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Establecer

límites a la conducta:
órdenes eficaces y reglas familiares

Autores: E. Romero, P. Villar, M. A. Luengo, J. A. Gómez-Fraguela y Z. Robles. 2016 © 2016 by TEA Ediciones,
S. A. U., Madrid, España • Edita: TEA Ediciones, S. A. U.; Fray Bernardino Sahagún, 24 - 28036 Madrid. La
reproducción de este documento, para fines profesionales, está amparada por el permiso que TEA Ediciones
otorga al comprador de esta obra • Todos los derechos reservados.
Ficha 7.1. Dar buenas órdenes

Las órdenes buenas son aquellas que se tienden a obedecer

Características

~~ Directas, concretas y breves.

~~ Expresadas con claridad.

~~ No se repiten y no van acompañadas de más órdenes.

~~ Van seguidas de 5 o 10 segundos de silencio.

~~ Indican lo que se debe hacer, no lo que se tiene que dejar de hacer.

Aspectos importantes
a la hora de dar buenas órdenes

1. No deis una orden si vuestro hijo o hija no tiene la capacidad de


cumplirla.

2. Respetad las actividades que el niño esté realizando en ese momento.


No le deis una orden si está en medio de algo que le hayáis dejado
hacer. Esperad a que haya terminado con esa actividad.

3. Sed respetuosos. Usad un tono de voz calmado y agradable (ni furioso


ni sarcástico).

4. Si es posible, dadle un aviso (p. ej., «Dentro de cinco minutos, tendrás


que recoger los juguetes»).

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Nota de Ejemplos
xx de órdenes
.
recuerdo 7.1

Órdenes adecuadas Órdenes inadecuadas

«Camina despacio». «¡Deja de correr!».

«Recoge tus juguetes del suelo ahora,


«Vamos a guardar los juguetes».
por favor».

«Habla en voz baja». «¡No grites!».

«Juega en silencio». «¡Cállate la boca!».

«Haz tu cama». «Podríamos hacer la cama».

«¿No crees que deberías estar


«Por favor, vete a la cama».
acostado?».

«Ve a hacer los deberes ahora». «Seguro que tienes cosas que hacer».

«Por favor, guarda la ropa». «Tu habitación está hecha un desastre».

«Lávate las manos». «¡Qué manos más sucias!».

«Pon la mesa». «¿Te gustaría cenar ya? Es la hora».

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Ficha 7.2. Órdenes que no funcionan

Órdenes pesadas: son aquellas que se formulan con demasiadas explicaciones, razonamien-
tos o «sermones» sobre lo que se debería hacer y que nunca se cumple.

Ejemplo: «José, siéntate bien en la silla para comer, ¡no te lo vuelvo a repetir! Ya sabes
que así se te cae toda la sopa y además es de muy mala educación estar retorcido en
la mesa. Luego cuando comes en el cole tiene que estar siempre Lola riñéndote por lo
mismo».

Órdenes repetidas: repetir muchas veces seguidas la misma orden hasta que se cumple. El
problema es que el tener que repetir la orden tantas veces desespera a quien la da, aumentando su
enfado hasta que se acaba estallando. Cuando esto ocurre de forma regular, los niños aprenden ese
«número clave» de veces que se repite una orden antes de estallar. Por esto, saben que pueden igno-
rar al adulto hasta que se acerca ese «número clave» y de esa forma, solo cuando vean que el enfado
está llegando a su tope, escucharán y luego puede que obedezcan.

Ejemplo: «Pablo, apaga la tele ya. Te he dicho que apagues la tele. ¡Pablo, te estoy di-
ciendo que apagues la televisión! ¿No me oyes? ¡A-pá-ga-la! ¡No te lo vuelvo a repetir!».

Órdenes encadenadas: se dan demasiadas órdenes de seguido. Lo normal es que los niños
no puedan atender a más de dos órdenes consecutivas. Probablemente empezará a cumplir alguna
pero se olvidará de las demás. También puede ocurrir que se sienta abrumado por tantas órdenes a
la vez y desista incluso antes de empezar.

