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INDICE

CARATULA

INDICE

I. TRASTORNO PARANOIDE
1.1. Epidemiologia
1.2. Etiología
1.3. Síntomas y trastornos asociados
1.4. Prevalencia
1.5. Factores
1.5.1. Factores genéticos
1.5.2. Factores temperamentales
1.5.3. Factores biológicos
1.5.4. Factores psicológicos
1.5.5. Factores sociales
1.6. Prevalencia
1.7. Criterios clínicos
1.8. Diagnóstico diferencial
1.9. Características clínicas
1.10. Tratamiento
II. TRASTORNO LIMITE
2.1. Epidemiologia
2.2. Etiología
2.3. Síntomas y trastornos asociados
2.4. Prevalencia
2.5. Factores
2.5.1. Factores genéticos
2.5.2. Factores temperamentales
2.5.3. Factores biológicos
2.5.4. Factores psicológicos
2.5.5. Factores sociales
2.6. Prevalencia
2.7. Criterios clínicos
2.8. Diagnóstico diferencial
2.9. Características clínicas
2.10. Tratamiento
III. CONCLUSIONES
IV. RECOMENDACIONES
V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
2.7 Criterios clínicos

Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV son diferentes,
pero definen en líneas generales el mismo trastorno. En la CIE-10, este trastorno está recogido
con el nombre de trastorno de la personalidad por inestabilidad emocional, tipo límite.

F60.31 Trastorno límite de la personalidad [301.83]

Un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la


efectividad, y una notable impulsividad, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan
en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

(1) esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No incluir los
comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
(2) un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la
alternancia entre los extremos de idealización y devaluación
(3) alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y
persistentemente inestable
(4) impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej.,
gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota:
No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el
Criterio 5
(5) comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de
automutilación
(6) inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej.,
episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara
vez unos días)
(7) sentimientos crónicos de vacío
(8) ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (p. ej., muestras frecuentes
de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes)
(9) ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves
2.8 Diagnóstico diferencial

Según Fortes Álvarez (2012). Los individuos límite sufren a menudo trastornos afectivos,
alteraciones del pensamiento, síntomas disociativos, abuso/dependencia de sustancias,
trastornos de la conducta alimentaria, así como toda una variedad de trastornos de ansiedad.

Los pacientes límite presentan típicamente trastornos asociados para los que es necesario
establecer un diagnóstico diferencial. En este sentido, es importante recordar la necesidad de
una perspectiva longitudinal en la valoración de los pacientes, que permita diagnosticar el TLP.
Esta situación se da en el entorno del médico de familia, ideal para su reconocimiento, cuando
pensamos en él.

En términos generales, el diagnóstico diferencial del Trastorno Límite de Personalidad debe


plantearse con:

(1) TRASTORNOS PSICOTICOS: Los pacientes diagnosticados de trastorno límite de


personalidad pueden presentar, episodios micropsicóticos, caracterizados según DSM-
IV-TR por ideas paranoides o síntomas disociativos (desrealización, despersonalización),
que en general, son de corta duración (menos de 6 semanas) e intensidad insuficiente
para hacer un diagnóstico de patología del espectro psicóticos. Suelen presentarse de
forma brusca y en respuesta a un estresor

(2) TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO:

2.1 TRASTORNO BIPOLAR: La relación entre los trastornos bipolares y el trastorno límite de
personalidad es un asunto controvertido, ya que en ambos trastornos existe solapamiento y
dimensiones sintomáticas similares.

De forma característica, los pacientes con TLP presentan un nivel de funcionamiento peor que
los pacientes bipolares, quienes consiguen mantener un equilibrio psíquico durante largos
periodos de tiempo. Frente a la percepción egodistónica de los sentimientos en los pacientes
con trastornos del estado de ánimo, los pacientes límite experimentan sus emociones de forma
más egosintónica, de forma que sus estados de ánimo y sus acciones parecen formar parte de
sus vidas de modo inevitable o natural.

2.2 EPISODIOS DEPRESIVOS: A pesar de la elevada comorbilidad con los episodios


depresivos, la cualidad depresiva en estos últimos es distinta: la rabia, la intolerancia a la
frustración, el sentimiento de vacío y la elevada reactividad emocional apuntan al diagnóstico
de TLP
2.3 DISTIMIA: Hay que diferenciar los síntomas propios de la Distimia, definidos en el DSM-
IV-TR como un estado de ánimo crónicamente depresivo, la mayor parte del día de la mayoría
de los días durante dos años de la disforia crónica propia del TLP

(3) OTROS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD:

3.1 T. HISTRONICO: No presenta los sentimientos de vació crónico, soledad e ira ni las
tendencias autodestructivas de los límites. Necesitan a los demás, pero deben sentirse
físicamente atractivos, ser el centro de atención.

