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Análisis y síntesis en cartografía:

Algunos procedimientos
Adriana Madrid Soto
Lina Maria Ortiz López

Universidad nacional de colombia


Facultad de ciencias humanas
Departamento de geografía
Bogotá
Agradecimientos

A todas aquellas personas que confiaron en nosotras y en nuestro trabajo, principalmente al


profesor Antonio Flórez, quien de manera cordial no sólo nos regaló la idea, sino que nos
acompañó en el desarrollo de la misma.
A todos los profesores del departamento de geografía por su constante preocupación y
ayuda incondicional.
A Hugo Moreno por su apoyo en la elaboración de varios de los gráficos que aquí
aparecen, y sobre todo por ese calor humano que solo él sabe compartir, entre las numerosas
personas que a diario visitamos la biblioteca.
A nuestros familiares, porque en la medida en que soportaron nuestras ausencias, parti-
ciparon directamente de nuestro triunfo, especialmente a Marcelita, Carlos y Jorge.

Lina y Adriana
Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia

Madrid Soto, Adriana Graciela, 1971-


Análisis y síntesis en cartografía: algunos procedimientos / Adriana Madrid Soto,
Lina María Ortiz López. — Bogotá : Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Huma-
nas, 2005
170 p. : il., cuads., mapas (algs. Col.), tabs.
ISBN : 958-8063-32-9
1. Cartografía 2. Análisis espacial (Estadística) 3. Estudios del medio físico I. Ortiz López, Lina María
CDD-21 526 / 2005

Análisis y síntesis en cartografía:


Algunos procedimientos
© Adriana Madrid Soto
Lina Maria Ortiz López
© Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Ciencias Humanas
Departamento de Geografía
Primera edición:
Agosto de 2005
Decano Facultad de Ciencias Humanas
Germán Meléndez Acuña
Vicedecana Académica
Olga Restrepo Forero
Coordinación Editorial
Nadeyda Suarez M.

ISBN: 958-8063-32-9
Diseño y diagramación:
Julián R. Hernández R.
gothsimagenes@yahoo.es
Impresión y encuadernación:
Medios Gráficos
Tel: 2682472
Distribución:
Unibiblos - Ciudad Universitaria
Librería, Torre de Enfermería
Tels: 368 14 37,
316 5000 exts. 19 645, 19 647.

Siglo del Hombre Editores


Cra. 32 Nº 25- 46
Tels: 337 77 00 - 368 73 82
Impreso en Colombia - Printed in Colombia
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida total ni parcialmente, ni registrada en o transmitida
por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico,
magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.
Contenido

INTRODUCCIÓN 13

TEMA DE ESTUDIO 15

OBJETIVOS 16

1. ANALISIS ESPACIAL 17
1.1 LAS HERRAMIENTAS TECNICAS Y EL ANALISIS ESPACIAL 18
1.1.1 Las técnicas cualitativas 19
1.1.2 Las técnicas cuantitativas 19
1.1.3 Las representaciones gráficas 21
1.1.4 Los sistemas de información geográfica 22

2. DATOS GEOGRÁFICOS 25
2.1 EL DATO, REQUISITO NECESARIO PARA EL ANALISIS ESPACIAL 27
2.2 TIPOS DE DATOS 27
2.2.1 Escala nominal - dato cualitativo 27
2.2.2 Escala ordinal - dato ordenado 28
2.2.3 Escala de intervalos - dato ordenado 29
2.2.4 Escala de razón - datos cuantitativos 29
2.3 ¿EL DATO ES IGUAL A LA INFORMACIÓN GEOGRÁFICA? 30

3. ANALISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS DATOS 32


3.1 LAS REPRESENTACIONES GRAFICAS 32
3.2 LA DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS 33
3.3 LAS MEDIDAS DE RESUMEN 33
3.3.1 Las medidas de tendencia central 34
3.3.1.1 La moda 34
3.3.1.2 La mediana o centro mediano 36
3.3.1.3 La media aritmética o centro de gravedad 40
3.3.1.4 El centro de gravedad ponderado 42
3.3.2 Las medidas de dispersión 43
3.3.2.1 Desviación típica 44
3.3.2.2 Desviación típica ponderada 48
3.4 CONCLUSIONES DE CAPÍTULO 50
4. LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y
FUNCIONALIDAD 51
4.1 EL ANALISIS ESPACIAL Y LAS REDES 53
4.1.1 Análisis gráfico de las redes 53
4.1.2 Análisis estructural de la red 58
4.1.2.1 Descripción de una red 58
4.1.2.2 Conectividad de una red 59
4.1.3 Análisis dinámico de las redes 61
4.1.3.1 Análisis de la cohesión 61
4.1.3.2 Análisis de la accesibilidad 64
4.1.3.3 Otras alternativas de este tipo de análisis 73
4.1.3.4 La ruta óptima 76
4.1.4 Análisis dinámico: centralidad y jerarquías 79
4.1.4.1 El análisis de la centralidad 79
4.1.4.2 El análisis de la jerarquía 87
4.2 CONCLUSIONES DE CAPÍTULO 88

5. DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA 89


5.1 CONCEPTOS FUNDAMENTALES 89
5.2 CARACTERÍSTICAS DE LAS ISOLÍNEAS 91
5.3 CLASIFICACIÓN Y APLICACIÓN DE LAS ISOLÍNEAS 92
5.4 ASPECTOS BASICOS EN EL TRAZADO DE ISOLÍNEAS 97
5.5 LA INTERPOLACIÓN 98
5.6 EL TRAZADO DE ALGUNAS ISOLÍNEAS 101
5.6.1 Las curvas de nivel 101
5.6.2 Las isoclinas 103
5.6.2.1 Aspectos básicos en el trazado de isolíneas 109
5.6.3 Las isocronas 109
5.6.4 Las isodemas 112
5.7 EL PREMAPA COMO HERRAMIENTA PARA EL TRAZADO
DE ISOLÍNEAS 115
5.7.1 La relación entre variables 116
5.7.1.1 Coeficiente de correlación de Pearson 117
5.7.1.2 Coeficientes de regresión 120
5.7.1.3 Análisis de regresión 121
5.7.2 Las isotermas 122
5.7.3 Las isoyetas - isohietas 124
5.8 CONCLUSIONES DE CAPÍTULO 127
6. CARTOGRAFIA INTEGRADA 129
6.1 EL ANALISIS Y LA SINTESIS 129
6.2 LA SINTESIS EN GEOGRAFÍA 132
6.3 ¿QUE ES LA CARTOGRAFÍA INTEGRADA O DE SÍNTESIS
Y CUÁLES SON SUS IMPLICACIONES? 133
6.3.1 La participación de la cartografía integrada en el proceso investigativo 135
6.3.2 Características de una unidad integrada 138
6.3.3 Características de un mapa integrado 138
6.4 ALGUNAS APLICACIONES DE CARTOGRAFÍA INTEGRADA 139
6.4.1 Una aplicación de cartografía integrada a partir de conceptos de síntesis 139
6.4.2 La leyenda en un mapa integrado 143
6.5 LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA (SIG):
UNA ALTERNATIVA PARA LA SÍNTESIS EN CARTOGRAFÍA 147
6.6 CONCLUSIONES DE CAPÍTULO 161

CONSIDERACIONES FINALES 163

REFERENCIAS 165
Lista de figuras

Capítulo 1
Figura 1.1 Herramientas técnicas para el análisis espacial. 19
Figura 1.2 Componentes del SIG. 24

Capítulo 2
Figura 2.1 Esquema del análisis espacial como mediador entre los datos
y la información geográfica. 31

Capítulo 3
Figura 3.1 División del área de estudio. Cuadros de 4cm x 4cm.
Escala 1:10.000. Fuente mapa base: IGAC (1980). Municipio de Gámeza.
Dpto. de Boyacá. Plancha No. 172-III-B-3 37
Figura 3.2 División del área de estudio. Cuadros de 5cm x 5cm.
Escala 1:10.000. Fuente mapa base: IGAC (1980) Municipio de Gámeza.
Dpto. de Boyacá. Plancha No. 172-III-B-3 38
Figura 3.3 Centro mediano. 39
Figura 3.4 Centro de gravedad. 41
Figura 3.5 Centro de gravedad ponderado. 43
Figura 3.6 Diferencia espacial entre medidas. 43
Figura 3.7 Trayecto de cada uno de los puntos al centro de gravedad. 45
Figura 3.8 Desviación típica de las distancias. Método gráfico. 46
Figura 3.9 Desviación típica de las distancias. Método aritmético -
método gráfico. 47
Figura 3.10 Desviación típica de las distancias ponderadas. 49

Capítulo 4
Figura 4.1 Red vial Sabana de Bogotá. Fuente: Corporación Autónoma
Regional de Cundinamarca, 1997. 55
Figura 4.2 Grafo red vial. Sabana de Bogotá. 56
Figura 4.3 Distancia a - b, a partir del teorema de Pitágoras. 58
Figura 4.4 Red hipotética. 61
Figura 4.5 Mapa de conectividad directa, Sabana de Bogotá. 65
Figura 4.6 Accesibilidad topológica relativa de la Sabana de Bogotá 71
Índice omega
Figura 4.7.a Red original. 74
Figura 4.7.b Red proyectada. 74
Figura 4.8 La ruta óptima. 77
Figura 4.9 Vecino más próximo entre cabeceras municipales.
Sabana de Bogotá. 81
Figura 4.10 Área de influencia de la ciudad de Chía. 86
Figura 4.11 Solapamiento entre áreas de influencia. 87

Capítulo 5
Figura 5.1 Características de las isolíneas. 91
Figura 5.2 Tipos de isolíneas. Ejemplos tomados de varios autores. 95
Figura 5.2.a Isobaras. Esquema de circulación de vientos a un nivel dado
en torno a centros de alta (A) y baja (B) presión. Izquierda: cerca del
Ecuador terrestre; Derecha: en latitudes medias del Hemisferio Sur.
Fuente: www.atmosfera.cl/HTML/meteorología. 95
Figura 5.2.b Isobaras. Presión atmosférica global. Fuente: Strahler (1981). 95
Figura 5.2.c Mapa de isolíneas de evapotranspiración real. Media del período:
1986/87 - 1992/93. Tenerife. Fuente: www.atmosfera.cl/HTML/meteorología. 96
Figura 5.2.d Isolíneas de evaporación. Desiertos suroccidentales de los
Estados Unidos. Fuente: Strahler (1981). 96
Figura 5.2.e Isogonas. En este mapa la declinación se indica a intervalos
de diez grados a nivel mundial. Fuente: Strahler (1981). 96
Figura 5.2.f Mapa de isolíneas de coeficientes de escorrentía. Período
1986/87 - 1992/93. Tenerife.
Fuente: www.aguas Tenerife.com. 97
Figura 5.2.g Isocronas. Expansión de la Muerte Negra en la Europa del
siglo XIV, en el que se muestra la división política del continente en la
época. Fuente: Strahler (1981). 97
Figura 5.3 Interpolación lineal. 99
Figura 5.4 Isohipsas e isobatas.
Fuente: www.atmosfera.cl/HTML/meteorología. 101
Figura 5.5 Malla de puntos con alturas. 102
Figura 5.6 Curvas de nivel. 103
Figura 5.7 Cuadrícula de trabajo para hallar las pendientes medias.
Escala 1:25.000. Fuente mapa base: IGAC (1989) Municipio del
Líbano. Dpto del Tolima. Plancha No. 226-I-A. 105
Figura 5.8 Pendientes medias resultantes. Escala 1:25.000. Fuente
mapa base: IGAC (1989) Municipio del Líbano. Dpto del Tolima.
Plancha No. 226-I-A. 106
Figura 5.9 Mapa de isoclinas. 107
Figura 5.10 Procesos morfogenéticos en función de la pendiente. 108
Figura 5.11 Red vial hipotética. 110
Figura 5.12 Mapa de isocronas. 111
Figura 5.13 Mapa de isopletas. Proceso de concentración de la población
rural en el litoral Caribe y Sinú. Fuente: Gracia (1999). 113
Figura 5.14 Modelos digitales de terreno. Superficies demográficas, litoral
Caribe y Sinú. Gracia (1999). 113
Figura 5.15 Método de cuadrícula para definir isodemas.
Escala 1:100.000. Fuente mapa base: IGAC (1974) Honda, departamentos
del Tolima, Cundinamarca y Caldas. Plancha No. 207. 114
Figura 5.16 Mapa de isodemas. 114
Figura 5.17 Diagrama de dispersión. Relación directa. 116
Figura 5.18 Diagrama de dispersión. Relación inversa. 117
Figura 5.19 Diagrama de dispersión. Relación nula. 117
Figura 5.20 Diagrama de dispersión temperatura - altura. Dpto. de Caldas 120
Figura 5.21 Mapa de isotermas. Departamento de Caldas. 123
Figura 5.22 Relación de la temperatura y de la lluvia con la altitud.
Cordillera central. Fuente: Flórez (1986). 125
Figura 5.23 Fragmento mapa pluviotérmico. Cuenca del Alto Magdalena.
Fuente: IGAC (1984). 126

Capítulo 6
Figura 6.1 Representación esquemática del enfoque sistémico para el estudio
y la aprehensión de un objeto complejo. Fuente: Poinsot, 1987. 136
Figura 6.2 Fragmento mapa de gesosistemas cafeteros del Líbano (Tolima).
Fuente: Ortiz (1989). Escala 1:50.000. 142
Figura 6.3 Leyenda mapa pluviotérmico. Fuente: IGAC (1984)
Mapa pluviotérmico. Cuenca del Alto Magdalena. 144
Figura 6.4 Unidades integradas. Fragmento mapa pluviométrico.
Fuente: IGAC (1984) Mapa pluviotérmico. Cuenca del Alto Magdalena.
Escala 1:500.000. 145
Figura 6.5 Fragmento mapa síntesis económica. Fuente: IGAC (1984)
Mapa síntesis económica. Cuenca del Alto Magdalena. Escala 1:500.000. 146
Figura 6.6 Modelo cartográfico 1. 149
Figura 6.7 Modelo cartográfico 2. 149
Figura 6.8 Modelo cartográfico 3. 150
Figura 6.9 Modelo entidad – relación. 152
Figura 6.10 Despliegue de mapas. 153
Figura 6.10.a Despliegue del mapa, tarea 1. 153
Figura 6.10.b Despliegue del mapa, tarea 2. 153
Figura 6.10.c Despliegue del mapa, tarea 3. 153
Figura 6.11 Diagrama de modelamiento espacial. 156
Figura 6.12 Conflicto por parqueo inadecuado. 157
Figura 6.13 Conflicto por presencia de peatones. 159
Figura 6.14 Plan de manejo 160
Lista de cuadros

Capítulo 2
Cuadro 2.1 Entidades espaciales y sus respectivos atributos temáticos. 26
Cuadro 2.2 Alternativas de implantación y aplicación de variables visuales
según los tipos de datos. 30

Capítulo 3
Cuadro 3.1 Tabla de distribución de frecuencias. 33
Cuadro 3.2 Número de viviendas por cada uno de los cuadros de la plantilla. 35
Cuadro 3.3 Número de viviendas por cada uno de los cuadros de la plantilla. 36
Cuadro 3.4 Datos para hallar el centro de gravedad. 41
Cuadro 3.5 Datos para hallar el centro de gravedad ponderado. 42
Cuadro 3.6 Datos para obtener la desviación típica. 44
Cuadro 3.7 Longitud de cada uno de los trayectos al centro de gravedad. 45
Cuadro 3.8 Datos para la obtención de la desviación típica. Método aritmético. 47
Cuadro 3.9 Datos para la obtención de la desviación típica ponderada. 49

Capítulo 4
Cuadro 4.1 Longitud de cada arco del grafo. 57
Cuadro 4.2 Índices que muestran el grado de conexión de la Sabana de Bogotá. 60
Cuadro 4.3 Poblaciones y cruces de caminos según grafo. Sabana de Bogotá 62
Cuadro 4.4 Matriz topológica de conectividad directa. Sabana de Bogotá 63
Cuadro 4.5 Matriz topológica de accesibilidad. Sabana de Bogotá 67
Cuadro 4.6 Matriz de accesibilidad kilométrica. Sabana de Bogotá. 69
Cuadro 4.7 Índice omega. 73
Cuadro 4.8 Matriz original. 74
Cuadro 4.9 Matriz proyectada. 74
Cuadro 4.10 Longitud media de los recorridos. 76
Cuadro 4.11 Comparación entre rutas óptimas. 76
Cuadro 4.12 Distancia al vecino más próximo. 80
Cuadro 4.13 Chía y sus municipios más cercanos. 85
Capítulo 5
Cuadro 5.1 Clasificación de las isolíneas a partir de las subdisciplinas
geográficas que las emplean. 93
Cuadro 5.2 Clasificación de pendientes por procesos morfogenéticos. 104
Cuadro 5.3 Datos para hallar el coeficiente de correlación de Pearsons.
Dpto de Caldas. 119
Cuadro 5.4 Datos para hallar los coeficientes de regresión. 121
Cuadro 5.5 Datos equivalentes entre altura y temperatura. 122

Capítulo 6
Cuadro 6.1 Posibilidades de división territorial en unidades complejas. 137
Cuadro 6.2 Fragmento de la leyenda propuesta por Villota (1999). 144
Cuadro 6.3 Descripción de la primera tarea. 150
Cuadro 6.4 Descripción de la segunda tarea. 151
Cuadro 6.5 Descripción de la tercera tarea. 151
Cuadro 6.6 Lista master de datos. 154
Cuadro 6.7 Lista de tareas. 154
Cuadro 6.8 Lista de funciones SIG. 154
Cuadro 6.9 Matríz relación tarea - datos. 154
Introducción
Los trabajos de grado presentados hasta ahora en el Departamento de Geografía de la Univer-
sidad Nacional de Colombia, se han desarrollado en dos sentidos: los que plantean proble-
mas específicos y se conciben como trabajos de investigación, y los que se presentan como
revisiones bibliográficas alrededor de un concepto particular manejado por la geografía. Te-
niendo en cuenta lo anterior y habiendo hecho una revisión bibliográfica, comprobamos la
ausencia de trabajos dirigidos a la explicación de procedimientos cartográficos, por lo tanto,
encontramos conveniente desarrollar ésta temática como un aporte didáctico a la investiga-
ción en geografía.
Pensamos que no es suficiente tener sólo un soporte teórico acerca de determinada
disciplina y, más aún, tratándose de la geografía, se hace necesario explorar las posibilidades
prácticas que ofrecen las diferentes herramientas de análisis y síntesis espacial. Por ello, y sin
desconocer la importancia que tienen y han tenido otros procedimientos dentro de la inves-
tigación geográfica, ofrecemos el presente trabajo titulado: “Análisis y síntesis en cartogra-
fía: algunos procedimientos”, en el que se plantea el uso y aplicación de alternativas de corte
estadístico, gráfico y cartográfico con dos propósitos claros: el primero, acercar estas posibi-
lidades, de manera didáctica, a la comunidad de geógrafos y de estudiosos del espacio; y el
segundo, demostrar por medio de ejemplos, la validez y utilidad en la aplicación de éstas
herramientas.
Este material está dirigido a aquellas personas que teniendo claro su propósito de investi-
gación consideran adecuado emplear una o varias de estas alternativas con la idea de dar lógica
y precisión a sus observaciones y de entender algunas de las diversas opciones de aprehensión
del espacio. Advertimos que este trabajo no contiene “claves” para generar objetos y proble-
mas de investigación, pues es el investigador quien en el marco de su formación académica,
de sus percepciones e intereses, elige, aplica, analiza, verifica, interpreta y juzga pertinente la
utilización de determinada herramienta ante la búsqueda de coherencia con la realidad.
Es necesario aclarar que son muchas las opciones de trabajo que aún quedan por explorar,
sin embargo hemos escogido algunas cuyos procedimientos permiten entender la localiza-
ción y distribución de algunos fenómenos, y su relación con otros procesos.
Este trabajo contiene la siguiente estructura:
En el primer capítulo, consideramos pertinente hacer un esbozo de lo que es el análisis
espacial, para diferenciarlo del proceso general de investigación y de algunos conceptos de
síntesis con los que suele confundirse.
El dato geográfico, en el segundo capítulo, se define como la materia prima del análisis
espacial; se presenta una tipología de los datos en relación con las diferentes escalas de
medición y, por último se hace la diferencia entre dato e información geográfica, conceptos
que están mediatizados por las técnicas y/o herramientas de análisis espacial.
En el tercer capítulo se tratan de manera básica las medidas de resumen, tanto las de
tendencia central como las de dispersión, temas que desde la estadística han sido muy traba-
jados y para los cuales se encuentra gran cantidad de información. Sin embargo y como
aporte específico, aquí se particulariza en su espacialización y en la posibilidad que ofrecen
para localizar un fenómeno en relación con un conjunto de observaciones, aspecto último
que es muy escaso dentro de la bibliografía existente.
El análisis de redes es el tema del cuarto capítulo, cuya presentación se divide en tres
aspectos: la abstracción gráfica de la red por medio de la construcción del grafo, su análisis
estructural y su análisis funcional. Es numeroso el material bibliográfico que se encuentra
sobre éste tema, teniendo en cuenta el interés que representa para otras disciplinas y en
nuestro caso para la geografía urbana y regional.
Los mapas de isolíneas son muy comunes en gran parte de los trabajos de investigación
y son empleados frecuentemente para mostrar los resultados de los mismos. No obstante, se
adolece de materiales explicativos en relación a sus procedimientos de desarrollo y aplica-
ción, razón que justifica sobremanera, la presentación del quinto capítulo, en el que se hace
una clasificación de las isolíneas, y se describen algunos de sus procedimientos de construc-
ción tanto de aquellas que se definen a partir de interpolaciones, como de aquellas que
requieren establecer relaciones precisas entre variables y para las que se emplean premapas o
calibradores.
El sexto y último capítulo no hace referencia a una herramienta de análisis espacial en
particular, sino que presenta la posibilidad de hacer una lectura más compleja del espacio
mediante la utilización de la Cartografía Integrada, que permite representar gráficamente
algunos conceptos cuyo entendimiento se hace a partir de técnicas de análisis espacial. La
importancia del capítulo radica en la idea misma de la geografía como disciplina de síntesis
y en la capacidad que tiene la cartografía de integrar varios procesos de análisis en función
de determinada distribución espacial mucho más holística y fortalecida gráficamente. Las
fuentes bibliográficas acerca de este tema son realmente muy pocas, por ello somos cons-
cientes de la trascendencia que puede llegar a tener para los geógrafos, con lo que queda
abierta la posibilidad y sobre todo la necesidad de profundizarlo posteriormente.
Por cada capítulo se hizo una descripción conceptual de las herramientas y sus procedi-
mientos de aplicación por medio de ejemplos, algunos hipotéticos, otros reales. Al final de
cada uno se presentan conclusiones acerca de la técnica misma y no de los casos tomados
para ejemplificarlas.
Esperamos que este material se convierta en un recurso valioso sobre todo para nuestros
compañeros estudiantes de geografía, y minimice en ellos, sus temores hacia el uso de algu-
nas de estas herramientas, que lejos de ser inaplicables se presentan como una alternativa
interesante para hacer mucho más concretas ciertas situaciones.
Tema de estudio
Como se planteó en la introducción, tras la ausencia de trabajos monográficos de pregado
orientados hacia la explicación de prodecimientos de representación cartográfica, decidimos
proponer a la comunidad académica geográfica, una serie de prodecimientos que faciliten la
representación de hechos geográficos de manera cartográfica y no cartográfica.
Desde luego el desarrollo de este trabajo implica el manejo de conceptos-marco como:
análisis y síntesis espacial, datos y distribución espacial; y otros específicos tales como: redes,
isolíneas, premapas, entre otros, que el lector encontrará en los capítulos correspondientes.
De acuerdo a nuestro objetivo, este trabajo no se ciñe a una metodología específica; se
proponen procedimientos (métodos) que sugieren formas de representación gráfica de la
distribución espacial de algunos hechos geográficos.
Objetivos

General
Estructurar temáticamente, algunas técnicas y procedimientos de análisis y síntesis espa-
cial con fines de representación cartográfica y no cartográfica, a partir de información secun-
daria y aportes personales, que sirvan de apoyo a todos los interesados en la investigación
geográfica.

Específicos
• Explicar de forma didáctica el uso y aplicación de algunas técnicas para el tratamien-
to de datos geográficos.
• Proporcionar herramientas básicas para la comprensión en parte, de la dinámica
espacial.
• Demostrar las ventajas y desventajas en el uso y aplicación de algunas herramientas
para el análisis y síntesis espacial por medio de ejemplos claros.
• Resaltar la importancia del uso de algunas métodos y procedimientos de representa-
ción gráfica y cartográfica, como soporte en el quehacer del geógrafo.
• Preferenciar los procedimientos de representación gráfica para aquellos temas menos
usuales en la bibliografía existente.
1. Análisis espacial

Todos los elementos que rodean a los hombres, ya sean de carácter físico o humano, generan
en él una serie de interrogantes acerca de la existencia de los mismos, su composición, su
funcionalidad, su distribución, su organización espacial, la relación que establecen entre ellos
y, claro está, la relación entre éstos y el propio individuo. En la búsqueda de respuestas el
hombre es conducido a una serie de procesos sensoriales que luego conecta a unas estructuras
mentales llamadas ideas, que se originan en un conjunto de fases tales como: observar, per-
cibir, comparar, concernir, agrupar, inferir, cada una de las cuales hace parte de un proceso
mayor que es analizar. Dicho proceso puede intervenir en la solución de problemas y la
toma de decisiones.
Según Gamir, et al (1995), citando a la Real Academia de la Lengua, el análisis se define
como la “distinción y la separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus
principios o elementos”. En Geografía “el todo se debe asimilar al espacio geográfico en su
conjunto y sus partes”. Estas últimas incluyen las “variables territoriales (abióticas, bióticas,
socioeconómicas, etc.) u objetos geográficos que sobre él confluyen”. A partir de ello pode-
mos afirmar que el análisis espacial, se centra en el estudio, de manera separada, de los
componentes del espacio, definiendo sus elementos constitutivos y la manera como éstos se
comportan bajo ciertas condiciones. Para esto, el análisis espacial se vale de un conjunto de
herramientas técnicas que, de acuerdo con lo anterior, sólo pueden dar respuesta a una
parte de la dinámica del espacio, mas no a su totalidad.
A pesar de todas las posiciones de tipo epistemológico, el objeto de estudio de la Geo-
grafía siempre ha sido el espacio, sus componentes y las relaciones entre estos. A lo largo del
tiempo esta disciplina ha construido y desarrollado varios conceptos de síntesis tales como:
lugar, región, territorio, paisaje... y la finalidad con ello ha sido elaborar teorías generales del
espacio, comprender la naturaleza del mismo, identificar relaciones entre los individuos y el
espacio, estudiar su problemática social, determinar sus agentes transformadores. Precisa-
mente esos conceptos de síntesis han ido acompañados de técnicas de análisis de corte
cuantitativo, cualitativo y gráfico.
Bosque (1992) es mucho más específico en tanto define el análisis espacial como “el
conjunto de procedimientos de estudio de los datos geográficos, en los que se considera de
alguna manera, sus características espaciales”. Tal descripción centra toda su atención en el
manejo dado a los datos geográficos, preocupación surgida no sólo en el campo de la geo-
grafía, sino en el de las demás ciencias durante los años 50`s, momento en el cual el Positi-
vismo otorga otras alternativas cognoscitivas y abre paso a lo que se denominó “Nueva
ANÁLISIS ESPACIAL

Geografía”.1 No obstante, afirmar que la geografía tradicional no llegó a realizar análisis espacial
implica el no reconocimiento de otros procesos de recolección y manejo de la información, que
constituyeron la base necesaria para la conformación de esta disciplina. Ahora bien, a pesar de las
discusiones surgidas entre los seguidores de las ciencias histórico-hermeneúticas, los seguidores
de las ciencias empírico-analíticas y aquellos que optan por una ciencia crítica, es claro que, sin
importar la tendencia, hoy se hace uso de diversas técnicas dirigidas al análisis espacial. Estas
técnicas cumplen por lo menos con dos objetivos:

• Identificar los componentes del espacio, y


• Utilizar un procedimiento o un conjunto de procedimientos que permitan comprender,
en parte, la funcionalidad de algunos de esos componentes espaciales.

Teniendo en cuenta lo anterior, el análisis espacial puede definirse como un momento


dentro del proceso investigativo en el que se conjugan una serie de técnicas que buscan
separar, procesar y clasificar los datos, para contribuir a la búsqueda de respuestas de un
problema mayor. Implica descubrir las particularidades de un fenómeno para definir su
participación dentro de la globalidad. Está en manos del investigador la elección de las
herramientas a utilizar, para posteriormente encontrar en sus resultados las relaciones ade-
cuadas para llegar a una visión integral.

1.1 Las herramientas técnicas y el análisis espacial


18 Una herramienta técnica puede ser definida como un instrumento de tipo gráfico, cuan-
titativo, cualitativo y/o mixto, cuyo uso involucra una serie de procedimientos en los que se
trabaja con una o más variables con el propósito de hacer más explicable y visible un fenó-
meno. No se puede negar que una herramienta técnica, por ejemplo un mapa de isoyetas,
contribuye a cualquier proceso de investigación, sin embargo, de manera separada, proba-
blemente esta no puede generar grandes impactos dentro del mismo, pero sumado al uso de
otras herramientas, se constituyen en un soporte importante. De todas formas por sí solas
no establecen el fin del trabajo; es el investigador quien lo direcciona y dispone de los
resultados según sus propósitos.
Es necesario precisar, que las herramientas técnicas cumplen con los dos objetivos del
análisis espacial, mencionados anteriormente, en cuanto a que sirven para identificar los
componentes del espacio y se centran en el procesamiento o tratamiento de datos.
La figura 1.1 muestra una clasificación en cuatro grupos de las herramientas técnicas uti-
lizadas para el análisis espacial, a continuación se hará una breve descripción de las mismas.

1
“El paradigma cuantitativo o la “Nueva Geografía” apoya y fundamenta su razón de ser y sus métodos en
el positivismo lógico, que se apoya en las ideas de un grupo de científicos conocidos como positivistas
lógicos, centrados en torno a Moritz Schlik y la Sociedad de Filosofía Ernst March , que se dio en llamar el
Circulo de Viena, y al grupo de Berlín capitaneado por Hans Reichenbach. Estos dos grupos desarrollaron
el positivismo generalizando sus principios, al considerar que la lógica formal y las matemáticas, así como la
evidencia de los sentidos, son las únicas fuentes seguras del conocimiento”. ( Estébanez, 1982).
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Fig. 1.1 Herramientas técnicas para el análisis espacial

1.1.1 Las técnicas cualitativas


Aunque en el presente trabajo no serán tratadas este tipo de herramientas, no podemos
desconocer sus aportes al análisis espacial. “Los estudios cualitativos son investigaciones 19
intensivas a muy pequeña escala en los cuales se explota la experiencia cotidiana de la gente
y sus comunidades en diferentes tiempos y espacios”. Phillip, (1996), citado por Pedone,
(2000). Ello involucra la percepción misma del investigador y la influencia de ésta en el
desarrollo del trabajo y en sus posibles resultados. Sus reflexiones, aunque revistan en oca-
siones un carácter subjetivo, no pueden considerarse como un obstáculo para obtener infor-
mación objetiva. Cada una de estas herramientas permite que el análisis, de acuerdo a su
objetivo, se convierta en un ejercicio exploratorio, descriptivo o predictivo. Herramientas
técnicas cualitativas tales como las entrevistas, los diarios de campo, las historias de vida, el
análisis documental, grupos focales y la observación, tienen como finalidad realizar un acer-
camiento entre el investigador y la comunidad u objeto de estudio, observar, hacerse partí-
cipe de algunos de sus procesos, reconocer puntos de vista subjetivos, abordar la realidad en
tanto el descubrimiento de las vivencias de los demás lo permitan y mostrar sus resultados a
través de las descripciones que son el producto directo de la experiencia.

1.1.2 Las técnicas cuantitativas


No es posible hablar de estadística o métodos cuantitativos y de sus aportes a la geogra-
fía sin mencionar, como se dijo anteriormente, que el término análisis espacial fue asignado
precisamente a ese conjunto de procedimientos o de tratamiento de los datos geográficos o
localizables espacialmente.
Tampoco es posible negar que la preocupación por darle este tipo de tratamiento a los
datos, surgió bajo lo que se denominó como geografía cuantitativa, cuya idea central, según
Capel y Urteaga (1983) “es que por debajo de la diversidad y de la compleja madeja que
ANÁLISIS ESPACIAL

forman los fenómenos espaciales existe un orden que permite explicarlos”... “para encontrar
ese orden que rige la organización espacial debe relegarse a un segundo plano el estudio de
los fenómenos singulares o accidentales, y detenerse en las regularidades, en los procesos de
tipo general que afectan a la superficie terrestre”.
Según Unwin (1995) “la revolución cuantitativa surgió a partir de la unidad de meto-
dología más que el desarrollo de una temática” como en un principio lo hicieron la Geogra-
fía descriptiva y la Geografía regional. Sin embargo, el positivismo como tal, presentaba
algunos problemas que formularon la base de posteriores críticas, entre ellas:

• La rigidez de los análisis conducentes a un determinismo estadístico,


• La incapacidad de los modelos desarrollados para predecir los patrones espaciales del
comportamiento humano, y
• La confianza excesiva en los resultados y la poca reflexión alrededor de los mismos.

