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Contenido

INTRODUCCION ............................................................................................................................. 2
OBJETIVOS ..................................................................................................................................... 4
CUERPO DEL TRABAJO................................................................................................................... 5
 ¿Qué nos hace pensar en una cadena de significantes Metáfora? ...................................... 5
 ¿Qué nos hace pensar en una cadena de significantes metonimia? .................................... 7
 ¿Cuándo puede existir una cadena de significantes? ......................................................... 11
 ¿Qué se puede decir a cerca del estadio del Espejo? ......................................................... 12
 ¿Qué podemos decir a cerca de metonimia del deseo? ..................................................... 14
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ................................................................................................... 15
INTRODUCCION

Este trabajo esta nos guiamos de la unidad 3 de Jacques-Marie Émile


Lacan (París, 13 de abril de 1901-ibídem, 9 de septiembre de 1981) quien fue un
médico psiquiatra y psicoanalista francés conocido por los aportes teóricos que
hizo al psicoanálisis basándose en la experiencia analítica y en la lectura de
Freud, incorporando a su vez elementos del estructuralismo, la lingüística
estructural, la matemática y la filosofía, también fue un exponente fundamental
de la corriente estructuralista y generó gran controversia entre otros
profesionales debido a su estilo innovador.
Asensi describe a Lacan como un estructuralista-post-estructuralista, su relación
con el movimiento freudiano contrastaba con sus fuertes tensiones con la IPA, la
Asociación Psicoanalítica Internacional, y con el progresivo distanciamiento de
sus colegas franceses a lo largo de una serie de escisiones. Lacan buscó
reorientar el psicoanálisis hacia la obra original de Freud, ya que consideraba
que el psicoanálisis post-freudiano se había desviado cayendo en una lógica a
veces biologicista u objetivadora del sujeto propio del psicoanálisis. Lacan acusó
a muchos de los psicoanalistas coetáneos por haber distorsionado y parcializado
la teoría de Freud.
Reinterpretó y amplió la práctica psicoanalítica. Incorporó además a nivel teórico
nociones de origen lingüístico, filosófico y topológico que lo llevaron a redefinir
muchos de los principales términos del léxico psicoanalítico y, por ejemplo, a
formular la tesis:
El inconsciente está estructurado 'como' un lenguaje.

Entre las muchas funciones del Orientador como del Profesor Jefe, está la de
diagnosticar las necesidades de orientación individual y grupal de los alumnos:
este profesional de la educación, buscará identificar y responder a los llamados
educativos de sus alumnos. Para ello, el Docente, sujeto competente en las
estrategias, métodos y técnicas que operativizan su acción orientadora, deberá
"desarrollar la capacidad de intervenir en el proceso educativo con técnicas,
estrategias y metodologías apropiadas a las necesidades de los alumnos".

Si una de las funciones del Profesor Jefe consiste en ayudar a los requerimientos
concretos de sus alumnos. Para esta tarea deberá dominar, construir y aplicar
Métodos y Técnicas de conocimiento e indagación que le permitan conocer las
necesidades de ellos, como de quienes participan en el proceso escolar. Uno de
estos instrumentos es el CUESTIONARIO.

Por medio de la información que este instrumento entregue, podrá más fiel y
profesionalmente, diagnosticar y responder a las necesidades educativas
Individuales y/o colectivas de sus alumnos y así optimizar su desempeño en el
proceso educativo.

Por lo anterior, es que me parece sumamente útil el conocimiento y manejo


profesional de este instrumento: EL CUESTIONARIO. El Cuestionario es un
instrumento de investigación. Este instrumento se utiliza, de un modo
preferente, en el desarrollo de una investigación en el campo de las ciencias
sociales: es una técnica ampliamente aplicada en la investigación de carácter
cualitativa.

No obstante, lo anterior, su construcción, aplicación y tabulación poseen un alto


grado científico y objetivo. Elaborar un Cuestionario válido no es una cuestión
fácil; implica controlar una serie de variables.

El Cuestionario es "un medio útil y eficaz para recoger información en un


tiempo relativamente breve".

En su construcción pueden considerarse preguntas cerradas, abiertas o mixtas.

