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PATROCINANTE
Q.F. Luis López Valladares.
Departamento de Ciencia de los Alimentos y Tecnología Química.
Universidad de Chile.
DIRECTORES
Q.F. Luis López Valladares. MV. Luis Cáceres Tobar
Departamento de Ciencia de los Alimentos Departamento de Higiene y Calidad
y Tecnología Química. La Piccola Italia.
Universidad de Chile.
ii
AGRADECIMIENTOS
iii
ÍNDICE
RESUMEN vi
SUMMARY vii
I. INTRODUCCION 1
1.1 Staphylococcus aureus. 1
1.1.1 Aspectos microbiológicos 1
1.1.2 Factores de virulencia 3
1.1.3 Enfermedades causadas por S. aureus 3
1.2 Estado del portador 4
1.3 Intoxicación alimentaria y contaminación cruzada 5
II. HIPÓTESIS 7
III. OBJETIVOS 8
3.1 Objetivo general 8
3.2 Objetivos específicos 8
IV. MATERIALES Y METODOS 9
4.1 Lugar donde se desarrolla el estudio 9
4.2 Muestreos nasofaríngeos 9
4.2.1 Detección de portadores nasofaríngeos 9
4.2.2 Criterio de exclusión 10
4.2.3 Tratamiento 10
4.3 Muestreo de manos y guantes 10
4.4 Muestreo de superficies 10
4.5 Análisis microbiológico 11
4.6 Muestras de alimentos 11
4.6.1 Análisis microbiológico 13
4.7 Diagnóstico de buenas prácticas de manipulación 14
4.8 Evaluación 14
V. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 15
5.1 Registro histórico de alimentos con recuento de S. aureus 15
5.1.1 Auditorias internas 15
5.2 Incidencia de S. aureus en platos de sección Cocina Fría 15
iv
5.3 Incidencia de S. aureus en platos de sección Cocina Fría por local 18
5.4 Eficacia del control de portadores nasofaríngeos asintomáticos 21
5.4.1 Portación nasal: situación inicial 21
5.4.2 Después del tratamiento 22
5.5 Muestreo de manos y guantes 22
5.6 Muestreo de superficies 25
5.7 Diagnostico de buenas prácticas de manipulación 26
5.7.1 Condiciones higiénicas del local y la sección 26
5.7.2 Procedimientos de limpieza y sanitización de utensilios,
superficie de mesones, pisos y de materia prima 27
5.8 Conocimiento de los manipuladores en materia de contaminación
alimentaria y de intoxicación por S. aureus 28
5.9 Disposición de los trabajadores a la incorporación de nuevas
metodologías de trabajo 31
6.0 Incidencia de S. aureus en platos preparados después de
implementar medidas correctivas 32
VI. CONCLUSIONES 37
VII. BIBLIOGRAFÍA 38
VIII. ANEXO: Cuestionario aplicado en locales 43
v
RESUMEN
vi
SUMMARY
vii
I. INTRODUCCIÓN
En Chile existen más de 9.000 restaurantes (INE, 2004), y muchos platos servidos
en estos establecimientos pueden ser contaminados con microorganismos debido a la
incorrecta manipulación y/o a las inadecuadas condiciones de almacenamiento durante los
procesos productivos.
Son numerosos los microorganismos responsables de brotes toxiinfecto
alimentarios en seres humanos, tales como, Escherichia coli, Salmonella spp., y
Staphylococcus aureus, entre otros; todos presentes en platos compuestos por vegetales,
carnes y alimentos procesados (Soriano y col, 2001).
En la Región Metropolitana de Santiago se observó un aumento en los brotes de
enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA); de 190 casos el año 1999 a 260 en el
2000. Entre esos años, se determinó que el 63,5% fueron originados en los hogares, y el
33,1% en establecimientos expendedores de alimentos. Salmonella del grupo no typhi
junto a Staphylococcus aureus destacan como los agentes bacterianos más importantes
de brotes en Chile (Prado y col., 2002).
Staphylococcus aureus es uno de los patógenos más importantes presentes en
alimentos listos para el consumo, y la intoxicación por la enterotoxina de este
microorganismo es considerada una enfermedad autolimitada (Murray, 2005), de baja
mortalidad y, según estudios, la tasa de hospitalización alcanza el 14% (Aycicek y col.,
2005).
