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Cuanto mayor sea el grado de concentración ácida, mayores serán los peligros. Los
constantes y altos niveles de lluvia ácida pueden depreciar drásticamente las
actividades generales de la vida vegetal y la continuidad de la vida acuática. Muchos
de los efectos dependen de la presencia de deposiciones ácidas en la atmósfera y de
los niveles de acidez en las diferentes formas de precipitación.
Los microorganismos sensibles del suelo que no pueden adaptarse a los cambios en
el pH dejarán de existir mientras que al mismo tiempo las enzimas para los microbios
del suelo se desnaturalizan. Los altos niveles de acidez también pueden eliminar
minerales y nutrientes vitales tales como calcio y magnesio. En consecuencia, el
suelo pierde su calidad y composición, incapacitándolo para soportar la vida vegetal
o microorganismos del suelo.
3. Daños a árboles y vegetación
La lluvia ácida penetra en el suelo y disuelve los nutrientes más vitales para los
árboles. La lluvia ácida también descarga gran cantidad de aluminio en el suelo
alrededor de los árboles, incapacitándolos de absorber agua. Así, los árboles y la
vegetación se vuelven muy vulnerables a las enfermedades y al ataque de plagas.
Además, la lluvia ácida ha contribuido a un crecimiento atrofiado e incluso a la
muerte de algunos árboles y vegetación.
Por ejemplo, los efectos perjudiciales de la lluvia ácida en el suelo y los niveles
elevados de deposiciones secas de ácido han dañado incesantemente los árboles de
gran altitud y la cobertura vegetal, ya que la mayoría de ellos están rodeados por
nieblas y nubes ácidas. En Alemania, hay un área llamada bosque negro que adquirió
el nombre porque la lluvia ácida hizo que los árboles perdieran todas sus hojas y son
ahora solamente troncos y ramas negras.
Los pH más bajos también pueden matar a los peces adultos. Por lo tanto, la
biodiversidad acuática de los ríos, arroyos, lagos y océanos se ve afectada de manera
significativa por la lluvia ácida de las cuencas hidrográficas a medida que más y más
agua se vuelve ácido. La alta acidez acuática crea condiciones de supervivencia
intolerables, que han reducido o incluso han matado especies como peces, plantas,
insectos y aves acuáticas, entre otras formas de vida acuática.
Algunos ríos y arroyos también se han reducido, mientras que algunos han sido
completamente eliminados debido al exceso de lluvia ácida.
Los dolores de cabeza y las irritaciones de la nariz, la garganta y los ojos son algunas
de las implicaciones suaves. Los niveles intensificados de las deposiciones ácidas
están relacionados con los riesgos de desarrollar problemas cardíacos y pulmonares
como el asma y la bronquitis, e incluso el cáncer. Cuando bebemos agua del grifo
contaminada con lluvia ácida, puede dañar nuestro cerebro.
Algunos lagos, ríos y arroyos de China, América del Norte y Europa se han vuelto
muy ácidos en una medida en que no pueden soportar ninguna forma de vida, creando
lo que se denomina “zonas muertas”.
7. Efectos corrosivos
La lluvia ácida tiene efectos corrosivos porque se abre paso en los metales y piedra.
Como resultado, ha llevado a la erosión de los edificios, la corrosión de los metales,
y el pelado de las pinturas en las superficies. Las estructuras de construcción de
mármol y piedra caliza son afectadas principalmente por la lluvia ácida debido a que
se come los compuestos de calcio en las estructuras. Este efecto ha dañado edificios,
lápidas, estatuas y monumentos históricos. Los metales como el acero, el bronce, el
cobre y el hierro también están corroídos por la lluvia ácida.