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como sinónimos, en la medida que todos expresan la misma idea: se trata del proceso
judicial de control de las actuaciones y omisiones de la Administración Pública y que se
encuentran sujetos al derecho administrativo.
La idea del proceso administrativo descansa en la finalidad de control del Estado sobre la
Administración Pública, a través del poder judicial. En todo caso, se sustenta en el principio
de frenos y contrapesos propio del Estado de Derecho. Precisamente, el Perú es una
República democrática y que se organiza bajo el principio de división y separación de
poderes, con arreglo a los principios del Estado de Derecho. (art 43° Constitución, STC N°
1797-2002-HC/TC)
Cabe señalar además, que nuestra Constitución (art. 148°) ha establecido que el control
jurídico de las actuaciones y omisiones de la Administración Pública será realizado por el
Poder Judicial, dentro del marco del derecho a la tutela judicial efectiva que asiste a todos los
ciudadanos (Art. 139º numeral 3) de la Constitución). Este control jurisdiccional de las
actuaciones de la Administración Pública sujetas al Derecho Administrativo, será realizado
por los órganos competentes del Poder Judicial, por así disponerlo la Constitución de 1993 y
los tratados internacionales sobre Derechos Humanos que el Perú ha suscrito.
En dicha medida, nuestro sistema constitucional y las leyes apuestan porque sea el juez y no
otro, el llamado a controlar la legalidad administrativa a través del proceso contencioso-
administrativo.
De esta manera, el juez tiene los plenos poderes para determinar la existencia de vicios en la
actuación administrativa, así como para ordenar que la Administración Pública cese
actuaciones ilegales, realice y cumpla las obligaciones que le impone la ley, así como para
corregir los vicios que se encuentren en las actuaciones administrativas.
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El Control de la Administración Pública:
Control político
Control social
Control jurisdiccional
Control interno/externo
Aquí son órganos ubicados dentro de la estructura del Poder Judicial los llamados a juzgar, en
el ejercicio de la función jurisdiccional, la actuación administrativa realizada con carácter
previo.
a) Siempre ha existido la opción por un modelo judicialista de control de los actos de la Adm.
Pública.
b) Carencia de una regulación orgánica y sistemática en un texto legal - dispersión de
normas reguladoras.
c) El sistema se ha manifestado como una lógica de revisión - el juez no revisa el fondo de
los asuntos, sino únicamente ejerce un poder “casatorio” o de revisión de la legalidad del
procedimiento.
d) El modelo ha sido diseñado en notoria desventaja frente a otros procesos de naturaleza
tutelar, como el proceso de amparo.
La Constitución de 1979 mandaba que exista una ley que regule “las acciones contencioso-
administrativas”. Sin embargo, este mandato no se cumplió. Pero se optó por regular el
proceso contencioso-administrativo como un “proceso civil” más, dentro del Código Procesal
Civil de 1992. (artículos 540-545).
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La regulación del proceso contencioso-administrativo en el CPC, lo definió como un “proceso
de impugnación de resolución o acto administrativo” - proceso de nulidad.
El Juez no entraba al fondo de los asuntos, sino que únicamente revisaba las formalidades de
las actuaciones en vía administrativa.
Requisitos de admisibilidad:
1) Debía tratarse de un acto o resolución que cause estado.
2) El acto o resolución se hayan impugnado en la vía administrativa, agotando los recursos
previstos en las leyes respectivas.
3) Se interponga dentro del plazo de 30 días de notificada la resolución impugnada de
acuerdo a Ley, o en el mismo plazo, producido el silencio administrativo de conformidad con
los dispositivos vigentes (Ley 27352).
La admisión de la demanda no interrumpía la ejecución del acto administrativo.
Competencia (art. 542 CPC)
Todos los problemas antes citados, motivaron que se efectuara la derogatoria de los artículos
540 a 545 del Código Procesal Civil, a fin de regular el proceso contencioso-administrativo en
una Ley especial, la cual es la Ley N° 27584, denominada Ley que regula el Proceso
Contencioso-Administrativo.
La Ley Nº 27584, vigente a partir del 16 de abril del 2002, regula integralmente por vez
primera, el proceso contencioso-administrativo.
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omisiones de la Administración Pública que lesionen derechos e intereses de los
administrados. Y por otro lado, una finalidad subjetiva:
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conflictos de intereses o crisis de certeza derivados de una actuación
administrativa.
Derecho a la efectividad de las sentencias: La LPCA ha instrumentado un
catálogo amplio de medidas cautelares que tutelen la actuación
administrativa, así como la actuación destinada a la ejecución de las
sentencias.
Distinguir entre:
Aunque con problemas en su entrada en vigencia (D.U. 136-2001, Ley 27684), la Ley
27584 “Ley que regula el proceso contencioso-administrativo” supone un cambio
trascendental con relación al esquema regulatorio de este proceso jurisdiccional,
mediante la regulación orgánica y sistemática de un nuevo sistema procesal
administrativo.
