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SEMINARIO

“ELIMINACION DE XENOBIOTICOS”

CURSO: BIOQUIMICA EXPERIMENTAL


DOCENTE: Dr. Salazar Castillo, Marco Leoncio

INTEGRANTES:
SANCHEZ ANGELES, STEFFANY
SEVILLA NIEVES, PATRICIA
VALVERDE RUIZ, SELENE
YEPEZ CUADRA, MELISSA

VI CICLO

2018
Contenido

I. INTRODUCCIÓN 3
II. EXCRECIÓN DE XENOBIÓTICOS 3
Excreción renal 4
La filtración glomerular 4
Secreción tubular 4
La reabsorción tubular 5
Excreción hepática o biliar 5

III. EFECTO DE PESO MOLECULAR, SOLUBILIDAD Y POLARIDAD SOBRE


LA EXCRECIÓN 7
Efecto de la solubilidad y polaridad sobre la absorción y excreción 7
Efecto del peso molecular sobre la excreción 8

IV. OTRAS RUTAS DE ELIMINACIÓN 9


Pulmones 9
Eliminación ligada al sexo 9
Eliminación alimenticia 9

V. RUTAS OSCURAS DE ELIMINACION DE XENOBIOTICOS 10


VI. XENOBIOTICOS Y EL MEDIO AMBIENTE 10
VII. BIBLIOGRAFÍA 17

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EXCRECIÓN Y ELIMINACIÓN DE XENOBIÓTICOS Y SUS
METABOLITOS

I. INTRODUCCIÓN
Nuestro organismo, en forma constante, se encuentra en contacto con innumerables
sustancias químicas, las que pueden ingresar por ingestión, inhalación o absorción a
través de la piel y mucosa intestinal. Estas sustancias pueden o no causar daño
dependiendo de su concentración y su transformación en los tejidos de nuestro
organismo, las que han sido denominadas xenobióticos. (Bornaz, 2010)

La palabra xenobiótico deriva del griego xeno (extraño) y bio (vida), el término
xenobiótico es entonces un compuesto químico extraño a nuestro organismo que ha
ingresado por cualquiera de las vías que hemos señalado. Cada xenobiótico es
sometido a procesos de transformación con la finalidad de hacerlo menos dañino,
procesos que se conocen con el nombre de Metabolismo de xenobióticos; pero a veces
la transformación del xenobiótico puede dar origen a compuestos más dañinos. Por
ejemplo, el metanol se transforma en nuestro organismo en formaldehído y ácido
fórmico, sustancias más dañinas que el metanol.Por tal razón ya no cabe utilizar el
término detoxificación, que en este caso no lo habrá; es preferible utilizar el término
metabolismo de xenobióticos o biotransformación. Ninguna sustancia química es
totalmente inocua para nuestro organismo, en determinada concentración puede causar
daño; incluso el oxígeno, tan vital, a elevadas concentraciones. Pero nos interesa
principalmente las sustancias extrañas a nuestro organismo. (Murray, 2005)

No solo es importante conocer la dosis letal de estas sustancias, sino también aquellas
otras que no causan daño inmediato, pero que al ser administradas en pequeñísimas
cantidades y en forma frecuente son potencialmente dañinas. Quizá este tipo de
sustancias sean ahora las más interesantes, porque causan daño solapado, que podría
estar relacionado, por ejemplo, con la aparición de un cáncer. (Bornaz, 2010)

II. EXCRECIÓN DE XENOBIÓTICOS


Una vez que una sustancia ha sido absorbida, sus efectos dañinos quedarán
minimizados si se excreta con rapidez.
EXCRECIÓN: es el paso del xenobiótico o de sus metabolitos desde el organismo hacia
el exterior a través de los fluidos biológicos, principalmente la orina y la bilis (excreción
renal y hepática), pero también puede producirse mediante el aire exhalado, secreciones
(sudor, leche, saliva, etc.) y mediante la renovación normal del pelo y la piel.
La utilización de una u otra vía dependerá de 3 factores:

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- El peso molecular del fármaco: peso molecular bajo (<200) se eliminará por la
orina, mientras que los de peso molecular alto (>200) lo hacen a través de la
bilis. La aspirina por ejemplo al tener un peso de 180 KD se excretará por orina.
- De la presencia de grupos polares: a mayores grupos polares pasa peor por las
membranas.
- De la capacidad del fármaco para ionizarse.

