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Enfermedades del sistema

circulatorio

Enfermedades del sistema inmune


Enfermedades del sistema urinario

Enfermedades del sistema linfático

Enfermedades del sistema musco-


esquelético
Teatro romano
El teatro romano fue una construcción típica del Imperio, cuya finalidad era la interpretación
de obras dramáticasgriegas y latinas.

Teatros, anfiteatros y circos romanos


La política de romanización de los pueblos conquistados hizo
que se construyeran teatros, así
como anfiteatros, circos, foros y templos con similares
características a lo largo de todo el Imperio,
desde Hispania hasta el Levante. En Grecia y las
regiones helenizadas estos edificios presentaban elementos
arquitectónicos tanto romanos como griegos. Si bien hay
ciertas semejanzas entre circos, teatros y anfiteatros, tanto
en su construcción (piedra y mortero), como en su finalidad;
el ocio ciudadano y el prestigio de los benefactores, cada uno tenía funciones y
formas diferentes:

 El circo se usaba para las carreras, en especial de cuadrigas.


 El anfiteatro era utilizado para los juegos circenses (ludus circensis) y
combates de gladiadores.
 El teatro, por último, era el lugar donde se representaban diferentes
tipos de obras dramáticas.

Estructura

Vista Recreación artística del interior


del auditorium: 1) Scaenae del Teatro de Pompeyo de
frons 2) Porticus post scaenam Roma mostrando el templo de
3) Pulpitum 4) Proscaenium 5) Venus Victrix (arriba a la
Orchestra 6) Cavea 7) Aditus derecha)
maximus
8) Vomitorium, Teatro romano
de Bosra, Siria.
Las características principales del teatro romano derivaron en un principio de
las del teatro griego, ya que muchas de las características generales de
la arquitectura romana proceden directamente de la arquitectura del período
helenístico.
Los primeros teatros se construyeron en madera y adobe; éstos se derribaban
después de que el acontecimiento para el cual fueron erigidos concluyera. Una
ley impedía la construcción de teatros permanentes, sin embargo, en
el 55 a. C. se construyó el Teatro de Pompeyo con un templo para evitar la ley.
Con el paso del tiempo, los teatros romanos desarrollaron características
específicas. La mayor parte de los teatros romanos conservados siguen el
modelo arquitectónico propuesto por Vitrubio, constando de:

- Scaenae frons (frente escénico), normalmente compuesto de un doble orden


de columnas.

- Orchestra: semicírculo o un poco más de un semicirculo frente a la escena


en el que se sentaban las autoridades, actuaba el coro y se alzaba un altar en
honor a Dioniso.

- Aditus: Pasillos laterales de entrada a la orchestra.

- Cavea: Estructura semicircular en la que, según el rango social, se situaban


los espectadores. Se dividía en ima cavea, media cavea y summa cavea,
divididos por pasillos horizontales (diazomatas). Se divide en sectores
circulares (cunei).

- Vomitoria: Entradas abovedadas por las que se accedía a la cávea.

- Proscaenium (proscenio): Espacio delante de la escena en el que se


desarrollaba la acción dramática.

- Porticus post scaenam (Pórtico detrás de la escena): Patio porticado con


columnas detrás de la escena.
Algunos teatros podía apoyar la cávea sobre galerías abovedadas, mientras
que en otros, los arquitectos aprovechaban la ladera de alguna colina para
excavar sobre ella la cávea del teatro.
El teatro podría cubrirse con toldos para proteger a los espectadores de la
lluvia o de la luz del sol.
Además, muchos teatros contenían pequeños templos en su estructura.
Historia del himno nacional antiguo
Orígenes
En 1879, la Sociedad Literaria «El Porvenir», intentó infructuosamente crear un Himno
Nacional para Guatemala. Hasta en 1889, el presidente de Guatemala, general Manuel
Lisandro Barillas Bercián, convocó a un concurso para elegir la música que complementaría la
letra del «Himno Nacional» escrita por el poeta Ramón P. Molina. En este certamen tomaron
parte distinguidos compositores, y el triunfo fue adjudicado a la música presentada por Rafael
Álvarez Ovalle.2

