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FACULTAD DE DERECHO
AREQUIPA-PERÚ
2017
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1. INTRODUCCIÓN:
El tema que nos ocupa consiste en determinar si en el caso que se haya fijado
una pensión alimenticia en un proceso judicial, y de producirse el supuesto de
extinción señalado en el artículo citado anteriormente, es necesario iniciar una
nueva demanda para que otro órgano jurisdiccional, pero igualmente
competente, deje sin efecto la misma, o es legalmente válido solicitarlo al juez
originario en el mismo proceso en que se fijó dicha pensión alimenticia.
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2. ANTECEDENTES DEL TEMA:
El artículo 472° del Código Civil, concordante con el artículo 92° del Código de
los Niños y Adolescentes, modificado por la Ley N° 30292, establece que se
entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento, habitación,
vestido, educación, instrucción y capacitación para el trabajo, asistencia
médica y psicológica y recreación, según la situación y posibilidades de la
familia.
Por otro lado, el artículo 486° del Código Civil establece que “La obligación de
prestar alimentos se extingue por la muerte del obligado o del alimentista, sin
perjuicio de lo dispuesto por el artículo 728°. En caso de muerte del alimentista
sus herederos están obligados a pagar los gastos funerarios”.
El tema que nos ocupa consiste en determinar si en el caso que se haya fijado
una pensión alimenticia en un proceso judicial, y de producirse el supuesto de
extinción señalado en el artículo citado anteriormente, es necesario iniciar una
nueva demanda para que otro órgano jurisdiccional, pero igualmente
competente, deje sin efecto la misma, o es legalmente válido solicitarlo al juez
originario en el mismo proceso en que se fijó dicha pensión alimenticia. 1
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Elsa Pastor Sanchéz-Concha, Abogada por la Universidad San Martín de Porres. Ha cursado la maestría de Derecho Civil y
Comercial en la Universidad Federico Villareal.
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En algunos casos el Juez de Paz Letrado que conoció un proceso de
alimentos, dispuso el cese de la misma por extinción al haber fallecido el
alimentista; y en otros casos, la solicitud correspondiente ha sido declarada
improcedente, por cuanto el Juez de Paz Letrado considera que deberá
acudirse a otro órgano jurisdiccional en vía de acción, es decir, a través de una
nueva demanda.
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MORÁN MORALES, Claudia. “Causales de exoneración de alimentos”: En. Código Civil Comentado. Derecho de
Familia Tomo III. Primera Edición. Gaceta Jurídica. Julio de 2003. Pág. 285)
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Habrá que tomar en consideración también lo expuesto en el artículo 565-A del
Código Procesal Civil, incorporado por la Ley N° 29486, que señala que “es
requisito para la admisión de la demanda de reducción, variación, prorrateo o
exoneración de pensión alimentaria (…)” (resaltado agregado). De ello, en
contrario, se puede advertir que no se ha previsto demanda de extinción de
alimentos, por lo que no correspondería vía de acción para solicitar la extinción
de la obligación alimentaria por fallecimiento del alimentista.
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Temas de legislación procesal civil-Ernesto Perla Velaochaga-Derecho PUCP: Revista de la Facultad de
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2.1. DIFERENCIA ENTRE EXONERACIÓN Y EXTINCIÓN DE LA
OBLIGACIÓN ALIMENTARIA
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Derecho Procesal Civil (2º Curso), por Manuel Sánchez Palacios.- Lima, 1950. Imprenta Gil, 252 páginas-Domingo
García Rada-Derecho PUCP: Revista de la Facultad de Derecho, Nº. 10-11, 1951, pág. 166
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2.1.1. EXONERACIÓN DE LA OBLIGACIÓN ALIMENTARIA
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Derecho Procesal Civil (2º Curso), por Manuel Sánchez Palacios.- Lima, 1950. Imprenta Gil, 252 páginas-Domingo
García Rada-Derecho PUCP: Revista de la Facultad de Derecho, Nº. 10-11, 1951, pág. 166
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Sin embargo, como mencionamos en el primer párrafo, estos dos términos son
objeto de confusión por parte de los abogados litigantes, siendo la extinción el
de mayor uso, aun así, cuando estén buscando conseguir una exoneración.
Asimismo, como hemos podido observar, cada uno tiene sus propios requisitos
de procedencia para que se pueda hacer efectivo el cese de la obligación
alimentaria, por lo cual podemos entender, que estos mecanismos son
totalmente distintos.
El caso exige necesariamente analizar los alcances del último párrafo del
artículo 483 del Código Civil en el cual se establece el cese de la obligación
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Derecho Procesal Civil (2º Curso), por Manuel Sánchez Palacios.- Lima, 1950. Imprenta Gil, 252 páginas-Domingo
García Rada-Derecho PUCP: Revista de la Facultad de Derecho, Nº. 10-11, 1951, pág. 166
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alimentaria cuando el alimentista haya cumplido la mayoría de edad, pero se
mantendría aquella si este siguiese una profesión u oficio exitosamente.
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Elsa Pastor Sanchéz-Concha, Abogada por la Universidad San Martín de Porres. Ha cursado la maestría de Derecho Civil y
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3. DOCTRINA:
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Elsa Pastor Sanchéz-Concha, Abogada por la Universidad San Martín de Porres. Ha cursado la maestría de Derecho Civil y
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4. LEGISLACIÓN POSITIVA:
4.1. NACIONAL.
El artículo 472° del Código Civil, concordante con el artículo 92° del
Código de los Niños y Adolescentes, modificado por la Ley N° 30292,
establece que se entiende por alimentos.
