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Cálculo de la atenuación por vegetación en un

radioenlace
Publicado en Cálculos y Diseño | Autor: Francisco Ramos

Es bien conocido que las ondas


radioeléctricas sufren gran atenuación al atravesar la vegetación, especialmente
en el caso de frecuencias elevadas. Los sistemas móviles se ven mucho más afectados por
este fenómeno, pues es más fácil que puedan darse situaciones donde el receptor no tiene
visión directa (NLOS) al encontrarse obstruido por árboles o grandes arbustos. En el
caso de enlaces punto a punto es menos habitual, pues la planificación previa del
radioenlace permite identificar posibles obstáculos y evitarlos convenientemente. Aun
así, todavía pueden producirse pérdidas significativas si el haz radioeléctrico transcurre
cerca de zonas boscosas.

El cálculo de las pérdidas causadas por la vegetación puede resultar tremendamente


complejo, especialmente si se acude a técnicas analíticas como GTD/UTD (Geometrical
and Uniform Theory of Diffraction). Afortunadamente, los métodos empíricos suelen ser
suficientes en la mayor parte de los casos y ofrecen una buena precisión.

La gran dificultad que entraña la definición de un modelo matemático para el cálculo de


la atenuación por vegetación es que depende de gran cantidad de factores y parámetros
físicos. Por una parte, tenemos el tipo de vegetación: especies, árboles, arbustos, hoja
perenne o caduca, densidad del follaje, etc. Por otra parte, su disposición
geométrica (número, posición, altura) y su variabilidad temporal (efectos del viento
sobre hojas y ramas o crecimiento a largo plazo). Luego es evidente que tener en cuenta
todas estas características resulta prácticamente imposible.
Figura 1: Montaje experimental utilizado para mediciones de atenuación por
vegetación (Fuente: University of Portsmouth).

Entre los diferentes modelos utilizados para estimar la atenuación causada por la
vegetación podemos destacar los siguientes: RET (Radiative Energy Transfer)
y TS (Trunk Spacing). Se trata de modelos de banda estrecha, siendo los de banda
ancha más complejos. El primero de ellos tiene en cuenta el proceso físico, por lo que
resulta más difícil de calcular, mientras que el segundo toma como parámetro la densidad
con la que se distribuyen los árboles, siendo un modelo más sencillo de aplicar.
Precisamente el modelo RET, por ser más completo, es el que se recoge en
la Recomendación UIT-R 833. Inicialmente, en dicha Recomendación se incluyeron
fórmulas muy simples para estimar la atenuación por vegetación:

Lveg,1 = 15,6 f −0,009 d 0,26,

Lveg,2 = 26,6 f −0,2 d 0,5.

donde d es la distancia en metros recorrida por la onda radioeléctrica a través de la


vegetación antes de alcanzar el receptor (figura 2) y f es la frecuencia en GHz. La primera
ecuación se refiere al caso de vegetación con hojas, mientras que la segunda se aplica en el
caso de que no hayan. La existencia de hojas produce fundamentalmente difracción,
además de los propios fenómenos de reflexión y dispersión de las ondas radioeléctricas.
Figura 2: Esquema de un radioenlace afectado por pérdidas en vegetación.

Sin embargo, la gran simplicidad de este método de cálculo motivó el posterior desarrollo
de otro modelo más ajustado, dado por la siguiente ecuación:

Lveg = Am [ 1 − exp(−dγ/Am) ],

en donde aparecen dos nuevas variables, γ y Am, que representan una atenuación
específica para trayectos cortos de vegetación expresada en dB/m, y la atenuación
máxima en dB cuando un terminal está dentro de una zona de vegetación de un tipo y
profundidad específicos, respectivamente. En este caso, las pérdidas por vegetación
representan el exceso de atenuación incluyendo todos los posibles efectos de propagación
(espacio libre, difracción, absorción atmosférica, etc.).

El valor de la atenuación específica depende del tipo de especie y de la densidad de


vegetación. En la figura 3 se muestra una gráfica donde se proporcionan valores
aproximados en función de la frecuencia para un área boscosa. Por debajo de 1 GHz se
observan mayores pérdidas en el caso de polarización vertical, lo cual se debe a
la dispersión causada por los troncos de los árboles.
Figura 3: Atenuación específica en zona boscosa.

En cualquier caso, conviene resaltar que la atenuación debida a la vegetación varía


ampliamente por la naturaleza irregular del medio y la gran cantidad de especies,
densidades y condiciones de humedad que existen en la práctica. Los modelos anteriores
son muy simplificados y solamente sirven para proporcionar estimaciones. Lo mejor es
acudir a métodos más completos cuando se requiere precisión, por ejemplo el modelo
RET, si bien dada su complejidad no vamos a detallarlo en este artículo y se invita al lector
a consultar laRecomendación UIT-R P.833 para obtener información más detallada.

En la figura 4 se representan valores de atenuación obtenidos con distintos métodos para


una frecuencia de 11,6 GHz. Puede observarse que todos ellos proporcionan resultados
similares, aunque es algo que dependerá lógicamente del escenario particular. El diseñador
deberá escoger el método adecuado dependiendo del problema al que se enfrente.
Figura 4: Evaluación de diferentes modelos de atenuación por vegetación (Fuente:
University of Portsmouth).

Como conclusión final, la atenuación causada por la vegetación en enlaces


radioeléctricos que se ven obstruidos por árboles o arbustos suele ser bastante
elevada (>20 dB en la práctica para frecuencias de microondas), por lo que el diseñador
deberá tener muy en cuenta la posibilidad de que esto ocurra durante la fase
de planificación del radioenlace, reorientando las antenas o aumentando la altura de
los mástiles convenientemente.

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