1
Los estafilococos han sido clasificados en más de 23 especies y subespecies, y
dependiendo de ellas y de las condiciones de cultivo, las células pueden alcanzar hasta
1,5 µm (Bohach y Jablonski, 2001; Sandel y Mc Killip, 2004).
El óptimo desarrollo de S. aureus se logra a los 37 ºC, pH cercano a la neutralidad
y Aw de 0,98. Las condiciones que favorecen la producción de enterotoxinas se logran a
temperaturas entre los 40 y 45 ºC, pH 7-8 y Aw equivalente a 0,98 (Roberts y col., 1996).
Staphylococcus aureus se caracteriza por su crecimiento rápido en medios sólidos,
agrupándose en estructuras redondas y de bordes bien definidos. Entre los medios
selectivos desarrollados para el crecimiento de S. aureus, los más utilizados son Agar
Baird Parker y el Agar manitol sal.
El Agar Baird Parker es un medio que posee piruvato sódico como estimulante del
crecimiento selectivo. Contiene litio y telurio potásico para inhibir el desarrollo de otros
microorganismos y permitir el crecimiento de S. aureus. Los pocos microorganismos
distintos a S. aureus que pueden crecer, son Staphylococcus saprophyticus y algunas
cepas de Bacillus. S. aureus produce en este medio colonias negras (por la reducción de
telurito a teluro), convexas y con un halo claro del medio debido a la actividad proteolítica.
El Agar manitol sal o medio de Chapman, basa su formulación en un alto contenido de sal,
lo que inhibe el crecimiento de la mayoría de los microorganismos, a excepción de
Staphylococcus aureus. Esta bacteria fermenta el manitol para dar colonias de color
amarillo (Gaspar, 1995).
Durante mucho tiempo, el método de detección de S. aureus fue la prueba de
coagulasa. Este ensayo está basado en la capacidad que posee esta bacteria para
producir esta enzima extracelular que coagula el plasma de conejo (Biomerieux, 2006).
Actualmente se reconocen otros métodos de detección de Staphylococcus aureus
basados en la aglutinación de hematíes o partículas de látex (Fleurette, 1990). Las cepas
de S. aureus poseen un receptor proteico para un fragmento del fibrinógeno. Este receptor
está presente en un 96% de las cepas de origen humano y en la mayoría del resto de los
biotipos (Hajek y Marsalek, 1976).
2
1.1.2 Factores de virulencia
3
fuertes dolores de cabeza y escalofríos. La recuperación es rápida, por lo general, dentro
de 48 horas (Roberts y col., 1996).
Con respecto a la dosis infectiva, no existe exactitud. Se han descrito casos en los
cuales 1 ng de toxina por gramo de alimento es capaz de desarrollar los síntomas
asociados a la intoxicación. Un brote perfectamente documentado, reveló que un mínimo
de 144 µg es capaz de provocar la intoxicación en niños de edad escolar. Otro estudio
realizado con voluntarios declaró que la dosis de toxina purificada necesaria para provocar
la emesis es de 0,4 µg por kilo de peso corporal (Raj y Bergdoll, 1969).
En la actualidad, casi la totalidad de intoxicaciones provocadas por S. aureus en
establecimientos de alimentación colectiva son atribuidas a manipuladores de alimentos
que inoculan los productos durante la preparación y dan las condiciones adecuadas para
el desarrollo de esta bacteria y posterior producción de toxinas durante la etapa de
almacenamiento.
El hábitat primario de S. aureus son las mucosas y la piel de seres humanos. Este
microorganismo puede existir de manera permanente o transitoria como miembro de la
microflora normal sin causar síntomas en el huésped (Acco y col., 2003; Fueyo 2005).
S. aureus puede estar presente en diferentes lugares del cuerpo, principalmente en
la zona nasal anterior (30 – 40%), en la región axilar y perineal (3%) (Fueyo 2005; Matthew
y col., 2006).
Sin duda, la fuente usual de infección estafilocócica es la colonización de las fosas
nasales, cuya diseminación se realiza por la aerolización desde las fosas nasales
anteriores o, en menor medida, por contacto directo entre un individuo sano y uno portador
(Sanabria y col., 2007).
La portación nasal de S. aureus en manipuladores de alimentos no es una
enfermedad, sino más bien una condición no deseada que debe ser controlada para evitar
la contaminación de los alimentos y las consecuencias a que ello conlleva.
4
1.3 Intoxicación alimentaria y contaminación cruzada
5
capaces de sobrevivir a las temperaturas de cocción y a los programas de higiene
establecidos por cada empresa (Arzú y col., 2007).
