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UAPA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLINICA
PRESENTACION
Nombre:
Norman Paulino
Matricula:
14-7961
Carrera:
Psicología Clínica
Materia:
Psicopatología II
Trabajo:
Actividad I
Profesor/a:
Ramona Jiménez
Sección:
GV
Redactar un reporte tomando en cuenta la etiología y tratamiento de los trastornos
por estrés agudo y pos traumático, relacione a su vez las diferentes dimensiones.
El trastorno por estrés agudo es un cuadro de carácter agudo que aparece como consecuencia de la
exposición a un evento traumático. Las manifestaciones clínicas aparecen dentro del plazo de una hora
posterior al psico-trauma. Existen criterios estandarizados que aparecen recogidos en el manual estadístico
de enfermedades mentales1 y permiten un diagnóstico adecuado de esta entidad.
En el trastorno por estrés agudo un elemento central es el trauma psíquico, es decir, el impacto emocional
de un determinado suceso capaz de provocar una serie de manifestaciones físicas y psicológicas
El acontecimiento traumático ha sido definido por la Asociación Psiquiátrica Americana como aquella
situación psicológicamente estresante que sobrepasa el repertorio de las experiencias habituales de la vida
(como puede ser un duelo simple, una enfermedad crónica, una pérdida económica o un conflicto
sentimental), que afectará prácticamente a todas las personas y que provocará un intenso miedo, terror y
desesperanza, con una seria amenaza para la vida o la integridad física personal o de un tercero
Se trata de un suceso de características particulares, identificable (situaciones de combate, explosiones,
catástrofes, accidentes, maltrato, abuso o cualquier otra situación de violencia física o psíquica), que se
produce en forma sorpresiva, inexplicable y brutal, provocando súbitamente una amenaza para la integridad,
para sí o para terceros, que se encuentra fuera de las experiencias cotidianas del sujeto y sobre la cual no
se puede ejercer ningún control3.
Ante una situación de estrés, existe un compromiso de todo el organismo; no obstante el cerebro es el
órgano central de la respuesta fisiológica, psicológica y del comportamiento ante el estrés4. El uso de
escalas y la aplicación de técnicas electrofisiológicas y psicofisiológicas resultan de gran valor como métodos
complementarios en el diagnóstico de esta entidad.
El trastorno por estrés agudo puede ser secundario a una lesión grave o una amenaza a la integridad física.
Ante este tipo de situación, el individuo responde con una serie de reacciones cognitivas, conductuales,
emocionales y físicas todas ellas orquestadas por un órgano rector: el cerebro. Se presenta el caso de una
paciente con un trastorno por estrés agudo que aparece tras ser agredida en su puesto laboral. Se trata de
una mujer de 55 años, con antecedentes de un adecuado desempeño laboral, que después del evento
traumático comienza a presentar cambios conductuales evidenciados por irritabilidad, miedo, ansiedad,
nerviosismo y sobresaltos. No quiere salir sola a la calle, aqueja malestar al recordar el evento traumático y
pérdida de su estabilidad emocional y laboral. Cuando se realiza la evaluación, la paciente se encontraba
bajo tratamiento con antidepresivos y ansiolíticos. Se recomienda integrar estudios electrofisiológicos,
psicofisiológicos y métodos de evaluación clinimétrica como complemento en el diagnóstico de esta entidad.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un problema de salud mental que se desencadena por
un evento aterrador. Los síntomas pueden incluir escenas retrospectivas, pesadillas y ansiedad severa, así
como pensamientos incontrolables sobre el evento.
Muchas personas que pasan por situaciones traumáticas tienen dificultades para adaptarse y hacer frente
durante un tiempo. Pero con el tiempo y el cuidado de sí mismo, este tipo de reacciones traumáticas
generalmente mejoran. En algunos casos, sin embargo, los síntomas pueden empeorar o durar meses o
incluso años. A veces se puede sacudir por completo su vida. En un caso como el presente, es posible que
el trastorno de estrés post-traumático. Los síntomas del trastorno de estrés postraumático por lo general
comienzan dentro de los tres meses de un evento traumático. En un pequeño número de casos, sin embargo,
los síntomas de TEPT pueden no aparecer hasta años después del evento.
