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EL LIBRO DEL PROFETA SOFONIAS

 EL PROFETA SOFONIAS (640 – 610)

El nombre de Sofonías (Zephanjas) es de origen hebreo y significa “Dios Oculta”


ó “Dios Protege”. En el primer versículo del libro de Sofonías (Sf 1,1) se citan
sus antepasados en el se conoce que perteneció al parecer a la Tribu de Judá de
la estirpe real y entre sus antepasados se encuentra Ezequías.

Su labor profética se lleva a cabo en la segunda mitad del siglo VII aC,
principalmente en el reinado de Josías hijo de Amón (642 a 639aC), desarrolla
su ministerio en Jerusalén (Sof 1,4-10; 3,1; 14, 55) capital del Reino de Judá.
Según Sofonía 1,1 profetizó en tiempos del Rey Josías en su minoría de edad (2
Cr 33,1). En este tiempo existió un Consejo Real, dado que Josía fue elegido rey
a los 0cho años de edad.

El profeta Sofonías vivió los estragos de los reinados impíos de Manases (698 –
643) y Amón (643 – 640) quienes favorecieron el desorden religioso. Reinados
que, desde el punto de vista espiritual, representan una de las épocas más
sombrías dentro de la dinastía davídica. En los reinados de Manases y Amón la
idolatría se habría introducido en la ciudad santa (Jerusalén) en forma demás
vergonzosa (especialmente culto a Baal y Astarté), y con el culto extranjero
llegan también la cultura extranjera y una gran corrupción moral. Josías es el
rey del cetro ungido, deseaba poner fin a la devastación de los lugares santos, y
uno de los más acérrimos defensores y consejeros de esta reforma fue Sofonías.
Se suscitó para estos tiempos la esperanza de una restauración nacional. En
633 a. C. el sacerdote Helcías, padre de Jeremías, encontró un libro de la Torá perdido (2
Re 22:8) que atribuyó a Moisés, posiblemente el Deuteronomio, lo que condujo a reformas
importantes del culto. Este reinado vio el eclipse y derrumbamiento del imperio asirio, lo
que llevó a Josías a seguir la trayectoria de Ezequías centralizando toda el culto en
Jerusalén, e instituyendo el Pésaj. En 633 a. C. el sacerdote Helcías, padre de Jeremías,
encontró un libro de la Torá perdido (II Reyes 22:8) que atribuyó a Moisés, posiblemente
el Deuteronomio, lo que condujo a reformas importantes del culto.56 Este reinado vio el
eclipse y derrumbamiento del imperio asirio, lo que llevó a Josías a seguir la trayectoria de
Ezequías centralizando todo el culto en Jerusalén, e instituyendo el Pésaj.

 EL LIBRO DE SOFONÍAS

Fecha de Composición: Se sugiere que su fecha de composición es anterior a la


reforma de Josías 621 aC.

Propósito del Libro: El propósito principal de la composición del libro era el de


alterar el comportamiento, particularmente religioso de sus contemporáneos.
Este libro fue compuesto durante el periodo monárquico y el cual a través de la
amenaza de una calamidad futura para aquellos que han dejado de seguir al
Señor pretende el cambio de comportamiento.

Estilo y Carácter del Profeta: El estilo del Libro de Sofonías es muy fluido y
estás sobrecargado de reminiscencias y pasajes tomados en préstamo a los
profetas anteriores. Se limita al modelo común de pensamiento de todas las
exhortaciones proféticas, amenazas de juicio, exhortaciones a la penitencia y
promesa de salvación mesiánica. A Sofonías además del libro bíblico se le
atribuye un apócrifo solo conocido por citas de clemente y por unos fragmentos
coptos Ver apocalipsis de Sofonías). Sofonías puede ser considerado el prototipo
de los profetas hebreos y como el modelo de la terminología profética. No busca
la gloria del escritor original, sino que pide prestadas ideas y estilo. El parecido
con el libro del Deuteronomio puede explicarse por el hecho de que este último
libro, hallado durante la reforma de Josías, se convirtió en el centro de interés
religioso. El lenguaje de Sofonías es vigoroso e intenso como corresponde a la
seriedad de la época.

