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Mitos y Leyendas de la Región Piura

1. Provincia de Sullana
1.1. La leyenda del Cerro de Mambre y la Loma de Teodomiro
Cuentan nuestros abuelos, lo que les contaron los abuelos de sus
abuelos, que un altivo y apuesto cacique tallán, desató las iras del dios tallán
Mec-Nom, creador del universo y protector de los hombres, osando robar
una bella capullana dedicada a su servicio.
En esa época esta zona era árida y no existía el valle del Chira. A pesar
de esconderse en lo más profundo de la cerrería, fueron descubiertos por el
ojo avizor de la divinidad y los conminó al arrepentimiento. Pero el amor de
la hermosa capullana y del decidido tallán era tan inmenso que prefirieron el
castigo y la muerte a vivir separados. Fue en ese momento que se inició una
gran tormenta con grandes vientos, lluvias y la tierra se remeció apareciendo
lo que hoy es el hermoso valle del Chira.
Al término de este cambio al que habían sobrevivido los amantes, Mec-
Nom sentenció: -me han ofendido y deben recibir su castigo. Este paraíso
era para ustedes pero sólo podrán mirarlo. Así será eternamente. Volverán
a ser lo que fueron. Tú, refiriéndose a la mujer, serás convertida en una
inmensa loma de arena (loma Mambré). Y tú, señalando al osado tallán,
serás convertido en un cerro de arena (cerro “Teodomiro”) y estarás allá.
Tendrán abundante agua a sus pies, pero no podrán tomarla. Habrá
abundante vegetación, pero jamás podrán tenerla, ni con el agua que yo les
envíe desde el cielo. Ambos estarán frente a frente, mirándose, pero jamás
se tocarán-
Así fue como Mec-Nom creó el valle del Turicarami, con estos dos
enormes montículos de arena, míticos, tradicionales, que no encajan en la
geografía. Su origen se pierde en el tiempo, como el amor que se
profesaban. En su entorno se desarrolló una gran ciudad y muchas
generaciones han pasado y ellos, la loma y el cerro siguen allí, vigilantes,
como esperando que alguien termine con el encanto, recuperar su
apariencia humana y volver a reunirse en algún recodo del tiempo para vivir
eternamente su amor, en este paraíso que es el valle del Turicarami.
Fuente: Ediciones “Cultura y Pueblo”, Sullana y sus atractivos, disponible
en: http://sullanaturistica.pe.tripod.com/mambre.htm
1.2. Juana la Condenada
Cuenta la leyenda, que Juana era una chica muy hermosa y de cuerpo
esbelto, le gustaba la vida fácil y estar con muchos hombres al mismo
tiempo, hasta que un novio, descubrió sus infidelidades y decidió asesinarla.
Desde ese momento, se cuenta que aparece a media noche en las avenidas
de la ciudad de Sullana, en búsqueda de un muchacho apuesto que quiera
estar con ella.
Se escucharon testimonios de muchos muchachos que la han visto, pero
el caso particular de Carlos es algo que amerita una breve historia.
Carlos, después de terminar su turno normal en el trabajo salió con su
motocicleta por las oscuras calles de Sullana a altas horas de la noche,
cuando conducía, pensando en dolor de estómago que le causaba el hambre
que tenía, se topó con una joven muchacha de apariencia dulce y
angelical, que estaba con mucho frío. Luego de recogerla y prestarle su
chaqueta de cuero se dispuso a dejarla en su casa.
La joven le agradeció y dijo que
llamara a su puerta a la mañana
siguiente para recoger su prenda, y
así lo hizo pero se quedó perplejo al
ver al padre de la joven, quien le dijo
que su hija Juana había fallecido
hace ya 3 años.
Carlos trató de calmarse pero la
ansiedad se apodero de él, y se dispuso a pasar por el cementerio a ver si
efectivamente la historia que le contaban era real, se asustó mucho al ver su
casaca sobre una lápida en la cual estaba escrito el nombre "Juana". Carlos,
muy asustado, se fue del lugar desesperadamente, pero no podía olvidar la
belleza de Juana, así que decidió ir por esa misma avenida todas las noches,
a la misma hora que la primera vez.
Se dice que todas las noches se encontraba con Juana para charlar y vivir
su locura de amor, hasta en día fue encontrado muerto al lado de la tumba
de la difunta.
Fuente: http://www.unaleyendacorta.com
1.3. La laguna encantada de la Chorrera
En el distrito de Lancones- provincia de Sullana- departamento de Piura,
se encuentra ubicado un pintoresco caserío de belleza natural incomparable
llamado “La Chorrera”, este peculiar nombre proviene de la presencia de
diferentes quebradas y quebradillas cuyos chorros de agua cristalina
discurren al cauce de la quebrada principal.
Es importante resaltar que en temporada de lluvias torrenciales se forma
un enorme chorro de agua que al caer genera un fuerte estruendo, sonido
que se escucha a varios kilómetros de distancia. Este caudal de agua con el
correr del tiempo ha ido labrando la roca formando enormes e
impresionantes paredes de piedra. Lo espectacular de esta quebrada es que
a lo largo de su recorrido se han creado pequeñas y medianas pozas de
agua cristalina: destacando la más grande de belleza indescriptible, que los
lugareños la conocen como “laguna” por ser la más extensa y profunda.
Este regalo de la naturaleza sirve de límite con la República del Ecuador.
El área geográfica está colmada de una fecunda y variada flora
sobresaliendo la belleza de flores color lila de la planta conocida como
borrachera, que combinado por el jabonillo con sus frutos color amarillo-
anaranjado engalanan y hacen más atractivo al paisaje. Tenemos la
presencia de frondosos y esbeltos árboles de las variedades : Hualtaco,
Charán, Palo Santo, Faique, Oreja de León, Oberal, que sirven de guarida a
las víboras.
También existe una extraordinaria fauna formada por bandadas de
palomas de la especie cuculí; las elegantes chirocas luciendo su hermoso
plumaje amarillo y negro, admiradas por su melodioso canto. La inquietas
putíllas exhibiendo su pecho de plumaje rojo escarlata; los negros, chiscos,
luisas, zorzales, chilalos que alegran el ambiente con la sinfonía de sus
trinos. Una nota agradable son las parvadas de bullangueros loros que
cruzan adornando el cielo en raudo vuelo. Entre las aves de rapiña
sobresalen los cernícalos, halcones y gavilanes.

Un hecho singular es la llegada a este espejo de agua de aves migratorias


especialmente gansos y patos americanos. Por otro lado, es el hábitat de
pacazos, iguanas y lagartijas; así como de variedad de víboras entre las que
figuran macanches, macanchillos, corales, coralillos y colambos.
Después del período lluvioso y durante la noche las luciérnagas inician un
deslumbrante espectáculo exhibiendo con su inquieto vuelo de luces
intermitentes que al conjugarse con el centelleo de los luceros en el
firmamento, forman un espléndido escenario que invita al romance y a la
inspiración poética.
Sobre esta fuente de agua, se han tejido una serie de versiones
fantásticas. Cuentan antiguos moradores que desde épocas pre hispánicas,
esta zona estuvo poblada por gente laboriosa dedicada principalmente a
tareas de pastoreo y agricultura, prueba de ello son los vestigios encontrados
por huaqueros, quienes han desenterrado cerámicos de excelente calidad,
hermosas chaquiras, utensilios domésticos y herramientas, etc. Otro hecho
que ha permitido conocer estas reliquias han sido las lluvias torrenciales,
especialmente en las temporadas del fenómeno El Niño.