Por supuesto, que las técnicas cuantitativas le dieron un giro a la Geografía, posibilita-
ron nuevos esquemas de abstracción de los datos espaciales, demostraron y descubrieron
patrones de comportamiento de algunos fenómenos, le otorgaron mayor fuerza al trabajo
práctico y al conocimiento construido a partir de una base demostrable, dejando a un lado
las especulaciones teóricas. Claro está que su rigidez no permitía involucrar algunas varia-
bles humanas difícilmente medibles, pero en la actualidad, es conveniente buscar un acuer-
do entre estas posibilidades metodológicas y las verdaderas necesidades investigativas.
20 A pesar de todos los problemas que han suscitado y generarán este tipo de discusiones,
las técnicas cuantitativas son parte indispensable en el análisis espacial por ser herramientas
eficaces para estudiar los componentes del espacio, elaborar esquemas de funcionamiento
del mismo y por proporcionar precisión en la investigación y en la localización de fenóme-
nos. A ello se añade que su capacidad organizativa y de tratamiento de datos es la base
metodológica utilizada por varias de las herramientas de representación gráfica, cartográfica
y no cartográfica.
Para ser más específicos en cuanto a los aportes de las técnicas cuantitativas y/o estadís-
ticas al análisis espacial es importante tener en cuenta algunas de sus funciones básicas que,
de acuerdo a Ebdon (1982) son: descripción, inferencia, significación y predicción.
La función descriptiva permite que durante el análisis espacial se pueda reagrupar infor-
mación que en la mayoría de los casos es muy numerosa, ordenarla, crear reglas para repre-
sentarla gráficamente, hacer cálculos de distintos estadígrafos, emplear cuadros, etc., con el
propósito de identificar sus características particulares.
La función inferencial permite plantear hipótesis y resolverlas sin necesidad de utilizar la
población en su totalidad, sino una muestra representativa de ella.
Con la función de significación se trata de saber si una diferencia o relación entre dos
conjuntos de datos es significativa. Para saberlo se utiliza un proceso, un poco más com-
plejo, en el que se proponen dos hipótesis, una nula y otra alternativa, esperando que para
la primera exista una probabilidad baja de ocurrencia que confirme la efectividad de la
segunda.
La función de predicción utiliza las probabilidades en las que se combinan circunstan-
cias que se comportan bajo ciertos límites.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Una de las funciones más utilizadas por la Geografía es la descriptiva con el uso del análisis
multivariado que tiene en cuenta una de las particularidades del espacio y es la presencia
amplia de elementos que de alguna manera complejizan su análisis. El análisis multivariado
consiste en identificar todos los componentes de un fenómeno espacial, clasificar y/o seleccio-
nar aquellos que tengan mayor preponderancia, someterlos a un filtro matemático para obte-
ner una mejor descripción del fenómeno en función de una mirada objetiva del mismo y de la
exclusión de elementos distorsionadores. Ello depende de los objetivos a desarrollar, de la
búsqueda de certezas y del enfoque que se desee dar al problema investigado.

1.1.3 Las representaciones gráficas


Una representación gráfica puede definirse como un esquema abstracto de la realidad.
Dicha realidad puede ser tomada por una de sus partes o establecer una estructura mucho
más compleja y sistemática de la misma.
Toda representación gráfica tiene como objetivo hacer mucho más fácil e inteligible un
fenómeno permitiendo la visualización de ciertas características que de otra forma son difí-
cilmente perceptibles. Esta es precisamente la gran contribución de las representaciones
gráficas al análisis espacial: permitir no sólo un adecuado manejo de los datos, sino conver-
tir una imagen visual en un mediador eficaz para la inferencia de ideas.
Caycedo y Flórez (1991), clasifican las representaciones gráficas en dos grupos: las no
cartográficas que reúnen a los diagramas, las redes y las matrices; y las cartográficas que
incluyen todo tipo de mapas, fotografías aéreas e imágenes de satélite.
Para ambos grupos existen aspectos en común: 21

• Representan el comportamiento de un fenómeno en un momento dado.


• Dependiendo de la cantidad de variables y del fenómeno a observar permiten identificar
estructuras.
• Permiten relacionar los componentes de un fenómeno con el fin de proporcionar una
lectura integral
• Relacionan de manera adecuada un fenómeno en función de una línea cronológica.

En cuanto a las posibilidades didácticas de esta herramienta, según Caycedo y Flórez


(1991), “la expresión gráfica es de gran utilidad como medio de divulgación del análisis y
síntesis geográfica, ya que las relaciones visuales son de fácil captación y recordación”. De
esta forma es posible ver en las representaciones gráficas un conjunto de razonamientos que
se muestran a través de componentes que adquieren formas y valores específicos con el
objeto de representar un fenómeno.
Las representaciones no cartográficas facilitan el análisis espacial cumpliendo varias funcio-
nes que apuntan principalmente a identificar regularidades. Algunas de estas funciones se
pueden deducir de la tipología de diagramas presentada por Caycedo y Flórez (1991).

• Mostrar una o varias características de una variable observada (diagramas de barras,


diagramas circulares).
• Comparar varias variables o componentes (diagrama de barras compuestas, diagramas
circular y semicircular).
ANÁLISIS ESPACIAL

• Mostrar gráficamente una distribución de frecuencias (histogramas, diagramas


poligonales, pirámides poblacionales).
• Mostrar el agrupamiento o disgregación que adquieren los componentes de una va-
riable (diagrama triangular).
• Mostrar las dinámicas espacial y temporal de un fenómeno (diagrama concéntrico, diagra-
ma de dispersión).

En cuanto a las representaciones cartográficas, probablemente existen muchas más razo-


nes para afirmar que contribuyen al análisis espacial. Una de ellas es el mapa que, como lo
afirma Carrera, et. al. (1993), “es un instrumento espacial de generalización y análisis que
no es usado por ninguna otra ciencia tanto como por la Geografía; es la herramienta distin-
tiva del geógrafo y el documento básico de gran parte de la enseñanza de la Geografía”... “es
una auténtica base para la investigación al suscitar problemas y facilitar la correlación espa-
cial entre variables, un método altamente selectivo de plasmar las conclusiones alcanzadas
en cualquier investigación de carácter geográfico”.
Los documentos cartográficos (mapas, imágenes de satélite, fotografías aéreas) cumplen
con los dos objetivos del análisis espacial; son aptos para identificar los componentes del
espacio, en función de las observaciones que se hagan del mismo. Tales observaciones son
clasificadas de tres formas por Rimbert (1991): visibles (lagos, bosques...), invisibles pero
muy reales (isoterma 0º en un fecha determinada) y conceptuales (centro de gravedad de-
mográfico). Los mapas que permiten este tipo de observaciones ya sea como un ejercicio de
22 reconocimiento o de localización, cumplen al mismo tiempo una función documental.
De igual forma, el segundo objetivo que consiste en utilizar un procedimiento o un
conjunto de procedimientos que permitan comprender en parte, la funcionalidad de algunos de
los componentes espaciales, es un propósito que cumplen principalmente los mapas de redes,
los mapas que emplean gráficos proporcionales a una magnitud, los mapas que hacen evi-
dentes la dispersión y difusión de un fenómeno en el espacio, entre otros. La característica
particular que ofrecen estos mapas es que, de acuerdo a Rimbert (1991), pertenecen a aquel
grupo cuya función es servir de reveladores morfológicos, en tanto las características de la
superficie terrestre pasan a un segundo plano para darle prioridad a otros fenómenos que no
pueden ser observados a simple vista pero que están presentes modificando o condicionan-
do la dinámica espacial.
Aún siendo tan complejo el espacio geográfico, el mapa se convierte en una herramienta
fundamental en el momento de analizar los fenómenos, puesto que tiene la capacidad de
abstraer la realidad para hacerla más entendible y conjugar dos tipos de objetos: los concre-
tos y los conceptuales.

1.1.4 Los Sistemas de Información Geográfica


Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y el Análisis Espacial no son sinónimos,
a pesar de que gran cantidad de fuentes bibliográficas relacionan de manera estrecha estos
dos términos.
La importancia de los SIG radica en la facilidad que ofrece al investigador para procesar
información espacial y representarla mediante un modelo análogo de la realidad que presenta
las entidades espaciales a partir del punto, la línea y el polígono e información temática.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Goodhild, et al. (1992), citado por Gamir, et al. (1995) define el análisis espacial dentro
del SIG como “un conjunto de técnicas basadas en la localización de los objetos o hechos
geográficos que analizan, requiriendo el acceso simultáneo al componente locacional y te-
mático de la información”.
Esta posibilidad y sobre todo la amplia capacidad de tratamiento de los datos geográfi-
cos ofrecen una gran ventaja en su utilización ya que conducen de forma más rápida a la
consecución de resultados para la toma de decisiones. Sin embargo, como aseguran Alzate,
et al (1999) “herramientas de análisis como el SIG son eso, solo “herramientas” a través de
las cuales podemos realizar operaciones entre capas, cuyo verdadero análisis e interpretación
fueron realizados por los temáticos quienes se valieron de los resultados para tomar final-
mente las decisiones. En otras palabras el SIG no pensó por el temático. Fue el temático
quien pensó ayudado por la herramienta”.
En relación con lo anterior, Gamir, et al. (1995), argumentan que la mayor dificultad
en la utilización de los métodos de análisis espacial está en creer que el análisis espacial tiene
un fin en si mismo. Para salvar esta dificultad los autores sugieren entender el análisis espa-
cial “como un soporte técnico a la toma de decisiones”. Lo que significa que el análisis
espacial será parte de un proceso encaminado a dar respuesta a un problema sin ser éste el
componente esencial para tal decisión. De igual manera el usuario será quien llenará de
contenido el proceso analítico y aportará su conocimiento en el diseño o planeación duran-
te la implementación de la herramienta y la posterior interpretación de resultados.
Se podría decir que los Sistemas de Información Geográfica cumplen a cabalidad con
los dos objetivos del análisis espacial puesto que este último viene a ser el resultado del 23
modelamiento basado a su vez en los procesos de captación de información, abstracción de
la misma y discretización del mundo real, estableciendo las relaciones entre los componen-
tes del espacio. Permite además, construir un modelo con patrones futuros de comporta-
miento.
Debemos reconocer que “buena parte del análisis espacial se ha desarrollado mediante
la importación de la metodología estadística y su adaptación al estudio de los datos espacia-
les. No obstante se incluyen en él ciertos procedimientos que analizan exclusivamente las
características geométricas de los hechos geográficos” (Bosque, 1992). Esto quiere decir que
combina los métodos cuantitativos con las representaciones gráficas.
Los Sistemas de Información Geográfica desarrollan un conjunto de funciones que cons-
tituyen el principal aporte al análisis espacial, éstas se clasifican en cuatro grandes grupos o
subsistemas (ver figura 1.2): el de captación de información o entrada de datos, el de alma-
cenamiento y recuperación de la información, el de manipulación y análisis, y el de repre-
sentación de datos. El tercer subsistema “comprende el conjunto de técnicas de análisis
espacial, modelos de superposición, procesamiento, estadística espacial y demás procedi-
mientos para la manipulación de la información geográfica (Query map oriented, query
database oriented, reclassificaciton, overlay, proximity, network)” (Ruiz, 1995). Es precisa-
mente aquí en donde los datos geográficos dejan de ser simplemente inventarios para mos-
trar otros aspectos de la realidad subyacentes a la mirada desprevenida del paisaje.
ANÁLISIS ESPACIAL

Fig. 1.2 Componentes del SIG


Fuente: Gamir, et. al. (1995)

A pesar de la gran facilidad que ofrecen los Sistemas de Información Geográfica al análisis
espacial, podría decirse que es una herramienta subutilizada, ya que en gran medida es em-
pleada para la recolección de información ordenanda a manera de inventarios y/o consulta,
esto debido a que son pocas las personas que manejan verdaderamente las funciones de aná-
lisis las cuales son en apariencia complejas, justamente por la falta de conocimiento sobre lo
que es el análisis espacial y los procedimientos técnicos que lleva implícitos el SIG para llegar
a éste. Si bien, es importante destacar a los SIG como herramientas de análisis espacial, es
necesario comprender que también fueron diseñados para realizar integraciones cartográficas,
como se explicará en el último capítulo.
24 En resumen, el trabajo del geógrafo puede pensarse a partir de dos ámbitos, desde los
conceptos de síntesis y desde todo el conjunto de herramientas técnicas. Unos y otros son
compatibles en tanto los primeras nos ofrecen toda una construcción teórica alrededor de la
unidad espacial a investigar, los componentes que ésta debe manejar y las relaciones que
establece no sólo a su interior, sino con el resto de unidades; las segundas, por su parte hacen
precisión en cuanto al tipo de datos, al tratamiento que se les puede dar y a la posibilidad de
visualizar las relaciones y el funcionamiento de una unidad espacial. El análisis espacial no
puede separarse de la idea que se tenga acerca del espacio y de las alternativas técnicas que
resolvamos aplicar a dicha idea.
2. Datos geográficos

La Real Academia de la Lengua (1995) define la palabra dato como un “antecedente nece-
sario para formar una idea de una cosa o deducir las consecuencias de un hecho”. La con-
formación de una idea puede ser el producto de varios antecedentes que no necesariamente
son de la misma naturaleza. Algunas ideas provienen directa y casi que inconscientemente
de la experiencia individual adquirida por los sentidos; tales experiencias son repetidas por
otros individuos hasta conseguir un concepto generalizado. Otras ideas por el contrario,
surgen de procesos racionales mucho más elaborados o que exigen, en función de un obje-
tivo, la creación de ideas más precisas, lo que implica por tanto una selección más cons-
ciente de los datos y una observación continúa de ellos. En este sentido, el dato puede ser
considerado como un hecho “para describir cualquier fenómeno (o idea) que parezca tener
un valor suficiente para ser formulado y fijado con precisión”. (Dochovsky, 1986, citado
por, Tikunov, 1999).
Específicamente en geografía, los datos o antecedentes seleccionados para entender una
idea, en este caso un fenómeno geográfico, y/o deducir su distribución y consecuencias,
tienen dos características particulares según Bosque (1992). La primera de ellas consiste en
hacer parte de una observación o soporte (unidad de observación, objeto geográfico, indivi-
duo) que tiene una posición espacial definida; y la segunda consiste en que dicho dato tiene
la posibilidad de presentarse como una variable o atributo temático, “es decir que los objetos
espaciales están dotados de propiedades intrínsecas las cuales se pueden medir”.
Cabe agregar que Castro (1990), citado por Bosque (1992) clasifica las unidades de
observación o entidades en dos grupos: las naturales que “son aquellas donde la referencia
espacial es intrínseca al propio hecho (variable observada), por ejemplo las discontinuidades
existentes entre un piso bioclimático y otro; y las unidades de observación artificiales que
son creadas por el hombre y en las que “la referencia espacial es extrínseca y ajena a los
fenómenos o variables temáticas medidas en ellas”, ejemplo común a este último grupo, es
la división político-administrativa. Con relación a ello, es necesario pensar en las implicaciones
que tiene la elección de una u otra unidad, puesto que específicamente en las unidades
artificiales se corre el riesgo de restarle o agregarle mayor importancia a un dato o a un
conjunto de datos, por ejemplo cuando se trata de determinar la concentración o dispersión
de un fenómeno y para ello se utiliza una cuadrícula cuyo tamaño -que es decisión del
investigador-, puede modificar los resultados del análisis.
Aronoff (1989), citado por Comas y Ruiz (1993) es mucho más específico en cuanto a
la caracterización que hace de los datos geográficos, los cuales responden a su vez a determi-
DATOS GEOGRÁFICOS

nadas preguntas. Según este autor: “Son características de los datos geográficos: la posición,
los atributos temáticos o descriptivos, las relaciones espaciales y el tiempo”:
La posición se refiere a la ubicación adquirida por una entidad geográfica con respecto
al sistema de coordenadas y proyección cartográfica utilizada (posición absoluta) y/o a
unos puntos de referencia conocidos con relación a otros (posición relativa). Todo fenó-
meno o situación geográfica tendrá por tanto una localización espacial que no necesaria-
mente es siempre fija, por ejemplo, una de las tareas de la Geografía de la Salud es estudiar
la distribución de algunas enfermedades; como es lógico, estas se propagan en el espacio,
por tanto no tendrán una única ubicación; y en este caso el análisis espacial se basará en la
dinámica adquirida por este fenómeno. La posición responde a la pregunta ¿dónde se
localiza determinado fenómeno? y, como derivada de ésta, ¿por qué un fenómeno se loca-
liza aquí y no en otra parte?
Los atributos temáticos o variables son los que proporcionan las características de una
entidad geográfica, definen qué y cómo es. Al tratar de determinar las zonas en conflicto por
parqueo inadecuado de carros en una zona céntrica de la ciudad, las entidades espaciales a
estudiar son aquellas que se ven afectadas por el fenómeno, en este caso: las vías, los
parqueaderos existentes y las zonas peatonales, verdes y recreativas utilizadas con éste fin.

Entidades Atributos
Vías vías para movilización vehicular, vías
donde se parquean vehículos
26 Parqueaderos capacidad, áreas, número real de carros
que parquean.
Zonas peatonales, verdes y recreativas Tipo de área, uso actual

Cuadro 2.1 Entidades espaciales y sus respectivos atributos temáticos.

Como puede observarse, todas las variables o atributos corresponden a un emplazamien-


to o entidad, pero si tomamos cada uno de ellos de manera aislada, algunos no sugieren por
sí mismos una localización. De igual forma, el análisis de una sola de sus entidades y de sus
atributos no responde al problema planteado, aunque sí lo describe de manera parcial.
Las relaciones espaciales se refieren al tipo de conexiones resultantes entre entidades
geográficas. Estas interrelaciones pueden darse por la proximidad a cierto fenómeno o por la
existencia de características comunes. En el ejemplo anterior, las zonas en conflicto pueden
relacionarse con la proximidad a un centro administrativo (negocios-oficinas) que tiene una
gran afluencia de personal.
El tiempo, es decir el momento del hecho geográfico, le imprime a los datos una capaci-
dad comparativa en la escala cronológica. Responde a la pregunta ¿cuándo sucedió?, pero no
sólo eso, sugiere además preguntarse ¿por qué sucedió en ese momento y no en otro? o ¿qué
fenómenos ocurridos en otros momentos, sustentan la existencia de un fenómeno actual?
En el ejemplo anterior, los datos pueden proporcionarnos resultados diferentes si son capta-
dos en momentos diversos (días ordinarios, fines de semana...)
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

2.1 El dato, requisito necesario para el análisis espacial


Los datos son inherentes al análisis espacial, estos permiten identificar y caracterizar los
componentes del espacio y no puede negarse que un tratamiento adecuado de los mismos
permite construir esquemas de funcionamiento del espacio, hacer visibles algunas de sus
relaciones y hasta descubrir sus regularidades e irregularidades.
Bosque (1992) sugiere pensar en los datos desde tres perspectivas: en la primera, pueden
ser separados del componente espacial para permitir un análisis meramente estadístico; en la
segunda, el componente espacial prevalece para “estudiar sus características geométricas puras”;
y en la tercera, se busca hacer una integración de los dos anteriores con lo que se pretende un
análisis espacial más óptimo.
La perspectiva a escoger depende en buena medida de la pregunta a resolver, en este
sentido, el análisis espacial puede en ocasiones quedarse en el análisis del componente temáti-
co del dato geográfico y posteriormente ser utilizado para responder a otras preguntas que sí
ameriten la relación con el componente espacial. La pregunta: ¿cuál es el número promedio de
automóviles que requieren el uso de parqueaderos en la zona céntrica de la ciudad?, exige una
respuesta que se remite a la localización como un marco de referencia, pero no la incluye
directamente en el resultado, ni en la operación que se hizo para calcular el nuevo dato. Por el
contrario, la pregunta: ¿cuáles parqueaderos se localizan dentro de una distancia de 1 km., a
lado y lado, de la vía principal? amerita para la obtención de la respuesta la inclusión de una
operación geométrica que permita establecer 1 Km. de distancia a partir de la vía principal,
con lo que se está estableciendo una relación entre otros puntos de referencia.
En una tercera pregunta: ¿cuál es el número promedio de automóviles que utilizan, en 27
un día ordinario, los parqueaderos ubicados a 1 Km. de distancia a lado y lado de la vía
principal?, implica acudir a los componente temático, espacial y temporal, en tanto se de-
ben utilizar los datos que indiquen el número promedio de automóviles, en relación con un
momento determinado y dentro del área solicitada.

2.2 Tipos de datos


“El proceso de medida de un hecho empírico es el conjunto de procedimientos que per-
mite asignarle símbolo a las distintas variantes que adopta una característica en cada unidad de
observación” (Bosque, 1992). En geografía el proceso de medida se da en dos sentidos: a
partir de datos estadísticos y de datos cartográficos, ambos tienen establecida una clasificación.
En estadística se habla de escalas de los datos temáticos (nominales, ordinales, intervalos y de
razón), y en cartografía de los niveles de los datos (cualitativos, ordenados y cuantitativos).
Ahora bien, hay que tener presente que son diferentes denominaciones que hacen refe-
rencia a una misma cosa. Los datos estadísticos utilizan variables temáticas que describen la
entidad observada, estas tienen una organización que simboliza y diferencia los componen-
tes de un hecho, sus similitudes, jerarquías y valores. Para los datos cartográficos se em-
plean variables visuales que dependen del tipo de dato y de la forma de implantación
(puntual, lineal, zonal)

2.2.1 Escala Nominal - Datos Cualitativos


En estadística, la escala nominal hace referencia a datos que se dan en nombres, la única
relación que se establece entre los datos de la característica estudiada es la de ser iguales o dife-
DATOS GEOGRÁFICOS

rentes (Bosque, 1992). Estas son cualidades únicas que definen al objeto, por ejemplo en la
variable lugar de procedencia, los datos son: Bogotá, Cartagena, Medellín, Cali...etc. Aquí no
son válidas las operaciones matemáticas, solo funcionan como expresión de un hecho, es así que
el nombre de éste hecho es único, lo que no admite asociación nominal a otro, es decir una
categoría no incluye la otra. Por ejemplo: en un mapa del uso del suelo, la escala nominal de las
unidades espaciales son: agricultura, ganadería, industria, etc. Sin embargo si existen unidades
que tienen las mismas características serán clasificadas con el mismo nombre. Aparentemente,
los datos de esta variable pueden presentarse de forma numérica, pero no expresan una relación
matemática, esto ocurre cuando se le asigna a cada unidad un código: 001, 002, 003....
En Cartografía, “Una componente es cualitativa cuando sus categorías no son ordenables
de una manera única y universal, sino que son en consecuencia, ordenables de manera
diferente”. Flórez y Thomas (1992). En el siguiente grupo de datos no podemos establecer
diferencias de tipo cuantitativo, sin duda se puede distinguir un dato de otro y ordenarlos
de acuerdo a diferentes parámetros.
Localidades de Bogotá, D.C.: (1) Usaquén, (2) Chapinero, (3) Santafé, (4) San Cristó-
bal, (5) Usme, (6) Tunjuelito, (7) Bosa, (8) Kennedy, (9) Fontibón, (10) Engativá, (11)
Suba, (12) Barrios Unidos, (13) Teusquillo, (14) Los Mártires, (15) Antonio Nariño, (16)
Puente Aranda, (17) Candelaria, (18) Rafael Uribe-Uribe, (19) Ciudad Bolívar, (20) San
Juan del Sumapaz.
A cada uno de los nombres se le ha asignado oficialmente un número, pero al igual que
en la escala nominal estadística, éste no sirve para hacer operaciones matemáticas, funciona
28 como una etiqueta que los diferencia de los demás.

2.2.2 Escala Ordinal - Datos Ordenados


Además de las características de la escala nominal de ser iguales o diferentes, la escala
ordinal en estadística, permite una jerarquización de los datos observados y la relación de
mayor y menor que. (Bosque, 1992). La jerarquización de las cualidades de un fenómeno
lleva implícito el hecho de que el nivel mayor incluye las categorías menores, por ejemplo:
país, región, departamento, municipio, localidad, comuna. La categoría espacial país in-
cluye las demás categorías y no viceversa. Esta escala representa una serie ordenada de
relaciones no cuantitativas, no permitiendo por lo tanto establecer la diferencia numérica
entre uno y otro dato.
Los datos ordenados en cartografía se relacionan con la escala ordenada y la escala de
intervalos utilizada por la estadística, como veremos más adelante.
Un componente es ordenado, según Flórez y Thomas (1992), “cuando sus categorías se
ordenan de una forma única y universal”. Los siguientes datos corresponden a las áreas de
susceptibilidad por sismo en la Isla de San Andrés:

• Susceptibilidad moderada-alta
• Susceptibilidad moderada-baja
• Susceptibilidad baja

Tales datos pueden ordenarse de forma ascendente o descendente, pero no se puede esta-
blecer entre ellos una relación matemática.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

2.2.3 Escala de intervalos - Datos Ordenados


Un intervalo puede entenderse como una unidad al interior de una escala de medición
conocida (tiempo, distancia, temperatura, etc.) Dicha unidad es arbitraria tanto en su origen
(punto cero) como en su tamaño. Por ejemplo, un aguacero puede tener un intervalo de
tiempo de dos horas, sin embargo su momento de inicio y su duración, no afectan la escala
general del tiempo. Según Bosque (1992) “es necesario establecer, por una parte, una unidad
empírica de medida y, por otra, que sea posible contabilizar cuantas veces está contenida
dicha unidad en la distancia entre dos modalidades de la variable. Para este último caso, es
posible preguntar ¿cuántos aguaceros se pueden presentar en una semana?
Esta escala debe tenerse en cuenta principalmente para la elaboración de mapas de isopletas
e isolíneas (ver capítulo 5) en tanto la unidad por si misma puede corresponder a una
superficie (isopleta) y sus puntos de inicio y fin a los umbrales (isolíneas).
Los siguientes son parámetros para la determinación de intervalos, no obstante lo im-
portante es definir sus aplicaciones en términos cartográficos:

• No necesariamente cada intervalo debe ser del mismo tamaño. Datos geográficos tales
como la pendiente, la temperatura, el valor de la tierra, pueden ser categorizados por interva-
los del mismo tamaño, sin embargo cuando estos son pasados a una representación cartográfica,
el tamaño de las franjas que los representan no es homogéneo. Así mismo, es importante
precisar que en el mundo físico no tiene sentido establecer para algunos fenómenos, intervalos
homogéneos, porque dependen de procesos que disparan su funcionamiento o dinámica, como
ocurre con los procesos geomorfológicos, en los que la amplitud de superficie y sus límites 29
dependen de un conjunto de condiciones más que de una medida específica.
• No debe haber categorías superpuestas: esta condición en términos matemáticos es com-
prensible en tanto una categoría no debe comenzar en el mismo punto donde termina otra.
No obstante, en el mundo físico los límites deben ser interpretados como zonas de transición
permitiendo hasta cierto punto el solapamiento de algunas condiciones.
• Las categorías deben listarse en orden lógico: lo que puede asumirse más como una
norma práctica que facilita la visualización y el entendimiento de la información a partir de
rangos. Cartográficamente dicho orden se hace evidente con el uso de algunas variables visua-
les como el tono, el grano y el valor.

La importancia de la escala de intervalos radica en la capacidad de asignar valores nu-


méricos a las distancias/diferencias entre dos datos (Bosque, 1992); para esto es necesario
determinar un punto de partida que puede ser arbitrario, o susceptible de modificarse para
obtener otros valores que le den sentido a la explicación geográfica.

2.2.4 Escala de Razón - Datos Cuantitativos


La escala de razón, cumple con las características de las tres anteriores y permite identifi-
car cuántas unidades de medida hay de una modalidad a otra o a un punto cero. Esto
significa que existe un solo punto de partida que es absoluto y que determina el valor del
dato medido, por ejemplo para establecer la altitud, se parte de un valor 0, en este caso,
dicho valor hace referencia al nivel del mar, punto de partida de esta medida. Esta escala
admite la realización de operaciones matemáticas, permitiendo por ejemplo, conocer la
DATOS GEOGRÁFICOS

diferencia entre una variable y otra o entre los atributos al interior de una misma variable.
Por ejemplo, al observar la variable altitud en dos puntos diferentes: San Andrés (001 m.s.n.m)
y Ambalema (215 m.s.n.m), podemos decir que entre el primero y el último hay 214 me-
tros de diferencia.
Las componentes cuantitativas, en cartografía, permiten “precisar con exactitud la varia-
ción de distancia entre las categorías y cuándo estas categorías no son equidistantes entre sí”.
( Flórez y Thomas 1992).
Los siguientes datos corresponden a la tasa de urbanización en las cabeceras municipales
del departamento de Arauca en 1995, según Banguero y Castellar (1993):

• Saravena: 63.81%
• Arauquita: 35.06%
• Arauca: 78.67%
• Tame: 64.57%
• Puerto Rondón: 46.53%
• Cravo Norte: 43.01%

Cada cifra representa el comportamiento particular del mismo fenómeno aplicado en


todos los demás; entre uno y otro dato se puede establecer la diferencia matemática exacta.
De igual forma no existe una equidistancia entre un dato y otro.
Además de la tipología de datos explicada, es necesario agregar que a la distribución que
30 adquieren los datos sobre la superficie del mapa se le denomina implantación. Cada uno de
lo datos anteriores pertenecen a un emplazamiento, que de acuerdo al tamaño de la escala
toma una forma de implantación distinta, ya sea esta puntual, lineal y/o zonal.
En un mapa a escala 1:1.000.000, un río, que tiene una implantación lineal, se convier-
te por sí solo en un dato localizable y visualmente distinto a un punto que bien puede
representar una ciudad, o a una zona que correspondería a un departamento o a una región.
Si se relaciona la implantación con el tipo de dato, implica pensar en una variable que haga
perceptible sus características. Las variables visuales son las distintas posibilidades de diseño
que dependen del tipo de dato y de la implantación sugerida directamente por la escala:

Cuadro 2.2 Alternativas de implantación y aplicación de variables visuales según los tipos de datos

Tipo de dato Implantación Variable Visual


Cualitativa puntual, lineal, zonal forma, color, orientación
Ordenada Zonal valor, grano
Cuantitativa puntual, lineal talla

Fuente: Flórez y Thomas, 1992

2.3 ¿El dato es igual a la información geográfica?


Por lo general existe la tendencia a confundir el dato con la información geográfica, sin
embargo es necesario hacer una diferencia clara entre los dos. Para Beguin y Pumain (1994)
el dato es “el hecho bruto”, y la información por su parte “se define por un contenido más
elaborado que tiende a reducir nuestra incertidumbre sobre el mundo que nos rodea”. Los
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

datos son entonces, cada uno de los momentos de la observación y por sí solos no dan
respuesta a un problema. De ellos surge la información cuando se trata de establecer una
relación entre varios momentos de la observación, en función de una pregunta. Esta última
sugiere a su vez elegir entre una o varias técnicas de análisis espacial. Para Tikunov (1999)
“los datos son una obra en construcción en el proceso de creación de la información, son
considerados como el objeto del pensamiento, cuyo fin es recabar información”. Es así
como el análisis espacial podría ubicarse como una fase necesaria de transición entre los
datos y la elaboración de información, en este caso geográfica (ver figura 2.1).

31

Fig. 2.1 Esquema del análisis espacial como mediador entre los datos y la información geográfica

No se descarta que de la información resultante podemos aplicar otras técnicas de aná-


lisis espacial para obtener nuevamente información, lo que ratifica la idea de Beguin y
Pumain (1994) en cuanto a que “Los datos constituyen lo que se llama información geográ-
fica, cuando ellos son almacenados de manera sistemática y en consecuencia consultables o
explotables, o más aún cuando ellos son tratados o combinados para producir nuevas infor-
maciones”. Esto significa que es el usuario de los datos el que crea finalmente la informa-
ción geográfica, para lo que puede valerse de diferentes medios (manuales, digitales) y habi-
lidades que empleará sobre la base de la metodología que considere más apropiada y de
acuerdo a unos objetivos previamente establecidos.
3. Análisis de la distribución
espacial de los datos

Una de las ventajas de la tecnología actual es la generación de datos, en este sentido, cada
disciplina puede pensar en la mejor posibilidad de utilizarlos en función de sus propios
problemas. Una de las tareas de la geografía se ha centrado en la localización, y principal-
mente, en la comprensión y explicación de determinados elementos sobre el espacio.
Los geógrafos suelen enfrentarse a la posibilidad de localizar bajo unos objetivos ligados
a la planeación u ordenamiento del espacio, dicha localización puede planteare en dos sen-
tidos: uno, en cuanto al aprovechamiento de un recurso, por ejemplo, un lote baldío; y dos,
en cuanto a la localización de un lugar cuya posición imparcial deba favorecer a muchos o
aprovecharse al máximo, como ocurre con un puesto de salud o un centro educativo. La
diferencia entre los dos radica en la importancia que se le da a la localización misma, lo que
puede modificar las decisiones si se piensa en la relación que dicha localización puede tener
con su entorno inmediato o más allá.
Las medidas de resumen, como técnicas de análisis espacial, le otorgan al geógrafo la
posibilidad de localizar con precisión y objetividad ciertos elementos a nivel espacial por
medio del tratamiento estadístico de algunos datos. El presente capítulo no solo se centra en
la obtención de estas medidas, sino en la espacialización gráfica de las mismas.
Desde la Estadística se proponen tres formas de describir los datos, como un paso básico
para su transformación en información; son estos:

• Las representaciones gráficas


• Las distribuciones de frecuencias
• Las medidas de resumen

3.1 Las representaciones gráficas


Diagramas y/o gráficos se constituyen en esquemas visuales, que muestran una o más ideas
por medio de diferentes variables que son organizadas según reglas específicas que permiten
acceder más fácil y didácticamente a la información. Bertin (1968) define los diagramas como
“la construcción gráfica en que las correspondencias en un plano pueden establecerse entre
todas las divisiones de una y otra componente que explican un fenómeno”. 1
Cabe agregar que, hablar de representaciones gráficas desde la geografía implica necesaria-
mente incluir los mapas, puesto que en estos se hace posible la concretización de algunos

1
En los demás capítulos de este trabajo, se presentan algunas herramientas gráficas de gran utilidad.
fenómenos, mediante la espacialización de variables, que en ocasiones, no son fácilmente
visibles en la realidad, pero que hacen parte de la dinámica y caracterización del espacio.

3.2 La distribución de frecuencias


Es un método que utiliza tablas denominadas de distribución de frecuencias, con las
que se busca ordenar los datos y describir el número de veces que ocurre un resultado
dentro de un conjunto de observaciones. Según Carrera, et al (1993) “la distribución de
frecuencias permite expresar con mayor claridad el grado de regularidad o irregularidad con
que se distribuyen los diferentes valores que toma una variable”. Por su parte Harnett y
Murphy (1987) resaltan la importancia de este tipo de distribución para hacer una “indica-
ción más precisa de la información disponible”, contraria a las representaciones gráficas que
“proporcionan una representación de la información y no de los datos en sí mismos”.
El siguiente es un ejemplo de una tabla de distribución de frecuencias.

