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CARATULA
INDICE
I. TRASTORNO PARANOIDE
1.1. Epidemiologia
1.2. Etiología
1.3. Síntomas y trastornos asociados
1.4. Prevalencia
1.5. Factores
1.5.1. Factores genéticos
1.5.2. Factores temperamentales
1.5.3. Factores biológicos
1.5.4. Factores psicológicos
1.5.5. Factores sociales
1.6. Prevalencia
1.7. Criterios clínicos
1.8. Diagnóstico diferencial
1.9. Características clínicas
1.10. Tratamiento
II. TRASTORNO LIMITE
2.1. Epidemiologia
2.2. Etiología
2.3. Síntomas y trastornos asociados
2.4. Prevalencia
2.5. Factores
2.5.1. Factores genéticos
2.5.2. Factores temperamentales
2.5.3. Factores biológicos
2.5.4. Factores psicológicos
2.5.5. Factores sociales
2.6. Prevalencia
2.7. Criterios clínicos
2.8. Diagnóstico diferencial
2.9. Características clínicas
2.10. Tratamiento
III. CONCLUSIONES
IV. RECOMENDACIONES
V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
2.7 Criterios clínicos
Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV son diferentes,
pero definen en líneas generales el mismo trastorno. En la CIE-10, este trastorno está recogido
con el nombre de trastorno de la personalidad por inestabilidad emocional, tipo límite.
(1) esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No incluir los
comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
(2) un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la
alternancia entre los extremos de idealización y devaluación
(3) alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y
persistentemente inestable
(4) impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej.,
gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota:
No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el
Criterio 5
(5) comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de
automutilación
(6) inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej.,
episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara
vez unos días)
(7) sentimientos crónicos de vacío
(8) ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (p. ej., muestras frecuentes
de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes)
(9) ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves
2.8 Diagnóstico diferencial
Según Fortes Álvarez (2012). Los individuos límite sufren a menudo trastornos afectivos,
alteraciones del pensamiento, síntomas disociativos, abuso/dependencia de sustancias,
trastornos de la conducta alimentaria, así como toda una variedad de trastornos de ansiedad.
Los pacientes límite presentan típicamente trastornos asociados para los que es necesario
establecer un diagnóstico diferencial. En este sentido, es importante recordar la necesidad de
una perspectiva longitudinal en la valoración de los pacientes, que permita diagnosticar el TLP.
Esta situación se da en el entorno del médico de familia, ideal para su reconocimiento, cuando
pensamos en él.
2.1 TRASTORNO BIPOLAR: La relación entre los trastornos bipolares y el trastorno límite de
personalidad es un asunto controvertido, ya que en ambos trastornos existe solapamiento y
dimensiones sintomáticas similares.
De forma característica, los pacientes con TLP presentan un nivel de funcionamiento peor que
los pacientes bipolares, quienes consiguen mantener un equilibrio psíquico durante largos
periodos de tiempo. Frente a la percepción egodistónica de los sentimientos en los pacientes
con trastornos del estado de ánimo, los pacientes límite experimentan sus emociones de forma
más egosintónica, de forma que sus estados de ánimo y sus acciones parecen formar parte de
sus vidas de modo inevitable o natural.
3.1 T. HISTRONICO: No presenta los sentimientos de vació crónico, soledad e ira ni las
tendencias autodestructivas de los límites. Necesitan a los demás, pero deben sentirse
físicamente atractivos, ser el centro de atención.
3.2 T. NARCISISTA: Presentan una grandiosidad típica, así como estabilidad relativa de la
autoimagen y falta de auto destructividad, impulsividad y preocupación por el abandono. Estas
dimensiones ayudan al diagnóstico diferencia entre TLP el T. Narcisista
3.3 T. ANTISOCIAL: Comparte con el TLP las conductas manipulativas, pero mientras que en
el TLP estas conductas están destinadas a obtener la atención de quienes se ocupan de ellos, en
el T. Antisocial los actos manipulativos tiene como misión la obtención de provecho, poder u
otra gratificación.
3.4 T. ESQUIZOTIPICO: Las ideas o ilusiones paranoides son más estables que en TLP.
Pueden empeorar bajo el estrés, pero es menos posible que asocien síntomas afectivos
acusados. No suelen presentar comportamientos impulsivos ni manipulativos. El aislamiento
social se debe a la falta persistente de contactos sociales más que al fracaso de las relaciones
interpersonales como en el caso de los límites. Los cambios de humor no son frecuentes en el
trastorno esquizotÍpico.
3.6 T. DEPENDIENTE: Aunque teme el abandono, reacciona ante éste con sumisión y
mansedumbre y busca rápidamente una relación que reemplace a la anterior para su cuidado,
a diferencia del TLP que reacciona ante el abandono con sentimientos de vacío, rabia y
demandas. Otra diferencia entre ambos trastornos es el patrón de relaciones intensas e
inestables en el TLP.
(4) CAMBIO DE PERSONALIDAD DEBIDO A ENFERMEDAD MÉDICA: Los rasgos de
personalidad aparecen como efecto directo de una enfermedad del SNC
(6) PROBLEMA DE IDENTIDAD: Este entidad está reservada para las preocupaciones sobre
la identidad relacionadas con una fase del desarrollo (p. ej., la adolescencia) y no se
considera un trastorno mental.
