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La Criatura de Frankenstein y la lucha

por el reconocimiento
ANAHARDISSON RUMEU
(lES Anaga, Sta. Cruz de Tenerife)

RESUMEN. Este texto de Mary Shelley ABSTRACT. This text of Mary Shelley
permite la posibilidad de considerar el per" permits the possibility of considering the
sonaje de la «Criatura» desde la perspec- character of the «Creature» from the Axel
tiva de la Ética del reconocimiento, de Axel Honneth's perspective of the Ethics of
Honneth. Desde este punto de vista, la car" reconnaissance. From this point of view,
ga dramática de esta novela gira en torno the dramatic sense of this novel moves
al problema de la identidad. La condición round identity's problem. The essential
imprescindible para construir la identidad condition to build identity is the recogni"
es el reconocimiento por parte del otro. tion from each to other. That i8 why iden-
Por eso la identidad no se puede adquirir tity can not be obtain in the sense of soli-
en el plano subjetivo de la conciencia soli" tarious consciousness, but requires of
taria, sino que precisa de la intersubjeti- intersubjetivity. The Creature becomes
vidad. La criatura se ve privada de reco" deprived of recognition, even by Frankens"
nocimiento, incluso por parte de Frankens" tein who has created him. This Creature
tein, que lo ha engendrado. Esa privación, becomes perverse because this privation,
al negarle el derecho más elemental del when the most elemental right of human
ser humano, que es ser alguien y tener una being so as being someone and having an
identidad, lo vuelve perverso. Su maldad identity, is denied to him. His wickedness
es el efecto secundario de la marginación is the secondary effect of exclusion and
y el sufrimiento. suffering.

La novela de Mary Shelley Frankenstein en el personaje de la Criatura, ese oscuro


suele interpretarse como una novela góti" sujeto sin nombre, aparentemente gris y
ca, propia del Romanticismo, que crea la seguilélón, pero que, desde una nueva pers"
imagen del nuevo Prometeo. Actualmente, pectiva, podría propiciar un análisis que
la investigación científico-técnica y las lo sitúe más allá de ser un instrumento
posibilidades abiertas por la ingeniería para subrayar las peripecias del DI. Fran-
genética son las claves de este renovado kenstein. Vaya proponer que imaginemos
mito 1. Sin duda esa crítica y esa llamada que la Criatura es el personaje verdade-
de atención ante los riesgos de una tec- ramente protagonista de esta historia.
nología desbocada, sin principios éticos Desde este punto de mira, esta novela
que la dirijan, constituyen una aportación ya no es principalmente una novela de
fundamental de esta novela. Sin embargo, terror, con paisajes siniestros y castillos
me gustaría proponer una segunda lectura tenebrosos, que los tiene, sino que ahora
que, sin descalificar ésta que hemos citado, se nos muestra en una nueva dimensión.
pudiera ampliar las perspectivas de su Se trata de un relato que plantea el pro"
interpretación. Se trata de poner el acento blema de la identidad humana y de la nece"

