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Su cuerpo cree

Lo que usted le dice

Serge King

Nuestro cuerpo reacciona a mensajes que le transmite


nuestro cerebro – a nuestros pensamientos y
sentimientos. Que esos mensajes pueden
enfermar, lo sabemos todos. Sin embargo, ese
proceso también se puede invertir. Nosotros
mismos decidimos si estamos sanos o enfermos. Y
una vez que hemos decidido estar sanos, todo lo
demás es cuestión de práctica.
En este libro usted aprende a descifrar el lenguaje
de sus órganos, y aprende cómo puede emplear
pensamientos, imágenes, palabras y emociones,
para la autosanación.

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1
Prefacio

El objetivo de este libro es indicarle cómo usted


puede lograr buena salud con sus propios medios
espirituales, mentales y emocionales. Yo hablo de
“construir”, porque ese es realmente un proceso
de construcción espiritual. En el fondo, lo que
podemos lograr de esa manera no está sujeto a
límites, pero aquí nos concentraremos en el
proceso de sanación.
Lo que usted leerá es una especie de destilado de
treinta años, que he dedicado a la investigación de
la esencia del espíritu humano y de las emociones
humanas. Como estudiante de metafísica,
parafísico, antropólogo aficionado, ingeniero
social, consejero de empresas, consejero
eclesiástico especializado en psicología y
psicólogo, tuve la excepcional oportunidad de
observar, tanto los efectos positivos como también
negativos del pensamiento humano. En el
transcurso de esos años llegué al convencimiento
absoluto de que nosotros mismos somos
creadores de nuestras experiencias de vida y
exclusivamente víctimas de nosotros mismos, y
que está en nuestro poder cambiar esa experiencia
de casi cualquier modo. E s c r e í b l e q u e n o s o t r o s s e a m o s a s i

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El ejemplo más notable de esa capacidad es
nuestro propio estado de salud. Durante los siete
años que estuve en Africa, tuve que ver de vez en
cuando con diferentes “curanderos” y fui testigo
de numerosas sanaciones, que la mayoría de los
norteamericanos designaría como sanaciones
milagrosas. En mi propio país he visto el mismo
tipo de “milagros”, en compañía de sanadores
espirituales y psíquicos. He hecho uso de lo que
aprendí en esas ocasiones, y yo mismo también
he logrado cosas bastante notables. Además,
durante mis estudios de psicología se me fue
aclarando más y más, que la capacidad de sanar
no es exclusiva de algunos pocos expertos
especialmente preparados o de personas
“extraordinarias”, sino que es más bien una
capacidad creadora natural que posee todo ser
humano. Nosotros mismos creamos nuestra
enfermedad, como también nuestra salud, y al fin y
al cabo solamente nosotros mismos podemos
sanarnos. Lo que aparta a las personas de ese
conocimiento son simplemente sus convicciones
en relación con la naturaleza de la enfermedad y
de la sanación.
Y así, quiero entonces exponer al comienzo de mi
libro, lo que son imaginaciones y convicciones, y
cómo determinan nuestras experiencias. Después
quiero familiarizarlo con diferentes capacidades y
cualidades del espíritu humano, que tal vez usted
todavía no las tenga muy en claro. En la segunda
parte se habla de cómo nosotros ocasionamos
enfermedades de diversas formas, y en la tercera
parte quiero indicarle cómo usted puede comenzar
a construir su salud.

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Reconozco francamente: Este es un libro lleno de
pensamientos no ortodoxos. Es muy posible que la
medicina ortodoxa critique algunas cosas. Pero
este es un libro sincero. Cada una de las ideas
manifestadas en él ya ha sido llevada a la práctica
con éxito. Mi meta es volver a poner el poder de
sanar en las manos que corresponde - en sus
propias manos. De ningún modo estoy a favor de
echar completamente por tierra nuestra salud
pública actual, que puede desempeñar un trabajo
muy valioso y que de hecho lo hace. Sin embargo,
no tendría nada en contra de una pequeña
revolución que pusiera nuevamente las cosas en la
perspectiva correcta. Este es un libro sobre usted
y para usted. Léalo. Llévelo a la práctica. Llegue a
estar sano.

Primera parte

Capítulo 1

El mundo corresponde a nuestras expectativas

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Las ideas rigen el mundo. Pero nosotros tenemos
que ver con dos diferentes categorías de ideas que
rigen el mundo – con circunstancias dadas y con
conceptos. Y cada una de esas categorías tiene su
propia manera de actuar. Una circunstancia dada,
como yo la defino, repercute sobre cada ser
humano en la tierra, independiente de raza,
creencia, cultura o lugar. Existen relativamente
pocas circunstancias dadas. La vida es una
circunstancia dada. Dados son también el
nacimiento y la muerte, la fuerza de gravedad y el
electromagnetismo; dados son la Tierra y el sol, el
aire, el calor, el frío, etc. Las circunstancias dadas
son. Ellas mismas y sus efectos afectan a todos. Y
prácticamente no se las puede cambiar. Se pueden
eliminar circunstancias dadas (tal como el ser
humano ha eliminado al dronte) y se pueden
utilizar (para fabricar refrigeradores o generar luz
eléctrica), pero las circunstancias dadas mismas
son invariables.

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Para aclarar lo más posible el asunto, quiero
explicar que para mí la categoría de las
circunstancias dadas abarca tanto lo material
como también lo ideal. Si se toman como
circunstancias dadas al dronte, al dinosaurio y a
las palomas peregrinas, está claro que esas
circunstancias dadas han dejado de existir. El
hecho de que alguna vez en el pasado hayan
existido, es invariable, pero por medio de su
exterminación han sido eliminados de nuestra
realidad actual como circunstancias dadas. Si
definimos una circunstancia dada como “eso que
es”, entonces el dronte no es una circunstancia
dada, porque ya no existe más. Eso que es, en el
caso del pobre dronte, es el informe sobre el
pájaro. El informe es una circunstancia dada, no el
pájaro. Por esa razón yo digo que las
circunstancias dadas pueden ser eliminadas o
utilizadas, pero no cambiadas.
La categoría más amplia de ideas que influyen sobre
nuestra vida son nuestros conceptos, que en este
libro los igualaré con las creencias. Los conceptos
son ideas de circunstancias dadas y se refieren
solamente a una parte de la humanidad y también a
ésta sólo temporalmente. Sin embargo, tienen un
gran poder, ya que nuestros conceptos sobre la
vida son decisivos para como nos sentimos, para
lo que hacemos, para como se forman nuestras
relaciones interpersonales y para todas las demás
experiencias personales. Los conceptos se
diferencian claramente de las circunstancias
dadas, en que son variables. Si cambian nuestros
conceptos, con ellos cambia también nuestra
experiencia de las circunstancias dadas.

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Muchas personas caen en dificultades porque
tienden a confundir sus conceptos con las
circunstancias dadas. En otras palabras, tratan a
sus conceptos como circunstancias dadas de su
vida, en vez de verlos como ideas de esas
circunstancias dadas. Aquí hay algunos ejemplos
típicos de conceptos que algunas personas
designan como circunstancias dadas invariables:
“La vida es una lucha”.
“El éxito es cuestión de suerte”
“Suceda lo que suceda, es el destino”.
“Soy impotente frente a las fuerzas que me rodean”.
“Soy incapaz y sin valor”.
“El mundo es un lugar de amor y de estímulo”.
“Puedo actuar como se me ocurra”.
“Nuestras experiencias son predecibles (o
impredecibles)”.
Para aclarar lo que quiero decir, extraigo de esos
conceptos lo que realmente está dado:
“La vida es”.
“El éxito es”.
“Suceda lo que suceda, es”.
“Yo soy”.
“El mundo es”.
“Yo puedo actuar”.
“Nuestras experiencias son”.

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Hasta ahí esta dado. Todo lo que nosotros
agregamos es cuestión de concepto. Como vemos,
los conceptos pueden ser tanto positivos como
también negativos. Lo decisivo es que éstos en
todo caso determinan muestras experiencias.
Nuestros conceptos sobre la vida son
comparables con unos lentes especiales con
efecto de filtro, a través de los cuales observamos
el mundo. Esos lentes son tan especiales, que
solamente podemos ver las cosas de una manera
bien determinada. Con esos “lentes de concepto”,
todo lo que nuestro filtro no deja pasar está
excluido de nuestro conocimiento, y de ese modo
la vida parece corresponder a nuestros conceptos
arraigados. En vez de reaccionar libremente y sin
obstáculos ante lo que es, reaccionamos a lo que
nuestros conceptos nos hacen creer. Si en su caso
eso tiene un efecto ventajoso para usted, lo hace
más saludable, más feliz, más fuerte, más exitoso,
entonces es excelente. Pero si se observa usted
mismo y observa a las personas que están a su
alrededor, tal vez se dé cuenta que sus lentes – es
decir, sus conceptos – muy a menudo trabajan
contra usted. No se desespere por eso. Los
conceptos no son nada fijo. Usted ha elegido los
suyos (en un determinado nivel de consciencia) y
no está obligado a aferrarse a ellos si no quiere.

El origen de nuestros conceptos

Ahora usted tal vez se pregunte: “¿Si mis


convicciones referentes a la vida simplemente son
sólo conceptos, cómo he llegado entonces a tener
esos conceptos?”
Pues bien, se lo diré.

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Desde el momento en que usted abandonó el vientre
materno, experimentó la vida ilimitadamente y trató
de comprender lo que ocurría a su alrededor. Como
bebé uno no es simplemente un pedazo de carne
humana que se mueve. Uno distingue mucho más
y reacciona a su entorno en una medida muy
superior a la que la mayoría de la gente supone.
Hace poco tiempo leí en un artículo, que el recién
nacido, ya después de sesenta segundos, está en
condiciones de imitar las expresiones faciales de
los adultos y reaccionar ante éstas. Esa reacción
va acompañada de los primeros intentos por
interpretar las experiencias. Cuando crece, el niño
tiene que tratar de entender ese nuevo mundo. Y
de ese modo elige o decide lo que tienen que
significar sus experiencias. Si a modo de prueba
ha emitido un juicio, automáticamente busca en su
entorno la confirmación de que eso tiene sentido,
que es “correcto”.

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Los padres son muy útiles en ese aspecto. El niño
observa la reacción de éstos ante diferentes
sucesos, escucha sus palabras, capta lo que ellos
le transmiten telepáticamente y utiliza esos datos
para tomar y confirmar sus decisiones. Algunas
cosas de lo que los padres hacen, dicen y piensan
se adoptan, otras se desechan. Un proyecto de
investigación psicológica que se lleva a cabo por
el momento, se ocupa de niños que son
designados como “invulnerables”. Se trata
simplemente de aquellos niños que crecen en
familias con padres y hermanos caóticos,
esquizofrénicos, neuróticos y/o psicopáticos y que
al parecer permanecen sin ser afectados por la
forma de pensar y el comportamiento del resto de
la familia. Ellos no son superiores ni
genéticamente ni en otro sentido a los niños que
sucumben a esas influencias. Solamente han
opinado y decidido otra cosa referente a la vida y
a sí mismos. No han sido simplemente una hoja en
blanco entregada en forma indefensa, sobre la
cual sus padres pudieran escribir todas sus
opiniones. Desde el principio han elegido. Cuando
el niño tiene un poco más de edad, observa y
escucha a los parientes, a los compañeros de
juego y a las personas que tienen autoridad y
continúa juzgando y decidiendo por sí mismo. Ya
el hecho de que niños de la misma familia
desarrollen personalidades tan diferentes, indica
que las decisiones se toman individualmente.

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Una vez que hemos decidido que una determinada
interpretación de una experiencia, por la que nos
hemos decidido, es correcta, hemos formado un
concepto. Desde ese momento tendremos
tendencia a filtrar a través del mismo concepto,
todas las experiencias comparables, con lo cual le
prestamos atención solamente a las partes de esa
experiencia que confirman nuestra decisión,
mientras que el resto lo ignoramos. La mayoría de
las grandes decisiones referentes a la vida se
toman en la niñez y siguen teniendo efecto como
pautas en nuestra vida de adultos, a menos que
las cambiemos.

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Examinemos dos niños pequeños que han llevado
a la casa un balde con agua y tierra, con lo cual
hacen pasteles en la mesa de la cocina. Su madre
entra y está horrorizada. Ella rabia y los reta, les
dice que son malos y les da una buena paliza. Esa
es entonces la experiencia en bruto. Pero entonces
uno de los niños decide concentrarse en la idea
de que es malo, de que ha ofendido de algún
modo a su madre, y de que tiene que ser muy
tonto si no se ha dado cuenta que hace algo
incorrecto. Eso confirma entonces lo que ya
antes ha tratado de juzgar y decidir, y eso es, que
el entorno es imprevisible y que él mismo es
bastante incapaz de entenderse con él. El segundo
niño decide, en cambio, concentrarse en la idea de
que los padres no quieren suciedad, de que existe
el riesgo de recibir una paliza cuando se hacen
cosas que a ellos no les gusta, y de que existe
una gran cantidad de otros lugares donde se
pueden hacer pasteles de barro. Eso confirma
entonces lo que él había tratado de decidir en
ocasiones anteriores, y eso es, que el entorno es
imprevisible y que él mismo está completamente
en condiciones de entenderse con él. De ese modo,
de una misma experiencia se originan, a través de
dos filtros diferentes, pautas completamente
individuales y distintas.
Usted mismo es el origen de sus experiencias,
porque su evaluación de la vida matiza sus
pensamientos, su imaginación, sus emociones y
sus acciones. Y todo eso actúa como un imán
sobre los sucesos, circunstancias y personas
asociadas con éstas, que usted atrae y por los
cuales es atraído. Afuera, el mundo está lleno de
vida. Depende de sus conceptos, qué parte de ésta
usted experimenta.

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Nuestra vida como reflejo de nuestros conceptos

Comprender con la razón que nuestras experiencias


tienen su origen en nosotros mismos es una cosa.
Pero otra muy diferente es examinar de cerca su
vida y decir: “¡Vaya, mira lo que has ocasionado!”
Esa idea es bastante difícil de aceptar,
especialmente en una sociedad que tiende a la
opinión de que la vida es algo que nos ocurre. Sin
embargo, las personas que tienen éxito en la vida
son aquellas que están bien preparadas para
aceptar que – por el contrario – nuestra
experiencia sale de nosotros, en vez de que se nos
sea impuesta.

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Antes de que podamos comenzar a decidirnos por
conceptos mejores, tenemos que darnos cuenta
cuáles de los que tenemos actualmente han
fracasado. Una posibilidad consiste en examinar
minuciosamente nuestras experiencias actuales y
descubrir que todo lo que las caracteriza, sea
deseable o no, es consecuencia de nuestra propia
manera de pensar. El estado momentáneo de
nuestra vida revela sin reservas el estado de
nuestras convicciones. ¡ Cuánta gente ya ha
discutido conmigo sobre eso! Ellas han insistido
en que sus conceptos sobre la vida han sido
completamente limpios y positivos, mientras que
sus experiencias se han parecido a un montón de
escombros. Tan sólo cuando han superado su
temor y han podido realmente examinar su estado
mental, nos ha sido posible lograr progresos y
cambiar sus experiencias. No hay nada que hacer:
Si usted vive en la pobreza, tiene conceptos que le
impiden llegar a tener dinero; si tiene una salud
débil, tiene conceptos que le impiden llegar a
estar sano; si usted no se entiende bien con la
gente, tiene conceptos que hacen eso imposible. El
contenido de su vida refleja el contenido de su
mente.
Su vida es el reflejo de sus convicciones referentes
a la vida, pero la reflexión sobre su vida le indica
solamente en cuáles áreas de la vida sus
convicciones no actúan en beneficio suyo. Usted
no obtiene una información exacta acerca de en
qué consisten esas convicciones. Eso requiere un
autoexamen más minucioso. Para esto le indicaré
un ejercicio al final del libro. Por el momento
deseo solamente mostrarle en algunos ejemplos,
qué tipo de convicciones pueden tener como
consecuencia determinadas experiencias.

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El siguiente fragmento de un sistema de creencia,
proviene de una mujer con la cual he trabajado.
Ella se había dado cuenta que en su vida el
aspecto económico simplemente no lograba
ordenarse. Por medio de un proceso de consultas
a sí misma, descubrimos su concepto fundamental
sobre el tema del dinero. Este era:
“Tiempo es dinero”.
Por supuesto tuvimos entonces que investigar
también su concepto fundamental sobre el tema
del tiempo. Este era:
“El tiempo es limitado”.
Esas dos opiniones dieron como resultado en su
bio-computador la siguiente secuencia lógica:
“El tiempo es limitado
y dinero es tiempo;
por lo tanto, el dinero es limitado;
por eso jamás tendré suficiente dinero, trabaje lo
que trabaje o gane lo que gane”.
Como nosotros solamente podemos actuar de
acuerdo con nuestros conceptos fundamentales,
la mujer creaba constantemente, por medio de su
conducta, condiciones que tenían que hacer
coincidir sus experiencias con sus convicciones
referentes al dinero.
Para demostrar cómo diferentes opiniones pueden
llevar al mismo resultado, le doy otro ejemplo. En
este caso se trataba de un hombre con los
siguientes tres conceptos fundamentales:
“Siempre se obtiene lo que se merece”.
“Yo soy una buena persona”.
“El dinero es malo”.
Eso conducía inevitablemente a la siguiente
conclusión:
“Yo merezco algo bueno y por eso no gano dinero”.

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El asunto sería para la risa, si no hubiera provocado
tales estragos en la vida de ese hombre. No deje
de advertir que obtendríamos nuevamente el
mismo resultado, es decir, falta de dinero, si los
dos últimos conceptos fueran “Yo soy una mala
persona” y “El dinero es bueno”. En esta parte,
permítaseme citar otro concepto muy popular
sobre la vida: Muchos caminos conducen a Roma.

Las causas de todos los problemas son los conflictos


de pensamientos

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La experiencia mental, emocional, social y corporal
de dolor, sufrimiento y carencia tiene sus raíces en
conflictos de conceptos o pensamientos
contradictorios. De los diferentes tipos de
conflictos, el que ocasiona la mayoría de los
problemas es el que se basa en conceptos -
“debería”. Con eso me refiero al pensamiento de
que algo “debería” ser diferente a lo que
aparentemente es. Suponga que usted es una
madre con la convicción muy profundamente
arraigada, de que los quehaceres domésticos son
inferiores. De un modo diferente y sutil usted les
ha trasmitido ese pensamiento a sus hijos, que lo
han aceptado ansiosos. Por otro lado usted es de
la opinión de que los hijos deberían mantener su
cuarto limpio y ordenado (no que lo hagan, sino
que deberían hacerlo). La probable consecuencia
es que el cuarto de los hijos habitualmente se verá
catastrófico y usted tendrá cada vez más
frustración, más afán de criticar y tal vez más
dolor de cabeza o de estómago, porque el cuarto
no se ve como “debería” verse. Los niños deberían
ser ordenados, pero no lo son, pero en realidad
deberían… - giran sus pensamientos.

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Los pensamientos - “debería” pueden surgir en
cualquier área de la vida, con potenciales efectos
desastrosos sobre la salud y la capacidad de
rendimiento. Lo malo en éstos es que a usted lo
convierten en perdedor, haga lo que haga. Ya a
través de lo que postulan crean conflictos. En ese
sentido, el uso de la palabra “debería” implica de
antemano que la realidad no corresponde a lo que
“debería” ser (aparte de que eso “que es”
solamente es su idea de lo que es). De ese modo
usted continúa comparando sus experiencias con
lo que “deberían” ser, y finalmente cae en una
continua lucha con usted mismo.

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Una de las reflexiones – “debería” más difundidas,
está representada por la exclamación “¡Eso es
injusto!”. Eso quiere decir naturalmente, que todo
lo que es injusto debería ser justo. Las personas
que usan con frecuencia esa exclamación, también
tienden a ser frecuentemente infelices. El
pensamiento fundamental que está detrás es “La
vida debería ser justa”. Y para encontrar el
fundamento de esa exigencia, tenemos primero
que descubrir qué se entiende por “justo”. Si
usted cava profundo, encontrará que eso se puede
traducir como “La vida debería ser como yo deseo
que sea”. Una vez que se ha dado cuenta de ese
significado, se hace más clara su elección entre
seguir viviendo con un concepto así o cambiarlo.
Observe que existe una gran diferencia entre “La
vida debería ser como yo deseo que sea” y “La
vida puede ser como yo deseo que sea”. La
primera declaración ahoga cualquier esfuerzo
verdadero, la segunda lo promueve. Por lo tanto,
tenga cuidado con el “Debería - Ser” en su vida. Si
logra liberarse de él, usted será mucho más feliz
y eficiente, y crecerá tanto su confianza como
también su autoestima.

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Otro tipo de conflicto se origina cuando las ideas
generalizadas entran en extrema contradicción con
las específicas. Un suboficial que conocí en la
marina vino un día hacia mí para desahogarse. Él
provenía de los estados del sur y su problema
estaba relacionado con que en nuestro escuadrón
no había separación de razas. Con los negros en
nuestros cuarteles se entendía bien
individualmente, por que eran todos amables,
trabajadores y contribuían a nuestro espíritu de
equipo. Si él pensaba en ellos como seres
humanos y reaccionaba ante ellos como seres
humanos, no tenía ningún problema. Pero en
cuanto los consideraba como negros, venían a la
superficie todos los antiguos sentimientos con los
cuales había crecido y se perturbaba. Los
prejuicios que había adoptado cuando era niño
todavía seguían actuando en él como conceptos
fundamentales. Sin embargo, no se mantenían
cuando tenía que ver con personas en forma
individual. La afirmación “Algunos de mis mejores
amigos son negros” se considera a menudo como
un cliché hipócrita, pero tal vez no lo sea en
absoluto. También podría ser la torpe confesión de
una sincera convicción generalizada y de la
opinión específica sobre determinadas personas.
Pero tales conflictos siguen ocasionando temores,
barreras y problemas sociales innecesarios. Tal
vez usted también descubra en sí mismo tales
conflictos entre opiniones generalizadas y
específicas en asuntos de raza, religión, política,
cultura, educación, prestigio y felicidad.
Examínelas minuciosamente. Si las
generalizaciones no lo hacen más feliz, más sano,
más afectuoso y eficaz, entonces no vale la pena
que usted se aferre a ellas.

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Conflictos internos con sus efectos externos se
originan también, cuando una opinión antigua es
puesta en duda por una nueva. Nuestros conceptos
referentes a nuestro entorno están en estrecha
relación con nuestra necesidad de seguridad. Por
muy raro que pueda parecer, incluso conceptos
anteriores que ya no están vigentes o que nos
causan dificultades de todo tipo, ofrecen, a pesar
de todo, seguridad de algún modo, ya que estamos
acostumbrados a ellos. Cuando decidimos o
“estamos obligados por las circunstancias” a
interpretar nuestra realidad de un modo nuevo,
inevitablemente pasamos por un período de
inseguridad, hasta que la nueva interpretación se
haya impuesto y haya llegado a ser una costumbre.
Mientras más fundamental es la convicción que se
pone en duda, más fuerte es la sensación de
inseguridad. A veces nuestro mundo parece
literalmente caerse a pedazos, y eso también
ocurre en un caso así. Nuestro antiguo mundo se
destroza, porque nuestras experiencias son la
consecuencia de nuestras convicciones. Pero
usted no producirá cambios positivos en su vida,
mientras el deseo de cambiar las circunstancias
no sea más fuerte que la comodidad del
acostumbrado sufrimiento.

Lo que cuenta es el presente

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Sólo existe el ahora. Aunque vivimos en un mundo
orientado por el tiempo, a lo único que tiene
acceso nuestra experiencia es al momento
presente. Lo que designamos como pasado, son
solamente otros momentos presentes para
nosotros, de los cuales nos acordamos o que
hemos almacenado, y que extraemos de nuestra
experiencia en nuestro ahora. Y también el futuro
consiste solamente de momentos presentes para
nosotros, todavía por experimentar, en los que
podemos pensar en nuestro ahora.
Muchas personas piensan que las causas de sus
dificultades del presente están en el pasado. Tal
vez sea verdad que usted en el pasado se decidió
por una determinada apreciación de la vida y lo
que experimenta ahora sean las consecuencias de
esas decisiones, pero ahora experimenta esas
consecuencias, porque su manera de pensar sigue
funcionando en concordancia con esas decisiones.
Las decisiones referentes a la apreciación de la
vida son como semillas, con su impulso interior
de llevar a la realidad su potencial. Las manzanas
se originan de semillas de manzana, pero las
semillas no producen las manzanas. Lo que causa
las manzanas es el impulso de realización que
actúa permanentemente. No hay ninguna
diferencia, si las decisiones han producido
experiencias felices o infelices, manzanas o
maleza. El impulso de realización está presente y
sigue produciendo efecto, hasta que usted
arranque las plantas no deseadas.

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También se ha transmitido a muchas personas la
idea de que problemas presentes son atribuibles a
experiencias pasadas, que están enterradas
profundamente en alguna parte inconsciente de su
ser. El cuadro del psiquiatra, que necesita meses
o años para descubrir alguna experiencia
traumática del pasado, que influye secretamente
en la conducta del paciente, es conocido en
general. Mi forma de aproximación se diferencia de
esa en tres maneras fundamentales.

23
Primero, el pasado prácticamente ya no existe. Lo
que existe es nuestro recuerdo. Pero nuestro
recuerdo existe en el presente, y muy a menudo
discrepa del recuerdo de otros acerca de los
mismos sucesos. ¿Ha hablado usted alguna vez
con un amigo o pariente sobre tiempos antiguos,
solamente para constatar que el recuerdo de éste
de aquello que ocurrió en un determinado
momento, de ningún modo coincide con su
propio recuerdo? Aquí no se trata de quién tiene
la razón, sino de cómo cada uno ha interpretado
para sí y modificado la experiencia, de manera que
corresponda a sus convicciones. Sus recuerdos
son determinados por sus conceptos actuales. Si
éstos cambian, también cambian sus recuerdos y
sus reacciones ante esos recuerdos. A una mujer
con la que he trabajado, le era al principio
imposible acordarse de algunos sucesos felices de
su infancia. En cuanto a ella, era un tiempo oscuro
y amargo. Sin embargo, después de algunas
sesiones que estaban dedicadas al cambio de sus
conceptos, ella comenzó de repente a acordarse de
muchas experiencias felices. El recuerdo de éstas
no estaba enterrado en alguna parte. Estaba a
disposición durante todo el tiempo. Sólo que la
mujer no le había prestado atención. Además, ella
comenzó a ver y a reconocer las experiencias
amargas de otra manera, de modo que éstas no
eran en absoluto tan malas. Anteriormente habría
jurado por todos los santos, que su recuerdo del
pasado era el único verdadero.

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Segundo, los sucesos del pasado son relativamente
sin importancia. No es difícil dedicar años a
debatir y analizar recuerdos del pasado, al que se
le puede culpar por las situaciones actuales, pero
eso es demoroso, tedioso, innecesario y a menudo
improductivo. Es como si se sacaran una por una
del cemento, las piedras de un muro grande.
Mucho más fácil, más rápido y más eficiente es
destapar el cimiento y excavar, y luego cae todo
el muro. Si cambia un concepto fundamental sobre
la vida, cambia también cada acontecimiento y los
conceptos ligados a éste. El recuerdo del
acontecimiento permanece, pero su interpretación
– y con ésta su efecto sobre nosotros - llega a ser
totalmente diferente. Una mujer que yo trataba
tenía serias dificultades de aprendizaje, que ella
atribuía a que cuando era niña le habían dicho que
era retardada. Ella había consultado a un
psiquiatra, pero lo único que había conseguido con
eso eran algunos pretextos para culpar. Yo
solamente le aclaré que ella todavía se aferraba a
que no podía dominar materias difíciles. Con un
poco de aliento ella estuvo, en relativamente poco
tiempo, en condiciones de cambiar ese concepto, y
actualmente toma con éxito, clases de astronomía,
física y bioquímica. Dicho sea de paso, no deseo
hacerle ninguna crítica a la psiquiatría, sino
solamente mencionar que algunos de sus métodos
no son muy efectivos.

25
Tercero, yo afirmo que todos nuestros conceptos
son accesibles para la consciencia en todo
momento. No están retenidos bajo llave en algún
oscuro calabozo de nuestro inconsciente y
protegidos celosamente contra nuestra
percepción. Nosotros conocemos –
conscientemente - nuestros conceptos con mucha
exactitud. Solamente de vez en cuando olvidamos
que éstos existen, o no queremos mirarlos.
Nuestra consciencia dispone de una gran cantidad
de informaciones, que consideramos como hechos
o no les prestamos atención en absoluto. Ahí está,
por ejemplo, Afganistán. No conozco sus opiniones
sobre Afganistán, pero usted las conoce
perfectamente y puede estar consciente de éstas
cuando lo desee. Si yo no hubiera mencionado
ahora a Afganistán, bien sería posible
naturalmente, que usted durante semanas no
hubiera pensado en ese país, pero la información
existe y está a disposición. Lo mismo ocurre con
todos sus demás conceptos relevantes. El motivo
principal de que algunos de ellos sólo difícilmente
despiertan directamente el interés de su atención,
está en que probablemente se interpongan fuertes
conceptos – “no se debería”. Suponga que usted
tiene el concepto “Mi madre es realmente una
bestia”. Por otro lado, usted puede ser de la
opinión de que “no se debería tener tales
sentimientos contra su madre”. Si el segundo
concepto es el más fuerte, le puede impedir
enterarse del primero, y usted puede lograr
hacerse creer que no sabe por qué no puede
entenderse bien con su madre. La esencia del
asunto es que el hecho de que usted prefiere
ignorar determinados conceptos, no significa que

26
no sepa nada de su existencia. Por lo demás, usted
está rodeado de sus efectos.
Con respecto al futuro, no hay nada que ya esté
establecido. Éste se desarrolla de sus
pensamientos actuales, incluidos los habituales, a
los cuales usted no les presta mucha atención.
Usted siembra ahora las semillas de su futuro. Sin
embargo, como está en su poder cambiar su forma
de pensar, el futuro es más bien una secuencia de
probabilidades que un destino establecido. Usted
no es de ninguna manera una víctima del pasado o
del presente. Antiguos patrones de pensamiento y
de conducta determinan su futuro solamente si
usted mismo lo permite. Y no necesita permitirlo.
Como dice el proverbio, nosotros cosechamos lo
que sembramos. Sus pensamientos son la semilla,
sus emociones el fertilizante, y el tiempo de la
siembra es ahora.

Nosotros mismos fijamos nuestros límites

Nosotros, como seres humanos, en realidad no


estamos sometidos a muchos límites. Yo me
quiebro la cabeza y considero difícil encontrar
limitaciones que no hayan sido superadas por
alguien, alguna vez, en alguna parte. Y como
todos pertenecemos al mismo género, lo que es
posible para una persona, también está abierto,
potencialmente, para cualquiera otra.

27
La juventud no pone límites. En casi todas las
áreas ha habido niños prodigios, y últimamente
investigaciones han demostrado que el cociente
intelectual de niños evidentemente poco
inteligentes, puede ser aumentado en forma
sensacional, simplemente dándoles un profesor
que confíe en que ellos pueden más que lo que
hasta el momento han demostrado. Durante la
guerra de la independencia de los Estados Unidos
teníamos capitanes de buques de dieciséis y
diecinueve años. Posteriormente ha habido
numerosos ejemplos de gente de menos de
veinticinco años, entre ellos también adolescentes,
que han llegado a ser exitosas personas de
negocios y en parte incluso millonarias. Y vemos
cada vez más adolescentes de las categorías más
jóvenes, como campeones olímpicos.
Tampoco la edad pone límites. Hay personas que
con ochenta años todavía comienzan nuevas
carreras con éxito. Hay gente de edad avanzada,
que físicamente son tan vitales, que tienen
rendimientos asombrosos de fuerza y resistencia
en deportes como natación, levantamiento de
pesas, y carreras. Y muchos ancianos transmiten
con éxito sus conocimientos y especializaciones
en diferentes áreas del desarrollo social; yo conocí
algunos como voluntarios del Peace Corps en
África.

28
La condición física no pone límites. Inválidos
graves han llegado a ser estrellas del deporte.
Otros han aprendido a acreditarse en el área
mental, y han actuado exitosamente en el mundo
de los negocios, en política y en educación. (Un
extraordinario profesor de mi colegio, al que le
escuché conferencias sobre Shakespeare, era
ciego). Extremidades que faltan se pueden
reemplazar por prótesis y personas que
habitualmente tienen pocas fuerzas corporales,
bajo estrés han levantado vehículos para liberar a
víctimas de un accidente.
La pobreza no pone límites. Andrew Carnegie
comenzó pobre, como también otros que
frecuentemente son mencionados en libros de
autoayuda.
Pertenecer a una minoría étnica no pone límites.
Aunque todavía quedan por lograr algunos
derechos ciudadanos y la igualdad de
oportunidades, negros, latinoamericanos y otros,
han demostrado que pueden ser exitosos en
cualquier área que conozco.
Ser una mujer no pone límites. También en ese
aspecto, en general todavía hay que superar
prejuicios y luchar por derechos, pero también las
mujeres han demostrado su capacidad para lograr
éxito en cualquier área.
Haber sido presidiario no pone límites. A pesar de
los prejuicios sociales, ex presidiarios han llegado
a ser jueces, escritores famosos y exitosas
personas de negocios.

29
He nombrado estos pocos ejemplos, para recalcar
que todo lo que pueda ver como limitador para
usted, le pone límites solamente porque usted cree
en esos límites. Y mientras vea esas realidades
como algo que le impide lograr lo que desea lograr,
éstas de hecho harán exactamente eso. Si desea
encontrar un modo de salir de la trampa, no debe
considerar los supuestos límites como tales, sino
como circunstancias o factores que tiene que
tener en cuenta, si quiere contribuir a que su vida
sea exitosa. Lo que otro ha podido, también lo
puede usted. Tal vez usted no tenga en absoluto
interés en hacerlo en la misma medida, pero
puede llegar hasta donde quiera. Vistas como
circunstancias a las que hay que enfrentarse, las
limitaciones ya no son barreras en el camino de la
vida, sino que constituyen la naturaleza de ese
camino, que puede ser rocoso, resbaladizo,
tortuoso o empinado. La constitución de su camino
determina solamente lo que usted tiene que hacer
para llegar a la meta; no le impide alcanzarla.
Usted mismo crea el obstáculo, al sentarse y
reclamar por la constitución de su camino, en vez
de seguir avanzando. Está en su poder emparejar
el camino.

Cambie sus conceptos


y con eso sus experiencias

30
Ese capítulo consistía en una cosa: En llevarlo a
tener en claro que usted es amo de su destino. Las
experiencias que usted tiene son consecuencias
de sus convicciones y está en su poder cambiar
convicciones y conceptos que no producen el
resultado deseado. Yo no prometo resultados
inmediatos. Éstos tienen lugar, pero la mayoría de
las veces tarda algún tiempo. Eso tiene que ver
con lo que yo llamo el “factor experiencia”. Esa es
una expresión creada, cuyo objetivo es aclarar el
hecho de que las experiencias que hemos
producido por medio de nuestros pensamientos,
tienen tendencia a continuar todavía por un
tiempo, aunque entretanto hayamos cambiado el
modo de pensar. Expresado de otro modo:
Tenemos que vivir todavía un tiempo con los
resultados que nos han dado nuestros conceptos
anteriores. El tiempo que eso dure, depende del
tiempo que los hemos tenido, de si con ellos han
estado ligadas emociones fuertes, de cuán
completo es el cambio de nuestro modo de pensar
y de cuáles sensaciones y deseos colocamos en
nuestras nuevas convicciones. Lo que me importa
es que usted tenga esto en claro, para protegerlo
de darse por vencido desanimado, antes de que
obtenga resultados. Cambiar el modo de pensar
produce con seguridad un cambio en sus
experiencias, pero en muchos casos usted
necesitará paciencia y resistencia para
perseverar. Créame que la recompensa merece el
esfuerzo. Vivir con éxito es un arte, y como con
cada habilidad, se necesita práctica para llegar a
ser un maestro.

31
Capítulo 2

La imaginación como herramienta

32
De todos los medios mentales de ayuda que se
tratan en este libro, la imaginación es la más
esencial. Otros también son importantes, pero a la
imaginación le corresponde indudablemente el
primer lugar. Es tan importante, porque determina
en gran parte nuestro mundo sentimental y
nuestras formas de conducta. A casi todo lo que
hemos aprendido o experimentado le ha precedido
alguna forma de imaginación. Aunque ya no nos
acordemos en absoluto, ya como niños pequeños
hemos aprendido a gatear, a caminar y a correr,
gateando, caminando y corriendo primero en
nuestra imaginación y luego llevando a la práctica
esa imaginación.

Imaginación espontánea y deliberada

Si usted se ha acostumbrado a aceptar su actividad


mental como dada, tal vez le sorprenda enterarse
que tiene diferentes tipos de imaginación. Dos de
ellas son la espontánea y la deliberada. Éstas se
diferencian en que tienen su origen en diferentes
partes o aspectos de su mente, las que trataré más
detalladamente en otro capítulo. Por el momento
las llamaremos simplemente lo consciente y lo
inconsciente.

33
La imaginación espontánea viene del inconsciente y
es abastecida por nuestro recuerdo y por
comunicación telepática. Se caracteriza
principalmente porque parece surgir sin nuestra
intervención, por lo menos en lo que se refiere a
detalles. Nosotros podemos decidir
conscientemente evocar un recuerdo, pero según
su contenido éste es un producto inconsciente.
Podemos incluso decidir darnos cuenta de la
información telepática, pero aquello que es
informado nos lo pone a disposición nuestro
inconsciente en forma espontánea. Cuando hablo
de información telepática, tengo que explicar que
la entiendo como comunicación mental, no
solamente con otras personas, sino también con
otras partes de nosotros mismos, incluido nuestro
cuerpo. En todo caso, nuestra imaginación
espontánea es dominada en gran parte por los
conceptos que por el momento tenemos con
respecto a nosotros mismos y a la vida, como
también por las formas habituales de pensar que
resultan de éstos. La imaginación espontánea
puede ser creativa, pero es un tipo de creatividad
que utiliza elementos ya existentes. Ésta puede
crear nuevas combinaciones, pero no nuevos
conceptos.

34
Pero justamente eso hace la imaginación deliberada.
En este caso la imaginación se origina por medio
de un acto deliberado consciente. Observe que eso
no es lo mismo que querer que surja un
determinado recuerdo, o querer estar consciente
de los datos recibidos telepáticamente. En este
caso se trata de “querer” el contenido de la
imaginación, es decir, decidirlo conscientemente.
La diferencia entre imaginación espontánea y
deliberada es como la diferencia que hay entre la
evocación de un recuerdo y soñar despierto un
suceso agradable que nunca ha ocurrido y que es
altamente improbable. Es la imaginación
deliberada, por medio de la cual desarrollamos
nuevos conceptos y atraemos nuevas
experiencias. A aquello que diferencia al ser
humano del animal, pertenece también, que
nosotros podemos imaginarnos algo que no existe.
Eso puede ser, naturalmente, tanto una carga como
también una aventura, dependiendo del contenido.
En la mayoría de los casos de imaginación
deliberada, participa también una cierta cantidad
de imaginación espontánea. Ésta se encarga de
“colorear los detalles de la imagen”. Igualmente
una imaginación espontánea “pura” puede ser
modificada e influenciada con la ayuda de la
imaginación deliberada. Todo eso sirve de todas
formas a objetivos prácticos, como verá en otras
partes del libro. El siguiente experimento
demuestra la diferencia entre imaginación
espontánea y deliberada.

