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tres primeros años de vida, y se caracteriza por el síndrome congénito que afecta
directamente tanto a las relaciones afectivas y sociales del niño como a la propia
comunicación más básica del mismo. Varios estudios indican que dicha afección se
presenta aproximadamente en 4 de cada 1000 partos. Las causas de su aparición, hoy en
día, siguen siendo totalmente desconocidas, por lo que actualmente se define el autismo
infantil como un trastorno del desarrollo.
Tipos de autismo
Los trastornos generalizados del desarrollo (TGD), entre los que se encuentra el autismo, se
caracterizan porque los afectados tienen dificultades para desenvolverse en diversas áreas:
la comunicación (verbal y no verbal), la interacción social, y la realización de actividades,
que se ve limitada en número y presenta un patrón repetitivo y monótono.
Síndrome de Asperger: forma bastante leve de autismo en la cual los pacientes no son
capaces de interpretar los estados emocionales ajenos (carecen de empatía). Estas personas
son incapaces de relacionar la información facilitada por el entorno y el lenguaje corporal
de las personas acerca de los estados cognitivos y emocionales de estas. Mantienen un
desarrollo normal tanto del lenguaje como de su situación intelectual.
Aislamiento social.
No se conocen con exactitud las causas, pero es probable que tanto el factor genético como
el ambiental, desempeñen un papel fundamental en esta enfermedad.
Se ha descubierto que existen ciertos genes que están relacionados con el desarrollo del
autismo. Además, estudios realizados a personas con autismo demuestran que tienen
irregularidades en varias regiones del cerebro.
Prevalencia
Este trastorno lo pueden presentar individuos de cualquier raza y cultura, y con diferentes
niveles socioeconómicos. Sin embargo, la incidencia en niños es cuatro veces mayor que en
niñas.
A nivel mundial se estima que 5 de cada 10.000 personas presentan autismo clásico. La
prevalencia aumenta si se tiene en cuenta a los niños que tienen síntomas más leves,
aumentando entonces la cantidad a 21 de cada 10.000 personas.
Aunque en muchos casos se sospecha que se debe a cambios o mutaciones en los genes, no
todos los genes involucrados en el desarrollo de esta enfermedad han sido identificados.
Las investigaciones científicas han relacionado la aparición del autismo en el niño con las
siguientes causas:
Agentes genéticos como causa del autismo: se ha demostrado que en el trastorno autista
existe una importante base genética. En estudios clínicos desarrollados con mellizos, se ha
observado que cuando se detecta el trastorno en uno de los hermanos, existe un alto
porcentaje (en torno a un 90%) de probabilidades de que el otro hermano también lo
desarrolle. Si el estudio se ha llevado a cabo en el ámbito familiar, las estadísticas muestran
que existe un 5% de probabilidades de aparición en el neonato en el caso de que tenga un
hermano con el trastorno, que es una probabilidad bastante superior a la que tendría en el
caso de que no existieran antecedentes documentados en su familia. Estos datos indican
claramente una carga genética ligada al trastorno autista. Las investigaciones tienen por
objeto determinar los genes involucrados en la aparición del trastorno, y ya han establecido
la relación directa entre la inhibición del gen de la neuroligina NL1 y el desarrollo de
autismo, aunque se sabe que hay más genes implicados. De hecho, se establece que deben
estar presentes hasta 15-20 alteraciones genéticas a la vez para que se exprese de manera
completa el autismo. Algunas teorías, incluso, tratan de relacionarlo con el síndrome del X
frágil.
Agentes neurológicos como causa del autismo: se han constatado alteraciones neurológicas,
principalmente en las áreas que coordinan el aprendizaje y la conducta, en aquellos
pacientes diagnosticados de trastornos del espectro autista. Particularmente, la epilepsia
está relacionada con el autismo, pues un tipo concreto, el síndrome de West, desarrolla
autismo hasta en una quinta parte de los casos y viceversa.
Agentes bioquímicos como causa del autismo: se han podido determinar alteraciones en los
niveles de ciertos neurotransmisores, principalmente serotonina y triptófano.
Otras posibles causas del autismo: se han estipulado otras razones, como las
complicaciones obstétricas durante el parto, el abuso de drogas como la cocaína por parte
de la mujer embarazada, o el uso de medicamentos antiepilépticos, aunque su base
científica no está absolutamente demostrada.
Los trastornos del espectro autista pueden variar ampliamente en los síntomas manifestados
y en la gravedad de estos, pudiendo pasar completamente desapercibidos en el caso de que
los síntomas sean muy leves, o se encuentren enmascarados por otras patologías más graves
o con sintomatología más marcada.
Aunque el diagnóstico del autismo siempre debe ser realizado por un equipo
multidisciplinar (neurólogo, psicólogo, psiquiatra, terapeuta del lenguaje y, en ocasiones,
otros profesionales especialistas en este tipo de trastornos), existen ciertos síntomas que
pueden hacer sospechar de la presencia de este trastorno. Estos síntomas son:
Pueden existir muestras de alegría no justificadas en casi ninguno de los casos de tipo
social.
Ausencia de respuestas emocionales hacia los familiares más cercanos (padres, abuelos,
hermanos, etc).
