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El autismo es un trastorno neuropsiquiátrico, que generalmente se manifiesta durante los

tres primeros años de vida, y se caracteriza por el síndrome congénito que afecta
directamente tanto a las relaciones afectivas y sociales del niño como a la propia
comunicación más básica del mismo. Varios estudios indican que dicha afección se
presenta aproximadamente en 4 de cada 1000 partos. Las causas de su aparición, hoy en
día, siguen siendo totalmente desconocidas, por lo que actualmente se define el autismo
infantil como un trastorno del desarrollo.

Tipos de autismo

Los trastornos generalizados del desarrollo (TGD), entre los que se encuentra el autismo, se
caracterizan porque los afectados tienen dificultades para desenvolverse en diversas áreas:
la comunicación (verbal y no verbal), la interacción social, y la realización de actividades,
que se ve limitada en número y presenta un patrón repetitivo y monótono.

El Manual Estadístico y Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM) en su última revisión,


DSM-IV, incluye cinco trastornos bajo la categoría de los Trastornos Generalizados del
desarrollo: trastorno autista, síndrome de Asperger, síndrome de Rett, trastorno de
desintegración infantil, y trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

El diagnóstico diferencial entre los diversos trastornos se establece atendiendo aspectos


como el grado de desarrollo del lenguaje, la edad en que aparecieron los primeros síntomas
y la severidad del trastorno. No existen pruebas médicas específicas que determinen de qué
trastorno se trata y, por lo tanto, el diagnóstico de los distintos tipos de autismo se basa en
la observación de las manifestaciones clínicas y entrevistas con el paciente y su familia.

Autismo infantil o síndrome de Kanner: es una afectación en mayor o menor grado de


las tres esferas principales del autismo (interacción social, lenguaje verbal y corporal, y
restricción de comportamientos con acciones muy repetitivas e inmotivadas).

Síndrome de Asperger: forma bastante leve de autismo en la cual los pacientes no son
capaces de interpretar los estados emocionales ajenos (carecen de empatía). Estas personas
son incapaces de relacionar la información facilitada por el entorno y el lenguaje corporal
de las personas acerca de los estados cognitivos y emocionales de estas. Mantienen un
desarrollo normal tanto del lenguaje como de su situación intelectual.

Síndrome de Rett: trastorno cognitivo raro (afecta aproximadamente a 1 de cada 10.000


personas, principalmente del sexo femenino) que se manifiesta durante el segundo año de
vida, o en un plazo no superior a los 4 primeros años de vida. Se caracteriza por la
aparición de graves retrasos en el proceso de adquisición del lenguaje y de la coordinación
motriz. En un porcentaje alto de los pacientes se asocia con retraso mental grave. En un
porcentaje alto de los pacientes se asocia con retraso mental grave o leve. El proceso de
deterioro cognitivo es persistente y progresivo.
Trastorno de desintegración infantil: aparece un proceso súbito y crónico de regresión
profunda y desintegración conductual tras 3-4 años de desarrollo cognitivo y social
correctos. Habitualmente existe un primer periodo de síntomas característicos (irritabilidad,
inquietud, ansiedad y relativa hiperactividad), al que sigue la pérdida progresiva de
capacidades de relación social, con alteraciones marcadas de las relaciones personales, de
habla y lenguaje, pérdida o ausencia de interés por los objetos, con instauración de
estereotipias y manierismos. Suelen presentar crisis epilépticas.

Trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS): Se diagnostica a


niños que presentan dificultades de comunicación, socialización y comportamiento, pero
que no cumplen los criterios específicos para el diagnóstico de ninguno de los otros
trastornos generalizados del desarrollo.

Con frecuencia las causas del autismo son desconocidas;

Aislamiento social.

Dificultades para comunicarse (lenguaje, mímica...).

Patrones estereotipados de conducta, es decir, gestos o expresiones que se repiten sin


variación.

Causas del autismo en niños

No se conocen con exactitud las causas, pero es probable que tanto el factor genético como
el ambiental, desempeñen un papel fundamental en esta enfermedad.

Se ha descubierto que existen ciertos genes que están relacionados con el desarrollo del
autismo. Además, estudios realizados a personas con autismo demuestran que tienen
irregularidades en varias regiones del cerebro.

Prevalencia

Este trastorno lo pueden presentar individuos de cualquier raza y cultura, y con diferentes
niveles socioeconómicos. Sin embargo, la incidencia en niños es cuatro veces mayor que en
niñas.

A nivel mundial se estima que 5 de cada 10.000 personas presentan autismo clásico. La
prevalencia aumenta si se tiene en cuenta a los niños que tienen síntomas más leves,
aumentando entonces la cantidad a 21 de cada 10.000 personas.

Aunque en muchos casos se sospecha que se debe a cambios o mutaciones en los genes, no
todos los genes involucrados en el desarrollo de esta enfermedad han sido identificados.
Las investigaciones científicas han relacionado la aparición del autismo en el niño con las
siguientes causas:
Agentes genéticos como causa del autismo: se ha demostrado que en el trastorno autista
existe una importante base genética. En estudios clínicos desarrollados con mellizos, se ha
observado que cuando se detecta el trastorno en uno de los hermanos, existe un alto
porcentaje (en torno a un 90%) de probabilidades de que el otro hermano también lo
desarrolle. Si el estudio se ha llevado a cabo en el ámbito familiar, las estadísticas muestran
que existe un 5% de probabilidades de aparición en el neonato en el caso de que tenga un
hermano con el trastorno, que es una probabilidad bastante superior a la que tendría en el
caso de que no existieran antecedentes documentados en su familia. Estos datos indican
claramente una carga genética ligada al trastorno autista. Las investigaciones tienen por
objeto determinar los genes involucrados en la aparición del trastorno, y ya han establecido
la relación directa entre la inhibición del gen de la neuroligina NL1 y el desarrollo de
autismo, aunque se sabe que hay más genes implicados. De hecho, se establece que deben
estar presentes hasta 15-20 alteraciones genéticas a la vez para que se exprese de manera
completa el autismo. Algunas teorías, incluso, tratan de relacionarlo con el síndrome del X
frágil.

Agentes neurológicos como causa del autismo: se han constatado alteraciones neurológicas,
principalmente en las áreas que coordinan el aprendizaje y la conducta, en aquellos
pacientes diagnosticados de trastornos del espectro autista. Particularmente, la epilepsia
está relacionada con el autismo, pues un tipo concreto, el síndrome de West, desarrolla
autismo hasta en una quinta parte de los casos y viceversa.

Agentes bioquímicos como causa del autismo: se han podido determinar alteraciones en los
niveles de ciertos neurotransmisores, principalmente serotonina y triptófano.

Agentes infecciosos y ambientales como causa del autismo: determinadas infecciones o


exposición a ciertas sustancias durante el embarazo pueden provocar malformaciones y
alteraciones del desarrollo neuronal del feto que, en el momento del nacimiento, pueden
manifestarse con diversas alteraciones como, por ejemplo, trastornos del espectro autista.

Otras posibles causas del autismo: se han estipulado otras razones, como las
complicaciones obstétricas durante el parto, el abuso de drogas como la cocaína por parte
de la mujer embarazada, o el uso de medicamentos antiepilépticos, aunque su base
científica no está absolutamente demostrada.

Características del autismo en los niños

Los trastornos del espectro autista pueden variar ampliamente en los síntomas manifestados
y en la gravedad de estos, pudiendo pasar completamente desapercibidos en el caso de que
los síntomas sean muy leves, o se encuentren enmascarados por otras patologías más graves
o con sintomatología más marcada.
Aunque el diagnóstico del autismo siempre debe ser realizado por un equipo
multidisciplinar (neurólogo, psicólogo, psiquiatra, terapeuta del lenguaje y, en ocasiones,
otros profesionales especialistas en este tipo de trastornos), existen ciertos síntomas que
pueden hacer sospechar de la presencia de este trastorno. Estos síntomas son:

Síntomas del autismo en el primer año (lactante)

El bebé muestra escaso interés por el entorno.

Es capaz de permanecer un tiempo prolongado en la cuna sin requerir atención.

Ausencia de respuesta al abrazo de la madre.

Al cabo de cuatro meses de vida no muestra sonrisa social.

Pueden existir muestras de alegría no justificadas en casi ninguno de los casos de tipo
social.

No muestra interés ni respuesta ante el rostro materno.

No es capaz de diferenciar a los familiares.

Ausencia de interés social.

Indiferente al juego y carantoñas.

Llanto no justificado de tiempo prolongado.

Ausencia de respuesta ante la verbalización de su nombre.

Segundo y tercer año

Ausencia de respuestas emocionales hacia los familiares más cercanos (padres, abuelos,
hermanos, etc).

Ausencia total o falta muy intensa de comunicación verbal.

Ausencia total o falta muy marcada de contacto visual.

Desarrollo de movimientos repetitivos estereotipados (automecerse, golpearse la cabeza,


aletear las manos).

Carencia de respuesta dolorosa.


Temor ante los ruidos.

Llanto no controlable sin agente causal aparente.