35
Experimento: Imagínese el escenario de un pequeño
pueblo. Éste tiene una calle principal y al final de
ésta un edificio que es más alto que los demás.
Haga eso antes de seguir leyendo. Tómese entre
medio minuto y un minuto de tiempo, para que
tenga clara la escena ante sus ojos mentales.
¿De qué tipo era el escenario entonces? ¿Estaban
las casas cubiertas de paja, estaban construidas
de ladrillos de adobe, de madera o de otro
material? ¿La calle estaba pavimentada o no? ¿Se
veía gente? ¿Qué tipo de edificio estaba al final de
la calle? ¿Era un pueblo en la India, en
Sudamérica, en Europa o en otra parte? ¿Era un
recuerdo de un pueblo que usted alguna vez visitó
o del que vio una foto, o era evidentemente un
pueblo nuevo? El objetivo de este experimento es
demostrarle que su imaginación espontánea
inconsciente contribuye a todos los detalles de la
imagen, incluso si se trata de un recuerdo
auténtico. Seguramente usted había “terminado de
pintar” rápidamente el cuadro ante su mente, por
así decirlo. Y muy probablemente no fue necesario
insertar conscientemente algún elemento, lo que
es una prueba de espontaneidad. Pero ahora le
pido que se ponga usted mismo y que ponga a un
amigo, en forma completamente consciente y
voluntaria, en la calle del pueblo, que caminen a
lo largo de esa calle y den una vuelta. Si usted en
el pasado real ha caminado alguna vez con un
amigo a lo largo de una calle así, entonces
imagínese que esta vez va acompañado de otro
amigo y que ve cosas diferentes a aquella vez.
Para esto tómese algunos instantes de tiempo.

36
Esta vez usted cubrió con imaginación deliberada
una escena imaginada espontáneamente. Tal vez
usted ya ha hecho muchas veces algo parecido al
soñar despierto, pero lo que me interesa es que
usted reconozca como técnica el proceso, ya que
esta técnica le será muy conveniente, si comienza
a practicar crear usted mismo su realidad en un
plano consciente.

Imaginación gráfica y pantomímica

Experimento: Usted ve ante sus ojos mentales un


paquetito cuadrado, amarrado con una cinta roja,
cuyos cantos miden aproximadamente 15
centímetros. Imagínese que lo abre y que
encuentra adentro un brazalete sobre algodón.
Después imagínese que se pone el brazalete. (Si
usted es hombre puede convertirlo en un
brazalete masculino pesado si quiere). Eso es
todo. Como próxima cosa, imagínese un paquetito
así sobre su verdadero regazo físico, como si fuera
una realidad tridimensional. Imagínese cómo sus
verdaderas manos lo abren ante usted, sacan el
brazalete y lo ponen en su verdadera muñeca.
¿Puede darse cuenta de una diferencia entre las
dos imaginaciones?

37
Si usted es como la mayoría de la gente, entonces
la primera imaginación se parecía a una imagen
proyectada en un telón, y usted probablemente se
veía a sí mismo desde afuera, como una persona
que abría el paquetito y sacaba el brazalete. La
segunda escena era presumiblemente más realista
y la experiencia más vívida. Eso ocurre porque la
imaginación se integró en su entorno físico
directo. Con respecto a la calidad de la
experiencia, fue muy diferente a la primera. Este
tipo de imaginación tiene también efectos
fisiológicos muy diferentes. Si yo le hubiera
pedido que se imaginara una araña en el primer
paquete, usted seguramente habría podido hacerlo
sin una reacción demasiado fuerte. Pero con el
segundo tipo de imaginación, sus glándulas de
adrenalina probablemente habrían emitido un
poco de “jugo”, sin que usted lo quisiera.
El punto esencial es que aquí tenemos dos tipos
más de imaginación, cada uno con sus propias
características y posibilidades de aplicación.
Nuestro cuerpo reacciona más intensamente ante
el segundo tipo. Este tipo de imaginación también
estaba activo cuando alguna vez usted estaba
solo en la oscuridad y se imaginaba que alguien o
algo “ahí afuera” lo atacaría al momento siguiente.
Ésta tiene similitud con la evocada por un
pantomimo sobre el escenario. (Usted ya sabe:
Alguien con la cara maquillada de blanco hace
como si bajara por una escalera, y lo hace tan
bien, que usted casi ve la escalera). Por eso la
llamaremos “imaginación pantomímica”. Al primer
tipo de imaginación lo llamamos “imaginación
gráfica”.

38
La imaginación gráfica es apropiada para la
evocación de recuerdos, para juego creativo (por
algunos designado como soñar despierto), para el
desarrollo de nuevas ideas, para planificación de
proyectos y para meditaciones de diferentes tipos.
Para ese propósito ésta es un excelente medio de
ayuda.
La imaginación pantomímica en cambio, es más
adecuada para cuando usted quiere lograr
verdaderos progresos en el desarrollo de su
personalidad y sus capacidades, en sus relaciones
y en su entorno, como también en su estado de
salud. Muchos deportistas utilizan la imaginación
pantomímica para prepararse mentalmente y para
“pre-entrenar” su cuerpo para competencias
venideras. Buenos actores la utilizan para formar
caracteres creíbles y algunas sapientes personas
de negocios y políticos se preparan con su ayuda
para reuniones y discursos. Yo ayudé una vez a
dos patinadores de hielo en su camino al triunfo,
capacitándolos en el uso de la imaginación
pantomímica. No solamente les ayudé a prepararse
mental y físicamente para una carrera perfecta,
sino, como creo, los ayudé más todavía por medio
de que les hice imaginar de antemano todo el
proceso de su triunfo. Esa capacitación les dio la
confianza y la actitud de esperanza que les allanó
el camino al triunfo.

Imaginación multisensorial

39
Cuando alguien escucha la palabra imaginación, en
general piensa primero en imaginaciones visuales.
La imaginación como herramienta perfecta abarca,
sin embargo, también el sentido del gusto y del
olfato, el sentido del tacto y el oído.

Experimento: Imagínese que usted observa un rosal


inmediatamente después de una ligera lluvia.
Bien arriba del rosal ve una rosa grande
completamente desarrollada. Imagínese que estira
la mano, toca su tallo y siente el leve pinchazo de
sus espinas. Lleve la rosa a la nariz e inhale
profundamente su aroma. Imagínese gotas de
rocío sobre sus hojas. Lama algunas gotas de
rocío y saboree la suave frescura del agua. Ahora
suelte la rosa e imagínese que viene volando una
abeja para posarse sobre la rosa, y usted la
escucha zumbar.
Como usted ya se ha dado cuenta, este experimento
es para inducirlo a incluir todos sus sentidos en la
escena imaginada. Si usted utiliza de esa manera
su imaginación multisensorial, su efecto es
esencialmente más intenso, especialmente sobre
sus pensamientos, sus sentimientos y su
conducta. Eso se debe a que su inconsciente no se
da cuenta de la diferencia entre una experiencia
“verdadera” y una imaginada. Éste reaccionará en
el plano de actividad muscular, glandular y celular,
como también en el plano del recuerdo, en forma
igualmente intensa en uno como en el otro,
especialmente cuando participa más de un órgano
sensorial. Eso puede parecer difícil de creer al
principio, pero el siguiente experimento tal vez
contribuya a convencerlo.

40
Experimento: Imagínese que se encuentra en una nave
espacial que gira alrededor de la Tierra. Usted
mira hacia abajo y puede reconocer los
continentes y los océanos, que están parcialmente
cubiertos por diferentes formaciones de nubes.
Usted ve zonas café y verdes y sobre el océano
azul, nubes arremolinadas, que se ven como un
huracán que se está originando. Ahora toma
consciencia del grueso vidrio, a través del cual
usted mira, y lo toca con los dedos. También toma
consciencia de los cojines que hay en su asiento
y del traje espacial que lleva puesto. Nota cuán
metálicos se sienten los aparatos para conducir.
En la nave espacial hay un leve olor a ozono y
usted escucha el zumbido y el clic de los
instrumentos. Siente también la agitación de una
aventura así, a gran altura sobre la Tierra. Dedique
suficiente tiempo a meterse realmente en la
situación. ¿Lo ha logrado? Entonces deje ahora la
imaginación y dirija su atención durante uno o dos
minutos a su entorno verdadero, al amoblado del
cuarto o a lo que sea que lo rodea, mientras lee
estas líneas. Como próxima cosa acuérdese de
cualquier suceso de la semana pasada, tal vez una
comida, un encuentro o también un lugar que haya
visitado. Luego deje ese recuerdo y retome la
experiencia de la nave espacial. No trate de
reconstruirla. Simplemente acuérdese de ésta,
exactamente como del suceso de la semana
pasada. Ahora deje también ese recuerdo y retome
el suceso de la semana pasada, luego a
continuación nuevamente la experiencia de la nave
espacial. Entretanto comenzará a darse cuenta
que entre las dos experiencias – como recuerdos
– realmente no hay ninguna diferencia. Tal vez
mentalmente vea una más vívida que la otra, pero

41
cualitativamente son idénticas. El ejercicio de la
nave espacial está ahora almacenado en su
memoria en forma indisoluble, y usted puede
evocarlo deliberadamente, como cualquier otra
experiencia de su vida. En lo que concierne a su
inconsciente, usted ha hecho un viaje en una nave
espacial. Eso es ahora una parte de su experiencia
de vida. De hecho su inconsciente probablemente
incluso considerará esa experiencia como “más
verdadera “que algunas otras a las que usted casi
no les prestó atención.

Ejercicios

Como la imaginación es uno de los medios de


ayuda más importantes en la formación de su
propia realidad, será beneficioso desarrollarla.
Cada cual tiene capacidad de imaginación, tal
como cada cual tiene músculos. Y ambas cosas se
pueden seguir desarrollando para un mejor uso.
Para eso vienen ahora algunos ejercicios de
imaginación que usted puede probar.

42
Ejercicio 1: Haga aparecer ante usted, sobre un lugar
libre en el suelo o en una mesa, la imagen de una
cuerda gruesa de más o menos un metro de largo,
con un nudo sencillo en el medio. Tiene que ser
una imagen tridimensional perfecta, como si la
cuerda realmente estuviera ante usted. En su
imaginación estire ahora la mano y toque la
cuerda, obteniendo una impresión de su peso y
constitución. Después deshaga el nudo con sus
manos imaginarias. Asegúrese de que puede ver y
sentir claramente todo el proceso. Si eso le resulta
fácil, usted ya tiene una capacidad de imaginación
del tipo pantomímico bien desarrollada y ahora tal
vez quiera hacer un intento con un nudo de cruz o
con otro tipo de nudo. Si por el contrario, el
ejercicio le produce dificultades, no caiga en
pánico. Justamente por esa razón usted practica.
Si tiene realmente problemas para ver claramente
el nudo ante usted, entonces traiga una cuerda de
verdad y haga el nudo. A continuación vuelva a su
cuerda “pantomímica”.

43
Ejercicio 2: Para tener en claro lo bien que el cuerpo
reacciona ante la imaginación, usted debe hacer
este ejercicio en las mañanas después de
levantarse, cuando sus músculos todavía están un
poco rígidos por haber dormido. Primero, estando
de pie, inclínese hacia delante con las rodillas
estiradas y toque sus dedos de los pies. Si le
resulta fácil, trate de tocar el suelo con los
nudillos. Si eso también es demasiado fácil,
intente colocar las palmas de las manos sobre el
suelo. Si logra eso inmediatamente en la mañana
como primer ejercicio, puede pasar al próximo.
Sea como sea, haga ese primer intento sin tensión.
Ponga atención hasta dónde llegan sus manos
hacia abajo sin que le duelan las rodillas. Después
enderécese nuevamente e imagínese que se inclina
hasta que toca los dedos de sus pies (o más
abajo). Repita esa imaginación tres veces. Luego
inclínese otra vez físicamente de verdad hacia
abajo. Esta vez sus manos deberían llegar más
abajo, si no incluso completamente abajo. Tome
otra vez su imaginación como ayuda cuando
quiera mejorar sus rendimientos reales.

Ejercicio 3: Practique en la casa, en el trabajo o


dondequiera que tenga un poco de tiempo para
“agregarle” cosas a su entorno. En otras palabras,
utilice su imaginación pantomímica para crear
algo que no está presente físicamente y diviértase
con eso. Aquí hay algunas proposiciones para el
comienzo:
Póngale cuernos a la cabeza de alguien;
Coloque un oso en un árbol;
Haga florecer un filodendro;
Haga crecer las aletas del auto y adorne el capó con
ornamentos;

44
(Y si eso es muy sencillo) póngales a sus semejantes
otro tipo de vestimenta.

Ejercicio 4: También es importante el desarrollo de su


imaginación gráfica. Este ejercicio es para
ayudarle en eso. Para hacerlo usted puede cerrar
los ojos o dirigirlos a una superficie vacía, como
por ejemplo, una pared. Imagínese un árbol en
pleno campo, con tantos detalles como quiera. En
cuanto tenga una buena imagen clara, comience a
hacer cambios. Haga caer una rama y colóquela en
otro lugar. Cambie los colores de las hojas. Haga
crecer más alto el pasto y agregue flores o retire
algunas. Si su imagen no contiene personas o
animales, entonces coloque algunos. Si había
personas o animales, entonces sáquelos. Haga lo
que haga, practique hasta que los cambios
obedezcan a su pura voluntad. Sorprendentemente
muchas personas tienen dificultades con ese tipo
de transformaciones. Eso se debe a que no están
acostumbradas a dirigir conscientemente sus
imágenes mentales. Este ejercicio será útil para
usted.

45
Ejercicio 5: Ocasionalmente me encuentro con
personas que afirman no pensar en imágenes o no
poder hacer imaginaciones gráficas. Pero todavía
no he experimentado que yo no pueda enseñarles
eso. Por eso aseguro que todos tienen la
capacidad de imaginación gráfica, pero que
algunas personas, por diferentes motivos, han
desarrollado la costumbre de no hacer uso de
ésta. Para aquellos que desean comenzar: Yo he
tenido los mejores resultados instruyendo a la
gente a acordarse de sus sueños. La siguiente
tarea es evocar experiencias de la niñez y
describirlas con detalles pintorescos. Después
empezamos a proyectar, con los ojos abiertos,
escenas agradables en una pared vacía, y se
practica hasta estar en condiciones de efectuar los
cuatro ejercicios descritos anteriormente. Si usted
forma parte de aquellos que tienen tales
problemas, puede establecer un programa propio
de ejercicios, según las pautas anteriores.

Capítulo 3

La motivación como herramienta

46
Para denominar la capacidad de influenciar
conscientemente la orientación de nuestras
emociones, he creado el término “emotivación”.
Observe, por favor, que no hablo de dominar o de
reprimir las emociones. Ambas cosas traerían
problemas consigo. Nosotros determinamos su
orientación, cuando estamos en condiciones de
desahogar de manera inofensiva emociones no
deseadas y elegir libremente cuáles emociones
queremos y en qué momento. Como ayuda le
indico al final del capítulo algunos ejercicios
prácticos, para que aprenda cómo puede lograr
esto. Pero primero deseo formular algunas ideas,
tal vez nuevas, sobre las emociones.

Corrientes de energía y mensajes

47
Las emociones son movimiento y energía a través
de nuestro cuerpo. Podríamos llamarlas energía
vital o energía biológica. Lo único que importa es
que se trata de un flujo de energía como cualquier
otro. Eso es fácil de comprobar a través del hecho
de que las emociones intensas están siempre
acompañadas de sensación de calor y de aumento
de temperatura. Lo único que ocurre en este caso
es que una parte de la energía emocional es
transformada en calor, lo cual concuerda
completamente con las buenas antiguas leyes de la
física. En realidad una parte de esa energía
emocional también es transformada en
electricidad, pero eso no interesa realmente aquí.
Con respecto al calor, sólo me importa que usted
tenga en claro que no son metáforas sin sentido
cuando alguien dice que él “hierve de rabia” o
siente “cariño cálido”.
Pero las emociones son más que puro flujo de
energía. Se diferencian del sentimiento sencillo
por la energía que recorre el cuerpo, que cada
cual percibe de vez en cuando al recibir mensajes.
Se podría hacer la comparación con frecuencias
portadoras que transmiten mensajes en líneas
telefónicas o en radio. Los nombres que les
damos a las emociones – temor, enojo, celos,
alegría o afecto - son descripciones del mensaje
que entregan. La sensación en sí es simplemente
agitación. Y nosotros etiquetamos esa agitación
de acuerdo con los contenidos que ésta transmite.

48
¿De dónde vienen esos mensajes? Las ideas y las
imaginaciones gráficas, o están almacenadas como
recuerdos en las células de nuestro cuerpo, o
nosotros las creamos a su debido tiempo como
reacción ante otras ideas o circunstancias
externas. ¿Pero qué las causa? Los causantes son
nuestros propios pensamientos, imaginaciones,
actitudes, gestos, o emociones, o los de otras
personas.

Emociones y tensiones

49
La conexión entre nuestra mente, nuestras
sensaciones y nuestro cuerpo es tan evidente, que
no debería ser ninguna sorpresa si digo que las
emociones y tensiones musculares están en
estrecha relación recíproca. En otras palabras,
nuestros músculos están siempre involucrados de
algún modo, cuando sentimos algún tipo de
emociones. En general, las llamadas emociones
“negativas”, como enojo y temor, están
acompañadas de un aumento de la tensión
muscular, mientras que esa tensión disminuye con
emociones “positivas” como alegría y afecto.
Existen algunas evidentes excepciones a esa regla,
que trataré más adelante. En todo caso, donde
participan las emociones, un pensamiento o una
imagen mental parece producir impulsos
nerviosos, que a su vez ocasionan tensión o
relajación muscular. Esas reacciones musculares
ocasionan a su vez perturbaciones en el flujo
natural de energía de nuestro cuerpo - lo que
llamamos emociones – por lo menos cuando éstas
intensifican pensamientos e imaginaciones
gráficas o producen otras. Las emociones no
participan habitualmente cuando tenemos, por
ejemplo, la idea de que tenemos sed y tensamos
nuestros músculos para agarrar un vaso de agua.
Las emociones bien pueden participar, en cambio,
cuando tenemos pensamientos de que tenemos
sed y tensamos nuestros músculos para agarrar
un vaso de agua que alguien nos trata de arrebatar.
Ahora realizaremos algunos experimentos, para
aclarar la relación entre tensión muscular y
emociones.

50
Experimento 1: Siéntese cómodamente en un sillón,
cierre los ojos y tense todos los músculos de su
cuerpo, mientras cuenta hasta quince. Después
relaje repentinamente sus músculos, pero
mantenga los ojos cerrados, y simplemente sienta
lo que ocurre en su cuerpo. Si usted está
realmente atento, debería percibir una sensación
de calor, una picazón o la sensación de que algo
fluye a través de sus extremidades, o tal vez
también las tres sensaciones simultáneamente.
Eso simplemente le indica que la tensión muscular
tiene un efecto sobre el flujo de energía en su
cuerpo. Si puede imaginar su cuerpo como una
manguera, a través de la cual fluye agua, entonces
aquello que acaba de hacer equivale a apretar y a
continuación soltar. El agua en la manguera es
retenida por un momento, para luego fluir con
mayor velocidad, hasta que la presión esté
equiparada. Algo parecido acaba de ocurrir en su
cuerpo.

51
Experimento 2: Siéntese en un sillón cómodo y relaje
en forma consciente todos los músculos de su
cuerpo lo mejor que pueda. Para esto no necesita
procedimientos complicados. Simplemente desee
que todos sus músculos se relajen y deje que eso
ocurra. Después trate de producir una emoción
fuerte de cualquier tipo, sin permitir una nueva
tensión de algún músculo. Para esto puede
ayudarse también con imaginaciones gráficas si
quiere, mientras no tense sus músculos. Intente
esto con enojo, con temor, con entusiasmo, con
todo lo que quiera, pero sin tensión. ¿Qué
constata? Si realmente ha logrado evitar una
tensión de sus músculos, entonces habrá
descubierto que las emociones fuertes son
imposibles mientras el cuerpo esté relajado. Ni
siquiera puede estar deprimido si sus músculos
están realmente relajados. Saber esto es de una
enorme importancia, porque le entrega las llaves
del poder sobre sus pensamientos y sentimientos.

Tensión y relajamiento

52
Anteriormente mencioné que hay algunas
excepciones evidentes con respecto a la relación
entre tensión muscular y el tipo de emoción, y
ahora deseo explicar eso. En primer lugar tenga
por favor en claro, que la tensión muscular en sí,
no es perjudicial para usted. Sin tensión de los
músculos, usted no estaría en condiciones de
tener algún tipo de actividad corporal. Ni siquiera
podría estar de pie, sentado o sonreír. Pero lo que
es aún más importante – tal vez lo haya
descubierto con el último experimento – también al
tener lugar sensaciones muy agradables, participa
una cierta cantidad de tensión. Tan sólo esa
tensión las hace posibles. Pero lo que hace
agradable a las sensaciones es que se presenta
tensión conectada con relajamiento. Durante una
sensación agradable se tensan algunos músculos,
otros se relajan; En una secuencia breve, los
músculos tensos se relajan, mientras que los otros
se tensan, antes de que también se vuelvan a
relajar. Da la impresión de que, por ejemplo, un
estado de gran entusiasmo esté conectado con
muchísima tensión. En realidad, en este caso
tenemos que ver con una gran cantidad de tensión
y relajamiento al mismo tiempo. En resumen, la
sensación agradable está conectada con la
disolución de la tensión.

Sensaciones desagradables

53
Las sensaciones desagradables están conectadas
con tensión aguda o crónica. Si la tensión es
debidamente fuerte, también se pueden presentar
dolores, porque cada dolor es causado por
tensión extrema o no disuelta. A menudo ocurre lo
siguiente: Una emoción, por ejemplo, enojo, se
forma, y los músculos se tensan; entonces se
decide que esa sensación es reprochable, tal vez
peligrosa o simplemente demasiado desagradable
y que, por los motivos que sea, hay que reprimirla.
Y así, en vez de descargarla de alguna manera, se
intenta tal vez impedirla, bloqueando otros
músculos por medio de tensión. Entonces se deja
el nudo de los músculos tensos tal como está y se
hace lo mejor que se puede para olvidar la
desagradable sensación. Pero el cuerpo no la ha
olvidado. No puede, porque el mensaje está
todavía encerrado en los músculos endurecidos, y
los mensajes emocionales permanecen hasta que
son transmitidos. Pero un mensaje de ese tipo está
transmitido cuando se ha tomado conocimiento de
él y se permite que actúe. Si por el contrario, se
interrumpe la transmisión reprimiendo el mensaje,
éste simplemente permanece bloqueado en
nuestros músculos, hasta que es liberado.
Volvamos a nuestro caso hipotético. La próxima
vez que uno se enoje por algo, muy probablemente
reaccionará de la misma manera, y los músculos
se endurecerán un poco más, el mensaje se
reprimirá y se bloqueará más energía. Ese es el
comienzo de una tensión crónica. Si una tensión
crónica así se disuelve repentinamente, se
derrama la totalidad de los mensajes y energía
bloqueados. Surge entonces la impresión de que
las sensaciones desagradables han sido causadas
por esa tensión. Pero ese en un efecto aparente y

54
transitorio. Si la liberación es sostenida hasta el
final, ocurre, por el contrario, una liberación
beneficiosa. Si una tensión crónica continúa por
mucho tiempo, puede tener como consecuencia
síntomas corporales destructivos o un desastroso
arrebato emocional.

Factores externos y emociones

Las sensaciones son producidas por medio de


imágenes mentales y pensamientos, que también
producen cambios en la tensión muscular. Pero
nuestros pensamientos e imaginaciones gráficas a
menudo son influenciados por sucesos y
circunstancias ajenas a nuestro cuerpo. La
influencia más evidente viene de la conducta de
otras personas. Si nos perturba la conducta de
otra persona, eso se debe a que esa conducta
evoca en nuestra mente pensamientos e imágenes
que a su vez causan emociones. Hace algunos
minutos, cuando yo estaba trabajando en este
capítulo, me llamó por teléfono uno de mis hijos.
El joven estaba furioso, porque su hermano
mayor hacía muecas en dirección a él. No fue ese
hecho lo que le afectó, porque yo había visto que
el menor, bajo otras circunstancias, se había reído
de esas burlas. Fue más bien la idea de que el
mayor se burlaba de él lo que le afectó. Por mucho
que nos guste hacer responsables a otros por
nuestras reacciones emocionales, en este caso
no hay justificación. La causa directa no es la
conducta de los demás. Las causas directas son
nuestros propios pensamientos e imaginaciones.

55
Una influencia que no es muy claramente
reconocible, sale de las sensaciones de otras
personas, independiente de su conducta. Junto a
la energía que fluye a través de nuestro cuerpo,
cada persona está rodeada por algo que se podría
designar como “campo energético”. Ese campo
contiene diversas materias químicas gasificadas,
entre ellas calor y radiación electromagnética de
nuestra respiración y la misma energía vital que
también fluye a través de nuestro cuerpo. El tipo y
el contenido de ese campo energético varían con
nuestro estado emocional y también son
influenciados por nuestras imaginaciones
mentales y gráficas. Una influencia adicional viene
de los campos energéticos de otras personas y de
sus imaginaciones mentales y gráficas. Para
objetivos prácticos podemos hablar de un “campo
emocional”, porque éste es portador de los
mensajes de nuestras imágenes mentales y
pensamientos. En realidad la expresión
“atmósfera emocional” sería más apropiada, ya
que aquí nuestro clima interior es reproducido con
exactitud, desde una tormenta hasta una situación
meteorológica serena. Por medio de esa atmósfera
podemos sentir las emociones de otros,
independiente de su conducta e incluso si ni
siquiera vemos a esas personas. Por supuesto
algunas personas reaccionan más intensamente
que otras ante ese campo emocional, como
tampoco no todos son sensibles a los cambios del
tiempo en la misma medida. Pero casi todos
pueden sentir la atmósfera “cargada” en un lugar
en el que actúan emociones fuertes, aunque se
trate de disimularlas con cortesía. Muchas
personas pueden sentir una atmósfera de ese tipo,
incluso si aquellos que la causaron ya no están

56
presentes. Igualmente las emociones fuertes que
hay en nuestro entorno tienen la tendencia a
despertar o a reforzar pensamientos e
imaginaciones o asociaciones correspondientes,
que fácilmente pueden producir en nosotros
emociones similares. De ese modo, ocurre a
menudo que alguien busca como loco las causas
de un repentino miedo, tristeza o la sensación que
sea, que presume que están en su interior,
mientras que el factor causante es el estado de
ánimo de otra persona. Yo experimento eso de vez
en cuando en mi propio lugar de trabajo. Puedo
creer que todo está en orden, hasta que un colega
agitado comienza a trabajar en la pieza del lado.
Entonces, dentro de pocos minutos, yo mismo me
puedo poner irritable sin motivos aparentes. La
distancia física significa poco en tales casos,
como lo pueden confirmar madres de niños
pequeños. Tal “identificación emocional” en otra
persona, también es posible a través de grandes
distancias. Sucede con la mayor frecuencia entre
parientes cercanos, sobre todo entre mellizos y
personas de mucha confianza, pero también puede
ocurrir incluso entre gente que se conoce
superficialmente. Una vez yo estaba sentado
tranquilo y solo en mi trabajo, cuando de repente
tuve una sensación de miedo y el impulso de mirar
ofertas de empleo. Visto superficialmente, eso era
sencillamente absurdo, pero el impulso era
intenso. Dentro de la media hora siguiente se
presentó ante mí un amigo, para decirme que en la
mañana había perdido su empleo y para pedirme
que lo ayudara a buscar uno nuevo. La razón
principal de que yo haya reaccionado a su
sentimiento, fue tal vez que en ese tiempo mi
propia ocupación todavía me era nueva y me

57
sentía inseguro. Deberíamos tener presente que
las sensaciones de otros nos alcanzan solamente
si tenemos pensamientos o asociaciones
correspondientes en alguna parte. Al final del
capítulo indicaré una técnica que permite
protegerse de “empatías” no deseadas.
A fin de completar, deseo mencionar que diversas
circunstancias también pueden influir en cómo
nos sentimos en el plano corporal. La carencia de
determinadas vitaminas y minerales,
especialmente vitaminas del grupo B y calcio,
puede contribuir a la inestabilidad emocional, de
manera que el aumento de lo que falta trae
eventualmente mejoría. La carencia misma, sin
embargo, probablemente se ha originado en primer
lugar por medio de pensamientos estresantes. En
un caso así, no solamente se debería compensar el
déficit corporal, sino también el mental. La
ionización de la atmósfera es otro factor que
influye sobre nuestro estado de ánimo, como
asimismo las fluctuaciones de la fuerza de
atracción solar y lunar. Pero este libro no da lugar
para ocuparse de ese tipo de factores. Se
menciona solamente que también éstos pueden
influir sobre nosotros sólo de acuerdo con
nuestras percepciones conscientes e
inconscientes acerca de nosotros y nuestro
mundo.

Poder sobre nuestras emociones

58
Con este breve resumen de los efectos de nuestras
emociones como trasfondo, volveremos ahora a
nuestra “emotivación”. Como dije al comienzo de
este capítulo, emotivación es la capacidad de
determinar conscientemente la orientación de
nuestras emociones, en vez de dejarnos dirigir por
éstas. Solamente describiré algunas de las
técnicas generales, con cuya ayuda podemos
lograr eso.
La respiración profunda es probablemente la más
fundamental de todas las técnicas utilizadas.
Mientras más agitado se esté, menos profunda y
más rápida es en general la respiración. La causa
de eso es la tensión progresiva. La respiración
lenta y profunda puede contrarrestar la tensión y
equilibrar el flujo de energía, de modo que la
agitación disminuye rápidamente. Es importante
que se respire lentamente, porque de lo contrario
se pueden presentar sensaciones de mareo.
Después que una respiración profunda nos ha
tranquilizado, podemos decidir con mayor claridad
sobre nuestras reacciones.

59
La sublimación es una antigua técnica de ayuda,
que todavía sigue siendo popular en determinados
círculos. Ésta consiste simplemente en manifestar
de un modo aceptable emociones desagradables o
indeseables. Un ejemplo de esto sería, enrollar un
periódico y en vez de golpear con él la cabeza de
su jefe, golpear una mesa. Gritar sus sentimientos
mientras se está sentado solo en el auto (con las
ventanas cerradas, por favor) es también una
buena ayuda. Otra excelente alternativa consiste
en escribir detalladamente pensamientos y
sentimientos con una máquina de escribir. ¿Quién
sabe si tal vez de eso se origina un libro con
récord de venta? La sublimación no es un intento
de cambiar las emociones. Se trata más bien de la
utilización de pensamientos e imágenes, para
ejercer influencia sobre sus acciones y elegir otros
medios de manifestación.
La reordenación o transformación incluye que
imaginaciones mentales y gráficas se tomen como
ayuda, para transformar una emoción en una de
otro tipo. Si un pensamiento o una imaginación
gráfica ocasionan el flujo de energía emocional,
éste tiene normalmente la tendencia de intensificar
a su vez el pensamiento o la imagen, con lo cual
las emociones nuevamente son estimuladas. Se
origina un círculo vicioso. Con una reorientación
se cambian entonces conscientemente
imaginaciones mentales y gráficas sin detener el
flujo de energía emocional, de modo que cambia
solamente el mensaje transmitido por éste.

60
Una amiga contó hace poco tiempo cómo utilizaba
ese método contra sus temores. Ella quería
comenzar algo nuevo profesionalmente y estaba
llena de temores. Como ella estaba familiarizada
con la idea de ver las emociones como energía,
transformó sus ideas e imágenes de un posible
fracaso, en ideas e imágenes de una aventura en
terreno desconocido y de ese modo transformó
sus temores en palpitante expectación. Esa
técnica funciona bien con emociones arraigadas.

61
La inducción emocional hace uso de imaginaciones
mentales y gráficas para la generación de
emociones, donde parece faltar. Digo “parecen”,
porque la apatía y el aburrimiento son
esencialmente reacciones de temor y la depresión
es una forma de enojo reprimido. La indiferencia,
la flojera, la tendencia a dejar todo para después y
cosas similares, pueden servir como camuflaje
emocional, que nos impide hacer lo que en
realidad queremos hacer. Como las emociones son
estimuladas por las imaginaciones mentales y
gráficas, la inducción emocional consiste en que
se eligen conscientemente pensamientos e
imágenes que son adecuados para causar
reacciones emocionales activadoras, a las que
después se hace seguir la acción correspondiente.
Una de las emociones que más convulsiona es la
ira, que por consiguiente es de vez en cuando un
buen remedio contra el letargo emocional. Una
persona indignada puede hacer milagros, como
alguien lo formuló una vez. Pero eso se refiere a la
indignación manifestada, especialmente a la
justificada, que apunta a corregir injusticias. Los
pensamientos e imágenes que elegimos no deben
simplemente poner en marcha un carrusel de
sentimientos negativos, sino inducirnos a actuar.
Una vez que eso se ha logrado, los pensamientos e
imágenes pueden ser modificados, para así
reemplazar la ira por el entusiasmo, para producir
el bien en vez de solamente vengar la injusticia.
Una alternativa para la ira inducida es la empatía.
He visto casos en que el aburrimiento y la
depresión han desaparecido como por milagro, en
cuanto el interés se ha dirigido a ayudar a otros en
la solución de sus problemas. Sin embargo, tener
que arreglárselas solo para inducir emociones no

62
es simple. En general eso es más eficiente si nos
secunda un amigo, que nos ayuda a concentrarnos
en los nuevos pensamientos e imágenes que se
necesitan.
La observación de emociones es una técnica que
demanda ejercicio, porque requiere que por un
lado se le dé rienda suelta a sus emociones y que
por otro lado uno no se deje incitar por éstas a
acciones no deseadas e ineficaces. Eso significa
ante todo, que las emociones tienen que ser
reconocidas como lo que son realmente: un flujo
de energía portadora para la transmisión de
mensajes y nada más. Tenemos que dejar de
identificarnos con ellas y guardar distancia,
desarrollar una especie de “actitud - a ver lo que
ocurre”. Para el comienzo es útil si uno, por
ejemplo, deja la costumbre de decir “yo estoy
indignado”, y reemplaza esa formulación por “yo
siento indignación”, lo cual es más acertado.
Cuando se está en condiciones de sentir las
emociones en vez de ser ellas, se puede comenzar
a poner atención en el mensaje que ellas portan.
Por medio de la observación de los pensamientos
que nos llegan con una emoción, podemos
descubrir las ideas e imágenes en que ésta se
basa. Una vez que la emoción se ha aplacado,
podemos tomar la decisión de transformar esas
ideas e imágenes.

63
Otra técnica que requiere práctica es el relajamiento
muscular consciente. Éste requiere que se aprenda
a prestarle atención a su cuerpo, y especialmente
al grado de tensión muscular. Con algún ejercicio
se logra percibir el desarrollo de esa tensión
simultáneamente con el surgimiento de la
emoción. Se puede entonces relajar
conscientemente sus músculos y facilitar así una
repartición de la energía emocional. De ese modo
se recibe el mensaje sin la reacción
correspondiente. Por esa razón la técnica de
relajamiento muscular funciona muy bien en
conexión con la observación de las emociones.
¡Se debería tener en claro que la energía no
desaparece simplemente! Se reparte en el cuerpo
como energía pura y está a disposición para
volverla a utilizar.

Ejercicios
Ahora vienen algunos ejercicios prácticos, cuyo
propósito es ayudarle a desarrollar sus
capacidades en el campo de la emotivación.

Ejercicio 1: Muchos de mis alumnos han encontrado


sumamente efectivo el siguiente ejercicio
respiratorio. Éste le ayudará muchísimo antes de
una reunión en la que usted quiere permanecer
tranquilo, o después de un arrebato emocional,
cuyos efectos usted todavía siente, o también
cuando usted está solo y nervioso o perturbado.
Siéntese cómodamente y ponga sus manos en el
regazo, ya sea con las palmas hacia arriba o de tal
modo que las puntas de los dedos se toquen.
Exhale y después proceda como sigue:
Inhale y al hacerlo repita “aflojar, aflojar, aflojar,
aflojar”.

64
Retenga la respiración y al hacerlo repita mentalmente
“aflojar, aflojar, aflojar, aflojar”.
Exhale repitiendo “relajar, relajar, relajar, relajar”.
Inhale y retenga la respiración, repitiendo “relajar,
relajar, relajar, relajar”.
Repita ese proceso cuatro veces lentamente.
Después siga respirando en forma normal.
Con un texto alternativo, usted puede, si quiere,
lograr un efecto algo diferente. En ese caso haga
sus ejercicios de respiración, por ejemplo, con las
palabras “un dogo, dos dogos, tres dogos, cuatro
dogos”. Inténtelo. Si usted no está seriamente
perturbado, se reirá de esa absurdidad, antes de
que haya terminado el ejercicio. Y reír es el mejor
de todos los relajamientos.

65
Ejercicio 2: Este ejercicio es para ayudarle a tener en
claro la poderosa influencia que tienen las
imaginaciones gráficas sobre sus emociones. En
primer lugar haga una lista de las diferentes
emociones, anotando cuáles considera negativas o
positivas. Después haga, en otra columna de su
lista para cada emoción anotada, una breve
descripción de una escena o suceso que recuerde,
que sea la que más se acerque a la respectiva
emoción. Para facilitarse la tarea, puede registrar
las emociones positivas y negativas en dos hojas
separadas. A continuación búsquese un rinconcito
tranquilo, propóngase una de las emociones
negativas de su lista y deje permanecer su
imaginación visual con la correspondiente escena
o suceso, hasta que sienta surgir en usted la
emoción asociada a esa escena o suceso. En
cuanto haya logrado eso, elija una de las
emociones positivas y también en este caso
permanezca en la escena o suceso
correspondiente, hasta que la nueva emoción
comience a surgir en usted. Oscile de ese modo de
un lado para otro entre sus emociones y
recuerdos, hasta que haya estudiado a fondo toda
la lista y concluya todo con una emoción positiva.
Perciba durante todo el proceso, cómo reaccionan
sus emociones ante las imaginaciones en las que
usted se está concentrando. Por medio de ese tipo
de experiencia directa, usted aprenderá
rápidamente cómo sus sentimientos son
conducidos por su mente, y cómo puede utilizar
deliberadamente esa conducción. Elija algunas de
sus escenas o experiencias preferidas, aquellas
que ocasionan en usted las sensaciones positivas
más intensas, y anótelas en una tarjeta que lleve
con usted y que pueda consultar, hasta que los

66
contenidos hayan llegado a ser rápidamente
accesibles. Cada vez que se dé cuenta que
sentimientos malos comienzan a desmoralizarlo,
acuérdese de una de esas escenas o sucesos y
permanezca en ella hasta que su ánimo haya
cambiado y usted esté en condiciones de
confrontarse con las causas de la emoción
precedente. Utilice esta técnica para purificar su
flujo de energía, pero no como medio para escapar
de cosas a las que tiene que enfrentarse.

67
Ejercicio 3: Este sencillo ejercicio es para ayudarle a
aprender cómo puede influenciar indirectamente
sus sentimientos, por medio de relajamiento de
sus músculos. Adopte una posición corporal
cómoda y ejercite tensar y aflojar por separado
cada músculo de su cuerpo. Comience por la
cabeza y ejercite la tensión/relajación de la frente,
los ojos, las mejillas, la boca, etc. Trabaje lenta y
minuciosamente desde arriba hacia abajo, hasta
que haya llegado a los dedos de sus pies. Para
esto no necesita tensar sus músculos fuertemente,
sino solamente hasta que pueda sentirlos cuando
los afloja. Ponga atención con exactitud a esto,
porque por medio de este ejercicio usted
aprenderá cómo se sienten sus músculos cuando
están tensos o relajados y cómo se siente el paso
de un estado al otro. Gracias a este ejercicio usted
se dará cuenta claramente de lo que ocurre con
sus músculos en el transcurso de un día de
trabajo, en especial cuando éste trae consigo
confrontaciones con otras personas. Y usted
estará en condiciones de disolver tensiones antes
de que se puedan formar bien. También sería
bueno si aprendiera a poner atención en lo que
usted mismo y otros dicen y hacen y qué ocurre
cuando se tensan sus músculos. Eso le entregaría
un valioso punto de referencia para los
pensamientos e imágenes mentales con los que
usted reacciona y que tal vez desea cambiar.

