Você está na página 1de 2

Hagan caso a Nadine Gordimer

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ

Algunos economistas acusan a algunos de sus colegas de pretender que la economía sea la
única ciencia en la que se acepte que el fin justifica los medios. El objetivo de ser competitivos
en un mundo globalizado pasaría por encima de los medios necesarios para conseguirlo. Para
esos críticos, la exclusión de sectores sociales cada vez más amplios es uno de esos medios,
por lo menos mientras no afecte a la seguridad del sistema capitalista en su conjunto. Los
criticados aseguran que la exclusión social no es un „medio“, sino una consecuencia y que el
medio para luchar contra ello es, fundamentalmente, el crecimiento económico sostenido.

Afortunadamente, el debate sobre los fines y los medios de la economía no está muerto, como
creyeron algunos defensores del pensamiento único. Cada vez se oyen más voces
descontentas que niegan, por ejemplo, que el crecimiento económico sea suficiente para luchar
contra el desempleo, especialmente cuando las repetidas crisis demuestran que cuanto más
compleja y mundializada es una economía más difícil es asegurar que podrá mantener firme
ese crecimiento.

Intelectuales, escritores y artistas se están preocupando -como no lo hacían desde hace


muchos años- por buscar información y análisis sobre la situación económica mundial, que
les permita contrastar los discursos dominantes y expresar sus propias opiniones. Al mismo
tiempo, animan a los ciudadanos para quesigan ese camino y busquen un equilibrio entre los
cambios que están en marcha, o se avecinan, y el ejercicio de la democracia.

Dado que en nuestro caso, el marco de debate es cada vez más el europeo, no está de más
aconsejar otra lectura, el artículo sobre „El déficit democrático de la UE“, que publica el
sociólogo Ignacio Sánchez-Cuenca en el último número de la revista Claves.

Hagan caso a Nadine Gordimer y a Harold Pinter y estas Navidades cambien novelas o teatro
por libros sobre economía y la UE. Son igual de apasionantes y, además, van a necesitarlos.
París, La Oreja de Van Gogh

Ven, acércate.
ven y abrázame.
vuelve a sonreír, a recordar parís,
a ser mi angustia.
déjame pasar una tarde más.

Dime dónde has ido,


dónde esperas en silencio, amigo.
quiero estar contigo y regalarte mi cariño,
darte un beso y ver tus ojos
disfrutando con los míos hasta siempre.
adiós, mi corazón.

Ven, te quiero hablar.


vuelve a caminar.
vamos a jugar al juego en el que yo era tu princesa.
ven, hazlo por mí.
vuelve siempre a mí.

Dime dónde has ido,


dónde esperas en silencio, amigo.
quiero estar contigo y regalarte mi cariño,
darte un beso y ver tus ojos
disfrutando con los míos hasta siempre.
adiós, mi corazón.

No hay un lugar que me haga olvidar


el tiempo que pasé andando por tus calles junto a ti.
ven, quiero saber por qué te fuiste sin mí
siempre tuve algo que contarte.

Dime dónde has ido,


dónde esperas en silencio, amigo.
quiero estar contigo y regalarte mi cariño,
darte un beso y ver tus ojos
disfrutando con los míos hasta siempre.
adiós, mi corazón.
No hay nada que me haga olvidar.
el tiempo que ha pasado ya, no volverá.
no hay nada más...
adiós, mi corazón.

Você também pode gostar