Lacan formula una nueva concepción del psicoanálisis a partir de lo que ya había
formulado Freud, con la primicia de utilizar las leyes del lenguajes para
estructurar el inconsciente, partiendo de la teoría de Ferdinand de la Saussure
pero enfatizando especialmente en la importancia del significante sobre el
significado, donde el significante cumple con las leyes de la metáfora y
metonimia lo que para la teoría freudiana era el desplazamiento y la
condensación propone un esquema de lo real, lo simbólico y lo imaginario, para
desarrollar su clínica. Para ello resolveremos a continuación algunas de los
principales conceptos en esta cuestión del inconsciente estructurado como
lenguaje.
OBJETIVOS

 Traducir las variables de la investigación en preguntas concretas que nos


proporcionen información viable o susceptible de ser cuantificada.

 Obtener información acerca de cómo ciertas personas se sienten acerca


de problemas, productos o servicios específicos.

 Analizar cada pregunta analíticamente dando evidencia de su indagación

 Evaluar el entorno virtual realizando este cuestionario

 Manejar una estructura lógica sintetizando la información

 Entender la estructura y la composición del yo mediante el concepto del


estadio del espejo.
 Comprender los componentes de las cadenas de significantes como la
metáfora y la metonimia
 Conocer los conceptos de la teoría lacaniana en estructurar en
inconsciente como lenguaje.
 Introducirse a lo que va ser la intervención bajo el enfoque lacaniano.
CUERPO DEL TRABAJO

 ¿Qué nos hace pensar en una cadena de significantes Metáfora?

A partir de la década de 1950, Jacques Lacan utiliza cada vez más el término
“cadena”. Al principio, no habla de la cadena significante sino de la
cadena simbólica, queriendo indicar una “línea de descendencia” en la cual cada
sujeto está inscrito incluso antes de su nacimiento (y después de su muerte), y
que influye inconscientemente en su destino. También hace referencia a la
“cadena del discurso”, de manera equivalente.
En 1957 propone por primera vez “cadena significante” para referirse a una serie
de significantes vinculados entre sí. Lacan habla de la cadena significante con
metáforas lineales, a la manera de Saussure (para el cual la linealidad era uno
de los dos “principios” fundamentales del signo, junto con la arbitrariedad). La
idea de linealidad sugiere que la cadena significante es la corriente de la palabra,
en la cual los significantes se combinan según leyes gramaticales (en las
relaciones que Saussure llamó “sintagmáticas”, y que Lacan, siguiendo a otro
gran lingüista, Roman Jakobson, ubica en el eje metonímico del lenguaje). Pero
también usa metáforas circulares, comparando la cadena de significantes con
“los eslabones de un collar que es eslabón en otro collar hecho de eslabones”.
En este caso, la idea de circularidad implica que la cadena es una serie de
significantes vinculados por asociaciones libres, como un camino que se abre en
la red de significantes que constituye el mundo simbólico del sujeto (Saussure
llama a estas relaciones “asociativas”, o “paradigmáticas”, y Lacan, siguiendo a
Jakobson, las sitúa en el eje metafórico del lenguaje). En verdad, la cadena
significante es ambas cosas: en su dimensión diacrónica (el eje histórico,
dinámico, cambiante, según Saussure), es lineal, sintagmática, metonímica; en
su dimensión sincrónica (el eje estático), circular, asociativa, metafórica. Las dos
dimensiones se cruzan. Así, Lacan reúne los dos tipos de relaciones
(sintagmáticas y asociativas) que, según Saussure, existen entre los signos de
la lengua, aunque para aquél estas relaciones no se establecen entre signos sino
entre significantes. Una cadena significante no puede completarse nunca,
porque siempre es posible añadirle otro significante, ad infinitum (como Mijaíl
Bajtín afirmó respecto del “enunciado”). Esto expresaría la índole eterna del
deseo; este es metonímico porque la cadena sólo produce sentido en un
desplazamiento (no en una condensación, metafórica): la significación no está
presente en ningún punto de esa cadena, el sentido “insiste” en el movimiento
de un significante a otro.