A. Excreción renal
Los riñones están principalmente y perfectamente designados para la excreción.
Estos órganos participan en la eliminación de muchos productos del
metabolismo normal y la mayoría de los xenobióticos polares y metabolitos
hidrofílicos de xenobióticos lipofílicos procedentes del medio ambiente. La
unidad funcional del riñón es la nefrona. Los riñones humanos contienen aprox.
2.400.000 nefronas, en las que tienen lugar 3 grandes procesos:
a. La filtración glomerular
Es la etapa inicial en la formación de la orina. Consiste en el filtrado pasivo
del plasma como resultado de su paso por los poros glomerulares.
Selecciona únicamente por el tamaño y cualquier soluto libre en plasma de
tamaño suficientemente pequeño (peso molecular inferior a 5000 Da)
atravesará los poros y aparecerá en este filtrado. Pequeñas moléculas que
se unen o absorben inespecíficamente a otras moléculas más grandes que
no son capaces de pasar a través de los poros glomerulares pueden estar
ausentes del filtrado junto con moléculas de elevado peso molecular. Así, la
filtración glomerular produce un ultrafiltrado de plasma sanguíneo
conteniendo sustancias tóxicas y sus derivados en aprox. las mismas
concentraciones que en sangre.
b. Secreción tubular
Tiene lugar en el túbulo proximal. Los mecanismos de secreción tubular
transportan solutos desde el fluido peritubular al lumen del túbulo. Es
selectiva y puede ser activa y pasiva. Un mecanismo activo (requiere
portador y una fuente de energía), actúa para la secreción de un número de
ác. orgánicos, incluyendo el ác. glucurónido y conjugados de sulfato, y un
segundo mecanismo activo segrega bases orgánicas fuertes. La alteración
del pH influye en la difusión de compuestos ionizables a través de las
membranas de las células adyacentes. La secreción de bases débiles y al
menos dos ácidos débiles ocurre por un mecanismo pasivo que es ventajoso

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por el hecho de que estos compuestos son mucho más lipofílicos en la forma
no ionizada y así, más difundibles a través de la membrana de las células
del túbulo.
c. La reabsorción tubular
Dado que el filtrado glomerular contiene mucho volumen y solutos que son
necesarios para la fisiología normal del organismo, la mayoría del filtrado y
su contenido debe ser recuperado. Así, la glucosa, aminoácidos, minerales,
ciertos cationes, proteínas y un número de otros ácidos orgánicos son
activamente reabsorbidos. Las sustancias tóxicas semejantes a estos
metabolitos competirán con ellos por la reabsorción. De esta forma, no solo
se acumularán estos compuestos en el organismo, sino que parte de su
toxicidad puede ser debida a que provocan la pérdida de los metabolitos
correspondientes en la orina. El agua y los iones cloro son pasivamente
reabsorbidos como resultado de los gradientes osmótico y electroquímico
generados por el transporte activo de sodio y potasio. La reabsorción de
xenobióticos es en la mayoría de los casos pasiva. Los compuestos
lipofílicos, al atravesar mejor las membranas, se reabsorben en mayor
proporción que los xenobióticos polares o desechos endógenos, y la
excreción renal de xenobióticos lipofílicos es proporcionalmente menor.
El que una sustancia se reabsorba o no depende de:
- Liposolubilidad del compuesto: a mayor liposolubilidad, más apolar,
por tanto, más cantidad se reabsorbe.
- pH de la orina: al variar el pH de la orina, varía el grado de ionización,
los xenobióticos que sean ácidos débiles se reabsorberán mejor
cuando el pH de la orina sea mayor o más alcalino, las bases se
reabsorberán mejor a pH más bajos. La orina tiene un pH de 6,3, en
función de lo que se ingiera este pH variará, por ejemplo, legumbres y
verduras son alcalinizantes, por el contrario, las carnes son
alcalinizantes.
B. Excreción por Heces y Hepática o biliar
1. Las heces son otra ruta importante de excreción. Consisten de la ingesta
no absorbida, secreciones biliares, secreciones intestinales y microflora.
Cualquier dosis oral que no se absorbe se elimina con las heces y no
existe la absorción 100%. La flora microbiana puede bioacumular
compuestos y como parte de ella es eliminada en las heces, esto
contribuye a la excreción de tóxicos. Hay también una pequeña

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contribución de la difusión pasiva de algunos compuestos de la sangre al
intestino.