Concurso convocado por Reina Barrios


En 1896, el gobierno del general José María Reina Barrios convocó a un nuevo concurso,
«Considerando que se carece en Guatemala de un Himno Nacional, pues el que hasta hoy se
conoce con ese nombre, no sólo adolece de notables defectos, sino que no ha sido declarado
oficialmente como tal; y que es conveniente dotar al país de un himno que por su letra y
música responda a los elevados fines en que todo pueblo culto presta esta clase de
composiciones».5 De este nuevo concurso salió nuevamente premiada la obra de Rafael
Álvarez Ovalle, esta vez musicalizando un poema amparado con el seudónimo de «Anónimo».
El triunfo concedido nuevamente al maestro Álvarez Ovalle le costó los momentos más
amargos de su existencia, pues hubo descontento entre los que no ganaron, quienes incluso
hicieron llegar su queja hasta el primer mandatario. Reina Barrios, en presencia de los
miembros de su gabinete, otras personalidades y maestros de arte musical, volvieron a
escuchar todas las composiciones que compitieron en el concurso, habiendo salido electa
nuevamente por unanimidad, la del maestro Rafael Álvarez Ovalle.

¡Guatemala feliz...! Ya tus aras ocultarEs tu enseña pedazo de cielo

No sangrienta feroz el verdugo, Entre nubes de nítida alburad


No hay cobardes que laman el yugoa Y ¡ay de aquel que con mano perjura
Ni tiranos que escupan tu faz. Sus colores se atreva a manchar!
Si mañana tu suelo sagrado
Lo profana invasión extranjera Que tus hijos valientes y altivos
Tinta en sangre tu hermosa bandera Ven con gozo en la ruda pelea
De mortaja al audaz servirá.b El torrente de sangre que humea
Del acero al vibrante chocar.e
CORO
CORO
Tinta en sangre tu hermosa bandera
De mortaja al audaz servirá, El torrente de sangre que humea
Que tu pueblo con ánima fiera De acero al vibrante chocar,
Antes muerto que esclavo será. Que es tan sólo el honor su presea
Y el altar de la patria, su altar.
II
IV
De tus viejas y duras cadenas
Tu fundiste con mano iracunda Recostada en el ande soberbio
El arado que el suelo fecunda, De dos mares al ruido sonoro
Y la espada que salva el honor. Bajo el ala de grana y de oro
Te adormeces del bello quetzal.
Nuestros padres lucharon un día
Encendidos en patrio ardimiento, Ave indiana que vive en tu escudo,
Te arrancaron del potro sangriento Paladión que protege tu suelo
Y te alzaron un trono de amor. ¡Ojalá que remonte su vuelo
CORO Más que el cóndor y el águila real!
Te arrancaron del potro sangriento CORO
Y te alzaron un trono de amor.
¡Ojalá que remonte su vuelo
Que de patria al enérgico acento
Más que el cóndor y el águila real,
Muere el crimen y se hunde el error.c
Y en sus alas levante hasta el cielo,
Guatemala, tu nombre inmortal!

Letra del himno nacional Reciente


Himno nacional de Guatemala
¡Guatemala feliz…! que tus aras Es tu enseña pedazo de cielo
no profane jamás el verdugo; en que prende una nube su albura,
ni haya esclavos que laman el yugo y ¡ay! de aquel que con ciega locura
ni tiranos que escupan tu faz. sus colores pretenda manchar.

Si mañana tu suelo sagrado Pues tus hijos valientes y altivos,


lo amenaza invasión extranjera, que veneran la paz cual presea,
libre al viento tu hermosa bandera nunca esquivan la ruda pelea
a vencer o a morir llamará. si defienden su tierra y su hogar.

Coro Coro
Libre al viento tu hermosa bandera Nunca esquivan la ruda pelea
a vencer o a morir llamará; si defienden su tierra y su hogar,
que tu pueblo con ánima fiera que es tan solo el honor su alma idea
antes muerto que esclavo será. y el altar de la patria su altar.

De tus viejas y duras cadenas Recostada en el Ande soberbio,


tú forjaste con mano iracunda, de dos mares al ruido sonoro,
el arado que el suelo fecunda bajo el ala de grana y de oro
y la espada que salva el honor. te adormeces del bello quetzal.

Nuestros padres lucharon un día Ave indiana que vive en tu escudo,


encendidos en patrio ardimiento, paladión que protege tu suelo;
y lograron sin choque sangriento ¡ojalá que remonte su vuelo,
colocarte en un trono de amor. más que el cóndor y el águila real!

Coro Coro
Y lograron sin choque sangriento ¡Ojalá que remonte su vuelo,
colocarte en un trono de amor, más que el cóndor y el águila real!
que de patria en enérgico acento y en sus alas levante hasta el cielo,
dieron vida al ideal redentor. Guatemala tu nombre inmortal.
El teatro en la actualidad

El Teatro En La Actualidad
Desde finales de los sesenta y a lo largo de los años setenta surge un grupo de dramaturgos y de
«compañías» que se rebelan contra el teatro comercial que triunfa en escena. Escriben y
representan un teatro diferente que encuentra serias dificultades: la censura por un lado y los
empresarios, que no se arriesgan a montar obras dirigidas a un público minoritario, por otro. A
finales de los setenta y durante los ochenta la situación del teatro mejora notablemente, ya que
empieza a conocerse la obra de dramaturgos silenciados.

