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La contaminación atmosférica es la presencia en la atmosfera de

elementos contaminantes que pueden producir alteraciones en su


funcionamiento provocando efectos negativos en el medio natural.

Contaminantes atmosféricos

Los contaminantes atmosféricos son aquellas materias o formas de energía


que no están de manera natural en la atmósfera o que sí están presentes, pero
en unas concentraciones diferentes.

Por ejemplo, el dióxido de carbono está presente de manera natural en la


atmósfera, desempeñando un papel fundamental como Gas de Efecto
Invernadero (GEI). Sin embargo, si su concentración aumenta, se incrementa
también su efecto invernadero.

Podemos clasificar los contaminantes en tres tipos:

- Gases: son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso


(N2O), los clorofluorocarbonos (CFC), entre otros.

- Partículas: provienen de humos o cenizas de las combustiones, de los


aerosoles, polvo de minas o ciertas industrias, etc.

- Energía: se encuentran dentro de esta clasificación lo que conocemos


como contaminación acústica, contaminación lumínica o contaminación
electromagnética.

Por otro lado, dentro de los contaminantes, distinguimos:

- Contaminantes primarios: son aquellos contaminantes procedentes


directamente de las fuentes de emisión.

- Contaminantes secundarios: son aquellos que sufren interacciones con


otros componentes de la atmósfera lo que los modifica, convirtiéndose en
contaminantes aunque antes no lo fueran.

Origen de la contaminación

Los principales mecanismos de contaminación atmosférica están relacionados


con las actividades humanas, si bien es cierto que algunos procesos naturales
puntuales pueden suponer una fuente de contaminación.

La fuente natural de emisión típica es la erupción volcánica. Este tipo de


fenómenos naturales emiten gases y partículas que no están en la atmósfera o
que sí están, pero en otras concentraciones, por lo que alteran el equilibrio
natural de esta capa de gases.

Las fuentes de emisión antropogénicas son una lista muy extensa, entre las
que destacan los procesos industriales, la calefacción en edificios
residenciales, el transporte, etc.
En general, la atmósfera buscará recuperar el equilibrio eliminando las
sustancias contaminantes. Normalmente, lo consigue cuando la contaminación
es poca o puntual, como ocurre en el caso de las fuentes naturales. Nos
enfrentamos a un problema ambiental grave cuando la atmósfera no es capaz
de recuperar su equilibrio por la gran cantidad de contaminación que recibe.

La contaminación atmosférica puede tener repercusiones a escala local o


global. Es importante identificar los elementos contaminantes con el fin de
reducirlos o eliminarlos. En este sentido, cada vez son más las
normativas, investigaciones y fondos enfocados a reducir la contaminación
atmosférica. Y tú, ¿qué haces para reducir esta contaminación?

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