligros más corrientes, - Cruz-Hernández M, Cruz-Martínez D. Retraso mental. En: Cruz M. Tratado de Pedia-
relacionarse aceptablemente con los familiares conocidos e incluso coo- tría. 9ª ed. Madrid: Ergon, 2006. p. 1777-86 (con más citas bibliográficas de años
perar en actividades o trabajos sencillos. El pronóstico, por otra parte, previos).
debe ser enfocado en un sentido amplio, recordando la evolución en cuanto - Gadia C, Tuchman R, Rotta N. Autism and pervasive developmental disorders. J Pediatr
a la vida, la repercusión en otros miembros de la familia y la morbilidad 2004; 80: 83-94.
destacada en cada paciente. Lo más difícil de establecer suele ser el pro- - González-Alvaredo S, Sanz-Rojo R, García-Santiago J et al. Criterios de diagnóstico
nóstico funcional evolutivo, es decir, las posibilidades de educación (poten- genético en casos de retraso mental y del desarrollo de origen idiopático. An Pediatr
cial académico o instrucción escolar) para la adquisición de actividades (Barc) 2008; 69: 446-53.
habituales que permitan vestirse, tomar el alimento, baño y aseo, posi- - Lasser K, Boyd JW, Woolhander S et al. Smoking and mental ilness: a population-based
bilidad de viajar y, finalmente, la orientación y posibilidad laboral. prevalence study. JAMA 2000; 284: 2606-10.
Es bueno aconsejar que no se fije la atención excesivamente en el pro- - Moeschler JB, Shevell M. American Academy of Pediatrics. Committee on Genetics.
nóstico lejano, ya que suele angustiar, pensando que el deficiente llegará Clinical genetic evaluation of the child with mental retardation or developmental delays.
algún día a no contar con la ayuda de los padres. Es preferible fijarse Pediatrics 2006; 117: 2304-16.
metas más cortas. No obstante hay algunos puntos básicos que pueden - Pando-Moreno M, Aranda-Beltrán C, Amezcua-Sandoval MT et al. Estimulación tem-
ser adelantados. Profundizando algo más en lo antes indicado, si el niño prana en niños menores de 4 años de familias marginadas. Rev Mex Pediatr 2004; 71:
tiene un nivel de CI de deficiencia profunda se puede decir que la instruc- 273-7.
ción escolar será prácticamente nula; las actividades habituales necesita- - Percy A. Rett syndrome: genetic horizons. Eur J Pediatric Neurol 2000; 4: 95-6.
rán dependencia de otras personas (en algunas de ellas puede ser sufi-
ciente); que para viajar necesitará transporte especial y ayuda; y que la - Sandhu B, Steer C, Golbing J et al. The early stool patterns of young children with autis-
tic spectrum disorders. Arch Dis Child 2009; 94: 497-500.
capacidad laboral es muy limitada o mínimamente manual. Ante un
paciente con CI de tipo grave la instrucción escolar permitirá leer y escri- - Santiago BM, Ruiz SJ, Pijoan ZJ et al. Desarrollo intelectual en el segundo año de la
bir con mucha ayuda y, excepcionalmente, para las actividades habitua- vida en niños sanos lactados de forma natural frente a los lactados artificialmente. An
Esp Pediatr 2000; 52: 630-6.
les será entrenable parcialmente, por ejemplo, podrá llegar a vestirse y
lavarse; podrá viajar, pero no solo; tendrá capacidad laboral, para traba- - Shaffer LC. American College of Medical Genetics. Guideline on the cytogenetic eva-
jos controlados y con largo entrenamiento. Un paciente con CI de defi- luation of the individual with developmental delay or mental retardation. Genet Med
2005; 7: 650-4.
ciencia moderada llegará en el potencial académico hasta primero o
segundo curso de educación básica primaria; las actividades habituales - Shapiro BK, Batshaw ML. Mental retardation. Current Pediatric Therapy 17. Filadelfia:
pueden ser posibles todas, si no hay problemas de conducta; podrá via- Saunders, 2002.
jar con ayuda o vigilancia; la capacidad laboral llegará hasta trabajos no - Shapiro BK, Batshaw ML. Mental retardation. En: Children with Disabilities. 5ª ed. Bal-
competitivos y siempre con aprendizaje especializado. En la deficiencia timore: Brookes Pb, 2002.
leve la instrucción escolar alcanzará por término medio hasta quinto curso - Stromme P, Hayberg G. Aetiology in severe and mild mental retardation. A population
de instrucción básica o enseñanza primaria; en las actividades habituales based study of Norwegian children. Dev Med Child Neurol 2000; 42: 76-86.
podrá ser plenamente independiente, siempre que se sigan pautas correc- - Tamura T, Goldenberg RL, Hou J et al. Cord serum ferritin concentration and mental
tas de educación; la capacidad de viajar llega a la independencia, igual- psychomotor development of children at five year of age. J Pediatr 2002; 140: 165-70.
mente con instrucciones apropiadas; desde el punto de vista del trabajo - Toro J. Retraso mental. En: Cruz M. Tratado de Pediatría. 8ª ed. Madrid: Ergon, 2001.
puede ser empleado y practicar tareas moderadamente competitivas. Los p. 1665.

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