Cuadro 3.1 Tabla de distribución de frecuencias

Viviendas Frecuencias Absolutas Frecuencias Relativas %


Xi ni Ni fi Fi
A 5 5 23 23
B 8 13 36 59
C 3 16 14 73
D 2 18 9 82
E 4 22 18 100
La primera columna (xi) muestra la variable a distribuir, en este caso viviendas.
La segunda columna (ni) muestra el número de veces en que ocurre un fenómeno; aquí
presentamos el número de personas que habitan en cada una de las viviendas.
La tercera columna (Ni) corresponde a la suma de una frecuencia absoluta con la adyacen-
te en dirección descendente.
La cuarta columna (fi) muestra el número de veces en que ocurre un fenómeno en relación
con el total de observaciones, presentándose en porcentajes.
La quinta columna (Fi) corresponde a la suma de una frecuencia relativa con la adyacente
en dirección descendente.

3.3 Las medidas de resumen


Son técnicas cuantitativas que permiten hacer una descripción general del conjunto de
datos, a partir de la obtención de un sólo dato. De acuerdo a Harnett y Murphy (1987), el
propósito es reducir la información a una medida simple.
Este tipo de medidas son útiles para el análisis espacial en tanto hacen posible describir la
distribución de un fenómeno geográfico en función de su concentración o su dispersión, lo que
permite inferir que los datos implicados en este tipo de medidas tienen un carácter puntual.
Las medidas de resumen se clasifican en dos grupos:

• Las medidas de tendencia central: moda, mediana y media


• Las medidas de dispersión: desviación típica, varianza y covarianza.
DATOS GEOGRÁFICOS

Las medidas de resumen proporcionan un tratamiento adecuado de los datos puesto que
tienen en cuenta sus características temáticas y ante todo su componente espacial; en este
sentido, los resultados arrojados por este tipo de medidas pueden reforzar la localización de un
punto o, sugerir un nuevo emplazamiento para el mismo, haciendo un poco más objetiva la
toma de decisiones, sin embargo cabe recordar que a pesar de la exactitud que estas medidas
puedan tener, es el investigador quien utiliza tanto los métodos como los resultados, de acuer-
do a sus requerimientos reales y a las posibilidades que proporciona el espacio.

3.3.1 Las medidas de tendencia central


Son aquellas que se “caracterizan por sintetizar las posiciones de toda una estructura de
localizaciones en un solo punto”. Son útiles especialmente para estudios evolutivos en los
que “se analiza la posición de los puntos en diferentes etapas o en trabajos comparativos en
los que se constatan dos o más fenómenos espaciales independientes”. (Gamir, et. al. 1995).
La ventaja de éste tipo de medidas, tanto estadísticamente como espacialmente, es que
no requieren un proceso matemático complejo. No obstante, la espacialización de algunos
de sus resultados puede en ocasiones no corresponder con la realidad geográfica.

3.3.1.1 La Moda
Es el valor que se repite el mayor número de veces dentro de un conjunto de datos.
Para los siguientes datos:

34 5,7,3,2,8,4,1,6,5,3,8,3,5,7,2,4,3,4,6,2
La moda es 3

Es probable que en un conjunto de datos exista más de una moda. Por ejemplo en el
siguiente conjunto de observaciones:
3,5,7,2,4,3,4,5,6,2,8,3,5,6,1,4,8,2,3,7,5
Los datos que más se repiten son 3 y 5, por lo tanto estos representan la moda.

En geográfia, cada dato corresponde a un emplazamiento. De acuerdo al tipo de escala


que se desee utilizar, cada dato puede convertirse en un punto. La moda en este caso corres-
ponderá con el área que contenga mayor densidad de puntos (datos).

¿Cómo se halla la moda en un conjunto de datos espacializados?


MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Nuestro problema a solucionar es el siguiente: En la zona sur de la cabecera municipal de


Gámeza, se busca emprender una campaña de salud, para lo cual se ha pensado en determinar
cual es el área que tiene el mayor número de viviendas, para dar mayor cubrimiento en el
menor tiempo posible.
Se escoge una escala que cubra toda el área y que además permita que cada dato sea
representado por un punto. En este caso hemos escogido la escala: 1:10.000
Se traza una cuadrícula sobre el área. El tamaño de la misma es decisión del investiga-
dor, sin embargo éste debe pensar en dos elementos básicos: la distancia a recorrer en fun-
ción del problema y la posibilidad de encontrar un tamaño adecuado para la cuadrícula que
responda eficazmente a una solución. En nuestro caso hemos utilizado dos tamaños dife-
rentes de plantillas.
Seguidamente procedemos a contar el número de puntos en cada uno de los cuadros
para determinar el que tiene mayor densidad.

Cuadro 3.2 Número de viviendas por cada uno de los cuadros de la plantilla

Cuadro Número de
No viviendas
1A 6
2A 15
3A 2
4A 2 35
5A 3
1B 12
2B 11
3B 4
4B 1
5B 7
1C 12
2C 10
3C 3
4C 4
5C 3
1D 8
2D 11
3D 6
4D 15
5D 5
1E 6
2E 13
3E 10
4E 6
5E 7
ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS DATOS

En la figura 3.1, tenemos 25 cuadros (4cm x 4cm), cada uno de ellos representa 1.600
m , pero encontramos que existen dos modas, las correspondientes a los cuadros 2A y 4D,
2

que se encuentran bastante separados uno del otro y cada uno con 15 viviendas, lo cual
probablemente dificultaría cumplir con el objetivo de la campaña que es hacer un mejor
cubrimiento en el menor tiempo posible.
Se opta, entonces por ampliar el tamaño de la cuadrícula; la figura 3.2 presenta áreas de
2.500 m2, el cuadro que tiene mayor densidad es el 2D, con 21 viviendas.

Cuadro 3.3 Número de viviendas por cada uno de los cuadros de la plantilla

Cuadro Número de
No. Viviendas
1A 9
1B 20
1C 17
1D 6
2A 19
2B 15
2C 13
2D 21
3A 1
36 3B 2
3C 16
3D 10
4A 6
4B 8
4C 8
4D 12

3.3.1.2 La mediana o centro mediano


En términos estadísticos la mediana corresponde al dato que se ubica en todo el centro
de las observaciones ordenadas, dejando la misma cantidad de datos a lado y lado de éste.
En los siguientes datos:

1, 2, 6, 8, 8, 9, 10, 12, 13, 15, 16, 17, 20, 21, 21


La mediana corresponde al número 12.

Cuando el número de datos es par la mediana corresponde al valor medio entre los dos
datos ubicados en el centro, así:

17, 18, 21, 23, 26, 27, 27, 27, 28, 30, 31, 31, 32, 34, 36, 36, 39, 40, 40, 42
La mediana es 30.5 como resultado de: 30 + 31
2
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

En geografía, según Gamir, et. al. (1995) “el centro mediano de una estructura de puntos es
aquella posición en la que se produzca una reparto equitativo de las observaciones puntuales en las
direcciones N, S, E y O”. Es una medida “ideal” en tanto se busca la localización de un punto que
sea relativamente equidistante a todos los demás puntos que lo rodean, sin embargo tal emplaza-
miento corre el riesgo de corresponder a un lugar que no obedezca a las especificaciones planteadas
en el problema inicial, por ejemplo: una laguna, un río, una pendiente fuerte...

¿Cómo se halla la mediana en un conjunto de datos espacializados?

Continuando con el problema anterior, ahora se requiere ubicar un puesto promotor de 39


salud que brinde los primeros auxilios, que esté pendiente de las remisiones y que capacite a
la comunidad sobre infección respiratoria agua, enfermedad diarréica aguda, nutrición básica
y cuidado de los niños en casa; este lugar, debe además funcionar como un centro de concen-
tración temporal para algunos especialistas.
El área de estudio en este caso, fue determinada a partir de la mayor concentración de vivien-
das que se estableció en el problema anterior. Se procedió a trazar un eje y a ubicar su centro, de tal
forma que conservara la misma cantidad de viviendas en cada cuadrante (figura 3.3).

Fig. 3.3 Centro Mediano


ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS DATOS

Este procedimiento no implica operaciones de tipo matemático, basta desplazar los ejes
hasta obtener el resultado deseado. En nuestro caso la distribución de los puntos sólo nos
permitió una orientación de los ejes, pero es posible que para un mismo problema, dicha
orientación señale varios centros medianos.
El centro mediano, a diferencia del centro de gravedad, proporciona un resultado óptimo
en términos prácticos, sin embargo, como afirma Ebdon (1982) “hay que limitar su uso a
investigaciones geográficas preliminares, en las que cuenta más la rapidez que la precisión”.

3.3.1.3 La media aritmética o centro de gravedad


La Media Aritmética es lo que la estadística denomina como el promedio. Consiste en la
suma de los datos dividida en el número total de éstos. Esta medida depende considerable-
mente del valor que toma cada dato, es así como un sólo valor puede hacer desplazar la
media hacia un punto y otro de las observaciones y no representar el fenómeno o la situa-
ción adecuada.
En el siguiente conjunto de datos:

24, 36, 25, 19, 28, 31, 34, 22, 32


La media resulta al aplicar: X = Σx
n
X = 24 + 36 + 25 + 19 + 28 + 31 + 34 + 22 +32
9
40 X = 251
9
X = 27,8

Geográficamente, se habla de un centro de gravedad que incluye las dimensiones x e y,


con la idea de ubicar la media aritmética de las localizaciones como tales y no del valor que
éstas puedan tener.
¿Cómo se halla el centro de gravedad en un conjunto de datos espacializados?

2
En términos prácticos no resulta fácil manejar coordenadas geográficas, puesto que sus valores son mucho más
altos, imprimiendo cierto grado de dificultad.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Para aplicar este procedimiento al ejemplo anterior, procedemos a trazar un eje de coor-
denadas en la misma área de estudio. Para facilitar el trabajo, a cada punto se le asignó una
letra (figura 3.4) y se determinaron sus posiciones, con lo cual obtuvimos los siguientes
resultados (cuadro 3.4):

41

Figura 3.4 Centro de Gravedad


Cuadro 3.4 Datos para hallas el centro de gravedad

Se aplicó la siguiente fórmula:

x = Sx = 61,77 x = 2.94
n 21

y = Sy = 55.1 y = 2.62
n 21

Estos valores corresponden a un nuevo par de coordenadas que indican el centro de


gravedad. Tal lugar podría ser el nuevo emplazamiento del centro de promotores de salud.
Al compararlo con la medida anterior (mediana), observamos que la posición del centro
de gravedad tuvo un desplazamiento hacia el occidente, que en distancia real corresponde
aproximadamente a 10 metros.
ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS DATOS

Según Estébanez & Bradshaw (1978) el centro de gravedad tiene una serie de ventajas
“puede resultar de utilidad para estudiar el cambio o la variación de una distribución a lo
largo del tiempo”... “registra sensiblemente cualquier tipo de movimiento de los elementos
de una población”. Sin embargo como desventaja esta medida “puede en algunos casos loca-
lizarse fuera del territorio estudiado”... “no indica ninguna característica de la región” y ade-
más “no resulta sencillo interpretar los resultados”.

3.3.1.4 El centro de gravedad ponderado


Consiste en aplicar el mismo procedimiento del centro de gravedad, pero a cada uno de
los puntos se le agrega un peso igual a un valor que es intrínseco a cada uno de los datos.

¿Cómo se halla el centro de gravedad ponderado?

Utilizando el mismo problema, hemos decidido tener en cuenta un nuevo valor que
actuará como peso (w). Este valor corresponde al número de personas que habita en cada una
42 de las viviendas del área, con el fin de identificar los puntos que representan mayor demanda
del servicio de salud. Se obtuvieron los siguientes datos:

Cuadro 3.5 Datos para hallar el centro de gravedad ponderado


MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Al localizar éste nuevo par de coordenadas (figura 3.5), observamos que en este caso el centro
de gravedad ponderado no se trasladó notoriamente con relación al centro de gravedad.

Fig. 3.5 Centro de gravedad ponderado

Podría decirse que entre las tres medidas (mediana, centro de gravedad y centro de grave-
dad ponderado), la diferencia es aproximadamente de 10 metros entre una y otra. En térmi-
nos reales y al hacer una observación del terreno se podría afirmar que cualquiera de los tres
resultados sirve para ubicar el puesto de promotores de salud, puesto que topográficamente
no presentan ningún inconveniente (figura 3.6)
43

Fig. 3.6 Diferencia espacial entre medidas

3.3.2 Las medidas de dispersión


Son técnicas que analizan la disgregación de un conjunto de datos en relación con un
centro medio. Espacialmente sirven para identificar qué tan distanciados y/o concentrados se
encuentra cada uno de los puntos en relación con un centro de gravedad. Estas medidas
superan, en parte, la dificultad de las medidas de tendencia central en las que los valores
extremos modifican radicalmente los resultados; las medidas de dispersión toman todos los
datos y buscan el grado de variabilidad o esparcimiento no sólo a un centro medio, sino al
conjunto de datos puntuales.
ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS DATOS

3.3.2.1 Desviación típica


Se define estadísticamente como “el grado de dispersión absoluta de los valores respecto
a la media” (Gamir, et al. 1995).
Para hallar la desviación típica se utiliza la siguiente fórmula:

en donde: s = desviación típica


x = media de los valores de x
n = número de observaciones
En el siguiente conjunto de datos: 7, 5, 3, 4, 9, 1
x = 4,8
Ver Cuadro 3.6. Para obtener la desviación típica, se le resta a cada una de las observaciones
la media (columna 2), cada uno de estos resultados se eleva al cuadrado (columna 3) con el
propósito de evitar valores negativos, se suman y se dividen en el número de observaciones.
Finalmente se obtiene la desviación típica hallando la raíz cuadrada de éste último resultado.

44

Cuadro 3.6 Datos para hallar la desviación típica

σ=2,6

En geografía, al igual que en las medidas de tendencia central, para hallar la desviación
típica de un conjunto de datos puntuales espacializados, es necesario ubicarlos en el plano
bidimensional x e y, y básicamente aplicar la misma fórmula estadística.
La desviación típica puede obtenerse a partir de dos métodos: el gráfico y el aritmético.

¿Cómo se halla la desviación típica en un conjunto de datos espacializados?

3
Remitirse a dicho apartado.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Nuestro problema a resolver es el siguiente: el puesto promotor de salud desea determi-


nar cual es la distancia media que debe recorrer cualquiera de sus especialistas a cada una de las
viviendas ubicadas en la zona escogida. Con ello desean determinar si en un solo día es
posible realizar una campaña de vacunación, teniendo en cuenta el período de conservación
de los antivirus a utilizar.
Recordemos que el centro de gravedad es igual a: x = 2,94
y = 2,62
En la figura 3.7 aparecen señalados los trayectos de cada uno de los puntos hacia el centro
de gravedad; es decir la distancia que existe entre cada vivienda y el centro promotor de salud.

45
Figura 3.7 Trayecto de cada uno de los puntos al centro de gravedad. Método gráfico

En el cuadro 3.7 se registran estas distancias en la columna 2, la columna 3 corresponde


al cuadrado de las distancias.

σ= 61,49 σ=1,71
21
Cuadro 3.7 Longitud de cada uno de los trayectos al centro de gravedad
ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS DATOS

Al hacer el cálculo obtenemos una desviación típica de 1,71, que en términos reales
equivale a 171 metros, lo que significa que esta es la distancia promedio que deben recorrer
los especialistas desde el centro promotor de salud para prestar sus servicios.
La desviación típica resultante, equivale gráficamente al radio de un círculo que encierra
los puntos más cercanos al centro de gravedad, a partir de una distancia media, como se
observa en la figura 3.8

Figura 3.8 Desviación típica de las distancias. Método gráfico

Debe tenerse en cuenta que en la vida real sería más pertinente establecer los trayectos a
46
partir de las vías existentes, tanto fluviales como terrestres, puesto que no se estarían teniendo en
cuenta los obstáculos físicos que pueden aparecer. No obstante, Estébanez & Bradshaw (1978)
consideran que existen algunos hechos de carácter geográfico en los que se hace más recomenda-
ble el uso de la desviación típica, que el de algunas medidas de tendencia central. Los autores
toman como ejemplo los estudios de funciones en los que el centro de gravedad se ubica por lo
general en el centro de las ciudades. Sin embargo por sí solo éste dato representa únicamente un
punto, mientras que la desviación típica sugiere el emplazamiento de un área de influencia cuyo
tamaño está determinado por todos y cada uno de los puntos.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Para aplicar el método aritmético al ejemplo anterior, utilizamos el siguiente cuadro de


trabajo:

47

Cuadro 3.8 Datos para la obtención de la desviación típica. Método aritmético

Gráficamente la diferencia no es muy notoria, ver figura 3.9

Figura 3.9 Desviación Típica de las distancias, Método Aritmético - Método Gráfico
ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS DATOS

Entre el resultado arrojado por el método gráfico y el método aritmético, hay una dife-
rencia de 8 metros. Este último método es mucho más exacto, siendo por tanto más óptimo
en investigaciones que requieren mayor precisión o en aquellas en las que el número de
emplazamientos es muy grande. El método gráfico, por su parte, es útil para estudios preli-
minares.

3.3.2.2 Desviación típica ponderada:


Consiste en hallar el grado de dispersión absoluta respecto al centro de gravedad ponde-
rado, pero teniendo en cuenta un peso para cada emplazamiento cuyo valor le da mayor
importancia a ciertas localizaciones puntuales que a otras.
Se denota con la letras s.w

¿Cómo se halla la desviación típica ponderada?

48

Teniendo en cuenta que el puesto promotor de salud, no cuenta con la suficiente canti-
dad de antivirus, se ha decidido elaborar la campaña de vacunación estableciendo prioridades
de la siguiente manera:

Prioridad 3, para las viviendas en donde habiten mujeres embarazadas y niños menores
de 1 año.
Prioridad 2, para viviendas con niños menores de 1 año.
Prioridad 1, para viviendas con población infantil en edad de vacunar.

Se le asignará el valor 0 a aquellas viviendas que no cumplan con ninguna de las condi-
ciones anteriores.
Para facilitar el trabajo es aconsejable elaborar el siguiente cuadro y totalizar las columnas.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Cuadro 3.9 Datos para la obtención de la desviación típica ponderada

El centro de gravedad ponderado está determinado por las siguientes coordenadas:


xw = 3.2 yw = 3.1
Al aplicar la fórmula, tenemos que:
49

En la figura 3.10 se grafica la nueva área de influencia a partir del centro de gravedad
ponderado. Obsérvese que es posible graficar el peso de cada una de las viviendas, utilizando
la variable talla4.

Figura 3.10 Desviación de las distancias Ponderadas


4
La talla es la única variable visual que desde la Cartografía Temática se ha propuesto para representar gráficamen-
te cifras que tienen una implantación puntual.
ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS DATOS

Nótese que hubo un desplazamiento en dirección Noreste, hacia las viviendas que obtu-
vieron mayor peso con relación a las prioridades establecidas por el puesto de promotores de
salud.

3.4 Conclusiones de capítulo


Cabe hacer algunas aclaraciones finales en cuanto a las medidas de tendencia central:

• Su aplicación es conveniente en casos que lo ameriten ya que existen fenómenos que no


solo basta localizarlos, sino que es preciso tener en cuenta algunas condiciones para ello. Ubi-
car por ejemplo una estación limnigráfica responde a otras exigencias, tales como el costo, la
cercanía a un río, el fácil acceso a la misma, la importancia de la corriente hídrica en cuanto a
su dinámica... etc.
• Se puede decir que este tipo de medidas se constituyen en una herramienta para el simple
análisis de localizaciones ideales o artificiales, pero no para fenómenos que tienen un compor-
tamiento natural que no todas las veces es predecible.

50
4. Las redes:
Graficación, estructura y funcionalidad

La sociedad se ha estructurado con base en un sinnúmero de elementos y relaciones que en la


actualidad complejizan la distribución y funcionamiento de ésta. Tales relaciones, ya sean de
carácter comercial, de transportes, de servicios, de comunicaciones, sugieren una estructura
específica en relación con la utilización del espacio definiendo flujos particulares, algunos de
los cuales responden a elementos tangibles (vías) y otros a elementos intangibles (flujos ban-
carios) que muestran grados diversos de conexión, accesibilidad y movilidad.
El análisis en relación con estos aspectos debe tener en cuenta que el espacio no puede
ser definido en términos absolutos, puesto que las distancias reales le dan paso a las relacio-
nes. Por esta razón algunas ciudades se encuentran relativamente más cerca a puntos extre-
mos del planeta que a puntos de su entorno inmediato, ya que con los primeros existe una
relación más estrecha de tipo comercial o de comunicaciones.
En geografía, este tipo de relaciones se estudia bajo el concepto de red. Según Bosque
(1992), una red es “un sistema interconectado de elementos lineales, que forman una es-
tructura espacial por la que pueden pasar flujos de algún tipo: personas, mercancías, ener-
gía, información”. Esta definición no sólo hace referencia a la parte material de la red, que
podría relacionarse directamente con la infraestructura de transportes, el sistema de acue-
ducto y alcantarillado, el cableado, etc., y los puntos de destino y origen de los mismos. De
ella se puede inferir, el aspecto funcional de una red, que siendo estrictamente artificial, no
puede existir sin la dinámica que le imprime la sociedad a partir de las relaciones políticas,
informacionales, económicas y culturales que operan sobre ella; como afirma Santos (2000)
“la red también es social y política, por las personas, mensajes, valores que las frecuentan.
Sin esto, y a despecho de la materialidad con que se imponen nuestros sentidos, la red es, en
verdad, una mera abstracción”.
El análisis de las redes implica lógicamente su “abstracción”, sin embargo ésta no se ciñe
únicamente a lo material sino que hace evidentes ciertas relaciones, mostrando su configu-
ración tanto estructural como funcional.
El análisis de las redes se constituye entonces en una herramienta para entender algunos
conceptos de síntesis, tales como el territorio. López y Del Pozo (1999) definen el territorio
como “una porción de espacio delimitado, perteneciente a una entidad nacional, regional,
provincial, municipal, producto resultante a partir de las redes, circuitos y flujos proyecta-
dos por los grupos sociales”. En este sentido, la red es un elemento importante en la construc-
ción territorial que según Oftner (1996) se manifiesta en el ensamblaje de relaciones o círcu-
los de poder, que son elementos consubstanciales a toda relación. Es indispensable, según este
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

mismo autor, saber descifrar la complejidad de esa trama que las relaciones de poder tejen
durante toda la producción social que se vuelve real en la relación de espacios y tiempos. El
análisis de redes permite identificar precisamente algunos elementos que hacen parte de la
complejidad del territorio para descifrar varias de sus transformaciones, bajo una visión
multitemporal. No obstante, los datos arrojados por los diferentes procesos analíticos con-
tribuyen a dar explicaciones de aspectos específicos de la red, mas no explican en su totalidad
la complejidad del territorio.
En términos gráficos la red está constituida por un conjunto de puntos (nodos, vértices)
y líneas (arcos, aristas) conectados entre sí. En el análisis espacial de acuerdo con Seguí
(1995) “los nodos o vértices de la red pueden venir constituidos por los puntos de origen y
destino de los intercambios (ciudades, puertos, aeropuertos o centros de zona -denomina-
dos centroides, si trabajamos a una escala urbana, a los que se les atribuyen las características
del área que representan). Los arcos o aristas se identifican con las rutas, tanto si tienen
estructura física de soporte (rutas terrestres) como si no cuentan con ella (rutas marítimas,
aéreas o referidas a teleflujos), o con los flujos (pasajeros, mercancías, flujos telemáticos...)
que por ellas circulan cuando se trata de redes valorizadas”.
Al tratar de identificar los componentes básicos de una red (puntos y líneas) a partir
de determinada relación, se pueden establecer redes a diferente escala: local, regional y
mundial.
La naturaleza también presenta redes con estructura y funcionalidad específica, como
en el caso de las redes hídricas. Los nodos o vértices, están constituidos por los puntos de
52 nacimiento, conexión con otras corrientes y desembocadura; y los arcos y aristas están con-
formados por las diferentes corrientes de agua. Unos y otros no son constantes en el tiempo
y el espacio porque funcionan de acuerdo a una dinámica natural en la que intervienen
varios factores.
No todos los nodos, ni todos los arcos tienen la misma funcionalidad dentro de una red.
Algunos nodos adquieren mayor importancia por reunir una buena cantidad de funciones,
lo que hace que se conviertan en centros de atracción o de paso obligado para acceder a
otros centros o servicios. De otra parte, algunos arcos son de mayor acceso o adquieren más
importancia de acuerdo a la cantidad de flujos que por ellos circulan. Se habla entonces, de
jerarquía de una red, es decir, del orden que toman cada uno de sus elementos y funciones.
Cabe agregar que aunque la mayoría de las veces se habla de redes artificiales o creadas
por el hombre, estas están directamente ligadas a la estructura física donde se desarrollan, lo
que limita, en parte, la forma que estas adquieren. No obstante, existen en la actualidad,
redes de comunicación que logran superar este tipo de inconvenientes y sugieren nuevas
conexiones en la estructura general de las redes. Para Oftner (1996) la red de telecomunica-
ciones actual es un elemento básico en el establecimiento de relaciones, que pone en duda el
término de distancia y le ofrece otras connotaciones al espacio, en tanto el tiempo real o
inmediato actúa como un factor fundamental y de hecho como una nueva condición de
todas las formas de especulación económica que emplean como herramienta éste instru-
mento. A diferencia de las redes de transporte, las redes de telecomunicaciones presentan
cierta transparencia inmaterial en el espacio, obviándose las distancias geométricas en fun-
ción de la instantaneidad. En este caso, el análisis de las distancias no resulta tan fundamen-
tal como las relaciones mismas y/o sus flujos.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

4.1 El análisis espacial y las redes


“El análisis de redes se centra en el estudio de la distancia, la accesibilidad y la interacción
espacial por medio del análisis y tratamiento de los flujos y de las jerarquizaciones territoria-
les que estos establecen, el planteamiento y simulación de modelos de demanda y la utiliza-
ción, de forma analógica, de otros modelos procedentes de otras disciplinas”. (Seguí, 1995).
Es evidente que esta definición parte de un enfoque cuantitativo, sin embargo desde la
Geografía de la Percepción, se han propuesto metodologías cualitativas que tienen en cuen-
ta la imagen subjetiva en la representación de redes de las cuales los individuos hacen parte.
La psicología, la sociología y la antropología hacen referencia a redes sociales en donde los
nodos son los diferentes actores que intervienen en un fenómeno y los arcos son sus relacio-
nes. Por lo general, estos tipos de análisis se proponen para una escala local.
En cuanto al análisis cuantitativo, Seguí (1995), propone una clasificación de técnicas
en dos vías: la primera, dirigida al estudio estático de las redes, cuyo objetivo es medir el
grado de conexión entre los distintos nodos de la red. Busca fundamentalmente identificar
los componentes básicos de la red, describirlos y localizarlos. La segunda vía, comprende el
estudio dinámico de las redes, lo que implica un análisis de la funcionalidad de la misma en
términos de cohesión, accesibilidad y centralidad. Por su parte, Flórez y Chenut (1997)
proponen identificar las propiedades gráficas de la red. Su metodología consiste en hacer
una simplificación de la red que permita “al lector el reconocimiento de agrupaciones y
estructuras, así como de las relaciones que encadenan una información”.
Según Lupien, Moreland y Dangermond (1987) citados por Bosque (1992), “el análisis
de redes, permite plantear y resolver un amplio conjunto de problemas prácticos como son: 53
la determinación de rutas óptimas para vehículos que deben moverse en una red de carrete-
ras, la localización de servicios e instalaciones (por ejemplo urgencia médica) de modo
eficaz en cuanto a costes de recorridos para su empleo por los usuarios, la delimitación de
distritos y áreas de influencia, la asignación de caminos de distribución de un producto a los
almacenes existentes, etc.”.
En el presente capítulo se hizo una clasificación de diferentes técnicas de análisis de
redes tratando de conservar las tres vías anteriormente mencionadas: la gráfica, la estática y
la dinámica.

4.1.1 Análisis gráfico de las redes


Este tipo de análisis aplica el concepto de grafo. “Un grafo no es más que un conjunto
de puntos y un conjunto de relaciones entre pares de puntos” (Del Canto, et. al. 1993).
Construir el grafo, tiene como objetivo simplificar la estructura real de las redes para hacer
mucho más manejable su análisis.
En geografía la utilización del grafo en el análisis de redes, puede sacrificar la exactitud
y las características particulares del terreno para darle paso a las relaciones difícilmente
perceptibles al existir elementos distractores de la información. El grafo facilita la posterior
aplicación de medidas que pueden dar razón de la verdadera estructura y funcionamiento
de la red. No obstante, este no puede convertirse únicamente en un ejercicio previo, puesto
que los datos obtenidos al aplicar algunas medidas, son susceptibles de representarse por
medio de variables visuales para evidenciar mejor algunas magnitudes.
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

¿Cómo se convierte una red en grafo?

La figura 4.1 corresponde a la red vial de la Sabana de Bogotá. Inicialmente fueron


señalados los vértices o nodos correspondientes a cada una de las cabeceras municipales que la
componen. Posteriormente y tratando de respetar la distribución real de la red, se unieron
éstos vértices utilizando líneas rectas (ver figura 4.2). Es necesario tener presente que en el
espacio real existen accidentes físicos tales como lagunas y relieve quebrado que son ignora-
dos en el momento de trazar el grafo. Por ello es pertinente señalar que la conversión de la red
al grafo puede alejarse mucho de la realidad, lo que hace conveniente conocer cuál es su grado
de simplificación aplicando la Razón de sinuosidad, que permite a la vez clasificar el tipo de
red en relación con su forma real.

¿Cómo se establece la razón de sinuosidad?

54

Se busca establecer cuál es el índice de sinuosidad entre la red de la figura 4.1 y el grafo de
la figura 4.2. Para ello, fueron tomadas las longitudes de cada una; en la primera se hizo con
un curvímetro que arrojó un valor de 750 Km. La longitud del grafo, por su parte, se estable-
ció tras una previa enumeración de los arcos.
El cuadro 4.1 muestra cada arco con su respectiva longitud; estos resultados fueron
sumados, obteniéndose un total de 132,4 cm. que equivalen en una escala de 1:500.000 a
662 Km.
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Cuadro 4.1 Longitud de cada arco del grafo.

Arco Long Arco Long Arco Long Arco Long Arco Long Arco Long
1 2.1 14 1.1 27 1.0 40 1.5 53 1.1 66 2.6
2 1.0 15 1.6 28 0.4 41 1.5 54 0.5 67 1.3
3 1.3 16 2.5 29 0.4 42 0.7 55 1.7 68 1.6
4 1.2 17 1.7 30 4.4 43 1.4 56 0.7 69 2.6
5 1.3 18 2.1 31 1.3 44 1.2 57 1.1 70 1.7
6 1.1 19 1.8 32 4.5 45 2.0 58 2.0 71 3.1
7 0.9 20 0.6 33 2.4 46 2.2 59 3.0 72 2.4
8 1.8 21 1.5 34 2.5 47 2.3 60 1.8 73 0.5
9 2.7 22 2.2 35 1.7 48 1.5 61 1.0 74 0.7
10 1.0 23 1.7 36 2.5 49 2.4 62 0.9 75 2.7
11 1.7 24 1.0 37 3.8 50 3.0 63 1.4 Total 132,4
12 1.2 25 1.6 38 1.8 51 4.2 64 1.7
13 1.6 26 1.2 39 1.5 52 2.4 65 2.0

Con los datos anteriores se aplica la fórmula así:

S = 750 km. S = 1,1


662 km.
57
De acuerdo a Bosque (1992), este índice nos puede indicar qué tipo de red es:

Lineal, cuando S es igual a 1.


Regular, cuando S se ubica entre 1 y 1,5
Irregular, cuando S está entre 1,5 y 2
Tortuosa, cuando S es mayor a 2

En nuestro ejemplo tenemos una red regular, puesto que el valor resultante se ubica en
este rango y como no se aleja tanto de 1, indica que el nivel de simplificación tampoco se
aparta demasiado de la realidad.
Recordemos que para obtener la distancia entre un nodo y otro es posible hacerlo utili-
zando el Teorema de Pitágoras con el que se procede de la siguiente manera: para establecer
la distancia entre los puntos a y b, se traza un sistema de coordenadas x e y, y se establecen
los valores de cada uno de los puntos. Con estos datos se aplica la fórmula como aparece en
la figura 4.3.
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

Fig. 4.3 Distancia a - b a partir del teorema de Pitágoras

Este procedimiento es aconsejable para redes que tengan pocos nodos, puesto que se
aplica la misma fórmula entre uno y otro punto, para finalmente sumar todas las distancias,
multiplicarlas por la escala y obtener una cifra aproximada.

4.1.2 Análisis estructural de la red


Corresponde al estudio estático de las redes, propuesto por Seguí (1995); su propósito
58 fundamental consiste en identificar cuál es la estructura de la red a partir del reconocimien-
to y descripción de sus elementos básicos (puntos y líneas) y definir su grado de conexión
con la aplicación de determinados índices.

4.1.2.1 Descripción de una red


¿Cómo se describe una red?
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Los elementos básicos a analizar en una red se identifican a partir del grafo y son los
siguientes: nodos, arcos, longitud total, longitud media, área y densidad.
Según el nivel de resolución planteado, la red vial de la Sabana de Bogotá está constitui-
da por un total de 51 nodos, 29 de los cuales corresponden a cabeceras municipales, y los 22
restantes constituyen cruces. Esta red se compone de 75 arcos rectos que tienen una longi-
tud total de 662 Km.; sin embargo la longitud real es de 750 Km. La longitud media es de
8,82 Km. El área1 total es de 4.250 km2. Su red vial se extiende en sentido suroeste-noreste.
La densidad de la red es de 0.1 Km./km2, lo que significa que por cada Km2 de la Sabana
hay aproximadamente 800 metros de vías.2

4.1.2.2 Grado de conexión de una red:


El grado de conexión se fundamenta en el número de arcos y de nodos y en las relacio-
nes que se establecen en función de éstas cantidades. Lo que significa que entre más nodos
y arcos presente una red esta tendrá mayor conexión y favorecerá el flujo de ciertos elemen-
tos. De acuerdo con Seguí (1995) y Del Canto, et al (1993), el grado de conexión de una
red se establece a partir de varios índices de los cuales los más usados son los siguientes:
índice beta, índice gamma, número ciclomático e índice alfa.

