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DEL EMPELADOR
Elaborado por:
Yexelis Pereira
C.I. 17.649.949
Florelvis Farias
CI. 18.331.516
Julio, 2015
Responsabilidad Objetiva del Empleador
Demandante:
Que siendo las 09:30 a.m., al golpear la leva “metal con metal”, desprendió una
esquirla u objeto extraño, que en forma rápida penetró en su ojo izquierdo,
alojándose exactamente en la mácula que es el área de mayor visión; tal
infortunio trajo como consecuencia la pérdida de la visión de dicho ojo en un
noventa por ciento (90%).
Esgrime que para el momento del accidente no utilizaba el equipo de
protección personal para realizar esas labores, por cuanto la empresa nunca
cumplió con la obligación de suministrarle el equipo correspondiente.
Niega que sus mayores clientes sean las empresas aseguradoras ya que el
porcentaje predominante de usuarios son particulares.
Aduce que es falso que el hijo del demandante haya sufragado todos los
gastos de hospitalización y cirugía del demandante, pues los mismos los cubrió
el seguro que el ciudadano Gabriel Jiménez posee como trabajador de
educación.
Expresa que es falso que de los hechos narrados por el actor pueda surgir
evidencia alguna de la responsabilidad de su representada, siendo cierto que
fueron testigos presenciales del accidente los otros trabajadores que se
encontraban en el lugar del infortunio.
6.- Medios probatorios aportados al proceso por cada una de las partes
Informes médicos
Suscritos por el Dr. José Gregorio Márquez de fechas 10 de junio de 2008 y 21
de diciembre de 2009 (folios 72 y 212 al 215). Los mismos fueron impugnados
por la demandada alegando que fueron presentados en copia simple y que
emanan de un tercero que no es parte en el juicio, sin haber sido ratificados.
Ahora bien, conviene a esta Sala precisar lo siguiente:
No obstante, que en efecto los informes médicos cursantes en
autos no fueron ratificados en juicio por el médico especialista Dr. José
Gregorio Márquez, se ha hecho muy evidente para la Sala una conducta
contraria a la ética que debe prevalecer en todo proceso por parte de la
demandada, por cuanto se ha verificado que dentro del legajo de pruebas
promovidos por la empresa Multiservicios Gerardo, C.A., que ésta también
consignó en copias simples, los mismos informes médicos suscritos por el
médico especialista en oftalmología y retinólogo, Dr. José Gregorio Márquez
(ver folios 412, 413, 459 y 466).
En consecuencia, esta Sala les otorga valor probatorio a los informes médicos
aportados por ambas partes, de los cuales se desprende que el paciente
Gabriel Jiménez fue intervenido quirúrgicamente por el Dr. José Gregorio
Márquez, realizándose vitrectomía, lensectomía, láser y silicón, más extracción
de cuerpo extraño, de igual manera se evidencia que el paciente presenta una
discapacidad en la función visual de aproximadamente un noventa por ciento
(90%) en su ojo izquierdo.
Testimonial:
Se presentó para rendir declaración en la oportunidad de la celebración de la
audiencia el ciudadano Eddys José Quintero, quien afirmó que laboró para la
empresa demandada en el año 2007, en el cargo de pintor; que conoce al
ciudadano Gabriel Jiménez, porque lo vio laborando en la empresa; que el
patrono no cumple con suministrarle a los trabajadores el equipo de seguridad,
ni batas, ni botas de seguridad, ni lentes; que solo les da los instrumentos para
el trabajo pero no de seguridad. En la fase de repreguntas respondió que se
colocan trapos en la cara y en la nariz para no inhalar los tóxicos que emanan
de las pinturas. A dicha testimonial se le otorga pleno valor probatorio con base
en las reglas de la sana crítica, conforme al artículo 10 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo.
Pruebas de la demandada:
Copias simples de reposos médicos suscritos por el Dr. Julio Márquez, (folios
394 y 395) que se desechan por cuanto emanan de un tercero y de
conformidad con lo establecido en el artículo 79 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, debieron ser ratificados mediante la prueba testimonial. En relación
al documento que cursa en el folio 396 se desecha por cuanto es una copia
simple ilegible.
Documentales cursantes a los folios 397 al 411, que no fueron impugnadas por
lo que se les otorga valor probatorio. De ellas se desprenden facturas de
compra de medicamentos, récipes médicos, recibos por conceptos de viáticos
de traslado de Barinas a San Cristóbal, pagos de taxis, de consulta médica y
comida, efectuada por el Presidente de la demandada al trabajador.
Prueba de informes:
Se solicitó informes a la Unidad de Supervisión de la Inspectoría del Trabajo del
estado Barinas. Mediante oficio Nº US-10-038 de fecha 30 de julio de 2010, la
Unidad de Supervisión del Trabajo informó que existe un expediente
administrativo signado con el Nº 004-2006-07-02407, que en esa Unidad no
cursa inspección donde se evidencie el cumplimiento con las previsiones sobre
higiene y seguridad laboral y que no se pudo verificar por sistema la inscripción
en el seguro social del ciudadano Gabriel Jiménez. A dicho informe se le otorga
pleno valor probatorio (folio 487).
