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Esta modalidad funciona de igual manera que el factoring con recurso, sin embargo, en caso de
impago es la entidad factor la que asume el riesgo. La empresa cedente está libre de
responsabilidad si el deudor se declara insolvente. Esta opción es la más solicitada por las
pequeñas y medianas empresas, ya que es una opción segura de que cobrarán por su trabajo, y
también porque se trata de una operación rápida. Garantiza la máxima protección frente al riesgo
de insolvencia. Es muy indicado, en especial, para empresas en crecimiento, que no pueden
permitirse acumular impagos que lo puedan lastrar.
Modalidades de factoring
Existen dos modalidades de factoring en función de la cobertura del riesgo de impago:
Con recurso
En este caso el banco no asume el riesgo de impago y puede actuar contra la empresa
cedente de las facturas en caso de impago del cliente. El banco llevará a cabo todas las
medidas extrajudiciales y judiciales para garantizar el cobro. Sin embargo, en el supuesto
que sea imposible cobrar, el banco devolverá las facturas a la empresa cedente y recuperará
el importe anticipado.
Esta modalidad suele ser la más habitual, salvo que la empresa sea muy grande y con muy
buena clasificación crediticia.
Sin recurso
Aquí el banco sí que se hace cargo del riesgo de insolvencia del cliente, no pudiendo actuar
contra la empresa cedente si se produce un impago. Esto supone un incremento en el coste
de la operación, por lo tanto la comisión para el banco será mayor que en la modalidad
anterior.
Las entidades de factoring suelen cobrar una comisión por cada operación en función del
crédito y que puede ser del 2 al 3% del total. Además, te cobran un interés en función del
plazo de vencimiento, si anticipas los créditos, y una comisión por costes del servicio.
También te pueden repercutir un coste de seguro e incluso hasta gastos de estudio, pero
todo esto hay que negociarlo con cada entidad individualmente.
Puede suceder que la empresa de factoring solo acepte aquellos clientes que por su
solvencia y estandarización de proceso de cobro nos suponen el menor esfuerzo
administrativo.
Es posible que para alguno de nuestros clientes esto les resulte un inconveniente ya que la
capacidad de negociación que tienen con la empresa de factoring para retrasar o fraccionar
un pago es menor que la que tienen con nosotros.