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Reporte de lectura

8 Mayo 2018: El populismo Económico Mexicano, 1972-1981. Cárdenas, E, capítulo 3,


primera parte, páginas 86-106

Miguel Silva Abigail

La concepción del termino populismo resulta un tema relevante debido al vínculo directo
que maneja con la política y la sociedad ya que, en sí, el populismo busca mejorar el nivel
de bienestar del pueblo distribuyendo recursos a los sectores más necesitados o beneficiando
a grupos específicos que muestran su agradecimiento apoyando a ‘x’ partido político, etc. Y
por otro lado a este término también se le han acuñado acciones del gobiernos que llegan a
destinar enormes cantidades de dinero a proyectos poco productivos económicamente que
provocan un déficit fiscal y de balanza de pagos lo que trae consigo reducciones de la
productividad general del país y causa un problema al intentar cubrir con estos gastos ya que
venga de donde venga el financiamiento, a la larga traerá repercusiones inflacionarias,
redistributivas y los precios relativos serán distorsionados.

América Latina como una de las diversas regiones que se ha encontrado dentro de periodos
populistas cuenta con las siguientes características: 1) Las políticas económicas
expansionistas que han causado beneficios temporales a estas sociedades con proyectos
sociales incluyendo infraestructura básica. 2) El gobierno, generalmente, inicia estas
políticas por temor a caer en el estancamiento económico, y por la utopía de tratar de cubrir
con las necesidades de sociales básicas de las personas. 3) Se encuentran estimulados por la
teoría keynesiana que parecía avalar una política expansionista deficitaria para ocupar a miles
de personas que se encontraban sin empleo. Mas particularmente, dentro de América Latina,
en México de los años que van de 1971 a 1981 la economía del país paso por un crecimiento
que llegó hasta la crisis de la balanza de pagos en 1976 aunado con el auge petrolero que
llegó a multiplicar la capacidad del gasto de sector público y el endeudamiento adicional lo
que tuvo como consecuencia un endeudamiento externo exorbitante en lo que fue llamada
‘la crisis de la deuda en 1982’.

Para 1970 el desarrollo estabilizador había llegado a su fin y a tan sólo un año y medio
después el país había entrado en una recesión profunda y México no aprovechó la
oportunidad de dejar flotar el peso para corregir los desequilibrios en la balanza de pagos, lo
que continuo como el rompimiento de la larga tendencia de crecimiento que se venía teniendo
desde los últimos 10 años. Ésta problemática obligó al gobierno a encontrar una pronta
solución y ésta fue lograda de la mano del gasto público, un pequeño cambio aumentando el
impuesto sobre el ingreso de mercantiles, provoco para 1973 una economía muy acelerada
junto con la expansión del gasto del sector público y en efecto el déficit fiscal llego a 6.9%
del PIB y el embargo petrolero árabe junto con el aumento del precio de energéticos
aceleraron la inflación. El sector privado por su parte registro en la inversión una apenas
visible reducción en términos reales del PIB crecimiento inferior al de inversión pública.

Existió un auge en los años que van de 1977 a 1981donde la economía logro una tasa anual
del 7.8%, tal auge fue producto de dos fuentes: la primera fue una gran expansión de la
inversión pública en todas las áreas, y la segunda fue tanto la mayor disponibilidad de fondos
internacionales como las exportaciones de petróleo que ayudaron a la obtención de grandes
montos de crédito externo que favorecieron la expansión del gasto público y privado.

A grandes rasgos el auge petrolero fue parte importante de los estímulos que el gasto público
ejerció sobre la economía durante el periodo de 1978 a 1981 ya que fomentó un efecto de
expansión entre el sector público y el sector privado, con la finalidad principal de elevar sus
disposiciones de capital. Sin embargo, recordemos que el país ha vivido siempre sobre un
proceso económico cíclico, de altas y bajas y de en este contexto, a fines de mayo del 81 con
una pequeña reducción de los precios internacionales del petróleo con lo que el sector público
y privado no pudieron lidiar y por si fuera poco con la llegada de López Portillo y la decisión
que tomo el primero de septiembre del 82 de expropiar la banca privada y decretar el control
generalizado de cambios a pesar de que se le recomendó no hacerlo, logró que el país se
hundiera aún más haciéndolo entrar en un hoyo del cual, creo yo, el crecimiento económico
no ha podido recuperarse ni siquiera actualmente.

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