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derecho alemán. El estudio de ambos sistemas permite asistir a un proceso de
“normalización” del sistema contencioso-administrativo a nivel mundial que
permite afirmar que:
Esto implica que el conflicto puesto a conocimiento del juzgador versará siempre
sobre una controversia entre la Administración y un particular, con respecto a una
actuación de la Administración Pública sujeta al Derecho Administrativo.
La regulación del objeto del proceso va en consonancia con la finalidad del mismo.
Sin embargo, pone acento en la finalidad subjetiva o tutelar del proceso contencioso-
administrativo.
El elemento central para entender la regulación del nuevo objeto es enlazar los
contenidos del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 139.3 de la
Constitución) con la regulación del proceso contencioso-administrativo (art.
148° de la Constitución). STC 010-2001-AI; STC 2763-2002-AA/TC. Asimismo,
conviene citar que Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante tribunales
imparciales e independientes para lograr la satisfacción de sus derechos (art. 25.1
Pacto de San José)
Lo esencial: el derecho que tienen los particulares a recurrir a la justicia para que
controle las actuaciones de la Administración se deriva del derecho a la tutela
judicial efectiva: “todo afectado por un acto del Poder Público puede recurrir
a juicio para la defensa de sus derechos e intereses”.
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Nuestra Ley Nº 27584 se inspira fundamentalmente en las experiencias española
(Ley 29/1998, de 13 de julio), argentina (Código Procesal Administrativo de la Ciudad
de Buenos Aires – Ley 12.008) y alemana (Ley del Proceso Administrativo - VWGO)
El proceso contencioso administrativo tiene un aspecto objetivo (control de
constitucionalidad y legalidad de la actuación administrativa) y subjetivo (tutela
jurisdiccional adecuada de las pretensiones de las partes frente a la actuación de la
administración pública). (Contencioso-administrativo objetivo-subjetivo)
Actuación:
actos administrativos
actividad material o técnica.
Contratos administrativos
Omisión:
Falta de cumplimiento de un mandato contenido en una ley o un acto administrativo
(Inactividad formal e inactividad material).
Actuaciones impugnables:
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Pretensión de superación de inactividad formal y material: Se ordene a la
Administración Pública la realización de una determinada actuación a la que
se encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud de acto
administrativo firme (pretensión declarativa y de condena).
Base Constitucional:
Artículo 148º de la Constitución:“Las resoluciones administrativas que causen
estado, serán susceptibles de impugnación mediante la acción contencioso-
administrativa de conformidad con la Ley de la materia”.
Acto que causa estado, es aquél que agota o pone fin a la vía administrativa
porque fija de manera definitiva la voluntad de la Administración, constituye la
manifestación final de la acción administrativa respecto de la cual no es posible la
interposición de otro recurso administrativo.
Distinguir entre:
Acto que “causa estado”
Acto firme y Acto consentido
“Cosa decidida” en sede administrativa
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Sujetos del Proceso: Juez, órganos auxiliares de la judicatura, Ministerio Público,
demandante y demandado.
Partes del Proceso: Parte en el proceso es todo aquél que demanda o en cuyo
nombre se demanda y también es todo aquél contra quien se plantea una demanda.
La capacidad para ser parte es la aptitud para ser titular de situaciones jurídicas
procesales. Tiene capacidad para ser parte todo sujeto de derecho.
De acuerdo al segundo párrafo del art. 11º de la LPCA, tiene legitimidad para obrar
activa la entidad pública facultada por ley para impugnar cualquier actuación
administrativa que declare derechos subjetivos; previa expedición de resolución
motivada en la que se identifique el agravio que aquella produce a la legalidad
administrativa y al interés público, y siempre que haya vencido el plazo para que la
entidad que expidió el acto declare su nulidad de oficio en sede administrativa.
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La regulación del proceso de lesividad se encuentra relacionado con lo regulado por
los artículos 202.4 y 202.5 de la Ley del Procedimiento Administrativo General,
normas que señalan lo siguiente:
“Artículo 202.4 LPAG: En caso de que haya prescrito el plazo previsto en el numeral
anterior, sólo procede demandar la nulidad ante el Poder Judicial vía el proceso
contencioso administrativo, siempre que la demanda se interponga dentro de los dos
(2) años siguientes a contar desde la fecha en que prescribió la facultad para
declarar la nulidad en sede administrativa.
Artículo 202.5 LPAG: Los actos administrativos emitidos por Consejos o Tribunales
regidos por leyes especiales competentes para resolver controversias en última
instancia administrativa, no pueden ser objeto de declaración de nulidad de oficio.
Sólo procede demandar su nulidad ante el Poder Judicial, vía el proceso contencioso
administrativo, siempre que la demanda se interponga dentro de los tres años
siguientes a contar desde la fecha en que el acto quedó firme”.
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procesos de lesividad, en los cuales la entidad administrativa aparece como
demandante.
