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Fecha de entrega:

Jueves 17 de mayo de 2018


INTRODUCCIÓN

Las mezclas que no son uniformes en todos sus puntos son heterogéneas. En estas
mezclas se observan dos o más componentes; en este caso, a los componentes que se
pueden diferenciar se les conoce como fases. Al componente de mayor proporción se le
conoce como fase dispersante y al de menor proporción como fase dispersa. Dentro de
este tipo de mezclas, los coloides son dispersiones en las cuales las partículas dispersas
son mayores que los iones o moléculas del soluto en una disolución verdadera, y más
pequeñas que las partículas de una suspensión.

El término coloides (del griego kolla, que significa pegamento) fue acuñado por Thomas
Graham (1805–1869) en 1862 para describir las primeras suspensiones de que se tenga
conocimiento en el mundo científico: las nanopartículas de cloruro de plata, elaboradas
por Francesco Fermi (1817–1881) en 1845, a partir de la coprecipitación de cloruro de
sodio en presencia de nitrato de plata. Para finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX,
nuevos sistemas coloidales surgieron, entre ellos las emulsiones para fotografía (1874), los
geles (1877), los aerosoles (1899) y los surfactantes sintéticos (1916). Igualmente, en este
lapso los coloides capturaron la atención de numerosos científicos por sus inusuales
características. Es así como John Tyndall (1820–1893) demostró la polarización de la luz
al interactuar con partículas coloidales; Albert Einstein (1879–1955) propuso las
ecuaciones para describir el Movimiento Browniano de las partículas coloidales; Louis Gouy
en 1910 y David Chapman en 1913 elaboraron la teoría de repulsión de cargas en
superficies, complementada posteriormente por Stern en 1926; H.C. Hamaker en 1937
propuso una teoría de fuerzas de van der Waals para la interacción entre superficies. En
1941, Boris Derjaguin y Lev Landau plantearon la teoría de estabilidad coloidal para
sistemas estabilizados electrostáticamente, teoría que fue mejorada en 1948 por Evert
Verwey y Theo Overveek y conocida actualmente como teoría DLVO en reconocimiento a
sus cuatro gestores.

Sistemas como las emulsiones, las suspensiones, los geles y los aerosoles son sistemas
coloidales. Por lo tanto, deben existir unas características fisicoquímicas comunes entre
ellos que permitan su clasificación como coloides. Si se considera que un coloide es un
sistema heterogéneo (formado por al menos dos sustancias inmiscibles), donde una
sustancia se dispersa en la otra en forma de entidades con tamaños en el rango de 1 nm
(1x10-9 m) a 1 µm (1x10 -6 m), es posible explicar la clasificación de las emulsiones, las
suspensiones, los geles y los aerosoles como sistemas coloidales. En el caso de las
emulsiones, se tienen gotas de aceite dispersas en una fase acuosa; las suspensiones son
partículas sólidas dispersas en una fase líquida; los geles son macromoléculas
interconectadas formando una red tridimensional solvatada por otra fase continua;
finalmente, los aerosoles
son partículas sólidas o
líquidas dispersas en una
fase gaseosa. Otros tipos de
coloides son las micelas
generadas a partir de la
agregación de moléculas de
surfactantes, y la espuma
donde se incorporan
burbujas de un gas en una
fase líquida o sólida.
Tabla 1. Tipos de coloides (Brown, 2004, p. 512).
OBJETIVOS

✓ Preparar un coloide por hidrólisis de una sal.


✓ Identificar el tipo de coloide obtenido (carga positiva o negativa).
✓ Estudiar la estabilidad de las dispersiones coloidales con electrólitos.
✓ Distinguir entre disoluciones verdaderas y coloides, aprovechando el
efecto Tyndall.

MATERIAL
✓ 1 probeta graduada de 50 mL ✓ 1 parrilla de calentamiento
✓ 1 vaso de precipitado de 150 mL ✓ 1 gradilla metálica
✓ 1 pipeta graduada de 5 mL ✓ 4 goteros
✓ 1 vaso de precipitado de 250 mL ✓ 1 cronometro
✓ 1 agitador de vidrio ✓ 1 conductímetro (foquímetro)
✓ 12 tubos de ensaye de 13x100
mm

REACTIVOS
✓ Disolución de cloruro de hierro ✓ Disolución de sulfato sódico
(III) 2.0 M, FeCl3 0.5 M, Na2SO4
✓ Sol de sulfuro de cobre, CuS ✓ Disolución de gelatina al 2 %
✓ Sol de hierro, FeO3 ✓ Etanol, CH3CH2OH
✓ Disolución de cloruro de sodio ✓ Azúcar (sacarosa), C12H22O11
0.5 M, NaCl ✓ Agua desionizada, H2O
✓ Disolución cloruro de bario ✓ Tiras de papel pH
0.5 M, BaCl2

