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En primer lugar, la Corte acogió la argumentación chilena y no la peruana.

Es verdad que no
constató la Declaración de Santiago de 1952 como un tratado de límites marítimos, pero falló
sobre la base que los subsecuentes acuerdos presumían una frontera –tácita- entre ambos
países (primera derrota).

Esa frontera tácita, según entiende la Corte, se extendía por 80 millas en paralelo al Hito Nº 1
(dicho sea de paso, que se haya desestimado la demanda peruana de establecer el punto de
partida en el Punto 266 o Concordia en vez del Hito Nº 1 constituye la segunda derrota). ¿Por
qué 80 millas? Nadie entiende bien (tercera –y más importante- derrota). De acuerdo a la lógica
del fallo –al derecho consuetudinario-, esta distancia debería corresponder a la que los
pescadores chilenos estaban acostumbrados a recorrer durante la época para sus actividades
extractivas. Sin embargo, parece inverosímil que hayan llegado hasta la milla 80 cuando, hasta
hoy día, casi la totalidad de la pesca se efectúa en las primeras 40 millas.

Es tan solo después de la milla 80 que la Corte reconoce que no existía ningún tipo de
delimitación –ni explícita ni implícita- por lo que establece una nueva frontera: una bisectriz
equidistante a ambos países hasta la milla 200. En otras palabras, solo lo que no usó Chile –
porque consideraba que no tenía ningún tipo de valor económico- pasó a ser parte de nuestra
zona económica exclusiva. Esta nueva delimitación, sin embargo, concedió el único triunfo al
equipo peruano: el llamado "triángulo externo", que Chile no reconocía como suyo pero
tampoco como peruano.

En resumen, Tacna se quedó, en términos prácticos, igual que antes. En términos económicos,
el Perú también quedó prácticamente igual que antes. Solo que ahora tenemos una extensión
mayor de 50.000 km cuadrados que otros países no pueden usar comercialmente. Para
ilustrarlo de otra manera, Chile se quedó con un pequeño valle fértil mientras que Perú ganó un
extenso desierto árido inhabitable e improductivo.

Es cierto que anexar 50.000 km cuadrados al territorio nacional de forma pacífica casi 200 años
después de la independencia es un evento poco común y, ciertamente, gratificante. No
obstante, el territorio que se nos ha sido otorgado por la Corte de la Haya es, a decir verdad,
inútil –por lo menos, hasta donde se sabe-.

Ciertamente este artículo tiene un corte pesimista, pero intenta servir de contrapeso ante tanto
triunfalismo excesivo. Más que nada, solo intenta recordar que pudimos (¿debimos?) ganar
más.

PD: Es preocupante que el mandatario chileno haya adoptado una interpretación tan hostil al
declarar que "la confirmación por parte de La Haya de que la frontera marítima comienza en el
paralelo del Hito Nº 1 ratifica el dominio [chileno] sobre el triángulo terrestre respectivo". A
pesar de que determinar la frontera terrestre está fuera del alcance del fallo de La Haya (como
todos ya sabían), el texto de la sentencia dice expresamente que es perfectamente posible que
el punto de partida del límite marítimo no coincida con el límite terrestre.

l 27 de enero de 2014, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), órgano judicial principal