La llegada de los conquistadores a la ciudadela incaica de Poechos, una
de las más importantes del lugar, sembró temor y preocupación en los
habitantes, entre otras razones por la ferocidad en el trato hacia ellos y sobre
todo por el saqueo indiscriminado de los tesoros de sus templos. Ante tal
hecho el cacique de esta comarca ordenó que parte del tesoro sea ocultado
en un lugar seguro y decidieron esconderlo en la laguna más grande, junto
al cerro que se yergue como un coloso; desde entonces se convirtió en el
guardián celoso de tan preciado tesoro. Comentan que la sombra que se
proyecta en la laguna produce oscuridad y por consiguiente causa temor en
la gente y nadie se atreve a bañarse en esta laguna por el miedo de quedar
sumergido en sus profundidades.
Sostienen que allí mora un gran pez de oro que guía por un laberinto de
túneles hacia el corazón del cerro, a las personas que se atreven buscar el
tesoro, lugar donde se encuentran extraordinarias y cuantiosas reliquias de
oro, plata y piedras preciosas;; luego de quedar deslumbrados de tanta
riqueza, permanecen retenidos por siempre en las entrañas de la laguna,
según dicen, para que no revelen el misterioso secreto. Desde entonces se
le conoce como “LA Laguna Encantada de la Chorrera”.
El Cerro se levanta como coloso junto a la laguna, es de imponente
majestuosidad y en tiempos pre hispánicos fue reconocido como APU, cerro
con poderes sobrenaturales, protector del pueblo e idolatrado por los
habitantes. Será por ello, que permanece todo el año con un verdor
maravilloso; pero lo que llama realmente la atención es que los animales de
la zona no se alimentan de su verde pasto, atribuyéndose tan raro fenómeno
a la existencia de una fuerza malévola que los aleja del lugar como por arte
de magia. Por otro lado, la memoria ancestral de los pobladores de este
caserío afirma, que a media noche y con la luna llena, se escucha salir del
cerro una música pavorosa que se expande por todo el caserío, cundiendo
pánico y temor.
Fuente: Leyenda recogida por el profesor Wilmer Alejos Madrid, publicado
en 2010, “Leyendas de Sullana”, disponible en:
http://wilmeralejosmadrid.blogspot.pe/2010/05/leyendas-de-sullana.html
1.4. El lagarto de Oro
Hace mucho tiempo, cientos de años, según cuentan los antiguos; el río
Chira era un personaje protagonista de leyendas, cuentos y mitos variados,
que los chicos de hace poco, escuchamos de ciertas abuelas o vecinas del
barrio ya sea en la puerta de casa o alrededor del fogón de la cocina. Contar
esta clase de narraciones era casi una obligación de los mayores en la
Sullana de antes, cuando la luz eléctrica era escasa y no había radio ni
televisión.
La tradición oral era aquel entonces un medio muy efectivo de conservar
el pasado. Era como la voz de los tiempos, el grito telúrico del Tallan y la
Capullana. Según dicen las viejas narradoras de ese, entonces, ellas
cumplían un encargo ancestral y lo hacían con aire misterioso, lo que se
notaba en su voz quebrantada y en el gesto. Si. Indudablemente había cierto
miedo o tal vez reverencia por las historias mágicas que se han transmitido
de generación en generación y que se guardan en e lmundo de los
recuerdos. “Así me lo contaron. Así lo cuento yo”, solían decir, quienes
desempeñaban el papel de abuelitas relatoras.
La historia que vamos a narrar la contaba Ña Panchita y así la cuento yo.
Ella, entre tantas, era la más conocida del Barrio Sur. Vivía en una vieja casa
de paja y barro ubicada sobre una alta loma blanca y suave. La casa miraba
con una puerta al río, los noventa y pico de años de edad de ella se podían
ver en su cara cobriza, surcada por un laberinto de arrugas. Su mirada tenía
la extensión del recuerdo Estas arrugas, decía entre orgullosa y triste son
los golpes de la vida. Ustedes churres (niños), alguna vez también las
tendrán. Sin embargo su mente era lúcida y ágil. En su cabeza guardaba
como muestra de ello una mina de ayeres tan bien ordenados como páginas
de un libro.
Una noche de esas de Sullana antigua, rodeada de chicos y grandes,
como de costumbre, sentada frente al río, para pasar la noche, con actitud
solemne casi misteriosa y haciéndole una cruz en la frente, dijo como si fuera
a cumplir un rito:
Esto que voy a contar es de encantos y gentiles, ¡que Dios nos libre de
ellos!. ¡Taita Dios me perdone porque hay cosas que no deben escuchar los
churres!... bueno, bueno,...son cosas pasadas en esta tierra de ayer y en
este río que quien sabe que cosas habrá visto. Por el aire se escucha el grito
de alguna lechuza, el canto tétrico de alguna gallareta de mal agüero.
Ustedes, continuó diciendo Ña Panchita. Habrán oído hablar a sus padres
o a sus abuelos o a sus maestros quienes tienen escuela o quien sabe a
quién, que aquí donde estamos nosotros, en estas tierras, vivieron unas
gentes de las cuales dicen llevamos su carne, sus huesos y su sangre. Así
será porque blancos no somos. Mírense no más el pellejo, indicaba a los
oyentes que no le apartaban la mirada. Luego, continuaba y llamaba la
atención para ello.
Escuchen bien, hace muchos años, no recuerdo cuando el río Chira, que
desde aquí se divisa, era un gran señor del mundo de entonces. Era bueno
con toda la gente y hasta con los animales que había. Por eso lo querían y
respetaban mucho casi como si fuera un dios. Los hombres gentiles de
entonces que no conocían a nuestro Dios, lo adoraban y le tenían miedo,
especialmente, cuando crecía y bramaba como un toro suelto por todo el
valle. Dicen, que la gente le ofrecía muchas cosas para calmarlo. En sus
orillas sembraban como ahora lo hacen los chacareros, pues de juro saben
ustedes que somos un pueblo que vivimos como antes, del fruto y las raíces
del campo.
¡Bendito sea!. Cuentan, seguía Ña Panchita, que para tener más tierras
y sembrar más, los gentiles hicieron canales de los cuales hay ahorita por
allí algunas señas. Eran muy inteligentes y trabajadores los antiguos.
Los animales del campo, afirmaba como si ella la hubiera visto, eran
cuidados. Nacían y se reproducían sin que nadie los robará. El de aquel
entonces era un mundo diferente. No se conocían los Mandamientos de la
Ley de Dios, que ahora nos enseñan, pero había pensamientos sabios que
daban los que mandaban en esta tierra. Por ejemplo, decían: no mientas, no
seas ocioso y había que cumplir porque sino, ¡qué caracho!, te aventaban al
río para que te conviertas en barro o te coman los lagartos del río que habían
bastantísimos.
Había un amor que nosotros no entendemos entre todos los seres y cosas
la naturaleza. Oí de mis abuelos que el río Chira que entonces se llamaba,
se llamaba, se llamaba...y se rascaba la cabeza Ña Panchita..
Era considerado como el marido de la luna, por eso cuando ella salía en las
noches, - así como la ven ahora por ese cielo azul-, se alegraba todo y hasta
los animales se alunaban. Y el río, en medio del rumor de sus aguas, la
besaba y brillaba más y más. Miren, igual que ahora que parece un camino
de oro culebreándose por aquí y por allá. ¡Que hermosos se ven la Luna y
el Río, cómo se abrazan! Los gentiles creían que esto era amor, amor sin
palabras, inmenso silencio vestido de luz...
Bueno, bueno churres ya se quieren dormir. Entonces voy a contar lo del
Lagarto de Oro, un lagarto que vivía en este río junto con otros lagartos.
Estos vivían en el río, eran grandes como los cocodrilos de las figuritas, con
una boca llena de muelas como cuchillos. Eran buenos nadadores y comían
carne de toda clase, especialmente de gente cuando estaban con hambre.