CONTENIDO DEL LIBRO DE SOFONÍAS

El libro de Sofonías consta de tres capítulos, pero se divide en cuatro secciones


así:

1. El Día de Yahvé (1,2 – 2,3)


2. Contra las naciones (2, 4 – 15)
3. Contra Jerusalén (3, 1 – 8)
4. Promesas (3, 9 -20)

1. El Día de Yahvé (1,2 – 2,3). El libro se abre con una amenaza de


destrucción universal, tanto de hombres como de animales que pueblan la
tierra, el cielo y el mar (2s), que nos hace recordar Gn 6,13. ¿Cuál es la
causa de esta decisión? El motivo aparente son los pecados de Judá y de
Jerusalén, que tienen como expresión la idolatría y los cultos animistas y
astrológicos (5). Judá ha llegado al punto máximo de paganismo desde la
época de Manasés (698-643 a.C.), cuando se abrieron las puertas del reino a
todo tipo de culto pagano. Jerusalén se inundó de dichos cultos, de altares y
de sacerdotes, lo cual indujo al sincretismo religioso: adoraban al Señor y al
mismo tiempo rendían culto a Milcom (5), dios extranjero amonita. La
paciencia del Señor ha llegado a su fin, la única salida es la destrucción.
1,7–2,3 Con la solemnidad que corresponde, el profeta anuncia la llegada
del «día del Señor» (1,7); todo está dispuesto como si se tratara de un acto
religioso: banquete y purificación de los invitados. Pero este «día del Señor»
no es para banquetear, sino para juzgar. Los primeros en ser llamados a
juicio son los príncipes reales y los que han contaminado a Israel con
costumbres extranjeras (1,8); les siguen los que profanan la casa del Señor
con todo tipo de comercio religioso que esconde corrupción, engaño y
violencia (1,9). En fin, la intención del Señor es registrar cada rincón de
Jerusalén para exterminar de ella a todos los que se han rebelado contra Él,
guiados por la idea de que «Dios no actúa ni bien ni mal...» (1,12). El castigo
consiste en no poder disfrutar de las riquezas que han obtenido, ni de las
que pudieran obtener en el futuro. 1,14–2,3 va describiendo cómo será ese
día del Señor. Sin embargo, el profeta considera que a pesar de que su
llegada es inminente, todavía hay tiempo para la conversión. El llamado se
centra en los humildes, en quienes en medio de todo sean capaces de
reconocer que no son las riquezas, ni el oro, ni la plata las que pueden
salvar (1,18), sino única y exclusivamente el amor misericordioso del Señor
(2,3).
2. Contra las naciones (2, 4 – 15). Antes de pronunciar el castigo definitivo
sobre Judá y Jerusalén, el profeta describe el castigo previsto para las
naciones vecinas: no quedará nada de ninguna de ellas. Ni siquiera Nínive,
que se tenía como la invencible, escapará al paso desolador del «día del
Señor». Nótese la intención de describir el castigo universal refiriéndose a
los pueblos de los cuatro puntos cardinales, Moab y Amón, al este; Filistea,
al oeste; Asiria, al norte; y Etiopía, al sur. El versículo 11 deja entrever la
posibilidad de la conversión de los paganos al Dios de Israel.

3. Contra Jerusalén (3, 1 – 8). La intención del oráculo contra las naciones de
2,4-15 era hacer entender a Judá que a ella también podría pasarle lo
mismo; sin embargo, no se dio por enterada, no escarmentó (1), entregada
como estaba a toda clase de delitos y pecados, desde los príncipes y
dirigentes hasta sus profetas y sacerdotes (3). Como no escarmentaron con
el castigo infligido a las demás naciones (6s), ahora el Señor acusará y
castigará a su pueblo como al resto (8). La mención en el versículo 3 de los
príncipes ha hecho pensar en el período en el cual gobernó en Jerusalén una
junta real, dado que Josías era apenas un niño cuando heredó el trono; por
ello, se supone que Sofonías ejerció su ministerio profético en tiempo de
Josías, aunque no propiamente de su reinado.

