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Tratamiento de la disfagia en pacientes con Parálisis Cerebral


María del Carmen Padín Hernández - mcarmen@neuro.ciren.cu

1. Resumen
2. Introducción
3. Las cuatro fases de la deglución son: fase preparatoria, fase oral, fase faríngea y fase
esofágica
4. Signos y síntomas de la disfagia en niños
5. Terapia utilizada
6. Material y método
7. Análisis de los resultados
8. Discusión
9. Conclusiones
10. Referencias

Resumen
La Parálisis Cerebral es un síndrome neurológico que surge como resultado de una lesión en un cerebro en
desarrollo, donde unido a las distintas alteraciones motoras que causa son frecuentes también los
problemas en la alimentación.
La persistencia de reflejos primitivos, pueden interferir en la alimentación de un niño con parálisis cerebral,
limitando sus capacidades para masticar y deglutir el bolo alimenticio, donde la sialorrea incrementa el
riesgo de broncoaspiración.
Tomando como punto de partida estos elementos, el presente trabajo tiene como objetivo realizar un estudio
comparativo en 50 pacientes con Parálisis Cerebral teniendo en cuenta el compromiso motor (espástica,
discinética, atáxica, hipotónica y mixta) atendidos por 2 ciclos (56 días) de tratamiento de una hora diaria,
durante el período comprendido entre enero/2007-diciembre/2008 para demostrar los avances alcanzados
en el proceso de alimentación.
Como resultados significativos se obtuvieron notables mejorías en los procesos de masticación, deglución y
control de la sialorrea, utilizándose para la evaluación la Escala de Praxis Articulatorias, todo lo cual fue
posible por el tratamiento de la disfagia incluido en el Programa de Intervención Logopédica concebido para
dicha clínica.
PALABRAS CLAVES: Disfagia, Parálisis Cerebral, alimentación.

Introducción
Dentro de los trastornos neurológicos que afectan al cerebro en desarrollo se encuentra la Parálisis
Cerebral, con una incidencia del 2% en los países desarrollados y entre 2.5% y 5% por 1000 nacidos vivos
en los países en desarrollado 1, sin que se evidencie una tendencia a disminuir a través de los años. 2
La definición más acertada y precisa es la que se refiere a un ¨trastorno del tono postural y del movimiento,
de carácter persistente (pero no invariable), secundario a una agresión no progresiva en un cerebro
inmaduro¨ (Bobath, 1965). 3
De esta definición se deduce que bajo el concepto de Parálisis Cerebral se incluye un grupo heterogéneo
que se clasifica según la literatura en: espástica, discinética, atáxica, hipotónica y mixta, que obedece a
etiologías diferentes, presentándose con aspectos clínicos diversos y cuyo pronóstico es también variable.

1
Rye H, Donath M. Guía para la educación de los niños afectados con parálisis cerebral
grave: Cuaderno de Educación Especial. París: Ed. UNESCO; 1990.
2
Sanpedro Tobón OL. Rehabilitación de niños con parálisis cerebral. En: Restrepo
Arbeláez R, Lugo Agudelo LH, eds Rehabilitación en Salud: Medellín: Ed. Universidad de
Antioquia; 1995, p. 195-207.
3
Muzaber L, Schapira I. Parálisis Cerebral y el concepto Bobath de neurodesarrollo.
Rev. Hos. Mat. Inf. Ramón Sardá, 1998, vol 17 No. 2.

