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San Pablo de Tarso

(Saulo de Tarso, también llamado San Pablo Apóstol; Tarso, Cilicia, h. 4/15 - Roma?, h.
64/68) Apóstol del cristianismo. Tras haber destacado como furibundo fustigador de la secta
cristiana en su juventud, una milagrosa aparición de Jesús convirtió a San Pablo en el más
ardiente propagandista del cristianismo, que extendió con sus predicaciones más allá del
pueblo judío, entre los gentiles: viajó como misionero por Grecia, Asia Menor, Siria y
Palestina y escribió misivas (lasEpístolas) a diversos pueblos del entorno mediterráneo. Los
esfuerzos de San Pablo para llevar a buen fin su visión de una iglesia mundial fueron
decisivos en la rápida difusión del cristianismo y en su posterior consolidación como una
religión universal. Ninguno de los seguidores de Jesucristo contribuyó tanto como él a
establecer los fundamentos de la doctrina y la práctica cristianas.
Saulo (tal era su nombre hebreo) nació en el seno de una familia acomodada de artesanos,
judíos fariseos de cultura helenística que poseían el estatuto jurídico de ciudadanos romanos.
Después de los estudios habituales en la comunidad hebraica del lugar, Saulo fue enviado a
Jerusalén para continuarlos en la escuela de los mejores doctores de la Ley, en especial en la
del famoso rabino Gamaliel. Adquirió así una sólida formación teológica, filosófica, jurídica,
mercantil y lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo).

No debía, sin embargo, residir en Jerusalén el año 30, en el momento de la crucifixión


de Jesús; pero habitaba en la ciudad santa seguramente cuando, en el año 36, fue lapidado el
diácono Esteban, mártir de su fe. En concordancia con la educación que había recibido,
presidida por la más rígida observancia de las tradiciones farisaicas, Saulo se significó por
aquellos años como acérrimo perseguidor del cristianismo, considerado entonces una secta
herética del judaísmo. Inflexiblemente ortodoxo, el joven Saulo de Tarso estuvo presente no
sólo en la lapidación de Esteban, sino que se ofreció además a vigilar los vestidos de los
asesinos.

La conversión

Los jefes de los sacerdotes de Israel le confiaron la misión de buscar y hacer detener a los
partidarios de Jesús en Damasco. Pero de camino a esta ciudad, Saulo fue objeto de un modo
inesperado de una manifestación prodigiosa del poder divino: deslumbrado por una misteriosa
luz, arrojado a tierra y cegado, se volvió a levantar convertido ya a la fe de Jesucristo (36 d.
C.). Según el relato de los Hechos de los Apóstoles y de varias de las epístolas del propio
Pablo, el mismo Jesús se le apareció, le reprochó su conducta y lo llamó a convertirse en el
apóstol de los gentiles (es decir, de los no judíos) y a predicar entre ellos su palabra.
Sus valores:

Para exponer sus ideas y proyectos Pablo contaba con un aliado, el valor de
la Amistad. Pablo cultiva la amistad, gran valor puesto en realce por el pueblo griego. Él
que se ha educado entre griegos sabe bien del valor de un buen amigo. Cuando algunos
critican que viaja con mujeres, él cosmopolita y universal, reivindica su derecho de poder ir
acompañado por mujeres, hermanas en el amor a Cristo. Las recomienda para puestos
importantes en las incipientes Comunidades Cristianas. Las elogia y las pone de modelos en
su trabajo por un Reino Nuevo.Respeta su sabiduría y experiencia al ser más veteranas que él
en el trabajo misionero. No tiene reparos en alojarse casa de Lidia, gran amiga de Pablo, su
protectora. La primera que se une a él en la Ciudad de Filipos. Aquí los varones lo desprecian,
le dan de lado a él y el mensaje que trae pero Lidia lo escucha y se adhiere con toda su
Casa. Lidia es la primera Europea en extender el Reino de Amor. Muchas críticas
recibiría Pablo por el trato con Lidia, acaudalada, más no le importa; lo primero, libertad para
amar al prójimo en Cristo. Su firme decisión de extender el mensaje de Jesús le hace saltar
todas las barreras. La libertad y la amistad una buena pértiga, muy necesaria si se quiere
seguir al Maestro de Nazaret.