Según Millon, Theodore & Davis, Roger D. (2004). La característica esencial del trastorno límite
de la personalidad es un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la
autoimagen y la afectividad, y una notable impulsividad que comienza al principio de la edad
adulta y se da en diversos contextos. Los sujetos con un trastorno límite de la personalidad
realizan frenéticos esfuerzos para evitar un abandono real o imaginado
2.10 Tratamiento
Psicoterapia La psicoterapia es, en general, el primer tratamiento para personas con el trastorno
límite de la personalidad. Investigaciones recientes sugieren que la psicoterapia puede aliviar
algunos síntomas, pero se requieren otros estudios para entender mejor cuán bien funciona la
psicoterapia. Es importante que las personas en terapia se lleven bien y confíen en su terapeuta.
La naturaleza misma del trastorno límite de la personalidad puede dificultar que las personas
con este trastorno mantengan este tipo de vínculo con su terapeuta. Los tipos de psicoterapia
que se utilizan para tratar el trastorno límite de la personalidad incluyen los siguientes:
Terapia cognitiva-conductual (TCC). La TCC puede ayudar a las personas con el trastorno límite
de la personalidad a identificar y cambiar creencias fundamentales y/o los comportamientos
subyacentes a la percepción poco precisa de sí mismos y de otros, así como los problemas de la
interacción con los demás. La TCC puede ayudar a reducir los síntomas de cambios de estado de
ánimo y de ansiedad, así como reducir el número de comportamientos suicidas o de conductas
autodestructivas.
Terapia centrada en esquemas. Este tipo de terapia combina los elementos de la TCC con otras
formas de psicoterapia que se enfocan en reformular los esquemas o la forma en que las
personas se ven a sí mismas. Este enfoque se basa en la idea de que el trastorno límite de la
personalidad se deriva de una imagen propia disfuncional, posiblemente causada por
experiencias negativas durante la niñez, que afecta la forma en que las personas reaccionan a
su entorno, interactúan con otros y se sobrellevan a los problemas o lidian con el estrés.
III. CONCLUSIONES
IV. RECOMENDACIONES
Ser familiar de un paciente con TLP no es fácil, es habitual que sintamos emociones muy
intensas como ansiedad, miedo, preocupación, impotencia, frustración, si estás en este
caso, pide ayuda, ponte en manos de un profesional de la Psicología para que te de
pautas, para que estudie bien el caso y pueda adaptarse a tu situación y a la de tus seres
queridos.
El profesional que dirige el asesoramiento, debe disponer del conocimiento y la
experiencia para analizar y evaluar todo el conjunto, teniendo muchas variables en
cuenta. No hay pautas universales acerca de qué se debe o no se debe hacer frente a
este tipo de trastornos, porque va a depender de las circunstancias, situación,
características de personalidad del paciente y de su entorno.
Se recomienda ofrecer programas de psicoterapia en hospital de día para reducir las
hospitalizaciones e intentos de suicidio, mejorar la estabilización psicosocial y disminuir
las quejas.
Se recomienda el tratamiento en hospital de día para mejorar el estado de ánimo, la
desregulación emocional, las conductas parasuicidas y la severidad sintomática.
Se recomienda ofrecer intervenciones de rehabilitación cognitiva a las personas con TLP
y alteración cognitiva, integradas en programas más amplios de rehabilitación
psicosocial e incorporadas al plan de tratamiento.
Se recomienda que los equipos de rehabilitación y reinserción laboral tienen que ser
flexibles y específicos, es decir, adaptados a las situaciones y necesidades de cada
paciente con TLP.
Se recomienda la formación clínica en TLP para mejorar las actitudes frente a los
pacientes con este trastorno tanto de los médicos de urgencias como de los de salud
mental, con el objetivo de mantener actitudes positivas y respuestas empáticas.
Se recomienda continuar investigando en el uso de fármacos anticonvulsivantes como
estabilizadores del estado de ánimo en poblaciones con TLP.
Se recomienda investigar las fases iniciales del TLP a fin de identificar factores de riesgo
que incidan en la aparición del trastorno.
Se recomienda realizar nuevos ECA para comprobar el efecto de las intervenciones
preventivas en relación a la evolución y pronóstico del TLP.
Se recomienda estudiar el efecto de intervenciones específicas en relación al consumo
de alcohol y tóxicos en jóvenes que presentan manifestaciones iniciales con riesgo de
aparición de un TLP.
Se recomienda llevar a cabo estudios controlados sobre la eficacia de las intervenciones
psicoterapéuticas o psicoeducativas dirigidas a las familias, valorando su impacto en el
nivel de estrés, carga familiar y calidad de vida de los familiares.
Se recomienda estudiar cómo la incorporación de las familias a un tratamiento
multimodal influye en su eficacia para facilitar la mejoría clínica y psicosocial de los
pacientes con TLP.
Se recomienda realizar estudios que permitan definir criterios operativos de indicación
de utilización de los diferentes recursos de la red asistencial para el TLP.
Se recomienda realizar estudios que permitan delimitar el plan de tratamiento, las
intervenciones que deben ser ofrecidas, la intensidad de las mismas, y los servicios y
dispositivos requeridos en función de la gravedad y complicaciones evolutivas que
presente el trastorno.
Se recomienda realizar estudios que evalúen la aplicación de programas de gestión de
casos (PGC) en pacientes con TLP.
Se recomienda realizar estudios que evalúen intervenciones dirigidas a favorecer la
continuidad de la atención entre servicios de salud mental infantojuvenil y servicios de
adultos.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Fortes Álvarez JL, Sánchez Cabezudo A, Antequera Iglesias J. (2012). Trastorno Límite de la
Personalidad. ¿Sabemos de qué estamos hablando? Cómo reconocerlo. Revista de Medicina de
Familia y Atención Primaria, V.16, pg. 9
Millon, Theodore & Davis, Roger D. (2004). Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-IV.
Barcelona: Editorial Masson