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Movimiento Feminista

Es difícil establecer si el movimiento feminista se trata de un movimiento social clásico


o nuevo, por lo que en la mayoría de las ocasiones se ha situado en la frontera de
ambos. Aunque todos coinciden que en el seno de este movimiento se construyen
nuevas identidades sociales y colectivas y se hacen relecturas de la realidad social.

La categoría “ género” , acuñada por el feminismo, remite precisamente al carácter


social y cultural del proceso por el que se atribuyen características y significados
diferenciados y jerarquizados a mujeres y hombres, constituyendo estereotipos que
varían geográfica y temporalmente, sobre lo que es y debe representar nacer varón o
mujer. Sin embargo conviene señalar que al generalizarse el uso de este término, con
frecuencia se vacía su contenido crítico integrándolo en discursos políticos,
académicos, de ONGs y medios de comunicación, en los que no siempre designa
relaciones de poder y procesos sociales de discriminación. Esta última es la acepción
que utilizaré a lo largo del texto.

La teoría feminista no es solo acerca de las mujeres; se trata del mundo, comprometido
a través de perspectivas interseccionales críticas. A pesar de muchas diferencias
significativas, la teoría más feminista sospecha de manera confiable del pensamiento
dualista, generalmente orientado hacia procesos de emergencia más fluidos que
estáticos entidades en relaciones unidireccionales, y comprometidas a ser también
políticas como una empresa intelectual. Está enraizado y es responsable de los
movimientos por la igualdad, la libertad y la justicia.

La teoría feminista es una práctica académica orientada al cambio; desafiar la opresión


y trabajar hacia la justicia no son aplicaciones separadas de una teoría hecha en otro
lugar, sino elementos constitutivos de la elaboración de la teoría. Sin embargo, los
contornos de nuestras críticas y visiones no están predeterminados dentro de nuestras
teorías; en cambio, el activismo feminista y la teorización feminista se suscitan entre sí.
May (2015, p. Xi) argumenta que las energías políticas en la teoría interseccional
históricamente se basan en relaciones íntimas entre eruditos y activistas: "La
interseccionalidad es una forma de conocimiento resistente desarrollada para
desestabilizar las mentalidades convencionales, desafiar el poder opresivo, pensar a
través de la arquitectura completa de desigualdades estructurales y oportunidades de
vida asimétricas, y busca un mundo más justo. Se ha forjado en el contexto de las
luchas por la justicia social como un medio para desafiar la dominación, fomentar
imaginarios críticos y crear modelos colectivos para el cambio ".
Historia

Amelia Valcárcel afirma que el feminismo tiene su nacimiento en la Ilustración porque


como resultado de la polémica ilustrada sobre la igualdad y diferencia entre los sexos,
nace un nuevo discurso crítico que utiliza las categorías universales de su filosofía
política.

La primera ola de feminismo surgió a finales del siglo XIX (medias rojas). Las mujeres
pedían el derecho a voto, mejor educación, mejores trabajos e igualdad de derechos y
salarios. Aunque el Estado de Bienestar ha recorrido un largo camino ya, todavía se
siguen reivindicado estos derechos en muchos lugares del mundo. Como resultado se
ha obtenido un mayor grado de institucionalización de lo que antes las mujeres hacían
sin ser remuneradas.

La segunda ola, que arrancó en los 60 del s. XX, ayudó a definir en qué contribuían
culturalmente las mujeres a la sociedad: otros valores, un tipo diferente de personalidad
que hacía posible criar a los niños con amor, una economía informal, una economía
sumergida, una economía de subsistencia, etc. —algunas mujeres la llaman una
economía de amor o economía solar—. Durante este periodo, las mujeres se
encontraban en grupos y hablaban desde sus corazones. El tantra y un tipo diferente
de relaciones sexuales entre el hombre y la mujer se hicieron importantes (mujeres que
vuelan, brujas y diosas).

La tercera ola, de principios del siglo XXI, podría consistir en la cooperación, en


términos de igualdad entre los sexos, para crear comunidades sostenibles. El
movimiento de ecoaldeas fue pensado desde el principio como un modo de resolver los
problemas de la mujer en cooperación con los hombres: la estrategia yin/yang. Durante
400 años la sociedad se ha caracterizado por la tecnología y la economía. Quizás ha
llegado el momento de dejar que el yin (las relaciones que queremos con otros seres
humanos y con el mundo natural) determine cómo organizamos la sociedad. La gente
que está creando ecoaldeas y ciudades en transición están empezando a hacer justo
eso.

En la década de los ochenta apareció una formación conservadora reactiva que intentó
relegar al movimiento feminista. Mientras que en algunos países se intentó crear
organismos de igualdad para que construyeran un modelo femenino conservador, en
otros, por su muy distinto signo político, el pequeño feminismo presente en los poderes
públicos reclamó la visibilidad mediante el sistema de cuotas y la paridad por medio de
la discriminación positiva.
Bibliografía
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feminismo y La violencia de género. Editorial UOC.
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