Juan el Bautista, o simplemente el Bautista o San Juan, fue un predicador judío, considerado
como uno de sus profetas por tres religiones: Cristianismo, Islam y la Fe Bahá'í. Considerado
también mesías por el Mandeísmo. Se ha especulado con que Juan el Bautista e incluso Jesús
de Nazaret tenían relación con el movimiento judío de los esenios o incluso pertenecían a la
secta: "parece que Juan el Bautista y tal vez también Jesús y su familia fueron cercanos a esta
comunidad. En cualquier caso, en los manuscritos de Qumrán hay múltiples puntos de contacto
con el mensaje cristiano. No puede descartarse que Juan el Bautista viviera un tiempo en esta
comunidad y haya recibido en ella, en parte, su formación religiosa".1 Es considerado el primo-
hermano o primo segundo de Jesús de Nazaret.

Juan el Bautista en el cristianismo


Hijo del sacerdote Zacarías y de su esposa Isabel (Lucas 1:5), Juan el Bautista es considerado
el precursor de Jesucristo.

Según Lucas 3:1-3, Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto «el año decimoquinto
del imperio del emperadorTiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba Judea, cuando Herodes era
tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea yTraconítide, y Lisanias tetrarca
de Abilene, en tiempo de los sumos sacerdotes Anás y Caifás».

Tiberio sucedió a Augusto el 19 de agosto del año 767 (año 14 d. C.) de la fundación de Roma.
Lucas pudo contabilizar los años siguiendo el calendario sirio, que inicia el año 1 de octubre, o
bien el calendario romano, que comienza en marzo, por lo cual no sabemos si tuvo en cuenta el
primer año de la sucesión. Así, la fecha aproximada del inicio de la actividad del Bautista estaría
en torno al año 28 de nuestra era.

Juan Bautista se definió a sí mismo como «voz que clama en el desierto: "rectificad los caminos
del Señor"» (Juan 1:23), con lo cual cumplía expresamente una profecía de Isaías (Mateo 3:1-
4, Lucas 3:4-6, Isaías 40:3-5). Marcos 1:1-4 une a ésta el cumplimiento de otra profecía,
de Malaquias 3:1. Esta misma misión general, cumplir unidas ambas profecías, vista como una,
fue definida en general por los esenios para ellos mismos, según la Regla de la
Comunidad (1QS VIII 13-14; 4Q259 III 3-6), encontrada entre los Manuscritos del Mar Muerto y
datada entre los años 100 y 75 a. C. También la liturgia bautismal esenia (4Q14) pudo haber
servido de inspiración a Juan.

SUS VALORES

La vida de san Juan Bautista está plagada de enseñanzas prácticas que no caducan al paso del
tiempo. Desde su nacimiento hasta su muerte, el paso de Juan por la Tierra es ejemplar y, hoy,
dos lecciones de vida resuenan con especial fuerza: su valentía y humildad.

Lucas es quien narra la vida de Juan al iniciar su Evangelio. Pero lejos de su carácter
sobrenatural, el relato evangélico resume la praxis del Bautista con enorme claridad. La
promesa que el ángel hizo a Zacarías se cumplió plenamente:

“Será para ti gozo y alegría; y muchos se alegrarán en su nacimiento, porque será grande ante
el Señor; no beberá vino ni licor, será lleno del Espíritu Santo ya desde el vientre de su madre,
y convertirá a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios; e irá delante de Él con el
espíritu y el poder de Elías para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los
desobedientes a la prudencia de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo perfecto”.

En efecto, la voz que clama en el desierto preparó la venida de Cristo con un intenso
apostolado del que todos debemos aprender. Con la valentía de quien se sabe hijo de Dios,
Juan fue valiente ante cualquier burla. ¿Cuántas veces nosotros no nos amedrentamos ante la
burla más insignificante y tememos reconocer que somos cristianos? Ocultos tras el pretexto
de la tolerancia, evitamos alzar la voz para rectificar tal o cual punto de vista, para detener una
conversación que falta a la caridad o al pudor, etcétera.

Fruto de esta actitud será el verdadero apostolado que demos con nuestro ejemplo, un
apostolado humilde y eficaz como el que nos enseña el Bautista. “Conviene que Él crezca y
yo disminuya”, esta convicción debe llevarnos a que toda nuestra vida sea una constante lucha
por acercarnos más a Dios y llevar más almas a Él.

Juan era valiente, y verdaderamente humilde. No busca la gloria propia, sino la gloria de
Dios. Ojalá que aprovechemos la solemnidad de su nacimiento reflexionemos sobre todo
aquello que hemos dejado de hacer por temor, comodidad o ignorancia.
GEORGE WASHINGTON

George Washington (22 de febrero de 1732 - 14 de diciembre de 1799) es el primer presidente


de Estados Unidos y uno de los Padres Fundadores del país.

Durante la Guerra de la Independencia ocupó el cargo de comandante del ejército y jugó un


papel importante en la victoria sobre los británicos.

