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| Caracteristicas de la Ilustracion La Tlustraci6n fue el movimiento cultural predominante y casi hegeméni- co durante practicamente la totalidad del siglo xvill, Su influencia se exten- dié por toda Europa y abarcé todos los érdenes de la cultura, entendida esta en su sentido mas amplio (la politica, la sociedad, el arte, la filosofia, la pedagogia...). Desde el punto de vista filos6fico, la Mustracién no constituyé un conjun- to compacto de doctrinas; mas bien se traté de una actitud general que se manifest6 especialmente en el tratamiento prioritario de ciertos temas y en el enfoque adoptado. Los rasgos més caracteristicos de la filosofia de la Hustracién fueron: ¢ Confianza en la raz6n. Los ilustrados pueden ser considerados herederos de los racionalistas del siglo xv en su apuesta por la raz6n como insttu- ‘mento emancipador del ser humano, Sin embargo, no compartieron las tesis innatistas del racionalismo. Para los ilustrados, la razén es una facul- tad de conocimiento que debe nutritse de los datos que proporciona la experiencia. Asi, el mejor modelo de conocimiento es aquel que conjuga raz6n y experiencia. Esa combinacién, que tan buenos frutos le habia dado a cientificos como Newton, debia extenderse mas alld del estudio de la naturaleza fisica. La politica, la economia, la moral y, en definitiva, todo lo humano era en aquel momento terreno abonado para Ia ley y el orden dela razon. Defensa de la religion natural y del deismo. La confianza en la raz6n Hlevada al terreno de la reli- gion se tradujo en la apuesta por una religién natu ral. Es decir, una religién que rechaza cualquier ipo de revelaci6n divina y solo admite como validos los contenidos establecidos por la raz6n. El deismo es la doctrina tipica de la religi6n natural caracterizada por oponerse a la idea de un Dios personal y preocupado por los asuntos humanos. Dios es concebido como un set necesario que ha creado y que gobierna al mundo conforme a leyes eternas. El resto de los elementos que componen las religiones tradicionales, como ritos e historias sagradas, son vistos como supersticiones que tie- nen su origen en el miedo y la ignorancia. Afirmacién de la existencia de un derecho natu- ral. La expresién de esta nueva concepcién del derecho es el iusnaturalismo, que es la doctrina que otorga a la posesién unos derechos mi mos a todos los seres humanos. De esta forma, la legislacin de cualquier Estado, para ser legi ma, debia respetar tales derechos naturales. Encontramos dos claras expresiones de esta con- cepci6n iusnaturalista del derecho —propia de Ja ustracién— en la Declaracién de independen- cia de los Estados Unidos de 1776 y en la Declara- cidn de los derechos del hombre y del ciudadano, promulgada por la Asamblea constituyente de 12 (yun delasiusads Delile ees, yar abe fat esi Heer, Republica francesa en 1789. Leibniz, Winckelman, Goethe, Schiller, Rousseau, Voltaire, Diderot, Locke y Lichtenberg. 9. Lo tusiracion y Kont eee dela humanidad, El debate sobre la relacién entre {a utilidad y el valor del conoct- miento comenzé con Aristoteles y terminé con el positivismo del siglo xx ‘ Aristoteles habla basado el valor supremo de la filosofia en su falta de utilidad practica. De- cia Aristételes que un saber que se cultiva a pesar de su falta de uitllidad debe ser muy valioso. De ahi a superioridad de los sa eres contemplativos sobre los ‘técnicos 0 productivos. ¢ Durante la Edad Media se di ferencié entre artes liberales (equellas 2 las que dedicaban su tiempo los hombres libres) y ar tes serviles (propias de los sler- vos, de los artesanos). Yaen el Renacimiento comen- 26 a invertitse esta apreciacion. Por una parte, Bacon defendié la bondad de larelacién entre cono- cimiento teérico y saber préctico para conseguir el objetivo de do- ‘minar la naturaleze; por otra los hombres de ciencia del Renaci- miento dedicaron atencién tanto a los saberes teoricos como a los productivos. Leonardo Da Vinci puede considerarse el ejemplo mas claro de este tipo de sabios. renacentistas, @ La Enciclopedia