68
Ejercicio 4: Este último ejercicio de emotivación tiene
como objeto la creación de un “escudo mental”.
Consiste en que usted, con ayuda de su
imaginación pantomímica, crea un manto de luz
que lo envuelve por completo. Para esto hay
muchas variantes. Yo le recomiendo imaginarse
primero una corona de luz sobre su cabeza y luego
un aluvión de beneficiosa luz de color que sale por
todo el contorno de esa corona de luz. Para esto
puede elegir cualquier color que desee. La mayoría
de la gente con la que he trabajado hasta ahora,
encuentran el color dorado o rosado como el más
adecuado. Para hacer este ejercicio aún más
efectivo, las primeras veces haga antes el ejercicio
1. Mientras está relajado, visualice su escudo y
dígase algo así como: “Este escudo me protege de
todas las influencias no deseadas. Solamente deja
pasar lo que es bueno para mí”. De ahí en adelante
bastará con una respiración profunda, pronunciar
la palabra “escudo” e imaginarse éste. Ese escudo
mental tiene el objetivo de protegerlo, en caso de
ser necesario, de los efectos de los campos
emocionales de energía de otras personas. Como
las imaginaciones mentales y gráficas tienen
influencia sobre las emociones y la conducta, el
pensamiento y la imaginación de ese escudo
protector ejercerán influencia sobre sus
reacciones emocionales y corporales, de modo que
usted será menos sensible a las emociones de
otros. Yo propongo que usted, en cuanto tenga
algo de práctica, utilice siempre el escudo
protector cuando sienta un miedo repentino
infundado u otras emociones indeseables, o
incluso un dolor repentino inexplicable. Si esas
sensaciones solamente consisten en efectos de
problemas de otras personas, como resultado las

69
calmará rápidamente o las hará desaparecer por
completo. Si por el contrario, su escudo protector
no tiene ningún efecto aunque usted tenga
práctica en esta técnica, usted sabe que las causas
hay que buscarlas en usted mismo. Si usted no
estaba familiarizado con esta técnica de protección
mental, pienso que tendrá próximamente algunas
sorpresas agradables, especialmente en el trato
con personas que habitualmente lo sacan de su
equilibrio psíquico.

70
Capítulo 4

La concentración como herramienta

La concentración no es otra cosa que atención


prolongada. Eso simplemente significa que usted
se dirige mentalmente a una cosa, excluyendo
todas las demás. Es una herramienta con la que
usted ya está familiarizado, porque la utiliza en
muchas actividades, como por ejemplo, cuando lee
un libro interesante, ve una buena película o un
buen programa de televisión, o cuando queda
absorto en un pasatiempo o en algún proyecto. Si
concentra toda su atención en lo que está
haciendo, muy probablemente se pone ciego y
sordo para todo y para todos a su alrededor,
también para gente que lo llama a comer. El
interés que le demuestra a una cosa, es decisivo
para lo bien que pueda concentrarse. La
concentración y el interés (también lo puede llamar
motivación) van de la mano. Y así dice entonces
una regla general: Mientras más le guste algo, o
mientras más se interese por eso, más fácilmente
se concentra en eso; mientras menos le guste
algo, o mientras menor sea el interés por eso, más
difícil le resulta la concentración.

71
Los niños disponen de una capacidad de
concentración realmente increíble. Si duda de eso,
intente llamar a un niño que está absorto en un
juego interesante, para que ordene su cuarto. Si
no recurre directamente a la fuerza o le grita en el
oído, será casi imposible interrumpir su
concentración. En serio: Es completamente
posible que el niño ignore en absoluto su llamado
conscientemente. Él simplemente ha suprimido
todo lo que es menos interesante que su juego. Si
hablamos de que un niño no se puede concentrar,
con eso nos referimos en general a que no se
quiere concentrar en lo que nosotros esperamos
de él. Él hará las cosas muy excelentemente,
cuando haya que concentrarse en algo que le
interesa. Después que había tratado una vez
infructuosamente de romper la concentración de
mi hijo menor que estaba absorto en un juego,
hice, por el interés científico, el siguiente intento:
Fui a una de las puertas del patio interior, a dos
piezas de distancia, y le dije a mi esposa sin subir
la voz: “Deseo saber si alguno de los niños
quisiera tener un dólar”. Al instante salió una voz
infantil del cuarto de juegos: “¡Yo!” Eso conduce a
otro axioma: Existe la tendencia a dirigir
automáticamente la concentración al asunto de
mayor interés personal.

Lo que dificulta la concentración

72
La mayoría de la gente parece haber crecido con la
idea de que la concentración es un trabajo duro y
que requiere un gran esfuerzo. Si yo le pidiera a
usted que me describiera a alguien que esté
concentrado profundamente, probablemente
resultaría la imagen de una persona con los
labios apretados y con la frente arrugada. Daría la
impresión de que alguien se esforzara mucho por
hacer algo que en realidad no desea en absoluto
hacer. Tengo la sospecha de que ese cliché
proviene de nuestra época de escuela, donde se
nos daba la orden de concentrarnos en nuestro
trabajo de aprendizaje, en vez de en las muchas
otras cosas que habríamos preferido hacer. Pero,
como ya dije, usted ya se concentra cuando dirige
su atención por más de algunos instantes a una
única cosa. Usted tal vez preguntará dónde fijo el
límite entre la simple atención pasajera y la
atención retenida que se llama concentración.
Pues bien, ese límite es impreciso. Pero para tener
un concepto claro con el que podamos trabajar,
definiré la concentración arbitrariamente como la
atención que permanece por más de treinta
segundos dirigida a un determinado objeto.
¿Encuentra usted que eso suena demasiado
simple? Entonces intente lo siguiente:

73
Experimento: Tome un cuadro de una revista o uno
que eventualmente cuelgue en su pared y
obsérvelo atentamente durante un minuto. Para
que no sea perturbado, tal vez sea bueno pedirle a
alguien que se haga cargo de medir el tiempo o
utilizar un reloj con alarma. A continuación busque
el objeto más pequeño que haya en su cuadro y
diríjale toda su atención durante un minuto, sin
observar el resto del cuadro y sin dejar surgir
pensamientos que no tengan que ver con el objeto.
Usted notará que le resultó bastante fácil mantener
su atención en el cuadro completo, pero que con
el objeto único fue más difícil. De aquí podemos
deducir otros axiomas sobre la concentración:
Mientras más grande sea el área (es decir,
mientras más objetos existan que pueden
despertar nuestra atención) más fácil resulta
concentrarse en ésta; mientras más pequeña sea el
área (es decir, mientras menos objetos contenga
que despiertan nuestra atención) más difícil nos
resulta la concentración. Usted seguramente habrá
descubierto otro axioma: Mientras más difícil es,
según su opinión, concentrarse, más difícil será
concentrarse efectivamente.
Pero la concentración es un instrumento mental muy
valioso, porque genera diferentes efectos
extraños, de los que podemos sacar beneficios
prácticos. Tres de los más importantes se
describen en los tres párrafos siguientes.

Estados modificados de consciencia

74
El cerebro es un magnífico computador viviente,
destinado a procesar una inmensa cantidad de
informaciones que provienen de diferentes tipos
de fuentes. Si las fuentes de información de
nuestro entorno se reducen, porque el área de
nuestra atención se estrecha por más de algunos
instantes (concentración), eso conduce fácilmente
a un cambio del modo de funcionamiento de
nuestra consciencia. En un caso así, de un
enfoque dado se obtendrá más información que de
costumbre, o se obtendrá información de fuentes
no habituales. Ese otro modo de funcionamiento
se designa actualmente como “estado modificado
de consciencia” y abarca campos como el trance
hipnótico, estados de consciencia meditativos e
incluso nuestro sueño normal. También al soñar
despiertos nuestra consciencia está modificada, y
algunas personas caen en un estado modificado de
consciencia al leer o ver televisión. Si alguna vez
le ha sucedido que estaba leyendo un libro y de
pronto se dio cuenta que no tenía idea del
contenido de los últimos párrafos o páginas,
entonces usted también ha tenido esa experiencia.

75
En todo el mundo, personas de diferentes épocas y
culturas han producido ese efecto en forma
consciente, para experimentar diversos estados de
consciencia por diferentes motivos, entre ellos de
salud. Todas las técnicas utilizadas con ese
objetivo se basan en que el enfoque de la
consciencia se estrecha por un momento largo,
hasta que el cerebro “ponga otro cambio en la caja
de cambios”, por así decirlo. El medio más común
es la concentración en un único objeto
tridimensional (una flor o un objeto de cristal), en
un dibujo (especialmente formas geométricas), en
una imaginación gráfica, estática o monótona, o en
palabras o ritmos musicales que se repiten.

76
Para lograr el mayor efecto posible, el enfoque tiene
que estrecharse tanto, que ya ni siquiera se
analice en qué se concentra uno – eso
simplemente se “experimenta”. Eso hacemos
exactamente también cuando nos quedamos
dormidos. Restringimos el área de nuestra
atención consciente, hasta que nuestro cerebro
cambia a otro modo de toma de consciencia. El
mismo efecto está detrás del antiguo método
casero de contar ovejas para poder quedarse
dormido. La monótona regularidad de las ovejas
que saltan la cerca una detrás de la otra, induce
al cerebro a cambiar. La tabla de multiplicar puede
cumplir el mismo propósito. El problema de la
mayoría de las personas que sufren de insomnio
es que, en una secuencia al azar, reflexionan sobre
diferentes cosas, analizan, juzgan, planean,
evalúan, etc., de manera que su cerebro permanece
activo. El método contra eso es muy sencillo. Hay
que concentrar los pensamientos en una sola
cosa, sea una mancha en la pared, una imagen
mental o una pieza musical, como por ejemplo, El
“Bolero” de Ravel. Dormir tiene claramente un
efecto terapéutico. Sin embargo, también estados
modificados de consciencia, con los cuales se
permanece despierto, pueden traer beneficios para
la salud.

El flujo de información

77
Todavía tengo otro axioma para usted: La
concentración en determinados pensamientos,
imágenes o intuiciones, tiene la tendencia a
estimular el mismo tipo de pensamientos,
imágenes o intuiciones. En este contexto
definiremos “intuición” como pensamientos o
imágenes que nos proporcionan informaciones en
las cuales no habíamos pensado anteriormente.
Para lograr el efecto del flujo de información, hay
que estrechar el enfoque un poco menos que para
un cambio del estado de consciencia. La técnica
consiste en retener la idea o la imagen y al mismo
tiempo otorgarles acceso a nuestra consciencia
a pensamientos sobre el mismo tema. Científicos
creativos, inventores, escritores y artistas, hacen
uso de esto. Durante un tiempo esta técnica
también fue popular en el mundo de los negocios,
bajo la denominación de “Brainstorming”. Se le
exponía un problema a un grupo de personas, y
todos los participantes proponían soluciones lo
más rápido que podían, sin considerar lo tontas o
locas que éstas pudieran parecer. El concepto que
hay detrás dice que la probabilidad de soluciones
practicables, aunque poco ortodoxas, es mayor,
mientras más ilimitado sea el flujo de
pensamientos.

78
El efecto del flujo de información es valioso para la
inspiración creativa y para la solución de
problemas. Pero eso no es todo; ayuda a una
mejor comprensión de todos los objetos de
nuestra concentración. En tiempos antiguos éste
era el método principal de investigación científica
y filosófica de la naturaleza, lo que tenía la ventaja
de que no había que destruir la vida para poderla
investigar. Actualmente ese método es algo así
como un arte perdido, que todavía es practicado
solamente por pocos, aunque igual que antes, está
a disposición de todos. El mejor ejemplo que se
me ocurre para su utilización en los tiempos
modernos es Luther Burbank, el “Mago de la
jardinería”. Los autores Tompkins y Bird lo citan
en The Secret Life of Plants (La vida secreta de las
plantas), con la declaración que su arte es en el
fondo “una cuestión de concentración y de la
rápida eliminación de lo irrelevante”. Y todos sus
milagros los realizó sin laboratorio.

El efecto de la reproducción

79
Este efecto es, según mi opinión, el más importante
de todos y al mismo tiempo el más extraño, el
más cotidiano y el que más les cuesta creer a
aquellos que escuchan hablar de él por primera
vez. Se basa en el siguiente axioma: La
concentración en una idea o imaginación dada
conduce a que en el mundo tridimensional de
experiencia se reproduzca el equivalente que más
se acerca a esa idea o imaginación. En otras
palabras: El tipo de pensamientos con los que
permanecemos determina en gran parte nuestra
experiencia de vida. O, para formularlo
nuevamente de otra manera, la situación en la que
nos encontramos y las experiencias que tenemos
en nuestra vida, son el reflejo de nuestros
pensamientos más persistentes. Créame, esto no
es simbolismo místico, sino un hecho
comprobable. Extrañamente casi nadie parece
tomar en serio esa doctrina, que sin embargo, es
una de las más antiguas de la humanidad. De lo
contrario la gente no haría responsables por su
situación a sus padres, a la sociedad, a la
televisión, a Dios, o a quienquiera que sea. Cómo
funciona el principio, no se sabe a ciencia cierta,
aunque existe cualquier cantidad de teorías al
respecto, desde la atracción telepática hasta la
motivación inducida inconscientemente. Pero
dejaremos las teorías a un lado. Lo esencial es
que funciona y que nosotros mismos podemos
presentar la prueba de eso.

80
Para eso necesitamos una concentración con la
cual retengamos claramente una imagen mental o
pensamiento, sin analizar y sin dejarnos trasladar
por ésta a otro estado de consciencia. Según mi
experiencia, la imaginación pantomímica es la más
adecuada para ese propósito, porque ésta logra
que nuestra concentración se mantenga estando
completamente despiertos. Usted también puede
utilizar la imaginación gráfica, pero en este caso
puede demorar mucho hasta que se muestren los
efectos en nuestro mundo de experiencias
tridimensional, pero también ésta puede conducir
más fácilmente a cambios en la consciencia o al
flujo de información. Posibilidades especiales para
emplear el efecto de reproducción con fines de
sanación, son tratadas en la Parte II de este libro.
Por el momento deseo citar sólo algunos ejemplos
de mi propia experiencia, para mostrarle lo que
puede ocurrir.

81
Después de una convención en un hotel grande,
descubrí que había dejado allí un valioso maletín.
Regresé, pero el maletín no se veía por ninguna
parte. Entonces dejé un mensaje en la
administración, con la petición de buscarlo.
Cuando al día siguiente llamé por teléfono, me
dijeron que lo habían encontrado. Pero resultó que
se trataba de un maletín ajeno. Solicite que
continuaran buscándolo, pero en el hotel no
tenían muchas esperanzas de encontrar el mío
después de dos días. Yo habría podido decidir
darme por vencido y conformarme con la evidente
pérdida. Pero en vez de eso me enojé y me negué
a aceptar el hecho. Durante los dos días
siguientes me imaginé vívidamente que el maletín
estaba nuevamente en mi poder y descarté toda
duda de que lo recobraría. Después llamé otra vez
por teléfono al hotel y supe que éste efectivamente
había sido encontrado. Estaba claramente visible
en un lugar en que tanto el personal del hotel
como yo mismo ya habíamos buscado. ¿Se había
simplemente materializado desde el aire? Muy
probablemente no. ¿Fue una coincidencia de
circunstancias? Mis alumnos y yo habíamos
experimentado demasiados resultados con el
efecto de reproducción, como para creer todavía
en coincidencias.

82
Entonces el efecto de reproducción, condicionado
por las circunstancias, como también por nuestra
intención, en general hará manifestarse en primer
lugar el equivalente más cercano a nuestra
imaginación. Ese equivalente puede ser algo que
tiene similitud con nuestra imaginación, por
ejemplo, una imagen correspondiente, alguien que
habla sobre el objeto de nuestra imaginación, o
también ese objeto mismo en poder de otra
persona. Así, por ejemplo, una vez me imaginé que
tenía diez mil dólares en la mano, y tan claramente
que casi podía sentir los billetes. Dentro de pocos
días ocurrió que por encargo de una organización
para la cual trabajaba, tuve que retirar de un banco
justamente esa suma. ¡Tenía el dinero en mis
manos, pero no era mío! En otra ocasión,
precisamente cuando reflexionaba acerca del
efecto de reproducción, me imaginé, sólo para ver
lo que ocurría, algo muy inusual – un clavel azul.
Cuatro días después, mi esposa me contó de un
hombre que siempre le regalaba a su mujer para el
cumpleaños claveles teñidos de color azul, que
hacían juego con sus ojos.
Tres días o un poco más parece ser el “tiempo de
transporte” promedio para el efecto de
reproducción, aunque muchas veces también se
puede presentar más rápido. Que nuestra
imaginación se reproduzca como parte de nuestra
experiencia personal y/o de nuestra propiedad
personal o no, depende en gran medida de la
intensidad de nuestra imaginación, de nuestra
intención de hacerla realidad y de nuestra
perseverancia. El efecto de reproducción de la
concentración es un componente
excepcionalmente valioso de nuestro instrumental
mental al servicio de la salud.

83
Ejercicios
Los siguientes ejercicios prácticos son para
ayudarle a iniciarse en diferentes formas de
concentración.

Ejercicio 1: Dibuje en una hoja de papel blanco


círculos concéntricos o un espiral con siete
vueltas aproximadamente y con un diámetro de
más o menos cinco centímetros. No le dé
importancia si su dibujo no es perfecto. Siéntese
en alguna parte solo y cómodamente, tome la hoja
en la mano y simplemente mire su espiral durante
cinco minutos aproximadamente (no es necesario
medir el tiempo). Al hacerlo puede tranquilamente
pestañear o, si usted quiere, bajar sus párpados.
Mientras menos piense en cualquier cosa, tanto
mejor. Sin embargo, no trate de ejercer presión.
Deje pasar sus pensamientos, mientras dirige
tranquilamente su atención al espiral. Después de
aproximadamente cinco minutos cierre los ojos y
déle rienda suelta a sus pensamientos, mientras
observa lo que ve, escucha y siente. Abra los ojos
cuando lo desee.

84
Este ejercicio lo trasladará rápidamente a un estado
modificado de consciencia, y puede ser que con
eso usted tenga experiencias interesantes.
Mientras observa el espiral, le puede parecer como
si éste se moviera, como si pasaran movimientos
estriados u ondulados sobre su superficie.
También puede ser que usted perciba movimientos
repentinos en la periferia de su campo visual y
note en su cuerpo, hormigueos, adormecimiento
y/o una maravillosa sensación de relajo. También
puede presentarse un ruido como un tintineo o un
silbido. Si cierra los ojos, eventualmente puede
percibir luz de color y formas. También puede
experimentar una secuencia de sucesos parecidos
a un sueño. Todo eso no significa que sus
sentidos “le toman el pelo”. Usted solamente ha
cambiado de lugar su enfoque de percepción, de
modo que ahora le son accesibles datos que
normalmente ignora. Por supuesto sus
experiencias pueden ser muy diferentes a lo que
he descrito. También puede no experimentar
absolutamente nada o incluso quedarse dormido.
Si no experimenta nada, entonces necesita más
ejercicio; si se queda dormido, entonces necesita
dormir más.

85
Ejercicio 2: Para este ejercicio elija un “gran” tema,
como la vida, el amor, el dinero, la amistad, la
sexualidad, la alegría, el poder, la salud u otro que
a usted le interese y que también sea de potencial
interés para otras personas. Relájese en una
posición cómoda y pregúntese: “¿Qué es…?” Deje
circular sus pensamientos de cinco a diez minutos
en torno al tema elegido. Lo que usted busca poner
en movimiento con esto es una especie de diálogo
interior, al que las imaginaciones gráficas deben
estimular, pero no reemplazar. Si el diálogo interior
parece interrumpirse, estimúlelo con otras
preguntas, como por ejemplo “¿Qué es esto
además?” o “¿Por qué soy de esa opinión?” o
“¿Qué piensan otros al respecto y por qué?”.
Este es un auténtico test de concentración, porque
si usted no está acostumbrado a concentrarse
despreocupadamente en una idea por un tiempo
ilimitado, probablemente tendrá la experiencia de
que su atención “se aparta de la pista”
rápidamente y que piensa en todo menos en el
objeto elegido. Si es así, simplemente vuelva con
tranquilidad a su tema principal, en cuanto se dé
cuenta que se ha apartado de él. Este ejercicio se
puede considerar exitoso cuando usted haya
obtenido nuevos conocimientos sobre el tema
respectivo o cuando se haya acordado de algo
importante o positivo al respecto, que se le había
olvidado.

86
Ejercicio 3: Con ayuda de este ejercicio usted debe
aprender a percibir el efecto de reproducción de la
concentración. Solamente necesita escoger un
objeto bastante inusual y concentrarse en él.
Algunos ejemplos que podrían estimularlo a
pensar, serían tal vez un billete de mil marcos, un
Ford modelo T, un dragón, un elefante blanco, una
rosa azul, o lo que sea. Póngase cómodo y
visualice el objeto con ayuda de la imaginación
pantomímica durante cinco minutos completos, tan
claramente y con tantos detalles sensoriales como
pueda. Notará que es más fácil imaginarse el
objeto en movimiento (por ejemplo, el elefante) o
hacer palpitar la imaginación (es decir, hacerse
una imagen clara y hacerla desvanecerse en forma
alternativa). Si se ha concentrado bien, el objeto
surgirá de algún modo en su entorno. Yo
recomiendo fijar un tiempo de espera de tres días
aproximadamente. Esto también podría demorarse
un poco menos o un poco más. Si se manifiesta,
usted sentirá una maravillosa conmoción de
alegría y sorpresa. Esa será su primera pruebe
convincente del poder de la mente sobre la
materia.

87
Capítulo 5

La afirmación sugestiva como herramienta

88
Una afirmación es una declaración positiva que se
hace con toda confianza. Yo hablo de una
“herramienta” mental, porque una declaración así
requiere tener la intención de querer y una
decisión consciente, y porque ésta representa
pensamientos que influyen sobre las emociones,
la conducta y la salud. Aunque por supuesto
también se pueden hacer declaraciones afirmativas
frente a otros y acerca de otros, aquí me refiero a
las declaraciones que se hacen frente a sí mismo y
acerca de sí mismo. Lo hacemos
permanentemente, pero yo quiero ayudarle a
llegar a estar más consciente de eso, para que
realmente resulte una herramienta de eso y no
solamente una costumbre semiconsciente.
Con la expresión “declaración afirmativa” se piensa
generalmente en declaraciones verbales, pero a su
manera tales declaraciones también pueden ser
actitudes y gestos. En los dos párrafos siguientes
trataré tanto la afirmación verbal, como también el
lenguaje corporal.

Afirmación verbal

89
Nuestra opinión sobre nosotros mismos o sobre
diferentes aspectos de nuestra vida se expresa por
medio de nuestra manera de hablar. Con “manera
de hablar” no me refiero aquí a la forma de hablar,
sino a las palabras y formulaciones a las que
estamos acostumbrados a usar, para describir
nuestra persona y nuestros sentimientos. A
menudo éstas se convierten tanto en costumbre,
que ni siquiera nos damos cuenta cuando las
pronunciamos. Yo he hablado con muchas
personas que han recalcado su actitud positiva,
mientras su vida ha sido un caos. Pero en el
transcurso de una conversación de ese tipo, a
éstas habitualmente se les escapa algo que
contradice su supuesta actitud positiva y muestra
por qué están en aprietos. Cuando yo lo menciono,
esas personas frecuentemente ni siquiera se
acuerdan más de eso. Pero esas declaraciones
“inconscientes” actúan más intensamente sobre
nuestra vida que todas las consideradas positivas,
precisamente porque se han convertido en
costumbre. Si a las personas respectivas se les
hace notar su declaración, casi siempre dicen algo
así como “Ah, en realidad no quise decir eso. Era
solamente una forma de decir. En realidad yo
pienso…”. Lo siento, pero eso simplemente no es
convincente. Todos nosotros disponemos de la
peculiar capacidad de dirigir nuestra manera de
hablar de tal modo, que resulte algo que suena
bien o que pensamos que “deberíamos” creer. Con
eso, esas declaraciones con mayor razón no
corresponden a las opiniones que actúan en
nosotros. Por eso son justamente las palabras y
frases espontáneas las que manifiestan nuestros
verdaderos sentimientos y convicciones.

90
Precisamente su espontaneidad las clasifica como
costumbres que tienen su efecto.
Algunos de ustedes tal vez ya estén familiarizados
con la idea de afirmación sugestiva, pero existe
una diferencia entre afirmaciones efectivas y
declaraciones gratas al oído, que simplemente se
dicen en forma automática. En primer lugar,
muchas de las afirmaciones recomendadas, o son
demasiado largas o demasiado vagas. Las
afirmaciones largas y embrolladas prácticamente
no tienen influencia sobre nuestra conducta,
aunque tal vez nos puedan proporcionar una buena
sensación por un tiempo corto. La parte
inconsciente de nuestra mente, que tiene que ver
directamente con nuestro estado de salud,
reacciona esencialmente mejor ante declaraciones
cortas y concisas. El siguiente texto es un ejemplo
típico de afirmación bien intencionada,
excesivamente detallada:
“La fuerza sanadora del universo, que es ilimitada y
eterna, fluye a través de todas las partes de mi
cuerpo y me llena de luz, paz y salud. Yo sé que es
así y acepto el exceso de bienestar y vitalidad que
me entrega. Expreso mi agradecimiento por las
abundantes bendiciones de una buena salud”.
He visto textos que continúan así por varias
páginas. En cambio, una sencilla afirmación como
“Mi cuerpo llega ahora a estar saludable”, que se
repita constantemente, trae esencialmente mejores
resultados, aunque desde el punto de vista
intelectual tal vez sea menos satisfactoria.

91
Además, una afirmación, para ser efectiva, tiene que
ser formulada de manera tan específica, que su
mensaje nos sea claro. Si su significado es vago,
sus resultados también serán vagos. Hace muchos
años, un tal Emile Coué recomendaba una hermosa
declaración breve con el siguiente texto: “Día a día
me va cada vez mejor y mejor en todos los
aspectos”. Una afirmación así sólo puede tener
efectos positivos, si tiene en claro lo que para
usted significa “mejor”. No obstante, la
formulación es buena en el fondo; usted sólo tiene
que adaptarla a sus propósitos, reemplazando
“cada vez mejor y mejor” por una declaración más
específica.
Cuando mejor actúan las afirmaciones sugestivas es
cuando se trata de cambiar opiniones que usted
tiene en general con respecto a sí mismo o a la
vida. Al fin y al cabo son esas opiniones las que
los han llevado adonde usted se encuentra
actualmente. El truco consiste en aprender a
pillarse cuando uno usa una formulación que
podría tener efectos negativos. Si usted, por
ejemplo, nota que hace una declaración como
“siempre estoy enfermo en esta estación del año”,
interrúmpala y dígase: “¡Eso hay que cambiarlo!”
Reemplace la declaración negativa por algo como
“siempre estoy saludable”, aunque por el momento
solamente se lo diga a sí mismo.

92
Dicho sea de paso, se han escrito muchas
aberraciones acerca de las afirmaciones
sugestivas, en el sentido de que jamás se deben
utilizar declaraciones negativas como “yo jamás
me enfermo”, porque nuestro inconsciente no
registra formulaciones negativas. Se dice que el
inconsciente solamente escucharía: “Yo me
enfermo”. Pues bien, tenga la seguridad que su
inconsciente escucha todo lo que usted dice. No
obstante, aconsejo hacer afirmaciones puramente
positivas, porque podría surgir muy fácilmente una
imaginación de enfermedad si usted dice: “Yo
jamás me enfermo”. ¡Y su inconsciente también ve
todas las imaginaciones gráficas que usted se
hace!

93
Aparte del requerimiento de que las afirmaciones
deben ser breves, claras, inequívocas y positivas,
también forma parte de una buena afirmación, que
usted crea en ella por lo menos un poco. Si una
afirmación está en contradicción directa con sus
convicciones, ésta producirá sólo lentamente
resultados positivos, si es que los produce. Si
usted, por ejemplo, está gravemente enfermo, casi
no producirá mejoría si usted va de un lado para
otro y proclama en todas partes: “¡Estoy
completamente sano!” Esa declaración estaría
probablemente demasiado lejos de su realidad
momentánea, como para poder cambiar su estado
en forma efectiva. Su inconsciente simplemente no
la aceptaría. Si usted, en cambio, modifica el texto
en: “Yo puedo estar completamente sano”,
entonces la declaración se hace más creíble y por
consiguiente más efectiva. Si usted, sin embargo,
ya goza de una salud totalmente buena, podría ser
que ese “Yo puedo estar completamente sano” ya
no tenga sentido para usted, a no ser que tenga
una idea muy precisa de lo que implica para usted
“completamente sano”. Usted puede evadir ese
problema al decir: “Yo puedo estar más sano que
lo que estoy ahora”. “Puedo” es en general la
palabra mágica en muchas afirmaciones
sugestivas. Mientras usted crea que le es posible
estar como desea o hacer lo que desea, esa
afirmación tendrá efecto, en cuanto se haya
establecido como patrón habitual de pensamiento.

94
Pero las costumbres se forman por medio de
repetición. La repetición se lleva a cabo primero en
el plano mental, en forma de pensamientos e
imágenes, y actúa, formando costumbre, sobre las
emociones, el lenguaje y la conducta. Está en la
naturaleza humana que haya una sola manera de
deshacerse de una costumbre antigua, y esa
manera es reemplazarla por una nueva. Si usted
deja de fumar, ha reemplazado la costumbre de
fumar por la costumbre de no fumar. Palabras y
formulaciones que se han convertido en costumbre
actúan como permanentes intensificadores, que
estrechan nuestro pensamiento y actuación o le
proporcionan más espacio. El método de la
afirmación sugestiva es para ayudarle a darse en
forma consciente la intensificación habitual que
usted desea.
Aquí hay algunos ejercicios con los que usted puede
trabajar:

Ejercicio 1: Ponga atención conscientemente durante


un día en las palabras y frases autolimitadoras que
utilizan otras personas. Busque el “yo no puedo”,
el “siempre” y el “jamás”, como también las
expresiones con las cuales las personas se
desprestigian a sí mismas. Intente reconocer la
relación que hay entre lo que usted dice acerca de
sí mismo y su vida.

Ejercicio 2: Este ejercicio ya es un poco más difícil.


Ponga atención durante un día en sus propias
palabras y formulaciones autolimitadoras, sobre
todo cuando habla acerca de un área de su vida
en la que tal vez tenga un problema. Haga una
lista y revise si no intensifica tal vez justamente lo
que no le gusta.

95
Ejercicio 3: Ponga atención, sobre todo cuando esté
cansado o enfermo, cuán a menudo intensifica ese
estado hablándoles a otras personas al respecto.
Practique reservarse para sí mismo cómo se
siente, y sugiérase en vez de eso, que su
condición mejora.

Ejercicio 4: Tome lo más negativo de las


declaraciones que habitualmente hace sobre usted
mismo o sobre su vida y formule una afirmación
inversa que sea creíble. Después utilice esa
afirmación durante un mes, ayudándose con su
imaginación, emotivación y concentración.
Observe si se muestran mejorías y cuáles.

Actitud afirmativa

Usted tal vez ya haya escuchado el término


“lenguaje corporal”. Se refiere a que utilizamos
inconscientemente nuestro cuerpo para expresar
nuestros sentimientos y nuestras opiniones acerca
de nosotros mismos y del mundo. En la Parte II
trataré esto en forma mucho más detallada; por el
momento solamente diré que la actitud corporal es
una forma de conducta. Los pensamientos actúan
sobre la conducta y la conducta puede influenciar
y estimular a los pensamientos. Cuando hablo
aquí de actitud, me refiero a la totalidad de
nuestros gestos y actitudes corporales bajo
diferentes circunstancias. Si modificamos nuestra
actitud corporal en forma positiva, podemos con
eso reforzar ideas y sensaciones positivas.

96
Si usted quiere reforzar ideas de fortaleza,
amistad, salud, vitalidad y confianza en sí mismo,
puede practicar pararse y mover sus extremidades
de una manera determinada, lo que produce que
usted sienta esos valores más intensamente. Y los
pensamientos positivos por supuesto influirán
automáticamente sobre su actitud. Hace poco pude
observar cómo una muchacha literalmente se
transformó durante un ejercicio con afirmaciones
positivas que se referían a su persona. Era una
muchacha de buen aspecto, pero se consideraba
mucho menos llamativa que lo que era en realidad.
En el transcurso de un ejercicio se le dio la
instrucción que repitiera una y otra vez: “Yo soy
hermosa”. Su actitud fue floja antes de comenzar,
y daba la impresión de que se agazapaba
temerosa. Pero ya después de pocos minutos
estiró inconscientemente sus hombros, levantó la
cabeza y comenzó a “resplandecer” desde adentro.
Eso actuó como magia, pero solamente era la
reacción de su cuerpo ante la afirmación.
Por supuesto con eso no se logra cambiar su
actitud, aunque es un excelente refuerzo adicional.
El puro cambio de nuestra posición corporal tal
vez haga de nosotros un buen actor, pero no es
capaz de cambiar nuestra manera de pensar. No
hace mucho tiempo leí acerca de una entrevista
con un actor famoso que todos consideraban
como una persona siempre completamente
calmada, tranquila y concentrada, ya que él daba
esa impresión. Sin embargo, él le había confesado
al entrevistador que casi desde siempre había sido
una piltrafa nerviosa y que solamente se había
acostumbrado a la actitud adecuada para ocultarlo.

97
En conexión con la afirmación verbal y las
intenciones positivas, la afirmación por medio del
lenguaje corporal puede, sin embargo, contribuir a
establecer nuevas ideas y costumbres, en forma
más rápida y duradera.

Ejercicio 1: Obsérvese en un espejo alto de frente y


de lado. Al hacerlo esté de pié como de costumbre.
¿Tiene la impresión de que su postura transmite
confianza en sí mismo, salud y vitalidad? ¿O se ve
abatido, temeroso y débil? Modifique su postura,
de manera que usted se vea “como un héroe”.
¿Cómo se siente eso? Piense sobre los motivos.
Podría ser que usted tiene diferentes opiniones
acerca de su persona, a las cuales hasta ahora no
se ha enfrentado.

Ejercicio 2: La próxima vez que esté junto con un


grupo de personas, sean conocidas o extrañas,
ponga atención en cómo usted mantiene sus
brazos, manos y piernas. ¿Cree usted que esas
posiciones parecen abiertas o defensivas? Intente
invertir esa impresión en lo contrario. ¿Cómo se
siente con eso? Reflexione por qué usted se
mantiene como lo hace, y tenga en claro que eso
puede expresar algo acerca de sus sentimientos
frente a otros.

98
Ejercicio 3: Elija una cualidad que le gustaría
desarrollar. Confianza en sí mismo sería una buena
elección para el comienzo. Párese y muévase
delante de un espejo, como si realmente tuviera el
grado deseado de confianza en sí mismo.
Practique esa postura durante un mes en compañía
de personas que usted conoce. No le cuente a
nadie eso y no exagere. Al fin y al cabo usted no
quiere parecer una prima donna o un actor de
quinta categoría. Simplemente esté consciente que
en su manera de sentarse, de estar parado y de
caminar hay confianza en sí mismo. Observe cómo
reaccionan otros y cómo se siente usted mismo
con el tiempo.

Capítulo 6

Una corta gira a través


de la mente humana

99
La forma de observar la mente humana expuesta a
continuación, es para ayudarle a tener una mejor
comprensión de sí mismo, de sus pensamientos y
de su conducta. Es una forma de observación
apropiada para la práctica, que es considerada
por muchos como ayuda. No le dé importancia si
ésta coincide con lo que usted eventualmente ha
aprendido. La mente humana es una maravilla
multidimensional a tal punto, que cualquier tipo
de subdivisión solamente puede ser un medio de
ayuda arbitrario. En realidad ésta es una totalidad
ilimitada con una gran diversidad de funciones.
Pero justamente a causa de esa diversidad, a
veces es útil una subdivisión en diferentes
categorías, para que podamos hacer un mejor uso
de nuestra mente.
En pos de la utilidad, subdividiremos la mente
humana, según sus funciones, en tres categorías,
que deseo titular como “Yo creativo”, “Yo
determinante” y “Yo activo”. Prácticamente se
podría decir que éstas forman una empresa común,
que nos posibilita conocer nuestra vida. Sin
embargo, a veces el trabajo en conjunto no es
especialmente bueno. En un caso así la vida
tampoco nos parece especialmente llevadera. La
dificultad está generalmente en que tratamos de
usar una de esas partes de nuestro ser de un modo
para el cual no está previsto. Y eso es más o
menos tan poco eficiente, como si tratáramos de
hacer bombear al hígado la sangre a través de
nuestro cuerpo y de asignarle al corazón la
digestión de nuestros alimentos. Necesitamos una
idea clara de las funciones de cada parte de la
mente humana, para que el trabajo en conjunto
pueda funcionar mejor.

100
El yo creativo

El yo creativo es la parte de la mente humana, que


entre otras maneras también se le llama yo
superior, yo divino, alma o ángel de la guarda,
denominaciones que expresan su naturaleza
fundamental. El yo creativo no es Dios en el
sentido de ser supremo, pero es la parte de
nosotros que Dios o la consciencia universal
conoce más directamente y que hace las veces de
canal para la energía vital. Su tarea consiste
esencialmente en proporcionarnos conocimiento,
conservar nuestra existencia física, entregarnos
“fuerza vital” y como una especie de intermediario
de Dios, formar nuestra experiencia individual de
vida, sobre la base de nuestros patrones de
pensamiento.
Esa parte de su mente no es ajena a usted, piense lo
que piense al respecto. No necesita luchar para
alcanzarla. No necesita “purificarse” para
conocerla. Ésta es una parte natural de su vida
diaria. Su yo creativo actúa permanentemente en
usted, pero tal vez no siempre esté consciente de
eso. Y si usted percibe su actuación, tal vez no lo
reconozca como lo que es. Menciono aquí, como
ejemplo, algunas experiencias en las cuales el yo
creativo está en primer plano:

Usted de pronto “sabe” algo. Es un conocimiento


tranquilo, seguro, libre de dudas y
consideraciones lógicas.

101
Usted toma tranquilamente consciencia de una
persona, una cosa o un suceso. Eso es
“experiencia pura”, sin juzgar, analizar o
argumentar.
Usted tiene la sensación de que una parte de su ser
“está afuera” y observa tranquilamente lo que sea
que usted esté haciendo.
Usted se da cuenta que es “uno” con la naturaleza y
con ese descubrimiento siente una tranquila
sensación de felicidad.

102
¿Qué uso podemos hacer entonces en la práctica de
esa parte de la mente humana? Deseo mencionar
aquí tres posibilidades. Primero, usted debería
recordar a menudo que es su yo creativo el que
forma su experiencia de vida, y que sus
pensamientos entregan el modelo para eso.
Naturalmente no es utilizado cada pensamiento,
sino solamente aquellos a los que usted les da el
mayor énfasis. Ese proceso es automático, según
su esencia. Lo único que usted tiene que hacer es
tener presente que ese proceso transcurre, y que
el resto de su yo no necesita hacer nada más que
aprovechar las ocasiones que se presentan, para
dirigir su pensamiento al tipo de vida y a las
condiciones de vida que usted desea ver
realizadas. La segunda posibilidad consiste en que
usted se comunica con su yo creativo, al pedir
mentalmente soluciones para problemas con los
que se ve confrontado, o más fuerza, energía y
salud. Su yo creativo conoce todas las respuestas
y dispone de una reserva ilimitada de energía que
da vida, pero tiene la extraña característica de no
intervenir jamás en su libre decisión. Aparte de la
conservación y apoyo fundamentales, tiene
entonces que pedir más ayuda cuando usted la
quiera. Una tercera posibilidad es desarrollar su
capacidad de tomar consciencia de esa parte de su
mente, con ayuda de ejercicios sencillos. A
continuación vienen algunos de esos ejercicios:

103
Ejercicio 1: Para este ejercicio usted tiene que tomar
la naturaleza como ayuda. Búsquese un lugar con
una bonita vista donde pueda estar sentado un
momento. La duración no tiene importancia;
puede estar entre pocos minutos y horas
completas. Elija una playa, un lago, un bosque o
jardín, una salida o puesta de sol o lo que esté a
disposición. Si le es muy difícil conseguir un
pedazo de naturaleza, utilice una planta en un
macetero o una flor, o, como último recurso (que
puede ser muy útil) una hermosa foto de la
naturaleza. Ocupe el tiempo simplemente en
percibir la belleza y el milagro de la vida en el
escenario y sentir en usted el mismo tipo de vida.
Deje simplemente pasar y desvanecerse todos los
demás pensamientos. Concéntrese exclusivamente
en el momento y en la experiencia momentánea. Al
final se sentirá reanimado, relajado y libre. Piense
también que usted mismo ha creado esa hermosa
experiencia.