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NOTAS Y DISCUSIONES

sidad de ser reconocido por los otros. El el afecto y la aceptación de los otros, a
drama que nos presenta esta historiase los que considera sus semejantes, siente
desarrolla más en la lucha interior de la una gran admiración por los seres humanos
Criatura que en los horrores externos que a los que desea ayudar. Quiere vivir con
se narran. Para ejemplificar esto, empezaré ellos integrado como uno más. Pero cada
por hacer una referencia al argumento. vez que intenta acercarse todos salen
En esta obra un marino, Robert Walton, corriendo despavoridos o le atacan y le
le escribe a su hermana una historia que maltratan con el pretexto de que temen
le ha contado un científico, llamado Victor que sea peligroso.
Frankenstein, acerca de la creación de un Entonces aprende a vivir sin ser visto
monstruoso ser, que ha sembrado toda su escondiéndose de los humanos, pero
vida de horror y sufrimiento, a su vez, el observándolos para aprender de ellos. Tie-
personaje sin nombre, La Criatura, tendrá ne una enorme curiosidad y deseos de
ocasión de hablar por sí misma, a la muerte saber, de forma autodidacta aprende las
de Frankenstein, su creador. costumbres y el lenguaje, pero no le sirven
Victor Frankenstein, joven estudiante de mucho porque sólo inspira temor. Ante
de ciencias naturales, fascinado por la quí- esta situación de soledad y sufrimiento
mica y los experimentos de electricidad, insoportables decide ir a ver a su creador,
así como por las recientes teorías del ori- a su padre, para pedirle que le proporcione
gen de la vida, concibe el sueño de crear una compañera. Necesita alguien con
una nueva especie de hombres más her- quien compartir la vida, alguien que le
mosos y armónicos que los existentes, quie- reconozca como a un igual y que pueda
nes le reconocerán como a su padre y hace- amarle. Comprensión y afecto son requi-
dor y pasará por ello a la posteridad. sitos imprescindibles para poder tener una
Durante dos años se entrega día y noche vida buena.
a sus investigaciones y experimentos jun- Frankenstein, en un principio, parece
tando fragmentos de cadáveres, elegidos entender el drama de su criatura y acepta
por su hermosura, para fabricar a la nueva compadecido por la inmensa soledad de
Criatura. Por fin culmina el proceso y la la Criatura que él ha creado, pero que no
Criatura cobra vida. Pero desde que ésta ha reconocido como obra suya, sino que
abre sus vidriosos ojos amarillentos Fran- ha abandonado sin ni siquiera haberle
kenstein desarrolla un tremendo rechazo dado un nombre. Pero a la hora de la ver-
dad se niega a darle una compañera, a
por su «hijo» que le produce horror. El
repetir el proceso de la creación, argumen-
ser que acaba de crear le parece mons-
tando que no tiene la seguridad de que
truoso. Espantado abandona a su criatura
ese nuevo ser no resulte una criatura per-
sin darle ni oportunidad ni tiempo de
versa que pudiera poner en peligro la inte-
manifestarse. Sin transmitirle ningún afec-
gridad de los humanos, a los que se siente
to paternal, sin intentar enseñarle ningún
en el deber de proteger.
rasgo de su cultura O de sus creencias. Sim" Así pues, este ser condenado al ostra-
plemente, huye y la deja abandonada a su cismo por su creador, a quien se le ha nega-
suerte. do todo derecho, incluso el más elemental
La Criatura se verá obligada a sobrevivir de la identidad humana que es el poseer
sola, por sus propios medios. Este ser de un nombre, al sentirse irremediablemente
apariencia diferente, por lo que es con- condenado a la soledad, promete ven-
siderado monstruoso, deberá vivir escon- ganza:
dido de la mirada de los hombres, a quie-
nes atemoriza sin pretenderlo y sin com- «Me vengaré de mis sufrimientos, si no puedo
prender por qué. Ella desea la compañía, inspirar amor, desencadenaré el miedo; y espe-

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cia/mente a ti, mi supremo enemigo, por ser mi intersubjetiva en la que el deseo de ser
creador, te juro odio eterno» 2. reconocido por otro es imprescindible para
poder acceder a la autoconciencia. Esto
A partir de este momento, después de lleva a los hombres a poner en riesgo su
haber intentado por todos los medios que vida enfrentándose a una lucha a muerte.
su creador le concediese una compañera Como resultado de esa lucha el más débil
con razonamientos que apelaban a la jus- devendrá esclavo del otro. Es así como
ticia y que hubieran conmovido al ser más comienza la desigualdad entre los hombres
insensible, palabras llenas de sensatez y que quedarán divididos en dos categorías:
sentimiento como: «Yo era bueno y cari- amo y esclavo. Habermas retomará la veta
ñoso; el sufrimiento me ha envilecido. hegeliana del recOnocimiento 6. A partir
Concededme la felicidad, y volveré a ser de esta reapropiación 7, Axel Honneth rea-
virtuoso» 3. O estas otras: «yo era bueno; liza un sugerente estudio sobre la lucha
mi espíritu estaba lleno de amor y huma- por el reconocimiento, elemento que nos
nidad, pero estoy solo, horriblemente presenta como núcleo fundamental de los
solo» 4. Al fracasar en su desesperado conflictos morales, que me ha servido de
intento se convierte en un criminal y come- marco teórico para el análisis del personaje
te los más terribles asesinatos de jóvenes, de Mary Shelley.
niños e inocentes, empezando por la mis- Según Honneth, el reconocimiento
ma familia de Frankenstein. Este decide intersubjetiva es el fundamento de la moral
ir a su encuentro para matarlo. Comienza, y ese fundamento ético es considerado
entonces, la persecución en la que no se como la base normativa de la explicación
sabe con claridad quién persigue a quién social 8. Existen tres tipos de reconoci-
y quién guía al otro. Después de terribles miento recíproco necesarios para que sea
peripecias y penalidades muere Frankens- posible acceder a la identidad y tener una
tein, agotado y enfermo, en los glaciares vida buena. El primero debe producirse
del Polo Norte. en las relaciones afectivas de la infancia,
La criatura llora arrepentida la muerte en el reconocimiento de la familia y pro-
de su padre, al que amaba, a pesar de los duce la autoconfianza. El segundo depen-
desprecios y malos tratos que siempre de de las leyes de la sociedad civil, que
había recibido de él, y promete morir a garantizan el reconocimiento jurídico, el
su vez. Ha comprendido que la venganza sujeto es reconocido como una persona
no era el camino de la liberación. Su natu- abstracta. Este reconocimiento legal pro-
raleza bondadosa no le permite aceptar los duce el autorrespeto. El tercero alude al
crímenes que ha cometido y, abrumado por recon'Scimiento de un sujeto socializado en
el peso de los remordimientos, «se perdió su unicidad. En este nivel el sujeto adquie-
en la oscuridad y en la distancia». re el reconocimiento público de su valor
como persona. En esta esfera se asienta
la solidaridad de la cultura compartida. Es
Elementos para una lectura desde la lucha el nivel de los valores y de él depende la
por el reconocimiento autoestima 9.
El personaje de la Criatura, que nos pre-
La referencia a la lucha por el reconoci- senta Mary Shelley, ha sido privado de las
miento tiene sus raíces en la teoría hege- tres formas de reconocimiento, que hace
liana, no sólo en la Fenomenología del Espí- un momento mencionaba, empezando por
ritu S, sino, también, en el sistema de Jena. el más básico como es el afecto de los
Hegel explica el origen de la sociedad padres, es un hijo rechazado y abandonado
como una lucha por el reconocimiento a causa de su apariencia diferente, a-nor-