Mismos rasgos distintivos que en etapas anteriores, pero tienden a acentuarse en lugar de
atenuarse, como en el resto de los niños.
Tendencia compulsiva al orden de los objetos (alineación de las cosas). Por lo general, el
niño suele mostrar patrones de interés anormales en intensidad y enfoque, y son muy
restringidos (muestra interés anormal y excesivo por un abanico escaso de cosas).
Aparición de arrebatos contra sí mismo o contra el entorno, sin aparente agente causal, y de
intensidad elevada.
Existen diversos síntomas que pueden ayudar a saber si un niño padece autismo:
Indicadores precoces:
No responde a su nombre.
No pronuncia palabras hasta los 16 meses, o frases de dos o más palabras hasta
aproximadamente los dos años.
Indicadores tardíos:
En esta etapa los síntomas son similares a los del retraso mental, ya que dependen de
factores como:
Hábitos de autoayuda: el sujeto tiende hacia la independencia en labores en las que suele
precisar ayuda externa para su correcta ejecución, tales como higiene personal,
alimentación, vestimenta. Solo a través del entrenamiento precoz el sujeto podrá lograr esa
independencia de ejecución.
El médico hará un cuestionario a los padres para reunir toda la información posible sobre la
conducta y el desarrollo del menor. Si existen sospechas de que el niño pudiera padecer este
trastorno se le someterá a una evaluación integral, en la que participan un psicólogo, un
neurólogo, un psiquiatra, un terapeuta del lenguaje, y otros especialistas capacitados para
diagnosticar a los niños con autismo.
En función del grado de afectación y las habilidades comprometidas, los sujetos son
diagnosticados de un tipo u otro de alteración del espectro autista. Así, los niños con
síntomas autistas pero con habilidades de lenguaje bien estructuradas y desarrolladas,
suelen ser diagnosticados de “Síndrome de Asperger”, mientras que si reúnen un conjunto
marcado de síntomas de carácter autista, pero no los suficientes para conformar autismo
clásico, se suele realizar un diagnóstico de “Trastorno generalizado del desarrollo no
especificado”.
Se está trabajando para que un futuro cercano el diagnóstico pueda ser más objetivo, basado
en aspectos biológicos, mediante la identificación de ciertos procesos metabólicos alterados
que puedan detectarse mediante un análisis de sangre.
Ninguno de los trastornos del espectro autista tiene cura, todas las terapias están enfocadas
a la paliación de los síntomas y a la mejora de la calidad de vida del paciente. La terapia
suele ser individualizada y ajustada a las necesidades que precisa cubrir el sujeto,
consiguiendo mejor pronóstico cuanto más precoz sea su inicio. El tratamiento del autismo
en este sentido suele incluir:
Existe un porcentaje de pacientes que son capaces de desarrollar una vida personal y laboral
independiente o con un grado de apoyo bajo, aunque lo habitual es que los pacientes
precisen apoyos y servicios externos a lo largo de toda la vida.
Pronóstico
Lo primero que debemos tener en cuenta es que los niños con autismo detestan los cambios
imprevistos, de hecho esto les produce mucho estrés así que es frecuente que frente a estas
situaciones ellos comiencen a alterarse, a gritar o quieran escaparse (depende de cada caso
en particular).
Utiliza herramientas de apoyo visual. Esto suele utilizarse mucho con niños con trastorno
autista. En estos casos puedes planificar actividades para niños autistas con fichas donde se
detalle cada actividad que se llevarán a cabo durante el día de clases, fichas visuales. De
este modo ellos sabrán (con este apoyo visual) lo que sucederá y se anticiparán a ello.
Ten en cuenta los cambios imprevistos y anticípate tú también a ellos. Deberás estar muy
atenta/o para reconocer cuando un niño autista comienza a impacientarse.
Establece rutinas cortas pero efectivas. Para empezar con estas actividades para niños con
autismo, es preferible que ellos presten atención en un principio durante unos pocos
minutos. Luego premia esta atención con alguna actividad o premio que ellos disfruten.
Reconoce lo que motiva al niño en forma particular. Cada niño con autismo es único e
irrepetible. Algunos suelen ser más tranquilos, otros más eufóricos, algunos aman jugar con
pinturas, otros prefieren juegos con muñecos más duros (como automóviles, por ejemplo).
Toma como punto de partida los intereses del niño. Esto facilitará mucho la tarea, lograrás
su concentración y algo de atención inicial.
Dibuja círculos con contorno grueso, luego coloca témperas de diferentes colores sobre
ambos lados de la mesada para que el niño comience a pintarlos, es importante que ellos
comprendan que deben pintar la parte de adentro de las figuras y no la parte externa.
Establece rutinas (ayudándote con fichas visuales) con números. Los niños con autismo son
muy estructurados. Por tal razón debes adaptar la clase para que ellos se encuentren
cómodos dentro de esa estructura.
Dale 1 tarea a la vez. Recuerda que ellos no tienen filtros y reciben todos los estímulos a la
vez. De allí que no logren concentrarse o prestar atención con facilidad.
Utiliza las canciones que son conocidas para ellos e inclúyelas como refuerzo auditivo para
que ellos identifiquen determinadas tareas.
Juegos para utilizar en el aula con niños con autismo
Juegos de mesa
Puedes utilizar puzzles adaptados o con imágenes que sean de interés para el niño autista a
fin de conseguir una mayor concentración en clase.