104
Ejercicio 2: Imagínese a su yo creativo como una
corona de luz flotando directamente sobre su
cabeza, como la llevan los ángeles en los dibujos
animados. Usted ve el suave brillo que sale de ella
y sabe que siempre está ahí, como una fuente de
conocimiento y fuerza. Usted ya ha utilizado esa
corona de luz en uno de los ejercicios de
emotivación. Como alternativa puede imaginarse
su yo creativo como un ser humano gigantesco,
masivo como la Tierra misma y capaz de tomar las
estrellas, un ser que le demuestra amor profundo y
que lo abraza. Reconozca la presencia de su yo
creativo, tanto en una como en la otra forma,
como parte portadora de su ser, que solamente
quiere lo mejor para usted. Haga este ejercicio en
las mañanas al levantarse y también durante el día,
cuando esté pensando en él. Mientras más seguido
lo hace, más a menudo le presta atención al
hecho de que esa parte de su ser existe, y mayor
es el efecto de su yo creativo a favor suyo.

El yo determinante

105
Como ocurre prácticamente con cada persona,
seguramente esa es la parte de su ser con la que
usted está más familiarizado. Al yo determinante
también se le llama a veces consciencia, mente
racional o intelecto, pero esas denominaciones no
son descripciones adecuadas de su función. Su
“trabajo” consiste en recibir el “material en
bruto”, es decir, las informaciones obtenidas por
medio de percepciones sensoriales y sensaciones,
y darles sentido, analizar esas informaciones y
ordenarlas, entregar pautas en forma de
imaginaciones mentales y gráficas con las que el
yo creativo pueda trabajar, y finalmente, impartirle
las órdenes al yo activo. Las dos últimas funciones
mencionadas son las que repercuten más
directamente en nuestra experiencia de vida,
porque se podría formular que el yo creativo lleva
a cabo sucesos y circunstancias, mientras que el
yo activo produce la conducta con la que
reaccionamos ante esos sucesos y circunstancias.
Ambos, sin embargo, se atienen a la “política” (en
forma de imaginaciones mentales y gráficas o de
órdenes) del yo determinante.

106
¿Tiene en claro lo que digo con esto? Usted mismo
es el origen de su experiencia. Qué tipo de persona
es usted, qué tipo de trabajo desempeña, dónde
vive, cuáles personas desempeñan un papel en su
vida, de qué tipo son sus relaciones con otras
personas, cómo siente la felicidad y la desgracia –
todo eso tiene su origen en las imaginaciones
mentales y gráficas, en las decisiones y órdenes
de su yo determinante. Usted tal vez preguntará:
¿Qué papel desempeña entonces mi niñez, mis
padres, mi raza, las influencias del entorno de mi
niñez? ¿Acaso éstos no tienen un origen ajeno a
mi yo determinante? Usted tiene razón. El tiempo,
el lugar y las circunstancias de su nacimiento y de
su primera infancia, tienen otras causas en un
plano superior. Pero desde el momento en que
usted por primera vez interpretó, analizó y ordenó
hechos, y tomó por primera vez una decisión
referente al mundo en el que nació, entró en
acción su yo determinante. Pues bien, dice usted
tal vez, ¿qué hay con mis padres, mis profesores,
mis amigos? ¿No tuvieron ellos una participación
esencial en la formación de mi vida? Por supuesto
la tuvieron. Pero su papel se limitaba a que eran
parte de su experiencia, y eso también es así en la
actualidad. Esas personas tal vez hayan ejercido
influencia, pero siempre ha sido usted el que ha
interpretado y evaluado esa influencia. Y las ideas
e imágenes correspondientes originadas de ese
modo son las que determinan su vida.
El problema que tiene la mayoría de la gente con su
yo determinante consiste en que lo emplea
demasiado, demasiado poco o en forma errónea.

107
Es demasiado, cuando usted se atormenta con
situaciones pasadas o también presentes, que no
puede cambiar o sobre las cuales no tiene ningún
control, cuando usted analiza y juzga
continuamente, cuando le atribuye a cosas más
importancia de la que merecen, cuando toma sus
decisiones basándose en sus emociones.
Es demasiado poco, cuando usted dice estar
sometido a sus costumbres, cuando usted se deja
llevar por una rutina de vida monótona y triste,
cuando usted se niega a reflexionar cómo podría
organizar mejor su vida.
Es en forma errónea, cuando usted hace
responsables a otros por su situación, cuando
usted necesita toda clase de excusas y “razones
lógicas” para explicar por qué no puede mejorar su
suerte, y cuando usted le imparte a su yo activo
órdenes contradictorias.
Los dos ejercicios que vienen a continuación le
ayudarán a estar consciente en mejor forma de la
acción de su yo determinante.

Ejercicio 1: Escuche durante el día la “charla interior”,


el diálogo interno que su yo determinante tiene
consigo mismo. Tenga en claro cómo usted evalúa,
critica y analiza sus propias acciones y todo lo que
ocurre a su alrededor. Observe cuán a menudo
evoca una situación del pasado, la desarrolla
mentalmente una y otra vez y junto con eso la
critica, la evalúa y la justifica. Reflexione si a
usted le hace bien eso.

108
Ejercicio 2: Tenga en claro cuán a menudo durante el
día usted bosqueja imágenes de su futuro. Fíjese
cuántas de esas imágenes representan sucesos
positivos y cuántas negativos. Y piense cuán a
menudo usted, basándose en esas imágenes
creadas por su yo determinante, decide cómo
quiere comportarse. Tenga en cuenta que esas
imaginaciones de su futuro conducen, con una
repetición frecuente, a que sean atraídas
experiencias correspondientes.

El yo activo

El yo activo es el verdadero caballo de trabajo del


trío. Tiene a su cargo todas las funciones
corporales, las funciones nerviosas, las
actividades y formas de conducta del cuerpo,
nuestros sentidos, la repartición de energía
(inclusive la energía emocional), la transmisión de
nuestros pensamientos, el acatamiento de
nuestras costumbres y nuestra memoria. A
menudo al yo activo se le llama inconsciente, pero
esa denominación deja mucho que desear, ya que
muchas personas lo relacionan con una parte
incontrolable de su personalidad, que muchas
veces trabaja en contra de ellas o les oculta
informaciones. Es verdad que no sabemos cómo
funciona nuestro yo activo, pero podemos darnos
cuenta de sus motivos y encontraremos que no es
enemigo sino amigo. Una denominación un poco
mejor es “consciencia corporal”.

109
Yo lo llamo “yo activo”, porque su función más
importante consiste en cumplir órdenes; más bien
actúa y reacciona que “piensa”, en el sentido
habitual de la palabra. Funciona como una
supercomputadora, y muchas veces se le echa en
cara que solamente cumple con su deber. Por un
lado ejecuta las órdenes que están codificadas en
el material genético de las células y por otro lado
intenta obedecer también las órdenes que
provienen del yo determinante. Merece más bien
compasión que reprimenda, porque de vez en
cuando las últimas contradicen a las primeras. Ese
es el caso, por ejemplo, cuando el yo
determinante decide que un exceso de alimento es
un buen reemplazo del cariño. A veces el yo
determinante también imparte órdenes que
contradicen sus propias órdenes anteriores - eso
es como si alguien hiciera algo que anteriormente
ha decidido que es incorrecto moralmente. En
ambos casos el resultado inmediato es estrés y
tensión, lo que puede llevar a una enfermedad y/o
a otras consecuencias indeseables.

110
Su función como guardián de nuestras costumbres
le trae al yo activo la mayor parte de las
reprimendas. Entretanto usted debería saber que
todas las costumbres emergen de decisiones
conscientes de nuestro yo determinante, que a
continuación son reforzadas por atención
repetitiva y por las correspondientes imágenes
mentales, hasta que el yo activo las obedezca en
forma automática. El hecho de que el yo
determinante a menudo “olvida” cómo se ha
establecido una costumbre, significa que éste – en
vez de a sí mismo - automáticamente hace
responsable al yo activo (bajo el nombre que sea)
por costumbres no deseadas, sobre las cuales cree
no tener ningún control. En verdad, las costumbres
de pensamiento y conducta, que al fin y al cabo
provienen del yo determinante, pueden también ser
modificadas por éste, con ayuda del instrumental
mencionado.
Continúan dos ejercicios que sirven para
familiarizarnos mejor con nuestro yo activo.

111
Ejercicio 1: Fue una excelente proposición la de un tal
Max Freedom Long, de darle un nombre propio a
nuestro yo activo, para así facilitar la
comunicación y la impartición de órdenes.
Numerosas personas han tenido un gran éxito
con eso. Es un poco como si se le diera un nombre
a una computadora, pero en este caso la
“computadora” reacciona realmente y en forma
positiva a la atención que se le dispensa. Elija
entonces un nombre para su yo activo y diríjase a
él con ese nombre, cuando espere más de su
cuerpo, de su memoria, de sus sentimientos, y
cuando establezca nuevas costumbres con ayuda
de su instrumental mental. Háblele también por su
nombre a su yo activo, para agradecerle cuando
funciona según lo deseado. La reacción lo
sorprenderá. Long propuso el nombre George (en
alusión a “¡Deja que George lo haga!”). Algunas
personas utilizan su segundo nombre, otras el
nombre de una figura predilecta de la historia o de
una novela. Elija lo que sea apropiado según su
impresión.

112
Ejercicio 2: El yo activo tiene una función importante
como almacenador de memoria. Tal vez sea
sorprendente que éste parezca tener preferencia
por determinados recuerdos y que les dé prioridad
a éstos sobre otros. Los recuerdos que su yo
activo prefiere, y las emociones que se pueden
relacionar con éstos, son muy reveladores de los
pensamientos y convicciones que actúan en usted.
Una posibilidad para interceptar esos recuerdos es
la llamada “Búsqueda del tesoro”. Para esto
búsquese un lugar tranquilo, siéntese, haga
algunas respiraciones profundas, relaje sus
músculos, cierre sus ojos y pídale a su yo activo,
dirigiéndose a él por su nombre, que le muestre
sus recuerdos preferidos. Después simplemente
espere hasta que éstos surjan. Usted tiene que
tener necesariamente cuidado de no decir cuáles
recuerdos deben ser evocados. Por el momento las
preferencias de su yo determinante no son de
importancia. Encárguele entonces simplemente a
su yo activo que presente aquellos recuerdos que
él prefiere y espere. Usted sabrá que ese ejercicio
es exitoso cuando aparezcan “tesoros” que usted
tal vez ha olvidado conscientemente. Éstos son
probablemente cortos y vívidos, con muchos
detalles sensoriales. Si no surge nada en absoluto,
entonces inténtelo de nuevo en otra ocasión,
después que para relajarse haya hecho uno de los
ejercicios de emotivación. Esmérese en aclararse a
usted mismo lo que realmente quiere. Tenga
paciencia, eso ocurrirá.
Tal como su yo creativo, su yo activo también
rendirá un trabajo más positivo para usted,
mientras más “trabe amistad” con él.

113
114
Segunda Parte

115
Capítulo 7

El cuerpo como espejo

“¡El cuerpo es una máquina maravillosa!”. Esta frase


o una parecida le escuchará probablemente a un
médico que practica medicina convencional, que
está impresionado por las maravillosas formas de
funcionar del cuerpo. El cuerpo es maravilloso.
Absolutamente por sí solo, toma oxígeno del aire,
de algún modo produce que éste sea conducido al
torrente sanguíneo, y durante ese proceso elimina
al mismo tiempo residuos en forma de gas. Digiere
nuestros alimentos, toma las substancias
nutritivas que éstos contienen y se deshace del
resto no utilizable. Bombea una asombrosa
cantidad de sangre a través del torrente
sanguíneo, para alimentar y purificar las células y
reemplaza continuamente células viejas por
nuevas. Produce células especiales y órganos
que se ocupan de las infecciones y aquellas que
reparten las substancias químicas necesarias o
que transmiten percepciones sensoriales. El
cuerpo es efectivamente maravilloso. Pero muy
decididamente no es ninguna máquina.

116
La idea del cuerpo como máquina tiene sus raíces
en la época de la industrialización, por la cual
todavía estamos muy fuertemente marcados. Es
verdad, existen muchas semejanzas entre el
cuerpo y la máquina. Ambos constan de
componentes que tienen diferentes funciones,
ambos rinden un trabajo, ambos tienen
habitualmente partes movibles, y ambos se
desgastan y fallan. Bajo la influencia del
pensamiento de la época de la máquina, los
médicos comenzaron a tratar al cuerpo como
máquina. Si algo no funcionaba correctamente,
tenía que existir una causa mecánica. Se podía
tratar de un corto circuito (una falla en el sistema
nervioso), de una parte defectuosa o gastada, de
algo que había penetrado desde afuera (gérmenes,
bacterias, virus, tóxicos) y había perjudicado el
funcionamiento, o también el maquinista había
fracasado y olvidado suministrar algo
indispensable para un funcionamiento sin
dificultades (como vitaminas, proteínas, etc.). A
cada parte y a sus eventuales fallas se les dio un
nombre, de manera que los diferentes mecánicos
de cuerpos pudieran estar seguros de referirse a
la misma cosa.

117
Es muy cierto que ese tratamiento del cuerpo como
máquina les ha dado a muchas personas una vida
productiva más larga: Se agregan substancias
químicas o se suministran en forma de
medicamentos y vitaminas, se corrigen o se
reemplazan partes por medio de operaciones, se
retiran partes no deseadas o que ya no funcionan.
Pero también es cierto que por medio del mismo
tratamiento muchas vidas quedan marcadas o se
pierden. Lo que es peor, ese tratamiento ha
ayudado a que se forme una atmósfera de
desconfianza frente al propio cuerpo, que en
cualquier momento podría dejar de funcionar como
es debido, y también frente al entorno, que en
cualquier momento lo podría atacar. Y todavía
peor, la aproximación mecánica apartó a la mente,
la relegó a la posición de un observador
desvalido, de lo cual supuestamente sólo se
excluyen especialistas con conocimientos cabales.

118
Pero el cuerpo no es una máquina. Por un lado,
siempre se cura él mismo, a veces con ayuda de
los “mecánicos” y a veces a pesar de esa ayuda. Si
un médico hace algo para ayudar al cuerpo, nunca
es seguro cómo reaccionará éste. Tal vez se
sanará, pero tal vez no. El médico solamente
puede esperar que lo que él hace tendrá un efecto
favorable. Si no es así, entonces lo intentará de
otro modo. Si una serie de diferentes intentos no
da ningún resultado, tal vez el médico simplemente
se dé por vencido. Y entonces puede ocurrir, para
el asombro de todos, que el cuerpo, pese a todo se
sana. ¿Cuál es la razón? Los médicos no curan ni
pueden curar, lo cual admitirán los mejores de
ellos. Lo único que ellos pueden hacer es crear de
buena fe condiciones, bajo las cuales
eventualmente se puede llevar a cabo una
sanación. En general ellos son muy hábiles en
eliminar síntomas específicos, pero eso todavía no
es una sanación.

119
Para ser preciso, un cuerpo enfermo en realidad
tampoco puede sanarse por sí mismo. El factor
adicional e irrenunciable es la mente de la persona
a la que pertenece el cuerpo. La sanación y la
prevención de enfermedades dependen casi
exclusivamente de procesos mentales. Y eso no es
de ninguna manera una idea nueva. Entre otros,
Hipócrates, el “padre de la medicina moderna”, era
partidario de esa idea. Esa idea solamente cayó en
el olvido, alrededor de la época en que las
máquinas se hicieron populares. Tal vez “en el
olvido” no sea realmente la expresión adecuada.
Probablemente sería más apropiado decir que esa
idea “perdió adherentes”. Unos pocos médicos
no relegaron nunca a la mente por completo, y
actualmente un número creciente de ellos vuelve a
considerarla. Esos “revolucionarios” puntos de
vista son conocidos en el campo de la medicina
convencional bajo el nombre de psicosomática.

Los límites de la psicosomática

120
El término “psicosomática” era conocido en general
en los años treinta, cuando la doctora Helen
Flanders Dunbar lo usó en un libro que tenía como
título Emotions and Bodily Change (Emociones y
cambios corporales). Desde ese tiempo se ha
rendido mucho trabajo valioso para demostrar las
relaciones que hay entre estado mental y salud
física. El resultado es una prueba inequívoca del
papel sumamente importante que le corresponde a
la psiquis, tanto en el origen como en la sanación
de enfermedades. Un estudio afirma que tres de
cuatro enfermedades son de origen psicosomático,
mientras que otro estudio considera incluso el
noventa por ciento de todos los dolores en la zona
inferior de la espalda como psicosomático.
Desgraciadamente la disciplina de la
psicosomática tiene carencias graves que le fijan
límites.

121
En primer lugar la denominación misma no es
correcta, si se considera lo que en realidad se
examina. La palabra “psicosomática” se compone
de dos palabras griegas, y esas son, “psyche”, la
que significa algo así como “alma” o “espíritu”, y
“soma”, que significa “cuerpo”. Eso implica que la
psicosomática trabaja con la relación entre los
pensamientos y el cuerpo. Pero es la relación entre
las emociones y el cuerpo con la que trabajan de
preferencia los especialistas de ese campo, como
también lo indica el título de la obra de la doctora
Dunbar. Eso con seguridad es mejor que ignorar
las emociones, pero no es todavía una verdadera
investigación de la relación entre mente y cuerpo.
Las emociones son energía, y una liberación de
energía bloqueada puede muy bien aliviar dolor y
sufrimiento. Sin embargo, aunque de ese modo se
pueden mitigar síntomas, una sanación tan sólo es
posible cuando cambia el pensamiento que ha
causado los bloqueos emocionales. Pero hasta
ahora ese es un campo desatendido.

122
Otro impedimento es la connotación de la palabra
“psicosomática” o su interpretación por
numerosos médicos y gente común. Muy a menudo
es usada en el sentido de “imaginario”, es decir,
“no verdadero”, con lo que se insinúa que los
síntomas son simulados o que el paciente está
incapacitado mentalmente, que no se da cuenta de
lo que ocurre. Habitualmente se recurre a esa
interpretación, cuando los médicos o quien sea no
pueden encontrar ninguna causa “orgánica” para
la enfermedad (entendiendo por “orgánica” una
falla visible en una parte del cuerpo). Pero las
equivocaciones “orgánicas” de todo tipo son
solamente el resultado final de equivocaciones de
pensamientos y sentimientos y de ningún modo la
causa de la enfermedad.

123
Un tercer impedimento es el prejuicio con el que se
ven sucesos como causas principales del estado
mental/emocional que ocasiona la enfermedad.
Los llamados “sucesos estresantes” en la niñez,
en el pasado reciente o en el entorno actual, son,
desde el punto de vista de la psicosomática,
frecuentemente hechos responsables por
enfermedades. En la niñez se podría, por ejemplo,
echarle la culpa de ese estrés, a que uno de los
padres ha sido dominante o rechazador. Estudios
del pasado reciente muestran una fuerte
correlación entre sucesos como matrimonio,
muerte en la familia, cambio de casa o de trabajo,
ruptura de relaciones y traumas similares y la
aparición de alguna enfermedad dentro de un año.
También se ven correlaciones entre diversas
enfermedades y “situaciones de estrés”, como
manejar en autopistas, atmósferas desagradables
en la casa o en el trabajo o dificultades
económicas. La mayoría de las veces se recalca el
estrés ligado a la situación. Deseo, sin embargo,
indicar, que ese es un modo de observación muy
mecánico. En la técnica, el estrés o la presión es
una fuerza que actúa desde afuera sobre el
objeto, que puede o no llevar a su fracaso,
dependiendo de su fortaleza y elasticidad. En el
cuerpo humano se origina estrés (o carga
permanente) por medio de tensión en los
músculos o en las células, o cuando un objeto o
una fuerza (como un sonido o una luz fuerte) entra
en contacto con el cuerpo. Pero los sucesos en sí
no ocasionan estrés. El estrés que es relacionado
con determinados sucesos, se origina por medio
de nuestra reacción ante esos sucesos y no por
medio del suceso mismo. Y esa reacción a su vez
es determinada por nuestra opinión acerca del

124
suceso o acerca de nuestra persona en relación
con ese suceso.

La estrategia de supervivencia

En nuestro código genético está instalada una


admirable estrategia de supervivencia, que
habitualmente es conocida bajo la denominación
de “instinto”. Nosotros la tenemos en común con
los animales, y está subordinada a nuestro yo
activo. Una parte de esa estrategia instalada ha
sido identificada como “reacción de combate o
escape”, y algunos investigadores han constatado
una relación entre esa reacción y las
enfermedades. Yo quiero ir aún más lejos e indicar
que disponemos de muchos tipos de reacciones
de supervivencia, que están en relación directa
con la salud y las enfermedades. Esas cuatro
reacciones son la defensa, la retirada, la acción y
el descanso.
Defensa: Ese término me parece más exacto que
“combate”, porque la actuación agresiva no está
necesariamente relacionada con violencia. Podría
consistir en algo tan simple como un fruncimiento
del ceño, destinado a expresarle nuestro disgusto
y una advertencia a aquel que la ha provocado. En
el fondo, nuestra reacción es para mantenernos
firmes y defender lo que según nuestra convicción
es importante para sobrevivir (por ejemplo, nuestra
fuente alimenticia, nuestros derechos, nuestra
integridad, nuestra persona). Si ésta contiene
violencia, es solamente porque consideramos
indispensable el uso de la violencia, corresponda o
no.

125
Retirada: También en este caso pienso que el
término que elegí es más exacto que “escape”,
porque en él entran también reacciones tan
simples como quedarse callado cuando uno se da
cuenta que puede tener dificultades si habla. El
escape de hecho – éste también puede fluctuar
entre irse tranquilamente hasta salir corriendo en
forma precipitada – es solamente un aspecto de
esa reacción de supervivencia.
Acción: Actuar como reacción para sobrevivir, se
trata de la satisfacción de nuestras necesidades
básicas, como el alimento, la sexualidad, el
movimiento y la comunicación, lo que en ninguno
de los casos incluye necesariamente defensa o
retirada.
Descanso: Por descanso se entiende simplemente
nuestro instinto fundamental de encargarnos de
una cantidad suficiente de restitución corporal y
sueño.
Esta estrategia de supervivencia está en estrecha
relación con nuestro estado de salud. Si el yo
determinante y el yo activo están en armonía y
obedecemos a nuestro instinto de la manera
adecuada, es decir, bajo una apropiada
consideración de las circunstancias, entonces
nosotros estamos rebosantes de salud. Un quiebre
en nuestra estrategia de vida en cambio, trae
consigo enfermedad.

126
Un quiebre así ocurre cuando nuestro yo
determinante, en una situación crítica para la
supervivencia, imparte órdenes contradictorias. En
vez de la sencilla orden “defender” o “retirarse”,
se podría, por ejemplo, dar la orden “defender/no
defender” o “retirarse/no retirarse”. En este caso
el cuerpo comienza a protestar, enviando
mensajes de dolor, enfermedad o disturbios en el
funcionamiento. Por favor tenga en cuenta: El
dolor, la enfermedad o los disturbios en el
funcionamiento no son castigos, sino el anuncio
de que un conflicto en nuestro pensamiento
amenaza la supervivencia.
Las órdenes contradictorias dadas a nuestro
sistema de supervivencia, ocasionan tensiones
agudas o crónicas en los músculos y células hasta
que el conflicto esté solucionado. Los
medicamentos, el alimento, la respiración
profunda, los masajes y otras técnicas, bien
pueden disminuir o cubrir la tensión por un cierto
tiempo, pero ésta se formará rápidamente de
nuevo, mientras perdura el conflicto. Por esa razón
nuestro estado de salud tiene tanto que ver con
nuestras convicciones. Vamos a examinar ahora
algunos ejemplos típicos de tales conflictos.

127
Defender/no defender: Si cuando niños hemos
adoptado la convicción de que es incorrecto
defenderse o mostrar enojo, eso en sí no tendría
que acarrear problemas corporales. Podríamos
recurrir simplemente a la estrategia de retirada y
evitar cualquier conflicto. Pero si junto con eso
estuviéramos convencidos de que hay que
defenderse para poder sobrevivir, entonces en
cada situación en que surge el instinto de defensa,
automáticamente sería llamada al plan una
contradicción, a través de la primera convicción.
El grado de la tensión que resulta de eso
dependería de cuán intensas son las emociones
causadas por la situación.

128
Retirarse/no retirarse: Algunas personas crecen con
la idea de que la mejor estrategia de supervivencia
consiste en evadir situaciones peligrosas. El
resultado sería tal vez una falta de firmeza de
carácter, pero no necesariamente una falta de
salud. Pero si un niño hombre tuviera, además, la
convicción de que un hombre siempre tiene que
imponerse, ese conflicto ocasionaría tal vez
problemas corporales ante una amenaza. Una
posible consecuencia sería una simple agitación
antes de actuar, porque puede parecer una
amenaza saber que los ojos del público están
dirigidos a uno. He escuchado cómo un actor
explicaba en una entrevista, que regularmente se
sentía enfermo de muerte antes de cada
presentación, aunque todo estaba nuevamente en
orden en cuanto estaba parado en el escenario. La
razón es que el cuerpo recibe los mensajes
“retirarse/no retirarse”. Una vez en el escenario
éste cambia a un más armónico “actuar es la
estrategia correcta”. En el peor de los casos el
conflicto entre “retirarse” y “no retirarse” puede
llevar a una parálisis.

129
Actuar/no actuar: La convicción de que
determinadas acciones no son correctas, ligada
con el intenso deseo de realizar tales acciones,
puede acarrear muchos tipos de molestias
corporales. Los conflictos más evidentes de ese
tipo están relacionados con la sexualidad y el
afecto, pero pueden, de acuerdo con las
convicciones de la persona respectiva, también
venir de temas como el baile, el consumo de
alcohol o determinados tipos de trabajo. La orden
“actuar/no actuar” también puede adoptar la forma
de “tener que actuar/no poder actuar”. El resultado
de tales conflictos puede fácilmente ser
desesperación, y es interesante que la
investigación psicosomática ha establecido una
fuerte correlación entre ese tipo de sensaciones y
la aparición de cáncer. A propósito, yo estoy en
contra de la difundida designación “víctima del
cáncer”. Algo así no existe. El cáncer no es un
efecto que viene de afuera, sino la reacción ante
un conflicto de convicciones.

130
Descansar/no descansar: El cuerpo necesita una
cierta cantidad de descanso, probablemente no
tanto como usted cree, pero necesita descanso. Si
a la convicción de que un determinado tiempo de
descanso es necesario, se la contradice por medio
de la convicción de que descansar es peligroso,
con seguridad surgen dificultades de eso. ¿Pero
cómo puede alguien considerar peligroso
descansar? Pues bien, una persona que asocia el
hecho de dormir con la muerte y tiene miedo de
morir, podría caer en un conflicto así; igualmente
alguien que piensa que la vida es corta y que por
eso se debería permanecer siempre en movimiento,
para lograr algo o para demostrar que es digno de
algo. Estas últimas convicciones están tan
generalizadas, que se designan como
“personalidades tipo A” a las personas que las
tienen. Esas personas sufren en general de fuertes
tensiones, de una elevada presión sanguínea o de
enfermedades cardíacas.

131
Cada enfermedad es ocasionada, como dije, por
convicciones que están en desarmonía y que con
eso perjudican nuestra importante estrategia de
supervivencia. No basta con considerar las
emociones reprimidas como causas de
enfermedades, porque éstas siempre son
reprimidas por una determinada razón. El enojo,
los celos, el resentimiento, el miedo, la culpa, etc.,
son sentimientos que surgen de convicciones. Son
efectos, no causas. Para prevenir o curar
enfermedades tenemos que ocuparnos del
conflicto en que se basan. Tales conflictos se
disuelven muchas veces en forma espontánea y de
un modo que tal vez no se comprende por
completo. En un caso así se llega a una sanación
espontánea. Pero no ocurre tan frecuentemente
como para que pudiéramos contar con eso. Por
suerte tenemos nuestro yo determinante, que
podemos emplear para llegar a la meta de un modo
consciente.

Somografía y enfermedad

Me gusta inventar nuevas palabras, y así he


inventado entonces aquí una para los propósitos
de este libro – somografía. Así como la geografía
incluye la investigación de la Tierra (del griego
Geo) y su subdivisión en diferentes regiones, la
somografía es la investigación del cuerpo (soma) y
su subdivisión en regiones.

132
En tiempos antiguos como modernos, aquellos que
se han interesado por la relación entre el cuerpo y
la mente, han observado algo asombroso, y eso es,
que tanto las convicciones como las
enfermedades, están frecuentemente asociadas
con determinadas zonas del cuerpo. Más aún, esas
zonas o regiones casi siempre parecen
constituirse por medio de una división horizontal y
no considerar ni estructuras musculares ni del
esqueleto. A la investigación de ese fenómeno yo
la llamo somografía, ya que hasta ahora no me he
encontrado con ninguna denominación adecuada
para ésta.
Las subdivisiones somográficas también han sido
hechas por otros autores, especialmente por
Wilhelm Reich en su libro Análisis del carácter,
pero mis propios estudios han conducido a que yo
no pueda compartir todas sus conclusiones. Y
entonces quiero naturalmente hacerle saber a
usted mi propio sistema de clasificación, con la
esperanza de que eso le ayudará a identificar los
pensamientos en los que se basan sus
enfermedades.
Región I: Cabeza, hombros, brazos y piernas.
Región II: Pecho, pulmones, corazón y sector
superior de la espalda.
Región III: Cavidad estomacal, sistema urogenital,
sector inferior de la espalda y asentaderas.
Región IV: Piernas y pies.
En los capítulos siguientes se hablará de esas
regiones y de las imaginaciones y enfermedades
asociadas con ellas.

La división derecha - izquierda

133
Existe otra evidente división, sobre cuya
importancia con respecto a las enfermedades
solamente se puede especular hasta ahora. Es la
llamada división derecha/izquierda o división
vertical del cuerpo. En lo que se refiere al
aspecto, la parte derecha del cuerpo a menudo se
diferencia de la izquierda. A veces los músculos
de los brazos y piernas izquierdos y derechos
están desarrollados en forma diferente, lo que
eventualmente se podría atribuir a tensión; y a
veces un pecho es más grande que el otro. Pero la
diferencia más evidente se muestra en la cara.
Usted mismo puede comprobar eso si a una foto
tomada de frente le coloca un espejo en la línea
central de la cara. Ponga el espejo de tal modo que
en él se refleje una mitad de la cara y dé como
resultado una cara completa. Después gire el
espejo y repita lo mismo con la otra mitad de la
cara. La diferencia tal vez le sorprenderá, porque
puede ocurrir que parece tratarse de caras de dos
personas totalmente diferentes. Lo que usted ve es
el reflejo de dos aspectos diferentes de una
personalidad.

134
Es probable que esa diferencia tenga que ver con el
hecho de que la mitad izquierda del cerebro, que
como lo han determinado científicos, se relaciona
con nuestras facultades analíticas y lingüísticas,
en mayor o menor medida dirige la mitad derecha
del cuerpo, mientras que la mitad derecha del
cerebro, que es competente para las capacidades
artísticas e integradoras, ejerce una mayor
influencia sobre el lado izquierdo del cuerpo. Por
lo tanto, prácticamente se podría decir que el lado
derecho del cuerpo está más fuertemente
“orientado masculinamente” y el izquierdo más
fuertemente “orientado femeninamente”,
entendiendo esas designaciones como
características generales y no como diferenciación
de sexo.
Yo pienso que esa división pertenece a nuestra
herencia natural, y que en parte es atribuible al
funcionamiento de nuestro cerebro y en parte a
que nosotros tenemos una cantidad igual de
cromosomas masculinos y femeninos por parte del
padre y la madre. En todo caso hay algunos
indicios de que nuestras enfermedades muestran
la tendencia a “tomar partido”.
De acuerdo con esa cadena de ideas, existe la
tendencia a reconocer que las enfermedades y la
constitución corporal de la mitad derecha del
cuerpo tienen que ver con aspectos masculinos,
inclusive aspectos del padre, y la constitución de
la mitad izquierda con aspectos femeninos,
inclusive aspectos de la madre. Esa es una idea
interesante, pero quiero recalcar que en gran parte
todavía es una especulación. Después de todo tal
vez valga la pena incluirla en nuestras
convicciones, cuando buscamos el origen del
pensamiento en que se basa una enfermedad.

135
Lo que no debemos perder de vista

Aunque en los capítulos siguientes se hablará de


determinadas regiones y partes del cuerpo, es
recomendable recordar que pueden existir varios
conflictos de pensamientos al mismo tiempo, de
manera que cada enfermedad puede producir
efecto en más de una región del cuerpo.
Adicionalmente, determinadas convicciones
pueden actuar como “puentes” entre los
pensamientos asociados con diferentes regiones
del cuerpo. Por esa razón, un estreñimiento
también puede, por ejemplo, llevar a dolores de
cabeza. Esté siempre consciente de que usted es
una totalidad y no un conglomerado de partes
únicas. Y ahora, como se ha dicho eso,
dediquémonos a las partes únicas.

Capítulo 8

Región I – El centro de comunicación

136
La cabeza, el cuello, los hombros, los brazos y las
manos forman juntos lo que deseo llamar el centro
de comunicación del cuerpo. Esa es la zona que
más tiene que ver con la transmisión de
pensamientos y sentimientos. A la cabeza le
compete ver, escuchar, saborear, oler, hablar y un
sinnúmero de posibilidades de expresión de la
cara; el cuello mueve la cabeza, para indicar
aprobación o rechazo; un encogimiento de
hombros puede transmitir una gran cantidad de
mensajes diferentes; los brazos pueden manifestar
mucho por medio de abrazos y gestos; las manos
se utilizan para tocar, para dar señales y para
formas de expresión, como escribir, pintar, hacer
música y mucho más. Además de la comunicación,
la región I también está relacionada con
sentimientos de reconocimiento, de rendimiento y
de competencia. Considerando estas afirmaciones,
examinaremos ahora por qué motivos algo marcha
equivocado en la región I.

La cabeza

137
A través de la cabeza estamos, ante todo lo demás,
confrontados de la manera más directa con
nuestras ideas acerca de nosotros mismos y de
otras personas. En primer lugar, en esa parte se
presenta el más difundido de todos los síntomas,
el dolor de cabeza. Los dolores de cabeza se
deben principalmente a que nosotros tratamos de
reprimir determinados pensamientos, porque
tenemos temor de pensarlos. Podemos temer que
los pensamientos en sí son perjudiciales o
“pecadores”, o que éstos podrían revelar cosas
sobre nosotros mismos que no queremos ver. A la
migraña, por ejemplo, se la relaciona a menudo
con rabia reprimida. Pero eso no explica por qué la
rabia es reprimida. La razón es que se temen las
consecuencias de los pensamientos iracundos o
se cree que no se debe tener tales pensamientos.
Pero los pensamientos están presentes; buscan su
expresión natural, y así se origina la orden “pensar
/ no pensar” y el resultado son dolores de cabeza.
La autocrítica o la crítica por parte de otros puede
causar dolores de cabeza si oponemos resistencia
a tomar conocimiento de éstas, porque ponen en
duda nuestro rendimiento o nuestra competencia.
La crítica a otros puede producir el mismo efecto,
especialmente si además la enfatizamos por medio
de formulaciones habituales como “él/ella/eso me
da dolores de cabeza”. Si sentimos eso como
“presión” de tener que funcionar de una manera
determinada y nos sublevamos, eso también puede
conducir a tener dolores de cabeza. En realidad la
sensación de presión se origina por medio de
nuestra rebelión, ya que mientras nuestra cabeza
no esté apretada físicamente en una prensa, la
única presión surge de nuestra propia reacción.

138
En capítulos posteriores voy a describir técnicas
generales de autosanación, pero ya aquí deseo
mencionar algunas que en especial actúan contra
dolores de cabeza, que yo mismo y otras personas
hemos encontrado muy efectivas. Uno de los
métodos consiste en concentrarse en sus manos e
imaginarse que se calientan, exactamente como si
uno las sumergiera en agua caliente. Eso produce
un efecto relajador, porque se desvía de la cabeza
suministro de sangre y energía emocional. Con el
segundo método uno se imagina que la cabeza se
dilata suavemente y con eso queda interiormente
relajada y libre. Las dos técnicas tienen buen
efecto, pero solamente liberan de los síntomas. La
causa está en un conflicto de pensamientos.
Incluso en casos en que hay una falla orgánica,
como por ejemplo, un tumor, la causa es un
conflicto en nuestra manera de pensar. Como con
todas las enfermedades orgánicas, la
manifestación en el plano físico es solamente el
resultado final de una fuerte tensión, que ha
permanecido por largo tiempo. Si el conflicto de
pensamientos se disuelve, entonces pueden
ponerse en marcha los procesos naturales de
autosanación del cuerpo.

139
Deseo todavía referirme brevemente a la fiebre, que
puede ser, pero no tiene que ser, un efecto
secundario de los dolores de cabeza, y que no
necesariamente se limita a la cabeza. Ésta es el
resultado de una tensión menor, que por cierto
restringe el flujo emocional de energía, pero no lo
bloquea. En cierto modo se podría hacer la
comparación con una resistencia eléctrica que
calienta las planchas o los tostadores de pan. Una
fiebre así se presenta cuando se está obsesionado
con algo, cuando uno “arde por algo”. También en
este caso se puede aplicar: Si el conflicto se
disuelve, desaparece la fiebre.

La cara

140
¿Tiene usted miedo de “mirar a la cara” una cosa o
teme “perder la cara” (perder prestigio)? Entonces
la cara podría ser una zona problemática para
usted. La irritación a causa de una crítica, de
falta de reconocimiento o de duda de la propia
competencia, también puede ocasionar problemas
cutáneos en la cara. Los jóvenes son
frecuentemente afectados por tales problemas
cutáneos, pero eso tiene más que ver con la
naciente necesidad de ser reconocido como adulto
competente, que con los cambios hormonales. Si
esa necesidad no es satisfecha por los padres o
por los profesores, entonces se muestra
claramente la irritación reprimida en la cara del
joven, donde la magnitud corresponde al grado de
represión. Con mis propios hijos he constatado
que la aparición de los síntomas ha concordado
notablemente con el estado de sus relaciones con
sus profesores, con mi esposa y conmigo y con
sus amigas (yo tengo solamente hijos hombres).
En cuanto los adolescentes encuentran, según su
impresión, un reconocimiento apropiado, su piel
mejora. Lo que hace más difícil el problema de los
jóvenes es el convencimiento de la sociedad de
que “los problemas cutáneos son algo natural en
esa edad”. Si ellos adoptan ese convencimiento,
entonces también se presentarán, sin mecanismo
de represión en su relación con otras personas,
problemas cutáneos, aunque tal vez menos
pronunciados.

Los ojos

141
Estos órganos, que son los más importantes de
nuestros órganos sensoriales, están en relación
directa con nuestra manera de “ver” la vida y
especialmente de “vernos” a nosotros mismos. Si
por ejemplo, estamos convencidos de que el futuro
trae consigo muchos peligros y no queremos
verlos, se podría desarrollar una miopía. Si
creemos que el mayor peligro está en el presente,
la consecuencia podría ser una hipermetropía. En
tales casos, el uso de anteojos transformado en
costumbre, solamente refuerza ese pensamiento,
porque recalca la dependencia de un objeto. Los
anteojos también pueden servir como escudo
protector frente a otras personas. La vista de dos
miopes que me consultaron, mejoró
substancialmente por medio de conocimiento
general, de una reforzada sensación de la propia
competencia y del intenso deseo de producir un
mejoramiento, proceso que fue apoyado por
técnicas de sanación.
Algunas fallas a la vista están en relación con
resistencia contra los padres. Conozco dos casos
en que un astigmatismo del ojo derecho fue
causado por sentimientos reprimidos frente al
padre. (¡Acuérdese de la división derecha /
izquierda!). En uno de esos casos la falla a la vista
se curó con la muerte del padre. Pero usted no
necesita esperar hasta que su padre muera. Lo
único necesario es la disolución del conflicto
mental.

