Você está na página 1de 26

Familia e industrias

en la región Caribe colombiana.


La fábrica de Tejidos Obregón
de Barranquilla, 1910-1954
Sergio Paolo Solano D.(*)

Resumen:
A través del estudio del caso de la Fábrica de Tejidos Obregón este artículo
muestra las características y las dificultades del proceso de industrialización en la
región Caribe de Colombia. Por un lado pone de manifiesto las limitaciones de la
organización empresarial circunscrita a la unidad familiar, como también las
dificultades en el desarrollo de una cultura empresarial que permitiera la
reproducción del conocimiento y de las experiencias al interior de las familias de
empresarios. Por otra parte estudia los problemas del crecimiento industrial en
una región con un mercado contraído y la aplicación de unas políticas
gubernamentales adversas a las industrias de las regiones periféricas a la zona
sede del gobierno central.

Abstract:
Through the case study Factory Woven Obregón this article shows the
characteristics and difficulties of the process of industrialization in the Caribbean
region of Colombia. On the one hand shows the limitations of business
organization confined to the family unit, as well as the difficulties in developing
a corporate culture that allowed the reproduction of knowledge and experiences
within the family of entrepreneurs. On the other hand studies the problems of
industrial growth in a region with a given market and the implementation of
governmental policies adverse to the industries in peripheral regions to the
central seat of government.

(*)
Profesor Asociado del Programa de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad de
Cartagena de Indias, Colombia. ssolanod@unicartagena.edu.co

Historia y Cultura No. 1, Cartagena, Universidad de Cartagena, 1993, pp. 35-62. ISSN: 0121-7046
Sergio Paolo Solano 2

Presentación

Fundada en 1909 por la casa comercial Evaristo Obregón y Compañía, Tejidos


Obregón fue la sexta gran textilera fundada en Colombia, después de Tejidos
Bello (1902), Tejidos Samacá (1906), Coltejer (1907), Tejidos Suaita (1908) y
Tejidos Jericó (1909). Creada en 1910 por la casa comercial Evaristo Obregón y
Compañía, desde sus inicios se constituyó en la primera textilera colombiana,
posición que ocupó hasta mediados del decenio de 1930, cuando comenzó a ser
desplazada por las textileras antioqueñas. 1

Su fundación ilustra el caso común en la historia colombiana del comerciante


que termina por convertirse en productor del artículo que importaba. En efecto,
la firma Evaristo Obregón y Cía. había sido fundada por el comerciante Evaristo
Obregón Díaz Granados, nacido en Santa Marta en 1848. Hijo del también
comerciante Andrés Obregón y Ujueta y de Dolores Díaz Granados, por vía
paterna había heredado una considerable suma de dinero, bienes y una sólida
tradición mercantil y por vía materna la prestancia de una familia de raigambre
colonial y propietaria de grandes extensiones de tierra en el departamento del
Magdalena. A este legado le sumó la dote conyugal de su esposa Isabel Arjona
Sarda, también nacida en Santa Marta en 1852 y quien heredó del general
patriota José Sarda, su abuelo materno, grandes propiedades territoriales en ese
mismo departamento.

En 1872 se trasladó a Barranquilla atraído, al igual que sus primos los Ujueta y
su cuñado, el empresario Ricardo Arjona Sarda, por las posibilidades que brin-
daba esta ciudad una vez inaugurado el ferrocarril que la unía con el mar, obra
que terminó por conceder a Barranquilla la hegemonía portuaria y comercial en
Colombia.

Establecido ya en Barranquilla, Evaristo Obregón D. hizo de las exportaciones de


ganado en pie hacia las Antillas y Centroamérica, de las importaciones de
textiles ingleses, de la actividad bancaria, de la compraventa de tierras y de la
navegación fluvial, sus principales áreas de inversiones. Sin embargo, como
comerciante fue la introducción de telas inglesas al país su principal actividad

1
Para una historia textil en Colombia véase Montenegro, Santiago. “El surgimiento de la industria
textil en Colombia, 1900-1945”, En Ocampo, José Antonio y Montenegro, Santiago. Crisis
mundial, protección e industrialización: Ensayos de Economía de Colombia, Bogotá, Cerec, 1984.
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 3

económica, adquiriendo conocimientos en este terreno, por lo que la fábrica


vino a representar cierta continuidad de las tradiciones mercantiles de la firma
comercial colonial Obregón Ujueta y de la republicana Obregón D. y Cía.,
consagradas ambas al comercio de este producto.2

En medio de la política de diversificación de inversiones, muy común entre los


empresarios del siglo XIX, Evaristo Obregón D., para fines de la misma centuria y
comienzos de la presente, intensificó la adquisición de tierras en los municipios
ribereños del departamento del Magdalena y en el departamento del Atlántico. 3
En este último poseyó los terrenos de Las Nieves (actual barrio de Barranquilla),
la Isla Verde, un globo de tierra de 1.262 hectáreas en los terrenos de Turipaná
(en jurisdicción del municipio de Sabanalarga, departamento del Atlántico),
potreros en Ponedera y las tierras de Bomboná, situadas en el sector de La Loma,
perímetro urbano de Barranquilla. Algunas de estas tierras permanecieron
inoficiosas y las situadas en jurisdicción de Barranquilla fueron destinadas para el
pastaje del ganado que se compraba con el propósito de exportarlo a las Antillas
y Centroamérica. 4

Sin embargo, Evaristo Obregón D., a pesar de formar parte de la generación de


empresarios colombianos de la segunda mitad de la pasada centuria muy dada a
las especulaciones mercantiles y a la militancia partidista, se diferencia de ella
por su poco alinderamiento político, su inclinación por lo anglosajón y por su
espíritu arriesgado en materia de inversiones. Solamente en la guerra civil de
1895 se alistó como voluntario al lado del general Rafael Reyes para defender la

2
Ver declaraciones dadas por Rafael Obregón Arjona en Osorio, Luis E. “Pulsaciones de
Barranquilla”, en El mes financiero y económico No. 55, Bogotá, Antenas Editores, 1941, p. 57.
Consúltese también a Goenaga, Miguel (editor). Acción Costeña. Barranquilla., s.p.i., 1926. p. 195.
3
Las tierras ubicadas en el departamento del Magdalena estaban en el perímetro de la zona
bananera y en los municipios de Sitionuevo y Remolino; las primeras fueron vendidas a la United
Fruit Company en 1911. Al respecto ver Archivo Histórico del Departamento del Atlántico
(AHDA), Sección 1, Fondo Notarial, Libro de 1911, tomos VII y XII, Nos. 532 y 1050. Las solas
tierras de Culantral comprendidas en esta negociación se aproximaban a las 2.000 hectáreas. Ver
también AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1907, tomo VIII, Nº 727; Libro de 1914,
tomos VIII y XV, Nos. 723 y 1584. Libro de 1924, tomo XI, Nº 1470. Sóbre la condición de
terrateniente de Evaristo Obregón D. ver López, Eduardo (editor). Almanaque de los hechos
Colombianos o Anuario Colombiano ilustrado. Atlántico. Bogotá, s.p.i., 1921-1922. p. 307.
4
Sobre la condición de hacendado, negociante en ganado, banquero y comerciante en general
de Evaristo Obregón D., consúltese a Rasch Silva, Enrique (ed.), Guía Comercial ilustrada de
Barranquilla. Barranquilla, Imp. El Conservador, 1910, pp. 77-79 y 88.
Sergio Paolo Solano 4

plaza de Barranquilla contra los revolucionarios liberales.5 De ahí provino su


amistad con el futuro presidente colombiano, su identidad con la nueva
dinámica que éste le imprimió a su gestión administrativa y con sus intentos de
favorecer la industrialización del país. En 1898 tomaría partido por la candidatura
de Reyes contra Joaquín F. Vélez y en 1904 volvería a ser seguidor de aquél.

Esta mentalidad de Evaristo Obregón D., no tan en boga en Barranquilla como


comúnmente se cree, se reflejó en el hecho de haber enviado a sus hijos Rafael y
Mauricio a estudiar ingeniería mecánica y eléctrica a Inglaterra, decisión que
revela un claro propósito de adiestrarlos en conocimientos científicos y técnicos
para así emprender iniciativas empresariales que requerían más del dominio de
los procesos productivos, técnicos y administrativos que del deseo especulativo
mercantil. El mismo había viajado en varias ocasiones a Inglaterra,
convirtiéndose en un cosmopolita y conocedor de los procesos técnicos de las
textileras británicas.