Sugerencias finales
Es importante que tengas en cuenta que los niños con autismo pueden perder el interés por
la tarea de forma rápida o aparentemente brusca.
No obstante deberás aprender a reconocer los indicios previos a estos actos de pérdida de
interés por parte de ellos.
Por otra parte, a menudo también los niños con autismo suelen conectarse con un juego
repetitivo o monótono y jugar a este durante un largo periodo de tiempo. Descubre qué
intereses particulares tiene el niño y evita aquellas escenas que sepas de antemano que le
provocará estrés.
El CAIPA de Maturín tiene una atención diversificada para los diferentes estados de
presentación de la alteración autista, allí se han concebido programas de atención que
buscan consolidar los lineamientos del Ministerio del Poder Popular Para la Educación.
Entre los que se mencionan: programa de atención periódica que se encarga de capacitar a
las personas a través de una educación estructurada. Programa de Corte transitorio, tiene el
fin de incorporar a las personas con autismo a las aulas del centro a través de atención en
pequeños grupos e individualizada. Programa de tutoría, hace el seguimiento respectivo de
las personas con autismo que son integradas a las escuelas regulares.
Así también cuentan con el programa dirigido a padres de niños autistas con el objetivo de
capacitarlos que conozcan el problema que afecta a sus representados, la atención que
deben recibir, donde recurrir ante una eventualidad. De igual manera la atención
psicológica para determinar los posibles rasgos autistas, este último se encarga de evaluar,
diagnosticar y referir al niño a atención especializada en caso de padecer el trastorno.
Este centro tiene muchas fortalezas que son los pilares fundamentales que una institución
educativa debe tener para brindar una optima atención, la presencia de especialistas
comprometidos con estas personas ,con la sociedad y aun con ellos mismos es lo mas
importante, también es posible visualizar el compromiso de la gerencia (Directora) de este
centro por mantener el servicio a pesar de algunas necesidades muy pertinentes que padece
la institución como son : no contar con una edificación propia, la falta de terapista
ocupacional y terapista de lenguaje para atender condiciones asociadas que en muchos
casos padecen las personas que ingresan a la institución.
Precisado este enfoque es posible evidenciar que el CAIPA, es una institución donde los
valores de respeto a la condición humana, la vocación de servicio, el trabajo en equipo
reforzado en los postulados de solidaridad, amistad y espiritualidad son el norte que
mantiene las puertas abiertas de este centro. Otro aspecto importante a tomar en cuenta, es
la calidad educativa que allí se brinda basada en los conceptos de educación Bolivariana
humanista, reflexiva ante los procesos de transformación constante que se vienen dando en
el ámbito de la educación venezolana y muy especial en la modalidad de educación
especial. Es un aporte y un apoyo muy importante que el CAIPA viene dando a muchas
familias de la región monaguense especialmente al municipio Maturín donde se concentra
la mayor parte de la población.
Es así como se construye un acervo cultural social reflexivo, nacido del esfuerzo de cada
día transcurrido, siempre con un fin ser una mano extendida para dar una respuesta
oportuna, una visión de águila para mirar con profundidad a la diversidad que entre la
sociedad transita, de allí es posible tomar las siguientes palabras: Es necesario esforzarse
por aceptar a las personas como son, teniendo el cuidado de no compararlas con otras; cada
persona es como quien le mira, un ser único con posibilidades de percibir, interpretar.
Características
Los niños con retraso mental presentan un déficit cognoscitivo global, con dificultades de
adaptación social; sin embargo, existe una gran variabilidad interindividual en las
características clínicas. No es inusual encontrar dentro de este grupo alguna habilidad
cognoscitiva dentro de los límites normales y aun superiores (p. ej., un niño que reúne las
características clínicas de retraso mental, quizá manifieste una habilidad de memoria
excepcional para aprenderse los nombres de una lista telefónica). Al comparar a los niños
que sufren retraso mental con niños normales, a menudo se encuentran diferencias en las
funciones sensoriales, psicomotoras, de atención, lingüísticas y de memoria, que los sitúan
en niveles cognoscitivos equivalentes a los de menores en edad cronológica inferior.
El desarrollo psicomotor de los niños con retraso mental con frecuencia es tardío, se realiza
lentamente y alcanza un nivel inferior al de los niños normales de la misma edad. Es común
observar en ellos torpeza, ausencia de coordinación, dispraxia, falta de persistencia y
estereotipias motrices; la frecuencia de trastornos sensoriales (como defectos en la agudeza
visual e hipoacusia) es muy alta.
Los defectos de la atención son casi constantes en la población con retraso mental
(Hartlage, Telzrow, 1985). El volumen de atención, lo mismo que la capacidad de memoria
a corto término, se correlacionan con la capacidad intelectual del niño. La capacidad de
memoria de los niños con retraso intelectual leve es equivalente a la de los niños normales
cuando en la evaluación se utiliza material sencillo, pero la diferencia se comienza a notar
cuando aumenta la complejidad del material mnemónico que debe ser retenido. En niños
con síndrome de Down se han demostrado defectos en los procesos de almacenamiento y
evocación (Pirozzolo, 1985).