142
El cansancio a la vista, los glaucomas y las
cataratas, la pérdida de la vista y otras fallas de la
vista, son ocasionadas por tensiones. En los
medios se llegó hace poco tiempo a una
controversia sobre la pregunta, si el consumo de
marihuana puede traer alivio a determinadas
enfermedades a la vista. La razón de la influencia
favorable de esa droga es su efecto relajante. En
algunos casos, sin embargo, la tensión no es el
resultado de conflictos de relaciones, sino se
basa en una falsa opinión acerca del uso de los
ojos. Una telefonista con la que yo trabajaba, tenía
cada vez más dificultades para reconocer los
números telefónicos que estaban impresos
pequeños. Simplemente creía que era necesario
oprimir y tensar los ojos para poder leer mejor con
poca luz. Después que había aprendido a hacer
algunas respiraciones profundas y a relajar sus
ojos por medio de imaginación, su capacidad de
ver sin tensión mejoró considerablemente.
El estado de nuestros ojos también es influenciado
en gran medida por cómo son los ojos de nuestros
padres. Si nuestros padres usan anteojos, hay una
gran probabilidad de que nosotros también los
usemos. Pero aquí el factor determinante no es la
herencia, sino la convicción de que uno, tal como
los padres, necesita anteojos, tal vez también de
que “es mal de familia” (lo que efectivamente
ocurre – aunque solamente en las cabezas), de que
se necesita anteojos cuando se lee con poca luz
(para eso no hay pruebas científicas, ya que no es
la escasez de luz sino la tensión lo que afecta a los
ojos), o de que a partir de cierta edad se necesitan
anteojos.

143
Esta última creencia puede conducir a lo que en la
psicosomática es conocido como síndrome de
repetición. Éste puede presentarse en cualquier
parte del cuerpo, pero lo trataremos aquí. El
síndrome de repetición actúa de dos maneras.
Por un lado, un síntoma puede presentarse a la
misma edad en que uno de los padres fue afectado
por éste. Eso se debe a que en alguna parte de
nuestro sistema de creencias está establecida la
idea de que a una determinada edad hay que
contar con ese síntoma. Ahora, si se aproxima el
cumpleaños correspondiente, nuestro yo activo
formará automáticamente la tensión que es
necesaria para conseguir el síntoma respectivo y
con eso confirmar nuestra convicción. Hay que
valorarles altamente al ingenio humano y a la
creatividad humana, que ese proceso incluso
puede servir para la supervivencia. Hace algunos
días mi esposa recibió una llamada telefónica de
un amigo de aproximadamente sesenta años de
edad, que como él contó, recién se había
recuperado de un ataque cardíaco. Después él
relató que su padre había tenido a la misma edad
un ataque así y que después había sobrepasado
los ochenta años. Es muy posible que nuestro
amigo crea entonces que ese ataque cardíaco sea
una especie de garantía mágica de que él también
vivirá mucho tiempo, o una “prueba” que él tenía
que aprobar.

144
El segundo tipo de sistema de repetición se parece
más a la “celebración” (que no es justamente la
palabra adecuada) del aniversario de un suceso
traumático de nuestra vida. Si cuando niños
hemos soportado algo muy desagradable en
diciembre, entonces podría ser que se hayan
originado asociaciones con el tiempo atmosférico
de diciembre, con ropa de día festivo o con lo que
sea. Y de ese modo podría ocurrir que cada año en
ese tiempo tengamos problemas con nuestros
ojos, por cuanto nos acordamos del suceso
respectivo. Entonces nos resistimos a verlo. Pero
tampoco personas que experimentan
frecuentemente algo parecido, hacen alguna
relación entre su estado corporal y el aniversario.
Si usted también sufre de algún tipo de síndrome
de repetición, ejercítese en el veredicto de que no
está comprometido a pisar las “huellas corporales”
de sus padres o a seguir “celebrando”
enfermedades.

145
Una visión escasa puede estar relacionada con una
escasa autoestima, con una modestia exagerada o
con el temor de parecer agresivo y con eso
provocar consecuencias. Entre los animales es
señal de agresión mirar directamente a los ojos al
que se tiene al frente. Esa es la razón de que
miembros de la familia de los perros, como
también de los gatos, habitualmente eludirán
nuestra mirada fija. No se trata de que nuestra
superioridad como seres humanos podría haberlos
intimidado. Ellos solamente dan a entender de
manera cortés, que no quieren provocar. Entre los
seres humanos una mirada directamente a los ojos
puede ser una señal de agresión o de
autoconfirmación o también del deseo de
intimidad. Por eso se considera descortés mirar a
alguien fijamente. Y de ese modo algunos
desarrollarán una vista débil y además tal vez
agregarán anteojos protectores, para no provocar
sensaciones de temor en las personas que tienen
al frente.

Los oídos

146
En muchos casos existe una relación entre los
dolores de oído o pérdida de la audición y la
oposición a escuchar críticas, tanto de nuestro
propio yo interior como también de otras personas.
Los dolores de oído reaccionan especialmente bien
a los ejercicios de relajamiento. Pero si se ha
alcanzado el punto en que la infección y las
hinchazones empeoran la situación, es aconsejable
complementar el trabajo en nuestro sistema de
creencias y los ejercicios de relajamiento, por
medio de tratamiento médico. Piense siempre que
se trata de mejorar y no de comprobar un método
excluyendo todos los otros. En este libro pongo
énfasis en la imaginación para el mejoramiento del
estado de salud, como ya lo formulé en el prefacio,
pero no insisto en suprimir todas las otras formas
de tratamiento, especialmente no aquellas que
recomienda el sentido común. Eso me fue evidente
de manera significativa, con el tratamiento de una
mujer que sufría de intensos dolores de oído. Tal
como ella me relató, no existía ninguna causa
orgánica según el informe de los médicos. La
preparé entonces en técnicas de relajamiento y en
métodos para disolver conflictos de pensamientos,
pero solamente logramos un mejoramiento
transitorio. Como un año después me visitó y me
contó que otro médico había encontrado un tapón
de algodón en un oído y lo había retirado, y que
ahora sus oídos estaban en orden. Ahora creo
personalmente que el hallazgo del tapón de
algodón coincidió en el tiempo con una decisión
tomada en su interior, de solucionar por fin el
conflicto. Pero alguien tenía que sacar el tapón de
algodón. De acuerdo con eso, tampoco dudo, en
caso de dolor de oído, en utilizar algo para
disolver el cerumen del oído cuando se ha formado

147
un tapón – y por cierto lo utilizo en forma adicional
a técnicas de imaginación.
En nuestra civilización la disminución de la audición
es relacionada a menudo con la vejez. Exactamente
como con la disminución de la visión y con una
cantidad de otros síntomas, la causa principal es
la creencia propagada en la sociedad, que esas
manifestaciones son naturales en la vejez. Eso no
es cierto. En la edad que sea, no existe ninguna
razón natural para la pérdida de alguna facultad
sensorial, mientras mantengamos nuestra sana fe
en esa facultad.
El mareo y las perturbaciones del sentido del
equilibrio pueden tener conexión con problemas en
el oído interno, donde se encuentra el órgano del
equilibrio. Pero esos síntomas también están
relacionados con la idea de que nuestra vida se ha
desequilibrado por completo, o que las cosas
están tan fuera de control y tan intrincadas, que
nos mareamos totalmente por eso. Los efectos
corporales son el resultado de nuestro intento de
reprimir esos sentimientos.

La boca

La boca es el órgano de comunicación más


importante que tenemos. Cuando somos niños
pequeños, la utilizamos, además de para tomar
alimento del entorno, también para mostrar
nuestro disgusto, vomitando el alimento o
mordiendo, y la usamos para conocer todo tipo de
cosas, desde pezones hasta arena. Cuando
crecemos utilizamos la boca para el maravilloso
fenómeno del lenguaje, como también para
escupir, besar y tal vez nuevamente para morder.

148
Con la boca podemos expresar todo el espectro de
nuestras sensaciones y según eso también puede
ser el centro de muchísima represión. Todas las
dificultades para hablar que no son atribuibles a
una falla de nacimiento, tienen sus raíces en
alguna represión. El tartamudeo y el ceceo son
excelentes ejemplos, que reaccionan bien a la
terapia de relajamiento y al fortalecimiento de la
confianza en sí mismo.
Por experiencia propia sé que un salpullido en los
labios, llamado herpes, se origina cuando se
reprimen palabras de indignación. Hasta hace
pocos años no había tenido nada que ver con
éstos, pero luego a mi consciencia corporal se le
ocurrió, probablemente en conexión con mis
estudios sobre enfermedades, que esa era una
buena manera de llamarme la atención cuando
reprimía palabras de indignación (antes ésta había
utilizado otros métodos para eso). Cuando aprendí
a ajustarme a esa reacción cutánea, alcancé un
punto en que podía sentir cómo comenzaban a
formarse ampollas de herpes, poco después que
había reprimido una respuesta acalorada. Aunque
la erupción dura por lo general tres días o más, yo
podía observar en el espejo cómo disminuía dentro
de una hora, cuando desahogaba mis emociones y
cambiaba los pensamientos que la habían causado.
Si yo lo he logrado, usted también puede lograrlo.

149
Cuando hablo de que hay que expresar sus
emociones, quiero indicar enfáticamente que
entiendo por eso que uno debería permitirse
sentirlas sin impedimentos. Uno se las expresa
ante sí mismo. No es necesario comunicárselas a
aquellos por los cuales uno se enoja. Ese es el
libre flujo de las emociones del que se trata. Eso
significa que no sería correcto darle un golpe en la
mandíbula a su jefe, patear a su esposa o matar a
alguien con un ladrillo. Pero está perfectamente
bien si uno tiene ganas de hacerlo. Si la necesidad
llega a ser tan fuerte que demanda una expresión
física, entonces grite en un pañuelo, muerda un
cojín o golpeé con los puños una caja de cartón.
Elija una válvula adecuada que no lo ponga en
dificultades, pero en todo caso sienta. Por medio
de seguir este simple consejo, se podrían aliviar
enormemente la mayoría de los síntomas de
enfermedad, si no incluso todos. El método tiene
efecto con emociones como enojo, miedo, celos,
como también con todos las demás.

150
Los dientes no se utilizan solamente para comer;
éstos también representan uno de nuestros pocos
medios de defensa – morder. Cuando somos niños
tratamos de aplicarlo con toda naturalidad, pero en
general nos vemos obligados a renunciar a
hacerlo, en cuanto estamos en condiciones de
morder lo suficientemente fuerte como para herir.
Pese a eso, el impulso de morder sigue siendo
parte de nuestra naturaleza, por mucho que lo
reprimamos. Por falta de pruebas suficientes, sólo
puedo manifestar como teoría, que según mi
opinión, la caída de los dientes y otros problemas
de la dentadura son la consecuencia de tensiones,
producidas por la represión de emociones, que a
causa de peligros percibidos mental o físicamente,
nos impulsan a morder. Las terapias de
relajamiento pueden aliviar dolores de muelas; por
lo tanto existen tensiones. Según mi opinión, se
subentiende que la tensión crónica puede llevar o
a la caída de dientes, o por lo menos a hacer más
vulnerables los dientes a efectos externos, como
por ejemplo, al azúcar. Podría resultar productivo
desarrollar una forma de terapia para desahogar
tensiones, basada en morder o en los
movimientos correspondientes. Tengo la sospecha
que el resultado podría ser tener menos
perforaciones en los dientes y mejores resultados
en exámenes de control. Pienso que el impulso de
morder es en gran parte una reacción a la crítica.
Al mismo tipo de tensión estarían también
expuestas las encías.

151
La nariz

Puede ser que la nariz, como órgano olfativo,


desempeñe un papel en la disolución de síntomas
que se basan en los recuerdos de sucesos que
hemos asociado con determinados olores. También
es posible que los problemas con nuestro órgano
olfativo provengan del temor reprimido de “meter
nuestra nariz en los asuntos de otras personas”.
Por muy absurdo que pueda parecer, eso sería
típico de la forma en que nuestro yo activo traduce
expresiones verbales a corporales. Nuestro yo
activo tiende a tomar literalmente nuestras
formulaciones habituales, de modo que, por
ejemplo, parecer entremetido (“que mete la nariz”)
podría conducir a tensiones que provocan
enfermedades.
Sin embargo, como parte del sistema respiratorio, la
nariz es un factor importante en los resfríos.
Aunque por lo que llamamos un simple resfrío,
pueden, además de la nariz, ser afectados también
los ojos, los oídos, los senos nasales laterales, la
garganta y el pecho, hablaremos de esa
desagradable manifestación en este capítulo
dedicado a la nariz.

152
En primer lugar, un resfrío tiene poco que ver con
virus o con bacterias contagiosas, si es que tiene
que ver con éstos. Por lo tanto, usted no se
“contagiará” con nadie, a menos que esté
dispuesto mental y emocionalmente para eso. Una
disposición así podría incluir que usted se
encuentre en un estado emocional similar o
convencido que se contagiará con ese contacto.
También la convicción de que la corriente de aire,
los pies mojados, el tiempo frío o mojarse con la
lluvia, ocasiona resfríos, puede llevar a contraer
uno. Aparte de molestias, en este caso no se
ocasiona nada. Me atrevo a asegurar que la
mayoría de los resfríos son substitutos de una
simple acción, como llorar, o se originan porque se
ha reprimido el llanto.

153
Piense cuán parecidos son los efectos: nariz que
corre o que está tapada, senos nasales laterales
congestionados, ojos lacrimosos, garganta
hinchada, suspiros o tos en el pecho. Llorar es
muchas veces una reacción natural ante la
sensación de desamparo y de frustración. Si esa
reacción natural es reprimida, “porque los
hombres no lloran”, “porque llorar es una señal de
debilidad”, y porque uno se opone a ser débil, o
por motivos similares, entonces se crean
condiciones ideales para un resfrío. Sin embargo,
los resfríos se pueden suavizar si uno se desahoga
llorando en forma adecuada. Pero un método aún
más rápido consiste en reconocer sus
sentimientos de desamparo y de frustración y
darse cuenta de los pensamientos que hay detrás y
cambiarlos. Si se realiza esa tarea por completo,
las manifestaciones del resfrío pueden
desaparecer dentro de pocos minutos. En mi
familia, donde todos han aprendido que ejercer
influencia positiva es posible siempre y en cada
situación, desde hace años nadie ha estado
resfriado. Después que se han tratado las
opiniones acerca de la realización de resfríos y de
la represión de sentimientos como causa de la
enfermedad, todavía queda por mencionar que un
resfrío también puede servir para fines prácticos:
Ofrece la ocasión para reponerse por un tiempo
del trabajo y de las relaciones humanas. En un
caso así lo mejor es simplemente soportarlo,
aunque en realidad el sufrimiento es innecesario.
Otras molestias que pueden estar relacionadas con
llanto reprimido son estornudos frecuentes,
secreción de flema en la región de la nariz y la
faringe (llorar hacia dentro), sinusitis crónica y
sangramiento nasal repentino.

154
La garganta

La relación entre la garganta y llorar ya ha sido


mencionada. Pero la garganta es también el
“canal” a través del cual consumimos los
alimentos. Nosotros tendemos a producir
simbólicamente una conexión entre alimento e
ideas (simbólicamente por lo menos para nuestro
yo determinante; nuestro yo activo toma las
declaraciones literalmente). Ese simbolismo se
hace evidente a través de formulaciones como
“Alimento espiritual”, “¿Crees tú que yo me
tragaría eso?, “Este libro es incomible”, “Se me
quedó la palabra atajada en la garganta”, “A él le
metieron el conocimiento con cuchara”. La
garganta y las glándulas y órganos que están
alrededor y dentro de ella pueden hincharse e
inflamarse, si se reprime un comentario en contra
de una idea que es inaceptable para nosotros,
porque uno teme o cree que es injusto expresar su
rechazo.
Las enfermedades a la garganta también pueden ser
causadas por ahogar una reacción. La expresión
verbal y sonidos de pasión como también de
sufrimiento, se abren paso hacia fuera a través de
nuestra garganta; si éstos se interrumpen por
medio de la orden “no actuar”, pueden presentarse
hinchazones.

155
Un hombre joven que me consultó, sufría de una
contracción tan severa en la región de la garganta,
que le aconsejaron que se hospitalizara. Como
causa había sido diagnosticado un trauma corporal
que él había sufrido una semana antes, cuando un
amigo furiosamente lo había agarrado de la
garganta en una discusión. Descubrí que el joven
ni siquiera le había hecho reproches al amigo,
sino que simplemente se había quedado callado.
Antes de que se decidiera por un tratamiento en el
hospital, hice durante dos horas ejercicios de
relajamiento con él y lo alenté a expresar los
sentimientos que tenían relación con el incidente,
asegurándole que eso no era de poco hombre.
Durante esas dos horas él le dio rienda suelta a
sus sentimientos y confesó entre sollozos cuán
herido estaba. A continuación durmió durante toda
la noche y en la mañana estaba sano. Si esas dos
horas no hubieran hecho efecto, yo, con mi
bendición, lo habría enviado a la clínica, pero por
suerte eso se había hecho innecesario.

156
Las inflamaciones de las amígdalas y la hinchazón
de las glándulas linfáticas y salivales en la
garganta, se pueden atribuir a represiones
similares. A mi se me inflamaron las amígdalas por
primera vez en mi vida, cuando en la marina había
recibido una reprimenda en un ejercicio – según mi
impresión demasiado injusta – y no había podido
defenderme. (Mi competencia había sido puesta en
duda). Esa vez fui tratado con antibióticos, pero
con posteriores inflamaciones de las amígdalas
utilicé con éxito técnicas de imaginación. Pese a
eso los antibióticos pueden prestar un buen
servicio para el tratamiento de una inflamación de
amígdalas o de una infección de estreptococo. Por
eso usted no debe despreciarlos y rechazarlos de
antemano. Utilice en cada caso lo que tenga el
mejor efecto. Pero usted mismo notará que los
medicamentos también tienen un mejor efecto si se
combinan con técnicas como las que se describen
en este libro.

La nuca

157
Quiero decir aquí todavía algunas palabras sobre
rigidez y dolores. Cuando era niño yo tenía el
“cuello bastante tieso” (era bastante testarudo), un
chiquillo voluntarioso al que no le gustaba hacer
concesiones, cuando a su parecer las opiniones de
otros eran erróneas. Y de ese modo sufría a
menudo de rigidez en la nuca. Recuerdo
vívidamente un incidente. En ese entonces fui
enviado a una escuela primaria de California y por
expreso deseo de mi madre, tenía que usar terno y
corbata. No es necesario decir que ese estilo era
altamente inapropiado, y es igualmente
innecesario decir que mi nuca se puso rígida en el
lado izquierdo. Actualmente sigo siendo igual de
voluntarioso, pero ya no temo expresar un
desacuerdo.
Los dolores en la nuca también pueden ser una
reacción ante personas o situaciones muy
desagradables que “se nos sientan en la nuca”
(que nos fastidian). Tales dolores son
ocasionados, sin excepción, por tensión, y esa
tensión es frecuentemente ocasionada o reforzada
por reiterados comentarios o pensamientos, con
los cuales nos confirmamos que la persona o
situación corresponde a la imagen que nos
habíamos hecho emocionalmente. Mi esposa tenía
habitualmente dolores en la nuca cuando tenía que
usar una autopista muy concurrida. Ella habría
podido cambiar su actitud frente a autopistas muy
concurridas y sacarse exitosamente de esa
situación con la imaginación, pero eligió una
alternativa igualmente exitosa: Ella ahora evita las
autopistas.

Los hombros

158
Los hombros son una parte asombrosamente
expresiva de la anatomía humana. Ya un simple
encogimiento de hombros puede expresar muchas
cosas: “¿Quién sabe?”, “¿Qué podría yo cambiar
de esto?” o “¿Y qué?”. Por medio de un leve giro
de los hombros se le puede indicar a alguien que
es indeseable. Un giro de hombros en una dama
hermosa puede ser un exagerado saludo íntimo de
bienvenida. Los hombros también pueden reflejar
las sensaciones y opiniones que habitualmente
tenemos referente a la vida. Hombros anchos
pueden irradiar confianza y la capacidad propia de
poder superar todo. Hombros elevados indican que
uno se encuentra en un estado crónico de temor,
como si esperara en cualquier momento un golpe
por detrás. Hombros excesivamente caídos dan la
impresión de que se siente la vida como una
pesada carga insoportable. Hombros tensados e
inclinados hacia delante como los de un boxeador
en un combate, son señales de una permanente
actitud agresiva. Los hombros de uno de mis
parientes están al mismo tiempo tensados e
inclinados hacia delante y extremadamente caídos,
lo que indica que la vida, desde su punto de vista,
es una dura lucha. Hombros constantemente
tirantes parecen indicar que cuesta un gran
esfuerzo no atacar. Extrañamente esa posición de
los hombros a menudo va acompañada de una
agresiva mandíbula estirada hacia delante, como si
se quisiera desafiar a la persona que se tiene al
frente a que ejecute el primer golpe.

159
Una sorprendente gran cantidad de personas no
puede mover los hombros en forma realmente libre
y suelta. Cuando dí cursos de una forma polinésica
de “meditación en movimiento” llamada kalana,
noté que a la mayoría de los participantes del
curso les era muy difícil alejar libremente los
brazos del cuerpo. Era como si tuvieran una
acostumbrada necesidad de mantener los brazos
cerca del cuerpo como protección. Si se observa a
las personas en general, eso parece tratarse de
una costumbre muy difundida, lo que indica
claramente que existen muchas personas
temerosas. Una tensión crónica en la región de los
hombros impide una oscilación libre de los brazos.
Mientras más seguros seamos interiormente, con
más naturalidad circulamos con amplios
movimientos de brazos.
De los hombros viene cada movimiento de los
brazos con los que nos dirigimos a personas y
cosas, ya sea para abrazar cordialmente o para
golpear enojados. Si la fuerza emocional de esos
impulsos es frenada, las consecuencias pueden
ser serias inhibiciones de movimiento como
también dolores y/o inflamación de la cápsula
sinovial (sinovia: humor viscoso que lubrica las
articulaciones óseas). Las técnicas de relajamiento
pueden producir milagros en ese caso, pero una
confrontación a fondo con los pensamientos
contradictorios, puede impedir que los síntomas se
presenten nuevamente.

Los brazos

160
El punto crucial de los problemas es aquí en primer
lugar el codo. Como con todas las articulaciones,
la rigidez y la hinchazón puede ser el resultado de
una escasa flexibilidad de pensamiento. En el codo
eso probablemente tiene que ver con una
resistencia en relación con éxito o con nuestra
sensación de la propia competencia. También
podría tratarse de resistencia contra alguien que
“utiliza sus codos” para hacernos a un lado o de
un conflicto en relación con que uno mismo “no
tiene codos” para entrar en alguna parte. Tal vez
haya también una resistencia contra emplear “la
fuerza del codo” en una situación que sabemos
que requiere mucho trabajo.
Los brazos mismos son principalmente vulnerables
para irritaciones de la piel, como salpullidos,
picazones, ardor, etc. Pregúntese a sí mismo, si
alguien o algo lo “irrita”, si “tiene picazón” por
pegarle a alguien o por emprender algo, pero se
siente frustrado. Tal vez usted “arde de
impaciencia”. En todas partes del cuerpo pueden
presentarse problemas cutáneos cuando salen a la
superficie problemas internos. Pero en los
brazos éstos estarán relacionados en primer lugar
con nuestros pensamientos en relación con
competencia, reconocimiento y éxito.

Las manos

161
Esos fantásticos accesorios tienen un espectro
increíble de posibilidades de expresión y de
utilización. Pueden expresar nuestros
pensamientos por medio de literatura, arte,
música, lenguaje por señas y gestos. Hace años vi
una obra de teatro en la que un hombre y una
mujer se conocían y se enamoraban, se separaban
de un modo trágico y al final se volvían a juntar
felices. Lo notable era que todo ocurría sin
palabras y requisitos, y que los actores principales
eran manos.
Las manos pueden formar o destruir, acariciar o
golpear, dar o arrebatar, retener o liberar,
investigar o rechazar. Su forma y sus líneas
pueden dar indicios de edad y sexo, personalidad
y carrera. A causa de su asombrosa versatilidad,
las manos están expuestas a una gran cantidad de
conflictos mentales que en esencia giran en torno
a comunicación y realización.
Una mala circulación y como consecuencia manos
permanentemente frías, pueden estar ligadas a un
conflicto entre el deseo y el miedo de tocar a otra
persona. Manos sudorosas probablemente son más
atribuibles al temor de cometer errores y parecer
ridículo (incompetente). Los calambres y otros
problemas pueden provenir de que se teme
ofrecerle a alguien “una mano de ayuda” o aceptar
uno mismo una. También podría estar en juego un
conflicto acerca de si todavía se tiene algo “en la
mano”. Al respecto, conocí una mujer que se
lastimó los dos pulgares poco después que se
había preguntado a sí misma, por qué “se le
soltaban las cosas que tenía agarradas”.

162
Personas que en su trabajo usan mucho sus manos,
como los escritores, músicos y artistas, pueden
sufrir de fuertes calambres, si entran en conflicto
con respecto a sus capacidades o a lo que
transmiten a través de su labor. Leí sobre el caso
de un hombre que se veía a sí mismo en primer
lugar como un artista, y que cuando escribía tenía
severos calambres. Él se sentía culpable, porque
no utilizaba sus medios “normales” de expresión,
y porque se sentía incapaz de comunicarse
verbalmente con su madre.
La artritis, una dolorosa inflamación de las
articulaciones, se presenta muy frecuentemente en
las manos. Se ha descubierto que la personalidad
de los pacientes típicos de artritis es más o menos
rígida, perfeccionista y dominante (pudiendo la
dominación ocurrir de un modo muy sutil).
Tenemos aquí una falta de flexibilidad, apareada
con crítica estricta a sí mismo y a otros, que es
reprimida y que se refleja en las manos. Las
técnicas de relajamiento pueden ser útiles por un
cierto tiempo. La enfermedad puede ser
definitivamente superada por medio de un cambio
de actitud. He viso un cambio notable en las
manos de una mujer, que en forma adicional a sus
ejercicios de relajamiento, comenzó a fortalecer su
autoestima y su fe en la propia competencia.
Junto a todas las otras capacidades, las manos
tienen un enorme potencial para enviar energía
curativa. Algunas posibilidades de aplicación las
trataré en la Parte III.

Capítulo 9

Región II – El centro de identidad

163
El pecho

La región del pecho, es decir, la región del cuerpo


entre el diafragma y el cuello, la sentimos
inconscientemente como la sede de nuestra
identidad. Yo sé que la mayoría se imagina nuestro
“espíritu” humano en la cabeza, en cuanto
reflexionan sobre ese asunto, pero en forma
totalmente espontánea nosotros ubicamos nuestra
identidad un poco más abajo. Si usted ha visto
alguna vez una película de Tarzán, se acordará que
el protagonista se golpeaba el pecho cuando decía
“yo, Tarzán”. Eso no tenía nada que ver con que él
había sido criado por gorilas. Es la cosa más
natural del mundo que una persona indique o se
toque el pecho cuando quiere recalcar, yo expreso
esta o esa opinión, yo tengo una cierta importancia
o yo soy muy feliz (en el último caso se utilizan
frecuentemente ambas manos). Ese gesto de
identificación sobrepasa todas las barreras
culturales. Se podría igualmente indicar la cabeza,
pero no se hace. Es como si nuestra identidad
tuviera, en el plano biológico, su sede en nuestro
pecho. Como se indica, esto vale también para el
plano emocional y el plano de creencia.

164
Como esa región corporal es el centro de la
identidad, también se instalan ahí los
pensamientos que tienen relación con autoestima,
rechazo, empatía (identificación con otros),
autoconfirmación, orgullo y humildad. En el
sentido más amplio, también podemos agregar la
integridad y el sentido de nuestra continuidad
como personalidad total. Las emociones a las que
más se las relaciona generalmente con esta región,
son la alegría (designada por muchísima gente
como amor) y el miedo (por la propia vida o por
una pérdida). La primera es habitualmente muy
sentimental, la última en cambio es muy impasible
o por lo menos intenta comportarse así. Tal vez no
sea casualidad que un imponente pecho arqueado
hacia delante forme parte de una “actitud
soldadesca”, ya que entre soldados profesionales
la insensibilidad es una virtud.

Los senos

Uno de los comentarios más repulsivos que me han


llegado a los oídos, vino hace más o menos un año
de un cirujano. Él tenía la idea de que a todos los
bebés femeninos se les debía practicar,
inmediatamente después del nacimiento, una
extirpación de senos en miniatura, para eliminar el
peligro posterior de contraer cáncer de mamas.
Ese es un ejemplo extremo de hasta donde puede
conducir la lógica mecánica. El cuerpo es una
máquina, por lo tanto se hacen correcciones antes
de que algo se deteriore. Lo temible de eso es que
él lo pensaba en serio.

165
El cáncer de mamas se presenta principalmente en
mujeres y es un efecto directo de conflictos de
autoestima. Está en estrecha relación con la
represión de sentimientos que tienen conexión
con un miedo extremo al rechazo. Es típico de
mujeres con cáncer de mamas, que tienen grandes
dificultades para expresar sentimientos, y no
solamente tienen miedo de los sentimientos, sino
también de los pensamientos en que éstos se
basan. Uno de los pensamientos principales es:
“Yo soy tan insignificante, que nadie que
realmente me conoce me aceptaría”. El problema
de esas mujeres no sería tan grande si ellas
realmente estuvieran completamente convencidas
de su insignificancia. El asunto es que en nuestra
sociedad la mujer es tanto glorificada como
también despreciada. Una consecuencia de esto
puede ser el conflicto “Yo soy insignificante / Yo
soy valiosa”. En el lado positivo pesa un profundo
conocimiento biológico y espiritual de que uno es
valioso, simplemente porque existe. El lado
negativo adquiere peso por muchas cosas. Entre
ellas se encuentran también puntos de vista
religiosos, según los cuales se niega el valor del
individuo en general y el valor de la mujer en
especial. De ese modo me parece obvio que largos
años, durante los cuales la gente se ha golpeado el
pecho con las palabras “Oh Señor, yo soy
insignificante” u “Oh Señor, yo soy un pecador
insignificante”, después de todo tienen que tener
algunos efectos sobre la imagen que uno se hace
de sí mismo. Mientras tal vez no cada mujer con
cáncer de mamas ha estado sometida a ese
acondicionamiento, sí se han arraigado otras
convicciones de ese tipo.

166
El cáncer es una enfermedad de una tensión crónica
extrema. Éste es el resultado final de un largo
conflicto continuo. En cierto modo equivale a un
rechazo de la propia persona, porque casi siempre
participa un fuerte sentimiento de culpa. A eso se
agregan sentimientos de desesperanza y de
frustración y la sensación de ser insuficiente y no
poder dirigir determinados aspectos de la vida.
¿Pero qué es lo que no podemos dirigir realmente
en la vida? La conducta de otras personas (que tal
vez se puede influenciar, pero no dirigir), como
también los sucesos del pasado y del futuro. Es
típico de pacientes con cáncer, que consideran tan
peligroso el mundo, que sin falta habría que ejerce
control, para lo cual, sin embargo, ellos se
consideran incapaces. Y a pesar de todo ellos se
sienten comprometidos a por lo menos intentarlo,
ya que creen que eso es necesario para poder
sobrevivir. De ese modo se origina para la
consciencia del cuerpo el conflicto “Yo tengo que
dirigir / yo no puedo dirigir”. El ejercicio del
control incluye habitualmente intentos de dominar
los propios sentimientos, porque las emociones
que se “salen de control” no sólo son alarmantes,
sino que también producen que uno se sienta débil
y vulnerable. En un mundo peligroso eso puede ser
extraordinariamente amenazante. El cáncer no se
cura por medio de extraer un pedazo del cuerpo o
destruirlo con materias químicas o radiaciones,
sino por medio de dejar de creer en la necesidad
de un control o adquiriendo la convicción de estar
preparado para una tarea así. Si la sensación de
amenaza es menos intensa, pueden, en vez de
cáncer, aparecer tumores benignos.

167
El pulmón

La respiración es casi un símbolo universal de la


vida, y de ese modo el pulmón es el centro de
nuestro deseo, de nuestros anhelos de
experimentar más vida, de acercarnos a otras
personas, de compartir nuestra vida con otros. Por
eso el pulmón es al mismo tiempo el centro de
nuestros temores relacionados con esos aspectos.
Los asmáticos tienen generalmente temores que
tienen relación con este tema. Yo sé eso por
experiencia propia, porque cuando era niño tenía
asma bronquial. Yo “me libré” de los síntomas,
pero años después, cuando participé en un
seminario cuyo propósito era acercarnos a los
problemas emocionales, experimenté una enorme
sensación de liberación en la región del pecho.
Entre fuertes sollozos, sentí y expresé que yo
estaba “bien” así como era (autoestima) y que un
amor universal afloraba en mí. Lo que allí
experimenté fue la solución de los conflictos que
durante todos los años me habían impedido
expresar por completo esos sentimientos. En lo
sucesivo he logrado, a modo de prueba, provocar
una parte de esos síntomas de mi niñez,
reactivando los pensamientos del tiempo de mi
niñez. En cuanto programé de un modo nuevo esos
pensamientos, desaparecieron los síntomas.
Deseo mencionar aquí algunos conflictos típicos de
los asmáticos:

La necesidad de dependencia (lo que generalmente


comienza con uno de los padres) y al mismo
tiempo el deseo de ser independiente;
Desarmonía con el entorno;

168
Deseo de imponerse y al mismo tiempo miedo de
hacerlo (es decir, miedo a encontrarse con
resistencia o rechazo);
Temor de no actuar como otros lo desean o lo
esperan, y al mismo tiempo resentimiento por ser
manipulados por esos otros;
Sentimiento de culpa, por no satisfacer las
expectativas de otros;
Miedo al rechazo de otras personas o a la pérdida de
un ser querido.

Los asmáticos también tienen tendencia al síndrome


de repetición. Conflictos de poca importancia
pueden simplemente conducir a un “dolor” no
especificado en el pecho.

169
Fumar produce con seguridad una contaminación
del pulmón, pero yo estoy convencido que fumar
en sí no causa cáncer. Éste es el resultado de
conflictos emocionales del tipo de los que ya se
han mencionado. Como la respiración poco
profunda es muchas veces una defensa contra la
sensación de miedo, yo pienso que fumar puede
ser una especie de compensación inconsciente, ya
que induce a respirar más profundo. La
respiración profunda conduce también a la
relajación, y de ese modo, fumadores que tratan de
desprenderse de su costumbre de fumar, pueden
estar susceptibles o bajo tensión, porque
adquieren una respiración defensiva poco
profunda. Si los conflictos de miedo se disuelven,
la necesidad habitual de fumar disminuye o
desaparece por completo. Por esa razón, algunos
pueden dejar de fumar de un día para otro,
mientras que otras personas pasan por suplicios,
lo que tal vez sea una forma de autocastigo y de
justificación. Yo naturalmente reconozco que fumar
también puede estar relacionado con la necesidad
de ocupar las manos, como también con la
sensación de deseo oral, con el consuelo que sale
de un ritual conocido y con el deseo de imitar a
otros.

170
Concluyendo con el tema del cáncer pulmonar,
deseo citar el caso de una persona muy cercana a
mí, que murió de esa enfermedad. Tal como poco
después de su muerte leí en un libro de
psicosomática, es típico de un paciente con cáncer
pulmonar, que ha perdido a uno de sus padres a
una edad inferior a los quince años, que tiene
problemas matrimoniales y que está frustrado en
su trabajo. Esos tres puntos son aplicables en su
caso, y sé que no murió de cáncer, sino de
desesperanza. Pero el cáncer no se presenta
automáticamente cuando se dan esas tres
circunstancias; no obstante, esas circunstancias
crean condiciones básicas en las que se puede
extender la desesperanza.

El corazón y el torrente sanguíneo

En la literatura, en el lenguaje y en las canciones, al


corazón se lo relaciona con el amor, la compasión,
la preocupación, el rechazo, el ansia, el apego, el
temor. Se le “regala el corazón” a una persona
que se ama, o se deja en alguna parte en un lugar
querido, y se siente “sufrimiento del corazón”
cuando el amor no es correspondido. Si uno tiene
compasión con otros, entonces tiene el “corazón
grande”. Si no lo hace, entonces puede ocurrir
que se lo llame “sin corazón”, “corazón duro” o
“corazón frío”. Una pérdida grande nos puede
“romper el corazón”, y le agradecemos “de
corazón” a alguien que comparte nuestros
sentimientos. Se nos puede casi “paralizar el
corazón” de miedo, y misteriosamente se puede
llevar el corazón “sobre la lengua”. Todos esos
sentimientos tienen consecuencias biológicas.

171
El corazón es un músculo y como tal, susceptible a
tensiones agudas o crónicas. Personas con
molestias cardíacas tienen tendencia a querer
bloquear arrebatos de compasión o rechazo. La
compasión se puede interpretar como señal de
debilidad, sobre todo cuando se está convencido
de que el mundo es peligroso y que hay que ser
desconsiderado (es decir, no tener compasión)
para progresar. Probablemente sean más
frecuentes las personas que reprimen su miedo al
rechazo y que tratan desesperadamente de
conseguir amor o aceptación por medio de
rendimiento personal o de acumulación de dinero y
bienes materiales. Una persona así es designada a
menudo como personalidad del tipo A.
Característico de ese tipo de persona es que está
impulsada por la necesidad de producir alguna
prueba material de su propio valor, porque sin ésta
se sentiría insignificante – que no merece amor.
Servirá de poco decirle a una de esas personas
que debe relajarse y tomar las cosas con más
calma, mientras ésta no comience a comprender
que no necesita probar lo que vale buscando
agradarle a otros. Muy a menudo una persona de
esas se ve tan exigida a producir pruebas, que
finalmente apenas sigue percibiendo a aquellos
por los cuales cree hacer todo eso, y de ese modo
los pierde. A veces tratará todavía de comprar el
amor de sus padres, cuando éstos, o ya hayan
muerto hace tiempo, o se nieguen a dejarse
impresionar por lo que sea. Lo que necesita la
mayoría de los pacientes con problemas al
corazón, es una nueva forma de ver la vida, una
actitud que elimina el miedo al rechazo y lo
reemplaza por una auténtica autoestima.

172
El torrente sanguíneo tiene conexión con el corazón
y está expuesto a dificultades como presión
sanguínea alta, anemia y leucemia. Esos
problemas tienen en común, que están
relacionados con la creencia en la propia
debilidad, incapacidad y desamparo, a lo que se
agrega una gran cantidad de resentimiento, de que
a uno lo tratan de acuerdo con esa convicción.
También puede mezclarse el enojo consigo mismo,
por no estar en condiciones de dominar mejor las
cosas. A las personas con esa actitud de vida,
generalmente les gusta mucho manipular y están
extremadamente enfadadas cuando ellas son
manipuladas. Muchas veces la leucemia se origina
especialmente después de la drástica pérdida de
uno de los padres o de un trabajo, ligada con una
intensa sensación de frustración, porque no se
puede cambiar la situación. A ese tipo de
personas por lo general no les resulta fácil
expresar sus sentimientos. Si pudieran hacerlo,
con eso la tensión disminuiría considerablemente.

La parte superior de la espalda

173
Así como nos enteramos del rechazo de otros a
través de la región del pecho, es la espalda la
región a través de la cual nosotros mismos
frecuentemente rechazamos a otros. Eso ocurre,
por ejemplo, cuando “se le da vuelta la espalda” a
alguien. Las molestias en esa región pueden
presentarse cuando uno cae en un conflicto, si
ante la agresividad de otra persona debe o no
“emprender la retirada dando la espalda” o cuando
uno se queda con algo que sabe que en realidad no
debería guardarse (lo guarda detrás de uno, en la
espalda), o también cuando uno retiene el apoyo o
ayuda que otro necesita (lo deja detrás, en la
espalda). Pero tal vez las molestias más frecuentes
en esa región son cuando uno no tiene “espalda
ancha”, se siente atormentado por otros de
sobremanera y está harto de tenerlos “sobre la
espalda”. Conocí a un hombre joven cuya espalda
estaba llena de granos, hasta que dejó la casa de
sus padres y tomó su propio camino. Observe por
favor: La causa de las molestias no es el hecho
de que a uno lo atormenten, sino la propia
negación a expresar los sentimientos causados
por ese hecho, y naturalmente también la
convicción de que a uno lo atormentan.