Los primeros años de este siglo los pasó en dicho país, en el que se encontró
con el general Pedro Nel Ospina y con quien visitó las textileras de Manchester,
Liverpool y Lancashire.6 La preparación técnica de sus hijos y el conocimiento del

5
Sobre la participación de Evaristo Obregón D. en la guerra civil de 1895 ver a Lemaitre,
Eduardo. Rafael Reyes. Biografía de un gran colombiano. Bogotá, Banco de la República, 1981. p.
142.
A pesar de ser los Obregón Arjona una familia adscrita al partido conservador, Gregorio Obregón
A., en 1899, a la edad de 18 años, se alistó en el ejército revolucionario liberal. Según un
condiscípulo suyo, en su beligerancia juvenil influyó el cura español Guillen, quien había militado
en las guerrillas carlistas españolas y ejercía la docencia en el colegio San Bartolomé de Bogotá,
plantel al que ingresó Gregorio en 1892. Sin embargo, su radicalismo pronto cedió y se convirtió,
al igual que muchos de los seguidores de Uribe Uribe, en partidario de Rafael Reyes a quien
salvó de ser apresado en Barranquilla cuando el movimiento revolucionario del 4 de julio de
1909. “In Memoriam. Gregorio Obregón A.”, en AHDA, La Prensa. Barranquilla, febrero 29 de
1944. Posteriormente sería la columna vertebral de la campaña presidencial de Eduardo Santos
en Barranquilla, quien lo nombró embajador en Francia. “Gregorio Obregón”, en AHDA, La
Prensa. Barranquilla., marzo l de 1944.
6
Sobre el encuentro de Evaristo Obregón D. con Pedro Nel Ospina en Inglaterra ver Montenegro,
Santiago. “Breve historia de las principales textileras: 1900-1945”, en Universidad Nacional de
Colombia No. 12, Medellín, 1982, p. 59. Ver también a Brew, Roger. El Desarrollo económico de
Antioquia desde la independencia hasta 1920. Bogotá, Banco de la República, 1977. p. 397. La
amistad de los Obregón con Pedro Nel Ospina le permitió colocar a Diógenes A. Reyes como
Ministro de Industria en 1924, quien salió de la administración de la Compañía de Energía
Eléctrica de Barranquilla. Revista Cámara de Comercio. Barranquilla, febrero 1923 y agosto de
1924. Este hecho permitió que la Compañía de Energía intentara responder al programa de
industrialización del gobierno de Pedro Nel Ospina, mediante una rebaja del 30% a las tarifas
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 5

mercado textilero así como su amistad con Rafael Reyes y las iniciativas de éste
en pro de la industrialización nacional, se combinaron y prepararon a la familia
Obregón para asumir el montaje de la fábrica textilera.

(Tomada del Libro azul de Colombia, New York, 1916.)

Su primer ensayo fabril fue la fábrica de jabones La Costeña, fundada en 1901 e


iniciado actividades en 1903 por motivos de la Guerra de los Mil Días (1899-
1902), fue dirigida por su hijo Andrés Obregón Arjona hasta el año 1918, cuando
viajó a España a radicarse en Barcelona al lado de su señora madre Isabel Arjona
Sarda.(*) Aunque esta factoría era un establecimiento modesto, típico de un
sector productivo que se debatía entre el taller y la instalación semifabril, hubo
de servirle a los Obregón para que ganaran experiencia en el manejo de
personal, determinación de costo, distribución en el mercado, etc.7

En 1905, cuando regresó de un viaje por Europa, Evaristo Obregón D. reformó su


sociedad comercial, integrando a sus hijos Evaristo, Gregorio y Andrés en
calidad de socios industriales, es decir, aportaron experiencias técnicas. El capital
de la firma se elevó a 10.000 US, representados en cien acciones que tenía
suscritas en la Compañía Colombiana de Transportes, empresa naviera en
liquidación y de la que había sido director.8 Desde sus inicios la nueva firma fue
manejada con un definido carácter familiar, correspondiendo al 50% de las

para motores. Revista Cámara de Comercio. Barranquilla, septiembre 1924.


(*)
Andrés Obregón Arjona fue miembro de la logia masónica de Barranquilla. Desempeñó cargos
diplomáticos y murió en París en 1938.
7
La producción mensual de esta fábrica era de cien toneladas de jabón, las que se distribuían en
la Costa Atlántica y a lo largo del valle del Magdalena. AHDA, La Nación. Barranquilla, Julio 23 de
1917. La fábrica llegó a existir hasta después de 1930 pero como propiedad de Antonio J. Ángulo,
quien había sido socio de los Obregón en la Compañía de Energía Eléctrica de Barranquilla.
Revista de la Cámara de Comercio de Barranquilla Nº 130-131, Barranquilla, 1929, p. 16.
8
Además de los mencionados, sus otros hijos fueron Dolores, José María, Rafael, Carlos, Pedro
Manuel y Mauricio.
Sergio Paolo Solano 6

ganancias a Evaristo Obregón D. y el resto a sus tres hijos, quienes podían tomar
del fondo de la firma lo que necesitarán anualmente, pero abrogándose al padre
el derecho a establecer límites a las erogaciones de sus hijos.9 Este hecho es
significativo en la fase genética de la industria barranquillera dado que fue el
único caso en que la unidad empresarial-familiar dio origen a un
establecimiento fabril de grandes dimensiones.

En ese mismo año Evaristo Obregón D. se convirtió en uno de los principales


accionistas del recién creado Banco Comercial de Barranquilla,10 y en noviembre
de 1909, dos meses después de haber muerto en París sus descendientes
constituyeron la Compañía de Energía Eléctrica de Barranquilla con un capital
suscrito de trescientos mil pesos ($300.000,oo),11 la que existió hasta 1928, año
en que vendieron la concesión que les había otorgado el municipio de
Barranquilla a la firma estadounidense Electric Bond and Share Company, la que
creó la Compañía Colombiana de Electricidad.

Reformada la sociedad comercial e instalada la planta eléctrica, los Obregón


Arjona continuaron la empresa de su recién fallecido padre y pusieron en
marcha a la fábrica de tejidos.

9
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1905, tomo XIV, Nº 1.074. “Constitución de la
sociedad comercial Evaristo Obregón y Cía.”. Cuando Evaristo Obregón D. murió, en agosto de
1909, sus herederos procedieron a prorrogar la sociedad por dos años más, siendo sus
accionistas Isabel Arjona vda. de Obregón (con el 40% de las acciones), Evaristo y Gregorio (con
el 25% cada uno) y Andrés Obregón A. (con el 10% restante). AHDA, Sección 1. Notaría Primera,
Libro de 1910 tomo I, Nº 26. “Prórroga y modificación de la sociedad Evaristo Obregón y Cía.”.
10
Banco Comercial de Barranquilla. Decano de los bancos de la ciudad. Barranquilla, s.p.i., 1955,
p. II. También fue accionista del Banco del Atlántico en el que poseía 10 acciones al momento de
su liquidación. AHDA, Sección 2. Notaría Segunda, Libro de 1911, tomo X, Nº 821. “Disolución y
liquidación del Banco del Atlántico”. Su hijo Gregorio se había casado con una hija del
empresario Luis E. Pochet y por esta vía se convirtió en accionista de la fábrica de Hielo y
Cervezas Bolívar; ver AHDA, El Progreso. Barranquilla, marzo 25 de 1912.
11
AHDA, Sección 1. Notaría Primera. Libro de 1909, tomo XI, Nos. 813 y 862. “Constitución de la
Compañía, de Energía Eléctrica de Barranquilla”. Los otros socios fundadores, además de los
Obregón, fueron José Víctor Dugand y Antonio J. Ángulo. Para el contrato firmado con el
municipio de Barranquilla ver AHDA, Gaceta Municipal. Barranquilla, Concejo Municipal, junio 15
de 1910. El servicio de alumbarado de la ciudad se inauguró el 4 de agosto de 1910. Archivo
Concejo Municipal Barranquilla. Libro de 1910. Informes.
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 7

Inicios de la fábrica de Tejidos Obregón

Antes de la fundación de esta fábrica Barranquilla había sido escenario de


algunos intentos encaminados a establecer una industria textil. En 1878 Ramón
B. Jimeno había elevado una solicitud a la Asamblea Legislativa del Estado
Soberano de Bolívar para que le otorgara un privilegio o concesión que lo
comprometía a “... fabricar en el Estado hilo y toda clase de tejidos de algodón,
por medio de máquinas que sean movidas por vapor”. 12 Cinco años después, en
1883, la misma entidad legislativa promulgó una ley que exoneraba por
veinticinco años a cualquier sociedad que estableciera en Barranquilla una
fábrica de textiles.13