de la organización de las Naciones Unidas, dio su sentencia en el caso de la
controversia marítima (Perú c. Chile), el cual el Perú presentó ante ella en enero de
2008. Durante el proceso ante la Corte, las partes presentaron posiciones
fundamentalmente distintas sobre la existencia de un límite marítimo entre ellas y
sobre cómo la Corte debía proceder para resolver este caso. Para llegar a su fallo, la
Corte debió evaluar esos múltiples argumentos legales planteados por ambos Estados
a lo largo de años. En particular, varios de los argumentos legales planteados por el
Perú fueron aceptados por la Corte y acogidos en el fallo, desde la interpretación que
dio a las proclamaciones de Perú y Chile de 1947, pasando por los argumentos que
planteó el Perú sobre la Declaración de Santiago de 1952 (que había sido el núcleo
del caso argumentado por Chile, el cual fue descartado por la Corte), hasta el
argumento peruano en el sentido de que el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza
Marítima de 1954 no creó una zona de tolerancia que se extienda por doscientas
millas marinas. Sin embargo, la Corte consideró que en ese tratado de 1954 las partes
reconocieron la existencia de un acuerdo tácito, figura que no argumentaron las
partes ante la Corte, pero que tiene su fundamentación legal en jurisprudencia previa
de la CIJ. La Corte luego tuvo que determinar la extensión de ese acuerdo legal tácito,
labor sumamente difícil ya que las p artes no habían contemplado la existencia de esa
figura ni argumentado hasta dónde se habría extendido la misma. Luego de establecer
que el acuerdo legal tácito se extendía por ochenta millas marinas a lo largo de un
paralelo de latitud, la Corte procedió a establecer un límite marítimo siguiendo
exactamente las normas y principios sobre delimitación marítima planteados por el
Perú, los cuales aplicados al caso determinan el establecimiento de una línea
equidistante. Con relación al punto de inicio del lími te marítimo, la Corte no empleó
el punto planteado por el Perú pero, correctamente, dejó en claro que el punto de
inicio del límite marítimo y el punto de inicio del límite terrestre no tienen
necesariamente que coincidir. Finalmente, la manera como la Cor te estableció el
límite marítimo reconoce sin lugar a duda que el área antes llamada «triángulo
exterior» corresponde exclusivamente al Perú, como ese Estado argumentó y Chile
se opuso repetidas veces a lo largo de los años. En resumen, se trata de una dec isión
ajustada al derecho internacional y tomada sobre la base de la evidencia a disposición
de la Corte, en la que esta emplea y confirma diversos de los argumentos legales
planteados por el Perú durante el proceso, a pesar de todo lo que Chile argumentó
contrariamente.

Como un "fallo salomónico", que finalmente le dio al Perú la línea equidistante pero solo
después de las 80 millas, definieron hoy expertos peruanos a la decisión de la Corte
Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) al replantear los límites marítimos entre su país y
Chile.
Para el ex viceministro de Defensa Fabián Novak, el fallo es acorde con lo que se esperaba,
pues expertos de ambas partes sospechaban que la CIJ se pronunciaría por una solución
intermedia entre la línea paralela pedida por Chile y la equidistante solicitada por el Perú, y la
duda se limitaba sobre a partir de qué punto terminaba la primera.

El constitucionalista Enrique Bernales, por su parte, criticó que la CIJ haya considerado que por
un "acuerdo tácito" existía ya un límite marítimo en las primeras 80 millas, pues según
reconoció la propia Corte no había apuntes explícitos completos en los tratados alegados por
Santiago.

El vicealmirante de la Marina (r) Jorge Montoya dijo por su lado que lo importante es que el
Perú ganó mar, al establecerse una línea equidistante para las 120 millas del fondo, pero
advirtió que se deben esperar de Chile gestos positivos porque el fallo deja abierto
espacios a arreglos bilaterales.

Para Montoya, el presidente del Perú, Ollanta Humala, debe "ponerse firme" para exigir el
pronto cumplimiento, pues el fallo adquiere obligatoriedad inmediata.

Para los expertos, el Perú podría considerarse "ganador" en la medida en que ganó mar,
pese a que la CIJ no le dio la razón en un cien por ciento, lo que de hecho se esperaba
de antemano.

El ex presidente Alan García, quien resaltó lo ocurrido, rindió homenaje a su embajador en


Santiago en su primer gobierno, Juan Miguel Bákula, pues fue quien en 1986 pidió las
aclaraciones de caso y puso sobre el tapete lo que para los chilenos era un tema cerrado.

En el Perú el clima popular era de total tranquilidad, a la que en Lima se podía sumar un
evidente desinterés. Ahora se espera la reacción de Humala, tras lo cual llegarán los
comentarios de los líderes políticos y de diversos sectores.