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Constituye una de las lesiones de origen neurológico que con más frecuencia es atendida en la Clínica de
Neurología Infantil del Centro Internacional de Restauración Neurológica, donde unido a las distintas
alteraciones motoras que causa son también frecuentes los problemas en la alimentación.
El acto físico de la alimentación constituye un proceso fisiológico complejo que depende de dos factores
relacionados entre sí: la estructura y la función. Las habilidades funcionales de la alimentación cambian
durante la maduración neurológica, ya que las estructuras anatómicas que son indispensables para las
habilidades competentes de la misma crecen y cambian su relación física una con otra y en
consecuencia, influyen en su función.
Durante la alimentación es importante mantener una nutrición adecuada y proteger la vía respiratoria.
Los reflejos primitivos presentes en el lactante normal (succión, deglución, reflejo perioral, reflejo faríngeo y
mordisqueo) son esenciales para la supervivencia y son parte del desarrollo normal de un niño. La
persistencia de estos y otros reflejos primitivos, tales como el reflejo tónico-asimétrico del cuello, pueden
interferir en la alimentación de un niño con parálisis cerebral. 4
Respuestas anormales tales como el reflejo de mordisqueo, reflejo de succión-deglución, falta de
lateralización de la lengua, inestabilidad mandibular o mordida fásica en reiteradas ocasiones pueden limitar
de forma severa la capacidad del niño portador de una parálisis cerebral para alimentarse, es decir masticar,
colocar y deglutir el bolo alimenticio de forma segura. El excesivo babeo es otro de los factores que influye
negativamente en este proceso; la sialorrea es un factor que produce dificultades en la deglución e
incrementa el riesgo de broncoaspiración. 5
La deglución es un proceso complejo y requiere la coordinación de los nervios craneales, el tronco cerebral,
la corteza cerebral y 26 músculos de la boca, la faringe y el esófago. Los principales pares craneales
involucrados en la deglución son el nervio trigémino (V), el facial (VII), el glosofaríngeo (IX), el vago (X) y el
hipogloso (XII). Estos nervios canalizan las sensaciones y movimientos relacionados con la deglución.
Cualquier anomalía que afecte a estos nervios, a la corteza cerebral, cerebro medio o cerebelo puede
repercutir negativamente en la capacidad de deglutir.

Las cuatro fases de la deglución son: fase preparatoria, fase oral, fase
faríngea y fase esofágica
Fase preparatoria oral: Fase voluntaria. El líquido y la comida son manipulados para formar el bolo
alimenticio. Durante esta fase el bolo se queda entre la lengua y el paladar duro, y el paladar blando
desciende para evitar que el bolo acceda a la faringe. Las vías aéreas se encuentran abiertas.
Fase oral: Fase voluntaria. El paladar blando se eleva y la comida se mueve mediante movimientos
peristálticos hasta la faringe. Se cierra entonces de forma simultánea la naso-faringe.
Fase faríngea: Fase voluntaria e involuntaria. El bolo alimenticio se transporta a través de la parte posterior
de la faringe. La laringe se cierra para proteger las vías aéreas y entonces se abre la parte superior del
esfínter esofágico.
Fase esofágica: Fase involuntaria. Esta fase sigue a cada fase faríngea. El bolo alimenticio es transportado
al estómago mediante movimientos peristálticos.
La disfagia se refiere a la dificultad para deglutir que puede resultar de una lesión o de una enfermedad
neurológica. La mayoría de los síntomas o complicaciones que se derivan se debe a la alteración sensorio-
motriz de la fase oral y faríngea de la deglución; lo que significa que la disfunción neurológica de la cavidad
oral o de la faringe puede interrumpir las acciones musculares que normalmente sirven para pasar el bolo
desde la cavidad oral al esófago sin penetrar en la nasofaringe o en la laringe. Los tipos de disfagia son:
leve, moderado o severo.
En algunas enfermedades neurológicas, como es el caso de la parálisis cerebral, se alteran tanto la función
esofágica como la orofaríngea. La presencia de movimientos anormales en el patrón de deglución altera el
movimiento de la comida desde la zona anterior de la boca a la posterior. En muchos casos tienen dificultad
para controlar la lengua y para manipular el bolo alimenticio, y presentan problemas para mover la comida
desde la boca hasta la faringe, lo que incrementa el riesgo de aspiración por desprotección de las vías
respiratorias.

4
Dahl M, Thommenssen M, Rasmussen M etal. Fedding and nutricional characteristics
in children with multiple moderate or severe cerebral palsy. Acta Paediatr, 1996; 85-697.
5
Griggs CA, Jones PM, Lee RE. Videofluroscopic investigation of feeding disorders in
children with multiple handicap. Dee Med Child Neurol., 1989; 31- 203.