Ausencia de juego con objetos.

Retraso en la adquisición de hábitos de higiene personal.

Control de esfínteres ausente o deficiente.

Síntomas del autismo en la niñez

Mismos rasgos distintivos que en etapas anteriores, pero tienden a acentuarse en lugar de
atenuarse, como en el resto de los niños.

No son capaces de vestirse solos correctamente sin supervisión externa.

No se relacionan con otros niños y no tienden al juego social ni imaginativo, prefiriendo la


soledad.

Tendencia compulsiva al orden de los objetos (alineación de las cosas). Por lo general, el
niño suele mostrar patrones de interés anormales en intensidad y enfoque, y son muy
restringidos (muestra interés anormal y excesivo por un abanico escaso de cosas).

Comunicación de vivencias y autoexperiencias bajo o inexistente.

La comunicación verbal es escasa y defectuosa. En muchos casos de tipo repetitivo e


inusual.

Aparición de arrebatos contra sí mismo o contra el entorno, sin aparente agente causal, y de
intensidad elevada.

Existen diversos síntomas que pueden ayudar a saber si un niño padece autismo:

Indicadores precoces:

No balbucea ninguna palabra al año de edad.

No señala ningún objeto hasta los 12 meses.

No responde a su nombre.

No pronuncia palabras hasta los 16 meses, o frases de dos o más palabras hasta
aproximadamente los dos años.

No establece un contacto visual correcto.

Alinea de manera excesiva los juguetes u otros objetos.


No sonríe ni muestra receptividad social.

Indicadores tardíos:

No tiene interés en hacer amigos.

No es capaz de comenzar o mantener una conversación.

Es poco imaginativo a la hora de jugar.

Utiliza un lenguaje repetitivo.

Tiene rutinas y cualquier intento de modificarlas le genera una gran angustia.

Muestra un apego excesivo a determinados objetos.

Síntomas del autismo en la adolescencia-adultez

En esta etapa los síntomas son similares a los del retraso mental, ya que dependen de
factores como:

Lenguaje: presentan dificultades para expresar necesidades, lo que puede ocasionar


frustración y otras alteraciones emocionales.

Hábitos de autoayuda: el sujeto tiende hacia la independencia en labores en las que suele
precisar ayuda externa para su correcta ejecución, tales como higiene personal,
alimentación, vestimenta. Solo a través del entrenamiento precoz el sujeto podrá lograr esa
independencia de ejecución.

Diagnóstico del autismo en niños

El médico hará un cuestionario a los padres para reunir toda la información posible sobre la
conducta y el desarrollo del menor. Si existen sospechas de que el niño pudiera padecer este
trastorno se le someterá a una evaluación integral, en la que participan un psicólogo, un
neurólogo, un psiquiatra, un terapeuta del lenguaje, y otros especialistas capacitados para
diagnosticar a los niños con autismo.

Lo mejor es un diagnóstico precoz, y ya se dispone de medios para detectar este trastorno


antes de los 24 meses de edad.

El diagnóstico del trastorno autista se compone de distintas pruebas cognitivas y de


lenguaje, así como una evaluación neurológica detallada. El objetivo de estas pruebas,
además del propio diagnóstico de la enfermedad, es descartar que se trate de otras
patologías, como los trastornos de audición o la esquizofrenia (aunque las personas con
esquizofrenia pueden mostrar determinadas conductas de carácter similar al autismo, por lo
general sus síntomas no suelen manifestarse hasta el final de la adolescencia o el comienzo
de la edad adulta, y suelen presentar alteraciones de percepción como alucinaciones y
delirios, inexistentes en las personas con trastornos del espectro autista).

En función del grado de afectación y las habilidades comprometidas, los sujetos son
diagnosticados de un tipo u otro de alteración del espectro autista. Así, los niños con
síntomas autistas pero con habilidades de lenguaje bien estructuradas y desarrolladas,
suelen ser diagnosticados de “Síndrome de Asperger”, mientras que si reúnen un conjunto
marcado de síntomas de carácter autista, pero no los suficientes para conformar autismo
clásico, se suele realizar un diagnóstico de “Trastorno generalizado del desarrollo no
especificado”.

Se está trabajando para que un futuro cercano el diagnóstico pueda ser más objetivo, basado
en aspectos biológicos, mediante la identificación de ciertos procesos metabólicos alterados
que puedan detectarse mediante un análisis de sangre.

Prevención del autismo

Ninguno de los trastornos del espectro autista tiene cura, todas las terapias están enfocadas
a la paliación de los síntomas y a la mejora de la calidad de vida del paciente. La terapia
suele ser individualizada y ajustada a las necesidades que precisa cubrir el sujeto,
consiguiendo mejor pronóstico cuanto más precoz sea su inicio. El tratamiento del autismo
en este sentido suele incluir:

Intervenciones conductuales educativas: se realizan tanto en el sujeto diagnosticado de


autismo, como en su ambiente familiar cercano. La terapia consiste en una serie de sesiones
cuyo objetivo es la obtención de capacidades intensivas y de alta estructuración, orientadas
a que los sujetos desarrollen habilidades sociales y del lenguaje. Se suele emplear el
Análisis Conductual Aplicado. La terapia incluye también a las personas que conforman el
entorno del sujeto (padres, hermanos, educadores, etcétera), a fin de prestar un apoyo a
estos en el desarrollo de la vida diaria con una persona diagnosticada de trastorno autista y
en la adquisición de habilidades para relacionarse con esta persona.

Intervenciones emocionales y psíquicas: tienen como objetivo la adquisición y desarrollo


de habilidades emocionales de expresión y reconocimiento de sentimientos, desarrollo de la
empatía… Al igual que las intervenciones sociales educativas, la terapia incluye el círculo
social cercano, con los que se trabaja también la expresión de sus sentimientos,
frustraciones, impresiones, etcétera, hacia el sujeto con trastorno autista.

Medicamentos: no existen medicamentos específicos para el tratamiento del trastorno


autista, por lo que se emplea siempre terapia paliativa de la sintomatología desarrollada por
el sujeto. Así, si existen convulsiones, se prescriben uno o varios anticonvulsivos
específicos, y si existe impulsividad o hiperactividad, se recurre al empleo de
medicamentos de uso habitual en pacientes con trastorno de déficit de atención. Los
medicamentos más habituales administrados a estos pacientes son los ansiolíticos,
antidepresivos y los empleados en el trastorno obsesivo-compulsivo. En la actualidad los
más utilizados son la fluoxetina y paroxetina (antidepresivos) y la risperidona
(neuroléptico).

En la mayoría de los pacientes la sintomatología presenta una buena evolución con el


diagnóstico y el tratamiento precoces. Por lo general, cuanto antes se inicie la terapia, mejor
es el pronóstico del paciente; no obstante, algunas variables presentan una evolución
bastante negativa, al tratarse de alteraciones en las cuales el sujeto presentó una evolución
correcta de las habilidades hasta determinada edad, en la que se produjo un retroceso
progresivo no controlable.

Existe un porcentaje de pacientes que son capaces de desarrollar una vida personal y laboral
independiente o con un grado de apoyo bajo, aunque lo habitual es que los pacientes
precisen apoyos y servicios externos a lo largo de toda la vida.

Tratamiento del autismo en la infancia

Una intervención a tiempo, apropiada e intensiva, mejorará el pronóstico de los menores


con autismo. Actualmente, existen diferentes programas educativos y de comportamiento
para tratar al niño autista, que incluyen actividades constructivas y ayudas visuales que
resultan útiles.

Terapia conductual: consiste en el entrenamiento de comportamientos empleando la


psicología conductista; se estimulan las actuaciones deseables, y se limitan los indeseables.
Tanto los padres como los educadores deben ser adiestrados previamente para poder
realizar esta terapia con los niños.

Programa de educación especial: orientado a favorecer el desarrollo del lenguaje


comunicativo y la interacción con otras personas. Las escuelas a las que acuda el menor
deben tener material adecuado y personal cualificado para ayudar al niño a desarrollar el
lenguaje y facilitar su integración social.

Farmacoterapia: en los casos en que el niño no responda a otro tipo de tratamiento, el


médico le puede prescribir algún fármaco.

Pronóstico

La evolución de la enfermedad depende de cada persona; algunas necesitarán asistencia


cuando sean adultas, mientras que otras conseguirán vivir de manera independiente.
El pronóstico será peor en los niños cuyo cociente intelectual sea bajo, y en aquellos que no
sean capaces de hablar de manera comprensible antes de los 5 años.

Didácticas para trabajar con niños con autismo en aula:

Recomendaciones previas antes de comenzar…

Lo primero que debemos tener en cuenta es que los niños con autismo detestan los cambios
imprevistos, de hecho esto les produce mucho estrés así que es frecuente que frente a estas
situaciones ellos comiencen a alterarse, a gritar o quieran escaparse (depende de cada caso
en particular).

Utiliza herramientas de apoyo visual. Esto suele utilizarse mucho con niños con trastorno
autista. En estos casos puedes planificar actividades para niños autistas con fichas donde se
detalle cada actividad que se llevarán a cabo durante el día de clases, fichas visuales. De
este modo ellos sabrán (con este apoyo visual) lo que sucederá y se anticiparán a ello.