4. Promesas (Restauración) (3, 9 – 20). De la amenaza de destrucción


universal se pasa súbitamente a la promesa de salvación. El castigo, por
tanto, no es de destrucción total, sino un remesón purificador. Los versículos
9s anuncian la purificación universal que luego se concreta en la salvación
centrada en Jerusalén, lugar adonde vendrán todos los adoradores del Señor
a presentar sus ofrendas. Lo harán sin ninguna vergüenza por los delitos
pasados, porque el Señor habrá arrancado de cada uno su soberbia (11). La
otra imagen que comenzará a mostrar Jerusalén está fundada sobre un
pequeño resto fiel con el que el Señor comenzará a cumplir sus promesas
(12s). Este resto, también llamado pueblo pobre y humilde, es la antítesis
del pueblo que describió en 3,3s. Éste sí hará posible la inauguración de una
nueva época marcada por la justicia, la paz, la tranquilidad y la alegría de
sus habitantes. En medio de ellos estará el Señor como buen pastor
buscando y reuniendo de nuevo al redil (19).

DOCTRINA
El mensaje principal del libro es el Día del Señor o Día de Yahvé, día que el
profeta anuncia como un castigo divino por los pecados del Reino de Judá. Los
versículos 14 al 18 del capítulo primero (Sof 1, 14 – 18):
Biblia Latinoamericana:
14 Se aproxima el gran día de Yavé, ya está cerca, ya llega corrriendo. El día de
Yavé: su solo estruendo es una cosa amarga, y hasta el valiente grita de pavor.
15 Es un día de cólera aquel día, de angustia y de congoja; día de destrucción y
de ruinas, de sombras y tinieblas; día de nubarrones y neblina, 16 día en que
suena el clarín en lo alto de la muralla y da la alarma en todas las fortalezas.
17 Les mandaré a los hombres la congoja, y andarán como ciegos ( ). Su sangre
será esparcida como el polvo y sus restos yacerán como basura. 18 Ni su oro ni
su plata los lograrán salvar cuando estalle la cólera de Dios y consuma en el
fuego de su celo al país de Judá y destruya sin dejar rastro siquiera a todos los
que habitan esa tierra.

Biblia de Jerusalén, Ed. Desclée de Brouwer, 2009


14 ¡Se acerca el gran Día de Yahvé, se acerca, viene a toda prisa! ¡Amargo el
vocerío del día de Yahvé, entonces gritará hasta el soldado! 15 Aquel día será
día de ira, día de angustia y aprieto,
día de devastación y desolación, día de tinieblas y oscuridad, día de nubes y
densa niebla, 16 día de trompeta y griterío, contra las ciudades fortificadas,
contra los altos baluartes. 17 pondré a los hombres en aprieto, y ellos andarán
como ciegos (porque pecaron contra Yahvé); su sangre se derramará como polvo,
su carne como excrementos. 18 Ni su plata ni su oro podrán salvarlos
el Día de la ira de Yahvé, cuando el fuego de su celo devore la tierra entera; pues
acabará de forma terrorífica con todos los habitantes de la tierra.