de los ilustra- dos, al dedicar una atencién es- pecialmente extensa y detallada a la descripcién de los oficios y las artes mecénicas, supuso la ccontinuacion de este proceso de inversion de valores en favor de los saberes productivos @ Finalmente, seré el positivis- mo de Auguste Comte el que culmine este proceso al declarar ‘como tinico saber valido el saber positive, considerando el saber puramente tedrico como perte- neciente a una etapa inmadura ©. Critica a la tradicién como garantia de verdad. La apuesta por la raz6n de los ilustrados suponta el rechazo de cualquier otro criterio de validez del conoci- miento. Hist6ricamente, la tradicion era prueba del valor de un conocimiento, es decir el hecho de que todos 0 la mayorfa de los hombres, por un largo perfodo de tiempo, hayan dado por buena una determinada creencia 0 un determinado modo de hacer se consideraba prueba suficiente de su validez. Los ilustrados sostuvieron que la fuerza probatoria de la tradici6n es nula. © Nueva actitud ante la historia. El rechazo de la tradicién que practicaron los ilustrados podria haber derivado en una cierta actitud de desprecio hacia la historia como disciplina, Sin embargo, esto no se ajusta a la realidad. En los ilustrados mas que un desprecio hacia la historia, hubo un cambio de perspectiva desde la que asomarse a su estudio. Su interés no se centré en la recopilacién de datos histéricos, sino en la comprensién y explicacién de los acontecimientos desde una determinada éptica: no estaban interesados en claborar una historiografia, sino una filosofia de la historia. @ Importancia de la idea de progreso. La clave interpretativa desde la que Ios ilustrados se asomaron al estudio de los hechos hist6ricos fue la idea de progreso. Les interesaba averiguar si una determinada época o un conjunto dle hechos contribuyé 0 no a la mejora de las condiciones de vida de los seres humanos. El mayor progreso fomentaba un aumento de libertad social y esa libertad se convertia en la mejor garantia del progreso. Se des- cubria, por tanto, un proceso de retroalimentacién mutua, De este modo, se pusieron en conexién las ideas de progreso y libertad, lo que llev6 a los ilustrados a percibir una cierta dindmica positiva en los acontecimientos que les hizo ser optimistas respecto a las expectativas de futuro, 1.1. La Enciclopedia LQ La Enciclopedia fue, con toda probabilidad, la empresa mas representativa del espititu de la llustracién en general y de la Iustracion francesa en particu. lar. Se concibié como una obra colectiva cuya edicion quedé a cargo de dos fildsofos franceses: Denis Diderot y Jean Le Rond d'Alembert. Se compone de diecisiete voltimenes que fueron apateciendo progtesivamente entre 1751 y 9772) ei ana fedacionpardcpaven an buen nero de peoonaldades de la época entre las que cabe destacar, ademas de a sus editores, a Rousseau, Montesquieu, Voltaire, y d’Holbach, entre otros. Desde el primer momento, la obra estuvo rodeada de polémica. Muchos vefan en ella un poderoso factor disolvente de las tradiciones y los valores sobre los que se asentaba el orden establecido; eso les llevé a criticarla abierta- mente, cuando no a intentar paralizar su publicaci6n, El objetivo de los enciclopedistas fue la difusion de una cultura renovada y critica, Una difusién que debia acabar con la idea de un saber erudito, accesible solo a un reducido circulo de elegidos. Era necesario abrir el saber en el doble sentido de hacerlo llegar a més gente y de incluir conocimientos que tradicional. mente habfan sido menospreciados. Las artes mecéni- cas y los oficios industriales y artesanales recibieron un tratamiento muy detallado, que oblig6 a sus auito- res a aproximatse al conocimiento de este tipo de saberes. La atencién prestada y la minuciosidad con la que se expusieron este tipo de conocimientos con- tribuyeron indudablemente a mejorar st valoracién, social y a allanar el camino que condujo hacia 1a juymagsasbre mecca, inminente revolucién industrial del siglo x0. aparecdaenlaFacdoped B IL. Lo filosofia moderna Segiin Diderot, la labor del filésofo vinculado