El lenguaje es una de las funciones intelectuales que con más frecuencia se alteran en el
retraso mental, de hecho, la magnitud del compromiso lingüístico se correlaciona en forma
directa con la gravedad del retraso mental. Aproximadamente 90% de los niños con retraso
mental grave presentan dificultades en el lenguaje, mientras que estos problemas sólo
ocurren en un 50% de los niños con retraso leve (Swisher, 1985). En el niño con retraso
mental el desarrollo del lenguaje sigue las mismas etapas que en un niño normal pero es
más lento, sin que esto signifique que alcanzarán más tarde los niveles de sus pares sin este
problema; los niños con retraso mental presentan un lenguaje equivalente al de sus
contrapartes normales de menor edad (Rossenberg, 1982). Se han descrito diferencias en
cuanto al uso de la gramática y la utilización del lenguaje (Swisher, 1985); parece que los
menores con retraso mental tienden a hacer menos preguntas que los niños normales con
edad lingüística equivalente.
La capacidad de adaptación social del niño con retraso mental es muy variable y se
correlaciona con la etiología del proceso, con la magnitud del déficit cognoscitivo y con la
edad. Dentro de las conductas desadaptativas observadas se encuentran la hiperactividad, la
impulsividad, el aislamiento y la indiferencia al medio; tales excesos o disminuciones en
ciertos comportamientos son más frecuentes en los niños con un bajo CI.
Existe una mayor frecuencia de psicopatología entre quienes padecen retraso mental que en
la población general. Hay presencia de comportamientos psicóticos, por ejemplo, es factible
vincular el comportamiento autista y los trastornos de conducta con retraso mental
(Kauffman, 1977; Ross, 1980).
1. Área cognitiva
2. Área psicomotora
Los niños con deficiencias intelectuales tienen un esquema corporal no tan estructurado e
integrado como sería lo esperable por su edad. Esta mala estructuración del esquema
corporal suele provocar déficits en la relación sujeto-mundo externo que puede provocar
problemas en:
c) Las relaciones sociales: el esquema corporal permite identificar el propio ser y adecuar
nuestras relaciones con los objetos y con los demás. Si se siente inseguridad en un mundo
de movimiento, se pueden originar perturbaciones afectivas.
De todas maneras, los aspectos que más condicionan el nivel de perturbación del lenguaje
de estos niños son las dificultades en la conceptualización y en el descubrimiento de las
estructuras lingüísticas. Son tres las características que diferencian el proceso de
adquisición del lenguaje en niños con deficiencia:
4. Área afectiva
Podríamos decir que el niño con déficit intelectual es más vulnerable y está más indefenso a
las exigencias de su entorno. Sentimientos tales como dolor, placer, aburrimiento,
diversión, fastidio, alegría, aflicción, envidia, celos, vergüenza... por supuesto que están
presentes en él, pero la respuesta emocional, mediatizada por la dimensión cognitiva, a
estas vivencias sí que, en general, es diferente.
Al niño con deficiencia mental le resulta muy difícil la introspección, es decir, poder pensar
sobre sus sentimientos, sobre cómo afectan a su conducta y qué repercusiones tienen en su
ambiente.
Son niños con un bajo nivel de tolerancia a la frustración y una gran impulsividad que
fácilmente se dejan llevar por sus fuertes vivencias emocionales, sin que sea posible el
tamiz de lo cognitivo para atemperarlas.
Además, no debemos olvidar que cuando hay una lesión en el sistema nervioso que provoca
la deficiencia, esta lesión puede provocar síntomas psicopatológicos.
5. Área adaptativa:
RETARDO MENTAL LEVE: Se le denomina los de la “etapa educable” son alrededor del
85 % de las personas afectadas por el trastorno. Suelen desarrollar habilidades sociales y de
comunicación durante los años preescolares (0-5 años de edad), tienen insuficiencias
mínimas en las áreas sensorias motoras y con frecuencia no son distinguibles de otros niños
sin retraso mental hasta edades posteriores.
RETARDO GRAVE O SEVERO: El paciente con retraso mental grave presenta un cuadro
clínico mucho más severo que el anterior; básicamente, su etiología es orgánica, asociada a
otros trastornos con escaso o nulo nivel del desarrollo del lenguaje, necesitándose,
generalmente, de una anamnesis indirecta. La gran mayoría de los pacientes presenta
marcado déficit motor, o la presencia de otras carencias que dan evidencia clínica de un
daño o anormalidad del desarrollo del Sistema Nervioso Central.
RETARDO PROFUNDO: Los pacientes de este grupo poseen muy limitada capacidad para
cuidar sus necesidades básicas, y requieren ayuda y supervisión permanente. No muestran
capacidad para comprender instrucciones o reconocerlas y actuar de acuerdo a ellas. Su
comunicación no verbal es muy rudimentaria; muestran una movilidad muy restringida o
totalmente inexistente, no controlan esfínteres
Área motora: el objetivo es que el niño consiga control sobre su propio cuerpo.
Área del lenguaje: el objetivo apunta conseguir tanto las primeras manifestaciones del pre-
lenguaje como la completa comprensión del lenguaje por parte del niño; también la
capacidad de expresarse a través del él.