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La disfagia ocurre frecuentemente de manera paralela al desarrollo deficiente y retrasado, incluyendo


habilidades cognitivas, motoras orales, motora gruesa y fina Su manejo requiere de la profesionalidad de un
equipo multidisciplinario que debe incluir un neurólogo, un médico pediatra, un logopeda, un fisioterapeuta,
un terapeuta ocupacional, un dietista y una enfermera. El conocimiento de la deglución normal y de las
técnicas terapéuticas es fundamental para el manejo de la rehabilitación de un niño con disfagia. 6
Las afecciones motoras son muy comunes en niños con disfagia pudiendo afectar la capacidad para
controlar la cabeza, cuello, tronco y por tanto afectar la capacidad para deglutir y alimentarse por si mismos.
Algunos neurolépticos y otras medicaciones antiepilépticas pueden reducir el estado de alerta y la
capacidad para deglutir. También puede verse afectada esta en niños con espasticidad y que tomen
relajantes.
La presencia de distonía y disquinesia afecta a la capacidad de masticación, la manipulación del bolo
alimenticio dentro de la boca y su deglución. Los niños que sufren hipotonía pueden experimentar una débil
coordinación de la parte posterior de la lengua que cause dificultades durante la fase faríngea de la
deglución.
Signos de baja nutrición, escasa ganancia de peso, o un fracaso en el crecimiento, pueden indicar que el
niño sufre una disfagia.
El reflujo gastroesofágico se asocia a la disfagia con una incidencia alta en niños con parálisis cerebral. Sus
signos son irritabilidad, intolerancia a las tomas largas, saciedad temprana y vómitos frecuentes.
En el CIREN, y específicamente en la Clínica de Neurología Infantil, la logopedia como especialidad
concibe entre sus objetivos generales el de contribuir a mejorar la calidad de vida de los pacientes,
existiendo en el programa y las orientaciones metodológicas concebidas para dicha clínica el objetivo
específico de desarrollar en los pacientes que lo requieran hábitos correctos de alimentación y dentro de
esta los procesos que se trabajan son la masticación, deglución y el control de la sialorrea.
Ante la presencia de un niño con Parálisis Cerebral donde se acentúa el cuadro motor por la presencia de
una disfagia, el logopeda debe realizar una evaluación que incluya la exploración de las partes motoras de
la boca, siendo capaz de detectar cualquier anomalía estructural de la lengua, paladar y mandíbula,
dificultades en cualquiera de las cuatro fases de la deglución, así como anomalías en los movimiento orales
laríngeos y faríngeos.
El presente trabajo realiza un estudio comparativo en 50 pacientes con Parálisis Cerebral teniendo en
cuenta el compromiso motor (espástica, discinética, atáxica, hipotónica y mixta) para demostrar la mejoría
alcanzada en la alimentación.

Signos y síntomas de la disfagia en niños


- Babear excesivamente.
- Problemas al masticar y deglutir.
- Expulsar la comida de la boca por una falta de control de la lengua.
- Escupir y rechazar la comida.
- Aumento de la duración de la alimentación, por ejemplo más de 45 minutos.
- Signos de aumento del esfuerzo, fatiga y disminución del estado de alerta.
- Dificultad para controlar líquidos, semisólidos y sólidos.
- Signos de distress respiratorio durante la alimentación: cambios en los patrones normales de la
respiración, respiración con esfuerzo, respiración ruidosa.
- Signos de aspiración: ahogo, tos, atragantamientos y sibilancias.
- Historia clínica recurrente de infecciones respiratorias.
- Sensibilidad oral al tacto extrema. Signos: sensibilidad de contacto extrema dentro y alrededor de la
boca, rechazo de la comida o muecas faciales, intolerancias a ciertas texturas de alimentos.