TÉCNICA

I. Obtención del coloide de hidróxido férrico, Fe(OH)3, por hidrólisis de la sal cloruro
férrico, FeCl3.
1. Medir 25 mL de agua desionizada de pH conocido, en
un vaso de precipitados de 100 mL. Determinar si
conduce la electricidad y calentar hasta ebullición.
Retirar el vaso de la fuente de calentamiento.
2. Adicionar al agua caliente 1 mL de FeCl3 2M, gota a
gota y con agitación constante.
3. Poner a calentar la disolución obtenida y dejarla
hervir durante 1 ó 2 minutos. Observar y registrar los
cambios de coloración.
4. Dejar enfriar el sol hasta temperatura ambiente y
mide el pH y la conductividad.
5. Almacena el coloide obtenido en un recipiente
tapado para experimentos posteriores.

II. Estabilidad de coloides Figura 1. Prueba positiva de conducción


1. Colocar en 6 tubos de ensaye 2.5 mL de sol de hierro. de electricidad en el coloide preparado.
2. Poner 2.5 mL de sol de sulfuro de cobre en otros 6
tubos de ensaye.
3. Acomodar los tubos en 6 pares, un tubo de cada disolución por par.
4. Dejar el primer par de tubos como controles para la comparación.
5. A cada tubo del segundo par, adicionar 1 gota de NaCl 0.5 M. Tapar los tubos, sacudirlos
enérgicamente, dejar reposar y registrar observaciones.
6. A cada tubo del tercer par, adicionar 1 gota de BaCl2 0.5 M. Tapar los tubos, sacudirlos
enérgicamente, dejar reposar y registrar observaciones.
7. A cada tubo del cuarto par, adicionar 1 gota de Na2SO4 0.5 M. Tapar los tubos, sacudirlos
enérgicamente, dejar reposar y registrar observaciones.
8. Tomar el quinto par de tubos y vaciar el contenido de un tubo en el otro, para mezclar
ambas soluciones. Tapar el tubo, sacudir enérgicamente, dejar reposar y registrar
observaciones.
9. A cada tubo del sexto par, adicionar 3 gotas de solución de gelatina al 2%. Mezclar bien.
Añadir al tubo que contiene el sol de hierro, 1 gota de la solución de electrólito que
previamente causo su coagulación. Al tubo con el sol de sulfuro de cobre, agregar 1 gota
del electrólito que lo coaguló. Observar y registrar los resultados.

III. Efecto Tyndall


1. Etiqueta los tubos de ensaye en la parte superior, del 1 al 5, y llénalos de la siguiente
forma:

TUBO CONTENIDO
1 3 mL de agua destilada
2 3 mL de agua destilada + una pizca de sacarosa
3 3 mL de gelatina al 2 %
4 3 mL de agua destilada + 5 gotas de etanol
5 3 mL de sol de hierro

2. Observa el efecto Tyndall, haciendo incidir un haz de luz intenso a través de la solución
de cada uno de los tubos.

OBSERVACIONES

Tabla 2. Resultados de la preparación del coloide hidróxido férrico o hidróxido de hierro (III), Fe(OH) 3. Se
identificó lo siguiente:

25 mL de agua desionizada Coloide Fe2O3


pH 7 (neutro) 0 (ácido)
Conducción de
No condujo la electricidad Sí condujo la electricidad
electricidad

Fase dispersa Fase dispersante Nombre del coloide


Cloruro férrico Agua desionizada Hidróxido férrico
Se observaron un cambio de coloración al agregar la disolución de cloruro férrico, FeCl3,
al agua hirviendo; se adquirió un tono rojo parduzco. Por otro lado, considerando que el
proceso de hidrólisis es reversible y que una parte del cloruro férrico queda en la
disolución, los iones que se adsorben en la superficie de la partícula coloidal del hidróxido
férrico son el ion hierro (III), Fe3+, y los protones resultantes de la formación de ácido
clorhídrico, HCl, los cuales se encuentran disociados al ser éste un electrolito fuerte. De
acuerdo con lo anterior, el resultado es que la partícula coloidal del Fe(OH)3 adquiere una
carga positiva, que también le brinda estabilización.

Tabla 3. Resultados de la estabilidad de coloides.