Área Social: el objetivo es que el niño obtenga el mayor grado posible de autonomía e
iniciativa en lo referente a los hábitos básicos de independencia personal, así como una
conducta social normal y adaptada al ambiente en que se desenvuelve. Antes de ponerse en
práctica las actividades éstas deben realizarse con la esposa o con otros niños
Las conductas deben ser enseñadas en el orden en que ocurren en los niños normales. Las
conductas se dividen según el área de desarrollo; por ejemplo:
Área social y de autonomía personal los comportamientos sociales son las reacciones del
niño ante él mismo, ante los demás, y su interés por el juego y la autonomía personal se
refiere a la capacidad del niño para alimentarse, vestirse y asearse por sí solo.
Dificultades motoras
Un niño tiene una discapacidad motora cuando sus miembros superiores y/o inferiores no
logran desarrollarse normalmente.
La causa de esta discapacidad sería una lesión en el sistema nervioso central (cerca de la
médula o el encéfalo) durante el embarazo o en la etapa post natal.
Las personas que nacen con un problema motriz no tienen la misma habilidad en todos sus
sentidos debido a una falta de control cefálico, asimismo muestran dificultad para
manipular los objetos e incluso algunos niños permanecen sin poder hacerlo.
Características
Los niños que presentan discapacidad motora presentan algunas características, que varían
de acuerdo al nivel de alteración de su sistema motor.
Incapacidad parcial o total para caminar y dificultad para mover objetos o flexionar los
dedos (problemas articulatorios).
Es muy torpe
Balbucea
La dispraxia afecta las habilidades motoras finas que ayudan a los chicos a sostener un
crayón o a abotonarse la camisa. También afecta las habilidades motoras gruesas que se
usan al correr o arrojar algo. En algunos casos puede afectar los músculos necesarios en el
habla. Otros desafíos pueden incluir problemas con el equilibrio y la coordinación.
Es importante saber que un niño con dispraxia no tiene todos esos problemas
necesariamente, y que no todos los niños experimentan los síntomas de la misma manera.
Los síntomas de dispraxia pueden variar desde leves a severos, y cambiar a medida que el
niño crece.
Disgrafía: Esta condición también afecta las habilidades motoras finas, dificultando el acto
de escribir. Los niños con digrafía puede que sostengan el lápiz de manera inapropiada y
que su escritura a mano sea desordenada. Frecuentemente tienen problemas separando las
letras y escribiendo entre los márgenes. Debido a las limitaciones de las habilidades
motoras, puede que tengan dificultad con otras tareas como calcar o atarse los zapatos.
Dificultades del procesamiento sensorial: Esta condición puede causar problemas con la
coordinación mano-ojo. Además, los chicos con dificultades del procesamiento sensorial
puede que caminen y salten de manera extraña o que se caigan frecuentemente. Sin
embargo, los problemas con el movimiento no son el síntoma principal. La mayoría de los
chicos con dificultades del procesamiento sensorial tienen reacciones extremas al tacto y al
sonido.
Estimula sus destrezas motoras a través de materiales diversos. Por ejemplo con la técnica
del rasgado el niño reconoce la textura del papel, puede utilizar periódicos o revistas
vistosas para esta actividad. Primero sacará formas al azar, luego sabrá diferenciar las
figuras geométricas.
Otras técnicas útiles son: el picado, plegado y amasado. También te sugerimos incentivar
en el niño la afición por el dibujo. Los gráficos de su elección serán una puerta abierta para
conocer sus emociones.
No olvides desarrollar en tu niño la atención sobre los números. Las matemáticas deben ser
entendidas desde un nivel bastante básico y luego, según su manejo incluye conocimientos
sobre las sumas o restas.
Jugar es fundamental para el desarrollo de los niños, y jugar con los niños que padecen
alguna necesidad especial, es aún más importante.
Los niños acceden al aprendizaje mediante los juegos, que les ayudarán a comprender
mejor los conceptos, asimilarlos y retenerlos, pero además es una gran herramienta que
estimula su desarrollo psicomotriz.
Muchos estudios científicos demuestran cómo los juegos infantiles facilitan la creatividad y
la personalidad de los niños, ya que los niños aprenden con las experiencias y con su
exploración a través de los diferentes juegos.
En el caso de los niños que padecen algún tipo de discapacidad, los juegos pueden ser
terapéuticos, ya que será un canal multisensorial con beneficios a diferentes niveles:
contrastes
Motor: los juegos pueden estimular el movimiento, por ejemplo facilitando que el niño
gatee o se dé la vuelta, etc., con juegos interactivos o de construcciones.
Sensorial: jugar les puede ayudar a desenvolverse de forma visual, espacial y auditiva,
mediante la identificación de sonidos y objetos.
Cognitivo: los juegos en los que se utilicen formas, colores y conceptos les ayudarán a
desarrollar este nivel.
Emocional: jugar fomentará la autoestima de los niños, ya que encontraran en los juegos un
nexo de unión entre sus iguales, ya sea con niños que padezcan discapacidad o no
Dificultades visuales
Se define con base en la agudeza visual de la vista de los ojos, así como el campo visual. Se
habla de discapacidad visual del ojo cuando existe una disminución significativa de la
agudeza visual del ojo aun con el uso de lentes, o bien, una disminución significativa del
campo visual del ojo.