Terminada la guerra, fue elegido presidente de la Convención Constitucional de Filadelfia,


encargada de redactar la Constitución de Estados Unidos.

Previamente había participado en la redacción de la Declaración de Independencia de los


Estados Unidos.

En 1789 fue elegido el primer presidente de los Estados Unidos de América.

Ascenso

George Washington nació el 22 de febrero de 1932 en Pope's Creek, en el condado de


Westmoreland (Virginia), sin embargo, a los seis años se trasladó a Ferry Farm, en el condado
de Stafford (Virginia).

Cursó estudios de agrimensura, oficio que le situó en una buena posición económica y le llevó
a convertirse en "hacendado", es decir, a comprar tierras para establecer plantaciones
trabajadas por un mínimo de 20 esclavos.

En 1752, el gobernador de Virginia Robert Dinwiddie dividió la milicia de la colonia en


cuatro regiones y George Washington solicitó el mando de una de ellas, siendo nombrado
ayudante general de la milicia de Virginia.

Durante la Guerra Franco-India, Dinwiddie nombró a Washington teniente coronel, sin


embargo, sus hazañas durante la misma le llevaron a convertirse en coronel y en comandante
de las fuerzas de Virginia. En 1775, durante el Segundo Congreso Continental, fue nombrado
comandante y estuvo al mando del ejército durante la Guerra de la Independencia, llevando al
mismo a la victoria sobre los británicos y a la independencia de los Estados Unidos de
América, otorgada mediante el Tratado de París.

No obstante, su retiro duró poco, ya que en 1787 fue elegido por unanimidad presidente de la
Convención Constitucional de Filadelfia, encargada de la redacción de laConstitución de los
Estados Unidos, aún en vigor.

Presidencia

En 1789, George Washington fue elegido el primer presidente de Estados Unidos. Su


gobierno se centró en la puesta en práctica del modelo político liberal expresado en la
Constitución, basado en el derecho del pueblo a decidir.

Su prioridad fue la creación del Estado Nacional, lo cual ha hecho que se le considere el Padre
de la Patria. Para ello era necesario dotar a Estados Unidos de:

 Una base legal: que ya se había establecido con la constitución republicana, federal y
presidencialista que él mismo promovió.
 Una base territorial: además de los territorios concedidos en el Tratado de París,
intentaría ampliar las fronteras mediante la colonización de territorios indios,
extendiéndose hacia el oeste.

 Una base económica: seguiría el modelo proteccionista propuesto por el Secretario del
Tesoro Alexander Hamilton, centrado en fomentar la industria en lugar de la
agricultura. Se creó un banco nacional y una política fiscal unificada con medidas
impositivas que llevaron a conflictos como la llamada Guerra del Whiskey.

 Una figura que representara el poder central: rodeó la figura presidencial de autoridad
y solemnidad. En la constitución ya la había dotado de poderes sobre los gobiernos
estatales. Durante la mencionada Guerra del Whiskey, George Washington llegó a
utilizar su mando militar para convocar a las milicias, poniendo de manifiesto su
autoridad.

 Una capital: sede del gobierno central, a la que se llamó Washington en honor a su
nombre.

 Un sistema político: una república basada en los principios liberales. George


Washington no perteneció a ningún partido, pero sus colaboradores sentaron las bases
de los dos partidos políticos que darían lugar al sistema de partidos, el Partido
Federalista (basado en las ideas del Secretario del Tesoro Alexander Hamilton) y el
Partido Demócrata-Republicano (fundado por el Secretario de Estado Thomas
Jefferson).

 Un sistema defensivo: además del ejército, al que ya había dotado de unidad durante la
guerra, en 1792 promulgó la Ley de la Policía.

En cuanto a la política exterior, aparte de la colonización de los territorios indios del oeste,
George Washington decidió no intervenir en los conflictos que asolaban la Europa de la época
y mantuvo una posición de neutralidad, ya que su objetivo era consolidar el nuevo Estado.

En 1796 George Washington pronunció su famoso Discurso de Despedida, que describe los
valores políticos de la nación y se trata uno de los documentos más influyentes para la política
de Estados Unidos.

Años finales y alcance

En 1797 se retira de la presidencia y el 14 de diciembre de 1798 fallece de neumonía en su


casa de Mount Vernon a los 67 años de edad. La imagen de George Washington se ha
convertido en un símbolo nacional de Estados Unidos y aparece, entre otras cosas, en los
billetes de un dólar y en las monedas de un cuarto de dólar.
SUS VALORES:

Washington fue un líder recio. Cuando aceptó dos periodos como presidente, sirvió a Dios y
a su país en tiempo de paz. Los estadounidenses festejaban el cumpleaños de George
Washington desde que él vivía. Estaban agradecidos a un líder fuerte que había probado que
la democracia era una forma posible de gobernar al creciente país.