Ya a comienzos de este siglo, en 1905, el gobierno de Rafael Reyes otorgó


exoneraciones tributarias, garantía del 7% sobre el capital y libertad de
importación de maquinarias y materias primas a la sociedad que fundara una
factoría textil, ya fuese en el departamento del Atlántico o en el del Magdalena.
Aún en 1907 volvió a insistir en estimular el montaje de una gran textilera en
Barranquilla, empresa que se podía beneficiar de la ubicación geográfica de esta
ciudad para realizar las importaciones necesarias y del algodón que se producía
en la región, el que a comienzos de este siglo era exportado por el alemán Louis
Gieseken hacia su país de origen. 14

El fracaso de estos intentos está por estudiarse. Una explicación sería la


limitación de capital que tenían aquellos que intentaron llevarlos a cabo. Tal era
el caso de Ramón B. Jimeno, personaje que tenía la facultad de avizorar grandes
proyectos acordes con las necesidades de Barranquilla (el ferrocarril, el
acueducto, etc.) pero carente de capital suficiente para sacarlos adelante por lo
que terminaba por negociar los privilegios que le concedían las entidades
oficiales. Una sociedad se comenzó a conformar en 1883 para montar una
fábrica textil pero la inestabilidad política de la época la hizo desistir. Sería en el
marco de la disposición de los ánimos beligerantes iniciados por el gobierno de
Reyes y gracias a los estímulos que éste prometía otorgar, que el anhelado
proyecto de la textilera barranquillera saldría avante, desafío afrontado por la

12
Archivo Histórico Cartagena. Diario de Bolívar. Cartagena, marzo 15 de 1878.
13
Nuñez, Rafael. La Reforma Política. Bogotá, A.B.C., 1945.
14
Diario Oficial. Bogotá, agosto 10 de 1907.
Sergio Paolo Solano 8

familia Obregón Arjona y en el cual arriesgaron gran parte de su fortuna.

Telares de la Fábrica Obregón (Tomada del Libro azul de Colombia, New York, 1916.)

La familia asumió la decisión en un momento propicio pues durante el primer


decenio de este siglo, Barranquilla, al igual que otras ciudades colombianas, fue
escenario de creación de establecimientos semifabriles y fabriles tales como los
molinos de trigo, jabonerías y perfumerías, fábricas de cerveza y hielos, etc.,
creándose un ambiente estimulante para que algunos empresarios se decidieran
a reorientar sus inversiones del campo meramente especulativo hacia los
ensayos fabriles.

Aunque se fundó en 1910 (anota un estudio reciente) su historia se remonta


mucho antes. En efecto, cuando a comienzos del siglo, Pedro Nel Ospina
había sido enviado a comprar la maquinaria para la fábrica de Bello, se
trasladó a Manchester... (y) sus estudios y observaciones sobre la industria
textil los compartió con Evaristo Obregón, quien en esa época se encontraba
en Liverpool. El hecho fue que cuando muchos años después, Obregón
regresó al país fundó con sus hijos la fábrica de Tejidos Obregón... quizá
estimulado por las ideas iniciales de Ospina y obviamente, por las
perspectivas que en la segunda década del siglo se veían para la industria,
sobre la experiencia de las primeras fábricas creadas.15

La fábrica comenzó a funcionar el 1 de octubre de 191016 con 150 telares

15
Montenegro, S. Op. Cit., p. 59.
16
López, E. Op. Cit., p. 365.
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 9

mecánicos que Evaristo Obregón D. adquirió en Inglaterra poco antes de morir;


su producción inicial la realizó a base de hilaza importada17 y sus primeros
mercados fueron los de la región Caribe.

A lo largo de su primer decenio de existencia, en el que se dedicó a producir


telas burdas de algodón, la fábrica fue ensanchando su capacidad productiva a
un ritmo acelerado, convirtiéndose en la primera gran industria de Barranquilla y
Colombia. En 1912 ya Tejidos Obregón contaba con 200 telares mecánicos movi-
dos por medio de electricidad, la que le era suministrada por la Compañía de
Energía Eléctrica de Barranquilla, ubicada a un lado de la fábrica, la que también
se encargaba de suministrar el alumbrado eléctrico a algunos sectores de
Barranquilla entre las seis de la tarde y las seis de la mañana. 18 En ese mismo
año la mayoría de sus operarios eran mujeres y niños siguiendo en esto un
patrón del orden nacional. 19

Sección de hilado de la Fábrica Obregón (Tomada del Libro azul de Colombia, New York, 1916.)

En 1914 el número de telares ascendía a 250 y ocupaba a 600 trabajadores,

17
Osorio, L. E. Op. Cit., p. 67.
18
El negocio de la venta de energía eléctrica fue rentable para los Obregón mientras la ciudad
tuvo un lento crecimiento demográfico-urbano, pero cuando éste se disparó en el período
intercensal 1918-1928, la compañía de energía de los Obregón comenzó a afrontar problemas.
19
Levine, Víctor. Colombia. New York, 1914, p. 126.
Sergio Paolo Solano 10

alcanzando a producir 2'400.000 yardas de telas burdas. 20 Para 1916 el número


de telares había aumentado a 300, duplicándose con relación a la cifra con que
inició actividades en 1910.21 En el gráfico 1 se puede observar el ascendente
incremento del número de telares de Tejidos Obregón entre 1910 y 1924,
mientras que Coltejer (actualmente la primera gran textilera colombiana),
fundada dos años después que Tejidos Obregón, mantuvo igual su número de
telares hasta 1926.

Con un crecimiento tan rápido en tan corto tiempo la fábrica fue absorbiendo la
atención de los Obregón Arjona, erigiéndola en 1914 en sociedad anónima
desglosándola de la firma Evaristo Obregón y Cía., la que entraría en liquidación
al año siguiente. Una vez realizada esta operación la fábrica fue capitalizada
mediante aportes familiares que eran trasladados de otras áreas de inversión y
no por medio de la captación de accionistas extraños a la familia.22 Los Obregón
optaban por un procedimiento contrario al que habían asumido los principales
industriales antioqueños quienes prefirieron la vinculación de accionistas no
integrantes de las unidades familiares que habían originado a las fábricas pero
emitiendo acciones privilegiadas que les garantizaban a éstas continuar
controlando las empresas. Esta política empresarial de Los Obregón tendría más
tarde sus consecuencias negativas cuando se agotó la posibilidad de trasladar
capitales de otras áreas hacia la fábrica.

Aunque el capital inicial de la sociedad anónima Fábrica de Tejidos Obregón fue


de $ US 10.000, el mismo de la firma comercial que la había originado, pocos
días después, fue elevado a la suma de US 700.000 representados en 7.000
acciones de las cuales 5.000 eran privilegiadas,23 correspondiendo a Mauricio el
20
Ibid. pp. 127-128. Villegas, Sabas. “Colombia progresa. Barranquilla es hoy centro
manufacturero de gran importancia”, en AHDA, El Nuevo Diario, Barranquilla, abril 8 de 1914.
21
Levine, V., Op. Cit., pp. 127-128. Ministerio de Hacienda.
22
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1914, tomo VII, Nº 658, “Constitución de la
sociedad anónima Fábrica de Tejidos Obregón”.
23
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1914, tomo VII, Nº 671. Sobre el procedimiento de
crear una empresa con un bajo capital para ser aumentado pocos días después, ver Fernando
Botero, La Industrialización de Antioquia. Génesis y consolidación, Medellín, Universidad de
Antioquia, 1985, p. 58. Fueron presidente y secretario de la junta directiva de la fábrica, Evaristo y
Andrés y administradores, además de los mencionados, Mauricio. El capital inicial con que se
creó la sociedad anónima correspondía al capital social de la firma Evaristo Obregón y Cía.; de
esto se deduce que los $US 700.000 en que se elevó pocos días después correspondían a las
inversiones que se habían hecho en los equipos e instalaciones de la fábrica.
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 11

38.5% y a Evaristo, Andrés y Gregorio Obregón Arjona el 20.5%,


respectivamente. Con la creación de la sociedad anónima la estructura
empresarial de la familia Obregón comenzó a variar con el fin de afrontar la
dirección de la fábrica. En 1915 se oficializó la liquidación de la firma Evaristo
Obregón y Cía., pasando a la fábrica algunos de sus bienes como los terrenos e
instalaciones en que funcionaba la factoría y la planta eléctrica, edificaciones
evaluadas en $ US 200.000.24

Gráfico I
Números de telares instalados en Tejidos Obregón, Coltejer y Fabricato, 1910 -
1943

1000

900

800

700

600
Tejidos Obregón
500

400 Coltejer

300
Fabricato
200

100

0
1910 1912 1914 1916 1924 1926 1933 1943

Con el propósito de no desatender los negocios diferentes a la fábrica, en 1914


crearon la Compañía Agrícola y Comercial, la que se dedicaría a “...la labranza o
cultivo de la tierra, comprar y vender fincas rurales y urbanas, dar y recibir dinero
al interés, negociar en ganado y, en general, hacer toda clase de operación lícita
de comercio”. Su capital inicial fue de US 150.000 representado en 1.500
acciones, controlando Evaristo, Gregorio y Andrés el 86% de las mismas y el
personal administrativo y técnico de la fábrica (Fernando Pérez M., Néstor A.