El diafragma

174
El diafragma es una capa muscular y de tendones,
que separa la zona del pecho de la cavidad
abdominal. Su función normal consiste en ayudar a
la respiración, pero muchas personas lo utilizan
para obstruir la respiración y para bloquear
sensaciones de miedo que se presenten. En tales
casos el diafragma se pone duro como un tambor.
Eso puede ir tan lejos, que se olvida por completo
cómo es respirar profundo.
Es completamente natural que en el transcurso de
un ciclo de respiración libre y profundo, la parte
superior del vientre se arquee levemente hacia
fuera. Pero eso es solamente posible si se permite
que se relaje el diafragma. Si el diafragma está
crónicamente tenso, no se puede aprovechar por
completo la capacidad respiratoria. Biológicamente
eso significa una disminución de la afluencia de
oxígeno. En el plano emocional eso impide que
surjan sentimientos desagradables. En el plano
mental, eso es por fin un intento de autodominio.
Personas con las que trabajo y que emplean la
respiración consciente y profunda para disolver la
tensión del diafragma, cuentan que al principio
tienen la terrible sensación de “partirse” y luego
un aluvión de emociones y recuerdos que se siente
abrumador. Después que éste se ha calmado, ellas
se sienten “purificadas”, como si se hubieran
desahogado completamente llorando.
Existen muchas técnicas diferentes para relajar el
diafragma, pero la mejor que he encontrado es reír.
Una considerable dosis de risa lo animará y
liberará una enorme cantidad de tensión
estancada. A la risa se la ha llamado “la mejor
medicina” y por buenas razones. Purifica mejor
que el llanto o medicamentos. Y lo mejor de todo
es reírnos de nosotros mismos.

175
Capítulo 10

Región III – El centro de la seguridad

176
Como pertenecientes a esta región yo considero la
cavidad estomacal, la pelvis y la parte inferior de
la espalda. Esta es una región de los impulsos
primarios instintivos, todos los cuales tienen
relación de una u otra manera con nuestra
necesidad de seguridad y alimento, como también
con nuestra necesidad de compartir con otros este
mundo físico nuestro. Esta es la región que tiene
que ver con afecto y falta de afecto, como también
con posesión y respaldo.

El estómago

El estómago es, en lo que se refiere a instinto de


hambre, la zona más importante. El estómago
recibe nuestro alimento y lo digiere. Duele cuando
está demasiado vacío, un mensaje destinado a
inducirnos a emprender algo contra ese estado. El
consumo de alimento es una de las primeras
sensaciones de placer que experimentamos en
nuestra vida. Llenar el estómago nos da sensación
de relajamiento, de reanimación y de seguridad.
Pero como ya he mencionado, comer, además de
servir para nuestra alimentación, sirve también
para otras cosas.

177
Como nosotros, para nuestro primer consumo de
alimento, dependemos de otros, establecemos una
relación entre su efecto en el estómago y la
pregunta, cuánto le importamos a otros. Ese
afecto de otros se convierte en equivalente de
supervivencia y seguridad. Ya que necesitamos
alimento para poder vivir. Y así es efectivamente
posible que “tengamos hambre” de cariño. Si
alguien cree no recibir o no poder recibir
suficiente afecto para satisfacer ese apetito,
entonces adoptará en general una de las dos
siguientes formas de conducta como escape.
Una de éstas consiste en reemplazar el cariño por la
comida, y desempeña un papel importante como
causa de sobrepeso. Por eso muchas personas
gordas están obsesionadas por los dulces, porque
en éstos, más que en todos los demás alimentos,
se ve un equivalente al cariño. Personas que
padecen de hambre de dulces, en realidad padecen
de hambre de cariño. Así de sencillas son las
cosas. Como el exceso de comida es un substituto,
el verdadero sentimiento es reprimido, de manera
que los afectados a menudo se niegan a reconocer
frente a sí mismos o a otros, que es lo que les falta
en realidad.
La segunda posible forma de conducta consiste en
reducir “inconscientemente” el estómago y con
eso disminuir la necesidad de alimento, o sea, de
cariño. Eso puede llevar a un adelgazamiento
extremo. Ese es un intento de refutar la
necesidad, de modo que el sentimiento de
seguridad esté menos amenazado. Sin embargo, la
tensión permanece.

Alimento

178
El alimento también es sinónimo de seguridad
material, lo que explica por qué los conflictos
laborales y la escasa satisfacción en el área de
trabajo, a menudo conducen a dolores de
estómago. De ahí viene el dicho que éstos se
sienten “como patada en la guata”. Cuando alguien
es “devorado” por la ocupación o por inseguridad
económica, perfectamente puede ser que éstas, en
forma de úlceras, devoren el revestimiento interior
del estómago, la mucosa estomacal. Los dolores
de estómago también pueden presentarse cuando
se teme por sus bienes. Naturalmente la amenaza
de pérdida de determinadas personas en nuestra
vida, que sentimos muy cercanas, también puede
ocasionar molestias estomacales. A las
sensaciones que acompañan a una potencial
pérdida de ese tipo, las llamamos celos, aunque en
este caso, temores al rechazo también pueden
desempeñar un papel. Igualmente la envidia, la
sensación de que tendríamos que tener algo que
otros tienen, puede dañar el estómago. El alimento
también puede equivaler a ideas. Si las opiniones
de alguien nos pueden parecer “indigestas”, o si
“tenemos primero que digerir” lo que hemos
escuchado. Una idea también puede ser
“repugnante”. ¿No es como para dar “náuseas”
cuando uno piensa lo que de vez en cuando hace
contra sí mismo?

La vesícula

179
Este órgano tiene la labor de almacenar una
substancia amarga producida por el hígado,
llamada bilis, y traspasarla al intestino delgado,
donde contribuye a la reducción de grasa de
nuestro alimento. Los aspectos emocionales están
ligados con significados secundarios de la palabra
“bilis”. De una persona inusualmente maliciosa y
descarada, decimos que “esparce veneno y bilis”.
Si uno se desahoga, entonces “a uno le rebalsa la
bilis”. Las asociaciones entre bilis y rencor o
enojo son muy antiguas. Si uno permite que el
rencor que siente por otros se estanque, éste se
puede endurecer formando un cálculo biliar, lo que
es una forma sumamente dolorosa de nuestro
cuerpo de decirnos que tenemos que cambiar
nuestra forma de pensar.

El intestino

El intestino conduce el proceso de digestión hasta


el final y prepara los productos de desecho para la
excreción. El intestino es una zona de “retención”.
Usted posiblemente ha escuchado de niños
pequeños que retienen sus excrementos, para
rebelarse contra su madre. Pues bien, los adultos
hacen exactamente lo mismo, y de esa manera
intentan aferrarse a situaciones o personas. El
resultado es un estreñimiento crónico o también
úlceras u otras molestias en la zona intestinal.
Como esas personas no están en condiciones de
dirigir las circunstancias externas, tratan de
producir un reemplazo que esté bajo su control.
En cuanto aprenden a “aflojar”, el cuerpo vuelve a
trabajar en forma normal.

180
El intestino es también un “recipiente” para muchos
sentimientos que tienen que ver con afecto y
seguridad. Lo que designamos como panza, no es
tanto el estómago como más bien el intestino
dilatado de personas que tienen dificultad para
expresar sus verdaderas necesidades. Las hernias
en el intestino son consecuencia de tensiones y
conflictos que están relacionados con los mismos
temas.
Las inflamaciones del ano y las hemorroides se
deben a que uno se aferra a personas o cosas que
le parecen que se le escurren. En el caso de la
diarrea en cambio, se trata más bien de un intento
desesperado de desprenderse de algo que no se
quiere o de huir de una situación. Ese fue con toda
seguridad el caso, cuando nosotros como reclutas,
todos teníamos diarrea en el campamento de
entrenamiento. Tengo la fuerte sospecha de que
tales molestias, que se presentan en viajeros que
se quedan en un país extranjero lejos de su patria,
en realidad reflejan un rechazo semi- inconsciente
de su entorno momentáneo. En todos los siete
años de mis viajes por la selva africana, no tuve
diarrea ni una sola vez. Yo disfrutaba la aventura.
Recién me vino a dar diarrea cuando regresé a la
ciudad para retomar el trabajo de oficina.

181
El apéndice es una protuberancia del intestino en
forma de dedo, que recibe materias tóxicas.
Basándome en mi trabajo con personas que habían
tenido alguna vez una inflamación del apéndice,
soy de la opinión que eso se presenta, como
ocurre también con los cálculos biliares, cuando
ha sido retenido a través de mucho tiempo el
rencor contra alguien o algo. Una mujer pudo por
lo menos establecer una clara relación entre su
inflamación del apéndice y dos años de
sentimientos muy amargos frente a un determinado
hombre.

El hígado

El hígado tiene la función de almacenar azúcar,


producir líquido biliar y filtrar diferentes tóxicos
de la sangre. También puede ser un depósito de
una porción considerable de miedo reprimido por
cariño frustrado o una aversión contra sí mismo.
Personas que “viven bien” – es decir, aquellas que
se saturan con alcohol y comida pesada para
cubrir sus frustraciones - tienen a menudo daños
al hígado.

182
El consumo exagerado de bebidas alcohólicas tiene
un efecto muy perjudicial sobre el hígado, y
también desempeña un papel en un síndrome
emocional complejo. No se bebe en exceso por
haber llegado a ser dependiente del alcohol
mismo. Se bebe porque el alcohol produce algo
que se cree que se necesita para sobrevivir, y eso
es un momento de liberación de una tensión
insoportable, gracias al efecto relajante del
alcohol, un substituto del cariño, porque el alcohol
es transformado en azúcar en el cuerpo y produce
un aturdimiento que contribuye a protegerse de
sentimientos temibles. El hígado no se perjudica
solamente porque no puede dominar la excesiva
carga tóxica, sino porque también está expuesto
a tensiones emocionales, que hacen surgir un
deseo de los placeres del alcohol. Se tiene en
general la opinión de que el alcoholismo no tiene
curación, porque representa una dependencia
física, y que por eso la única solución es la
abstinencia total. Un médico de California afirma,
sin embargo, poder sanar alcohólicos,
ayudándoles a averiguar y a cambiar las
convicciones en que se basan sus conflictos
emocionales y por consiguiente su problema de
alcohol. Escuché una conversación entre dos de
sus ex pacientes. Ellos decían concordando, que el
alcohol hacía tiempo que ya no era una necesidad
para ellos, pero que bebían algo ocasionalmente
cuando tenían deseos de hacerlo. Una vez que está
disuelto el conflicto que sirve de base, desaparece
también la necesidad del consumo exagerado de
alcohol que tenía que cubrir ese conflicto. El
alcoholismo puede muy bien ser superado, porque
es una adicción emocional y no corporal. La clave
para eso son el deseo y la voluntad de cambiar la

183
forma de pensar que ha conducido a reprimir
enojo y frustración.
La obsesión por la comida y la consiguiente
obesidad tienen, en lo que se refiere a causa y
efecto, semejanzas notorias con el alcoholismo.
También en este caso el hígado es afectado por
medio de sobrecarga, como también como centro
de tensiones. Tal como ya se ha mencionado, el
consumo de alimento tiene por un lado un efecto
relajante y contribuye así a una liberación
transitoria de estados de tensión, y por el otro lado
sirve como reemplazo a la falta de cariño. Una
capa de grasa puede servir para varios propósitos.
Es una especie de reserva de seguridad contra
situaciones de carencia material o emocional. Es
también energía almacenada – energía emocional,
cuya base es habitualmente una porción
considerable de enojo y frustración. Esa energía
también puede adoptar forma de miedo, y en ese
caso la zona con grasa actúa como una especie de
coraza, un “tope” que mantiene a otros a
distancia, mientras que la persona respectiva tal
vez sienta en el fondo ansias de cercanía. En
algunos casos se usa finalmente para aumentar la
propia importancia y apariencia, como símbolo de
poder y del deseo de “tener más peso”.

Los riñones y la vejiga

184
Los dos riñones, en cada uno de los cuales hay una
glándula suprarrenal que produce adrenalina,
filtran la sangre y transforman materia tóxica en
orina. La medicina occidental ve una relación
directa entre los riñones y también las glándulas
suprarrenales, y la función sexual. Yo tiendo a
estar de acuerdo con eso, ya que la orina se vierte
a través de la zona sexual, y la consciencia
corporal produce conexiones a través de
semejanzas funcionales. Eso significa que las
molestias a los riñones probablemente estén
estrechamente ligadas con conflictos emocionales
referentes a la sexualidad. Aunque eso hasta
ahora es solamente especulación, se puede tomar
como seguro de que están en juego algunos
mecanismos de represión, típicos de la Región III.
Partiendo de los casos de las personas que me
han consultado, estoy seguro que entre la vejiga,
donde se junta la orina entregada por los riñones,
y la forma de pensar con respecto a la sexualidad,
existe una conexión, y que las infecciones a la
vejiga son atribuibles a tensiones que provienen
de sensaciones sexuales reprimidas.

El páncreas y el bazo

185
Esos dos órganos producen hormonas que influyen
en la composición de la sangre, especialmente en
el nivel de azúcar y de insulina. El sentimiento
reprimido que desempeña un papel en este caso,
es habitualmente una fuerte indignación por la
pérdida o amenaza de pérdida de afecto y
seguridad. El diabético típico, por ejemplo, es una
persona muy irritable, que tiene tal miedo de su
ira, que la cubre con aparente docilidad y
desamparo. No sorprende que éste tenga, además,
un intenso deseo de comer (que como sabemos, es
un reemplazo del cariño) y frecuentemente un
profundo resentimiento contra sus padres, porque
no le han dado o no le dan tanto cariño como él
necesita. La hipoglicemia, que de vez en cuando se
la designa como lo contrario de la diabetes, es tal
vez el resultado de represiones y conflictos
similares, que sólo son expresados de otra
manera. Al bazo se le relacionó durante mucho
tiempo con enojo y frustración.

La parte inferior de la espalda

186
¿Se ha esforzado usted alguna vez para hacerle un
favor a alguien que no supo valorarlo? Si es así,
bien puede ser que usted haya adquirido dolores
en la parte inferior de la espalda. Los dolores en
esa región casi siempre son atribuibles a que
retenemos (mantenemos detrás de nosotros, en
nuestra “espalda”) nuestro resentimiento que
sentimos por personas que amenazan nuestra
seguridad o nuestra base existencial. Los dolores
de espalda también pueden ser un intento
inconsciente de retirarse (correrse hacia “atrás”)
de una cosa, es decir, escapar de algo que no se
desea hacer. Yo obtuve una vez dolores tan
intensos en la parte inferior de la espalda, que no
me pude mover durante horas, lo que
“casualmente” tuvo como consecuencia que perdí
mi empleo. Éste había consistido en cargar un
camión con sacos de cemento. En ese tiempo yo
no me daba cuenta de la relación, pero estaba muy
contento de no tener que volver al trabajo. Existen
remedios contra dolores de espalda, muchísimo
mejores que los medicamentos, y esos son
masajes, compresas calientes, meditaciones de
relajamiento y especialmente, la disolución de
nuestro conflicto.

Los órganos genitales

187
Tal como usted tal vez piensa, las molestias en los
órganos genitales y los problemas de la función
sexual tienen relación con miedos, sentimientos de
culpa y resentimiento, que tienen que ver con
sexualidad y relaciones sexuales. Esa relación es
bastante evidente en problemas como impotencia y
frigidez, pero según mi opinión, las dificultades en
la próstata y las enfermedades venéreas también
se deberían clasificar en esa categoría. Los
conflictos de pensamiento están detrás de todas
las enfermedades. Sin conflicto no se llega a
ninguna enfermedad. Con las opiniones sobre la
sexualidad que se extienden en nuestra sociedad,
es un milagro que las enfermedades venéreas no
se hayan propagado más aún. Eso hay que
atribuirlo a que todos nosotros inconscientemente
elegimos nuestra propia forma de expresión para
nuestros conflictos, y para esa elección nuestra
tenemos motivos propios.
No sólo son simplemente los conflictos conectados
con deseos sexuales los que causan los
problemas. El deseo sexual es instintivo, pero
también lo son, el deseo de cariño, seguridad,
compañía, posesión y – poder. En nuestra
sociedad la sexualidad puede simbolizar
cualquiera de esos aspectos, y de acuerdo con
eso, los problemas sexuales pueden provenir de
represión de cualquiera de esas áreas. Existen
personas que son tan “imaginativas”, que incluso
pueden utilizar un disturbio de la función sexual
para ejercer poder sobre otros.

188
Me acuerdo de un ejemplo especialmente
convincente; un hombre que era estéril (es decir,
no producía semen vivo) exclusivamente en los
días del mes en los que su esposa podía concebir.
Eso con seguridad no ocurría conscientemente.
Bien consciente estaba, por el contrario, de que él
reprimía un profundo resentimiento contra ella y el
deseo de vengarse de ella de alguna manera. Él no
quería expresar esos sentimientos, pero éstos eran
tan intensos, que su cuerpo los transformaba lo
mejor que podía.
La impotencia y la frigidez son ejemplos aún más
claros de ese tipo de juego por el poder, mientras
no sean el resultado de temores sexuales. En todo
caso, sus causas son la represión y la tensión, y
éstas jamás son saludables.

189
Asó como la risa es el mejor remedio para aliviar la
tensión en la región II, el orgasmo es el mejor para
la región III. Desgraciadamente muchas personas,
a causa de diferentes ideas basadas en el miedo,
no experimentan esa beneficiosa liberación en
toda su magnitud. De ese modo, hay mujeres que
nunca o sólo rara vez experimentan un orgasmo y
hombres que no tienen más que una mera
eyaculación, que casi no se puede considerar
como orgasmo. Un auténtico orgasmo no sólo se
siente bien, sino que también trae consigo
contracciones musculares involuntarias, que son
parte del proceso de disolución de tensiones.
Aparte del miedo de que la sexualidad podría ser
mala, y del temor por el otro sexo, el motivo más
ampliamente difundido de un orgasmo incompleto
o de no tener ninguno, que he encontrado tanto en
hombres como en mujeres, es el miedo a perder el
control sobre sí mismo. Éste está conectado con
ideas de seguridad y confianza y con el
convencimiento de que demasiado placer o el
abandono del autodominio conducen a la
autodestrucción. Pero esas son solamente ideas
sobre la realidad y no la realidad misma. Nuestro
cuerpo está creado de manera exquisita para
experimentar una inmensa alegría y placer, por
medio de mecanismos naturales para aliviar la
tensión, como la risa y el orgasmo. Usted tiene la
posibilidad de desarrollar una actitud que le
permita hacer pleno uso de esos mecanismos que
promueven la salud.

190
Capítulo 11

Región IV – El centro del desarrollo

Las piernas y los pies, de los cuales se compone


esta región, reflejan nuestros sentimientos y
pensamientos, referentes a situación, condición,
rango en la vida, nuestra sensación de autonomía,
nuestras reacciones ante el desarrollo, los
cambios y la inseguridad.

Los muslos

A pesar del título, una parte de lo que sigue rige


inevitablemente para las piernas completas.
Hace algunos años se dirigió a mí una mujer ligada a
la silla de ruedas, que quería saber si mis
métodos podían hacer algo por ella. Tenía
alrededor de cuarenta años de edad. Sus piernas
estaban completamente paralizadas desde la edad
de trece años, y desde hace muchos años
totalmente insensibles. Según me contó, los
médicos le habían dicho que para eso no había
ninguna causa orgánica, es decir, ninguna
enfermedad o degeneración.

191
Primero la hice hacer algunos ejercicios de
imaginación, y dentro de tres semanas sintió, feliz
y sorprendida, una corriente de calor en sus
piernas. Le dije que continuara con los ejercicios
y comenzó a trabajar en su pensamiento que
estaba detrás de la parálisis. Ésta se había
presentado cuando ella, después de una
experiencia traumática con compañeros del
colegio, había corrido a la casa. Cuando había
llegado, había comenzado la parálisis, y ella no
había podido mover más sus piernas desde
entonces. Aunque ella entró en detalles sólo de
mala gana, se evidenció que en ese entonces ella
había sido inusualmente grande para su edad.
Ahora comenzó a darse cuenta que la parálisis
podría haber sido un medio drástico contra el
hecho de sobresalir (lo que se siente muy
desagradable a los trece años de edad) y contra
las bromas y otras crueldades habituales en esa
edad. Al estar permanentemente sentada ya no era
más un “palo flaco y largo”, y además, recibía
compasión.

192
Cuando trabajamos en patrones de creencia y en
flujo de energía, despertó cada vez más
sensibilidad en sus piernas. Se hizo evidente que
ella tenía una verdadera posibilidad de poder
nuevamente estar de pie y caminar. Sin embargo,
en esa etapa ella suspendió el tratamiento, y no la
he vuelto a ver nunca más. Evidentemente la
perspectiva de tener que confrontarse nuevamente
con el hecho de que era muy grande, era más de
lo que ella podía soportar. Y no sólo estaba
presente ese temor. También estaba amenazada su
condición de importante colaboradora de una
organización de inválidos, donde tenía muchos
amigos. Según los conceptos de su estrategia
personal de supervivencia, ella hizo la mejor
elección posible. Eso indica que si queremos
cambiar algo realmente, tenemos que darle
prioridad a los efectos de ese cambio sobre la
comodidad de los dolores e inconvenientes con
los que estamos familiarizados.

193
Me visitó todavía otra mujer con una parálisis
parcial. Ella arrastraba una pierna, porque la
articulación de la cadera no tenía libertad de
movimiento. Un tratamiento médico no había dado
resultado, una operación no era aconsejable, y
así, yo trabajaba con ella estimulando el flujo de
energía y examinando de cerca los patrones de
creencia relacionados con sus síntomas. Las
técnicas energéticas solamente dieron un
resultado parcial. Después de una fuerte
estimulación del flujo de energía, ella podía sin
problemas ir de un extremo de la pieza al otro,
pero las molestias continuamente volvían pronto.
Una vez ella visitó a un curandero que se
especializaba en corrientes muy fuertes de
energía. Después del tratamiento ella pudo caminar
en forma normal durante dos días, antes de que
aparecieran de nuevo las molestias. Estaba claro
que ese tratamiento tenía conexión con una
tensión extrema, que el flujo de energía podía
liberar sólo por un tiempo, ya que la idea en la que
se basaba el problema no había sido afectada por
éste. No fue difícil detectar esa idea. Las
molestias habían comenzado cuando la mujer tuvo
que mudarse de casa contra su voluntad. La
resistencia contra ese cambio había permanecido
y se reflejaba en que ella arrastraba un pie.
Desgraciadamente ella, incluso después que se
había enterado de las conexiones, seguía
negándose a aceptar el cambio de lugar, y de ese
modo sus molestias permanecían. Si un día
estuviera dispuesta a aceptarlo, se sanaría sin
ayuda.

194
Usted conoce la expresión “paralizado de miedo”. Si
el miedo es crónico, la parálisis se presenta
corporalmente. En el fondo ésta es una estrategia
de supervivencia. En un momento de peligro
amenazante se puede permanecer inadvertido por
medio de una incapacidad transitoria de
movimiento y de ese modo escapar con vida. Eso
ha funcionado en casos en que personas se han
visto frente a leones u osos. Algunos animales,
como el conejo y el opossum, regularmente
utilizan esa estrategia por naturaleza. También
personas tal vez recurren a esa estrategia para
escapar de una situación desagradable o temible, o
cuando tienen miedo de tomar una decisión entre
dos alternativas. Una manifestación de parálisis
también se puede atribuir a una resistencia contra
algún cambio.
Si alguien tiene tendencia a juntar grasa, también
se puede juntar grasa en los muslos, pero no tiene
que ser así. En el caso de acumulación de grasa en
las caderas y muslos es también posible un nexo
con el amor o bien con la sexualidad. Pero
también sería útil investigar si uno se siente
obstaculizado en el progreso, especialmente en el
área profesional. Me he encontrado con frecuencia
con ese tipo de convicciones, especialmente en
mujeres.

Las rodillas

195
Cuando era adolescente, poco antes de cambiarme
a la escuela secundaria, me aparecieron dolorosas
hinchazones en las dos piernas, exactamente
debajo de la rótula. El médico local de la pequeña
ciudad en la que yo vivía, diagnosticó cáncer, y yo
fui regularmente durante muchas semanas a
radiación en su consulta. Los problemas
principales consistían en que yo tenía grandes
dificultades para doblar las rodillas, y que
constantemente chocaba en alguna parte y gritaba
de dolor. Finalmente me enviaron a un especialista
de un hospital grande de la ciudad, que cuando
era niño “casualmente” había tenido las mismas
molestias y que de inmediato las reconoció como
síndrome de Osgood-Schlatter. Es bastante poco
común y habitualmente se debe a un crecimiento
inusualmente rápido. El médico me recetó mucha
leche, mucha tranquilidad y vendajes de apoyo.
Las molestias sólo disminuían lentamente, y
demoró un año hasta que la hipersensibilidad en
esa región estuvo completamente superada.

196
En ese tiempo eso naturalmente era simplemente
algo con lo que tenía que vivir. Años después yo
estaba en condiciones de investigar el
pensamiento en que se basaban las molestias.
Expresado en forma sencilla, las molestias eran la
consecuencia llevada al extremo, del hecho de que
yo no quería someterme a mi padre, a quien
consideraba tiránico (en lo cual hay que ver el
hecho de doblar las rodillas como símbolo de
sometimiento). Al mismo tiempo me sentía
culpable porque pensaba así, y me castigaba a mí
mismo golpeándome en cada ocasión las partes
sensibles contra algo. Hoy tengo en claro dos
cosas: Mi padre no era en absoluto tan tiránico, y
las molestias no se habrían presentado si yo no
hubiera sido tan voluntarioso e inflexible.
Nuestras rodillas reflejan nuestros sentimientos
referentes a modestia, sometimiento bajo una
autoridad y flexibilidad en asuntos de jerarquía,
como también de temores que tienen relación con
que defendemos nuestra posición y que tenemos
que “enfrentarnos” a inseguridades y posibles
riesgos. Yo me acuerdo que en la marina ocurría
una y otra vez, que hombres a los que obligaban a
estar parados en posición firme durante horas, se
desplomaban. Tenían las rodillas bloqueadas y los
músculos de las piernas tan tensos, que en algún
momento se interrumpía la afluencia de la sangre
al cerebro. La idea de lo que podría ocurrir si
cedían un momento, los hacía “quedar como piedra
de miedo”. Y seguramente usted sabe también que
con determinadas sensaciones de miedo nuestras
rodillas literalmente pueden temblar.

Las pantorrillas

197
Cuando más se ponen a prueba las pantorrillas es
probablemente cuando caminamos o corremos, y
por eso no es sorprendente que éstas a menudo
reflejen nuestros sentimientos referentes a nuestro
progreso profesional, “nuestro ascenso en la
escala social”, como también nuestra huida de
situaciones desagradables. Algunas personas que
les atribuyen un enorme valor a esas cosas, tienen
pantorrillas bien desarrolladas, que dan la
impresión de que sus dueños fueran muy
deportistas, mientras que éstos no hacen otra cosa
que estar sentados en el escritorio o delante de la
televisión. Eso se debe a las frecuentes señales
inconscientes de partida, que los músculos siguen
ejercitando también cuando la persona está
sentada.

198
Las molestias que tal vez se presentan más
frecuentemente en esa región son las várices,
aunque éstas también pueden aparecer en otra
parte. Los síntomas son piernas hinchadas,
calambres, cansancio o dolores después de estar
de pie por mucho rato y nudos bastante feos de
venas dilatadas directamente bajo la piel. Las
venas, que tienen la labor de llevar de vuelta la
sangre al corazón, contienen pequeñas válvulas
que le impiden a la sangre fluir de vuelta hacia
abajo a causa de la fuerza de gravedad. En algunas
personas, especialmente en mujeres embarazadas,
gente con sobrepeso y personas que en su trabajo
tienen que estar mucho de pie, falla una parte de
esas válvulas. A causa de eso la sangre fluye de
vuelta y dilata las venas. Sin embargo, los dolores
y los disturbios en el funcionamiento siempre
tienen relación con tensión. Ésta es la causa de
los síntomas. El asunto necesita todavía más
investigación, pero yo pienso que en este caso
tenemos que ver con un “síndrome de escape”,
con una resistencia contra determinadas
circunstancias, que ocasionan una tensión crónica
y como consecuencia, hinchazones, cansancio,
dolores y fallas en las válvulas de las venas de las
piernas. Teóricamente, una disolución del conflicto
tendría que darle al cuerpo la posibilidad de
regenerar las venas, pero no sé si eso ha sido
comprobado alguna vez.

Los tobillos

199
Nuestro sentido de autonomía, la capacidad de
mantenernos nosotros mismos, se muestra a
menudo en la constitución de nuestros tobillos.
Aunque en eso también las rodillas desempeñan
un papel, en los tobillos están los puntos en que el
cuerpo principalmente se apoya al estar de pie. Si
los tobillos ceden, nosotros nos caemos (o
fallamos). Aquí pueden acumularse tensiones
considerables y causar tobillos hinchados o
abultados, como también diferentes tipos de
lesiones. Un esguince o incluso un hueso
quebrado puede ser adicionalmente la solución
que nuestro cuerpo ha encontrado para liberarnos
de una situación indeseable, o tal vez también un
castigo por haber actuado contra nuestra
conciencia.

Los pies

En los pies se reflejan tantos sentimientos y


convicciones, que es difícil valorar todos
debidamente.
Conflictos acerca de ser independientes (“estar
parado sobre los propios pies”) pueden en este
caso ocasionar problemas. Los pies planos
representan tal vez el deseo inconsciente de estar
mejor “conectado con la tierra”, tener más
seguridad referente a posición o estatus - una
palabra, que como usted probablemente sepa,
viene del verbo “estar de pie”.

200
Dedos del pie curvados crónicamente hacia abajo,
son tal vez un intento de echar pie firme
(consolidarse) en la vida; curvados hacia arriba, en
cambio, un intento de sublevarse contra algo o de
librarse de algo. Dedos del pie cruzados uno sobre
otro podrían significar arrimarse como una especie
de reacción de miedo.
Existe un método de tratamiento con el nombre de
“masajes o terapia de las zonas reflejas de los
pies”, que se basa en la opinión de que en las
plantas de los pies hay determinados “puntos
reflejos”, que corresponden a diferentes regiones
del cuerpo y órganos. En caso de fallas en las
funciones, los puntos correspondientes reaccionan
con un dolor más o menos intenso al presionarlos.
Fisiológicamente, una conexión así parece
imposible, y solamente uno de los puntos –
exactamente al medio – forma parte del sistema de
acupuntura. Pese a eso – lo puedo comprobar por
experiencia propia - el masaje en esos puntos
tiene una influencia decisiva sobre el cuerpo.
Parece no tener ningún sentido, pero funciona. De
ese modo, uno se puede sentir mejor en general,
después de un minucioso masaje haciendo presión
y amasando, o incluso después de un largo baño
de pies para relajarlos.
Con este capítulo finalizamos la exposición de las
regiones del cuerpo por separado. Ésta puede ser
incompleta, pero su objetivo principal es inducirlo
a usted a pensar en su cuerpo como el reflejo de
sus pensamientos y sentimientos. Los capítulos
siguientes indican cómo usted puede cambiar
“imágenes reflejadas” a las que renunciaría
gustoso.

201
Tercera parte

Técnicas

202
Capítulo 12

Terapia de pensamiento

203
En las técnicas de las cuales se hablará en este
capítulo, el énfasis está en el trabajo directo con
las ideas que tenemos de nosotros mismos y de
nuestra vida y su relación con nuestro estado de
salud. Habrá naturalmente algunas semejanzas con
otras técnicas por tratar, pero usted no debe
preocuparse por diferencias sutiles. Mis categorías
están elegidas bastante al azar y le darán
solamente una primera base para el estudio y la
práctica. En el uso práctico usted probablemente
combinará al fin y al cabo técnicas de diferentes
formas de terapia, y así está pensado en realidad.

Solución de conflictos

204
Usted entretanto se ha enterado que las
enfermedades se deben a un conflicto interno, un
conflicto de pensamientos. Una vez que éste está
solucionado, el cuerpo comienza a sanarse por sí
mismo. El camino más directo hacia una solución
consiste en ocuparse de las ideas contradictorias
y renunciar a una de ellas. La forma más sencilla
para realizar esto es cuando una de las ideas
implicadas pertenece a la categoría “debería”. Si a
usted, por ejemplo, le da dolor de cabeza, porque
piensa que tiene que hacer una cosa mejor o de
otra manera, entonces abandone esos
pensamientos. A veces ya es suficiente con decir
simplemente “¿Por qué debería hacer esto en
realidad?” Y si tiene dolores de estómago, porque
otros no hacen lo que según su opinión deberían
hacer, entonces dígase a sí mismo “¿Por qué
deberían en realidad hacer eso?” y acepte el
hecho de que no lo hagan. Esta técnica se puede
aplicar con cualquier conflicto en sus
pensamientos. El prerrequisito es, sin embargo,
que usted conozca la esencia del conflicto. Para
aclararla tendrá eventualmente que recurrir,
además, a la ayuda de otras técnicas. ¿Suena todo
esto como si fuera más fácil decirlo que hacerlo?
Por supuesto es más fácil decirlo que hacerlo.
Todo depende de cuánto interés tiene usted por
mejorarse.

Nueva interpretación

205
Nosotros creamos nuestra propia realidad de
muchas maneras. Una de éstas es nuestra
interpretación de los sucesos. Si usted, por
ejemplo, es criticado por otros, puede ver en eso
una señal de su propia incapacidad o también un
ataque contra el cual tiene que defenderse. Usted
bien puede también interpretar la crítica como falta
de comprensión. Cómo usted la interpreta, se
puede expresar claramente en su estado de salud.
Mi hijo mostraba una vez señales de una gripe,
después que había perdido un reloj de pulsera. Él
interpretaba esa experiencia como una pérdida
grave que enfrentaba desvalido. Con eso se
originó una tensión indisoluble. Cuando lo induje a
comprender que sin problemas se podía conseguir
un reloj nuevo, y que ese reloj ya estaba perdido,
pero que para reemplazarlo había miles a
disposición, él estuvo en condiciones de
interpretar la pérdida como un suceso que no
enfrentaba desvalido. Sus síntomas de gripe
desaparecieron dentro de una hora.

206
En otro caso yo trabajaba con una escritora, que
interpretaba el “rechazo” que había tenido por
parte de una revista, como rechazo a su persona,
lo que tuvo como consecuencia diferentes
síntomas de enfermedad. Éstos se curaron cuando
induje a la mujer a interpretar el suceso en el
sentido de que la redacción había decidido no usar
el artículo, en vez de ver en eso un rechazo. Las
palabras ejercen un enorme poder, porque pueden
ocasionar muchos tipos de asociaciones
emocionales. Si usted sabe que sus molestias
corporales se deben a un determinado suceso,
entonces examine minuciosamente cuáles palabras
utiliza para recordarlo, y si no hay también otras
posibilidades válidas para describirlo,
posibilidades que cambiarían su efecto sobre sus
emociones.

Decisión

Aquí estamos frente a un acto de voluntad y a un


método de sanación inmensamente efectivo. La
única condición previa es que usted esté
comprometido y decidido a sanarse.

207
Cada vez que dirija sus intenciones a un
determinado propósito, usted moviliza todas las
fuentes corporales, mentales y emocionales de
ayuda y pone en marcha un movimiento en la
dirección deseada. Usted comienza a atraer
sucesos, circunstancias y personas que podrían
ser útiles. Muchas personas, sin embargo,
obstaculizan ese flujo por medio de dudas y
temores, lo desvían con intenciones
contradictorias y permanentemente cambiantes o
por medio de pensamientos inútiles como “Tal vez
deba ser que esté enfermo”.
Médicos han constatado a menudo, que en
enfermedades graves, uno de los factores más
importantes para sobrevivir, si bien no el más
importante, es la voluntad, la firme intención del
paciente de sanar en cualquier caso. Al respecto
quiero comentar, que lo mismo también rige para
un simple resfrío o micosis en los pies. Pueden
ocurrir verdaderos milagros cuando la voluntad se
emplea de esa manera. Y para esto no es necesario
ningún esfuerzo, ninguna lucha, sólo la
persistente intención de sanar. No el deseo –
observe por favor – sino la intención, no “Yo deseo
sanar” o “Espero mucho sanar”, sino “Yo sano”.

Perdonar

208
¿Está usted sorprendido de ver el hecho de
perdonar presentado entre las técnicas de
sanación? Usted estaría equivocado. Perdonar
trae consigo una reorganización de nuestras ideas,
que requiere una gran cantidad de experiencia si
se quiere que sea eficiente. Una asombrosa
cantidad de personas no sabe lo que significa en
realidad perdonar y cómo hacerlo.
Una de las dificultades principales se origina de la
confusión entre perdonar y olvidar. Evidentemente
el dicho “perdonar y olvidar” está tan
profundamente arraigado en nuestra cultura, que
las dos palabras se intercambian a voluntad, con
consecuencias potencialmente desastrosas.
Cuando yo le recomiendo a alguien que perdone a
aquellos que lo han herido, a menudo recibo como
respuesta: “¿Espera usted de mí que olvide lo que
ellos me han hecho?” Entonces tengo que explicar
que no espero olvido, sino perdón. ¡Perdonar no
tiene que ver ni lo más mínimo con olvidar!
Podría ser tonto o incluso peligroso olvidar lo que
se nos ha hecho. En ese caso sería imposible
aprender del incidente e impedir o prevenir algo
parecido en el futuro. La mayoría de las personas
que creen perdonar, en vez de eso reprimen las
dolorosas sensaciones (que siempre están en el
umbral de la comprensión y que también pueden
causar dolores corporales) y tratan de no pensar
más en el asunto (lo que rara vez se logra).

209
“Perdonar algo” significa “renunciar a su derecho a
compensación o venganza”. En otras palabras,
renunciamos a una retribución que tendríamos que
practicar nosotros mismos, o que tendrían que
practicar otras personas, el destino o un dios
justo. Si se renuncia al deseo de compensación,
disminuye la tensión crónica que habitualmente
está ligada a ese deseo, lo que conduce a un
restablecimiento rápido. A veces tenemos
naturalmente que poder perdonarnos más
nosotros mismos que perdonar a otros. El
sentimiento de culpa (la sensación de que
merecemos castigo) ocasiona igualmente muchas,
si no más enfermedades que el resentimiento (la
sensación de que otros merecen castigo). Si se
deja de pensar en el castigo, desaparece también
la presión emocional, la tensión muscular y la
enfermedad relacionada con esas manifestaciones.
Un segundo problema grande que se puede tener
con perdonar, es creer que basta cuando se dice:
“Está bien, te perdono”. Porque perdonar no es
hacer declaraciones, sino acciones. La acción
consiste en dejar una forma de pensar habitual.
Existe un modo seguro para examinar si realmente
uno se ha perdonado a sí mismo o ha perdonado a
otra persona. Si se puede recordar con todos los
detalles un incidente que anteriormente haya
ocasionado sentimientos de culpa o de
indignación, sin que afloren tales sentimientos,
entonces se ha perdonado.
¿Y cómo se utilizan los métodos de sanación del
perdón? Hay dos métodos diferentes – uno directo
y uno indirecto.

210
El método directo consiste en cambiar el modo de
pensar y abandonar la convicción de que uno
mismo u otra persona merece castigo. Éste
también se puede incluir en ese sentido en el
último párrafo de este capítulo (cambio directo de
creencia). Pero igualmente se lo puede utilizar en
la forma en que cada vez que surja un sentimiento
de culpa o de indignación o el recuerdo de tales
sentimientos, uno se diga con determinación:
“Yo merezco (o él o ella) ser liberado de esto”.
Entonces se dirige un pensamiento / un
sentimiento de amor o de bendición a la persona
respectiva. Haga eso también contra su convicción
actual, porque al fin y al cabo usted está tratando
de cambiar esa convicción y lograr liberación. Una
de mis alumnas dijo una vez: “Pero yo no puedo
enviarle amor a esa persona en el punto en que
estoy”. Yo le expliqué que no era necesario que
fuera de inmediato un gran amor, sino solamente
suficiente para echar a andar el proceso. Después
de algunos regateos, ella decidió que sin dificultad
podía por lo menos enviar durante un segundo
una pequeña cantidad de amor, una “bola de luz”
de un centímetro de diámetro. Yo le dije que eso
era satisfactorio, ya que hasta ahora no había
enviado nada en absoluto, y que debía aumentar la
cantidad en cuanto pudiera lograrlo sin problemas.
Algunos meses después ella había avanzado tanto,
que podía enviar durante un minuto completo una
bola de casi dos metros de diámetro (en forma de
luz rosada), y experimentaba el placer de una
liberación completa.