Ten en cuenta los cambios imprevistos y anticípate tú también a ellos. Deberás estar muy
atenta/o para reconocer cuando un niño autista comienza a impacientarse.

Establece rutinas cortas pero efectivas. Para empezar con estas actividades para niños con
autismo, es preferible que ellos presten atención en un principio durante unos pocos
minutos. Luego premia esta atención con alguna actividad o premio que ellos disfruten.

Reconoce lo que motiva al niño en forma particular. Cada niño con autismo es único e
irrepetible. Algunos suelen ser más tranquilos, otros más eufóricos, algunos aman jugar con
pinturas, otros prefieren juegos con muñecos más duros (como automóviles, por ejemplo).
Toma como punto de partida los intereses del niño. Esto facilitará mucho la tarea, lograrás
su concentración y algo de atención inicial.

Técnicas para trabajar las actividades para niños autistas en el aula

Dibuja círculos con contorno grueso, luego coloca témperas de diferentes colores sobre
ambos lados de la mesada para que el niño comience a pintarlos, es importante que ellos
comprendan que deben pintar la parte de adentro de las figuras y no la parte externa.

Establece rutinas (ayudándote con fichas visuales) con números. Los niños con autismo son
muy estructurados. Por tal razón debes adaptar la clase para que ellos se encuentren
cómodos dentro de esa estructura.

Dale 1 tarea a la vez. Recuerda que ellos no tienen filtros y reciben todos los estímulos a la
vez. De allí que no logren concentrarse o prestar atención con facilidad.

Utiliza las canciones que son conocidas para ellos e inclúyelas como refuerzo auditivo para
que ellos identifiquen determinadas tareas.
Juegos para utilizar en el aula con niños con autismo

Juegos de mesa

Puedes utilizar puzzles adaptados o con imágenes que sean de interés para el niño autista a
fin de conseguir una mayor concentración en clase.

Sugerencias finales

Es importante que tengas en cuenta que los niños con autismo pueden perder el interés por
la tarea de forma rápida o aparentemente brusca.

No obstante deberás aprender a reconocer los indicios previos a estos actos de pérdida de
interés por parte de ellos.

Por otra parte, a menudo también los niños con autismo suelen conectarse con un juego
repetitivo o monótono y jugar a este durante un largo periodo de tiempo. Descubre qué
intereses particulares tiene el niño y evita aquellas escenas que sepas de antemano que le
provocará estrés.

Fundación para niños con autismo en Monagas

Centro de Atención Integral para Niños Autistas y con Parálisis (CAIPA)

El CAIPA de Maturín tiene una atención diversificada para los diferentes estados de
presentación de la alteración autista, allí se han concebido programas de atención que
buscan consolidar los lineamientos del Ministerio del Poder Popular Para la Educación.

Entre los que se mencionan: programa de atención periódica que se encarga de capacitar a
las personas a través de una educación estructurada. Programa de Corte transitorio, tiene el
fin de incorporar a las personas con autismo a las aulas del centro a través de atención en
pequeños grupos e individualizada. Programa de tutoría, hace el seguimiento respectivo de
las personas con autismo que son integradas a las escuelas regulares.

Así también cuentan con el programa dirigido a padres de niños autistas con el objetivo de
capacitarlos que conozcan el problema que afecta a sus representados, la atención que
deben recibir, donde recurrir ante una eventualidad. De igual manera la atención
psicológica para determinar los posibles rasgos autistas, este último se encarga de evaluar,
diagnosticar y referir al niño a atención especializada en caso de padecer el trastorno.

Este centro tiene muchas fortalezas que son los pilares fundamentales que una institución
educativa debe tener para brindar una optima atención, la presencia de especialistas
comprometidos con estas personas ,con la sociedad y aun con ellos mismos es lo mas
importante, también es posible visualizar el compromiso de la gerencia (Directora) de este
centro por mantener el servicio a pesar de algunas necesidades muy pertinentes que padece
la institución como son : no contar con una edificación propia, la falta de terapista
ocupacional y terapista de lenguaje para atender condiciones asociadas que en muchos
casos padecen las personas que ingresan a la institución.

Precisado este enfoque es posible evidenciar que el CAIPA, es una institución donde los
valores de respeto a la condición humana, la vocación de servicio, el trabajo en equipo
reforzado en los postulados de solidaridad, amistad y espiritualidad son el norte que
mantiene las puertas abiertas de este centro. Otro aspecto importante a tomar en cuenta, es
la calidad educativa que allí se brinda basada en los conceptos de educación Bolivariana
humanista, reflexiva ante los procesos de transformación constante que se vienen dando en
el ámbito de la educación venezolana y muy especial en la modalidad de educación
especial. Es un aporte y un apoyo muy importante que el CAIPA viene dando a muchas
familias de la región monaguense especialmente al municipio Maturín donde se concentra
la mayor parte de la población.

Es así como se construye un acervo cultural social reflexivo, nacido del esfuerzo de cada
día transcurrido, siempre con un fin ser una mano extendida para dar una respuesta
oportuna, una visión de águila para mirar con profundidad a la diversidad que entre la
sociedad transita, de allí es posible tomar las siguientes palabras: Es necesario esforzarse
por aceptar a las personas como son, teniendo el cuidado de no compararlas con otras; cada
persona es como quien le mira, un ser único con posibilidades de percibir, interpretar.

¿Qué es retardo mental o discapacidad cognitiva?

La discapacidad cognitiva consiste en una adquisición lenta e incompleta de las habilidades


cognitivas durante el desarrollo humano, que conduce finalmente a limitaciones
sustanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza por un funcionamiento
intelectual significativamente inferior a la media, que tiene lugar junto a limitaciones
asociadas en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas: comunicación,
cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad,
autogobierno, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo.

Características

Los niños con retraso mental presentan un déficit cognoscitivo global, con dificultades de
adaptación social; sin embargo, existe una gran variabilidad interindividual en las
características clínicas. No es inusual encontrar dentro de este grupo alguna habilidad
cognoscitiva dentro de los límites normales y aun superiores (p. ej., un niño que reúne las
características clínicas de retraso mental, quizá manifieste una habilidad de memoria
excepcional para aprenderse los nombres de una lista telefónica). Al comparar a los niños
que sufren retraso mental con niños normales, a menudo se encuentran diferencias en las
funciones sensoriales, psicomotoras, de atención, lingüísticas y de memoria, que los sitúan
en niveles cognoscitivos equivalentes a los de menores en edad cronológica inferior.

El desarrollo psicomotor de los niños con retraso mental con frecuencia es tardío, se realiza
lentamente y alcanza un nivel inferior al de los niños normales de la misma edad. Es común
observar en ellos torpeza, ausencia de coordinación, dispraxia, falta de persistencia y
estereotipias motrices; la frecuencia de trastornos sensoriales (como defectos en la agudeza
visual e hipoacusia) es muy alta.

Se han descrito alteraciones en la preferencia de modalidades sensoriales entre los niños


con retraso mental. Así, por ejemplo, los menores con síndrome de Down presentan serias
dificultades en la discriminación táctil y son más hábiles en la utilización del canal visual
para el aprendizaje. Sin embargo, otros niños con retraso mental prefieren el canal háptico,
demostrando una discriminación táctil superior a la de sus contrapartes normales
(Pirozzolo, 1985).

Los defectos de la atención son casi constantes en la población con retraso mental
(Hartlage, Telzrow, 1985). El volumen de atención, lo mismo que la capacidad de memoria
a corto término, se correlacionan con la capacidad intelectual del niño. La capacidad de
memoria de los niños con retraso intelectual leve es equivalente a la de los niños normales
cuando en la evaluación se utiliza material sencillo, pero la diferencia se comienza a notar
cuando aumenta la complejidad del material mnemónico que debe ser retenido. En niños
con síndrome de Down se han demostrado defectos en los procesos de almacenamiento y
evocación (Pirozzolo, 1985).

El lenguaje es una de las funciones intelectuales que con más frecuencia se alteran en el
retraso mental, de hecho, la magnitud del compromiso lingüístico se correlaciona en forma
directa con la gravedad del retraso mental. Aproximadamente 90% de los niños con retraso
mental grave presentan dificultades en el lenguaje, mientras que estos problemas sólo
ocurren en un 50% de los niños con retraso leve (Swisher, 1985). En el niño con retraso
mental el desarrollo del lenguaje sigue las mismas etapas que en un niño normal pero es
más lento, sin que esto signifique que alcanzarán más tarde los niveles de sus pares sin este
problema; los niños con retraso mental presentan un lenguaje equivalente al de sus
contrapartes normales de menor edad (Rossenberg, 1982). Se han descrito diferencias en
cuanto al uso de la gramática y la utilización del lenguaje (Swisher, 1985); parece que los
menores con retraso mental tienden a hacer menos preguntas que los niños normales con
edad lingüística equivalente.