3.2 T. NARCISISTA: Presentan una grandiosidad típica, así como estabilidad relativa de la
autoimagen y falta de auto destructividad, impulsividad y preocupación por el abandono. Estas
dimensiones ayudan al diagnóstico diferencia entre TLP el T. Narcisista

3.3 T. ANTISOCIAL: Comparte con el TLP las conductas manipulativas, pero mientras que en
el TLP estas conductas están destinadas a obtener la atención de quienes se ocupan de ellos, en
el T. Antisocial los actos manipulativos tiene como misión la obtención de provecho, poder u
otra gratificación.

3.4 T. ESQUIZOTIPICO: Las ideas o ilusiones paranoides son más estables que en TLP.
Pueden empeorar bajo el estrés, pero es menos posible que asocien síntomas afectivos
acusados. No suelen presentar comportamientos impulsivos ni manipulativos. El aislamiento
social se debe a la falta persistente de contactos sociales más que al fracaso de las relaciones
interpersonales como en el caso de los límites. Los cambios de humor no son frecuentes en el
trastorno esquizotÍpico.

3.5 T. PARANOIDE: La suspicacia generalizada, la relativa estabilidad de la autoimagen, la


relativa falta de tendencias autodestructivas, impulsividad y falta de preocupación por el
abandono ayudan a hacer el diagnóstico diferencial entre TLP y el T. Paranoide

3.6 T. DEPENDIENTE: Aunque teme el abandono, reacciona ante éste con sumisión y
mansedumbre y busca rápidamente una relación que reemplace a la anterior para su cuidado,
a diferencia del TLP que reacciona ante el abandono con sentimientos de vacío, rabia y
demandas. Otra diferencia entre ambos trastornos es el patrón de relaciones intensas e
inestables en el TLP.
(4) CAMBIO DE PERSONALIDAD DEBIDO A ENFERMEDAD MÉDICA: Los rasgos de
personalidad aparecen como efecto directo de una enfermedad del SNC

(5) SINTOMAS QUE PUEDEN APARECER EN ASOCIACION CON EL CONSUMO CRÓNICO DE


SUSTANCIAS: En este caso, la suspensión de la sustancia origina una mejoría de los
síntomas.

(6) PROBLEMA DE IDENTIDAD: Este entidad está reservada para las preocupaciones sobre
la identidad relacionadas con una fase del desarrollo (p. ej., la adolescencia) y no se
considera un trastorno mental.

2.9 Características clínicas

Según Millon, Theodore & Davis, Roger D. (2004). La característica esencial del trastorno límite
de la personalidad es un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la
autoimagen y la afectividad, y una notable impulsividad que comienza al principio de la edad
adulta y se da en diversos contextos. Los sujetos con un trastorno límite de la personalidad
realizan frenéticos esfuerzos para evitar un abandono real o imaginado

(1) La percepción de una inminente separación o rechazo, o la pérdida de la estructura