En psicoanálisis, de acuerdo a la teoría lacaniana, la metonimia es uno de los


dos procesos psíquicos, siendo el otro la metáfora, usados por el inconsciente
para manifestarse. El siguiente ejemplo trata de ilustrar este punto: una persona
que odie su padre, al no poder hacer consiente este sentimiento, desarrolla una
aversión aparentemente inexplicable hacia la marca de cigarrillos que este
fumaba. En este cao, lo que el padre significa para el sujeto se traslada del
significante inicial el padre hacia el otro que está relacionado los cigarrillos.
pero Lacan va más allá, y proporciona una definición más abstracta de
metonimia y metáfora. Así la metonimia seria la relación diacrónica (es decir, a
través del tiempo) entre un significante y otro en la cadena significante; mientras
que la metáfora consistiría en la sustitución de un significante por otro. De este
modo, la metonimia tendría que ver con los modos en que los significantes se
pueden combinar y unir en una única cadena significante (relaciones
“horizontales”), mientras que la metáfora tiene que ver con los modos en que una
significante en una cadena significante puede ser sustituido por un significante
en otra cadena (relaciones “verticales”).

Para lacan para que haya un plus de significantes o sentido tiene que haber una
articulación metafórica. La metáfora va establecer la sustitución de significantes
o identidades es por eso que está relacionado con el síntoma. Es el eje sustitutivo
y cumple relaciones verticales y a una cadena significante no puede completarse
nunca, porque siempre es posible añadirle otro significante
 ¿Qué nos hace pensar en una cadena de significantes metonimia?

La metonimia es la otra ley fundamental del inconsciente al mismo tiempo que lo


es del lenguaje, Lacan la hace coincidir con lo que Freud explicaba bajo el
término de desplazamiento y se dedica mucho a ella en la clase 4 del seminario
5, clase llamada “El becerro de oro”.

Como ocurre en la metáfora, los efectos de la metonimia también se inscriben


en la línea del grafo que va de izquierda a derecha, es la línea donde se producen
los efectos del significante.

Así como la metáfora estaba planteada en términos de la sustitución de un


significante por otro significante, la metonimia se relaciona con la combinación
de un significante con otro significante, es decir que la metonimia es lo que
produce la cadena significante sobre la cual van a producirse todos sus efectos.
Es la dimensión diacrónica del discurso, no tanto por el hecho de que existe una
exigencia ineludible que implica un tiempo en el cual debe hablarse porque es
imposible decir todo al mismo tiempo, sino porque hay una exigencia lógica y no
cronológica que implica que un significante está unido a otro significante y
después a otro y a otro, esto hace que se hable de una cosa muy distinta a
presentar todos los significantes juntos, como puede ocurrir si hablamos del Otro
como tesoro del significante, donde están todos juntos. La cadena significante
presenta sus elementos como los eslabones de una cadena que se unen y
producen una continuidad. Es por eso que cuando se habla de metonimia se
hace referencia a una cosa, ya sea un objeto, una palabra o lo que sea, que
remite a otra cosa, la cual a su vez remite a otra cosa y así continuamente.

En el seminario 5, Lacan habla del olvido de “Signorelli” y ubica ahí una


combinación metonímica en el hecho de que un paciente que se había suicidado
por problemas de impotencia le dice a Freud: “Herr (“señor”, en alemán), sé que
hizo todo lo p0osible; en ese momento ese significante “herr” queda cargado con
todo el peso de la muerte y la sexualidad que llevan a Freud a fallar en encontrar
el apellido buscado cuando habla con un extraño en el tren debido a que no
quiere discutir con ese extraño los temas de la muerte y la sexualidad, su
vivencia como médico de ese paciente que se suicidó, sus propios miedos
respecto de esos temas, etcétera.
Este efecto metonímico ocurre porque los términos implicados tienen un sentido
u otro según los elementos que estén próximos en una relación de continuidad
que permite que se hable de metonimia; es decir que el término “herr” significa
una cosa, por ejemplo: “señor”, si está dicha en un contexto de una simple charla
en alemán, pero adquirirá un sentido muy distinto, por ejemplo: “muerte y
sexualidad”, si está dicho en el contexto del paciente de Freud que se suicidó
por sufrir de impotencia sexual. Esa relación con los distintos elementos
contiguos es lo que permite que se hable de metonimia en lugar de metáfora.
No hay posibilidades de que esto pueda producirse si no es sobre la base de una
cadena en que cada elemento puede unirse, combinarse con los demás, solo así
se abre la posibilidad de que estos elementos se relacionen unos con otros y
sobre esta combinación se puedan producir los distintos efectos. En relación a
esto, Lacan insiste varias veces en que no habría metáfora si no hubiera
metonimia, ya que para que pueda producirse el efecto metafórico de la
sustitución tiene que existir previamente, en forma lógica y no cronológica, una
relación entre los dos significantes involucrados que permita esa sustitución.

