Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Una anecdota sobre el poder del Pensamiento Positivo contada por Norman Vicent Peale.
“Un día, jugando al golf, di un golpe con un efecto a la pelota, y ésta, desviándose de la pista,
fue a parar a la maleza.
Un muchacho que andaba por ahí rastrillando las hojas secas se acercó para ayudarme a
encontrarla, y con cierta cortedad me dijo:
-¿Cuándo?- le pregunté.
-¡Ah!- dijo sorprendido , -no tiene por que ser hoy… en cualquier momento…
-Cualquier momento nunca llega- le contesté, -espéreme en el hoyo 18 dentro de media hora
y conversamos.
-Yo quisiera llegar a algo distinto de lo que estoy haciendo ahora, pero no sé qué.
1/3
El poder del pensamiento positivo
-¿Cómo voy a saber cuándo? ¡Cuando sea! Quiero llegar a ser algo, algún día.
Enseguida le pregunté qué era lo que hacía mejor, y me contestó que no hacía nada muy
bien y que no sabía qué era lo que hacía mejor. Cuando lo interrogué acerca de lo que le
gustaba hacer, pensó un rato y replicó que en realidad no había nada que le gustara en
especial.
-Entonces, está usted en esta situación: quiere algo, pero no sabe qué; tampoco sabe
cuándo espera alcanzarlo. Además, no sabe qué es lo que puede hacer mejor, ni qué es lo
que le gusta hacer. ¿Estamos?
-Soy un fracasado.
-Nada de eso. Lo que pasa es que no está usted organizado ni enfocado. Tiene una
personalidad agradable, una buena cabeza, y el deseo de mejorar; y ese deseo está tratando
de motivarlo. Me gusta usted y tengo fe en usted.
Le recomendé que se dedicara durante dos semanas a pensar en su futuro, que decidiera
claramente qué meta buscaba, y que escribiera esa meta en el menor número posible de
palabras. Enseguida debía calcular el tiempo que podría razonablemente tardar en alcanzar
dicha meta. Le aconsejé que escribiera estas decisiones en una tarjeta y que después volviera
a verme.
Puntualmente se presentó a las dos semanas, transformado en otra persona, por lo menos
espiritualmente. Estaba enfocado y mejor organizado.
Ya sabía lo que quería: aspiraba a ser gerente de planta en la compañía para la cual
trabajaba.
Me explicó que el actual gerente debía jubilarse al cabo de cinco años, y su meta era que
entonces le ofrecieran a él ese puesto. Durante esos cinco años el joven de mi historia
aprendió tanto acerca de su oficio y desarrolló tanta capacidad de dirección, que cuando por
fin quedó vacante el cargo no tuvo competidores.
De eso hace ya unos cuantos años y debo agregar que todavía desempeña el puesto y se ha
hecho indispensable para la compañía. Alcanzó la meta que se propuso después de aquella
charla en el campo de golf. Está satisfecho y feliz.
2/3
El poder del pensamiento positivo
Fijación de metas
Pensamiento positivo
Visualizaciónr
Fe
3/3