Mientras vivió, las leyendas se incrementaron alrededor de él. Una de ellas cuenta que
cuando George Washington era joven, su padre le dio una pequeña hacha con la cual trató de
cortar un árbol de cerezas. Su padre notó los cortes en el árbol y le preguntó al respecto, “no
puedo mentir” dijo George, “los hice con mi hacha”. A partir de eso, George
Washington representa hoy la honestidad, y los pasteles de cereza se han convertido en la
comida favorita asociada a su cumpleaños.

También era un hombre liberal y tolerante. En una famosa carta a la Congregación Judía de
Newport, Rhode Island, elogió la “política liberal” de los Estados Unidos sobre la libertad
religiosa calificándola como digna de ser emulada por otros países. Él explicó: “ahora ya no
se habla de tolerancia como si se tratara de la indulgencia de una clase de personas para que
otra disfrute del ejercicio de sus derechos naturales inherentes, ya que, felizmente, el
Gobierno de los Estados Unidos, que no sanciona la intolerancia ni apoya la persecución, sólo
requiere que los que viven bajo su protección se comporten como buenos ciudadanos”.

Y sobre todo, sostuvo “valores republicanos” –es decir, creía en una República de ciudadanos
libres, con un gobierno basado en el consentimiento, establecido para proteger los derechos de
la vida, la libertad y la propiedad.

A partir de sus valores republicanos, Washington rechazó la realeza, incluso para sí mismo. El
escritor Garry Wills lo llamó “el virtuoso de las renuncias”. Washington rechazó el poder no
una sino dos veces: una vez, al final de la guerra de independencia, cuando renunció a su
cargo militar y regresó a Mount Vernon; y otra, al final de su segundo mandato como
Presidente, cuando rechazó las súplicas para que asumiera un tercer mandato. De este modo,
estableció un estándar para los presidentes estadounidenses que se prolongó hasta la
presidencia de Franklin D. Roosevelt, cuyo gusto por el poder era más fuerte que los 150 años
de precedentes establecidos por Washington.
Thomas Jefferson
(13 de abril de 1743-4 de julio de 1826)1 fue el tercer presidente de los Estados Unidos de
América, ocupando el cargo entre 1801 y 1809. Se le considera uno de los Padres Fundadores
de la Nación.
Thomas Jefferson

Tercer presidente de los Estados Unidos de América (Shadwell, Virginia, 1743 - Monticello,
Virginia, 1826). Thomas Jefferson pertenecía a la aristocracia de grandes hacendados del Sur,
posición que había completado haciéndose abogado. Sus inquietudes intelectuales le
acercaron a la filosofía de las Luces y a las ideas liberales, haciéndole abandonar la religión.

Empezó a participar en la política de Virginia desde 1769, defendiendo la tolerancia religiosa


y una enseñanza pública igualitaria. Cuando se agravó el conflicto entre Gran Bretaña y sus
trece colonias norteamericanas, Jefferson defendió los derechos de éstas, publicando un
ensayo de corte radical (Breve análisis de los derechos de la América británica, 1774).

Durante la siguiente Guerra de Independencia, Thomas Jefferson fue elegido delegado de


Virginia en la Convención continental de Filadelfia (1775), donde se distinguió como orador
y como autor de declaraciones políticas. Redactó el borrador de la Declaración de
Independencia (1776), donde plasmó las ideas de John Locke; justificó la rebelión por las
transgresiones del rey Jorge III contra los derechos reconocidos a los ciudadanos por la
constitución no escrita de Gran Bretaña; su defensa de la democracia, de la igualdad, del
derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos y del derecho natural de los hombres «a la
vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad» han marcado la historia posterior de los
Estados Unidos.

Otro documento fundamental del que fue inspirador fue la Ordenanza del Noroeste (1787): en
ella se regulaba la forma de expansión de las trece colonias originarias hacia los amplios
territorios por colonizar en el Oeste, estableciendo en ellos gobernadores nombrados por el
Congreso hasta que alcanzaran entidad demográfica suficiente para ser admitidos como
Estados de la Unión.

Thomas Jefferson fue gobernador de Virginia en 1779-81. Luego fue miembro del Congreso,
defendiendo sin éxito la abolición de la esclavitud. Como embajador de Estados Unidos en
París (1785-89), aprovechó su experiencia para asesorar al primer gobierno surgido de la
Revolución francesa (1789). Más tarde fue nombrado por George Washington primer
secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores) de Estados Unidos (1790-93).