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12.2.5 Jurisdicción y Competencia. El procedimiento y vías
procedimentales en los contencioso-administrativo.
Competencia Territorial.
Esta norma difiere del Anteproyecto preparado por la Comisión designada por el
Ministerio de Justicia, el mismo que establecía una regla a favor del demandante,
quien podía elegir entre entablar la demanda contencioso administrativa respectiva
de manera alternativa, y a su elección, ante el juez del lugar de su propio domicilio,
del domicilio del demandado, o del lugar donde se produjo la actuación impugnable.
Competencia Funcional:
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para impugnar decisiones de órganos colegiados y órganos unipersonales dentro de
las entidades públicas.
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En los lugares donde no exista Juez o Sala Especializada en lo Contencioso
Administrativo, es competente el Juez en lo Civil o el Juez Mixto en su caso, o la Sala
Civil correspondiente
Finalmente, el artículo 10º de la LPCA establece que en aquellos casos en los que se
interponga demanda contra las actuaciones a las que se refiere el Artículo 4º de la
referida norma, el Juez o Sala que se considere incompetente, remitirá de oficio los
actuados al órgano jurisdiccional que corresponda, bajo sanción de nulidad de lo
actuado por el Juez o Sala incompetente.
Procedimiento sumarísimo:
Procedimiento especial:
Este procedimiento sustituye a la regulación del proceso abreviado, que regía como
regla general para la vía procedimental en la LPCA.
Trámites:
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12.2.6 Los medios probatorios y medidas cautelares.
A) La prueba en el contencioso-administrativo.
Esta reforma difiere sensiblemente del Anteproyecto preparado por la Comisión del
Ministerio de Justicia (publicado el 05-07-2001)
“Medios Probatorios.- Las partes podrán ofrecer todos los medios probatorios típicos
y atípicos regulados por el Código Procesal Civil.
Cuando se presente un expediente administrativo se hará en original o fotocopia
debidamente fedateada o certificada por la Administración Pública”.
Por otro lado, el artículo 28° de la LPCA establece la oportunidad del aporte de los
medios probatorios en el proceso. Dicha norma señala lo siguiente:
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Los medios probatorios deben ser ofrecidos por las partes en los actos postulatorios,
debiendo acompañarse todos los documentos y pliegos interrogatorios en los
escritos de demanda y contestación.
Si el particular que es parte del proceso no tuviera en su poder algún medio
probatorio y éste se encuentre en poder de alguna entidad administrativa, deberá
indicar dicha circunstancia en su escrito de demanda o de contestación, precisando
el contenido del documento y el lugar donde se encuentra con la finalidad de que el
órgano jurisdiccional pueda disponer todas las medidas necesarias destinadas a la
incorporación de dicho documento al proceso.
El artículo 29° de la LPCA regula el régimen relativo a las pruebas de oficio que
puede ordenar el Juez.
Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para
formar convicción, el Juez en decisión motivada e inimpugnable, puede ordenar la
actuación de los medios probatorios adicionales que considere convenientes.
En una lógica más tuitiva y garantista, sobre todo cuando se trate de asuntos
específicos (se discute la aplicación de una norma jurídica de carácter
reglamentario), el artículo respectivo del Anteproyecto señaló lo siguiente:
Carga de la prueba.-
Salvo disposición legal diferente, la carga de la prueba corresponde a quien afirma
los hechos que sustentan su pretensión. Sin perjuicio de lo anterior, si la actuación
administrativa impugnada establece una sanción, la carga de probar los hechos que
configuran la infracción corresponde a la entidad administrativa
Cuando en el proceso se discuta la aplicación de una norma jurídica, la entidad
administrativa tiene la carga de probar la existencia y vigencia de dicha norma,
salvo que se tratara de una ley o decreto legislativo.
La LPCA señala que la medida cautelar podrá ser dictada antes de iniciado un
proceso o dentro de éste, siempre que se destine a asegurar la eficacia de la
decisión definitiva.
El régimen legal de las medidas cautelares en el proceso contencioso administrativo,
conforme lo señala el artículo 35º de la LPCA, es el regulado en el Código Procesal
Civil, con las especificaciones establecidas en la misma LPCA
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La medida cautelar se dictará en la forma en que fuera solicitada o en cualquier otra
forma que se considera adecuada para lograr la eficacia de la decisión definitiva,
siempre que:
1. De los fundamentos expuestos por el demandante se considere verosímil el
derecho invocado. Para tal efecto, el juez deberá ponderar los fundamentos
expuestos por el demandante con el principio de presunción de legalidad del acto
administrativo, sin que esto último impida la concesión de la medida cautelar.
2. De los fundamentos expuestos por el demandante se considere necesaria la
emisión de una decisión preventiva por constituir peligro la demora del proceso, o
por cualquier otra razón justificable.
3. La medida cautelar solicitada resulte adecuada para garantizar la eficacia de la
pretensión.