¿Cómo se identifica el grado de conexión de una red?

59

1
Recordemos que para determinar áreas sobre el mapa existen 6 métodos: plantilla de puntos, aproximando el
área a un conjunto de figuras geométricas, utilizando un planímentro digital o mecánico, método analítico, por
peso y por sistema digital.
2
La densidad no siempre es una medida óptima puesto que distribuye el fenómeno a analizar, de manera
homogénea sobre la superficie.
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

Al aplicar las fórmulas a nuestro ejemplo tenemos que:


60
Índice Beta (b) = 75 = 1,4
51
Índice Gamma (g) = 2(75)_ = 150_ = 0,06
51(51-1) 2.500
Índice Gamma (g) % = (75/3(51-2) x 100)
= (75/144) x 100
= 75/147 x 100
= 51%
Número Ciclomático = (75-(51-1)) = 25 circuitos
Índice Alfa (a) = 25_
2(51-5)
25 = 0,27
92

Cuadro 4.2. Índices que muestran el grado de conexión de la Sabana de Bogotá

Índice Total
Índice Beta (b) 1,4
Índice Gamma (g) 0,06
Índice Gamma (%) 51,1%
Número Ciclomático (NC) 25
Índice Alfa (a) 0,27
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

El índice Beta (b) con un valor de 1,4 indica que es una red bien conectada, puesto que
su número de aristas supera notoriamente el de nodos; visualmente esto se comprueba en
tanto de la mayoría de los nodos se desprenden dos aristas, y en algunos casos hasta 5.
El índice gamma (g), equivalente a 0,06 indica que el número de aristas existentes es
muy pequeño con relación a un número “ideal” de las mismas, en este caso 2.500. Este
índice es confirmado por su aplicación en porcentaje, que indica que en cada nodo se
podría introducir un 51% del total de aristas para obtener un grafo más completo.
El número de circuitos existentes en esta red es de 25, los cuales coinciden con un
conteo sobre el grafo.
El índice alfa (a) igual a 0,27, indica que el actual número de circuitos de la red es muy
bajo con relación al número “ideal” de circuitos que es de 92.
El análisis estructural de las redes permite hacer una descripción general de las mismas,
en función de su grado de conectividad, cuyo objetivo es determinar la cantidad de co-
nexiones de cada nodo para hacer óptimos sus flujos, economizar costos o simplemente
acortar distancias. No obstante, hay que tener en cuenta que algunos índices permiten
hacer un análisis “ideal”, bajo la suposición de un número mayor de nodos y aristas que
probablemente no son aplicables a la realidad espacial tanto por sus condiciones físicas,
requerimientos infraestructurales y sobre todo necesidades concretas y prácticas de estable-
cer relaciones.
Cabe agregar que los índices hasta ahora trabajados son mucho más valiosos, cuando se
trata de comparar dos redes y más aún cuando se analiza la evolución de una misma red,
logrando identificar sus transformaciones. De igual forma es posible descubrir los cambios 61
que podrían introducirse a una red añadiéndole nodos y aristas a manera de simulación.
Vale la pena recordar que el análisis estructural se basa en los nodos y aristas existentes y/
o posibles pero no incluye otro tipo de variables que probablemente modificarían la forma
de ver la red, como ocurre con el análisis dinámico.

4.1.3 Análisis dinámico de las redes


De acuerdo a Seguí (1995) y Del Canto et. al. (1993), el análisis dinámico de las redes
consiste en el estudio funcional de la red, a partir de su cohesión, accesibilidad, centralidad,
jerarquía y comportamiento de flujos.

4.1.3.1 Análisis de la Cohesión

Fig. 4.4 Red hipotetica


LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

En la red hipotética de la figura 4.4, existen 4 relaciones directas representadas por aquellos
nodos que están unidos por un arco, a esto lo llamamos conectividad. A pesar de que todos los
nodos de la red, no están directamente unidos o conectados entre sí, puede afirmarse que si
están cohesionados, por hacer parte de una misma red. En este sentido la cohesión se define a
partir de la existencia de relaciones indirectas entre los nodos de la red. Este análisis, permite
identificar la relación entre los nodos, señalando su grado de cohesión. Es preciso agregar que
la mayoría de autores no hacen diferencia entre los términos cohesión y conectividad, lo cual
puede prestarse a confusiones, no obstante en este trabajo será determinada la cohesión a partir
de la denominada matriz topológica de conectividad directa.

¿Cómo se construye la matriz de conectividad directa?

La matriz topológica de conectividad de la Sabana de Bogotá (cuadro 4.3), elaborada a partir


62 de su grafo (figura 4.2) consta de 51 filas y 51 columnas que señalan cada uno de los nodos. Estos
pueden representar una población o un cruce de caminos como aparece en el siguiente cuadro.

Cuadro 4.3 Poblaciones y/o cruces de caminos según grafo Sabana de Bogotá

Nodo Población o cruce Nodo Población o cruce Nodo Población o cruce


1 Sibaté 18 Cruce 35 Guasca
2 Soacha 19 Cruce 36 Guatavita
3 Cruce 20 Funza 37 Tocancipá
4 Cruce 21 Cruce 38 Zipaquirá
5 Cruce 22 Cota 39 Cogua
6 Cruce 23 La Calera 40 Cruce
7 Cruce 24 Cruce 41 Nemocón
8 Cruce 25 Cruce 42 Gachancipá
9 Cruce 26 Cruce 43 Sesquilé
10 Mosquera 27 Chía 44 Suesca
11 Cruce 28 Tenjo 45 Cruce
12 Cruce 29 Subachoque 46 Machetá
13 Cruce 30 Tabio 47 Manta
14 Madrid 31 Cajicá 48 Tibirita
15 Bojacá 32 Cruce 49 Chocontá
16 Cruce 33 Sopó 50 Villapinzón
17 Facatativa 34 Cruce 51 Cruce
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Cuadro 4.4 Matriz topológica de conectividad directa. Sabana de Bogotá

63

Esta matriz sirve para indicar únicamente aquellos nodos que tienen una relación directa,
por ejemplo, para desplazarse del nodo 7 al nodo 24 es necesario utilizar un solo arco. De las
2.601 relaciones que podría mostrar la matriz, sólo 150, que equivalen al 5,76%, son rela-
ciones directas. El porcentaje restante, 94,24% se establece a partir de las relaciones indirec-
tas, lo que significa que existen más relaciones de cohesión que de conexión. La figura 4.5
muestra de manera proporcional la cantidad de relaciones directas de cada nodo. El nodo que
más relaciones directas presenta es el 38, que corresponde a Zipaquirá; puede observarse
sobre el grafo, que de este punto se desprenden 7 arcos que lo conectan directamente con
Subachoque, Tabio, Cajicá, Cogua, Nemocón y dos cruces importantes. Otros nodos que se
encuentran bien conectados son el 14 (Madrid), el 21 (Cruce) y el 43 (Sesquilé).
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

4.1.3.2 Análisis de la Accesibilidad


Según Bosque (1992) “la accesibilidad es la mayor o menor cantidad de aristas y nodos
que es necesario atravesar para llegar al nodo de referencia desde alguno de los restantes”.
Dicha accesibilidad también puede medirse tomando las distancias tanto en km como en
tiempo de un nodo a otro. Para determinar la accesibilidad de una red se construye la matriz
de accesibilidad, incluyendo en ella el número asociado y el número shimbel. También se puede
hacer este tipo de análisis indicando el grado de dispersión del grafo, su longitud media y la
media de los recorridos.
¿Cómo se construye la matriz de accesibilidad?

64
El cuadro 4.5, corresponde a la matriz de accesibilidad de la Sabana de Bogotá. Cada
casilla señala el número de arcos que es necesario recorrer entre un nodo y otro por el camino
más corto, por ejemplo, entre el nodo 17 (Facatativa) y el nodo 35 (Guasca) hay 11 aristas
por recorrer, mientras que entre el nodo 2 (Soacha) y el nodo 20 (Funza) hay únicamente dos
aristas.
Fig. 4.5 Mapa de Conectividad Directa de la Sabana de Bogotá.
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Cuadro 4.5 Matriz topológica de accesibilidad. Sabana de Bogotá.

67
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

En el cuadro 4.6 cada casilla señala el número mínimo de km a recorrer entre un nodo y
otro. Por ejemplo entre el nodo 17 y el 35 hay 15,2 km.
Estas matrices, nos permiten identificar cuál es el nodo más accesible, utilizando el nú-
mero asociado (NS). En la matriz topológica de accesibilidad, el número asociado menor es
6, dicho número corresponde al nodo 38 (Zipaquirá). Los puntos cuyo NS es igual a 7,
también son muy accesibles, y son: 29 (Subachoque), 30 (Tabio), 31 (Cajicá), 32 (cruce
entre Zipaquirá, Chía, Sopó y Tocancipá), 39 (Cogua), 40 (cruce entre Nemocón, Cogua,
Zipaquirá) y 41 (Nemocón). Entre éstos el más accesible se elige a partir del número shimbel
mínimo que en este caso corresponde al nodo 32, cuyo No. Shi es igual a 189.
De la misma forma es posible identificar cuál es el nodo menos accesible. A partir del
número asociado (NS) existen 3 nodos cuyo más alto valor es 13 y son: 3 (Cruce entre
Soacha y Bogotá), 47 (Manta) y 48 (Tibirita). Entre estos los menos accesibles son Manta y
Tibirita ya que su No.Shi igual a 388, es el mayor.
La matriz kilométrica de accesibilidad, basada lógicamente en distancias que se acercan a
la realidad, puede resultar mucho más precisa que la anterior. Según los datos de ésta matriz,
el nodo más accesible es el 32, seguido del 38; las diferencias no son mayores, de acuerdo al
número asociado. Los datos de estas matrices son útiles para determinar otro tipo de medi-
das de accesibilidad, como se verá más adelante.
¿Cómo se grafican las matrices de accesibilidad?

68
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Cuadro 4.6 Matriz de accesibilidad kilométrica. Sabana de Bogotá

69
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

70
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Es necesario anotar que en este caso los porcentajes más bajos corresponden a los nodos
más accesibles (cuadro 4.7), mientras que los más altos representan los nodos menos accesi-
bles; por ésta razón en la figura 4.6, se optó por señalar con una tonalidad más oscura los
porcentajes más bajos y con una más clara los porcentajes más altos.

Cuadro 4.7. Índice Omega

Nodos Índice Omega Nodos Índice Omega


27 0 19 21,3
22 1,5 23 21,7
26 2,2 40 23,9
32 2,7 29 24
21 6,4 43 25,1
24 7,7 3 26,6
33 8,1 34 27,6
31 8,5 41 29,3
38 10,1 5 30,3
37 10,9 2 33
13 12,2 36 33,3
30 12,8 35 34,5
20 13,6 18 36,1
9 14,2 44 38,4 73
28 15,2 45 38,9
7 16,5 16 42,7
14 16,8 17 49,7
25 17,3 15 50
8 17,4 49 55,9
11 17,5 1 58,8
6 17,6 46 67,7
42 17,7 50 87
12 17,8 51 94,1
39 18,1 47 100
10 19 48 100
4 21,1

4.1.3.3 Otras alternativas de este tipo de análisis


El análisis de la cohesión y la accesibilidad de una red, vistas a través de estas matrices,
permite evaluar el impacto sobre la red con la construcción de una nueva vía que vendría a
conformar un nuevo arco. Para efectos didácticos hemos tomado los cinco primeros nodos
de la red de la Sabana de Bogotá (figura 4.7a) y posteriormente trazamos un nuevo arco entre
el nodo 1 y el 4 (figura 4.7b).
De igual forma se determinaron el número asociado (NS) y el número Shimbel (N.Shi)
en pequeñas matrices.
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

Fig. 4.7a red original


Fig. 4.7b red proyectada

Cuadro 4.8 Matriz original

Nodos 1 2 3 4 5 NS N.Shi
1 0 1 2 3 4 4 10
2 1 0 1 2 3 3 7
3 2 1 0 1 2 2 6
4 3 2 1 0 1 3 6
5 4 3 2 1 0 4 10

En la matriz anterior, el nodo más accesible era el 3, puesto que tenía el número asociado
74 más bajo.

Cuadro 4.9 Matriz proyectada

Nodos 1 2 3 4 5 NS N.Shi
1 0 1 2 1 2 2 6
2 1 0 1 2 3 3 7
3 2 1 0 1 2 2 6
4 1 2 1 0 1 2 5
5 2 3 2 1 0 3 8

Con la eventual construcción de la vía, la matriz resultante nos permite verificar que la
accesibilidad se aumenta en la medida en que disminuye el número de arcos a recorrer. En
este caso los nodos 1, 3 y 4 presentan un número asociado igual a 2, pero de ellos el más
accesible es 4 puesto que presenta el N.Shi más bajo.

¿Cómo se determina la dispersión del grafo?


Este tipo de medida permite establecer la accesibilidad general de un conjunto de datos,
puede determinarse a partir de distancias reales (Km.), tiempo (minutos) o la sumatoria de
las aristas para cada nodo. Sirve para comparar dos grafos que tengan el mismo número de
aristas y nodos. Permite obtener la longitud media del grafo.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

La medida de dispersión del grafo de la Sabana de Bogotá, da como resultado 12.538


que señala el número total de aristas que se deberían recorrer desde cada nodo a todos los
demás, por el camino más corto.

¿Cómo se determina la longitud media del grafo?


Consiste en identificar el número medio de aristas que se recorrerían desde un nodo a
todos los demás.

Para la Sabana de Bogotá, la longitud media del grafo, resulta de dividir:

Dispersión del grafo 12.538 = 245,8


Número de nodos 51

Este dato indica que todos los valores de la columna shimbel que están por debajo de 75
245,8 son los más accesibles y los que están por encima de ésta cifra son los menos accesibles.
Estos últimos para nuestro caso son los siguientes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 12, 15, 16, 17, 23, 34, 35,
36, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50 y 51, la mayoría de los cuales a excepción del 12, se encuentran
ubicados en la periferia de la Sabana de Bogotá. De todos los anteriores números los menos
accesibles son 47 (Tibirita) y 48 (Manta), que además de situarse en el área periférica, no
hacen parte de ningún circuito, estando únicamente conectados a una vía.

¿Cómo se halla la media de los recorridos?


Es también llamada longitud media de la vía, según Seguí (1995), consiste en relacio-
nar las distancias topológicas (N.Shi) de cada nodo, entre el número total de nodos de la
red. Esta medida permite determinar el número medio de arcos que es preciso recorrer
para llegar desde un nodo a cualquier otro de la red. A su vez confirma los nodos más
accesibles de la red.

Al determinar la longitud media de los recorridos para la Sabana de Bogotá, se observa


que el número menor es 3,4 obtenido por el nodo 38 (Zipaquirá), lo que confirma su buena
accesibilidad. Ver el siguiente cuadro:
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

Cuadro 4.10 Longitud media de los recorridos


Nodos NS SHI LR Nodos NS SHI LR Nodos NS SHI LR
1 12 320 6,3 18 10 239 4,7 35 11 309 6,1
2 11 266 5,2 19 8 200 3,9 36 11 270 5,3
3 13 275 5,4 20 10 242 4,7 37 9 214 4,2
4 11 248 4,9 21 9 206 4 38 8 174 3,4
5 11 265 5,2 22 9 206 4 39 7 219 4,3
6 10 238 4,7 23 9 247 4,8 40 7 205 4
7 10 225 4,4 24 9 211 4,1 41 7 193 3,8
8 11 238 4,7 25 9 238 4,7 42 9 234 4,6
9 11 238 4,7 26 8 194 3,8 43 10 216 4,2
10 11 243 4,8 27 8 190 3,7 44 9 257 5
11 9 226 4,4 28 8 208 4,1 45 10 251 4,9
12 11 255 5 29 7 192 3,8 46 11 294 5,8
13 10 226 4,4 30 7 190 3,7 47 13 388 7,6
14 9 222 4,4 31 7 191 3,7 48 13 388 7,6
15 11 277 5,4 32 7 189 3,7 49 10 293 5,7
16 11 276 5,4 33 8 224 4,4 50 11 343 6,7
17 11 286 5,6 34 10 261 5,1 51 11 338 6,6
4.1.3.4 La ruta óptima
La matriz de accesibilidad, fundamentada en la identificación de los caminos más cortos,
76 sólo lo hace en términos abstractos al señalar únicamente el número de aristas que es necesa-
rio recorrer entre un nodo y otro. Sin embargo, no muestra cuál es la ruta óptima entre dos
puntos, información que resultaría adecuada en términos de costos. En este caso la matriz
kilométrica es mucho más eficiente puesto que toma las distancias reales.

¿Cómo se determina la ruta óptima?

Una empresa distribuidora de correo, necesita saber cuál es la ruta más corta entre Mosquera
y Zipaquirá. Contando con nuestro grafo ya construido, procedemos a identificar las rutas
más convenientes en términos de distancia entre estos dos puntos. Se pueden precisar varias
rutas, 3 son las más viables; a cada una se le asignó una letra y una estructura gráfica para
diferenciarlas visualmente (figura 4.8).
Se sugiere construir un cuadro de trabajo para comparar resultados así:

Cuadro 4.11. Comparación entre rutas óptimas


RUTAS Nº. Nodos Nodos utilizados Nº. Aristas Aristas Utilizadas Distancia Real
A 5 38, 29, 19, 14, 10 4 50, 36, 12, 10 51 km.
B 6 38, 30, 28, 21, 20, 10 5 49, 38, 35, 20, 19 65,5 km.
C 7 38, 31, 27, 22, 21, 20, 10 6 48, 40, 39, 34, 20, 19 46,5 km.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

De acuerdo a la matriz de accesibilidad la ruta más corta es la A, puesto que se fundamen-


ta en el menor número de aristas por recorrer. Pero de acuerdo a la matriz kilométrica, la ruta
más corta entre Mosquera y Zipaquirá, es la C, puesto que a pesar de recorrer mayor número
de aristas y nodos, la distancia real es más corta que las de las rutas A y B.
Seguí (1995) propone una matriz de itinerarios que muestra directamente cuál es la ruta
óptima entre dos puntos cualesquiera de la red, a modo de juego de simulación. Este mismo
proceso puede realizarse a través de programas computacionales que a partir de los datos
rápidamente muestran un resultado gráfico.

4.1.4 Análisis dinámico: centralidad y jerarquías


Como se mencionó en un comienzo, el análisis de redes incluye su interacción espacial a
través del estudio de los flujos y de las jerarquizaciones territoriales. En este sentido, el análisis
de redes no se basa únicamente en la cantidad de nodos y aristas y en sus diferentes relaciones;
incluye también otro tipo de variables que den cuenta de la funcionalidad de la red o de los
movimientos ocurridos sobre ésta. Es así como su análisis implica la utilización de otras alter-
nativas, algunas de las cuales se constituyen en verdaderos métodos empíricos como en el caso
de los modelos. Según Bailly (1978) “un modelo es un copia reducida a escala del mundo; una
aplicación experimental basada en una teoría... un filtro a través del cual se ve el mundo”.
Visto de esta forma, puede entenderse como una construcción “ideal” a partir de la cual se
experimenta con el mundo real para llegar a esquemas ordenados del espacio.
Para las redes en general, y para los sistemas urbanos en particular, se han propuesto
varios modelos de análisis. En nuestro caso, hemos escogido, entre otras herramientas algu- 79
nos modelos que nos parecen de gran interés didáctico para entender otros aspectos de la
red distintos a sus elementos constitutivos básicos.
En el capítulo anterior, vimos cómo las medidas de resumen tienen la capacidad de
proporcionar una localización central a partir de un conjunto de datos o de un parámetro
en particular de los mismos. Dichos procesos pueden ser también aplicables al análisis de
redes. Sin embargo, teniendo en cuenta que una red es un cuerpo estructurado, no bastaría
con localizar un nuevo centro inexistente o por fuera de la misma. En éste caso es más útil
determinar los puntos o nodos que actúan como centros por su importancia frente a los
demás. En este sentido, las herramientas hasta ahora expuestas nos han proporcionado de
hecho centros, es el caso del nodo más accesible, del más conectado y del más cohesionado;
para cada uno de los cuales, se tuvo en cuenta la cantidad de nodos y aristas. Sin embargo,
también es posible establecer centros a partir de la cantidad de funciones que tenga cada
nodo o de la posibilidad de prestar un servicio especial a los demás miembros de la red. Al
mismo tiempo se establece un orden o jerarquía que no sólo está dado por la cantidad de
funciones, sino también por la cantidad de bienes, servicios y personas que se mueven por la
red, lo que se denomina flujos.

4.1.4.1 El análisis de la centralidad


Este tipo de análisis puede hacerse en dos sentidos: uno, teniendo en cuenta la distribu-
ción de algunos nodos especiales de la red, como en el caso de las ciudades; y dos, a partir de
la atracción que ejercen unos nodos sobre otros. Para el primer caso es adecuado establecer el
Índice Rn y para el segundo, los modelos de gravedad.
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

¿Cómo se analiza la distribución de los nodos?


Dentro de una red, sus nodos no se distribuyen de manera uniforme. Algunos obedecen
a ciertos factores como en el caso de un recurso natural, la aparición de una vía importante o
el uso que vaya adquiriendo determinado territorio. El índice Rn permite, de acuerdo a Del
Canto, et al (1993) “medir la distribución (grado de concentración/dispersión) de los
asentamientos sobre el espacio”, para posteriormente clasificar dicha distribución en: concen-
trada, aleatoria o uniforme.

80
Para determinar el tipo de distribución de las cabeceras municipales de la sabana de Bogo-
tá, se señalaron en la figura 4.9 cada uno de los nodos que las representan, se tomaron las
distancias sobre el mapa y se organizaron en el siguiente cuadro.

Cuadro 4.12. Distancia al vecino más próximo.

Núcleo de Núcleo más Distancia al nodo Núcleo de Núcleo más Distancia al nodo
población próximo más próximo (cm) población próximo más próximo (cm)
Sibaté Soacha 2 Tocancipá Gachancipá 1.1
Soacha Sibaté 2 Guasca Guatavita 1.7
Mosquera Funza 0.7 Guatavitá Gachancipá 1.6
Funza Mosquera 0.7 Gachancipá Tocancipá 1.1
Madrid Mosquera 1 Zipaquirá Cogua 1.1
Bojacá Madrid 1.5 Cogua Zipaquirá 1.1
Facatativa Bojacá 1.8 Nemocón Sesquilé 1.8
Cota Chía 1.5 Sesquile Suesca 1.3
Chía Cajicá 1.4 Suesca Sesquilé 1.3
La Calera Chía 3.7 Machetá Chocontá 2.2
Tenjo Subachoque 1.5 Chocontá Machetá 2.2
Subachoque Tenjo 1.5 Manta Tibiríta 1.2
Tabio Cajicá 1.4 Tibiríta Manta 1.2
Cajicá Tabio 1.4 Villa Pinzón Chocontá 2.7
Sopó Tocancipá 1.3 ∑d = 45
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Al calcular el índice Rn obtuvimos un resultado de 1,2. De acuerdo a Del Canto, et al


(1993), éste índice ofrece valores comprendidos entre 0 y 2,15. Aquellos resultados que se
acercan a 0, indican una distribución concentrada de los asentamientos; es uniforme, o casi
semejante a la retícula hexagonal propuesta por Christaller en 1933, cuando los resultados
se acercan a 2,15; ahora bien, cuando el resultado es igual a 1 muestra una distribución
aleatoria. En nuestro caso, presenta ésta última forma. Sería conveniente no sólo quedarse
con el resultado final, sino pensar a qué obedece, qué aspectos, ya sea de tipo físico o huma-
no influyeron en tal distribución.
Es posible que a simple vista se pueda definir qué tipo de distribución presenta un conjun-
to de asentamientos, sin embargo, el índice Rn lo precisa, evitando posibles errores visuales.
Es importante señalar que éste índice, a diferencia del índice de sinuosidad propuesto
por Bosque (1992), es más selectivo en tanto no incluye todos los nodos de la red, sino
aquellos a los que se le otorga cierta importancia de acuerdo al tipo de estudio.
83
¿Cómo se analiza la atracción entre nodos?
El estudio de los nodos tampoco puede limitarse a la posición que presentan dentro de
una red o a su cantidad de relaciones. Es necesario entender que la dinámica interna de cada
nodo o sus características particulares pueden ejercer fuerzas de atracción o de repulsión
otorgándole a cada nodo un orden específico dentro de la red. Para hacer este tipo de
análisis se han introducido elementos teóricos de otras disciplinas que al aplicarlos a fenó-
menos sociales, explican en parte, su comportamiento.
“Reylly (1929), utilizó el concepto de gravedad en la delimitación de áreas de mercado
especificando que el número de personas que una ciudad atrae a su mercado depende direc-
tamente de su población e inversamente del cuadrado de la distancia a que están los posibles
compradores”. (Del Canto, et al (1993))
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

Este modelo, que se basa en la fórmula de la gravedad3 , identifica los posibles comprado-
res que acudirían a determinado núcleo urbano en comparación con otro, relacionando dos
variables: la población y la distancia. Tratándose de un eventual intercambio de bienes, perso-
nas y servicios, este modelo lleva implícito el concepto de flujo.
Se desea saber cuál es la proporción de personas que viven en Chía y compran en Zipaquirá
en relación con las que viven en Chía y compran en Sopó.

En este caso A= Chía (Nodo de referencia)


B= Zipaquirá
C= Sopó

Al aplicar la fórmula tenemos que:

Población de Zipaquirá x (Distancia Chía a Sopó)2


Población de Sopó (Distancia Chía a Zipaquirá)2
60.585 x (14,5) 2
5.629 (19) 2
12.734.967 = 6,26
2.032.069

Este resultado indica que Zipaquirá podría atraer 6,26 veces más compradores de
84 Chía que los que son atraídos desde ese mismo punto por Sopó; obviamente la población
de Zipaquirá es mucho más grande que la de Sopó, y a pesar de que la distancia de éste
último punto a Chía es menor, Zipaquirá representa en función de su población una
mayor oferta de mercado. En porcentajes tendríamos que el 86,2% de los posibles com-
pradores que viven en Chía, se desplazarían a Zipaquirá y sólo el 13,8% realizarían sus
compras en Sopó.

¿Cómo se identifican áreas de influencia?


Un área de influencia puede definirse como el radio de acción que se ejerce desde un
punto, a partir de determinado parámetro de medida. Para situaciones reales, dicho radio
no puede ser tan uniforme como el de un círculo; es el caso del área de influencia de un
volcán, la zona de inundación de un río, el área de expansión de un producto, etc.
En las redes, el área de influencia incluye necesariamente a nodos y arcos, pero estas
áreas dependen de otras variables, tales como un bien, un servicio, o la cantidad de pobla-
ción, entre otras.
Converse (1949), citado por Del Canto et al (1993), propuso determinar áreas de in-
fluencia a partir del “punto de ruptura que marca una frontera teórica entre dos áreas de
mercado”.

1
Ley de Newton: “Dados dos cuerpos, situados a cierta distancia uno de otro, comprobaremos que se atraen con
una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de sus
distancias”. (Tomado de Bailly, 1978).
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

85
Se desea saber cuál es el área de influencia de Chía, a nivel de mercado, en relación con los
núcleos urbanos de Tabio, Cajicá, Sopó, Cota y Tenjo. Para ello, elaboramos el siguiente cuadro:

Cuadro 4.13 Chía y sus municipios más cercanos

Ciudad Habitantes Distancia / Km.


a. Chía 41.632 0
b. Tabio 2.937 15
c. Cajica 15.687 7.5
d. Sopó 5.629 17.5
e. Cota 5.071 7.5
f. Tenjo 2.084 20

Y obtuvimos los siguientes resultados:


LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

¿Cómo se grafican las áreas de influencia?


Los datos anteriores señalan la distancia en la que se ubica teóricamente el punto de
ruptura entre dos áreas de mercado, medido desde cada uno de los nodos satélites. La
manera de graficarlos es la siguiente:

Fig. 4.10 Área de influencia de chía


86
La figura 4.10 muestra el área de influencia de la ciudad de Chía. De ella se desprenden
5 ejes que terminan en los núcleos satélites. Los valores por fuera del área de influencia
señalan la distancia al punto de ruptura. Puede notarse que entre más grande es el número
de habitantes de los nodos satélites, la competencia es aún mayor entre éstos y el nodo
central, reduciendo el área de influencia de éste último, como ocurre con el núcleo urbano
de Cajicá. Dicho comportamiento es contrario cuando la ciudad satélite presenta una po-
blación reducida, como ocurre con Tabio y Tenjo, ampliándose en este caso el área de
influencia de Chía. Cuando la distancia entre el nodo central y uno de los satélites es más
grande, el segundo al parecer obtiene ventajas sobre el primero, como ocurre entre Chía y
Sopó.
La unión entre los diferentes puntos de ruptura, crea un límite que adquiere una posi-
ción relativa en tanto existe la posibilidad de aplicar este mismo procedimiento a los demás
puntos de una red, haciéndose evidentes ciertos solapamientos, como lo muestra la figura
4.11, en la que fueron trazadas las áreas de influencia tanto de Chía como de Cajicá. La
superposición misma, puede entenderse como un área de transición en la que hay una
fuerte disputa por los mercados.
Del Canto, et al (1993) encuentra que tanto la propuesta de Reilly como la de Converse
“no deben ser interpretadas de la misma forma para cualquier adquisición”, puesto que la
demanda y la oferta de determinado producto puede hacer que varíen las áreas de mercado,
lo que hace que éstas fórmulas sean muy generales, puesto que se le da mayor importancia
a la población y no incluye una variable relacionada con un producto o un bien específico.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Fig. 4.11 Solapamiento áreas de influencia

4.1.4.2 El análisis de la jerarquía


Como ya se mencionó, el análisis dinámico de las redes lleva implícita la idea de jerar-
quía. Desde la Geografía Urbana, el análisis de la jerarquía ha tenido importancia en tanto
permite dar, en parte, explicación a las posibles regularidades de la organización estructural
y funcional de los territorios.
Se han desarrollado numerosos trabajos teóricos y metodológicos en éste sentido, entre
ellos el pionero fue el realizado por Christaller, con la teoría de los lugares centrales, donde
se buscaba dar explicación a la influencia que ejerce un lugar central sobre una región
circundante, siendo el lugar central una ciudad de intercambio de bienes y servicios, y la 87
región circundante un espacio productor de materias primas y alimentos.
Aunque esta teoría ha sido en parte revaluada, especialmente por no explicar las diferen-
tes dinámicas de un lugar, abre el camino a numerosos trabajos urbanos, acompañados de
variadas técnicas en su mayoría dentro de una perspectiva cuantitativa. Entre ellas las más
conocidas son el índice de primacía, la regla rango-tamaño y los índices de centralidad, que
están dirigidos a hallar las relaciones existentes entre la población, el comercio y los servicios
ofrecidos por una ciudad.
Hay que tener presente, como afirma Bailly (1978), que el estudio de las jerarquías
urbanas “es concebido como un análisis de conjunto de centros de diferentes niveles, vincu-
lados entre sí por medio de flujos” ... “que privilegian las funciones comerciales y de servi-
cios”, no teniendo en cuenta la totalidad de los fenómenos económicos, básicamente por-
que se toman como “espacios autónomos, fuera de influencias sociales y económicas del
mundo exterior”.
Aunque en esta parte no se trabajan las herramientas antes mencionadas para el estudio
de jerarquías, sí se llama la atención sobre la importancia de la utilización de éstas técnicas,
válidas para realizar una aproximación más precisa de las estructuras urbanas. En la actuali-
dad, vienen siendo utilizadas especialmente en la planificación urbana y en estudios de
mercado. Su gran ventaja radica en que permiten hacer análisis evolutivos y llevar un con-
trol sobre la efectividad de los servicios que se ofrecen con el propósito de realizar eventua-
les cambios, si es necesario, o conservar el orden jerárquico de los diferentes centros.
LAS REDES: GRAFICACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONALIDAD

4.2 Conclusiones de capítulo


• Partiendo de la simplificación que se hace con el grafo, el análisis de redes facilita el
entendimiento de ciertas estructuras que no son fácilmente perceptibles, sin embargo ello
mismo debe tenerse en cuenta al relacionar los resultados con el espacio real, para no
sobreidealizarlo.
• A pesar de la observación anterior, el análisis de redes permite pensar el espacio a
futuro y/o comparar varios momentos de la red.
• Casi todas las herramientas propuestas se centran en el estudio de los nodos, ya sea de
forma general o selectiva, sin embargo sería conveniente proponer un análisis que de mayor
énfasis a los arcos o aristas.
• Es importante insistir en que el análisis de redes no es suficiente para comprender la
complejidad del territorio o de la región, siendo apenas una herramienta.

88
5. Diseño de isolíneas y uso del premapa

Pensar el espacio en función de sus verdaderas posibilidades y aprovecharlo considerando


eventuales cambios, requiere medir, observar, analizar, evaluar y relacionar todas aquellas
variables que inciden directa e indirectamente en éste, proporcionándole ventajas al hom-
bre o mostrándole los posibles riesgos o limitantes.
El hombre requiere saber hasta dónde puede incidir en el espacio: qué tipo de cultivos
y técnicas agrícolas puede emplear, qué elementos favorecen la ubicación de un nuevo em-
plazamiento, cuáles son los factores de localización en determinado momento, qué impac-
tos puede generar en el paisaje, cuáles son las factibilidades de sus proyectos en función de
la oferta ambiental, económica e infraestructural, cómo se difunden, organizan y estructuran
algunos fenómenos sobre el espacio y finalmente, cómo estos evolucionan.
Para tales requerimientos, implica establecer áreas bien definidas, cuya delimitación
parte de cambios importantes en la estructura y funcionalidad de los fenómenos a analizar,
para precisar la verdadera organización y las posibles utilidades del espacio. Dicha delimita-
ción puede descubrirse a partir del trazado de isolíneas que se constituyen en herramientas
visuales y analíticas capaces de mostrar la variación, organización, evolución y difusión de
un fenómeno.
El uso y trazado de isolíneas corrobora la importancia del análisis espacial en la medida
en que sugiere la búsqueda de relaciones antes y después de su construcción, lo que exige
varios niveles de interpretación que van desde la selección de los datos, su procesamiento y
finalmente la búsqueda de relaciones con el espacio, integrando en cada uno de estos pasos
las variables necesarias para tratar un problema. Es aquí donde se emplea el premapa como
un documento en potencia del mapa, que permite establecer relaciones no cartográficas por
medio de tratamientos estadísticos y gráficos que actúan como calibradores para hacer más
comprensibles las relaciones espaciales que se harán evidentes posteriormente en los mapas
de isolíneas y en su consecuente mapa de isopletas. Dichos calibradores contienen cierta
flexibilidad en tanto permiten hacer los ajustes precisos en función de las variables no teni-
das en cuenta directamente en el momento de pasar la información al mapa y que pueden
modificar en parte, la representación de determinado fenómeno. Este tema es precisamente
uno de los objetivos de este capítulo, por eso será ampliado en su momento.