La capacidad de adaptación social del niño con retraso mental es muy variable y se
correlaciona con la etiología del proceso, con la magnitud del déficit cognoscitivo y con la
edad. Dentro de las conductas desadaptativas observadas se encuentran la hiperactividad, la
impulsividad, el aislamiento y la indiferencia al medio; tales excesos o disminuciones en
ciertos comportamientos son más frecuentes en los niños con un bajo CI.

Existe una mayor frecuencia de psicopatología entre quienes padecen retraso mental que en
la población general. Hay presencia de comportamientos psicóticos, por ejemplo, es factible
vincular el comportamiento autista y los trastornos de conducta con retraso mental
(Kauffman, 1977; Ross, 1980).

Comentamos seguidamente y de manera más detallada cuáles son las características de la


persona con deficiencia mental en las áreas cognitiva, psicomotora, de lenguaje, afectiva y
adaptativa. Se debe tener en cuenta que existen diferentes niveles de gravedad que
mediatizan el funcionamiento real en cada una de estas áreas.

1. Área cognitiva

El área cognitiva es la más significativa, ya que el déficit en la función intelectual es


nuclear en la deficiencia mental, de forma que las clasificaciones de ésta se basan en el
nivel de inteligencia.

La función cognitiva permite al hombre conocer, percibir y ordenar el mundo en su interior.


En el caso de las personas deficientes mentales, se van a presentar dificultades o déficits en
el desarrollo de esta función. La inteligencia y el propio aprendizaje se encuentran
disminuidos si los comparamos con los niveles promedios de cada grupo de edad. Las
operaciones mentales son las mismas pero incompletas y generalmente no alcanzan los
niveles de abstracción. Si bien el déficit cognitivo está presente desde los primeros años de
vida, es en el momento de la escolarización cuando éste se vuelve más evidente.

Cuando se alcanza la época de la adolescencia, los déficits cognitivos se traducen en un


pensamiento excesivamente concreto, egocéntrico, con dificultades para la formación de
conceptos y para el pensamiento abstracto.

2. Área psicomotora

El desarrollo de la psicomotricidad también resulta alterado en el retraso mental, con grados


variables de afección según el nivel de deficiencia intelectual. Los trastornos psicomotores
más frecuentes en los niños con deficiencia mental son: inmadurez, dificultad en el
aprendizaje de los movimientos finos, dificultades en el reconocimiento de las partes del
cuerpo, dificultades en los movimientos gestuales e imitatorios, rítmias, balanceos,
estereotipias, y movimientos coreoatetósicos.

A lo largo del desarrollo psicomotor, el niño va adquiriendo conocimiento de su propio


cuerpo, conocimiento al que se denomina esquema corporal. A la vez que el niño toma
conciencia de su cuerpo, formado por diferentes componentes y diferenciado del de los
otros, toma conciencia del espacio, ya que la aprehensión del espacio y del cuerpo no son
funciones aisladas sino que se interrelacionan recíprocamente.

Los niños con deficiencias intelectuales tienen un esquema corporal no tan estructurado e
integrado como sería lo esperable por su edad. Esta mala estructuración del esquema
corporal suele provocar déficits en la relación sujeto-mundo externo que puede provocar
problemas en:

a) La percepción, traducido en un déficit en la estructuración espacio-temporal.

b) La motricidad: torpedad, mala coordinación de movimientos e incorrecta postura.

c) Las relaciones sociales: el esquema corporal permite identificar el propio ser y adecuar
nuestras relaciones con los objetos y con los demás. Si se siente inseguridad en un mundo
de movimiento, se pueden originar perturbaciones afectivas.

3. Área del lenguaje

Generalmente los problemas más frecuentes de lenguaje se producen en el ámbito de la


articulación y pronunciación, habla retrasada, trastornos de la voz y tartamudez. Las
alteraciones de lenguaje son más frecuentes en los niveles severo y profundo, y dentro de
ellas las más notorias son las de articulación. La identificación del tipo de problema de
lenguaje que tiene el niño con deficiencia mental no es fácil; la presencia de componentes
neurológicos y cognitivos complican extraordinariamente el diagnóstico diferencia).

De todas maneras, los aspectos que más condicionan el nivel de perturbación del lenguaje
de estos niños son las dificultades en la conceptualización y en el descubrimiento de las
estructuras lingüísticas. Son tres las características que diferencian el proceso de
adquisición del lenguaje en niños con deficiencia:

a) Retraso evolutivo en la adquisición del lenguaje. El desarrollo del lenguaje correlaciona


positivamente con la edad mental del niño.

b) Retraso y menor utilización de las estrategias de comprensión. Estas estrategias ayudan a


la interpretación de los mensajes verbales. Una de ellas es la de las miradas de referencia:
cuando hablamos de objetos presentes, solemos dirigir nuestra mirada hacia ellos; el niño
descubre rápidamente este hecho y lo utiliza espontáneamente para aprender el lenguaje.
Otras estrategias de comprensión son la entonación, la deducción o el análisis del contexto.
Parece que el niño con deficiencia mental no es tan eficiente en la utilización de estas
estrategias, hecho que provoca que se reduzcan considerablemente sus posibilidades de
aprendizaje verbal.
c) Dificultades en la conceptualización, es decir, dificultades para interrelacionar conceptos
y para combinar palabras y frases construyendo un lenguaje sucesivamente más rico y
complejo.

4. Área afectiva

Podríamos decir que el niño con déficit intelectual es más vulnerable y está más indefenso a
las exigencias de su entorno. Sentimientos tales como dolor, placer, aburrimiento,
diversión, fastidio, alegría, aflicción, envidia, celos, vergüenza... por supuesto que están
presentes en él, pero la respuesta emocional, mediatizada por la dimensión cognitiva, a
estas vivencias sí que, en general, es diferente.

Al niño con deficiencia mental le resulta muy difícil la introspección, es decir, poder pensar
sobre sus sentimientos, sobre cómo afectan a su conducta y qué repercusiones tienen en su
ambiente.

Son niños con un bajo nivel de tolerancia a la frustración y una gran impulsividad que
fácilmente se dejan llevar por sus fuertes vivencias emocionales, sin que sea posible el
tamiz de lo cognitivo para atemperarlas.

Sin duda, conocerse emocionalmente, interpretar lo que se va viviendo y sintiendo, y saber


adaptar la respuesta a cada entorno, requiere de actividades psicológicas especialmente
complejas, capacidades que resultan alteradas cuando existen deficiencias intelectuales. No
es de extrañar, por tanto, que la prevalencia de trastornos mentales y de conducta en los
niños y adolescentes con deficiencia mental se estime de tres a cuatro veces mayor que la
observada en la población general (Rodríguez Sacristán y Buceta. 1995). Las mayores
dificultades para adaptarse al ambiente y para las relaciones con los otros provocan
fácilmente ansiedad y baja autoestima, derivadas en gran parte de las dificultades para
conocer el mundo, así como establecimiento de relaciones interpersonales inadecuadas
como puede ser la sobre-protección, el aislamiento del mundo o. cuando existe una
afectación importante del lenguaje, formas primitivas de comunicación como conductas
agresivas, auto-agresivas o autoestimulatorias.

Además, no debemos olvidar que cuando hay una lesión en el sistema nervioso que provoca
la deficiencia, esta lesión puede provocar síntomas psicopatológicos.

5. Área adaptativa:

Es de gran importancia en el desarrollo de los niños con deficiencia mental la adquisición


de hábitos sociales y de autonomía personal. En el caso de aquellos que están más
afectados, porque será uno de los hitos más importantes en su evolución; y en los casos más
leves, porque será una de las principales garantías de éxito de su integración familiar y
social (Puigdellívol, 1993).
Los hábitos de autonomía (control de esfínteres, alimentación, higiene personal y vestido)
deben adquirirlos todos los niños, pero en el caso de los afectados con algún tipo de
deficiencia mental este trabajo se alarga mucho más en el tiempo. Ello es debido, por un
lado, a la lentitud especialmente en los casos más afectados) en el desarrollo fisiológico que
retrasa el aprendizaje de la masticación, el control de esfínteres, etc. y, por otro lado, a las
dificultades motoras, especialmente las manipulativas, que también retrasan de forma
considerable la adquisición de ciertos hábitos de autonomía (atarse los zapatos, uso de los
cubiertos, etc.). Pero también interfieren en gran manera, a menudo, las pautas inadecuadas
del entorno para enseñar estos hábitos, ya sea de sobreprotección (el niño no aprende
hábitos porque ya se lo hacen todo) ya sea de rechazo (se considera una inutilidad
enseñarle).

En cuanto a las habilidades sociales o de relación, un escenario perfecto para aprenderlas de


manera natural es el juego ya que en él se interactúa con los otros en una tarea compartida.
La aparición del juego simbólico hacia los dos años ya comporta una representación social
del mundo y progresivamente el niño se irá interesando por los otros y por el juego
compartido, aunque no será hasta los ocho años cuando presentará un espíritu real de
equipo y de sumisión a las normas. Todos estos hitos suponen desarrollarlas habilidades
sociales que nos permiten integrarnos en los diferentes grupos en los que participamos.
Pues bien, esta secuencia también se encuentra retrasada en el niño con deficiencia mental
aunque, en general, el trabajo en esta área puede dar muy buenos frutos e incluso estimular
el desarrollo.