Esto implica que el juzgador no acudirá a tutelas típicas en el ámbito cautelar, sino
que tendrá la libertad de escoger las medidas que sean necesarias, recurriendo
especialmente al ámbito de las medidas de no innovar (como la suspensión de la
ejecutividad de los actos administrativos) y las medidas de innovar (medidas
cautelares positivas, para superar situaciones de inactividad o de vías de hecho).
Medida Innovativa:
“Artículo 682 del CPC.- Ante la inminencia de un perjuicio irreparable, puede el Juez
dictar medidas destinadas a reponer un estado de hecho o de derecho cuya
alteración vaya a ser o es el sustento de la demanda. Esta medida es excepcional
por lo que sólo se concederá cuando no resulte aplicable otra prevista en la ley”.
Medida de No Innovar:
“Artículo 687 del CPC.- Ante la inminencia de un perjuicio irreparable, puede el Juez
dictar medidas destinadas a conservar la situación de hecho o de derecho
presentada al momento de la admisión de la demanda, en relación a personas y
bienes comprendidos en el proceso. Esta medida es excepcional, por lo que se
concederá sólo cuando no resulte de aplicación otra prevista en la Ley”.
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La doctrina entiende que la Sentencia es la decisión judicial que pone fin al proceso
de cognición, en cualquier instancia, y por el cual el Tribunal satisface las
pretensiones y resistencias deducidas por las partes, aplicando el ordenamiento
jurídico.
El tercer párrafo del artículo 121 del CPC, denomina sentencia a la resolución que
expide pronunciamiento sobre el derecho de las partes (sentencia estimatoria o
sobre el fondo); sin embargo, reconoce que excepcionalmente dicha resolución final
puede contener un pronunciamiento solo respecto de la validez de la relación
procesal (sentencia inhibitoria).
La Sentencia no es sólo un juicio lógico o dictamen jurídico, sino que a dicho juicio le
acompaña un mandato estimando o no las pretensiones de las partes procesales.
Requisitos subjetivos:
Requisitos objetivos:
Vicios de incongruencia:
C) Incongruencia extra petitum: Cuando el órgano judicial concede a las partes algo
no solicitado por ellas.
Rige el principio publicístico, por tanto, no son ilegales o inválidas las sentencias
ultra petitum, sobre todo en las pretensiones de plena jurisdicción (art. 38.2 LPCA).
Requisitos objetivos:
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La norma actual prescribe “Art. 38 LPCA: La sentencia que declare fundada la
demanda podrá decidir en función de la pretensión planteada lo siguiente: 1.
La nulidad, total o parcial, o ineficacia del acto administrativo impugnado, de
acuerdo a lo demandado”.
Hay casos en los cuales se demanda nulidad parcial y en realidad corresponde una
nulidad total o viceversa. El proyecto de LPCA hacía eco de la potestad del juez de
apreciar esto y modificarlo de acuerdo a su criterio, dando un plazo para que se
pronuncien las partes, expresando así el poder del Juez de apreciar la nulidad y los
imperativos del principio publicístico.
Por REGLA GENERAL: Sentencias que se pronuncian sobre el fondo del asunto puesto
a conocimiento del órgano judicial (sentencias de mérito o
estimatorias/desestimatorias).
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De Condena: Son las que imponen el cumplimiento de una obligación de dar, hacer
o no hacer. No sólo se declara el derecho, se impone su efectivo cumplimiento.
Existe así, una obligación específica del cumplimiento de ciertos requisitos para la
validez de una sentencia estimatoria.
Las Sentencias, una vez emitidas son inmutables, no pueden ser variadas, es un
atributo propio de las mismas.
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B) La eficacia declarativa o la Cosa Juzgada:
Consiste en la influencia del fallo en ulteriores actividades declarativas de carácter
jurisdiccional.
La cosa juzgada puede entenderse de dos sentidos: uno formal o procesal y otro
substancial o material.
La cosa juzgada formal implica la imposibilidad de impugnación de la sentencia
recaída en uno proceso, lo que ocurrirá cuando no exista recurso alguno contra ella o
porque se haya dejado transcurrir el término para interponerlo.
La cosa juzgada material consiste en la indiscutibilidad o inmutabilidad de la esencia
de la voluntad concreta de la ley afirmada en la Sentencia.
Los efectos jurídico-materiales son los efectos que el fallo puede producir sobre las
relaciones jurídicas a las que se refiere. Hay que tener en cuenta que la pretensión
que se deduce en el proceso contencioso-administrativo recae sobre tales realidades
jurídicas extraprocesales.
En efecto, el PCA versará siempre sobre una realidad jurídico-administrativa, siempre
habrá un acto, actuación u omisión y unas situaciones creadas o derivadas de ellas,
que se verán afectadas por la resolución judicial que se adopte sobre el proceso
antes referido.
