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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRATIVAS


ESCUELA DE DERECHO

Los Derechos Sucesorios De Los Hermanos Y Los ‘Medios Hermanos’


El parentesco determina gran parte de nuestras relaciones personales. Somos hijos, padres,
hermanos, cuñados, sobrinos… pero este vínculo no se limita al ámbito de nuestra
afectividad, sino que también es fuente de derechos y obligaciones, que muchas veces
desconocemos.
Recientemente acudió a mi despacho una señora de edad avanzada muy preocupada porque
su hija había fallecido dejando tres hijos de dos relaciones diferentes. Quería saber si el hecho
de que alguno de sus nietos no tuviese el mismo padre le iba a impedir nombrarles herederos
por partes iguales porque, cito textualmente, “yo, señorita, les quiero a todos por igual“.
Rápidamente la tranquilicé, pero su consulta me hizo reflexionar sobre cuántas personas
podían tener una situación similar y compartir su duda, lo que me llevó a escribir este post.
Hoy en día es habitual que concurran a una sucesión hermanos de doble vínculo, es decir,
que comparten padre y madre, con medio-hermanos o hermanos de vínculo sencillo, que solo
tienen un progenitor en común. Esta circunstancia tendrá o no relevancia según a quien se
vaya a suceder.
Si se trata de un ascendiente común, sea padre, madre o alguno de los abuelos, hay que
señalar que nuestra Constitución recoge el principio de igualdad de los hijos ante la ley. Todos
tienen los mismos derechos y obligaciones, con independencia de que la filiación sea por
naturaleza, por adopción, matrimonial o no matrimonial.
Partiendo de esta premisa, nos encontramos con dos posibles supuestos:
1.- Que el ascendiente fallecido no haya otorgado testamento. En este caso heredarán los
descendientes más próximos (habiendo hijos no heredan los nietos) por partes iguales y sin
distinción.
2.- Que el ascendiente haya dejado testamento. En esta situación la única diferencia será la
que el testador haya querido establecer en base a sus preferencias.
Pero, ¿qué ocurre si el que ha fallecido no es un ascendiente sino un hermano? Pensemos en
el siguiente caso: una persona fallece soltera y sin más familiares que tres hermanos, dos de
padre y madre y uno solo de padre.
Si ha sido precavida y ha otorgado testamento, heredarán sus bienes las personas que
libremente haya decidido, sin que esté obligada a reservar parte de los mismos a sus
hermanos, puesto que los beneficiarios de la legítima únicamente son los descendientes, los
ascendientes y el cónyuge viudo.
Si no ha hecho testamento, habrá que acudir de nuevo al llamamiento sucesorio que establece
el Código Civil. El orden de preferencia para determinar los herederos se basa en un principio
que tiene su origen en el derecho romano, según el cual el cariño desciende, luego asciende y
por último se extiende a los lados. Por eso heredan en primer lugar los descendientes, a falta
de estos, los ascendientes, en defecto de los anteriores el cónyuge viudo y, en último término,
los colaterales, donde los hermanos tienen preferencia. Y aquí sí se establece una distinción,
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puesto que los hermanos de doble vínculo heredan el doble que los hermanos de vínculo
sencillo.
En nuestro ejemplo, imaginemos que al hermano/a fallecido/a le ha ido muy bien en la vida
y tiene un patrimonio valorado en un millón de euros. Sus hermanos de doble vínculo
recibirán cuatrocientos mil euros cada uno, mientras que el hermano solo de padre recibirá
doscientos mil.
En conclusión, la diferencia entre hermanos de padre y madre y medio-hermanos solo tiene
relevancia a efectos sucesorios cuando se trate de la sucesión de uno de ellos, y no de
cualquiera de los ascendientes que tienen en común.

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