2. La bilis contribuye a la excreción de los metabolitos formados en el


hígado. La excreción mediante bilis es una protección más eficaz que la
renal frente a la toxicidad, puesto que implica una exposición menor de
los tejidos a la sustancia tóxica. El hígado tiene una situación ideal para
su papel en el metabolismo de nutrientes y destoxificación de
xenobióticos que pueden ser absorbidos con los nutrientes. Los
productos del metabolismo hepático (nutrientes o tóxicos) pueden ser
liberados a la sangre circulante (excreción renal) o excretados en la bilis.
Las substancias con peso molecular mayor a 350 se excretan más
fácilmente por esta vía.

El hígado secreta de 0,25 a 1 litro de bilis al día. La secreción de bilis se cree


que es un producto:
- Del transporte activo de ciertos compuestos ionizados (generalmente
moléculas anfipáticas), como ácidos grasos, sales biliares y colesterol
(endógenos) y conjugados de xenobióticos lipofílicos (origen exógeno), de
Pm adecuado para la excreción biliar (≈500Da) e ionizados en más de un
99% a pH fisiológico (pK 3-4).
- Del transporte pasivo de otros solutos (Na, K, Cl) y agua, los cuales siguen
una concentración de gradiente electroquímico. Una vez formada la bilis
pasa al intestino para ser excretada con las heces. La microflora intestinal
biotransforma algunos compuestos que van en la bilis y los metabolitos
resultantes pueden ser reabsorbidos y llevados de nuevo al hígado. Este
fenómeno, como se mencionó anteriormente, se conoce como el ciclo
enterohepático y es la causa de que se incremente la permanencia del tóxico
en el organismo.

Circulación enterohepática
Las sales biliares en forma no ionizada, son reabsorbidas con los constituyentes
grasos de la dieta por un mecanismo conocido como circulación enterohepática.
La mayoría del material reabsorbido es devuelto al hígado, pero una parte puede
entrar en la circulación general para ser finalmente excretada por el riñón.
Algunos compuestos químicos, especialmente nitrobencenos, se sabe que son
más tóxicos como resultado de la acción microbiana intestinal sobre metabolitos

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excretados en la bilis y reabsorbidos en la circulación enterohepática. La acción
de otras drogas y compuestos químicos son ampliadas e intensificadas como
resultado del tiempo pasado en la circulación enterohepática. Al prolongar la
duración de la acción del xenobiótico, puede concluirse con el envenenamiento
acumulativo de las células del hígado. (Blanco, 2016)

III. EFECTO DE PESO MOLECULAR, SOLUBILIDAD Y POLARIDAD


SOBRE LA EXCRECIÓN
El hígado y riñón son los únicos órganos implicados en una gran proporción en la
excreción activa, es decir, en contra de un gradiente de concentración o electroquímico
mediado por un mecanismo fisiológico específico. Muchos otros órganos y tejidos están
también implicados en la eliminación de xenobióticos como se verá más tarde. En estos
casos la eliminación suele ser pasiva e implica funciones distintas a las del propio
órgano. La excreción biliar y renal son semejantes y a menudo complementarias,
siendo la mayoría de los xenobióticos tóxicos excretados y degradados por ambas
rutas. Por ello se discuten a continuación ambas excreciones juntas.

1) Efecto de la solubilidad y polaridad sobre la absorción y excreción


a) El primer requisito para la absorción de un xenobiótico es la solubilidad
en un medio hidrofóbico. Los compuestos insolubles o poco solubles en
dicho medio son pobremente absorbidos y rápidamente excretados. Un
ejemplo son los xenobióticos polares tóxicos, como los herbicidas diquat
y paraquat (fuertemente ionizados). Debido a la escasa absorción, una
dosis oral de estos herbicidas se elimina en primer lugar en las heces,
pero la dosis inyectada se elimina rápidamente en la orina. El paraquat
resulta tan tóxico que incluso a pesar de la absorción escasa una
pequeña dosis oral puede tener graves consecuencias.
b) Sin embargo, muchos compuestos que se absorben con facilidad son
suficientemente polares para ser excretados rápidamente por la orina
antes de cualquier conversión a un compuesto más polar. Un ejemplo
son ciertos aditivos alimenticios no nutritivos tales como colorantes y
sacarina. Otros ejemplos más tóxicos son los herbicidas ácidos
fenoxiacéticos, 2,4-D y 2,4,5-T, numerosas drogas y algunos fenoles
halogenados.

