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Acontecimientos:

Lázaro, luego de haber abandonado al ciego, mendiga por las calles en búsqueda de un
nuevo amo a quien pertenecer. En el camino se topa con un clérigo de una iglesia en la
ciudad de Maqueda, Valencia, el cual pregunta al joven si posee la capacidad para
ayudar en misas eclesiásticas, a lo que éste responde positivamente, dando por
finalizada la búsqueda de un nuevo dueño.
Su vida con el clérigo no era lo que esperaba, puesto que éste mezquinaba los alimentos
que conseguía y sólo otorgaba al muchacho una cebolla a la semana, provocándole así
un estado de penosa desnutrición. Sin embargo, Lázaro no conseguía la suficiente
valentía para irse de su lado, pues temía encontrar un amo con costumbres aún peores.
En su afán por obtener algo más que las minúsculas porciones de alimento que le cedía
el clérigo planeaba robar el pan de las misas que se encontraba guardado dentro de un
arcaz de madera, con una réplica de la llave obtenida de un calderero. Durante las
noches, él la escondía dentro de su boca y esperaba a que el clérigo descansara para ir
en busca del pan. A escondidas lo desmigajaba y dañaba posteriormente la caja para que
su amo supusiese que se trataba de ratas merodeando por la iglesia. Así continuó
durante varias noches. El clérigo reforzaba la caja y ponía trampas para las ratas, mas
Lázaro continuaba efectuando su plan, cada vez con más astucia, a fin de mantener su
engaño.
El amo en una charla con sus vecinos adoptó la idea que uno de ellos le propuso; éste le
dijo que tal vez quien robaba su pan por las noches era en realidad una culebra, por lo
que de ahí en mas aumentó su nivel de atención.
Durante el transcurso de una noche, el clérigo se encontraba más alerta que nunca a
cualquier movimiento o ruido cercano al arcaz. El resoplo de Lázaro en conjunto con la
llave dentro de su boca, emitía un silbido del que su amo logró percatarse. Entre la
oscuridad y con el garrote en mano, fue en busca de la culebra, siguiendo el sonido
hasta el lecho de paja donde Lázaro se hallaba descansando. Creyendo que la culebra se
había escondido debajo de él asestó un golpe que lo dejó gravemente herido y en un
estado delicado. Mientras intentaba ayudarlo se percató de la llave escondida dentro de
la boca de su sirviente, descubriendo así al verdadero ladrón de alimentos. Los vecinos
acudieron al lugar a la mañana siguiente para ayudar a Lázaro: le dieron alimentos y
colaboraron en su recuperación; sin embargo, cuando el muchacho quiso volver a la
iglesia, el clérigo lo echo, dejándolo nuevamente sin dueño.
Descripción del clérigo:
Es un personaje con actitudes mezquinas y avariciosas, puesto que durante las misas
que realiza junto a Lázaro obtiene cierta cantidad de alimentos, pero sin pensar en su
ayudante o en aquellas personas a las que esos alimentos son destinados, guarda el pan
conseguido en un arcaz (caja de madera) para luego comerlo él mismo. Se caracteriza
por la contrariedad que presenta respecto al cargo que ocupa; la falta de caridad, el
engaño que ejerce, lo convierten en una persona falsa e hipócrita, lejos de brindar el
apoyo y protección a los desprotegidos, como debería ser.
Aunque la comida le sobra, a Lázaro únicamente le cede lo que no es de su agrado,
como las cebollas, o alimentos en mal estado. Ofreciéndole éstos sólo una vez por
semana, el Lazarillo acaba desnutrido a sólo catorce días de haber comenzado su labor
con él.
Es una representación de las actitudes de muchas iglesias de la época.