Biblia de Nuestro Pueblo (Luis Alonso Schökel)


14 ¡Se acerca el día grande del Señor! Se acerca con gran rapidez: el día del
Señor es más ágil
que un fugitivo, más veloz que un soldado. 15 Ese día será un día de cólera, día
de angustia y aflicción, día de destrucción y desolación, día de oscuridad y
tinieblas, día de nubes y nubarrones, 16 día de trompeta y gritos de guerra,
contra las ciudades fortificadas, contra las altas torres de defensa. 17 Perseguiré
a los hombres, para que anden ciegos, porque pecaron contra el Señor; su sangre
se derramará como polvo, sus entrañas como estiércol, 18 ni su plata ni su oro
podrán librarlos, el día de la cólera del Señor, cuando el fuego de su celo
consuma la tierra entera, cuando acabe cruelmente con todos los habitantes de la
tierra.

Biblia Dios Habla Hoy

¡Ya está cerca el gran día del Señor! ¡Ya está cerca, viene de prisa! El estruendo
del día del Señor será amargo: ¡hasta los más valientes gritarán entonces!
15 Será un día de ira, de angustia y aflicción, de ruina y desolación, de oscuridad

y tinieblas, de nublado y sombras profundas; 16 será un día de trompeta y de


clamor contra las ciudades fortificadas y sus altas torres. 17 Dice el Señor:
«Pondré en apuros a la gente. Caminarán como ciegos, porque pecaron contra
mí. Su sangre será derramada como polvo, y su carne amontonada como
estiércol.» 18 En el día de la ira del Señor, no salvará a la gente ni su plata ni su
oro, porque el fuego del enojo del Señor consumirá todo el país. ¡Todos los
habitantes de la tierra quedarán destruidos en un solo instante!

(Sof 1, 14 – 18): Inspiraron el himno Dies Irae, que fue una parte fija de la Misa
de Requiem entre el Concilio de Trento y el Vaticano II.
Texto original en latín Traducción
Dies iræ, dies illa, Día de la ira, aquel día
Solvet sæclum in favilla, en que los siglos se reduzcan a cenizas;
Teste David cum Sibylla! como testigos el rey David y la Sibila.
Quantus tremor est futurus, ¡Cuánto terror habrá en el futuro
quando iudex est venturus, cuando el juez haya de venir
cuncta stricte discussurus! a juzgar todo estrictamente!
Tuba mirum spargens La trompeta, esparciendo un sonido admirable
sonum por los sepulcros de todos los reinos,
per sepulcra regionum, reunirá a todos ante el trono.
coget omnes ante thronum. La muerte y la Naturaleza se asombrarán,
Mors stupebit et Natura, cuando resucite la criatura
cum resurget creatura, para que responda ante su juez.
iudicanti responsura. Aparecerá el libro escrito
Liber scriptus proferetur, en que se contiene todo
in quo totum continetur, y con el que se juzgará al mundo.
unde Mundus iudicetur. Así, cuando el juez se siente
Iudex ergo cum sedebit, lo escondido se mostrará
quidquid latet apparebit, y no habrá nada sin castigo.
nihil inultum remanebit. ¿Qué diré yo entonces, pobre de mí?
Quid sum miser tunc ¿A qué protector rogaré
dicturus? cuando apenas el justo esté seguro?
Quem patronum rogaturus, Rey de tremenda majestad
cum vix iustus sit securus? tú que, salvas gratuitamente a los que hay que
Rex tremendæ maiestatis, salvar,
qui salvandos salvas gratis, sálvame, fuente de piedad.
salva me, fons pietatis. Acuérdate, piadoso Jesús
Recordare, Iesu pie, de que soy la causa de tu calvario;
quod sum causa tuæ viæ; no me pierdas en este día.
ne me perdas illa die. Buscándome, te sentaste agotado
Quærens me, sedisti lassus, me redimiste sufriendo en la cruz
redemisti crucem passus, no sean vanos tantos trabajos.
tantus labor non sit cassus. Justo juez de venganza
Iuste Iudex ultionis, concédeme el regalo del perdón
donum fac remissionis antes del día del juicio.
ante diem rationis. Grito, como un reo;
Ingemisco, tamquam reus, la culpa enrojece mi rostro.
culpa rubet vultus meus, Perdona, Señor, a este suplicante.
supplicanti parce Deus. Tú, que absolviste a Magdalena
Qui Mariam absolvisti, y escuchaste la súplica del ladrón,
et latronem exaudisti, me diste a mí también esperanza.
mihi quoque spem dedisti. Mis plegarias no son dignas,
Preces meæ non sunt pero tú, al ser bueno, actúa con bondad
dignæ, para que no arda en el fuego eterno.
sed tu bonus fac benigne, Colócame entre tu rebaño
ne perenni cremer igne. y sepárame de los machos cabríos
Inter oves locum præsta, situándome a tu derecha.
et ab hædis me sequestra, Refutados los malditos
statuens in parte dextra. arrojados a las llamas voraces
Confutatis maledictis, hazme llamar entre los benditos.
flammis acribus addictis, Te lo ruego, suplicante y de rodillas,
voca me cum benedictis. el corazón acongojado, casi hecho cenizas:
Oro supplex et acclinis, hazte cargo de mi destino.
cor contritum quasi cinis, Día de lágrimas será aquel renombrado día
gere curam mei finis. en que resucitará, del polvo
Lacrimosa dies illa, para el juicio, el hombre culpable.
qua resurget ex favilla A ése, pues, perdónalo, oh Dios.
iudicandus homo reus. Señor de piedad, Jesús,
Huic ergo parce, Deus. concédeles el descanso.
Pie Iesu Domine, Amén.
dona eis requiem.
Amen.