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2) Efecto del peso molecular sobre la excreción
Además de los factores vistos hasta ahora, el Pm puede influir en la excreción
por orina o heces. Así, se ha publicado que el Pm crítico a partir del cual existe
una excreción significativa por heces es 325 para la rata y 475 para conejos y
humanos. Esta relación es dramática en algunos conjugados glucurónicos, sin
embargo, no siempre se mantiene. Hay un número de polímeros solubles en
agua, de Pm 25000, que se excretan fácilmente en orina. Muchos
compuestos orgánicos aumentan su solubilidad en lípidos al aumentar su Pm.
Este aumento es especialmente dramático cuando se añade Pm en forma de
halógeno. Por ello, el aumento del Pm de bifenilos policlorados y otros
compuestos aumenta su excreción en bilis contra orina al aumentar la solubilidad
en lípidos y por ello la reabsorción de los túbulos renales. Los polímeros solubles
en agua excretados en la orina pueden ser demasiado polares o demasiado
grandes para ser reabsorbidos de los túbulos.

RELACIÓN ENTRE EL PESO MOLECULAR DE ALGUNOS BIFENILOS Y


BIFENILOS GLUCURÓNICOS Y SU RUTA DE EXCRECIÓN EN RATAS

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IV. OTRAS RUTAS DE ELIMINACIÓN
La eliminación de xenobióticos se define como el movimiento pasivo de xenobióticos del
cuerpo, generalmente asociado a la eliminación de otras sustancias en el tejido
implicado. Sería así un proceso secundario a la excreción (función primaria que implica
gasto de energía al mover el xenobiótico en contra de gradiente de concentración).
Algunos órganos y tejidos que no de forma principal pero sí están implicados en la
eliminación de xenobióticos son:
A. Pulmones
Cualquier compuesto en sangre suficientemente volátil (CH3-CCl3) pasará a
través de la membrana alveolar a los pulmones (difusión pasiva) y será exhalado.
El grado de eliminación dependerá de la solubilidad en sangre, volumen de
respiración y el flujo de sangre a los pulmones. La baja solubilidad en sangre
permite una excreción rápida y está limitada por la perfusión (flujo de sangre),
mientras que para los compuestos con una alta solubilidad en sangre su
excreción está limitada por la ventilación. Entre los compuestos que salen
principalmente por exhalación se encuentran gases anestésicos (éter),
pesticidas fumigantes (paraquat), algunos solventes orgánicos volátiles, y
metabolitos volátiles de algunos xenobióticos no volátiles.

B. Eliminación ligada al sexo


Ciertas rutas de eliminación de xenobióticos lipofílicos, como son la leche,
huevos y fetos, están restringidas a las hembras de las especies. En muchos
casos con cierto perjuicio para su salud. El pH ligeramente menor de la leche,
con respecto al plasma, facilita la excreción de algunos compuestos básicos,
pero también se pueden excretar algunos compuestos liposolubles e iones
similares al calcio.
C. Eliminación alimenticia
La mayoría de la eliminación de xenobióticos por el tracto alimenticio es pasiva
y dependiente de factores ya mencionados: polaridad, tamaño molecular y grado
de ionización del Xb así como del volumen y pH del fluido biológico. Hay tres
pasos importantes:
1. La saliva. Se han detectado muchos xenobióticos en la saliva
como pesticidas halogenados (DDT), y compuestos tóxicos inorgánicos
como mercurio, cadmio y estroncio.
2. La mucosa gástrica e intestinal: juegan un papel muy importante,
sino el que más, en la eliminación de xenobióticos inorgánicos, tales como

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mercurio, cadmio y plomo. No se conoce bien el mecanismo, pero las
células del intestino que se desprenden parecen ser las mayores fuentes
del mercurio fecal.
3. Finalmente, los xenobióticos lipofílicos son lentamente eliminados
del intestino por la constante renovación del contenido intestinal y el
equilibrio pared intestinal/contenido, por un mecanismo de difusión
pasiva. Entre estos xenobióticos se encuentra la tetracloro
dibenzodioxina y kepone.