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NOTAS Y DISCUSIONES

mal y deforme 10. El padre no acepta a otros como condición del propio recono-
ese ser no sometido a las reglas de lo esta- cimiento. Como dice Honneth:
blecido y, porque no muestra ningún pare-
cido con él, lo rechaza y lo abandona a «La reproducción de la vida social se cumple
su suerte. Su anomalía, su diferencia lo bajo el imperativo de un reconocimiento recipro-
co, ya que los sujetos sólo pueden acceder a una
condena al ostracismo y a la soledad, por autorrealización práctica si aprenden a concebirse
lo que tendrá que arreglárselas sin apoyo a partir de la perspectiva normativa de sus com-
de ningún tipo para sobrevivir y realizar pañeros de interacción» 14.
su aprendizaje de forma autodidacta. El
basamento afectivo del reconocimiento En la identidad se alojan dos aspectos
colapsa ante el abandono 11. Sin este fun- fundamentales y complementarios: el .ser
damento afectivo ¿cómo podría producirse y el aparecer, la entidad y las represen-
una socialización satisfactoria? taciones, la esencia y las máscaras. La iden-
¿Cuantas niñas no se habrán sentido tidad está formada por fragmentos como
rechazadas por sus padres, por no tener la propia Criatura. En su percepción inter-
la imagen adecuada, o por no ser el varan" na e íntima ella se siente buena y desea
cito esperado? La propia Mary Shelley amar y ser amada, pero al reconocerse a
parece que sufrió una situación similar, ya través de la mirada de los otros se descubre
que su padre, William Godwin, nunca perversa y monstruosa.
demostró demasiado afecto e interés por y en esta desolada situación se plantea
su hija, ni le proporcionó la educación que las preguntas claves de la existencia huma"
su madre, Mary Wollstonecraft, había na: «¿Quién era yo?, ¿qué era?, ¿de dónde
reclamado para todas las niñas en igualdad venía?, ¿cuál era mi destino?». Estas pre-
de condiciones con los niños 12. Así que guntas encierran todo el sentido de la vida:
Mary, como la Criatura, tuvo que aprender la subjetividad, la entidad, el origen y la
sola. finalidad. La búsqueda de la identidad es
Por otra parte, ese ser llamado «mons- la fuente de toda inquietud y temor inter-
truo,>, descalificado por su creador, no nos, especialmente para aquellos a quienes
reconocido por su padre: «desde el prin- se les niega desde el exterior, como le
cipio demostró la bondad de sus sentimien- ocurría a la Criatura y como le ocurre a
tos,Su necesidad de afecto y una enorme los excluidos por sus diferencias raciales,
sed de conocimiento acerca de su origen sexuales, culturales, ya que
y del mundo que le rodeaba» 13. Él, ¿o
«...el sujeto adulto, por la experiencia del reco-
debemos llamarle ella?, ignoraba que era nocimiento jurídico, conquista la posibilidad de
monstruoso y no entendía el rechazo que concebir su obrar como una exteriorización, reS-
la gente le mostraba hasta que se vio refle- petada por todos, de la propia autonomía» 15.
jado en las aguas de un estanque y observó
lo diferente que era. Entendió entonces La carencia de identidad de este ator-
el horror que causaba a los demás: su mentado personaje es la que nos acerca
aspecto era diferente y lo distinto asusta a la situación de las mujeres consideradas
a los hombres. De esta manera emerge, como lo radicalmente otro, como la alte-
en toda su dimensión, el terrible problema ridad ajena por excelencia tal coma puso
de la identidad y el reconocimiento. El de manifiesto Simone de Beauvoir. De
papel de los otros como espejo necesario igual forma, nos pone en contacto con
para captar la propia imagen, la identidad todos los grupos perseguidos por sus dife-
como una construcción intersubjetiva, y, rencias, ya sean de etnia, de religión, de
en definitiva, el reconocimiento de los sexo, de cultura o de cualquier otra índole.