Los grupos independientes


En 1975 existían alrededor de ciento cincuenta agrupaciones teatrales no
comerciales, que aspiraban a que su repertorio fuese la «expresión » del grupo, a
conseguir una conciencia ideológica y estética que los definiera.
Deseaban aproximarse a los públicos populares, y para eso realizaban seminarios
y rompían con la convención comercial de representar en un espacio y con un
precio determinados.

Algunos grupos independientes fueron Els Joglars, encabezados por Albert Boadella, basados en la
parodia; Los Goliardos, que pretendían representar el mejor teatro contemporáneo; Tábano, que hacía un
teatro popular; Los Cátaros; Teatro Estudio Lebrijano, etc.

Teatro realista de denuncia


Los motivos centrales de estas obras son la injusticia social, la explotación del hombre o las condiciones
de vida de la gente trabajadora. Los personajes son siempre víctimas de la sociedad. Frente
al lenguaje pulcro y cuidado de la comedia oficial, aparece el lenguaje barriobajero, directo, sin
eufemismos.
Los principales autores de este tipo de teatro son:
 José María Rodríguez Méndez (1925). La denuncia de una situación indigna y la crítica social
se ven representadas en Vagones de madera (1958) y La batalla de Verdún (1961), entre otras.
 José María Bellido (1922). Sus obras alegóricas pretenden desenmascarar las ideas
consagradas que dominan la sociedad. Son teatro realista Rubio cordero (1970) y Milagro en
Londres (1971).
 Carlos Muñiz (1927). Desde el realismo (El grillo o El precio de los sueños) evoluciona hacia
un neoexpresionismo.
 Lauro Olmo (1923-1994). Evoluciona de un realismo cruel hacia formas alegóricas y
esperpénticas: La camisa (1962), Mare Nostrum (1966).
 José Martín Recuerda (1925). Sitúa sus dramas en una Andalucía trágica y violenta: Las
salvajes en Puente San Gil (1961),Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipcíaca (1970).
 Andrés Ruiz (1928). Representa la tendencia más realista y cruda del teatro de posguerra: La
espera (1961), Como un cuento de otoño (1964).
Teatro hermético
 José Ruibal (1925). Su teatro se caracteriza por el antidramatismo, dobles sentidos y una
simbología animal difícil de descifrar: Los mendigos (1955), El asno (1962).
 Antonio Martínez Ballesteros (1929). Comenzó con teatro realista, para evolucionar hacia la
alegoría y, posteriormente, la parábola: El país de Jauja (1963), El camaleón (1967).
 Manuel Martínez Mediero (1938). Con El último gallinero (1969) se interna en el teatro
alegórico: El convidado (1971), Las planchadoras (1971).

Teatro experimental
Se propone la búsqueda de nuevas formas teatrales experimentando con los recursos
de que dispone el actor. El resultado puede ser desde la falta misma de un texto para
ser recitado en las tablas hasta la imprecación dirigida al espectador.
 Fernando Arrabal (1932). Tras la crítica adversa que recibió Los hombres
del triciclo (1958) se marchó a Francia, donde ha escrito la mayor parte de su
obra, ya que consideró que el público no estaba preparado para asumir su
teatro experimental e inconformista. Los personajes de sus obras (sobre
todo en las primeras) no pueden integrarse en un sistema extraño y ajeno a
sus principios: Pic-nic, El triciclo, El laberinto, etcétera (ver t83).

Escena de Pelo de tormenta, de Francisco Nieva, 1997. Dirigida por Juan Carlos
Pérez de la Fuente.

Teatro puesto en cuestión


Durante los años setenta una serie de autores dramáticos escribe obras en las que se plantea la identidad
del hecho teatral, y presentan alternativas a la representación tal como se había entendido
tradicionalmente.
 Francisco Nieva (Valdepeñas, Ciudad Real, 1927). El lenguaje, los personajes y las situaciones
se liberan en escena para que pueda tener lugar lo posible y lo imposible.
Su producción suele dividirse en «teatro de farsa y calamidad» (Tórtolas, crepúsculo y... telón, El paño
de injurias) y «teatro furioso» (Es bueno no tener cabeza, Pelo de tormenta, Nosferatu).

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