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con vida) y las lesiones post-mortem (las que se producen cuando una persona ya ha
fallecido) es una de las funciones que realiza el médico forense, y tiene una gran relevancia
a nivel médico-legal.
La respuesta a la lesión
Cuando un organismo vivo sufre cualquier tipo de daño o lesión en su estructura, bien por
una agresión, bien por cualquier otro motivo, se van a producir una serie de cambios y
procesos de carácter vital que ya sea localmente o a distancia van a constituir un mecanismo
reactivo y secundario a dicho daño. Estos cambios no tienen otra finalidad que la de
restaurar la estructura dañada y, por lo tanto, su función para volver al estado inicial
Lesiones postmortales
Lesiones postmortales de causa accidental
Lesiones que fueron producidas por un mecanismo fortuito sin intencionalidad criminal. Se
pueden clasificar en
Son aquellas lesiones en cuyo origen interviene la intencionalidad de una o varias personas
sin mediar ninguna causa de tipo accidental o fortuito. Estas se clasifican en:
Examen macroscópico
El examen macróscopico (esquema de Saulle) se basa en la exploración, inspección y
observación de la herida o lesión por el médico forense.
Hemorragias
En las lesiones vitales existe hemorragia abundante con infiltrados hemorrágicos en los
tejidos lesionados. La hemorragia puede ser externa o interna. Hay que tener en cuenta que
las heridas punzantes, por arrancamiento o en las que se produce shock hipovolémico, las
hemorragias pueden ser muy poco intensas o no existir. Las zonas declives pueden sangrar
por lesión postmórtem al estar la sangre remansada de forma pasiva en esa zona.
En las lesiones postmortales no existe hemorragia arterial ni venosa, así como tampoco
infiltrados hemorrágicos en los tejidos.
Sangre coagulada
Labios de la herida
Cuando la lesión es de carácter vital, los labios de la herida están separados por retracción
vital de la dermis o de tejidos subyacentes, engrosados y endurecidos. Posteriormente,
existe exudación de linfa y supuración. Estos signos son directamente proporcionales a la
vitalidad de dicha herida. En cambio, en las lesiones postmortales los labios de la herida son
blandos, no están engrosados, ni separados. No hay linfa ni supuración