Corte de La Haya: todo lo que debes saber sobre la sentencia

Luego de una serie de pedidos para llegar a un acuerdo de delimitación marítima y la negativa
chilena, el Perú presentó la demanda con dos solicitudes que la Corte de La Haya determinó
en su sentencia final a conocer.
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LA CORTE
Compuesta por quince magistrados, es el órgano de justicia internacional de las Naciones
Unidas. Aunque su nombre es Corte Internacional de Justicia se le conoce como La Haya,
por su ubicación en la ciudad holandesa.
El tribunal internacional, presidido por el juez eslovaco Peter Tomka, solo resuelve
procedimientos contenciosos entre dos países o estados. Por ningún motivo, una persona o
una empresa pueden recurrir a esta instancia.
ANTES DE LA DEMANDA
En reiteradas ocasiones, Perú intentó lograr un acuerdo con Chile para establecer el límite
marítimo. Sin embargo, el país sureño respondió que la delimitación había sido declarada en
los acuerdos pesqueros de 1952 y 1954 .
El deseo del Perú, en todo momento, fue que este límite marítimo se resuelva en un acuerdo
entre los dos países. Finalmente, en el 2004, el Gobierno peruano comunicó a Chile que “se
ha agotado la posibilidad de la búsqueda de una solución a través de negociaciones directa”.
LA DEMANDA
En julio del 2007, el entonces presidente Alan García comunica a Palacio de La Moneda que
recurrirá al plano jurídico internacional para solucionar esta controversia marítima, al no
encontrar predisposición chilena.
Tras designar a Allan Wagner como agente del Estado en La Haya, el 16 de enero del 2008, el
Perú presentó la demanda de Delimitación Marítima con la República de Chle ante la Corte
Internacional de Justicia.
LOS PEDIDOS PERUANOS
En la demanda presentada por el Perú, se pidió a la Corte determinar la delimitación
marítima en el área en controversia con Chile, basándose en el principio equidistante, y
establecer que el Perú posee, como derechos soberanos, el triangulo externo del área en
controversia.
Perú indicó, en su demanda, que la línea de proyección debe ser trazada desde el Punto de la
Concordia, en la misma orilla. Sin embargo, Chile considera que la línea paralela se traza
desde el primero de los hitos que fueron instalados.
EL PUNTO DE LA CONCORDIA
En su defensa, Chile argumentó que el punto en que inicia el límite marítimo se ubica en el Hito
N° 1, mientras el Perú señaló que el límite se establece en la orilla, 264 metros al suroeste del
primer hito instalado.
Este triangulo que se formaría alcanza un área de poco más de 37 mil m2. Para ambos países
el área territorial no está en cuestionamientos, le pertenece a Perú. Sin embargo, Chile señala
que el mar sí le pertenece.

TRIÁNGULO EXTERNO
Conforme a la ley de líneas de base, Perú alcanza sus 200 millas marítimas hasta espacio
marítimo que va más allá de las 200 millas de Chile y que no está en discusión. Sin
embargo, el país sureño, basándose en la tesis del mar presencial ha utilizado esta área.
El pedido peruano es que se le reconozca como derechos soberanos exclusivos este triangulo
externo que alcanza un área marítima de 28,356 km2. Para Chile, este espacio ya es alta mar y
no tendría derechos sobre sus aguas.

ÁREA EN CONTROVERSIA
Chile defiende su posición argumentando que la delimitación marítima fue establecida en los
tratados pesqueros de 1952 y 1954, trazando una línea paralela base a partir del Hito N° 1
hacia el mar.
En tanto, el Perú indica que la proyección de la línea base se inicia en el Punto de la
Concordia y trazó una línea equidistante entre la línea del paralelo de Chile y la protección
conforme a la ley de líneas de base.
De tal modo, el espacio marítimo en controversia alcanza un área total de 38,324 km2.