Desde esa época se enfrentó al secretario del Tesoro, Hamilton, perfilando el primer sistema
bipartidista americano: Hamilton, líder de los «federalistas centralistas» o simplemente
«federalistas» (antecedente ideológico del Partido Republicano), proponía reforzar el poder
del gobierno federal al servicio de la expansión de la Unión y de la hegemonía de los
capitalistas del Norte; Jefferson, dirigente de los «federalistas republicanos» o simplemente
«republicanos» (precursores del Partido Demócrata), defendía la autonomía de los Estados,
especialmente para proteger los intereses del Sur, y un modelo democrático de pequeños
propietarios independientes.
En 1796 perdió Thomas Jefferson las elecciones presidenciales frente al federalista John
Adams, por lo que, en virtud de una disposición constitucional luego derogada, se convirtió
en vicepresidente como segundo candidato más votado (1797-1801). Finalmente, ganó las
elecciones en 1800 y 1804, por lo que fue presidente entre 1801 y 1809.

Lo más relevante de sus dos mandatos fue la consolidación de un reparto de funciones entre
los poderes constitucionales, según el cual el gobierno federal se encargaría de la defensa y la
política exterior, dejando a los Estados una amplia autonomía política interior; con ello llevó a
la práctica sus convicciones filosóficas sobre la necesidad de limitar al poder para
salvaguardar la libertad.

Jefferson también favoreció la futura expansión de los Estados Unidos, al adquirir a Francia el
extenso territorio de Luisiana (1803) y potenciar las exploraciones hacia el oeste de Lewis y
Clark (1804-06). Siguiendo el ejemplo de Washington, no se presentó a una tercera reelección
(en 1808 se impuso el también republicano Madison), se retiró a cultivar sus múltiples
aficiones intelectuales (1809) y fundó la Universidad de Virginia (1819).

Thomas Alva Edison


(Milan, 1847 - West Orange, 1931) Inventor norteamericano, el más genial de la era moderna.
Junto a la trascendencia de sus invenciones, que se tradujeron en una importante contribución
al desarrollo industrial de su país y a la mejora del bienestar y de las condiciones de vida de
millones de personas, la figura de Edison sobresale como modelo de tenacidad, como ejemplo
del valor del esfuerzo y del trabajo incesante por encima del talento innato y la inteligencia.
"El genio es un diez por ciento de inspiración y un noventa por ciento de transpiración" es
quizá su frase más célebre.

Thomas Edison

La inteligencia del joven Edison, que era alérgico a la monotonía de la escuela, despertó
gracias a su madre. El milagro se produjo tras la lectura de un libro que ella le proporcionó
titulado Escuela de Filosofía Natural, de Richard Green Parker; tal fue su fascinación que
quiso realizar por sí mismo todos los experimentos y comprobar todas las teorías que
contenía. Ayudado por su madre, instaló en el sótano de su casa un pequeño laboratorio,
convencido de que iba a ser inventor.

Un joven emprendedor

A los doce años, sin olvidar su pasión por los experimentos, consideró que estaba en su mano
ganar dinero contante y sonante materializando alguna de sus buenas ocurrencias. Su primera
iniciativa fue vender periódicos y chucherías en el tren que hacía el trayecto de Port Huron a
Detroit. Había estallado la Guerra de Secesión y los viajeros estaban ávidos de noticias.
Edison convenció a los telegrafistas de la línea férrea para que expusieran en los tablones de
anuncios de las estaciones breves titulares sobre el desarrollo de la contienda, sin olvidar
añadir al pie que los detalles completos aparecían en los periódicos.
Esos periódicos los vendía el propio Edison en el tren, y no hay que decir que se los quitaban
de las manos. Al mismo tiempo compraba sin cesar revistas científicas, libros y aparatos, y
llegó a convertir el vagón de equipajes del convoy en un nuevo laboratorio. Aprendió a
telegrafiar y, tras conseguir a bajo precio y de segunda mano una prensa de imprimir,
comenzó a publicar un periódico por su cuenta, el Weekly Herald.

En los años siguientes, Edison peregrinó por diversas ciudades desempeñando labores de
telegrafista en varias compañías y dedicando su tiempo libre a investigar. En Boston
construyó un aparato para registrar automáticamente los votos y lo ofreció al Congreso. Los
políticos consideraron que el invento era tan perfecto que no cabía otra posibilidad que
rechazarlo. Ese mismo día, Edison tomó dos decisiones. En primer lugar, se juró que jamás
inventaría nada que no fuera, además de novedoso, práctico y rentable. En segundo lugar,
abandonó su carrera de telegrafista. Acto seguido formó una sociedad y se puso a trabajar.