Es por esto que la fórmula de la metonimia es la siguiente:

En ella vemos otra vez, como en la metáfora, la “f” de la función, pero esta vez
no se trata de la sustitución de un significante por otro representado por una
barra que los ubica arriba y abajo, sino que hay dos significantes, S y S´, que
están en el mismo nivel en una situación de estar uno detrás de otro, en una
continuación infinita. La segunda parte de la fórmula presenta otra diferencia con
la de la metáfora, ya que la metonimia produce un efecto que Lacan describe
como la reducción de sentido, la desvalorización de este sentido, la cual aparece
representado por el signo (-). Creo que esta disminución de sentido puede
entenderse pensando que si pasamos de una cosa a la otra sin detenernos en
ninguna no se puede ubicar algo que tenga un sentido fuerte, sino que este
sentido no puede consolidarse ya que la cadena no se detiene sino que continúa
cambiando de objeto.

Otro efecto de esta combinación es la aparición de lo que se llama las ruinas


metonímicas del objeto, se trata de los nombres que se le ocurren a Freud en
lugar del nombre buscado, lo cual le lleva a mencionar a Boticelli y Boltrafio, aún
sabiendo perfectamente que no se trata de esos pintores. Ocurre que lo buscado
está en relación con esos nombres porque también son nombres de pintores,
porque Boticelli termina igual que Signorelli, porque Boltrafio empieza como
Bosnia y termina parecido a Trafoi que son ciudades relacionadas con la historia
del paciente y otras más. Son conexiones entre estos significantes que dan por
resultado el hecho de que aparezcan, aún cuando Freud sabe perfectamente
que no se trata de ellos, pero sin poder evitar que estas cadenas hagan que esos
nombres se le presenten ante la falta creada por el olvido.

De esta manera, uniendo lo dicho antes acerca de la metáfora, vemos cómo las
dos leyes fundamentales del inconsciente y del lenguaje aparecen produciendo
efectos en el caso de “Signorelli”.
El ejemplo de chiste metonímico que Lacan toma es el del “becerro de oro”, en
el cual aparecen muchas personas reunidas alrededor de un hombre rico y en
otro lado hay dos personas hablando, una de estas personas dice que todavía
se sigue adorando al becerro de oro, en relación a este hombre rico que es
buscado y rodeado por la gente como hacían antes los paganos alrededor de
ídolos a los que adoraban como dioses. Esto produce la respuesta de Henri
Heine al decir que esa persona a la que se refiere ya está bastante grande para
ser calificada de becerro.

Respecto de este chiste, Lacan destaca que lo que hay que tener en cuenta es
que el término “becerro” está tomado de dos maneras distintas, ya que el primero
que habla lo dice en relación al ídolo antiguo que se elevaba a la categoría de
Dios y que así producía el efecto de tener mucha gente alrededor para alabarlo,
cosa que encuentra similar a este personaje rico al cual muchos se acercan para
adularlo y festejarlo, con lo cual lo convierten en objeto de cierta idolatría. A
diferencia de esto, Heine toma esa misma palabra, pero ya no como un concepto
sino como un significante y lo usa dándole otro sentido, el de un animal hijo de
la vaca y el toro que por su corta edad es llamado de esa manera. Al igual que
en el caso Signorelli, según el contexto la palabra adquiere un sentido u otro, es
decir que dependerá de qué elementos se combinen con él, según la
combinación metonímica, significará una cosa o la otra.