TIPOS DE RETARDO MENTAL:

RETARDO MENTAL LEVE: Se le denomina los de la “etapa educable” son alrededor del
85 % de las personas afectadas por el trastorno. Suelen desarrollar habilidades sociales y de
comunicación durante los años preescolares (0-5 años de edad), tienen insuficiencias
mínimas en las áreas sensorias motoras y con frecuencia no son distinguibles de otros niños
sin retraso mental hasta edades posteriores.

RETARDIO MENTAL RETARDO MODERADO: Los individuos incluidos en esta


categoría presentan una lentitud en el desarrollo de la comprensión y del uso del lenguaje y
alcanzan en esta área un dominio limitado. La adquisición de la capacidad de cuidado
personal y de las funciones motrices también está retrasada, de tal manera que algunos de
los afectados necesitan una supervisión permanente

RETARDO GRAVE O SEVERO: El paciente con retraso mental grave presenta un cuadro
clínico mucho más severo que el anterior; básicamente, su etiología es orgánica, asociada a
otros trastornos con escaso o nulo nivel del desarrollo del lenguaje, necesitándose,
generalmente, de una anamnesis indirecta. La gran mayoría de los pacientes presenta
marcado déficit motor, o la presencia de otras carencias que dan evidencia clínica de un
daño o anormalidad del desarrollo del Sistema Nervioso Central.

RETARDO PROFUNDO: Los pacientes de este grupo poseen muy limitada capacidad para
cuidar sus necesidades básicas, y requieren ayuda y supervisión permanente. No muestran
capacidad para comprender instrucciones o reconocerlas y actuar de acuerdo a ellas. Su
comunicación no verbal es muy rudimentaria; muestran una movilidad muy restringida o
totalmente inexistente, no controlan esfínteres

ESTIMULACION EN NIÑOS CON RETARDIO MENTAL

El primer recurso es proporcionar al niño actividades, experiencias o juegos de


estimulación que promuevan e impulsen su desarrollo, el lugar debe tener un ambiente que
sea tranquilo, sereno y alegre con cierto espacio ventilado y libre de acuerdo a las
necesidades del niño. Seleccionar los materiales más atractivos y didácticos para el niño,
las personas a cargo de la estimulación deben de estar tranquilas y mostrar al niño su
interés, motivación y alegría el momento ideal para los juegos de estimulación es cuando el
niño está despierto, tranquilo, alerta y sano.

ESTIMULACION EN NIÑOS CON RETARDIO MENTAL ÁREAS DE DESARROLLO

Las áreas que se busca desarrollar son:

Área motora: el objetivo es que el niño consiga control sobre su propio cuerpo.

Área perceptivo-cognitivo: el objetivo es favorecer el desarrollo de estructuras cognitivas


que servirán de punto de partida para construcciones intelectuales superiores.

Área del lenguaje: el objetivo apunta conseguir tanto las primeras manifestaciones del pre-
lenguaje como la completa comprensión del lenguaje por parte del niño; también la
capacidad de expresarse a través del él.

Área Social: el objetivo es que el niño obtenga el mayor grado posible de autonomía e
iniciativa en lo referente a los hábitos básicos de independencia personal, así como una
conducta social normal y adaptada al ambiente en que se desenvuelve. Antes de ponerse en
práctica las actividades éstas deben realizarse con la esposa o con otros niños

Las conductas deben ser enseñadas en el orden en que ocurren en los niños normales. Las
conductas se dividen según el área de desarrollo; por ejemplo:

Área motora Psicomotricidad global: incluye el desarrollo de movimientos musculares


amplios, el control de la cabeza, sentarse, control del tronco, girar sobre sí mismo, gatear,
andar, dar patadas, saltar y lanzar objetos. Cuando se trata de niños mongólicos, debido a
que éstos son hipotónicos, se aconseja que inicialmente se insista en actividades motoras
generales, porque el movimiento eleva el tono muscular.
Psicomotricidad fina: Incluye la coordinación visual, tocar y agarrar objetos, manipulación
de objetos, aptitud para resolver problemas en este rubro, y la exploración del ambiente.

Área de Lenguaje Comunicación: incluye la capacidad de hablar y trasmitir ideas por


medio no verbales así, como comprender y responder al medio. En este sentido es
importante que los padres hablen mucho con el niño variando la intensidad, el tono y el
timbre de su voz, que emprendan conversaciones y comunicaciones cara a cara con el niño,
defina las cosas cuando hable, llame al niño por su nombre, que no imite la charla del bebé.
Quizás le resulté útil situarse con el niño ante un espejo y ensayar algunas pronunciaciones.

Área social y de autonomía personal los comportamientos sociales son las reacciones del
niño ante él mismo, ante los demás, y su interés por el juego y la autonomía personal se
refiere a la capacidad del niño para alimentarse, vestirse y asearse por sí solo.

El objetivo de la estimulación temprana no es acelerar el desarrollo, forzando al niño a


lograr metas que no está preparado para cumplir, sino el reconocer y motivar el potencial de
cada niño. El niño que presenta ciertas dificultades en su desarrollo debe permanecer en
centros especializados para un mejor tratamiento y evolución en su aprendizaje.

Dificultades motoras

Un niño tiene una discapacidad motora cuando sus miembros superiores y/o inferiores no
logran desarrollarse normalmente.

La causa de esta discapacidad sería una lesión en el sistema nervioso central (cerca de la
médula o el encéfalo) durante el embarazo o en la etapa post natal.

Las personas que nacen con un problema motriz no tienen la misma habilidad en todos sus
sentidos debido a una falta de control cefálico, asimismo muestran dificultad para
manipular los objetos e incluso algunos niños permanecen sin poder hacerlo.

La discapacidad motora también tiene incidencia sobre el lenguaje del menor. La


articulación de palabras de produce con problemas, y como resultado la comunicación se
realiza con mucha dificultad.

Características

Los niños que presentan discapacidad motora presentan algunas características, que varían
de acuerdo al nivel de alteración de su sistema motor.

Discapacidad motora en los niños Si tienen un grado leve de discapacidad, muestran


habilidades motrices en sus actividades cotidianas e incluso logran mejorarlas con un
tratamiento adecuado.

Presentan alteraciones en el sistema nervioso central que derivan en convulsiones.


Debido a la falta de control cefálico, tienen dificultad para manejar correctamente los
sentidos.

Manifiestan problemas para articular palabras, en ciertos casos necesitan de sistemas


especiales para lograr comunicarse.

Incapacidad parcial o total para caminar y dificultad para mover objetos o flexionar los
dedos (problemas articulatorios).

Menor capacidad de aprendizaje y razonamiento.

Un niño con discapacidad motora no solo es afectado físicamente. Muchos sufren el


rechazo de otros pequeños o de sus propios familiares, a veces son sobreprotegidos por sus
padres, lo cual tampoco es positivo para que aprenda a valerse por si mismo, aún en medio
de sus limitaciones.

Se resiste a dibujar y a escribir

Se cansa enseguida durante actividades motoras cortas

Tiene dificultad para sostener el lápiz correctamente

Es lento escribiendo a mano

Tiene problemas corriendo, saltando, arrojando y atajando una pelota

No puede manejar bicicletas

Tiene problemas con el ritmo

Dificultades con el aseo personal

Tiene poco equilibrio

Es muy torpe

Tiene dificultad practicando deportes

No habla a un ritmo normal

Balbucea

Tiene problemas para orientarse

Qué puede causar problemas con la coordinación física y el movimiento


Tener problemas con las habilidades motoras gruesas y finas es el principal síntoma de la
dispraxia, una condición que afecta el aprendizaje. Pero existen otras dificultades que
pueden afectar esas habilidades.

Dispraxia: Esta condición bastante común dificulta planear y ejecutar movimientos


específicos. El cerebro tiene problemas dirigiendo los músculos para que hagan ciertas
cosas. Sin embargo, eso no significa que su hijo no sea inteligente o que sus músculos sean
débiles.

La dispraxia afecta las habilidades motoras finas que ayudan a los chicos a sostener un
crayón o a abotonarse la camisa. También afecta las habilidades motoras gruesas que se
usan al correr o arrojar algo. En algunos casos puede afectar los músculos necesarios en el
habla. Otros desafíos pueden incluir problemas con el equilibrio y la coordinación.

Es importante saber que un niño con dispraxia no tiene todos esos problemas
necesariamente, y que no todos los niños experimentan los síntomas de la misma manera.
Los síntomas de dispraxia pueden variar desde leves a severos, y cambiar a medida que el
niño crece.

Disgrafía: Esta condición también afecta las habilidades motoras finas, dificultando el acto
de escribir. Los niños con digrafía puede que sostengan el lápiz de manera inapropiada y
que su escritura a mano sea desordenada. Frecuentemente tienen problemas separando las
letras y escribiendo entre los márgenes. Debido a las limitaciones de las habilidades
motoras, puede que tengan dificultad con otras tareas como calcar o atarse los zapatos.