con el compromiso social de publicar la Enciclopedia, debfa ser doble: ‘e De una parte, unificar y sistematizar la gran cantidad de conocimientos (que surgen aqui y alla, y se acumulan de forma dispersa e inconexa ‘¢ De otta parte, garantizar que los auténticos conocimientos logtados en el pasado y en el presente se transmitan a las generaciones futuras, de modo ‘que puedan servir para mejorar la vida de la descendencia humana, Para concluir, conviene resaltar que el principio basico que quisieron com- partir todos los autores de la Enciclopedia y que inspird su quehacer fue el de atenerse a los hechos. Diderot defiendié que toda deduccién que parta de los hechos o de verdades bien conocidas es preferible a un discurso que se base en meras hipétesis, aunque sean geniales. 1.2. Voltaire: la defensa de la tolerancia Voltaire trat6 el tema de la tolerancia en sus escritos de forma recurrente El fundamento de que a tolerancia como virtud debe practicarse de forma prioritaria se encuentra en la limitacién del conocimiento humano, que ya habian puesto de manifiesto los empiristas ingleses y que suscribié Voltaire. ‘Todos los individuos estén sujetos a error en cualquier asunto del que se ocu- pan, pero muy especialmente cuando pretenden alcanzar algiin conocimiento relativo a Dios o al alma humana. El reconocimiento de esa limitacién debe predisponer al sujeto para el perdén de los errores ajenos y permitir la con- vivencia pacifica entre quienes opinan de modo diferente. La intolerancia se manifest6 con especial virulencia en la politica y en la reli gin, La intolerancia politica va unida aa tirania del gobermante que no conoce mas ley que su propio capricho; como ha sido el caso de los monarcas absolu. tistas. La intolerancia religiosa tiene su origen en la concepcién dogmatica que las religiones reveladas tienen de sus doctrinas. El dogmatismo religioso ha con. ducido a la division de esas mismas religiones en sectas enfrentadas entre sf has ta el punto de haber provocado grandes guerras en las que se ha desangrado el continente europeo durante siglos. Este es, a juicio de Voltaire, otro motivo mas para rechazar este modo de concebir la religidn, Ileno de supersticiones, y optar por el deismo como forma civilizada de entender la religidn. Una religiosidad asada exclusivamente en la raz6n esta siempre dispuesta revisar sus conclusio- nes a la luz de nuevos argumentos racionales. Dentro del deismo no cabe espe- rar otro tipo de combates que los incruentos' combates dialécticos. ‘Noes, por consiguiente, a los hombres a quien me dino, sino a T, Dios de todos los se res, de todos los mundos y de todos los tiempos. ...];Dignate mirar con piedad los errores inherentes a nuestra naturaleza!;Que esos errores no sean fa causa de nuestras calamida- des! Ti no nos has dado un corazén para odiar ni unas manos para estrangularnos. jHaz que nos ayudemos mutuamente a soportar la carga de una vida penosa y pe- recedera! ;Que las pequefias diferencias entre los vestidos que cubren nuestros débiles Cuerpos, entre nuestras lenguas insuficientes, entre nuestros ridiculos usos, entre nues- tas leyes imperfectas, entre todas nuestras opiniones insensatas, entre nuestra condi- | cidn tan desproporcionada a nuestros ojos y tan igual ante Ti; que todos esos | pequerios matices que nos distinguen a los étomos que llamamos hombres no sean ‘motivo de odio y persecucién! Vora Tread delotleen res © Explica cudles son los argumentos que esgrime Voltaire en este texto para defender tolerancia | © Busca un ejemplo de actitud intolerant y analiza a a luz de los argumentos, | devotee Qrctividades Eh 2G ,006 conexién existe entre Taactitudilustrada ante la tradicion, su modo de concebir la historia yla importancia que concedié a la idea de progreso? La Enciclopedia de los ilustra ‘dos no fue un libro sin mas, sino {que incorporaba un buen numero que es corrompido por una organiza cién social que no contribuye a favorecer su desarrollo natural 2.1. El estado de naturaleza [@ Para elaborar su teorfa social, Rousseau necesit6 partir de una hipotesis de trabajo a