24
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1914, tomo VIII, Nº 723.
Sergio Paolo Solano 12

Simmonds, José María Goenaga y Edward Hughes) el 14% restante. 25 La creación


de esta Compañía se hizo con el expreso propósito de impulsar el cultivo del
algodón en la región para así proceder a instalar las secciones de hilandería y
tintorería en la fábrica, pasando a su administración las tierras que los Obregón
poseían en el departamento del Atlántico avaluadas en US 27.000.26

(Tomada del Libro azul de Colombia, New York, 1916.)

Pese a su rápido crecimiento, la fábrica de Tejidos Obregón vivió desde sus


inicios la zozobra común a todos los ensayos fabriles que se habían montado en
Colombia a raíz de las medidas proteccionistas del gobierno de Rafael Reyes.27
Por ello, una de las principales preocupaciones de los Obregón fue el desarrollo
de campañas propagandísticas contra los intentos gubernamentales
encaminados a desmontar los aranceles aduaneros establecidos durante el
quinquenio, tarifas que servían dé barrera de protección para el desarrollo de la
industria nacional. En efecto, la Unión Republicana, movimiento político
bipartidista que llevó al poder a Carlos E. Restrepo (1910-1914), tenía una clara
inspiración antiproteccionista, y aunque no procedió abiertamente contra los
aranceles uno de sus ministros de Hacienda, Francisco Restrepo Plata, atacó
fuertemente a las industrias que importaban sus materias primas, a las que
calificaba de “antinacionales” y “exóticas”. En esta situación se hallaban las

25
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1914, tomo XV, Nº 1.545. La directiva de esta
compañía fue controlada por Evaristo y Andrés Obregón A.
26
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1914, tomo XV, Nº 1.587.
27
Para observar el ambiente de zozobra que vivían estas industrias, véase el artículo “Industrias
costeñas amenazadas por la comisión de reforma aduanera”, en AHDA, Diario del Comercio,
Barranquilla, octubre 30 de 1925.
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 13

textileras que importaban la hilaza y el algodón, los molinos de trigo, las fábricas
de fósforos y de velas esteáricas, factorías que eran consideradas privilegiadas
debido a que no tributaban al fisco nacional.28

Las continuas amenazas mencionadas y el interés de los textileros por aminorar


los costos de producción mediante la introducción de los procesos de hiladuría y
tintorería en sus fábricas, llevó a Tejidos Obregón a importar en 1917, de los
Estados Unidos 2.500 husos. 29 Para ese mismo año su personal estaba integrado
por 550 trabajadores de los cuales 400 eran hombres y el resto mujeres, los que
laboraban en secciones de tejedores, maquinistas, fogoneros, bodegueros, leña-
dores, empacadoras, técnicos y empleados en general.30

Las nuevas instalaciones y maquinarias, así como la construcción de bodegas


para almacenar algodón, implicaron nuevas inversiones por lo qué en 1918 el
capital de la fábrica se elevó a un millón quinientos mil dólares, repartidos en
15.000 acciones de 100 US cada una. 31 Así, pues, entre 1914 y 1918 el capital
suscrito de la fábrica se había duplicado, crecimiento proveniente de la reinver-
sión de utilidades y de la transferencia de recursos familiares.32 La elevación del
capital se realizó emitiendo 5.000 acciones privilegiadas por un valor de 500.000
US y con un interés del 10%; ese mismo porcentaje de las utilidades se destinó
para el fondo de reserva semestral y el resto para el pago de dividendos de las
acciones.33

28
Ospina Vásquez, Luís. Industria y Protección en Colombia 1810-1930. Medellín, FAES, 1987, pp.
397-414.
29
Noel, Revista de divulgación científica e interés general No. 9, Barranquilla, Ed. Mejoras, 1943,
p. 17.
30
AHDA, la Nación. Barranquilla, julio 23 de 1917. Nº 793
31
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1918. Tomo V. Nº 640.
32
Para la comparación con las formas de capitalización de la industria antioqueña, véase a
Botero, F. Op. Cit., pp. 120-124.
33
El margen de utilidades destinado al fondo de reservas era bajo si se le compara con el de
Tejidos Rosellón de Medellín, industria que en 1915, año de su fundación, destinó entre el 10 y el
50% de sus utilidades para los fondos acumulados de la empresa. Ibid. p. 120.
Sergio Paolo Solano 14

Primeros síntomas de estancamiento y crisis de la fábrica

Los años veinte se habían iniciado con algunas dificultades para el Fábrica de
Tejidos Obregón. El malestar social causado por el aumento del costo de vida
durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y después de firmado el
armisticio, ocasionó protestas obreras en todo el país. En 1918, en Barranquilla
se lanzaron a la huelga los obreros portuarios; en 1920 los paileros y carpinteros,
luego los braceros y en abril de ese mismo año los trabajadores de Tejidos
Obregón se declararon en cese de actividades, exigiendo aumento salarial y
disminución de la jornada laboral a ocho (8) horas diarias. Tres meses después
de levantada la huelga, el depósito de algodón de la fábrica se incendió,
alcanzando las llamas la sección de hilandería, inutilizando muchas máquinas.

No se había recuperado bien de estos incidentes cuando desde el segundo


semestre de 1920 se comenzaron a sentir los efectos de la crisis económica que
vivió el mundo capitalista, crisis que se sintió en forma rigurosa en Barranquilla
dado que su condición portuaria y comercial la vinculaba umbilicalmente a los
ciclos de la economía internacional. 34 Los años inmediatamente anteriores a la
crisis (1918-1919) habían sido benéficos para la economía local y nacional
debido a que la cosecha cafetera de ese bienio y las altas cotizaciones del grano
colombiano en el mercado internacional permitieron ingresos de divisas al país y
con ello el incremento de las importaciones. Un informe económico de la época
señalaba que el mal manejo de las divisas fue una de las causales para que la
economía barranquillera se viera fuertemente afectada por la crisis; el
incremento de las importaciones -señala el informe- estuvo acompañado por el
aumento de las utilidades de las acciones de las sociedades anónimas aun antes
de ser constituidas legalmente; aumentó el número de construcciones urbanas y
el valor de la propiedad raíz y el crédito bancario fue profuso aun para las firmas
comerciales que apenas publicaban sus extractos notariales constitutivos. 35
34
Acerca del impacto de la crisis económica de 1920-1921 sobre la industria textilera nacional
véase Montenegro, Santiago. “El Surgimiento de la industria textil en Colombia, 1900-1945”, en
Op. Cit. Sobre el incendio de la fábrica ver AHDA, El Liberal. Barranquilla, junio 24 de 1920.
35
Banco Dugand. “Informe de la Junta Administrativa a la asamblea general de accionistas”, en El
Estado. Santa Marta, marzo 8 de 1921. Un indicador de los efectos de la crisis en Barranquilla fue
la restricción del circulante, disparándose la protocolización de protestas por parte de las casas
cambiarías y crediticias radicadas en Barranquilla contra los empresarios y comerciantes por el no
pago de las letras cambiarías. En la sola Notaría Primera las protestas pasaron del4.3% en 1920 al
21.6% en 1921 sobre el total de las escrituras públicas. Ver A.N.P.B. Libros de 1920-1921. 24
tomos. La zozobra vivida por los comerciantes barranquilleros durante la crisis puede constatarse
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 15