Dormían en las orillas y en las playas del río. Según cuentan, en la época de
los gentiles cuando un hombre o una mujer se portaban mal y cometían un
grave delito, el cacique o cacica que eran los jefes, ordenaban que esa
persona se le echara al río para que se la comieran los lagartos. ¡Así era la
justicia de los antiguos!

El tiempo pasaba y a ña Panchita se le secaba la boca y la garganta y llegado


un momento, se detuvo y dijo:
Malhaya, denme un poquito de chicha que las palabras ya no quieren
salir... Y hubo que ir a traer un bien lleno donde la vecina para que
continuara. Bebió y respiró hondo.
Bueno, sigo y no se vayan a dormir. Cuentan que el río Chira, ¡quién lo
ve!, tenía un Lagarto de Oro encantado que salía en las noches de luna para
revolcarse en las arenas de las playas y jugar con la amada del río, que en
medio de la noche se convertía en una hermosa joven de dorados cabellos
y hermosa figura. El Lagarto de Oro era hermoso también.
La joven y el Lagarto de Oro pasaban horas y horas jugando al amor,
entrando y saliendo de las aguas, hasta que apuntaba el amanecer, entre
cantos y chilalos, choquecos y zoñas y los mudos algarrobos.
Las escenas de amor entre la Luna y el Lagarto de Oro, que era el mismo
Chira convertido así, no podían ser vistas de cerca por algún humano, pues
si ello ocurría, éste quedaba encantado para siempre. Si era hombre
amanecía muerto en alguna orilla, despedazado por los lagartos Si era
mujer, no aparecía por ningún lugar, pues era encantada por el lagarto de
Oro que se la llevaba para hacerla su amante. ¡Taitita Dios, como sería!,
exclamaba Ña Panchita.
Se me escarapela el cuerpo de pensar en esto. Por eso yo siempre digo
a las mujeres, especialmente a las maltonas, que tengan cuidado con el río,
que se cuiden del Lagarto de oro. Tantas cosas se dicen de éste. Se
afirmaba que durante el día y en las noches sin luna, estaba escondido en
la Nariz del Diablo, en ese cerro que se ve desde aquí en Marcavelica. En
ese cerro cuentan que se oyen gritos de mujeres, seguramente, de las
amantes del Lagarto de Oro.
Hace tiempo, años, de estas narraciones escuchadas de los labios de la
viejita del barrio sur. Ella ya no existe. La Sullana de los tiempos idos, su río
Chira, el cerro de la Nariz del Diablo, son personajes de estas historias
mágicas. Los churres de ayer han pasado también, pero las tradiciones
siempre vivirán. El Lagarto de Oro ya no sale en el río Chira ni de día ni de
noche, el hombre y el tiempo lo han matado sin piedad. Ahora sólo quedan
como decían algunas Panchitas modernas, los lagartos que se comen el
tesoro público.
Fuente: Leyendas recogidas por el profesor Wilmer Alejos Madrid,
publicado en 2010, “Leyendas de Sullana”, disponible en:
http://wilmeralejosmadrid.blogspot.pe/2010/05/leyendas-de-sullana.html
1.5. Cerro Nariz del Diablo
Para los tallanes el lagarto, que abundaba en el río Chira, era considerado
una divinidad, por lo que confeccionaron con oro su imagen. El culto al
sagrado “lagarto de oro” se efectuaba en los alrededores del cerro de los
marcahuillcas, conocido hoy como “la nariz del diablo”, nombrado así por su
siniestra apariencia.
Es probable que los marcaveles al tener conocimiento de la llegada de las
hordas de Pizarro, codiciando oro y plata, enterraron el sagrado “lagarto de
oro” en las entrañas de este misterioso y legendario cerro. Dicen que el lugar
era un cementerio tallán, que en algunos días del año brotan “encantos” de
las huacas de los gentiles. Años atrás en los días de viernes santo se
“huaqueaba” en el lugar.
Este cerro se encuentra ubicado entre Marcavelica y Salitral, en la margen
derecha del río Chira, al costado de la laguna de Marcavelica.
Geográficamente corresponde a un elevado y macizo cerro de naturaleza
gredosa (arcilla), integrante de una cadena de estribaciones en la parte
media del valle del Chira. Es fácil llegar en cualquier vehículo que transita
hacia Querecotillo.
Fuente: leyenda recogida por Rafael Alexandro Cohen Curay y Angel
Joan Ramirez Ordinola, 2015, “ Historias, mitos y leyendas de mi Región”,
disponible en: http://15027amauta.blogspot.pe/
1.6. “El carbunclo de oro”
El tiempo es un testigo que nos habla a través de muchas cosas; a través
de la historia de los cuentos, de los mitos y leyendas. Unos años van y otros
vienen y así los años van pasando pero, algo de la vida y del pensamiento;
de lo insólito y profundo va quedando de este mundo, como una huella
imborrable en el tiempo; en el tiempo que es el ayer, el presente y el mañana.
He aquí una antigua leyenda que según dicen desde antes de los caciques
Almotaxe, Maizavilca, Lachira, Tangarará y todos los demás, a nuestros
antepasados les contaron.
Cuentan de un pájaro enorme, cuadrúpedo, nocturno y errante al cual
llamaron carbunclo. Antes de ser un pájaro, dicen que fue un príncipe
legendario de los tallanes, hombre bueno, en este mundo incomprensible,
quien cumplió con todos los honores y mandatos del dios WALAC y éste en
gratitud y recompensa, lo convirtió en pájaro después de su muerte para
darle vida eterna y lo envió a la tierra en busca de hombres buenos como
había sido él, para darles los grandes y sagrados tesoros de cacicazgos y
principados enterrados en huacas sagradas y de cerros encantados.
Desde hace muchos siglos cuenta mucha gente, haberlo visto salir de la
Silla de Paita, con gran ráfaga de luz brillante debajo de sus alas,
emprendiendo un grande vuelo llegó a los valles donde un día en el pasado
se enamoró, valle ubérrimo de las princesas NOKA-ARAC Y PUCUS-ULAC;
luego volando alto cruzaba el serpentuoso río que sus tierras irrigó, y en cada
noche que pasaba su nombre recordaba, que en lengua tallán, TURICARA
se llamó y recorría muchos lugares como: Guallipirá Gualliquiquirá,
Cocañira, Tiopairá, Cucungará, Tillingará, Alcará, Bullirá, Bulliquiquirá,
Huangalác y Chalacalác. Volando en gran suspiro siempre llegaba a la Loma
de Teodomiro y después de haber recorrido mucho, llegó hasta la Huaca del
Cucho, para de regreso descansar por largo rato, en las Huacas Sagradas
del cacique Garabato.
En busca de hombres buenos, seguía y seguía recorriendo más lugares
y mucho visitaba los valles del cacique TANGA-ARAC, las Huacas Sagradas
del Cerro de la Mita. La Coneja y la Loma Rica, donde dicen que hay grandes
tesoros.
Un día lo vieron venir del valle del cacique POECHOS correteando por las
laderas asustaba a los venados, volando alto y volando bajo recorrió por
largos trechos, los lugares de Tambara, Corcovados y Salados. A JAGUAY
GRANDE cansado llegó, subiendo montañas y peñascos en el Cerro La
Mesa descansó, el carbunclo siempre tuvo por rutina, recorrer y vigilar el
mentado Cerro de la Mita. Muchos cuentan con espanto que una gran luz en
este cerro aparecía, todos dicen que era un viernes santo, era el carbunclo
que su gran luz resplandecía, el enviado de WALAC, que un día de allí bajó
recorriendo el gran cañón de la franca, y en vuelos elegantes, recorrió el
valle de los cardos gigantes y que por mandato de WALAC a todos los hizo
sagrados, por eso hoy lo llamamos El Valle de los Cactus Sagrados, los
cactus de visiones profundas y transportaciones en el tiempo del pasado.
