Você está na página 1de 2

En la actualidad, gran parte de los tratamientos que se realizan en la clínica son debidos a patologías

que afectan a la pulpa y al periápice. La pulpa es un tejido ricamente vascularizado e inervado,


delimitado por un entorno inextensible como es la dentina, con una circulación sanguínea terminal
y con una zona de acceso circulatorio (periapice) de pequeño calibre. Todo ello, hace que la
capacidad defensiva del tejido pulpar sea muy limitada ante las diversas agresiones que pueda sufrir.

El tejido pulpar también puede ser afectado por una infección retrógrada, a partir de los canalículos
secundarios, desde el ligamento periodontal o desde el ápice durante un proceso de periodontitis.
Debido a que la patología periapical va casi siempre precedida de una afectación de la pulpa,
describiremos en primer lugar las causas de enfermedad pulpar y a continuación las causas de la
patología periapical. De dicha etiología dependerá la evolución y la clasificación de estas
patologías.(1)

Según Lasala A, existen dos problemas desde hace varias décadas que no permiten llegar a un
acuerdo sobre el conocimiento de la patología pulpar, el cual es importante para la planificación de
una terapéutica racional:

El primero de estos es la casi imposibilidad de conocer y diagnosticar la lesión histopatológica. El


odontólogo recopila los datos clínicos y radiográficos y luego de una forma metódica y ordenada
puede llegar a un diagnóstico anatomopatológico, pero por desgracia, en la mayor parte de los casos
no existe una correlación entre los hallazgos clínicos y los hallazgos histopatológicos, lo que significa
una frustración en el deseo de conocer con detalle el trastorno pulpar: "objetivo básico para
planificar un tratamiento".

El segundo problema es de índole semántica, ya que las distintas terminologías y clasificaciones


publicadas por los investigadores, muy razonadas y de gran valor científico sin duda, han provocado
controversias y disidencias, sin facilitar en ningún momento su aplicación clínica y asistencial,
objetivo este que debería ser primordial en la elaboración de una clasificación o de una
terminología.

Varios investigadores como Mitchell y Tarplee 1960, Baume y Fiore-Donno 1962, Pheulpin y cols.
1967, Seltzer y Bender 1965, Hess 1967, etc citados por Lasala 1988 (3) están de acuerdo en que las
clasificaciones netamente histopatológicas son importantes en la investigación científica, pero para
la práctica profesional, para ayudar en la decisión con de un plan de tratamiento acertado debe
preferirse una clasificación clínica o terapéutica y en cuanto a esto a habido bastante controversia,
incluso a través de los años numerosos autores han propuesto diversas clasificaciones de patología
pulpar. 2

Años más tarde se clasifico las patologías pulpares y periapicales según estadios pulpares dando
lugar a la siguiente clasificación:

Patologías pulpares:

- Pulpa sana
- Pulpitis reversible
- Pulpitis irreversible sintomática
- Pulpitis irreversible asintomática
- Necrosis pulpar

Patologías periapicales:

- Tejidos periapicales sanos


- Periodontitis apical sintomática
- Periodontitis apical asintomática
- Absceso apical agudo
- Absceso apical crónico(2)

Dejando así en claro que el criterio utilizado por Walton y Torabinejad para esta clasificación es la
progresión inflamatoria de la patología.

En conclusión, podemos decir que

1. López J. Etiología , clasificación y patogenia de la patología pulpar y periapical. Med Oral


Patol Oral Cir Bucal. 2004;9(1):52–62.
2. Bakland LK. Clasificación clínica de patología pulpar y periapical basada en la propuesta de
la Asociación americana de endodoncia de diciembre de 2009. Rev Odontos [Internet].
2010;12(35):40–3. Available from:
http://www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php?method=showDetail&id_revista=258&id
_seccion=4207&id_ejemplar=7001&id_articulo=70066

Você também pode gostar