Cuando advino la crisis, muchas firmas comerciales y sociedades anónimas no


contaron con recursos para poder sobrevivir y se vieron abocadas a la quiebra.
Nacionalmente, el sector industrial más afectado fue el textil, cerrando sus
puertas muchas fábricas, reduciendo personal otras o aplazando su apertura
algunas como fue el caso de Fabricato en Antioquia. En el segundo semestre de
1922, cuando las manifestaciones de la crisis comenzaban a disiparse, se
produjo un descenso en los precios internacionales de los textiles, 36
incrementándose las importaciones de telas, las que pasaron de veintitres
millones de pesos en 1923 a treinta y nueve millones en 1928. Este aumento
hubo de sentirse con especial intensidad en Barranquilla debido a que su condi-
ción portuaria no ofrecía la protección natural de que gozaban las ciudades del
interior del país y, además, porque para 1925, de sesenta casas importadoras
radicadas en esta ciudad, cincuenta se dedicaban a la introducción de textiles.37

A los factores económicos internacionales y nacionales se unieron las continuas


amenazas gubernamentales del desmonte de los aranceles proteccionistas de la
industria nacional. En 1925 el Congreso colombiano estudiaba la posibilidad de
reformar el arancel proteccionista que se había establecido en 1913, obligando a
las textileras del país, entre ellas a Tejidos Obregón, a iniciar una fuerte campaña
a través de la prensa en defensa de la ley 117 de este último año.

Carlos Obregón Arjona, quien para 1925 se desempeñaba como senador


suplente por el departamento del Atlántico, en sus escritos periodísticos
señalaba que debido a la devaluación acaecida entre 1913 y 1925, las tarifas
arancelarias establecidas en el primero de los años mencionados habían caído en
un 25% y 39%, para el caso de los driles y diagonales importados,

en la siguiente correspondencia: “Últimamente en mi deseo de servirte he apelado hasta a un


amigo, de quien yo pensaba que podía tener algún dinero que no necesitara por el momento,
pero me equivoqué, pues me encontré que también está apremiado. No tienes idea cómo me
mortifica no poderte ser útil en los actuales momentos y mucho me temo que tu exageración de
hombre cumplido siempre, de cuyo mal yo también sufro, te tenga muy nervioso, y en este caso
me permito aconsejarte que no te desesperes, pues, esta crisis no hay a quien no haya afectado y
hasta obligado a explicar su situación para evitar dudas”. Correspondencia de Plinio García a
Miguel Segrera fechada en Ciénaga el 26 de septiembre de 1921. Véase AHDA, Sección 2.
Notaría Segunda, Libro de l926, tomo VII, Nº 1666. “Protocolización del juicio de sucesión de
Miguel Segrera”. (Subrayado nuestro).
36
Véase Montenegro, S. Op. Cit., pp. 178-180.
37
Diez de estas casas eran sirias, nueve italianas, cuatro alemanas, dos francesas y el resto
colombianas, holandesas, chinas y japonesas. Ver Goenaga, M. Op. Cit., pp. 155-156.
Sergio Paolo Solano 16

respectivamente.38 Frente al caso de la escasa competitividad de las textileras


nacionales respecto a la producción de las fábricas inglesas y estadounidenses,
Carlos Obregón A. achacaba el hecho a que la intensificación de la producción
en las empresas extranjeras y el abaratamiento de sus productos eran
consecuencias de la automatización de sus procesos productivos, de las grandes
dimensiones de sus establecimientos que contaban con una compleja división
del trabajo y de su dedicación a la producción de una sola especie de tela,
“...poniendo sus telares a trabajar permanentemente a una sola calidad ...y
logrando, por lo tanto, una mayor intensificación de la producción”.39

El crecimiento de la competencia de textiles extranjeros llevó a las fábricas


nacionales a plantearse la necesidad de introducir cambio tecnológicos en sus
procesos productivos para no verse condenadas a una existencia precaria debido
al estrecho margen de ganancia que le ofrecía la sola producción de telas
burdas. En 1923 Fabricato adquirió telares automáticos y se lanzó a la
elaboración de un nuevo tipo de tela, la que prontamente se impuso en el
mercado nacional.40

Mientras que esto sucedía en Antioquia, Tejidos Obregón en Barranquilla no


incursionó en la automatización de sus equipos; si su capacidad instalada creció
entre 1916 y 1924, pasando de 300 a 400 telares (ver gráfico 1), número que se
mantuvo estable hasta comienzos de los años cuarenta, este aumento se debió a
que compraron telares de segunda mano a las factorías que cerraron definitiva-
mente sus puertas durante la crisis de 1920-1921, aparatos obsoletos desde el
punto de vista técnico y que demandaban un mayor empleo de fuerza de
trabajo. 41

38
La tarifa aduanera de 1913 no era ad-valorem sino por peso bruto. Según Carlos Obregón A.,
una pieza de 40 yardas de dril o de diagonal costaban en 1913 en el exterior $6,oo y $1,80
respectivamente y las tarifas aduaneras eran de $4,25 para el primero y de $1,40 para el segundo.
Doce años después, la misma cantidad de yardas de tela de dril y diagonal en el exterior
costaban $9,30 y $3,60 pero las tarifas aduaneras seguían siendo las mismas por lo cual habían
caído en los porcentajes ya anotados. Véase Obregón A., Carlos. “Proteccionismo y Librecambio”,
en AHDA, Diario del Comercio. Barranquilla, noviembre 9 de 1925, y “Las fábricas de hilado y
tejidos, los perjuicios de la reforma del arancel”, en AHDA, Diario del Comercio. Barranquilla,
noviembre 12 de 1925.
39
Ibid.
40
Montenegro, S., Op. Cit., pp. 178-180.
41
Sobre los telares automáticos; véase Mayor Mora, Alberto, “Historia de la industria en
Colombia. 1886-1930”, en Nueva Historia de Colombia. Bogotá, Ed. Planeta, 1989. Tomo V. p.
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 17

Efectivamente, el telar mecánico requería su detención intermitente con el fin de


proceder a cambiar las bobinas o para empatar el hilo que se reventaba, con la
consiguiente pérdida de tiempo. Lo contrario a este, el telar automático, al
incorporar a su engranaje la parte final del proceso del hilado, obviaba esos
contratiempos, incrementándose la producción y reduciéndose los costos. 42

Varios son los motivos por los cuales Tejidos Obregón no incursionó en la
automatización de sus equipos. Por una parte, la resistencia sindical no permitió
que la fábrica renovara sus telares. A finales de 1933 los Obregón realizaron el
primer intento para instalar telares automáticos pero el Sindicato Textil del
Atlántico, agremiación de industria influido por los comunistas y que agrupaba,
entre otros, a los 900 trabajadores de Tejidos Obregón, lanzó a éstos a la huelga
en los primeros días de 1934.43

Se trataba de que el telar automático simplificaba el proceso productivo, permi-


tiendo que el operario atendiera un mayor número de telares desplazando
mano de obra. Días después el Comité de Acción Sindical del Atlántico -también
orientado por los comunistas- decretó un paro de 24 horas en solidaridad con
los trabajadores de Tejidos Obregón, realizando manifestaciones por toda la
ciudad, presiones que lograron satisfacer las exigencias sindicales a costa de la
modernización de la empresa y del futuro de la misma.44

En 1943, Tejidos Obregón nuevamente pretendió automatizarse surgiendo otra


vez la oposición del sindicato textil. Un dirigente empresarial, a propósito de esta
actitud propia de un movimiento sindical sumamente atrasado, consideraba que
ello se debía a la falta de preparación técnica de los obreros y a la pretensión de
producir menos y ganar más lo que -según él- contrastaba con el obrero textil

329.
42
Según David Chu, “La empresa había dejado de comprar maquinaria nueva en 1928 y la que
compró luego fue toda de segunda mano”, citado por Montenegro, S., “Breve Historia de las
principales empresas textileras 1900-1945”. p. 60.
43
La resistencia se debía, según un líder sindical de la época, a que “Cuando se organizó la
fábrica se asignaron dos telares a cada obrero. Crecieron luego las ambiciones y las voracidades
de los patronos y a cada obrero le fueron asignados cuatro telares. Hoy ha crecido aún más esa
voracidad y se pretende dar a cada obrero ocho telares para que los atienda!”. “Hoy
conferenciarán los representantes de la fábrica de Tejidos Obregón”, en AHDA, La Prensa.
Barranquilla, enero 16 de 1934.
44
Ibid.
Sergio Paolo Solano 18

estadounidense que manejaba hasta 50 telares mientras que el operario colom-


biano no pasaba de 4 telares. El dirigente empresarial que venimos citando
agregaba que “El caso de Barranquilla es el más patético. En esta ciudad, que ha
ostentado en el pasado el título de zapadora en el campo manufacturero, el
sindicalismo se ha opuesto a que los trabajadores manejen más de dos telares,
colocando a la ciudad en un terrible predicamento frente a la competencia de
los fabricantes ubicados en el interior del país o en el extranjero”.45

