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DATOS DEL LIBRO

Bernardo Herradón García


Nº de páginas: 144 págs
Editorial: LA CATARATA

Mi primera impresión sobre este título de la divulgación española, cuando lo tuve entre mis
manos, fue de tranquilidad. Aún no lo había leído y por tanto no podía tener una opinión
formada pero aún así, el trasfondo que subyace en sus páginas me transmitía calma.

Por lo que había leído en redes sociales, páginas de opinión y en la misma contraportada,
la obra tiene una idea muy clara: Hacernos ver que todo es química y que las connotaciones
peyorativas que se le atribuyen son totalmente injustificadas. Algo que yo, al igual que
muchas personas que cada día trabajamos en este campo, llevaba pensando mucho tiempo
y veía urgente reivindicar a escala social. A diferencia de otras ocasiones que me dispongo
a leer divulgación, ahora empezaba un libro tranquilo. Al menos sabiendo que la tesis a
defender es una necesidad de primera mano hoy por hoy.

El prólogo se dedica a avanzar algo que veremos a lo largo de los siguientes capítulos y que
resume la premisa anterior. Bernardo Herradón parece dispuesto a romper todos los
tabúes de esta ciencia desde la primera línea del prefacio: Lo químico es todo y no
necesariamente malo, la química no es una ciencia muerta y necesitamos química en
nuestro día a día. En pocas páginas el autor rompe las esposas del complejo químico y
enarbola el nombre para reclamar la categoría que a la química le corresponde. Debo añadir
que admiro esta actitud, por fin las cartas están sobre la mesa y los detractores acorralados.

El eje argumental se vertebra en cinco partes diferentes pero que guardan relación
conceptual. En la primera, el escritor nos ofrece una visión al mundo cotidiano para
hacernos una ampliación de qué lo compone. En apenas dos páginas el lector ya entra en
razón sobre el baile de moléculas al que estamos sometidos constantemente. Además
incluye una exposición razonada los motivos por los que la química juega un papel
fundamental en el avance y desarrollo social.
Ya en la segunda parte asistimos al parto científico de la química. Una prosa realmente ágil,
fluida y de sencillez semántica que nunca antes había leído para referirse a toda la historia
de la química como tal. Un repaso de épocas y sucesos que se devoran casi
instantáneamente y te sumergen en la cuna de cada investigación. Personalmente,
esperaba que esta fuera la parte más pesada, donde fácilmente el lector pudiera encontrar
excusas para tirar la toalla y cerrar el libro. En absoluto lo fue. Yo, profano de las cuestiones
históricas de la ciencia, he quedado perplejamente seducido por este episodio.

Más adelante, se unirá la química con cada una de las ciencias naturales básicas en función
de la cronología. La primera de ellas es la física. La tendencia es similar a como empezó el
segundo capítulo pero a media que avanza hacia los padres de la cuántica y las
particularidades atómicas el discurso adopta un encaje más oscuro. Para mi gusto, hay
demasiados conceptos que entorpecen la lectura porque son prescindibles para entenderla
y requieren otro tipo de contextualización. La relación química-física es clara y obviarla sería
un delito pero creo que reducirla sin hacer ademán de tantas nociones atómico-espaciales
agilizaría la comprensión.

De la física a la biología. En pocas palabras hace un sumario que engloba muy bien el salto
de la biología molecular. Echo en falta – tal vez más como estudiante de bioquímica que
como lector – el peso de la química orgánica en el descubrimiento de biomoléculas y su
función. La complejidad de las macromoléculas que se basan en los mismos tipos de enlace,
átomos y reacciones que las pequeñas moléculas orgánicas, han ayudado a dilucidar gran
parte de nuestro conocimiento actual en fisiología. Considero que este campo tiene el filón
necesario para haberlo ampliado. Por último también menciona el casual parentesco con la
geología.