Estudios avalan la habilidad de ciertos patógenos, como S. aureus, de ser
transferidos desde alimentos o superficies contaminadas a otros alimentos o superficies
donde se procesan alimentos al interior de las cocinas (Pérez-Rodríguez y col., 2007).
6
II. HIPÓTESIS
7
III. OBJETIVOS
8
IV. MATERIALES Y MÉTODOS
9
4.2.3 Tratamiento
10
4.5 Análisis microbiológico
11
Tabla 1. Alimentos muestreados y elaborados en Local.
12
4.6.1 Análisis microbiológico
13
4.7 Diagnóstico de buenas prácticas de manipulación
Se visitó cada local con el objeto de obtener un diagnóstico de las buenas prácticas
de manipulación, mediante inspección visual, interrogatorios verbales y escritos y
fotografías para determinar lo siguiente:
4.8 Evaluación
14
V. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
15
Tabla 2. Incidencia de S. aureus en platos de sección Cocina Fría a nivel empresa.
16
El pollo para ensaladas es cocinado en la sección Parrilla y posteriormente es
trasladado hasta la sección Cocina Fría. Allí se mantiene al ambiente hasta que disminuya
su temperatura. El tiempo expuesto al ambiente supera los 15 minutos. Los riesgos de
contaminación están asociados principalmente a la manipulación y la utilización de
cuchillos y tablas para picar utilizados en el trozado de la pieza. Posteriormente, es
cubierto con film plástico y almacenado en refrigeración. Cabe destacar que no se cuenta
con un porta film, por lo que el rollo de este material se mantiene en la cocina expuesto al
ambiente y es altamente manipulado. Un estudio demostró que la mayor adherencia de S.
aureus al polipropileno se logra a los 12ºC a las 2 y 4 horas de contracto (Pompermayer y
col., 2000).
La lechuga es mínimamente procesada. El proveedor la entrega picada, sanitizada y
empacada. Pese a lo anterior, presenta recuentos bacterianos según consta en los
registros del laboratorio de la empresa. Como medida correctiva, es sanitizada en cada
local antes del “missed and place” con yodo (100 ppm) en los lavaderos de la sección. Un
muestreo de platos preparados listos para el consumo realizado en restaurantes
españoles que trabajan bajo un sistema HACCP, muestra una incidencia de
Staphylococcus aureus equivalente al 2% en lechuga (Soriano y col., 2001). El
procedimiento correctivo para la sanitización de lechuga consistió en utilizar cloro en una
concentración de 200 ppm por 5 minutos.
La zanahoria, brócoli, y el choclo son cocidos en agua hirviendo por un tiempo de 5
a 7 minutos. Bajo estas condiciones, no presentan recuento de S. aureus. El vehículo de
contaminación en estos alimentos está asociado a la deficiente manipulación y al uso de
los mismos utensilios para porcionar distintos alimentos (Tebbutt, 1984). Con el fin de
disminuir este riesgo, se implementó la utilización de utensilios de colores con el fin de que
cada color sea específico para el vegetal que se desea porcionar (Codex Alimentarius
Comission, 1999).
La mayonesa utilizada en la cadena de restaurantes, corresponde a un producto
envasado, la cual es utilizada en su empaque original y no presenta recuento de bacterias,
sólo si es manipulada correctamente.
En la carne mechada recién preparada (cocinada sobre los 80ºC por más de 15
min.), no se evidencia presencia de S. aureus. Se advierte que la contaminación ocurre
durante el rebanado. Científicos describen un modelo logarítmico decreciente para la
17
transferencia de esta bacteria durante este proceso en carne cocida utilizando una hoja
cortante contaminada (Pérez-Rodriguez y col., 2007).
La pasta de ave se utiliza para la elaboración de sándwiches. La presencia de la
bacteria evidencia una manipulación deficiente de este producto. El empaque contiene
pasta equivalente a 20 emparedados. Se sugirió el uso de empaques más pequeños
(contenedores de 6 porciones) para no exponer tanto alimento fuera del equipo
refrigerador.
Los factores que más influyen en el desarrollo de microorganismos en alimentos son:
la preparación de alimentos con más de medio día de anticipación; almacenamiento a
temperatura ambiente; inadecuada temperatura de refrigeración; cocción deficiente; y uso
de materia prima contaminada (Roberts, 1982).