Tubo 1
Tubo 2 Tubo 3 Tubo 4 Tubo 5 Tubo 6
(control)
Sol 3 gotas gelatina
1 gota 1 gota 1 gota Combinar
Control 2% + 1 gota
NaCl 0.5M BaCl2 0.5M Na2SO4 0.5M ambos soles
electrolito
Fe(OH)3 - X X SÍ Cambio de La coagulación
coloración, a sucedió de
CuS - X SÍ X naranja pálido manera parcial

Según los resultados anteriores, el ion más efectivo para causar la coagulación del sol
de hidróxido férrico es el anión sulfato, SO42-. Mientras que para la coagulación del sulfuro
cúprico (CuS) el ion más efectivo es el catión bario, Ba2+. Esto se concluye a partir del
hecho de que al agregar la disolución de cloruro de sodio, NaCl, ninguno de los dos coloides
coaguló, por lo que ni los iones sodio Na+, ni los iones cloruro Cl-, están implicados en este
proceso. Asimismo, a partir de estas observaciones, se concluye que la carga del sol de
hierro es positiva, y el del sol sulfuro cúprico es negativa. También, se apreció que en el
tubo 6 de ambos soles, la gelatina al 2% inhibió parcialmente su coagulación debido a un
efecto protector que mantuvo la existencia de atracciones electrostáticas en el coloide.

Tabla 4. Resultados de la prueba del Efecto Tyndall.

TUBO TRANSPARENCIA EFECTO TYNDALL

1 (agua) Transparente: es una -


disolución verdadera
2 (agua + sacarosa) Transparente: disolución -
verdadera
3 (gelatina) - Presente: es un coloide
sí dispersa la luz
4 (agua + etanol) Transparente: disolución -
verdadera
5 (Fe2O3) - Presente: es un coloide
sí dispersa la luz

En cuando a la intensidad del efecto Tyndall observado, no se logró distinguir una


diferencia entre el caso de la gelatina y el sol de hierro.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el primer experimento se formó un coloide de color rojo sangre cuando se agregó el
cloruro férrico, FeCl3, al agua en ebullición a través de una reacción de hidrólisis, ya que
ésta se favorece con el aumento de la temperatura. Este es un coloide gelatinoso de difícil
filtración, que se usa como coagulante cuando se tratan aguas de tipo residual con fines
de potabilización. Las ecuaciones molecular e iónica de la reacción de hidrólisis del FeCl3
que se desarrolla en las condiciones dadas hasta la formación del hidróxido férrico son:
FeCl3(ac) + 3H2O(l)  Fe(OH)3(s) + 3HCl(ac); 2FeCl3(ac) + 3H2O(l) + calor  Fe2O3 + 6HCl

2Fe3+(ac) + 3H2O(l)  Fe2O3(c) +6H+(ac)

Esto se debe a que químicamente las disoluciones férricas se preparan disolviendo un


compuesto de hierro (III), que en este caso fue el cloruro férrico, y se acidulan para evitar
la precipitación con un ácido en función de su aplicación, normalmente con el ácido del
anión de la sal, es decir, el ácido clorhídrico, HCl. Cuando el FeCl3 se disuelve en agua,
no tiene el comportamiento esperado, pues debería pasar a precipitarse formando un
Fe(OH)3, que sería insoluble; sin embargo, su comportamiento es distinto, pues conforma
una disolución coloidal del compuesto en cuestión, la cual tiene ese típico color rojo pardo
que poseen todas las sales en disolución de hierro III.

Se considera que los coloides más importantes son aquellos en los que el medio
dispersor es agua. Es común referirse a tales coloides como hidrofílicos o hidrofóbicos.
Los últimos sólo se pueden preparar en agua si se estabilizan de alguna forma; de lo
contrario, su natural falta de afinidad por el agua hace que se separen de ella. Dicha
estabilización puede ocurrir mediante adsorción de iones en su superficie, (adsorción se
refiere a la adherencia a una superficie), los cuales pueden interactuar con el agua y así
estabilizar el coloide. Al mismo tiempo, la repulsión mutua entre partículas coloidales con
iones adsorbidos que tienen la misma carga evita que las partículas choquen y se hagan
más grandes.1