LA SENTENCIA
Luego de la fase escrita y oral del proceso, desarrollado desde marzo del 2009 y diciembre del
2012, los magistrados de la Corte de La Haya sesionaron para evaluar el caso y emitir su
sentencia final que es inapelable.
El próximo 27 de enero, el presidente del tribunal, Peter Tomka, dará lectura al fallo en
respuesta a la demanda peruana. Es decir, se pronunciará sobre los dos pedidos que el Perú
formuló determinar.
Mapas: Cancillería del Perú.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya fijó hoy los límites marítimos entre el Perú y
Chile, luego de un proceso que demoró seis años. Según lo establecido por el tribunal, nuestro
país ha ganado casi 50.000 kilómetros cuadrados de mar. Ambos gobiernos han aceptado la
resolución y han reiterado que la acatarán, aunque desde Santiago no estén de acuerdo.

Durante la lectura del veredicto, el presidente de la CIJ, Peter Tomka, ofreció detalles sobre la
decisión final, que a continuación pasamos a desarrollar:

1. EN EL 52’ NO SE DELIMITÓ NADA


Según la sentencia del tribunal internacional, la Declaración de Santiago, firmada en 1952 por
el Perú, Chile y Ecuador, “no llevó a cabo una delimitación marítima general”.

"Éste no hace referencia expresa a la delimitación marítima ni frontera lateral. Se suma la falta
de información, como coordenadas. Pero, en su apartado cuarto incluye ciertos elementos
pertinentes de la delimitación marítima internacional", señaló Peter Tomka.

El juez agregó que la Declaración de Santiago solamente tiene como finalidad la protección de
recursos vivos y delimitar zona insular, pero no representa que ambos países haya convenido
el límite marítimo.

2. “FRONTERA A TODOS SUS EFECTOS”


Seguidamente, Tomka dijo que el instrumento suscrito en 1954 sí representa un acuerdo
fronterizo “en todos los efectos” y no solo en el sector pesquero. "El convenio solo
establece el acuerdo tácito. No indica la naturaleza de la frontera marítima ni sus dimensiones.
Solo que la frontera marítima va más allá de las 12 millas marítimas desde las costas", añadió.

El titular de la CIJ indicó que el documento del 1954 “no hace más que establecer, grabar en
piedra el acuerdo tácito (entre Perú, Chile y Ecuador)”. Además, consideró que el retraso de
Santiago en la inscripción de este documento ante las Naciones Unidades “no respalda” el
argumento peruano de que este no tenía importancia para ese país.

En este punto, La Haya acogió el argumento del Perú respecto a entender que la
delimitación de la frontera marítima requiere la "contextualización de asuntos
especiales".

3. PROYECCIÓN DESDE HITO N°1


La Corte Internacional de Justicia también concluyó que la frontera marítima, sellada “en
piedra” en el instrumento del 54’, parte desde el Hito N° 1 y no desde el Punto de la
Concordia, como era la tesis peruana. Desde esta zona se traza una línea que se extiende
mar 80 millas. A esta situación se le conoce como ‘costa seca’. En la práctica, a los largo de
200 metros el mar será de Chile, pero el territorio se mantendrá a manos del Perú.
4. LA NUEVA DELIMITACIÓN
Si bien el fallo de CIJ aceptó la tesis chilena de que la demarcación de la frontera marítima
para en tierra del llamado Hito N°1, fijo que esa línea paralela solamente se extiende por 80
millas, unas 120 millas menos que las postuladas por Chile. Desde ese punto, la frontera es
definida por una línea equidistante a las costas, como pedía el Perú.

Según señaló el presidente Ollanta Humala en su mensaje a la nación, con la nueva frontera, el
Perú "incorporará aproximadamente 50.000 kilómetros cuadrados de mar".

Humala Tasso también precisó que el hecho de que la delimitación parta del Hito N°1 “no
afecta ni prejuzga la intangibilidad de la frontera terrestre establecida en el Tratado de 1929,
que fija su inicio en el punto Concordia. La corte no se ha pronunciado sobre la frontera
terrestre”.

