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Parte de: “nuestra comunidad de sujetos que participan en general en la misma cultura y
que se suscriben, en un contexto dado, al mismo sistema de convenciones. ¿Cuáles?”
1) Reconocemos en el texto una identidad en sí, una singularidad y una unidad. Las
condiciones de esa identidad, singularidad y unidad permanecen muy
enigmáticas pero las juzgamos intocables. Hay un comienzo y un fin en este
cuento, cuyos bordes o límites nos parecen garantizados por cierto número de
criterios establecidos por leyes y convenciones positivas. Todo esto está
garantizado por un conjunto de leyes que tienen su propia historia.
2) El texto tiene un autor. La ley exige y garantiza que haya una diferencia entre la
supuesta realidad del autor – Franz Kafka – y los personajes ficticios dentro del
cuento. Esta historia de convenciones es muy reciente y todo lo que garantiza
permanece esencialmente débil, tan frágil como un artificio.
Entre las obras que nos han legado, hay Sin embargo, sin querer anular las diferencias
aquellas en las cuales la unidad, la identidad y y mutaciones históricas al respecto, se puede
el acabamiento permanecen problemáticas estar seguro que, de acuerdo a las
porque nada puede permitirnos decidir con modalidades que son cada vez originales,
toda seguridad si el estado incompleto del estos problemas se originan en cada período y
corpus es un accidente real o una simulación, para cada obra.
el simulacro deliberadamente calculado de
uno o varios autores, contemporáneos o no.
Hay y ha habido obras en las cuales uno o una
multiplicidad de autores son escenificados
como personajes sin dejar signos o criterios
rigurosos para distinguir entre sus dos
funciones o valores.
Se puede afirmar que la cuestión fue muy mal expresada o que, cuando se trata
de la literatura, no podemos hablar de que una obra pertenece a un campo o una
clase, que no existe algo así como una escena literaria o un dominio propiamente
literario y rigurosamente identificable como tal; o, por cierto, que este nombre
de literatura tal vez está destinado a permanecer impropio, sin conceptos y sin
referencia segura, sin criterio, de modo que la “literatura” tendría algo que ver
con el drama del nombre y el nombre de la ley.
No obstante….
Objetivo: penetrar la doble cuestión (quién decide, quién juzga y con qué derecho, lo
que pertenece a la literatura) y sobre todo, hacer comparecer ante la ley al enunciado
mismo de esta doble cuestión.
Insistamos con la topología. El sentido del título traza una indicación topológica: “ante
la ley”. El mismo nombre (el título es un nombre), el mismo grupo de palabras no
tendría el mismo valor si apareciera en otra parte, en lugares no prescritos por la
convención. En este caso, “Ante la ley” es a su vez la expresión del inicio del cuento.
Aunque se puede presuponer que ambas expresiones tienen el mismo sentido, ellas son
homónimas en vez de sinónimas, porque las dos ocurrencias de la misma expresión no
nombran la misma cosa. No tienen ni el mismo referente ni el mismo valor. Una nombra
al conjunto del texto – el nombre del texto –; la otra designa una situación, el sitio
donde el personaje está localizado dentro de la geografía interna del cuento.
La ley – en Kant
Se trata de un espacio donde es difícil decir si el cuento de Kafka propone una elipsis
filosófica o si la razón práctica pura (ley) guarda en ella misma algo de lo fantástico o
de la ficción narrativa.
La ley sin estar ella misma atravesada por la Ley y cuento comparecen y aparecen juntos,
literatura, ¿compartiría sus condiciones de sin embargo, nada se presenta verdaderamente
posibilidad con la cosa literaria? en esa comparecencia. Y que esto nos es dado
a leer no significa que tendremos prueba o
experiencia de ello.
¿Aquello que nos mantiene detenidos ante la “Ante la ley” es el cuento de esta
ley, como el campesino, no es también eso inaccesibilidad, de esta inaccesibilidad al
que nos paraliza y nos retiene ante un cuento, cuento, a la historia de esa historia imposible,
su posibilidad e imposibilidad, su el mapa de ese trayecto prohibido: sin
inteligibilidad o ininteligibilidad, su necesidad itinerario, sin método, sin camino para
y su prohibición, y también aquellas acceder a la ley, a eso que en ella tendría
cuestiones de la relación, de la repetición, de lugar, al topos de su evento.
la historia?
La pregunta del campesino trata del camino
de acceso: ¿no se define la ley justamente por
su accesibilidad?
La ininteligibilidad ya no se opone a la
inteligibilidad. Y quizás el hombre es el
campesino en tanto que no sabe leer o que, La investigación histórica condice a la
sabiendo leer, aún se relaciona con la relación hacia la exhibición imposible de un
ininteligibilidad en eso mismo que parece sitio y de un evento, de un tener-lugar donde
darse a leer. Quiere ver o tocar la ley, quiere surge la ley como prohibición.
aproximarse, “entrar” en ella, porque quizás él
no sabe que la ley no es para ver o tocar, sino
para descifrar. Este es quizás el primer signo
de su inaccesibilidad o del retardo que ella
impone al campesino.
El fracaso (de la muerte del padre) favorece la Evento sin evento, evento puro donde nada
reacción moral. Entonces, la moral nace de un ocurre, eventuidad de un evento que requiere
crimen inútil que en el fondo no mata a nadie, y anula la relación en su ficción. Nada nuevo
que viene demasiado pronto o demasiado ocurre y, sin embargo, este nada nuevo
tarde, que no pone fin a ningún poder y, a inauguraría la ley, las dos prohibiciones
decir verdad, que nada inaugura ya que, antes fundamentales del totemismo, asesinato e
del crimen, debía ser ya posible el incesto. No obstante, este evento puro y
arrepentimiento y, por lo tanto, la moral. puramente presumido marca un desgarro
invisible en la historia. Se parece a una
ficción, a un mito, a una fábula.
La ley se calla y de ella no se nos dice nada. El mismo tópico sin lugar propio, el mismo
Nada, su nombre solamente su nombre común atópico, la misma locura difiere la ley como
y nada más. la nada que se prohíbe y como el neutro
que anula las oposiciones. Este atópico
anula lo que tiene lugar, el evento mismo.
¿Qué autorizaría a juzgar que este texto Si sustraemos de este texto todos los
pertenece a la literatura? Y, desde esto, ¿qué elementos que podrían pertenecer a otro
es la literatura? Me temo que esta cuestión se registro (información cotidiana, historia,
queda sin respuesta. ¿No traiciona la pregunta saber, filosofía, ficción, etc.) sentiremos
una vez más a la rústica simplicidad de un oscuramente que eso que opera y se conduce
campesino? en este texto guarda relación esencial con el
La pregunta está infatigable en toda época juego del enmarcar y la lógica paradójica
de los límites que introducen una suerte de
perturbación en el sistema “normal” de la
referencia.
Esto no es aún suficiente. Las condiciones de El texto está vigilado por sus guardianes
posibilidad del enmarcar se mantienen muy (editor, traductores, críticos, universitarios,
generales y valen para otros textos. archivistas, bibliotecarios, juristas); solo
puede establecer la ley si un sistema de leyes
más poderoso lo garantiza.