Edison junto a su fonógrafo (1878)

Perfeccionó el telégrafo automático, inventó un aparato para transmitir las oscilaciones de los
valores bursátiles, colaboró en la construcción de la primera máquina de escribir y dio
aplicación práctica al teléfono mediante la adopción del micrófono de carbón. Su nombre
empezó a ser conocido, sus inventos ya le reportaban beneficios y Edison pudo comprar
maquinaria y contratar obreros. Para él no contaban las horas. Era muy exigente con su
personal y le gustaba que trabajase a destajo, con lo que los resultados eran frecuentemente
positivos.

Del fonógrafo a la bombilla eléctrica

A los veintinueve años compró un extenso terreno en la aldea de Menlo Park, cerca de Nueva
York, e hizo construir allí un nuevo taller y una residencia para su familia. Edison se había
casado a finales de 1871 con Mary Stilwell; la nota más destacada de la boda fue el trabajo
que le costó al padrino hacer que el novio se pusiera unos guantes blancos para la ceremonia.
Ahora debía sostener un hogar y se dedicó, con más ahínco si cabe, a trabajos productivos.

Su principal virtud era sin duda su extraordinaria capacidad de trabajo. Cualquier detalle en el
curso de sus investigaciones le hacía vislumbrar la posibilidad de un nuevo hallazgo. Recién
instalado en Menlo Park, se hallaba sin embargo totalmente concentrado en un nuevo aparato
para grabar vibraciones sonoras. La idea ya era antigua e incluso se había logrado registrar
sonidos en un cilindro de cera, pero nadie había logrado reproducirlos.

Edison trabajó día y noche en el proyecto y al fin, en agosto de 1877, entregó a uno de sus
técnicos un extraño boceto, diciéndole que construyese aquel artilugio sin pérdida de tiempo.
Al fin, Edison conectó la máquina. Todos pudieron escuchar una canción que había entonado
uno de los empleados minutos antes. Edison acababa de culminar uno de sus grandes
inventos: el fonógrafo. Pero no todo eran triunfos; muchas de las investigaciones iniciadas por
Edison terminaron en sonoros fracasos. Cuando las pruebas no eran satisfactorias,
experimentaba con nuevos materiales, los combinaba de modo diferente y seguía
intentándolo.
Patente de la bombilla y uno de los primeros modelos

En abril de 1879, Edison abordó las investigaciones sobre la luz eléctrica. La competencia era
muy enconada y varios laboratorios habían patentado ya sus lámparas. El problema consistía
en encontrar un material capaz de mantener una bombilla encendida largo tiempo. Después de
probar diversos elementos con resultados negativos, Edison encontró por fin el filamento de
bambú carbonizado.

Inmediatamente adquirió grandes cantidades de bambú y, haciendo gala de su pragmatismo,


instaló un taller para fabricar él mismo las bombillas. Luego, para demostrar que el alumbrado
eléctrico era más económico que el de gas, empezó a vender sus lámparas a cuarenta
centavos, aunque a él fabricarlas le costase más de un dólar; su objetivo era hacer que
aumentase la demanda para poder producirlas en grandes cantidades y rebajar los costes por
unidad. En poco tiempo consiguió que cada bombilla le costase treinta y siete centavos: el
negocio empezó a marchar como la seda.

El valor de un genio

Su fama se propagó por el mundo a medida que la luz eléctrica se imponía. Edison, que tras la
muerte de su primera esposa había vuelto a casarse, visitó Europa y fue recibido en olor de
multitudes. De regreso en los Estados Unidos creó diversas empresas y continuó trabajando
con el mismo ardor de siempre. Todos sus inventos eran patentados y explotados de
inmediato, y no tardaban en producir beneficios sustanciosos.

Entretanto, el trabajo parecía mantenerlo en forma. Su única preocupación en materia de salud


consistía en no ganar peso. Era irregular en sus comidas, se acostaba tarde y se levantaba
temprano, nunca hizo deporte de ninguna clase y a menudo mascaba tabaco. Pero lo más
sorprendente de su carácter era su invulnerabilidad ante el desaliento. Ningún contratiempo
era capaz de desanimarlo.

En los años veinte, sus conciudadanos le señalaron en las encuestas como el hombre más
grande de Estados Unidos. Incluso el Congreso se ocupó de su fama, calculándose que Edison
había añadido un promedio de treinta millones de dólares al año a la riqueza nacional por un
periodo de medio siglo. Nunca antes se había tasado con tal exactitud algo tan intangible
como el genio.