B) Efectos indirectos:
Son las consecuencias mediatas que produce el fallo. Como señala Jesús González
Pérez, hay eficacia jurídico-material indirecta cuando la sentencia, sin proponerse
inmediatamente una consecuencia de tal naturaleza o al margen de ella, origina
efectos secundarios o reflejos.
Por ejemplo, toda sentencia declarativa (desestimatoria) produce como efecto
mediato, el dar firmeza a la relación jurídica de que se trate.
Efecto indirecto: Responsabilidad patrimonial de la Administración Pública.
B) Efectos indirectos:
Hay un tema novedoso (que la LPCA no plantea, pero que se puede a los procesos
colectivos del artículo 12° LPCA concordado con el artículo 82° CPC), que es la
temática de la extensión de los efectos de las Sentencias a terceros, mediante la
cual se pueden extender los efectos de una Sentencia a otros sujetos y a otras
situaciones distintas.
Existirá para ello, una Sentencia de referencia (o “caso testigo”) cuyos efectos
pretenden extenderse. A través de esa sentencia referencia (que constituye
referente para una igualdad de supuestos o una multitud de personas) se pueden
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extender los efectos de las sentencias en materias tales como laborales,
previsionales, de la seguridad social o tributarias.
B) Efectos indirectos:
La extensión de efectos de las Sentencias a terceros puede ser de dos casos:
A) Extensión objetiva de efectos: Que podría denominarse traslación de efectos por
analogía. En ella se trata de extender los efectos jurídicos de una sentencia a otros
casos objetivamente idénticos o análogos.
B) Extensión subjetiva de efectos: En la que los efectos de una sentencia se
extienden a aquellos afectos por el mismo acto administrativo.
Tal como hemos señalado, por excepción, existirán en los procesos contencioso-
administrativos, los supuestos de inadmisibilidad y/o improcedencia de las
demandas, es decir, Sentencias o pronunciamientos inhibitorios, que se pronuncian
sobre la validez de la relación jurídico procesal.
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4. La vía procedimental propuesta no corresponda a la naturaleza del petitorio o al
valor de éste, salvo que la ley permita su adaptación.
En estos casos el Juez ordenará al demandante subsane la omisión o defecto en un
plazo no mayor de diez días. Si el demandante no cumpliera con lo ordenado, el Juez
rechazará la demanda y ordenará el archivo del expediente.
Esta norma supone un avance con respecto a leyes como la española que tienen un
sistema de lista. Los jueces, en función del pro actione, no debería emplearse este
criterio de improcedencia.
Conforme al artículo 17 in fine de la LPCA, los plazos son de caducidad. Ello significa
que la no interposición de las demandas contencioso-administrativo acarrea la
pérdida del plazo para deducir la demanda y además el decaimiento del derecho
subjetivo que sustenta la misma. Por eso mismo los plazos son perentorios, pero
¿esto genera cosa juzgada?
A nuestro entender genera cosa juzgada relativa o formal, en la medida que esto
impide tratar nuevamente el asunto, pero no genera un pronunciamiento sobre el
fondo. En tal sentido, tal vez si a una persona se le “pasó” el plazo para impugnar un
acto administrativo, no podrá iniciar un proceso contencioso-administrativo, pero si
tendrá por ejemplo, una pretensión indemnizatoria si es que el acto administrativo le
causó un perjuicio. Hay que “relativizar” esta causal de improcedencia.
Conforme al artículo 17º de la LPCA, la demanda deberá ser interpuesta dentro de los
siguientes plazos (que son de caducidad):
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los contratos administrativos) y 6 (las actuaciones administrativas sobre el personal
dependiente al servicio de la administración pública): EL PLAZO SERÁ DE 3 MESES A
PARTIR DEL CONOCIMIENTO O NOTIFICACIÓN DEL ACTO MATERIA DE IMPUGNACIÓN,
LO QUE OCURRA PRIMERO.
E) El plazo para impugnar “la nulidad del acto jurídico a que se refiere el
artículo 2001 inciso 1) del Código Civil es de tres meses cuando se trata de
acto jurídico administrativo”.
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Es evidente que el artículo 2001, inciso 1) del Código Civil regula la prescripción de la
“acción” de nulidad de un acto jurídico de derecho civil. Por ello no se entiende la
alusión (en una ley procesal administrativa) al enjuiciamiento de un acto jurídico
“administrativo” contemplado en el ¿Código Civil?.
Sin embargo, la norma en mención, trataría de legitimar una situación a todas luces
ilegítima: la posibilidad de impugnar actos administrativos a través del proceso civil
de nulidad de acto jurídico, en vista del mayor plazo de prescripción (10 años) que
tiene éste último proceso.
Esta es una mala práctica que operadores del derecho han tratado de introducir, en
algunos casos con éxito, y que no tiene asidero jurídico ni legal alguno, toda vez que
el acto administrativo, es por esencia y definición, radicalmente distinto al acto
jurídico civil.
