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”El trato igualitario dado a personas socialmente desiguales no genera por sí solo igualdad”.
(Marta Lamas)
La distinción conceptual entre sexo y género introduce una serie de variables para el campo de
los estudios de género que permite abordar las diferencias entre hombres y mujeres en la
sociedad, así como también permite cuestionar las construcciones de aquello que ha sido
considerado como “masculino” y “femenino” y la asignación de roles asignados culturalmente e
históricamente a hombres y mujeres y que aparecen ante nuestros ojos como “naturales” y,
por lo tanto, no modificables.
La ruptura con ese patrón, aquel que entendía los roles de hombres y mujeres anclados en su
diferencia biológica es central, pues muchos de los estereotipos y creencias que sustentan la
desigualdad social de hombres y mujeres y la discriminación de género, descansan en esa
naturalización de la diferencia cultural entre los géneros que se justifica en la supuesta
naturaleza biológica de esta diferenciación: invisibilizándola.
Sonia Montecinos plantea en su texto para sintetizar esta primera distinción conceptual:
“A modo de síntesis, entonces, podemos decir que el uso del concepto género trae una serie de
novedades apara los estudios de la mujer y que gesta un cambio epistemológico para los
estudios de estos. Por una parte, demarca las esencias biológicas y subraya el papel de la
cultura en la diferencia entre hombres y mujeres. Al resaltar la importancia de la cultura hace
aparecer la variabilidad y la diversidad. Por otro lado, cada vez que hablemos de una
construcción de los géneros, estamos hablando implícitamente de su capacidad de
transformación, en cuanto es un producto social y no biológico. Por último, la noción de género
al ser relacional, nos llevará a la comprensión del juego entre lo femenino y lo masculino y ala a
compleja red de relaciones que se teje a partir de los otros atributos (clase, edad, etnia) que
conforman a los sujetos”
Esta es la principal distinción que sostiene el artículo de Sonia Montecino, que sustenta y nos
permite comprender la base de la trayectoria de género, que es mucho más compleja y que
alude a fenómenos de un orden más heterogéneo que los hasta aquí descritos. Esta tensión
ha sido enriquecida y tensionada, tanto por la aparición de nuevas problemáticas sociales
como por la emergencia de nuevas voces y sujetos.
ii
En un segundo apartado, el artículo reseñado hace una revisión crítica del término “género”
para aludir a este campo de estudios”. Sonia Montecino revisa la trayectoria del término desde
el inglés “gendre” a su adecuación al español. En inglés decir ‘vamos a estudiar el género (
“gendre”) aludiría implícitamente a que se va estudiar un asunto relativo a los hombres y las
mujeres ; en tanto en español esa alusión sólo sería posible en el orden de lo gramatical ( las
palabras tienen un género masculino y femenino) por lo cual esta asociación no resultaría tan
transparente. Por otra parte, Montecino señala el riesgo que tendría la utilización del término
que podría ser leído (en determinados contextos y apropiaciones) como una suerte de
determinismo y reduccionismo cultural, que dejaría fuera la materialidad de los cuerpos en la
constitución de los sujetos ; por último, advierte acerca del riesgo de que al hablar de género y
no de mujer se invisibilicen otras situaciones de desigualdad social, económica, étnica y etcs.,
que afectan en particular y distintivamente la posición de hombres y mujeres en las diversas
sociedades.
Con este planteamiento, la autora nos pone alerta respecto de la relevancia de tensionar
este marco epistemológico desde las distintas realidades desde la cuales estamos hablando,
haciendo especial énfasis en las implicancias que esto tiene para los estudios de género en
América Latina.
iii
Por otra parte, la autora plantea que la relación de la problemática de género y la escuela no
sólo estaría dada por la dificultad de acceso desigual a la educaciónl a lo largo de la historia - de
hombres y mujeres, sino también por lo que sucede al interior aula, donde por medio de
prácticas, dispositivos y estrategias de enseñanza, se podría reforzar tanto la discriminación de
género desde un orden cultural, como también la reproducción de la desigualdad social entre
hombres y mujeres.
IDEAS RELEVANTES
http://estudios.sernam.cl/documentos/?eMTE0NDczNw==An
%C3%A1lisis_de_Genero_en_el_Aula._
El texto “Introducción al Documento de Trabajo Nº117 Análisis de género en el aula. (Sernam-
Mide Uc, 2009)” plantea una mirada general y exploratoria a la realidad chilena respecto de la
problemática de género, sus desigualdades y los principales mecanismos y prácticas que
permiten su reproducción y que, por lo tanto, pueden ser transformados mediante el ejercicio
consciente y autorreflexivo de la práctica educativa que integre una perspectiva de género. A
continuación revisaremos los planteamientos existentes en las páginas 5 a 25.
El texto abre la reflexión haciéndose cargo de los planteamientos de Marta Lamas respecto del
carácter cultural de las construcciones de género, explicando sus principales componentes.
También indaga particularmente en nociones como currículum oculto, estereotipos y
dispositivos de género, y el modo en que ellos se actualizan en las prácticas educativas.
¿Cuáles son las prácticas presentes en el ámbito educativo y al interior del aula que reproducen
los estereotipos y las desigualdades de género? ¿Cuál es el rol que tienen los y las docentes en
su transformación? ¿Qué herramientas de nuestro sistema educativo nos permiten acercarnos
a este objetivo?
Ideas relevantes
- La utilización del lenguaje masculino para referirse a niños y niñas constituye un mecanismo
de omisión de las mujeres en el aula.