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Alicia Camilloni – La validez de la enseñanza y la evaluación

Contenidos, objetivos, propósitos, estándares, competencias, son conceptos que se han ido
sucediendo en el campo teórico y práctico de los currículos escolares para poder definir qué es lo
que los sistemas, las escuelas y los profesores deben enseñar y qué es lo que los alumnos deben
aprender. Estos términos representan diferentes concepciones didácticas y han contribuido al
establecimiento de lo que Basil Bernstein denominaba un ‘’discurso regulativo’’ y un ‘’discurso
instruccional’’, funcionando como principios ordenadores del currículum.
El discurso regulativo establece principios acerca de la estructura que sirve de base para la
transformación del conocimiento en un dispositivo pedagógico de comunicación. El dispositivo
pedagógico describe el proceso de transformación del conocimiento desde el campo de
producción del conocimiento, al campo de recontextualización, al campo de reproducción en la
clase. Este dispositivo pedagógico abarca a la enseñanza y a la evaluación, en la práctica los
principios ordenadores pueden ser los mismos para enseñanza y evaluación, o por el contrario
pueden ser diferentes, lo que genera confusión para los estudiantes, que optan en general por
seguir la dirección que señala la modalidad de evaluación.
Es por esto que es de gran importancia el alineamiento efectivo de los principios ordenadores de la
enseñanza y la evaluación, ya que así se garantiza un claro señalamiento de las actividades, y
porque este alineamiento sirve como fundamento para la determinación de un criterio de validez
para la evaluación sin el cual esta carecería de significado.

Los criterios de validez en la evaluación

El requisito de validez se encuentra entre las condiciones fundamentales empleadas para apreciar
la calidad de los programas y de los instrumentos de evaluación. Su papel es fundamental, pero su
construcción y definición no reciben una respuesta unívoca, sino que son el resultado de una
conjunción de supuestos teóricos sobre cuál ha de ser la formación de los estudiantes, qué
procesos psicológicos se espera que desarrollen, qué tareas se eligen, etc.
Para algunos autores no es posible separar la validez de una prueba de su confiabilidad y postulan
que esta última es un aspecto interno de la validez, sin embargo, sea la evaluación cuantitativa,
cualitativa o combinada, la confiabilidad, si bien es deseable, es secundaria respecto de la validez.
El concepto de validez se refiere a la capacidad de un instrumento de evaluación para medir lo que
se pretende evaluar con él. Se pueden distinguir distintos tipos de validez:
- Validez referida a criterios: Depende de la relación que existe entre los criterios que se emplean
para la calificación de la prueba de la evaluación y los criterios de logros establecidos para el
aprendizaje que se evalúa.
- Validez de contenido: Depende de la correspondencia entre los aprendizajes de los alumnos en
cuanto a conocimientos, destrezas, competencias, y los que se prescribe que logren en el currículo
o programa.
-Validez de construcción: Corresponde a la capacidad de la prueba para evaluar los procesos
psicológicos que los alumnos ponen en juego en la realización de las tareas cuyo aprendizaje se
evalúa. Proceso cognitivos, creatividad, motivación, etc.
El autor Messick considera que no es adecuado diferenciar así las formas de validez, y postula seis
aspectos de validez interdependientes:

1) De contenido: Conocimientos, destrezas y otros atributos que se manifiestan en las tareas


evaluadas.
2) Sustantiva: Verificación empírica de que los procesos que corresponde al dominio evaluado se
evidencia en la prueba.
3) Estructural: El sistema de puntuación de la prueba es consistente con las manifestaciones del
modelo construido respecto de los procesos necesarios para la realización exitosa de la evaluación.
4) Generalizabilidad: Capacidad de la prueba para ofrecer resultados que se pueden generalizar y
transferir a otros contenidos, procesos, situaciones o tareas.
5) Factores externos: Alcances y correlación que tienen las puntuaciones de la evaluación respecto
de otras formas de evaluación.
6) Aspectos consecuenciales: Depende de los efectos que tiene la interpretación y el uso de los
resultados de la prueba.

Para Messick estos seis aspectos en conjunto deben ser tomados para la estimación de validez de
la evaluación, no se los puede separar.

Conclusiones compartidas por distintos autores:


- La validez no es una propiedad de la prueba, sino que se refiere al uso que se le da a la prueba
para un propósito determinado.
- Para evaluar la utilidad de una prueba y su adecuación a un propósito se requieren múltiples
fuentes de evidencia.
- Para justificar el uso de una prueba con un determinado propósito es necesario ofrecer evidencia
suficiente de que es apropiada para ese fin.
- La evaluación de la validez de una prueba no constituye un evento estático, sino que es un
proceso continuo.