18
% Muestras Positivas por Local
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
RO LA MU PO AB AN LF IT LC
Local
Gráfico 1. Resultados de las muestras positivas por local entre febrero y junio de 2007.
PO; 0%
AB; 29%
Gráfico 2. Resultados de las muestras positivas del total por local entre febrero y junio de 2007.
19
La incidencia más alta se vio reflejada en los locales AB, MU y RO quienes
presentaron un 29, 18 y 18% respectivamente de las muestras positivas a S. aureus del
muestreo general. En el local AB se observó deficiencias en las prácticas de manipulación
o en el no cumplimiento de los procedimientos de limpieza y sanitización establecido por la
empresa.
100%
80%
60%
40%
20%
0%
AB PO IT
AN LF RO
LC MU LA
Local
LA MU LC RO LF AN IT PO AB
Prevalencia 0% 17% 33% 67% 40% 100% 50% 0% 32%
Incidencia 8% 42% 20% 42% 27% 9% 17% 0% 50%
Prevalencia Incidencia
20
de mascarillas, ejecutaron eficientemente los procedimientos de limpieza; constantes
lavado de manos y alta frecuencia de recambio de guantes.
LA 0 5 0%
MU 1 6 17%
LC 2 6 33%
RO 4 6 67%
LF 4 10 40%
AN 2 2 100%
IT 4 8 50%
PO 0 5 0%
AB 7 22 32%
TOTAL 24 70 34%
21
5.4.2 Después del tratamiento
Una vez identificado el personal portador, fueron derivados a una especialista, quien
recomendó mupirocina ungüento intranasal. Este antibiótico es altamente efectivo contra
S. aureus (Masahiko, 2000; Gaspar, 2005). Transcurrido el período de tratamiento, fueron
evaluados nuevamente. Todas las muestras recolectadas resultaron negativas.
El 100% del personal en estudio, dejó el estado de portación nasal al menos por el
período comprendido entre los 7 a 20 días después de finalizado el tratamiento.
Al cabo de 5 meses se realizó un nuevo muestreo para determinar la prevalencia de
la población que resultó portadora inicialmente. De los 24 portadores detectados en el
universo en estudio, 6 dejaron de pertenecer a la empresa y no se pudo realizar el
seguimiento. De los 18 portadores restantes, sólo 1 resultó positivo (6%) a los 5 meses
después de haber terminado el tratamiento con mupirocina.
El estudio de portación nasal de S. aureus en población adulta reconoce 3 estados
(Gaspar, 1995):
- Portadores persistentes, siempre colonizados, equivalente al 10-20%.
- Portadores intermitentes, equivalente al 60-80%.
- No portadores, nunca colonizados.
22
esta sustancia sobre la piel alcanza incluso las 2 horas después de aplicado (Bartzokas y
col., 1983).
Desde Julio en adelante, se instaló una bocina, la cual emite una señal sonora cada
45 minutos, indicando la hora de lavado de manos, recambio de guantes y mascarillas.
Se realizó un muestreo de manos y guantes durante las horas de punta a todos los
manipuladores de alimentos de la sección en estudio, sanos y portadores, durante y
después de terminado el tratamiento con mupirocina.
Se determinó que la incidencia de S. aureus en manos de manipuladores alcanzó el
8% y en guantes 3% (tabla 3).
El uso de guantes desechables es una medida efectiva que actúa como barrera
frente al traspaso de contaminación microbiológica desde las manos al alimento durante la
manipulación (Aycicek y col., 2004). La presencia de S. aureus en manos superó
levemente a la detectada en guantes. Entre quienes resultaron positivos al ensayo en
manos se encuentra el personal en tratamiento durante el muestreo, uno no portador
nasofaríngeo y dos manipuladores que dejaron el estado de portación nasal después del
tratamiento con mupirocina. Existe la posibilidad que al momento del recambio de guantes,
no hayan realizado el procedimiento de lavado de manos, traspasando la contaminación
de ellas a la superficie de dichos implementos (Paulson, 1996).
Un estudio realizado en Sudáfrica por Lues y Tonder (2007) detectó una prevalencia
de 88% en manos de manipuladores de alimentos, sin describir el procedimiento de lavado
de manos ni la calidad del agua utilizada para tales efectos. La calidad del agua asociada
a los procedimientos de lavado de manos es un factor influyente a la hora de evaluar esta
operación. Mujeres que lavaban sus manos con agua no clorada mostraron niveles de
contaminación mayor que aquellas que lo hacían con agua tratada (Luby y col., 2001). El
agua con que lavan sus manos los trabajadores corresponde a agua potable obtenida de
los acueductos que abastecen a la Región Metropolitana.