Si observamos que el niño tiene ciertos comportamientos o manías cuando tiene que
distinguir algo de lejos o de cerca, es posible que presente un problema de agudeza visual.
Algunos de estos hábitos que nos pueden indicar que nuestro hijo no ve correctamente son:
1. Se pega mucho al texto. Cuando el niño tiene dificultades para ver de cerca, suele
acercarse demasiado el libro o el papel para poder leer y distinguir la escritura.
3. Carece de buen criterio a la hora de elegir los colores. Si observamos que al pintar o
colorear sus combinaciones cromáticas son poco acertadas, quizás estemos ante un
problema de daltonismo.
Las dificultades visuales pueden hacer que el niño pierda el interés por la lectura, los juegos
o las explicaciones porque se cansa.
Estos malos hábitos posturales pueden indicar una falta de agudeza visual y se adoptan de
manera habitual e inconsciente para tratar de enfocar y ver mejor. Estar atentos a estas
señales es fundamental tanto para los padres como para los educadores. En la fase de
aprendizaje y muy especialmente cuando los niños empiezan con la lectura y la escritura,
sus avances pueden verse muy penalizados por problemas de visión.
Presentar a cada una de las docentes por su nombre y voz dentro de sus aulas y describir en
parte cómo es, y cómo es el espacio físico dónde se encuentra, así como a todo el personal
de la escuela.
Presentar ante la comunidad de alumnos al niño (a), introduciéndolo un tema relacionado
con la diversidad o discapacidad, cómo pueden apoyarlo y los cuidados que se deben tener.
Acompañarlo (a) durante el período de tiempo necesario, en los recreos escolares o en las
salidas del aula, hasta observar que es capaz de reconocer por sí mismo (a) el espacio.
Prever y realizar las adaptaciones físicas necesarias ante las situaciones que representen un
riesgo para su integridad física.
Propiciar la interacción con otros niños y niñas en los diferentes momentos de trabajo y
juego, así como con los adultos.
– En el aula
Identificar los espacios físicos, materiales y disposición de los muebles dentro del aula.
Sentar al niño (a) en la parte delantera, cerca del centro del pizarrón.
Contar con audiolibros para su esparcimiento y enseñarlo a manejar los aparatos de audio
adecuándolos.
En sus hojas de trabajo, colocar relieve en los lugares necesarios, para facilitarle su
realización autónoma.
Apoyarla en la realización de las actividades, trabajando en binas o en equipos pequeños y
dar el apoyo sólo lo necesario.
Estrategias de Intervención
Expresión oral
Precisar el lenguaje (‘allá’, ‘ese’, ‘este’, ‘arriba’, ‘abajo’ vs junto a, a tu izquierda, arriba
de, encima de)
Expresión Escrita
Utilizar los mismos materiales que para todo el grupo, realizando las adaptaciones
necesarias.
Presentar los portadores de texto en realce o relieve (con pintura textil, pegamento,
plastilina).
Utilizar portadores de texto en relieve sobre objetos del aula (puerta, silla, pizarrón).
El trastorno del lenguaje en los niños se refiere a problemas con uno de los siguientes:
Los niños con trastornos del lenguaje pueden producir sonidos y su discurso se puede
entender.
Causas
Hasta 1 de cada 20 niños tiene síntomas de un trastorno del lenguaje. Cuando la causa se
desconoce, se denomina trastorno del desarrollo del lenguaje.
Los problemas con las habilidades lingüísticas receptivas comienzan generalmente antes de
los 4 años de edad. Algunos trastornos del lenguaje mixtos son ocasionados por una lesión
cerebral. Estas afecciones algunas veces se diagnostican de manera errónea como trastornos
del desarrollo.
Los trastornos del lenguaje pueden ocurrir en niños con otros problemas del desarrollo,
trastornos del espectro autista, pérdida de la audición y dificultades de aprendizaje. Un
trastorno del lenguaje también puede ser causado por daño al sistema nervioso central, el
cual se denomina afasia.
Los trastornos del lenguaje en raras ocasiones son causados por falta de inteligencia.
Los trastornos del lenguaje son diferentes al retraso en el lenguaje. Con este último, el niño
desarrolla el habla y el lenguaje de la misma manera que otros niños, pero posteriormente.
En los trastornos del lenguaje, el habla y el lenguaje no se desarrollan normalmente. El niño
puede tener algunas habilidades del lenguaje, pero no otras. O la manera como estas
habilidades se desarrollan será diferente de lo usual.
Características
Un niño con trastorno del lenguaje puede tener uno o dos de los síntomas de la lista de
abajo o muchos de los síntomas. Pueden ir de leves a graves.
Los niños con un trastorno del lenguaje receptivo tienen dificultad para entender el
lenguaje. Ellos pueden tener:
Los niños con un trastorno del lenguaje expresivo tienen problemas con el uso del lenguaje
para expresar lo que están pensando o necesitan. Estos niños pueden:
Tener dificultad para juntar las palabras en oraciones o sus oraciones pueden ser simples y
cortas y el orden de las palabras puede estar errado
Tener dificultad para encontrar las palabras correctas al hablar y con frecuencia usar
muletillas como "um"
Tener un vocabulario que está por debajo del nivel de otros niños de la misma edad
Usar ciertas frases una y otra vez, y repetir (eco) partes o todas las preguntas
Debido a sus problemas del lenguaje, estos niños pueden tener dificultad en ambientes
sociales. A veces, los trastornos del lenguaje pueden ser parte de la causa de problemas
conductuales serios.