V. RUTAS OSCURAS DE ELIMINACIÓN DE XENOBIÓTICOS

Como ya se ha dicho anteriormente, cualquier xenobiótico puede difundir pasivamente


por una membrana celular y establecer un equilibrio de concentración entre el contenido
de la célula y la sangre. Si los contenidos de las células son excretados, secretados o
perdidos, cualquier xenobiótico asociado sufrirá la misma suerte. Así no debe
sorprender que xenobióticos tóxicos se puedan eliminar por el sudor y piel grasa, así
como pelo, piel y uñas. En las células con función secretora, se mantiene un
gradiente favorable de eliminación pasiva de xenobióticos por la constante renovación
del contenido celular.

1) Las glándulas sudoríparas eliminan un gran número de iones metálicos y


compuestos liposolubles no disociados que pueden causar dermatitis. Los
xenobióticos polares son escasamente eliminados.
2) Las glándulas sebáceas segregan aceites que se almacenan en la piel y pelo
blando y flexible. Estas secreciones son mucho más lipofílicas que las del sudor
y son responsables de los compuestos lipofílicos, insecticidas halogenados, y
bifenilos policlorados detectadas en muestras de piel humana procedentes
de polución general, así como del pelo de animales de laboratorio tratados con
estos compuestos (pueden causar dermatitis).
3) Las células responsables del crecimiento del pelo, piel y uñas mantienen un
gradiente favorable de eliminación de xenobióticos por su constante renovación.
Muchos elementos tóxicos, incluyendo selenio, mercurio y arsénico, tienen
particular afinidad por las proteínas del pelo (grupos SH) y se han detectado a
concentraciones proporcionales a la dosis recibida. Además, ciertos
xenobióticos orgánicos, como bromobenzeno, se eliminan también en el pelo.
En cualquier caso, el beneficio que ofrecen al individuo las eliminaciones por
estas vías oscuras es escaso. Pueden ser útiles para estimar la carga de ciertos
Xb tóxicos en el cuerpo.

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VI. XENOBIÓTICOS Y EL MEDIO AMBIENTE

Debido a su estructura inusual, algunos xenobióticos persisten mucho tiempo en la


biosfera sin alterarse y por eso se dice que son “recalcitrantes" a la biodegradación.
Varios xenobióticos, como ciertos insecticidas, herbicidas y detergentes, se utilizan en
grandes cantidades y tienen una larga persistencia en el medio ambiente. Los procesos
más importantes por los que se degradan los compuestos xenobióticos son la
fotodegradación por radiaciones solares, los procesos de oxidación y reducción
químicos, y la biodegradación por los seres vivos. La mayoría de los compuestos
xenobióticos han aparecido en el medio ambiente durante los últimos 100 años, lo que
en la escala evolutiva de la tierra significa sólo un instante. A pesar de ello, los seres
vivos, especialmente los microorganismos, son capaces de adaptarse rápidamente a su
presencia, lo que facilita que muchos de estos compuestos puedan ser biodegradados.

La razón fundamental de que muchos compuestos sintéticos no sean fácilmente


biodegradables radica en la gran estabilidad de su estructura química. Muchos
compuestos sintéticos tienen estructuras químicas distintas a las de los compuestos
naturales, pero incluso los que tienen estructuras similares a las naturales suelen
contener modificaciones que los hacen muy estables. Esto hace que las capacidades
degradadativas de los seres vivos, que han evolucionado durante millones de años para
degradar los compuestos naturales, actúen más lentamente sobre muchos compuestos
sintéticos con estructuras químicas significativamente distintas a las naturales. Además,
a veces es frecuente que la biodegradación de estos compuestos se vea limitada por su
escasa biodisponibilidad.

ALGUNOS CONTAMINANTES:

 LOS PESTICIDAS (fitosanitarios) presentan una gran variedad de estructuras


químicas, por lo que no se puede generalizar respecto a su biodegradabilidad.
Sin embargo, muchos de ellos son difícilmente biodegradables, especialmente
los que tienen estructuras químicas relativamente complejas formadas por
esqueletos hidrocarbonados unidos a grupos químicos como halógenos, amino,
nitro o hidroxilo. La baja biodegradabilidad, unida a su estabilidad química, hace
que los pesticidas sean muy persistentes en la naturaleza, por lo que pueden
acumularse en concentraciones muy elevadas en las zonas en las que se aplican
de forma repetida. Su persistencia hace que puedan dispersarse fácilmente
hasta áreas muy alejadas de la zona de aplicación. La dispersión de los
pesticidas por el agua de lluvia o riego puede ocasionar graves problemas de
contaminación de las aguas, que son especialmente relevantes en países en los