Aquellos casos en que se evidenció la presencia de la bacteria en guantes,
corresponden a personal que estaba en tratamiento. No se detectó la presencia del
microorganismo en guantes de personas no portadoras. Se desprende que dichos
manipuladores contaminaron sus manos y guantes por aerolización y/o contacto directo
con la nariz. Por otro lado, el uso correcto de guantes resulta eficaz reduciendo la carga
microbiológica de las manos, especialmente en establecimientos en que la higiene en las
23
manos no se realiza o donde trabaja personal inexperto (Aycicek y col., 2004). A pesar de
existir un procedimiento de lavado de manos conocido por los trabajadores y de utilizar
una alarma sonora para indicar el lavado de manos de los trabajadores, se sugiere
establecer un programa de muestro periódico de manos y guantes a manipuladores que
desempeñan sus labores en cocinas.
Tabla 3. Situación, por local, de portación nasal en manos y guantes durante y después de terminado el
tratamiento nasofaríngeo.
LA 0 0 25 0
MU 0 0 0 0
LC 0 0 0 0
RO 0 0 0 0
LF - 20 20* 20*
AN 0 0 0 0
IT 0 0 0 0
PO 0 0 0 0
AB 0 0 9 0
24
Tabla 4. Porcentaje de tablas para picar, superficie de mesones, cuchillos y manillas de equipos de frío
con recuento de S. aureus analizadas.
LA 0 0 0 0
RO 0 0 0 0
LF 0 0 0 25%*
IT 0 0 0 0
25
5.7 Diagnóstico de buenas prácticas de manipulación
26
las manos o guantes de los manipuladores que tocan esa estructura. Se debió reforzar la
limpieza de dichas zonas con el objeto de eliminar el riesgo asociado.
La mayoría de los locales presenta basureros con tapa y un orificio central que
permite desechar los desperdicios, pensando en que el manipulador no toque la superficie
del bote de basura. Los basureros llenos, eran retirados y llevados a una zona específica
para el vaciado y posteriormente, sanitizados utilizando detergente clorado para luego ser
reintegrado a la sección de elaboración de productos.
La sanitización de frutas y verduras fue realizada con hipoclorito de sodio (200
ppm). Dado que el dilutor automático de cloro adosado a la llave de agua funciona en base
al principio de Venturi, los cambios en el caudal de la red pública, afectan la concentración
del químico. Se controló dicha concentración utilizando bandas medidoras de hipoclorito
3M®.
Se observó un alto tránsito de trabajadores desde y hacia la sección en estudio. El
caminar eleva partículas transportadoras de bacterias elevando el riesgo de
contaminación, más que la ventilación y el barrido (Hambraeus y col., 1978).
27
- Tablas para picar. Se utilizan tablas plásticas con colores según tipo de
alimento (alimentos cocidos, vegetales, repostería, pescados y carnes). Luego
del uso, son enjuagadas con agua de la red y restregadas con esponja abrasiva
para remover impurezas visibles y puestas en bandejas que contienen solución
clorada (1.000 ppm) distintas a las utilizadas para sanitizar los utensilios de
cocina descritos en el punto anterior. 4 veces por turno son llevadas a la
sección Copería para un lavado y sanitizado general.
- Mesones y superficies de acero inoxidable. Se limpian y posteriormente son
sanitizadas con solución clorada (1.000 ppm) utilizando paños remojados en
dicho producto.
28
cocina”. La totalidad desconoce que S aureus es capaz de elaborar biofilms y permanecer
en superficies secas y aún después de la sanitización.
Los manipuladores desconocen absolutamente que la intoxicación por S. aureus es
una enfermedad autolimitante, de baja mortalidad, provocada por la enterotoxina del
microorganismo, que puede estar presente en afecciones a la piel, que existen otras zonas
del cuerpo que pueden portar la bacteria, que puede permanecer viable en superficies
sanitizadas y que la intoxicación ocurre a las horas de ocurrida la ingesta. A su vez, ven
total seguridad en la manipulación de alimentos si usan implementos como guantes,
mascarillas y cofias. La idea, “puede provocar la muerte”, resulta un aspecto positivo para
la empresa, pues el trabajador asume un mayor compromiso y responsabilidad en el
desempeño del sus labores.