El sistema de salario a destajo o por producción que predominó en toda la


industria textil barranquillera, salarios establecidos acorde a la cantidad y la
calidad de la tela producida, también afectó la capacidad productiva de los
obreros, pues, éstos cuando les correspondía producir telas de baja calidad,
poco interés ponían en producir grandes cantidades. En 1945, la presentación de
un pliego de peticiones por parte de los trabajadores textileros reconoció que
había muchos trabajadores cuyos niveles de producción apenas llegaban al 30%
de lo normal, concluyendo en la necesidad que había de constituir un comité
obrero-patronal que estudiara los correctivos pertinentes.46

La tabla 1 muestra que sólo en 1949 la Fábrica de Tejidos Obregón aumentó su


capital en un 33,3% con relación a 1918, pues en 1935 no hubo incremento sino
conversión de dólares a pesos colombianos. Empero, Fabricato, entre 1920 y
1945, multiplicó su capital diecinueve veces y, Coltejer, entre 1914 y 1943 lo hizo
cuarenta y seis veces. Así, pues, para el segundo lustro de los años treinta,
Fabricato se había convertido en la primera textilera colombiana desplazando de
ese lugar a Tejidos Obregón.

45
Emiliani Vélez, Ramón. “Sindicalismo Reaccionario”, en AHDA, Liga del Comercio No. 142,
Barranquilla, 1944, p.7.
46
“Fue aceptada una formula para el arreglo del problema que se estaba discutiendo entre la
Fábrica Obregón y los tejedores”, en AHDA, La Prensa. Barranquilla, enero 24 de 1945.
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 19

Tabla 147
Comparación de capital entre Tejidos Obregón, Coltejer y Fabricato
Año Tejidos Obregón Fabricato Coltejer
1914 US 700.000 --- $470.000,00
1918 US 1'500.000 --- ---
1920 --- $800.000,oo ---
1935 2’250.000,oo $1’000.000,oo ---
1937 --- $5’000.000,oo $900.000,oo
1939 --- --- $l'800.000,oo
1941 --- --- $4'000.000,oo
1943 --- --- $12'000.000,oo
1945 --- $15’000.000,oo $20'000.000,oo
1949 $3'000.000,oo --- ---
1951 $5'000.000,oo --- ---

En la comprensión de esta inversión de jerarquía entre las principales textileras


colombianas intervienen varios factores. Uno de ellos, ya anotado, fue la crisis de
1920-1921, cuyos efectos se prolongaron, al combinarse con el aumento de la
importación de telas durante el resto de los años veinte. 48 Otra causa, quizá la
más importante, fue el carácter marcadamente regional de los mercados de las
diferentes fábricas y la desigual demanda existente en cada uno de estos. Mien-
tras que las textileras antioqueñas contaban con el poder adquisitivo
relativamente amplio de la región cafetera, las de la Costa Atlántica se
enfrentaban a un mercado regional en el que amplios sectores de la población
estaban sustraídos a las relaciones monetarias de mercado y poseían los más
altos índices de pobreza. 49 La competencia con las textileras del interior en sus
propios mercados obligó a Tejidos Obregón a organizar un sistema muy precario
de distribución de sus productos por medio de los agentes viajeros que se
desplazaban por toda la costa y ciudades del interior del país, buscando

47
Fuentes: Botero, F., Op. Cit., pp. 121-122; Cámara de Comercio de Barranquilla. Registro
Mercantil. 1914: Nº 1.114; 1935: Nos. 921-922; 1941: No. 2705; 1949: No. 5828 y 1951: No. 7302;
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1914, Nº 658. Libro de 1918. Nº 640.
48
Aun a comienzos de 1924 una comisión creada por la Cámara de Comercio con el fin de que
presentara un diagnóstico del estado de la industria local se quejaba por las “... pérdidas
considerables que sufrió este comercio cuando la crisis del 20 y de cuyas consecuencias no ha
podido todavía restablecerse”. Revista de la Cámara de Comercio de Barranquilla. Barranquilla
1924. No. 75. p. 15.
49
La comisión de la Cámara de Comercio se quejaba de los altos costos de producción en la
industria barranquillera en relación a los altos precios en el mercado, p. 15.
Sergio Paolo Solano 20

distribuidores para proceder a realizar el pedido. 50

Otro factor muy influyente en el estancamiento de Tejidos Obregón, y en su


posterior decadencia, fue la poca atención que sus propietarios manifestaron por
la suerte de la empresa así como por la de sus otras inversiones. Durante los
años veinte la mayoría de los Obregón Arjona se habían radicado en Barcelona y
en París y recibían generosas cantidades de dólares por concepto de las
utilidades de las acciones que poseían en las empresas familiares. A más de ello,
sus descendientes se habían hecho mayores y también comenzaron a participar
en las utilidades de las empresas. 51

El caso de la Compañía de Energía Eléctrica de Barranquilla comprueba la abulia


empresarial que comenzaron a mostrar los Obregón para los años veinte.
Durante este decenio la Compañía de Energía empezó a mostrar deficiencias en
la prestación del servicio del alumbrado público a la ciudad de Barranquilla.52 En
1921 la empresa aumentó su capital a un millón de pesos con el fin de mejorar el
servicio y procedieron a separar la planta eléctrica de la fábrica de tejidos, 53
anexándola directamente a la Compañía de Energía. La operación la llevaron a
cabo estipulando un contrato que comprometía ésta a suministrar a la fábrica
500 kilovatios al día y 250 kilovatios entre las seis de la tarde y las seis de la
mañana.54

50
Según Ospina Vásquez, las dificultades del mercado obligaban a las textileras colombianas a
financiar la distribución de sus productos. Véase Industria y protección en Colombia, p. 438.
51
Para el analista estadounidense David Chu, el poco interés mostrado por los Obregón A. por la
suerte de la fábrica fue la causa fundamental de la crisis de ésta. Véase Montenegro, S., Op. Cit. p.
60. Los primeros en radicarse en Barcelona fueron Evaristo, Andrés y Pedro Manuel, quienes
viajaron a esa ciudad en 1918. Luego Mauricio fue nombrado agregado cultural de Colombia en
la embajada en España, muriendo en Italia en 1924. Al frente de los negocios quedaron Rafael y
Gregorio, y Carlos se radicó en Bogotá, desde donde contrataba la distribución de las mercancías
en el interior.
52
En marzo del 920 la Compañía, de Energía se vio precisada a despedir a veinte trabajadores.
Ver AHDA, El Liberal. Barranquilla, marzo 12 de 1920. Nº 2211.
53
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1921. Tomo IV. E. P. Nº 1056. “Inserción de un acta
de la Junta general de accionistas de la Compañía de Energía Eléctrica de Barranquilla” En 1922
procedieron a ensanchar las instalaciones de esta empresa, construyendo un edificio de concreto
“...debidamente preparado para recibir la maquinaria completa de la planta generadora de
electricidad...”. No se trataba de nuevos equipos sino de los que estaban ubicados en las
instalaciones de la fábrica. Véase AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1922. Tomo XII. E. P.
Nº 2412. “Venta. Fábrica de Tejidos Obregón a la Compañía de Energía Eléctrica de Barranquilla”.
54
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1922. Tomo XII. E. P. Nº 2414. “Contrato entre la
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 21

Con el establecimiento de nuevas industrias en Barranquilla, especialmente


durante los años veinte, así como por la expansión urbana de la ciudad, la
demanda de energía eléctrica creció, ahondándose la crisis de la Compañía de
Energía. Además, algunas fábricas comenzaron a abandonar las calderas a vapor
como unidades generadoras de energía y comenzaron a utilizar el motor de
explosión interna, lo que se vio favorecido por la inauguración del oleoducto
Barrancabermeja-Mamonal en 1927.55