Cuenta la leyenda que antes que apareciera el carbunclo en este valle
estos cactus no tenían espinas, sino, que, este bondadoso pájaro cautivado
por su gran hermosura y queriendo proteger la naturaleza, de los hombres
malos que la destruyen y no saben amarla, puso en todo su contorno
muchísimas espinas, para que así nadie les haga daño, tocara ni cortara.
Recorriendo el gran cañón, llegó hasta el Valle de los Fósiles, de las
conchas y caracoles petrificados, donde hace millones de años hasta allí
llegó el mar y en el Valle de las Huacas Sagradas de JAGUAY GRANDE.
Otra vez, aquí, se puso a descansar, pues ya casi terminaba su triste y largo
recorrido. Aquí en este valle sagrado recordó de su vida pasada como
principado, vida de pompas y alegrías; de festines y comidas donde un día
con mucho oro fue coronado y, ataviado con finas pieles de puma y de
venado. Allí lloró recordando su vida pasada: lloró, lloró y lloró porque hasta
allí no pudo encontrar un hombre bueno en todo su recorrido.
Ya cansado de tanto volar y volar, llegó hasta el final del gran cañón de
La franca, de JAGUAY GRANDE y se baño en El Sitán y en las Lagunas
Encantadas de AGUA DE LA LECHE; cómo quería ser humano para gritar
fuerte y con su grito romper el silencio de la noche, y así pedir a su gran dios
WALAC, el perdón por todos los hombres malos de la tierra, dicen que de
pronto la noche se tornó como el Día y una gran voz se dejó
escuchar, era la omnipotente voz de WALAC, el dios de la tierra, de las
estrellas y del mar; el dios de las semillas y las cosechas de los felinos de
los reptiles; de los vegetales; del rayo, del trueno y de la lluvia, que en ella le
dijo “No encontraste hombre bueno a quien regalarle los tesoreros de
caciques y principados, pues recógelos y en gran vuelo, todos llévalos al
cielo, y estas aguas que a las seis de la mañana son blancas como la leche
y frías como el granizo y que aplacaron la gran sed que tú traías, serán
sagradas y benditas, hoy, siempre y por todos los días”,
Después que los aires fueron tronados por truenos y rayos, vino una fuerte
lluvia y luego un gran silencio se apoderó de la noche y el carbunclo muy
dormido se quedó. Antes que despunte el alba del día sabatino, una gran luz
desde allí al cielo resplandeció era de agua, el enviado de WALAC, que
esparciendo de sus alas gotas de agua, como leche un alto y largo vuelo
emprendió, y dicen que en las Cavernas del cacique PARI-ÑACS, este
pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante desapareció, para siempre recordarlo
y no verlo nunca, nunca jamás.
Cuenta que un soldado que con Pizarro llegó, esta leyenda escuchó y
ambicioso por el oro capturar o matar a aquel pájaro nocturno pensó.
Pasaron muchas noches hasta que un día aparecer lo vio y junto con otros
soldados en pos de su captura salió, con largos lazos, los mejores caballos
y buen arcabuz, este tirador selecto tras el carbunclo corrió y su gran luz se
encendía y se apagaba cuando ya parecía darle alcance, pensando tenerlo
muy cerca, su arcabuz disparó, violando el silencio de la noche el gran
estruendo de los fierros se escuchó, pensaron haberlo matado, pero grande
fue su sorpresa cuando lo vieron volar a gran altura, con su luz refulgente y
destellante, que resplandecía en sus cuerpos cubiertos de metales,
retirándose hacia el mar.
Después de unos días, durante siete días los atormentó y en sus sueños
los encantó y devoró, hasta que un día por última vez se les apareció y con
el gran poder de su luz, ciegos y locos los volvió.
Un día a un pobre campesino, que dicen que la suerte le llegó, porque este
de pies nació el carbunclo se le apareció y parte de un tesoro de la Loma
Rica le dio, no sabiendo aprovechar esta riqueza, en las cosas mundanales
malgastó y mísero y más pobre este campesino murió.
¡OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante!, tienes
enormes alas y debajo de ellas mucho oro, guardián de los tesoros de mi
raza Tallán, raza que un día con el sudor de los tiempos, sobre el yunque de
los metales, mi raza de acero nació.
¡OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante!, enviado de
WALAC, amigo de MEC-NON; tú que viviste buscando hombres buenos para
regalarles los tesoros de los cacicazgos y principados y en todo su recorrido
a ninguno encontraste y aquel que intentó matarte, con tu luz y tu mirada lo
encantaste y luego después tú mismo lo devoraste. En las noches de viernes
santo aparecías, llevando en tu frente una piedra de rutilante rubí, que como
carbón encendido en la oscuridad brilla, si algún día te me apareces, ¡Oh
carbunclo!, regálamela a mí, que yo de ti tus tesoros, desde hace tiempo con
paciencia, espero todavía.
De los cerros por las laderas, correteas y correteas, irradiando luz o
apagándote misteriosamente, cuando a tu alcance quiere matarte o herirte
la mala gente, por eso vuelas y correteas por los bosques y las praderas.
¿OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante, razón tuvo la
gente de llamarte CARBUNCLO DE ORO, porque un hermoso y rutilante
rubí llevas en tu frente, eres pájaro sagrado y una leyenda que yo adoro.
Ahora dicen que el CARBUNCLO DE ORO ya no sale, ni saldrá nunca más,
porque se llevó al cielo sus tesoros, por mandato de WALAC o tal vez a otros
lugares de la tierra a donde exista gente buena, que humilde y sabiamente
sepa aprovechar, los tesoros y la suerte, que este pájaro sagrado, nos quiere
y nos sabe dar.
1.7. “El cerro encantado”
Cuentan antiguos moradores que, en el caserío "Monte Abierto" del
distrito de Ignacio Escudero, existía un cerro al cual se le atribuye que en
tiempos pasados operaban fuerzas sobrenaturales. En este cerro poco a
poco las sombras se apoderaban del paisaje, el cerro se tornaba cada vez
más pétreo y alucinante como una gran mancha negra, profunda e infernal
y la luna como queriéndose refugiar se perdía detrás del vestido negro del
cerro. Pero a raíz de un hecho que permitió liberarlo de dichas fuerzas
demoníacas, actualmente se le conoce como el "Cerro Encantado".
La vida de este pueblo por mucho tiempo se desarrolló en paz y armonía;
porque todos trabajaban ;aunque el patrón nunca pagaba lo justo; hasta que
la situación empeoró y no tuvieron más alternativa que emigrar a otros
lugares en busca de un trabajo seguro, otros se trasladaron a la margen
derecha de la Panamericana Norte con el mismo propósito; pero para
trasladarse tenían que hacerlo muy de madrugada, a fin de pasar a una hora
apropiada por las faldas de un cerro y así evitar que algo siniestro les
ocurriera.
Cuentan algunos caminantes que tuvieron la osadía de transitar por esta
ruta en horas de la noche, sobre un hecho insólito y espeluznante, que a
partir de las 12 de la noche aparecía el "Carbunclo" (ser demoníaco) volando
en forma de águila y que cuando agitaba sus largas alas resplandecían y
cuando las cerraba se oscurecían, era como una luz cárdena que brillaba
lejos y corría por los repliegues del cerro. Afirman que salía desde el "Cerro
Ovejería" y llegaba volando hasta el cerro Monte Abierto y desaparecía.
Cuando esto sucedía, de rato en rato un trueno estridente golpeaba las
nubes y en los montes se alargaba su voz cual un alarido lejano y las
montañas emitían otro muy similar al aullido de los perros cuando ven al
"Diablo". También afirman que se escuchaba como si mucha gente estuviera
interpretando con instrumentos temas musicales y que por momentos el
ruido era tan fuerte que hacía estremecer en los alrededores.