externa, pueden ocasionar cambios profundos en la autoimagen, afectividad, cognición
y comportamiento. Éstos sujetos son muy sensibles a las circunstancias ambientales.
Experimentan intensos temores a ser abandonados y una ira inapropiada incluso ante
una separación que en realidad es por un tiempo limitado o cuando se producen
cambios inevitables en los planes (p. ej., reacción de desesperación brusca cuando el
clínico les anuncia el final de su tiempo de visita, angustia o enfurecimiento cuando
alguien importante para ellos se retrasa aunque sea sólo unos minutos o cuando tiene
que cancelar su cita). Pueden creer que este «abandono» implica el ser «malos». Estos
temores a ser abandonados están relacionados con la intolerancia a estar solos y a la
necesidad de estar acompañados de otras personas. Sus frenéticos esfuerzos para evitar
el abandono pueden incluir actos impulsivos como los comportamientos de
automutilación o suicidas, que se describen separadamente en el Criterio 5. Los
individuos con un trastorno límite de la personalidad presentan un patrón de relaciones
inestables e intensas
(2) Pueden idealizar a quienes se ocupan de ellos o a sus amantes las primeras veces que
se tratan, pedirles que estén mucho tiempo a su lado y compartir muy pronto los
detalles más íntimos. Sin embargo, cambian rápidamente de idealizar a los demás a
devaluarlos, pensando que no les prestan suficiente atención, no les dan demasiado o
no «están» lo suficiente. Estos sujetos pueden empatizar y ofrecer algo a los demás,
pero sólo con la expectativa de que la otra persona «esté allí» para corresponderles
satisfaciendo sus propias necesidades o demandas. Son propensos asimismo a los
cambios dramáticos en su opinión sobre los demás, que pueden ser vistos
alternativamente como apoyos beneficiosos o cruelmente punitivos. Tales cambios
suelen reflejar la desilusión con alguna de las personas que se ocupa de ellos y cuyas
cualidades positivas han sido idealizadas o de quien se espera el rechazo o abandono.
Puede haber una alteración de la identidad caracterizada por una notable y persistente
inestabilidad en la autoimagen o en el sentido de uno mismo
(3) Se presentan cambios bruscos y dramáticos de la autoimagen, caracterizados por
cambios de objetivos, valores y aspiraciones profesionales. Pueden producirse cambios
bruscos de las opiniones y los planes sobre el futuro de los estudios, la identidad sexual,
la escala de valores y el tipo de amistades. Estos sujetos pueden cambiar bruscamente
desde el papel de suplicar la necesidad de ayuda hasta el de vengador justiciero de una
afrenta ya pasada. Si bien lo habitual es que su autoimagen esté basada en ser perverso
o desgraciado, a veces los individuos con este trastorno tienen también el sentimiento
de que no existen en absoluto. Estas experiencias suelen ocurrir en situaciones en las
que el sujeto percibe una falta de relaciones significativas, de ayuda y de apoyo. Estos
sujetos pueden presentar un mal rendimiento laboral o escolar. Las personas con este
trastorno demuestran impulsividad en al menos dos áreas potencialmente peligrosas
para ellos mismos
(4) Pueden apostar, gastar dinero irresponsablemente, darse atracones, abusar de
sustancias, involucrarse en prácticas sexuales no seguras o conducir temerariamente.
Los sujetos con trastorno límite de la personalidad presentan comportamientos,
intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación
(5) El suicidio consumado se observa en un 8-10 % de estos sujetos y los actos de
automutilación (cortarse o quemarse) y las amenazas e intentos suicidas son muy
frecuentes. El intento de suicidio recurrente es con frecuencia uno de los motivos por
los que estos sujetos acuden a tratamiento. Estos actos autodestructivos suelen estar
precipitados por los temores a la separación o al rechazo, o por la expectativa de tener
que asumir una mayor responsabilidad. La automutilación puede ocurrir durante
experiencias disociativas y a menudo les proporciona un alivio por el hecho de
reafirmarles en su capacidad para sentir o por servirles de expiación de su sentimiento
de maldad. Los sujetos con trastorno límite de la personalidad pueden presentar una
inestabilidad afectiva que es debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p.
ej., disforia episódica intensa, irritabilidad o ansiedad que normalmente dura sólo unas
horas y que es raro que llegue a persistir durante días)
(6) El estado de ánimo básico de tipo disfórico de los sujetos con un trastorno límite de la
personalidad suele ser interrumpido por períodos de ira, angustia o desespera. Los
sujetos con trastorno límite de la personalidad pueden estar atormentados por
sentimientos crónicos de vacío
(7) Se aburren con facilidad y están buscando siempre algo que hacer. Es frecuente que los
sujetos con trastorno límite de la personalidad expresen ira inapropiada e intensa o que
tengan problemas para controlar la ira
(8) Pueden mostrar sarcasmo extremo, amargura persistente o explosiones verbales.
Frecuentemente, la ira es desencadenada cuando consideran a una de las personas que
se ocupa de ellos o a un amante negligente, represor, despreocupado o que le
abandona. Estas expresiones de ira suelen ir seguidas de pena y culpabilidad y
contribuyen al sentimiento que tienen de ser malos. Durante períodos de estrés
extremo, se pueden presentar ideación paranoide transitoria o síntomas disociativos (p.
ej., despersonalización)
(9) Pero generalmente éstos son de duración e intensidad insuficientes para merecer un
diagnóstico adicional. Lo más habitual es que estos episodios ocurran como respuesta a
un abandono real o imaginado. Los síntomas tienden a ser pasajeros y duran entre
minutos y horas. Con la vuelta real o percibida de la ayuda de la persona que se ocupa
de ellos puede producirse la remisión de los síntomas.

