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1. Ejercitando El Diálogo Conyugal.

Canto: Un día a la vez


Oración inicial.
Salmo: 143(142)

A. Ver (ubicar)

El diálogo entre los cónyuges en el matrimonio, que era abundante en el


noviazgo, con la rutina diaria de la vida matrimonial se vuelve escaso o
desaparece.
Preguntas para la reflexión
1. ¿Cómo está nuestro diálogo conyugal?
2. ¿No tenemos tiempo o no nos hacemos de tiempo?
3. ¿Hablamos de nosotros, o de cosas, de los demás?

La mayor parte de nosotros tenemos temor al dialogo, por las diversas


circunstancias tales como algún día me puedes abandonar, separar o hasta
divorciar; otros piensan si comparto mi vida me rechazaras o si te manifiesto
lo que siento ya no te gustare, es por eso que cubrimos nuestro miedo con
una simulación de enojo o resentimiento que nos mantiene alejado como
pareja.
Si cualquiera de los dos cae en el engaño de compartir el ser como una forma
de maniobra o pasatiempo, todo se destruirá. Por eso se pide que el acto
dialogo se tome con un corazón bondadoso y sensible, porque lo que se
comparte es un regalo para uno del otro. Hay tantas cosas que compartir esta
el pasado, las risas, los llantos, los fracasos, lo recuerdos pero también
existen los éxitos. También debo compartir mis secretos escondidos, mis
esperanzas y mis valores.

B. Orientar
Amoris laetitia.

138. Desarrollar el hábito de dar importancia real al otro. Se trata de valorar


su persona, de reconocer que tiene derecho a existir, a pensar de manera
autónoma y a ser feliz. Nunca hay que restarle importancia a lo que diga o
reclame, aunque sea necesario expresar el propio punto de vista. Subyace
aquí la convicción de que todos tienen algo que aportar, porque tienen otra
experiencia de la vida, porque miran desde otro punto de vista, porque han
desarrollado otras preocupaciones y tienen otras habilidades e intuiciones.
Es posible reconocer la verdad del otro, el valor de sus preocupaciones más
hondas y el trasfondo de lo que dice, incluso detrás de palabras agresivas.
Para ello hay que tratar de ponerse en su lugar e interpretar el fondo de su
corazón, detectar lo que le apasiona, y tomar esa pasión como punto de
partida para profundizar en el diálogo.
140. Tener gestos de preocupación por el otro y demostraciones de afecto.
El amor supera las peores barreras. Cuando se puede amar a alguien, o
cuando nos sentimos amados por él, logramos entender mejor lo que quiere
expresar y hacernos entender. Superar la fragilidad que nos lleva a tenerle
miedo al otro, como si fuera un «competidor». Es muy importante fundar la
propia seguridad en opciones profundas, convicciones o valores, y no en
ganar una discusión o en que nos den la razón.

141. Finalmente, reconozcamos que para que el diálogo valga la pena hay
que tener algo que decir, y eso requiere una riqueza interior que se alimenta
en la lectura, la reflexión personal, la oración y la apertura a la sociedad. De
otro modo, las conversaciones se vuelven aburridas e inconsistentes. Cuando
ninguno de los cónyuges se cultiva y no existe una variedad de relaciones con
otras personas, la vida familiar se vuelve endogámica y el diálogo se
empobrece.

Leer y profundizar la siguiente lectura 1ª. Pedro 3, 7-8.

C. Realizar.

Ejercicio de dialogo.
Para este ejercicio se prepara un espacio ideal y confortable para el dialogo
de pareja de la siguiente manera:
1. Salón adornado.
2. Mesa con manteles decorados, dos sillas, globo de corazón o una rosa
natural que estará en la mesa.
3. Una carta con indicaciones de dialogo, que estará en la mesa de las parejas.
4. Tazas para café y servilletas.
5. Instalar una mini cafetería, para que las parejas hagan uso de ella.
6. Equipo de sonido, para acompañar con música instrumental o canciones
favoritas de las parejas.
Se inicia en un lugar diferente al salón adornado con el canto, oración inicial, lectura
del salmo y una introducción al tema. Posteriormente se invita a trasladarse al salón
donde se llevara a cabo el ejercicio de dialogo para que esto sea una sorpresa.
Se someterán a las indicaciones que tenga la carta de dialogo, al concluir el ejercicio
se invita de 2 a 3 matrimonios a compartir la experiencia vivida y se culmina
entonando un canto propuesto (Espíritu Divino).
D. Celebrar.
Ante un altar que deberá contar con un Cristo, Biblia, Cirio y un ramo de flores, se
forman en un círculo a las parejas participantes para compartir alguna experiencia
vivida en el momento y se culmina con una Oración y canto.
Carta de dialogo.
Es importante tener en cuenta este momento íntimo, es un
momento para dar posibilidad al diálogo. Sugerimos someterse
estrictamente a cumplir de ella las indicaciones. También
recomendamos que el hombre lleve la iniciativa de este
momento.
1. Observa el lugar, escucha la música, ¡tenías idea de esto! ¿Qué
te hace pensar?, ahora pregúntale a tu pareja si sabía algo al
respecto. Ahora a disfrutar el momento.
2. Tienes una cafetería, es momento de invitarle un café o algo
que le agrade a ella de lo que hay. Atiéndela como si fuera la
última cita con ella.
3. La rosa que se encuentra ahí, hazle saber que tú la escogiste
para ella, con una expresión de amor que recuerde los mejores
momentos de cuando la enamoraste
4. En el matrimonio cuando se intenta dialogar un problema o
situación alguna, por lo general termina en discusión si no se
llega a un acuerdo. Hoy es el momento de poner en práctica el
saber dialogar, sin discutir y sin lastimar a tu pareja.

5. Hoy dialoguen una situación que no han podido superar, y


finalicen con alegría y paz.
6. Disfruten las melodías, talvez una de ellas es tu canción
favorita que en algún momento se la dedicaste.
7. Un detalle no basta para que ella sienta cuanto la amas,
necesitas palabras de amor, ternura, comprensión. Es el
momento de expresarlas.
8. El ingrediente “DIALOGO” en el matrimonio es la pieza clave
para un futuro feliz de la familia.
9. En este último paso espera las indicaciones del matrimonio
guía, para culminar nuestro dialogo ante el altar.

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