Estas versiones despertaron curiosidad en algunas personas que se
vieron tentadas a subir al cerro para dar fe de lo que se comentaba y es aquí
cuando sucede algo inesperado e inexplicable; la desaparición de personas,
sin dejar rastro alguno, como si el cerro encantado se hubiera apoderado de
ellos para siempre. Otros llegaron a subir y sólo dieron testimonio de haber
visto a un hombre muy grande, negro y peludo que poseía una sonrisa
diabólica; era el " Carbunclo" ; ya que luego de verlo caían privados y
echando espuma. Algunos quedaban enfermos y luego morían; otros se
volvían locos y otros nunca más tuvieron paz.
Ante estos hechos y la impotencia de los pobladores de no poder hacer
nada que evite que la gente siga desapareciendo en el cerro encantado.
Decidieron acudir a la Iglesia para que intervenga con sus sacramentos y
fueron dos sacerdotes que acudieron al lugar y realizaron con agua bendita
el conjuro o exorcismo. Terminado el acto dispusieron que en la parte alta
del cerro se coloque una CRUZ, con lo que se logró la desaparición de los
fuertes ruidos y el encantamiento del cerro.
1.8. La pastora y el macanche”
En la cálida y acogedora provincia de Sullana, existe hace muchos años
el caserío de MONTE ABIERTO, situado en el distrito de Ignacio Escudero,
en cuyos campos se encuentran cerros de aspecto peculiar y mágica
belleza, en los cuales crecen altivos y pintorescos algarrobos, que sirven de
refugio y descanso a pastores y sus rebaños. En estos lugares abundan toda
clase de insectos, especialmente zancudos; así como variedad de aves y
entre otro tipo de animales ardillas, zorros, pacazos. Pero lo que todos temen
es la presencia de "Macanches", por ser una de las víboras venenosas y
más grandes de la región.
Esta zona se caracteriza porque en la falda de los cerros existen muchas
cuevas cubiertas de peñascos y cuando el radiante y majestuoso "Astro Rey"
se encuentra en el cenit, se dibujan en las pampas las sombras de gallinazos
que luego de volar en círculos y a gran altura, presurosos orientan su vuelo
hacia alguna carroña que han detectado, dándose un suculento festín..
Cuentan antiguos moradores, que en estos campos en uno de esos días
sombríos sucedió un hecho espeluznante, el romance de la "Pastora " y un
"Macanche " y cuyo nido de amor era una de las cuevas que existen en esta
zona.
Este insólito romance se inicia cuando cierto día en que la Pastora
conducía su rebaño de cabras por estos parajes, al pasar cerca de una de
las cuevas, sintió de pronto curiosidad y un deseo irresistible que la impulsó
a ingresar a una de ellas. Su asombro fue muy grande, cuando dentro de la
cueva divisó a un enorme "Macanche", en su madriguera. Pasado el susto,
la pastora experimentó una extraña sensación en todo su ser y así
temblando por el espanto, se sintió atraída por el magnetismo del reptil que
la miraba con la fuerza hipnótica de sus inmóviles ojos, cautivándola y
seduciéndola como si fuera un enamorado. Así fueron pasando los días y en
el corazón de la pastora iba creciendo con más fuerza un sentimiento febril,
de tal manera que acudir a la cueva era como si se tratara de una ineludible
cita de amor.
Los padres de la Pastora ignoraban lo que le estaba sucediendo a su hija,
hasta que una noche algo raro experimentaron, pues tuvieron la impresión
de que alguien había ingresado a su dormitorio, preocupados por su
seguridad e integridad física y temiendo que algo malo le pasara se
decidieron ingresar en horas de la madrugada y grande fue la sorpresa,
cuando en la cama de su hija encontraron algunos extraños y raros huevos,
pero al no encontrar explicación de lo sucedido, llenos de asombro optaron
por retirarse.
La Pastora aprovechó el momento para cogerlos y con infinita ternura los
colocó junto a su pecho y presurosa los trasladó a un lugar más seguro; pero
como esta escena la repitió varias veces, sus padres sospecharon que algo
raro le estaba sucediendo. Una mañana la siguieron y grande fue su
sorpresa al constatar que los huevos que encontraron en la cama, ahora
estaban en la madriguera del "Macanche", y al cuidado amoroso de ella, fue
entonces tal la indignación que se apoderó de ellos que no tuvieron más
remedio que armarse de palos y machetes dándole al instante cruel muerte
al animal, sin pensar en las consecuencias que esta acción generaría.
Este inesperado final causó tanta pena y dolor a la Pastora, tal como
sucede cuando perdemos un ser amado. Poco a poco el sufrimiento la fue
consumiendo e irremediablemente dejo de existir.
Desde entonces cuentan que en los cerros del barrio San Miguel (Monte
Abierto), especialmente en las noches de luna llena, se escucha a la
distancia un sonido parecido a un gemido lastimero de una mujer, que cual
eco misterioso resuena en toda la zona y todos coinciden que debe ser la
Pastora que murió de amor evocando a su "Macanche"
1.9. "La niña Margarita"
Cuando los hombres de Francisco Pizarro estuvieron de paso por
Poechos, muchos de ellos quedaron maravillados de estas tierras. En
aquellos tiempos era costumbre repartir grandes extensiones de terrenos a
los hombres que habían contribuido de una forma u otra a que la empresa
del conquistador fuera un éxito. Es así, como con el devenir del tiempo y en
los albores de la Colonia, los lugares conocidos hoy como La Margarita, El
Empreñadero y la "Horca", entraron a formar parte de las posesiones de un
rico terrateniente.
Este hombre tenía una hermosísima hija llamada Margarita, de escasos
dieciocho años, criada y educada en un colegio de señoritas dirigido por
religiosas en España. Margarita dueña de una belleza sin igual, solamente
comparada con la hermosura de una "Capullana", había llegado a la tierra
que la vio nacer , gracias al llamado que le hiciera su padre, debido a que
este, presintiendo su muerte quería que antes que se produjera el fatal
desenlace, casarla con su joven sobrino de rancia aristocracia y alta alcurnia
,asegurando así, que su futura descendencia sería de ilustre linaje y noble
cuna.
Más el hombre propone y Dios dispone, y escrito estaba que esto no
sucedería, pues al llegar la niña Margarita -como le llamaba la servidumbre-
, se encuentra con su antiguo compañero de juegos, el hijo del capataz,
Francisco, muchacho fuerte, dos años mayor que ella, de porte atlético,
aspecto saludable , expresión bondadosa, tez morena curtida por el sol
ardiente, ojos color ámbar y pelos lacios un poco desgreñados. Este
encuentro tuvo como escenario el ancho ventanal de la casa donde juntos
recordaron las travesuras infantiles, renaciendo en ellos el amor que germinó
en sus primeros años. El lugar que hoy se conoce con el nombre de la "La
Margarita", sirvió de marco a este amor sublime que llegó a concretarse en
un nuevo ser.
Hasta que llegó lo inevitable. El padre al enterarse de estos amoríos,
encolerizado y herido en lo más profundo de su orgullo y linaje , decretó la
horca para el muchacho. Margarita se enteró de sus siniestros planes y huye
a avisar al dueño de su corazón, pero ya era demasiado tarde ¡ Todo se
había consumado!. Ella llena de dolor sólo atina a correr al lugar que fue
testigo mudo de su amor y deja caer su cuerpo exánime para no volver a
levantarse jamás. El padre abrumado por la desgracia ocurrida, en pago a
su soberbia abandona sus inmensas tierras y nunca más se vuelve a saber
de él.
Desde entonces, el lugar donde la niña Margarita conoció el amor y solía
deleitarse con la belleza de sus paisajes ,se le conoce como “La
Margarita”,donde concibió un nuevo ser al que llamaron” El Empreñadero “
y el sitio en que se ahorcó a Francisco se le denomina “La Horca”. Este es
el origen de los caseríos que llevan hoy tales nombres, en recuerdo a
personajes y sucesos de otros tiempos.