ESTIMULAR EL DESARROLLO DEL LENGUAJE VERBAL DEL NIÑO?
Los psicólogos consideran que la ayuda de los padres en el desarrollo del niño es tan
importante que no puede suplirse con nada, ni siquiera con el más sofisticado y atractivo
juguete. En esta ayuda, la atención y estimulación del lenguaje del niño ocupa un lugar muy
especial, pues si éstas faltan su lenguaje no podrá desarrollar normalmente y se tropezará
con graves perturbaciones en dicho proceso.
Dele su tiempo y atención. Deje que el niño le balbucee y anímelo realmente a emitir
sonidos vocales.
Repítale los sonidos cuando él se esfuerce por hablar, animándolo por medio de
manifestaciones de interés y satisfacción con él. La mejor manera de hacerlo es repitiéndole
el sonido con una voz suave y cálida.
Los padres deben hablar con el niño desde que nace, no sólo para decirles "no, no", sino
para hablarle como lo haría a una persona inteligente. De esa manera el niño recibirá de sus
padres el ejemplo para imitarles.
Los susurros, chillidos o balbuceos no son todavía un lenguaje, pero no hay duda de que
con ellos el infante intenta expresar importantes sensaciones y que espera alcanzar algunas
reacciones de los demás.
El habla propiamente dicho, en el sentido que le damos los adultos, se inicia, como ya se
describió anteriormente, por lo general, a los 15 ó 18 meses (un año y medio). El niño
recién a esa edad alcanza el desarrollo suficiente de las estructuras neurofisiológicas y
psíquicas para la aparición y articulación de la primera palabra cargada de intención
comunicativa. Esto dependerá también de la influencia de los padres, quienes desempeñan
un papel gravitante en la adquisición y desarrollo del lenguaje verbal.
Un niño aprenderá a hablar del mismo modo que oye hablar a sus padres y demás personas
próximas a él. Si no pronuncia bien las palabras, es que así lo ha aprendido de sus padres.
En un comienzo los padres deben limitar las emisiones fónicas de su niño para estimularlo
a que repita y perfeccione su expresión, ya posteriormente, a medida que crece, el niño
imitará y no ha de ser imitado. Es cuando los mayores no deben utilizar el lenguaje del
infante, es decir, ya no se les debe hablar en una "lengua de nenes" o balbuceos pueriles,
sino en un lenguaje claro y sencillo de gente crecida.
Si los padres hablan entre ellos y con el hijo de una manera sensata, clara e inteligible, el
niño aprenderá a hablar exactamente de la misma forma.
El niño necesita un modelo para aprender a hablar, pero esto no quiere decir que deba ser
corregido continuamente. Será suficiente con que oiga hablar siempre a sus padres en un
lenguaje claro y en forma correcta para que las mutilaciones y tergiversaciones
desaparezcan automáticamente.
Estas son las pautas que deben seguir los padres para estimular la adquisición del habla de
sus niños desde un principio. Además, a temprana edad es más factible erradicar las faltas e
incorrecciones del habla, ya que los mecanismos neurofisiológicos que sirven de base a esta
adquisición son todavía dúctiles y flexibles a las estimulaciones correctivas del lenguaje.
Discapacidad auditiva
Los niños con discapacidad auditiva tienen problemas a la hora de asistir a escuelas
convencionales a no ser que se les proporcione la ayuda y el apoyo adecuados. Pueden
llegar a tener problemas de integración y tienden a sentarse al fondo de la clase para pasar
desapercibidos.
Muchos niños no participan en clase porque no puede oír lo que el profesor o los demás
alumnos dicen. No siempre piden a los compañeros que repitan lo que han dicho y algunos
incluso le dicen al profesor que no necesitan micrófonos especiales a pesar de que la
amplificación de sonido les facilitaría la escucha
Los niños con discapacidad auditivos quieren ser como sus compañeros con audición
normal y se sienten incómodos si se llama la atención sobre su problema auditivo. Todo
esto repercute en la vida social del niño. Muchos se apartan y prefieren no participar en las
actividades escolares. No atender los problemas de estos niños suele manifestarse en
cansancio y dolores de cabeza cuando llegan a casa de la escuela.
Incluso una pérdida de audición leve no diagnosticada en niños en edad escolar puede
afectar negativamente en el proceso de aprendizaje y en consecuencia plateará algún tipo de
dificultad de aprendizaje en la escuela. Repercutirá en las tareas escolares si el niño con
pérdida de audición emplea energía adicional para intentar oír al profesor, tomar apuntes y
procesar todo lo que oye al mismo tiempo. La pérdida de audición en niños suelen pasar
desapercibida porque se tiende a pensar que los problemas escolares se deben a falta de
concentración o atención.
Características:
@ Presenta dificultades para tomar dictado, omite, sustituye, agrega palabras y pregunta
con frecuencia.
Acompañar los signos e imágenes de verbalización: De modo que al mostrarle al niño como
suena cada palabra, él podrá aprender a leer los labios, facilitando su comprensión en la
comunicación con otros.