5.1 Conceptos fundamentales


A continuación se hará una descripción y conceptualización de los elementos inherentes
al trazado de isolíneas:
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

Isolínea: Para la Real Academia de la lengua Española (1995), el prefijo iso “significa
igualdad o denota uniformidad o semejanza”. Es este sentido, las isolíneas son líneas que
unen puntos de igual valor. Dichos puntos provienen de mediciones y de interpolaciones de
las mismas. En el primer caso, y tratándose de variables climáticas, cada punto puede repre-
sentar una estación meteorológica con una ubicación espacial precisa, en la que se pueden
obtener los valores medios de temperatura, precipitación, humedad, radiación solar, nubo-
sidad, etc. Sin embargo, cada uno de estos datos no sería suficiente para trazar las isolíneas,
se habla entonces de interpolar, como un proceso para determinar “valores no conocidos a
partir de valores conocidos”, según Barrera (1999).
Pero no todos los datos utilizados para trazar isolíneas provienen de puntos fijos, lo que
requiere un tratamiento especial para ubicar esos puntos desconocidos y proceder a interpo-
lar. Es el caso de las isodemas cuyos datos se originan en implantaciones zonales (población
rural municipal) para las cuales es necesario ubicar un punto central que de cuenta de un
comportamiento que espacialmente no es real, pero que le otorga cierta aproximación al
investigador, de acuerdo con sus objetivos.
Límites o umbrales: Las isolíneas representan por sí mismas, límites o umbrales, que
según Flórez (1997) se constituyen en momentos de quiebre de un mismo fenómeno que
modifica su funcionamiento y estructura, bajo una dinámica establecida por unas condicio-
nes máximas y mínimas. Para Brunet (1967), citado por Flórez (1997) “los umbrales mues-
tran ya sea un cambio de ritmo en el funcionamiento, extinción y divergencia (aparición o
separación de un nuevo sistema), manifestación de una nueva característica, una inversión o
90 una saturación”. De esta manera, las isolíneas se presentan como una buena alternativa para
establecer estos umbrales. No obstante, el trazado de algunas de ellas, reflejan un momento
en particular que obviamente no es tan permanente. Es el caso de isolíneas de contamina-
ción, trazadas a partir de la cantidad de partículas en suspensión emitidas desde diversos
focos (industria). A su vez, dicho momento es el resultado de unas condiciones ambientales
(dirección y velocidad del viento, temperatura, humedad, hora del día...) y humanas preci-
sas (días laborables, etapa de producción, calidad de equipos...).
Zonas entre isolíneas: Si la isolínea representa un límite, importa analizar la zona o área
que está delimitando. En este caso, tenemos entonces un mapa de áreas denominado mapa
de isopletas que es definido como un mapa cuantitativo de superficie, según Monkhouse y
Wilkinson (1966). Por ello, y de acuerdo a Strahler (1981) las isolíneas sirven para esque-
matizar la distribución de un fenómeno, además de ver detalladamente sus características,
lo que no se lograría únicamente con datos puntuales. Las isolíneas permiten delimitar
zonas obedeciendo a una característica en particular que a su vez viene definida por la
interacción de otras variables. Por ejemplo, para identificar los posibles usos del suelo, las
isoclinas pueden servir para reconocer áreas de pendiente. Esta característica viene definida
por elementos tales como la altura y la distancia.
Rangos: Según Flórez y Thomas (1992), “cuando se hace referencia a la característica
temática del área entre dos isolíneas, el área estará definida por un rango”. La definición de
tales rangos es mucho más útil cuando se hace en función de la dinámica de ciertos proce-
sos. Para establecer el área de ubicación de un nuevo asentamiento sería adecuado identifi-
car qué tipo de riesgos existen en relación con fenómenos concretos, tales como los movi-
mientos en masa, y entre ellos, los movimientos hidrogravitatorios (reptación, flujos,
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

solifluxión, gelifluxión, avalanchas...) que se pueden establecer a partir de la pendiente por


medio de rangos en cuya variación se observa la incidencia del fenómeno. Tales rangos están
determinados por un parámetro acelerador de los mismos, que en éste caso es la pendiente;
en consecuencia estos rangos no presentarán una equidistancia.
Premapa: hay análisis que exigen otro tipo de tratamiento de la información para poste-
riormente construir los mapas de isolíneas. Se sugiere, como proceso previo en estas situacio-
nes, conocer la variación de un elemento con relación a otro que se pretende cartografiar, lo
que implica establecer una correlación entre las variables (ver diagramas de dispersión, figuras
5.17, 5.18, 5.19 y 5.20). A todo este procedimiento se le ha dado el nombre de premapa.
Caycedo y Flórez (1991), afirman que definir el premapa implica pensar en el proceso
de investigación geográfica y específicamente en el requerimiento de ciertos documentos e
informaciones con miras a ser tratados teniendo en cuenta el problema que se busca resol-
ver. En este sentido el premapa adquiere dos connotaciones: en una de ellas, se presenta
como el documento mismo: “fotografías aéreas o terrestres, imágenes de satélite, resultados
de encuestas y censos, mapas de referencia, datos hidrometeorológicos y diagramas que
resultan de una primera etapa del tratamiento de la información”. (Caycedo y Flórez, 1991).
En una segunda connotación, el premapa se relaciona con el proceso de tratamiento de
los anteriores documentos, lo que implica hacer una reclasificación de los mismos y pensar
en las variables que explican la verdadera dinámica del fenómeno a analizar. Definido lo
anterior, el siguiente paso consiste en establecer las relaciones y correlaciones de las variables
a partir de diagramas “calibradores para caracterizar adecuadamente la distribución espacial
de las variables objeto de estudio” (Caycedo y Flórez, 1991). Este último proceso lleva a la 91
construcción de un nuevo premapa, como ocurre con el diagrama de dispersión, que “resul-
ta de relacionar espacialmente dos variables y es la base de la correlación simple entre pares
de variables y el fundamento de la regresión entre las mismas” (Dent, 1985, citado por
Caycedo y Flórez, 1991).
Los resultados obtenidos por este tipo de diagramas, nos permiten trazar de una manera
adecuada y lógica, las isolíneas, como se ampliará más adelante.

5.2 Características de las isolíneas


Sin importar de qué isolínea se trate, éstas presentan las siguientes características (ver
figura 5.1):

Fig. 5.1 Características de las isolíneas


DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

1. Todas las isolíneas se cierran, a pesar de que los mapas no las muestren de manera
completa, se asume que la distribución del fenómeno que representan es continua y no puede
desaparecer de manera brusca.
2. No es posible que las isolíneas se crucen puesto que cada una representa un único valor.
3. El acercamiento o la separación entre las isolíneas, muestra las características de la varia-
ción del fenómeno en relación con la distancia. Cuando estas se acercan expresan un cambio
notorio del fenómeno y cuando se separan el cambio es gradual, más suave o lento.

En relación con este último aspecto, el gradiente permite determinar cuál es el grado de
variación del fenómeno, presentando una relación de cambio en función de aspectos tales
como la distancia, el tiempo y la velocidad. Por ejemplo, en el gradiente bárico, como lo
expresa Monkhouse (1978), “un gradiente pronunciado implica una gran diferencia de pre-
sión con isobaras muy próximas, mientras que un gradiente débil implica solo una pequeña
diferencia con isobaras muy distantes”. Así mismo es conveniente pensar en otros aspectos
asociados al fenómeno; siguiendo al mismo autor “un gradiente pronunciado suele estar
asociado a fuertes vientos”.

5.3 Clasificación y aplicación de las isolíneas


Todas las isolíneas buscan mostrar la variación espacial de un fenómeno, ya sea de carác-
ter humano o físico. Su aplicación depende de los objetivos perseguidos. Algunas isolíneas
sirven para estudiar las características, dinámica y evolución de fenómenos físicos; otras son
92 utilizadas para identificar las potencialidades del espacio y unas pocas dan cuenta de fenó-
menos que atañen a la acción humana.
En este sentido, no vale la pena hacer una clasificación estricta de las isolíneas, puesto
que, en el caso de una isoclina, que identifica un fenómeno físico como lo es la pendiente,
permite a su vez descubrir posibilidades de uso (agrícola, asentamientos, mecanización) que
de hecho son de corte humano.
Para fines didácticos, se puede establecer una clasificación de las isolíneas a partir de la
procedencia de sus datos, con lo que obtenemos dos grupos. En el cuadro 5.1 se presenta
una clasificación de isolíneas, con base en varias fuentes: Strahler (1981), Monkhouse y
Wilkinson (1978), Gil y Olcina (1997) e Hyparion (2000).
Un primer grupo reúne a todas aquellas isolíneas cuyos datos parten de la observación
de fenómenos físicos: isohipsas, isoyetas, isotermas, isohelias, isobaras, isobatas, isogonas,
isoclinas... En un segundo grupo, se pueden ubicar las isolíneas que dependen del compor-
tamiento humano, pero cuya distribución espacial no es tan permanente como las del pri-
mer grupo. Es el caso de las isocronas, las isodemas, las líneas de isoprecios....
Es necesario recordar que para uno y otro caso, las isolíneas representan umbrales de
cambio o de variación, siendo el área entre las mismas (isopleta) de información más relevante.
A continuación se hará una breve descripción de algunas isolíneas; nótese que unas de
ellas definen directamente una isopleta. Más adelante serán tratadas sólo unas pocas para
ejemplificar su construcción. En la figura 5.2, se muestran algunos ejemplos gráficos de
éstas isolíneas
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Cuadro 5.1 Clasificación de las isolineas a partir de las subdisciplinas geógraficas que las emplean
Isohipsas – Isobasas
Isobatas
Geomorfología Isoclinas - Isotracónicas
Geología Isopacas
Topografía Isogonas
Isogeotermas
Isoyetas – Isohietas
Isotermas
Isohelias
Isobaras – Isolobaras
Termoisoalinas
GEOGRAFÍA FÍSICA Isobrontias
Isoqueimas – Isoteras
Climatología Isotalantosicas - Isotalantas
Meteorología Isalotermas
Isocrimas
Isocinéticas
Isonefas
Isanemonas
Isanómalas
Isoampitud 93
Isocasma
Isomera
Isolíneas de escorrentía
superficial
Hidrogeografía Isolíneas de caudales
Isohalinas
Biogeografía Isoiketas
Isofitas
Isolíneas de inundación
INTEGRACIÓN Riesgos Isosísmicas
Isolíneas de contaminación
G. Población Isodemas
G. Urbana Isoprecios
G. Rural Isodapanas
GEOGRAFÍA HUMANA Isoforas
G. Social Isocronas
Isolíneas de criminalidad
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

Isohipsas: líneas que unen valores de la misma altura, también llamadas curvas de nivel.
Probablemente son las isolíneas más conocidas y utilizadas cuya información es la base para
la construcción de otras isolíneas. (Ver figura 5.4)
Isobatas: líneas que unen puntos de igual profundidad en el mar. Se utilizan para iden-
tificar la diferencia altitudinal de la topografía marina. (Ver figura 5.4)
Isoclinas o Isotracónicas: líneas que unen puntos con la misma pendiente.
Isobasa: isopleta que representa la altitud de un estrato geológico.
Isogonas: líneas que unen puntos con la misma declinación con relación al polo magné-
tico. (Ver figura 5.2 e)
Isogeoterma: Isopleta que representa la temperatura de las profundidades de un deter-
minado astro o planeta.
Isopaca: Isopleta que representa la potencia de una determinada formación geológica.
Isoyetas o Isohietas: líneas que unen puntos de igual pluviometría. (Ver figura 5.24)
Isotermas: líneas que unen puntos de igual temperatura. (Ver figura 5.23)
Isohelias: líneas que unen puntos con la misma incidencia de brillo solar.
Isobaras: líneas que unen puntos que presentan la misma presión atmosférica. Según
Monkhouse y Wilkinson (1978) también se les denomina isalobara o isanomala. (Ver figu-
ras 5.2 a y 5.2 b)
Termoisoalinas: líneas que unen puntos de igual temperatura con relación a la profun-
didad del lecho marino.
Isobrontias: líneas que unen lugares en los que se registran tormentas en un mismo
94 momento.
Isoqueimas: isolíneas de temperatura en invierno.
Isotalantósicas o Isotalantas: líneas que unen puntos que registran igual amplitud tér-
mica anual.
Isocrimas: líneas que representan los períodos de tiempo más fríos.
Isocineticas: líneas que unen puntos con la misma velocidad de viento.
Isonefas: líneas que unen puntos con el mismo nivel de precipitación de nieve.
Isanemona: Isopleta que representa la velocidad mediana del viento.
Isanómala: Isopleta que representa las anomalías de un elemento o fenómeno especial-
mente meteorológico.
Isoamplitud: Isopleta que representa la amplitud y la oscilación térmica.
Isocasma: Isopleta que representa la frecuencia anual de visibilidad de auroras.
Isomera: Isopleta que representa el porcentaje de precipitaciones mensuales o estacionales
con respecto al total anual.
Isolíneas de escorrentía superficial: Isolíneas que representan la misma cantidad de
flujo de agua en superficie. (Ver figura 5.2 f )
Isolíneas de caudales: Isolíneas que muestran la variación en el caudal de un río.
Isohalina: Isopleta que representa la salinidad del agua tanto en el sentido vertical como
en el horizontal.
Isoiketas: líneas que determinan el grado de habitabilidad de especies animales y vegetales.
Isofitas: líneas que muestran el crecimiento vegetativo.
Isolíneas de evaporación: líneas que representan la misma cantidad de vapor de agua en
el aire. (Ver figuras 5.2 c y 5.2 d)
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Fig. 5.2 Tipos de isolíneas

Fig. 5.2.a Isobaras. Esquema de circulación de vientos a un nivel dado en torno a centros de alta (A) y baja (B)
presión. Izquierda: cerca del Ecuador terrestre; Derecha: en latitudes medias del hemisferio sur.
Fuente: www.atmosfera.cl/HTML/meteorología

95

Fig. 5.2.b. Isobaras. Presión atmosférica global.


Fuente: Strahler (1981)
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

Fig. 5.2.c. Mapa de isolíneas de evaporación real. Media del Fig. 5.2.d. Isolíneas de evaporación. Desiertos suroccidentales
período: 1986/87 - 1992/93. Tenerife de los Estados Unidos.
Fuente: www.aguastenerife.com Fuente: Strahler (1981)

96

Fig. 5.2.e. Isogonas. En este mapa la declinación se indica a intervalos de diez grados a nivel mundial.
Fuente: Strahler (1981)
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Fig. 5.2.f. Mapa de isolíneas de coeficientes de escorrentía. Fig. 5.2.g. Isocronas. Expansión de la Muerte Negra en la Euro-
Período: 1986/87 - 1992/93. Tenerife. pa del siglo XIV, en el que se muestra la división política del
Fuente: www.aguastenerife.com continente en la época.
Fuente: Selecciones de Scientific American (1979)

97
Isolíneas de inundación: Líneas que unen puntos de avance de las corrientes hídricas.
Isolíneas de contaminación: líneas que unen puntos con la misma cantidad de partícu-
las contaminantes.
Isosísmicas: líneas que muestran la intensidad de los sismos.
Isodemas: líneas que unen puntos con la misma densidad o cantidad poblacional. (Ver
figuras 5.13 y 5.14)
Isoprecios: líneas que unen puntos con el mismo valor monetario. Se utiliza para seña-
lar el precio o la renta de la tierra.
Isodapanas: Isopleta que representa el coste total del transporte en la teoría de la locali-
zación industrial.
Isofora: Isopleta que representa las tarifas del transporte a partir de un centro determinado.
Isocronas: líneas que unen puntos con la misma regularidad horaria.
Isolíneas de criminalidad: Líneas que representan niveles de criminalidad (robos, asesi-
natos...)

5.4 Aspectos básicos en el trazado de isolíneas


De acuerdo a Del Canto, et al. (1993), al construir un mapa de isolíneas se pueden
evidenciar varias dificultades como: “la naturaleza de los datos, la forma y tamaño de las
unidades para las que se dispone de información, la búsqueda del lugar adecuado donde
situar los puntos de referencia o también del método de interpolación que se utilice”.
- La naturaleza de los datos puede verse en dos sentidos: uno, en cuanto al tipo de
variable que representan, discreta (valores enteros) o continua (valores fraccionados) que
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

siendo más una clasificación de tipo teórico que práctico, no interviene de manera notoria en
el trazado de isolíneas puesto que los valores de éstas son decisión del usuario o de los rangos
que determine el fenómeno mismo. Y dos, en cuanto al origen de los datos o el sitio donde
se toma el registro (p. ej. una estación de medida de contaminantes) algunos de los cuales ya
tienen una implantación puntual lo que sirve directamente en el trazado de isolíneas. Sin
embargo, existen datos con implantación zonal (p. ej. población rural, densidad) para los que
es necesario tomar una decisión en cuanto a la ubicación del punto representativo del dato.
En cuanto a la calidad de los datos, Robinson, et al (1995) señala algunos tipos de errores que
afectarían el trazado de isolíneas; entre ellos, el error en la toma del dato mismo ya sea de
carácter instrumental o humano; la fuente de los datos, con lo que se puede crear una excesiva
generalización; los errores que surgen del procesamiento y/o tratamiento de los datos; y los
errores conceptuales que se cometen ante una mala interpretación del fenómeno a analizar o
del tipo de tratamiento estadístico o matemático que se haya aplicado.
- La forma y el tamaño de las unidades para lo que se dispone de información, o como
lo afirman Robinson, et al (1995), el número de puntos de control (de observación y medi-
ción), lo cual puede llevar a un excesivo detalle o a una generalización equivocada, pudien-
do presentarse ambos casos en una misma área de trabajo.
- La interpolación se presenta como un problema a tener en cuenta en el trazado de
isolíneas, puesto que por lo general se asume un aumento uniforme en el valor de dos puntos,
para buscar un tercero entre estos, sin tener en cuenta otros aspectos. Así mismo es necesario
no obviar la cantidad y cercanía de los puntos y el método de interpolación utilizado.
98 - La selección de intervalos no puede ser por sí misma un proceso rígido, teniendo
presente que existen fenómenos cuyos umbrales de funcionamiento marcan los límites del
intervalo. Para otro tipo de estudios como los socioeconómicos, los umbrales dependen de
los parámetros establecidos. En ambos casos la selección del intervalo no es uniforme res-
pondiendo más a una necesidad de análisis. Según Robinson, et al (1995) se sugiere enton-
ces incluir en el mapa de isolíneas una justificación de tal decisión, con el fin de que el lector
tenga una aprehensión fácil del resultado.

5.5 La interpolación
Bosque (1992) define la interpolación como “un procedimiento que permite calcular el
valor de una variable en una posición del espacio (punto no muestral, con un valor estima-
do conocido) conociendo los valores de esa variable en otras posiciones del espacio (puntos
muestrales, con valores reales)”. La ubicación precisa de cada punto es necesaria para un
trazado eficiente de las isolíneas, más aún cuando representan umbrales funcionales de de-
terminada superficie.
Actualmente existen numerosos métodos de interpolación automáticos que obviamente
surgieron de propuestas manuales y, alrededor de los cuales, se han establecido varias for-
mas de clasificarlos.
Bosque (1992) propone tres formas de clasificación de las cuales destacamos dos:
En la primera, interesa saber la cantidad de datos que se utilizan para hallar un valor
desconocido. Con los métodos globales se incluyen todas las observaciones para llegar a la
estimación de un valor, mientras que los métodos locales utilizan sólo las observaciones más
cercanas al valor que se desea hallar.
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En una segunda clasificación, lo que importa es la capacidad de análisis para relacionar


variables que permitan una estimación más exacta del valor y la posición a identificar. Los
métodos directos parten de suposiciones generales en cuanto al comportamiento de las va-
riables sobre la superficie y aplican una función matemática para hallar valores desconoci-
dos; en este sentido es muy similar a los métodos locales en tanto utilizan las observaciones
más cercanas. Los métodos analíticos “tienen en cuenta el grado y tipo de autocorrelación
existente entre las variables” (Bosque, 1992). Son métodos que no parten de generalizacio-
nes sino de comportamientos específicos de cada variable sobre la superficie, asumiendo el
grado de dependencia de la variable a interpolar, en relación con las demás. Cabe agregar
que no es necesario establecer entre las variables únicamente relaciones del orden cuantita-
tivo ya que variables tales como el uso del suelo, el tipo de vegetación o el tipo de rocas,
ofrecen información cualitativa capaz de corroborar ciertas hipótesis.
La interpolación lineal que es una de las más conocidas, corresponde al primer grupo y
más específicamente a los métodos locales. A continuación se explicará su procedimiento:

¿Cómo se realiza una interpolación lineal?

99

Fig. 5.3 Interpolación lineal


DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

Entre los puntos 55 y 72 de la figura 5.3, se desea buscar la ubicación del punto 60.
Para hallar la ubicación de este nuevo punto, se estableció la diferencia entre los valores
conocidos (72 - 55 = 17). La distancia entre los dos puntos es de 27 mm. El punto de
referencia escogido fue el 55, que tiene una diferencia de 5 en su valor con relación a 60.
Aplicando la regla de tres, tenemos que:

17 27mm
5 X
5 x 27mm = 135 = 7,9
17 17

Con este tipo de interpolación se asume una distribución uniforme entre los dos puntos
extremos a partir de los cuales se halla un tercero, con lo que de hecho no se reconocen otras
variables y otras ubicaciones que podrían cambiar de manera drástica la distribución del
fenómeno.
Para el trazado de otras isolíneas es posible evitar el anterior inconveniente en la medida
en que se pueden establecer relaciones y/o correlaciones previas con el uso del premapa para
posteriormente definir las nuevas ubicaciones. En ese caso, se utilizan métodos del segundo
grupo, específicamente los analíticos como se mostrará durante la descripción del trazado
de isotermas.
Los SIG por su parte, son mucho más precisos, rápidos y ágiles en la implementación de
100 métodos de interpolación ya que tienen la capacidad de relacionar variables, hacer los cálcu-
los automáticamente, mostrar un resultado gráfico, simular a partir de diferentes pondera-
ciones como en el caso de la interpolación de Kriging y por último, generar modelos digitales
de terreno en los que la variación de cualquier fenómeno se hace visible de manera vertical.
Según Bosque (1992) “se puede crear un MDT (Modelo Digital de Terreno) de cualquier
hecho que cumpla unas mínimas características, la continuidad espacial de la variación, sin
que existan saltos bruscos del valor Z”... “aspectos físico-naturales, como la precipitación, la
temperatura, la composición litológica o mineral, la acidez o basicidad de los suelos o tam-
bién las variables sociales: número de habitantes, densidad de población, etc”.
Cabe agregar que la interpolación se estima a partir de valores conocidos o dentro de un
intervalo, sin embargo cuando dicha estimación debe hacerse por fuera del área de estudio,
o no existen los datos suficientes para completarla, se habla de extrapolación.
El conocimiento del gradiente de variación, para algunos fenómenos, permite también
hallar valores desconocidos puesto que tras varias observaciones en lugares específicos, se
han establecido los puntos de ruptura o cambio de una variable en relación con otra, como
ocurre con los gradientes de temperatura. De acuerdo a Strahler (1981) “el aire que ascien-
de, al igual que cualquier gas, experimenta un descenso en su temperatura, aunque no
pierda energía calórica”. A partir de esta idea se han establecido dos tipos de gradientes: el
gradiente adiabático seco “cuando no se produce condensación”... la variación es de “1ºC
cada 100 metros de elevación” y el gradiente adiabático saturado “cuando el vapor de agua
atmosférico se condensa que es de 0,6ºC para cada 100m”.
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5.6 El trazado de algunas isolíneas

5.6.1 Las curvas de nivel


Son líneas que muestran las irregularidades del terreno, uniendo puntos que tienen la
misma altura y/o profundidad. Cuando dichas líneas son trazadas sobre el nivel del mar, se
les denomina isohipsas, y cuando representan la topografía del lecho marino toman el nom-
bre de isobatas.
Robinson, et al (1995) presentan una descripción mucho más precisa geométricamente,
de estas isolíneas, en tanto las definen como los trazos que muestran la intersección de un
plano horizontal con la superficie topográfica, y su proyección ortogonal sobre un mapa,
como lo muestra la figura 5.4.

101

Fig. 5.4 Isohipsas e isobatas


Fuentes: www.atmosferas.cl/HTML/meteorología

Además de las características mencionadas para las demás isolíneas, las curvas de nivel,
presentan tres particularidades más:

• Forman una “v” al hacer contacto con la hidrografía, “cuyo vértice indica la dirección de
donde vienen las aguas, es decir la parte más alta del terreno” (IGAC, 1981).
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

• Cuando el relieve a representar es muy quebrado, las curvas de nivel presentan varios
entrantes y salientes.
• No siempre la curva del centro muestra una altura, también puede representar una
depresión.

¿Cómo se trazan las curvas de nivel?

En la figura 5.5, tenemos una malla de puntos, cada uno con una altura definida. A partir
de esta, se desea señalar las curvas de nivel con los siguientes valores: 1.600, 1.800, 2.000,
2.200, 2.400, 2.600 y 2.800, los cuales fueron hallados por interpolación para finalmente
obtener el conjunto de líneas de la figura 5.6.

102

Fig. 5.5 Malla de puntos con alturas

Probablemente las curvas de nivel son las isolíneas que menos se trazan de forma manual
ya que estas se elaboran por métodos automáticos. Sin embargo es importante reconocer su
proceso lógico de construcción para lograr un buen entendimiento de las características
topográficas del terreno y su posible relación con otros fenómenos.
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Fig. 5.6 Curvas de nivel

5.6.2 Las isoclinas


103
Son líneas que unen puntos que tienen la misma pendiente. Esta última es definida
como “la variación de la altura entre dos puntos del territorio en relación con la distancia
que los separa” (Bosque, 1992) o el “ángulo que forma la superficie topográfica con la
horizontal” (Sthraler, 1981). Ambas definen a su vez el gradiente que permite establecer la
variación espacial de este fenómeno.
El trazado de isoclinas da como resultado un mapa de pendientes cuyas áreas entre isolíneas
no sólo ofrecen una característica topográfica del terreno, sino que permiten clasificarlo de
acuerdo a un uso en particular en el que la pendiente sea definitiva en el desarrollo de ciertas
actividades o en la caracterización de un fenómeno. Teniendo en cuenta que la pendiente
funciona como un factor determinante (aceleración-disminución) en la dinámica de varios
fenómenos tales como: la escorrentía superficial, los movimientos en masa, la formación de
suelos, la cobertura vegetal, o dinámicas particulares como el desprendimiento, transporte y
acumulación de materiales, el mapa de isoclinas resulta de gran utilidad para la “definición de
posibles usos del suelo, estudios de factibilidad para la construcción de asentamientos huma-
nos y detección de posibles áreas de riesgos naturales”. (Bahamón y Flórez, 1991).

¿Cómo se trazan las isoclinas?


El trazado de isoclinas es aconsejable en mapas a escala 1:25.000 o superiores a ésta,
puesto que su detalle permite tener mayor precisión en su definición. En escalas inferiores,
dicho trazado tiende a generalizar el estudio mismo. El mapa topográfico es la base para la
elaboración del mapa de pendientes puesto que este utiliza como datos básicos las curvas de
nivel y la distancia. Para elaborar el mapa de pendientes a escala 1:25.000 se ha establecido
el siguiente procedimiento, de acuerdo a Bahamón y Flórez (1991):
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

104

En el trabajo propuesto por Ortiz (1989) en el área del Líbano (Tolima), se establecieron
categorías de pendiente (abrupta, empinada, fuerte, moderada, débil y muy débil) que “obede-
cen a umbrales de desencadenamiento de procesos morfogenéticos o erosivos” tales como los
que muestra el cuadro 5.2. Para este trabajo se elaboró un mapa de pendientes a escala 1:50.000.
En nuestro caso se optó por hacer un mapa de pendientes a escala 1:25.000 para lo cual se ha
tomado un pequeño sector (ver figura 5.7) del área inicialmente trabajada por Ortiz (1989).

Cuadro 5.2 Clasificación de pendientes por procesos morfogenéticos


Categoría Valor de la pendiente Proceso morfogenético
Abrupta Mayor a 45º Desplomes, derrumbes en seco.
Empinada 35-45º Hidrogravitacionales
Fuerte 25-35º
Moderada 15-25º Hipodérmicos
Débil 5-15º Escurrimiento hídrico
Muy débil menos a 5º superficial, difuso a concentrado
Fuente: Ortiz, 1989
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Fig. 5.7 Cuadricula de trabajo para hallar las pendientes medias


Fuente mapa base: IGAC (1989) Municipio del Líbano, Dpto. del Tolima. Plancha No. 226-I-A Municipio del Líbano, Dpto. del Tolima.
105
106
Para cada una de las demás cuadrículas se aplicó el mísmo procedimiento, y se elaboró una nueva
cuadrícula con los resultados (ver figura 5.8).

Fig. 5.8 Pendientes medias resultantes


Fuente mapa base: IGAC (1989) Municipio del Líbano, Dpto. del Tolima. Plancha No. 226-I-A
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA
Se definen las isoclinas a interpolar a partir de los valores de la pendiente del cuadro 5.2. Se interpoló y como resultado obtuvimos el mapa
de pendientes de la figura 5.9.
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Fig. 5.9 Mapa de isoclinas


107
108
Como el objetivo era mostrar los procesos morfogenéticos en función de la pendiente, en la figura 5.10, se presentan cuatro categorías
definidas por rangos específicos; se utilizó la variable valor a patir de la pendiente.

Fig. 5.10 Procesos morfogenéticos en función de la pendiente


DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA
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Nótese en la figura 5.7, la manera como deben ser trazadas las líneas sobre cada cuadrícu-
la para hacer el conteo de intersecciones con las curvas de nivel. Para la primera cuadrícula se
procedió de la siguiente manera:

Si = 15 DH = 50 m L = 250m
m = arcotang 15 x 50 m m = 37º
4 x 250 m

5.6.2.1 Aspectos a tener en cuenta en el trazado de isoclinas


Además de tener presente las características propias de las isolíneas en general y de las curvas
de nivel en particular, el trabajo que se hace en cada cm2, para el trazado de isoclinas, presenta
algunos inconvenientes que pueden llevar a errores humanos en el conteo de las isohipsas:

• Existen otras líneas en el mapa que funcionan como límites, caminos, ríos o quebradas
que por momentos van ligados a algunas isohipsas o son paralelos a las mismas, pudiendo
confundir al observador.
• Las curvas de nivel maestras, que son las que tienen un calibre mayor, interrumpen su
trazado en algunos tramos para mostrar su valor; es necesario por tanto, trazar el segmento que
falta e incluirlo en el conteo.
• La posición que toman algunas isohipsas, se cruza casi que en todo su transecto, con
algunas de las líneas interiores del cm2 ocasionando confusiones en el momento de contarlas,
es necesario recordar que lo que se cuenta es la intersección para no hacer una interpretación 109
falsa durante el procedimiento.
• Para facilitar el conteo de las intersecciones recomendamos construir un molde de cm2
que permita aislar la observación; sin embargo, no deben descuidarse aquellas isolíneas que se
sitúan justo en el límite del cuadrado.
• Al interpolar, se sugiere trazar cada isolínea en su orden, hasta agotar todas las posibilida-
des, para evitar dejar algún rango sin establecer.

5.6.3 Las isocronas


Son líneas que unen puntos con igual distribución temporal, en diferentes unidades: minutos,
horas, días, meses, años. Se utilizan para identificar la distribución espacio-temporal de cualquier
fenómeno. En términos prácticos sirven para observar la propagación de una enfermedad (ver
figura 5.2 g) o de un contaminante, cronometrar la distribución de un producto, hacer análisis
históricos de expansión territorial e identificar el retroceso y/o avance de fenómenos naturales
(inundaciones, líneas de costa, reducción de cuerpos de agua...) en función del tiempo.
Al igual que varias de las isolíneas, su trazado se hace a partir de puntos, sin embargo,
cuando se trata de actividades humanas y específicamente las económicas, las isocronas
están muy ligadas a las redes de comunicación.
Cuando el tiempo se concibe en relación con otras variables se convierte en una medida
relativa. Por ejemplo: el desplazamiento de un producto implica identificar aspectos tales como
la calidad de las vías, el comportamiento del tránsito, la capacidad de los vehículos, la velocidad
promedio y hasta las condiciones humanas que modificarían en determinado momento su
dinámica. Lo anterior hace pensar directamente en los datos en cuanto a su obtención, si depen-
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

de directamente de una experiencia en campo para la que sería necesario tomar varias medidas y
promediarlas con el propósito de reducir errores; y en cuanto a fenómenos cuya distribución no
es permanente de forma espacial y mucho menos temporal, en los que se pueden establecer
períodos fijos de tiempo en función de la ocurrencia del fenómeno, por ejemplo: la propaga-
ción de partículas contaminantes, durante una hora específica del día y un lapso de tiempo.

¿Cómo se trazan las isocronas?

110

Fig. 5.11 Red vial hipotética


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La figura 5.11, representa una red vial constituida por segmentos de líneas (vías) y una serie
de nodos (centros urbanos)1 . Entre un nodo y otro se ha señalado la distancia en tiempo; nótese
que ésta no es la misma para todos a pesar de que algunas tengan la misma longitud, como
ocurre de B14 a B15 y de B14 a B17 lo que podría significar que fueron cronometradas
teniendo en cuenta algunas condiciones tales como el tráfico o la calidad de las vías.
Una empresa transportadora de alimentos perecederos, con sede en M, desea saber qué
límites de tiempo tendrían para distribuir sus productos, puesto que algunos de estos necesi-
tan estar refrigerados. Para resolver éste problema se ha decidido trazar isocronas de 2 horas
(120 minutos) a partir del centro de distribución y hacia todos los demás puntos de la red
(ver figura 5.12).