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que la mayoría del agua potable proviene de acuíferos subterráneos. Que un
pesticida no sea biodegradable podría parecer una cualidad necesaria, puesto
que su acción biocida se mantendrá durante más tiempo. Sin embargo, también
existen pesticidas naturales muy eficaces que son biodegradables. La legislación
medioambiental en muchos países desarrollados contempla el estudio de la
persistencia y biodegradabilidad de pesticidas antes de aprobar su utilización.
Lamentablemente, en países poco desarrollados esta legislación es poco
restrictiva o inexistente y se utilizan profusamente pesticidas cuyo uso está
prohibido en otros países. Algunos pesticidas muy resistentes a la
biodegradación, como el insecticida DDT, fueron utilizados en el pasado de
forma abusiva, pero están actualmente prohibidos.

 LOS METALES PESADOS no son biodegradables. A diferencia de otros tipos


de compuestos que contaminan el medio, la dificultad para eliminar los metales
pesados de lugares contaminados estriba en la imposibilidad última de su
destrucción o biodegradación, debido a su naturaleza química. La contaminación
ambiental por metales y metaloides pesados originada por la actividad industrial
supera con creces la suma de todos los otros tipos de contaminación química de
los ecosistemas acuáticos y terrestres de la biosfera, incluyendo los de origen
químico y radioactivo. Además, no existe en la actualidad ninguna solución
biológica para la gran masa de residuos sólidos mineros, sobre todo de los lodos
piríticos, compuestos fundamentalmente por sulfuros complejos de metales
divalentes y de arsénico. Aun así, la Biotecnología aporta posibilidades para
inmovilizar los metales en formas no biodisponibles, para concentrar los metales
diluidos utilizando una biomasa diseñada con ese fin, para convertir los iones
metálicos tóxicos en formas químicas más inocuas, o para reubicar de forma
extensiva los metales (por ejemplo, volatilizándolos).

 EL PETRÓLEO es una mezcla muy compleja de distintos compuestos químicos.


Gran parte de ellos pueden ser metabolizados y convertidos en CO2 y H2O por
diversos organismos marinos o terrestres, fundamentalmente bacterias y
hongos, que son bastante frecuentes y ubicuos. Sin embargo, existen varios
factores que dificultan el proceso de biodegradación. El principal es que el
petróleo contiene mucho carbono y bastante azufre en formas asimilables por
los microorganismos, pero tiene muy poco nitrógeno y fósforo. Como todos los
seres vivos, los microorganismos necesitan un aporte equilibrado de diferentes
nutrientes. Por lo tanto, los hidrocarburos del petróleo no podrán ser

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metabolizados eficientemente por los microorganismos a menos que se
suministren fuentes de nitrógeno y fósforo adecuadas. Un segundo factor que
limita la degradación del petróleo es la insolubilidad en agua de la mayoría de
sus componentes, lo que limita su biodisponibilidad, es decir, la facilidad con la
que serán captados por los microorganismos. Muchos microorganismos han
desarrollado diversas estrategias para poder captar los hidrocarburos insolubles
más eficientemente. Las más comunes son la excreción al medio de moléculas
que facilitan la solubilidad o la dispersión de estos compuestos en el agua
(biosurfactantes), o el desarrollo de superficies celulares hidrófobas que
permiten al microorganismo adherirse a la interfase entre el agua y el petróleo,
captando así los hidrocarburos directamente sin necesidad de que se disuelvan
previamente en el agua. Un tercer factor que limita la biodegradación del petróleo
es la relativa toxicidad de muchos de sus componentes. Moléculas como el
benceno, el xileno, y todos sus análogos son bastante tóxicos y normalmente
sólo se degradan bien si están en concentraciones moderadas. Asimismo,
muchos compuestos poliaromáticos tienen actividad mutagénica. Finalmente, la
disponibilidad de oxígeno es también muy importante. La biodegradación de
petróleo en suelos contaminados es relativamente eficiente en la zona más
superficial, en la que hay oxígeno, pero es muy lenta en capas más internas (a
más de 10 centímetros de profundidad), donde el oxígeno escasea. Aunque
existen microorganismos capaces de degradar hidrocarburos en ausencia de
oxígeno (anaeróbicamente), crecen más lentamente que los microorganismos
aeróbicos, y el proceso biodegradativo es menos eficiente. Por lo tanto, la
inyección de aire (oxígeno) en el subsuelo de zonas contaminadas por
hidrocarburos (petróleo o gasolinas, por ejemplo), o la aireación del terreno por
otros métodos mecánicos, acelera sustancialmente la biodegradación.