Finalmente, se establece que los plazos a los que se refiere el artículo 17º de la LPCA
son de caducidad, puesto que una vez vencidos, el perjudicado con la actuación
impugnada pierde tanto el derecho material, como la pretensión que sustenta su
petición de juzgamiento de la actuación administrativa perjudicial.
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Por su parte, la LPCA establece en su artículo 19º las excepciones al agotamiento
de la vía administrativa en los siguientes casos:
A) En el caso de los procesos contencioso administrativos de lesividad, contemplados
en el segundo párrafo del artículo 11º de la LPCA.
Al respecto la LPCA establece que en este caso el interesado deberá reclamar por
escrito ante el titular de la respectiva entidad el cumplimiento de la actuación
omitida
Esto aplica para el caso de los procesos de lesividad, contenidos en los artículos 11 y
13 de la LPCA.
Esto aplica para el caso de los procesos de lesividad, contenidos en los artículos 11 y
13 de la LPCA.
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produce a la legalidad administrativa y al interés público, y siempre que haya
vencido el plazo para que la entidad que expidió el acto declare su nulidad de oficio
en sede administrativa”
Concepto:
El proceso de lesividad es un proceso contencioso-administrativo especial, donde la
peculiaridad es que la Administración Pública aparece como legitimada activamente
para demandar judicialmente la nulidad de un acto propio, afectado de un vicio de
nulidad y que además genere un agravio al interés público.
Legitimación activa: la entidad que pretende la nulidad del acto administrativo que
causa agravio al interés público.
Legitimación pasiva: Supuesto genérico: inciso 5) del artículo 13° de la LPCA: el
administrado favorecido con el acto administrativo que se reputa nulo y agravia al
interés público.
NO CONFUNDIR!!!!!!!:
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nulidad de oficio – art. 202.4 LPAG, y (ii) la propia legislación establece que no puede
declararse la nulidad de oficio de ciertos actos – art. 202.5 LPAG.
- Sólo opera en la medida en que haya vencido el plazo para que la entidad
administrativa declare su nulidad de oficio en sede administrativa (art. 202.4), o
cuando la entidad precisamente, no pueda declarar la nulidad de oficio de sus
propios actos en la sede administrativa (art. 202.5).
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427.7 CPC: Contenga una indebida acumulación de pretensiones.
Otro tema importante se da en el caso de la acumulación de la plena jurisdicción,
solamente puede acumularse con la nulidad, pero no con la superación de la vía de
hecho, ni tampoco con la superación de la pasividad administrativa.
PROBLEMAS:
Sentencias estimatorias:
Son aquellas que se pronuncian sobre “el fondo” o el “mérito” de la cuestión litigiosa
puesta a conocimiento del órgano jurisdiccional.
Presunción de validez:
Todo acto administrativo se considera válido en tanto su pretendida nulidad no sea
declarada por autoridad administrativa o jurisdiccional, según corresponda.
Causales de nulidad:
Son vicios del acto administrativo que causan su nulidad de pleno derecho:
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Respecto del acto declarado nulo, los administrados no están obligados a su
cumplimiento y los servidores públicos deberán oponerse a la ejecución del acto,
fundando y motivando su negativa.
En caso de que el acto viciado se hubiera consumado, o bien sea imposible retrotraer
sus efectos, sólo dará lugar a la responsabilidad de quien dictó el acto y en su caso,
a la indemnización para el afectado.
Alcances de la nulidad:
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La regulación contenida en el Anteproyecto es muy superior a la establecida en el
texto vigente de la LPCA.
Algunas Interrogantes:
El juez está limitado ¿de acuerdo a lo demandado por las partes? ¿y los efectos de
plena jurisdicción?
En el supuesto del inciso 1) del artículo 41° de la presente ley, cuando el Juez
considere que el acto administrativo es nulo totalmente, a pesar de haberse
demandado su nulidad parcial, pondrá en conocimiento de las partes dicha
circunstancia antes de emitir la sentencia, concediéndoles un plazo común de cinco
días para que formulen sus alegaciones y oposiciones correspondientes, vencido el
cual expedirá sentencia, pronunciándose sobre dicho extremo.
Todos tienen derecho a la ejecución de las sentencias favorables, para así pasar de
un plano de satisfacción procesal hacia uno de satisfacción material.
Luego de superar un proceso de naturaleza cognitiva, donde las dos partes no están
en pie de igualdad, si el administrado obtiene una sentencia favorable, en principio,
la condenada a cumplirla (la Adm. Pública) debería ejecutarla espontáneamente, sin
embargo, ¿qué sucede si ello no es así?.
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concebía que la actividad de ejecución era administrativa, y se regía por las normas
de procedimientos administrativos.
El Perú adopta este último sistema (jurisdicccional), debido a las siguientes normas:
El responsable del cumplimiento del mandato judicial será la autoridad de más alta
jerarquía de la entidad, el que podrá comunicar por escrito al Juez qué funcionario
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será encargado en forma específica de la misma, el que asumirá las
responsabilidades que señala el inciso anterior.