la que ya habfan acudido otros autores precedentes. Se trataba de Ia suposicién teérica acerca de cémo habria sido la ida de los seres humanos antes de constituirse en sociedad. Esto es lo que se ha dado en llamar el esta- do de naturaleza. No estamos hablando, por tanto, de una situacion real € histérica sobre la que sea posible recabar datos, sino de una reconstruccién maginaria sobre la base del conocimiento que tene- mos del ser humano actual viviendo en sociedad Incluso, mas que de una reconstrucci6n, deberfa- mos hablar de una deconstruceién, porque en reali- dad el objetivo era eliminar las sucesivas capas superpuestas que la sociedad ha ido afiadiendo sobre la naturaleza humana, hasta encontrarla des- nuda, sin el ropaje social La finalidad de esta hipdtesis sobre el hombre en el estado de naturaleza es doble: De una parte, se le asigna un valor normativo que permite dictaminar sobre la bondad 0 maldad de una instituci6n social. De otra parte, se la utiliza como punto de referencia para comparar y cali- ficar una determinada institucion social. Las conclusiones obtenidas del uso de esta estrategia dependieron, obvia- mente, de los supuestos de partida para construir la hip6tesis fundamental del estado de naturaleza, Rousseau, sobre este particular, siguié una linea de pen- samiento puesta a la de aquellos que emplearon antes que él este recurso. El hombre en estado de naturaleza no es malvado ¢ injusto. Es la sociedad la que lo convierte en tal. Rousseau se declaré abiertamente partidario de la hipotesis del «buen salvaje» que vive conforme a sus sentimientos e instintos. ‘Sin embargo, no hay aoranza de ese estado primitivo, no se trata de un culto a la barbarie. Rousseau fue plenamente consciente de las limitaciones que imponia esa situacin previa a la civilizacién, aunque le sirvi6 para poner de manifiesto la traiciGn que la sociedad habfa cometido contra ese hombre natural. La sociedad deberia haber servido para mejorarle y, hasta ahora, solo ha logrado corromperle. Hay mucha diferencia entre la voluntad de todos y a valuntad general: esta solo mi- | 1a al interés comin; la otra mira al interés privado, y no es mds que una suma de volun | tades particulares, pero quitense de estas mismas voluntades el mds y el menos, que se destruyen mutuamente, y quedard por suma de las diferencias a voluntad general. Si, cuando el pueblo suficientemente informado delibera, no tuviesen los ciudada- ‘nos ninguna comunicacién entre si, del gran numero de pequeias diferencias resulta- ‘ia siempre la voluntad general, y la deliberacién seria siempre buena. Pero cuando se forman facciones y asociaciones parciales a expensas de la grande, la voluntad de ca- | da asociacion se hace general con respecto a sus miembros, y particular con respecto al Estado: se puede decir entonces que ya no hay tantos votos como hombres, sina | tantos como asociaciones.[...] Conviene pues para obtener la expresién de la voluntad general, que no haya nin guna sociedad parcial en el Estado, y que cada ciudadano opine segiin él solo piensa. Jean Jacques Rovssead contrat socal Biblioteca virtual Miguel de Cervantes II, Lo filosofia moderna 2.2. El contrato social Hemos visto que para Rousseau la vida en sociedad corrompe al ser huma- no; sin embargo, el regreso al estado de naturaleza resulta imposible e inde. seable. La soluci6n no puede ser otra que el establecimiento de un contrato social en el que se superen las deficiencias de los dos estados previos en los que ha vivido el ser humano hasta ahora En el estado de naturaleza, el ser humano vivia de acuerdo con sus ser mientos y sus pasiones. En la sociedad actual, se le ha impuesto una renuncia a esos sentimientos para vivir conforme a los dictados exclusivos de una razon aislada y opuesta a las pasiones. Bl contrato social debe, por tanto, promover un modelo social en el que los individuos vivan en consonancia con su inte- gridad humana, que es a la vez sentimiento y raz6n El contrato social propugnado por Rousseau debe ser suscrito y luego sostenido en el tiempo. La volun- tad general sera la encargada