111

Fig. 5.12 Mapa de isocronas

Para trazar la isocrona 4 horas (240 minutos) a partir de M por la ruta A, se procedió de
la siguiente forma: se tomó la medida, sobre el papel, de las rectas que van de M a A5
equivalentes a 27 mm; en este trayecto hay un tiempo de 4:35 es decir de 275 minutos, con
estos datos se aplicó una regla de tres así:
1
Trabajo académico desarrollado durante la clase de Cartografía Temática. Profesor: Antonio Flórez. Carrera de
Geografía, Universidad Nacional de Colombia.
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

27 mm 275 min
X 240 min
27 mm x 240 min = 23,5 mm
275 min

Este resultado nos indica la distancia sobre la ruta en la que se localiza el punto equivalen-
te a 4 horas. Para las demás rutas se aplicó el mismo procedimiento y con los puntos final-
mente ubicados se trazó la isocrona. El resto de las isocronas se marcaron de la misma forma,
sin embargo nótese que algunos tramos de las isocronas 16h, 18h y 20 h, fueron extrapolados
en algunos segmentos en los que no había presencia de vías.

5.6.4 Las isodemas


Se definen como líneas que unen puntos con la misma densidad o cantidad poblacional.
Dicho concepto lleva implícito por lo menos dos inconvenientes: la imposibilidad real de
representar en un solo punto a la población; y los problemas prácticos de la medida de la
densidad en cuanto generaliza un área suponiendo que los individuos están distribuidos de
manera homogénea.
Partiendo de estos inconvenientes se podría afirmar que las isodemas sólo nos ofrecen una
idea general en cuanto al crecimiento y concentración de la población siendo más útil la infor-
mación representada por la superficie entre isolíneas que las líneas tomadas de manera separada.
Así mismo la dinámica de la población exige estudiarla en diferentes espacios y momentos con
112 el propósito de hacer un análisis multitemporal que responda a su movilidad.

¿Cómo se trazan las isodemas?


Es posible trazar las isodemas de dos formas, estos procedimientos sólo difieren en las
subunidades a analizar.

Un ejemplo del anterior procedimiento se halla en Gracia (1999). Su objetivo era “desta-
car la variación espacio-temporal de la población a nivel regional y local, como producto de
los conflictos por el territorio”, en el área del delta del Sinú. Para tal fin fueron elaborados
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mapas diacrónicos con el propósito de hacer un análisis espacio-temporal del poblamiento


durante 50 años. La figura 5.13 corresponde a un mapa de isopletas con estos resultados. A
partir de éste mapa se procedió a elaborar un modelo digital de terreno (figura 5.14) en el que
la evolución de la superficie demográfica fue representada de manera vertical.

113

Fig. 5.13 Mapa de isopletas. Proceso de concentración de la Población rural en el litoral Caribe y Sinú
Fuente: Gracia (1999)

Fig. 5.14 Modelos digitales de terreno. Superficies demográficas, litoral caribe y sinú
Fuente: Gracia (1999)
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

El área de estudio de la figura 5.15 se subdividió en unidades de cm2 que de acuerdo con
la escala (1:100.000) corresponde a 1 km2. Tratándose de un ejercicio didáctico, se asumió
un valor de 5 personas por cada uno de los puntos que representa una vivienda. Se procedió
a identificar el número de personas por unidad y a ubicar el dato resultante en el centro de
cada cuadro, para obtener un valor medio por área. Las isodemas a trazar fueron: 10, 20, 30,
40 y 50 (ver figura 5.16).

114

Fig. 5.15 Método de cuadrícula para definir isodemas


Fuente mapa: IGAC (1974) Honda, dptos del Tolima, Cundinamaraca y Caldas.

Fig. 5.16 Mapa de isodemas


MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Cada procedimiento tiene ventajas y desventajas: En el primero existe una facilidad en la


consecución de datos a partir de registros oficiales, lo que permite que sea aplicable a áreas
extensas. Sin embargo se conserva el problema de la densidad como medida en la que los
tamaños de las superficies pueden modificar notoriamente los resultados.
Para el segundo procedimiento no es fácil estimar los datos en unidades tan exactas, lo
que exigiría hacer un censo en el área de estudio, razón por la que se aconseja en zonas
pequeñas. No obstante, el problema de la densidad, que presenta el procedimiento anterior,
se reduce en tanto las unidades son iguales.
La población como fenómeno humano, lleva implícito problemas que complejizan su
análisis. Uno de estos problemas tiene que ver con los datos puesto que a diferencia de otros
la población es una variable discreta y no continua. Para temas de emigración lo más acon-
sejable es elaborar mapas diacrónicos con el propósito de ofrecer una idea de los movimien-
tos poblacionales sobre el espacio.

5.7 El premapa como herramienta para el trazado de isolíneas


Existen algunas isolíneas cuyo trazado no se hace directamente a partir de puntos; su
representación gráfica requiere pensar en el fenómeno mismo y en la participación que
tienen en su dinámica otros fenómenos cuya asociación especifica o precisa la ubicación del
primero.
Teniendo en cuenta lo anterior, el premapa, entendido como un mapa en potencia, se
convierte en una herramienta básica para identificar las relaciones existentes entre las varia-
bles que explican un fenómeno y precisan su distribución espacial, o también, como ya se 115
mencionó, un método de interpolación.
Se habla del premapa como mapa en potencia, en el sentido de que actúa como un
documento previo susceptible de analizarse y tratarse necesariamente para hacer una poste-
rior representación cartográfica. Es por ello que existen varios materiales que pueden consi-
derarse como premapas, y que van desde los mapas básicos, las fotografías aéreas, las imáge-
nes de satélite hasta los cuadros de datos, los diferentes tipos de diagramas y algunos
procedimientos estadísticos.
El común denominador entre todos ellos es su capacidad para establecer y/o mostrar
relaciones. En este sentido, para Estébanez y Bradshaw (1978) el mapa tiene una enorme
importancia como “instrumento de comparación entre los diferentes hechos geográficos”, ya
que permite “establecer comparaciones entre varios conjuntos de datos espaciales”. De igual
forma, “el diagrama… trata de mostrar las relaciones o las distribuciones espaciales de las
variables que definen un fenómeno, o permite deducir la tendencia en la variación de un
fenómeno considerado” (Caycedo y Flórez, 1991).
Al pensar en cualquier problema, de hecho intervienen diferentes niveles de análisis y el
premapa está presente en los mismos en cuanto al tratamiento que se haga de los datos y en
la especificidad en la distribución del fenómeno a analizar.
Un primer nivel de análisis busca el reconocimiento y generalización de la información. En
este nivel es posible que la relación espacial no sea tan directa, por ejemplo cuando se observa una
característica en un país o región sin ser específicos en la variación al interior de la misma. En este
caso premapas tales como el triángulo equilátero o el cuadrado y diagramas un poco más simples
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

como los de barras y los circulares, son apropiados para este tipo de análisis. No podemos negar
que su aplicación a localizaciones puntuales es posible más no se presta para un análisis de con-
junto, si no son utilizados para cada localización de manera independiente.
Un segundo nivel de análisis trata de ser más detallado en cuanto al reconocimiento de
las variables que intervienen en el desarrollo del fenómeno presentando una relación más
específica con el espacio. Premapas tales como tablas de datos o matrices, mapas bases,
fotografías aéreas e imágenes de satélite, presentan información que es apta de tratarse con
el propósito de obtener un nuevo resultado (diagrama, mapa).
Un tercer nivel de análisis, mucho mayor, busca establecer en qué medida, intervienen
cada una de las variables en la dinámica funcional de un fenómeno, con el propósito de ser
más rigurosos en la localización de su distribución. En este nivel algunos tratamientos esta-
dísticos como las relaciones y/o correlaciones y su graficación, funcionan como premapas.
Para trazar algunas isolíneas, se requieren premapas que estarían situados en el tercer
nivel que acabamos de mencionar y para ello consideramos pertinente incluir algunos mé-
todos estadísticos y gráficos que permitan relacionar variables.

5.7.1 La relación entre variables


Difícilmente existen fenómenos en la naturaleza y en la sociedad cuya dinámica sea
totalmente independiente o no incluya otra serie de fenómenos y circunstancias en su com-
portamiento. Ello exige identificar cuáles son las variables que intervienen en la manifesta-
ción de cualquier fenómeno, y a su vez explicar el nivel de relación que existe entre las
116 mismas. Sin embargo, como afirma Levin (1977) “el descubrimiento de la existencia de una
relación no dice mucho acerca del grado de asociación o correlación entre las dos variables”.
Es aquí donde el análisis espacial cobra importancia en la búsqueda de ese grado de correla-
ción, generalizando en ocasiones, o siendo específicos en otras.
La complejidad en el funcionamiento de cualquier fenómeno exige pensar en todas las
posibles relaciones. No obstante, muchas de estas no son precisas o podría decirse que no
existen. El establecimiento de correlaciones da una idea aproximada de la fuerza de asocia-
ción entre variables, lo que gráficamente se puede observar a través de un diagrama de
dispersión. Este último, que corresponde a un sistema de coordenadas x e y, relaciona dos
variables cuya ubicación de cada punto no interesa tanto como la distribución o el emplaza-
miento del conjunto de puntos en el plano.

250 0
200 0
150 0
100 0
50 0
0
0 5 10 15 20 25

Fig. 5.17 Diagrama de dispersión. Relación directa


MADRID, A. & ORTÍZ, L.

En la figura 5.17, los puntos tienden a agruparse en línea recta hacia la derecha, lo que
significa que a medida que la variable aumenta por el eje y, también lo hace por el eje x. En
esta situación, según Ebdon (1982), se tiene una relación directa.
2500
2000
1500

1000
500

0
0 5 10 15 20 25

Fig. 5.18 Diagrama de dispersión. Relación inversa

En la figura 5.18, sucede lo contrario, lo que se denomina una relación inversa ya que
mientras la variable aumenta por el eje y, disminuye en el eje x.
100
90
80
70
60
117
50
40
30
20
10
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80

Fig. 5.19 Diagrama de dispersión. Relación nula

En la figura 5.19, los puntos aparecen dispersos, lo que muestra una relación nula.
Existen numerosas metodologías para establecer el grado de relación y/o correlación en-
tre dos variables; a continuación mostraremos cómo se maneja el coeficiente de correlación
de Pearson, los coeficientes de regresión y el análisis de regresión lineal, medidas que se
pueden manejar y entender de una manera sencilla.

5.7.1.1 Coeficiente de Correlación de Pearson


También es llamado coeficiente de correlación producto-momento, según Ebdon (1982),
“es una medida paramétrica de la relación entre dos variables”. Dichas variables, según el
mismo autor, “se han de medir en una escala de intervalo, y la técnica supone que las dos
variables proceden de poblaciones normalmente distribuidas”.
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

¿Cómo se halla el coeficiente de correlación de Pearson?

Podemos notar que el numerador de la anterior fórmula corresponde a otra medida


estadística que es la covarianza que según Estébanez y Bradschaw (1978) “describe el grado
de correspondencia en la variación de dos variables” o “el promedio de los productos de las
desviaciones de sus medias aritméticas respectivas”:

118 Covarianza = S(y-y)(x-x)


n

Según Ebdon (1982) la covarianza “es una medida del grado de variación conjunta de las
dos variables, en el sentido de que un aumento en una de ellas refleja en un aumento o
descenso proporcional de la otra”. Una covarianza 0, indica que las dos variables no varían
conjuntamente. Una covarianza grande positiva o negativa, indica que las dos variables varían
conjuntamente”.
De otra parte, “el denominador… es una medida de variación total de los datos. En
función del diagrama de puntos es una medida de la dispersión de los puntos”.
Se desea saber cuál es la relación entre temperatura y altitud en el departamento de Cal-
das; se destina, x para la primera (variable dependiente) e y para la segunda (variable indepen-
diente) (ver cuadro 5.3). Los demás datos del cuadro, corresponden al proceso mismo de
aplicación de la fórmula.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Cuadro 5.3 Datos para hallar el coeficientes de correlación de Pearsons. Dpto de Caldas
x y
Temperatura Altitud x*y x2 y2
Aguadas 16,2 2.170 35.154,0 262,44 4.708.900
Anserma 18,6 1.768 32.884,8 345,96 3.125824
Aranzazu 17,8 1.910 33.998,0 316,84 3.648100
Belalcazar 19,5 1.631 31.804,5 380,25 2.660.161
Chinchiná 21 1.382 29.022,0 441 1.909.924
Filadelfia 20 1.550 31.000,0 400 2.402.500
La Dorada 28,2 178 5.019,6 795,24 31.634
La Merced 18,3 1.819 33.287,7 334,89 3.308.761
Manizales 16 2.216 35.456,0 256 4.910.656
Manzanares 18,3 1.871 34.239,3 334,89 3.500.641
Marmato 23,1 1.050 24.255,0 533,61 1.102.500
Marquetalia 19,9 1.560 31.044,0 396,01 2.433.600
Marulanda 12,2 2.825 34.465,0 148,84 7.980.625
Neira 17,4 1.969 34.260,6 302,76 3.876.961
Pácora 18,3 1.819 33.287,7 334,89 3.308.761
Palestina 19,5 1.636 31.902,0 380,25 2.676.496
Pensilvania 16,6 2.100 34.860,0 275,56 4.410.000
Riosucio 18,5 1.783 32.985,5 342,25 3.179.089
Risaralda 18,8 1.743 32.768,4 353,44 3.038.049 119
Salamina 18,6 1.775 33.015,0 345,96 3.150.625
Samaná 20,5 1.460 29.930,0 420,25 2.131.600
Supía 22,3 1.183 26.380,9 497,29 1.399.489
Victoria 25,4 675 17.145,0 645,16 455.625
Villamaría 17,7 1.920 33.984,0 313,29 3.686.400
Viterbo 23,5 988 23.218,0 552,25 976.144
Totales S = 486,2 S = 40.981 S = 755.367 S = 9.709,32 S=74.013.115

n = 25 x = 19,4 y = 1639,2

Al aplicar la fórmula:
755.367 - 31.800,5
r= 25___________ r = -0,87
1.814,8
Covarianza = -1.585,8
sxsy = 1.814,8
r = -0,87

De acuerdo con los datos obtenidos, tenemos una covarianza negativa alta, que indica
una variación inversa y conjunta de las dos variables.
El producto de las desviaciones estándar, igual a 1.814,8 indica la variación total de los datos.
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

El cociente entre las dos medias anteriores r, indica que la relación entre las dos variables
tiene sentido; en este caso, el aumento en la altura es proporcional con la disminución de la
temperatura, como lo demuestra la figura 5.20
3000

2500

2000
Altura msnm

1500

1000

500

0
0 5 10 15 20 25 30

fig. 5.20 diagrama de dispersión temperatura-altura. dpto de caldas

120
5.7.1.2 Los coeficientes de regresión
Según Levin (1977) “establecer una correlación entre dos variables puede ser útil para
predecir los valores de una variable (y) conociendo los valores de otra variable (x)”. Esta
predicción se obtiene con el análisis de regresión. Dicho análisis se hace a partir de la búsque-
da de los coeficientes de regresión y de su coherencia con la ecuación de regresión, formulada
de la siguiente manera:
y = a + bx
que describe una línea de regresión en la que, de acuerdo a Ebdon (1982):
y = valor predicho de la variable dependiente.
x = valor de la variable independiente.
a y b = son coeficientes de regresión

¿Cómo se hallan los coeficientes de regresión?


MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Para hallar los coeficientes de regresión de los cinco primeros pares del cuadro 5.3, se
procede de la siguiente manera (ver cuadro 5.4):

x = Altitud
y = Temperatura

Cuadro 5.4 Datos para hallar los coeficientes de regresión

x = Altitud y = Temperatura x.y x2


2.170 16,2 35.154,0 4.708.900
1.763 18,6 32.791,8 3.108.169
1.910 17,8 33.998,0 3.648.100
1.631 19,5 31.804,5 2.660.161
1.382 21 29.022,0 1.909.924
S= 8.856 93,1 162.770,3 16.035.254

b = 162.770,3 – (5)(1.772,2)(18,62)
16.035.254 – (5)(3.137.149,4)
b = -0,006
a = 18,62 + 0,006(1.771,2)
a = 29,2
121
5.7.1.3 Análisis de Regresión
Como se mencionó en el apartado anterior, el análisis de regresión permite predecir los
valores de y conociendo los valores de x.

¿Cómo se hace el análisis de regresión y cómo se grafican los resultados?

Continuando con el ejercicio anterior, se busca hallar los valores de temperatura (y) a
partir de las siguientes alturas (x): 1.400, 1.600, 1.800 y 2.000.

Cuando x = 1.400
y = 29,2 + (-0,006)1400
y = 29,2-8,4
y = 20,8

Para los demás x se procede de la misma forma, con lo que obtuvimos los siguientes
resultados:
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

Cuadro 5.5 Datos equivalentes entre altura y temperatura

Cuando x es = y es =
1.400 20,8
1.600 19,6
1.800 18,4
2.000 17,2

No sobra decir, que la calidad de las predicciones depende de la fuerza de correlación


entre las variables. Sólo a partir de un coeficiente de correlación óptimo es válido un análisis
de regresión, de lo contrario no tiene sentido. Tal optimización está dada por la cercanía del
coeficiente de correlación a 1 o a -1. Son pocas las variables cuya correlación es perfecta, no
obstante lo que debe buscarse es cierta asociación lógica entre las mismas. Para fines didácticos
se tomó un área muy grande, sin embargo debe tenerse en cuenta que el grado de generali-
zación es muy alto. La figura 5.21 corresponde al departamento de Caldas, en este mapa
aparecen marcadas las isotermas que según los datos obtenidos en el análisis de regresión,
corresponden a una altura definida e identificada por medio de las curvas de nivel.

5.7.2 Las isotermas


Teóricamente son líneas que unen puntos que tienen la misma temperatura, pero técni-
camente, es decir en cuanto a su procedimiento de construcción gráfica, se podría decir que
las isotermas son líneas de temperatura cuyo trazado depende de la correlación con otras
122
variables (altitud, vegetación, vientos…).
Por lo menos para nuestro territorio, la definición de las isotermas está sujeta a genera-
lizaciones y a particularidades, estas últimas de acuerdo a condiciones locales. En el primer
caso, se han realizado numerosos estudios con los que se comprueba que la “temperatura
varía inversamente y de manera lineal en relación con la altitud”; de esta forma para los
Andes Centrales de Colombia, “el gradiente térmico promedio de la temperatura estabilizada
del suelo es de 0.55ºC/100m y el de la temperatura media anual del aire es de 0.64ºC/
100m” (Flórez, 1986).
En el segundo caso es conveniente tener en cuenta el comportamiento de la temperatu-
ra en función de la vegetación, de la dinámica de los vientos, de las geoformas y de la
presencia de cuerpos de agua, entre otros, para los casos locales.
Si bien, no se parte de información puntual, en ambos casos sí se tiene en cuenta la
intervención de otro tipo de elementos que le dan mayor rigurosidad a la distribución de
este fenómeno sobre el espacio.
Es aquí cuando se hace necesario utilizar herramientas estadísticas y gráficas, como las
descritas en la parte inmediatamente anterior, que se constituyen en premapas en tanto
funcionan como la base del análisis y localización en el mapa final.
Fig. 5.21 Mapa de Isotermas. Departamento de Caldas MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Fuente mapa base: IGAC (1974) Monografía del departamento de Caldas


123
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

¿Cómo se trazan las isotermas?

Con el propósito de identificar el funcionamiento de la temperatura del aire y sus varia-


ciones con relación a la altitud o las posibles correlaciones con otros elementos en los Andes
colombianos, Flórez (1986) presenta en la figura 5.22 la relación entre la temperatura del
suelo y de aire (eje x) con la altitud (eje y), en el transecto Cauca - Magdalena, a la altitud
Manizalez - La Dorada. Para tal gráfico se aplicaron varios coeficientes de regresión con el fin
de buscar la pertinencia en la relación de variables y su posterior representación gráfica.
Para el trazado de isolíneas y siguiendo la gráfica, se puede comprobar que la isoterma de
18ºC, puede marcarse a una altura de 1.700 m.s.n.m. aproximadamente. Sin embargo, el
mapa pluviotérmico (figura 5.23), muestra esta isoterma en algunos lugares, un poco despla-
124 zada hacia una mayor altitud. Es muy seguro que para el trazado de dicha isolínea, se tuvo en
cuenta la acción local de los vientos alisios, debido a que la Cordillera Oriental es más baja en
este sector permitiendo directamente su paso hacia la Cordillera Central, lo que ocasiona el
desplazamiento de la temperatura. Por ello, para evitar posibles errores en la identificación de
isotermas, se aconseja corroborar la ubicación mediante puntos de control correspondientes
a las estaciones meteorológicas y si es posible incluir observaciones de campo que puedan
definir la incidencia de otros elementos.
Es necesario saber que cuando la variación no es exactamente matemática, porque existen
algunas condiciones ambientales que controlan la temperatura, es indispensable recurrir en el
trazado de estas isolíneas a cierto nivel de interpretación que permita aclarar el fenómeno.
El estudio de la mayoría de fenómenos no tiene sentido si se hace de manera aislada, por
eso los mapas de isotermas sirven no sólo para identificar la variación espacial de la tempera-
tura, son además adecuados para comparar o relacionar esta distribución con la localización
de especies animales y vegetales, hacer estudios de rendimiento agrícola en función de la
temperatura e identificar aquellos elementos ambientales y humanos que a nivel local y glo-
bal producen calentamiento o enfriamiento de la Atmósfera.

5.7.3 Las isoyetas - isohietas


Al igual que las isotermas, teóricamente son líneas que presentan el mismo nivel de
precipitación, sin embargo, la dinámica funcional de este fenómeno es tan compleja que no
son suficientes los recursos técnicos de relación y/o correlación y análisis de regresión, para
representarlas gráficamente de manera manual.
Fig. 5.22 relación de la temperatura y de la lluvia con la altitud MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Fuente: Flórez (1985)


125
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

Fig. 5.23 Fragmento mapa pluviotérmico. Cuenca del alto magdalena

126

Fuente: IGAC (1984) Mapa pluviotérmico. Cuenca del alto magdalena


MADRID, A. & ORTÍZ, L.

De acuerdo a Alvarez (2001) la espacialización y graficación de las isoyetas presenta varios


inconvenientes, entre estos:

- La posición de las estaciones pluviométricas y su incapacidad para registrar otros


fenómenos incidentes tales como: el viento, la evaporación, la nieve y la condensación del
vapor que afectan la medida pluviométrica y por ende el eventual trazado de isolíneas.
- El tiempo de la medición, para la mayoría de los casos, no es suficiente para hacer un
estudio detallado de la variabilidad pluviométrica en función de su intensidad y de su
permanencia espacial.
- La lluvia es un fenómeno con una marcada irregularidad espacial lo que exigiría instalar
una gran cantidad de estaciones pluviométricas que permitan una buena integración de los
datos para explicar su variabilidad y distribución espacial.
- A diferencia de la temperatura, la precipitación no tiene una relación clara con otros
fenómenos, como los muestra la figura 5.22. Al correlacionarla con la altitud no es evidente
un grado de asociación que permita establecer generalizaciones.
- La precipitación exige varios niveles de análisis para los que sería necesario corroborar
información primaria y secundaria.

Teniendo en cuenta los puntos anteriores, el trazado manual de isoyetas no es tarea


sencilla. En este caso “cobran importancia técnicas que nos permitan manejar la distribu-
ción espacial de precipitaciones, como el radar y satélite, técnicas de análisis capaces de
integrar diferentes tipos de información como los SIG y otras analíticas que trabajen y 127
obtengan las incertidumbres de las estimaciones realizadas, posibilidad relativamente abier-
ta al considerar la aleatoriedad del fenómeno” (Alvarez, 2001) No obstante, el conocimien-
to de la distribución espacial de las lluvias es importante, según Demey y Pradere (1995),
para no sólo comprender sus regímenes, sino “clasificar el espacio geográfico en áreas con
patrones agroecológicos similares, estudiar las diferencias entre patrones de precipitación de
distintos periodos del año (secos, húmedos, subhúmedos), determinar el mejor diseño de
redes para la medición de la precipitación y utilizarlo en técnicas modernas de simulación
de rendimiento de cultivos y áreas para la captación de agua de lluvia”.

5.8 Conclusiones de capítulo


Las isolíneas, como herramientas de análisis espacial, permiten identificar la distribu-
ción y variación de diferentes fenómenos, determinar sus puntos de quiebre o umbrales y
especificar su evolución, además de proporcionar una representación gráfica concreta, ca-
paz de involucrar variables y establecer relaciones en cuanto a la funcionalidad de fenóme-
nos. Su trazado implica ante todo una adecuada interpretación de los mismos, cierta habi-
lidad para aplicar algunos procedimientos que aparentemente son muy dispendiosos, además
de tener en cuenta los siguientes aspectos:

- A pesar de que teóricamente se habla de esta herramienta como líneas que unen puntos
de igual valor, tal aseveración no debe ser tomada de manera estricta en tanto no existe una real
permanencia espacial de los fenómenos.
DISEÑO DE ISOLÍNEAS Y USO DEL PREMAPA

- Partiendo de lo anterior, los rangos o superficies entre isolíneas, es decir la isopleta,


toma mayor importancia en función de la dinámica del fenómeno pero ello implica espe-
cificar los puntos de cambio espacio-temporal, que es la verdadera información que apor-
tan las isolíneas.
- El premapa es una herramienta de apoyo de mucho valor que permite identificar las
verdaderas variaciones de fenómenos que no funcionan de manera independiente y para
los que se requieren diferentes niveles de análisis.
- Las variables visuales más idóneas para representar un mapa de isopletas son el grano
y el valor que siendo aplicables a zonas o áreas, permiten identificar los cambios graduales
de un fenómeno.

128
6. Cartografía Integrada

“Para un estudio fenomenológico de los valores de intimidad del espacio interior,


la casa es, sin duda alguna, un ser privilegiado, siempre y cuando se considere la casa
a la vez en su unidad y su complejidad, tratando de integrar todos sus valores particula-
res en un valor fundamental”.
Gaston Bachelard,
“La poética del espacio”, 2002

El desarrollo de la cartografía ha ido paralelo a su avance técnico, pero también a las inquie-
tudes intelectuales de los geógrafos y, claro está, a sus propuestas teóricas y metodológicas
que buscan concretarse gráficamente por medio del mapa.
En este sentido, las formas de hacer cartografía y específicamente la funcionalidad del
mapa han variado. Inicialmente la cartografía estuvo dirigida a una descripción del medio
natural, y los mapas entonces, se constituyeron en inventarios. Pero cuando surgieron nue-
vas propuestas teóricas alrededor del espacio y la cantidad de datos y la información misma
superó las representaciones cartográficas básicas, se exigió implementar una serie de proce-
sos de análisis y simultáneamente aplicar procesos de síntesis que permitieran un entendi-
miento global de la complejidad de los fenómenos, en términos de su distribución y organi-
zación espaciales.
En el presente trabajo, hasta el momento, se ha hecho una descripción y aplicación de
algunas herramientas de análisis espacial, cuyos procedimientos permiten caracterizar el
comportamiento de un elemento que hace parte de un problema general. En este capítulo
se hará un esbozo de la Cartografía Integrada o de Síntesis, la cual debe diferenciarse de las
herramientas de análisis, para ello consideramos conveniente hacer una breve presentación
conceptual acerca del análisis y la síntesis.

6.1 El análisis y la síntesis


Al anatomista le interesa indagar el cuerpo humano de manera detallada, identificar la
disposición de los órganos, su estructura e investigar acerca de las posibles relaciones entre
las diferentes partes que componen los organismos. Para ello, debe prácticamente descom-
poner el cuerpo, desmembrarlo, separar cada elemento y descubrir sus particularidades. Por
su parte, al médico general le interesa la totalidad funcional del cuerpo; cuando dicha tota-
lidad no presenta las condiciones óptimas, este profesional indaga una serie de síntomas con
los cuales sugiere unos procesos de análisis para encontrar las razones de las afecciones
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

presentadas por la totalidad y proceder a intervenirla, restablecerla o volverla a componer.


Aunque ambos facultativos tienen el mismo objeto de estudio (cuerpo humano) cada uno
procede de diferente manera en la aprehensión del mismo. Sin estar totalmente desligados,
el anatomista analiza, mientras que el médico general sintetiza, aunque ambos están recí-
procamente interesados en el conocimiento del otro.
Según el Diccionario Soviético de Filosofía (1965) análisis y síntesis son dos procesos de
la cognición que se dan en todos sus estadios; el primero está dirigido a la “descomposición
real de un todo en sus partes”, y el segundo a “la reunificación de un todo a base de sus
partes”, lo que significa que siendo dos procesos contrarios no son excluyentes entre sí.
Para Lefebvre (1972) análisis y síntesis son opuestos y a la vez complementarios. “El
análisis penetra en los seres y los rompe, atacando sus partes más vulnerables o accesibles”,
mientras que la síntesis “reconstruye el todo, asegurándose de no omitir nada” ... “rehace en
sentido inverso, el camino recorrido por el análisis”. “El análisis va de lo complejo a lo
simple, del todo a los elementos. Parte de los datos complejos del problema que hay que
resolver para remontarse a los elementos simples que permiten encontrar la solución”, lo
que a su vez define un método, el deductivo. La síntesis por su parte “comienza por los
objetivos más simples y cómodos de conocer -las naturalezas elementales, las evidencias
para ascender poco a poco como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos”,
lo que la identifica con el método inductivo.
Ambos procesos pueden actuar en el campo del conocimiento de manera real o ideal
según González (1876), cuando se “refieren a la descomposición y composición real de los
130 objetos, se denominan reales y objetivos” y cuando “se refieren a la descomposición y com-
posición de los conceptos, o a la aplicación de los principios a las conclusiones, se deberán
denominar racionales o ideales y subjetivas”.
El estudio del espacio geográfico trata de conciliar estos dos procesos. El análisis permite
indagar los componentes espaciales (las partes, lo simple) y estudiarlos de manera separada
por medio del manejo y procesamiento de datos y la obtención de información geográfica
que de respuesta a un aspecto en particular del espacio, aunque no necesariamente a su
totalidad o a otros espacios con características similares. A manera de ejemplo, en el tercer
capítulo fueron expuestas algunas técnicas de análisis para identificar la distribución espa-
cial de algunos datos (medidas de resumen), no obstante, sus resultados se aplicaron a un
caso en particular para el cual dieron una respuesta adecuada. Sin embargo ésta misma
realidad probablemente no se ajusta a otros espacios para los cuales podría proporcionar
ubicaciones erradas en relación con la real oferta espacial.
En palabras de Lefebvre (1972) “el análisis de los seres o de los objetos implica el uso de un
elemento destructor” que permita dirigirse hacia lo simple y que en función del espacio, se puede
relacionar con las diferentes herramientas de análisis. Pero, en atención al término destructor, en
este caso puede entenderse como el riesgo de emplear alguna de estas herramientas, desligada del
concepto de globalidad formulado desde el problema a solucionar, sin olvidar que, de acuerdo
con este último autor, el análisis “no puede ser nunca exhaustivo pues es infinito”.
En términos espaciales, la síntesis por su parte, le da sentido al análisis en la medida en
que busca conservar el todo a partir de conceptos que conectan los resultados aportados por
el análisis para descubrir la variación y distribución de ciertas relaciones subyacentes a los
fenómenos independientes.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

El estudio de una variable en particular, sólo puede dar respuesta a la misma, por ejem-
plo, la temperatura sin otra relación alguna proporciona únicamente los datos de esta (máxima,
mínima, promedio), mientras que la observación de la temperatura en relación con otra
variable, altitud por ejemplo, proporciona información acerca de cómo se relacionan, cuál
depende de la otra y espacialmente cómo se manifiesta esta relación, siendo esto último un
primer nivel de integración.
Como anteriormente se mencionó, los procesos analítico y sintético poseen sus propios
métodos cada uno de los cuales contiene sus reglas particulares. González (1876), presenta
las siguientes reglas para aplicar el método analítico:

1. “Antes de emprender el examen y resolución de una cuestión, es preciso darse cuenta de


la naturaleza de sí misma”. Lo que implica para el caso de la geografía, delimitar el problema de
estudio, centrarse en sus características particulares, en las relaciones que es necesario estable-
cer a su interior y, en cuanto a la aplicación de una herramienta de análisis específica, conviene
estar seguros de su pertinencia y ante todo identificar los datos que son inherentes al problema
teniendo en cuenta sus características: posición, atributos temáticos o variables, relaciones
espaciales y tiempo (ver capítulo 2).
2. “Conviene descomponer la cosa y objeto de que se trata en sus partes, elementos o
principios”. De manera real u objetiva o ideal o subjetiva, como ya se había mencionado. Un
ejemplo de descomposición real y objetiva, fue el aplicado al análisis de redes con la elabora-
ción del grafo para determinar los componentes físicos de la red (nodos y aristas), y hacer
mucho más accesibles sus demás procesos de análisis (ver capítulo 4, figura 4.2). En cuando a 131
la descomposición ideal o subjetiva, el entendimiento y aplicación del “geosistema” como mo-
delo teórico, permite identificar los componentes del paisaje y evidenciar sus relaciones.
3. “Al examinar los elementos o partes del objeto, debe hacerse de manera que no se
pierdan de vista las relaciones entre sí y con respecto al todo que de su unión resulta”. Lo que
significa que cualquier proceso de análisis, no se justifica por sí mismo, sino por las conexiones
que debe conservar con el problema de investigación. El trazado de isoclinas, (ver capítulo 5,
figura 5.9), no era suficiente para determinar áreas de procesos morfogenéticos, estas tenían
una relación directa con determinado tipo de pendiente como disparadora de dichos procesos
(ver capítulo 5, cuadro 5.2), por ello era necesario seleccionar la información aportada en la
primera fase del ejercicio analítico para hacer una reclasificación de la misma y establecer las
verdaderas unidades objeto de estudio (ver capítulo 5, figura 5.10)

Las reglas para el método sintético propuestas por González (1876), son las siguientes:

1. “Conviene exponer de antemano los principios, nociones, definiciones de palabras y de


cosas, que sean necesarias y convenientes para establecer la cuestión y facilitar su conocimiento”.
Sin importar los diferentes procesos de análisis que sea indispensable aplicar durante el desarrollo de
determinada investigación, la síntesis, será constante en la medida en que existan principios o
conceptos que permitan conservar la visión global del estudio. Según Lefebvre (1972) la síntesis
“guía el análisis, evita que se extravíe, evita que crea que agota lo real y que posee, al aislarlos, los
elementos últimos”. Durante el presente capítulo se insistirá en la necesidad de fijar una estructura
conceptual para la delimitación de unidades complejas durante la elaboración de mapas integrados.
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

2. “En cualquier ciencia o tratado se deben exponer las verdaderas cuestiones más
generales, antes de descender a las particulares o concretas”. Para el caso de la Geografía es
aceptar que es una ciencia de síntesis y que como tal puede asumir el reto de entender el
espacio como una realidad compleja. Según Ribeiro (2003), la complejidad está determi-
nada más por la influencia mutua entre las partes que la componen que, propiamente por
su tamaño, o incluso por el número de sus partes.