2.10 Tratamiento

Psicoterapia La psicoterapia es, en general, el primer tratamiento para personas con el trastorno
límite de la personalidad. Investigaciones recientes sugieren que la psicoterapia puede aliviar
algunos síntomas, pero se requieren otros estudios para entender mejor cuán bien funciona la
psicoterapia. Es importante que las personas en terapia se lleven bien y confíen en su terapeuta.
La naturaleza misma del trastorno límite de la personalidad puede dificultar que las personas
con este trastorno mantengan este tipo de vínculo con su terapeuta. Los tipos de psicoterapia
que se utilizan para tratar el trastorno límite de la personalidad incluyen los siguientes:

Terapia cognitiva-conductual (TCC). La TCC puede ayudar a las personas con el trastorno límite
de la personalidad a identificar y cambiar creencias fundamentales y/o los comportamientos
subyacentes a la percepción poco precisa de sí mismos y de otros, así como los problemas de la
interacción con los demás. La TCC puede ayudar a reducir los síntomas de cambios de estado de
ánimo y de ansiedad, así como reducir el número de comportamientos suicidas o de conductas
autodestructivas.

Terapia de dialéctico-conductual (TDC). Este tipo de terapia se enfoca en el concepto de


conciencia plena o de reconocer y estar atento a la situación actual. La TDC enseña habilidades
para controlar las emociones intensas, reduce los comportamientos autodestructivos y mejora
las relaciones. La diferencia de esta terapia en comparación con la TCC es que busca un equilibrio
entre el cambio y la aceptación de las creencias y comportamientos.

Terapia centrada en esquemas. Este tipo de terapia combina los elementos de la TCC con otras
formas de psicoterapia que se enfocan en reformular los esquemas o la forma en que las
personas se ven a sí mismas. Este enfoque se basa en la idea de que el trastorno límite de la
personalidad se deriva de una imagen propia disfuncional, posiblemente causada por
experiencias negativas durante la niñez, que afecta la forma en que las personas reaccionan a
su entorno, interactúan con otros y se sobrellevan a los problemas o lidian con el estrés.

III. CONCLUSIONES

 El trastorno paranoide es un estado de salud mental caracterizado por la presencia de


delirios autorreferentes, donde el paciente sufre delirios.
 El trastorno paranoide se debe a situaciones altamente expuestas de frustración.
 El trastorno paranoide se presenta en adultos mayores y es más frecuente en los
ancianos.
 El Trastorno Límite de Personalidad se caracteriza por un patrón general de inestabilidad
en la regulación afectiva, control de impulsos, relaciones interpersonales y autoimagen,
causando un grave deterioro funcional de los afectados, además de un elevado uso de
los recursos de salud mental.
 Las personas con Trastorno Límite de la Personalidad pueden, en gran medida, alcanzar
un desarrollo personal, una autonomía y una integración social adecuadas; no es un
objetivo sencillo, requiere de atención y de complejos tratamientos, pero
indudablemente, sólo será posible si en su entorno somos capaces de tener
comprensión y empatía con esta problemática.
 El tratamiento de los pacientes con un trastorno límite de la personalidad ha
representado un desafío por mucho tiempo.
 La integración de conceptualizaciones psicodinámica, cognitivo comportamental y de la
neurociencia ha permitido el desarrollo de diferentes formas de psicoterapia que en las
investigaciones empiezan a mostrar resultados alentadores, cuando hasta poco tiempo
atrás estos pacientes eran solo pasibles de tratamiento farmacológico.
 La psicoterapia focalizada en la transferencia constituye una de las modalidades
terapéuticas que ha mostrado resultados significativos en el tratamiento de este tipo de
pacientes.

IV. RECOMENDACIONES

 En el trastorno paranoide de la personalidad cuando se den brotes de agresividad u


hostilidad, dejar a la persona tranquila, para evitar que se exaspere más. Cuando se
calme se podrá hablar con ella, tratando de buscar los motivos del comportamiento que
ha podido hacer “saltar la chispa”.
 En el trastorno paranoide de la personalidad como estrategia para llevar al paciente a
terapia, puede justificarse la visita al profesional para resolver un problema del familiar
que le acompaña, con el objetivo de que vaya adquiriendo confianza con el terapeuta.
 En el trastorno paranoide de la personalidad explicar al paciente los pros y los contras
de las decisiones que tome, para que vea que si algo no sale bien está dentro de lo
previsible, y no se debe a una conspiración contra él o a la mala suerte que le persigue.
 En el trastorno paranoide de la personalidad preguntarle sobre sus pensamientos y
solicitarle que los desarrolle de acuerdo a su experiencia previa, para que compruebe
que no siempre le sale todo mal.
 En el trastorno paranoide de la personalidad sugerirle que anote las cosas negativas que
le han sucedido durante el día y, junto a estas, todo lo positivo que también ha vivido.
 En el trastorno paranoide de la personalidad alabar sus iniciativas sociales y fomentarlas,
dejando que sea el paciente el protagonista de dichas iniciativas.
 En el trastorno paranoide de la personalidad comentar los aspectos positivos de las
personas con las que se relaciona, para procurar que cada vez se fije más en las
cualidades de los demás.
 En el trastorno paranoide de la personalidad minimizar las acciones negativas realizadas
por otros y que hayan podido perjudicar al paciente, aunque sin llegar a justificarlas.
 En el trastorno paranoide de la personalidad propiciar la participación del paciente en
instituciones sociales y actividades colaborativas, porque esto puede contribuir a
mejorar su autoestima, además de favorecer sus relaciones sociales.