A raíz de este diagnóstico, se elaboró un programa de capacitación para instruir en
esta materia a los manipuladores de alimentos que trabajan en la sección en estudio. En la
tabla 5 se muestra el porcentaje de respuestas correctas al cuestionario descrito
anteriormente y después del proceso instructivo.
Se aprecia que casi la totalidad del personal conoce y comprende que el proceso de
sanitización de superficies bien realizado permite disminuir la contaminación cruzada.
Un estudio realizado por el FDA determinó que cerca del 70% de los restaurantes
fiscalizados no realiza una sanitización efectiva de superficies y equipos de trabajo (Flynn,
2000).
Se logró aumentar de un 54 a un 92% el número de respuestas correctas después
de las charlas educativas (tabla 5). Se sugiere hacer extensiva esta metodología para los
demás microorganismos patógenos frecuentemente aislados en cocinas y relativas a
contaminación cruzada.
29
Tabla 5. Comparación de conocimientos específicos del personal manipulador en materia de
intoxicación por S. aureus y contaminación cruzada.
30
5.9 Disposición de los trabajadores a la incorporación de nuevas metodologías
de trabajo
En general, las personas con mayor edad son quienes presentan dificultades en la
adopción de nuevas metodologías. Por el contrario, los más jóvenes y responsables
aprenden y ejecutan las operaciones de manera fiel. Las mujeres superan a los hombres
en la prolijidad y cuidado durante la realización de actividades al interior de las cocinas. Un
estudio realizado por Redmond y Griffith (2004) en Reino Unido reveló que las mujeres
con al menos un hijo pequeño son más higiénicas durante la elaboración de alimentos que
los ancianos y los hombres jóvenes solteros.
31
6.0 Incidencia de S. aureus en platos preparados después de implementar
medidas correctivas.
Tabla 6. Incidencia de S. aureus en platos de sección Cocina Fría a nivel empresa después de aplicar
medidas correctivas.
Crema Chantilly 1 16 6%
Pasta 1 5 20%
Pollo Parrilla Ensalada 0 4 0%
Atún 0 1 0%
Lechuga 1 7 14%
Canelon siciliano 0 1 0%
Ensalada surtida 1 7 14%
Salsa Golf 0 1 0%
Queso Fresco 1 2 50%
Ricotta 0 1 0%
Ceviche 0 4 0%
Total 5 49 10%
32
% Muestras Positivas por Local
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
RO LA MU PO AB AN LF IT LC
Local
Gráfico 4. Resultados de las muestras positivas por local entre Julio y Septiembre de 2007.
LC; 2% RO; 2%
IT; 0%
AN; 0%
LF; 0%
AB; 2%
M U; 0% LA; 4%
PO; 0%
Gráfico 5. Resultados de las muestras positivas por local del total entre Julio y Septiembre de 2007.
33
En el gráfico 5 se muestra que la disminución en la incidencia de platos
contaminados fue absoluta en todos los locales en referencia a los resultados expresados
en el diagnóstico.
Si bien es cierto, la incidencia de S. aureus disminuyó con las medidas aplicadas, se
debe continuar fortaleciendo los pilares que ejercen mayor influencia sobre la calidad
microbiológica de los alimentos elaborados: la implementación y el personal. El estudio
presencial de los procedimientos de elaboración de alimentos permite conocer las
falencias o etapas de riesgo al interior de las cocinas. Muchas de ellas derivan de
problemas estructurales o carencia de utensilios que conducen a malas prácticas, como lo
es por ejemplo, no contar con cucharones o tablas de picar diferenciados para alimentos
crudos o cocidos, vegetales o cárnicos, etc., orientados a evitar la contaminación cruzada.
Por otro lado, la alta rotación del personal que trabaja en las cocinas de la empresa, ya
sea por despido, renuncia o traslado del puesto de trabajo dentro del mismo local, hace
difícil el entrenamiento continuo del nuevo trabajador responsable de las preparaciones.
Se sugiere iniciar un plan de organización del recurso humano e incluir la integración de
jóvenes con algún grado de preparación técnica en colegios o institutos con mallas
curriculares orientadas a los servicios de alimentación.
Actualmente La Piccola Italia opera bajo las Buenas Prácticas de Elaboración y
durante el años 2008 se inicia la implementación de HACCP. El diseño de los diagramas
de flujo de cada proceso, la identificación de los puntos críticos y el monitoreo constante
de ellos, sin duda permitirá a la empresa asegurar de manera fehaciente un producto
inocuo a sus clientes y de alta calidad microbiológica.