de realizar esa labor. En el estado de naturaleza, los individuos tenfan intereses particulares que en parte eran coincidentes unos con otros y en parte divergentes. Al integrarse en un cuerpo social, los seres humanos deben establecer el bien comin por medio del concierto de los diferentes intereses particulares (si esto no fuese posible, jamais carnitine llegaria a constituirse la sociedad). Una vez establecido poe el bien comin, este genera el vinculo social que hace ee que emerja la voluntad general como la fuerza capaz de perseguir el bien comiin hasta hacerlo efectivo. La voluntad general se configura no por una cesién de derechos y liberta- des en un pacto de sumisin, como pretendia Hobbes, sino a través de un pacto entre iguales, que en todo momento permanecen asf. El pacto no les somete a ninguna instancia superior, ni tampoco supone una renuncia a parte de sus derechos a cambio de conservar su individualidad. Se trata de una auténtica transformaci6n de ser individual en ser social. Cada individuo deja de ser quien era para pasar a ser un miembro activo del cuerpo social al que pertenece, Como consecuencia del pacto social, ningin ser humano deberd obedecer a otro ser humano en el seno de la sociedad, sino a las leyes, que son sagradas por ser la expresién de la voluntad general. Pee acy Preereet ual iceaoeee pee Exner eran ee] ences eras) Parner | Mouse En las democracias modernas, la | soberania popular se ejerce en | la toma de decisiones relativa ala | eleccién de representantes 0 en cuestiones de especial relevancia sobre las que se convoca un refe- réndum. En cada uno de esos casos, la decisién es nica (solo uno puede ser presidente del gobierno) pero la toma todo el cuerpo social concurriendo a las urnas. Al votar, cada individuo expresa su voluntad individual, pero el resultado final, puesto que 5 Unico, no puede atribuirse a una multiplicidad de voluntades, sino a una voluntad general que surge como una realidad nueva @ partir de la concurrencia de voluntades individuales. Kont 5 Kant: la razon practica Segiin Kant, la raz6n no debe solo analizarse desde su aplicacién al conoci- miento cientifico de la realidad puesto que también es una facultad empleada para ordenar la conducta, En su intento de realizar una revision critica de la raz6n, no podia conformarse con circunscribir su tatea al ambito te6rico; debia abarcar también el trabajo que realiza la raz6n en el terreno de la acciGn moral Esto se anticipaba cuando se decia que una de las preguntas a las que debia res- ponder la filosofia era «jqué debo hacer?». La tarea del fl6sofo profesional con: siste en poner a punto la raz6n para dar cumplida respuesta a esta pregunta. Kant consideré que la universalidad es un requisito fundamental de la moralidad. Un principio moral solo puede ser legitimo si es valido para todo ser humano. Esta universalidad de la moral solo se logra si su funda- mento es la razén. Una moral basada en los sentimientos o las inclinaciones siempre sera particular. Los sentimientos y las inclinaciones varian de unos indi viduos a otros y no hay nada que pueda garantizar un consenso universal con respecto a ellos. La razén en cambio es siempre una y la misma en todos los. seres humanos, de ahi que una moral que funde sus principios en la razin pueda aspirar razonablemente a la validez universal. 5.1, Eticas materiales y ética formal La teorfa ética kantiana es de una gran originalidad. Su propuesta es esen- cialmente distinta de todas las teorias éticas anteriores. Para exponer de una ‘manera simplificada esa diferencia fundamental podemos decir que todas las teorias anteriores a Kant pueden ser catalogadas como éticas materiales y, sin embargo, la ética kantiana es una ética formal. Las éticas materiales comienzan proponiendo algo que se considera bien supremo, ya sea la felicidad, el placer 0 cualquier otra cosa. A continuacion, proporcionan una serie de normas de conducta con la indicacion de que, si se respetan tales normas, se alcanzaré aquello que previamente se ha conside- rado el bien supremo. Las normas concretas y el bien