Testigos:
Se presentaron para rendir declaraciones en la oportunidad de la celebración
de la audiencia los ciudadanos Francisco Labrador y Lisbeth Carolina
Rodríguez. Al respecto, el primero afirma que trabaja para la empresa desde
mayo de 2002 como mecánico latonero; que la empresa le suministra lo básico
como son los lentes, los guantes y las botas; que se les ha dicho que el trabajo
que efectúan es de alto riesgo y que al momento del accidente el ciudadano
Gabriel Jiménez no usaba mascarilla ni lentes. La parte demandante no
repreguntó.
Por su parte, la ciudadana Lisbeth Carolina Rodríguez señala que labora para
la demandada desde hace nueve (9) años; que lleva la parte administrativa de
la misma; que la empresa les aporta a todos los trabajadores los implementos
como botas, lentes, mascarillas y que les efectúan charlas informativas para
decirles que el trabajo que hacen es de riesgo.
Esta Sala no les otorga valor probatorio a los dichos de los testigos
presentados por la demandada toda vez que estos manifestaron que son
trabajadores de la empresa, por lo que se presume que dicha posición
compromete su imparcialidad, de allí que sus testimonios no merecen
confiabilidad y por tanto, se desechan.
1) Responsabilidad objetiva.
Tal como se desprende de las documentales valoradas por esta Sala y que
cursan a los folios 314 al 385, el último salario semanal que devengaba el
trabajador correspondía a la suma de trescientos cincuenta bolívares (Bs.
350,00) lo que da como resultado un salario mensual de mil cuatrocientos
bolívares (Bs. 1.400,00) que al multiplicarse por doce meses, arroja la cantidad
de dieciséis mil ochocientos bolívares (Bs. 16.800,00), monto este que debe
ser pagado al trabajador por concepto de indemnización del artículo 572 de la
Ley Orgánica del Trabajo (1997). Así se establece.
b) Daño Moral:
Por otra parte, reclama el demandante el pago de una indemnización por daño
moral la cual resulta procedente por equidad, en virtud de la responsabilidad
objetiva del patrono, como lo ha venido sosteniendo esta Sala desde la
sentencia N° 144 de 7 de marzo de 2002, (caso: José Francisco Tesorero
Yánez contra Hilados Flexilón, S.A.).
Para ello, la Sala ha establecido que al decidirse una reclamación por concepto
de daño moral, el sentenciador, necesariamente, ha de sujetarse al proceso
lógico de establecer los hechos, de calificarlos y de llegar a través de este
examen a la aplicación de la ley y la equidad, analizando para ello los aspectos
establecidos en la citada sentencia Nº 144, a saber: a) la entidad (importancia)
del daño, tanto físico como psíquico (la llamada escala de los sufrimientos
morales); b) el grado de culpabilidad del accionado o su participación en el
accidente o acto ilícito que causó el daño (según sea responsabilidad objetiva o
subjetiva); c) la conducta de la víctima; d) grado de educación y cultura del
reclamante; e) posición social y económica del reclamante; f) capacidad
económica de la parte accionada; g) las posibles atenuantes a favor del
responsable; h) el tipo de retribución satisfactoria que necesitaría la víctima
para ocupar una situación similar a la anterior al accidente o enfermedad; y, por
último, i) referencias pecuniarias estimadas por el Juez para tasar la
indemnización que considera equitativa y justa para el caso concreto.
Esta Sala pasa a analizar los aspectos establecidos en dicha sentencia, con
referencia al caso concreto:
2. Daño Material:
El actor demanda por daño material la suma ocho mil ochocientos cuarenta y
un bolívares con veintiún céntimos (Bs. 8.841,21) por concepto de gastos
clínicos y manutención durante la intervención quirúrgica.
En relación con la reclamación basada en la teoría de responsabilidad
subjetiva, esto es, el daño material, cabe señalar que la procedencia de tal
indemnización –la cual implica una reparación adicional a las indemnizaciones
de orden material previstas en la legislación del trabajo– tiene como
presupuesto que el daño causado se derive de un hecho ilícito del patrono. En
efecto, el hecho ilícito como fuente de la obligación de indemnizar un daño
injustamente causado, está consagrado en el artículo 1.185 del referido Código
Civil, el cual exige que el daño se derive de una conducta culposa o dolosa del
agente, siendo necesario establecer la existencia del daño, la falta del agente,
y la relación causal entre el daño ocasionado y la falta.
Ahora bien, esta Sala observa que pese a que en el presente caso, el patrono
inobservó normas de seguridad y salud en el trabajo no quedó fehacientemente
demostrado que el accidente ocurriera en virtud de la conducta desplegada por
la demandada, por tanto, al no existir la relación de causalidad entre el hecho
ilícito y el accidente ocurrido se declara improcedente el daño material
demandado. Así se decide.
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
de Casación Social, administrando justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela por autoridad de la Ley, declara: PRIMERO:
DESISTIDO el recurso de casación anunciado por la parte demandada.
SEGUNDO: CON LUGAR el recurso de casación anunciado y formalizado por
la parte demandante, contra el fallo emitido por el Juzgado Primero Superior
del Trabajo de la Circunscripción Judicial del estado Barinas, el 25 de
noviembre de 2010. TERCERO: ANULA el fallo recurrido. CUARTO:
PARCIALMENTE CON LUGAR la demanda incoada. QUINTO: Se condena el
pago de cien mil bolívares (Bs. 100.000,00) por concepto de daño moral.
De la sentencia totaaaaaaallll