Aspectos importantes a tener en cuenta durante el tratamiento de un niño con parálisis cerebral y
disfagia:
TRATAMIENTO DIFICULTADES RECOMENDACIONES
Alimentación. Controlar diferentes tamaños del Variar el tamaño del bolo, suministrar líquidos
bolo alimenticio, sabores y densos y texturas consistentes, ofrecer una amplia

6
Ramritu P, Finlayson K, Mitchell A, Croft G. Identification and Nursing Managament of
Dysphagia in individuals with Neurological Impairment. The Joanna Biggs Institute for
Evidence Based Nursing and Midwifery; 2000. Systematic Review No.8.

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texturas gama de sabores.


Dispositivos de Controlar el tamaño del bolo Modificar los utensilios:
soporte. alimenticio. los platos con bordes de protección,
los cuencos con soportes, los mangos diseñados
en tenedores y cucharas, cabestrillos, protecciones
de dedos útiles para la autoalimentación.

Complicaciones. Broncoaspiración (tos, Registrar el tipo y frecuencia respiratoria, detener la


atragantamiento y distrés alimentación oral ante signos de broncoaspiración.
respiratorio)

Factores cognitivos Comprender las situaciones de Dar instrucciones verbales de acuerdo al nivel de
y de alimentación entendimiento, utilizar estrategias no agresivas,
comportamiento. promover un ambiente sin distracciones.

Identificación y Comprender los patrones Requiere de las aptitudes de un equipo


valoración de la normales y anormales de la multidisciplinario que utilice estos métodos:
disfagia. deglución, así como otras - historia de la alimentación (obtenida de los
características únicas en los padres)
niños con parálisis cerebral. - evaluación clínica por parte del logopeda
- exploraciones radiológicas
(videofluroscopia).
Las valoraciones complementarias son: estado
hídrico y nutricional.

Terapia utilizada
En sentido general ayuda a mejorar la alimentación las técnicas para reducir el aumento patológico del tono
muscular y para aumentar o disminuir, según el caso, las aferencias sensoriomotoras.
1.- Adopción de posturas que favorezcan el proceso de deglución .
En niños con parálisis cerebral y problemas de alimentación, la posición para alimentarse depende del
grado de disfagia y de si el problema está en la fase oral y faríngea.
El objetivo principal es el de mantener alineado el cuerpo. Esto se consigue trazando una línea media
simétrica, con una flexión neutra y estable de la cabeza, un alargamiento del cuello, hombros caídos pero
estables y el tronco extendido, la pelvis en posición neutra en 90 grados con la cadera y los pies en ligera
dorsiflexión.
Los niños con escaso control de la cabeza y escasa estabilidad del tronco requieren técnicas de
posicionamiento apropiadas e individualizadas.
Podría ser efectivo, para evitar la aspiración en niños con grandes problemas de la deglución en la fase oral,
colocar al niño de la siguiente manera:
- bajar la barbilla, reclinar 30 grados y flexionar la cadera.
En niños con ligeros problemas para deglutir en la fase oral, pero grandes problemas en la fase faríngea, se
recomienda:
- colocar al niño en posición recta con el cuello y la cadera flexionados.
- no se debe extender el cuello ya que podría incapacitar el movimiento laríngeo y despejar la faringe,
poniendo al niño en riesgo de aspiración.
Si no es posible hacer una valoración visual correcta de la posición segura para colocar el niño puede ser
necesario realizar un estudio mediante videofluroscopia.
2.- Aplicación de masaje facial, del cuello e intrabucal para estimular la movilidad de los órganos que
participan en el proceso de deglución.

Figura 1

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Facial (Figura 1)

1. Se realizarán movimientos en el cuello, desde el mentón hacia la región del pecho, por los
laterales de la tráquea, con mucho cuidado de no presionar o golpear por ser una zona rica en
ganglios.
2. Desde el mentón hacia los oídos
3. Tomar la mitad entre el mentón y las orejas y amasar perpendicularmente hacia la nariz.
4. Con la yema de los dedos sobre las mejillas en forma circular en ambos sentidos.
5. Con el dedo pulgar alrededor de los labios en ambos sentidos.
6. Amasar estirando el músculo de los labios (superior e inferior).
7. Colocar los dedos índice y pulgar a cada extremo de los labios y estimular afuera y adentro.
8. Presionar con los dedos un labio contra otro.

