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Durante las temporadas de lluvias, como la que está atravesando en este momento el
país, además de las consabidas inundaciones y deslizamientos, usualmente se disparan
los problemas gastrointestinales. La acumulación de aguas negras y los taponamientos y
contaminación en los acueductos por la cantidad de sedimento, son algunas de las
causas.
Este tipo de dolencias se conocen como enteritis bacterianas, que son inflamaciones del
estómago e intestinos causadas por bacterias.
Aunque las hay de distintos tipos, con algunas diferencias en sus síntomas, todas estas
bacterias tienen algo en común: la diarrea.
"Como Colombia está dentro de la franja de pobreza del mundo, hay muchas muertes
por enfermedades diarreicas agravadas por la desnutrición", explica el médico
gastroenterólogo William Otero.
Cifras del Instituto Nacional de Salud (INS) indican que aunque desde el 2005 se ha
disminuido la incidencia de mortalidad por enfermedades diarreicas agudas (EDA) entre
menores de cinco años (se pasó de 6 por cada 100.000 menores de 5 años en el 2005 a 4
en el 2009), el problema persiste, principalmente en los sectores rurales, donde se
encuentran precarios sistemas de acueducto y alcantarillado.
"El país ha ido mejorando en el tema, pero es importante insistir en que hay que seguir
trabajando en la calidad del líquido y las prácticas de higiene, porque de nada sirve tener
agua potable en malas condiciones de almacenamiento", dice Juan Gonzalo López,
director del INS.
"A veces la gente no dispone del agua 24 horas y por eso la almacena de manera
inadecuada, o no tiene las suficientes medidas de higiene y eso propicia la transmisión
de enfermedades", indica.
Además, en varios brotes de estas dolencias "uno evidencia que en el país todavía no
hay una cultura de procesar los alimentos o que se procesan en condiciones no muy
higiénicas, como en un tablón al aire libre, y no en una cocina", señala.
Sierra explica que 40 por ciento de los pacientes que padece EDA puede sufrir, como
consecuencia, de intestino irritable durante seis meses a un año. Esta es una respuesta
del sistema inmune, por el daño que produce la toxina en los nervios del abdomen.
Durante este periodo las personas sienten cólicos abdominales, distensión abdominal,
diarreas frecuentes y malestar al comer.
Lávese las manos con frecuencia y siempre antes de cocinar o limpiar. Lávelas después
de ir al baño y luego de tocar carne cruda.
Limpie los platos y utensilios que han tenido algún contacto con carne de res, de aves,
pescado o huevo crudo.
No beba agua de arroyos o pozos que no estén tratados. No coma verduras que no han
sido bien lavadas, porque son fuentes de infección.
Si usted cuida niños pequeños, lávese las manos con frecuencia y deseche los pañales
cuidadosamente de tal manera que las bacterias no se puedan diseminar a otras personas
o superficies.
Al viajar a sitios donde la contaminación es más probable, consuma únicamente
alimentos cocidos, frescos y calientes.
Beba agua sólo si ha sido hervida y no consuma verduras crudas ni frutas sin pelar.
Si recoge agua, hágalo en recipientes con tapa, límpielos frecuentemente y asegúrese de
que tengan una llave de dispensación. No introduzca baldes que puedan contaminar el
líquido.