Delegación Villa María – sede 14 Abogacía Teología I
Tema del trabajo: Los cambios socioculturales y su
incidencia en el Derecho. (Unidad II: El hombre “capaz” de Dios – 2. Un mundo en transformación) Reflexión personal.
Alumno: Octavio Calio.
Profesora: María Verónica Talamé La sociedad está en constante evolución gracias a nuevas tecnologías y formas de pensamiento. Cuando hablamos de cambios socioculturales, los cuales, como no puede ser de otra manera, siempre constituyen procesos ya que los cambios en la mentalidad de la gente y sus ideas y luego en la cultura general nunca son de la noche a la mañana, es imposible pasar por alto el impacto que estos tienen en la legislación.
Las continuas modificaciones en las sociedades y por ende en la cultura, no solo
tienen efectos negativos sobre la misma, sino que además han contribuido (y lo seguirán haciendo) a los cambios más significativos en lo que a legislación se refiere. De esta manera, nuevas tecnologías y métodos de pronto abren nuevas posibilidades en el plano legal, ejemplo de esto es la utilización de los análisis de ADN, las huellas dactilares y un vasto número de otros ejemplos en los que los progresos en las ciencias naturales, humanas y técnicas han contribuido positivamente en el derecho. Pero, en realidad, son las nuevas ideas y las revoluciones en el pensamiento (parte importante de los cambios socioculturales) las que generan las transformaciones más profundas. Basta con solo mirar la historia para encontrarnos con que la gran mayoría de normativas y la organización general del sistema legal de gran parte de los países del mundo se ha visto influenciado y modificado una y otra vez por las ideas innovadoras de su momento con gran fuerza social. Algunos casos son, por ejemplo, tan relevantes como aquellos que derivaron de la revolución industrial, una época donde el obrero ganó una importancia sin precedentes por la rápida industrialización en detrimento del antiguo modo de vida campestre y artesanal; las fábricas colmaron las ciudades y grandes cantidades de personas emigraron a las mismas, sin embargo, las condiciones laborales de esta nueva clase social eran lejanas a lo deseable y, como no podía ser de otra manera, rápidamente se instauraron en la sociedad nuevas ideas de la mano de movimientos sociales y pensadores revolucionarios que advirtieron inmediatamente los problemas que padecía la recién surgida clase obrera. Es así como aparecen, ya en aquella época, los primeros antecedentes a normativas tendientes a tratar los derechos del trabajador los cuales perduran, en esencia, hasta nuestros días.
Por supuesto que cuando se trata de movimientos sociales y cambios socioculturales
es difícil dejar pasar otro suceso histórico, un poco anterior al recién expuesto, que no solo tuvo un impacto político fundamental, también resultó muy relevante para el derecho: La Revolución Francesa. Este acontecimiento no solo fue trascendental para la normativa francesa, sino que su influencia se extendió mucho más allá. Sus principales aportes fueron hacia el Derecho Constitucional, y no me parece exagerado decir que, por primera vez en la historia moderna, el ideal de igualdad de todos los ciudadanos frente a la ley, sin monarquía ni nobles ni esclavos, estaba presente ya no en unos pocos pensadores, que muy relevantes fueron sin duda, si no en el conjunto del pueblo que estaban realizando algo que para la época era casi utópico. Esto por supuesto en la teoría, bien sabido es que en la práctica la ejecución de tan brillantes ideas fue un derramamiento de sangre con un sinfín de ejecuciones públicas mediante la guillotina. Sea como fuere, esas ideas de igualdad y libertad tuvieron profundas consecuencias en el Derecho Civil, Penal, Procesal, Fiscal y Administrativo francés, con influencias en los extranjeros también.