 Ser familiar de un paciente con TLP no es fácil, es habitual que sintamos emociones muy
intensas como ansiedad, miedo, preocupación, impotencia, frustración, si estás en este
caso, pide ayuda, ponte en manos de un profesional de la Psicología para que te de
pautas, para que estudie bien el caso y pueda adaptarse a tu situación y a la de tus seres
queridos.
 El profesional que dirige el asesoramiento, debe disponer del conocimiento y la
experiencia para analizar y evaluar todo el conjunto, teniendo muchas variables en
cuenta. No hay pautas universales acerca de qué se debe o no se debe hacer frente a
este tipo de trastornos, porque va a depender de las circunstancias, situación,
características de personalidad del paciente y de su entorno.
 Se recomienda ofrecer programas de psicoterapia en hospital de día para reducir las
hospitalizaciones e intentos de suicidio, mejorar la estabilización psicosocial y disminuir
las quejas.
 Se recomienda el tratamiento en hospital de día para mejorar el estado de ánimo, la
desregulación emocional, las conductas parasuicidas y la severidad sintomática.
 Se recomienda ofrecer intervenciones de rehabilitación cognitiva a las personas con TLP
y alteración cognitiva, integradas en programas más amplios de rehabilitación
psicosocial e incorporadas al plan de tratamiento.
 Se recomienda que los equipos de rehabilitación y reinserción laboral tienen que ser
flexibles y específicos, es decir, adaptados a las situaciones y necesidades de cada
paciente con TLP.
 Se recomienda la formación clínica en TLP para mejorar las actitudes frente a los
pacientes con este trastorno tanto de los médicos de urgencias como de los de salud
mental, con el objetivo de mantener actitudes positivas y respuestas empáticas.
 Se recomienda continuar investigando en el uso de fármacos anticonvulsivantes como
estabilizadores del estado de ánimo en poblaciones con TLP.
 Se recomienda investigar las fases iniciales del TLP a fin de identificar factores de riesgo
que incidan en la aparición del trastorno.
 Se recomienda realizar nuevos ECA para comprobar el efecto de las intervenciones
preventivas en relación a la evolución y pronóstico del TLP.
 Se recomienda estudiar el efecto de intervenciones específicas en relación al consumo
de alcohol y tóxicos en jóvenes que presentan manifestaciones iniciales con riesgo de
aparición de un TLP.
 Se recomienda llevar a cabo estudios controlados sobre la eficacia de las intervenciones
psicoterapéuticas o psicoeducativas dirigidas a las familias, valorando su impacto en el
nivel de estrés, carga familiar y calidad de vida de los familiares.
 Se recomienda estudiar cómo la incorporación de las familias a un tratamiento
multimodal influye en su eficacia para facilitar la mejoría clínica y psicosocial de los
pacientes con TLP.
 Se recomienda realizar estudios que permitan definir criterios operativos de indicación
de utilización de los diferentes recursos de la red asistencial para el TLP.
 Se recomienda realizar estudios que permitan delimitar el plan de tratamiento, las
intervenciones que deben ser ofrecidas, la intensidad de las mismas, y los servicios y
dispositivos requeridos en función de la gravedad y complicaciones evolutivas que
presente el trastorno.
 Se recomienda realizar estudios que evalúen la aplicación de programas de gestión de
casos (PGC) en pacientes con TLP.
 Se recomienda realizar estudios que evalúen intervenciones dirigidas a favorecer la
continuidad de la atención entre servicios de salud mental infantojuvenil y servicios de
adultos.

V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Fortes Álvarez JL, Sánchez Cabezudo A, Antequera Iglesias J. (2012). Trastorno Límite de la
Personalidad. ¿Sabemos de qué estamos hablando? Cómo reconocerlo. Revista de Medicina de
Familia y Atención Primaria, V.16, pg. 9

Millon, Theodore & Davis, Roger D. (2004). Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-IV.
Barcelona: Editorial Masson

Organización Mundial de la Salud (1992). CIE 10. Décima Revisión de la Clasificación


Internacional de Las Enfermedades. Trastornos Mentales y del Comportamiento: Descripciones
Clínicas y pautas para el Diagnóstico. Madrid: Meditor.

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