ELIMINACIÓN

 LA BIORREMEDIACIÓN es un procedimiento para la recuperación de una zona


terrestre o acuática contaminada que utiliza a los seres vivos para eliminar
(degradar) las sustancias contaminantes. En muchos casos, la biorremediación
se utiliza como acción complementaria después de haber eliminado una buena
parte de la contaminación por otros métodos físico-químicos o mecánicos. Los
procedimientos utilizados para la biorremediación son muy variables y
dependen del compuesto(s) a eliminar y de su ubicación física (suelo, agua). La
biorremediación se puede realizar in situ o ex situ. En el tratamiento in situ se
puede estimular la actividad degradativa de los organismos presentes en el

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lugar contaminado suministrando nutrientes (bioestimulación), o se pueden
añadir organismos con propiedades especificas para degradar el contaminante
(bioincremento). En el tratamiento ex situ, el contaminante es transportado a
una planta de procesamiento donde se trata en reactores con microorganismos
degradadores especializados. Cuando el contaminante no se puede
biodegradar, como sucede con los metales pesados, la estrategia utilizada es la
bioacumulación, es decir, la acumulación del contaminante en el interior del ser
vivo y la posterior retirada del organismo que ha acumulado el contaminante.
Los microorganismos suelen ser los seres vivos más utilizados en
biorremediación, aunque cada vez está más extendido el uso de las plantas en
estas tareas (fitorremediación), especialmente en los casos que requieren la
bioacumulación.

 LA FITORREMEDIACIÓN, procedimiento que utiliza especies vegetales para


contener, eliminar o neutralizar compuestos orgánicos, elementos traza o
elementos radiactivos que pueden ser tóxicos en aguas o suelos. La
fitorremediación pretende devolver esos suelos o aguas contaminadas a sus
condiciones originales. La palabra fitorremediación deriva del griego “phyto”,
que significa planta, y de la palabra latina “remedium” que significa remedio,
forma de corregir un mal. La fitorremediación incluye cualquier proceso
biológico, físico o químico que, mediado por plantas, ayude a la absorción,
secuestro y degradación de los contaminantes, ya sea por las plantas mismas
o por los microorganismos que se desarrollan en la rizosfera. Existen distintos
tipos de fitorremediación en función de la forma y el lugar de actuación.
Destacan la fitoestabilización (cuando se trata de evitar la dispersión de
contaminantes y la erosión en el suelo), la fitoextracción (su objetivo es trasladar
los contaminantes desde el suelo a la parte aérea de las plantas), la
fitodegradación (busca transformar los contaminantes en moléculas inocuas), o
la rizofiltración (extracción de contaminantes de soluciones acuosas por
acumulación en el sistema radicular de las plantas). Esta nueva tecnología está
recibiendo una gran atención debido a que es una opción más barata, fácil y
respetuosa con el medio ambiente que los procedimientos convencionales de
recuperación de suelos contaminados (tratamientos químicos de inertización,
lavado de suelos, vitrificación, excavado y soterramiento, etc.). Su principal
inconveniente es la lentitud, ya que las plantas eliminan o degradan sólo una
pequeña cantidad de contaminantes durante cada ciclo de cultivo, por lo que se
requieren varias décadas para limpiar adecuadamente un suelo contaminado.

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Esta técnica puede ser muy útil para recuperar lugares que nunca han estado
expuestos a contaminación artificial, pero que contienen sustancias en
concentraciones suficientemente elevadas como para que sean altamente
perjudiciales para el ser humano y para el ecosistema.

¿Cómo pueden utilizarse los organismos autóctonos del suelo


para eliminar la contaminación de los vertidos?