Lógicamente podríamos seguir buscando ejemplos de hace siglos atrás, posiblemente
ninguno con la relevancia de los anteriormente expuestos. ¿Pero qué sucede con los transformaciones socioculturales más modernas?, aquellos que han sido la causa de nuevas leyes y modificaciones de las antiguas hace no muchos años. Sucede que los grandes cambios no son solo aquellos que cargan dos siglos o más en sus espaldas, todo lo contrario. Encontramos que el S.XX ha sido en numerosas ocasiones testigo de revoluciones socioculturales que han llevado a profundas modificaciones en las leyes y la jurisprudencia. Si ahondamos en la historia del siglo pasado podemos encontrar acontecimientos muy relevantes que nos marcan hasta en nuestros días, todos producto de las ya mencionadas alteraciones sociales y culturales. Veremos entonces sucesos de la talla del apartheid y su abolición, así como a personajes tan importantes como Nelson Mandela, Martin Luther King, Mahatma Gandhi o La Madre Teresa de Calcuta que generarán profundas mutaciones en la mentalidad no solo en sus respectivos países, sino de todo el mundo y que darán como resultado un nuevo modelo de paradigma, quizás tomando inconscientemente ideas pasadas sobre igualdad, pero que sin lugar a dudas tiene como consecuencia una nueva apertura hacia las minorías, lo que nos lleva a una sociedad que de pronto pide y puja por otros derechos y garantías, para justamente, protegerse a sí misma y a los sectores minoritarios que la conforman.
Como ya se dijo, es posible que en el siglo pasado se hayan comenzado algunas de
mayores transformaciones socioculturales, muchas de las cuales continúan incluso hoy en día (puesto que como se dijo, estos son un proceso gradual). Las mismas dieron (y darán) como consecuencia de esto cambios también en el derecho. Pero no podría ser posible sin ciertos factores claves: los avances en todo tipo de áreas, desde naturales a humanas, las técnicas, las psicológicas, etc. El S. XX no es por nada el siglo con mayores avances en nuestra historia; pero hay un hecho que sentó un precedente por su extraordinaria relevancia para todo tipo de revolución sociocultural: la globalización, y más específicamente los medios masivos de comunicación. Los medios “típicos” de globalización se originaron a mediados del siglo pasado (televisión, internet, etc) y como se dijo, han resultado extremadamente relevantes en todos los cambios y procesos que han tenido lugar desde su aparición. Sin embargo, esta no es otra cosa que un arma de doble filo, pues mientras sirve para impulsar movimientos que abogan por lograr nuevas legislaciones (o modificaciones de las mismas) proteccionistas para grupos a los que no se les respetan sus derechos, (entiéndase sobre todo las minorías), o para solventar diversas injusticias, así como también un rol importante en la transmisión de nuevas ideas. Resulta ser que la globalización contribuye considerablemente a generar un impacto negativo, que da lugar a las pérdida de valores en la masa de la sociedad, así como a una religiosidad distorsionada y donde muchedumbres cada vez más numerosas se alejan de la religión, cuestionando abiertamente la veracidad de Dios, algo que en un pasado, quizá no tan lejano, no habría sido más que un hecho insólito. Porque tal como se dijo, también propaga ideas, y en ocasiones estas son considerablemente negativas; la pérdida de valores es una realidad que nos golpea directamente hoy en día y es un problema que los obispos argentinos tienen presente.
Como conclusión, es cierto que las transformaciones en la sociedad y la cultura suelen
ser positivas, tanto para la política como para la legislación y para las personas en particular, al ver sus derechos respetados. Pero es innegable que esta posmodernidad que década tras década se hace más evidente, no es del todo favorable. Muchos son los cambios que han venido con los nuevos paradigmas y sin lugar a dudas la falta de confianza en la iglesia, en Dios y en la religión en sí son de los más preocupantes. Es lógico entender, entonces, por qué la sociedad está tan carente de valores y mientras nos endulzamos viendo conquistas puntuales en política y ley, otros cientos mueren de hambre día a día, padecen la corrupción política de sus instituciones y se enfrentan a situaciones de inseguridad e irrespeto, entre otras… Millones están alejados del susodicho progreso y hace falta, evidentemente, un acercamiento a la iglesia para poder revertir la situación. Bibliografia:
Módulo de Teología I; Universidad Católica de Salta; Facultad de Ciencias
Jurídicas; Carrera de Derecho; Año 2017 (Especialmente Unidad II: El hombre “capaz” de Dios).