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Las mezclas que no son uniformes en todos sus puntos son heterogéneas. En estas
mezclas se observan dos o más componentes; en este caso, a los componentes que se
pueden diferenciar se les conoce como fases. Al componente de mayor proporción se le
conoce como fase dispersante y al de menor proporción como fase dispersa. Dentro de
este tipo de mezclas, los coloides son dispersiones en las cuales las partículas dispersas
son mayores que los iones o moléculas del soluto en una disolución verdadera, y más
pequeñas que las partículas de una suspensión.
El término coloides (del griego kolla, que significa pegamento) fue acuñado por Thomas
Graham (1805–1869) en 1862 para describir las primeras suspensiones de que se tenga
conocimiento en el mundo científico: las nanopartículas de cloruro de plata, elaboradas
por Francesco Fermi (1817–1881) en 1845, a partir de la coprecipitación de cloruro de
sodio en presencia de nitrato de plata. Para finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX,
nuevos sistemas coloidales surgieron, entre ellos las emulsiones para fotografía (1874), los
geles (1877), los aerosoles (1899) y los surfactantes sintéticos (1916). Igualmente, en este
lapso los coloides capturaron la atención de numerosos científicos por sus inusuales
características. Es así como John Tyndall (1820–1893) demostró la polarización de la luz
al interactuar con partículas coloidales; Albert Einstein (1879–1955) propuso las
ecuaciones para describir el Movimiento Browniano de las partículas coloidales; Louis Gouy
en 1910 y David Chapman en 1913 elaboraron la teoría de repulsión de cargas en
superficies, complementada posteriormente por Stern en 1926; H.C. Hamaker en 1937
propuso una teoría de fuerzas de van der Waals para la interacción entre superficies. En
1941, Boris Derjaguin y Lev Landau plantearon la teoría de estabilidad coloidal para
sistemas estabilizados electrostáticamente, teoría que fue mejorada en 1948 por Evert
Verwey y Theo Overveek y conocida actualmente como teoría DLVO en reconocimiento a
sus cuatro gestores.
Sistemas como las emulsiones, las suspensiones, los geles y los aerosoles son sistemas
coloidales. Por lo tanto, deben existir unas características fisicoquímicas comunes entre
ellos que permitan su clasificación como coloides. Si se considera que un coloide es un
sistema heterogéneo (formado por al menos dos sustancias inmiscibles), donde una
sustancia se dispersa en la otra en forma de entidades con tamaños en el rango de 1 nm
(1x10-9 m) a 1 µm (1x10 -6 m), es posible explicar la clasificación de las emulsiones, las
suspensiones, los geles y los aerosoles como sistemas coloidales. En el caso de las
emulsiones, se tienen gotas de aceite dispersas en una fase acuosa; las suspensiones son
partículas sólidas dispersas en una fase líquida; los geles son macromoléculas
interconectadas formando una red tridimensional solvatada por otra fase continua;
finalmente, los aerosoles
son partículas sólidas o
líquidas dispersas en una
fase gaseosa. Otros tipos de
coloides son las micelas
generadas a partir de la
agregación de moléculas de
surfactantes, y la espuma
donde se incorporan
burbujas de un gas en una
fase líquida o sólida.
Tabla 1. Tipos de coloides (Brown, 2004, p. 512).
OBJETIVOS
MATERIAL
✓ 1 probeta graduada de 50 mL ✓ 1 parrilla de calentamiento
✓ 1 vaso de precipitado de 150 mL ✓ 1 gradilla metálica
✓ 1 pipeta graduada de 5 mL ✓ 4 goteros
✓ 1 vaso de precipitado de 250 mL ✓ 1 cronometro
✓ 1 agitador de vidrio ✓ 1 conductímetro (foquímetro)
✓ 12 tubos de ensaye de 13x100
mm
REACTIVOS
✓ Disolución de cloruro de hierro ✓ Disolución de sulfato sódico
(III) 2.0 M, FeCl3 0.5 M, Na2SO4
✓ Sol de sulfuro de cobre, CuS ✓ Disolución de gelatina al 2 %
✓ Sol de hierro, FeO3 ✓ Etanol, CH3CH2OH
✓ Disolución de cloruro de sodio ✓ Azúcar (sacarosa), C12H22O11
0.5 M, NaCl ✓ Agua desionizada, H2O
✓ Disolución cloruro de bario ✓ Tiras de papel pH
0.5 M, BaCl2
TÉCNICA
I. Obtención del coloide de hidróxido férrico, Fe(OH)3, por hidrólisis de la sal cloruro
férrico, FeCl3.
