El construccionismo social busca explicar cómo las personas llegan a describir, explicar o
dar cuenta del mundo donde viven. Para ello, toma en cuenta cuatro hipótesis:
Lo que consideramos conocimiento del mundo no es producto de la inducción o de la
construcción de hipótesis generales, como pensaba el positivismo, sino que está determinado por la cultura, la historia o el contexto social. Por ejemplo, expresiones como 'hombre', 'mujer' o 'enojo' están definidos desde un uso social de los mismos. Los términos con los cuales comprendemos el mundo son artefactos sociales, productos de intercambios entre la gente, históricamente situados. El proceso de entender no es dirigido automáticamente por la naturaleza, sino que resulta de una empresa activa y cooperativa de personas en relación. Ejemplo: 'niño', 'amor' etc. varían en su sentido según la época histórica. El grado hasta el cual una forma dada de comprensión prevalece sobre otra no depende fundamentalmente de la validez empírica de la perspectiva en cuestión, sino de las vicisitudes de los procesos sociales (comunicación, negociación, conflicto, etc.). Ej.: interpretar una conducta como envidia, enojo o coqueteo puede ser sugerida, afirmada o abandonada conforme las relaciones sociales se desarrollan en el tiempo. Esta negociación de la realidad da paso a una epistemología social. Las formas de comprensión negociadas están conectadas con otras muchas actividades sociales, y al formar así parte de varios modelos sociales sirven para sostener y apoyar ciertos modelos excluyendo otros. Alterar descripciones y explicaciones significa amenazar ciertas acciones e invitar a otras. Ej.: las metáforas usadas en psicología (hombres máquina, mente infantil, etc.).
Raíces históricas del construccionismo.
Puede comprenderse el construccionismo con relación a dos grandes tradiciones
intelectuales: el empirismo (perspectiva exogénica) y el racionalismo (perspectiva endogénica). La primera propone al conocimiento como una copia de la realidad, mientras que la segunda depende de procesamientos internos al organismo mediante los cuales puede organizar, no copiar, la realidad para hacerla entendible. El construccionismo social considera el discurso sobre el mundo no como una reflexión o mapa del mundo, sino un dispositivo de intercambio social. Intenta ir más allá del empirismo y el racionalismo al ubicar el conocimiento dentro del proceso de intercambio social. La polémica entre exogenismo y endogenismo tiñó también la investigación psicológica. Por ejemplo, los conductistas dan importancia al ambiente (exogenistas) y los gestaltistas a la organización perceptual inherente al hombre (endogenistas). La psicología cognitiva es también una perspectiva endogenista: la acción humana depende del procesamiento cognitivo, o sea del mundo tal como es conocido más que del mundo como es. Sin embargo, el cognitivismo no ha logrado imponer en la psicología su punto de vista endogenista. El construccionismo intenta superar esta dualidad objeto-sujeto desarrollando una teoría alternativa del funcionamiento de la ciencia y desafiando la idea de conocimiento como representación mental. El construccionismo sostiene que el conocimiento no es algo que la gente posee en la cabeza sino algo que la gente hace junta: el lenguaje es esencialmente una actividad compartida.
Características del Construccionismo Social.
Podemos decir que el Construccionismo Social:
Busca construir significados a través de procesos que podemos seguir. (Se centra explícitamente en el rol de los procesos sociales en la construcción de significados). En un sentido amplio, el Construccionismo Social implica una orientación concreta hacia el conocimiento, un modelo que sostiene que lo que conocemos y los discursos sobre ello son construcciones derivadas de un proceso de diálogo público y social. El Constructivismo Social no ubica el conocimiento ni dentro ni fuera de las mentes individuales, sino “entre” las personas. El conocimiento se genera en la interacción y negociación colectiva de significados compartidos. Al rechazar la noción objetivista del conocimiento como representación interna, el Construccionismo Social comparte la visión del conocimiento como una construcción social (Gergen, 1982). Se abre camino lo social frente a lo individual. Se presta especial atención a fenómenos como el lenguaje, el diálogo, la negociación, las prácticas sociales, el posicionamiento conversacional, los rituales, las prácticas culturales, etc.
EJEMPLOS DONDE SE RELACIONA LA INFLUENCIA
Por ejemplo, hace unas décadas la infancia estaba concebida como una etapa del ser humano donde éste no tenía capacidad para generar ideas, opiniones… El niño era simplemente un ser inacabado capaz sólo de recibir información para poder crecer. Por ello, las aulas estaban formadas por pupitres fijos al suelo, dirigidos hacia el profesor, donde el niño sólo escuchaba. Hoy en día se considera la infancia de otra manera, más rica en recursos, capaz de poner en marcha un autoaprendizaje o auto crecimiento, y esto ha cambiado la forma de dar clase. Han aparecido nuevas concepciones del proceso de enseñanza y aprendizaje, nuevas actitudes y metodologías y a la vez, nuevos problemas. A modo de ejemplo, cuando no estaba tan estudiado el Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), o cuando no estaba "tan de moda", los niños y niñas "etiquetados" con este diagnóstico no existían. Eran los niños revoltosos o malcriados que no se comportaban adecuadamente en clase. Sin embargo, hoy en día, al nombrarse tanto y estar tan presente y próximo a las familias, aparecen más y más niños TDAH. En definitiva, los problemas no existen, sino que los construimos de forma paralela a los cambios sociales.