Existen empresas transnacionales de comida rápida que operan en Chile, en las
cuales se puede observar que el personal en cocina no utiliza guantes ni mascarilla
durante las preparaciones. La explicación radica en el hecho que dichos alimentos se
preparan en la medida que son solicitados y para su consumo inmediato. Dado que la
Piccola Italia abastece los restaurantes desde la fábrica central (algunos platos son
cocinados en el local), adoptó la metodología de preparar alimentos, o missed and place,
durante la mañana y a media tarde, para responder de manera oportuna a las solicitudes
de sus clientes. Es por lo anterior que se hace necesario el uso de cofias, mascarillas y
guantes por parte del personal manipulador de alimentos mientras se encuentre al interior
de las cocinas, además de la rigurosa aplicación de las medidas que exige el Reglamento
34
Sanitario de los Alimentos. La indumentaria utilizada para controlar el riesgo de
contaminación en los alimentos pierde efectividad si no se recambia constantemente. El
uso de la bocina sonora para indicar el lavado de manos, cambio de guantes y de
mascarilla es una medida acertada pero que merece ser verificada por quienes son
responsables de velar por el cumplimientos de las Buenas Prácticas de Elaboración.
El control y seguimiento de manipuladores portadores nasofaríngeos de S. aureus,
en conjunto con las medidas enunciadas anteriormente, permite reducir el número de
alimentos contaminados al interior de la sección.
El uso de información obtenida mediante la observación de las preparaciones en las
cocinas durante la jornada de trabajo permite identificar las rutas de exposición de los
alimentos y evaluar el riesgo de contaminación cruzada asociado, y a partir de ello se
puede elaborar y promover hábitos y/o conductas responsables en los manipuladores
orientadas a eliminar el riesgo.
Medidas simples y puntuales generan cambios importantes durante el trabajo en las
cocinas, como por ejemplo, someter a tratamiento térmico el pescado utilizado en la
elaboración de ceviche logró controlar la incidencia del microorganismo en este producto.
La sumatoria y configuración de mínimas reestructuraciones generan los resultados
esperados cuando son aplicados correctamente.
La frecuencia, eficacia e implementación necesaria para realizar los procedimientos
de limpieza de superficies son igual de importantes que el químico utilizado para dichos
efectos. El desinfectante provee de un cierto margen de seguridad, pero su uso
descontrolado por personas poco capacitadas genera un falso sentido de tranquilidad y
riesgo. Durante las visitas a los restaurantes, se observó la aplicación de gran cantidad de
sanitizante por un tiempo menor al recomendado y sin refregar durante la operación. Los
trabajadores sorprendidos en dichos actos acusaron falta de implementos, gran carga de
trabajo y desconocimiento del tiempo necesario de acción de la sustancia. Frente a esto,
se hace necesario reforzar constantemente la metodología de aseo específica para cada
superficie.
La poca dotación de personal en las cocinas aumenta el riesgo de contaminación
cruzada, ya que, es el mismo manipulador quien debe elaborar diversas preparaciones a
la vez utilizando materias primas de distinto origen. Se sugiere la asignación de trabajos
35
que involucren las mismas familias de alimentos, tales como, vegetales, crudos, cocidos,
etc.
36
VI. CONCLUSIONES
37
VII. BIBLIOGRAFIA
• Codex Alimentarius Comission (CAC). Principles and Guidelines for the Conduct of
Microbial Risk Assesment CAC/GL-30. 1999.
38
http://www.codexalimentarius.net/download/standards/357/CXG_030e.pdf. Visitada el
16.10.2007.
• Evans J., Russell S., James C., Corry j. Microbial contamination of food refrigeration
equipment. Journal of Food Engineering 62: 225-232. 2004.
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42
Anexo
43
CUESTIONARIO
S. aureus
CONTAMINACIÓN CRUZADA
44
4. Manipular alimentos utilizando sólo las manos (sin guantes) cuando existen
heridas, costras, llagas o padastros en los dedos.
a) SI, existe contaminación cruzada b) NO existe contaminación cruzada
5. Dejar alimentos correctamente cubiertos con film plástico al interior de equipos
de refrigeración en buen estado y con las puertas cerradas.
a) SI, existe contaminación cruzada b) NO existe contaminación cruzada
45