La honestidad de las interpretaciones, inferencias y acciones del evaluador es un carácter que se


postula recurrentemente para otorgar validez. La validez se define internamente con referencia a
los propósitos propios de la evaluación.

La validez de la enseñanza a partir de un principio ordenador del dispositivo pedagógico: ‘’todo a


todos’’

El aspecto más importante para considerar la validez de la evaluación es el que deriva de el


alineamiento efectivo entre los contenidos cubiertos por el programa de evaluación y el universo
de los contenidos curriculares. Así es que los principios pedagógicos ordenadores sobre los que se
construyen el diseño curricular, la enseñanza y la evaluación son los que deben ser fundamentado
y justificados. Qué enseñar, cómo enseñar y quiénes pueden aprender son las claves de los
principios ordenadores del dispositivo pedagógico.
La evaluación no está destinada a seleccionar a los alumnos que son capaces de aprender, sino a
contribuir a mejorar el aprendizaje de todos. La expresión ‘’todo a todos’’ expresa un ideal social y
moral asociado al ideal de justicia, aunque esta aspiración está lejos de ser alcanzada. La igualdad
de oportunidades se fue desarrollando con dificultades y en dos versiones: como igualdad de
acceso pero no de permanencia, y como igualdad de acceso y permanencia pero no como igualdad
de calidad de la formación.
¿Cuál es el significado de ‘’todo a todos’’?. Comenio en su Pampaedia sostiene que todos los
hombres, la humanidad, deben ser educados en todo, integralmente (pansofía). Para Comenio
‘’todo a todos’’ se dirige a hombres y mujeres, nobles y plebeyos, jóvenes y viejos, al género
humano en todos los pueblos y ciudades. Sin embargo, tres siglos de pensamiento pedagógico han
planteado nuevos problemas e interpretaciones acerca de qué es enseñar, qué se debe enseñar y
quiénes pueden aprender.
Bruner enuncia que: ‘’Cualquier materia puede ser enseñada de un modo intelectualmente
honesto a todo niño en cualquier estadio de su desarrollo… es posible enseñar cualquier materia a
cualquier persona, sea cual fuera su edad, siempre que se haga de forma interesante y sincera.’’.
También enuncia que ‘’a cada conocimiento que existe en la cultura le corresponde una forma que
el alumno puede comprender, en cualquier etapa del desarrollo que se encuentre.’’
Bruner plantea para esto la programación de un currículo en espiral que parta de un nivel de
comprensión del alumno, para ir profundizando luego mediante nuevos modos de representación
y nuevos conceptos. Esto se asocia con su idea del conocimiento como proceso y no como
producto. El conocimiento es una estructura jerárquica en la que hay una parte más significativa
que las otras.
Los principios fundamentales de la pedagogía de Bruner son: economía (enseñar lo necesario y
nada inútil), transferencia y aprendizaje de normales generales, currículum en espiral, estructuras
básicos como contenido de la enseñanza y cultura, y el medio social como sostén de un
aprendizaje significativo y transferible. Esto es lo que según Bruner permite encontrar el modo de
conversión didáctica que abrirá la puerta de ‘’todo para todas las personas’’.

‘’Todo a todos’’ puede ser un ideal para la educación de hoy y de mañana. No es una utopía. Lo
que está en cuestión es la capacidad, la posibilidad y la conveniencia de la conversión de los
contenidos de la ciencia, la tecnología, las humanidades y las artes al nivel de comprensión de
todos los seres humanos.

La ‘’honestidad de la enseñanza y la evaluación

Los proceso de conversión de los conocimientos en contenidos curriculares son los que determinan
la validez de lo que se enseña como la validez de los aprendizajes que se evalúan. Esos procesos
son también los que sientan las bases para que las redes cognitivas de los alumnos sean duraderas
y que sus conocimientos sean transferibles. Se puede sostener que la validez y la autenticidad de
las evaluaciones reposan en la capacidad de los profesores para convertir en contenidos escolares
los conocimientos originados dentro y fuera de la escuela, sin distorsionarlos ni destruirlos, y
haciéndolos aprendibles por los estudiantes.
Cuando la evaluación está alineada con el currículo y la programación didáctica, cuando está
entretejida con la enseñanza, cuando los nuevos aprendizajes de los alumnos se asientan sobre
aprendizajes previos y cuando se perciben estos aprendizajes como asequibles , es cuando
podemos encontrar la ‘’honestidad’’ de la buena enseñanza y de la buena evlauación de los
aprendizajes.

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