1. Medir 25 mL de agua desionizada de pH conocido, en
un vaso de precipitados de 100 mL. Determinar si
conduce la electricidad y calentar hasta ebullición.
Retirar el vaso de la fuente de calentamiento.
2. Adicionar al agua caliente 1 mL de FeCl3 2M, gota a
gota y con agitación constante.
3. Poner a calentar la disolución obtenida y dejarla
hervir durante 1 ó 2 minutos. Observar y registrar los
cambios de coloración.
4. Dejar enfriar el sol hasta temperatura ambiente y
mide el pH y la conductividad.
5. Almacena el coloide obtenido en un recipiente
tapado para experimentos posteriores.
TUBO CONTENIDO
1 3 mL de agua destilada
2 3 mL de agua destilada + una pizca de sacarosa
3 3 mL de gelatina al 2 %
4 3 mL de agua destilada + 5 gotas de etanol
5 3 mL de sol de hierro
2. Observa el efecto Tyndall, haciendo incidir un haz de luz intenso a través de la solución
de cada uno de los tubos.
OBSERVACIONES
Tabla 2. Resultados de la preparación del coloide hidróxido férrico o hidróxido de hierro (III), Fe(OH) 3. Se
identificó lo siguiente:
Tubo 1
Tubo 2 Tubo 3 Tubo 4 Tubo 5 Tubo 6
(control)
Sol 3 gotas gelatina
1 gota 1 gota 1 gota Combinar
Control 2% + 1 gota
NaCl 0.5M BaCl2 0.5M Na2SO4 0.5M ambos soles
electrolito
Fe(OH)3 - X X SÍ Cambio de La coagulación
coloración, a sucedió de
CuS - X SÍ X naranja pálido manera parcial
Según los resultados anteriores, el ion más efectivo para causar la coagulación del sol
de hidróxido férrico es el anión sulfato, SO42-. Mientras que para la coagulación del sulfuro
cúprico (CuS) el ion más efectivo es el catión bario, Ba2+. Esto se concluye a partir del
hecho de que al agregar la disolución de cloruro de sodio, NaCl, ninguno de los dos coloides
coaguló, por lo que ni los iones sodio Na+, ni los iones cloruro Cl-, están implicados en este
proceso. Asimismo, a partir de estas observaciones, se concluye que la carga del sol de
hierro es positiva, y el del sol sulfuro cúprico es negativa. También, se apreció que en el
tubo 6 de ambos soles, la gelatina al 2% inhibió parcialmente su coagulación debido a un
efecto protector que mantuvo la existencia de atracciones electrostáticas en el coloide.
Se considera que los coloides más importantes son aquellos en los que el medio
dispersor es agua. Es común referirse a tales coloides como hidrofílicos o hidrofóbicos.
Los últimos sólo se pueden preparar en agua si se estabilizan de alguna forma; de lo
contrario, su natural falta de afinidad por el agua hace que se separen de ella. Dicha
estabilización puede ocurrir mediante adsorción de iones en su superficie, (adsorción se
refiere a la adherencia a una superficie), los cuales pueden interactuar con el agua y así
estabilizar el coloide. Al mismo tiempo, la repulsión mutua entre partículas coloidales con
iones adsorbidos que tienen la misma carga evita que las partículas choquen y se hagan
más grandes.1
CONCLUSIONES
En esta práctica se logró preparar el coloide hidróxido férrico por hidrólisis de la sal
cloruro férrico, e identificarlo como hidrofóbico con carga positiva. También se logró
estudiar la estabilidad de las dispersiones coloidales (sol férrico y sol de azufre) con
electrolitos, determinando qué iones causan su coagulación. Por último, se logró distinguir
entre disoluciones verdaderas y coloides, aprovechando el efecto Tyndall.
REFERENCIAS