Descripción de Lázaro:
Sus características se adaptan al tipo de protagonista típico dentro del género picaresco:
un muchacho joven en busca de subsistir debido a su estado de indigencia, que utiliza la
astucia para conseguir sus objetivos. Este personaje se mantiene a disposición de un
amo la mayor parte de su vida y, al romper el vínculo con uno, inmediatamente
comienza su búsqueda por otro. Aunque con sus amos no le vaya bien, para él es mejor
que volver a las calles y ser un vagabundo, pues al menos con sus dueños tiene un techo
y, aunque sea una vez a la semana, como con el clérigo, tiene una ración asegurada de
alimento.
El maltrato, el hambre y el infortunio con los que desde su niñez tuvo que lidiar lo
llevaron a convertirse en un pícaro, alejándose de los códigos de honradez que la
sociedad respetaba en aquel entonces. Se ve caracterizado por ser un mentiroso y un
tramposo, aprovechando las oportunidades que se le presentan para engañar a sus amos
y así conseguir lo que se propone.
Es una representación de la pobreza y mendiguez de la época.
Crítica realizada durante el tratado, dirigida hacia la corrupción de la iglesia.

Durante el transcurso del siglo XV y XVI se dieron paso a las denominadas “Reformas de
Cisneros” a manos del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros bajo la aprobación de la
mandataria del reino de España en aquel entonces, Isabel la Católica . Esta serie de cambios en
el clero y jerarquía de la iglesia, le otorgaron un enorme poder político y autonomía
monetaria, además de poder ideológico al transformarse a la fuerza en la religión
mayoritaria de la península ibérica luego de la expulsión de judíos. Esto derivo en que
algunos miembros del clero eclesiástico fueran corrompidos por el poder y dinero que
pasaba por sus manos, transformando la iglesia en un nido de corruptos que en el
exterior reflejaban la “Gracia de dios”, aprovechando la ignorancia de la población sin
que estos les reclamaran demasiado. Mientras tanto, dentro de este organismo abusaban
sus puestos de poder para la repartición de los bienes obtenidos durante las misas. Esta
crítica hacia la falsa religiosidad ejercida por aquellos ansiosos de poder y riquezas se
encuentra explícita en la imagen del clérigo, mostrándolo a éste como un ser
corrompido por la avaricia representa la hipocresía de la iglesia en todo su esplendor,
aprovechándose de lo destacado anteriormente para así regocijarse con lo obtenido sin
importarle aquellos bajo su poder, como es el caso de Lázaro.

Realidades presentadas
La crueldad: Se encuentra presente en la relación amo-sirviente entre Lázaro y el
clérigo, mostrando la realidad que atraviesa la sociedad de la época, afectada
principalmente por los problemas económico-políticos del país. Debido a las
circunstancias desfavorables el pueblo tendía a adoptar una actitud mezquina y cruel,
siendo codiciosos entre ellos y sin considerar las penurias ajenas. El clérigo representa
la oligarquía eclesiástica, los “amos” de la sociedad, mientras que los estratos sociales
inferiores a ellos son los “sirvientes”, que trabajan y ceden sus bienes a la iglesia,
esperando una respuesta de dios. Esto lleva a que muchos se encuentren en extrema
pobreza o hambre. Lázaro representa el calvario de aquellos desfavorecidos.

La corrupción de la iglesia: La época en la que se desarrolla la historia de Lázaro se


caracterizó, así como muchas otras, por el gran control que ejercía la iglesia sobre el
comportamiento de la sociedad. Este poder había sido adquirido a partir de las
“Reformas Cisnéricas” del siglo XVI, las cuales le otorgaron autonomía monetaria,
política e ideológica al clero, provocando un comportamiento inadecuado por parte de
sus miembros. Comúnmente se observaba el modo en que los representantes de la
iglesia sacaban provecho de su posición, utilizando la fe de los creyentes para obtener
sus beneficios. Esta contrariedad entre el deber y las acciones de la iglesia, ocasionadas
por el deseo de poder y la codicia, se ve claramente reflejada en la imagen del clérigo.

El hambre: Es el tema principal presentado en toda la extensión del libro, por lo que es
algo destacable también dentro de este tratado. Es una situación con la que todos los
lectores pueden, de alguna manera, sentir una conexión real, debido a la frecuencia con
la que se puede observar en la vida cotidiana de cada uno de ellos, así como lo son los
temas de la pobreza y la indigencia. En el libro esta situación conduce al protagonista a
realizar ciertos actos considerados inmorales, pero únicamente en busca de proteger su
propia vida.

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