Dificultades del procesamiento sensorial: Esta condición puede causar problemas con la
coordinación mano-ojo. Además, los chicos con dificultades del procesamiento sensorial
puede que caminen y salten de manera extraña o que se caigan frecuentemente. Sin
embargo, los problemas con el movimiento no son el síntoma principal. La mayoría de los
chicos con dificultades del procesamiento sensorial tienen reacciones extremas al tacto y al
sonido.

Actividades para estimular a los niños con dificulta motora

Técnica del rasgado

Estimula sus destrezas motoras a través de materiales diversos. Por ejemplo con la técnica
del rasgado el niño reconoce la textura del papel, puede utilizar periódicos o revistas
vistosas para esta actividad. Primero sacará formas al azar, luego sabrá diferenciar las
figuras geométricas.
Otras técnicas útiles son: el picado, plegado y amasado. También te sugerimos incentivar
en el niño la afición por el dibujo. Los gráficos de su elección serán una puerta abierta para
conocer sus emociones.

Considera alternativas para mejorar su concentración y habilidades mentales. Por ejemplo


seguimiento de puntos, laberintos” o trazos en distintas direcciones.

No olvides desarrollar en tu niño la atención sobre los números. Las matemáticas deben ser
entendidas desde un nivel bastante básico y luego, según su manejo incluye conocimientos
sobre las sumas o restas.

Jugar es fundamental para el desarrollo de los niños, y jugar con los niños que padecen
alguna necesidad especial, es aún más importante.

Los niños acceden al aprendizaje mediante los juegos, que les ayudarán a comprender
mejor los conceptos, asimilarlos y retenerlos, pero además es una gran herramienta que
estimula su desarrollo psicomotriz.

Muchos estudios científicos demuestran cómo los juegos infantiles facilitan la creatividad y
la personalidad de los niños, ya que los niños aprenden con las experiencias y con su
exploración a través de los diferentes juegos.

En el caso de los niños que padecen algún tipo de discapacidad, los juegos pueden ser
terapéuticos, ya que será un canal multisensorial con beneficios a diferentes niveles:
contrastes

Motor: los juegos pueden estimular el movimiento, por ejemplo facilitando que el niño
gatee o se dé la vuelta, etc., con juegos interactivos o de construcciones.

Sensorial: jugar les puede ayudar a desenvolverse de forma visual, espacial y auditiva,
mediante la identificación de sonidos y objetos.

Cognitivo: los juegos en los que se utilicen formas, colores y conceptos les ayudarán a
desarrollar este nivel.

Social: interaccionando con otros niños mediante juegos de colaboración o en grupo.

Emocional: jugar fomentará la autoestima de los niños, ya que encontraran en los juegos un
nexo de unión entre sus iguales, ya sea con niños que padezcan discapacidad o no

Dificultades visuales

Se define con base en la agudeza visual de la vista de los ojos, así como el campo visual. Se
habla de discapacidad visual del ojo cuando existe una disminución significativa de la
agudeza visual del ojo aun con el uso de lentes, o bien, una disminución significativa del
campo visual del ojo.

Características de los niños con dificultades visuales

Si observamos que el niño tiene ciertos comportamientos o manías cuando tiene que
distinguir algo de lejos o de cerca, es posible que presente un problema de agudeza visual.
Algunos de estos hábitos que nos pueden indicar que nuestro hijo no ve correctamente son:

1. Se pega mucho al texto. Cuando el niño tiene dificultades para ver de cerca, suele
acercarse demasiado el libro o el papel para poder leer y distinguir la escritura.

2. Adopta posiciones extrañas con la cabeza de forma mantenida. Se trata de hábitos


posturales que se realizan de manera insconsciente para tratar de enfocar mejor las
imágenes.

3. Carece de buen criterio a la hora de elegir los colores. Si observamos que al pintar o
colorear sus combinaciones cromáticas son poco acertadas, quizás estemos ante un
problema de daltonismo.

4. Deja de prestar atención.

Las dificultades visuales pueden hacer que el niño pierda el interés por la lectura, los juegos
o las explicaciones porque se cansa.

5. Se pega mucho a la pantalla del ordenador.

Puede ser debido a problemas visuales a media o corta distancia.

6. Adquiere posturas viciadas al escribir.

Estos malos hábitos posturales pueden indicar una falta de agudeza visual y se adoptan de
manera habitual e inconsciente para tratar de enfocar y ver mejor. Estar atentos a estas
señales es fundamental tanto para los padres como para los educadores. En la fase de
aprendizaje y muy especialmente cuando los niños empiezan con la lectura y la escritura,
sus avances pueden verse muy penalizados por problemas de visión.

Estrategias para dificultades visuales

Recorrer el espacio físico disponible en la escuela permitiéndole que reconozca por sí


mismo (a), muros, obstáculos, desniveles, etc., describiéndoselo anticipadamente,
acompañándolo (a) y apoyándolo (a) sólo lo necesario.

Presentar a cada una de las docentes por su nombre y voz dentro de sus aulas y describir en
parte cómo es, y cómo es el espacio físico dónde se encuentra, así como a todo el personal
de la escuela.
Presentar ante la comunidad de alumnos al niño (a), introduciéndolo un tema relacionado
con la diversidad o discapacidad, cómo pueden apoyarlo y los cuidados que se deben tener.

Acompañarlo (a) durante el período de tiempo necesario, en los recreos escolares o en las
salidas del aula, hasta observar que es capaz de reconocer por sí mismo (a) el espacio.

Prever y realizar las adaptaciones físicas necesarias ante las situaciones que representen un
riesgo para su integridad física.

Favorecer su autonomía en el manejo de hábitos y desplazamiento.

Propiciar la interacción con otros niños y niñas en los diferentes momentos de trabajo y
juego, así como con los adultos.

– En el aula

Identificar los espacios físicos, materiales y disposición de los muebles dentro del aula.

Sentar al niño (a) en la parte delantera, cerca del centro del pizarrón.

Rodear al alumno de abundante estimulación manipulativa y social.

Suplir la percepción visual de los objetos mediante el tacto y el oído.

Mantener los espacios habituales de la escuela y el aula sin alteraciones (entrenarlo


previamente para que conozca bien los lugares), facilitar la disposición del espacio para su
desenvolvimiento.

Avisarle oportunamente cuando se hagan modificaciones en la disposición de los muebles o


otros objetos con los que se pueda encontrar y que habitualmente no se encuentran en esos
sitios.

Utilizar material concreto (en tres dimensiones).

Realizar relieve en materiales de dos dimensiones (dibujos, fotos, formas), de no ser


posible, explicarle verbalmente.

Proveerle con antelación los materiales escritos.

Proveerle de materiales y experiencias táctiles (letras de plástico o en relieve, para su


nombre, plastilina), permitirle ‘sentir’ las letras, etc.

Contar con audiolibros para su esparcimiento y enseñarlo a manejar los aparatos de audio
adecuándolos.

En sus hojas de trabajo, colocar relieve en los lugares necesarios, para facilitarle su
realización autónoma.
Apoyarla en la realización de las actividades, trabajando en binas o en equipos pequeños y
dar el apoyo sólo lo necesario.

Realizar adaptaciones para la identificación de sus objetos personales (cascabeles, relieves,


texturas, etc.)

Estrategias de Intervención

Expresión oral

Explicar sólo lo necesario, evitar el verbalismo.

Precisar el lenguaje (‘allá’, ‘ese’, ‘este’, ‘arriba’, ‘abajo’ vs junto a, a tu izquierda, arriba
de, encima de)

Explicar el contexto donde se encuentra y lo que se espera de él (ella).

Describir los apoyos visuales cuando se le presenten en el (láminas, imágenes, pizarrón,


etc.)

promover que toque los objetos y hable de ellos.

Implementar estrategias didácticas mediante el juego, la música, las escenificaciones y


representaciones).

Propiciar que describa objetos, acciones, a fin de lograr la abstracción.

Promover el uso adecuado de formas discursivas (construcción de enunciados,


descripciones).

Describir los objetos y sus usos, características y cualidades.

Expresión Escrita

Utilizar los mismos materiales que para todo el grupo, realizando las adaptaciones
necesarias.

Utilizar un sistema alternativo de comunicación escrita (letras en relieve, Braille).

Hacer intentos de escritura convencional con guía táctil o relieves.

Presentar los portadores de texto en realce o relieve (con pintura textil, pegamento,
plastilina).

Identificar su nombre propio en relieve.


Emplear una tabla con plastilina, arena, para la escritura o trazos.

Marcar los espacios o renglones usando una liga y endiduras en la tabla.

Introducirla al conocimiento del sistema Braille, elaborándole material específico.

Adaptar los materiales, el tiempo y ejecución a su propio ritmo y gradualmente irle


exigiendo.

Fomentar el gusto por la lectura (que le lean).

Utilizar portadores de texto en relieve sobre objetos del aula (puerta, silla, pizarrón).