Ejemplo: «Juan, recoge todo lo que has dejado en el salón, mete el puzzle en su caja
y los rotuladores en el estuche y llévalos a tu habitación. Guarda también los muñecos en
su sitio y tu chaqueta en el armario y luego tira el vaso de yogur y la cáscara de plátano
a la basura y deja el plato y la cucharilla dentro del fregadero».

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Ficha 7.2. Órdenes que no funcionan (continuación)

Órdenes como preguntas: son aquellas que se formulan como una pregunta que da la
opción al niño o niña a responder «sí» o «no». En este caso, castigar por no obedecer sería inadecuado
ya que no tienen por qué ser entendidas como órdenes.

Ejemplo: «¿No crees que ya jugaste mucho con la consola hoy?».

Órdenes «vamos a… »: las órdenes que comienzan por «vamos a… » implican que se va
a hacer la tarea juntos cuando la idea, en realidad, es que el hijo la haga solo. Esta forma de dar las
órdenes provoca desobediencia porque los niños asumen que los adultos les van a ayudar y cuando
esto no es así se sienten engañados y se niegan a colaborar.

Ejemplo: «Vamos a preparar tu mochila para mañana».

Órdenes vagas: órdenes que no son directas ni concretas. No es posible saber lo que quere-
mos que haga porque no se dice exactamente..

Ejemplos: «Compórtate», «¡Para!», «Sé bueno», «Estate quieto», «Deja eso», «¡No
seas crío!».

Órdenes dadas desde lejos: son aquellas que se dan desde la distancia (p. ej., desde otra
habitación de la casa). Cuando esto ocurre, el padre o la madre lo hace gritando y sin saber qué está
haciendo el hijo o hija en ese momento. Esa falta de interacción directa y el hecho de que el niño esté
inmerso en otra actividad hacen muy probable que desobedezca.

Ejemplo: «¡Elenaaa, la comida ya está, vente a sentarte a la mesa!». Mientras tanto,


Elena está en la habitación pegando sus cromos favoritos en el álbum. El grito de su
madre la sobresalta y la niña rompe una de las pegatinas justo cuando iba a colocarla
en su sitio. Con todo, Elena se pone a llorar, se enfada con su madre echándole la culpa
de lo ocurrido y se niega a comer.

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Nota de Cómo hacer que las órdenes
.
recuerdo 7.2 se acepten con más facilidad

Para conseguir que se acepten las órdenes,


ten en cuenta las siguientes consideraciones:

1. Disminuye el número de órdenes y limítate a las más importantes. Da órdenes


únicamente cuando estés preparado para hacerlas cumplir.

2. Las órdenes deben ser cortas y precisas.

3. Las órdenes deben referirse al comportamiento específico que queremos que


cumpla.

4. Las órdenes deben plantearse de manera positiva y con buen tono.

5. Intenta dar órdenes empleando el «has de…», en lugar del «deja de…».

6. Siempre que sea posible, las órdenes deberán ir precedidas de una primera
advertencia (p. ej., «Dentro de 5 minutos tendrás que…»).

7. Si te da una respuesta que no es apropiada, simplemente ignórala.

8. Todos los niños necesitan tiempo para responder a las órdenes. No des varias
órdenes seguidas. Espera a que haya obedecido o a que hayan pasado unos
5 segundos.

9. Después de decirle que no puede hacer algo, trata de distraerle o de llamar su


atención sobre otra cosa.

10. Evita mantener disputas con tu hijo o hija sobre órdenes y reglas.

11. Recuerda elogiarle cuando obedezca las órdenes y las reglas familiares.

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Tarea para
casa 7. 1. Decidir las reglas de casa

Reglas
1. Piensa en dos o tres conductas que quieres que tu hijo o hija haga sin que haga falta decírselo
continuamente. Es decir, decide qué cosas quieres que sean normas a cumplir. Ten en cuenta
que irían seguidas de consecuencias negativas en caso de que no las cumpliera.

1.

2.

3.


2. Escribe esas conductas en forma de regla. Por ejemplo: «Los juguetes tienen que estar
recogidos antes de la hora de la cena», «La hora de irse a la cama son las 21:30 h», «Máximo
una hora de televisión al día».

1.

2.

3.

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