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NOTAS y DISCUSIONES

Por lo que la criatura de Frankenstein se tunidad de ser semejante en su diferencia,


constituye en un símbolo contra toda dis- no le permite mostrar su intimidad, no se
criminación por razón de la diferencia. interesa por sus sentimientos. Ante 10 dis-
En este relato podemos observar cómo tinto no siente curiosidad e interés, sino
la opinión que Frankenstein y lasodedad temor y rechazo. Le condena por su
establecida tienen sobre la Criatura no apariencia. Muestra su incapacidad «para
concuerda con lo que ella siente y piensa sentir al otro como a uno mismo». Fran-
de sí misma. La imagen tópica establecida kenstein siente que no responde a sus
y aceptada por todos es antagónica a la expectativas y deja de considerarlo como
imagen que ella tiene de sí misma. Los responsabilidad suya. La diferencia se
prejuicios se esgrimen como argumentos, estigmatiza como repulsiva.
las opiniones no se apoyan en la obser- . Para justificar su abandono y su irres-
vación y en la comprensión de la situación, ponsabilidad Frankenstein sataniza a la
sino que se condena y se rechaza a este criatura a quien condena como malvada
ser, de antemano, por su apariencia. de antemano sin conocerla tal como
Mary Shelley le da la oportunidad de ocurre, en nuestra sociedad, con todos
tomar la palabra y contrastar su versión aquellos que representan alguna diferencia
con la de su hacedor. Ésa es la clave para considerable, de color, raza, costumbres,
avanzar en la dirección de la ética del reco- creencias, opción sexual, etc. Con su acti-
nocimiento: dejar hablar al otro, no hablar tud hostil Frankenstein arrincona a la cria-
en su nombre, sino darle la palabra. y por tura hasta el extremo de llevarla a cometer
esto el texto de Shelley puede ser leído actos criminales y despiadados como resul-
como una denuncia del reverso del reco- tado del sufrimiento, el desprecio y la sole-
nocimiento, esto es, del abandono, de la dad. No obstante, las perversidades come-
exclusión y del desprecio. Un ejemplo de tidas no logran arruinar su conciencia
esto puede ser el de la identidad de la moral debatiéndose siempre ésta con el
mujer, definida por su «hacedor» como arrepentimiento y los remordimientos:
ángel doméstico, lo que supone la diso- Desde esta lectura, esta novela se nos
lución de las individualidades en un gené- aparece como una historia acerca de la trá"
rico femenino caracterizado sólo por las gica búsqueda de la identidad y el nece-
razones del corazón y sin otro interés que sario reconocimiento intersubjetivo para
la entrega a los otros. La mujer, desde los llegar a ser, para convertirse en una per-
mitos primigenios -pensemos en Eva y sona. Y también, como una crítica a los
Pandora- y desde el mismo canon aris- prejuicios y a las apariencias, a la mar-
totélico, es pensada como defectiva y ginaciéri y a la injusticia de la sociedad
monstruosa. Si, además, no cumple con las excluyente que no reconoce el derecho a
expectativas de la feminidad acuñada por la diferencia. En palabras de Isabel Bur-
el patriarcado, es estigmatizada como diel, deberíamos tender hacia
doblemente monstruosa. El castigo que se
impone a las infractoras es la falta de con" «Una noción de identidad, sin embargo, que
sideración y la soledad. se adivina inevitablemente conflictiva y poblada
La ¡criatura que crea Victor Frankens- de fantasmas. Tan sólo el reconocimiento (social
e individual) de la propia monstruosidad en tanto
tein es rechazada desde el primer instante que idéntica y distinta a la de los otros que nos
por su creador a causa de su diferencia; acompañan y nos definen podría, quizás, conducir
desde el primer contacto decide que un a la libertad del Ser» 16.
ser tan «feo», con una apariencia tan extra-
ña, no puede ser bueno. No le da ocasión La sugerencia de Mary Shelley puede
de expresarse, no le concede ninguna opor- ser leída hoy como una invitación a mostrar

