Você está na página 1de 1

I

Regeneración
Al comenzar esta serie de discursos sobre algunas de
las grandes palabras del evangelio, estaré pensando
principalmente en los niños en Cristo, es decir, en
aquellos que hace poco tiempo por el ministerio de
gracia del Espiritu Santo han sido traídos al cono-
am iento de la salvación en nuestro Señor. Los niños
necesitan ser alimentados. El apóstol Pedro dice:
“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual,
sin engaño, para que por ella crezcáis en salud.” Se
nos dice en otra parte que “la vianda firme es para
los perfectos.” Es decir que las verdades profundas de
la Palabra de Dios son para aquellos Cristianos que
han ténido años de experiencia en los caminos del
Señor. No es en los tales que estoy pensando en estos
momentos, sino en aquellos que no hace mucho estaban
en las tinieblas y que han sido despertados y salvados
y confío que ahora están hambrientos por conocer
más de las preciosas verdades de la Palabra de Dios.
En primer lugar quiero hablarles acerca de la
regeneración. Mi texto se encuentra en Tito 3, versículos
3 a 7:
Porque también éramos nosotros necios en otro
tiempo, rebeldes, extraviados, sirviendo a concupiscen­
cias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia,
aborrecibles, aborreciendo los unos a los otros. Mas
5

Você também pode gostar