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LOS HONORES.

Finalmente nos encontramos escaleras abajo del portón que daba a su casa, hacia un rato que no

decíamos palabra ella, según yo, debía estar absorta en sus pensamientos respecto al día que

seguía, yo por otro lado me encontraba en la pugna común de lo que siempre hago, de lo callo, de lo

que me gustaría hacer, apretaba los dientes airado por ser socialmente correcto todo el tiempo que

estuve con ella, mientras internamente siempre tuve que contener mi reacción a sus desplantes,

fingir tolerar a los suyos, sonreír sin medidas, el estrés de escoger las palabras, no sentí sin

embargo que de alguna forma fui en algún punto alguien más o qué fingí serlo, solamente se me

hizo difícil escoger y resistir mantener las formas socialmente correctas filtrando facetas de mi

verdadero carácter, quizás con un fin no tan claro, y una vez frente a los peldaños, todo esto parecía

estallar, por eso no me atrevía a hablar quizás lograría hacer todo peor si lo hacía, dando por hecho

eso solo callé.

Luego de estar pocos minutos uno al lado del otro frente a las escaleras, ella rompió el ritmo se

adelantó y subió el primer escalón, se dio vuelta y se quedó mirándome fijamente mientras dijo la

frase incompleta “bueno eso es tod…” repentinamente la interrumpí, no tenía palabras que decir, ni

quería hablar más, hasta la mitad de ese día todo lo que pude haber dicho lo dije sin mucho

resultado, en ese punto quería conseguir algo más y dejando que se marchara sin mas no lo

conseguiría, súbitamente metí la mano dentro de su falda mientras ella aun hablaba, para

encontrarla brutalmente húmeda, me detuve un momento al sentir que su respiración se agitaba,

para luego investigar más a fondo su humedad, no sería algo que hubiese hecho en cualquier otra

ocasión, no, pero dado el horizonte eventos me fue preferible hacer algo que dejar que todo se fuera

sin más por la borda; poco después de tocar más a fondo dentro de sus bragas, me tomó de los
hombros se acercó un poco y con voz entre cortada suavemente me dijo “¿harías los honores?”, no

pude evitar reír. Poco después estábamos besándonos en un taxi que nos llevaría al motel más

cercano, recuerdo comer un papel y darle uno a ella, luego de un rato mi percepción del tiempo

cambió tampoco es que me importara mucho cuanto me tomaba lo que estaría a punto de pasar.

Entramos a la habitación cerrando la puerta tras nosotros, ella se tendió rápidamente en la capa

mientras yo colocaba la playlist y activaba el speaker, mientras me quitaba la playera no podía retirar

los ojos de ella, que mientras yo caminaba hacia la cama, se iba retiraba todo el lastre, una vez

estuve en la cama me acerque a ella que se había dispuesto cerca al borde con los pies rodillas para

abajo por fuera de la cama, me acerqué y me puso sobre ella a poca distancia de sus labios podía

sentir su aliento, recuerdo cuanto me gustaba, al tiempo que empecé a recorrerla con la nariz

empezando por su frente (debo reconocer que emulando un poco a Jean Baptiste Grenouille),

sonaba “love song” cantada por 311 me tomé mi tiempo y ella parecía disfrutarlo, besé su cuello, sus

senos su abdomen, bajé lentamente como siguiendo el camino que sus pecas me indicaban, al

llegar a su braga inhalé fuertemente y luego me dirigí a su muslo el cual mordí con ansias, contrario

al dolor que debió suponer ella solo abrió más sus piernas, mientras la miraba terminaba de

desnudarme, ella dibujó una semi sonrisa y mordió su labio inferior acción que tomé como suficiente

invitación, hice a un lado sus bragas tomé mi miembro lo acerqué a su vagina y me acerqué una vez

más a su rostro para besarla y sin más preámbulos mientras la besaba empujé casi todo mi miembro

dentro de ella, ella, jadeando como un pequeño venado herido y tirando de las sabanas, espere un

momento para seguir embistiendo y me perdí en el momento mientras escuchaba sus gemidos

ignorando lo que fuese que ella intentara decir, igual no fue una negativa puesto que cerró sus

piernas alrededor de mí de manera que yo seguí sin perder el ritmo hasta acabar.
Acabé dentro, tenía sudor en los ojos y parte de él se escurría hasta ella, me tumbé a su lado y ella

me tomó de la mano, la besó y me dijo “parece que esto es lo que más querías, me has sacudido el

mundo, parece que el tuyo también de movió”, claro que sí, mi mundo era ella, lo había sido los

últimos meses, era todo lo que quería peor de cierto modo las cosas nunca salieron como yo quise,

citas aplazadas, excusas ciertas o no siempre nublaron la relación, aunque yo permanecí en

contacto, motivado tal vez por alguna fuerza que nunca comprendí del todo pero en ese momento,

tumbado al lado de la cama con ella y con el LSD en su pico, creí era amor, ella era hermosa más

allá de lo que mis ojos veían, su olor, su voz hablando de cosas con entusiasmo, que como siempre

yo ignoraba pero pretendía entender, si, ella era mi mundo, pero los tiquetes estaban ya comprados,

a la mañana siguiente volaría a estudiar a otro lugar con promesas de mantener el contacto, pero yo

ya sabía que eso significaba el final, otra gente, otra vida, mi ímpetu, sumado a la distancia de varios

países un océano y otros países mas, dictaban que así seria, pero yo era un sobreviviente si mi

mundo se acaba, haría otro así significara vivir como si el primero nunca hubiese existido. No

terminamos la faena allí, seguimos follando como si no hubiese un mañana u otra ocasión, porque

de hecho no la habría, ensayamos posturas, nos besamos, nos mordimos, garchamos en la

extensión de la palabra follar, y al final hicimos el amor, me pregunto si esa noche quedaría tatuada

en ella como lo quedó en mí, al finalizar y ya escaleras arriba en el portón, y quizás temiendo lo

obvio, que todo acabaría tal cual esa noche, ella me abrazó y me dijo que no quería viajar, que

podría quedarse y que así tendríamos más noches como esa, pero no, siempre estuve muy hecho a

las formas sociales correctas, o quizás no me gustaba la idea que sus planes se arruinaran por mi

(yo nunca permitiría que alguien hiciera eso por mis propios planes), y le dije que estaba bien si se

iba, puesto que eso era su sueño, parte de ella y parte de quien yo quería, y así fue la vi perderse

hacia su casa, su espalda, su vestido de flores es lo último que recuerdo en persona de ella.
Efectivamente al día siguiente viajó, y en resumen luego de varios años ya no podría decir cuánto

tiempo llevaba sin saber de ella, viví todo lo que pude, de acuerdo a mi ley, quizás como

consecuencia de esa noche dejé de ser socialmente correcto, intenté sincronizar mis deseos

internos con mis palabras, siendo egoísta y buscando solo mi realización, logré muchas cosas,

viajes, posesiones y crímenes, amor y desamor, follé todo lo en mi camino follable, y bebí hasta

embriagarme tantas veces como la situación lo ameritase, mas nunca volví a hacer el amor, ni me

perdí en el tiempo, pero todo esto lo hice sin el mínimo reparo o cargo de conciencia, pero aquí

estoy postrado finalmente en una cama a poco tiempo de morir y para mí y para ella donde quiera

que esté solo puedo decir: Gracias, hacerme los honores de tatuarte en mi como lo haz hecho.

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