6.2 la síntesis en geografía


Podríamos considerar la síntesis como el proceso de organización de las partes en un
todo y a la geografía como la disciplina con capacidad de realizar síntesis, en la medida en
que toma el espacio desde una visión holística para descubrir en éste no sólo sus componen-
tes, sino sus procesos, dinámica e interrelaciones. La geografía se vale del conocimiento de
otras ciencias con el propósito de ir más allá de sus tendencias analíticas y proponer una
explicación conjunta en la que se superen los meros análisis superficiales o descriptivos para
buscar explicaciones no sólo entre lo físico y lo humano, sino entre todas aquellas variables
que ameriten el descubrimiento de sus conexiones y la forma como se distribuyen
espacialmente.
Según Holt (1992) “el creer en la síntesis ha sido la teología de la geografía, el objeto
que ha justificado las actividades de los geógrafos”. Hurtado (2000) menciona que en la
antigüedad, los filósofos-geográfos griegos “tuvieron una concepción holística de la geogra-
fía constituida por un conjunto de conocimientos ordenados y sistematizados de la tierra,
132 adquiridos desde los siglos VII y VI antes de la era cristiana”. Para los griegos, era necesario
que la geografía estudiara a la tierra como un todo, pues esta cumplía “el rol de una madre”
en tanto brindaba y jugaba un papel importante en su desarrollo.
En el siglo XIX, de acuerdo con Humbolt y Ritter, citados por Holt (1992), se le debía
otorgar a la naturaleza una visión de unidad puesto que “todos los fenómenos están relacio-
nados y juegan un papel en la misma”. Luego, con la idea de la Geografía Regional, pro-
puesta por Paul Vidal de la Blanche (finales del siglo XIX) se intentó hacer una síntesis
espacial basada en la región. Para Vidal de la Blanche, la región es “un área en la que se ha
desarrollado una estrecha relación entre los seres humanos y la naturaleza a lo largo de los
siglos” (Holt, 1992). Esta definición no pone límites entre los físico y lo humano, sin em-
bargo a este autor se le critica la idea de pensar las regiones como unidades aisladas de las
demás, negando las posibilidades de integración en un contexto general y asumiendo su
carácter singular sin posibilidad de descubrir algunas regularidades entre los mismos en
cuanto a distribución, poblamiento, desarrollo, relación con el medio, etc.
A pesar de todo lo anterior, y de que existen muchos trabajos que incluyen las palabras
síntesis o integración, la geografía durante largo tiempo se mostró como una ciencia de
inventarios con apenas algunos intentos de síntesis. Las posibilidades de hacer síntesis, se
minimizaron aún más, desde el siglo XVII y hasta fines del siglo XIX, como afirma Hurtado
(2000), con el desarrollo del reduccionismo y del mecanicismo. “El reduccionismo implica
reducir el fenómeno de estudio en sus partes constitutivas, suponiéndolas independientes
unas de otras, analizarlas aisladamente para explicar sus comportamientos... lo que dio lugar a
la categorización de fenómenos en clases más y más pequeñas”... “El mecanicismo, supone
que los fenómenos pueden ser explicados en términos de relaciones mecánicas causa-efecto”.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Esta tendencia trajo consecuencias no solo para la geografía sino para todas las demás
ciencias, en tanto indujo al fraccionamiento de las mismas en subdisciplinas y a la aplicación
de procesos especiales de análisis. En el caso específico de la geografía, dicha tendencia fue
evidente en diferentes estudios en los que los análisis condujeron a verdades parcializadas
difícilmente llevadas a la comprensión dentro de la totalidad. De esta forma los estudios
continuaban siendo inventarios ante la imposibilidad de establecer relaciones entre los dife-
rentes procesos analíticos.
No hay duda de que existen tendencias teórico-metodológicas que han fomentado la
idea de síntesis. Con la introducción de la Teoría General de Sistemas (T.G.S) se puede
afirmar que existen mayores posibilidades para aplicar estudios de síntesis. De acuerdo a
Holt (1992) la TGS fue propuesta en 1937 por Bertalanfy “como una vía de unión entre las
ciencias” contraria a la “tendencia en esa época de centrarse en la investigación detallada de
fenómenos por separado”, teniendo en cuenta que “la mayoría de los investigadores busca-
ban explicaciones de causa-efecto”. Para Ribeiro (2003) quien habla de la síntesis como un
proceso cognitivo, “el pensamiento sistémico es un poderoso instrumento de navegación en
el mar de la complejidad. En sistemas complejos, la causalidad pasa a ser no lineal, hace
perder su utilidad, validez y veracidad al mecanicismo científico”... “el análisis nos da cono-
cimiento, pero es la síntesis la que nos permite entender un sistema”. Este mismo autor
insiste en la posibilidad de aplicar el pensamiento multidimensional: circular, horizontal,
vertical y lateral.
La Teoría General de Sistemas adquiere una posición contraria al reduccionismo y al
mecanicismo en tanto “el todo se estudia como un sistema, integrado por un conjunto de 133
elementos interrelacionados” (Hurtado, 2000).
Para Flórez (1997), en el caso particular de la geografía, la Teoría General de Sistemas
permite aprehender como sistemas tanto los hechos sociales como los naturales a la vez que
permite comprender los espacios geográficos resultantes del conjunto de interacciones so-
cio-naturales.
Se entiende entonces, que no basta con identificar los componentes del espacio, estu-
diarlos por separado y evidenciar algunas de sus relaciones, lo que se busca es llegar a la
comprensión compleja de las conexiones tanto estructurales como funcionales de los com-
ponentes espaciales; ello exige identificar las variables involucradas en la dinámica de un
fenómeno, aplicar métodos de análisis que permitan relacionarlas adecuadamente para pos-
teriormente, identificar la fuerza de esa relación en la distribución de dicho fenómeno y
reconocer las unidades resultantes de la misma. La síntesis estará dada por la capacidad de
entender las interacciones, no obstante, dicha capacidad no puede ser ilimitada, ya que los
conceptos, la escala, el problema planteado, sus objetivos y hasta los métodos definen el
nivel de complejidad al que se pretende llegar.

6.3 ¿Qué es la cartografía integrada o de síntesis y cuáles son sus


implicaciones?
La cartografía integrada puede entenderse como un conjunto de procedimientos que
confluyen en la materialización gráfica de algunas estructuras conceptuales cuyo producto
es uno o varios mapas constituidos por unidades complejas. Al producto cartográfico resul-
tante se le denomina mapa sintético o integrado. Según Joly (1982) “se trata de mapas de
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

explicación o de presentación, más que de referencia; que agrupan, por superposición o por
transformación, los datos de varios mapas analíticos, y pueden tomar formas distintas”. Por
ejemplo, un mapa topográfico, presenta diferentes temáticas (curvas de nivel, ríos, infraes-
tructura, etc...) sin embargo contiene un nivel analítico en el que las variables no presentan
relación alguna entre ellas, se puede precisar su distribución espacial permitiendo establecer
sólo algunas inferencias. Cada uno de estos elementos es susceptible de separarse del con-
junto del mapa sin destruir ningún concepto en particular. Un mapa integrado por su parte,
define unidades cuyas características no son separables del conjunto definido por una es-
tructura conceptual.
Según Joly (1982), los mapas sintéticos se clasifican en dos grupos: los mapas de corre-
lación y los mapas tipológicos. Los primeros, “combinan, sobre un mismo fondo, las varia-
bles múltiples cuyas relaciones se quieren explicitar. Su objetivo es poner en evidencia las
relaciones existentes entre varios fenómenos”, no solo con el espacio geográfico. “Los verda-
deros mapas de correlación están especialmente elaborados para dar al lector una visión
directa de la comparación de varios datos, y de las consecuencias que de ella se derivan”. Al
respecto se mostrarán algunos ejemplos. Los mapas tipológicos, “insisten más sobre las com-
binaciones específicas que tienen lugar sobre cada una de las porciones del espacio, que
sobre los elementos analíticos básicos que han permitido definirlas”. Son el producto de
procesos de análisis que han arrojado resultados acerca de la relación entre variables, permi-
tiendo identificar unidades complejas, que definen una jerarquía, taxón o tipología.
Cabe agregar que todo mapa, define de hecho, por lo menos una correlación, entre
134 cualquier fenómeno y la componente espacial, que no es otra cosa más que su distribución.
Por lo tanto pueden definirse distintos niveles de correlación. La búsqueda de los mismos
acerca, según Joly (1982), el trabajo del cartógrafo al del investigador, y establece tres nive-
les específicos:

• El nivel de la información que simplemente da cuenta de la distribución de algunas


variables, permitiendo establecer visualmente posibles relaciones. A este nivel corresponden
los mapas analíticos, que son definidos como: aquellos que “representan la extensión y repar-
tición de un fenómeno dado ( o de un grupo de fenómenos relacionados, o de un aspecto
particular de un fenómeno), sin otro fin que el de precisar sus relaciones con el espacio geográ-
ficos: posición, altitud, alejamiento del mar, orientación, etc”. (Joly, 1982). Son también co-
nocidos como mapas de referencia.
• El nivel de la comparación, que se logra mediante la superposición de algunas capas
temáticas en un mismo espacio geográfico, permitiendo establecer relaciones un poco más
precisas, pero no complejas. Para Brunet (1987), la superposición es una posibilidad de esta-
blecer correlaciones desde el punto de vista empírico, ejercicio común aplicado por los geógra-
fos desde hace mucho tiempo. No obstante, esta práctica no puede hacerse de manera delibe-
rada ya que se corre el riesgo de establecer relaciones espurias entre las distribuciones espaciales
y por ende llegar a conclusiones falsas, haciendo del mapa un instrumento de manipulación.
La conveniencia de este ejercicio estará dado en función de una hipótesis a partir de la cual se
pueden establecer las pautas, para conformar las conexiones necesarias y verificarlas posterior-
mente. Entonces, la confrontación de los mapas debe obedecer a cierto rigor para evitar en lo
posible la formulación de vagas correspondencias.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

• El nivel de comunicación de resultados donde las variables implicadas han sido


correlacionadas mediante diferentes procesos. Los mapas en este nivel muestran unidades de-
finidas conceptualmente en función de las relaciones entre variables y no de la cantidad de
éstas, lo que las hace indisociables. En este nivel se incluyen todos los procesos inherentes a la
Cartografía Integrada.

La construcción de un mapa integrado o de síntesis, implica pensar, en los objetivos del


trabajo o investigación a realizar, los conceptos a manejar, los parámetros explicativos de los
mismos y la metodología a seguir; elementos que se construyen de manera paralela al traba-
jo cartográfico.
Para Rimbert (1991), los elementos característicos que puede contener un mapa, de-
penden de las funciones que se desea que cumpla. En el caso de la Cartografía Integrada, el
mapa se presenta bajo la tercera categoría funcional propuesta por esta autora, como un
“revelador morfológico en tanto su papel esencial es favorecer el descubrimiento y la per-
cepción de formas que son el resultado de procesos, subyacentes escasamente o mal conoci-
dos”. Dichas formas se constituyen en unidades complejas que convierten al mapa en el
reflejo de un sistema complejo.
Los sistemas complejos son definidos por García (1994), como “situaciones caracteriza-
das por la confluencia de múltiples procesos cuyas interrelaciones constituyen la estructura
de un sistema que funciona como una totalidad organizada”... “La característica determi-
nante de un sistema complejo es la interdefinibilidad y mutua dependencia de las funciones
que cumplen los elementos dentro del sistema total”. Por ello identificar una unidad inte- 135
grada exige definir las verdaderas relaciones entre todos los elementos del sistema que no
sólo identifican una estructura, sino un funcionamiento del mismo. Es así como “una es-
tructura determinada no es cognoscible a través del sólo conocimiento de las cualidades de
sus partes, aisladas”... lo que viene siendo el análisis, sino que “es fundamental conocer los
procesos que la relacionan” (Etter, 1995) es decir alcanzar la síntesis o la integración.

6.3.1 La participación de la cartografía integrada en el proceso investigativo


Como ya se mencionó, la obtención de un mapa integrado está directamente relaciona-
da con la metodología a utilizar y dentro de ésta, con los modelos que se establecen para
llegar a una estructura que puede materializarse cartográficamente a partir de unidades
complejas. Toda metodología se define con base en el enfoque teórico elegido y para cada
una de las fases de la metodología, en el caso de la geografía, es conveniente identificar el
curso que va tomando el trabajo cartográfico.
A manera de ejemplo y haciendo la aclaración de que ésta no es la única vía para llevar
a cabo aplicaciones de síntesis cartográfica, tomaremos la siguiente “representación esque-
mática del enfoque sistémico para el estudio y la aprehensión de un objeto complejo”,
(figura 6.1) propuesta por Poinsot (1987) y retomada por Flórez (1987) en el marco con-
ceptual del trabajo “Cartografía integrada del medio natural, Chinchiná-Manizales”:
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

Fig. 6.1 Representación esquemática del enfoque sistémico para el estudio y la aprehensión de un objeto complejo
Fuente: Poinsot, 1987.

Los componentes estructurales del objeto complejo (geosistema) son el biótico, el abiótico
y el antrópico. De estos no sólo se identifican las interacciones internas, también las externas
con el medio ambiente. El sistema modelo no es una fase única y específica dentro del proce-
so de investigación. La modelización interviene por lo menos en tres momentos que según
Flórez (1987) son:

• En la descripción del objeto, el investigador parte de esquemas conceptuales o mode-


los en los que tiene en cuenta la escala de observación y las variables.
• En la etapa de Análisis se utilizan relaciones o “modelos de procesos físico-químicos
para explicar los intercambios de materia, de energía y de información”.
• En la etapa de construcción del modelo dinámico, habiendo descifrado la estructura
y funcionalidad del sistema, la idea es representarlo lo más fielmente posible.

136 Todas las etapas del estudio deben pasar por un Control de Validez en el que se evalúan
los parámetros acordados y la pertinencia de los análisis empleados, con el propósito de
verificar su coherencia, con la realidad y aprobar o no la calidad del modelo en función de
unos objetivos previamente establecidos. Finalmente se obtiene un producto de tipo concep-
tual y/o se definen unas acciones acordes al problema planteado.
En la parte práctica de todo el proceso anterior, el trabajo cartográfico interviene en casi
todas las fases en las que se haga necesario el referente espacial, los mapas analíticos en parti-
cular, van evolucionando hasta obtener un resultado mucho más amplio representado en el
producto integrado.
Por ello es conveniente especificar, cuál es la participación de este tipo de trabajo en cada
una de las etapas.
El objeto de estudio (territorio, paisaje, geosistema...) se presenta como un sistema com-
plejo cuyos componentes estructurales son definidos a partir de unidades y subunidades
homogéneas. Para la definición de las mismas el trabajo cartográfico puede realizarse a través
de ejercicios de fotointerpretación y de observaciones en campo que son pasadas directamen-
te a mapas. La definición de estas unidades depende del criterio del investigador. Bolos (1992)
presenta diferentes opciones para la división territorial en unidades complejas, ver cuadro 6.1
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Cuadro 6.1 Posibilidades de división territorial en unidades complejas.

Unidad Corresponden- Corresponden- Unidad Unidad Relieve Unidad Paisaje Unidad Escala
Paisaje cia escala cia Escala G. Climática Geomorfológico Vegetal Socioeconómica cartografiable.
Tricart Bertrand
I. Zona Cailleux Zona Clima Zonal Sistema Zona - 1/1.000.000
15-100 mill/km2 I morfogenético
II. Dominio Dominio Dominio Dominio Dominio Región 1/500.000 -
15-2000 km2 II climático estructural 1/100.000
III. Megageocora Región Natural Clima Gran valle, gran Distrito Comarca 1/500.000-
1000-2000 km2 III Regional vertiente 1/100.000
IV. Macrogeocora Comarca Clima Local Valle 2do orden, Subdistrito Subcomarca 1/100.000-
100-1000 Km2 IV (Piso vertiente 2do 1/50.000
bioclimático) orden.
V. Mesogeocora Geosistema Mesotopo-clima Sector de Mosaico Local Municipio 1/25.000-
10-100 km2 V (Subpiso) vertiente 1/10.000
VI. Geocora Geofacie Topo clima Mesoforma Célula de paisaje Campo, parcela, 1/10.000-
1-10 km2 VI (Grupo de vegetal pueblo, barrio 1/5.000
geosistemas)
VII. Microgeocora Geosistema Microclima Microforma Tesela Sector de campo, 1/5.000
10-1 km2 VII pueblo, casa
VIII Geotopo Clima estacional Sector de Localidad Vivienda 1/5.000 o
Nanogeocora VIII microforma unifamiliar inferiores
10 m2 Elemento

Fuente: Bolos, 1992.

Nótese que las unidades son presentadas de manera jerárquica, correspondiendo a la idea
de sistema; para Etter (1995) una jerarquía “es una estructura que encapsula subestructuas, y
desde el punto de vista dinámico, un proceso activado por subprocesos”. 137
La fase de interacciones sugiere procesos de análisis y síntesis tanto para identificar la
participación de los elementos dentro del sistema, sus conexiones, sus retroacciones, flujos
de energía, etc., como para empezar a darle forma al modelo. El trabajo cartográfico en esta
etapa consiste en la representación particular de los componentes que intervienen en el área
de estudio. Dicha representación cartográfica puede hacerse en función de su morfología,
su proceso-dinámica y su evolución. Lo que puede ofrecer parámetros nuevos para una
nueva categorización del espacio, que lleva a establecer unidades más complejas.
Cartográficamente esta es un etapa importante dentro de la investigación ya que visualmente
puede ofrecer respuestas a la misma. Los materiales cartográficos a utilizar en ésta fase pue-
den ser fotografías aéreas, imágenes de satélite, mapas base y cartografía temática.
Para llegar a la integración final son de vital importancia las relaciones. Retomando a
Etter (1995) “una estructura determinada no es cognoscible a través del solo conocimiento
de las cualidades de sus partes aisladas, sino que es fundamental conocer los procesos que las
relacionan. Se desprende que lo fundamental es encontrar cualitativa y cuantitativamente
las relaciones entre los elementos que generan una estructura dada”. En esta etapa conviene
trabajar la cartografía factorial, los premapas y los mapas de correlación.
Es así como, otra de las implicaciones al elaborar un mapa integrado o de síntesis, está
dada precisamente por el nivel de los datos utilizados en el mismo, los cuales no necesaria-
mente deben ser del orden cuantitativo, puesto que a partir de la simple observación se
pueden hacer integraciones de tipo empírico-cualitativo. Por ejemplo, cuando se habla de
las estrategias de organización espacial en función de la oferta ambiental, se buscan explica-
ciones que permitan comprender patrones repetitivos, mas no, la formulación de leyes mate-
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

máticas. Erróneamente se puede llegar a pensar que algunos de estos patrones contienen un
carácter determinista 1 , sin embargo obedecen más a condiciones de tipo histórico,
socioeconómico, antrópico y estratégico en la elección de determinado uso espacial.
Simultáneamente a todas las etapas anteriores se ha ido configurando el modelo estructu-
ral y funcional que vienen a definir cada una de las unidades integradas y a partir de lo cual,
se determina su validez teórica en relación con la realidad.
La pertinencia del modelo en términos cartográficos se define con el mapa integrado,
que se presenta como un conjunto de unidades complejas.

6.3.2 Características de una unidad integrada


Las unidades integradas presentan las siguientes características según Bolos, (1992):

• “No son nunca la simple suma de sus componentes, pues de la interacción entre los
mismos se origina una estructura que las convierte en algo básicamente diferente”.
• “Son relativamente homogéneas desde el punto de vista interno, y a su vez contrastan
con las demás”. Entre más pequeñas se hayan identificado las unidades, presentan más homo-
geneidad, lo que amerita el establecimiento de una clasificación o taxonomía.
• “Son discretas o presentan una clara delimitación”, aunque se repitan en áreas diferentes.
• “Presentan una dinámica propia que consiste básicamente en procesos de intercambio y
transformación de la materia y la energía”.
• “Presentan una estructura relacionada con su funcionamiento. El concepto de estructura
138 -ciertamente complejo- podría definirse como la interdistribución de las diferentes partes del
conjunto y su capacidad de interrelación”. Esta estructura es observable en dos planos espacia-
les: el vertical, cuando se hace referencia “a los aspectos concernientes a la distribución de los
componentes” y el “horizontal en lo referente a la disposición de los elementos y de unidades
integradas próximas”, es decir la relación que se establece con las unidades adyacentes. En
cuanto a la estructura temporal, las unidades y sus elementos sufren variaciones que se repiten
periódicamente caracterizando la estructura funcional de la unidad.
• “Posee su propio desarrollo, es decir, presenta una evolución que le es propia y que le
lleva a experimentar cambios en su misma estructura”.

6.3.3 Características de un mapa integrado


De acuerdo a la caracterización anterior, un mapa integrado puede llegar a tener la
siguiente configuración:
1. Presenta unidades con una caracterización específica pero sin desligarse totalmente del
resto del sistema.
2. Muestra las relaciones internas y externas de cada unidad.
3. Permite establecer jerarquías entre las unidades, a partir de procesos o de la incidencia
de un fenómeno en particular.
4. Es dinámico en cuanto muestra la distribución y funcionalidad de algunos procesos.

1
“El determinismo geográfico, como forma concreta del determinismo en general, supone que la libertad del
hombre está dirigida en grado de mayor a menor necesidad por los factores del medio físico, que ejercen una
influencia directa en la constitución física y moral del hombre individual y social”. Estébanez, 1982.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

5. Puede mostrar la evolución de un parámetro de observación a partir de su dinámica


y funcionamiento, en el pasado y el presente.
6. Ofrece una visión gráfica de las potencialidades de uso.
7. Después de definidas, las unidades integradas no pueden descomponerse.

6.4 Algunas aplicaciones de cartografía integrada


Podría decirse que no existen reglas o normas específicas para elaborar un mapa integra-
do. Sin embargo acudiremos a algunas aplicaciones que sirvan para entender, en parte, la
lógica de esta posibilidad cartográfica. A partir de la investigación realizada por Ortíz (1989),
se hará una descripción general de la misma y del mapa integrado de “los geosistemas
cafeteros del Líbano” que presenta; luego se enfatizará en la construcción de la leyenda y
posteriormente se hará la crítica de dos trabajos que aparentemente se exponen como sínte-
sis pero que no logran alcanzar dicha categoría.

6.4.1 Una aplicación de cartografía integrada a partir de conceptos de síntesis


El objetivo del trabajo de Ortíz (1989), era: estudiar la “evaluación del impacto ecológico
y social de la transformación de los paisajes cafeteros en un gran centro de producción de
café (El Líbano) como consecuencia del cambio cultural del sistema de plantaciones”. Para
cumplir con dicho fin, aplicó el método global propuesto por Bertrand (1968) con el pro-
pósito de hacer un estudio integral de los componentes biótico, abiótico y antrópico.
Metodológicamente estructuró la investigación en dos etapas: en la primera aplicó un tra-
tamiento y análisis detallado de la información, para la que utilizó bases topográficas y 139
construyó mapas basados en fotointerpretación y comprobaciones directas en campo; y en
la segunda aplicó un tratamiento integral con base en la identificación de geosistemas. El
geosistema es el concepto de síntesis empleado para la elaboración del mapa integrado.
En cada mapa durante la primera parte, se identificaron los componentes y elementos
de cada fenómeno y los elementos y componentes que tenían relación con el problema
planteado. Los mapas resultantes se describirán a continuación, cada uno de ellos se identi-
ficó con su respectivo nivel de correlación, de acuerdo a la clasificación presentada por Joly
(1982) y mencionada anteriormente, en este mismo capítulo:

• Mapa de zonificación climática y bioclimática del café y de otros componentes del medio
físico, en el que representa el índice de agresividad climática, que permite identificar relaciones
indirectas sobre la estabilidad o inestabilidad de los medios naturales frente a los parámetros
climáticos para constatar la vulnerabilidad de los medios. Dicho mapa consta de unas unida-
des limitadas por isolíneas de agresividad climática, marcadas teniendo en cuenta parámetros
tales como el total de precipitación, su intensidad, frecuencia, número de horas de lluvia,
balance hídrico y el coeficiente de concentración trimestral para determinar los dominios
climáticos y morfoclimáticos. A diferencia de los demás éste mapa puede considerarse como
integrado en tanto presenta un conjunto de unidades complejas resultantes de la correlación
de una serie de variables.
• Mapa morfoestructural con información sobre estructuras (litología, tectónica) y mode-
lados (geoformas y formaciones superficiales), cuyo objetivo es llegar a una análisis inde-
pendiente de los procesos de erosión para determinar la fragilidad natural y la fragilidad
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

adquirida en el área de estudio. Este mapa esta en el segundo nivel de correlación o nivel
de comparación en tanto es evidente la superposición de variables temáticas, pero no la
fusión de las mismas.
• Mapa de pendientes con el identificó los procesos subordinados a este fenómeno para
posteriormente comprender el comportamiento de los parámetros físicos en relación con la
dinámica sobre las vertientes. Es un mapa analítico o de nivel informativo.
• Mapa de uso del suelo que también es de carácter informativo y/o descriptivo en el que se
representan los diferentes cultivos.
• Mapa de cobertura vegetal y utilización del suelo en el que correlaciona dos variables: una
física y otra social, correspondiendo en este caso a un mapa de comparación. Cabe aclarar que
según Joly (1982) “los mapas de ocupación y utilización del suelo son principalmente
fisionómicos, puesto que describen el paisaje en sus relaciones con su entorno físico y huma-
no. Puede dársele también una coloración cuantitativa, cuando la documentación y el nivel de
encuesta así lo permitan. Desde el punto de vista técnico, son necesariamente mapas comple-
jos, que como los geomorfológicos deben combinar de un modo u otro dos tipos de hechos”

Además de la cartografía anterior, realizó levantamientos ecológicos y de reconocimiento


directo sobre el terreno, eligiendo 20 puntos de muestreo y aplicando encuestas de carácter
socioeconómico para “identificar los elementos de funcionamiento fenológico del cafeto”,
teniendo en cuenta las medidas preventivas, el manejo y la conservación hecha directamente
por los agricultores.
140 Durante la segunda etapa elaboró un mapa integrado a partir de los mapas factoriales e
investigaciones sobre el terreno. El factor antrópico fue considerado por Ortíz (1989), como
determinante en la transformación de los paisajes.
En dicho mapa, dividió el área de estudio en cinco unidades generales, que están rela-
cionadas directa e indirectamente con el cultivo de café. En el primer caso, tuvo en cuenta
la franja de café propiamente dicha en términos ambientales y las zonas transicionales (su-
perior e inferior) de este cultivo; incluyó además, la parte inferior del piso andino que es
afectada hidrológicamente por la producción de café. Este tipo de zonificación muestra
claramente las relaciones que pueden establecerse en función de un problema y de ahí la
importancia al aplicar una visión holística o general. “El axioma holístico se fundamenta en
el hecho de que las características de la estructura de un nivel de jerarquía determinado
emergen tanto de las interrelaciones entre, como de las cualidades de sus elementos consti-
tuyentes, y no de las segundas solamente”. (Etter, 1995). Como el objetivo de Ortíz (1989)
es determinar cuál ha sido el impacto en la introducción de una nueva variedad de café,
estableció las relaciones pertinentes que podían llevarla a ese objetivo. En este sentido en-
cuentra adecuado combinar algunos parámetros y es así como al interior de las unidades
generales estableció otras subunidades que guardan una estrecha relación con las primeras y
con el área de estudio en general. Puede decirse que establece jerarquías o subclasificaciones
que son caracterizadas cartográficamente de tal forma que las relaciones sigan siendo visi-
blemente identificables. El mapa integrado resultante presenta las siguientes características
gráficas, que han sido previamente explicadas por la misma Ortiz (1989):
Utiliza la variable visual valor para diferenciar las unidades generales, que vienen a ser conjun-
tos de geosistemas, identificados a partir de sus condiciones ecológicas; de ésta forma asigna:
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

• “Azul, para el sector húmedo y frío (geosistemas de la alta montaña andina por
encima de los 2.300 m).
• Violeta, para los sectores de transición entre la alta y media montaña andina, más húme-
da, fría y nublada (geosistemas de la margen superior fría del café).
• Rojo carmín y rosado, para el sector templado, húmedo y cálido (geosistemas del óptimo
del café).
• Naranja, para el sector seco (geosistemas de la margen inferior cálida del café)”.

Al interior de cada unidad general señala con diferentes tonos de color las variaciones
ecológicas o topográficas específicas y para indicar la fisionomía de cada geosistema, emplea
tramas, así:

• “Color uniforme, para los geosistemas forestales de biomasa densa.


• Líneas horizontales continuas, para los geosistemas pastoriles de cobertura vegetal más o
menos continua y de biomasa estable.
• Líneas verticales para los geosistemas forestales sobre pendientes empinadas, cobertura
vegetal discontinua y biomasa débil.
• Trama cuadriculada para las biomasas cafeteras densas y altamente productivas, en uno o
dos estratos sobre topografía plana y, trama cuadriculada oblicua para las biomasas menos
densas, pluriestratificadas y sobre vertientes de pendiente suave.
• Trama discontinua (o tramas específicas) para biomasas altamente degradadas de los me-
dios cafeteros tradicionales o en curso de tecnificación para otros cultivos diferentes del café”. 141

Cada subunidad representa un geosistema en el que se hicieron evidentes sus compo-


nentes: biótico, abiótico y antrópico, dándole mayor peso a éste último, basándose en el
objetivo del trabajo.
Teniendo en cuenta que, el geosistema, como un sistema en evolución “reúne todas las
formas de energía, complementarias o antagónicas que, actuando dialécticamente las una
sobre las otras, determinan la evolución general de ese paisaje” (Bertrand, 1968), el geosistema
XX, (Figura 6.2) del mapa presentado por Ortíz, muestra “vertientes con cultivos de café
caturra tecnificado de escaso sombrío sobre suelos pardos ácidos de pendiente, (Typic
humitropept) potencialmente inestables”, indica no sólo la participación de cada uno de los
componentes del geosistema, sino que sugiere las relaciones entre los mismos y su grado de
evolución en el que es evidente la participación activa de la acción antrópica cuyo proceso
evolutivo es mucho más preciso en el establecimiento de las geofacies.
Recordemos que para Bertrand (1968) “el geosistema no presenta necesariamente una
gran homogeneidad fisionómica” (aspecto físico); mientras que la geofacie “corresponde a un
sector fisionómicamente homogéneo, donde se desarrolla una misma fase de evolución gene-
ral del geosistema”, en este sentido, Ortíz (1989) muestra para éste geosistema dos geofacies: la
XX1, indica caturrales sometidos a escurrimiento laminar intenso con afloramientos rocosos;
y, la XX2 para “plantaciones de cobertura soquedas y con suelos descubiertos expuestos a
movimientos en masa”; el parámetro homogenizador está dado en función de la dinámica
geomorfológica particular y de su participación antrópica a partir del uso.
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

142

Fig. 6.2 Fragmento, mapa de geosistemas cafeteros del libano (tolima)


Fuente: Ortíz (1989)

Con el propósito de identificar los elementos integradores, que Etter (1995) menciona
como las “características emergentes” entre los diferentes niveles jerárquicos de la estructu-
ra, lo que se puede entender como los atributos conectores entre un nivel y otro de la
jerarquía, en el caso de Ortíz (1989), dichas características emergentes son el producto de
variaciones ecológicas o topográficas específicas que en este caso se identifica con la inesta-
bilidad del medio para el cultivo del café caturra. Los geosistemas de esta unidad pertene-
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

cen a su vez a la clasificación de condiciones ecológicas generales; para este caso el piso subandino
del óptimo del café, vertientes templadas relativamente estables.
Este juego de relaciones e interrelaciones entre niveles jerárquicos, no permite descompo-
ner cada subunidad puesto que siendo complejas por sí mismas, hacen parte de otras unida-
des mucho más complejas. Si pretendiéramos completar toda la jerarquía, probablemente
podríamos reafirmar la idea de Bolos (1991) en cuanto que la mayor y más compleja uni-
dad integrada es el planeta Tierra.
De acuerdo a lo hasta ahora expuesto, en relación con el trabajo de Ortíz (1989) y a las
características del mapa integrado, anteriormente mencionadas, concluimos que dicho tra-
bajo se constituye en un verdadero estudio de integración adecuadamente representado
cartográficamente.