Figura 2

Intrabucal (Figura 2).


El masaje intrabucal se realizará con el dedo índice de la mano enguantada o con un depresor (utensilio de
madera o plástico, de forma alargada, estrecha y de puntas semiovalada).
Pasos a seguir:
1. Realizar movimientos circulares en la musculatura interna de las mejillas.
2. Realizar movimientos circulares de la lengua, combinando arriba y abajo.
3. Realizar movimientos de la lengua de atrás hacia delante si esta permanece en retracción
(siempre dentro de la boca) y de forma inversa si por el contrario esta permanece en protusión
(siempre fuera de la boca).
4. Estimulación de la respuesta velar: se requiere de un mayor cuidado o precaución de no
lastimar esta zona tan delicada acariciando de alante hacia atrás con la yema del dedo índice o
pulgar el velo del paladar para provocar la contracción de este e instaurar reflejo nauseoso en
caso de que no esté presente.

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5. Realizar masaje mecánico con el vibrador por medio de transmisión utilizando el depresor.
 Seguidamente continuar con la gimnasia pasiva: tomar la lengua con una gasa, toallita o paño,
se coge por la punta y se lleva arriba, abajo, a la izquierda, a la derecha. Si no es posible,
podemos presionar o empujar la lengua en distintas direcciones, con el dedo o depresor.
 Luego de repetir el ejercicio anterior varias veces pasar a la gimnasia activa: se puede apoyar
con el uso de caramelos, colocándolos delante del labio inferior para lograr la proyección lingual
(que el niño saque la lengua afuera y la mueva de un lado a otro) mientras se coloca el
caramelo un poquito más alejado se le exige al niño mayor proyección.
3.- Realización de ejercicios respiratorios de diferenciación nasal-bucal para contribuir al cierre del velo del
paladar y al movimiento de la epiglotis.
En posición sentada o de pie:
- tomar el aire por la nariz lenta y profundamente, retención del aire y expulsión por la nariz lenta y
profunda
- tomar el aire por la nariz lenta y profundamente, retención del aire y expulsión lentamente por la boca
Para la realización de cada ejercicio descrito anteriormente se tendrá en cuenta la posición del niño, la
forma de respirar, la duración de cada ejercicio (6 segundos para tomar el aire, 2 segundos para retenerlo y
8 segundos para expulsar el aire) y el número de repeticiones que no debe exceder 10.
4.-Incorporación paulatina de alimentos de diferentes texturas para aproximar al niño a la norma de
deglución según sus posibilidades reales.
Incorporar paulatinamente alimentos en la dieta del niño. Inicialmente se deben introducir alimentos que
requieran de pocos movimientos masticatorios (como las galletas dulces que rápido se deshacen en
crema) y posteriormente otros tipos de galletas que requieran más movimientos masticatorios.
Durante este trabajo, es importante colocar los alimentos para que el niño muerda o troce el pedazo y
mucho mejor cuando de manera independiente pueda llevarlos solo a la boca.
Debe mantenerse una vigilancia constante sobre la nutrición que incluye:
- valoración dietética por un dietista experto en pediatría
- balance de líquidos (entradas y salidas, incluyendo vómitos y pérdida de saliva)
- registro de la ingesta oral de alimentos y de su ganancia de peso, incluyendo alimentación no oral
complementaria (la cantidad debe registrarse e incluirse en el balance de líquidos y en el registro de
alimentos)
- monitoreo sobre a duración de las comidas del día.
OBJETIVO
Realizar un estudio comparativo en pacientes con Parálisis Cerebral teniendo en cuenta el compromiso
motor (espástica, discinética, atáxica, hipotónica y mixta) para demostrar la mejoría alcanzada en la
alimentación.