En el contencioso de nulidad:
1
Esta Sección se basa en: QUISPE SALSAVILCA, David: La ejecución en el proceso contencioso-
administrativo. Desarrollando la esgrima del Derecho contra el poderoso Leviatán. En: Jus. Doctrina &
Práctica. N° 6. Junio, 2007. Editorial Grijley. Lima, 2007. Página 431-443.
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Se reconoce o restablece además el derecho o interés jurídicamente tutelado
adoptando las medidas o actos necesarios para tales fines.
La Ley N° 26599 agregó un inciso al art. 648° del CPC señalando que los
bienes del Estado, sin distinción alguna, son inembargables, incluso en
ejecución de Sentencia. Por tanto, a partir de esta norma, las resoluciones
judiciales o administrativas que dispusieran el pago de obligaciones a cargo
del Estado, sólo debían ser atendidas con las partidas previamente
presupuestadas del sector al que correspondieran.
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Formalmente: un DU no es el instrumento jurídico adecuado para regular una
materia que incide sobre el contenido del derecho a la tutela judicial efectiva,
limitando la ejecución de las sentencias
Inclusive el texto original del artículo 42° de la LPCA, estableció que “42.1 Cuando
la sentencia ordene el pago de una cantidad de dinero, el demandante podrá
proceder conforme a las normas del Código Procesal Civil sobre medidas cautelares
para futura ejecución forzada con la finalidad de garantizar el cumplimiento de la
sentencia, mientras se cumple con el procedimiento establecido en los incisos 2, 3 y
4 del presente artículo”
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Asimismo, la Ley 27684 dio una nueva redacción al artículo 42° de la LPCA, como
sigue:
Artículo 42° LPCA: Las sentencias en calidad de cosa juzgada que ordenen el pago
de suma de dinero, serán atendidas única y exclusivamente por el Pliego
Presupuestario en donde se generó la deuda, bajo responsabilidad del Titular del
Pliego, y su cumplimiento se hará de acuerdo a los procedimientos que a
continuación se señalan:
42.1 La Oficina General de Administración o la que haga sus veces del Pliego
Presupuestario requerido deberá proceder conforme al mandato judicial y dentro del
marco de las leyes anuales de presupuesto.
42.4 Transcurridos seis meses de la notificación judicial sin haberse iniciado el pago
u obligado al mismo de acuerdo a alguno de los procedimientos establecidos en los
numerales 42.1, 42.2 y 42.3 precedentes, se podrá dar inicio al proceso de ejecución
de resoluciones judiciales previsto en el Artículo 713 y siguientes del Código Procesal
Civil. No podrán ser materia de ejecución los bienes de dominio público conforme al
Artículo 73 de la Constitución Política del Perú.
La modificación del artículo 42° de la LPCA efectuada por la Ley 27684, motivó
un proceso de inconstitucionalidad, que fue resuelto por la STC del Exp. 015-2001-
AI/TC, 016-2001-AI/TC y 004-2002-AI/TC, publicada el 02-02-2004.
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No sería constitucional considerar como inembargables todos los depósitos
de dinero, puesto ello se justifica sólo con aquellos que “resulten
indispensables para el cumplimiento de los fines esenciales de los órganos
del Estado o porque contribuyen con su funcionamiento”.
Es decir, el privilegium fisci, consiste en que todos los bienes públicos, sólo
por ser tales, son inembargables, con lo cual en la práctica el Juez no podría
asegurar el cumplimiento de sus sentencias con mecanismos de ejecución
forzosa, ni tampoco con cautelares, quedando en una situación disminuida
frente a la Administración Pública, la cual en la práctica, tendría el poder de
decidir cuándo y cómo cumplir las sentencias de contenido patrimonial
dictadas en su contra.
Son tres los argumentos que propone la doctrina para sostener la inconstitucionalidad
del privilegio de inembargabilidad:
Adicionalmente...
(iv) Las pugnas entre Administración y Jurisdicción han quedado resueltas desde que
se establece que la Administración está sometida al control del Poder Judicial
mediante el PCA, el cual incluye la etapa de ejecución, donde el Juez ejerce su poder
de ejecutar lo juzgado.
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cuando ese vencido en juicio sea el Estado, el legislador pueda establecer ciertos
límites o restricciones al derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales
firmes, en la medida en que éstas tengan una justificación constitucional” (FFJJ 15 de
la STC)
Los límites al embargo de la los bienes de la Adm. Pública entonces, sólo podrá
sujetarse a dos tipos de causas: Objetivas y Subjetivas.
Las limitaciones subjetivas nunca pueden ser absolutas, pues impedirían la ejecución
contra la AAPP. Podrá darse alguna concesión debido al servicio del interés general,
pero nunca este será un motivo para que el Estado deje de pagar sus obligaciones.
Tal vez la única limitación subjetiva sería el principio de legalidad
presupuestaria.