Para tener en cuenta:

Baal es una antigua divinidad de varios pueblos situados en Asia Menor y su área
influencia: babilonios, caldeos, cartagineses, fenicios (asociado Melkart), filisteos, israelitas y sidonios. Era el
dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad. Por otra parte, Moloch Baal es una versión diferente, se trata de un
dios de origen canaanita que fue adorado por los fenicios, cartagineses y sirios. Era considerado el símbolo del
fuego purificante, que a su vez simboliza el alma. Se le identifica con Cronos y

Astarté es la asimilación fenicia-cananea de una diosa mesopotámica que los sumerios conocían
como Inanna, los acadios, asirios y babilonios como Ishtar y los israelitas como Astarot. Representaba el culto
a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, así como la exaltación del amor y los placeres carnales. Con el
tiempo, se tornó también en diosa de la guerra y recibió cultos sanguinarios de sus devotos. Se la solía
representar desnuda o apenas cubierta con un fino cinturón, de pie sobre un león.
https://es.wikipedia.org/wiki/Astarté

Moloch o Moloch Baal fue un dios de origen canaanita que fue adorado por los fenicios, cartagineses y sirios.
Era considerado el símbolo del fuego purificante. Griegos y romanos lo identificaban con Cronos y Saturno,
respectivamente. Moloch o Moloch Baal fue un dios de origen canaanita que fue adorado por
los fenicios, cartagineses y sirios. Era considerado el símbolo del fuego purificante. Griegos y romanos lo
identificaban con Cronos y Saturno, respectivamente.

Josías nació en el 648 aC, reinón desde el 639 hasta el 608 aC , año de su fallecimiento.

BIBLIOGRAFÍA

https://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_Sofonías
https://es.wikipedia.org/wiki/Sofonías_(profeta)
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/sofonias.htm
https://www.aciprensa.com/Biblia/sofonias.htm
http://ec.aciprensa.com/wiki/Sofonías
http://www.es.catholic.net/op/capitulos/289/sofonias.html
http://www.pastoral-biblica.org/pdf-libros-biblia/bj-ipb-sofonias.pdf
http://www.sanpablo.es/biblia-latinoamericana/la-biblia/antiguo-
testamento/introduccion-a-los-profetas/sofonias
http://www.ebam.org/libros/biblia-de-nuestro-pueblo-version-pastoral-biblia-del-
peregrino.pdf
https://youtu.be/mEIHkVWR4_o (Video el Dá de la Ira con subtitulos en
Español).

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