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UN sueño anhelado

Érase una vez una niña llamada Rafaela quería ser una bombera,
como su tía, su mama y su abuela. Lo deseaba con todas sus ganas y
fuerzas. Rafaela sabía todo lo que hacían los bomberos como principal
sabía sobre el fuego, los incendios, él funcionamiento de los camiones
y se sabe hasta de memoria el protocolo de rescate.
Su mama María se la llevaba muchas veces a la estación de bomberos.
Allí todo el mundo la apreciaba por su coraje y su ilusión. Jamás nadie
había visto a una niña con aquella ilusión por ser parte de bomberos.
Porque Rafaela no le temía a nada ni a nadie y le daba igual que fuese
en silla de ruedas con tal de poder ayudar al otro.
Un día, mientras jugaba en el interior de uno de los camiones, el que
conducía su tía, hubo un aviso. Se había previsto un incendio que un
desconocido había protagonizado en el centro comercial, este
desconocido lo hizo para quedarse con todo el dinero y no compartirlo
con nadie, era para superarse, contaba carabineros, entonces los
bomberos subieron a toda prisa a los vehículos para responder al aviso
cuanto antes.
-¡Mama , estoy aquí!-dijo Rafaela. Cuando vio que todos los bomberos
subían sin sacarla primero.
-no te preocupes hija. No hay tiempo que perder- respondió su madre-
te vienes con nosotras.
-genial-dijo Rafaela entusiasmada
Aquel día, Rafaela vio a su madre, a su tía y a su abuela y a todas sus
compañeras trabajar duro para sacar la gente que aún había quedado
atrapada en el edificio.
Tras pasar varias horas de intenso trabajo los bomberos lograr apagar
el fuego.
De regreso a la estación, Rafaela le dijo a su madre:
-Mama, creo que yo nunca podré hacer esto con mi silla de ruedas.
-No estés triste hija-respondió su madre-hay muchas otras cosas que
podrás ser.
-Todavía no he visto un bombero en silla de ruedas mama –dijo Rafaela.
-¿No? Entonces tu serás la primera esfuérzate y veras-respondió su
madre.
-Pero no podre apagar fuegos, ni salvar a la gente-dijo Rafaela.
–Podrás hacer otras cosas, hija
-¿Cómo cuáles?
-Piensa en ello a ver que se te ocurre.
Al día siguiente, Rafaela se levantó muy temprano, por qué había
tenido muchas ideas.
-Mama ya se lo que voy a hacer, voy a ser conductora del camión de
bomberos-dijo Rafaela
-¿Qué?-pregunto su madre
-Diseñare el primer camión que pueda conducir una persona como yo.
¿No hay coches que puedan conducirse si pedales en los pies? ¡yo
diseñare un camión y así lo conduciré!
-¡Fantástica idea, hija!
Además diseñare un ascensor para poder encargarme de abastecer el
camión y tenerlo todo limpio, listo y preparado, que también servirá
para lanzar agua con la manguera desde afuera.
-Vaya, veo que lo tiene todo pensado –dijo su mama.
-Estoy en ello mama. No puedo caminar, lo se, pero desde el camión de
bomberos podre ayudar a los demás, mamá es como un camión más
moderno o más tecnológico. Además mama mis piernas son solo una
limitación, no un freno, y puedo hacer muchas otras cosas.
DESDE ESE DIA RAFAELA COMPRENDIO QUE ALGUN DIA CON
ESFUERZO Y PERSEVERACIA PODRA SER A FUTURO UNA
BOMBERA COMO SIEMPRE LO IMAGINO Y LO QUISO.

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