Material y método
Se realizó un estudio retrospectivo en donde se revisaron los expedientes logopédicos de pacientes
ingresados en el CIREN, específicamente en al Clínica de Neurología Infantil, entre enero/2007 y
diciembre/2008.
Se recogió el diagnóstico neurológico, la edad cronológica, el sexo, el tiempo que recibieron tratamiento en
nuestra clínica y los datos de la evolución inicial y final realizada por el Departamento de Logopedia.
La muestra estuvo compuesta por 50 pacientes, en cuanto a sexo 32 masculinos y 18 femeninos.
En cuanto al período de tratamiento los 50 pacientes fueron sometidos a un proceso de estimulación diaria
(5 y medio días a la semana), recibiendo 2 ciclos (56 días) de terapia logopédica de 1 hora diaria, en la cual
recibieron tratamiento para la disfagia, en cada una de las sesiones, por un tiempo no mayor de 30 minutos.
En relación con la edad cronológica, la muestra estuvo distribuida de la siguiente forma: 24 pacientes entre1
y 5 años, 18 pacientes ente 6 y 10 años, 6 pacientes entre 11 y 15 años.
Se evaluaron comparativamente al inicio y al final las características los procesos de masticación, deglución
y control de la sialorrea, para lo cual se aplicó la Escala de Evaluación de Praxis Articulatorias. Con este
propósito nos acogimos a los modelos propuestos por el test ¨BOBATH-LENGUAJE¨
Para el análisis de los resultados utilizamos la estadística descriptiva (media, mediana) y el test de pares
igualados Wilcoxon Signed por grupo y por prueba.
El programa que se utilizó se apoya desde el punto de vista teórico en el Programa y Orientaciones
Metodológicas elaborados en el CIREN, concebidos para la atención logopédica a niños con afecciones
neurológicas, así como también en los principios de rehabilitación del Concepto Bobath, prestando especial

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atención a la facilitación de patrones normales de postura, movimiento y a las características individuales de


cada caso en particular.

Análisis de los resultados


Resumen de la Estadística descriptiva y el test de pares igualados y señalados de Wilcoxon por grupo y por
prueba.
En todos los casos que integraron la muestra (50) se observó afectación en todas las pruebas, con el
correspondiente compromiso de los procesos evaluados (masticación, deglución y control de la sialorrea).
El análisis de los disfágicos arrojó como resultados los datos que se muestran en las tablas 1, 2 y 3.
Estadísticamente se calcularon la media y mediana inicial y final por grupo y por prueba.
La frecuencia observada en la presencia de disfagia en niños con Parálisis Cerebral demuestra la necesidad
de mantener en la terapia logopédica el objetivo de mejorar la alimentación, una vez que esto resulta
además una condición indispensable para la mejoría del lenguaje oral.
En la tabla 1 se recogen los datos referentes al proceso de masticación, la tabla 2 lo referente a la deglución
y la tabla 3 al control de la sialorrea; donde se pueden observar los resultados iniciales de cada grupo
(espástica, discinética, atáxica, hipotónica y mixta) y la evolución de los pacientes luego de ser sometidos a
terapia como resultados finales.

Tabla 1 Resultados iniciales y finales del proceso de masticación.

Tabla2 Resultados iniciales y finales del proceso de deglución.

Tabla 3 Resultados iniciales y finales del control de la sialorrea.

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Cuantitativamente se aprecia más favorecido el grupo de espásticos e hipotónicos, y en menor grado


discinéticos, atáxicos y mixtos, por este orden. Resultados que pueden estar avalados por la presencia de
distonía y disquinesia que afectan la capacidad de masticación, la manipulación del bolo alimenticio dentro
de la boca y su deglución y que algunos neurolépticos y otras medicaciones antiepilépticas pueden reducir
el estado de alerta y la capacidad para deglutir.

Gráfico 1 Resultados iniciales y finales de todos los casos por prueba.