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NOTAS Y DISCUSIONES

curiosidad por la alteridad y las diferencias la inclusión y al aprecio se conjugan en


en vez de reaccionar violentamente contra la ética del reconocimiento, que no es otra
todo aquello que por ser extraño y lejano cosa que el humus necesario para que los
nos pudiera producir inquietud. El dere- individuos tengan acceso a una identidad
cho al propio nombre, al acogimiento, a no distorsionada y a una vida digna y plena.

NOTAS

1 Véase, a titulo de ejemplo, R. Shattuck, «Fausto 11 Véase A. Honneth, «Patrones de reconocimiento

y Frankenstein», en Conocimiento prohibido, Madrid, intersubjetivo: amor, derecho, solidaridad», en op. cit.,
Taurus, 1998, pp. 101-136. pp. 114.169. Honneth remite a la teoria de las rela-
2 M. Shelley, Frankenstein o el moderno Prometeo, ciones objetales, especialmente a la obra de Winnicott.
Madrid, Cátedra, 1996, p. 264. En esta dirección, señala, también, la aportación de
3 Op. cit., p. 217. J. Benjamin al dar cuenta del proceso de reconoci-
4 Op. cit., p. 345. miento necesario entre la madre y el niño, aludiendo,
5 México, FCE, 1966. Traducción de W. Flores, además, al papel de la diferencia sexual. A este res-
pp. 113-121. pecto, véase de esta autora Los lazos del amor. Psi-
6 En J. Habermas, «Trabajo e interacción. Notas coanálisis, feminismo y el problema de la dominación,
sobre la filosofía hegeliana del sistema de Jena», en Barcelona, Paidós, 1996, y «Reconocimiento y destruc-
Ciencia y técnica corno «ideologia», Madrid, Tecnos, ción: un bosquejo de la intersubjetividad», en Sujetos
1984. Para un tratamiento del tema del reconocimiento iguales, objetos de amor, Barcelona, Paidós, 1997.
en la obra habermasiana, véase M. J. Guerra, «Modelos 12 M. Wollstonecraft, Vindicación de los derechos
de reconocimiento y subtexto de género», en Mujer, de la mujer, Madrid, Cátedra, 1994. l. Burdiel, Intro-
identidad y reconocimiento. Haberrnas y la critica femi- ducción. Véase, también, de la misma autora, «Vin-
nista, Sta. Cruz de Tenerife, Instituto Canario de la dicación de los deseos de la mujer», en A. Mollá (ed.),
Mujer, 1998.
Después de Marx y Freud, Sta. Cruz de Tenerife, Cabildo
7 A. Honneth, «Lógica de la emancipación. El lega-
Insular de Tenerife, 1999. Isabel Burdiel es la editora
do filosófico del marxismo», en Debats, núm. 37,sep-
de la versión castellana que he utilizado, quien realiza
tiembre 1991.
un extraordinario estudio preliminar, con una visión
8 A. Honneth. La lucha por el reconocimiento, Bar-
muy cercana a la que ofrezco en estas páginas.
celona, Critica, 1997. Véase también, del mismo autor,
13 l. Burdiel,«Frankenstein o la identidad mons-
«Reconocimiento y obligaciones morales», Revista
Internacional de Filosofía Política, núm. 8. truosa», en M. Shelley, op. cit., p. 50.
14 A. Honneth, op. cit., p. 114.
9 A. Honneth, «Integridad y desprecio. Motivos
básicos de una concepción de la moral desde la teoria 15 A. Honnetb, op. cit., p. 145.

del reconocimiento», en 1segoría, núm. 5, mayo 1992. 16 I. Burdiel, «Frankenstein o la identidad mons-

10 Véase sobre la relación entre bastardia y mons" truosa», en M. Shelley, op. cit., pp. 92-93. Una inter.
truosidad S. C. Greenfield and C. Barash (eds.), en . ,pretación muy similar a ésta es la de E. Goffman, Estig-
1nventing maternity: polítics, science, and líterature ma. La identidad deteriorada, Buenos Aires. Amorror.
1650-1865, Kentucky, The University Press, 1999. tu, 1989.

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