supremo propuesto constituyen la materia de la ética Kant consideré que las éticas materiales adolecen de tres defectos: ~*~ © Son empiticas y, por tanto, a posteriori. Para determinar en qué consiste el bien supremo es necesario haber tenido expe- riencia de unos y ottos y asi poder calibrar cual de entre todos los bienes puede considerarse superior a los demas. De igual modo, para asegurar que el cumplimiento de una norma con- duce a un determinado fin se necesita contrastarlo en la practi ‘a. Pero, si se pretende formular una ética que pueda valer para todos los seres humanos, no se puede recurrir a la experiencia porque de ella no se pueden extraer principios universales. ‘© Sus preceptos son hipotéticos 0 condicionales. Su valor depende de que se admita el deseo de alcanzar aquello que se ha propuesto como bien supremo. Los imperativos de este tipo de éticas tienen todos la forma «si quieres conseguir... debes. ..». De nuevo nos encontramos con el problema de que tuna ética que contenga imperativos hipotéticos no puede ser universalmente valida. Bastard con que alguien afirme no aspirar a alcanzar aquello que se propone como bien SUpTeMO —_yycasperonasno aspan3akanzacome ben supremo una vida placenta, para que no se vea concernido por este tipo de imperativos. __egpestenaesunimperathownivesatmente vii, g. La ltustracion y Kant @ Son heterénomas. En las éticas materiales, la razén préctica, que es la encargada de determinar la conducta humana, recibe indicaciones desde una instancia externa a ella; ya sea esta el sentimiento, la inclinacién o cual: quier otra. Esta heteronomia moral es entendida por Kant como ausencia de libertad, Si la razén préctica no se da a si misma las normas que han de guiar la conducta, entonces no es libre, sino que est sometida a instancias ‘que se consideran superiores. En tal caso no se cumple el requisito funda- mental de la moralidad, que es la libertad del sujeto moral. La raz6n practi ca ha de ser autonoma para que asf sea posible hablar de una conducta auténticamente moral. La soluci6n a los problemas que aquejan a las éticas materiales consiste en ee proponer una ética formal, es decir, una ética vacia de contenido, que no proponga ningiin bien supremo, ni tampoco dicte normas concretas. Una ética asi no expresaré lo que se debe hacer, sino cémo se debe obrar; se centra- rien la forma de la acci6n y no en su contenido. La ética formal no ser empf. rica, sino a priori; sus imperativos no seran hipotéticos, sino categéricos; y la raz6n practica gozard de autonomia 5.2. La nocién de deber y el imperativo categérico Una vez que la moral ha sido vaciada de todo contenido, surge la pregunta sobre cémo distinguir las acciones moralmente buenas de las que no lo son. Kant indica que la clave esta en el deber. Lo que determina el valor moral de tuna accién no es su contenido, lo que se hace, sino el modo en el que se hace. Una acci6n seré moralmente buena si es hecha por deber. En relacién con el deber, las acciones humanas pueden ser clasificadas de la siguiente forma @ Accién contraria al deber. Es aquella en la que el individuo conoce su obli- gacién moral y sin embargo realiza lo contrario de lo que esta prescribe. Este tipo de acciones son claramente inmorales. ‘® Accién conforme al deber. Es aquella en la que el individuo conoce su obligacién moral y la realiza, pero por un motivo ajeno al propio deber. Cuando ayudamos a alguien que lo necesita y lo hacemos por compa- sién, por la recompensa econémica que esperamos obtener al hacerlo 0 por el reconocimiento social que se otorga a quienes ayudan a los nece- sitados, estaremos obrando confor- me al deber, pero no por deber. Este tipo de acciones pueden ser consi- deradas legales, pero no moralmen- te buenas. © Accién realizada por deber. Es aque. lla en la que el individuo conoce su obligacion moral y cumple con ella simplemente porque esa es su obli- a gaci6n, sin atender a ningiin otro 2 arma : tipo de consideraci6n. Estas son las Ams verdaderas acciones morales, segtin Sein Kanto eslomismoacearcerecamente por miedo a ua represaiaoastg, que