Llegamos a la tercera parte. Aquí sentamos la mayoría de bases del conocimiento químico
actual y aclaramos los conceptos que a menudo distorsionamos. Hallamos de nuevo una
gran cantidad de conceptos pero a diferencia que en la parte anterior, encuentro que son
mucho más asequibles de entender para cualquier persona con un conocimiento medio de
ciencia. Repasamos tanto reacciones como nomenclatura, tabla periódica, procesos,
isómeros o moles, entre muchos otros. El autor ya advierte que es el capítulo más técnico
pero que no compromete la lectura de las dos partes restantes. Yo recomiendo
encarecidamente leerlo en la medida de lo posible y con esto quiero decir que el lector es y
siempre será libre de profundizar hasta donde quiera. No tiene ningún desperdicio.

El capítulo cuatro desmonta la idea que la química es una ciencia muerta. ¿No hay nada más
que descubrir en química? Si crees que la respuesta es afirmativa te invito a echarle un ojo
a estas páginas. Descubrirás que lo que aparentemente es un culo de saco en realidad se
trata del límite difuso hacia el progreso, la zona de unión entre la química y otra ciencia.
Podría poner decenas de ejemplos a la última afirmación pero el autor lo hace mucho mejor
que yo en el libro.
Por último, la marca química en el avance de la Humanidad. Desde la civilización china e
hindú hasta la aspirina. Pasando por la alquimia, la Revolución Francesa o las Guerras
Mundiales. También hará referencia a profesionalidades tan dispares como minería,
enfermería o agricultura. Una especie de glosario sobre las aplicaciones reales en las que la
química ha jugado un papel preponderante – aunque a menudo invisible -.
En resumen es una obra entretenida, muy divulgativa y fácil de leer. Más que recomendada.

Breve historia de la química


Isaac Asimov

Nº de páginas: 303
Editorial: Alianza
Lengua: traducido del inglés
Encuadernación: tapa blanda
ISBN: 9788420664217
Año de la edición: 1975
Precio aproximado: 10 €

SINOPSIS (contraportada)

La concisión, amenidad y eficacia didáctica características de Isaac Asimov hacen de esta


Breve historia de la Química un instrumento inmejorable para todo aquel que esté
interesado en aproximarse a esta ciencia. Asimov traza la evolución de este dominio de
conocimiento desde el momento en que el hombre comenzó a efectuar alteraciones en la
naturaleza de las sustancias de una forma intuitiva, hasta la edad moderna, momento en el
que, a través de la adquisición progresiva de rigor metodológico y la acotación del terreno
de estudio, se va constituyendo plenamente como disciplina científica.

RESEÑA

Isaac Asimov ya hace años que murió pero su obra sigue viva. Ya no solo su obra de ciencia
ficción que sigue en las estanterías de casi cualquier librería, sino sus libros de divulgación
permanecen como constantes. Y aunque hay obras mucho más importantes e interesantes
que el libro que aquí presentamos, su carácter conciso y claro hace que sea un pequeño
tesoro. Asimov te lleva desde la antigüedad con el uso del fuego y la obtención de metales,
pasando por la astrología, la alquimia, los gases, la bioquímica, la estructura molecular, y un
largo etcétera hasta la radiactividad y bomba atómica.

La química nunca fue mi fuerte debido a la nomenclatura de los compuestos y a las escasas
veces que fui al laboratorio. Ha sido una de las ciencias que he dejado arrinconada y a la
que nunca presté mucha atención. Pero un buen día leí El tío Tungsteno de Oliver Sacks y
mi interés por la química comenzó, poco a poco empecé a leer más cosas sobre química,
pero necesitaba algo más y no me quería arriesgar con algo que me pareciese aburrido o
un ensayo que me dejase a medias, así que fui a lo seguro, y para mi Isaac Asimov es un
sinónimo de calidad. Y no me equivoqué, acerté con este pequeño libro que hoy os
presento.