Lo que esto nos muestra es que cuando se piensa en el plano significante no


puede pensarse en un único sentido para las distintas cosas, ya sean palabras,
hechos, situaciones, etcétera, sino que cada uno de ellos puede estar puesto en
relación a múltiples sentidos y dependerá de muchos factores que se lo asocie
con una cosa o la otra. Este chiste muestra que un significante puede combinarse
con el sentido de ídolo de la misma forma que puede hacerlo con el sentido de
juventud, como también podemos pensar que en otro contexto puede ser tomado
de muchas otras formas, tales como decirle a alguien que tiene la cintura de un
becerro, que entiende de aritmética tanto como un becerro o cualquier otra cosa.
La metonimia parte de la ambigüedad fundamental que implican los significantes,
situación muy distinta de lo que ocurre con los signos, los cuales presentan una
relación directa y única con un significado. El chiste metonímico consiste así en
tomar una palabra en un sentido distinto del que fue emitido; esto es lo que ocurre
cuando se busca una palabra en el diccionario y uno se encuentra con que esa
palabra tiene distintos significados, puede ser tomada de diversos modos según
sus diferentes acepciones.

Debido a las diferencias entre la metáfora y la metonimia, se las ubica como dos
dimensiones distintas del chiste.
Lacan utiliza otro ejemplo, el de “treinta velas” en lugar de decir “treinta barcos”
y dice que esto puede ser confundido con una metáfora, pero no se trata de eso
ya que no es una sustitución en referencia a la realidad porque ningún barco
tiene una sola vela, sino que tiene que ver con la función que se establece entre
la palabra “vela” y la palabra “barco”, lo cual implica un vínculo en la cadena
significante; no se trata de algo metafórico porque dice que esas velas no se
hinchan con el viento por no ser algo real y concreto. Dependerá del contexto,
los elementos con los que se combina, el significado que tenga.

Él lo presenta como algo muy distinto, pero me parece que algo de esto se le
mezcla un poco y no termina de quedar del todo claro. El propio Lacan poco
después dice que esto presenta ambigüedades y es imposible que no quede
alguna hiancia en la presentación de estos temas, pero concluye esto diciendo
que estas ambigüedades son imposibles de evitar, tal vez como queriendo
sacarse la responsabilidad de quedar como alguien que no sabe explicarlo mejor
o como que no termina de entenderlo del todo. Muy por el contrario, rechaza la
idea de metalenguaje según el cual el lenguaje podría explicarse de forma sólida
y completa ya que es imposible matematizar el lenguaje de forma absoluta, es
decir que es imposible que el lenguaje aparezca como la matemáticas, que todos
consideramos como perfecta y sin posibilidad de ambigüedades. O bien esta
estructuración absoluta del lenguaje es imposible, o bien esta estructuración
debe hacerse sobre la base de la ambigüedad lingüística.

La metonimia es la dimensión fundamental del lenguaje, esta ambigüedad que


se ubica en la metonimia está pensada como la dimensión del valor de los
significantes, la cual se opone a la dimensión del sentido, propia de la metáfora.
Esta dimensión del valor refiere a una equivalencia general entre los elementos,
lo cual hace que aparezcan en el mismo nivel en la fórmula de la metonimia, la
cual Lacan relaciona con Marx y la equivalencia de las mercancías, según la cual
una tela puede convertirse en significante del valor de un vestido.
En lo referente al psicoanálisis, un significante puede convertirse en referente
del valor de otro significante y es esta dimensión del valor la que Lacan diferencia
de la dimensión del sentido que aparece en la metáfora, sentido que gracias a la
ambigüedad fundamental de la cadena significante aparece muy reducido ya que
es imposible pensar en fijar y consolidad un sentido a un significante que puede
combinarse con cualquier sentido, de forma que este queda debilitado en la
metonimia y de ninguna manera puede ser pensado como el factor fundamental
de este mecanismo. La metonimia puede definirse como una figura del habla en
la que se emplea un término para designar algo mediante otra cosa con la que
está vinculado por contigüidad o cercanía. Ejemplo comprar un Picasso”, en
lugar de “comprar un cuadro de Picasso”, La metonimia tiene que ver con la
forma en que los significantes pueden combinarse en la cadena significante y
cumple una relación horizontal, la metonimia con el eje combinatorio del lenguaje
Para Lacan, en la metonimia se mantiene la resistencia de la significación por
que no produce significado nuevo.
 ¿Cuándo puede existir una cadena de significantes?