Los síntomas del trastorno de estrés postraumático se agrupan generalmente en tres tipos: recuerdos
intrusivos, aumento ansiedad, o la excitación emocional.
Irritabilidad o enojo
Culpa o vergüenza abrumadora
El comportamiento auto-destructivo, como beber demasiado
Problemas para dormir
Mayor facilidad para sobresaltarse o asustado
Escuchar o ver cosas que no existen
Violación
Negligencia infantil y el abuso físico
Abuso sexual
Ataque físico
Ser amenazado con un arma
Reconozca las cosas que no puede cambiar. Aceptar que no puede cambiar ciertas cosas le permite
dejarlas ir y no alterarse. Por ejemplo, no puede cambiar el hecho de que debe conducir durante la hora
pico. Pero puede buscar maneras de relajarse en el trayecto, como escuchar un podcast o un audiolibro.
Evite las situaciones estresantes. Siempre que le sea posible, aléjese de la fuente del estrés. Por
ejemplo, si su familia discute en los días festivos, dese un descanso y salga a caminar o a dar una vuelta
en el auto.
Haga ejercicio. Realizar actividades físicas todos los días es la mejor y más fácil manera de lidiar con
el estrés. Al hacer ejercicio, su cerebro libera químicos que lo hacen sentir bien. También puede ayudarle
con su energía reprimida o su frustración. Busque algo que disfrute, ya sea caminar, montar en bicicleta,
jugar softball, nadar o bailar, y hágalo por al menos 30 minutos la mayoría de los días.
Cambie su perspectiva. Intente desarrollar una actitud más positiva ante los desafíos. Puede hacerlo
reemplazando los pensamientos negativos con pensamientos más positivos. Por ejemplo, en lugar de
pensar, "¿por qué siempre todo sale mal?", cambie esa idea por, "puedo encontrar una manera de
superar esto". Puede parecer difícil o tonto en un principio, pero podría descubrir que esto le ayuda a
dar un giro a su perspectiva.
Haga algo que disfrute. Cuando el estrés lo tenga decaído, haga algo que disfrute para ayudar a
ponerlo de pie de nuevo. Puede ser algo tan simple como leer un buen libro, escuchar música, ver su
película favorita o salir a cenar con un amigo. O comience un nuevo pasatiempo o clase. Sin importar lo
que elija, intente hacer al menos una cosa al día que sea solo para usted.
Aprenda nuevas maneras para relajarse. La práctica de técnicas de relajación es una gran manera
de lidiar con el estrés del día a día. Las técnicas de relajación le ayudan a disminuir el ritmo cardíaco y
reducir la presión sanguínea. Existen muchos tipos, desde respiraciones profundas y meditación hasta
yoga y taichí. Tome una clase o intente aprender de libros, videos o recursos en línea.
Conéctese con sus seres queridos. No deje que el estrés se interponga entre usted y su vida social.
Pasar tiempo con familiares y amigos puede ayudarle a sentirse mejor y olvidarse del estrés. Confiar
sus problemas a un amigo también puede ayudarle a resolverlos.
Duerma lo suficiente. Descansar suficientemente durante la noche puede ayudarle a pensar con más
claridad y a tener más energía. Esto hará que sea más fácil manejar cualquier problema que pueda
surgir. Intente dormir entre 7 y 9 horas todas las noches.
Consuma una dieta saludable. Comer alimentos saludables ayuda a darle energía a su cuerpo y su
mente. Evite los refrigerios con altos contenidos de azúcar y consuma muchas verduras, frutas, granos
integrales, lácteos reducidos o libres de grasas y proteínas magras.
Aprenda a decir que no. Si su estrés viene de realizar demasiadas tareas en casa o en el trabajo,
aprenda a establecer límites. Pida ayuda a los demás cuando la necesite.