Fuente: Leyendas recogidas por el profesor Wilmer Alejos Madrid,
publicado en 2010, “Leyendas de Sullana”, disponible en:
http://wilmeralejosmadrid.blogspot.pe/2010/05/leyendas-de-sullana.html

2. Provincia de Piura
2.1. La chica de la curva
Cuenta la leyenda, que en la ciudad de Piura, había una pareja que
pasaba por unos malos momentos en su vida sentimental, un día, salieron a
pasear y al poco momento comenzaron a discutir.
El chico sin mediar muchas
palabras le dió un certero golpe en
la cabeza a su pareja, la cual cayó
instantamente sobre el pavimento,
sin respirar ni realizar movimiento
alguno. El novio, asustado, arrojó
el cuerpo de la victima en una
curva para que los carros puedan
atropellarlo borrando toda huella
de asesinato.
El novio, salió libre de toda
culpa, pues al realizar la autopsia, determinaron que la causa de la muerte
fue un golpe contundente en la cabeza producto de los multiples atropellos.
Desde ese día, se cuenta que los taxistas que pasan por esa curva, ven
que una joven hace la parada del taxi, y aunque estos no se detienen, al
voltear y ver el asiento trasero, ven a una chica sentada que inmediatamente
desaparece.
Fuente: http://www.unaleyendacorta.com
2.2. María Dominga
Como varios pobladores sechuranos refieren, el personaje de María
Dominga es una mujer que suele aparecerse de la nada a los pobladores,
en algunos casos para brindarles beneficios económicos o proponerles
matrimonio; pero aseguran que quien rechaza esta última propuesta suele
tener resultados poco alentadores.
María Dominga era una niña que se perdió en la zona de Catacaos
cuando iba a pastorear chivos y después de un tiempo empezó a aparecerse
en la zona de Sechura. Jesús Pingo la reconoció cuando se acercaba pues
a su paso sonaba como si arrastraran metales y dicen que era porque
llevaba un vestido de oro y plata.
De acuerdo al relato narrado, la parcela donde cosechaba camotes este
morador, que se llamaba El Overo y estaba ubicada en el desierto de
Sechura, fue arrasado por las aguas del río; sin embargo, antes de este
encuentro, el hombre de campo era exitoso en la producción de este
tubérculo, situación que no volvió a suceder tras el pedido de matrimonio de
dicha mujer.
Existen algunos pescadores que creen en María Dominga, pues los ayuda
a tener una buena pesca; sin embargo, hay otras personas como la
moradora Alejandrina Bancayán Sánchez, quien se la topó y por miedo no
salió de su casa en más de 5 años, refieren los pobladores.
Fuente: http://mitosyleyendaspiuranas.blogspot.pe/

3. Provincia de Talara
3.1. El niño: El dolor de pariñac's
La apacible zona de las quebradas Honda y Siches, y su litoral constituían
el paraíso de la Selva Tropical. Territorio pertenecienbte a los PARIÑAC'S.
Constituía una zona de interesantes riquezas, como lo permitía su forma
de inmenso manglar que ofrecía las condiciones ideales`para toda forma de
vida, que imponía la armonía de la naturaleza y el espíritu.
El gobierno de los Pariñac's era muy diferente al de una etnia de un valle
próximo dominado por las Capullanas, donde imperaba el matriarcado. Sin
embargo a un soberano Pariñac's le atrajo la belleza de una doncella de las
Capullanas, lo cual no era del gobierno de éstos.
La aceptación de la doncella al soberano Pariñac's propició incomodidad
entre las Capullanas, quienes no aceptaban que una de su estirpe pusiera
en riesgo el régimen de gobierno. Sin embargo el amor del soberano y la
doncella pudo más. Esta no cedió a laspresiones de su etnia,decidiendo
compartir su vida fuera de su territorio donde tenía más libetad y
correspondencia a sus sentimientos.
Sin embargo en la etnia de las Capullanas no se admitía que alguien
del grupo rompiera las tradiciones que las gobernaban, decidiendo invadir el
pacífico reino de los Pariñac's para rescatar a la joven doncella.
Los Pariñac's eran seres humanos muy laboriosos que diariamente se
hacían a la mar para cumplir con una parte de sus faenas. Esto era conocido
por las Capullanas que decidieron sacar ventaja y decidieron pretender
rescatar a la doncella un día en que la mayoría de los Pariñac's se
encontraban laborando.
Las Capullanas eran reconocidas guerreras, siempre dispuestas a
enfrentar cualquier situación que afectaba su reino, por ello arremetieron en
territorio delos Pariñac's cercando a la dondella, quién antes de ser
caoturada prefirió demostrar a su etnia su valentía, enfrentando la agresión,
debido a la desigualdad, la doncella cayó en batalla.
Al retornar los Pariñac's se quedaron atónitos de la masacre ocurrida.
El soberano Pariñac's al ver el cuerpo inerte de la doncella, estalló en dolor
y lamentación, como un niño. Su pena y dolor empezaron a manifestarse en
una incontenible tempestad en forma de rayos y torrenciales lluvias.
En los meses de verano el soberano Pariñac`s sintiéndose herido en
sus sentimientos sale a recordar aquellos momentos de amargura y dolor.
Este es el conocido fenómeno de El Niño que algunas veces se manifiesta
en forma moderada, en otras intenso y otras ocasiones muy intenso,
dependiendo del estado de ánimo y nostalgia del soberano Pariñac`s, quien
algunas veces se anima a castigar el territorio delas Capullanas, cuando su
cólera se vuelve incontenible.
Fuente: leyenda recogida por Rafael Alexandro Cohen Curay y Angel
Joan Ramirez Ordinola, 2015, “ Historias, mitos y leyendas de mi Región”,
disponible en: http://15027amauta.blogspot.pe/

4. Paita
4.1. La luz del cerro azul
Esta leyenda tiene 3 versiones las cuales serán narradas a continuación.
 Primera versión.
Pobladores asumen que se trata de la luz que emite el carblunclo que
es un ave o pájaro enorme el cual lleva un diamante en la frente que de
noche alumbra con sus ojos o el diamante en la frente.
 Segunda versión.
Esta luz es el resplandor o luminosidad de la andalucita que es un mineral
que al recibir los rayos del sol de día, y en la noche los expulsa.
 Tercera versión
Pegados a lo extrasensorial creen que se trata de objetos voladores como
ovnis y extraterrestres debido al poder magnético que posee el cerro.
4.2. El mito de kon
El dios kon vino del septentrión. Era un ser de constitución física muy
especial ya que no tenía huesos ni extremidades, lo cual no impedía que se
desplazara ligero como el viento al solo impulso de su voluntad. Decía ser
hijo del Sol y poseía el don creador de la palabra. Al conjuro de su verbo
pobló la tierra de hombres y mujeres a quienes proveyó de todo lo necesario
para una vida plena y feliz; por ello fructifico la tierra con abundantes frutos,
tupidos bosques y variada fauna.
De esta manera, los hombres disfrutaban de una vida sosegada al
contacto con una naturaleza prodiga y exuberante. Hasta que algunos
hombres repararon en la extraña apariencia del sol y lo hicieron objeto de
burlas y sátiras agudas e hirientes.
Desencadeno la ira de kon quien lanzo un castigo terrible sobre todos los
hombres. Asolo las fértiles y generosas tierras transformándolas en arenales
desérticos y candentes, ausento las lluvias y seco los ríos para que anda
fructificara en las arenas muertas y destruyo todo aquello que pudiera servir
de sustento a los seres humanos.
Aterrados y urgidos por el hambre y la sed, los hombres imploraron la
piedad del Dios. Kon termino por apiadarse de ellos, pero ya no volvió a
restituir lo que creara y destruyera. Solo permitió que de las alturas bajaran
algunos hilos de agua a fin que los hombres pudieran regar y cultivar algunas
tierras y así subsistir con arduo trabajo.