211
El método indirecto es la simplicidad misma y
ofrece diferentes posibilidades de aplicación.
Consiste en que se planea un castigo, que es lo
suficientemente severo como para satisfacer la
convicción de que tiene que haber castigo. Una vez
que se ha alcanzado ese grado de castigo,
entonces la consecuencia es automáticamente el
perdón (la liberación de la idea de que tiene que
haber castigo). Desgraciadamente el castigo
conduciría en el plano físico a querellas,
venganzas, muerte y mutilaciones, como también a
venganza emocional en muchas formas. Los
resultados serían casi siempre insatisfactorios. Si
uno se castigara a sí mismo de esa forma, las
consecuencias podrían ser lesiones o
impedimentos corporales o una larga enfermedad
grave, lo que tampoco sería una solución
satisfactoria. Hay personas que han evitado esos
problemas por medio de una especie de castigo
substituto llamado “penitencia”. Ésta puede llegar
desde decir algunas oraciones o ayunar, pasando
por llevar puesta una camisa con púas, hasta
mutilarse a sí mismo. Sin embargo, la penitencia
sólo es efectiva si la persona respectiva cree que
ésta es suficiente para expiar la culpa.

212
Muchísimo mejor es usar el método indirecto en
forma de imaginación. Como la creencia habitual
en la necesidad de un castigo surge del
inconsciente o del yo activo, y éste no está en
condiciones de diferenciar entre una experiencia
“real” y una experiencia “imaginaria” convincente,
un castigo bien imaginado puede producir la
liberación necesaria. Lo bueno en esto es que se
puede aplicar para uno mismo como también para
otras personas. De ese modo, usted puede,
empleando los cinco sentidos, experimentar un
conmovedor sueño despierto en colores, en el cual
aquel al que usted le tiene resentimiento, es
castigado tan severamente como lo merece según
su opinión. Lo mismo lo puede aplicar en usted, si
quiere liberarse de una culpa. Después de una
experiencia así, dígase a sí mismo: “Eso está
concluido. Él / ella está (yo estoy) suficientemente
castigado. Ahora es posible el perdón”. Si
posteriormente todavía surge un sentimiento de
resentimiento o de culpa, entonces acuérdese de la
escena del castigo y dígase a sí mismo, que ya se
ha saldado la cuenta.

213
La principal objeción que se le hace al método
descrito, viene de personas que temen que ese
tipo de pensamientos pudiera causarle daños a la
otra persona (que según su opinión bien merece
castigo, pero que no pensarían ni en sueños
realizar ese castigo ellas mismas), o que con eso
probablemente atraerían sobre sí mismas algo
parecido. A esas personas tengo que decirles que
ellas no son tan parecidas a Dios, como para que
pudieran dañar a otros con algunos pensamientos.
Por suerte todos nosotros poseemos una
protección espiritual contra los pensamientos de
otras personas, ya que de lo contrario este planeta
estaría rápidamente despoblado. Por lo demás, no
son sucesos únicos imaginados los que
influencian nuestra existencia física, sino
pensamientos repetidos y concentrados. Pero un
solo castigo imaginado intensamente debería ser
suficiente para nuestro objetivo. Yo no recomiendo
realizar tales sesiones diariamente. Se trata
solamente de convencer a nuestro yo activo de que
la experiencia ha sido suficiente “real” para ser
efectiva, es decir, que el castigo ha bastado para
producir perdón. Utilizado con sentido común, este
método es inofensivo y muy útil.

214
Quiero mostrar su efecto con un ejemplo. Un
hombre que me visitó, tenía molestias corporales
que tenían relación con un sentimiento de culpa
por algunos robos relativamente insignificantes
que había cometido cuando era joven. Él mostraba
interés en el método indirecto de perdón, y
entonces creamos un sueño despierto muy
detallado, en el cual él era puesto ante el tribunal
(y por alguna razón, ante un tribunal del siglo 19).
Un funcionario leyó la lista de sus delitos y él fue
condenado a treinta latigazos. Fue amarrado a un
poste, le desnudaron la espalda y se contaron los
azotes. El sueño despierto era tan intenso, que el
hombre de hecho se estremecía cada vez que era
golpeado por el látigo imaginario. Después que
había terminado el castigo, el funcionario clavó en
el poste una publicación con el siguiente
contenido: “Este hombre ha recibido el castigo que
merecía por su delito. Él está por eso
completamente perdonado y es libre de irse”. El
hombre contó después de una enorme sensación
de alivio y de desbordante confianza que ahora
estaba libre de la culpa que lo había atormentado
durante años. Lo último que escuché de él fue la
noticia de que estaba completamente sano.

Inspiración por medio de la lectura

215
Si leemos algo que nos fascina, cambiamos
automáticamente a un estado modificado de
consciencia que se parece a una meditación. En
ese estado el yo activo está también más accesible
para sugestiones, como lo atestiguan sentimientos
que pueden surgir al leer un pasaje especialmente
conmovedor. Por esa razón, leer puede ser
utilizado para integrar en nuestro patrón de
pensamiento, nuevas ideas que promueven la
salud.
Pero tenemos que realizar eso de la manera
correcta, si se quiere tener un verdadero efecto.
Por eso, por ejemplo, no basta la lectura de un
libro de una sola vez, por muy interesante que
pudiera ser, para cambiar patrones de conducta
arraigados, si las ideas expresadas en el libro
difieren substancialmente de nuestra manera
habitual de pensar. Para lograr el mayor efecto
posible, usted debería elegir libros con ideas
inspiradoras en las que desea creer, y empapar la
consciencia de su cuerpo con esas ideas, por
medio de la lectura frecuente de libros de un tipo
similar. No quiero ser tan arrogante como para
elegir su lectura por usted, pero recomendaría
libros que ponen el énfasis en el autoconocimiento
y en las fuerzas curativas propias del ser humano,
como también aquellos libros que le dan a usted la
sensación de crecimiento espiritual. El grado de
efectividad de su lectura, es decir, la medida en
que éste se expresa en un cambio de sus
convicciones, se eleva si usted hace antes un
ejercicio de relajamiento, como está descrito en el
capítulo 3.

Cambio directo de programación

216
El método más directo para integrar una nueva
convicción (entendiendo por eso que inducimos a
la consciencia de nuestro cuerpo a aceptarla y a
actuar de acuerdo con ésta) consiste en formularla
en una única frase sencilla y programar esa frase
en nuestro sistema de creencia.
Mientras más básica sea la afirmación de una frase
de creencia de ese tipo, más amplios serán sus
efectos. Por eso ésta tiene que ser elegida con
esmero y se debería tener la seguridad que se
quiere vivir con ella. Si usted, por ejemplo, está
permanente o frecuentemente enfermo, podría
desear una frase de creencia como “Yo estoy
siempre sano”. Sin embargo, tenga en claro que
eso también significa que usted renuncia a todas
las ventajas que la enfermedad tal vez ha traído
consigo, como por ejemplo, liberación del trabajo
o de la escuela, que lo cuiden y lo compadezcan.
Quizás empiece mejor con algo menos básico, algo
más sencillo, para fortalecer su confianza en el
proceso, como por ejemplo, “Yo estoy inmune
contra los resfríos (o gripe o picada de
mosquitos)”. Yo he elegido ese método, con
excelentes resultados. Tan sólo después he
intentado la afirmación más amplia. En general
usted querrá elegir una frase de creencia que
parezca contradecir un hecho evidente de su vida.
El prerrequisito para un cambio es que usted crea
en la posibilidad de cambiar con eso su
experiencia de vida, que cambie su convicción.
Proceda como sigue:

Relájese corporalmente y póngase cómodo.

217
Recuerde que todos los hechos en la vida no son otra
cosa que juicios sobre la realidad y que usted está
en condiciones de cambiar desde ahora sus juicios
y con éstos su realidad.
Haga como si hubiera olvidado todo lo que han sido
sus convicciones en relación con el objeto del que
ahora quiere ocuparse.
Repita la nueva frase de creencia durante no menos
de cinco minutos y no más de diez.
Si es necesario mantenga su concentración sobre el
objeto de su elección, imaginándose los efectos de
la nueva frase de creencia.
Déjese llevar por su entusiasmo, para darle fuerza a
su programación.
Termine la sesión y pase a su rutina normal.

Usted debería realizar por lo menos una vez al día


una de estas sesiones y también continuar cuando
comience a percibir un cambio en sus
experiencias, hasta que la nueva frase de creencia
se haya convertido en un “hecho” en su vida.

Capítulo 13

Terapia visual

218
Las técnicas descritas en este capítulo se basan
principalmente en la imaginación, como un medio
para aliviar molestias, investigar la causa de
problemas de salud o también para cambiar
indirectamente actitudes y patrones de creencia.

Substitución directa por medio


de imaginaciones gráficas

Si usted está bien familiarizado con los ejercicios


del capítulo 2 o si su capacidad de imaginación ya
está bien desarrollada, entonces esta técnica
debería serle bastante fácil. También el efecto de
reproducción descrito en el capítulo sobre
concentración tiene aquí aplicación. En el fondo se
trata de que usted crea una imagen completa o
parcial de sí mismo, y por cierto una imagen en la
que esté bien y saludable.

219
Lo más sencillo consiste en imaginarse salud donde
ahora hay enfermedad. Suponga, por ejemplo, que
tiene un dedo pulgar o un órgano interno lesionado
que hay que sanar. Todo lo que necesita hacer es
imaginarse la parte afectada de su cuerpo como ya
sanada y seguirse concentrando en esa imagen,
sea como sea la condición momentánea. Detrás
está la idea de que esa imagen debe servirle como
punto de partida a la consciencia del cuerpo y
ayudarle a hacer realidad más rápidamente el
estado deseado. Desgraciadamente muchas
personas tienen dificultades con este método, a
causa del gran contraste que hay entre la
imaginación y el estado inicial. Otro método a
menudo más efectivo es la técnica “ver y ser”,
como yo la llamo. Ésta hace uso tanto de la
imaginación gráfica como también de la
pantomímica. Primero usted se hace una imagen
mental de su condición corporal después de una
sanación completa. Luego haga aparecer en el
espacio ante usted una imagen tridimensional de la
parte de su cuerpo o también de todo el cuerpo
(exterior o interior) y traslade esa imagen a su
cuerpo, donde “coexista” con la parte
correspondiente que necesita sanación. Repita
este proceso de cinco a diez minutos y al hacerlo
movilice todos los pensamientos de deseos que
pueda reunir, para que el cuerpo se haga cargo de
la imagen y comience a formar nuevas células de
acuerdo al modelo sano. Utilice esta técnica hasta
la sanación, por lo menos una vez diaria,
independiente de otros eventuales métodos de
tratamiento.

220
Un tercer método que promete éxito en caso de
molestias externas, consiste en concentrar toda la
atención sobre una parte sana del cuerpo y luego
dirigirla a la parte enferma, mientras se le sugiere
al cuerpo que utilice la parte sana como ejemplo
para la sanación. Genere sensaciones de alegría,
de éxito y de agradecimiento mientras se
concentra en la parte sana del cuerpo y trate de
mantener esas sensaciones cuando se dirija a la
parte enferma. Este proceso probablemente le
resultará más fácil si puede utilizar como ejemplo
la parte correspondiente del otro lado del cuerpo.
Eventualmente también es recomendable cubrir la
parte enferma. De ese modo le resulta más fácil
imaginársela tan sana como la parte sana
correspondiente. Yo mismo tengo mucho éxito con
esta técnica en casos de erupciones de herpes en
la boca. Yo miro en el espejo y cubro la erupción
con la mano, de modo que pueda concentrarme en
la parte sana de mi labio. Naturalmente se
obtienen los mejores resultados cuando se realiza
este tratamiento en cuanto aparecen las primeras
señales de la erupción. Ésta es causada muchas
veces por medio de una réplica reprimida a la
crítica, y yo reduzco tensión en forma adicional,
maldiciendo mentalmente a los que me critican, y
cuando estoy solo también en voz alta. Usted no
debe sentirse comprometido a mantenerse
exclusivamente en una forma de terapia, si se
pueden utilizar varias combinadas.

Acción simbólica

221
Esta muy creativa técnica hace uso de la tendencia
natural del yo activo a interpretar el simbolismo
muy literalmente y a reaccionar ante éste de
acuerdo con eso. Partiendo de la base de cómo se
sienten las molestias, uno se hace la idea gráfica
correspondiente y la utiliza como punto de partida
para un cambio de la condición. Con este método
he ayudado a personas a lograr resultados
asombrosos. Algunos ejemplos aclararán esto.
Una mujer se quejaba que en su círculo de acción
profesional le dolía el tórax como si estuviera bajo
presión. Yo le pedí que expresara por medio de una
imagen, de qué tipo de presión se trataba. Ella dio
la imagen de cajones de libros que estaban
amontonados sobre su pecho. “Pues bien”, dije yo,
“entonces imagínese que algunos amigos fuertes
pasan por ahí y bajan las cajas. ¿Cómo se siente
ahora?” Ella respondió muy sorprendida, que la
presión había desaparecido y que nunca antes
había sentido un alivio tan inmediato. Su imagen
fue una excepcionalmente adecuada, ya que
nosotros pudimos imaginarnos que abríamos los
cajones y mirábamos los libros. Eso le dio a ella
un punto de partida para saber qué había causado
la presión.

222
Otra mujer tenía una grave erupción cutánea en la
nalga, que de tiempo en tiempo aparecía en
conexión con determinadas situaciones
especialmente cargadas emocionalmente. Ella
justamente tenía una de esas erupciones cuando
me visitó, y entonces yo le pedí que expresara en
forma de imagen cómo se sentía ésta, pero ella
veía solamente las feas protuberancias (que dicho
sea de paso, no vi jamás). Casualmente supe que
su pasatiempo era modelar. Por eso le propuse
que se imaginara que su cuerpo era una figura de
greda y que ella emparejaría las protuberancias.
Fue cosa de minutos y la erupción había
disminuido. Después nos dedicamos a trabajar en
su patrón de creencias referente a confianza y
seguridad. Hoy la erupción pertenece al pasado. Mi
mujer llegó una tarde muerta de cansancio del
trabajo. Yo le propuse que se imaginara justo
sobre su cabeza, una bola brillante de energía, de
la que colgara un grueso cable de corriente, y la
induje entonces a enchufar ese cable en un
enchufe en su sien derecha. En menos de un
minuto ella se sintió “nuevamente cargada”.

223
Esos ejemplos dan la impresión de que con este
método se pueden obtener resultados
rápidamente, y en la mayoría de los casos eso es
cierto. Sin embargo, a veces hay que prolongar por
mucho tiempo la acción imaginaria, antes de estar
liberado de las molestias. Una vez yo tenía fuertes
dolores en el brazo. Se sentía como si entrara un
cuchillo. Entonces saqué el cuchillo. Pero como no
se mostraba ningún alivio inmediato, tuve que tirar
el cuchillo varias veces hacia fuera, antes de que
el dolor hubiera desaparecido por completo. Lo
tiraba cada vez, y si el dolor todavía estaba allí, me
imaginaba de nuevo el cuchillo en mi brazo y lo
tiraba otra vez hacia fuera. En otra ocasión (esto
fue hace años) contraje desgraciadamente una
gripe. Pero dentro de dos días estaba nuevamente
rebosante de salud. El tiempo que estuve en cama
lo pasé imaginándome un equipo de médicos del
futuro, que mantenía un aparato para tratamientos
dirigido a mi pecho, con lo cual penetraba en mí
una radiación curativa. Esa fue la última vez que
tuve gripe.
Como puede darse cuenta por las descripciones, se
puede trabajar, o con la imagen que se nos insinúa
a través de los dolores o de las molestias, o
también con una inventada que se adapte a la
situación.

224
Existe también otro tipo de acción simbólica, con el
que nos imaginamos que nosotros mismos
penetramos en miniatura en nuestro cuerpo o
penetran otras personas, y allí practicamos los
trabajos necesarios de reconstrucción y
reparación de todo tipo. Hace algún tiempo se
exhibió en los cines una película - creo que se
llamaba “Viaje fantástico” – en la cual un equipo
de médicos fue reducido de tamaño en un
submarino de tal manera, que pudo penetrar en el
torrente sanguíneo de un paciente y de ese modo
dirigirse a una parte donde pudo disolver un
coágulo con ayuda de rayos Laser. Algo de ese
tipo podría entregar un excelente trasfondo para
sus propios tratamientos de curación simbólicos.
Sin embargo, tenga presente que el objetivo es la
disminución de tensiones y la sanación. Me
acuerdo de un programa de televisión en el que
una psiquiatra trataba de sanarse a sí misma de
una enfermedad mortal, con una combinación de
medicina e imaginación. Ella visualizaba una célula
como una tropa acorralada, que era rodeada y
atacada por indios, donde los indios representaban
a la enfermedad. Después visualizaba un
medicamento como unidad de caballería que venía
en ayuda y que exterminaba a los indios. Es triste
decirlo, pero el intento no tuvo éxito. Aparte de
que se trataba solamente de una historia de
televisión, deseo hacer notar que esa acción
imaginaria, ya por su tipo, contrarrestaría a una
sanación. En un caso así en la vida real, yo habría
recomendado visualizar el medicamento como un
excelente pacifista, que con su poder de
convencimiento pone fin al combate y logra tal
armonía entre los indios y la tropa acorralada, que
éstos pueden separarse amistosamente. Todo ese

225
concepto de combate contra una enfermedad, a
menudo solamente ocasiona mayores tensiones y
nuevos problemas.

Modificación de sueños

Se trata de un tipo bastante especial de terapia de


símbolos, que puede conducir a una restauración
de la forma de pensar en que se basa una
enfermedad. Está pensada principalmente para el
trabajo con sueños en el que aparecen conflictos
sin resolver, sueños como los que pueden
presentarse en el transcurso de enfermedades de
todo tipo. También forman parte de éstos las
pesadillas. Tales sueños, muy probablemente
corresponden en forma simbólica a conflictos
mentales y emocionales.
Con esta técnica es necesario primero acordarse del
sueño. Después se lo repite en forma consiente
como sueño despierto, haciendo todas las
modificaciones que parecen adecuadas para
convertirlo en una experiencia exitosa y
satisfactoria. Una gran ventaja de esta técnica es
que no es necesario enterarse conscientemente de
lo que significan los símbolos del sueño (aunque
eso frecuentemente quedará claro de todos
modos). Es suficiente que el yo activo conozca su
significado. A través de reconstruir el sueño con
otros esquemas, uno se entera del estado actual
de sus convicciones y sensaciones y realiza
cambios necesarios. Si están en juego
convicciones arraigadas, esto puede resultar más
difícil que lo que parece.

226
Deseo relatar como ejemplo, el caso de una
muchacha que en una pesadilla fue arrojada,
encadenada de manos y pies, en la parte de atrás
de una limusina negra grande, después de lo cual,
dos hombres musculosos vestidos de negro se
fueron con ella. Ella en el sueño se sentía
desamparada y con mucho miedo. Yo le propuse
que se imaginara que rompía las cadenas, que
golpeaba las cabezas de los hombres una contra
la otra, que arrojaba a los hombres del auto, que
se sentaba ella misma al volante y que se iba. Es
evidente que una nueva versión así tendría
efectos favorables sobre su fe en las propias
capacidades y en su sentido de seguridad y
autoestima. Sin embargo, necesitó tres meses para
estar en condiciones de imaginarse ese desarrollo
del suceso. La razón es, que incluso nuestra
capacidad de imaginación es restringida por
nuestras convicciones. Mi sugerencia abrió nuevas
posibilidades para ella, pero le costó un esfuerzo
considerable hacer uso de ésta. Usted tal vez no
tendrá problemas tan grandes. (Los de ella eran
inusuales). En todo caso no vacile en poner
empeño.

El jardín interior

227
Esta técnica se parece mucho a la de la
modificación de sueños. En realidad solamente se
diferencia de esa, en que se trabaja con ideas
inducidas en forma consciente. El tema es un
jardín según su deseo. Habitualmente se procede
deseando simplemente imaginarse un jardín que
represente el propio estado de ánimo y mental, y
luego se deja que el yo activo lo haga aparecer
espontáneamente. También podríamos crear
conscientemente un jardín que nos guste. En
todo caso existirán elementos espontáneos con los
que podemos trabajar. Cosas en las que usted en
su jardín debe poner atención y que eventualmente
tienen que ser mejoradas son, la composición del
suelo, limpieza del agua (su jardín necesita
aprovisionamiento de agua), mucha maleza, zarzas
espesas o cualquier otra vegetación indeseable, el
estado de edificaciones o de cercos y muros que
eventualmente existan, la actitud de personas o
animales que tal vez permanecen o entran en su
jardín, y por fin también el tiempo atmosférico. Al
“poner en orden” su jardín interior, usted puede
superar simbólicamente tensiones mentales y
emocionales, que están relacionadas con su
estado de salud y otras circunstancias de vida. Ese
jardín suyo, usted lo puede examinar de tiempo en
tiempo, como medio de supervisión de sus
reacciones inconscientes ante sucesos y
circunstancias.

Los dos círculos

228
Esta técnica tan sencilla, pero a menudo
extraordinariamente efectiva, persigue el objetivo
de aclarar el origen mental o emocional de un
determinado problema de salud (u otros). Usted
dibuja en su imaginación un círculo y coloca en él
la imagen de la enfermedad o del problema, sobre
la/el cual desea tener información, como por
ejemplo, dolores de garganta, un tumor u otra
cosa. Después coloca un segundo círculo al lado
izquierdo del círculo y se dice a sí mismo:
“Muéstrame la causa”. En el segundo círculo se
mostrará entonces alguna imagen o quizá también
palabras, que están en relación directa con el
problema. Pero le corresponde al yo consciente
establecer la relación entre la imagen o las
palabras y el problema. Si parece no existir ningún
tipo de relación, eso proviene de que uno no
quiere verlo. A veces el significado también
podría ser uno simbólico que se nos escapa. En
tal caso se dice simplemente: “Muéstramelo de
otra manera” y se deja que aparezca una nueva
imagen. Las informaciones obtenidas de esa
manera pueden, si es necesario, servir como base
para el trabajo con ayuda de otras técnicas.

El sol que desciende

229
Esta técnica es una de las numerosas variantes para
enfocar energía curativa en una determinada parte
o también en todo el cuerpo. Usted se imagina
primero el sol como una bola de una energía
dinámica extraordinariamente fuerte, siente
claramente la brillante luz y el calor que salen de
ésta, y le atribuye un gran poder de sanación.
Después achique la bola o forme con una parte de
la energía, una bola de treinta centímetros de
diámetro aproximadamente, que flota sobre su
cabeza. Bien lentamente hágala descender sobre
su cabeza y penetrar en su cuerpo, visualizando su
fuerza y su energía curativa, y sane con eso todo
su cuerpo o concentre la energía curativa sobre
una determinada parte de su cuerpo. Tómese para
esto de cinco a veinte minutos de tiempo, según su
capacidad de concentración. Luego imagínese que
está sanado, agradezca por eso, y deje que la luz
fluya de regreso al sol, hasta que usted necesite
nuevamente energía curativa.

Imaginación de colores

El cuerpo, la mente y las emociones reaccionan a


los colores de un modo muy determinado, aunque
de manera sutil. Ante colores imaginados usted
reacciona incluso más rápido. Tengo la sospecha
de que eso tiene mucho que ver con la intención
que está detrás de la imaginación. Sea como sea,
la imaginación de colores es un método de
sanación muy útil y eficiente.

230
Se ha escrito mucho sobre el efecto curativo de los
diferentes colores, y no todos los autores
concuerdan. A continuación deseo entregarle los
resultados de los tests de un estudio de un año, en
el que participaron de diez a quince personas. Se
presentan solamente efectos sobre los cuales no
existieron diferencias de opiniones.

Rojo: altamente fortalecedor y estimulante, a veces


hasta sensaciones sexuales.
Rosado: estimulante, relajante y dilatador, de un modo
mucho más suave.
Anaranjado: muy fortalecedor, especialmente
referente a los músculos, tiene la tendencia a
estimular la actividad corporal.
Amarillo: en general dilatador, sensaciones de alegría
y de hilaridad.
Dorado: en general rejuvenecedor y muy fortalecedor.
Verde: en general tranquilizante y dilatador.
Azul: muy tranquilizante, con una fuerte tendencia a la
limitación y al enfoque.
Violeta: de un modo sutil, tranquilizante y “difícil de
describir”.

231
Descubrimos que el rosado, el dorado y el azul son
los más fáciles de utilizar con fines de sanación en
general. El rosado parece producir su mejor efecto
en caso de tensiones producidas por el miedo, en
caso de cansancio, como también para la
estimulación de la actividad hormonal y la
restauración. El azul parece producir su mejor
efecto en caso de tensiones por enojo, en caso de
infecciones, como también en caso de
hinchazones y para bajar la fiebre. El dorado es
un color para todo objetivo, y se puede aplicar
cuando existe duda si el rosado o el azul es más
apropiado.
¿Pero cómo se utilizan los colores? Una manera
muy eficiente es la llamada “respirar color”. Uno
se imagina que está envuelto en una nube del color
deseado y respira profundo, de manera que el
color llene los pulmones y fluya a través de todo el
cuerpo o hacia una parte determinada del cuerpo.
Mi esposa y yo trabajábamos una noche hasta
tarde en un proyecto determinado y poco a poco
nos pusimos demasiado soñolientos como para
poder continuar. Entonces yo propuse que
deberíamos los dos “respirar rosado”. Después de
algunos minutos estábamos bien despiertos y
pudimos seguir con nuestro trabajo hasta el final.
Mucho más tarde, cuando ambos estábamos
acostados en la cama, nos preguntamos por qué
no podíamos dormir, hasta que de pronto me
acordé que habíamos “respirado rosado”. Por eso
propuse que entonces “respiráramos azul”. Los
dos nos quedamos dormidos mientras lo
hacíamos.

232
Otro método muy sencillo consiste en visualizar el
color elegido como una luz, que alumbra
directamente sobre la parte a sanar o penetra en
ella. La luz puede en este caso adoptar cualquier
forma que queramos darle. Puede ser una bola, un
rayo o una nube suave. Para sanaciones en el
interior del cuerpo, a veces puede ser más
sencillo imaginarse primero la luz fuera del cuerpo
y luego hacerla penetrar en él, donde se necesita.

Ángeles sanadores

A mí personalmente me gusta la idea de los ángeles,


pero algunos prefieren denominar como
“acompañantes en la sanación”, “consejeros de
sanación” o “médicos imaginarios” a las figuras
imaginarias que se utilizan en esta técnica de
sanación. En todo caso se creará, en forma
espontánea o consciente, un ayudante imaginario,
como personificación del conocimiento y de la
capacidad para sanar que llevamos en nosotros.
De esa manera se pueden hacer utilizables
informaciones y conocimientos intuitivos, que de
otro modo tal vez estarían bloqueados por medio
de exclusión consciente.
También en este caso existen muchas diferentes
formas de proceder. Quiero darle a conocer dos
sencillos métodos que se basan en la
imaginación gráfica o pantomímica.

233
En el primer caso usted simplemente visualiza un
cuarto agradable que amuebla como quiera. Puede
ser una oficina, una biblioteca, un cuarto de
trabajo o una habitación confortable. Coloque en
algún lugar un botón con una etiqueta que diga
“consejero de sanación” u otra cosa que a usted
le guste más. Usted presiona el botón, la puerta se
abre y usted ve quién entra. Puede ser cualquier
persona - alguien que usted conoce, o alguien
que jamás ha visto -, pero usted puede confiar en
que ésta sabe exactamente lo que a usted le falta y
lo que hay que hacer para remediar la situación.
Usted sólo necesita preguntar y escuchar las
respuestas, que tal vez quiera anotar en una
“verdadera” hoja de papel. También es posible que
la persona que entra, por uno u otro motivo a
usted no le agrade. En tal caso, la puede “despedir
de su servicio” y apretar el botón para otro
intento. Si no entra nadie, lo que rara vez ocurre,
usted tiene que crear conscientemente una imagen
de acuerdo con su concepto ideal de un ayudante
de ese tipo. Usted también puede instalar en su
cuarto imaginario una mesa de tratamiento
imaginaria, y hacerse tratar ahí mismo, lo que
produce muy buenos efectos en el cuerpo.

234
En el caso de la imaginación pantomímica, usted
procede más o menos de la misma manera, a
excepción de que visualiza al ayudante en su
entorno real, sentado en una silla verdadera y
hablando con usted. Tal vez se imagine también un
tratamiento de sanación, tal como si él estuviera
realmente presente. Todo esto es muchísimo más
que un simple ejercicio de imaginación, como lo
constatará usted mismo cuando domine la técnica.
El conocimiento que le es transmitido de este
modo puede ser de un enorme valor en la práctica,
y los tratamientos de sanación producirán
resultados verdaderos en el plano corporal. Usted
será más eficiente, mientras más vívidas pueda
formar sus imaginaciones. Sin embargo, retenga
en alguna parte de su cabeza que estas
experiencias son su propia creación, y que el
conocimiento adquirido de esa manera y las
sanaciones se realizan por medio del trabajo en
conjunto con su yo activo y su yo creativo.

Capítulo 14

Terapia verbal

235
La terapia verbal pone el énfasis en el efecto de las
palabras sobre la mente, el cuerpo y las
emociones. Casi siempre es aplicada en conexión
con otras terapias (aunque el terapeuta no siempre
está consciente de eso), pero existe una serie de
técnicas en las cuales la terapia verbal es la
herramienta principal. Que las palabras tienen
poder, es uno de los conocimientos más antiguos
de la humanidad. Por lo menos así parece. Ya muy
antiguamente se hizo evidente que la pura
pronunciación de determinadas palabras parece
producir cambios en la forma de sentir, de pensar,
de actuar, en el estado de salud y en los sucesos.
En muchos casos eso se atribuía a una misteriosa
cualidad “mágica” de las palabras mismas. De ese
modo se originaron leyendas en relación con
palabras y frases secretas especiales, que le
otorgaban un gran poder al que disponía de ellas.
Sólo se trataba de descubrirlas. Y las personas
experimentaban; buscaban, enseñaban y
pretendían tener conocimiento exclusivo de un
amplio espectro de conjuros, fórmulas y cantos
mágicos, de mantras y “palabras mágicas”.

236
Mucho de eso parece no tener sentido, y mucho
efectivamente no tiene sentido. Sin embargo, a
menudo se han obtenido impresionantes
resultados, ya que detrás de lo sin sentido hay
algunas verdades muy significativas. La primera de
esas verdades incluye que las palabras no
solamente son símbolos de ideas, sino también
pueden ser símbolos de intenciones. Como usted
se acordará del capítulo 12, una intención adquiere
un gran poder cuando detrás de ella hay decisión.
Las intenciones pueden existir sin que sean
expresadas con palabras, pero las palabras sirven
para fortalecerlas y enfocarlas, lo que a su vez
hace aumentar su efecto. Como usted también
sabe, algunas palabras o combinaciones de
palabras parecen ejercer un fuerte efecto
emocional, porque estimulan asociaciones de
ideas muy cargadas emocionalmente. No es que
las expresiones o las palabras mismas tengan
poder – ya que éstas son sólo símbolos -, el poder
sale de las ideas que éstas representan.
Otra verdad dice que el sonido es energía, y que
determinadas combinaciones de sonidos, incluso
en forma de palabras, pueden tener determinados
efectos curativos sobre nuestro mundo emotivo y
nuestro organismo. Con este breve trasfondo
pasaremos ahora a la exposición de las técnicas.

Orden directa

237
¿Ha sido usted criticado alguna vez porque
conversaba consigo mismo? Aprenda a reírse de
tales críticas. Las conversaciones consigo mismo
son costumbres venerables entre las personas que
tienen la necesidad de prepararse mental, corporal
y emocionalmente para una tarea venidera. Se
habla entonces de que éstas “se preparan
psíquicamente”. Deportistas, directores, docentes
y políticos utilizan ese método para estimular y
enfocar sus energías. He escuchado que John F.
Kennedy tenía la costumbre de decirse a sí mismo
“¡Sigue, sigue, sigue!”, para poder mantener la
enorme velocidad que se había fijado para su
trabajo, y uno que otro dice “tranquilízate”, cuando
siente que está a punto de perder la paciencia. Se
hace eso porque funciona; y la razón de que
funciona es que la consciencia del cuerpo a
menudo reacciona de manera impresionante a las
órdenes enérgicas.
Quiero dejar en claro que hago diferencia entre
autosugestión (que se tratará en el próximo
párrafo) y una orden que uno mismo se imparte. La
orden directa no es ni una sugestión ni una mera
declaración. Con seguridad éstas últimas también
tienen su legitimidad, pero el proceso es otro.

238
De una orden directa que uno mismo se da, se
espera que sea efectuada. En sentido estricto, uno
le da órdenes a su subconsciente, a su cuerpo o a
partes de su cuerpo. Se podría decir, por ejemplo:
“¡Tranquilízate por completo!” o “¡Relaja esos
músculos!” o “¡Sánate a ti mismo!” o “¡Reduce esa
presión!” o “¡Supera esa infección!” o lo que sea
apropiado. Uno se puede hablar a sí mismo como
una totalidad o también a un dedo del pie, al
estómago o a un músculo determinado. No se
detenga con especulaciones filosóficas, acerca de
si su dedo del pie comprende lo que usted dice. Su
atención dirigida al dedo del pie guía su energía, y
su intención es traducida por su yo activo a un
“idioma” que su dedo del pie puede comprender.
Como ya dije, los resultados pueden ser
impresionantes, pero tengo la sospecha de que
ese método produce su mejor efecto en aquellos
que alguna vez en su vida han sido educados para
obedecer órdenes y que disponen de suficiente
autoestima. Tal vez no sea tan efectivo en
personas que se rebelan contra toda autoridad y
en aquellas que tienen tan poca autoestima, que
según su opinión no son dignos de que se les
escuche – lo que después ellos mismos no hacen.

Autosugestión

239
La autosugestión o autoinfluencia es un método
más suave que el de la orden directa. Consiste en
que se repiten sugestiones, declaraciones o
afirmaciones sugestivas, hasta que la consciencia
del cuerpo comienza a actuar de acuerdo con
éstas. Esto es en el fondo simplemente la
inversión de un proceso ampliamente difundido,
que tal vez también ocurra en su vida diaria,
cuando usted mismo se sugiere una enfermedad o
se la sugiere otra persona. Si usted, por ejemplo,
se designa frecuentemente como enfermo, débil,
cansado o propenso a enfermedades, eso actúa
como autosugestión, que causa enfermedad o
impide la autosanación natural. Si usted escucha
las sugestiones perjudiciales para la salud que le
dicen otras personas, sin contradecir
interiormente, eso puede ser igual de malo e
incluso más malo. No me lo tome a mal si ahora le
cuento una historia sobre este tema, que tal vez ya
haya escuchado: Algunos alumnos de un curso de
psicología de una escuela superior decidieron
realizar un experimento con una amiga. El primero
de ellos que se encontró con la muchacha en la
mañana le dijo que no se veía bien, aunque ella,
según su propia declaración, se sentía bien. Se
agregó el segundo y le preguntó si ella estaba
enferma o si algo no andaba bien, lo que ella negó.
Cuando otros más le expresaron lo mismo, la
pobre muchacha aceptó por fin sus sugestiones,
se enfermó efectivamente y tuvo que irse a la casa.
Una “anulación” mental de esas sugestiones y la
confirmación de la salud y el bienestar habrían
impedido ese efecto. Normalmente no nos
encontramos con ningún ataque tan intenso de
sugestiones negativas, pero también las
sugestiones pequeñas, a las que continuamente

240
estamos expuestos, bastan para que sea
recomendable mantener en la memoria el método
de una autosugestión saludable como antídoto útil.
Las sugestiones mismas pueden, de acuerdo a lo
que se dijo en el capítulo sobre afirmación
sugestiva, ser elegidas, teniendo que considerar,
como se mencionó anteriormente, que pueden ser
dirigidas tanto a determinadas partes del cuerpo
como también al ser completo.

Rimas y “transformación” de canciones

La poesía era considerada por los griegos de la


antigüedad como algo tan especial, que tenían una
diosa para ésta. Una de las razones era que la
poesía, según consideraban, tiene un acceso más
directo y rápido al alma (al inconsciente) que la
prosa o que el lenguaje habitual. Por alguna
misteriosa razón, la poesía podía ejercer un efecto
profundo en la vida sentimental y también
permanecía más fácilmente adherida a la memoria.
En una serie completa de culturas, los encargados
de la sanación descubrieron que las sugestiones
de sanación producían muy buenos resultados
cuando se efectuaban en forma de cantos con
rima. De vez en cuando, esos cantos eran dirigidos
a dioses y espíritus, pero también el inconsciente
del enfermo lo grababa y lo mantenía en la
memoria.

241
No existe ninguna necesidad de salir en búsqueda
de canciones curativas especiales de algún país
lejano, ya que no son tanto las palabras como más
bien el ritmo de la rima, de donde sale el efecto.
Usted solamente necesita inventar una rima propia
con un contenido curativo, y de ese modo
encontrará una forma de autosugestión que es
apropiada para penetrar profundamente en su
inconsciente y permanecer adherida allí. Aquí hay
dos, para estimular su creatividad:

A través de mí fluye la energía vital,


que libra a mi cuerpo de todo mal.

Como el sentir y el querer


penetran en mí fuertemente.
voy a lograr
la sanación total seguramente.

Por supuesto usted puede reemplazar la palabra


“cuerpo” por la denominación de una parte del
cuerpo, órgano, etc.

242
No solamente las rimas muestran la tendencia a
permanecer adheridas en nuestra memoria, sino
también determinadas melodías. Algunas firmas
dedican una gran cantidad de dinero al desarrollo
de una “melodía pegajosa”, a la que después
simplemente le agregan un texto de propaganda
para una bebida sin alcohol de su marca, para
pollos, o lo que sea que vendan. Algunas de esas
melodías están tan bien hechas, que los niños
pequeños las aprenden más rápidamente que las
materias de la escuela. Yo le recomendaría sacarle
provecho a ese hecho. Usted puede reemplazar los
textos de la “lírica pegajosa” por sus propias
afirmaciones sugestivas y de ese modo poner en
marcha un acondicionamiento que promueve la
salud. En ese caso no es necesario que su texto
rime, ya que la melodía contribuye al ritmo. Una
frase sencilla como “Ahora me mejoro” puede
combinarse con cualquier melodía que le entre
fácilmente. La constante repetición de una frase
única de ese tipo, acompañada con una melodía
pegajosa, puede ser muy efectiva.
Existe todavía otra posibilidad de utilización, que se
diferencia solamente poco de la descrita. En este
caso aproveche su sensibilidad inconsciente para
toda la música que escucha. Usted reemplaza el
texto de canciones que escucha de discos,
cassettes, radio etc., por su afirmación. Una buena
ocasión para esto se le presenta mientras está
sentado en el auto, cuando está parado en una fila
en alguna parte o cuando sea y donde sea que
penetre música en sus oídos y usted tenga tiempo.

El enfoque de cinco minutos

243
Este método se parece a la técnica descrita en el
capítulo 12, para la modificación de patrones de
creencia, con la diferencia que con el enfoque de
cinco minutos hacemos uso claramente del efecto
de reproducción de la concentración, al programar
un cambio del estado corporal. Usted hace una
afirmación que corresponde al estado deseado, y
ésta tiene que ser formulada como si ese estado ya
fuera un hecho. Usted repite esa afirmación
durante cinco minutos. La puede reforzar si se
imagina el nuevo estado y siente la alegría
correspondiente. También con este método usted
comienza la sesión teniendo presente que usted
mismo crea su propia realidad, y haciendo como
si existiera únicamente el momento presente
todavía no formado. Usted probablemente estará
tentado de combinar en una sola sesión la técnica
para la modificación de patrones de creencias con
la recién descrita, pero yo recomiendo mantenerlas
separadas. De ese modo logrará mejores
resultados.