4.2. COMPARADA.
ARGENTINA
Artículo 142 del Código Civil, que se entiende por alimentos todo lo que
es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia
médica. Los alimentos comprenden también la educación e instrucción
del alimentista mientras sea menor de edad y aún después cuando no
haya terminado su formación por causa que no le sea imputable. Entre
los alimentos se incluirán los gastos de embarazo y parto, en cuanto no
estén cubiertos de otro modo.
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Causa de extinción de los alimentos según el Código Civil.
→ CHILE
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EXTINCIÓN DE LA OBLIGACIÓN ALIMENTICIA.
5. TIPO PROCESAL.
6. JURISPRUDENCIA
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parte perjudicada, ello de conformidad con lo dispuesto en los artículos 4 y 43
de la Constitución Política del Estado que reconoce, respectivamente, la
protección especial a: el niño, la madre, el anciano, la familia y el matrimonio,
así como la fórmula política del Estado Democrático y Social de Derecho”.
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trámite, el cese, exoneración o extinción de la prestación alimentaria debe
resolverse en dicho proceso”.
Exp. N° 00014-2012-0-1201-JP-FC-03
SENTENCIA N° 0158-2012.
VISTOS: Puesto recientemente a Despacho para resolver; ASUNTO: Es
materia de pronunciamiento, la demanda de exoneración de pensión
de alimentos postulada por P.M.C.S. que obra de las páginas 12 a 14, y
subsanada mediante escrito de la página 22, del presente expediente, contra
C.E.C.M. y P.A.C.M.; a través del cual solicita se disponga la exoneración del
pago de pensión de alimentos que hasta la actualidad viene prestando a favor
de sus hijos mayores de edad C.E.C.M. y P.A.C.M.; en consecuencia se deje
sin efecto el monto de 30% sobre el total de sus ingresos que se le viene
descontando que percibe como Docente nombrado de la Universidad Nacional
Agraria de la Selva de Tingo María; para lo cual argumenta que los
demandados ya han cumplido la mayoría de edad contando en la actualidad
con 28 y 25 años de edad, respectivamente, y que además ya han concluido
sus estudios superiores técnicos en la especialidad de Laboratorio Clínico, que
vienen ejerciendo, lo que amerita pedir la exoneración de alimentos. Por su
parte, se declaró rebeldes a los demandados C.E.C.M. y P.A.C.M., según
resolución número 06 de la página 53.
→ RAZONAMIENTO:
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El derecho que tiene una persona a exigir alimentos de otra, con la cual
generalmente se encuentra ligada por el parentesco o por el vínculo
matrimonial, tiene un sólido fundamento en la equidad, en el derecho
natural. De ahí que el legislador al establecerlo en la ley no hace sino
reconocer un derecho más fuerte que ella misma, y darle mayor
importancia y relieve.
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que el solicitante alimentario se encuentre en total imposibilidad de
proveer a sus necesidades, basta que quien tiene derecho no logre los
ingresos económicos básicos o elementales. Asimismo, la necesidad de
una adecuada ponderación en el análisis de esta condición, lleva a tener
en cuenta dos criterios adicionales: el patrimonio y la capacidad de
trabajo de quien pretende obtener la pensión de alimentos. Sobre el
patrimonio, se señala que quien tenga bienes suficientes no puede
reclamar alimentos, así los bienes sean improductivos. Y sobre la
capacidad de trabajo, se dice que el individuo que tiene capacidad para
trabajar, para lograr su sustento, no tiene derecho a solicitar pensión
alimenticia; sin embargo, su aplicación implicar correlativamente tener
en cuenta determinadas circunstancias, en cada caso bajo análisis,
como la edad, sexo, estado de salud, educación y posición social, a fin
de llegar a una decisión más óptima que responda a un criterio
razonable.
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investigar rigurosamente el monto de los ingresos del que debe prestar
alimentos (segundo párrafo del artículo 481 del C.C.)2, lo que
significa que el Juez si bien no puede determinar la realidad, puede
apreciar lasposibilidades que tiene el obligado.
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alimentista menor de edad) y 3. El alimentista haya cumplido la mayoría
de edad (en el cual la norma presume de plano la extinción del estado
de necesidad). De otro lado, la norma regula dos supuestos que puede
invocar el alimentista para que la prestación a su favor continúe vigente;
estos son: a. Si sufre de incapacidad física o mentaldebidamente
comprobada; y b. Si está siguiendo una profesión u
oficio exitosamente. Si bien es cierto que el último párrafo del artículo
en comentario únicamente se refiere a “seguir” una profesión u oficio, y
no alude al verbo “estudiar”, debe entenderse que la norma abarca a los
estudios tendientes a obtener una profesión u oficio, que incluye a los
estudios preparatorios – primarios, secundarios o para el ingreso a
estudios superiores- y que sólo enestos casos puede permitirse que un
hijo mayor de edad pueda seguir percibiendo alimentos, siempre que
curse dichos estudios de manera exitosa, los que deben entenderse
realizados dentro de márgenes razonables y aceptables, tanto en los
que refiere al período de tiempo requerido para efectivizarlos, como a
los resultados obtenidos, siendo esta la correcta interpretación de la
norma acotada.
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7. BIBLIOGRAFÍA.
Derecho Procesal Civil (2º Curso), por Manuel Sánchez Palacios.- Lima, 1950.
Imprenta Gil, 252 páginas-Domingo García Rada-Derecho PUCP: Revista de
la Facultad de Derecho, Nº. 10-11, 1951, pág. 166
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