5. LA POSICIÓN CHILENA
Tras analizar la nueva delimitación marítima, el presidente chileno Sebastián Piñera afirmó que
su país “discrepa profundamente” con el fallo de la CIJ.

Piñera calificó la sentencia como "una lamentable pérdida para nuestro país", pero recordó que
"las decisiones de la Corte son vinculantes y los dos países se han comprometido a
cumplirlas".

A su turno, la mandataria electa Michelle Bachelet añadió que, sin perjuicio del fallo, trabajará
"para que la paz y la cooperación marquen la relación entre Chile y Perú". También abogó por
una implementación “gradual” y “coordinada” con Lima.

6. ¿PESCADORES DE TACNA BENEFICIADOS?


El presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales Morro Sama, David Patiño, consideró
que la sentencia no los beneficia. "Los pescadores (artesanales) no pueden costear el traslado
hasta la zona que han considerado en el fallo. Supongo que eso beneficiará a la pesca
industrial que tiene las embarcaciones y el equipo necesario. Solo les digo que el pescador
artesanal no ha ganado nada", aseguró.

Una muestra de que la situación en Tacna seguirá tal cual, es que su alcalde Fidel Carita dijo
que concretamente “la ganancia es la paz y tranquilidad”.

Por su parte, Corpesca, una de las mayores pesqueras de Chile, no ve un impacto inmediato
en sus operaciones por el fallo.
Para Roque Benavides, gerente general de Compañía de Minas
Buenaventura y blogger de Conexión ESAN, Perú y Chile deben pasar la página a partir del
fallo de La Haya y abocarse a buscar oportunidades económicas, políticas, culturales y sociales
que beneficien a ambos países. "Somos economías complementarias en muchos aspectos y
debemos fomentarlo", exclamó.
Seguidamente, Benavides dijo que esta es una gran oportunidad para integrarnos una vez que
zanjemos la última diferencia limítrofe que nos queda. "Recordemos que el pasado es historia y
que debemos vivir el presente y mirar hacia el futuro", puntualizó.
Por su parte, el profesor del International MBA de ESAN, Jorge Guillén, sostuvo que la
demanda presentada por el Perú ha sido aceptada en parte, lo cual nos ha hecho ganar, de
acuerdo a lo estipulado por la sentencia, una porción importante de mar. "Una posible dificultad
para nosotros es que los pescadores peruanos de esa zona en su mayoría son artesanales y el
Perú no cuenta con muchas embarcaciones que le permitan explotar los recursos en altamar",
dijo coincidiendo con el profesor Luis Felipe Calderón.
Guillén añadió que Chile, por el contrario, tiene embarcaciones más sólidas y no ha perdido
mucho puesto que mantienen el paralelo hasta el kilómetro 80, lo que en cierta forma mantiene
los beneficios para sus pescadores de menor escala.
"Si uno lo ve en total de kilómetros, el Perú definitivamente gana; aún así, Chile mantiene sus
derechos de explotación de recursos pesqueros en la zona más cercana a la costa. En ese
sentido, podría decirse que la sentencia que ha emitido la Corte Internacional de Justicia de La
Haya ha sido en cierta forma equitativa o salomónica", expresó.
Por el lado de las relaciones comerciales, prosigue Jorge Guillén, el hecho de que el fallo haya
sido en cierta forma equitativo, favorece que no haya peligro de que se frenen las inversiones
de uno u otro lado. "El Perú ha ganado y Chile no ha perdido tanto como temía. Más aún,
ninguna de las dos partes ha hecho un papelón en la parte legal, toda vez que se les ha dado
la razón en varias de sus posiciones".
Finalmente, mencionó que se espera que las inversiones chilenas en el mercado de retail y el
sector agroindustrial continúen sin ningún problema, lo que beneficia a ambas partes. Esta
salida civilizada, frente a otros posibles escenarios indeseables, cierra por fin un capítulo difícil
en las relaciones con nuestro vecino del sur.

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