4.3. Los pescadores que tallaron a San pedro y San Pablo


Desde épocas muy remotas el puerto de Paita había sufrido uno de Los
más trágicos maretazos por efectos del fenómeno del niño y los antiguos
pescadores ubicados en la playa cuñas (el primer agrupamiento de Paiteñas
mucho más antiguo que el puerto nuevo del ferrocarril)fueron avisados por
la viren que la población debía emigrar a otro lugar porque sufriría más
desastres; asimismo la intersección divina de la viren señalo a dos
pescadores para que tallaran las sagradas imágenes de SAN PERDO Y SAN
PABLO.
En efecto los carpinteros con apellido chunga comenzaron a tallar en sus
casuchas las dos imágenes; ellos permanecieron encerrados trabajando, no
salían para nada y las gentes los alimentaban con pescado y agua como
alimento.
Transcurrían los días, el mar se puso bravo, y los moradores
supersticiosos creyendo en la fatalidad, comenzaron a empacar sus
enseres; prepararon sus embarcaciones y fueron a ver a los dos talladores.
Se acercaron a la casa, tocaron la puerta, nadie respondía, llamaron varias
veces y como nadie contestaba, abrieron la puerta y al abrir, asombrados
hallaron solo las dos imágenes talladas acabadas de hacer, los pescados
estaban intactos y el agua no había sido probada.
Los aldeanos procedieron a sacar las imágenes, el oleaje comenzó a
agitarse, las olas golpeaban fuertemente los débiles muelles y rusticas
casas, de inmediato los santos fueron embarcados en los botes, caía lento
el atardecer y los “cuñuseños” con todas sus pertenencias iniciaron el éxodo
por el mar, y navegando hacia el sur cuando entraba ya la noche, luego de
unas horas, llegaron a la zona llamada “la punta”.
Los nuevos inmigrantes reubicados e instalados en la punta, toda la santa
noche estuvieron orando y no bien amaneció, sacaron en procesión a San
Pedro y San Pablo, levantaron una ermita en la orilla empedrada y un arco
con cadenetas, cuadros y pescados como ofrenda. Los fieles través de sus
cantos, oraciones y ruegos expresaban su fe y agradecimiento a las santas
imágenes y alabaron la bondad de la virgen por su intersección, era 29 de
junio día y hecho milagroso.
Transcurrió muchísimo tiempo y las sagradas imágenes fueron a dar a
casa de la familia Garrido, quien luego las dono al sindicato de pescadores
artesanales, para luego hoy en día pertenecer a la parroquia y desde aquella
fecha y suceso todos los 29 de Junio, los punteños celebran la festividad de
san pedro y san pablo en el mismo lugar donde los “cuñuseños” recalaron a
la “punta” su capilla.

4.4. La piedra del soldado


Cuenta la leyenda que por las aguas que corren las orillas del pueblo el
arenal (aguas del rio chira) existe en lo alto de un cerro, una piedra donde
hay una enorme cueva y que en tiempos de leva y peligro esta cueva sirve
como refugio.
Cuentan las gentes que vieron esto, que hace muchos años atrás, se
apareció en la cima del cerro un soldado con su caballo, subieron a la piedra
y extrañamente se arrojaron al rio y se ahogaron en esa piedra; los lugareños
como no lo pudieron rescatar celebraron una misa en esa pierda; dicen que
el soldado estuvo enamorado de una chica por eso se arrojó al rio,
decepcionado por amor. Desde entonces ha dicho lugar se le llama la piedra
del soldado.
4.5. El cacique Colán
Por este lugar que hoy se llama Colán, hace muchos siglos, existió un
hombre de aspecto grave y austero, bondadoso y benevolente, y recto en su
palabra.
Este hombre fue el cacique o gobernador de esta aldea, amo de la
comarca o cacicazgo, que por el hablar errado de las indígenas de aquella
época, en vez de pronunciar colac, lo llamaban Colán.
El cacique colan construyo una plaza frente al templo san Lucas, la que
fue calcinada por incendios que sufrió este pueblo por aquellos tiempos,
lugar donde según Bernardo del Carpio, corren y danzan ahora los moros y
cristianos en sus caballos, y que aún una vetusta casucha se puede ver, que
es la casa donde colan vivió.
Los restos del cacique colan pueden estar en las tumbas de los muertos
enterrados debajo de la antigua iglesia de colan.
4.6. El tesoro del indio
Donde hoy se encuentra construida y ubicada la Iglesia Sagrado Corazón
de Jesús en el distrito de pueblo nuevo, existió una casa hace muchísimo
tiempo atrás, y allí vivió la familia Cutieres Alburqueque y donde dicen que
había un fantasma que “penaba”.
El dueño de la casa, cansado de las versiones fantasmales que
comentaba la gente, quiso comprobar él mismo tales “apariciones”. Y esta
vez armado de valor, aguardo en la oscura habitación; la noche estaba fría
y fúnebre, y al sonar las 12, de repente vio aparecer un hombre tipo Indio
grueso y de larguísimo cabello. Asustado el hombre, al dia siguiente conto a
sus familiares lo sucedido, a lo que acordaron traer a un curandero y hacer
una “limpia” a la casa.
El jefe de la familia viajo a las Huaringas trajo al curandero se hiso la limpia
y saco como resultado que en la casa había enterrada una tinaja llena de
oro y joyas preciosas; el brujo dijo hacer otro trabajito para sacar la tinaja.
Acordaron eso y cuando la tinaja fue hallada y a punto de sacarla, soplo un
viento fuerte, sonó una terrible explosión, el indio se fue en un denso humo
y despareció la misteriosa tinaja, quedándose los hombres sami enterrados
y muy asustados.
Cuentan que el mal, desapareció de la casa, pero a los tres días murió el
curandero allá en su tierra.
Con el correr del tiempo el distrito de pueblo nuevo sufrió varios incendios,
y la familia Gutiérrez Alburqueque dono el terreno al párroco de ese entonces
el fraile Agustín María Godoy quien construyo luego una Iglesia, Iglesia que
hasta hoy en día existe en este mismo lugar.(Sagrado Corazón de Jesús)
4.7. El Cerro de las Tres Cruces
Se dice que en la cima de este cerro existieron clavadas tres cruces de
madera, de tres soldados chilenos enterrados allí, y que los antiguos
Paiteños los mataron por ofender y abusar de nuestro puerto allá por los
años 1880, cuando el sanguinario capitán chileno Patricio Linch, saqueo y
destruyo la ciudad de Paita.
Sobre el asunto según otancha aclara y da la siguiente versión: cuentan
los antiguos que en el siglo antepasado llegaron a Paita unos sacerdotes
misioneros y fueron ellos los que clavaron las “tres cruces” de madera en la
cumbre de este cerro. Vidal Rivas agrega, que los misioneros colocaron las
tres cruces en recuerdo y testificación de la fe católica y misión
evangelizadora y que después la gente del lugar lo llamaron el cerro de las
tres cruces y con el correr del tiempo los antiguos Paiteños comenzaron
venerar y celebrar en este cerro, la fiesta de las tres cruces.
4.8. Los Paseítos de la Virgen
Cuenta la leyenda que nuestra virgen de las mercedes le gusta salir a
pasear por las playas de Paita y para ello aprovecha los túneles que existen
para darse estos paseítos.
Sabemos que existe un túnel de la Iglesia al mar, y otro del cerro de las
tres cruces a la Iglesia; y desde el túnel del cerro de las tres cruces donde
ahora está la Virgen “La Mamita Meche” sale y baja por su Iglesia y por allí
llega al mar, camina por la orilla, se baña los pies y en su largo paseíto llega
a cierto lugar de la playa a recordar el episodio donde 2 náufragos
pescadores hallaron una enorme concha y se la obsequiaron a la Virgen.