Frente a estas innovaciones tecnológicas que revolucionaban los sistemas de


suministro de energía en Barranquilla y que hacían de las calderas a vapor
equipos obsoletos, los Obregón optaron por continuar utilizando las calderas
que les demandaban 35 toneladas diarias de leña.56 Para 1927 la Compañía de
Energía estaba en completa crisis y procedió a vender la concesión que le había
otorgado el municipio a la Compañía Colombiana de Electricidad, creada el año
inmediatamente anterior. 57

La Gran Depresión iniciada a finales de 1929 y cuya onda de efectos se mantuvo


hasta mediados de 1932, afectó el sector textilero, tanto nacional como al
barranquillero; sobre éste, sus efectos se dieron en dos dimensiones. Por una
parte, profundizó su estancamiento, que se había manifestado desde la crisis de
1920-1921, perdurando a lo largo de los años veinte, en los que las inversiones
en el sector textilero sólo llegaron a 29,5% de las realizadas en el decenio
inmediatamente anterior.(*) Expresión del impacto de la crisis de 1929 fue el

Fábrica de Tejidos Obregón y la Compañía, de Energía Eléctrica de Barranquilla”. Con el


crecimiento de la familia Obregón, las acciones de la Cía. de Energía se fueron dividiendo entre
los descendientes, pasando de ocho accionistas en 1921 a veinte en 1926. AHDA, Sección 1.
Notaría Primera, Libros de 1921 y 1926. Tomos IV y XII. Es. Ps. Nos. 1.056 y 2.321, respectiva-
mente.
55
Sobre el uso del motor de explosión interna y del petróleo en Barranquilla, véase López,
Alejandro. “Barranquilla industrial”, en AHDA, Liga del Comercio Nº 69, Barranquilla, diciembre
1937, p. 4. Este autor anota que el uso de estos elementos en los establecimientos fabriles
barranquilleros explican el desarrollo industrial de esta ciudad para la época. Ver también las
declaraciones del empresario Alberto L. Roncallo G. a Don Ramiro en Mis entrevistas, p. 147.
56
AHDA, La Nación. Barranquilla, julio 23 de 1917. No. 956.
57
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1927. Tomo X. E. P. Nº 1347. “Venta Compañía de
Energía Eléctrica de Barranquilla a la Compañía Colombiana de Electricidad”.
(*)
“Cuanto al estado en que ellas (las fábricas barranquilleras) se encuentran, hay que confesar
que su producción se mantiene estacionaria y no se sabe que ninguna haya sufrido desarrollo
alguno apreciable en los últimos años". Revista Cámara de Comercio de Barranquilla No. 75,
Sergio Paolo Solano 22

cierre, en 1930, de siete de las once fábricas productoras de telas que habían
sido fundadas entre 1905 y 1925.58

Por otro lado, la industria textil barranquillera perdió su capacidad competitiva


frente a la antioqueña, la que asumió definitivamente el liderazgo nacional
mediante la puesta en marcha de programas de ensanchamiento que habían
diseñado desde antes de la crisis y gracias a que ésta no afectó severamente
todo el poder adquisitivo del mercado cafetero al sustentarse en la producción
parcelaria, no sufriendo los efectos del desempleo y con el sustento diario
garantizado mediante la siembra de productos de pan coger, manteniendo
cierto poder de compra.59

Aunque carezcamos de información acerca de la situación de Tejidos Obregón


durante los años de crisis, el hecho de que desde 1925 y durante todo el
decenio de los años treinta no hubiese procedido a ensanchar su capacidad
productiva, denota que no pudo recuperarse del impacto de las dos crisis a que
nos hemos venido refiriendo.

Como un intento de sacar a flote la fábrica, los Obregón procedieron a abrirla a


nuevos accionistas en 1935, transformando las acciones privilegiadas que les
permitían ejercer el control familiar sobre la empresa en acciones ordinarias
convirtiendo los dólares en que estaba representado el capital de la empresa en
pesos colombianos, pasando de $ US 1'500.000 a $2'250.000,oo, representados
en 15.000 acciones de $150,oo cada una.60

Sin embargo, las posibilidades que brindaba esta política de apertura


empresarial y de socios fueron frenadas por dos hechos que tuvieron

1924. p. 16.
58
Ibid. La Gran Depresión afectó fuertemente a la sociedad barranquillera, ocasionando un
aumento de los suicidios cuyo índice en el sólo año 1930 fue del 50% con relación al decenio
1920-1929. Ver AHDA, Boletín Municipal de Estadística No. 4, Barranquilla, 1931. Otro indicador
de los efectos de la crisis es el descenso del número de construcciones, las que pasaron de 1.002
en 1929 a 277 en 1930,138 en 1931 y sólo 52 en 1932. AHDA, Boletín Municipal de Estadística.
1931 y 1933. Nos. 4 y 14.
59
Montenegro, S., Op. Cit.,. pp. 181-182 y 208-209.
60
AHDA, Notaría Tercera Barranquilla. Libro de 1935. Nº 1452. “Reforma de los estatutos de lai
sociedad anónima Fábrica de Tejidos Obregón” y Nº 1.465. “Reforma del artículo 4o. de los
estatutos de la sociedad anónima Fábrica de Tejidos Obregón”.
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 23

repercusiones desiguales sobre el sector textil algodonero y su lugar de


vanguardia en la industrialización en Barranquilla. El primero, tuvo que ver con el
surgimiento, a partir de 1932, de la industria de los textiles de seda, la que captó
una gruesa inversión de capital ' extranjero.61 Entre 1932 y 1937 se fundaron
cuatro empresas de tejidos de seda artificial (Filtta, Alpha, Celta y Atlántico), las
que surgieron al amparo del arancel proteccionista de 1931 y por la inexistencia
de competencia en el resto del país. La sola empresa Filtta, fundada en 1932, tres
años después, multiplicó su capital por diez, pasando de $100.000,oo a
$l'000.000,oo.62

Ya para 1937 las tres primeras productoras de tejidos de seda mencionadas


ocupaban a un poco más de mil personas (917 obreros y 85 oficinistas) y proce-
dieron a organizar un “pool” comercial a fin de distribuir sus productos en toda
la nación. Era tal la pujanza que mostraba esta industria que en 1937 se comenzó
a montar en Barranquilla una planta productora de rayón o fibra sintética, la que
fue paralizada por el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial.63

Esto es significativo, pues la pérdida de protagonismo del sector textil


algodonero era ya manifiesta, produciéndose una especie de recomposición al
interior de la industria textil barranquillera al descollar los tejidos de seda que se
aprovechaban de la condición portuaria de esta urbe para importar la totalidad
de sus materias primas. Su ascenso sería tan vertiginoso que para comienzos de
los años cuarenta la industria textil local será reconocida nacionalmente por la

61
Después de la Gran Depresión, la presencia del capital extranjero en el área textilera de
Barranquilla era tal que un analista se expresaba en los siguientes términos: "El grupo del
Atlántico está todo localizado en Barranquilla... pero está lamentablemente en manos de
capitalistas extranjeros. Esta observación puede hacerse para los demás ramos industriales, que
están controlados en dicha ciudad por gentes extrañas, que apelan no pocas veces a recursos
nada defendibles para lograr el mayor éxito en sus operaciones comerciales". Goez, Ramón,
Geografía Económica de Colombia. México, FCE, 1947. p. 208
62
Filtta era propiedad de capitalistas franceses; Alpha, fundada en 1934 con un capital inicial de
$70.000,oo pertenecía a una sociedad colombo-libanesa; Celta, creada en 1936, era de capital
inglés. AHDA, La Prensa. Barranquilla, diciembre 31 de 1936. No. 2.766. Textiles Atlántico,
fundada en 1937 por los Faillace, tuvo un capital inicial de $100.000,oo. Ver Revista de la Cámara
de Comercio. Barranquilla, 1937. Nos. 67-69. Según una publicación oficial, el capital invertido en
1937 en las cuatro fábricas de seda artificial ascendía a $2'000.000,oo y su producción anual
alcanzaba la suma de $l'800.000,oo. Ver Contralorea General de la República. Geografía
Económica de Colombia. Atlántico. Bogotá, Imp. Nacional, 1937. p. 158.
63
Emiliani Vélez, Ramón. “Informe a la Cámara de Comercio”, en Liga de Comercio de
Barranquilla No. 67, Barranquilla, 1937, pp. 3 a 13.
Sergio Paolo Solano 24

producción de seda artificial.64

El otro hecho de mayor incidencia era las limitaciones que presentaba el capital
bancario y la no existencia de un mercado bursátil en Barranquilla. En 1924, una
comisión conformada por la Cámara de Comercio para estudiar la difícil situa-
ción por la que atravesaba la industria barranquillera, se quejaba de las limita-
ciones que presentaba el capital bancario en esta ciudad para solventar las
necesidades crediticias de la industria.65 Después de 1925 sólo sobrevivió el
Banco Comercial de Barranquilla, cuyo gerente, en 1941, se vanagloriaba porque,
con el ínfimo capital de $650.000,oo, había logrado apoyar el desarrollo de la
pequeña industria. 66 En ese mismo año, el secretario de la Liga de Comercio
también se ufanaba porque “En Barranquilla no hay actividad bursátil!” debido a
que la actividad empresarial local era de mediana y pequeña escala, lo cual —
según su opinión— no daba oportunidad para que los empresarios se ocuparan
en “... el juego de valorizaciones de papeles”.67