La popularidad de Edison llegó a ser inmensa. En 1927 fue nombrado miembro de la National
Academy of Sciences y al año siguiente el presidente Coolidge le hizo entrega de una medalla
de oro que para él había hecho grabar el Congreso. Tenía ochenta y cuatro años cuando un
ataque de uremia abatió sus últimas energías.
Benito Juárez
(San Pablo Guelatao, México, 1806 - Ciudad de México, 1872) Político liberal mexicano,
presidente de la República entre 1858 y 1872. Tras un periodo de tres décadas en que el
conservador Antonio López de Santa Anna había dominado la vida política del país, Benito
Juárez se esforzó en sus mandatos en llevar a la práctica el ideario liberal, dictando leyes para
hacer efectiva la reforma agraria, la libertad de prensa, la separación entre la Iglesia y el
Estado y la sumisión del ejército a la autoridad civil.

Benito Juárez

Su labor modernizadora topó con inmensas dificultades: la reacción conservadora dio lugar a
la guerra de Reforma (1858-1860) y los problemas económicos motivaron el impago de la
deuda y la intervención francesa en México (1863-1867). No menos convulsos fueron sus
últimos años, y las deserciones surgidas de su propio partido llevarían, tras su fallecimiento, a
la longeva dictadura de Porfirio Díaz. Pese a que pocas de sus realizaciones fueron duraderas,
su entrega a unos ideales de justicia social es justamente apreciada, y la historiografía lo
reconoce como la figura capital del liberalismo mexicano en el siglo XIX.

Biografía

Hijo de Marcelino Juárez y Brígida García, matrimonio indígena de humilde condición,


Benito Juárez quedó huérfano siendo niño y cursó sus primeros estudios en su pueblo natal.
Tenía veinte años cuando ingresó en el Instituto de Ciencias de Oaxaca, donde se licenció en
derecho. Su preocupación por la realidad social y en particular por la situación de los
campesinos lo llevó a expresar sus puntos de vista liberales y a participar activamente en
política.

En 1831 Benito Juárez fue elegido regidor del ayuntamiento de Oaxaca y, un año después,
diputado al Congreso del Estado. Era éste el primer paso de una actividad que le llevaría a ser
el máximo mandatario de la nación, aunque para ello debió ascender lentamente en el
escalafón político, sortear dificultades sin cuento, padecer el exilio, sufrir la cárcel, encabezar
una guerra civil y atraerse la ira de numerosos enemigos. La energía con que defendió los
intereses que representaba le valió en 1846 ser diputado por Oaxaca ante el Congreso de la
Unión. Un año más tarde fue designado gobernador de su estado natal, cargo en el que
permaneció hasta 1852.

Benito Juárez

Su oposición al tratado de Guadalupe-Hidalgo, por el que México perdió vastas zonas de su


territorio en favor de Estados Unidos, encontró cauce en las filas liberales y en la defensa de
un proyecto federalista. Sin embargo, los conservadores lograron una vez más hacerse con el
poder en 1853, acaudillados por el generalAntonio López de Santa Anna, y Juárez se vio
obligado a exiliarse en Cuba.
Al cabo de dos años regresó y se adhirió al plan de Ayutla, entre cuyos firmantes figuraban
los generales Villarreal, Comonfort y Álvarez. Al triunfar el pronunciamiento fue designado
consejero de Estado y, bajo la presidencia de Ignacio Comonfort(1855-1857), ministro de
Justicia. Como tal promulgó una serie de leyes que restablecían las libertades de enseñanza,
imprenta y trabajo y anulaban las prerrogativas del clero y el ejército.

La guerra de Reforma

Sus disposiciones legislativas, que inspiraron la Constitución de 1857, de corte liberal,


motivaron la reacción de los conservadores, quienes se pronunciaron al año siguiente en el
plan de Tacubaya. Comonfort pactó con ellos, dio un golpe de Estado y encarceló a Juárez, lo
cual fue el detonante del conflicto civil llamado la guerra de Reforma (1858-1860).

Como presidente de la Corte Suprema de Justicia, Juárez, que había conseguido huir, se
convirtió en el presidente legítimo, de acuerdo con la Constitución. Presionado por sus
enemigos, hubo de refugiarse en Panamá, pero regresó en mayo de 1858 para establecer su
gobierno en Veracruz. Desde allí expidió las leyes de Reforma y proclamó una Constitución
más radical que la anterior. En 1859 su gobierno fue reconocido por los Estados Unidos, y,
con su ayuda, los liberales derrotaron finalmente a los conservadores en 1860.