Repetición de sonidos

Algunas personas hablarían de canto en este caso,


pero yo prefiero limitar esa designación a
repetición de palabras y frases, que en primer
lugar tienen el objetivo de programar
informaciones en nuestro inconsciente. Para la
repetición de sonidos, que pueden tener, aunque
no necesariamente, la forma de palabras y frases
reconocibles y un significado, y que claramente
tienen un efecto terapéutico, deseo usar la
expresión “repetición de sonidos”.

244
Muchas personas están actualmente familiarizadas
con tales sonidos en forma de “mantras”, que
habitualmente se las relaciona con prácticas
hindúes o de yoga, aunque el concepto también
tiene un lugar en muchos otros sistemas
religiosos y filosóficos. En general, la repetición
monótona de un mantra o sonido, tiene el
propósito de trasladarse a un determinado estado
meditativo o estado modificado de consciencia, un
propósito que cumple muy bien. Diferentes
estudios médicos han demostrado que una
práctica así puede disminuir el estrés y fomentar la
salud, al producir un estado de relajamiento
corporal. Por experiencia propia también estoy
convencido de que sonidos elegidos
correctamente, promueven, además, el flujo
biológico de energía, lo que produce beneficios
aún mayores para la salud.

245
Existen diferencias considerables de opinión
referentes a cuáles sonidos producen los mejores
resultados. El Dr. Herbert Benson, que ha realizado
algunos de los estudios mencionados
anteriormente, piensa que en esto la palabra tiene
relativamente poca importancia. Él ha logrado muy
buenos resultados con la simple repetición de la
palabra “One” (= Uno), junto con respirar
profundamente de diez a veinte minutos estando
sentado tranquilamente. Pero es muy posible que
solamente por medio de una respiración profunda
estando sentado tranquilamente, los resultados
hubieran sido igualmente fáciles de lograr. De
hecho, lo mismo podría regir también para algunas
prácticas religiosas y semirreligiosas, que
combinan la repetición de sonidos con respiración
profunda y una posición quieta del cuerpo. El
filósofo trascendental J. Krishnamurti dijo una vez
que la palabra “Coca-Cola” prestaría igualmente un
buen servicio en este contexto como cualquier
otra. La palabra sirve en esas prácticas
simplemente como un medio para lograr un estado
modificado de consciencia por medio de
concentración, como se ha descrito en el capítulo
4.

246
Pues bien, en esto no hay nada que criticar. El
proceso puede ser muy favorable para la salud.
Pero lo que aquí quiero proponer es un poco
diferente. A través de mucho experimentar, he
descubierto que determinados sonidos, entre ellos
algunos utilizados tradicionalmente con fines de
meditación, ya por sí mismos, es decir, sin
técnicas de respiración especiales y sin la
necesidad de estar largo tiempo sentado, pueden
tener efectos terapéuticos. Se pueden utilizar
mientras se maneja auto, se hace un paseo o se
espera algo, e incluso mientras uno se dedica a
una actividad uniforme. Según mi opinión, el
efecto positivo es atribuible en gran parte a las
vibraciones producidas por esos sonidos. Éstas
producen un relajamiento muscular por medio de
micromasaje y también estimulan el flujo de
bioenergía. Podría ser que yo me equivoco con
respecto a cómo, pero eso es de menor
importancia que el hecho de que en muchas
personas parece existir un efecto.

247
Según mi experiencia, el sonido más adecuado para
ese propósito, en realidad una combinación de
sonidos, se puede reproducir con el deletreo de
“AOM”. En la práctica sería más o menos “aaaaa-
ooooo-mmmmmmm”, es decir, la M se mantiene
durante más tiempo que los dos otros sonidos. El
efecto alcanza su mayor intensidad cuando el total
se alarga, pero no existen reglas fijas para esto.
Para obtener beneficios de esto, necesitamos
repetir solamente tres veces aproximadamente el
grupo de sonidos. Las probabilidades de éxito por
supuesto son mayores con una repetición más
larga, pero he constatado que todo lo que
sobrepasa los cinco minutos, no tiene un efecto
considerablemente mayor. El grupo de sonidos se
puede formar de manera que no se escuche, pero
yo creo que con una pronunciación audible,
aunque sea suave, el efecto aumenta. Si para esto
usted se sienta cómodamente y coloca las manos
vueltas hacia arriba en el regazo, puede ser que
perciba claramente el efecto sobre el flujo de
bioenergía. Ponga atención en cómo se sienten
sus manos antes. Luego pronuncie el grupo de
sonidos tres o cuatro veces y dirija su atención
nuevamente a sus manos. Ahora usted podría
sentir una sensación aumentada, una especie de
hormigueo. Otra posibilidad es que mantenga las
palmas de sus manos algunos centímetros sobre
una superficie que usted elija y luego produzca el
sonido. La sensación puede en este caso ser
incluso más pronunciada. Eso indica que sus
energías fluyen, y eso es bueno para usted.

248
Capítulo 15

Terapia de emotivación

249
La terapia de emotivación se ocupa muy
directamente con la descarga y estimulación del
flujo de energía en el cuerpo. Si usted así lo
prefiere, ésta también se podría designar como una
terapia cuyo objetivo es la disolución de
tensiones. Pero en primer lugar es una terapia para
combatir síntomas, con lo cual no quiero decir
nada contra las terapias que persiguen ese
objetivo. A veces es absolutamente necesario
aliviar los síntomas, para que nuestra cabeza esté
suficientemente clara para poder ocuparse de los
pensamientos que éstos han generado. Y a veces
incluso ocurre que la sanación se lleva a cabo
automáticamente, una vez que hemos suavizado
los síntomas de la enfermedad. Tenemos, sin
embargo, que tener en claro, que eso no siempre
es así, ya que combatir los síntomas y sanar son
dos cosas totalmente diferentes. Y eso rige tanto
para los métodos presentados en este libro, como
también para la medicina convencional. Si no
cambia el patrón de pensamiento que sirve de base
(sea automático o no), los síntomas sólo se
pueden remediar transitoriamente.
Y sin embargo, el alivio del dolor es un buen
comienzo, y aunque esta posibilidad de terapia es
tratada en este libro como última, en general es la
primera con la que familiarizo a mis alumnos. La
razón principal de eso es que ésta casualmente es
al mismo tiempo la más fácil de transmitir y la más
sencilla para aplicar. Yo pienso que una aplicación
ampliamente difundida de la terapia de
emotivación tendría consecuencias tan amplias,
que cambiaría por completo el ejercicio de la
medicina en el mundo occidental.

250
Toque terapéutico

En el capítulo 3 hablé sobre campos y corrientes


bioenergéticas, y ahora deseo exponer cómo usted
puede llevar a la práctica esas informaciones.
La bioenergía que es transmitida de una persona a
otra, es probablemente uno de los métodos más
antiguos que ha utilizado la humanidad para curar.
En el pensamiento de la gente ésta es relacionada
a menudo con grupos religiosos carismáticos
(donde el método se llama “imposición de
manos”), con prácticas esotéricas como el yoga,
o también con “médium” especialmente dotados.
Sin embargo, es un hecho que cualquiera,
(¡También usted!) posee la capacidad latente para
hacer uso de esa energía natural, y por cierto sin
una preparación larga y complicada. Como en
todas las demás áreas, en ésta también rige: La
capacidad aumenta con la experiencia práctica.
Pero el método en sí es tan fácil de aprender, que
su mayor dificultad consistirá en aceptar este
hecho. Yo sé lo simple que es, porque lo he
aprendido solo y después, en pocos minutos, se
lo he enseñado a muchas personas a aplicarlo.
Por suerte el desarrollo de esta capacidad innata
obtiene cada vez más popularidad y prestigio. Así,
por ejemplo, éste forma parte del programa de los
estudios de enfermería de la Universidad de Nueva
York y se enseña cada vez más frecuentemente en
otras regiones del país en escuelas de enfermería.
Podría ser que este procedimiento de sanación
incluso llegue algún día a ser parte de los
estudios de medicina, lo que sería un gran
progreso. Sin embargo, es importante que
tengamos en claro que éste funciona igual de bien,
sin un trasfondo profesional.

251
Hasta donde sé, fue la doctora Dolores Krieger,
profesora de enfermería de la Universidad de
Nueva York, la primera que usó la designación
“toque terapéutico”. Esta designación está muy
bien elegida, produce que el asunto suene menos
misterioso, y eso está muy bien. Sin embargo, es
un poco engañosa, ya que los mejores resultados a
menudo se logran cuando se mantienen las manos
algunos centímetros sobre la superficie de la piel,
en vez de tocarla. Por qué es así, queda por
discutir.
Los intentos por explicar lo que realmente ocurre
con el toque terapéutico, oscilan entre la simple
sugestión (por parte de los grandes escépticos) y
la resonancia del traspaso de electrones (por parte
de los que están más fuertemente orientados
científicamente). Con respecto a mí mismo, tiendo
a una hipótesis de trabajo (entendiendo por eso,
una hipótesis con la que se puede trabajar, aunque
tal vez resulte que ésta no es completamente
correcta). La mía dice que el toque terapéutico
consiste en un consciente enfoque e
intensificación de nuestro campo y flujo
bioenergético natural. El proceso se basa en que
los pensamientos y las emociones son dirigidos en
una dirección determinada. Por supuesto algunas
personas hacen justamente eso en forma
inconsciente. Son aquellas en cuyo entorno se
encuentra automáticamente más paz, más energía.
Pero la aplicación consciente puede incluso ser
más efectiva. Y tal como no necesitamos saber
cómo trabajan nuestros músculos para poder
caminar, tampoco necesitamos saber con toda
exactitud cómo actúa el toque terapéutico para
utilizarlo.

252
Como este libro trata en primer lugar la
autosanación, no hablaré aquí de todas las
posibilidades de ayudar a otros. En vez de eso
deseo describir cómo puede utilizar el toque
terapéutico con usted mismo. Esa posibilidad es
pasada por alto por muchos terapeutas.
Si usted supone que ese procedimiento de sanación
requiere de una persona con mucha energía que le
entrega energía a una persona que tiene poca,
probablemente se pregunte, cómo es posible
aplicarlo a sí mismo, puesto que por fin hay que
partir de la base que usted en ese momento está
enfermo o tiene un déficit de energía. Si su
suposición fuera correcta, eso naturalmente no
tendría ningún sentido. Según mi hipótesis de
trabajo, la enfermedad no se origina por un déficit
de energía, sino por medio de tensiones locales
que obstaculizan o bloquean el flujo de energía.
Yo pienso que el efecto del toque terapéutico
consiste en promover el flujo de energía y con eso
favorecer la disolución de las tensiones. El cuerpo,
que estaba bloqueado por medio de tensiones,
queda entonces en condiciones de continuar la
obra, por medio de su proceso natural de
autosanación. Como sea que expliquemos el
proceso, el hecho es que podemos utilizar ese
procedimiento con nosotros mismos. Eso se ha
comprobado en numerosos casos.

253
La herramienta más apropiada para el toque
terapéutico son las manos, especialmente las
palmas y las puntas de los dedos. Esas son las
zonas en las que normalmente el campo
bioenergético es muy intenso, y se lo puede
intensificar aún más de un modo muy sencillo.
Durante mis estudios con sanadores hawaianos y
africanos, observé que ellos a menudo se frotan
las manos fuertemente antes de tocar a un
paciente. Cuando yo mismo intenté eso, descubrí,
aparte de un hormigueo, una peculiar sensación de
presión leve, cuando colocaba las palmas de mis
manos, una frente a la otra, a una distancia de
veinte a treinta centímetros. Posteriores intentos
demostraron que yo podía intensificar la
sensación de presión cuando deseaba y me
imaginaba que salía “más” energía de mis manos.
Si mantenía mis manos algunos centímetros sobre
la superficie de la piel de otras personas, éstas
decían sentir hormigueos, sensación de calor o
una sensación de flujo. Y poco a poco yo tenía las
mismas sensaciones cuando mantenía mis manos
sobre mi propia piel. Lo que fue aún más
impresionante, fue que descubrí que por medio de
esto yo podía aliviar muchos de mis propios
dolores, fueran externos o internos. Sobre la base
de lo que he aprendido por experiencia propia y
transmito a otros, yo propongo para el
autotratamiento los siguientes pasos:

Respire profundo dos o tres veces y relaje sus


músculos o haga uno de los ejercicios de
relajamiento ya descritos. Ese no es
necesariamente un prerrequisito, pero es muy útil.
Frote fuertemente las palmas de sus manos de 15 a 30
segundos.

254
Mantenga las palmas de sus manos, una frente a la
otra, a una distancia de 15 a 30 centímetros e
imagínese que entremedio hay un campo
energético que se hace cada vez más fuerte. Para
eso deberían bastar algunos segundos. No piense
si puede sentir ese campo energético o no. Eso
llega por sí mismo.
Mantenga sus manos justamente sobre la parte a
tratar, e imagínese que la energía penetra en esa
parte y sana las molestias. Puede ser útil
imaginarse que la energía tiene un color
determinado. Con molestias en el interior del
cuerpo imagínese simplemente cómo entra la
energía al cuerpo y actúa allí. A mí me gusta
mantener mis manos un poco arqueadas y
formando un ángulo hacia adentro, como para
concentrar mejor la energía sobre la parte
deseada. Pero eso no tiene necesariamente que ser
así. Oriéntese simplemente por lo que siente mejor
para usted. Utilice adicionalmente afirmaciones
sugestivas, que según su percepción sean
apropiadas. Si tiene la impresión de que la energía
disminuye, frótese nuevamente las manos y retome
el tratamiento. Usted lo puede continuar por todo
el tiempo que desee. Yo mismo ocupo rara vez
más de cinco minutos en forma consecutiva, en
general incluso menos. La imaginación es un
factor importante en esta técnica. Otro factor es la
sugestión, y también existe un efecto
verdaderamente energético.
Si no puede alcanzar con sus manos la parte a tratar,
acérquelas lo más que pueda sin hacer esfuerzo.
Imagínese cómo fluye la energía hacia la parte
deseada. De hecho lo hará.

255
Masaje meridiano

Esta técnica está en cierto modo emparentada con el


toque terapéutico y se utiliza como parte de la
llamada kinesiología aplicada, que es ejercida cada
vez más por los quiroprácticos. En el masaje
meridiano la mano o los dedos se llevan a lo largo
de las líneas invisibles del cuerpo, que en la
acupuntura china se designan como “meridianos”.
El autotratamiento con este método es (hasta
donde sé) una innovación mía. Como todos los
comentarios acerca de su forma de producir efecto
son meras teorías, los evitaré para nosotros.
Solamente quiero expresar la suposición de que el
masaje meridiano probablemente estimula el flujo
bioenergético.
Como aquí se trata de un autotratamiento, deseo
limitarme a tres meridianos. Los dos primeros
podemos imaginarlos como líneas que parten
desde el centro del pecho, que corren a lo largo
del lado interior del brazo derecho o izquierdo
hasta la punta de los dedos meñiques. La tercera
línea es la línea central vertical a través de nuestro
cuerpo.

256
Usted puede efectuar el masaje meridiano con la
palma de la mano o también con las puntas de los
dedos. Para el tratamiento del lado izquierdo pase
la palma de su mano derecha o las puntas de los
dedos de la mano derecha con un movimiento
suave a lo largo del meridiano hasta las puntas de
los dedos. Repita eso por lo menos tres veces.
Proceda de igual forma al lado derecho (con la
otra mano por supuesto). Para el masaje de la
línea media vertical pase una mano desde la ingle
hacia arriba, hasta sobrepasar la frente. Si usted
desplaza sus manos en esas direcciones a lo largo
de los meridianos, eso produce un efecto
estimulante o fortalecedor y puede aliviar o
eliminar dolores y tensiones originados por miedo,
depresiones y cansancio. Si se desea un efecto
tranquilizante, eso se puede lograr por medio de
masajes meridianos en la dirección opuesta. No es
necesaria una preparación especial, aunque usted
eventualmente constatará que logra mejores
resultados si antes se relaja y se frota las manos.

Concentración en el dolor

257
Los dolores forman parte de los peores efectos
secundarios de una enfermedad, y por eso usted
probablemente me declarará loco si le propongo
tomar consciencia de los dolores más claramente.
¿Acaso no queremos por fin deshacernos de los
dolores y no fomentarlos? Pues bien, eso es
cierto. Pero una de las cosas más asombrosas con
las que me he encontrado, es que el dolor a
menudo disminuye cuando le prestamos más
atención. De un modo que todavía no comprendo
bien, esa atención parece disolver la tensión que
causa el dolor. Si por ejemplo, chocamos contra un
objeto compacto, parece la cosa más natural del
mundo que nos alejemos de ese objeto, sujetemos
la parte adolorida y tratemos de oponernos al
dolor. En vez de eso, la próxima vez intente
repetir, inmediatamente después, el movimiento
que ocasionó el choque por lo menos una media
docena de veces, sin tocar realmente el objeto
duro. En la mayoría de los casos el dolor
disminuirá rápidamente o desaparecerá. Yo sé que
una forma así de actuar contradice sus impulsos
naturales. Pese a eso inténtelo.
Con otro tipo de dolores usted debería realmente
concentrarse y percibir el dolor, en vez de tratar de
librarse de él. Siéntalo por completo como una
pura experiencia, sin juzgar, criticar o reclamar. A
menudo el dolor habrá disminuido o desaparecido
en cinco o diez minutos. Como alternativa usted
también podría tal vez “deshacerse del dolor
analizándolo”. De esto forma parte que usted le
hace preguntas al dolor y las contesta, aunque le
parezcan extrañas o irrelevantes. Las siguientes
preguntas podrían servir como sugerencia. Usted
debe encontrarle alguna respuesta a cada una.

258
¿Qué forma tiene el dolor? (redondo, cuadrado,
alargado, etc.).
¿Qué tamaño tiene? (largo, ancho y profundidad en
metros o centímetros).
¿Cuánto pesa?
¿Qué color tiene?
¿Cuan rápido es? (en kilómetros por hora o en
hertzios).
¿Qué edad tiene?
¿Qué valor tiene? (en pesos y centavos).

Hasta que usted haya terminado con su análisis, el


dolor quizás haya cesado o por lo menos se haya
calmado en forma significativa.

Activación

Esta es un derivado del método de activación


emocional descrito en el capítulo 3. Ahí establecí
que tanto la ira como también la compasión
pueden ser sentimientos muy activadores y
saludables. No sólo pueden ayudarnos a liberarnos
de depresiones y letargo, sino también, bajo
ciertas circunstancias, a liberarnos realmente de
síntomas de enfermedades y desempeñar un papel
importante en la sanación. La compasión es una
forma de amor.

259
Mi esposa, que trabaja como consejera en clínicas
de rehabilitación, me contó de una anciana dama
que a causa de los dolores que sentía yacía en
cama y ni siquiera podía vestirse e ir a comer a la
cantina. Así por lo menos era la situación, hasta
que llegó un paciente masculino atractivo y activo,
al que ella parecía simpatizarle. Dentro de poco
tiempo ella estaba en condiciones de vestirse sola
y de servirse sus comidas junto con él en el
comedor. La mayoría de sus síntomas habían
mejorado mucho o habían desaparecido.
Al parecer, la compasión o el amor pueden ser
fácilmente estimulados desde afuera. Si no hay
ocasión para eso, la activación por medio del
enojo o la rabia es una verdadera alternativa. Yo no
abogo aquí por indignación que se debería dirigir
contra semejantes o cosas, sino por indignación
auténtica y conmovedora por las limitaciones que
nos impone la enfermedad. Ese tipo de indignación
ha transformado inválidos en deportistas. A usted
también lo puede transformar en una persona sana
y fuerte, cualquiera que sea su condición actual,
ya que si su indignación por las barreras es
suficientemente grande, usted las puede derribar.
Y después también se va a deshacer de los
pensamientos que en realidad las han causado.
Eso naturalmente podría ser una tarea no muy
fácil, ya que es posible que la represión de la ira
sea parte de su problema. Pero si no encuentra
alguna posibilidad de hacer fluir sus emociones,
podría ser que simplemente sus energías sigan
disminuyendo. Las emociones son la forma más
poderosa de energía que existe, y por eso también
tienen el mayor potencial curativo.

260
Capítulo 16

Sanación cooperativa

261
En este libro el énfasis está puesto en primer lugar
en la autosanación, en lo que usted mismo puede
hacer para mejorar su estado de salud. Ese énfasis
es necesario como contrapeso al acercamiento
mecanizado ampliamente difundido, que promueve
una dependencia casi total de otras personas y de
medios que tienen que realizar la sanación para
nosotros. En nuestra sociedad se les confiere la
condición de dioses o semidioses a médicos,
psiquiatras, psicólogos, sanadores psíquicos y
sanadores de fe, hipnoterapeutas y otros, cuando
se trata de las expectativas que se depositan en
ellos en relación con la propia salud. Igualmente
se les atribuyen propiedades mágicas a
medicamentos, yerbas curativas, dietas, ejercicios
corporales y masajes. Mientras nada cambie en
esta situación, el proceso de sanación sigue
siendo un asunto muy costoso y sólo parcialmente
efectivo. Mientras no nos demos cuenta de que
una sanación únicamente puede provenir de
nosotros mismos, muy probablemente seguiremos
otorgándoles a personas y remedios, más poder
que el que merecen y poseen. Debería estar claro
que la designación “sanador” es más bien
honorífica que lo que corresponde a la realidad.
Sería más correcto hablar de “ayudantes de
sanación”.

Nosotros necesitamos ayudantes

262
La práctica de la autosanación no tiene como
prerrequisito que desechemos la ayuda o
rechacemos buscarla. En muchos casos eso sería
simplemente tonto. Sin embargo, con frecuencia
me veo en la necesidad de recordárselo a mis
alumnos. Todos nosotros tenemos mucha
tendencia a los extremos, cuando dejamos
antiguas formas de pensar y adoptamos nuevas. Si
a uno le queda claro cuán dependiente de otros ha
hecho su salud hasta ese momento, está tentado
de decir: “¡Desde ahora no voy a depender de
nadie más!”
Si piensa un poco sobre eso, se dará cuenta que
algo así como una independencia total no puede
haber en ninguna área. Para el aire, los alimentos y
el agua, somos dependientes de la Tierra y de sus
criaturas vivas; para bienes, servicios,
conocimientos y realización espiritual,
dependemos de otras personas. Sin embargo,
nunca una dependencia es en una dirección. Existe
una maravillosa dependencia recíproca, una
maravillosa y necesaria cooperación, consciente o
inconsciente, voluntaria o involuntaria. Cuán bien
funciona ese trabajo en conjunto, depende de
cómo lo hagamos.

263
Especialmente en el campo de la sanación,
necesitamos a menudo ayuda de personas que
tienen conocimientos, habilidades, métodos,
energías y amor, que son de utilidad. Muchas
veces podemos sacar provecho práctico de medios
adicionales de ayuda, como medicamentos, dieta,
vitaminas, ejercicios corporales, etc. Usarlas no es
señal de debilidad. Eso es más bien una señal de
inteligencia, siempre y cuando comprendamos que
esas personas y cosas están presentes, no para
sanarnos, sino para prestarnos ayuda en nuestra
sanación. Será útil tener siempre presente la
siguiente idea principal:
El objetivo de la sanación es llegar a estar sano –
no aportar pruebas para un método de sanación.
Nosotros utilizamos lo que nos ayuda.
En los párrafos siguientes deseo entregarle algunos
puntos de partida acerca de cómo puede ser un
trabajo en conjunto de ese tipo en la práctica.

“Trabajo en conjunto” con alimentación,


medicamentos, ejercicios corporales, etc.

264
No veo ningún motivo para largos comentarios
sobre este tema. Haga uso de las herramientas
mentales que ha aprendido a usar por medio de
este libro. Simplemente sugiérale a su cuerpo el
efecto que espera cada vez. Imagínese los
resultados deseados. Yo no puedo decirle lo que
debe tomar o hacer, ni cuándo debe tomar o hacer
algo. Para eso usted debe escuchar el consejo de
especialistas y luego hacer lo que está bien para
usted, según lo que siente. Mientras más
objetivamente maneje eso y mientras más crea en
el efecto, mayor será éste. Sólo deseo aconsejarle
no obedecer automáticamente a una “autoridad”, o
hacer algo solamente porque teme eventuales
consecuencias en caso de que no lo haga. Decida
si el medicamento, el ejercicio corporal o lo que
sea, lo puede ayudar en su autosanación. Y
cuando se haya decidido por algo, tenga presente
ese objetivo cuando lo aplique.

Trabajo en conjunto con médicos

Los siguientes comentarios se refieren a la posición


de los médicos en general. Se sobreentiende que
éstos no pueden considerar la habilidad y las ideas
personales de cada médico.

265
En primer lugar, cuando hablo de “trabajo en
conjunto” con médicos, no entiendo por eso la
obediencia ciega y la aprobación incuestionable
que tan a menudo se entiende por eso. Yo entiendo
trabajo en conjunto o cooperación tal como está
definido en el diccionario, como “actuar o trabajar
en conjunto”. Eso significa que lo que usted hace
es igual de importante, si no incluso más
importante, que lo que hace el médico, ya que se
trata de su cuerpo. El sanador es usted. El médico
es sólo un ayudante. Ahora deseo referirme
brevemente a los dos tipos de médicos con los que
usted probablemente tendrá que ver. Por un lado
están los médicos para el cuerpo (médicos de
medicina general, cirujanos, homeópatas,
especialistas en acupuntura, etc.) y por otro lado
los médicos para la psiquis (psiquiatras,
psicólogos, hipnoterapeutas, etc.).

266
Los médicos para el cuerpo son maestros
mecánicos muy instruidos, preparados
minuciosamente. Ellos saben muchísimo acerca
de cómo funciona el cuerpo como mecanismo,
aunque también hay muchas cosas que no saben
acerca de ese aspecto del cuerpo. Muchas de sus
informaciones sobre enfermedad se basan en
teorías, porque mucho de su preparación no
proviene del estudio de personas vivas, sino de
muertos. Y por lo regular su preparación no ha
considerado los aspectos mentales y emocionales
de la enfermedad, de modo que ellos los enfrentan
inseguros o en forma adversa. Además, ellos
tienden a poner el énfasis en un método de
tratamiento especial (en el que han invertido
mucho tiempo, esfuerzo y dinero) y en
considerarlo como el mejor, mientras que observan
otros métodos con desconfianza con respecto a su
valor. Sin embargo, hay casos en que su habilidad
puede ser enormemente grande. Cuando yo creo
necesitar los servicios de un mecánico de cuerpos,
no vacilo en dirigirme a uno de ellos. Pero
entonces tengo en claro que hago uso de esos
servicios sólo como ayuda, y que él solamente
puede apoyar mi propio proceso de sanación, por
muy grande que pueda ser su habilidad. Cuando se
trata de su cuerpo, decide usted, y el médico es
solamente un experto pagado por usted.
Escúchelo, hágale preguntas acerca de todo lo que
usted no comprende o de aquello en lo que no está
de acuerdo, y “co-opere” con cada plan de
tratamiento, considerando los métodos de él como
complemento de su propio trabajo de imaginación.

267
También los médicos para la psiquis son en general
muy instruidos y preparados minuciosamente, pero
se dedican a algo mucho menos tangible que el
cuerpo, que son las ideas y emociones. En general
ellos son buenos para etiquetar síntomas, pero
tienden a olvidar que una etiqueta no es una
explicación. La mayoría de ellos siguen una
determinada “escuela” de pensamiento (son
freudianos, junguianos, conductivistas, etc.), lo
que significa que ponen un mayor énfasis en
determinados métodos que en otros. Tienen
tendencia a atribuirle un alivio o una sanación más
bien a su método que a la persona. El hecho es,
sin embargo, que nadie ha sido jamás sanado por
medio de un método o de una técnica y tampoco
por un medicamento. Tanto los métodos como los
medicamentos pueden ser útiles para ayudar al
cuerpo en su proceso de sanación, pero los
métodos y los medicamentos en sí no producen
ningún efecto. Un buen médico para la psiquis es
un maestro en los métodos de autoconocimiento, y
habitualmente tiene un gran capital en
conocimientos generales sobre la mente y las
emociones y sus interacciones con el cuerpo. Sus
conocimientos son mucho más generales que los
del médico del cuerpo, porque dos cuerpos
humanos que se pueden observar directamente,
tienen muchísimo más en común que el contenido
no directamente observable de la mente de dos
personas. Aunque, además, se consideren también
sus propias convicciones y prejuicios personales,
él puede, sin embargo, dar a menudo sanos
consejos para efectivas formas de pensar y
efectivos sistemas de referencia. De ese modo, se
puede hacer uso de sus servicios para aprender
métodos de autoconocimiento o recibir consejo

268
acerca de cómo uno puede guiar sus pensamientos
y emociones por mejores caminos. Pero como el
médico para la psiquis no conoce su forma de
pensar y sus sentimientos, mejor escuche lo que él
tiene que decir y elija de sus técnicas y consejos
lo que mejor ayuda según su impresión. Sea lo
suficientemente abierto como para intentar alguna
vez algo que no le parece absolutamente erróneo,
pero mantenga solamente lo que le produce
buenos efectos.

Trabajo en conjunto con sanadores psíquicos

269
Tal vez usted visite algún día a un sanador psíquico,
llamado también sanador espiritual. Existe en todo
caso una gran cantidad de éstos que son buenos.
Por “bueno” entiendo que ellos intentan
honestamente ayudar a las personas, y que sus
métodos de tratamiento tienen éxito. En general
ellos compartirán con usted abundantes reservas
de bioenergía, para apoyar el proceso de sanación
de su cuerpo, y transmitirle, además, las
sugestiones correspondientes. La única manera de
averiguar si un sanador es “bueno” consiste,
según mis conocimientos, en preguntarle a la
gente que lo ha consultado, o ir y probar cómo
uno reacciona ante él. Tal como el médico, el
sanador también puede ser parcial y creer que
solamente su método o técnica puede sanarlo a
usted, pero eso no debería impedirle sacar
provecho de la energía adicional que él tal vez
pueda darle. También un sanador así es solamente
un experto, de cuyos servicios usted hace uso
para complementar su propio proceso de sanación.
Mientras mejor sea su conexión con el sanador,
mejores serán los resultados del tratamiento. Haga
un intento si usted es escéptico – podría tener una
sorpresa. Si en cambio tiene miedo, yo le
recomiendo no tomar en consideración esa forma
de ayuda, hasta que haya superado el miedo, ya
que éste impediría un posible beneficio. Si decide
hacer el intento con un sanador – como
complemento a sus propios esfuerzos por una
sanación -, entonces tenga en claro que usted
tiene la libertad para combinar ese tipo de
tratamiento con cualquier tratamiento médico en el
que en ese momento se encuentre. Éstos no son
incompatibles – por lo menos los métodos de
tratamiento no lo son – aunque los médicos y los

270
sanadores no se llevan bien del todo. Pero ese es
problema de ellos y no suyo. Piense en que su
objetivo es llegar a estar sano. Por eso no vacile
en recurrir a todas las fuentes de ayuda
disponibles. Sin embargo, tenga siempre presente
que usted mismo es el sanador principal.

Trabajo en conjunto con un amigo

Crear salud por medio de la imaginación es un


proceso personal, pero éste le resultará mucho
más fácil si otra persona lo comparte y ayuda. Esa
otra persona puede ser un pariente o un amigo,
alguien con quien usted se junte a menudo. El
prerrequisito es que estén de acuerdo en que lo
que hacen tiene sentido. La ayuda mutua consiste
en que hacen juntos los ejercicios, realizan los
diferentes ejercicios por turno, se indican
recíprocamente las posibles técnicas y la
importancia de las regiones del cuerpo por
separado y comparten su bioenergía cuando uno o
el otro lo necesita. Crear salud divierte más y es
más efectivo, si usted puede hacerlo junto con otra
persona.

Crear un grupo de autoayuda

271
Lejos la mejor manera de llevar a la práctica los
métodos de este libro, consiste en fusionarse con
otras personas, que igualmente quieran aprender a
sanarse a sí mismas y también estén dispuestas a
ayudar a otros, y formar un grupo de autoayuda. La
unión de ideas, energías y fuentes de ayuda y el
fortalecimiento y aliento recíproco, pueden
producir en todo el grupo progresos esenciales e
incluso sensacionales. Yo sé eso, porque la
experiencia de varios grupos formados por mí lo
han demostrado. El más antiguo de esos grupos de
ayuda existe desde hace siete años y en ese
tiempo ha contado con una cantidad de entre tres y
veinticinco miembros. No quiero asegurar que
todos ellos estén permanentemente sanos por
completo, pero una gran cantidad que no lo estaba
antes de ingresar al grupo, está ahora sana, y
también el resto lo está la mayor parte del tiempo.
Si miembros del grupo se enferman por razones
personales, reciben rápidamente apoyo y ayuda de
los demás, de manera que mejoran en forma
rápida. En el grupo se presentan rara vez resfríos,
gripes y otras enfermedades menores, y cuando
aparecen se superan rápidamente. La mayoría de
los miembros del grupo visitan a un médico con
mucho menor frecuencia que antes, porque muy
rara vez lo necesitan, y algunos ya han olvidado
qué aspecto tiene por dentro la consulta de un
médico. Aquellos que han tenido accidentes se han
recuperado más rápido de lo esperado, y los
enfermos graves (que ya estaban enfermos antes
de ingresar al grupo) reciben todo el apoyo que
pueden necesitar.

272
No existen reglas fijas para la creación de tales
grupos de autoayuda, y por eso sólo quiero
entregar aquí algunas sugerencias que se basan
en mi propia experiencia. Lo más importante es el
deseo de ayudarse recíprocamente y de llegar a
estar y permanecer más sano.

Organización de grupos de ayuda

Háganlo en forma sencilla. Lo único que realmente


necesitan es un jefe de grupo u organizador, que
organice y dirija las reuniones y otras actividades.
No necesitan preocuparse por asignación de
cargos y comités. Hagan el asunto de manera
informal y tomen decisiones por medio de un
consenso de grupo. Trabajen con un espíritu de
disposición a la ayuda. Después habrá cada vez
más voluntarios que hagan lo necesario. En ese
tipo de atmósfera (se la podría llamar afectuosa)
las energías curativas podrán fluir libremente.
Reúnanse regularmente cada semana si pueden. Esa
es una “recarga”, para que las ideas de salud y
autosanación se mantengan. Si no se pueden
reunir semanalmente, entonces por lo menos dos
veces al mes o, si no es posible de otra manera,
una vez. Si las reuniones se hacen todavía menos
frecuentes, el trabajo de grupo perderá su efecto.

273
De tres a siete miembros es un tamaño de grupo muy
bueno para nuestro objetivo. Si éste se agranda,
entonces es necesario un jefe de grupo más
enérgico, como también una reorganización. Una
solución sería dividir el grupo grande en varios
pequeños. Entonces el grupo grande podría
reunirse una vez al mes y los pequeños
semanalmente cada uno. Otra solución sería que el
grupo grande se reuniera semanalmente y los
pequeños mensualmente o también más
frecuentemente en otras ocasiones. Mientras más
grande llega a ser un grupo de autoayuda, mayor
es el riesgo de que se convierta en un auditorio
pasivo con unos pocos dirigentes activos. Eso
puede tener ventajas cuando se trata de transmitir
conocimientos, pero entonces ya no es más un
grupo de autoayuda. Por eso mantengan pequeños
los verdaderos grupos de autoayuda. Si el número
de interesados es grande, usted siempre puede
organizar reuniones generales de varios grupos,
que junto con eso deben mantener sus propias
asambleas.
Si el grupo está a punto de sobrepasar la cantidad de
siete miembros, y tienen dentro de él a alguien con
un poco de talento literario, tal vez podría surgir el
deseo de publicar un volante de una o dos hojas,
con sugerencias y técnicas, reseñas
especializadas y alusiones inspiradoras.
Mientras el grupo sea pequeño, usted no debería
preocuparse por pago de cuotas o asuntos
similares. Pero si se llega a un punto en que los
costos de refrescos, hojas de comunicaciones y
similares se hacen considerables, deje que el
grupo decida acerca de una cuota adecuada que
cubra esos gastos.

274
Actividades en reuniones de grupo
(Secuencia según el parecer común)

Ampliación de estudios e intercambio de experiencias.


En el tiempo destinado para esto, se proponen y se
discuten ideas y métodos y se intercambian
experiencias personales. Esta parte se puede
organizar fácilmente, leyendo un párrafo de un
libro sobre autosanación (ya sea este libro u otro
de interés) y a continuación discutiendo al
respecto y eventualmente probando técnicas que
se hayan mencionado.
Sanar. Durante esta parte de la reunión se trabaja
directamente con los miembros del grupo que
estén presentes. Una posibilidad es la meditación
de grupo. Ésta es dirigida por alguien que le dé a
cada persona presente sugestiones apropiadas
para su sanación. Tal vez el grupo desee también
utilizar uno de los muchos cassettes de sanación o
meditación que están en el mercado. Es muy
efectivo cuando un miembro del grupo que
necesita sanación se sienta en el medio, y los
demás, como se describe en el capítulo 15, le
dirigen energía curativa por medio de sus manos,
acompañada de sugestiones mentales o
murmuradas. Si se desea, todos los miembros del
grupo pueden sentarse en el medio, uno después
del otro. Quien está de turno, tiene por supuesto
que cooperar interiormente con su sanación.

275
Parte social. Para formar una buena cohesión dentro
del grupo, también debe quedar tiempo para
conversar y servirse juntos un refrigerio. A veces
una parte sorprendente de la sanación ocurre
justamente durante ese lapso de manera
espontánea. Sin embargo, cuando todavía deben
cumplirse otras tareas, yo recomiendo dejar la
parte social para el final de la reunión.

Otras actividades

Sanar sobre “alambre caliente”. Yo pienso que esta


es una de las tareas más importantes del grupo de
autosanación. El “alambre caliente” significa que
cada miembro puede llamar a otro, cuando en sus
esfuerzos por lograr una sanación necesita ayuda,
refuerzo, aliento o informaciones. Es muy
fortificante saber que uno se puede dirigir a
alguien en momentos de necesidad. Si el miembro
del grupo al que uno se ha dirigido no está en
condiciones de ayudar solo, entonces les avisa a
los demás, que a su vez se comunican con la
persona que necesita ayuda u organizan una
reunión. En la mayoría de los casos, sin embargo,
bastará con ayudar a la persona con palabras de
aliento y algunas sugerencias.

276
Cuando estaba trabajando en este capítulo me llamó
por teléfono una mujer de nuestro grupo de
autoayuda, a cuya hija le dio fiebre alta justamente
cuando la familia hacía preparativos para un viaje
de vacaciones. Según dijo, quería llevar a la
muchacha al médico en la tarde. Yo encontré que
esa era una buena idea, pero le pregunté si había
ocurrido algo que hubiera podido sacar de quicio a
la muchacha y supe que había tenido un grave
conflicto con su hermano. Entonces le propuse a la
madre que indujera a su hija a “golpear
mentalmente” al hermano y que me llamara
después por teléfono. La madre conocía esa
posibilidad, pero en ese momento no había
pensado en ella. No mucho rato después ella me
llamó por teléfono nuevamente y me contó que la
temperatura de su hija estaba otra vez normal, y
que la muchacha se había divertido realmente con
el asunto.
Con esto he llegado al final de mi libro. He
compartido (con usted) diferentes ideas, teorías,
experiencias y métodos, con la esperanza de que
por lo menos algunos de ustedes encuentren algo
que los ayuden a estar más saludables y felices.
Por mucho que lo sienta, no puedo hacer
absolutamente nada por usted – en el sentido de
“hacerme cargo de algo que a usted le
corresponde hacer”. Y eso tampoco puede hacerlo
nadie. El objetivo de este libro está bien
representado en las siguientes líneas de Lord
Byron:

Las palabras son cosas. Como rocío


cae una pequeña gota de tinta
sobre el pensamiento,
y miles piensan sobre eso.

277
¿O son incluso millones?

278

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