Proporcionarle oportunidades de liderazgo y autonomía en juegos y actividades (ser quien


brinde las órdenes, reparta, lleve, traiga, llame,

Dificultades del lenguaje

El trastorno del lenguaje en los niños se refiere a problemas con uno de los siguientes:

Darse a entender o comunicar su mensaje a otros (trastorno del lenguaje expresivo)

Entender el mensaje proveniente de otros (trastorno del lenguaje receptivo)

Los niños con trastornos del lenguaje pueden producir sonidos y su discurso se puede
entender.

Causas

Para la mayoría de los bebés y niños, el lenguaje se desarrolla de manera natural


comenzando en el nacimiento. Para desarrollar el lenguaje, un niño debe ser capaz de oír,
ver, entender y recordar. Los niños también deben tener la capacidad física para formar el
discurso.

Hasta 1 de cada 20 niños tiene síntomas de un trastorno del lenguaje. Cuando la causa se
desconoce, se denomina trastorno del desarrollo del lenguaje.

Los problemas con las habilidades lingüísticas receptivas comienzan generalmente antes de
los 4 años de edad. Algunos trastornos del lenguaje mixtos son ocasionados por una lesión
cerebral. Estas afecciones algunas veces se diagnostican de manera errónea como trastornos
del desarrollo.
Los trastornos del lenguaje pueden ocurrir en niños con otros problemas del desarrollo,
trastornos del espectro autista, pérdida de la audición y dificultades de aprendizaje. Un
trastorno del lenguaje también puede ser causado por daño al sistema nervioso central, el
cual se denomina afasia.

Los trastornos del lenguaje en raras ocasiones son causados por falta de inteligencia.

Los trastornos del lenguaje son diferentes al retraso en el lenguaje. Con este último, el niño
desarrolla el habla y el lenguaje de la misma manera que otros niños, pero posteriormente.
En los trastornos del lenguaje, el habla y el lenguaje no se desarrollan normalmente. El niño
puede tener algunas habilidades del lenguaje, pero no otras. O la manera como estas
habilidades se desarrollan será diferente de lo usual.

Características

Un niño con trastorno del lenguaje puede tener uno o dos de los síntomas de la lista de
abajo o muchos de los síntomas. Pueden ir de leves a graves.

Los niños con un trastorno del lenguaje receptivo tienen dificultad para entender el
lenguaje. Ellos pueden tener:

Dificultad para entender lo que otras personas han dicho

Problemas para seguir instrucciones que se les dicen

Problemas para organizar sus pensamientos

Los niños con un trastorno del lenguaje expresivo tienen problemas con el uso del lenguaje
para expresar lo que están pensando o necesitan. Estos niños pueden:

Tener dificultad para juntar las palabras en oraciones o sus oraciones pueden ser simples y
cortas y el orden de las palabras puede estar errado

Tener dificultad para encontrar las palabras correctas al hablar y con frecuencia usar
muletillas como "um"

Tener un vocabulario que está por debajo del nivel de otros niños de la misma edad

Dejar palabras por fuera de las oraciones al hablar

Usar ciertas frases una y otra vez, y repetir (eco) partes o todas las preguntas

Emplear tiempos (pasado, presente, futuro) inadecuadamente

Debido a sus problemas del lenguaje, estos niños pueden tener dificultad en ambientes
sociales. A veces, los trastornos del lenguaje pueden ser parte de la causa de problemas
conductuales serios.
ESTIMULAR EL DESARROLLO DEL LENGUAJE VERBAL DEL NIÑO?

Los psicólogos consideran que la ayuda de los padres en el desarrollo del niño es tan
importante que no puede suplirse con nada, ni siquiera con el más sofisticado y atractivo
juguete. En esta ayuda, la atención y estimulación del lenguaje del niño ocupa un lugar muy
especial, pues si éstas faltan su lenguaje no podrá desarrollar normalmente y se tropezará
con graves perturbaciones en dicho proceso.

Los especialistas del lenguaje suelen generalmente recomendar lo siguiente:

Dele su tiempo y atención. Deje que el niño le balbucee y anímelo realmente a emitir
sonidos vocales.

Repítale los sonidos cuando él se esfuerce por hablar, animándolo por medio de
manifestaciones de interés y satisfacción con él. La mejor manera de hacerlo es repitiéndole
el sonido con una voz suave y cálida.

Los padres deben hablar con el niño desde que nace, no sólo para decirles "no, no", sino
para hablarle como lo haría a una persona inteligente. De esa manera el niño recibirá de sus
padres el ejemplo para imitarles.

Los susurros, chillidos o balbuceos no son todavía un lenguaje, pero no hay duda de que
con ellos el infante intenta expresar importantes sensaciones y que espera alcanzar algunas
reacciones de los demás.

El habla propiamente dicho, en el sentido que le damos los adultos, se inicia, como ya se
describió anteriormente, por lo general, a los 15 ó 18 meses (un año y medio). El niño
recién a esa edad alcanza el desarrollo suficiente de las estructuras neurofisiológicas y
psíquicas para la aparición y articulación de la primera palabra cargada de intención
comunicativa. Esto dependerá también de la influencia de los padres, quienes desempeñan
un papel gravitante en la adquisición y desarrollo del lenguaje verbal.

Un niño aprenderá a hablar del mismo modo que oye hablar a sus padres y demás personas
próximas a él. Si no pronuncia bien las palabras, es que así lo ha aprendido de sus padres.

En un comienzo los padres deben limitar las emisiones fónicas de su niño para estimularlo
a que repita y perfeccione su expresión, ya posteriormente, a medida que crece, el niño
imitará y no ha de ser imitado. Es cuando los mayores no deben utilizar el lenguaje del
infante, es decir, ya no se les debe hablar en una "lengua de nenes" o balbuceos pueriles,
sino en un lenguaje claro y sencillo de gente crecida.

Si los padres hablan entre ellos y con el hijo de una manera sensata, clara e inteligible, el
niño aprenderá a hablar exactamente de la misma forma.
El niño necesita un modelo para aprender a hablar, pero esto no quiere decir que deba ser
corregido continuamente. Será suficiente con que oiga hablar siempre a sus padres en un
lenguaje claro y en forma correcta para que las mutilaciones y tergiversaciones
desaparezcan automáticamente.

Se aprende a hablar bien si se tiene la ocasión de ejercitarse lo bastante para ello. Si


seguimos la máxima de nuestros tatarabuelos de que los niños "no deben hablar si no se les
pregunta", será difícil que el niño hable en forma despreocupada y espontánea.
Similarmente, el hijo de familias "teleadictas", siempre obligado a estar en silencio, no
podrá desarrollar mucho mejor.

Estas son las pautas que deben seguir los padres para estimular la adquisición del habla de
sus niños desde un principio. Además, a temprana edad es más factible erradicar las faltas e
incorrecciones del habla, ya que los mecanismos neurofisiológicos que sirven de base a esta
adquisición son todavía dúctiles y flexibles a las estimulaciones correctivas del lenguaje.

Discapacidad auditiva

Los niños con discapacidad auditiva tienen problemas a la hora de asistir a escuelas
convencionales a no ser que se les proporcione la ayuda y el apoyo adecuados. Pueden
llegar a tener problemas de integración y tienden a sentarse al fondo de la clase para pasar
desapercibidos.

Muchos niños no participan en clase porque no puede oír lo que el profesor o los demás
alumnos dicen. No siempre piden a los compañeros que repitan lo que han dicho y algunos
incluso le dicen al profesor que no necesitan micrófonos especiales a pesar de que la
amplificación de sonido les facilitaría la escucha

Los niños con discapacidad auditivos quieren ser como sus compañeros con audición
normal y se sienten incómodos si se llama la atención sobre su problema auditivo. Todo
esto repercute en la vida social del niño. Muchos se apartan y prefieren no participar en las
actividades escolares. No atender los problemas de estos niños suele manifestarse en
cansancio y dolores de cabeza cuando llegan a casa de la escuela.

Incluso una pérdida de audición leve no diagnosticada en niños en edad escolar puede
afectar negativamente en el proceso de aprendizaje y en consecuencia plateará algún tipo de
dificultad de aprendizaje en la escuela. Repercutirá en las tareas escolares si el niño con
pérdida de audición emplea energía adicional para intentar oír al profesor, tomar apuntes y
procesar todo lo que oye al mismo tiempo. La pérdida de audición en niños suelen pasar
desapercibida porque se tiende a pensar que los problemas escolares se deben a falta de
concentración o atención.
Características:

@ No atiende a nuestro llamado cuando no nos está mirando.

@ Pide constantemente que se repita lo dicho o que se hable en voz alta.

@ Tiene tendencia a elevar o bajar mucho la intensidad de su voz.

@ Ladea la cabeza orientando el oído en la dirección de donde proviene el sonido.

@ Tiene dificultades de pronunciación.

@ Presenta dificultades en la expresión oral referente a la estructuración de su lenguaje:


omite verbos, artículos, etc.

@ Tiene dificultades para identificar, reproducir y discriminar patrones rítmicos


relacionados con la educación musical.