Estas situaciones conllevaron a que desde mediados de los años diez, el capital
extranjero y el antioqueño se vincularan a algunas industrias barranquilleras a
través de los empréstitos. Los inmigrantes judíos curazaleños, que bien conocían
la economía local, constituyeron entidades crediticias en New York y Curazao y
comenzaron a conceder préstamos a los empresarios radicados en Barranquilla.
De esta manera, pasaron a controlar algunas industrias locales como fue el caso
de la Compañía Azucarera de Sucre Central Bolívar, constituida en 1914 por
empresarios costeños y la que se vio precisada, entre 1916 y 1917, a acudir a
empréstitos de los bancos curazalaños, S.E.L. Maduro and Sons y Correa
Hermanos y al The Antioquia Comercial Corporation de New York. 68 Caso similar

64
Osorio, Luis Enrique. Geografía Económica y Social de Colombia. Bogotá, Ed. La Idea, 1941. p.
171.
65
Revista Cámara de Comercio Barranquilla No. 75, Barranquilla, 1924, p. 5. Esta misma comisión
se quejaba por la ausencia en Barranquilla de espíritu ahorrativo. Para una historia de la banca en
Barran-quilla véase Meisel, Adolfo y Posada, Eduardo. “Bancos y Banqueros en Barranquilla, 1873-
1925”, en Boletín Cultural y Bibliográfico No. 17, Bogotá, Banco de la República, 1988. Vol. XXV.
66
Ver declaraciones dadas por Joaquín Roca Niz a Osorio, Luis E. “Pulsaciones de Barranquilla”,
en El Mes Financiero y Económico. Bogotá, 1941. Nº 55. p. 66.
67
Ibid. p. 66.
68
AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de 1916. Tomo II. Nº 524. “Protocolización de un acta
de la Compañía Azucarera de Sucre Central Bolívar”. AHDA, Sección 1. Notaría Primera, Libro de
1917. Tomo VI. Nº 792. “Protocolización de un acta presentada por José V. Dugand”. En 1919 el
Familia e industrias en la región Caribe colombiana. La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1954 25

sucedió con la Empresa de Hilados y Cultivo de Algodón, la que al no poder


cancelar un crédito que le había otorgado Maduro's Bank of Curacao, tuvo que
hipotecar todos sus bienes en 1921 a la misma entidad bancaria. 69 También la
empresa de tejidos La Nacional, en 1924, pasó a ser controlada por banqueros
curazaleños gracias a los créditos otorgados. 70 Parecido también fue el caso de
la Fábrica de Aceites y Grasas Vegetales, erigida en sociedad anónima en 1926 y
la que en 1931 pasó a ser controlada por la Curacao Trading Company de origen
holandés.71

Después de la crisis de 1929, el empresariado industrial de Barranquilla empezó


a manifestar síntomas de relevo, surgiendo un sector con una vocación
industrial más claramente definida, en contraste con el anterior que, arrastrando
las características de finales del siglo XIX, era muy dado a la diversificación de
inversiones, predominando el espíritu mercantilista-especulativo. Esta
renovación en gran medida estuvo unida a la llegada de empresarios y de
capitales extranjeros, los que iniciaron el desplazamiento del sector empresarial-
industrial nacional que había dominado entre 1900 y 1930.

El sector industrial barranquillero fue innovado significativamente y en algunas


de sus otras áreas, además de la textil, se dieron procesos de recomposición
mediante fusiones de empresas (cervecerías, fosforeras, molinos, pinturas, etc.).

La combinación de estos factores explica, pues, el que la política de apertura


que asumió Tejidos Obregón en 1935 no haya tenido resultados satisfactorios.
Además, era difícil captar los ahorros de posibles pequeños accionistas debido a
que aún no comenzaba a formarse una clase media en el país.

Banco Antioqueño pasó a controlar la mayoría de las acciones de esta empresa. AHDA, Sección 2.
Notaría Segunda, Libro de 1919. Tomo IX. Nº 1579. “Inserción de un acta de la Compañía
Industrial Azucarera de Sucre Central Bolívar”.
69
AHDA, Sección 2. Notaría Segunda, Libro de 1918. Tomo IV. Nº 426. “Protocolización de un
documento por Maduro's Bank of Curacao”. Libro de 1921. Tomo XI. Nº 1996. “Hipoteca Pinedo
Weeber y Compañía al Maduro's Bank of Curacao”.
70
AHDA, Sección 2. Notaría Segunda, Libro de 1924. Tomo V. Nº 997. “Inserción de un acta de la
Empresa de Tejidos La Nacional”.
71
AHDA, Sección 2. Notaría Segunda, Libro de 1926. Tomo VIII. Nº 1968. “Constitución de la
sociedad anónima Fábrica de Aceites y Grasas Vegetales”. Véase también a López, Alejandro.
“Barranquilla industrial”, en El Mes Financiero y Económico. Bogotá. 1938. Nº 9. pp. 28-29.
Sergio Paolo Solano 26

En 1941 los Obregón procedieron a liquidar la Compañía Agrícola y Comercial


debido a la crisis por la que atravesaba el cultivo y la comercialización del
algodón nacional. Esta compañía había desempeñado un papel fundamental en
el impulso del cultivo de la fibra en algunas áreas de la Costa Atlántica.72
Durante los años treinta la producción algodonera costeña vivió un período
floreciente, alcanzando el valor de la arroba a $2,40, el que se mantuvo estable
hasta el año de 1941 cuando sólo aumentó $0,05. En esta estabilización del
precio de la arroba de la fibra desmotada cumplió un papel primordial la
creación, en 1933, de la Compañía Algodonera Colombiana S.A., pool comercial
constituido por cuatro textileras antioqueñas y otras de Manizales y Boyacá.73
Esta compañía estableció centros de acopio en zonas algodoneras claves de la
Costa Atlántica, acaparando buena parte de la producción regional,
desmotándolo por su propia cuenta y logrando eliminar a las desmotadoras
independientes, los que se agruparon para afrontar la competencia de mejor
manera.74

Sin embargo, el auge de la producción algodonera nacional durante esos años


no logró satisfacer la demanda de la expansión de la industria textil, la que
acudió a la importación de algodón debido a que los precios de éstos habían
sufrido caídas en el mercado internacional. 75 En el año de la liquidación de la
Compañía Agrícola y Comercial, Rafael Obregón A., presidente de Tejidos
Obregón, reconocía que los esfuerzos que su familia había consagrado al cultivo
de la malvácea habían sido infructuosos y anotaba que era más rentable la
importación de la fibra.76

72
Aspectos desarrollados en el siguiente apartado.
73
Sobre la Compañía Algodonera Colombiana véase Brew, Roger, Op. Cit., pp. 269-270.
74
Según Louis Gieseken, un pionero algodonero barranquillero y representante legal de la
“Desmotadora de los Agricultores Independientes”, el alza que acuso la producción y el precio
del algodón entre 1932-1933 se debió a la existencia de la libre competencia entre los
productores y compradores; cuando se creó la “Compañía Algodonera Colombiana”, el
establecimiento de precios de monopolio afectó la expansión del área cultivada. Gieseken, Louis.
“Importantes comunicaciones sobre la industria algodonera”, en AHDA, La Prensa. Barranquilla,
julio 31 de 1934.
75
Montenegro, S. Op. Cit., pp. 210-211. En 1942 de 17.350.000 kilogramos de algodón que
consumieron las textileras colombianas, el 81% fue importado. Rivas Camacho, Santiago.
Memoria del Ministro de la Economía Nacional al Congreso de 1943. Bogotá, Imp. Nacional,
1943. p. 13.
76
Osorio, Luis E. Pulsaciones de Barranquilla, en Op. Cit., p. 67.

Você também pode gostar