Un sol hidrofóbico se suele formar cuando un


sólido cristaliza de forma rápida a partir de una
reacción química (método de condensación) o
una disolución sobresaturada. Cuando la
cristalización ocurre muy rápido, muchos
centros de cristalización (llamados núcleos) se
forman al mismo tiempo. Los iones son atraídos
a estos núcleos y se forman cristales muy
Figura 2. Ilustración esquemática de la estabilización pequeños. Éstos no sedimentan por el
de un coloide hidrofóbico en agua por iones movimiento térmico aleatorio de las moléculas
adsorbidos. En este caso, los iones adsorbidos son del disolvente (el agua constituyó la fase
negativos y esa es la carga de la partícula coloidal. dispersante) y continúan agitándose. Como se
mencionó líneas arriba, se podría esperar que
estos cristales muy pequeños se agregaran para formar cristales más grandes porque la
agregación pondría en contacto iones con cargas opuestas. Sin embargo, la formación de
un sol parece suceder cuando cada uno de los pequeños cristales tiene una preponderancia
de un tipo de carga en su superficie. Por ejemplo, el hidróxido férrico forma un coloide
porque un exceso de iones hierro III (Fe3+) y H+ está presente en la superficie dando a cada
cristal un exceso de carga positiva. Estos cristales con cargas positivas se repelen
mutuamente, así que no se agregan para formar partículas más grandes.
Por otro lado, es común tener que eliminar partículas
coloidales de un medio dispersor. Dado que las
partículas coloidales son muy pequeñas, no se les puede
separar por filtración simple. Las partículas coloidales
deben agrandarse mediante un proceso llamado
coagulación. Las partículas más grandes así obtenidas
se pueden separar por filtración o dejando que se
asienten para separarse del medio dispersor. La adición
de electrólitos puede provocar la coagulación porque
neutraliza las cargas superficiales de las partículas y
elimina las repulsiones electrostáticas que inhiben su
aglomeración.

Figura 3. Sol de hidróxido férrico, La agregación de un sol de hidróxido férrico se pude


Fe(OH)3. Al tubo 4 se le adicionó Na2SO4 propiciar si se añade una disolución iónica, en especial
causando la agregación de las partículas si la disolución contiene aniones con cargas múltiples
coloidales. (como los iones fosfato, PO43-). La coagulación es el
proceso por el cual la fase dispersa de un coloide se
agrega y, por lo tanto, se separa de la fase continua.
Una capa de aniones se acumula alrededor de una
partícula coloidal de Fe(OH)3 con carga positiva. El
espesor de la capa está determinado por la carga de los
aniones; entre mayor sea la magnitud de la carga
negativa, más delgada será. Al contrario de lo que
sucede con los iones cloruro, los iones fosfato se
acumulan de manera más cercana en las partículas
coloidales con carga positiva. Si la capa de iones es más
delgada y queda cerca de la partícula coloidal, la carga
global de la partícula se neutraliza de manera efectiva.
En este caso, dos partículas coloidales pueden
aproximarse lo suficiente y agregarse. Esto fundamenta
la coagulación del sol de hierro (III) y del sol de sulfuro
cúprico, CuS, al añadir los iones sulfato (SO42-, que tiene
una carga negativa doble y funciona de manera similar
Figura 4. Sol de sulfuro cúprico (CuS). Al al fosfato explicado líneas arriba) y los iones bario, Ba2
tubo de en medio se le añadió BaCl2 y (el cual también tiene una carga múltiple, sólo que de
provocó la coagulación del coloide. signo positivo), pues las partículas coloidales de azufre
tienen carga negativa debido a que en su superficie hay,
además de otros iones, iones tiosulfato, S2O32-.2

Figura 5. Capas de iones alrededor de partículas


coloidales cargadas. A) Una partícula coloidal con
carga positiva de hidróxido de hierro (III) está rodeada
por iones cloruro. B) La misma partícula coloidal
rodeada por iones fosfato. Debido a que estos iones se
acumulan más cerca de las partículas coloidales, es
más probable que ocurra la coagulación.
Finalmente, se sabe que una forma de distinguir una disolución verdadera de un coloide
es mediante el efecto Tyndall: cuando un rayo de luz pasa a través de un coloide, es
dispersado por el medio. Por consiguiente, la mayor parte de estos sistemas tiene aspecto
turbio u opaco, a menos que estén muy diluidos. La dispersión de la luz no se observa con
las disoluciones comunes porque las moléculas del soluto son demasiado pequeñas para
interactuar con la luz visible.3 Esto explica lo observado en la Tabla 4, permitiendo
identificar a las mezclas de agua con etanol y agua con sacarosa como disoluciones
verdaderas, caso contrario a la gelatina y al sol de hierro (III).

CONCLUSIONES

En esta práctica se logró preparar el coloide hidróxido férrico por hidrólisis de la sal
cloruro férrico, e identificarlo como hidrofóbico con carga positiva. También se logró
estudiar la estabilidad de las dispersiones coloidales (sol férrico y sol de azufre) con
electrolitos, determinando qué iones causan su coagulación. Por último, se logró distinguir
entre disoluciones verdaderas y coloides, aprovechando el efecto Tyndall.

REFERENCIAS

(1) Brown, T. (2004). Química, la ciencia central. Págs. 511-520.


(2) Ebbing, D. (2010). Química general. México: Cengage Learning. Pág. 510-512.
(3) Chang, R. (2010). Química. México. McGraw-Hill. Págs. 542-545

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