La ocupación francesa

Sin embargo, las graves dificultades económicas por las que pasaba el país obligaron a Juárez
a suspender el pago de la deuda externa. La medida motivó la intervención armada del Reino
Unido, España y Francia en 1861 y sumió de nuevo al país en una tensa situación de guerra.
Las promesas de Juárez determinaron la retirada de las dos primeras potencias, pero Francia,
en connivencia con los conservadores, invadió México en 1863, y en 1864, tras ocupar la
capital, acabó por imponer al archiduque Maximiliano de Austria como emperador de
México.

Ante la instauración del Imperio de Maximiliano I, Benito Juárez se retiró a Paso del Norte y
desde allí organizó la resistencia. Hombre de leyes por encima de todo, prorrogó no sin
profunda vergüenza y violencia interna sus poderes presidenciales hasta que terminase la
guerra, y emprendió enseguida la ofensiva republicana, que triunfaría tras el sitio de
Querétaro en 1867 y se saldaría con el fusilamiento de Maximiliano el 19 de junio en el Cerro
de Campanas.

Los últimos mandatos

Con el país empobrecido y desunido, fue reelegido por séptima vez en agosto de 1867. Juárez
restauró la República federal y dio vigencia a las leyes de Reforma. Pero el último lustro de su
vida política estaría marcado por revueltas y conflictos de toda índole. Por una parte,
proliferaban en México brotes de bandolerismo y grupos guerrilleros revolucionarios, y por
otra el sistema constitucional, que se había impuesto tras arduas luchas contra las poderosas
fuerzas de la reacción, comenzaba a desacreditarse ante las acusaciones de fraude electoral.
Para colmar el vaso, el presidente inició impopulares reformas con objeto de acumular en sus
manos un mayor poder ejecutivo.

Benito Juárez
Este hecho y el temor a que buscara perpetuarse en el cargo motivaron la reacción dentro de
su propio partido. Porfirio Díaz, cuyo nombre resume por sí mismo el siguiente capítulo de la
historia de México, se pasó a la oposición, tras haberse destacado como victorioso militar en
la guerra contra Maximiliano, y en 1871Sebastián Lerdo de Tejada, principal colaborador de
Juárez en política interior, no aceptó presentarse a las elecciones y fundó el partido lerdista.
Durante ese año el presidente debió asimismo sofocar diversos levantamientos, como los de
Treviño y Naranjo, agotando en esta extenuante empresa sus ya enflaquecidas fuerzas.

A pesar de las dificultades económicas, de la hostilidad del Congreso y de numerosos


pronunciamientos, el 1 de diciembre de 1871 Juárez asumía nuevamente la presidencia ante el
Congreso de los diputados, y allí reiteraba su fe en la legalidad con su habitual energía. Pero
los vientos de la historia se orientaban ya hacia otros derroteros. Porfirio Díaz arengaba a sus
partidarios contra Juárez acusándolo de dictador y poniendo en marcha una revuelta inspirada
en el llamado Plan de la Noria, cuya más significativa propuesta era la prohibición de que
fueran reelegidos los presidentes. Sebastián Lerdo de Tejada se alió con Porfirio Díaz y juntos
se alzaron contra Juárez.

Pese a que Juárez sobrevivió también a esta postrera andanada de sus enemigos políticos,
reprimir el levantamiento constituyó su último acto público, pues con secreto estoicismo de
indígena zapoteca venía soportando, desde tiempo atrás, una prolongada serie de difunciones
cardíacas que por fin lo llevaron a la tumba el 18 de julio de 1872. Tras su muerte el Congreso
lo declaró Benemérito de la Patria y de las Américas.

SUS VALORES:

Hombre de gran carácter, supo poner al servicio del país, su liderazgo basado en sus valores
personales, entre los que destacan principalmente:

1. La humildad como principio de su proceder.

2. El respeto a los demás, como ideal fundamental de su vida

3. Su patriotismo que lo condujo a ser Presidente de la República en varias ocasiones.

4. Su carácter firme para que sus decisiones sean respetadas.

5. Su lealtad, demostrada en su búsqueda porque se respete la soberanía de nuestro país.

6. Juárez siempre lucho por la igualdad, la libertad, la legalidad y la democracia,


siempre ante situaciones adversas y casi siempre con inferioridad de fuerzas, pero aun
cuando era derrotado, sabía como animar a sus hombres exclamando frases como: "El
pensamiento está sobre el dominio de los cañones".

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