Uno de los muchos placeres que trae este libro es conocer los antiguos nombres de los
compuestos y de dónde vienen dichos nombres. La alquimia y la astrología tuvieron un
importantísimo papel en la concepción de estos nombres y costó varios siglos eliminar las
referencias sobrenaturales de los compuestos. Aún así, hoy muchas permanecen
resguardadas bajo el abrigo de las pseudociencias. Asimov también trae curiosidades como
estudios realizados fuera del núcleo del avance químico (fuera de Europa por norma
general) que llegaron muchos años después porque no habían sido traducidos, algunas
distancias simplemente eran insalvables. Muchos nombres quedaron enterrados por el
paso del tiempo porque su investigación, aunque avanzada y revolucionaria nunca llegó a
tiempo para ser discutida y aplicada.

Es un libro brevísimo que se lee en pocas horas, pero la cantidad de conocimiento que trae
es enorme. Su formato, referencias y notas al final del libro lo hacen una delicia como guía.
Si tienes un hueco para la química y su historia, no dudes en leerte este libro, no te
arrepentirás.

Víctor Pascual
{RESEÑA} JOHN T. MOORE: QUÍMICA (PARA DUMMIES)

Reconozco que sentía cierta alergia a los libros de la colección Para Dummies. Pensaba que
debían ser libros excesivamente superficiales, sobre todo los que trataban
rigurosas disciplinas científicas. Sin embargo, tras leer Química para dummies tengo que
decir que la sorpresa ha sido enorme: nos encontramos ante un libro realmente apreciable,
una completa introducción a la química básica, que incluye numerosos problemas
numéricos resueltos, tablas e ilustraciones de gran utilidad.

Dividida en 24 capítulos agrupados en cinco partes, el autor nos inicia en los conceptos
básicos de la química (definiciones, unidades, tabla periódica), propiedades químicas
(reacciones, disoluciones, termoquímica, ácidos y bases), estructura atómica (modelos
atómicos, enlace iónico, enlace covalente, geometría molecular, fuerzas intermoleculares,
estados de la materia), química ambiental (contaminación atmosférica y de las aguas,
química nuclear), para finalizar con una parte miscelánea (descubrimientos, grandes
químicos, productos químicos más importantes). La obra se cierra con un glosario muy útil.

Toda esta rama de la ciencia trata sobre materia, que es todo lo que tiene masa y ocupa un
espacio. La química es el estudio de la composición y las propiedades de la materia, y los
cambios que experimenta, incluidos los cambios de energía.

Antes solía dividirse la ciencia en campos muy bien definidos: si era algo vivo, era biología.
Si era una piedra, era geología. Si tenía olor, era química. Si no funcionaba, era física. En
cambio, en el mundo actual esas divisiones tan diáfanas ya no se dan. Hoy hay bioquímica,
física química, geoquímica y muchas otras ramas, pero la química sigue centrada en la
materia, la energía y los cambios que experimentan.

En esto último hay mucha química: los cambios que atraviesa la materia. La materia se
compone bien de sustancias puras, bien de combinaciones de sustancias puras. La
conversión de una sustancia en otra es lo que en química se denomina cambio químico, o
reacción química, y es algo muy importante porque cuando ocurre se forma una sustancia
completamente nueva.
Entonces, ¿qué son los compuestos y los elementos? Pues también son anatomía de la
materia. La materia consiste en sustancias puras o en mezclas de sustancias puras; las
sustancias están formadas por elementos o por compuestos.

Como se ve, un libro muy completo, escrito con gran rigurosidad (el autor es catedrático de
Química) que no está reñida con la amenidad y su carácter divulgativo que incita a su
lectura. Creo que se podrían haber incluido algunos temas interesantes como unas nociones
de geoquímica (composición química de la Tierra, formación de minerales y rocas), así como
alguna información de equilibrio químico y cinética (creo que existe una Chemistry II for
dummies del mismo autor que trata estos y otros temas; espero que se pueda publicar en
el futuro la versión española).

En definitiva, un libro recomendado para estudiantes, profesores, profesionales y para


cualquier lector que conserve una pequeña curiosidad por la Ciencia y que desee
reencontrarse con una disciplina que estudió de joven.

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