Una estrategia efectiva es emplear letras de canciones, haciendo que el niño las repita;
también promover la lectura de cuentos que le motiven, fortaleciendo su vocabulario y
fluidez.
Efectuar juegos de integración: Donde el niño con hipoacusia deba seguir indicaciones
breves, participando de manera dinámica con otros niños.
Fortalecer los canales visual y táctil: Colocando objetos en las manos del niño para que
sienta movimientos y texturas; realizar pinturas, dibujos, modelar plastilina, crear diversas
manualidades, títeres, entre otras ideas artesanales.
Utilizar juegos en la computadora: Como laberintos, busca minas, dedo tic tac, que son
bastante sencillos. También hay juegos interactivos que ofrecen diversos sitios en internet,
promoviendo así el uso de nuevas tecnologías para canalizar mejor el aprendizaje y la
motivación del niño.
Utilizar rompecabezas: Ya que es un juego que estimula las funciones cognitivas de los
niños como: la resolución de problemas, memoria y atención.
Promover actividades al aire libre: Para que el aprendizaje llegue mediante estímulos del
ambiente, y puedan ver de manera concreta los cambios en la naturaleza, además de
conectarse con otros niños, lo cual les ayuda a comunicarse mejor.
Instruirlos en la lengua de señas: Esta es una de las actividades más importantes, para hacer
que el niño tenga una vía de comunicación y no se sienta desplazado de las demás personas.
Deficultad en el aprendizaje
Las dificultades de aprendizaje y de atención son problemas a nivel del cerebro y por lo
general son genéticas. Aproximadamente 20% de los niños tienen dificultades de
aprendizaje y de atención.
Características:
No es nada difícil detectar cuando un niño está teniendo problemas para procesar las
informaciones y la formación que recibe. Los padres deben estar atentos y conscientes de
las señales más frecuentes que indican la presencia de un problema de aprendizaje, cuando
el niño:
- No domina las destrezas básicas de lectura, deletreo, escritura y/o matemática, por lo que
fracasa en el trabajo escolar.
- Presenta dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda, para identificar las
palabras, etc. Su tendencia es escribir las letras, palabras o números al revés.
- Le falta coordinación al caminar, hacer deportes o llevar a cabo actividades sencillas, tales
como aguantar un lápiz o amarrarse el cordón del zapato.
- Presenta facilidad para perder o extraviar su material escolar, como los libros y otros
artículos.
El niño con aprendizaje lento puede funcionar en casi todos los tipos de escuelas, siempre y
cuando el personal que lo instruya tenga la sensibilidad de trabajar respetando su ritmo y
ofreciéndole la atención necesaria. Si se le da la oportunidad el niño sin dudas podrá
aprender y mejorar, hasta casi igualarse con sus compañeros, pero más lentamente.
El desempeño del maestro ante este tipo de alumno será el responsable directo del impacto
positivo o negativo ante las actividades lúdicas y todo lo relacionado a su vida escolar. El
maestro debe proporcionarle al niño metas que sean a su nivel y desarrollo, (que él pueda
superar), reforzarle cualquier progreso en el aprendizaje por mínimo que sea, afianzar su
interés por los estudios y jamás compararlo con otro alumno, en todo caso, solo consigo
mismo. Las notas deben calificar su esfuerzo y progreso, pues él necesita más tiempo que
sus compañeros, sus calificaciones les servirán de refuerzo, en cambio las malas notas les
harán abandonar sus estudios.
INTRODUCCION
La mayoría de los niños con autismo tiene también retraso mental, si bien una minoría
posee una inteligencia normal. Muchos de ellos padecen también epilepsia y tanto las
deficiencias auditivas como las visuales se encuentran más a menudo en éste grupo. Las
personas afectadas por el síndrome de Asperger, un trastorno similar al autismo, poseen una
capacidad intelectual normal.
De acuerdo con una estimación moderada, de 1 a 2 niños de cada mil tienen autismo, lo que
significa que cada año nacen en Suecia un centenar de niños con autismo. Si se computan
tanto el síndrome autista como otros trastornos similares, esto es, todos los diagnósticos
incluidos en el espectro autístico, la proporción pasa al 6 por mil de todos los niños de
Suecia.
Las mismas cifras son aplicables a otros países repartidos por todo el mundo. Hay muchos
más niños que niñas con autismo.
CONCLUSION
El grado de severidad y los síntomas de este trastorno poseen un rango muy amplio y
pueden incluso pasar desapercibidos, especialmente en niños ligeramente afectados o
cuando se encuentran encubiertos por deficiencias más debilitantes. El autismo no se trata
con cirugías o medicamentos, a pesar de que en ciertos casos pueden
suministrarsemedicamentos para mejorar determinados síntomas, tales como
comportamiento agresivo o problemas de atención. El autismo continúa siendo una
condición difícil para quienes lo padecen y sus familiares, pero el panorama actual es
mucho más alentador que el de años atrás.
Las evidencias muestran que una intervención temprana produce una mejora a largo plazo
en el niño. Esta puede ser una ayuda y apoyo para los padres en el cuidado de su hijo.
Según los expertos la detección del Autismo sigue siendo más tardía de lo ideal