@ Tiende a buscar frecuentemente la ayuda de sus compañeros para ubicarse en la


actividad desarrollada por el docente y en ocasiones permanece aislado.

@ Presenta dificultades para tomar dictado, omite, sustituye, agrega palabras y pregunta
con frecuencia.

Actividades para niños con discapacidad auditiva

En casos de hipoacusia, los docentes de aula y especialistas en dificultades del aprendizaje,


tienen que realizar actividades que ayuden al niño a adaptarse a su entorno. Estos niños en
su mayoría demuestran curiosidad por palpar objetos, centrando su atención en colores
llamativos, figuras que se mueven, fotografías e ilustraciones.

Por dicha razón, es importante potenciar esa curiosidad, facilitando el aprendizaje,


aprovechando los intereses y habilidades del niño. Entre las actividades más propicias para
fomentar el aprendizaje en niños con discapacidad auditiva tenemos:

Acompañar los signos e imágenes de verbalización: De modo que al mostrarle al niño como
suena cada palabra, él podrá aprender a leer los labios, facilitando su comprensión en la
comunicación con otros.

Estimular el lenguaje: Una discapacidad auditiva no implica ningún impedimento para


hablar. Por ello es necesario reforzar este aspecto, porque evidentemente al no escuchar los
sonidos, se les dificultará expresarse y hablar.

Una estrategia efectiva es emplear letras de canciones, haciendo que el niño las repita;
también promover la lectura de cuentos que le motiven, fortaleciendo su vocabulario y
fluidez.
Efectuar juegos de integración: Donde el niño con hipoacusia deba seguir indicaciones
breves, participando de manera dinámica con otros niños.

Fortalecer los canales visual y táctil: Colocando objetos en las manos del niño para que
sienta movimientos y texturas; realizar pinturas, dibujos, modelar plastilina, crear diversas
manualidades, títeres, entre otras ideas artesanales.

Utilizar juegos en la computadora: Como laberintos, busca minas, dedo tic tac, que son
bastante sencillos. También hay juegos interactivos que ofrecen diversos sitios en internet,
promoviendo así el uso de nuevas tecnologías para canalizar mejor el aprendizaje y la
motivación del niño.

Utilizar rompecabezas: Ya que es un juego que estimula las funciones cognitivas de los
niños como: la resolución de problemas, memoria y atención.

Promover actividades al aire libre: Para que el aprendizaje llegue mediante estímulos del
ambiente, y puedan ver de manera concreta los cambios en la naturaleza, además de
conectarse con otros niños, lo cual les ayuda a comunicarse mejor.

Utilizar la televisión para el entretenimiento: Colocarle programas subtitulados, que los


haga acostumbrarse a la lengua escrita.

Instruirlos en la lengua de señas: Esta es una de las actividades más importantes, para hacer
que el niño tenga una vía de comunicación y no se sienta desplazado de las demás personas.

Deficultad en el aprendizaje

Las dificultades de aprendizaje y de atención son problemas a nivel del cerebro y por lo
general son genéticas. Aproximadamente 20% de los niños tienen dificultades de
aprendizaje y de atención.

Las dificultades de aprendizaje y de atención podrían manifestarse de diferentes maneras y


con diferentes grados de severidad. Los chicos podrían tener problemas para leer, escribir,
con las matemáticas, la organización, la concentración, la comprensión auditiva, las
habilidades sociales, las habilidades motoras o una combinación de ellas.

Características:

Un niño con problemas de aprendizaje suele tener un nivel normal de inteligencia, de


agudeza visual y auditiva. Es un niño que se esfuerza en seguir las instrucciones, en
concentrarse, y portarse bien en su casa y en la escuela. Su dificultad está en captar,
procesar y dominar las tareas e informaciones, y luego a desarrollarlas posteriormente. El
niño con ese problema simplemente no puede hacer los que otros con el mismo nivel de
inteligencia pueden lograr.
El niño con problemas específicos del aprendizaje tiene patrones poco usuales de percibir
las cosas en el ambiente externo. Sus patrones neurológicos son distintos a los de otros
niños de su misma edad. Sin embargo tienen en común algún tipo de fracaso en la escuela o
en su comunidad.

Cómo detectar problemas de aprendizaje en los niños

No es nada difícil detectar cuando un niño está teniendo problemas para procesar las
informaciones y la formación que recibe. Los padres deben estar atentos y conscientes de
las señales más frecuentes que indican la presencia de un problema de aprendizaje, cuando
el niño:

- Presenta dificultad para entender y seguir tareas e instrucciones.

- Presenta dificultad para recordar lo que alguien le acaba de decir.

- No domina las destrezas básicas de lectura, deletreo, escritura y/o matemática, por lo que
fracasa en el trabajo escolar.

- Presenta dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda, para identificar las
palabras, etc. Su tendencia es escribir las letras, palabras o números al revés.

- Le falta coordinación al caminar, hacer deportes o llevar a cabo actividades sencillas, tales
como aguantar un lápiz o amarrarse el cordón del zapato.

- Presenta facilidad para perder o extraviar su material escolar, como los libros y otros
artículos.

- Tiene dificultad para entender el concepto de tiempo, confundiéndo el "ayer", con el


"hoy" y/o "mañana".

- Manifiesta irritación o excitación con facilidad

Como ayudar a un niño con dificultad en el aprendizaje

El niño con aprendizaje lento puede funcionar en casi todos los tipos de escuelas, siempre y
cuando el personal que lo instruya tenga la sensibilidad de trabajar respetando su ritmo y
ofreciéndole la atención necesaria. Si se le da la oportunidad el niño sin dudas podrá
aprender y mejorar, hasta casi igualarse con sus compañeros, pero más lentamente.

El desempeño del maestro ante este tipo de alumno será el responsable directo del impacto
positivo o negativo ante las actividades lúdicas y todo lo relacionado a su vida escolar. El
maestro debe proporcionarle al niño metas que sean a su nivel y desarrollo, (que él pueda
superar), reforzarle cualquier progreso en el aprendizaje por mínimo que sea, afianzar su
interés por los estudios y jamás compararlo con otro alumno, en todo caso, solo consigo
mismo. Las notas deben calificar su esfuerzo y progreso, pues él necesita más tiempo que
sus compañeros, sus calificaciones les servirán de refuerzo, en cambio las malas notas les
harán abandonar sus estudios.

INTRODUCCION

El autismo se caracteriza por un amplio espectro de limitaciones graves en diversos


aspectos fundamentales del desarrollo: la capacidad imaginativa, el comportamiento, la
comunicación y la interacción social recíproca. Para diagnosticar el autismo es preciso que
se presenten trastornos sintomáticos del comportamiento en todos los ámbitos mencionados
antes de la edad de tres años. Aunque los padres a menudo perciben durante la lactancia
que su hijo no es completamente normal, resulta muy difícil diagnosticar el autismo antes
de los dieciocho meses de vida. Esto se debe a que los trastornos del comportamiento que
se utilizan desde la perspectiva del desarrollo para establecer el diagnóstico no se presentan
de forma clara antes de alcanzada dicha edad.

La mayoría de los niños con autismo tiene también retraso mental, si bien una minoría
posee una inteligencia normal. Muchos de ellos padecen también epilepsia y tanto las
deficiencias auditivas como las visuales se encuentran más a menudo en éste grupo. Las
personas afectadas por el síndrome de Asperger, un trastorno similar al autismo, poseen una
capacidad intelectual normal.

De acuerdo con una estimación moderada, de 1 a 2 niños de cada mil tienen autismo, lo que
significa que cada año nacen en Suecia un centenar de niños con autismo. Si se computan
tanto el síndrome autista como otros trastornos similares, esto es, todos los diagnósticos
incluidos en el espectro autístico, la proporción pasa al 6 por mil de todos los niños de
Suecia.

Las mismas cifras son aplicables a otros países repartidos por todo el mundo. Hay muchos
más niños que niñas con autismo.

CONCLUSION

Concluimos esta investigación afirmando que el autismo es un trastorno del desarrollo


cerebral que dificulta la interacción y comunicación social y causa un comportamiento
restringido y repetitivo, y que se manifiesta antes de cumplir un niño los tres años de vida.
Las probabilidades de que afecte al sexo masculino son tres veces mayores a las que afecte
al sexo femenino.

El grado de severidad y los síntomas de este trastorno poseen un rango muy amplio y
pueden incluso pasar desapercibidos, especialmente en niños ligeramente afectados o
cuando se encuentran encubiertos por deficiencias más debilitantes. El autismo no se trata
con cirugías o medicamentos, a pesar de que en ciertos casos pueden
suministrarsemedicamentos para mejorar determinados síntomas, tales como
comportamiento agresivo o problemas de atención. El autismo continúa siendo una
condición difícil para quienes lo padecen y sus familiares, pero el panorama actual es
mucho más alentador que el de años atrás.

Las evidencias muestran que una intervención temprana produce una mejora a largo plazo
en el niño. Esta puede ser una ayuda y apoyo para los padres en el cuidado de su hijo.
Según los expertos la detección del Autismo sigue siendo más tardía de lo ideal

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