La noción tradicional que se tiene de significado y significante, en la cual se


expresa que todo significado tiene significante es analizada y estudiada por
Lacan, el hace una inversión de esto y expone que no hay reciprocidad, no todo
significante es lo que conocemos por significado, y de esta manera el significante
tiene primicia sobre el significado. Este trabalenguas lo que pretende es explicar
que ante un significante puede haber múltiples significados dependiendo del
texto e historia de cada sujeto. En el inconsciente (estructurado como lenguaje)
lo que se da es una relación de significantes, donde a partir de un significante
primordial surge una cadena; y los significantes de esta solo adquieren sentido
sobre la posición o lugar que ocupan en esta cadena. Es así como el sentido en
toda la cadena, en el texto e historia del ser hablante, dependen de la posición y
acomodación de los significantes, y por medio de pequeños cortes se vaya
produciendo significado...y como siempre, en la espera de resignificar.

Un significante con otro significante en la cadena significante y sucede en la


presencia misma del deseo; esto quiere decir que un significante depende de
los otros significantes que lo siguen o lo preceden. Así se produce en el
significante temporal de un sentido que para Lacan se figura como lo deseable,
El significante S1 aparece como lo deseable, pero sólo a partir del significante
S2, Esta posición va a conducir a Lacan a la distinción de lo simbólico, lo real y
lo imaginario.
 ¿Qué se puede decir a cerca del estadio del Espejo?

El estadio del espejo hace relación en la formación o construcción del yo, en la


cual hace analogía con el reflejo propio de un niño en el espejo donde siente
jubilo al verse a sí mismo, pero que esa identificación está dado por el otro, esto
quiere decir que el yo carece de sentido ya que está formado por lo imaginario
por ser ese vínculo con el otro el que va transmitir ese yo ideal. Esto va
desprender el narcisismo primario entre los 6 y 18 meses ya que el infante va
abandonar su condición original para identificarse con lo que se le refleja por los
ojos del otro, la clínica lacaniana se va estructurar de esta manera de sintetizado
en lo real, simbólico e imaginario (esquema de ramillete invertido).

Según Hazard y Searle, Lacan basa su teoría en la observación de un niño en


etapa inicial, quien, superado en inteligencia instrumental por el chimpancé,
reconoce ya sin embargo su imagen en el espejo. La edad en cuestión va desde
los seis a los dieciocho meses y Lacan observa que el reconocimiento va
acompañado siempre de una expresión narcisista de júbilo por parte del niño. A
los seis meses el niño no coordina su cuerpo lo suficiente como para dominar su
postura; sin embargo, si tiene un espejo cerca puede sentir interés como para
gatear o arrastrarse hasta encontrar una posición que le permita obtener del
espejo lo que Lacan llama una imagen instantánea de su mismo.
Lacan analiza el contraste entre la impotencia motriz y la dependencia
de la lactancia, por una parte, y el hecho de que su imagen especular sea
animada jubilosamente por otra. Analiza la biológica prematura del niño y su
desvalidamiento para introducir la noción del cuerpo fragmentado y el deseo que
lo anima para encontrar feliz el término lacaniano. Tenemos a un niño que
cuando se mira en el espejo, se mira con sus ojos que no están afectados por la
prematuración y se observa; de acuerdo a Lacan su expresión es jubilosa. Y es
que reconoce su imagen ante el espejo, encontrando aquí el punto clave: aquel
que el niño mira y reconoce, ese que tarde o temprano descubrirá que es él
mismo, o su imagen, no sufre de descoordinación, no tiene el cuerpo
fragmentado.
En efecto, ese otro que le mira tras el espejo y que le cautiva, pronto
aprenderá que es él, es la imagen del yo. La primera identificación dice Lacan,
imaginaria pero que irá constituyendo el yo del ser humano. Sin embargo, al
mismo tiempo que imaginaria, esa primera identificación es en sí el lazo entre el
niño y el otro que aun si fuese él mismo está afectado por la simetría especular,
condición que luego se reproducirá en los sueños; en tercer lugar, aquel que se
reconoce como yo no está afectado de mis limitaciones. Aquí según Lacan es
la matriz del yo ideal; y eso jamás se alcanza, ese lugar tras el espejo en el que
todo va bien solo podrá tenderse asintóticamente[1]
Punto ideal y todas las identificaciones que vendrán luego: cualquier otro
a quien yo ame en algo, aquel a quien vea con buenos ojos, estará para mí en
el lugar de la imagen alienante en la que confluyen mi ideal del yo y mi cuerpo
sin fragmentar.
En el plano literario existen autores que han enmarcado sus obras dentro de
un plano psicológico y siendo esta clase de textos de nuestro particular interés,
haremos referencia a Peter Pan y su tragedia como ser humano que parte del
hecho de que fue el niño que no quería crecer o Lewis Carroll, el adulto que se
negaba a que crecieran las niñas que como Alice Liddell, eran su devoción en el
entorno de sus labores como profesor de matemáticas en la Universidad de
Oxford
 ¿Qué podemos decir a cerca de metonimia del deseo?