El gráfico 1 muestra los resultados iniciales y finales de todos los casos por prueba, donde se puede
apreciar cuantitativamente más favorecida la deglución, masticación y el control de la sialorrea en este
orden. Cualitativamente se constataron mejorías en el reflejo de succión-deglución, lateralización de la
lengua, estabilidad mandibular y control del babeo durante la alimentación, así como la capacidad para
alimentarse, es decir masticar, colocar y deglutir el bolo alimenticio de forma segura.

Discusión
Como es referido en la literatura en los pacientes que forman parte de nuestro estudio, se observa que en la
Parálisis Cerebral en cualquiera de sus variantes teniendo en cuenta el compromiso motor, se afecta la
alimentación, partiendo de las dificultades que se aprecian en mayor o menor grado en los procesos de
masticación, deglución y control de la sialorrea que conllevan al establecimiento de la disfagia.
La respuesta positiva a partir de las mejorías evidenciadas en un corto período de tiempo (56 días) en el
área de la alimentación, en el 100% de los casos estudiados es un elemento que habla con relación al
pronóstico favorable en dirección a la mejoría de los procesos de masticación, deglución y control de la
sialorrea; planteamiento que hacemos apoyándonos en la respuesta observada y en las referencias
bibliográficas que señalan que el daño cerebral también puede ocasionar afectaciones de la alimentación.
Como habíamos referido con anterioridad el proceso más beneficiados con el tratamiento logopédico resultó
ser la deglución, y a continuación la masticación y el control de la sialorrea por este orden. Consideramos
que en estos casos la respuesta pudiera estar asociada a mejoría de los la estrecha relación que existe
entre estos procesos y que la mejoría de uno depende de los avances obtenidos en los otros y viceversa.

Conclusiones
La detección de la disfagia y la incorporación a terapias que contribuyan a mejorar el tono muscular de la
musculatura orolinguofacial, del cuello y la respiración, que incorpore paulatinamente diferentes tipos de
alimentos teniendo en cuenta las posturas que facilitan la deglución, favorece, aunque no en igual medida,

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la alimentación del niño con parálisis cerebral, viéndose más favorecidos los espásticos e hipotónicos, y en
segundo lugar discinéticos, atáxicos y mixtos, por este orden.

Referencias
1- Rye H, Donath M. Guía para la educación de los niños afectados con parálisis cerebral grave:
Cuaderno de Educación Especial. París: Ed. UNESCO; 1990.
2- Sanpedro Tobón OL. Rehabilitación de niños con parálisis cerebral. En: Restrepo Arbeláez R,
Lugo Agudelo LH, eds Rehabilitación en Salud: Medellín: Ed. Universidad de Antioquia; 1995, p.
195-207.
3- Muzaber L, Schapira I. Parálisis Cerebral y el concepto Bobath de neurodesarrollo. Rev. Hos.
Mat. Inf. Ramón Sardá, 1998, vol 17 No. 2.
4- Dahl M, Thommenssen M, Rasmussen M etal. Fedding and nutricional characteristics in children
with multiple moderate or severe cerebral palsy. Acta Paediatr, 1996; 85-697.
5- Griggs CA, Jones PM, Lee RE. Videofluroscopic investigation of feeding disorders in children with
multiple handicap. Dee Med Child Neurol., 1989; 31- 203.
6- Ramritu P, Finlayson K, Mitchell A, Croft G. Identification and Nursing Managament of
Dysphagia in individuals with Neurological Impairment. The Joanna Biggs Institute for Evidence
Based Nursing and Midwifery; 2000. Systematic Review No.8.

Autores:
Lic. María del Carmen Padín Hernández.
mcarmen@neuro.ciren.cu
Lic. Marianne Sánchez Savigñón.
Lic. Roberto Díaz Márquez.
Lic. María del Carmen Padín Hernández.
Licenciada en Logopedia. Especialista en Neurorehabilitación de la Clínica de Neurología Infantil del
CIREN.
Lic. Marianne Sánchez Savigñón.
Licenciada en Educación Especial. Defectóloga.
Lic. Roberto Díaz Márquez.
Licenciado en Cultura Física. Especialista en Neurorehabilitación. Rehabilitador Físico.
FILIAL: Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN).

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