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1 Sobre los cuidados de la salud de quienes se dedican al estudio de las letras La vida sana Manilio Ficino de Forencia sluda a Giorgio Antonio Vespuce y & Giovanni Batista Bonnsegi!. A menudo en estos empos, mientras pa seshames, sein a costumed lo iso perttions he hala so ‘Yesotos sceres dels euidads de la sald de quienes se dedican con shit: 0 al estudio de as leas. Ahora, enfin, he tomado la decisi6n de resume. Jos argumentos de aoelasconversaciones en un reve compendio y de presentario, antes qu a nadie, a vosouos. No da mi sprobacin et brit asta taco no sep que lo aprobsis tambien vosoues, bores ya 0s fdelisimos, ni permite que sea sometido al sever juiio de nuestro Lorenzo de Medics, cuya buen salu se propone, de hecho y ante odo, ‘tela Hega el eas. Pues en verdad, difemente pod ser oe i= teraos de mieto tempo, y mis en especial a los de nuestra civda, no Toa sido primero paras protector ymecenas. Leeda. pues. cn ateaciéa Y poned La mx digeneia en el caldado de vues salud testa fal, ‘nunca conseguiremosn legartansiguiera a as excels pues de las Mi Sas, y en vato lamaremos a ells, a menos qbe nos conde hasta alt 10s fas abr, cons intervene extruordinana, Dios tedopoderose. Descamos, en efecto, que esta nuestra disetacién médica tome en consideracion como tema particular lo siguiente: que ses evidente que pars adquii Ia sabidura se debe buscar con empeto la salud del caer: Po, ms adn ha de buscare la dela mente, que es Ta unica que puede a anzar y poster a sabidart. Pr lo dem, todos cuanosintentan eon ‘seguir la sabidurfa con una mente no san, busean la cienia de un ‘manera bastante era. La sald del cuerpo la promete Hipocrats: adel, alma, Socrates. Per la verdadera salud de amb, la del exerpo Ia del lla, slo la asegurs aquel que exclama:

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