6.4.2 La leyenda en un mapa integrado


Aunque no presenta un producto cartográfico, Villota (1999) muestra el proceso de
manejo de los datos para hacer estudios integrados a partir del sistema de clasificación
fisiográfica propuesto por el CIAF (1992) que “permite sintetizar en una leyenda los atribu-
tos integrados jerarquizándolos desde lo general a lo particular con el ánimo de que puedan
utilizarse a diferentes escalas y con diferentes niveles de detalle”. Parte de una geoestructura,
que define como “el megarrelieve considerado a nivel continental, caracterizado por una
estructura geológica específica relacionada con la tectónica de placas”. Dicho megarrelieve
se subdivide en 5 unidades específicas que expresan niveles y son: la provincia fisiográfica, la
unidad climática, el gran paisaje, el paisaje y el subpaisaje. 143
En el trabajo práctico inicia con la zonificación climática sobre un mapa topográfico y con
base en el sistema de clasificación de Caldas. En dichas unidades se incluye el análisis de variables
especificas tales como: precipitación, evapotranspiración, temperatura, balance hídrico, etc.
Agrega a las anteriores unidades información relacionada con relieve y material geológico.
Esta última información es obtenida a partir de fotointerpretación y sensores remotos con
los que se obtienen subunidades correspondientes al gran paisaje o unidades básicas estruc-
turales dentro de las zonas climáticas.
Al interior del gran paisaje identifica paisajes fisiográficos (p. ej. abanicos, terrazas, mon-
tañas ramificadas) empleando de nuevo fotointerpretación. Por último identifica subpaisajes
que se constituyen en unidades mucho más detalladas y homogéneas (p. ej. laderas, cima,
falta) en las que “se califican atributos morfométricos como la clase de pendiente, el grado
de erosión y la condición de drenaje”.
Teniendo en cuenta el proceso anterior, es necesario hacer algunas observaciones: Villota
(1999) lanza una propuesta de síntesis que en realidad no lo es en el sentido en que describe
un proceso que va de lo general a lo particular, lo que contradice la esencia misma de la
síntesis expuesta anteriormente en este capítulo. Cumple con un proceso analítico en el que
partiendo de una unidad compleja va disgregando subunidades tomando la topografía como
único parámetro y asumiendo condiciones climáticas preestablecidas en otros estudios, sin
indagar en otras posibles relaciones tanto físicas como humanas. En éste último sentido,
enfatiza en la importancia de confrontar posteriormente los factores físicos con los
socioeconómicos, pero desde su propuesta no asume esta relación, su dinámica y evolución
como elementos indispensables en el establecimiento de unidades complejas.
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

La leyenda presentada por Villota, (cuadro 6.2), no contradice su propuesta metodológica


puesto que ella misma es analítica, más no integrada o sintética si se asume esto último
como más que la agregación-disgregación de sus partes. La única conexión que se puede
establecer entre las unidades presentadas en la leyenda es “estar contenido en”, sin embargo
no hay un nivel de síntesis constituido por unidades complejas que sean explícitas en su
funcionamiento.

Cuadro 6.2 Fragmento de la leyenda propuesta por Villota (1999)


Unidad climática Gran paisaje Paisaje y Subpaisaje y Símbolo
material litológico pendientes cartográfico
Montañas ramificadas en filitas y Cumbres irregulares fuertemente quebradas. Mhl.1 1e
esquistos con mantos discontinuos
de ceniza volcánica. Mhl.1 Laderas irregulares Mhl. 1 2fg
moderadas a muy escarpadas.

Tierras medias y Relieve montañoso Montañas ramificadas en granodioritas Cumbres y laderas irregulares Mhl. 2 1e
húmedas Mh fluvio erosional Mhl con manto discontiuo de ceniza volcánica. fuertemente quebradas.
Mhl.2 Laderas inferiores moderadamente Mhl. 2 2c
inclinadas.
Meseta disectada en arenisca tobácea con Cimas concordantes fuertemente onduladas. Mhl.3 1d
manto continuo de ceniza volcánica.
Mhl.3

Fuente: Villota, 1999

144

Fig. 6.3 Leyenda mapa pluviotermico. Cuenca del alto magdalena


Fuente: IGAC (1984)
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

No existe un mapa integrado sin unidades complejas, lo cual técnicamente se hace explícito
en la construcción de la leyenda. En el mapa pluviotérmico de la Cuenca del Alto Magdalena
(1984), la leyenda combina dos variables: temperatura y pluviometría que previamente fueron
correlacionadas con la altitud por medio de premapas. De este cruce de variables, como lo
muestra la figura 6.3, surgen 32 casillas que representan las posibilidades espaciales donde se
cumplen determinadas condiciones, por ejemplo la primera casilla representa una unidad en la
que las precipitaciones son menores a 700 mm y la temperatura es superior a 24ºC. Como
puede observarse, no todas las 32 posibilidades ocurren en la realidad, por ello algunas casillas se
presentan en blanco, por ejemplo, no existe ninguna unidad espacial donde la precipitación sea
mayor a 3.000 mm y la temperatura inferior a 12ºC.
Insistimos que cada casilla, definida por la relación entre temperatura, pluviometría y alti-
tud, representa una unidad espacial integrada, como efectivamente aparece en el mapa; por lo
tanto además de los cinco mapas analíticos (isotermas, isoyetas, curvas de nivel, isopletas de
precipitación, isopletas de tempertatura) que intervinieron en su construcción, existe un sexto
mapa que es el integrado (figura 6.4), en el que se muestran un conjunto de unidades identi-
ficadas dentro de unos rangos de temperatura y precipitación en relación con la altitud. En

145

Fig. 6.4 Unidades integradas. Fragmento mapa pluviotermico. Cuenca del alto magdalena.
Fuente: IGAC (1984)
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

este mapa, se empleó la variable visual valor para representar tanto los diferentes niveles de
precipitación, como los de temperatura, por ello, es posible encontrar en una unidad con el
mismo tono, la distribución de varios niveles de temperatura. Las unidades espaciales resul-
tantes, no presentan el comportamiento de las variables por separado, sino la relación entre las
mismas, sintetizando unidades que vienen a definir un conjunto de condiciones que conser-
van la idea del todo y se presentan así mismas como complejas. La leyenda nos permite descu-
brir el mapa integrado que aparentemente está oculto bajo los mapas analíticos.
A pesar de que las unidades obtenidas fueron el resultado de procesos analíticos, en sí
mismos no son el resultado de la suma de sus partes o su descomposición por separado;
retomando a Lefebvre (1972) dichas unidades son sintéticas en cuanto conservan “un con-
tenido, un movimiento interno” que es más que una simple repetición.
Es común encontrar varios mapas que tienen el título de sintéticos, pero que no cum-
plen con las verdaderas condiciones de una integración, es el caso del mapa de la Cuenca del
Alto Magdalena, (IGAC, 1984) en el que cartográficamente se buscó hacer una “síntesis
socioeconómica” del área. El mapa destinado para ello, (figura 6.5), presenta información
base: ríos, red vial, cabeceras municipales, establecimientos institucionales (centros educati-

146

Fig. 6.5 Fragmento mapa sintesis economica. Cuenca del Alto Magdalena
Fuente: IGAC (1984)
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

vos, hospitales); un inventario del uso actual del suelo y aplica algunas herramientas de aná-
lisis en relación con la población.
Sin embargo este mapa no puede considerarse como integrado porque:

• No maneja un marco conceptual que permita establecer unidades complejas.


• Las unidades presentadas no hacen parte de un sistema estructural.
• Jerarquiza un tema en particular que es la población que para la escala es información
puntual pero no hace parte de una jerarquía entre unidades.
• La información del mapa no hace referencia a una dinámica por ende no es explícito en
cuanto a la evolución.
• No define unidades espaciales integradas o complejas.

El contenido de este mapa no es suficiente para establecer la complejidad del espacio en


cuestión. La sola percepción de los elementos únicamente nos llevaría a un estudio sesgado
y las posibles propuestas de intervención serían erradas al desconocer la participación de
algunas variables e interrelaciones pertinentes al estudio. De acuerdo a la clasificación pro-
puesta por Joly (1982), este mapa corresponde al nivel de información.

6.5 Los sistemas de información geográfica (SIG): Una alternativa para


la síntesis en cartografía
En el primer capítulo se hizo el reconocimiento de los sistemas de información geográfica
como técnicas de análisis espacial con capacidad de trabajar simultáneamente el componente 147
locacional y temático de la información para establecer la distribución de un fenómeno geográ-
fico. Sin embargo, los SIG no deben concebirse únicamente como herramientas de análisis
espacial, pues su capacidad para capturar, almacenar y manejar un gran volumen de datos,
susceptibles de convertirse de manera inmediata en información, realizar cálculos, relacionar
variables y construir modelos predictivos de comportamiento, “una vez se han analizado los
datos espaciales y se conocen las pautas que rigen su modelo de distribución” (Ruiz, 1995),
permite acceder por este medio, a un producto cartográfico integrado, para el que se deben tener
en cuenta las mismas características que hasta ahora se han expuesto en el presente capítulo.
No obstante, la implementación de un SIG, depende en muy buena medida de la
planeación que se haga de la misma antes de emplear la herramienta digital como tal, te-
niendo presente su soporte técnico, sin que éste necesariamente determine el rumbo de la
investigación. Por ello en ésta parte del trabajo se hará énfasis en el ejercicio de planeación
del SIG, en el que la intervención del usuario es definitiva para alcanzar un grado de inte-
gración adecuado, ya que “muchos de los fracasos y desilusiones con los proyectos de SIG
provienen no de las fallas y de los componentes técnicos, sino de la carencia del entendi-
miento del proceso de innovación tecnológica y de la falta de expectativas de todas las partes
asociadas con el proyecto”. (Alzate, 2000)
En el marco de esta alternativa digital, la cartografía integrada puede entenderse como
un conjunto de procesos en los que partiendo de un objetivo definido, se busca:

• reconocer la distribución espacial de un fenómeno,


• identificar sus componentes,
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

• establecer las posibles relaciones entre variables,


• crear modelos de funcionamiento, e
• integrar modelos mediante el empleo de conectores específicos.

Como resultado, se obtiene un mapa sintético o integrado, en el que se evidencia el


desarrollo de un concepto, cuya distribución se establece por medio de unidades complejas.
Partiendo de este conjunto de ideas, a continuación se describirá un proceso de integra-
ción utilizando la herramienta SIG, para lo cual se han establecido tres momentos:
Primer momento: consiste en la identificación del problema y a partir de éste, la defini-
ción de unos objetivos. El trabajo práctico en esta etapa, requiere definir los componentes
del problema, para lo cual se elabora un modelo cartográfico en el que se define un objetivo
general y unos particulares que se concretizan mediante el establecimiento de una serie de
tareas, cada una de las cuales lleva implícito un producto o un posible mapa como resultado
de la relación de un conjunto de subtareas para las que se piensa en sus respectivas variables,
datos y posibles funciones de análisis.
Veamos cómo se llevan a la práctica estos elementos mediante un ejercicio2 .

En la Universidad Nacional de Colombia (Sede Bogotá), se detectó durante el segundo


semestre de 2000, la siguiente situación:
Existían conflictos de tipo espacial manifestados en el mal uso de la malla vial, los
parqueaderos y las zonas verdes y recreativas. Estos conflictos fueron agrupados en dos:
148 aquellos originados en el parqueo inadecuado de carros y aquellos que involucraban la
presencia de peatones.
En cuanto al primero, los automóviles que ingresaban a diario a la Ciudad Universitaria,
propiciaban problemas de congestión e invasión de zonas peatonales, verdes y/o recreati-
vas lo que a su vez desplazaba las actividades propias de estos lugares. Esta situación influ-
yó negativamente en el aspecto ambiental y estético de la Universidad.
El segundo problema, tenía que ver con el peatón y el uso que éste le daba a los parqueaderos,
áreas verdes, recreativas, y malla vial. Esta última resultaba ineficiente para él, ante la ausen-
cia de andenes en algunas áreas, y el conflicto generado por los automóviles que obligaban al
peatón a desplazarse por áreas que le resultaban peligrosas. En ese momento, el estado de
algunas áreas verdes y recreativas manifestaba el impacto que tenía el peatón sobre las mismas
ya sea porque hacía un uso inadecuado de éstas o por su frecuente circulación.

Los dos anteriores problemas exigían la implementación de un plan:

Para las vías era necesario, evaluar, modificar y restringir el uso de algunas de ellas, ya sea para
parqueo o para circulación. Las zonas verdes, recreativas y los parqueaderos, por su parte, re-
querían caracterizarse, evaluarse y elaborar un plan que impidiera la invasión de algunas de
ellas, la redefinición de su uso en otras, y la recuperación y conservación de las restantes.

Por tal motivo se estableció el siguiente objetivo general:


1
El ejemplo empleado para explicar este tipo de integración, corresponde a un trabajo académico elaborado por las autoras,
durante el segundo semestre de 2000, para la materia de SIG II. Dirigido por la profesora Beatriz Alzate.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Caracterizar, identificar y evaluar las áreas en conflicto por parqueo de vehículos y por
mal uso de peatones en la malla vial, los parqueaderos y las zonas verdes y recreativas y
proponer un plan de manejo a través de la utilización de la herramienta SIG.

Además se plantearon los siguientes objetivos específicos:

• Determinar la capacidad actual de los parqueaderos en relación con la cantidad real


de vehículos que los ocupan.
• Identificar algunos espacios que potencialmente pueden ser utilizados como
parqueaderos.
• Especificar las áreas recreativas y de reserva natural y diferenciarlas de las de parqueo.
• Proponer un plan de funcionamiento para las vías.
• Identificar zonas verdes, recreativas y parqueaderos que deben ser readecuados, recu-
perados y conservados.
• Identificar aquellos lugares con ausencia de andenes y proyectar su posible ubicación.
• Determinar áreas verdes y recreativas donde se deben construir senderos y recuperar
la vegetación aledaña.

Las figuras 6.6, 6.7 y 6.8 muestran los modelos cartográficos construidos para cumplir
con los objetivos planteados, nótese que estos incluyen las tareas a realizar, las cuales sugie-
ren un producto cartográfico y la forma como se llegaría a éste teniendo en cuenta algunas
funciones de análisis, variables y atributos. Los conflictos como tal son parte de los concep- 149

Fig. 6.6 Modelo cartográfico 1

Fig. 6.7 modelo cartográfico 2


CARTOGRAFÍA INTEGRADA

Fig. 6.8 Modelo cartográfico 3

tos que definen el problema, sin embargo su plan de manejo, será el que en definitiva esta-
blezca las pautas para lograr la integración cartográfica.
Segundo momento: consiste en pensar el problema en función de la herramienta técni-
ca; lo que sugiere desarrollar un conjunto de formatos que indiquen los requerimientos
para la implentación del SIG, en cuanto a Software, manejo de datos, funciones, represen-
taciones gráficas...
El formato de descripción de las tareas evidencia qué tipo de técnicas de análisis se van
a emplear, qué requerimientos de datos hay en cuanto a entidades (variables), atributos
(datos o características que describen la variable según el problema) y el objeto espacial,
teniendo presente su tipo de implantación.
La descripción de relaciones entre las diferentes entidades o variables se construye a
150
partir de un modelo entidad - relación.
En esta etapa también se prevén, los posibles mapas que pueden surgir de estos dos
primeros momentos con sus respectivos componentes cartográficos. Se resumen además
todos los datos que pueden incluirse durante la implementación de un SIG, a partir de la
elaboración de los siguientes formatos: lista master de datos, lista de tareas, lista de funcio-
nes y matriz relación de tareas
Siguiendo con nuestro caso, los cuadros 6.3, 6.4 y 6.5 describen las tareas a realizar. En
estos es importante destacar que se incluyen la llave de consulta, como elemento integrador
entre la base de datos y el referente espacial.

Cuadro 6.3 Descripción de la primera tarea

Número de identificación de la tarea: 01


Nombre de la tarea: Determinar zonas en conflicto por parqueo inadecuado de carros.
Definida por: Lina María Ortíz y Adriana Madrid
Propósito y descripción: Caracterizar, evaluar y demarcar las áreas en conflicto por parqueo
de vehículos.
Tipo de tarea: Consulta y despliegue, análisis de mapas
Escala: 1: 5.000
Llave de consulta: Cod_Conflict.
Requerimientos de datos:
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Elementos Objeto Espacial Atributos


Vías Líneas Vías para movilización vehicular,
vías donde se parquean vehículos.
Parqueaderos Polígonos Capacidad, área, número real de
carros parqueados
Zonas verdes y Recreativas Polígonos Tipo de área, uso actual.

Cuadro 6.4 Descripción de la segunda tarea

Número de identificación de la tarea: 02


Nombre de la tarea: Determinar zonas en conflicto por mal uso de los peatones
Definida por: Lina María Ortíz y Adriana Madrid Soto
Propósito y descripción: Identificar y evaluar los conflictos ocasionados por los peatones
en relación con la malla vehicular, los parqueaderos y las zonas verdes y recreativas.
Tipo de tarea: Consulta y despliegue, análisis de mapas
Escala: 1: 5000
Llave de consulta: Cod_conflict.
Requerimientos de datos:
Elementos Objeto Espacial Atributos
Estructura vial línea tipo, vías vehiculares usadas
por los peatones, senderos,
caminos. 151
Grupos en parqueo punto Id_
Zonas verdes y recreativas Polígonos tipo, uso

Cuadro 6.5 Descripción de la tercera tarea

Número de identificación de la tarea: 03


Nombre de la tarea: Diseñar un plan de manejo de conflictos originados por vehículos y
peatones en la Ciudad Universitaria
Definida por: Adriana Madrid Soto y Lina María Ortíz
Propósito y descripción: Evaluar y diseñar alternativas de manejo para la solución de
conflictos provocados por peatones y vehículos en su relación con la malla vehicular, la
malla peatonal y las zonas verdes y recreativas.
Tipo de tarea: consulta y despliegue, análisis de mapas
Escala: 1.5000
Llave de consulta: Cod_manejo
Requerimientos de datos:
Elementos Objeto Espacial Atributos
Zonas verdes y recreativas Polígonos estado

La figura 6.9 corresponde al modelo Entidad-Relación que es “una especificación formal


de las entidades, sus atributos y las relaciones entre entidades que participarán en el SIG”….
como puede observarse “cada componente tiene un símbolo gráfico y existen un conjunto de
reglas para construirlo: las entidades son representadas como rectángulos, las relaciones como
152

Fig. 6.9 Modelo entidad-relación


CARTOGRAFÍA INTEGRADA
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Fig. 6.10.a Despliegue del mapa, tarea 1

153

Fig. 6.10.b Despliegue del mapa, tarea 2

Fig. 6.10.c Despliegue del mapa, tarea 3

Fig. 6.10. Despliegue de mapas


CARTOGRAFÍA INTEGRADA

diamantes y los atributos como elipses”. (Alzate, 2000) Cada entidad especifica su respectivo
tipo de implantación. El objetivo de este modelo es representar de forma esquemática la
eventual configuración topológica que debe implementarse. La figura 6.10, es un ejemplo
del posible despliegue de un mapa; el usuario en este momento puede vislumbrar los posi-
bles resultados gráficos que obtendría de acuerdo a la planeación hasta ahora realizada, lo que
exige pensar en las variables visuales que empleará.
Los cuadros 6.6, 6.7, 6.8 y 6.9 sirven para verificar, organizar, evaluar y seleccionar las
representaciones finales para la implementación.

Cuadro 6.6 Lista master de datos

Entidad Atributos Objeto Espacial


Vías v, vehicular_parquear línea
sencami_ línea
Parqueaderos capacidad_ No. Carros polígonos
área
Zonas verdes y recreativas tipo de área polígonos
uso polígonos
estado

Cuadro 6.7 Lista de tareas

154 No. Nombre / tarea Tipo


1 Zonas en conflicto por parqueo inadecuado de carros Consulta y despliegue
Análisis de mapas
2 Zonas en conflicto por mal uso de los peatones. Consulta y despliegue
Análisis de mapas
3 Plan de manejo de conflictos originados por vehículos Consulta y despliegue
y peatones en la Ciudad Universitaria Análisis de mapas

Cuadro 6.8 Lista de funciones SIG

Funciones SIG Funciones SIG genéricas SIG candidatos


Arc/view Idrisi
Despliegue Despliegue en pantalla si si
Despliegue en plotter si si
Consulta Consulta de atributos si
Análisis de mapas Superposición si si
Clasificación si si

Cuadro 6.9 Matriz relación tarea – datos

Tareas vías parqueaderos zonas peatones


verdes
Zonas en conflicto por parqueo inadecuado de carros. x x x
Zonas en conflicto por mal uso de peatones. x x x x
Plan de manejo de conflictos causados por vehículos x x x
y peatones.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Tercer momento: esta etapa es de gran importancia porque consiste en el modelamiento


espacial que se centra en la estructura de las transformaciones que tienen los datos mediante la
utilización de herramientas técnicas como la superposición, clasificación, reclasificación, mo-
delos digitales de terrenos, interpolación, etc. para llegar finalmente a un producto integrado.
La figura 6.11 corresponde al diagrama de modelamiento espacial; los símbolos gráficos
utilizados en este caso son: el triángulo para identificar las coberturas vector, las elipses
hacen referencia a la información temática que debe ser introducida, y las flechas indican no
solo la dirección de los procesos sino las funciones de análisis para obtener el producto
requerido. Cuando las coberturas a emplear son raster, éstas se representan por medio de un
rectángulo; el cuadrado se utiliza para representar archivos de valores ya existentes que
podrían emplearse durante la aplicación.
El modelo se desarrolló de la siguiente forma para cada una de las tareas:

Primera tarea: Con base en una salida de campo, inicialmente se identificaron las vías
vehiculares en las que se parqueaban automóviles, calificando estas últimas como las más
conflictivas. Los parqueaderos se evaluaron en función de su capacidad y del número real
de carros que los utilizaban, en este sentido se señalaron como los más conflictivos aque-
llos cuyo número de vehículos superaba su capacidad y aquellos que no presentaban nin-
gún uso. Las áreas verdes y recreativas en conflicto se seleccionaron de acuerdo a su tipo y
uso, teniéndose en cuenta, principalmente, aquellas que eran utilizadas como parqueaderos.
La visualización de estos conflictos se hizo mediante la utilización de las funciones de
consulta y despliegue. Posteriormente se realizó un análisis de mapas a través de la función 155
de superposición entre las capas de conflicto por uso inadecuado de parqueaderos y con-
flicto por parqueo en zonas verdes y recreativas. Sobre este último se desplegó la capa de
conflicto por parqueo sobre vías con el propósito de visualizar la primera tarea denomina-
da: “Conflicto por parqueo inadecuado de vehículos”. (Ver figura 6.12)
En cuanto a la función de Consulta, a manera de ejemplo, se señalarán algunos de los
interrogantes realizados. Lo que se hace con la intención de ver qué tan efectivo puede
resultar el trabajo y qué otras alternativas de consulta existen:

• ¿Cuáles son los parqueaderos que utilizan toda su capacidad?


• ¿Cuáles son los parqueaderos cuya capacidad es superada por el número real de vehículos
que se parquean?
• ¿Cuáles son los vehículos cuya capacidad es superior al número real de carros?
• ¿Cuáles son los parqueaderos cuya capacidad es mayor o igual a su capacidad real?

En zonas verdes y recreativas se consultó:

• ¿Qué tipo de zonas verdes y recreativas son utilizadas como parqueaderos?


• ¿Qué tipo de zonas verdes y recreativas son utilizadas como peatonales?
156

Fig. 6.11 Diagrama de modelamiento espacial


CARTOGRAFÍA INTEGRADA
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Fig. 6.12 Conflicto por parqueo inadecuado


157
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

Segunda Tarea: Para determinar las áreas en conflicto por presencia de personas, se reali-
zó una clasificación de las vías vehiculares seleccionando aquellas de mayor uso por parte
de los peatones; de igual forma se escogieron los parqueaderos con constante presencia de
personas; por último se identificaron y separaron las áreas verdes y recreativas con fuerte
incidencia peatonal y aquellas que con anterioridad se habían clasificado como mixtas, o
que eran utilizadas para diversas actividades (deportivas, descanso y peatonales).
Las funciones empleadas fueron consulta y despliegue. Posteriormente se hizo una su-
perposición entre las capas con conflicto por peatones en parqueaderos y conflicto por
peatones en áreas verdes y recreativas. Sobre esta se desplegó la capa de conflicto por
presencia de peatones en la malla vehicular, obteniéndose finalmente la figura 6.13)

Tercera Tarea: De la capa de la tarea 1 se seleccionaron únicamente las áreas con conflicto
por parqueo; de igual forma de la cobertura de la tarea 2 se seleccionaron las áreas con
conflicto ocasionado por peatones. Previamente se había realizado una clasificación por
estado de las zonas verdes y recreativas en tres tipos: buenas, regulares y malas. Luego se
escogieron únicamente las regulares y las malas con el propósito de obtener los sitios más
intervenidos.
Esta última capa se superpuso con las dos primeras para obtener un mapa que mostrara el
conflicto total. A partir de este se realizó un plan de manejo al que se le superpusieron
laszonas verdes y recreativas en buen estado, a las que también se les asignó un manejo; de
igual forma se estableció un plan para las vías en conflicto. Finalmente se obtuvo una
158 cobertura correspondiente a la tarea 3 en la que se muestra el plan de manejo total (ver
figura 6.14):

Para las vías se asignaron las siguientes soluciones:


• Construir andenes y prohibir parquear, para aquellos segmentos viales con ausencia de
andenes, que eran constantemente utilizados por peatones y como parqueaderos.
• Vías donde se permite parquear: se seleccionaron aquellas vías, algunas abiertas, otras
cerradas en donde se hacía posible parquear automóviles sin causar traumas tanto para los
peatones como para el tránsito vehicular.
• Vías donde se prohíbe parquear: se escogieron aquellas vías que definitivamente no debían
ser utilizadas para parqueo puesto que generaban problemas de circulación.
• Vías destinadas únicamente para circulación: fueron seleccionadas aquellas vías que por su
importancia (circulares) sólo debían ser destinadas para la movilización de vehículos.

El plan de manejo para las zonas verdes y recreativas se estructuró de la siguiente forma:

• Readecuar áreas deportivas en aspectos tales como colocar gramilla, nivelar campos, crear
drenaje y demarcarlos de acuerdo al reglamento.
• Recuperar vegetación y prohibir parqueo específicamente en las áreas verdes que eran utili-
zadas comúnmente para parquear y que presentaban un notable deterioro vegetal.
• Recuperar vegetación en aquellas zonas que estaban medianamente afectadas o que no
eran constantemente utilizadas pero presentaban cierto deterioro.
MADRID, A. & ORTÍZ, L.

Fig. 6.13 Conflicto por presencia de peatones


159
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

160

Fig. 6.14 PLan de manejo


MADRID, A. & ORTÍZ, L.

• Construir sendero y recuperar área verde aledaña en las zonas que eran fuertemente
afectadas por la circulación peatonal y que por tanto, ameritaban la construcción de un
sendero y la recuperación vegetal de la restante área.
• Conservar las zonas verdes y recreativas que no presentaban deterioro pero que requerían
atención.
• Destinar únicamente como parqueaderos aquellos que eran utilizados frecuentemente por
grupos de personas, ocasionando problemas en la movilización de los vehículos.
• Destinar para parqueo de visitantes el parqueadero de ingeniería que tiene una capacidad
para 210 vehículos y de los cuales se utilizaban menos de la mitad. Algunos de ellos pre-
sentaban un notable abandono.

Como se observa, la figura 6.14 no muestra ni uno, ni otro conflicto, sino la distribu-
ción espacial de un plan de manejo (tarea 3) que es el resultado de un proceso interno,
donde se halló la incidencia de los conflictos para llegar al establecimiento de unidades que
sugieren una nueva forma de manejo, de estas últimas, no pueden sustraerse los conflictos
inicialmente planteados.
Cabe recordar que, en este caso, toda la información utilizada para implementar el
sistema de información geográfica, se originó en prácticas de campo; observaciones directas
que igualmente fueron primordiales para establecer prioridades, hacer valoraciones tanto
cuantitativas como cualitativas y plantear soluciones.
Los tres momentos expuestos, no solo presentan una descripción formal del proceso de
implementación de un SIG, en ellos está implícita la síntesis en su capacidad de integrar 161
variables y ofrecer productos cartográficos cuyas unidades son el resultado de la combina-
ción de unos hilos conceptuales, cuya organización depende estrictamente del usuario y no
de la aplicación informática. Las relaciones establecidas desde el momento mismo de la
planeación son las que conservan la idea de globalidad, siendo de vital importancia recono-
cerlas antes de construir la base de datos, aplicar funciones de análisis y obtener un resulta-
do gráfico.

6.6 Conclusiones de capítulo


Pensar el espacio como una totalidad es algo innegablemente ambicioso, sin embargo
no se trata de ello, sino de tener la capacidad de descubrir en éste, todos aquellos elementos
que hacen explícito cierto orden dentro del espacio cuya comprensión requiere en algunos
momentos estudiar sus componentes por separado (análisis) pero sobre todo conservar una
estructura y explicación funcional global (síntesis) que permita darle sentido a cualquier
investigación en pro de una mayor certeza en la toma de decisiones.
Si tenemos en cuenta que la Geografía es “la ciencia que produce el conocimiento de las
relaciones estructurales y funcionales entre la sociedad y la naturaleza, que ocurren en el
espacio geográfico” (Departamento de Geografía, UN, 1993); la Cartografía Integrada res-
ponde en muy buena parte al objetivo fundamental de esta ciencia aportando herramientas
prácticas para ello. Ahora bien, si se entiende la Cartografía como un conjunto de procedi-
mientos que permiten descifrar el espacio en términos estructurales, funcionales y evoluti-
vos, esta herramienta ofrece facilidades en la identificación de sus limitaciones y potenciali-
CARTOGRAFÍA INTEGRADA

dades en procura de un mejor uso, aprovechamiento y planeación de éste, convirtiéndose en


una buena fuente para el ordenamiento territorial, las evaluaciones de impacto ambiental, los
estudios de paisaje, entre otros.
Todo proceso de cartografía integrada, implica o supone, una construcción teórica, con-
ceptual, analítica, sintética y metodológica que parta de los parámetros necesarios y conve-
nientes para llegar a un mapa integrado. Por ello mismo, la simple suma o superposición de
datos no puede ofrecer resultados concretos si no se ha establecido una relación pertinente
entre variables, que minimice el riesgo de congestionarse de información.

162
Consideraciones finales

Teniendo en cuenta que al final de cada capitulo se plantearon algunas consideraciones


en relación con el uso de las herramientas, a continuación nos limitaremos a presentar las
conclusiones relacionadas con el análisis y la síntesis espacial, y solo determinados aspectos
generales de las técnicas expuestas.
Cumplimos con el objetivo de mostrar una forma de trabajo cartográfico en un medio
en el que la explicación de procedimientos es escasa, especialmente para temas como el uso
del premapa, el trazado de isolíneas y la construcción de cartografía integrada, los cuales se
constituyeron en el verdadero aporte de este trabajo. Llenamos en parte, el vacío conceptual
y procedimental alrededor de estos temas por medio de ejemplos y aplicaciones, algunas
basadas en información secundaria y otras de nuestra autoría con el propósito de hacer
mucho más didáctico el ejercicio.
Con el fin de exponer el alcance de la representación cartográfica en la investigacion
geográfica, se enfatizó en la diferencia entre dos términos que suelen confundirse: análisis y
síntesis espacial. Es importante reconocer el gran número de trabajos de corte analítico y la
escasez de trabajos integrados, aún sabiendo la propuesta de la geografía como disciplina de
síntesis, ante la complejidad misma que representa la distribución de situaciones actuales y
la necesidad de establecer relaciones y explicaciones coherentes.
El término análisis espacial ha sido utilizado de manera indiscriminada para referirse a la
investigación geográfica; consideramos necesario volver a repetir que dicho término agrupa
un conjunto de procedimientos empleados para darle un tratamiento particular a algunos
datos y resolver tan solo una parte de un gran problema planteado.
La síntesis cartográfica, por su parte, se define como un proceso global cuyo objetivo es
la definición gráfica de unidades complejas que hacen parte de una construcción concep-
tual mayor donde se evidencian claramente su estructura y funcionalidad. Este proceso no
excluye las técnicas de análisis espacial y es el encargado de darle cierto direccionamiento al
trabajo investigativo.
Por lo anterior, es preciso tener claro, antes de utilizar cualquier técnica de análisis y
síntesis espacial: el problema a investigar, la conceptualización a emplear, elegir una meto-
dología y seleccionar las herramientas precisas sin olvidar la posibilidad de verificar la vali-
dez en la aplicación de cualquiera de estas herramientas.
Debemos aceptar que el trabajo de campo, aunque no fue tratado, -siendo una actividad
inherente al geógrafo-, permite comprobar la pertinencia en la utilización de determinada
herramienta de análisis espacial y/o proceso de síntesis puesto que posibilita confrontar la
realidad con los resultados obtenidos ya sea para corregir posibles errores o involucrar varia-
bles que no se habían tenido en cuenta.
En cuanto a la disposición actual de numerosos datos, las técnicas de análisis espacial no
deben primar sobre el proceso investigativo, pues es el investigador quien selecciona los
datos y aplica una herramienta, no en función de ésta última, sino del problema a solucio-
nar. Es así, como estas deben ser entendidas como un soporte para la labor del geógrafo.
Los procedimientos presentados, en cada caso, plantean una exigencia mínima de cono-
cimientos matemáticos y estadísticos. Tanto para información cuantitativa como cualitati-
va, se requiere capacidad organizativa a partir de conceptos de clasificación que permitan
entender la distribución espacial en función de las variables tratadas.
Es imposible desconocer que muchos de los procedimientos planteados en el presente
trabajo, pueden desarrollarse por medio de un Sistema de Información Geográfica, sin
embargo, los procesos manuales permiten hacer un seguimiento cercano de la forma como
se llegan a obtener resultados. No puede negarse tampoco, que la implementación de un
SIG exige el cumplimiento de ciertos requerimientos que harán posible el trabajo.
Tenemos claro que no todos los problemas pueden solucionarse por medio de técnicas
de análisis y síntesis espacial; existen fenómenos sociales que no son fácilmente medibles
exigiendo otro tipo de tratamiento. No obstante, esto último no puede presentarse como
una justificación para dejar de lado la posibilidad de utilizar algunas de estas opciones.
Consideramos conveniente conciliar todas las posibilidades y ante todo abordar los proble-
mas con calidad, tanto humana como técnica.
164 Este trabajo nos deja la satisfacción de haber recorrido no sólo unos contenidos de la
geografía, sino también varias formas de representación cartográfica. Sabemos que la cober-
tura temática es relativamente corta, en comparación con el mar de posibilidades existentes
para lograr representaciones cartográficas. Es así, que invitamos a darle continuidad a este
primer intento.
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