En relación con el deseo, la metonimia es un movimiento cronológico o


secuencial de un significante a otro, a lo largo de la cadena significante, el deseo
se caracteriza precisamente por el mismo proceso interminable pues el deseo es
siempre “el deseo” ya sea de alguna otra cosa”, en cuanto el objeto del deseo
“se alcanza”, ya no es deseable, y el deseo del sujeto se fija en otro y esto es
una actividad perpetua en busca de sentido.
La índole eterna del deseo; este es metonímico porque la cadena sólo produce
sentido en un desplazamiento la significación no está presente en ningún punto
de esa cadena, el sentido “insiste” en el movimiento de un significante a otro.
Por esto Lacan afirma directamente: “el deseo es una metonimia” (Lacan, 1953).
El psicoanálisis habla del deseo, hace un gran énfasis en destacarlo de “los
deseos”, ya que el uno es fundamentalmente inconsciente y los otros remiten a
las necesidades diversas, a los diferentes goces que se buscan saciar en la
inmediatez del día a día, que responden a instintos o a cuestiones provenientes
de la voluntad de la persona; en cambio, el wunshc freudiano se circunscribe
como fenómeno inconsciente, un estado en el que la falta es algo patente y no
está sujeto como el proceso de la necesidad a ser satisfecho, en última instancia,
por la alucinación –como cuando el bebé tiene hambre y por fin se queda
dormido representándose en sueños aquello que ansía, o como cuando el adulto
tiene la necesidad de evacuar y es en sueños en donde se manifiesta que por
fin lo logra ya que hacía tiempo que esto se le venía impidiendo por algún
mecanismo físico inadecuado—y aún en estos casos lo que incita la alucinación
es la representación (vorstelungreprasentanz) de la representación, que ya va
aunada a la huella psíquica y ésta a su significante; el deseo, ese wunsch, no se
satisface, pues está encadenado al significante y esto le implica un rodeo, un
anclaje a una imagen primordial que ya fue reprimida en años pretéritos y que
sólo por medio del desplazamiento del objeto podrá alcanzar a vivir su añoranza
como sujeto en falta; lo otro, aquello que representa un reto son “los deseos”, los
placeres fútiles que en cada subjetividad son puestos en escena para desviar un
poco la atención, si no, esto sería intolerable para el neurótico que vive su falta
con gran añoranza de recuperar aquello que ha perdido.
Conclusiones

 El enlace de dos puntos en la cadena significante que ocurre


retroactivamente.

 La articulación de los significantes retiene la significación.

 El yo del estadio del espejo es una imagen que engaña al sujeto puesto
que lo identifica, pero aquella identificación está dado por el otro y está
ligado a lo narcisista.

 Lo real no es sinónimo de realidad y más bien ligado a un absoluto


existente, a un verdadero ser es decir un más allá de lo simbólico que son
las leyes de la palabra es un cuerpo inaccesible para el sujeto “la nada”.
 El deseo es una actividad perpetua.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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 http://www.academia.edu/16581989/Metonimia_y_met%C3%A1fora_y_psicon%C3
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