Queda claro en nuestro ordenamiento (luego de la STC del 02/02/2004) que los
fondos públicos no son inembargables por definición, ni tampoco pueden ser
considerados como bienes de dominio público.
De acuerdo con la doctrina citada (Víctor BACA) hay que buscar una interpretación
conciliadora del privilegio con el derecho a la tutela judicial efectiva y con el derecho
a la ejecución de las Sentencias condenatorias.
Hay que discernir o interpretar en todo caso: ¿cuándo entonces el dinero público es
inembargable?. A nuestro criterio, habría que analizar varias normas en su conjunto:
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Primera norma: El artículo 42.3 de la LPCA, establece que la AAPP debe destinar
el 3% de su asignación de recursos ordinarios para pagar sentencias, del cual debe
deducirse el pago de la deuda pública, la reserva de contingencia y las
obligaciones previsionales.
70.1 Para el pago de sumas de dinero por efecto de sentencias judiciales en calidad
de cosa juzgada, se afecta hasta el tres por ciento (3%) de los montos aprobados en
el Presupuesto Institucional de Apertura (PIA), con excepción de los fondos
públicos correspondientes a las Fuentes de Financiamiento Donaciones y
Transferencias y Operaciones Oficiales de Crédito Interno y Externo, la
reserva de contingencia y los gastos vinculados al pago de
remuneraciones, pensiones y servicio de tesorería y de deuda.
70.3 Los pagos de las sentencias judiciales, incluidas las sentencias supranacionales,
deberán ser atendidos por cada Entidad, con cargo a su respectiva cuenta bancaria
indicada en el numeral precedente, debiendo tomarse en cuenta las prelaciones
legales.
70.5 Los requerimientos de pago que superen los fondos públicos señalados
en el numeral 70.1 del presente artículo se atenderán con cargo a los presupuestos
aprobados dentro de los cinco (5) años fiscales subsiguientes.
70.6 Precísase que la prelación legal, implica que las deudas se cancelan y/o
amortizan bajo responsabilidad, priorizando la antigüedad del expediente que
contiene el monto adeudado, así como la presentación de la documentación
sustentatoria.
La interpretación legal consistente (art. 42.3 LPCA y art. 70 LGSNP), considera que
ciertas partidas no pueden ser afectadas al momento de pagar las Sentencias
judiciales cuando se siga el procedimiento previsto en la LPCA y tendrían que ser
esas las que no pueden ser objeto de embargo en ejecución, al afectar el
funcionamiento básico e indispensable de las Administraciones Públicas: es el caso,
por ejemplo, del dinero destinado al pago de las remuneraciones.
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Si bien conforme al artículo 148° de la Constitución, el contencioso-administrativo es el
instrumento procesal para el control jurisdiccional de la actuación administrativa, no es
menos cierto que no es el único regulado en nuestra legislación.
En función a lo expresado, es claro entonces que existen varios medios judiciales para
controlar jurídicamente la actuación de la Administración Pública en nuestro país. De un lado,
existirán los procesos constitucionales (amparo, cumplimiento, habeas data), y por el otro, el
proceso contencioso-administrativo. La diferencia, aparte de las peculiaridades de cada
proceso, es que el proceso contencioso-administrativo es el medio ordinario de tutela judicial
del ciudadano frente a las actuaciones administrativas, mientras que los procesos
constitucionales, a partir del Código Procesal Constitucional, son medios extraordinarios y
residuales de tutela judicial frente a la Administración Pública, procediendo su empleo
únicamente cuando no existan vías procedimentales igualmente satisfactorias para la
protección de los derechos constitucionales.
Con respecto a los procesos constitucionales, por efecto del Código Procesal Constitucional,
se da una relación de residualidad: el proceso contencioso-administrativo es el medio de
control ordinario de la legalidad de la actuación administrativa, mientras que el amparo y los
procesos constitucionales, al ser expresión de una tutela de urgencia, serán medios
extraordinarios del control jurisdiccional. Recordar el numeral 2) del artículo 5° del Código
Procesal Constitucional, los procesos constitucionales serán improcedentes cuando existan
vías igualmente satisfactorias para las pretensiones de los justiciables (v.gr. El proceso
contencioso-administrativo).
En aplicación de lo dispuesto en los artículos 51º y 138º de la Constitución Política del Perú,
el proceso contencioso-administrativo procede aún en caso de que la actuación impugnada
se base en la aplicación de una norma que transgreda el ordenamiento jurídico.
Concretamente, esto posibilita que cualquier Juez del contencioso-administrativo puede
realizar el respectivo control difuso de constitucionalidad de las normas jurídicas legales y
reglamentarias que estén dentro de su análisis en el desenvolvimiento del proceso. Por tal
motivo, la LPCA, establece que “En este supuesto [refiriéndose a la impugnación de
actuaciones que se derivan de normas inconstitucionales], la inaplicación de la norma se
apreciará en el mismo proceso”.
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