Hay diversas formas de utilizar los organismos del suelo para descontaminar un vertido.
Una opción es la llamada “biorremediación intrínseca”, una aproximación pasiva en la
que, después de una estimación del riesgo, se opta por dejar transcurrir el proceso de
biodegradación natural en condiciones controladas. Otra alternativa es la
bioestimulación, una estrategia activa que pretende modificar las condiciones
ecológicas del suelo (nutrientes, aireación, pH, humedad, etc.) para que la actividad
degradativa de interés pueda desarrollarse en condiciones óptimas. La versatilidad
fisiológica de las poblaciones microbianas del suelo es enorme, siendo capaces de
degradar espontáneamente un gran número de sustancias presentes en los vertidos.
No obstante, este proceso suele ser lento. Muchas de las tecnologías de
biorremediación in situ que ya han tenido éxito con contaminantes como petróleo o
disolventes orgánicos se basan en la estimulación de las poblaciones autóctonas. Un
ejemplo típico es la técnica de laboreo (“land-farming”), tradicionalmente utilizada por la
industria petrolífera para tratar sus residuos en el suelo, y que se aplica también para la
biorremediación de sitios contaminados. La técnica consiste básicamente en la adición
de fertilizantes con nitrógeno y fósforo (en cantidades proporcionales a la cantidad de
carbono presente en el vertido), la aireación periódica del suelo, y el mantenimiento de
niveles de pH y humedad óptimos para la actividad microbiana.

 LOS BIOFILTROS, dispositivos que utilizan microorganismos para eliminar o


retener sustancias contaminantes de medios acuosos o gaseosos. Suelen
consistir en recipientes (biorreactores) en los que los microorganismos se
mantienen confinados, bien en medio líquido o bien sobre soportes sólidos. Los
microorganismos se seleccionan por su capacidad para degradar o retener de
forma específica los compuestos que se pretende eliminar. El medio
contaminado, acuoso o gaseoso, se hace pasar por el biofiltro, obteniéndose un
efluente con menor contenido en el compuesto contaminante. Este efluente
puede someterse a nuevas rondas de filtrado hasta la eliminación del
contaminante. Se han diseñado biofiltros para la eliminación de pesticidas
(pentaclorofenol, organofosfatos), disolventes (tolueno, benceno) o residuos

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industriales y agrícolas (nitratos, fosfatos). También es posible diseñar biofiltros
para la inmovilización de contaminantes que no se pueden degradar, como los
metales (cadmio, mercurio, o uranio). El uso de biofiltros en tareas de
descontaminación o de tratamiento de efluentes industriales representa una
alternativa atractiva frente a otros métodos de filtrado y tratamiento menos
selectivos basados en métodos no biológicos. Como en los biofiltros los
microorganismos se mantienen confinados y no se liberan al medio ambiente,
constituyen una estrategia muy segura para el empleo de organismos que han
sido genéticamente modificados para mejorar sus propiedades degradativas.

 LOS LODOS ACTIVOS de las depuradoras están formados por una población
heterogénea de microorganismos que mediante reacciones metabólicas
diversas degradan la materia orgánica que entra en la depuradora. Por lo tanto,
las depuradoras actúan como reactores biológicos donde los microorganismos
se mantienen en contacto con el agua residual a tratar, bajo condiciones de
mezcla y aireación controladas, para conseguir el grado de depuración deseado.
El tiempo de contacto entre el agua residual y los microorganismos determinará
el rendimiento de depuración alcanzado en el tratamiento.

 LA BIOTECNOLOGÍA, optimiza condiciones de los procesos en la que


intervienen microorganismos, como en el reactor biológico de las depuradoras.
Para optimizar los procesos en la que intervienen microorganismos se debe
conocer características y parámetros que afectan a las reacciones que realizan.
Modificando adecuadamente estos parámetros podrá optimizarse el proceso y
conseguir una biodegradación más eficaz. Por ejemplo, es importante regular la
disponibilidad de oxígeno, la acidez (pH) del medio, y la concentración de
determinados productos finales del proceso de degradación que pueden llegar a
ser tóxicos para los microorganismos que llevan a cabo el proceso (por ejemplo,
el amonio). Cuando se quiere depurar aguas con altas concentraciones de un
compuesto tóxico determinado, puede diseñarse un proceso específico. Por
ejemplo, pueden buscarse microorganismos concretos que degraden ese
compuesto eficientemente. Es importante saber qué requerimientos especiales
tienen esos microorganismos. Muchas enzimas requieren altas concentraciones
de oxígeno, o utilizan hierro (u otros metales) como cofactor, que habrá que
suministrar en cantidades adecuadas para que no llegue a ser un factor limitante.
Conocer estos detalles, y controlarlos adecuadamente, puede significar la

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diferencia entre una depuración eficaz o una depuración incompleta, o incluso
nula

VII. BIBLIOGRAFÍA

- Blanco, M. (2016). Excreción y eliminación de xenobióticos y sus metabolitos.


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