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Desde el inicio del mandato de Jong-un, parece ser que el puesto más
peligroso del país es el de Jefe Militar. Hasta el día de hoy, Kim ha
mandado a matar a 4 de sus jefes de Estado Mayor.
Lloras o te morís
Así que ordenó un grupo de asistentes del gobierno enseñe a las personas a
llorar y lagrimear en caso de que naturalmente no estén tan emocionados
por el fallecimiento de su líder.
El peculiar estilo capilar de Kim Jong-un tiene nombre (elegido por él):
“Ambitious!”. Es muy popular en su país, mayormente entre los jóvenes.
Esto es porque los universitarios varones son obligados a utilizarlo.
Además, anunció que los ciudadanos tienen sólo 28 opciones de cortes de
pelo (18 para mujeres y 10 para hombres) decretados como “oficiales”.
No le gusta la pornografía
Es sabido que Kim Jong-un no puede soportar a los críticos. Hasta la fecha
no se sabe bien el número exacto de militares y funcionarios que han sido
fusilados por ordenes del líder norcoreano (se dice que más de 70). Se dijo
que estas personas expresaron opiniones diferentes a la de Jong-un, y por
esa razón este personaje muy particular los mando a matar a todos.
Fundó la primer banda de chicas “K-pop” en Corea del Norte con varios
estilos interpretativos que iban desde pop, rock y fusión. Cada una de las
integrantes fue elegidas personalmente por el líder supremo. ¿Cuál fue el
objetivo de esta banda? Derrocar a Psy, el ídolo surcoreano (el del
Gangnam Style). Además, les prohibió a los ciudadanos escuchar el famoso
“k-pop” (pop de Corea del Sur), ni tampoco ver películas o series del país
vecino. Esto es considerado “traición” y van a la cárcel si lo hacen.
Era común que el chef se trasladará a Irán para comprar caviar, a Tokio por
pescado, a Dinamarca en busca de cerveza y a Francia para abastecer su
bodega de coñac, su preferida. Fujimoto recuerda que un día el dictador
pidió una hamburguesa de McDonald´s, por lo que el régimen puso a
disposición un avión de la aerolínea oficial para trasladarse a la casa de
comida rápida en Pekín.
Como si fuera poco, Kim Jong-il contrató a 200 personas para inspeccionar
el arroz que comía, grano por grano, para que no le tocara uno defectuoso
o morir envenenado. Además, debía ser cocinado con madera del monte
Paektu, una montaña sagrada de Corea del Norte.