Así mismo nuestra Virgencita aprovecha su paseíto por el mar, para
darse su “chapuzón” y esto se comprueba cuando la sullanera cada vez que
le lavaba la ropa, al final en el fondo de la batea, quedaba abundante arena
de la ropa de la sagrada imagen. Así también se comprueban sus salidas
cuando los fieles en septiembre al acercarse a adorarla, ven que la virgen
tiene arena de mar en los pies.
Asimismo nuestra santísima Virgen de las Mercedes aprovecha su
paseíto para lavar y curar con agua de mar, su herida en el cuello, echa por
el pirata Anson en 1741 cuando una vez saqueado e incendiado el puerto,
este sanguinario pirata inglés, con su sable le dio un corte en el cuello.
4.9. El Sol de Paita y la Luna de Colan
La luna de Paita y el sol de colan es la frase que dijera el condotiero Carleti
allá por el siglo XVII.
De este dicho, y con esa cuestión del descubrimiento de los rayos
cósmicos y los rayos católicos, la frase se hizo más famosa, y nació la
leyenda que dio la vuelta al mundo y pervive hasta hoy en nuestras mentes
y labios.
Es así como desde aquellos tiempos, decimos “La Luna de Paita y el Sol
De Colan”
Las antiguas gentes cuentan que los bañistas y las persona pudientes, en
los meses de verano, iban a la playa de Colan a contemplar la puesta del
sol, era una atracción maravillosa; y aquí en Paita los propios y extraños se
quedaban cautivados y encantados de la admiración y embeleso de la luna
que brilla en la noche llena de estrellas, y es que la luna es bella por el
resplandor de su luz.
Fuente: Registro de Mitos y Leyendas de la Municipalidad de Paita
*Las leyendas de Paita mencionadas anteriormente son de la misma
fuente.
4.10. El Caballo del Diablo
En pueblo Nuevo de Colán, se dice que en plena conquista española,
cuando los conquistadores reconocían el territorio colonés, un fuerte adulto
de nombre “La Chira”, descendiente del insigne cacique de Sullana, solía
realizar largas caminatas por el valle del bajo Piura en compañía de una bella
doncella colonesa de nombre “Anela”, doncella de cabellera voladora muy
apetecida por los jóvenes de su pueblo de Colán. Para conquistar el corazón
de la hermosa doncella de cabellera voladora,
La Chira tuvo que atacar de forma violenta, con su flecha de oro a un
bravo español, a quien dio muerte dolorosa y sangrienta, y arrebató su veloz
caballo blanco. Y huyó con él, alzándose sobre sus ancas a la bella
muchacha de la cabellera voladora, que había corrido desesperadamente a
su encuentro, porque lo amaba como jamás había amado. Sin embargo,
frente al mar de Colán, la bella pareja colonesa fue descubierta por otro jinete
español, que al reconocer a la pareja, incitó e inició la persecución.
La pareja colonesa corrió velozmente por el inmenso arenal de Colán..Un
feroz disparo de fusil hirió mortalmente al caballo blanco, que cayó
pesadamente sobre el arenal, el cual se tiño de abundante sangre animal.
La enamorada pareja indiana se hundió misteriosamente en el valle, donde
se perdió para siempre.
Desde entonces, el histórico caballo blanco hispano se perdió en la
leyenda., pero cuando los coloneses se establecieron en ese lugar, el caballo
resucitó de y empezó a trotar misteriosamente por el fecundo valle del bajo
chira.
Sus apariciones tenían cronograma invariable, los martes y viernes.
Entonces era razón suficiente para que ellos se llenaran de espanto. Lo
llamaban “El caballo del diablo”, porque creían que se trataba de un heraldo
del demonio que se dejaba notar justo en esos días en que el diablo suele
merodear por la faz de la tierra, y porque cuando trataron de capturarlo por
la calle Bolognesi por donde pasaba a las doce de la noche, se escapaba
velozmente o se perdía como por arte de magia por ese inmenso arenal del
Pueblo Nuevo de Colán.
A comienzos del siglo, se le vio por última vez en el arenal, movía la
cabeza y la cola. Sus ojos brillantes como dos diamantes, enloquecían a la
gentes que pretendían darle caza. El caballo del diablo empezó luego a
moverse con trote solemne y los ojos relucientes como luces diabólicas,
llenaron de terror a la gente que huyó desfavorecido. El caballo del diablo
avanzó por la calle de Bolognesi.
La chira y la bella Anela de cabellera voladora, iban. Sobre él, victoriosos
amantes y felices también y se perdieron quizá para siempre en la
profundidad del océano.
Fuente: http://mitosyleyendaspiuranas.blogspot.pe/
5. Provincia de Sechura
5.1. Médano Blanco
Las leyendas relatan que la gente
en Viernes Santo suele encontrar
algunas cosas en esta zona, que se
ubica al Este de la ciudad de Sechura,
y que difícilmente hallarían en otros
días del año. Detallan también que a
las 03:00 p.m. si usted se encuentra
sobre la cima de la loma se escucha
un fuerte estruendo y se debe salir
rápidamente del lugar.
Afirman que a esa hora se abre la tierra y se produce el encanto, que son
apariciones que sin razón aparente atraen a las personas en contra de su
voluntad para luego desaparecer o perder la noción de lo que se ha hecho.
Recuerdan que en la época que estaban buscando petróleo, los
norteamericanos llegaron con maquinaria pesada para afirmar el lugar; sin
embargo, al retomar las labores al día siguiente nuevamente se hallaban las
lomas de tierra como si no se hubieran realizado trabajos anteriores.
5.2. Zona de Reventazón
En este sector refieren que
antiguamente los barcos se encallaban
sin razón aparente a pesar que la
tripulación tenía un rumbo marcado.
Según los relatos de los mismos
moradores, un señor conocido como
Carmen Namuche Zapata era quien
solía auxiliar a las personas que se
quedaban varadas hasta que alguien
llegara en su auxilio.
Refieren que en la zona existe un encantó pues las grandes
embarcaciones eran atraídas por una especie de imán y no se volvía a saber
de la embarcación, sin explicarse el por qué de esto.
Fuente: http://mitosyleyendaspiuranas.blogspot.pe/

6. Provincia de Ayabaca
6.1. El Espíritu del Cerro Aypate
Una vez llegó al cerro de Aypate una comitiva de gente. Así el cerro
escogió en la comitiva a una jovencita de 18 años. Allí encontró una mano
de batán. De oro puro. La muchacha regresó sin decir nada. Pero pocos días
después se volvió loca y se fue al cerro. Se fueron a buscarla los parientes,
pero no dieron con ella. La encontraron, en fin, que estaba casi desnuda,
como fiera. Y así debía de ser porque el Cerro la había escogido. Llamaron
a un “maestro” para que hablara con Aypate y le hiciera devolver la razón a
aquella pobrecita .
Era un maestro muy conocido el que vino con Aypate, y el cerro le dijo
que para devolver la sombre a la muchacha era preciso pagar con un cuy de
siete colores. Con ese cuy que le pagaron al Cerro se pudo deshacer el
encanto y devolver la razón a la joven. Para que el Cerro hable hay que hacer
mesada con un maestro buenazo que sepa preparar San Pedro de siete hilos
que es el mejor. Hay que extraer la mesa y que haya hombres machos que
tomen San Pedro. Y es preciso que sean fuertes porque de repente se
encuentran con el “Cholo Viejo” (El Inca o el poder personificado del Cerro)
que ataca y entonces hay que agarrarlo. Si uno no está fuerte y lo atacan se
vuelve loco y puede morirse pues el cholo le saca la sombra.
Fuente: http://mitosyleyendaspiuranas.blogspot.pe/

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