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GRUPO: T2C
DESARROLLO
Las microestructuras en los cristales, es la formación de los granos, donde por supuesto, no es perfecto,
aquí se localizan imperfecciones que afectan el proceso de cristalización. Dentro de estos defectos, se
encuentran los puntuales, lineales, y superficiales.
En los metales puros, el único defecto puntual probable que puede existir termodinámicamente es la
vacancia, que, como su nombre lo indica, es un punto de la red no ocupado por un átomo. Los otros 2
defectos puntuales siguientes se deben a la presencia de átomos extraños en la red. Ciertos átomos son
muy pequeños y caben en los intersticios o huecos de la red; dicho átomo extraño se denomina defecto
intersticial; en el caso de materiales iónicos y cerámicos sujetos a este tipo de defecto, son utilizados en
helicópteros y cubiertas de tanque, debido a su dureza. La otra manera como un átomo extraño puede
estar presente en el retículo es por sustitución de un átomo anfitrión en el sitio de la red, el átomo extraño
se llama ahora defecto de sustitución; en este caso, el átomo sustituyente debe tener un tamaño atómico
que no difiera más de un 15 por ciento del tamaño del átomo que sustituye; este defecto es inducido a un
material a través de un proceso llamado adulteración que es particularmente importante en la fabricación
de materiales electrónicos. La aplicación de los defectos puntuales en la industria, está en que juegan un
gran rol en la difusión atómica, particularmente en el caso de cristales densos. Gracias a este tipo de
defectos, se incrementa la resistencia mecánica de un material.
Una de las aplicaciones más comunes de los defectos puntuales, es el control de las impurezas para crear
metales y aleaciones más resistentes, algo sumamente importante en la industria, ya que sirve para poder
hacer materiales que soporten mayores golpes o dislocaciones. Un buen ejemplo en este caso, es el de la
aleación Cu-Ni, en la cual el cobre al tener estructura cristalina FCC, favorece la plasticidad, teniendo
buena maleabilidad y conductividad; pero al momento de combinarse con níquel, este elemento tiende a
penetrar y ocupar los espacios vacantes entre los átomos de cobre, volviéndola más resistente, impidiendo
que pueda deformarse o tener dislocaciones futuras; gracias a ello, posee una alta resistencia a la corrosión
y fatiga.
Los efectos lineales de las estructuras cristalinas se denominan dislocaciones. Estos defectos permiten
deformar los materiales cristalinos; son lo que se desplazan o resbalan sobre los planos de deslizamiento
y a lo largo de la dirección de deslizamiento, y confieren ductilidad al material; cabe destacar que
producen deformación plástica permanente. Existen 2 tipos de dislocaciones: de arista o borde, la cual
resultan de la adición de una placa de red cristalina parcial extra; los átomos que contactan directamente
la dislocación de borde se aprietan muy cerca mientras que aquellos inmediatamente más allá son
empujados muy lejos entre sí. Y la de tornillo, la cual resulta del corte y cambio de la red cristalina por un
espacio atómico. El proceso mediante el cual se mueve una dislocación causando que se deforme un
material se conoce como deslizamiento. En cuanto a sus aplicaciones, tenemos que el deslizamiento de
las dislocaciones, confiere a un metal ductilidad, lo cual sirve para poder hacer alambres, así como
también asfaltos. Además, se puede aumentar la resistencia de un metal, controlando el movimiento de
sus dislocaciones. Las distintas formas de aumentar la resistencia de los metales y sus aleaciones, se basan
en este hecho, aumentar el número de dislocaciones del material e impedir o anclar su deslizamiento.
Los defectos superficiales, consisten en límites de grano que tienen diferente estructura cristalina u
orientación cristalográfica. Este tipo de defectos se divide en: superficies externas, las cuales son las más
evidentes y delimitan la estructura cristalina, además de que los átomos superficiales no están enlazados;
límites de grano, donde el punto débil se encuentra en la unión y separa a dos pequeños granos o cristales
que tienen deficiente orientación cristalográfica; límites de macla, las cuales tienen simetría de red
especular, en otras palabras, los átomos de un lado del límite son imágenes especulares de los átomos del
otro lado, generados por tratamientos térmicos; defectos de apilamiento, que es cuando se interrumpe la
secuencia de apilamiento; y los defectos de fase, en donde hay un cambio radical en las características
físicas y/o químicas. En cuanto a sus aplicaciones a la industria, tenemos que se utilizan en la elaboración
de partículas magnéticas, en líquidos penetrantes, y materiales eléctricos. Otro punto a destacar, es que
es una problemática para la industria automotriz, para el conformado de las chapas metálicas de las
puertas de los automóviles, ya que el proceso de estampado afecta directamente en la apariencia superficial
de la pieza y así influye en su calidad final: Además, provocan irregularidades en la red cristalina del
material y por tanto, proporcionan puntos adicionales para fijar y detener los deslizamientos de las
dislocaciones.
CONCLUSION
Es más que claro que ningún material tiene una estructura cristalina perfecta, todos tienen imperfecciones
que pueden ser algo positivo o negativo para un material, dependiendo el caso. Desde mi punto de vista,
el sacar provecho de dichas deformaciones de las estructuras es algo bastante ventajoso para nuestra vida
diaria, ya que con ellas podemos crear distintos materiales con ciertas características para que sean de un
gran uso, como por ejemplo, podemos dar resistencia a un cierto material para una estructura en un
edificio, o podemos darle la característica de conducción eléctrica a otro, etc. Tomar ventaja de dicha
situación es lo mejor que podemos hacer para tener diferentes materiales con diferentes propiedades.
BIBLIOGRAFIAS
Newell, James, Ciencia de materiales. Aplicaciones en Ingeniería, Primera Edición
Askeland Donald, Ciencia e Ingeniería de los Materiales, Tercera Edición
L. Mangonon Pat, Ciencia de Materiales: Selección y Diseño