por debt. Kant. IIL Lo fllosollo moderna Para determinar el valor moral de una accién, no interesa lo que de hecho se hizo ni tampoco cuales fueron los resultados; lo tinico que se debe tomar en consideracién es como se establecis Ia relacién con el deber. Si alguien lleva- sea cabo una accién por deber y las consecuencias fuesen desastrosas, lo lamentariamos, pero eso le quitarfa ni un 4pice de su valor moral. Una vez establecido que las acciones morales son las que se realizan por deber, queda aclarar en qué consiste ese deber que determina la moralidad de una acci6n. Kant dice que el deber consiste en el respeto a la ley practica que queda recogida en el imperativo categérico. Sila raz6n teérica se expresa a través de juicios, el discurso de la raz6n prac- tica estd compuesto por imperativos. Los imperativos son preceptos, normas que conminan al sujeto a realizar ciertas acciones y no otras. Como ya se ha visto, los imperativos o preceptos hipotéticos mandan de forma condicionada Los preceptos o imperativos categéricos mandan de forma absoluta ¢ incondi nada. Segiin Kant, solo un imperativo categorico puede convertirse —_peacuerdcnta tia taaa lind lobar en ley practica porque solo un imperativo categorico puede aspirar a mandar a éebeguasepringpiasdetasalosquequbsera todos los seres humanos por igual; es decir, a ser universal. Kant offece varias formulaciones del imperativo categérico, pero solo hay una que se repite en todos sus escritos sobre ética y es la siguiente: Obra siem- pre segiin una méxima' que puedas querer que se convierta en ley universal. Esta norma encaja a la perfeccién en el disefto de la moral kantiana, Es una norma puramente formal. No dice qué hacer, sino cémo obrar, De acuerdo con el imperativo categsrico, el individuo, al obrar, debe guiarse por unos principios idénticos a los que quisiera que guiasen a otros si ocupasen su lugar. Por tanto, lo decisivo, desde un punto de vista moral, no es lo que de hecho se hace, sino la intencién con la que se hace. A la ley moral le ocurre Io contrario que a la ley politica: la ley moral no obliga a hacer esto o aquello, pero sf presta especial atenci6n a la intencién que subyace en cualquier accién; Ia ley politi- a, en cambio, obliga a realizar una determinada accién, pero no se preocupa por las intenciones correspondientes il Eotado le importa que paguemos nuestros Impuestos, pero lees indiferente silo hacemos por evitar la sancién o porque queremos contribuir al buen funciona- miento de nuestro pais. A la moral no le importa si pagamos 0 no los impuestos, : pero si esté muy interesada en conocer silo que hacemos, lo hacemos por deber 0 : con otra intencién diferente. Una accién hecha por deber tiene su valor moral, no en el propésito que por medio | della e quiere alcanzar, sino en la maxima por a cual ha sido resuelta; no depend, | pues, de la realidad del objeto de fa accién, sino meramente del principio del querer, segtin el cual ha sucedido la accién, prescindiendo de todos los objetos de la facultad | ce desear. Por lo anteriormente dicho se ve con claridad que lo propésitos que poda- | imos teneral realizar las acciones,y los efectos de esta, considerados como fines y mo: tores de la voluntad, no pueden proporcionar a las acciones ningin valor absolute moral. :Oénde pues, puede resid este valor, ya que no debe resid en fa voluntad, en relacién con ls efectos esperados? No puede resiir sino en el principio dela voluntad, prescindiendo de los fines que puedan realizarse por medio de la accn. inaasclioan | fundaentacion dela metfsica dos costumbres 3pas-ale | © BBG 0:6 significa para Kant el que una accién se haga por deber? ¢Qué otro tipo de acciones existen en relacion con el deber? | © BB jPor qué dice Kant que los propésitos que tengamos al realizar una | accién no proporcionan valor moral a esa acciOn? ,De qué depende entonces | el valor moral de una accién? 9. Lo lusirocion y Kont ‘ue guiasen actiossionpasen sug, ‘maxima: principio que encierra un pensa- rmiento de ardcter doctrinal o moral

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